Está en la página 1de 3

15/10/2020 El concepto de calidad y su aplicación en Medicina

Revista médica de Chile Servicios Personalizados


versión impresa ISSN 0034-9887
Revista
Rev. méd. Chile v.129 n.7 Santiago jul. 2001
SciELO Analytics
http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872001000700020
Google Scholar H5M5 (2017)
El concepto de calidad y su aplicación
en Medicina Articulo

Articulo en XML
Professional quality assurance Como citar este artículo

SciELO Analytics

Sr Editor: La publicación en la Revista Médica de Chile de un artículo sobre Traducción automática


el aseguramiento de la calidad en Medicina1, me ha impulsado a desarrollar
Indicadores
y compartir con los lectores algunas ideas sobre el concepto de calidad, sus
formas de obtenerla y su aplicación a la educación y práctica de la Links relacionados
medicina.
Compartir
Dar una definición de "calidad" no es fácil, dada la perspectiva Otros
multidimensional que este concepto tiene. Así, sólo en el ámbito lingüístico,
la Real Academia Española, en el Diccionario de la Lengua Española de Otros
1984, Tomo I, página 242, define calidad como una "cualidad", una "manera
de ser", "alguien que goza de la estimación general", o "lo mejor dentro de Permalink
su especie". En medicina y educación, como en otras áreas del
conocimiento, el término se aplica a la excelencia de una disciplina, a la
perfección de un proceso, a la obtención de buenos resultados con una determinada técnica o procedimiento. Sin
embargo, aun dentro de este particular ámbito del concepto, no existe una sola definición para la calidad. Así,
para Crosbi, por ejemplo, calidad "es conformidad con las especificaciones"; para Trifus "es dar al cliente aquello
que espera" y para Taguchi es "producir los bienes y servicios demandados, al menor costo posible para la
sociedad" (Galán M. "El Reto de la Mejora en la Educación Superior: Una Perspectiva Europea", Programa de
Doctorado: "Evaluación, Mejora y Calidad de la Educación Superior", Universidad de Cádiz, España, enero 2000).
En este contexto, la definición de calidad dada por Rosselot1 para la prestación de un servicio a las personas -
situación aplicable a la medicina y a la educación médica- como un "hacer bien las cosas", como "una condición o
atributo del objeto que debe ser verificado y comprobado por el usuario", o como una "meta para el usuario"
encierra conceptos que, sin lugar a dudas, forman parte de lo que se entiende por calidad, en el ámbito referido.
No obstante, la definición así planteada, a mi juicio, puede inducir a pensar en el usuario, en nuestro caso
paciente o alumno, como un ente pasivo que exige calidad, frente a un prestado -Servicio de Salud o
Universidad- obligado a proporcionarla. La calidad, sin embargo, bajo una perspectiva de la mejora continua,
debe velar porque ambas partes, prestador y usuario, trabajen activamente y en conjunto para la obtención de la
misma2. Por ello, en todos los Modelos de Calidad -instrumentos de diagnóstico de calidad, que ordenan
sistemáticamente los factores más críticos para el buen funcionamiento de toda la organización, lo que permite y
facilita la mejora- se considera al usuario y su satisfacción con el producto o servicio recibido, como parte activa e
importante dentro del proceso. Es más, dado que estos Modelos trabajan con la metodología de la autoevaluación
-definida por la Fundación Europea para la Gestión de Calidad como "un examen global, sistemático y regular de
las actividades y resultados de una organización, comparados con un modelo de excelencia"- su análisis, no se
reduce sólo a la satisfacción del usuario o "cliente" externo, sino también a las actitudes y conductas de otros
usuarios del sistema y a los resultados obtenidos por la organización3. Dentro de los "otros usuarios", o clientes
internos, de un Sistema de Salud están el personal de enfermería y los funcionarios administrativos y, en una
Universidad, las autoridades académicas, los docentes, y el personal administrativo. Así y a modo de ejemplo, el

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000700020 1/3
15/10/2020 El concepto de calidad y su aplicación en Medicina

Modelo Europeo para la Gestión de Calidad consta de 9 criterios a analizar: Liderazgo, Planificación y Estrategia,
Gestión de Personal, Procesos, Recursos, Satisfacción del cliente, Satisfacción del personal, Impacto en la
Sociedad y Resultados de la organización3. La evaluación de la calidad mediante la aplicación de estos Modelos,
va más allá del análisis de las características de un producto y su cualificación, sino que analiza la Institución
prestadora y su entorno como un todo, con activa participación de todos sus miembros. Esta forma de
aproximarse al tema de la calidad es, en consecuencia, algo más que un método o herramienta, constituye una
filosofía: la filosofía de la gestión de calidad total2.

