DE RICAURTE SOLER
ISBN: 978-9962-12-914-1
Impreso en Panamá
Índice
5
PRESENTACIÓN
6
cultura francesas. Con su legado civilizatorio y acrecentado
amor de su pueblo por la libertad, la democracia, la solidaridad
y la justicia social para todos los hombres y pueblos del mundo.
Bebió el maestro Soler en las inagotables fuentes de
la Universidad de la Sorbona y conoció de primera mano a
una pléyade de filósofos y pensadores que por aquellos años
de fines de la década de los cincuenta y sesenta del pasado
siglo ejercieron su cátedra, muchas veces polémicas, en los
centros de estudio de la Ciudad de la Luz y en los cafés y
peñas de intelectuales. De allí su encuadrada admiración por la
tradición intelectual de la capital cultural de Occidente en los
duros tiempos de la postguerra, de la guerra fría y los procesos
de descolonización.
Hoy en esta valiosa publicación la Embajada de Francia
en Panamá y el Instituto Francés de América Central no solo
contribuyen al merecido homenaje del mentor del pensamiento
panameño, sino reafirma los tradicionales lazos de amistad con
nuestra Facultad de Humanidades. En los tiempos difíciles de
la construcción de un pensamiento crítico y la amenaza contra
las Ciencias Sociales y las Humanidades, adquiere este libro la
firmeza de crear conciencia.
7
Homenajes
8
APROXIMACIÓN AL PENSAMIENTO FILOSÓFICO
DE RICAURTE SOLER. MOISÉS CHONG M.
1
El prólogo a Pensamiento panameño y concepción de la nacionalidad durante
el siglo XIX, de Ricaurte Soler, Rodrigo Miró dice: “Revelando un maduro recto
criterio, con una información extraordinaria para las posibilidades del medio, Soler
brinda aquí un capítulo del mayor rango a la historia de nuestras ideas...Por otra
parte, revela en su autor un fino instinto de investigador y una probada competencia,
virtudes que auguran para mañana nuevos aportes de pareja o superior validez’.
9
Moisés Chong M.
10
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
4
Ricaurte Soler. Estudios sobre historia de las ideas en América, Imprenta Nacional
Panamá, 1966, p.65.
5
Ibíd. p. 65-66.
6
En su obra Formas ideológicas de la nación panameña, nos dice Soler: “Es
más difícil de concebir, declara Arosemena, una causa sin causa que una serie
ininterrumpida de causas y efectos. El conocimiento científico, único válido y en
cuanta descripción de lo que es o pasa, no tiene por qué preocuparse de premisas
teológicas o metafísicas. Arosemena parte, pues, de un radical agnosticismo.
Citado en Tareas, números 11-12, número extraordinario conmemorativo, Panamá
1963, p.36.
11
Moisés Chong M.
7
Es convicción en Soler que sin afirmar determinismos radicales, no se puede negar
que en cierto orden de cosas las ideas reflejan aspectos esenciales del mundo real.
12
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
8
Declara de modo categórico y sin eufemismos de que no hay imparcialidad en la
filosofía. Cita de estudios de la historia de las ideas en América pag.19, una historia
de las ideas según el modelo inmanentista haría de estas historia un perpetuo
sujetarse a repeticiones estériles.
9
Estudio de historia de las ideas en América p.19
10
Ibíd.
13
Moisés Chong M.
11
El libro del gran internacionalista argentino, Luis M Drago el crimen nato lleva
una introducción nada menos que del italiano Cesar Lombroso obra fue, claro está
traducida del español al italiano.
14
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
Cita de Jesús Silva Herzog lo siguiente: El que catalogado como liberal moderado
se adelantó sin saberlo las consideraciones materialistas de la historia de Marx y
Engels Ibíd. p.98
15
Moisés Chong M.
13
Ricaurte Soler: Materialismo e idealismo: Una alternativa llama la de manera
tan parca y sencilla aborda nuestro autor la disyuntivas entre las dos concepciones
del mundo y de la vida difíciles de compaginar no obstante el autor entra de lleno
en el análisis y estudio crítico de estas dos posiciones que entran en relación con la
ontología y con la gnoseología Soler intenta, no obstante, abordar el asunto con un
criterio no sujeto a su posición subjetivas.
16
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
17
Moisés Chong M.
En El positivismo argentino Soler expresa que por lo que se refiere a las fuentes
15
18
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
Citando a Ameghino, Soler nos hace saber una muy particular opinión del sabio
16
19
Moisés Chong M.
20
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
21
Moisés Chong M.
Más adelante hace mención Soler de lo importante que resulta para estos análisis
19
22
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
20
Hay una cierta coincidencia de esta opinión con la de Sir Arthur Eadus por
cuanto éste dice taxativamente: “La física ya no está comprometida esquema de
ley determinista. El determinismo ha caído a un lado no está comprometida en un
esquema de ley determinada el determinismo ha caído a un lado en las últimas
formulaciones de la física teórica y es dudar por lo menos alguna vez sea traído
de vuelta” La naturaleza del mundo físico, Editorial Sudamericana Buenos Aires,
1945, p. 336.
23
Moisés Chong M.
24
Aproximación al pensamiento filosófico de Ricaurte Soler
25
PRESENCIA Y VIGENCIA DE LA FILOSOFÍA EN EL
PENSAMIENTO Y OBRA DE RICAURTE SOLER.
MIGUEL A. CANDANEDO O
Introducción
No cabe duda, el mejor homenaje que se le puede rendir a
la memoria de un pensador, consiste en el examen crítico
de su pensamiento y obra, no con el propósito de agotar los
elogios y las adjetivaciones, sino para poner al descubierto
los fundamentos teóricos y los procedimientos metodológicos
que subyacen en la globalidad de su quehacer intelectual,
constituyéndose en el “hilo conductor” de sus cogitaciones.
Quienes, a partir de ahora, asumen el honroso
compromiso de dar continuidad a la empresa editorial de la
revista Tareas, han dispuesto que la presente entrega esté
integralmente dedicada al homenaje póstumo de su fundador
e infatigable director quien, por más de tres décadas, mantuvo
su periodicidad e incuestionable calidad teórica.
Se nos ha distinguido, en nuestra condición de discípulo
del Maestro y de especialista en las disciplinas filosóficas, para
que nos ocupemos del examen de esa vertiente de su obra.
Labor que procuraremos realizar con suma complacencia, por
el honor que se nos hace y que, sin embargo, entraña el gran
desafío de lograr sintetizar en pocas cuartillas la vastedad,
profundidad y especificidad de las concepciones filosóficas de
Soler y el lugar que estas ocupan dentro de la totalidad de su
pensamiento.
Soler y la filosofía
No cabe duda de que, la primera dificultad que confrontamos
consiste en tratar de desentrañar el lugar que ocupa la filosofía
en el pensamiento y obra de Ricaurte Soler. Este asunto, que
a prima facie parece sencillo, constituye el objeto central de
este escrito.
Visto desde la perspectiva de su formación intelectual
universitaria, pocas dudas se podrían abrigar de que ésta fue
medularmente una formación filosófica. Como es natural,
27
Miguel A. Candanedo O
21
Ricaurte Soler: “Discurso en el acto de graduación de la Universidad de Panamá
(marzo 1954)”, en Panamá: páginas y tareas. Ed. de la Revista Tareas Panamá
1973. pág. 21-28.
22
Cuando nos referimos a la valentía intelectual del Discurso aludimos a que el
mismo fue leído en el acto de graduación de la Universidad de Panamá, en el mes
de marzo de 1954, seguramente en presencia de altas autoridades nacionales, en
circunstancias en las que el país vivía la dura represión del régimen macartista del
general José A. Remón Cantera.
23
Ricaurte Soler: Pensamiento panameño y concepción de la nacionalidad durante
el siglo XX. Ed. Librería Cultural Panameña, S.A, Panamá. 1971. pág. 137.
28
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
24
Ídem, pág. xx.
25
Ídem, pág.1
29
Miguel A. Candanedo O
26
Ibídem
27
Ídem, pág. 13.
30
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
28
Ibídem
29
Ibídem
31
Miguel A. Candanedo O
32
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
33
Miguel A. Candanedo O
33
Ricaurte Soler: Tradición, reflexión y enseñanza de la filosofía en Panamá en la
revista Tareas N°79, septiembre-diciembre 1991.
34
Ibídem.
34
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
35
Miguel A. Candanedo O
36
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
37
Miguel A. Candanedo O
37
Ídem, pág. 15.
38
Ídem, pág. 17.
38
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
39
Ibídem.
40
Ídem, págs. 17-18.
39
Miguel A. Candanedo O
40
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
41
Idem, pág. 19.
42
Idem, pág. 26.
41
Miguel A. Candanedo O
42
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
43
Miguel A. Candanedo O
46
Ídem, pág. 13.
47
Ídem, pág. 14.
48
Ídem, pág. 16.
44
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
45
Miguel A. Candanedo O
52
Ibídem
53
Ídem, págs. 28-29.
46
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
54
Ídem, pág. 274.
47
Miguel A. Candanedo O
55
Ricaurte Soler: Pensamiento Panameño..., pág. 4.
56
Ídem, pág. 5.
57
Ricaurte Soler. Formas ideológicas de la nación panameña. 2ed. Revista Tareas.
Panamá. 1964. 94 págs.
48
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
49
Miguel A. Candanedo O
50
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
51
Miguel A. Candanedo O
59
Ídem, pág. 179.
52
Presencia y Vigencia de la Filosofía en el Pensamiento y Obra de Ricaurte Soler
53
EL DR. RICAURTE SOLER Y EL MOVIMIENTO DE
REFORMA UNIVERSITARIA EN PANAMÁ. VÍCTOR
ÁVILA D.
Introducción
En el presente trabajo pretendemos destacar el relevante
papel que cumplió el Dr. Ricaurte Soler en el desarrollo del
Movimiento de Reforma Universitaria de la Universidad de
Panamá, a comienzos de la década de 1960.
Sin embargo, hemos creído necesario señalar algunos
antecedentes universitarios y nacionales que determinaron el
planteamiento reformista. Por ello, se hace un somero recuento
de la situación nacional e internacional, que sirvió de marco
histórico al quehacer político e intelectual de la juventud
estudiantil de esa generación.
Por esta razón, se mencionan las condiciones generales
que existían en el país durante la década de 1950, los conflictos
más importantes y las luchas estudiantiles de mayo de 1958,
que fueron los antecedentes inmediatos del planteamiento de
Reforma Universitaria en Panamá.
Resulta oportuno señalar que las formulaciones
teóricas ideales sociales, políticas y educativas de la Reforma
Universitaria, mantienen aún plena vigencia en nuestro
medio adquiriendo mayor actualidad, en razón del estado
de incertidumbre y desmovilización total de los estudiantes
panameños de la presente generación.
El magisterio que ejerció el Dr. Ricaurte Soler, por
cuatro décadas en la Universidad y en el país, con singular
entrega a los requerimientos de la cátedra, así como sus
insistentes llamados reconstruir la Unión de Estudiantes
Universitarios, debe constituirse en una valiosa herencia
intelectual y política, que oriente la juventud universitaria por
los caminos del estudio científico de la realidad nacional y la
comprometa en los afanes y tareas que la nación demanda en
esta hora de definiciones y afianzamiento de la entidad cultural
panameña.
55
Víctor Ávila D
Antecedentes
Durante los meses de agosto-septiembre del año 1962, la
Universidad de Panamá fue sacudida por una larga huelga
estudiantil, cuyas proyecciones políticas e ideológicas en el
plano nacional fueron de gran trascendencia. Dicho movimiento
huelguístico había sido producto de las contradicciones
imperantes en el seno de la propia Universidad, entre la Unión
de Estudiantes Universitarios, encabezada por el Frente de
Reforma, y la Administración Central de la Universidad,
sostenida por sectores ultraconservadores, denominados en
esos días, con el calificativo de la “rosca universitaria”.
La Unión de Estudiantes Universitarios agrupaba
a todos los alumnos de la Institución, aunque en sus filas
existieran diversas corrientes ideológicas. Sin embargo, el
Frente de Reforma Universitaria tenía amplio respaldo de las
mayorías estudiantiles, constituyendo los sectores de izquierda
la columna fundamental de ese movimiento renovador.
La “rosca universitaria”, la integraban los directivos
universitarios de la época y la mayoría del cuerpo docente,
el cual estaba sujeto a todo tipo de presiones y manipulación
por los jerarcas de la Universidad. La ideología de la “rosca”
era conservadora y antidemocrática, sus dirigentes mantenían
estrechos lazos pocos con los partidos oligárquicos, vinculados
a los intereses nacionales que tan negativa influencia han
tenido en la vida del Istmo.
La confrontación entre ambos sectores evidenciaba la
existencia de dos concepciones diametralmente opuestas en
torno a los fundamentos filosóficos, científicos y humanísticos
que deben sustentar a un Centro de Estudios Superiores en
nuestro país y en Latinoamérica.
El movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
comenzó a madurar a partir de las experiencias y las luchas
estudiantiles de mayo de 1958, cuando la Federación
de Estudiantes de Panamá, entidad que aglutinaba a los
estudiantes secundarios y universitarios, planteó importantes
56
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
57
Víctor Ávila D
58
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
59
Víctor Ávila D
60
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
61
Víctor Ávila D
62
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
62
Ídem, pág. 86.
