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SEIS APUESTAS DESDE NUESTRO SUR DE PENSAMIENTO Y VIDA, PARA


TRABAJAR CON HOMBRES DE ABYA YALA1

Javier Omar Ruiz Arroyave2


Colectivo Hombres y Masculinidades, Colombia

Red Peruana de Masculinidades


Lima, 19 octubre 2019

“La América Española es original i originales han de ser sus instituciones y su gobierno i
originales sus medios de fundar uno i otro. O inventamos o erramos”
Simón Rodríguez3.
“Ni calco ni copia, sino creación heroica”.
J. C. Mariátegui4.
Cuando quienes trabajamos críticamente sobre los paradigmas de masculinidades nos situamos
desde América Latina en la coyuntura actual para pensar sobre aspectos como el de las lógicas
de lo masculino, irremediablemente vemos nuestra labor cruzada por un conjunto de
determinantes que debemos tener en cuenta para que nuestra apuesta sea más ampliamente
transformadora de realidades, para que lo sea no sólo en el campo de las relaciones genéricas,
sino en los demás ámbitos en los que actuamos como hombres / género.
Desde este lugar, veamos algunos retos para el trabajo con hombres de cara a confrontar las
construcciones masculinas patriarcalizadas, capitalistas y coloniales. Lo pongo a consideración
desde el reto de avanzar en pensarnos desde nuestro Sur latinoamericano de vida y
pensamiento.
Sigamos la ruta de seis apuestas que apuntan a este propósito.

1. SOMOS-HOMBRES-EN-SITUACIÓN-LATINOAMERICANA / Abya Yala5


Para pensarnos como hombres6 (en todas nuestras diversidades), debemos en primer lugar
desconectarnos de aquellos paradigmas de género (eurocentrados) que además por pretenderse
universales, subordinan nuestras dinámicas y paradigmas desde donde existimos la vida y
construimos nuestras lógicas genéricas. De ahí que el enfoque fundamental para iniciar el
abordaje de la presente ponencia sea el SITUACIONAL, ese que de manera clara permite
entendernos más desde y como situación, que como condición, por la idea determinista que ésta
señala. La primera posibilidad está más cercana a nuestros modos latinoamericanos de
existencia en el mundo. De ahí que según pensadores como Rodolfo Kush7, y José María
Arguedas8, nos es más propio en el pensar andino (y agrego el caribeño y amazónico),

1
Ponencia presentada en el II Coloquio Nacional de Masculinidades, Involucrando a los hombres por la igualdad de
género, convocado por la Red Peruana de Masculinidades, Lima, 17 a 19 octubre 2019. Los planteamientos se
actualizan al 30 de noviembre/19.
2 Licenciado en Educación (Medellín, Colombia), y posgrados en pedagogía (Lima, Perú). Educador Popular.

Cofundador del Colectivo Hombres y Masculinidades en Colombia (1994 -25 años)


3
Educador venezolano (1769 – 1854), tutor de Simón Bolívar.
4
José Carlos Mariátegui. Perú (1894-1930), pensador político, llamado El Amauta (Maestro).
5 Abya Yala, nombre originario del continente que fue nombrado América a partir de la conquista. Hoy se ha

posicionado como nombre reivindicativo y decolonial.


6 En quienes centro hoy esta reflexión, que por nada excluye extenderla también para las mujeres.
7 Rodolfo Kush, argentino, +1979.
8 José María Arguedas, peruano, +1969.
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entendernos no tanto desde el SER sino desde el ESTAR, a lo que podríamos allegar el
concepto de entendernos como personas de ESTAR-SIENDO.
Así entonces, para articular esta premisa a nuestros lugares de lo genérico, diremos que nos
representa mucho más el concepto ESTAR-SIENDO-HOMBRES-EN-SITUACIÓN-PERÚ
(Colombia, Ecuador, Brasil, Haití…), que el clásico y descontextuado, ser hombres, así no más.
Nuestra propuesta es un ejercicio decolonizante que da lugar también a que lo situacional abra
puertas para que otras experiencias de trabajo se narren, por ejemplo, como hombres-siendo-en-
situación-Suecia, o Canadá...
Lo situacional indica que aparte de los modos de género, juegan también los modos de sociedad,
cultura y clase, las dinámicas socioeconómicas y políticas.
Siguiendo en esta línea, señalemos también que ESTAMOS-SIENDO-HOMBRES-EN-
SITUACIÓN-DE MASCULINIDADES, para reiterar que en tanto hombres, estamos siendo
proceso, digamos que proceso de masculinización.
Así, estar-siendo-hombres-en-situación-de-masculinización.en-Latinoamérica/Abya Yala,
implica estar siéndolo en tres dimensiones:
- desde una plataforma patriarcalizada de género que es la hegemónica,
- estar siéndolo en el juego individualizante y consumista del capital,
- y siéndolo desde una clave epistemológica eurocentrada y universalista, que no dialoga
en igualdad de condiciones con nuestras especificidades (genéricas).
Lo anterior quiere decir que lo situacional nos lleva a situarnos de cara a que las inmensas
mayorías de hombres (y mujeres) lo estemos siendo en condiciones materiales precarias.
Estamos creciendo bajo la égida del capitalismo patriarcal (/patriarcado capitalista), entre
maltrato, matoneo, competencia, insensibilización, violencias sociales y políticas, hambre,
desempleo, carencia habitacional y de servicios, baja calidad en educación, en salud…
Desde esta precariedad también estamos-siendo-hombres y en tales condiciones de vida,
construimos identidades sociales como la masculina.
Hay además un aspecto de vital importancia para las vivencias identitarias en género, y que en
nuestros territorios tiene especial peso real y simbólico. Los hombres (y mujeres, claro),
estamos siéndolo y creciendo sin padre, sin su referente cercano y cálido porque:
- el patriarcado nos lo acorazó como ser humano,
- el capital nos lo quitó como calidad material de vida,
- y el padre simbólico de la cultura (digamos que el Estado), es depredador, violento y
abandónico.
Esta situación marca de manera particular nuestros estar-siendo-hombres en tanto la orfandad
existencial y genérica, por llamarla de esta manera, se convierte en un lastre doloroso y
escondido, que en no pocas veces revierte como violencias varias (contra sí mismo, contra las
mujeres y contra otros hombres, para seguir la propuesta de la tríada de la violencia, de Michael
Kaufman9). Esto, en palabras de Jessica Benjamín10, es la materialización de que “el patriarcado
es un sistema sin padre”. América Latina lo viene siendo.
Así, sistemas como el patriarcal y el capitalista, también van siendo y se desarrollan en-
situación-latinoamericana.

