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2020
Taller
Resolución 2400 de 1979
X. Riesgo psicosocial
La radiación ionizante tiene suficiente energía para afectar los átomos de las
células vivas y, por consiguiente, dañar su material genético (ADN).
Afortunadamente, las células de nuestro cuerpo son extremadamente eficientes
para reparar dicho daño. No obstante, si el daño no se repara correctamente, una
célula puede morir o volverse cancerosa.
La exposición a niveles muy altos de radiación, por ejemplo, por estar cerca de
una explosión atómica, puede causar efectos agudos sobre la salud, entre ellos,
quemaduras de piel y síndrome de radiación aguda (“radiotoxemia” o “enfermedad
por radiación”). También puede provocar efectos a largo plazo en la salud, como
cáncer y enfermedades cardiovasculares. Si bien la exposición a los bajos niveles
de radiación presentes en el medioambiente no causa efectos inmediatos en la
salud, es un factor secundario de riesgo general de cáncer.
Tipo de radiación de baja energía que no tiene suficiente energía como para
eliminar un electrón (partícula negativa) de un átomo o molécula. La radiación
no ionizante incluye la luz visible, infrarroja y ultravioleta; las microondas; las
ondas de radio y la energía de radiofrecuencia de los teléfonos móviles. Se ha
establecido que la mayoría de tipos de radiación no ionizante no producen
cáncer.
Las medidas de protección ante las radiaciones no ionizantes son sobre todo las
siguientes:
Soldador
Operador de montacargas
El casco
El chaleco
Los guantes
Los guantes que use el operador pueden ser de cuero o de lana. Los de cuero
cuentan con la ventaja de ser más duraderos con el paso del tiempo. Por su parte,
los de lana son mucho más flexibles, aunque suelen durar menos. Es cierto que
una reducción en la movilidad a causa de los guantes de cuero puede ser un
problema para el correcto desempeño del operador. Dependerá de cada uno y de
las tareas a realizar cuáles sean los guantes que resulten convenientes.
Los zapatos
No se trata de utilizar cualquier tipo de zapatos, sino que éstos tienen que ser
industriales y preparados para tareas de esta índole. Se recomiendan
especialmente los zapatos con punta de acero, ya que protegen el pie en caso de
que algún material pueda llegar a caer sobre éste.
El tapón de oídos
Cuando un operario está trabajando con carga, es posible que esté expuesto
directamente a diversos gases y polvos, que pueden ser altamente perjudiciales
para su salud. Por esto, se recomienda que usen máscaras especiales para ello.
La faja lumbar
Esto no se solicita para todos los operarios, pero puede importante especialmente
para aquellos que cuentan con problemas de espalda o que están mucho tiempo
sobre las grúas. Por eso, la faja proporciona un apoyo lumbar en el área baja, para
que en caso de tener que hacer un esfuerzo físico, éste se lleve a cabo de la
manera correcta y no forzando partes del cuerpo que no puedan tolerarlo.
Trabajo en altura
Casco de seguridad
Arnés:
confortable.
mosquetón de seguridad
o Monogafas de seguridad.
Taller de mecánicos
Caídas. El desorden o los líquidos derramados en el suelo pueden
provocar resbalones y tropiezos.
Cortes, golpes y aplastamiento. En el taller se manejan muchas
herramientas. La mayoría pueden provocar lesiones o cortes fácilmente.
En los elevadores también existe el riesgo de aplastamiento.
Inhalación de productos químicos y gases. Trabajar con combustibles y
productos químicos supone un riesgo para las vías respiratorias. La
inhalación de gases como el monóxido de carbono que expulsan los
motores de combustión interna, también.
Químicos en contacto con la piel. Manipular disolventes o derivados del
petróleo pueden producir dermatitis y otras patologías en la piel.
Quemaduras. Soldar o hacer otros arreglos con el soplete suponen un
riesgo de sufrir abrasiones.
Afecciones en la vista. Relacionado con el punto anterior, las chispas de
la soldadura también pueden provocar incendios y daños graves en la
vista.
Exposición a vapores de pintura. Afectan a la vista, piel y vías
respiratorias directamente. Esto se debe porque se realizan en cabinas.
Daños en los oídos. Motores en marcha, golpes, herramientas
neumáticas… la presencia de ruidos es constante durante la jornada
laboral.
Sobreesfuerzos. Mover grandes pesos que excedan la capacidad física,
movimientos repetitivos o posturas incorrectas.
Incendios y explosiones. Trabajar con materiales combustibles o tener las
instalaciones eléctricas inadecuadas aumenta el riesgo de producirse
incendios y explosiones.
Riesgos Físicos
Riesgos Químicos
Son los producidos por procesos químicos y por el medio ambiente. Las
enfermedades como las alergias, la asfixia o algún virus son producidas por
la inhalación, absorción, o ingestión.
Para reducir este tipo de riesgos, podemos actuar en tres direcciones:
Riesgos Biológicos
Riesgos Ergonómicos
Riesgos Psicosociales
Existen muchos tipos de riesgos de esta naturaleza, que nos pueden
afectar a todos nosotros en algún momento de nuestra vida laboral, pero
entre ellos podemos destacar el estrés, derivado de un ritmo de trabajo
elevado, la fatiga laboral, la monotonía. Para su prevención, se recomienda,
si no fuera posible cambiar de tarea o de horario de trabajo, unos ejercicios
que consisten en la realización de ligeros movimientos para relajar la
musculatura del cuello, espalda y brazos. E idealmente, realizar pausas
cortas de unos 10 minutos cada hora y media en al trabajo.
Debemos tener como mínimo un descanso de 15 minutos a partir de las 6
horas. La estabilidad y un buen ambiente nos ayudaran a disminuir estos
riesgos.
Riesgos Mecánicos
Este tipo de riesgos son los únicos que no podemos controlar debido a que
son la posibilidad de que se produzca un daño o catástrofe por una acción
humana o un fenómeno de tipo natural. En función de su origen también se
pueden denominar riesgos naturales que serian los que se manifiestan
dentro de la naturaleza como la lluvia, la tempestad, las inundaciones…
o riesgos antropogénicos que son los derivados de acciones o actividades
humanas.