63
Víctor Ávila D
63
Ídem, pág. 87.
64
Ídem, pág. 87.
64
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
65
Víctor Ávila D
67
Ídem, pág. 91.
66
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
68
Ídem, pág. 93.
67
Víctor Ávila D
69
Ídem, pág. 95.
68
El Dr. Ricaurte Soler y el Movimiento de Reforma Universitaria en Panamá
Bibliografía
Revista Tareas No9, abril-junio de 1963, Panamá, 127 págs.
Víctor Ávila: “La Universidad Latinoamericana: Orígenes y
Antecedentes”, Cuadernos Universitarios No1, Ed. Formato
Dieciséis, Universidad de Panamá, 1985, 16 págs.
Héctor Silva Michelena y otros: Universidad, dependencia y
revolución, Ed, Siglo XXI, México, 1971, 217 págs.
Varios autores: Universidad de Panamá: Reseña histórica,
organización y reafirmación nacional, Dirección General de
Planificación, Ed. Universitaria, 1991, 68 págs.
69
RICAURTE SOLER: APUNTES PARA UN RETRATO
INTELECTUAL. BRISEIDA ALLARD
Introducción
Se ha dicho con razón que “nada humano es inteligible sin la
historia -sin su propia historia”. En un evento como éste, tal
convicción reclama un análisis que por diversas razones no
puedo intentar aquí ahora.
Pero compartir esa convicción obliga, al menos, a
recordar algunos pormenores del escenario más amplio, del
contexto social e intelectual dentro del cual ha sido elaborada
y al que ha contribuido la obra de Soler, no sólo en nuestro
pequeño país sino en buena parte de los países latinoamericanos
y caribeños. Nuestra América como gusta decir Ricaurte.
Hace algún tiempo, el reconocido filósofo argentino
Mario Bunge, al hablar de la posible utilidad del filósofo en la
ciencia social, señalaba lo siguiente:
“En el pasado la actitud del filósofo para con el estudio de lo
social ha sido arrogante: o bien emprendía él mismo dicho
estudio de la sociedad alegando que era de su competencia
o bien declaraba que la sociedad es una totalidad in-
analizable. En la actualidad el filósofo está aprendiendo
a adoptar una actitud nueva, más modesta y fructífera: ha
comenzado a estudiar ciencia social y a examinar algunos
de los problemas filosóficos que ella suscita”.
“El filósofo ha comenzado a estudiar ciencia social
y a examinar algunos de los problemas filosóficos que ella
suscita”... Si bien esta aseveración de Mario Bunge en el
primer Coloquio Nacional de Filosofía, celebrado en agosto de
1975, en Morelia, estado mexicano de Michoacán, no puede
ser aplicada al filósofo e historiador panameño Ricaurte Soler,
lo cierto es que tampoco es simple el trasfondo de la relación
entre el quehacer académico soleriano y las ciencias sociales
71
Briseida Allard
específicamente la Sociología.
La cuestión no es, naturalmente, para sorprender a
nadie. Ya es un punto sobre el que casi existe consenso general
aquello que ha sido llamado “el desencuentro de las ciencias
sociales”, esto es, el abismo entre los métodos de la economía,
de la sociología, de la historia. Un abismo que con frecuencia
también implica un choque entre mentalidades, una oposición
entre las actitudes que toman unos y otros científicos de cara
a los problemas gnoseológicos y prácticos que caracterizan a
cada una de las disciplinas mencionadas.
Como reconoce el historiador británico Edmund Peter
Burke, sociólogos e historiadores, al no comportarse como
buenos vecinos intelectuales, se mantienen como interlocutores
en un diálogo de sordos, donde, además, cada grupo tiende a
ver al otro en términos estereotipados.
Al margen -o mejor- junto a este tradicional
desencuentro, ¿dónde está, entonces, la especificidad de ese
trasfondo difícil que enlaza de manera tan complicada la obra
soleriana y las ciencias sociales en Nuestra América, en general,
y en Panamá, particularmente? Vamos a intentar caracterizarlo
con el esquematismo que obliga una presentación como la que
hoy nos reúne. Desde inicios de la década de 1950, el núcleo
central del quehacer académico y editorial de nuestro autor
está ligado a sus preocupaciones en torno a la historia social
de las ideas en América.
Así, desde Pensamiento panameño y concepción de
la nacionalidad durante el siglo XIX, para la historia de las
ideas del Istmo (1945), su trabajo de graduación presentado a
la Universidad de Panamá para optar al título de Profesor en
Filosofía e Historia y licenciado en Filosofía y Letras hasta Idea
y cuestión nacional latinoamericanas. De la independencia a
la emergencia del imperialismo (1980), pasando, entre otros
trabajos, por El postismo argentino: pensamiento filosófico
y sociológico (1959); Estudios sobre historia de las ideas en
América (1961); Formas ideológicas de la nación panameña
72
Ricaurte Soler: Apuntes para un Retrato Intelectual
73
Briseida Allard
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Ricaurte Soler: Apuntes para un Retrato Intelectual
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Briseida Allard
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Ricaurte Soler: Apuntes para un Retrato Intelectual
77
Briseida Allard
78
RICAURTE SOLER: EL MILITANTE CULTURAL.
MARCO A. GANDÁSEGUI, HIJO
Palabras presentadas en el Homenaje a Ricaurte Soler organizado por la
Asociación de Estudiantes de Sociología de la Facultad de Humanidades
(Universidad de Panamá), el lunes, 13 de septiembre de 2004.
El militante cultural
Ricaurte Soler fue un militante de la cultura. Su objetivo
era formar y parte de un movimiento social que le diera una
identidad consolidada al país. Desde temprana edad percibió
una fractura en la sociedad panameña. Una sociedad dividida
por profundas líneas de clase, de prejuicios y discriminación.
Sus lecturas le permitieron identificar esa fractura en el marco
de una estructura social jerarquizada y donde prevalecía
la injusticia social. Su primera preocupación fue de tipo
existencial. Se preguntó a temprana edad ¿a qué sociedad
pertenezco? Rápidamente, sus preocupaciones pasaron a otro
nivel. ¿Cómo está organizada la sociedad panameña? ¿Cuál es
el orden social prevaleciente?, se preguntaba. Las preguntas
que se hacía el joven Soler fueron incorporadas a un conjunto
de nociones producto de sus lecturas marxistas. Como
79
Marco A. Gandásegui, Hijo
70
(Ricaurte Soler), 1960, “Tareas”, Tareas, N°1, p3.
80
Ricaurte Soler: El Militante Cultural
71
José de Jesús Martínez, 1980, “Presentación”, Reimpresión facsimilar Tareas
N°1, pii.
72
José de Jesús Martínez, 1990, “25 años de Tareas”, Tareas, N° 75, p143.
73
(Comité editorial), 2000, “Presentación”, Tareas, N°106, p3.
81
Marco A. Gandásegui, Hijo
82
Ricaurte Soler: El Militante Cultural
83
Marco A. Gandásegui, Hijo
75
José de Jesús Martínez: “Discurso sobre Reforma Universitaria”. En Tareas, No.
7, junio-noviembre de 1962.
84
Ricaurte Soler: El Militante Cultural
85
Marco A. Gandásegui, Hijo
86
Ricaurte Soler: El Militante Cultural
77
Ricaurte Soler, 1980, Panamá, nación y oligarquía 1925-1975, Panamá:
Ediciones de la revista Tareas (2° edición), pp39-40.
78
Ídem. p45.
79
Ídem. p.58.
87
Marco A. Gandásegui, Hijo
88
Ricaurte Soler: El Militante Cultural
89
Marco A. Gandásegui, Hijo
Conclusiones
Soler el militante, Soler el universitario y Soler el investigador
siguen tan vigentes hoy como ayer. Cada pensador –sociólogo
o trabajador–, tiene que convertirse en un militante de la
cultura. Cada universitario tiene que luchar por construir un
centro de estudios superiores que esté al servicio del proyecto
de nación. Todos tenemos que ser investigadores de la realidad
social armados con la capacidad crítica para transformar las
teorías –entendiéndolas como totalidades abiertas, dialécticas
y contribuir a la construcción de la nueva sociedad que quieren
los panameños.
80
Ricaurte Soler, 1975, “Consideraciones sobre la historia de la filosofía y de la
sociedad latinoamericana”, Tareas, N°33, p80.
90
PRESENCIA DE RICAURTE SOLER81. DIMAS LIDIO
PITTY 82
91
Dimas Lidio Pitty
92
Presencia de Ricaurte Soler
93
Dimas Lidio Pitty
94
Presencia de Ricaurte Soler
83
Soler, Ricaurte. Formas ideológicas de la nación panameña, 70. ed. Ediciones de
la Revista Tareas, Panamá, 1985. p. 62.
95
Dimas Lidio Pitty
El aporte de Tareas
Cuando Soler regresó de Europa, a finales de la década de 50,
había declinado el auge del macarthismo, pero Guerra Fría,
sostenida por los bandos que encabezaban los dos polos de
poder mundial en ese momento, se mantenía en toda campos,
incluido el de la cultura.
En nuestro país, como en el resto de América, imperaba
la intolerancia, promovida y exacerbada desde Washington y
acorde con esto, en las esferas del gobierno se hostilizaba y se
perseguía a los educadores señalados como seguidores de ideas
extrañas, es decir, socialdemócratas, socialistas, comunistas...
Adicionalmente, los medios de comunicación radiofónicos e
impresos mantenían campañas constantes contra el peligro
comunista.
En tal clima de zozobra e histeria, cualquier
organización, sindicato o individuo que protestara por alguna
anomalía o injusticia, de inmediato era denunciado como
propagador de ideas disolventes y como peligroso agente al
servicio del castrocomunismo. En cuanto a los denunciantes,
algunos actuaban de buena fe, aunque confundidos; otros,
en cambio, eran despreciables oportunistas y pelechadores,
batracios de la peor especie, que obtenían ventajas y provecho
material Con sus delaciones y campañas rastreras.
En ese ambiente enrarecido, Soler, que trabajaba como
profesor en el Instituto Nacional, trató de incorporarse a la
Universidad de Panamá; pero los retrógrados y oscurantista
de siempre y, por supuesto, esos especímenes repugnante que,
en todas partes, aún hoy, moran y medran en los rincones y
96
Presencia de Ricaurte Soler
84
Soler, Ricaurte, op. cit. p. 63
97
Dimas Lidio Pitty
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Presencia de Ricaurte Soler
99
Dimas Lidio Pitty
100
Presencia de Ricaurte Soler
101
Dimas Lidio Pitty
sola
con dolores espantosos y palabras tiernas
aquí o allá
en un sitio del mundo
Aviones
navíos
trenes
cargados de productos
vuelan
navegan
viajan
uniendo necesidades y esperanzas
Un cohete aluniza
y quien lo guía ve
allá lejos
la casa del hombre
brillando y pequeña
en el espacio
En algún lugar
diariamente
alguien cae
puramente muerto
lejos de su hogar
en medio de los suyos y de todos
junto a mi
cae
puramente muerto
por la paz.
1965
102
Presencia de Ricaurte Soler
Memoria y legado
El óbito de Soler fue un rayo en el cielo límpido de la tarde del
14 de agosto de 1994: nadie podía suponer que a los sesenta
y dos años nos iba a dejar el maestro que acaso más había
contribuido a trazar el perfil de nuestra nación, a definir los
rasgos de nuestro pasado espiritual.
Además, su fértil gestión docente -la cual abarcó casi
cuatro décadas en nuestra universidad y en renombrados centros
de investigación y de estudio del extranjero dejaba una huella
imborrable en la conciencia del país. Porque, dentro y fuera
de la patria, en el libro y en la cátedra Soler ejerció magisterio
intelectual con rigor e integridad ejemplares en otras palabras,
su talento y sus desvelos lo llevaron a convertirse en una figura
esencial del pensamiento panameño del siglo XX.
Debido al prestigio intelectual y académico de que
gozaba fuera de Panamá, al producirse su deceso, instituciones
y personalidades intelectuales de toda América Latina
deploraron el hecho.
Posteriormente, la Universidad Nacional Autónoma de
México, la Universidad de Panamá y la Universidad Autónoma
de Chiriquí han honrado su memoria mediante creación de
cátedras, la designación de auditorios y la instauración de
preseas al mérito intelectual con su nombre85
Ahora, con mucho acierto y en actitud que lo honra,
el Consejo de Facultades Humanísticas de Centroamérica el
apoyo de la Secretaria General de la Universidad de Panamá
-el hogar de Soler por tantos años- ha organizado estas jornadas
en merecido homenaje a su memoria.
Para terminar, detengámonos un momento a pensar en
lo que eran nuestro país, nuestra América y el mundo en la
103
Dimas Lidio Pitty
104
AL MAESTRO RICAURTE SOLER: UNA
MEMORIA…86 URANIA A. UNGO M.
Pensadores Humanistas87
Librería Universitaria
Mayo 16 de 2018.
86
Una versión anterior ha sido la base para ampliar estos breves comentarios.
87
UP/ Facultad de Humanidades/ Centro de Investigaciones de la Facultad de
Humanidades (CIFHU). Ciclo de PENSADORES HUMANISTAS.