9 Michael Kaufman, canadiense, impulsor de la Campaña del Lazo Blanco de no violencia contra las mujeres.
10 Jessica Benjamín, EEUU, psicoanalista.
3

2. Del feminismo histórico hemos aprendido, con los feminismos de Abya Yala
/latinoamericanos, avanzamos de la mano.
El estar-siendo-desde-Abya Yala/ América Latina, nos lleva, como ya señalamos, a poner en
remojo los universalismos de cara a nuestras realidades.
Los movimientos feministas europeo y norteamericano levantaron banderas para reivindicar a
las mujeres en cuanto tales, y para cuestionar su lugar social y político de género bajo el sistema
patriarcal. Bajo sus banderas, las mujeres han ubicado un primer nicho de reivindicación y
conquistas.
Entonces los hombres en nuestras diversidades, fuimos confrontados, llegando algunos a
constituir grupos de reflexión para avanzar en procesos de replanteamiento. Muchos se
asignaron como pro-feministas, otros de entrada, feministas, otros no se pusieron apellido.
Sin embargo las propuestas que se fueron moviendo en torno a este feminismo, tanto de parte de
las mujeres como de los hombres y las diversidades sexuales, tocó techo cuando su alcance no
llevó sino para cuestionar al sistema patriarcal (y su heteronormatividad), dado su carácter de
feminismo liberal, signado por una condición de clase y de racialidad, así como de pensamiento
(racionalismo, individualismo, epistemología eurocentrada), y acción (colonialismo).
Es decir, estos procesos reivindicativos y de cambio, en tanto adscritos hasta el marco
estructural del patriarcado como sistema, tiene en él mismo un tope de conquistas y
transformaciones. Es el margen de movimiento que el sistema puede digerir y aceptar. Hasta
este techo, para mujeres y hombres en transformación, lo que se haga son logros liberales, a la
final, ajustes liberales que se permite el sistema, y que le hacen juego en tanto funcionales a él.
En este margen de maniobra todas las acciones movilizadas bajo un enfoque liberal, y que el
patriarcado sabe cooptar, le sirven para actualizarse y seguir haciendo parte de las dinámicas
contemporáneas. Lo que se haga en este campo son conquistas importantes, y mucho, pero no
suficientes. Mujeres y hombres hemos aprendido enormemente del feminismo histórico. Hemos
aprendido que el género es una causa también política, y bajo su bandera aprendimos a salir a
las calles para acompañar la causa específica de las mujeres, y las puertas que han abierto las
políticas públicas sensibles al género, han sido significativas. Pero son logros de corto vuelo,
como los cambios que hacen los hombres cuando incorporan en su agenda sólo lo doméstico, o
cuando las violencias contra las mujeres sólo se ven en tanto violencias por razones de género.
En esta entendimiento, hombres como individuos y como grupos trabajando sus masculinidades,
han dado relevancia a los cambios en los roles domésticos que son los que quedan más a la
mano y son fácilmente reconocibles. Eso de lavar la loza y la ropa, barrer, cocinar, han sido
indicadores de cambios en los aprendizajes de la hombría. Importantes, claro, a sabiendas de
que en ello se hace cercanamente evidente la distribución desigual de tareas según el género.
Importante y mucho, hacer cambios allí para remover inequidades entre hombres y mujeres,
pero son de corto alcance. De modo igual como cuando la apuesta para que las mujeres estén en
cargos públicos en igualdad de condiciones y con iguales oportunidades que los hombres, tiene
un valor importante para sus procesos de empoderamiento, pero ello queda sin amplio horizonte
cuando lo que llegan a hacer la mujeres, sea porque hasta allí llega su interés de clase, o porque
hasta allí es lo que se les permite, es solamente a administrar las lógicas masculinizadas y
patriarcalizadas de la administración pública y del hacer político o social.
De todas maneras no sobra señalar que el recorrido de los hombres que venimos trabajándonos
críticamente, no sigue la misma ruta de las mujeres porque tenemos nuestros propios des-
haceres. Las mujeres en sus luchas van en línea de perder-ganando, mientras los hombres en
línea de ganar-perdiendo. Las mujeres deben perder sus lugares de desigualación, para ganar
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derechos, nosotros ganar en equidad, por ejemplo, perdiendo nuestros privilegios. Ganar en
humanidad, perdiendo las corazas emocionales y corporales patriarcalizadas, perdiendo los
lugares privilegiados en la producción, en el orden político, judicial, académico.
Por todo lo anterior, otras mujeres, situadas en otros lugares de clase, de etnia, de condiciones
materiales de vida, y de otras geografías, han ido más allá para atar a su agenda reivindicativa,
reacciones frente a otras desigualdades, injusticias y violencias provenientes de los sistemas de
dominación capitalista, el racial, y el de las epistemologías hegemónicas colonizadoras, por
señalar éstos. Así, el sistema de género es uno entre otros.
Estas mujeres han ido tejiendo sus reflexiones y sus acciones desde los pensamientos propios,
desde sus cosmovisiones, y allí, cada vez más, hombres y grupos de trabajo crítico en
masculinidades vamos confluyendo en una ruta común de pensamiento y acción. Los
feminismos del Abya Yala o simplemente los movimientos de mujeres que se leen desde este
lugar (Ver Francesca Gargallo11, Feminismos desde Abya Yala), van siendo un referente
importante y en ellos, por ejemplo, los feminismos populares, indígenas, urbanos, ambientales,
comunitarios… Desde el campo de los hombres aún es incipiente el ejercicio reflexivo y de
acción en clave de nuestro Sur de vida, pero ya vamos de a poco, al lado de las mujeres,
construyendo también nuestros pensares.

