Está en la página 1de 3

LOS ESTILOS DE COMUNICACIÓN.

Podemos distinguir tres grandes estilos de comunicación: asertivo, pasivo y agresivo.


PASIVIDAD.
Según la Real Academia Española (2018), una persona pasiva “implica falta de acción o
de actuación”, al igual que también puede tratarse de una persona que “deja de obrar a
los demás o permanece al margen de una acción”
Una persona que recurre a un estilo de comunicación pasivo trata de agradar a los
demás, deja que hagan lo que desean, y muestra incapacidad para manifestar sus deseos
y percepciones. Se muestra inhibida, cohibida, reprimida en su comportamiento,
perdiendo el control de la situación. Además, presentan un miedo irracional, casi fóbico, a
la posibilidad de ofender a los demás y ser rechazado, sufre accesos de ira incontrolada
provocada por aguantar situaciones no resueltas y padecer la inexistencia de relaciones
sociales cálidas.
La conducta pasiva está provocada a menudo por una falta de confianza en uno mismo y
por atribuir superioridad al otro.
Seguidamente, se muestras algunas características concretas de las conductas pasivas,
desde el punto de vista de Luca de Tena, C., Rodríguez, R. y Sureda, I. (2001, p. 33):
- Presentan un volumen o tono de voz bajo, con tartamudeos, presentando muy poca
fluidez verbal.
- Son personas que presentan la mirada baja, sin tener contacto ocular con el otro
interlocutor.
- Muestran inseguridad con respecto a qué decir y qué hacer.
AGRESIVIDAD.
Dominic Infante (1987 en Elizondo, M., 2005, p. 33) la definen como “la tendencia a atacar
el autoconcepto de los individuos en lugar de, o además de, su posición o tema de
comunicación”.
De forma observable puede expresarse por: Volumen alto de voz. Hablar sin escuchar.
Empleo de ofensas verbales, insultos, amenazas, humillaciones, murmuraciones. Mirada
retadora, ceño fruncido, cara tensa. Gestos amenazadores con las manos, puños
cerrados. En ocasiones extremas puede haber ataque físico. Esta conducta produce
sentimientos de resentimiento y alejamiento en los demás, y se establecen relaciones
poco duraderas o insatisfactorias. En el sujeto agresivo surgen sentimientos de culpa y
tensiones en las relaciones interpersonales, para acabar evitando futuros contactos.
Las personas agresivas tienen las siguientes características (Roca, E. 2014, p. 19):
- Violar o ignorar los derechos de los demás.
- Son personas que pueden aparentar estar seguras de sí mismas, ser sinceras y
directas, pero lo hacen de forma incorrecta.
- Cualquier conflicto que se les presenta lo consideran como un “combate” donde solo
existe la opción de ganar o perder.
- No se sienten responsables de las consecuencias negativas que puede ocasionar su
comportamiento agresivo tanto para ellos como para los demás, tanto a medio como a
largo plazo.

ASERTIVIDAD.
Según el autor Rodríguez (1990 en Elizondo Torres, M., 2005, p. 41) la asertividad es
“cuando una persona posee la habilidad para transmitir y recibir los mensajes de
sentimientos, creencias u opiniones de una manera honesta, oportuna y respetuosa”.
La persona u objeto de la conducta asertiva suele obtener beneficios, ya que recibe una
comunicación clara y no manipuladora. Se produce también una mayor satisfacción en la
vida social, mayor confianza en uno mismo y unas relaciones más íntimas y significativas.
El uso del estilo asertivo hace que la persona resuelva habitualmente los problemas que
se
encuentra en sus relaciones sociales, lo que genera satisfacción y hace que se sienta a
gusto con los demás y consigo mismo, incrementándose por este motivo su autoestima
personal. Implica la capacidad de expresarnos respetando a todas las partes. Supone
manifestar con respeto lo que uno opina o considera.

De forma observable, la conducta asertiva se caracteriza por:


 Contacto ocular directo
 gestos firmes
 Postura erecta
 Mensajes en primera persona
 Respuestas directas

Estas características positivas facilitan que las relaciones interpersonales continúen


siendo
satisfactorias y fructíferas, pues incide sobre los componentes fisiológico y cognitivo de la
comunicación, haciendo que el manejo de los componentes conductuales sea más fácil y
adecuado.

REFERENCIAS:

Goroskieta, V. (2003). Habilidades Sociales. Frías, A & García, M (Eds.), MANUAL DEL MONITOR-
MONITORA DE TIEMPO LIBRE (pp. 97-122). Gobierno de Navarra.

Marín, R, Martínez, M. (2012). Introducción a la psicología social. Madrid: Pirámide

También podría gustarte