Otra forma de "asegurar" calidad es a través de la confección de normas, pautas o guías, que contienen
afirmaciones, desarrolladas sistemáticamente, basadas en los conocimientos profesionales vigentes, tendientes a
ayudar a los prestadores de los servicios en la toma de decisiones, facilitando así el desarrollo de un proceso de
prestación de servicio "de calidad". Esta norma es creada por un comité de expertos, que definen lo que es la
calidad para un determinado servicio o procedimiento. Un ejemplo de ello son las normas creadas por el
Organismo Internacional de Estandarización, conocidas como normas ISO (International Standard Organization)
cuyo origen y finalidad se encuentra en el ámbito empresarial, o las DOQI (Dialysis Outcomes Quality Iniciative),
publicadas en 1997, en un esfuerzo para mejorar la calidad y el pronóstico de los pacientes en hemodiálisis4. No
obstante, la norma así generada puede no ser la herramienta más adecuada para asegurar la calidad, puesto que
ésta representa sólo un consenso general de un grupo particular de expertos, frente a un proceso determinado y
no necesariamente representa un estándar de calidad para ese proceso, en una institución específica. Muy
diferente es la situación donde la norma resulta ser una consecuencia de un proceso de autoevaluación, continuo,
participativo y con miras a la mejora, al interior de una institución determinada. En estas circunstancias, la norma
podría considerarse un estándar de calidad para esa institución. Consecuentemente, cuando los procedimientos
de acreditación de una institución se basan en la aplicación de normas generadas por expertos, los resultados de
esa acreditación sólo van a determinar si el proceso evaluado cumple o no con el contenido de la norma que lo
rige y no traduce la calidad del proceso en cuestión. Dicho de otra manera, los procesos de acreditación así
realizados, no certifican que las instituciones acreditadas estén entregando un producto de calidad. Por lo tanto,
en este contexto una acreditación no constituye -ni debe constituir- una meta de calidad para ninguna institución.
No obstante lo anterior y con las salvedades anotadas, la acreditación mediante el uso de normas es un buen
inicio para aproximarse al tema de la calidad, especialmente en países como Chile, donde no existe una cultura
de autoevaluación.

Finalmente, en lo que a calidad en salud respecta, una definición que ha ido ganando adeptos es la dada por el
Instituto de Medicina de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos de Norteamérica y que se refirió a calidad
como "el grado por el cual los Servicios de Salud aumentan la probabilidad de obtener los resultados deseados y
éste es consistente con el conocimiento profesional actual"5. Sin embargo, es muy poco probable que una sola
definición de calidad en salud sea aplicable en todas las situaciones. En todo caso, la calidad en salud siempre
lleva implícitos 2 conceptos que son: 1. La excelencia técnica, esto es, decisiones adecuadas y oportunidad en la
toma de las mismas, habilidad en el manejo de algunas técnicas y buen juicio para proceder. En otras palabras,
"hacer lo correcto, correctamente"6 y 2. Adecuadas interacciones entre los agentes involucrados en dar y obtener
salud, las que deben caracterizarse por fluidez en las comunicaciones, confianza, empatía, honestidad, tacto y
sensibilidad.

Roberto E García
Facultad de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile.

REFERENCIAS

1. Rosselot E. Aseguramiento de la calidad profesional. Un nuevo marco ético para el ejercicio de la medicina. Rev
Méd Chile 1999; 127: 1375-83. [ Links ]

2. Baeza R. El concepto de la gestión de calidad total (TQM). En Baeza R, Educación Superior del Siglo XXI:
Modelos para una Gestión de Calidad. Editorial Universidad del Mar 1999; 41-82. [ Links ]

3. Baeza R. El Modelo Europeo para la gestión de calidad. En Baeza R, Educación Superior del Siglo XXI: Modelos
para una Gestión de Calidad. Editorial Universidad del Mar 1999; 183-220. [ Links ]

4. NKF-DOQI clinical practice guidelines for hemodialysis adequacy. National Kidney Foundation. Am J Kidney Dis
1997; 30: S67-136. [ Links ]

5. Lohr KN, Harris-Wehling J. Medicare: A Strategy for quality assurance, Vol I: A recapitulation of the study and
a definition of quality of care. QRB Qual Rev Bull 1991; 17: 6-9. [ Links ]

6. Blumenthal D. Quality of health care. Part 4: The origins of the quality of care of debate. N Engl J Med 1996;
335: 1146. [ Links ]

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000700020 2/3
15/10/2020 El concepto de calidad y su aplicación en Medicina

Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons

Bernarda Morín 488, Providencia,


Casilla 168, Correo 55
Santiago - Chile

Tel.: (56-2) 2753 5520

revmedchile@smschile.cl

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000700020 3/3

También podría gustarte