3. Pasar por el camino liberal, pero saltar al libertario.


Ahora bien, en tanto el sistema patriarcal no es una rueda suelta sino que hace simbiosis con
sistemas como el capitalista, hay que dirigir la mirada más allá de las conquistas liberales dado
que las jerarquías y sumisiones de género no son las únicas a las que se inscriben hombres y
mujeres, y más si pertenecen, en América Latina, a clases sociales empobrecidas.
El horizonte político se amplía yendo de acciones rupturales en el campo del patriarcado, hacia
visibilizar y actuar sobre las lógicas económicas y políticas del capital que por cierto, se
establecen sobre las bases de desigualación “primarias” establecidas por el patriarcado.
Esto quiere decir que además del enfoque liberal y burgués en el trabajo por transformar los
establecimientos de género en nuestras sociedades, hay un enfoque libertario (revolucionario),
que busca articular libertariamente las demandas por un orden social otro, en el que se
replanteen profundamente tanto el orden de género, como el económico, el ideológico, el
político.
De cara a este horizonte político, digamos que más estratégico, no dejan de ser muy importantes
de todas maneras las acciones afirmativas y de empoderamiento de las mujeres en lógica liberal,
incluso como proceso formativo para el que-hacer político, social y administrativo. Es un
camino a recorrer necesario. También cuenta.
Desde el campo de hombres y grupos que trabajamos críticamente las masculinidades, las
apuestas de más largo alcance no aparecen tan claras. Estos procesos no configuran aún
movimientos sociales propiamente dichos, tal vez porque el tiempo de trabajo aún no da para
generarlos, o porque la ruta social y política va por otra dinámica aún inédita. Por ahora se
avanza en tejer redes, buscar comunes denominadores, realizar encuentros de intercambio de
experiencias, desarrollar investigaciones, y explorar en caminos de trabajo comunitario. Entre
tanto, las acciones y programas en torno a los cambios de roles, a la eliminación de las
violencias contra las mujeres, a políticas inclusivas y leyes de cuotas, a la promoción de
paternidades amorosas, al fortalecimiento emocional entre hombres, entre otros, son respuesta
de vida para muchos hombres (y de mejor calidad de vida para las mujeres), y todo esto también

11 Francesca Gargallo. Italiana residente en México.


5

cuenta. Si la propuesta de apuntarle a las nuevas masculinidades es un buen convocante para


que los hombres se junten a pensarse en sí mismos, desde y por sí mismos, que lo siga siendo,
que buena falta hace.
A propósito de la categoría nuevas masculinidades, es importante indicar que cuando se emplea
ésta u otras como: no hegemónicas, corresponsables, no violentas, no tóxicas, no parecen
apuntar al contenido central de la distribución del poder, que es justo desde donde se definen las
desigualdades de género bajo el orden patriarcal (y su entronque capitalista), a favor de los
hombres y sus constructos de lo masculino. Las categorías finalmente se definen según el
alcance político que se le quiera dar a las mismas. Podría decirse que estas categorías dan cuenta
de procesos liberales que como hemos venido diciendo, hacen su aporte en la transformación de
realidades, pero la apuesta es a que inscribamos nuestras acciones bajo categorías que nos
permitan cambios más radicales. De ahí que propongamos las de masculinidades liberadoras y
masculinidades libertarias, así como la de insurgentes, para señalar una ruptura en el eje del
poder establecido (no solamente en el campo del género).
Lo señalado implica tener presente en el trabajo que adelantemos, sabernos mover en tensión
entre dinámicas con horizontes distintos, potenciando en las conquistas liberales los más allá
posibles para que las cosas cambien realmente. Es sabernos mover en algo así como el ya, pero
todavía no12.
Recorrer el camino liberal tal vez sirva para ir madurando lo que sería propiamente dicho, la
demanda libertaria de nuestras realidades y necesidades latinoamericanas. Entonces no será
suficiente ser anti-patriarcales, y acaso hasta anti-capitalistas, sino ser contra-patriarcales y
contra-capitalistas…

