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EL CULTURAL
27 de noviembre 3 de diciembre de 2015 www.elcultural.es
The Assassin
El nuevo código del cine
de artes marciales
Entrevistas
Antonio Pappano
Almudena Grandes
El teatro
cambia de pantalla
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cierta sorpresa, sea un giro ines- la o no. Es una de las alternati-
perado de la trama o en su final”. vas. Se sugiere una impresión,
La argentina Samanta Schwe- una pincelada, un camino para
blin, autora de Siete casas vacías transitarlo y encontrar lo ignorado
(Páginas de Espuma) y Distancia o escondido”.
de rescate (Random House) va más Rodrigo Hasbún, boliviano de
lejos porque siempre involucra 1981, vive en Estados Unidos,
al lector. “Hoy el cuento –señala– aparece desde hace años en la
responde a formas diferentes. prestigiosa revista Granta como
Pero, incluso en sus formas más joven talento y siente enorme cu-
despojadas o experimentales, el riosidad por saber qué cuentis-
cuento sigue defendiendo una tas tiene en mente Eloy Tizón
idea de síntesis y de efectividad. cuando dice que vivimos en la
Hay algo orgánico, algo fuerte que época de lo que él llama el ‘pos-
ocurre en la cabeza y en el cuerpo tcuento’. Hasbún ha reunido sus
del lector cuando se termina un últimos cuentos en Nueve (Demi-
ELOY TIZÓN gran cuento. Creo que tiene que page) y sospecha que su expe-
ver con la intensidad y la precisión riencia es distinta a la de Tizón.
de lo que se cuenta; la concien-
cia de que el escritor no solo pro- LO PRIMORDIAL CON MEZCLAS DISTINTAS
grama un recorrido sobre el papel, “Más allá de que se trate de uno
sino también en la cabeza del lec- de los géneros más vivos, para mí
tor; de que hoy más que nunca un –afirma Hasbún– los elementos
cuento ya no es solo un ejercicio primordiales del cuento contem-
lúdico o intelectual, un espacio poráneo siguen siendo los mis-
para las ideas, sino también un re- mos que hace cincuenta o cien
corrido físico y sentimental que años. En ese sentido, las minia-
requiere un mundo concreto y turas filosóficas de Gonçalo M.
tangible, y donde lo más precioso Tavares y las instantáneas melan-
(lo poético, lo abstracto), es solo cólicas de Peter Orner, la extra-
una dirección en la que el cuen- ñeza minimalista de Federico
to avanza, un descubrimiento que Falco o la densidad onírica de
dependerá del lector”. Carlos Yushimito, la audacia for-
mal de Lydia Davis y el lirismo
SENSACIONES, EN LUGAR DE DESENLACES alucinado de Joy Williams (por
SAMANTA SCHWEBLIN También Ángeles Encinar, pro- mencionar a cuentistas notables y
fesora universitaria y antóloga del poco convencionales, dentro y
Cuento español actual.1992-2012 fuera del idioma), tienen incor-
(Cátedra) tiene claro que en el porados genealogías que los atan
cuento de hoy “se imponen va- a las grandes tradiciones del cuen-
riedad de posibilidades: ningún to. Porque hay formas novedo-
desenlace, el predominio de fi- sas y radicales de mezclar los ele-
nales abiertos, no existe conflicto, mentos primordiales, pero para
se trata de provocar sensaciones, mí estos siguen siendo los mis-
de sugerir, de inducir a la propia mos: tonos, ritmos, atmósferas, si-
reflexión. Una frase escueta bas- tuaciones, personajes. Me resulta
ta para apuntar a un mundo. Lo difícil (y me intriga) imaginar una
decía hace años Ricardo Piglia: literatura que prescinda de ellos”.