88
Ricaurte Soler: Panamá Nación y Oligarquía 1925-1975. En: Revista Cultural
Lotería; # 400. Diciembre de 1994. Pág. 258.
105
Urania A. Ungo M
106
Al Maestro Ricaurte Soler: Una Memoria
89
Ricaurte Soler. Idea y Cuestión Nacional Latinoamericanas. De la Independencia
a la emergencia del Imperialismo. Siglo XXI Editores, México, 1980. Pag. 199.
107
Urania A. Ungo M
108
Al Maestro Ricaurte Soler: Una Memoria
90
Urania Atenea Ungo. De la resistencia cultural al proyecto político:
Fundamentalismos contra el cambio social. La Estrella de Panamá. FLACSO
Panamá. Política/domingo 1 de abril de 2018.
109
Urania A. Ungo M
91
Soler…Idea y cuestión nacional…Pág. 272
110
Al Maestro Ricaurte Soler: Una Memoria
111
Misceláneas
112
SOLER: UNA REFERENCIAPANAMEÑAINELUDIBLE
EN EL ESTUDIO DE LAS IDEAS EN “NUESTRA
AMÉRICA”. JOSÉ ÁNGEL ESPINOZA SUIRA
113
José Ángel Espinoza Suira
92
La influencia y presencia del pensamiento martiano en Soler fue a todas
luces palmaria. Varios trabajos recogen la continuación creativa de este legado:
“José Martí: Bolivarismo y antiimperialismo”, Simposio Internacional sobre el
Pensamiento Político Antiimperialista en José Martí, Memorias del Centro de
Estudios Martianos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1989. Anterior a
este trabajo, entramos en 1980: “De Nuestra América de Blaine a Nuestra América
de Martí”, Casa de las Américas N°119, La Habana, 1980. Posteriormente, en
1992, publica en Tareas N°82, septiembre– diciembre, un interesante artículo
titulado: “Martí y el Canal de Panamá”, pp. 47-51.
114
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
jornadas, héroes y pensamientos que muchas veces adelantaron
advertencias, proyectos y tareas que ahora deben ser retomadas
y actualizadas. Definitivamente, jamás entenderemos los
eventos post-postmodernos (como ahora los llaman) si antes
no logramos encontrarnos de frente con nuestra angustia
existencial, con nuestros logros, nuestros errores, nuestros
héroes y continuar así la faena, muchas veces interrumpida, de
construcción de nuestra identidad y nuestro destino histórico.
El pensamiento hispanoamericano del XIX y del
XX continúa siendo válido en su misión desalienadora y
reconstructiva. Nos advierte precisamente de que los peligros
siguen siendo los mismos, pero, al ser estos mayormente
complejos, nos propone la retoma crítica de todos estos
aportes para recuperar lo mejor de su proyección visionaria,
poder de diagnóstico, rigurosidad metodológica, optimismo
imaginativo y prospección científica. Estos aportes sólo se
quedarían en el pasado si las metas que se trazaron y las tareas
que se establecieron hubieran sido cumplidas o satisfechas.
Evidentemente, esto no ha sido así y hoy todavía acudimos
a la sobrevivencia de un sistema oprobioso de dominación
que pugna por mantenerse y expandirse a expensas del atraso,
subdesarrollo y explotación inmisericorde de nuestros pueblos.
No obstante, aunque esto constituye una realidad aplastante,
también es cierto que los aportes de Martí y de Soler nos hablan
del fortalecimiento de una ética política basada en la fe en el
hombre, en el progreso material y espiritual de la humanidad,
en el optimismo resultante de la lucha de los pueblos, en
el acrecentamiento de un pensamiento hispanoamericano
liberador y autóctono y en la confianza puesta en el ideal
bolivariano de unidad de las ex -colonias españolas o “Nuestra
América”, en algún momento de todo este proceso.
Diría Soler al respecto que la tarea del momento sería la
de rehacer una cosmovisión que haga justicia al requerimiento
teórico y práctico que reclama la vertebración colectiva y
multidisciplinaria del conocimiento, en franco compromiso
115
José Ángel Espinoza Suira
116
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
de América Latina y el Caribe (ADHILAC), la cual sesionó
en Querétaro, México. A la fecha ostentaba los títulos de
licenciado en Filosofía, de la Universidad de Panamá, un
doctorado en Filosofía de la Universidad de París y había
pasado por cursos de Historia de América en la UNAM de
México. No por casualidad había sido también incluido su
nombre en el Diccionario de las Letras en América Latina
(DELAL), como figura y personalidad literaria descollante:
este diccionario fue confeccionado en Venezuela con el
patrocinio de la Fundación Biblioteca Ayacucho. Su actuación
en congresos internacionales como los de Estocolmo, Caracas,
México, Lima, Sao Paulo y otros también fue notoria.
117
José Ángel Espinoza Suira
118
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
vice-presidente.
Cuenta Pedro Pablo que en esa oportunidad se atrevió a
hacerle a su amigo la pregunta de si él sabía que, en ocasiones,
su personalidad era un obstáculo para sus relaciones humanas;
a lo cual contestó:
Sí, sé que no me ayudan mi estiramiento y mis
modales, tan poco panameños. Los cubanos me lo dicen y
los panameños también. Pero, ¿qué le voy a hacer? Ese es mi
carácter, aunque quizás muchos no imaginen que en realidad
me gusta ver bailar, que admiro la palabra fácil y la broma
ligera que a mí no me salen, y que a mí, también, se me van
los ojos tras el bamboleo de ciertas mujeres. Pero hacer todo
eso con el desenfado usual de la gente del Caribe, eso sí
que no puedo, no me sale. Te repito, en eso sé que soy poco
panameño. Pero que no quepan dudas sobre mí: soy panameño
total, esa es mi primera y primordial definición como persona.
Y esa ha sido la esencia de mi obra toda. ¿Mi aspiración? Que
mis lectores de hoy y, sobre todo, los de mañana, me vean así
como panameño93.
93
De Pedro Pablo Rodríguez: “Mi último encuentro con Ricaurte”. En Tareas
N°89, de enero-abril de 1995, pp.95-97.
119
José Ángel Espinoza Suira
94
Sobre su vínculo temprano con las causas del movimiento estudiantil universitario,
Víctor Avila, docente universitario, historiador y político, nos narra en su artículo
“Ricaurte Soler: Un intelectual comprometido con su tiempo”, que el Dr. Soler
siempre simpatizó con las causas defendidas por la Federación de Estudiantes de
Panamá y el FRU. Desde 1958, con las jornadas de mayo de 1958, lo cual le acarreó
la detención por varios días en la Cárcel Modelo, hasta la huelga universitaria de
agosto-septiembre de 1962, cuando la Unión de Estudiantes de Panamá frustró el
intento de la “rosca universitaria”, liderada por el rector Narciso Garay, de investir
al ex -presidente Ernesto de la Guardia como miembro de la Academia Panameña
120
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
tratando de guardar el orden cronológico de su aparición:
- “Problemas de la Historia de la Filosofía”, Tareas N°7,
junio-noviembre de 1962.
- “Sobre las direcciones filosóficas fundamentales”, Tareas
N°15, abril - junio de 1965.
- Modelo mecanicista y método dialéctico, Panamá, Ediciones
de la Revista Tareas, 1966. Tareas N°17.
- El positivismo argentino. Pensamiento filosófico y
sociológico, Biblioteca América Latina, Buenos Aires,
Editorial Paidos, S.A., 1968.
- Estudios filosóficos sobre la dialéctica. (En colaboración con
José de Jesús Martínez). Premio sección ensayo, Concurso
Literario Ricardo Miró, 1971, Ediciones de la Librería Cultural
Panameña, 1973.
- “Causalidad en el mecanicismo y causalidad en la dialéctica”,
Revista Lotería N°193, diciembre de 1971.
- “Dialéctica de universales e individuales (sobre el
nominalismo)”, Revista Lotería N°194, enero de 1972.
- Materialismo e idealismo: Una alternativa. Ediciones de la
Revista Tareas, 1974, tercera edición aumentada, con apéndice
analítico de Humberto Brugiati.
- “La especulación filosófica no puede apartarse de los
problemas de la realidad americana”. Entrevista de Dimas
Lidio Pitty, aparecida en el diario El Día, de México, 10 de
agosto de 1975. Tareas N°33, septiembre - noviembre de
1975.
121
José Ángel Espinoza Suira
122
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
o colectiva, deviene en un problema puramente escolástico95.
Esta obrita, de exactamente 67 páginas, constituye
la maduración de su pensamiento filosófico, el cual venía
gestándose desde los años 1962, 1964, 1965, 1966, a través
de artículos aparecidos tanto en la revista Tareas como Revista
Lotería relacionados con los temas “Sobre las direcciones
filosóficas fundamentales”, “Problemas de la historia de la
filosofía”, “Modelo mecanicista y método dialéctico”, hasta
finalmente lograr Materialismo e idealismo: Una alternativa.
Para cuando estudiantes de mi generación de 1973 llegábamos
a la Universidad de Panamá a estudiar filosofía ya circulaba
la tercera edición aumentada de este trabajo, como Ediciones
de la Revista Tareas, que contenía al final un apéndice titulado
“Materialismo e idealismo. Esquema analítico”, escrito por el
profesor y amigo desaparecido recientemente Humberto A.
Brugiati.
Evidentemente, las ideas aquí expuestas representan
una lenta sedimentación de criterios en torno a la enseñanza
de la filosofía tanto a nivel medio como universitario, la cual
se encontraba imbuida hasta los tuétanos de las diferentes
variantes del idealismo filosófico. Insistirá, entonces, con
mayor vehemencia, que lo ideal, lo espiritual, lo cual no es
negado, debe ser explicado a partir de la realidad exterior al
pensamiento. Hasta ese momento se propagaba en las aulas la
creencia opuesta que, aunque reconocía esta realidad exterior
del mundo, la hacía derivar de un acto de creación del “espíritu
divino”. Concluía al respecto, para no dejar lugar a dudas, que
estas dos direcciones filosóficas fundamentales, “idealismo” y
“materialismo”, habían sido históricamente irreconciliables y
lo seguían siendo. Agregaba que, aunque esta disputa filosófica
no aparecía a simple vista en las diversas investigaciones
95
Soler, Ricaurte: Materialismo e idealismo: Una alternativa. De introducción a la
Filosofía, tercera edición aumentada. Apéndice esquemático-analítico de Humberto
Brugiati. Ediciones de la Revista Tareas, Panamá, 1974.
123
José Ángel Espinoza Suira
124
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
la realidad americana”96.
Soler fue filósofo de principio a fin. Entendía que
debía usar ciertos parámetros teóricos fundamentales y su
formación marxista amplia y crítica lo llevó a estructurar
una cosmovisión materialista dialéctica libre de ortodoxias y
dogmatismos. Por otra parte, ya él se había percatado de que el
mismo marxismo adolecía de criterios orientadores en torno al
problema nacional en la época de emergencia del capitalismo
imperialista. No por casualidad escudriñaba y volvía a hurgar
en la obra de Vladimir Lenin: “El Imperialismo fase superior
del capitalismo”, la cual recomendaba grandemente a amigos y
estudiantes. Completaba esta formación la lectura, no sólo de
los clásicos del marxismo y de toda la filosofía universal, sino,
sobre todo, del pensamiento hispanoamericano autóctono, el
cual siempre buscó, consultó y reinterpretó.
Llegado el momento, se percató de que inclusive
este esfuerzo era limitado, en tanto que debía tomar en
cuenta la historiografía más vasta del continente entero:
Por ello afirmaba “el esfuerzo por registrar la originalidad
y las especificaciones de la historia de las ideas en América
constituía una tarea insuficiente en la medida que esas ideas no
eran lo suficientemente integradas dentro del proceso total del
desarrollo histórico latinoamericano”97.
Este detalle nos parece de sobremanera importante en
tanto que Soler descubre que su indagación de las raíces de lo
nacional en nuestro país durante el siglo XIX lo va conduciendo
al examen de otras especificidades en Latinoamérica. De allí
que hienda también su escalpelo heurístico y hermenéutico en
los hechos relevantes de la revolución mexicana, en el proyecto
de Unión Centroamericana, en el bolivarianismo venezolano,
en el sandinismo nicaragüense y en otros experimentos socio-
96
Entrevista aparecida en El Día de México, el 10 de agosto de 1975, la cual fue
retomada por la revista Tareas N°33.
97
En entrevista ya mencionada.
125
José Ángel Espinoza Suira
126
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
a la emergencia del imperialismo (1980). Este último influyó
poderosamente en el trabajo de graduación que realizamos
en torno al complejo proceso de erección del Estado Nacional
Hispanoamericano a partir de la experiencia bolivariana98.
Una síntesis de las principales características de los estudios
solerianos efectuados desde la perspectiva del materialismo
dialéctico e histórico nos conduce a los siguientes elementos:
- Esfuerzo sistemático de repensar el marxismo a partir de las
especificidades de la realidad hispanoamericana y panameña y
no europea o norteamericana.
- Visión de la historia como una ciencia holística y estructural.
- Nominalismo social: la realidad del “Estado” no está alejada
de los conflictos de clase. Existencia de una dialéctica entre
Nación-Individuo e Individuo-Nación.
- Investigación exhaustiva de los hechos sociales, políticos,
económicos, culturales, etc., concretos con la intención de
arribar a premisas teóricas claras y comprensibles.