4. Hay unas lógicas patriarcales en la actual crisis de sociedad.


En Nuestra América estamos pasando por una coyuntura de grandes reajustes políticos,
económicos, ideológicos y de género, claro está. Tal vez un particular proceso revolucionario de
sociedades en emergencia. Hemos estado pasando por apuestas políticas que buscan cambios
sociales, y por otras que quieren reinstalar viejos órdenes políticos y económicos, por cierto,
absolutamente patriarcales.
En este vaivén, los movimientos de mujeres han sido significativos. Las grandes movilizaciones
en Argentina, Chile, y México13, dieron cara mediática a las innumerables acciones adelantadas
por las mujeres en todo el continente. Las mujeres indígenas de Brasil, salieron a las calles para
reaccionar frente a un modelo depredador del Amazonas, en Bolivia para defender unas
conquistas sociales, las de Colombia reaccionando frente al asesinato sistemático de líderes y
lideresas sociales, las del Ecuador enfrentando al FMI, y en Perú reaccionando frente a la
corrupción…
Frente a estas movilizaciones, los hombres que trabajamos críticamente nuestras masculinidades
no hemos sabido qué hacer, cómo pronunciarnos, qué pensar en clave alternativa. Tal vez lo
hemos sabido desde las variantes de militancia política en la que nos movemos, pero no tanto
desde la causa de las masculinidades alternativas o libertarias. Tal vez no tengamos que salir a
las calles como “hombres alternativos” o algo así, y seguro de eso no se trataría por lo pronto en
estos casos, sino de dejarnos interpelar por la coyuntura desde la clave de las construcciones de
género y de masculinidades.

12 Concepto acuñado por Oscar Cullmann, teólogo protestante francés.


13 Movilizaciones realizadas en el marco del 8 de marzo/19.
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En este sentido podríamos aproximar una lectura de la actual coyuntura social y política
latinoamericana para desentrañar en ella, las lógicas patriarcales a las que también está
respondiendo.
Veamos someramente, en primer lugar, algo así como qué es lo que está en crisis en nuestros
países:

- Un modelo económico capitalista neoliberal, caracterizado por el enriquecimiento


desmesurado por parte de las clases poderosas, y en consecuencia, las amplias brechas
sociales.
- Un modelo extractivista de desarrollo, depredador y devastador de la naturaleza y de las
vidas territoriales.
- Un modelo político en el que la corrupción se instauró como modo de hacer política, y
dio origen al enriquecimiento descarado de una nueva clase política que no es
productiva sino parásita de los recursos del Estado, de la sociedad.
- Una administración estatal depredadora de lo público, que ha derivado en subvencionar
la riqueza de unos pocos.
- La democracia (burguesa), desacreditada e ineficiente, cooptada en lo poquito de
ejercicio ciudadano (digamos electoral, por decir algo…). Es la misma clase económica
que va turnando presidentes con caras eventuales. Una democracia electorera que como
constante, se ha convertido en ser una encerrona para elegir al menos malo.
- El centralismo como polo de poder que se ha erigido por sobre las regiones y de modo
especial, sobre los territorios de pueblos originarios.
- Ha sido el fin del Estado de bienestar, sacrificado al mercado como distribuidor
desigual de las riquezas nacionales.
- Los liderazgos sociales tradicionales, incluidos los de la izquierda (tradicional) han
perdido credibilidad, capacidad de convocatoria y de movilización: sindicatos, partidos
y movimientos políticos.
- Una iglesia católica desacreditada, desconectada de procesos sociales, corrupta, y cuyo
vacío ha sido llenado por corrientes neo-religiosas (“cristianas”) claramente
identificadas con ideologías de ultra-derecha, incluso fascistas, ubicadas decididamente
en el campo patriarcal, con gran capacidad de convocar masas (votantes).
- Un orden político venido a tierra, y que por reacción, ha dado lugar a la reactivación de
ideologías (religiosas, anti-género), y políticas de derecha y claramente patriarcales, con
posturas más radicales que las tradicionales conservadoras, desmontando lo que queda
de Estados de Bienestar, de políticas sociales de derechos (indígenas, mujeres,
población Lgbti), de apuestas educativas progresistas, de modelos de desarrollo
nacionalistas.
- Sistemas educativos, de justicia, de salud, deteriorados, ineficientes, privatizados,
convertidos en fuentes de enriquecimiento de unos pocos.
- Los medios de comunicación han perdido la ética informativa y se han convertido en
desinformantes deliberados y serviles, a más de representar descaradas lógicas
patriarcales.
- Ha habido apuestas de gobierno progresistas, con propuestas progresistas o populistas,
pero los gobernantes elegidos bajo esas banderas (esperanzadoras), han cambiado su
plan de gobierno luego de llegar al gobierno, significando ello estafa y engaño político,
y el descrédito del juego político de ideas o propuestas.
- En altísima crisis la ética, la verdad…
En segundo lugar, si preguntamos qué referentes de género y particularmente de masculinidad,
están en juego en estos procesos de crisis, diríamos que:
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- Está en juego un modelo antropocéntrico del desarrollo y de la sociedad, un modelo en