hay una segunda historia secreta El nombre del malagueño
ÁNGELES ENCINAR JAVIER SAEZ DE IBARRA bajo la superficie. Puede haber- Cristian Crusat, 32 años, a mitad
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LETRAS
de camino entre el cuento y el más nervio, más marcianos”. “Hoy se lee muchísimo cuento, neración extraordinaria (Alde-
ensayo y cargado ya de premios, Sáez de Ibarra habla incluso por suerte ya no hace falta acla- coa, Matute, Fernández-Santos,
es siempre aludido cuando se de la “dictadura del ‘cuento lo- rarlo. Y el cuento siempre fue un Rodoreda, Fraile…) dio paso a
habla de innovación, de ensan- grado’, técnicamente impeca- espacio privilegiado para pensar otras caracterizadas por un estilo
char los márgenes del cuento. Su ble. La razón está, creo, en que y experimentar. Quizá por la li- más fresco, más sencillo y direc-
último libro lo tituló Solitario em-
el cuento es considerado por los bertad que da su brevedad. Casi to, menos retórico, que ha ve-
peño (Pre-Textos), y tiene claro estudiosos de la Literatura como todos los escritores que escribie- nido explorando fórmulas olvi-
que un buen cuento, ahora y an- un género menor, de interés cul- ron teorías, análisis y conspira- dadas, de construcción del relato
tes, “nunca ha podido ser pres- tural muy secundario. No se co- ciones sobre las formas narrati- menos atrapado en recursos sa-
crito, domesticado, formulado ni noce bien su historia, no hay vas fueron grandes cuentistas. bidos, de argumento diferente
monografías sobre sus Poe, Chéjov, Hemingway, Cor- al lineal, de intenciones más
El cuento alcanzó tal perfección autores, no se formu- tázar, Vonnegut, Piglia. Así que provocativas, que se acerca a re-
lan hipótesis sobre sus casi me animaría a decir que el gistros filosóficos, poéticos, so-
con Borges, Cortázar u Onetti, que desarrollos ni, por su- cuento no es el rezagado, sino ciales, íntimos...
suponía un callejón sin salida. Los que puesto, se plantean el que primero se anima a ex-
sus relaciones con la perimentar y a repensarse”. URGENCIA POP E IRREVERENCIA
vinieron después tuvieron que inven- filosofía, la historia, la Hasbún no cree que la lite- A su juicio, los autores que hoy
tarse otra tradición” Eloy Tizón cultura en general”. ratura evolucione, “que vaya su- desbordan los marcos canónicos
También considera perando etapas, que deje de ser son Hipólito Navarro, con su
Un cuento ya no es solo un ejerci- que la crítica literaria esto para volverse eso otro. Cer- ductilidad constructiva; Ángel
aborda el cuento con vantes sigue hablándonos de Zapata por su apuesta surrea-
cio lúdico o intelectual, un espacio para desgana, imprecisión cerca, Kafka es más actual que lista que desemboca en el poe-
e incluso condescen- la mayoría de los escritores que ma, Eloy Tizón con sus anticlí-
las ideas, es también un recorrido físico dencia. “Y lo que es publicaron hace tres días. Para max, Clara Obligado con la
y sentimental” Samanta Schweblin peor, formula explíci- mí la única literatura obsoleta es autorreferencialidad de sus pie-
ta o implícitamente la mala literatura, lo que no sig- zas, Paul Viejo con sus textos
medido. Sin embargo, se ha pre- juicios de valor que tienden a re- nifica que la literatura no sea metanarrativos, Cristian Crusat
tendido difundir una serie de re- forzar ese cuento canónico que un monstruo que se regenera y con sus rupturas de la linealidad,
glas en relación con el cuento he descrito antes”. reinventa todo el
como si nos ocupáramos de un tiempo. Lo hace, El lector es creador, copartícipe de
género escolar. La crítica ha ten- EL REZAGADO ES EL MERCADO pero al final lo guían
dido a explicar el relato corto a ¿Es el cuento el único género los viejos impulsos la experiencia, debe llenar espacios va-
partir de unas coordenadas muy al que le ocurren tales cosas? ¿Es de siempre: hacer- cíos, descubrir. Es, en parte, responsable
estrictas, que han obviado esen- el más rezagado? nos viajar hacia los
cialmente sus conexiones con el “No, el cuento nunca se ha otros y hacia nos- de la experiencia” Ángeles Encinar
mito, la poesía o el ensayo. Sí quedado atrás. Precisamente, es otros mismos, des-
considero que determinadas un género idóneo para las prue- pertar sensaciones Lo que es impensable para la novela