- Optimismo epistemológico y gnoseológico frente a la
posibilidad real de concretar el proyecto de Idea y cuestión
nacional hispanoamericana. En esto es profundamente
bolivariano y martiano, antes que marxista.
- La teorización y acción sobre lo nacional y lo social es
concebi¬da como un “acto deliberado”, “intencional”, donde la
voluntad política individual y colectiva ayuda, da un empujón
a la ma¬duración de las condiciones objetivas y subjetivas del
cambio.
- Concepción del Estado Nacional como instancia o ente
homogeneizador de la sociedad. Se manifiesta en el caso
98
En el abordaje teórico del tema “las clases y sus luchas”, encontramos
definitivamente la columna vertebral del pensar sociológico soleriano: Destacan,
a nivel de la región: Clase y Nación en Hispanoamérica (Ediciones de la Revista
Tareas, 1975) y a nivel de Panamá: Las clases sociales en Panamá (CELA, 1994).
El título de nuestro trabajo de graduación fue: “Bolívar y su concepción del Estado
Nacional Hispanoamericano”.
127
José Ángel Espinoza Suira
99
Ver el interesante trabajo del profesor Rodrigo Miró: “Ricaurte Soler, Historiador
de las Ideas”, Tareas N°89, pp. 91-94.
128
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
comentarios bibliográficos al ensayo de Don Diógenes de la
Rosa: Don Guillermo (Andreve) y Don Justo (Arosemena),
dos hombres ante una misma preocupación y prologando
la obra del historiador Alfredo Castillero Calvo: Las luchas
sociales en el Istmo. La te¬mática de la “cuestión” nacional
latinoamericana también es abordada en esta década de trabajo
fecundo, que es denominada por algunos estudiosos de las
ideas en Soler como “los años de su juventud”. Así tenemos:
El positivimo argentino (1959) y Estudio sobre historia de las
ideas en América (1961).
De Pensamiento panameño... destaca un pasaje de crítica
germinal al rol de los estudios universitarios, el cual constata
la importancia que ya Soler le otorgaba a la indagación sobre la
cuestión nacional, como la llamaba: “Nuestra más alta casa de
estudios es fundamentalmente panameña e hispanoamericana:
como tal, está llamada a integrar los elementos de nuestra
débil estructura nacional, y a investigar los fundamentos de la
no menos débil fraternidad hispanoamericana; en una palabra,
a incrementar el sentimiento nacional como pedía Eusebio A.
Morales, y a robustecer el sentido hispanoamericanista como
pedía Bolívar”100.
A partir de estas tempranas ideas, el maestro irá
construyendo una interpretación de la realidad panameña
fuertemente fundada en una concepción del “ser” y del “deber
ser” de lo nacional panameño con miras a la formulación de
una “teoría de la patria” o una “teoría de la nacionalidad”
que realmente explicara los fenómenos políticos, sociales,
económicos, culturales; precisara las principales tendencias, y,
sobre todo, trazara el camino a seguir. Hasta este momento no
se había producido un tipo de especulación que integrara los
muchos y variados trabajos que sobre la temática nacional y el
100
Así se expresaba durante su discurso de graduación en la Universidad de
Panamá, el 27 de julio de 1954. Tomado de Miguel Candanedo: “Soler, Nación y
Tareas”, en Tareas N°100, septiembre-diciembre de 1998, p. 12.
129
José Ángel Espinoza Suira
A manera de conclusión
Realmente compendiar y examinar toda la obra del maestro
101
Según el Dr. Miguel Angel Candanedo, en “Soler, Nación y Tareas”, la
dirección filosófica idealista y la metodología fenomenológica que el Dr. Diego
Domínguez Caballero le imprimiera a los estudios sobre “el ser de lo panameño”
en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Panamá, indujo a Soler a
realizar una traducción de este empeño al lenguaje del materialismo histórico.
Para este momento, en la misma perspectiva idealista, prevalecía también la visión
de otro profesor de filosofía de renombre, Isaías García Aponte, quien destacaba
por su trabajo: “Naturaleza y formas de lo panameño”. Ver revista Tareas N°100,
septiembre–diciembre de 1998, pp. 9-25.
130
Soler: Una Referencia Panameña Ineludible En El Estudio De Las Ideas En
“Nuestra América”
Soler en un trabajo como este resulta casi imposible sin que
esto no nos lleve una cantidad de páginas mayor. Nos falta
todavía hablar de sus últimas obras importantes como lo
fue, por ejemplo, La invasión de Estados Unidos a Panamá
y El Imperialismo en la posguerra fría. En esta última,
Ricaurte continúa fiel a su espíritu crítico investigativo y a su
compromiso de filosofar e historiar la realidad concreta cerca
de nosotros como latinoamericanos y como panameños.
Desde Formas ideológicas de la Nación panameña
(1971, pero sedimentada desde 1963) hasta La invasión
de Estados Unidos a Panamá (1994) podemos observar
la maduración de un pensamiento crítico fuertemente
comprometido con el dilucidamiento del problema de la
racionalidad del proyecto estatal-nacional hispanoamericano
y, sobre todo, del Estado Nacional panameño. El eje temático
central de estos trabajos continúa siendo el examen del
fenómeno nacional, de la construcción del Estado Nacional
para resistir al imperialismo norteamericano. Por supuesto,
ante el dilema “Realidad o artificialidad histórica de la Nación
panameña”, él se inclinará por lo primero, sustentando de
manera prolija y documentada que el “proceso de liberación
nacional panameño” se ha ganado su derecho a existir. No
somos un invento de ningún poder exógeno, aunque nuestra
clase política así lo haya pretendido o lo siga pretendiendo. Y
esta es la razón fundamental por la cual invadieron a Panamá,
los Noriegas o los militares sólo han brindado las excusas
perfectas para ello. Todavía hoy no aprendemos de estas duras
lecciones que nos ofrece nuestra historia reciente. Todavía
hoy seguimos creyendo en los “cantos de sirena” del imperio
y sus tentáculos financieros, militares y culturales.
Además de estos trabajos individuales, que significaron
un tremendo aporte a la construcción de un pensamiento
político panameño fecundo y autóctono, quizá la mayor
contribución del esfuerzo soleriano estuvo en la fundación de
la revista Tareas, de la cual fue su primer director, promotor y
131
José Ángel Espinoza Suira
132
CUASIMODO: SU ÚLTIMO ALIENTO. MIGUEL
MONTIEL GUEVARA
En los primeros años del siglo XX vio la luz la revista
panameño-argentina Cuasimodo. “Atalaya espiritual” llamó
Luis Arasquistaín a Cuasimodo en 1919. Ricaurte Soler quiso
emularla dando vida a su Revista TAREAS. Su último trabajo
es precisamente un ensayo sobre esa revista, el cual tituló
Panamá: 1919-1920. Alba de la Utopía. Lleno de entusiasmo
me entregó el manuscrito que todavía conservo para conocer
mi opinión y sentí que la calidad del mismo evidenciaba
un renacer de su ánimo decaído por los tristes hechos de la
ausencia de Chuchú y la debacle del socialismo en Europa del
Este junto con el colapso del gobierno sandinista. La muerte
lo sorprendió antes que pudiera publicarlo.
Entonces decidí hacerlo yo y entregué el manuscrito
al colega Simeón González porque no tenía condiciones
anímicas para llevar a cabo la tarea. Simeón lo revisó y se
publicó póstumamente en el # 94 de la revista TAREAS, con
el título de CUASIMODO: ALBA DE LA UTOPÍA que sugerí.
En su Introducción dice:
[... ] El socialismo real es la primera experiencia en
la historia de la humanidad en que el hombre asume,
con los alcances de su conciencia, la responsabilidad
de estructurar la sociedad al margen de los parámetros
inexorables creados por la propia actividad de
producción y de reproducción de su vida material [...]
Mientras más profundizaba Soler su investigación
sobre Cuasimodo más vivo se sentía, porque ese trabajo era una
oportunidad para replantear la utopía socialista, su optimismo
futurista, expresado con el mismo sentimiento con que se veía
a sí mismo Émile Zola, como patrocinador de los explotados,
“con una mano en el presente pesimista y una mirada en un
futuro esperanzador”, y paralelamente con ello Cuasimodo le
daba también la oportunidad de manifestar su desprecio por
quienes traicionaron la Patria entregándose a los invasores del
horrendo genocidio del 20 de diciembre de 1989:
Pertenece a la conjetura pensar que así como la
Revolución Inglesa y la Revolución Francesa tuvieron
133
Miguel Montiel Guevara
134
Cuasimodo: Su Último Aliento
135
Miguel Montiel Guevara
136
Cuasimodo: Su Último Aliento
137
EL 11 DE OCTUBRE, “PANAMÁ: NACIÓN Y
OLIGARQUÍA”. ENOCH ADAMES M.
Página de FLACSO en La Estrella de Panamá (25-10-2015).
Ingenuidad y tradición
Sin embargo, algunos reportajes periodísticos que se
publicaron hace dos semanas, a raíz del aniversario del golpe
de estado del 11 de octubre, señalaron la existencia de ciertas
complicaciones para aproximarse a su análisis historiográfico.
Debemos recordar que no es fácil sobrepasar los límites de
la predilección ideológica que la sociedad panameña tiene
por las biografías y los acontecimientos inmediatos. Como
manifiesta Fernand Braudel, ese gran historiador francés:
‘también los encuadramientos mentales representan prisiones
de larga duración’.
Braudel, tomando distancia con el historiador
139
Enoch Adames M
El 11 de octubre
El golpe de Estado llega de la mano de un complejo de
contradicciones, en donde se combinan diferentes ‘cuestiones’
tanto ‘estructurales’ como ‘episódicas’. Entre las estructurales
está el carácter dependiente de la formación social panameña y
en ella la no resuelta cuestión nacional; y entre las episódicas,
las profundas contradicciones inter e intra clase en que se debate
la cuestión política del poder. Este escenario lo cubren tanto los
conflictos de dominación política entre el Estado oligárquico y
la sociedad; como también, las luchas entre distintas fracciones
de la oligarquía y que tendrán su culminación con la crisis
140
El 11 de Octubre, “Panamá: Nación y Oligarquía”
Clases y categorías
En el acápite sexto, Soler introduce dos términos con los
que va a caracterizar el proceso que se inaugura con el 11 de
octubre. ‘Bonapartismo y nacionalismo revolucionario’. El
concepto de ‘bonapartismo’ viene del análisis que Marx hizo
del golpe de estado del 2 de diciembre de 1851, que da el—
hasta ese momento — Presidente de la República Francesa,
Luis Bonaparte. En el análisis de las luchas de clases de ese
período, Marx designará como ‘bonapartismo’, el ejercicio de
un poder personal, legitimado socialmente por la primacía de
una casta burocrática-militar, orientada en la voluntad y en la
141
Enoch Adames M
142
SOLER: CLAVES PARA UNA FILOSOFÍA PRÁCTICA
PANAMEÑA. PEDRO PINEDA GONZÁLEZ.
CUADERNOS NACIONALES
143
Pedro Pineda González
144
Soler: Clave para una Filosofía Práctica Panameña
145
PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO EN RICAURTE
SOLER. ALFREDO FIGUEROA NAVARRO
Educado en las disciplinas filosóficas e históricas, en la
Universidad de Panamá, a nivel de licenciatura, el maestro
Ricaurte Soler, 1932-1994, no fue extraño a las preocupaciones
sociológicas desde su primer libro lanzado en 1954 hasta su
final obra de 1991 en torno a la invasión de Estados Unidos a
Panamá.
Por ello, advertíamos, desde 1971, en Ricaurte Soler,
al ‘sociólogo’ que tanto necesitaba la historia panameña. Las
inquietudes sociológicas, en Ricaurte Soler, son susceptibles
de rastrearse, fácilmente, en su Pensamiento panameño y
concepción de la nacionalidad, 1954, su tesis de licenciatura en
Filosofía e Historia, sustentada en la Casa de Méndez Pereira,
cuando se interroga sobre la cuestión nacional a lo largo del
siglo diecinueve patrio. Aun cuando el autor se inscriba en
el campo de la historia de las ideas, es innegable el talante
sociológico de sus consideraciones.
Pocos años más tarde, su disertación doctoral en la
Universidad de París, acerca del positivismo argentino, 1956,
publicada en Panamá hacia 1959, versa sobre el pensamiento
filosófico y sociológico en aquel país de la América austral. En
este sesudo trabajo, tan leído en Sudamérica y en México donde
se reeditara y comentara entusiásticamente, Soler expone las
líneas de fuerza del pensamiento filosófico y sociológico de
la escuela positivista argentina con lujo de detalles. Sin lugar
a dudas, estimamos que este segundo libro de Soler se leyó
más fuera de Panamá que en nuestro país inaugurando la
nombradía de nuestro pensador más allá de nuestras fronteras
y granjeándole una reputación de experto en historia de las
ideas en América a escala continental y planetaria.
Luego, en sus Estudios sobre historia de las ideas
en América, 1961, Soler vuelve a analizar a pensadores
iberoamericanos susceptibles de calificarse de presociólogos
como el mexicano Mariano Otero o nuestro Justo Arosemena.