donde lo humano es puesto como centro y medida, como el indicador respecto al cual
debe darse/medirse el desarrollo económico, político, social.
- Un modelo antropocéntrico además androcéntrico, por cuanto sobre lo humano, se
establece a los hombres y a lo masculino como medida de referencia, como las lógicas
alrededor de la cual se hacen girar los modelos sociales, económicos, políticos…
- A su vez, el androcentrismo está incorporado a un sistema patriarcal de género, en el
que el poder y beneficios sociales se distribuyen desigualmente según el sexo de las
personas (hombres, mujeres, y sus amplias diversidades).
- Todo lo anterior confluye hacia el entronque que estos sistemas y modelos hacen con el
capitalismo en general, y particularmente con su fase neoliberal. Entonces los lugares de
clase van a definir posibilidades de uso del poder, por lo cual también está en crisis el
lugar político, simbólico, económico, ideológico… de los hombres privilegiados
quienes se ubican y representan en el conjunto de estos sistemas desde un ejercicio de
hegemonía de clase, y que por poder detentar el poder en todos sus niveles, instalan en
las sociedades sus particulares intereses clasistas, genéricos, y políticos. Se han
levantado caudillismos y personalismos de líderes hombres, representando ante todo
referentes machistas de lo político y del comportamiento personal.
- Ampliando lo anterior, las crisis están también asociadas al paradigma moderno del
individuo-individualista, del Yo soberano y absoluto como medida del pensamiento y
de la acción, que desconecta al ser humano de su sentido relacional con el entorno, y
favorece que en su correlato macro-estructural, el capital se estatuya como el Yo
supremo del orden capitalista que degrada la calidad de vida de las personas y de la
tierra. Así, el yo masculino racionalista, individualizado egoísta, sin empatía por el
entorno (mujeres, otros hombres, naturaleza), termina haciendo ejercicios de
depredación y violencias, de desconexión con lo sensible y en definitiva, desconexión
respecto a lo más hondamente humano.
- Las crisis también han hecho evidente el límite al que van llegando las lógicas
misóginas, sexistas y homofóbicas institucionalizadas en los aparatos ideológicos,
jurídicos, educativos, políticos del Estado y más, del ordenamiento social en general.
- Se ha roto la hegemonía mediática y han surgido con especial fuerza, formas populares
y alternativas de información en redes sociales, en las que por cierto las mujeres y sus
luchas han tenido especial relevancia sea porque ellas mismas operan este tipo de
periodismo, o porque su protagonismo las posiciona (fotografías de mujeres en las
protestas, que se han hecho emblemáticas).
- Todo este amplio proceso, también ha significado que al interior del campo de las
mujeres y de los feminismos, se decanten corrientes por razones de clase y de cultura.
Han entrado en juego y debate las varias corrientes feministas según los lugares desde
donde estén haciendo sus reivindicaciones. Podría decirse que en esta fase del
movimiento social, la fuerza la van teniendo los feminismos populares (indígenas,
urbanas, etc), quienes van articulando sus apuestas de género con las apuestas
ambientales, económicas, políticas, y en donde se entienden poder ir de la mano con los
hombres por compartir las mismas privaciones, uniendo manos en solidaridad, sin dejar
de ser críticas respecto a sus construcciones y comportamientos machistas. En la fase
inmediatamente anterior de hace unos meses (8M) en Chile, México y Argentina, las
movilizaciones fueron casi exclusivamente de mujeres en torno a reivindicaciones de
género /mujer (aborto, la más significativa), y bajo la bandera de la sororidad.
- En el campo de los hombres que trabajamos críticamente nuestras masculinidades,
como ya dijimos, las cosas aún no dan para desencadenar acciones en clave libertaria de
género/masculinidades, como respuesta y propuesta a todo este proceso. Por lo pronto,
vamos sumado nuestra voz desde las militancias políticas o sociales, o desde la
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sensibilidad que hayamos elaborado frente a las injusticias, o desde la indignación ante
situaciones que están afectando la dignidad humana. Por lo menos desde estos lugares,
podríamos estar sumando cercanía a propuestas de masculinidades alternativas,
liberadoras o libertarias, según a la propuesta que nos acojamos.
Pudiera decirse finalmente que el conjunto de todas estos referentes genéricos, correspondientes
a intereses de clase de un lado, y a lógicas eurocentradas, de otro, acompañan las crisis porque
es su orden civilizatorio y epistemológico el que está en crisis hace tiempo en occidente, y ahora
estalla, literalmente hablando en América Latina, empujada por luchas que desde la resistencia
están buscando pasar a la re-existencia, ya no con pensamientos prestados sino propios. La
crisis también es epistémica, y allí también están los modos y modelos de pensar el género.