plantillas resultan extemporá- bas”, dice Ángeles Encinar. “Es- muertas, ofrecernos
neas y han periclitado”. cribir una novela experimental es algún tipo de con- (desde Joyce o Proust) o la poesía (des-
Tizón insiste en ello: “La una tarea arriesgada; trescientas suelo”. de Mallarmé), la pretensión de someter
institución literaria es conserva- páginas de vanguardia resultan Hasta la estética
dora. Se mueve lenta. Echo de adustas de lectura, pero doce o de la generación de sus creaciones a reglas fijas, se le apli-
menos algo más de osadía. Qui- quince, o cinco o seis son ase- los 50 retrocede ca al género breve” Javier Saez de Ibarra
siera más atrevimiento y rapidez quibles”, señala. “Ya en la dé- Sáez de Ibarra para
de reflejos en los críticos cuan- cada de los noventa se escribió empezar a datar el cambio. sus detenciones, Isabel Mellado
do analizan, los profesores cuan- un volumen de cuentos emble- “Entiendo que Tizón proclama con su poética de la intimi-
do enseñan o los jurados de pre- mático en este sentido: El abu- que el cuento no soporta ya más dad…”
mios, que tienden a ir sobre rrimiento, Lester, de Hipólito G. las coerciones y advierte que los “El ejemplo latinoamerica-
seguro a la hora de valorar pro- Navarro. Para Encinar, los títulos escritores actuales están ha- no es significativo –añade Ti-
puestas más dóciles con el ca- de los cuentos son indicativos de ciendo algo diferente. Creo que zón– porque el cuento alcan-
non clásico (o, todavía peor, la vertiente innovadora”. es una urgente llamada de aten- zó tal perfección formal con
más comerciales), en detri- “El único rezagado es el ción a los críticos e incluso cuen- Borges, Cortázar u Onetti, que
mento de otros empeños con mercado”, añade Schweblin. tistas despistados.“Aquella ge- ya no se podía ir más lejos por
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LOS DERROTEROS DEL CUENTO LETRAS
ese camino, había un tope, lo pañoles y latinoamericanos que pujar la realidad hasta un terri- algo que ver con todo esto y casi
que suponía un callejón sin sa- hollan estas sendas. Ángel Za- torio de sonambulismo poético nadie lo tiene claro. Más bien
lida. ¿Qué hicieron para sobre- pata, Hipólito G. Navarro, Eloy que la impugna. O al serbio Sve- piensan que no,“por suerte”,
vivir los narradores inquietos Tizón, Javier Sáez de Ibarra, An- tislav Basara (Peking by Night), sostiene Samanta. “La tecno-
que vinieron después? Inven- drés Ibáñez, Vila-Matas o Paul que torpedea su propio discur- logía se metió en todas las ar-
tarse otra tradición y apostar con Viejo lo están haciendo ahora”. so a medida que lo escribe y va tes, en el cine, en la música, en
inteligencia por la vía de la ur- Para Schweblin, incluso los poniendo en tela de juicio aque- el teatro, en la danza, creo que
gencia pop y la irreverencia asu- norteamericanos, que a su juicio llo mismo que narra, o finge na- abrió caminos, que amplificó y
mida, y así tenemos los artefac- eran los más anclados, están rrar. En nuestro país, considero potenció; no tengo ningún pre-
tos imperfectos pero vivos de planteando una renovación in- que las escrituras desabrochadas juicio con la tecnología, todo lo
Aira, Fogwill, Fresán o Neu- teresantísima. Y cita nombres: contrario. Pero con la
man”. “Pienso en autoras como Amy Algunas de mis calles preferidas en literatura pasa algo
Como Samanta Schweblin, Hempel, Kelly Link, Aimee distinto, sigue siendo
también Ángeles Encinar está Bender. Y en Latinoamérica
ese barrio se llaman Barry Hannah, el único arte que se
segura de que el cuento actual está pasando algo también muy Grace Paley, Onetti y Cheever. Más allá construye en la cabe-
exige un lector activo. “El lector interesante y tiene que ver con za del lector. Enton-
es creador, copartícipe de la ex- la impronta del cuento, y es que la gran avenida Antón Chéjov las atra- ces, quizá esa sea la
periencia, debe llenar espacios creo que las mejores novelas viesa invariablemente” Rodrigo Hasbún única tecnología que
vacíos, responder por sí mismo que se han editado últimamen- haya cambiado en la
a las elipsis propuestas por el au- te son formas más próximas al La crítica ha explicado el relato cor- literatura: la cabeza
tor, descubrir dónde no hay se- cuento que a la novela, pienso del lector”.