Fiel a sus inquietudes sobre la nacionalidad, su próximo libro,
147
Alfredo Figueroa Navarro
148
Pensamiento Sociológico en Ricaurte Soler
149
EL ESTADO NACIONAL: UNA CATEGORÍA
FUNDAMENTAL EN EL PENSAMIENTO DE
RICAURTE SOLER102. RUBÉN DARÍO RODRÍGUEZ
PATIÑO
I. Ricaurte Soler tenía dos opciones llegado el
momento de escoger el marco teórico que le serviría
de instrumento para el estudio de la cuestión nacional
en Panamá y en nuestra América. O bien suscribía
mecánicamente alguna de las doctrinas elaboradas
previamente, o bien asumía una de las teorías en
boga de manera crítica, esto es, adaptándola a las
realidades históricas que se proponía examinar.
II. Dos interrogantes básicas organizaron la
discusión acerca de la cuestión nacional. Tales son:
(1) las naciones, ¿han existido milenariamente?
Y: (2) las naciones, ¿corresponden a una etapa
determinada de la Historia?
III. Los exponentes del historicismo romántico
y del liberalismo responden que la Nación es un
fenómeno colectivo ubicable a través del devenir
histórico.
IV. Los partidarios de la escuela marxiana
responden que la Nación ha sido dominante solo en
un período determinado de la Historia: aquél que
coincide con la sociedad capitalista y particularmente
con el capitalismo ascensional.
V. Rodolfo Mario Agoglia resume la posición
del historicismo romántico y del liberalismo así: “La
Nación es el complejo de las fuerzas espirituales
propias de cada pueblo, es un organismo espiritual
de base natural que crece y se desarrolla en el tiempo.
Arte, lenguaje, literatura, religión, costumbres, son
los ingredientes que componen esa unidad orgánica
y dinámica que evoluciona lenta e inexorablemente
102
Ponencia preparada para el XIII Congreso Nacional de Sociología 2010.
151
Rubén Darío Rodríguez Patiño
152
El Estado Nacional: Una Categoría Fundamental en el Pensamiento de Ricaurte Soler
153
Rubén Darío Rodríguez Patiño
154
El Estado Nacional: Una Categoría Fundamental en el Pensamiento de Ricaurte Soler
155
Rubén Darío Rodríguez Patiño
156
El Estado Nacional: Una Categoría Fundamental en el Pensamiento de Ricaurte Soler
Bibliografía
157
Debates
158
RICAURTE SOLER Y LA CUESTIÓN NACIONAL
LATINOAMERICANA. OLMEDO BELUCHE
Tres hechos me han llevado a revisar estas líneas, que no son
nuevas sino que pertenecen al libro Estado, nación y clases
sociales en Panamá (1999), en primer lugar, la conmemoración
del Bicentenario de la Independencia hispanoamericana, que
obliga a repensar en esa tarea inconclusa; en segundo lugar, la
celebración de los 50 años de la Revista Tareas, fundada por
Ricaurte Soler, que ha sido tribuna y cerebro de la lucha por
la liberación nacional en Panamá; en tercer lugar, un par de
largas y fructíferas conversaciones con el maestro Guillermo
Almeyra que, además, tuvo la gentileza de obsequiarme el
libro de Juan José Hernández Arregui, La formación de la
conciencia nacional.
En Panamá, ha sido Ricaurte Soler quien ha estudiado
profundamente este tema103. Sin bien nuestra investigación
realizará un sondeo sobre el conjunto de títulos citados, es en
Idea y cuestión nacional latinoamericanas104 el libro en que,
de manera magistral, Soler sintetiza sus años de estudio sobre
el tema. Es a partir de este trabajo que deseamos empezar
nuestra reflexión crítica, en la que encontramos acuerdos y
desacuerdos con la interpretación de Ricaurte Soler.
Abordar críticamente el trabajo de un autor de la talla
de Ricaurte Soler no implica para nada un demérito, ni una
“ofensa”. Nada más alejado de la ciencia, no olvidemos que
la historia pretende serlo, ni del propio carácter de Ricaurte
Soler, el cual fundamentaba sus profundas investigaciones
en polémicas políticas estrechamente relacionadas con los
más trascendentes problemas de la coyuntura nacional o
latinoamericana del momento. Sus ensayos están llenos
103
Entre otras, podemos citar las siguientes obras de R. Soler sobre el tema: Formas
ideológicas de la nación panameña; La independencia de Panamá de Colombia;
Justo Arosemena y la idea nacional panameña del liberalismo; Panamá: nación y
oligarquía; Clase y nación en Hispanoamérica, etc.
104
Soler, Ricaurte. Idea y cuestión nacional latinoamericanas. Siglo XXI editores.
México. 1980.
159
Olmedo Beluche
160
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
161
Olmedo Beluche
162
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
163
Olmedo Beluche
164
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
E. Ni panfeudalismo, ni pancapitalismo:
De ahí que, respecto al carácter del modo de producción
dominante en Hispanoamérica en la fase colonial y la manera
como determinó el proceso de formación de las naciones
americanas, Soler trace su análisis diferenciado de las
interpretaciones predominantes:
1. La liberal, de un Alberdi o Mariano Otero, según la
cual la independencia sería nuestra revolución burguesa que nos
colocaba en el camino de “alcanzar el estatuto social y político
de la república norteamericana o de las democracias burguesas
europeas. Sólo faltaría, para ello, que una emancipación mental
105
Marx, Carlos y Engels, Federico. Revolución en España. Ed. Ariel. Barcelona,
1973.
165
Olmedo Beluche
106
Puiggrós, Rodolfo. De la colonia a la revolución. 5ª ed ampliada. Carlos Pérez,
Editor. Buenos Aires, 1969.
107
Bagú, Sergio. Economía de la sociedad colonial. El Ateneo. Buenos Aires,
1949. - Estructura social de la colonia. El Ateneo. Buenos Aires, 1952.
166
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
167
Olmedo Beluche
168
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
169
Olmedo Beluche
170
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
171
Olmedo Beluche
172
Ricaurte Soler y la Cuestión Nacional Latinoamericana
173
Olmedo Beluche
108
Moreno, Nahuel. “Cuatro tesis sobre la colonización española y portuguesa en
América”. En: Novack, George. Para comprender la historia de George Novack.
Ed. Pluma. Bogotá. 1977: 166.
174
RICAURTE SOLER109. EL IDEAL EN LA FILOSOFÍA
PANAMEÑA. LUIS PULIDO RITTER
La tradición hispanoamericanista en el siglo XIX no deja de ser un
venerable recuerdo histórico por la ausencia de esa mística que Rodó
en el XX le supo infundir, creando así un movimiento continental de
inmensas repercusiones.
(Soler, 54: 74).
109
Este texto es parte de Filosofía de la Nación Romántica (2008), ensayo ganador
del Premio Ricardo Miró, sección Ensayo, 2007.
175
Luis Pulido Ritter
110
Para Heidegger los pensadores en la historia de la filosofía occidental se
caracterizan por su no-finalidad práctica, humanista, de su quehacer filosófico.
Es, con Sócrates y Platón, que la filosofía deja de ser realizada por pensadores y
sustituida por los metafísicos, los filósofos de la moral y los valores.
111
Jean Franco, por ejemplo, nos dice: “Throughout Latin America and specially in
the decades between 1930 and 1950 (the year that saw the publication of Octavio
Paz’s The Labyrinth of Solitude), there was a proliferation of books analysing
national character” (2001:36).
112
Así, por ejemplo, tenemos el siguiente pasaje de este autor: “Y, sin embargo,
cuando existen obras, su falta de originalidad no quiere decir que el pueblo donde
han aparecido carezca de una cultura propia. Consideramos que lo esencial de la
cultura está en un modo de ser del hombre, aun cuando en éste no exista impulso
creador. De suerte que, en ausencia de una cultura objetiva, puede existir esa
cultura en otra forma, es decir, subjetivamente. Entonces, a priori, no podemos
ni afirmar ni negar la existencia de una cultura mexicana. A ejemplo del método
cartesiano, que nos sirva esta duda para justificar la investigación que ahora vamos
a emprender. Partiendo del concepto subjetivo de la cultura, en la exposición que
sigue nos preocuparemos sobre todo por analizar el ser psíquico del mexicano”
(1938: 7, subrayado mío).
176
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
113
José Gaos, como muy bien anota Rodrigo Miró en el prefacio del trabajo de
graduación de Soler, ya planteaba en 1944 la importancia de una historiografía del
pensamiento en lengua española (1954: XI). Y en 1969, en su seminario Historia
de las Ideas, uno de sus estudiantes transcribió las palabras del filósofo español:
“La historia de las Ideas plantea una serie de problemas, de los que el primero es
la posibilidad misma de que las ideas puedan ser objeto de historia; ya que desde
Platón se las concibe como unos entes o entidades absolutamente inmutables y
eternos e intemporales, es decir, esencialmente a-históricos y anti-históricos. La
solución de este problema puede resumirse en esta afirmaciones: la concepción
platónica de las ideas no es la única concepción de ellas, pero, aunque lo fuese, y
por ser la única posible, lo histórico o historicidad de las ideas estaría si no en ellas
mismas, en su ser pensadas por los hombres: éstos tienen sucesivas, históricamente,
diferentes ideas, y la sucesión integra una historia, que es parte de la total historia
humana” (1970: 161).
114
En este sentido, el joven filósofo nacional panameño quiere cerrar cuentas con la
corriente esencialista, así: “Se ha pretendido, en efecto, explicar a la peculiaridad
panameña como esencia intemporal, supuesto fundamento legítimo de la entidad
nacional. Tal explicación supone un ontologismo inspirado en algunas corrientes
filosóficas contemporáneas:; la fenomenología en particular” (1954: 3). Pero, como
veremos más adelante, Soler incluirá elementos esencialistas en su primer libro. Y,
con respecto a Leopoldo Zea, Charles A. Hale, identificó los rasgos del pensamiento
del filósofo mexicano, de la siguiente manera: “Una preocupación (quizás la mayor)
de Leopoldo Zea, de la que participan numerosos pensadores de este siglo, consiste
en averiguar y tratar de establecer la manera en que las sociedades latinoamericanas
pueden modernizare sin sacrificar su identidad cultural. Tal preocupación constituye
un aspecto importante del nacionalismo contemporáneo” (1970:286).
115
En su trabajo de graduación de 1954 se referirá a la “circunstancia americana”
en que Zea retoma a Ortega y Gasset y se detendrá en el positivismo panameño
del siglo XIX. Al igual que su contemporáneo mexicano, que habla en 1943 de
“nuestro positivismo, nuestro cartesianismo o nuestra escolástica” (1968:9), Soler
nacionalizará el positivismo panameño de Justo Arosemena. Y en su trabajo de
doctorado realizado en Francia en 1959 sobre el positivismo argentino, Soler se
distancia de Zea que, con Mannheim, plantea que las ideas son proyecciones directas
de clases sociales, y se acerca a filósofos marxistas franceses, especialmente,
al seguidor de Lukács, Lucien Goldmann, que recomienda tratar los sistemas
filosóficos considerados en sí mismos.
177
Luis Pulido Ritter
116
La extranjerización del espacio es un concepto que me ha ayudado a comprender
la posición de los intelectualespanameños para referirse a la “usurpación” del
espacio nacional en las ciudades de Panamá y Colón. Es una “usurpación” que
es producida, por un lado, por la inmigración antillana, y, por otro lado, en la
Zona del Canal por los Estados Unidos. Pero esta “usurpación”, más que una
connotación física de una fractura, es una construcción de la pérdida del espacio
nacional considerado como propio. Es esta “usurpación”, como construcción, lo
que ha marcado la conformación de la intelectualidad panameña en la situación
neocolonial. Las formas en que han reaccionado los intelectuales panameños
frente a esta “usurpación” han sido diversas: “batallones escandalosos de negros
jamaicanos” aparecen en Ramón H. Jurado; “un carácter esencialmente extranjero”
en Rogelio Sinán; “el cosmopolitismo” en Baltasar Isaza Calderón; “una parte
mínima de la realidad de Panamá” en Rodrigo Miró, entre varios ejemplos más.
Todas estas designaciones de la “extranjerización del espacio” han sido posiciones
y reacciones con respecto a la “usurpación” imaginada o real del espacio nacional.
117
Ella afirma, por ejemplo: “En tanto que en Europa es legítimo estudiar el arte como
una tradición centrada en sí misma en la que pueden surgir movimientos nuevos
como solución a problemas meramente formales, esta posición resulta imposible en
América Latina, en donde hasta los nombres de los movimientos literarios difieren
de los europeos. “Modernismo”, “Nuevomundismo”, Indigenismo”, definen
178
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
179
Luis Pulido Ritter
remonta un poco más allá. A la filosofía de las circunstancias españolas que fue la
primera original planeada y parcialmente desarrollada por Ortega y Gasset. Allá
por 1914 se consideraba éste como un profesor de filosofía in partibus infidelium,
en tierras de infieles a la filosofía, hostiles o, cuando menos indiferentes a ella. Pero
el individuo no existe, no es, sino en y con su “circunstancia”. El filósofo no podía
ser sino en y con su circunstancia hispánica. Si ésta no se salvaba para la filosofía,
tampoco se salvaría el filósofo. Pero salvar una circunstancia es actualizar el logos”
(…) “Esta lección la aprendió Samuel Ramos” (1950:236, subrayado mío).
