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Las siguientes reflexiones responden a un pensamiento en proceso de producción, a

penas esbozado y aún en formación. Si bien el texto intenta responder a las preguntas
propuestas para el trabajo, aún no hay ninguna idea concluyente, aunque sí preguntas abiertas
y pistas, líneas que considero importante, que me atraviesan, para seguir.

La Filosofía de la Liberación emerge como un movimiento en el contexto de los


regímenes opresores de las últimas dictaduras del siglo pasado; este movimiento cuyos
ejercicios, posturas, pensamientos varios, y práxis teóricas ético-política se encuentra en el
marco crítico de la razón moderna y colonial que, en su avance imperial y global nos sitúo en
la periferia de su línea temporal del progreso. Haciendo así que, por un lado, no haya
progreso ni civilización/humano modelo sin su contraparte con quien no se identifica, es
decir, sin una otra no-civilización o sub-humanos que formen parte de un estadío previo del
cual partir (y hacia el cuál no retroceder) y desde el cual mirar hacia delante, esto es, Europa
y Norteamérica. Y, por otro lado, se imponen los términos desarrollo y subdesarrollo, primer
mundo y tercer mundo, para la comprensión geopolítica de esta temporalidad moderno
colonial sobre el progreso de la (razón de la) humanidad. En esta línea, la Filosofía de la
Liberación se posiciona no sólo como un camino crítico hacia los yugos de clase,
económicos, epistémicos, éticos y subjetivos, que implica su relación de dependencia con el
Occidente (europeo y norteamericano) imperial; sino también como un camino que intenta
dar cuenta de la potencialidad y actualidad de su propio pensamiento, de poder pensar su
territorialidad en términos de su propia historia y, eventualmente -aunque no azarosamente-
confluir en el gran espectro de lo que se denomina como Filosofía latinoamericana, un
esfuerzo por pensar diálogos y conceptos de la historia de la filosofía en clave
latinoamericana, así como también conceptos y figuras propias de Nuestra América.

Si consideramos que el pensamiento moderno produjo y vino a instalar una manera


binaria de percibir el mundo y la vida (lo que conlleva también la identidad y las relaciones
del sí mismo con el mundo, como del sí mismo con el sí-mismo), comprendidos estos entre:
norte y sur, desarrollado y subdesarrollado, progreso y retraso, civilización y barbarie,
forma/pensamiento y materia/cuerpo, adentro/interno y afuera/externo, varón y mujer,
racional e irracional, pensar y sentir, etc; la Filosofía de la Liberación viene a arremeter
contra esta lógica maniquea desglosando sus términos y ofreciendo otras perspectivas desde
dónde pensar la identidad, la alteridad y la relaciones entre ellas. Así, encontramos en una de
sus propuestas la intención explícita de ubicarse desde el punto de vista de los marginados, de
las clases pobres y de la mujer (al asumir su posición desigual en un sistema patriarcal
neocolonial).

En consideración de lo expuesto anteriormente, sostendremos dos formas en las que


se expresa uno de los desafíos y preocupaciones planteadas en la etapa originaria de la FDL
en nuestro mundo hoy. Una primera forma está ligada directamente con el par primer
mundo/tercer mundo a partir del cual el segundo de los términos se ve obligado a responder
bajo las reglas del primero, en tanto ambos están insertos en el juego de la economía global
imperial (pues la dirigen las grandes potencias mundiales). En este aspecto nos encontramos
con el problema social, político y ambiental de lo que se llama como soberanía alimentaria,
esto es la disputa por la capacidad de propia producción alimentaria, una producción de
alimentos de mercados comunitarios y locales. Este movimiento nace en 1996 en
contraposición a lo que se denominaba seguridad alimentaria, título que suponía terminar
con el hambre y la desnutrición ofreciendo platos de comidas al día. La soberanía alimentaria,
propuesta por Vía Campesina, se postula para no sólo acabar con el hambre inmediato y la
desnutrición, sino para batallar la igualdad de la producción y el acceso a una alimentación de
calidad. Mediante estas postulaciones se pone relevancia al hecho de que el hambre y la
desnutrición no son causas individuales ni de una población en particular, sino un problema
político y económico que responden a un mercado global de producción, circulación,
usufructo y usos de bienes. Esto nos lleva a preguntarnos por la mercantilización de la tierra,
para grandes empresas a una producción de exportación a gran escala ¿Quiénes están
habilitados para la obtención de grandes espacios de tierra apta para cultivo? ¿Quiénes
pueden pagarla? ¿Quiénes establecen los precios de las mismas? ¿Cómo se distribuye la
producción de alimentos, su circulación y el acceso a los mismos?

