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DISLEXIA

 La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la


lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da
en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni
sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración
del neurodesarrollo.

 ES EL TRASTORNO DE APRENDIZAJE MAS FRECUENTE DENTRO DE LAS AULAS. 5 AL 17%

 Manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas

simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones,

sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual

y déficit en la comprensión.

 Es una dificultad para la descodificación o lectura de palabras, por lo que estarían alterados alguno de los

procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado.

Características de una persona con dislexia:

o no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Ciencias, porque no es capaz de llegar a su

significado a través de la lectura.

o debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a

distraerse y a rechazar este tipo de tareas.

Otras dificultades: La dislexia, es mucho más que tener dificultades en la lectura y en la escritura, ya que existen

problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, confusión entre la derecha y la izquierda,

dificultades en las nociones espacio-temporales.


Paginas de consulta: www.disfam.org
Entrevista a Rufina Pearson, autora del libro recientemente publicado por Paidós, que asegura que no es una discapacidad sino "una forma
diferente de leer"

Estrellas en la tierra es una película india, nominada a los premios Oscars en 2007, que aporta una de las mejores definiciones de la dislexia.

Ishaan, el protagonista, tiene ocho años, es hijo de un exitoso ejecutivo y vive como una pesadilla su constante fracaso escolar. Una mañana,

en el aula su maestra le exige que lea una página en voz alta. El chico, después de permanecer en silencio por más de un minuto y ante el

nerviosismo de la docente, contesta: "No sé. Las palabras están bailando". Le ocurre lo mismo en cada examen o prueba. Todo le parece

difícil, desde capturar esas letras que se mueven cuando intenta leerlas hasta sobrellevar el maltrato escolar y el acoso de sus compañeros.

Cuando está sólo, en cambio, vive en un mundo interno rico en maravillas, tierras mágicas llenas de animales y colores. Un universo

apasionante pero atrapado dentro de él, porque no sabe cómo transmitir. Decir que "las palabras bailan", es quizás la mejor forma de explicar

qué es la dislexia. Una tarea a la que Rufina Pearson, psicopedagoga y magister en educación especial ha dedicado su vida. Investigar,

capacitar, difundir, reconocer son las herramientas de las que se valió para abordar una condición subdiagnosticada y poco conocida entre los

docentes: esta forma distinta de leer. Hace un mes publicó el libro "Dislexia", de editorial Paidós.

-¿Por qué es importante que la persona que tiene dislexia lo sepa pronto?

-El saber en primer lugar libera a la persona de todos los fantasmas de no ser inteligente, dado que el no poder realizar una tarea en apariencia

tan sencilla como leer fluido, genera frustración y la sensación de no ser lo suficientemente inteligente, o lo que es peor, de no serlo. El

encontrar la razón a su dificultad lo alivia. En segundo lugar, le abre la puerta para encontrar la solución a su problema, dado que luego de

años de investigación se sabe la causa y cuál es el camino para compensar esta dificultad. El acceso a un tratamiento es fundamental para

poder superarlo, y eso ocurre cuando se diagnostica, porque es entonces cuando se le brindan las estrategias adecuadas que le ayudarán a

salir adelante. En muchos casos pasan años yendo a terapia por baja autoestima o recibiendo apoyo académico, todas intervenciones que no

apuntan a lo que realmente necesitan que es que se les enseñe a leer y a procesar información escrita activando áreas cerebrales que son su

fortaleza.

-¿Qué ocurre cuando falta el diagnóstico?

Cuando una persona no sabe que tiene dislexia experimenta fracaso escolar, académico o laboral, lo cual lo lleva a sentir frustración y a armar

un concepto negativo de sí mismo, lo cual resulta en baja estima y en muchos casos en conductas que se acercan a la depresión, ansiedad e

incluso fobias. Muchos evitan situaciones académicas. En niños se detecta por angustia anticipada, indicios de somatización, como dolores de

estómago los domingos antes de iniciar la semana o antes de una prueba, y hasta pueden desarrollar fobia escolar. Otros, en cambio,

reaccionan de manera opuesta, con alta irritabilidad, enojo y a veces con problemas de conducta. El no saber qué le ocurre lo aleja de la

posibilidad de no recibir la ayuda que necesita. Cualquier indicio de dificultad escolar debe llevar al adulto a descartar en primer lugar la

posibilidad de la existencia de una dificultad específica como puede ser la dislexia.