119
En 1919 Octavio Méndez Pereira es el primero que escribe una biografía sobre
Arosemena. Si bien escribe una apología del personaje, no termina declarándolo
fundador o padre de alguna idea. Lo que más alcanza a éste que el filósofo nacional
panameño concentra su preocupación de ganar un símbolo para la nación, en
transformarlo por un golpe de fuerza, a pesar de algunas vacilaciones, en decir,
es lo siguiente: “Nadie como ese hombre ha contribuido al progreso realizado en
Colombia durante más de la mitad del siglo XIX” (1970:1).
120
“Autonomismo istmeño, hispanoamericanismo continental, internacionalismo
federal, son los conceptos fundamentales sobre los cuales ha de construirse la
nacionalidad panameña, ha de contenerse el imperialismo anglosajón y ha de
establecerse la equidad universal. Justo Arosemena es figura señera del pensamiento
nacionalista del decimonono” (1954: 77).
180
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
181
Luis Pulido Ritter
122
En 1940 Octavio Méndez Pereira, el liberal progresista, escribía: “Del Canal
apenas nos ha quedado los mendrugos de los barcos y de los turistas que vemos
pasar con otras banderas. Ni un túnel, ni un puente permanente para cruzar los
dos pedazos de nuestra república, ni un gran camino carretero que resistiera
los camiones de guerra de nuestro gran aliado, ni un comercio cuyo principal
rendimiento fuera para nosotros” (65).
123
Como presidente de la Delegación Panameña de la Unión Ibero-Americana, el
diplomático, abogado e intelectual Dr. Ricardo J. Alfaro firmó, junto con otros
liberales, que también habían acogido positivamente el pragmatismo americano,
como Jeptha B. Duncan, Octavio Méndez Pereira y Guillermo Andreve, el siguiente
documento en 1920: “una de las fases más interesantes de esta situación es la que se
refiere a la conservación y pureza de la hermosa lengua que hablamos, y, si como se
ha dicho innumerables veces, la lengua es el más fuerte vínculo de solidaridad y de
cariño entre los pueblos de un mismo origen, es deber nuestro el tratar de mantener
el idioma que hablamos ajeno a los barbarismo y degeneraciones que está expuesto
a sufrir entre nosotros por causa de nuestra convivencia con una población de habla
inglesa. Meditando sobre estas circunstancias, ha surgido en mi mente la idea de
establecer en esta República una Academia de la Lengua, correspondiente a la
182
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
Real Academia Española y que integrada por personas que se hayan distinguido
en el campo literario y científico y que muestren vivo amor por todo lo que sea
manifestación de la sangre hispana que corre por nuestras venas, contribuya por
todos los medios de que puede disponer una institución de ese género, no solo
a conservar la pureza del castellano en la República, sino también a rodearlo del
prestigio, respeto e interés que merece una lengua hablada en Europa por una
nación que tiene las páginas más gloriosas en la historia del progreso humano, y
hablada en América por 18 repúblicas hijas suyas que junto con la Madre Patria
están llamadas a un esplendoroso porvenir” (12).
124
Los trabajos de graduación, para obtener el título de filosofía, son presentados
por Isaías García, Autenticidad e inautenticidad en lo panameño (1954); Moisés
Chong, El pensamiento Panameño (1952); Ricaurte Soler, Pensamiento panameño
y concepción de la nacionalidad durante el siglo XIX (1954). Entre los profesores
del Departamento de Filosofía, que promueven esta dirección de estudios, está
Diego Domínguez Caballero, quien terminó su doctorado en Madrid, después
de haber pasado por Harvard y Columbia. Éste se preocupa por el estudio de la
“esencia” de lo panameño. Además, está Rafael Moscote, quien hizo su master
en arts en la Universidad de Columbia, y quien mantiene una posición crítica
frente a los filósofos nacionales. En este sentido, Ismael García, el crítico literario,
183
Luis Pulido Ritter
184
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
126
Bolívar definía claramente, mucho antes que los alemanes lo hicieran, el ideario
romántico de nación –sin abandonar la idea ilustrada de ser americano por el ius
soli– al escribir que el Nuevo Mundo debería tener una sola nación, y, por tanto,
un solo gobierno, por tener un origen, unas costumbres, una lengua y una religión
comunes. Y que precisamente lo que obstaculizaba esta idea de América eran los
caracteres desemejantes, los intereses opuestos y los climas remotos (1990).
127
Elsie Alvarado de Ricord anota que de los tres poemas que “conjugan con
caracteres firmes las tres facetas del amor a la patria” como Al cerro Ancón, de
Amelia Denis de Icaza; Patria, de Ricardo Miró y el Canto a la bandera, de Gaspar
Octavio Hernández, son, justamente, más gustados los dos primeros por el “tono
nostálgico” (1961: 39).
185
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128
Al respecto, Soler escribe:“ En 1739, al cambiarse la ruta del comercio
metropolitano con la consiguiente supresión de las ferias de Portobelo, el istmo
pierde, por muchas décadas, el carácter de país-tránsito que había revestido durante
todo el decurso anterior de la época colonial. La profunda decadencia económica
subsecuente no pudo impedir que una relativa sedimentación de la población
suministrara la base demográfica que haría posible el posterior despliegue histórico
social del criollo istmeño. Desde este punto de vista el cambio de ruta parece
propiciar la formación de núcleos sociales propiamente criollos, formación que
permitiría la superación de las características flotantes de nuestra población y de
nuestra cultura colonial” (1964:19).
129
Este mito fundacional de la clase criolla nacional en Panamá es muy parecido
al mito fundacional de la nación costarricense por su supuesto aislamiento y
ensimismamiento campesino en la meseta tropical centroamericana, mito que
Abelardo Bonilla expresa así: “La nacionalidad costarricense se formó sobre la base
escasa de los conquistadores y colonizadores españoles, puesto que al llegar Colón
a nuestras playas del Atlántico, la población indígena avanzaba rápidamente en el
declive de la desaparición. Y se formó casi exclusivamente en los 2.000 kilómetros
cuadrados de la Meseta Central (1967: 22).
186
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
187
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130
Mito o no el factor geográfico, para la conformación de la nación, la tierra y la
geografía, en la mejor tradición española, fue y era un elemento importante en
la comprensión de la nación imaginaria en América Latina como lo ha estudiado
Benedict Anderson (1983). Sin embargo, para Arosemena la nación era la Gran
Colombia que reunía a varios países sudamericanos. Y escribió precisamente, en
contra de la nación, en su intento de fundamentar teóricamente el Estado Federal de
Panamá, lo siguiente: “El municipio es la verdadera sociedad: la Nación no es sino
una pura idealidad, una abstracción, a la cual no deben subordinarse los intereses
de la ciudad o del común. Emancipemos pues las ciudades, o grupos de poblaciones
dependientes entre sí por igualdad de situación i de necesidades. Donde quiera que
hai una comarca de regular extensión, de clima i producciones análogas en toda
ella, bien demarcada por la naturaleza i homogénea en su fisonomía, allí está el
común, pidiendo el derecho de emancipación que no debemos negarle” (1982:15).
188
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
131
Si bien Ortega y Gasset está muy lejos de ser rodoniano, no deja de estar
preocupado por la mismas preguntas de Rodó, es decir, qué hace diferente o inferior
al espíritu americano del europeo o latino. Por ejemplo, en 1931 escribe. “El error
del pragmatismo no radica en que considere las ideas como instrumentos, sino en
que quiera reducir las cosas con que el hombre tiene que habérselas a lo perceptible
y experimentable, lo que está a la mano y presente, el mineral, la planta, el animal
y la estrella. Porque la estrella por muy lejos que esté está siempre también a la
mano. Si así fuese, la vida resultaría faena fácil, tal vez resuelta con cierta plenitud
hace milenios. Especies inferiores al hombre, como el chimpancé, tienen ya, según
Köhler, capacidad instrumentífica y esto no sería posible si careciesen de vislumbre
de idea. Es probable que las ideas del animal no sean estables o sean un carácter
de ideas-relámpagos, de >>ocurrencias<< que no se solidifican en su mente y por
esto no llegan a ser >>ideas generales<<. Pero este defecto de su inteligencia se
debe más bien a insuficiencia de otra facultad que no es el pensamiento: a falta
de memoria” (1981:155, subrayado mío) Sin embargo, fue Patrick Romanell
quien llamó la atención sobre las semejanzas de Ortega y Gasset con respecto al
pragmatismo: “El perspectivismo y el pragmatismo tienen iguales incitaciones:
futurismo, activismo y relativismo. Y por curioso que parezca el pensador español
es más congruente como pragmatista (pero sólo en cuanto eso) que el propio
Dewey, ya que su preocupación expresa está orientada hacia los problemas vitales
de los hombres en particular y no de los hombres en general” (1954: 180).
132
En el texto citado anteriormente de José Gaos, que es a la vez el eco de Hegel, no
se habla de historia universal, pero sí de la total historia humana. Esta invitación de
Gaos en su conferencia de 1961, ¿no será una invitación a los hispanoamericanos
para que entren definitivamente en la historia, es decir, que sean pueblos como lo
189
Luis Pulido Ritter
había planteado Ortega y Gasset en sus artículos sobre América en la década del
30?
133
“Por esta razón la característica más definida de la literatura costarricense, desde
el período colonial, es el predominio del pensamiento y la aventura conceptual
sobre la poética, lo que, además, se explica por muy diversas circunstancias: por
la falta de relieve y de interés en la vida de las razas aborígenes en la época del
descubrimiento; por haber carecido la conquista de aspectos brillantes y heroicos;
por haber sido la independencia un hecho reflejo y no guerrero; por no haber
predominado el ejército, como en tantos otros países de América; por la superioridad
numérica y cultural de la raza blanca sobre la india y mestiza y por la ausencia del
caudillismo en nuestro desarrollo político. Estas circunstancias han contribuido a
190
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
191
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192
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
135
Diógenes de la Rosa, uno de los ensayistas panameños de mayor relieve, cita a
Eusebio A. Morales que, en una mezcla de crítica, reproche y realismo, afirma de
manera dramática la ausencia de lo épico en el pueblo panameño: “Quienquiera que
medite algo sobre la naturaleza y el alcance de nuestro males políticos y sociales
tiene que llegar a la conclusión de que nuestro mal más hondo es la casi total ausencia
del sentimiento de la nacionalidad en la masa del pueblo panameño. El sentimiento
de la nacionalidad es nulo o es débil entre nosotros porque ese sentimiento no nace
y se desarrolla sino al calor de dolores y de infortunios comunes, de luchas largas
y sangrientas, del sacrificio de preciosas vidas y del martirio de algunos de algunos
seres predestinados que vienen a ser finalmente los creadores de la nacionalidad,
porque ellos han encarnado, condensado y revelado en sus obras, en sus vistas y
aún en su martirio los pensamientos incoherentes y las aspiraciones intuitivas de
todo un pueblo. Pero Panamá, país nacido a la vida independiente sin luchas y
sin sangre, sin actos de heroísmo y sin el sacrificio de ningún mártir, se encontró
súbitamente disponiendo de un bien que no había conquistado con su esfuerzo,
y es natural que todavía hoy, trece años después de la independencia, este bien
inestimable no sea apreciado en todo su valor. Aún entre los mismos promotores
del movimiento de separación había hombres que no creían en la permanencia
de lo que estaban fundando y para quienes lo esencial era resolver un problema
económico inmediato y personal, más bien que reconocer el espíritu y consagrar la
existencia de una nacionalidad” (1953: 28).
193
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136
Olmedo Beluche que no hace mucho ha criticado desde una perspectiva de
clases marxista el transitismo, ha querido llamar la atención sobre el hecho de que
los panameños “han acariciado más de un proyecto nacional” (1997:5)”. Pero de
194
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
hecho Soler, desde su primer libro, nunca ha afirmado que no ha existido o hayan
podido existir otros proyectos de clases. Lo que Soler afirmó es que el transitismo
ha impregnado, como ningún otro, a la sociedad panameña.
137
“El pensamiento panameño se aboca a esta problemática surgida de la zona
de tránsito. Arosemena es claro ejemplo de la variabilidad de repercusiones que
determina el transitismo en los intelectuales. Si no hay, por una parte, afirmación
más contundente de panameñidad que la obra misma de Don Justo, por otra, en más
de una ocasión, permitió en sus proyectos legislativos, no llegados a materializarse,
la inoperancia de la autenticidad nacional al pretender hacer del Istmo un “Pro
Mundi Beneficio” al amparo de plurales potencias extranjeras” (9).
138
“No obstante haberse afirmado en la conciencia nacional panameña la
individualidad nacional, hay factores negativos que asumieron en letargo,
afortunadamente efímero, su psicología nacionalista. Uno de ellos es la creencia
generalizada en la posición geográfica privilegiada. Por paradójico que parezca
la fe en dicha creencia a la vez que actúa creando una conciencia de nuestra
peculiaridad, de nuestra autenticidad, desvirtúa en más de un caso esa misma
consciencia diluyendo todo sentido nacional en inquietudes de tipo práctico
y utilitario, cuando no en función de un internacionalismo excesivamente
amplio. Tal ha sucedido en algunos de nuestros estadistas, y tal es lo que supone el
“Pro Mundi Beneficio” como lema patrio” (39, subrayado mío).
