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Los orígenes del comercio se remontan a finales del Neolítico, cuando se descubrió

la agricultura. La agricultura que se practicaba era de subsistencia, donde las cosechas


obtenidas eran las justas para la población dedicada a los asuntos agrícolas. Sin
embargo, a medida que iban incorporándose nuevos desarrollos tecnológicos al día a día
de los agricultores, como por ejemplo la fuerza animal, o el uso de
diferentes herramientas, las cosechas obtenidas eran cada vez mayores

Por lo tanto, los excedentes de las cosechas empezaron a intercambiarse con otros
objetos en los que otras comunidades estaban especializadas.

El hombre por los excedentes de cosecha llegaron al trueque era la manera en que las
antiguas civilizaciones empezaron a comerciar, se trata de intercambiar mercancías por
otras mercancías de igual valor, después de un tiempo los metales preciosos dieron
forma a lo que se llama la Introducción de la moneda, en una definición más general, es
un medio acordado en una comunidad para el intercambio de mercancías y bienes. 

Lo que nos lleva a la edad media donde se implementaron rutas de comercio, entre las
rutas más famosas destaca la Ruta de la Seda, pero también había otros importantes
como las rutas de importación de pimienta, de sal o de tintes.

Junto con la Revolución Industrial se llevó a cabo una serie de innovaciones en el


transporte que revitalizaron el comercio. Ahora las mercancías podían ser
manufacturadas en cualquier lugar y ser transportadas de una manera muy barata a
todos los puntos de consumo una de estas invenciones fue la locomotora lo que llevo al
comercio desarrollar corrientes de varios tipos.

Actualmente los países dependen del comercio internacional para el desarrollo


económico y bajo el mismo principio como inició el trueque dentro de las comunidades
satisfacer las diferentes necesidades que la población posee.

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