-¿Qué implica ser disléxico? ¿Cómo afecta el proceso de aprendizaje?

-La dislexia es una condición determinada neurobiológicamente que impacta la zona del cerebro vinculada a los procesos fonológicos y de

memoria verbal, y en la cual no se activan las zonas de lectura visual que se asocian a la lectura fluida. Estos procesos cognitivos afectan el

aprendizaje de la fluidez en la lectura, es decir, la persona no lee en forma automática, lo cual le genera fatiga y muchas veces termina
afectando la comprensión del contenido del texto. Se observa dificultad en el inicio del proceso lector, es decir, en los primeros grados dado

que el niño no empieza a leer al ritmo de los demás. Luego no avanza de la misma manera que el resto y ello empieza a afectar el éxito en los

aprendizajes. Suele necesitar ayuda para leer textos, tiene errores en la escritura y rinde por debajo de lo esperado en materias básicas como

lengua, matemática e inglés. Presentan mala ortografía y tienen dificultad para tareas que implican la memoria verbal, por lo cual se dificulta el

aprendizaje de las tablas de multiplicar, de los nombres de los números (en los primeros grados), los meses del año, y de destrezas como el

cálculo mental (cuentan con los dedos). Ahora bien, la dislexia implica no sólo una dificultad, sino un desarrollo diferente del cerebro que

también se asocia a áreas de fortaleza que otras personas no desarrollan y que las hacen únicas y capaz de destacarse frente a los demás

Asegurás que es una "forma diferente de leer", no una discapacidad ni una patología. ¿Por qué?

Una persona con dislexia tiene una dificultad en la lectura que se da por un funcionamiento diferente del cerebro, y ese juego de palabras me

pareció muy apropiado para transmitir la idea de que la persona con dislexia no tiene una discapacidad, es decir, no tiene dañada un área que

resulta irrecuperable, ni tampoco tiene una enfermedad que empieza en un momento determinado y se agrava o mejora y luego termina. La

dislexia es una condición. La persona nace por determinación genética con ella y los estudios de neuroimagen muestran cómo el cerebro se

desarrolla y funciona diferente en el acto lector en personas con esta información genética. El funcionamiento diferente determina que

desarrollen áreas que otras personas no activan y ello es un gran potencial que luego se ve volcado en destrezas como la alta creatividad. La

persona con dislexia debe saber ante todo cuáles son sus fortalezas, porque lo necesitará para compensar su dificultad natural para tareas

lectoescritas, y también para entender que todos tenemos más facilidad para unas cosas y menos para otras. Ello ayudará a una buena

conformación de su autoestima.

-¿Se cura, se corrige o se aprende a vivir con ella?

-La dislexia no se cura porque no es una enfermedad. Más que corregirse, se "compensa" y se aprende a convivir con ella. No todos logran el

mismo nivel de compensación ni todos aprender a llevarla sacando provecho de sus aspectos positivos. Ello depende de a qué edad se detecte,

de la ayuda que se reciba y de lo apropiado de la intervención. Se observan grandes diferencias en personas identificadas entre los 4 y 7 años

en relación a aquellos que son identificados luego de los 8 ó 9 años. La capacidad de compensación es mayor cuanto antes se detecte, así

como la desafectación o afectación de la estima. Si un niño cursa su escolaridad con sensación de fracaso, lo más probable es que desarrolle

una baja estima y que esta lo acompañe el resto de su vida. En cambio, si se detecta en forma temprana, se recibe la ayuda necesaria, y el niño

aprende a entender sus fortalezas y a suplir sus dificultades aprendiendo estrategias o destrezas que le son brindadas en el tratamiento,

entonces no tiene por qué afectar la autoestima. Las intervenciones deben apuntar a la enseñanza de la lectura, principalmente. Según sea la

edad, también se enseña la manera de ayudarse con recursos tecnológicos para asistir en los tiempos de lectura y escritura. Hoy en día se

puede dictar a la computadora y hacer que la misma lea. Pero esto se implementa solo en situaciones de alta carga académica, porque una

persona con dislexia puede aprender a leer y a hacerlo con relativa fluidez si se lo detecta en forma temprana y si se trabaja con un programa

de tratamiento con evidencia científica en su eficacia.

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