195
Luis Pulido Ritter
139
El ejemplo más categórico de esta reacción de intolerancia y segregación es la
constitución de 1941 que desnacionaliza a las “razas de inmigración prohibida”,
bajo el gobierno populista de Arnulfo A. Madrid.
140
En 1953 Esther María Osses escribió los siguientes versos: “Crecen las olas.
¿Qué importa? / El pez espada, tiburones ansiosos / fauces trituradoras, sombrías /
puñales color de ámbar, áureos cuernos afilados / caracoles, monstruos / La playa
está poblada de enemigos / ¿Y qué? La niña ríe”.
196
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141
Llama la atención que Soler no incluye en este grupo de intelectuales-políticos
a Méndez Pereira.
142
En el prólogo que hiciera Soler de Nils Castro en 1974, aquél finaliza, así: “Por
ello consideramos que este estudio de Nils Castro sobre “Arosemena, antiyanqui
y latinoamericanista” es de verdadera y segura actualidad, pues se sitúa en el
centro de múltiples debates ideológicos al destacar, con certero criterio, cómo
en Arosemena, e igual en la formación de la sociedad panameña, las fuerzas de
afirmación se nutrían de la interna y propia experiencia histórica, a la vez que
constituían respuestas justas a la externa expansión colonialista estadounidense”.
198
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
143
Soler, con su tesis ya anunciada desde el primer capítulo, en la que afirma
que Arosemena es un “agnóstico”, pero de un “positivismo de tipo positivista”,
comienza a limpiar al político-intelectual panameño de benthamismo y utilitarismo.
Esta posición, efectivamente, esta precedida de antemano con el juicio de valor
filosófico de que el utilitarismo y el benthamismo “no resiste una dialéctica prolija”
(20). Para este propósito, Soler, además, se apoya en dos posiciones filosóficas
modernas que él rechaza – la de Stuart Mill y el pragmatismo moderno –
para afirmar, con las armas de sus enemigos, que el utilitarismo fue superado
históricamente. Y mismo el positivismo es devorado, finalmente, por sus propios
hijos: “La reacción anti-positivista se desarrolla en el Istmo paralelamente a la
europea; no obstante, es claro, supone no la creación de un pensamiento que supere
los postulados filosóficos del positivismo, sino más bien la continuación, con leves
modificaciones, del escolasticismo colonial. Es desde este punto de vista que el
utilitarismo y demás corrientes del pensamiento moderno presencian en Panamá
un categórico repudio (41). Y este devoramiento, que quiere ser ejercido por Soler,
extiéndese hasta los liberales panameños, al ser convertidos repentinamente en
políticos religiosos: “Panamá, que en lo concerniente a movimientos ideológicos
mantuvo un curioso paralelismo con el de resto Colombia, no escapó a la reacción
anti-positivista que se avecinaba. Así, inclusive en los liberales istmeños de mayor
jerarquía, se observa una atenuación del radicalismo leseferista de la década
del sesenta. La merma de la mística liberal ha de conducir a nuestro país a una
hibridación ideológica con el conservatismo que hará posible la decadencia de
ambas tenencias. Es notable, y a la vez curiosa, la lenta fusión filosófica que se
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Octavio Méndez Pereira, en su biografía de Arosemena, resalta este aspecto
santanderiano de su familia y de él. (1971).
152
Moscote y Arce, en este aspecto, escriben: “Después se le verá, en medio de sus
ocupaciones personales, siempre al servicio de las más nobles causas de la América
y particularmente de aquella que más podrían determinar el afianzamiento de la
independencia de su pueblos y la estabilidad constitucional de los mismos. Así
redacta constituciones de pensamiento político avanzado para la época, que ofrece
a los gobiernos de Perú y Bolivia…” (328).
153
Su regionalismo es claro en El Estado Federal de Panamá y su moral, con su
fundamento religioso, en el trato que hace del eclesiástico con respecto al civil:
“El doctor Arosemena confiaba más en las sanciones morales y religiosas que en
las de la ley, las cuales consideraba poco menos que eficaces cuando se trata del
cumplimiento de los deberes entre los cónyuges. No es de extrañar, sin embargo,
esta posición ideológica del doctor Arosemena. Él era, ante todo, un pensador
moralista, lo mismo en política que en legislación y derecho” (Moscote y Arce:
330).
204
Ricaurte Soler. El Ideal en la Filosofía Panameña
154
Así, para terminar, Soler cierra su libro, así: “Por ello, desde Martí, la nación
latinoamericana es insuperable de una nueva conciencia de identidad, afirmada en
la historia, y de una nueva exigencia de racionalidad. La historia precisamente,
en el ejercicio de su magisterio, nos conduce a la certeza de que el formidable
empeño de su praxis revelará el sentido de la “utopía” latinoamericanista. Y de que
se realizará, finalmente, la síntesis de la nación racional y la nación real “ (265).
205
Luis Pulido Ritter
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Dr. Ricardo J. Alfaro, para la creación de la Academia. En:
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206
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207
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208
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Nuevas miradas
211
SOLER, EL VIEJO COLOSO155. ABDIEL RODRÍGUEZ
REYES
Introducción
Voy a tomarle prestado a Engels el adjetivo con el cual se refirió
a Hegel para ponérselo a Ricaurte Soler156: “el viejo coloso”.
Soler puede ser caracterizado como un “pensador de la cuestión
nacional, antiimperialista y crítico de la situación neocolonial”
157
, comprometido con la batalla de las ideas, como lo planteó
Perry Anderson, en cuanto a búsqueda de alternativas. Como
tal razonó mediante categorías capaces de articular un discurso
crítico que explicitó con meridiana claridad los procesos
políticos en curso, abrió a debate la historia de las ideas y
reflexionó sobre la filosofía desde un punto materialista de un
modo novedoso en nuestro medio. Miguel Montiel lo llamó
“el principal teórico de la nacionalidad panameña en el siglo
XX” y Luis Pulido Ritter “un filósofo nacional romántico”
con justa razón. Fue el principal teórico, en particular de la
segunda mitad del siglo XX y en su romanticismo — en el
sentido de Michel Lowy158 — está contenida su potentia.
Estas caracterizaciones se pueden ampliar. Soler en
efecto, no redujo sólo su reflexión a la cuestión nacional, a la de
155
Esta es parte de la investigación El pensamiento crítico de Ricaurte Soler,
producción teórica e historia intelectual con el código VIP -01-06-05-2017-05, la
cual está enmarcada en la línea de investigación Sociedad, cultura, pensamiento y
comunicación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá.
156
Para consultar algunas de las obras de y sobre Soler, Disponible en línea: goo.
gl/G53U9z (Acceso: 12-6-2018).
157
Véase mi breve artículo Ricaurte Soler, pensador de la cuestión nacional,
antiimperialista y crítico de la situación neocolonial. Disponible en línea: goo.gl/
H1pgPA (Acceso: 23-4-2018).
158
Como señala Michel Lowy: “El romanticismo es, en realidad, un movimiento
cultural que atraviesa todos los campos de la cultura humana –el arte, la literatura,
la filosofía, la teología, la política, las ciencias sociales, la antropología, la
economía–; está presente en todos esos terrenos. Y ese movimiento cultural empieza
más o menos en la segunda mitad del siglo XVIII, y tiene su primer portavoz
importante en el filósofo francés Jean Jacques Rousseau. Pero se va a desarrollar
en el curso del siglo XIX. Y mi opinión, la tesis que yo tengo es que continúa
desarrollándose también en el siglo XX, hasta hoy. Hasta hoy hay manifestaciones
del romanticismo, aunque no se autodenominen necesariamente románticas. Para
213
Abdiel Rodríguez Reyes
El viejo coloso
Hay que tener en cuenta la vinculación de Soler a los grandes
centros de producción de conocimiento, como el Institut des
Hautes Etudes de L’Amérique Latine en París, La Sorbona y
la Universidad Nacional Autónoma de México para apreciar
su producción. Publicó en editoriales como Siglo XXI,
Paidós, Grijalbo, Fontamara, EDUCA, Anthropos, Casa de
las Américas, Fondo de Cultura Económica, entre otras, así
214
Soler., El Viejo Coloso
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Abdiel Rodríguez Reyes
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Soler., El Viejo Coloso
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Abdiel Rodríguez Reyes
163
Un material bibliográfico completo, de sumo interés para los que quieran
estudiar a Soler.
164
Una crítica desmitificadora de mucho rigor.
165
Un laudatio de uno de sus discípulos confeso y más cercanos colaborares.
166
Eran tan buenos amigos que cada uno dedicó al otro sus mejores libros. Chuchú
le dedicó a Soler Mi general Torrijos y Soler le dedicó Estudio sobre la historia de
las ideas en América. Ambos murieron en la década del noventa.
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Soler., El Viejo Coloso
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Abdiel Rodríguez Reyes
167
El sector conservador -Diego Domínguez Caballero fue durante 1949 a 1977
director del Departamento de Filosofía- siempre estuvo en tensión con Soler, al
punto de ser el profesor Rodrigo Miró de otro Departamento su tutor del trabajo de
licenciatura y posteriormente a su regreso con un doctorado perdió el concurso de
cátedra en Filosofía. Parte de esta disputa se recoge en el libro de Moreno Davis
(2006).
220
Soler., El Viejo Coloso
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Abdiel Rodríguez Reyes
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Sobre recientes estudios de prospectiva en Panamá véase: Aguirre et al. (2016).
222
Soler., El Viejo Coloso
Conclusión
Ricaurte Soler es el pensador crítico más importante de la
segunda mitad del siglo XX. No hay ningún trabajo sistemático
sobre su obra. Hay intentos valiosos que ya hemos mencionado.
En ese sentido se hace necesario acometer esa tarea. En
particular la de hacer una edición crítica de sus obras completas.
Un pensamiento crítico como el de Soler es fundamental
en tiempos como los de hoy, de indigencia intelectual. El
pensamiento de Soler está cubierto de una veta revolucionaria.
Podríamos estar en desacuerdo en algunos puntos, pero no
quita un ápice al caudal revolucionario que recorre cada uno
de sus textos. Así, iremos armando el rompecabezas de nuestra
historia intelectual y forma de organizar nuestro conocimiento,
para impulsarnos con fundamentación al futuro, donde la
realidad no está divorciada de las ideas. Dónde estas últimas
son el acicate para transformar el mundo.
Bibliografía
Aguirre, C. y otros, 2016. Panamá. En: J. L. Cordeiro, ed. La
... Prospectiva en Iberoamérica: Pasado, Presente
y Futuro. Colombia: Millennium Project, Red
Iberoamericana de Prospectiva (RIBER) y Universidad
del Valle, pp. 211-229.
Álvarez Murgas, U., 2007. Pensamiento de Ricaurte Soler.
....... Aproximación bibliográfica. Panamá: IDEN.
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su obra histórica. En: Introducción al estudio de la
Historia de Panamá. Fuentes de la Época Hispana.
Panamá: Manfer, pp. 1-25........
Arosemena, J., 1982. El Estado Federal de Panamá. Panamá:
EUPAN.
Beluche, O., 20012. Diez años de lucha políticas y sociales en
223
Abdiel Rodríguez Reyes
224
Soler., El Viejo Coloso
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Abdiel Rodríguez Reyes
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Soler., El Viejo Coloso
227
UTOPÍA DE LA NACIÓN SOLERIANA. RICHARD
MORALES
Autoconciencia del Ser Istmeño
“La historia es análisis del ayer para apropiarnos del mañana”
(Soler, 1996: 13)
Ricaurte Soler fue un incorregible profeta del pasado, quien
alumbró el porvenir disputando la memoria, embarcándose en
una lucha por refundar nuestra historia para armarnos frente a
los retos del futuro.
Para comprender a Soler, hay que comprender la
razón de ser de su obra, razón no circunscrita a inquietudes
meramente intelectuales, sino deliberadamente políticas.
Su finalidad era intervenir en la gran batalla de ideas por la
conciencia de nuestros pueblos, en la que se juega el futuro de
Panamá y Nuestra América.
Soler nos legó armas invaluables para esa batalla, entre
ellas una lectura contrahegemónica de nuestro ser histórico,
que al depender de la acción consciente de los pueblos, desarma
aquellas interpretaciones desmovilizadoras de la nacionalidad
que nos hacen prisioneros del determinismo geográfico o
títeres de las maquinaciones imperiales, haciendo de la utopía
de la nación no un sueño inalcanzable, sino un ideal realizable
aquí y ahora, siempre y cuando estamos dispuestos a luchar
por ella.
Soler tiene como horizonte la nación, y la nación
para Soler es destino. Más que un ser, es un deber ser, una
potencialidad colectiva pugnando por realizarse en la
superación de las contradicciones que obstaculizan su necesario
desarrollo histórico. En función de ello, y como marxista
consecuente, hurgo en lo más íntimo de las raíces históricas
de la identidad panameña y latinoamericana en búsqueda de
las claves para la victoria de la lucha liberadora; claves que
debían expresarse en las tendencias de nuestro devenir hacia
los destinos posibles de la nación.
Soler buscaba los elementos definitorios de nuestro ser
nacional en aquellos ideales del pasado que en su terquedad
229
Richard Morales
230
Utopía de la Nación Soleriana
231
Richard Morales
232
Utopía de la Nación Soleriana
soberanía nacional.