El problema de la producción y el acceso a una calidad alimentaria para terminar con


el hambre y la desnutrición, aquí en Argentina, intrínsecamente ligado a la mercantilización
de la tierra hacia el mercado financiero global, es una preocupación que motoriza los inicios
de la FDL y continúa haciéndolo, en tanto y en cuanto responde a un sistema imperial global
que en su administración financiera y mercantil de la vida, no sólo margina y excluye a
quienes no pueden ingresar como usuarios de la circulación de bienes y servicios, sino que,
en términos de Mbembe, ejecuta necropolíticas al (hacer)dejarlos morir. Esto es, si el
problema del hambre y la muerte por desnutrición es un problema social, político y
económico, toda muerte por estas causas, es y será una muerte política ¿Bajo qué condiciones
se transforma una muerte política en un asesinato o, de otro modo, bajo qué condiciones
resiste la muerte a ser considerada como un asesinato? ¿Cuál es el número y cuántas las
características comunes a cada una de esas muertes para que pueda considerarse un
genocidio, quizás indirecto? Esta última pregunta está relacionada con la segunda forma en la
que creemos, en relación a esta primera esbozada, que podemos pensar como una
preocupación de la FDL hoy. Esto es ¿Cuáles son los cuerpos marginalizados hoy? ¿Qué
características tienen “los oprimidos”? ¿Cuál es el color, el género/sexo, la sexualidad en
tanto expresión de género, la identidad, el estilo de vida, que tienen aquellas personas con
más dificultades (que responden a trabas del sitema laboral, educativo, cultural mismo) para
ingresar, esto es, para que sus derechos humanos básicos sean garantizados, a un trabajo
legal, a una educación pública sin discriminación, a una vivienda digna, a un trato digno en la
vida social institucional?

Son muchas las variables que responden a las preguntas anteriores, muchos los
factores y las causas que hacen que podamos establecer que vivimos en un mundo donde el
acceso a los derechos humanos básicos (alimentación, vivienda, trato digno) son muchas
veces una garantía que viene posibilitada por la portación de privilegios. Sostenemos que esta
misma portación de privilegios es habilitada y fomentada por los lineamientos humanos de
aquél/este sistema biopolítico financiero imperial y global en el que vivimos. Los
lineamientos provienen de la historia desde donde se yergue la organización del mundo hoy,
una historia colonial, racial, sexista y especista; que, mediante la implícita postulación del
sujeto modelo humano coincidente con el varón blanco cis, hetero sexual de clase media, dejó
de lado como “minorías” o sub-humanos a otros tantos de cuerpos otros y otredades,
marcadas por el género no-varón, por la raza no-blanco, por la clase y por la animalización
no-humano. Radicalizar hoy la propuesta de Dussel por el Sujeto de la filosofía, de lo
humano, así como la preocupación de Kusch por el quién de “nosotros”, implica trastocar el
fondo en el cual se ha asentado esta humanidad, haciendo eco de la pregunta que una vez hizo
Susy Shock, preguntándonos ¿Queremos ser es(t)a humanidad?

Lo reflexionado se podría expresar en una gran palabra (Kusch) como humusnidad


(Haraway, 2019). Que hace referencia tanto al humus, al compost y a la humanidad no ya
ilustrada (aquella humanidad) sino a una compostada, de y hacia la tierra.
Bibliografía consultada:

Arpini, A. M (2010) Filosofía y política en el surgimiento de la «filosofía


latinoamericana de la liberación. Revista Solar. Perú-Argentina

Arpini, A. M (2019) Mujer y Filosofía en el surgimiento de la Filosofía


Latinoamericana de la Liberación (1969 –1979). La Revista de Filosofía Latinoamericana

Arpini, A. M (2013) Tres cuestiones definitorias en los debates de la Filosofía


Latinoamericana de la Liberación. Revista en línea de la Maestría en Estudios
Latinoamericanos

Landívar F. (2022). La Filosofía de la Liberación en el debate latinoamericano sobre


dependencia o liberación. Clase 2

Maddonni L. (2022). El contexto histórico y antecedentes teóricos de la filosofía de la


liberación. Clase

Demenchónok, E. (S/A). Filosofía de la Liberación/Filosofía Universal

Zagari A., Chendo M. (2022). Emancipación o Liberación. Clase

https://www.revistaanfibia.com/disputar-el-modelo-de-produccion/

Miranda, Faustina Dehatri; Álvarez, María Franci; Delgado, María Florencia; Cuenca,
Valeria; Quevedo, Cecilia. (S/A) Soberanía alimentaria en Argentina. Revista Asuntos.
Universidad de Manizales. Consultado en:
https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/handle/11336/14412/selection%20(1).pdf?sequence=8

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