ñales evidentes. Él es, en parte, en los libros de Alejandro Zam- to a partir de coordenadas estrictas, Crusat se pregun-
responsable de la experiencia”. bra; en Spice Invaders, de Nona ta cuánto pueden
que han obviado conexiones con el mito,
Tizón añade que la nueva lite- Fernández; en Chicos que vuelven, aportar en compara-
ratura “implica nuevas formas de Mariana Enríquez; en La co- la poesía o el ensayo” Cristian Crusat ción con expresiones
de leer, nuevas miradas, alejadas memadre, de Roque Larraquy, artísticas como el cine,
de la rutina. Lectores creativos, y tantos otros. En España, aca- de Crusat, Magrinyà, Sáez de el videoarte, la propia literatura
dispuestos a afrontar el reto y ad- bo de terminar de leer la pe- Ibarra, Isabel González, Pilar o la música. “Muy poco. Perso-
mitir, por ejemplo, que la uni- queña nouvelle Little Boy que Adón o Esther García Llovet, nalmente, a la hora de escribir un
dad de sentido, considerada un contiene el libro de cuentos Le- entre otros, anuncian una nueva cuento me influye mucho más,
requisito sagrado desde Poe, ya che, de Marina Perezagua, me sensibilidad”. a nivel estructural, una película
no lo es”. pareció buenísimo”. Lo que para Hasbún defi- o una canción de Yob, Isis o Sle-
¿Qué cuentistas de hoy les ne la calidad o la importancia de ep. Cualquiera que escriba debe
interesan por encima de otros? ¿LO LLAMAMOS POSTCUENTO? un cuento es “cuán bien logra asumir el modestísimo y margi-
Contesta primero Crusat: A Eloy Tizón le interesan los na- condensar una experiencia nal papel que desempeña en la
“Me interesan los que com- rradores que, además de contar emocional significativa. Necesi- época del consumo tecnológi-
ponen y profundizan en la lí- su historia, están dispuestos a ex- to que un cuento me involucre co”. Hasbún también duda.
nea chejoviana-carveriana (des- plorar los límites del género. Los de algún modo y me afecte y me “¿Cómo incidiría específica-
de Chéjov y Carver a Richard que ponen a prueba las normas, conmueva, que me ofrezca imá- mente en el ámbito del cuento?
Ford y Bolaño), y los que com- juegan con ellas, las desmitifican genes perdurables”. Y dice sen- ¿Dónde se haría visible esa in-
ponen y profundizan en aquella o reinventan. ¿Hasta dónde se tirse más interpelado y más a cidencia? ¿En la maleabilidad
emprendida por Poe y Kafka. pueden modificar los elementos gusto “en el barrio del realismo y la fragmentación y la velocidad
Pero también los que no pue- estructurales de un relato, y que expresivo, por llamarlo de una de la narración, en la búsqueda
den adscribirse de un modo es- siga siendo un relato? ¿O ya de- forma un poco idiota. Algunas de lo simultáneo, en el ensam-
tricto a ambas tendencias: Bor- beríamos llamarlo de otra mane- de mis calles preferidas en ese blaje de materiales divergentes,
ges, Barthelme, Lamborghini… ra? ¿Quizá postcuento? “Creo barrio se llaman Barry Hannah, en el uso extremo de los cortes,
Ese es el cuento de hoy en día, que son los únicos que de ver- Grace Paley, Juan Carlos Onet- en la textura de la escritura mis-
el que transgrede la unidad de dad aportan algo y enriquecen el ti y John Cheever. Más allá o ma? La verdad es que no lo sé”.
estilo de un libro de cuentos y panorama. Para no hacer la lista más acá, la gran avenida Antón El aire que se filtra por las pa-
penetra las delicadas costuras de demasiado extensa, mencionaré Chéjov las atraviesa invariable- redes del panteón del cuento
las tendencias anteriores. Evi- a la escritora rumana Ana Blan- mente”. “trae oxígeno limpio. Eso siem-
dentemente, me siento muy diana (Proyectos de pasado y Las Nos preguntamos, al final, si pre es estimulante”, dice Eloy
identificado con narradores es- cuatro estaciones), capaz de em- las nuevas tecnologías tienen Tizón. BLANCA BERASÁTEGUI
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LA PAPELERA
Postcuento
JUAN PALOMO ELOY TIZÓN
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