Esto nos lleva a clasificar a las clases en el tercer
mundo como fuerzas nacionalizadoras o desnacionalizadoras.
Las fuerzas nacionalizadoras son aquellas que intentan
afirmar la nación, como una comunidad unida y cohesionada,
que determina su propio destino obedeciendo sus intereses
materiales y espirituales comunes. Las desnacionalizadoras
serian aquellas que conspiran contra la formación de la
comunidad, y que respondiendo a intereses externos, buscan
fragmentarla y estratificarla, generando fisuras que separan
a las distintas partes entre sí, obstaculizando una autentica
unidad nacional, dando pie al concepto de Lenin de dos
naciones dentro de una.
Las fuerzas nacionales unen a la comunidad en función
de sus propios intereses, las desnacionalizadoras la fragmentan
en función de intereses exógenos.
Soler aplica esta clasificación al analizar la
confrontación entre liberales y conservadores durante el siglo
XIX. Comprende a los conservadores como antinacionales,
al representar sectores que no permitían el desarrollo de una
economía capitalista, aupando la conservación de pequeños
enclaves de formas de producción precapitalistas, con
relaciones serviles o esclavistas, escasamente conectados al
mercado mundial. Estos sectores conservadores proponían
además mantener o establecer vínculos de subordinación a las
principales potencias coloniales.
Lo antinacional en Soler tiene esa doble dimensión, que
se traduce en una doble enajenación, negando la nación primero
al no permitir la integración de los intereses económicos de la
comunidad, y negándola también al mantener lealtades hacia
una potencia externa. Por ello es que Soler afirma que las clases
articuladas en torno al liberalismo, que proponían un modelo
de nación moderna, independiente y capitalista, representaban
en el siglo XIX una fuerza nacionalista y progresista.
El antagonismo fundamental entonces, para Soler,
233
Richard Morales
Bonapartismo permanente
Para imponer su proyecto de organización nacional, esos
bloques pluriclasistas buscan construir y controlar un Estado,
como instrumento de dominio que permite establecer formas
de producción y reproducción consonó con los intereses de
esas clases.
Aquí, Soler invierte una concepción genérica en
torno al origen de los Estados, ya que al ubicarse en el tercer
mundo, no piensa al Estado formándose de abajo hacia
arriba, como expresión y producto de la burguesía, dado
que en Latinoamérica se daban “revoluciones burgueses sin
burguesía”, sino al contrario, de arriba hacia abajo, donde
se estructuraban los Estados Nacionales como premisa para
el surgimiento de las relaciones de producción capitalistas
(Soler, 1989: 115). Las clases con pretensiones burguesas, para
consolidar su dominio, “debían hacer alianzas y compromisos
de naturaleza político-ideológica con otras clases o capas no
234
Utopía de la Nación Soleriana
235
Richard Morales
El mito geográfico
El Estado-nación, teniendo la producción y reproducción de la
vida de la comunidad como premisa, se estructura asumiendo
236
Utopía de la Nación Soleriana
237
Richard Morales
238
Utopía de la Nación Soleriana
La gran tendencia
Para Soler, esas condiciones y fuerzas históricas conducen al
Istmo hacia el ideal del Estado Soberano, el Panamá Estado
federal autónomo de Justo Arosemena dentro de una gran unión
continental latinoamericana, como “fórmula ideológica que
asume la aspiración panameña a la autodeterminación” (Soler,
1989: 18). En torno a la afirmación y negación de ese ideal se
configura una clara diferenciación de Panamá con el resto de
la Nueva Granada, después Colombia, que se constituye en
tendencia histórica definitoria de la nación panameña.
Es un ideal afirmado por las fuerzas autonomistas
e independentistas que a largo del siglo XIX pugnaron
por conquistar el autogobierno y desarrollar la función
transitista, pero también reconocido implícitamente en los
esfuerzos colombianos por negar esa autonomía y truncar
el aprovechamiento panameño de la posición geográfica. Es
la tendencia autonomista e independentista en función de la
búsqueda del control de la zona de tránsito la que define y
diferencia históricamente a la nación panameña.
Esta tendencia se mantiene en el siglo XX, pero
ahora dentro de la coyuntura del emergente imperialismo
estadounidense, tomando la forma de aspiración a la soberanía
sobre el territorio ocupado y el Canal de Panamá.
El imperialismo estadounidense es la confirmación
en el siglo XX de la continuidad de esa tendencia, ya que
si las formaciones nacionales latinoamericanas emergieron
239
Richard Morales
240
Utopía de la Nación Soleriana
241
Richard Morales
Camino al socialismo
La sinergia entre los intereses populares y nacionales es el
camino a la superación de la contradicción nacida de la doble
enajenación a la que están sujetos nuestros países, superación
a partir de la lucha de las clases populares por imponer una
nueva organización nacional.
Esta lucha permite articular un bloque revolucionario
con el poder suficiente para construir un nuevo Estado,
análogo a como en las guerras de independencia fue necesaria
una estrategia social anticolonial, fundada en la liberación de
los esclavos y siervos, como precondición para adquirir las
fuerzas con las cuales conquistar la autodeterminación (Soler,
242
Utopía de la Nación Soleriana
2009: 219).
Pero además del factor estratégico, esa lucha es la única
forma de crear una nueva base material que permita suplantar
la base del orden neocolonial. Al ser el Estado-nación una
fuerza productiva en sí misma, eso implica que un nuevo
Estado estará asentado sobre una organización distinta del
poder, que permita la realización plena de las clases que llevan
adelante la lucha, lo que exige la socialización de los medios
de producción y reproducción de la vida, como fórmula para
poner el poder sobre esos medios en manos de aquellos que
habían sido excluidos y explotados en el orden anterior.
Soler entiende por socialismo “la primera experiencia
en la historia de la humanidad en que el hombre asume, con
los alcances de su conciencia, la responsabilidad de estructurar
la sociedad al margen de los parámetros inexorables creados
por la propia actividad de producción y reproducción de su
vida material” (Soler, 1996: 11). Para Soler, el socialismo, es
el control absoluto del hombre sobre su propia vida, la forma
más elevada que asume la autodeterminación de los pueblos.
Por ende, socializar los medios de producción y reproducción
de la vida y alcanzar la plena autodeterminación, produce
la ruptura con el imperialismo garante de la base material
capitalista.
El único camino a la autodeterminación, como auténtica
soberanía popular y nacional, es el socialismo. Como nos
dice Soler, “superar esas contradicciones y alcanzar nuevos
procesos cualitativos, democratizadores y nacionalizadores
implica la ruptura de la dependencia imperial mediante la
socialización de los medios de producción y cambio” (Soler,
1989: 94).
La socialización de los medios de producción es por
ende, camino y destino de la autodeterminación. Toda otra
alternativa no es más que una independencia ficticia, donde
inevitablemente seguiremos presos de las dinámicas coloniales-
imperiales al no haberse constituido un nuevo Estado con
243
Richard Morales
244
Utopía de la Nación Soleriana
Dialéctica inédita
Las consecuencias de ese proceso desnacionalizador las sufre
Panamá hoy, por lo que ante el intento de borrar violentamente
la memoria colectiva del pueblo panameño, se hace urgente
escuchar las palabras de Soler, quien nos conminó a volver
al pasado, como una de las mejores maneras de armarnos
frente a los retos del futuro (Soler, 1996: 35), para emprender
cuanto antes la batalla por recuperar, desarrollar y elevar la
autoconciencia de nuestro derecho a existir como nación.
Estando en juego nuestra existencia, no podemos
seguir siendo víctimas del péndulo, esperando inertes a que
surjan por factores exógenos las condiciones favorables para
el resurgimiento de las luchas por la identidad nacional.
245
Richard Morales
Bibliografía
Soler, Ricaurte, 1971. Pensamiento Panameño y Concepción
de la Nacionalidad durante el Siglo XIX (Panamá, Librería
Cultural Panameña).
246
Utopía de la Nación Soleriana
247
ACERCAMIENTO A LA IDENTIDAD PANAMEÑA
DESDE RICAURTE SOLER. FLORENCIO DÍAZ
PINZÓN
Antecedentes
El concepto de identidad se ha convertido en uno de los
conceptos con mayor uso en los escenarios de conflicto
establecidos tanto a nivel global, como en lo local y lo nacional.
Su uso es persistente, no solo en el campo de las ciencias
sociales, sino también en los discursos acuñados tanto por los
movimientos sociales como en los expresados por los propios
políticos de las élites; en las alocuciones de la izquierda; en las
artes y en otros escenarios variados, pero siempre es empleado
con el propósito de fortalecer la identidad. Sin embargo, a
pesar de la ubicuidad de su uso no se ha logrado homogenizar
lo que se entiende por identidad.
El término identidad se incorporó al campo de las
ciencias sociales a partir de las obras del psicoanalista austriaco
Erick Erickson, quien a mediados del siglo XX empleó el
término ego-identidad en sus estudios sobre los problemas
que enfrentan los adolescentes y las formas en que pueden
superar las crisis propias de su edad. Erickson concibe a la
identidad, como “un sentimiento de mismidad y continuidad
que experimenta un individuo en cuanto tal” (Erickson, 2010).
Podemos considerar la identidad como la autorreflexión
del individuo, proceso que le permite ponderar sus propias
capacidades, reafirmándose como individuo. Sin embargo, toda
vez que los individuos viven en colectividad, esta autorreflexión
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Florencio Díaz Pinzón
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Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
251
Florencio Díaz Pinzón
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Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
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Florencio Díaz Pinzón
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Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
169
La panameñidad también vive en la historia, pero es algo más profundo y
verdadero que la historia, porque en el eterno perecer de ésta, ella permanece
como la naturaleza eternamente viva, eternamente incorruptible. Preguntarse por
la panameñidad es, pues, preguntase por lo que no muere, por lo que permanece
insepulto en nuestro constante morir histórico (García, 1956: 23).
170
Isaías García retoma al Dr. Méndez Pereira en relación a nuestra posición de
255
Florencio Díaz Pinzón
país de tránsito que nos hace blanco de insistentes corrientes extrañas que golpean
día a día sobre la personalidad y estructura panameña (García, 1956: 21).
256
Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
257
Florencio Díaz Pinzón
172
Ver a Miguel Montiel Guevara, Ricaurte Soler: La cuestión de Identidad Nacional
y Latinoamericana, EUPAN, 2013).
258
Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
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Florencio Díaz Pinzón
260
Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
173
Ver a Ricaurte Soler, Panamá: Nación y Oligarquía, 1925- 1975, ediciones de la
Revista Tareas, 1979
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Florencio Díaz Pinzón
262
Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
Reflexiones Finales
La identidad está en constante cambio, es decir, es dinámica,
en contraposición con la identidad dominante. Que en un
mismo espacio, en un mismo territorio se expresan múltiples
identidades, que la identidad se construye, se transforma,
asume de otras identidades representaciones o es sometida a
otras representaciones. Desde esta perspectiva de la identidad
se expresa el ser.
Ahora bien, Isaías García representa la identidad del
panameño, desde una mirada impregnada del relativismo
alejándola de los procesos históricos de la humanidad, al
contrario la asume como independiente del contexto, social,
económico, político, cultural y ambiental. La observa como
producto de lo individual, no así como producto de lo colectivo
planteándola como una categoría social permanente.
Desde esta mirada apunta a la pasividad, a la incapacidad
de construir sus propias acciones, de lograr concluir sus propios
planes, de ser laxo. Con este posicionamiento García propone
un panameño sometido incapaz de replantear su destino en el
camino de la historia. Este argumento de la panameñidad laxa,
inconsecuente, le permite replantear una América Latina con
característica similar.
Por otro lado Ricaurte Soler, propone una panameñidad,
263
Florencio Díaz Pinzón
264
Acercamiento a la Identidad Panameña desde Ricaurte Soler
Bibliografía
Arosemena, J. (2003). Estado Federal de Panamá. Panamá:
Asamblea Legislativa.
Camargo, M. (2005). La enticidad como esrategia del indígena
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Historia Panamá, 22-26. 7.2002 (pág. 364). Bogota:
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Obtenido de Convergencia: http://www.
scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S1405-14352010000200010
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Guevara, M. C. (2014). La vida política en el siglo XX. En A.
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identidad. La Prensa , pág. 50.
Soler, R. (1971). Pensamiento panameño y concepción de la
nacionalidad durante el siglo XIX. Panaamá: Librería
Cultural Panameña.
265
Florencio Díaz Pinzón
266
APORTES DE RICAURTE SOLER AL PENSAMIENTO
POLÍTICO-FILOSÓFICO PANAMEÑO. SAMUEL
PRADO FRANCO.
“En la ciencia no hay calzadas reales y quien aspire a remontar
sus luminosas cumbres tiene que estar dispuesto a escalar por
senderos escabrosos”
Carlos Marx.
267
Samuel Prado Franco
268
Aportes de Ricaurte Soler al Pensamiento Político-Filosófico Panameño
269
Samuel Prado Franco
270
Aportes de Ricaurte Soler al Pensamiento Político-Filosófico Panameño
271
Samuel Prado Franco
272
Aportes de Ricaurte Soler al Pensamiento Político-Filosófico Panameño
Bibliografía
273
ANEXO
275
Anexo
276
Pensamiento Crítico de Ricaurte Soler
277
Anexo
278
Pensamiento Crítico de Ricaurte Soler
279
Anexo
280