5. No quedarnos en la resistencia, pasar a la Re-existencia.


Frente a la situación por la que se pasa actualmente en Nuestra Abya Yala, haciendo eco a las
largas luchas adelantadas por los distintos pueblos, las acciones de resistencia han ido
enganchando esperanzas para nutrir los pasos siguientes, pero dado que desde dicho lugar las
posibilidades se transformación son limitadas por lo mismo que pudiera entenderse la
resistencia como mantenerse a la defensiva, desde muchas experiencias sociales y políticas se
quiere insistir en que de lo que se trata es de re-existencia. Esto pone las cosas en otro horizonte,
se sitúa en el campo de construir alternativas frente a las situaciones opresivas.
Así, junto a los muchos movimientos libertarios surgidos a lo largo y ancho del continente,
todos apuntando a transformar realidades, se fueron desarrollando saberes y análisis desde
posturas decoloniales del pensamiento para aportar a lecturas que nos dieran re-existencia
epistémica y política, otro modo de ser y existir. Entonces fueron germinando el marxismo
mariateguista, la Teología de la Liberación, la Filosofía de la Liberación, la Educación Popular,
el Teatro del Oprimido, la Sicología para la liberación, los feminismos populares (indígenas,
campesinos, barriales), etc.
Hoy, recogiendo este proceso, y desde nuestro Sur de vida y pensamiento, avanzamos
acompañándonos de nuestras epistemologías propias, mirando hacia otro orden social en clave
del Buen Vivir / Vivir Bien. Las rutas para la Re-existencia, otro mundo posible, otro modo de
ser humanidad en Abya Yala, tienen de donde nutrirse gracias a nuestro Pensar Sur que
radicalmente controvierte las lógicas patriarcalizadas y depredadoras que venimos cuestionando.
Entonces, podemos contar para cambiar el actual estado de cosas, con un modo de entender y
ser en el mundo nutrido de principios que se fueron tejiendo a lo largo de los años, y que hoy se
nos ofrecen como una alternativa otra para un mundo otro, desde donde poder reflexionar
nuestras ideas de género. A continuación, algunos de estos principios:
• Somos seres RELACIONALES. A diferencia del Yo soberano y absoluto de la
modernidad occidental (y su individualismo), en Sur nos entendemos como seres
humanos en estrecha relación con el entorno que nos da cabida y sentido. Ese
entorno es en el que estamos hombres, mujeres, todas las diversidades humanas, los
animales, las plantas, el aire, es decir, la tierra, la naturaleza. Nada está
desconectado. De ahí que Fernando Huanacuni, boliviano, señalara que “El ser
humano es tierra que anda”. Somos orgánicos con la tierra, con los y las demás, con
todos los demases con que confluimos en la vida. Entonces el Enfoque Relacional
de Género y de Entorno, nos ubica más en nuestro contexto que el original Enfoque
de Género que sin dejar de haber sido y seguir siendo una herramienta útil para las
reivindicaciones de las mujeres, queda corto para recoger nuestro modo de
entendernos, sentirnos y sernos mujeres y hombres.

• En esta línea, en nuestro Sur en definitiva nos asumimos más como YOSOTROS
(como lo propone el colombiano Raúl Quinto), que como Yoes que por sumatoria
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forman colectivo o sociedad. Frente al Yo soberano, racional y absoluto de la


modernidad europea, la comunalidad se levanta como alternativa, el Yosostros
respecto a un Yo autista y solitariamente autónomo. Trabajar críticamente con
hombres desde este principio, contribuye a que se entiendan haciendo parte de un
tejido social, más allá de los egoísmos aprendidos.

• En esta dinámica, la ética de la CORRESPONSABILIDAD y de la


RECIPROCIDAD, llegan como ejercicios que nutren de ida y vuelta el modo
relacional de estar en el mundo, y como fuerzas que se orientan a mantener la
ARMONÍA y el EQUILIBRIO entre las personas y para con la tierra. El presta-
mano, la minga y otras formas de co-laboración, tejen sentires y sentidos gregarios
de pertenencia / identidad. De cara a las construcciones genéricas, nos permiten
entender que tales se dan en interacción y que en interacción se da su
agenciamiento. El feminismo europeo desde el Yo soberano, centró a las mujeres en
sí mismas y para sí mismas, y en su panorama reivindicativo poco o nada con los
hombres, excepto, de plano, como quienes ejercen violencia contra ellas. Sin negar
esto, el que los hombres no estén haciendo parte de la agenda política de las
plataformas de género, no resuelve los desencuentros y violencias. Es diferente
cuando los hombres se encuentran como corresponsables de los derechos de las
mujeres, frente a los cuales las mujeres esperan / demandan reciprocidad.

• Por la misma ruta, la COMPLEMENTARIEDAD DINÁMICA es una manera de


entender el juego de los roles, y no al modo lineal y estático en el que se ha
entendido, por ejemplo, en las teorías feministas europeas. Diría que así como hay
presta-manos en las labores productivas, las hay en los roles domésticos. Es un
movimiento de intercambios buscando la armonía y el equilibrio que también
plantea el pensar Sur como criterios para concebir un mundo otro, un mundo en
apuesta de Buen Vivir.

