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ARAGON XICOTENCATL RIBE SERGIO 7CM2 BOLETA: 2014100103

Durante los últimos siglos el humano a experimentado cambios drásticos en todos


ámbitos ya sean tecnológicos, morales, sociales, etc. Estos avances también han
implicado el deterioro en algunas materias como: valores, primordialidad, moral,
cultura, etc. Todos estos ámbitos han cambiado la concepción de vida del hombre del
siglo XXI, y a mi parecer, para mal en muchos casos. En los siguientes párrafos
expondré crudamente mi opinión respecto a lo dicho anteriormente.
Los cambios han permitido al ser humano desarrollarse como individuo intelectual y
más tolerante o "abierto de mente, pero, lamentablemente, valores que antes eran
primordiales han perdido su importancia y sentido.
La ética es una conducta que se aprende y que se adiestra. Lo mismo que a un espía,
que a un banderillero o que al hombre del Siglo XXI. Ni en las oficinas y salones de las
ciudades diplomáticas, donde los agentes secretos prestan los peligros de su servicio a
prueba de huellas, ni en las casas y alcobas en las que el hombre del siglo XXI
(banderillero, espía, fontanero o profesor de filosofía en paro) tiene que evitar el
riesgo de caer en el viejo modelo masculino de refrenar las emociones, perseguir la
autosuficiencia, el egocentrismo del éxito, la homofobia y separar la veloz fuerza bruta
del sexo de la alargada intimidad seducida por las caricias.

Hace tiempo que los estereotipos masculinos de antes ya no valen. Según el psicólogo
Roland Levant, el hombre actual está abocado al conflicto entre una tradición que le
pide que sea dominante y una realidad que no tolera la deidad inexorable del macho,
ninguna violencia desatada o borrosa. Lo mismo sucede con el espía. Tener formación
militar, una innata capacidad de seducción, buscar el protagonismo individual, lucir
esmoquin con coquetería y saber conducir cualquier tipo de posible vehículo en los
riesgos de la huida o la persecución han dejado de ser prioridades.
ARAGON XICOTENCATL RIBE SERGIO 7CM2 BOLETA: 2014100103

El nuevo Centro Superior de Información para la Defensa (sus siglas son CNI), al
igual que las mal interpretadas chicas Bond que siempre fueron profesionales de
rango, independientes, sagaces y escurridizas, priman más que su servicio de
inteligencia masculino sea discreto, honrado, humilde y con espíritu de cuerpo.
Atributos recogidos en un código de ética que los 3.500 agentes españoles pueden
consultar, desde el pasado 12 de octubre, en una página web que no se autodestruye
una vez descifrada la lectura de su mensaje.
Ahora más que nunca necesitamos encontrar razones para creer en este mundo,
puesto que es el único que tenemos. Así que, al ver hacia el futuro, reconozcamos a
quienes se niegan a aceptar el sofocante peso de la historia, a los escritores que nos
hacen llorar, a los artistas que ofrecen resistencia al lado gris de la vida, a los poetas
que se atreven a escribir sobre un amor que no puede expresarse con palabras, a los
músicos que sacuden nuestras almas y a los niños que nunca se rinden ante los límites
del presente.

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