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Érase una vez tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Cierto día llego muy cerca de allí un lobo muy
hambriento que los asechaba para comérselos. Para escapar de él los tres cerditos decidieron construir una
casa para cada uno.
Es así como el menor de los cerditos decidió hacerse una casa de paja, ya que era más fácil.
“Soplaré y soplaré y
¡tu casa derrumbare!”
dijo el lobo. En eso
con mucha fuerza el
lobo sopló y la casa
del cerdito cayó.
Apenas pudo escapar hasta la casa de madera, de su
otro hermano. Allí los dos cerditos se escondieron tras la
puerta, pero el lobo volvió a amenazar “soplaré y soplaré
y esta casa la derribaré” en eso, el lobo sopló y sopló
hasta que ¡cataplún! Otra vez la casa cayó.
Despavoridos llegaron hasta la casa del hermano mayor, el lobo intentó soplar para derrumbar la casa, pero
no lo logró.
Entonces, intentó meterse por la chimenea, pero el cerdito mayor prendió la leña y quemó la cola al lobo, quien
huyó y nunca más volvió a molestar a los cerditos. Después de este susto, los hermanos menores entendieron
que era mejor tener un hogar seguro.