• Nuestros TIEMPOS son CIRCULARES Y EN ESPIRAL. El tiempo no es pensado


linealmente, como algo impulsado de modo unidireccional hacia un objetivo único
y unívoco llamado progreso, en secuencia creciente hacia un futuro; una linealidad
ascendente. Desde esta idea, puesta a operar en lo económico, unos países son
desarrollados y otros subdesarrollados hasta lograr llegar al modelo establecido. O
en lo escolar, por acumulación de informaciones por grado académico, se llega a ser
graduando…Para el trabajo con hombres, muchos programas formativos para
reflexionar las masculinidades establecen planes que se esperan den los resultados
esperados en tanto sigan literalmente un proceso de A hasta Z, puntual y
secuencialmente. Otras propuestas centran sus energías en trabajar primero sobre lo
que consideran el mundo interior, para después de unos determinados logros, salir
al exterior, a lo social. Hay también la idea de que el hombre llamado de nuevas
masculinidades, debe serlo en un proceso ascendente y unívoco de perfección, de
modo uniforme en todas las dimensiones de su vida, impulsado por un modelo
imposible, a-histórico y des-contextuado de ser nuevo hombre, frente al cual los
hombres del común estarán siempre en deuda. Leernos como Sur, es más cercano a
lo dialéctico, al juego entre fuerzas y dinámicas, entre ires y venires, entre avances
y retrocesos, dando saltos a veces, avanzando en algunos aspectos y en otros
reculando, volviendo al pasado para repensar, haciendo altos en las historias
personales para buscar travesías, haciendo altos en el presente para descansar,
saltando a vacíos, retomando anclajes, o echando a volar; a veces empezando por el
final. Siempre no pretendiendo ser hombres perfectos, sino ir siendo felices y
haciendo posible la felicidad social, el Vivir Bien.

• Somos seres de SENTI-PENSAR HACIENDO. Conjugamos lógicas, somos


culturas multilógicas en donde lo racional va entreverado con lo emocional, la
intuición, lo sensitivo, las creencias. Víctor Gavilán14 agrega que el modelo mental
del hombre occidental se ha centrado en la palabra, mientras que el ser indígena
piensa en símbolos, en actos concretos y ritos. Estos planteamientos llevan a

14
Gavilán, Víctor. El pensamiento en espiral. El paradigma de los pueblos indígenas. Working Paper, Series 40.
Chile, 2011.
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relativizar la idea occidentalizada (y simplista) de que el patriarcado hace al hombre


eminentemente racional; nos llevan más bien a complejizar nuestra mirada para
preguntarnos en clave dialéctica, cómo ocurre el juego entre la razón y las
emociones en este devenir de ser hombre (indígena o no), en Abya Yala. Las
corrientes de trabajo en género y masculinidades que prefieren asentarse en
abstracciones de ideas pretendidamente puras, no tienen lugar. De esta certidumbre
germina la Educación Popular al señalar que el saber parte de las realidades vitales
de las personas, de sus cotidianidades.

• Nuestra vida palpita de REALISMO MÁGICO. No transita en la linealidad del


racionalismo ni de sus aparatajes uni-versantes de tiempo y espacio. Nuestros
mundos de vida son multi-vérsicos, se mueven entre dimensiones de realidad en las
que tienen cabida tanto las fantasías como las explicaciones académicas, y ambas
conviven para llenar de sentido los días de las existencias. Es la capacidad de
desentrañar y poner a circular lo mágico de la realidad, hacer de lo sensorial y de lo
intuitivo componentes de la realidad–cierta, y narrarla a través de mitos y leyendas,
que por cierto, también saben dar explicaciones creíbles (no tienen que ser
científicas), sobre los fenómenos que hacen parte del paisaje del vivir. El realismo
mágico es un maravilloso modo de estar en el mundo. Incorporar en el trabajo esta
vertiente reflexiva, puede ser un buen inicio.

• Nuestras PROXEMIAS corporales se mueven entre cercanías y acorazamientos,


pero el contacto se hace posible con relativa facilidad. La activación corporal puede
despertar cierta conciencia epidérmica, por llamarla de esta manera, y facilitar una
mayor apertura hacia el contacto cálido, amical, amoroso. A diferencia de
construcciones corporales en algunos países europeos, en los países
latinoamericanos y entre ellos los tropicales un poco más, la corporalidad no es un
territorio cerrado sobre sí mismo ni cerrado a la interacción física con las demás
personas. Si se quiere, las pieles están aptas para el tacto y el contacto, el abrazo, el
apretón de manos, el acercamiento visual. Pero al respecto hay que hacer una
precisión respecto a los constructos corporales de los hombres, quienes por razones
de “hombría”, deben instalar ciertas prohibiciones corporales que terminan por
serles armaduras deshumanizantes. El trabajo corporal con ellos logra reivindicar un
sentido de cuerpo reconciliado con el abrazo, la lúdica no agresiva, el autocuidado,
con su propia conexión.

