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Desde 2016, ID2020 ha abogado por enfoques

éticos y de protección de la privacidad para la


identificación digital.

Para una de cada siete personas a nivel mundial que


carece de un medio para demostrar su identidad, la
identificación digital ofrece acceso a servicios
sociales vitales y les permite ejercer sus derechos
como ciudadanos y votantes y participar en la
economía moderna. Pero hacer bien la identificación
digital significa proteger las libertades civiles y
devolver el control sobre los datos personales a
donde pertenecen ... en manos del individuo.

Todos los días, confiamos en una variedad de


formas de identificación para seguir con nuestras
vidas: nuestra licencia de conducir, pasaporte,
credencial de trabajo y tarjetas de acceso al edificio,
tarjetas de débito y crédito, pases de tránsito y más.

Pero la tecnología está evolucionando a un ritmo


deslumbrante y muchas de las transacciones que
requieren identificación se realizan hoy en día de
forma digital. Desde pasaportes electrónicos hasta
billeteras digitales, banca en línea y cuentas de
redes sociales, estas nuevas formas de identificación
digital nos permiten viajar, realizar negocios, acceder
a registros financieros y médicos, estar conectados y
mucho más.

Si bien el cambio a la identificación digital ha tenido


muchos efectos positivos, ha estado acompañado de
innumerables desafíos y retrocesos, incluidas las
filtraciones de datos a gran escala que afectan a
millones de personas. La mayoría de las
herramientas actuales son arcaicas, inseguras,
carecen de las protecciones de privacidad
adecuadas y mercantilizan nuestros datos. Pero eso
está a punto de cambiar y ID2020 está liderando la
carga.

Somos empresas, organizaciones sin fines de lucro,


gobiernos e individuos ... que trabajamos en
colaboración para garantizar que el futuro de la
identidad digital sea, de hecho, #goodID.

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