El autor dice que todos los gobernantes latinoamericanos tienen un gen que está

listo para convertirlos en el caudillo que llevan dentro, esto debido a los grandes

antecedentes de caudillismo en muchos de los países latinoamericanos en el siglo

XIX y principios del siglo XX. Por otro lado, hace referencia a que este gen se

encuentra oculto ya que parecía que a comienzos de los años ochenta este gen

político había sido olvidado, pero años después, a finales del siglo XX, se manifestó

de nuevo de manera progresiva, pero no ya como caudillismo sino como

presidencialismo. Debido a los grandes antecedentes del caudillismo muchos países

habían tomado mediados para que estos acontecimientos no sé volvieran a

presentar, cosa que llevó a algunos presidentes a aceptar, de manera forzada, la no

reelección. Además, se ha visto que a principios del siglo XXI algunos presidentes

cayeron en “el pecado original de la democracia al considerarse indispensables”,

algunos ejemplos de ello son los mandatos de presidentes como: Hugo Chávez,

Álvaro Uribe, Rafael Correa, Evo morales, etc.