• Durante la vida, el FIESTAR (maravillosa palabra popular), siempre es una


posibilidad para transitarla de mejor manera. Celebrar, bailar, carnavalear, son
componentes de la agenda del estar en el mundo. Esto puede hacer parte de todas
las culturas humanas, pero ante las arremetidas de la cultura de la muerte que
tenemos en nuestros territorios, reivindicar la alegría como actitud existencial, es lo
suficientemente subversivo como para darnos re-existencia. Las movilizaciones de
esta coyuntura entre gritos, canciones y danzas, son una muestra prometedora.
Entonces, al modo de la famosa frase de Emma Goldman 15, “Si no puedo bailar, tu
revolución no me interesa”, diríamos que la propuesta de masculinidades libertarias
es de permanente celebración de la alegría por la libertad, la justicia y la equidad.

• MANDAR OBEDECIENDO (principio zapatista), como apuesta de otro modo de


ser gobierno, un modo de reinventar la democracia, de replantear radicalmente las
autoridades y las jerarquías, y con ello, los ejercicios de poder. Trabajar con
hombres líderes a partir de este principio, en el conjunto de todo lo que he venido
planteando, es altamente prometedor y revolucionario.

Ahora bien, para finalizar este apartado es importante señalar que lo anteriormente reflexionado
no quiere ser, románticamente hablando, una alabanza per se a lo originario, ni una apuesta
acrítica por el pensar Sur y sus desarrollos territoriales. No quiero en esta ponencia obviar que
en los pueblos originarios históricos y actuales ha habido y hay formas patriarcalizadas de
pensar y obrar y que se amerita adelantar mayores investigaciones al respecto. El Buen Vivir

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Anarquista rusa feminista, 1869-1940.
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como horizonte ético es un buen referente para impulsar las transformaciones en este campo,
necesarias hacia masculinidades liberadoras y libertarias, leídas desde nuestras propias
realidades y desde nuestras cosmovisiones y categorías.
6. Hacer juntanzas libertarias entre los grupos que trabajan críticamente las
masculinidades en Abya Yala / América Latina.
El llamado para que nos encontremos entre los grupos y personas que trabajamos críticamente
las masculinidades en Nuestra Abya Yala, es cada vez más urgente. Las emergencias sociales
que preludian cambios importantes en nuestros territorios, demandan no solamente nuestras
militancias políticas (partidarias o no), sino también que nuestras opiniones tracen horizonte
desde el campo de las masculinidades libertarias, si ésta es una categoría que nos puede
congregar más allá de las apuestas liberales.
Cada vez más hombres vienen sensibilizándose respecto a sus situaciones de género y quieren
seguir avanzando en procesos alternativos, en procesos que les permita subvertir los órdenes del
establecimiento genérico, y articular sus trasformaciones personales a las que abran amplias
rutas para futuros otros desde nuestras propias originalidades, como nos señala el maestro
Simón Rodríguez.
Ya hay un camino recorrido muy importante. Al interior de los países se vienen conformando
redes sobre intereses comunes. Entre países hay intercambios que vienen nutriendo las distintas
experiencias. Hay redes internacionales, presenciales y virtuales.
Estos pasos dados tienen especial importancia para desde ellos, apuntalar los siguientes.
Todo va apuntando a que los sistemas de sometimiento vienen caducando y que vamos siendo
protagonistas de un cambio de época (lógicas de globalización, sociedades de la información,
ambientalismo, pensamiento crítico, epistemologías decoloniales, etc), al que estamos asistiendo
desde hace varios años y que ahora se traduce en movimiento crítico. Este cambio nos convoca
e interpela desde un foco decididamente decolonizante, anti-imperialista, contra-capitalista y
contra-patriarcal (se quiere ir más allá de lo anti-).
Entonces el trabajo hacia masculinidades libertarias desde nuestro Sur de pensamiento y acción,
con-hombres-en-situación-Abya Yala, será un movimiento social abierto a la creación heroica.

Referencias analíticas
Nota: señalo los datos básicos a modo de guía consultable en internet.
 Arguedas, José María. Todos sus textos trabajan la cultura y cosmovisiones
andinas.
 Arruza, Cinzia; Bhattacharya, Tothi, y Fraser, Nancy. Notas para un manifiesto
feminista. New Left Review 144. Verso 2019. Enero-febrero 2019. pg 123 ss.
 Colectivo Hombres y Masculinidades. Textos varios sobre masculinidades.
www.colectivohombresymasculinidades.com
 Curiel, Ochy. Varios textos sobre feminismo decolonial.
 Dunbar-Ortiz, Roxanne, y otras. Carta a intelectuales que desprecian revoluciones
en nombre de la pureza.
 García, Leonardo. Nuevas masculinidades: discursos y prácticas de resistencia al
patriarcado. Flacso, Ecuador, 2015.
 Gargallo, Francesca. Feminismos desde Abya Yala.
 Gargallo, F. Las ideas feministas latinoamericanas.
 Kush, Rodolfo. (filosofía desde América Latina). Varios textos
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 Lerner, Gerda. El origen del patriarcado.


 Quijano, Aníbal. Varios sobre colonialidad/Decolonialidad.
 Ruiz A, Javier Omar. Masculinidades posibles, otras formas de ser hombres.
Además otros textos y entrevistas ubicables en internet.
 Yáñez del Pozo, José. La lógica de la relacionalidad en el mundo andino.
 Yuderkis Espinoza. Una crítica descolonial a la epistemología feminista crítica.
 Veizer, Moema. Si me permiten hablar. / Domitila CHungara

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