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Breve Historia de la Cartografía Europea. Desde sus inicios hasta el siglo XVIII.
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All content following this page was uploaded by Carlos Contreras servin on 18 January 2016.
Introducción
El trabajo presenta un panorama de la evolución de los mapas europeos desde sus orígenes hasta el
siglo XVIII. También, conviene mencionar que este desarrollo de los mapas no se encuentra aisla-
do de los progresos científicos de otras civilizaciones debido a que existieron, a través del tiempo,
constantes intercambios tecnológicos con los pueblos de Asia, circunstancia que influyó de forma
progresiva en la edición de las cartas.
Por otra parte, esta cartografía histórica se tiene que observar como el testimonio gráfico de
los conocimientos geográficos de ese pasado. Para lograr este propósito, el artículo se aborda a
partir de cuatro subtemas: Los primeros mapas y la cultura griega, Los aportes de las culturas de Asia,
La Edad Media y El Renacimiento.
* Doctor en Geografía. Profesor-investigador, Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de San Luis Po-
tosí. Teléfono: (444) 81 824 75; correo electrónico: coser@uaslp.mx
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
La Cartografía tiene su origen en los primeros pueblos sedentarios, los cuales necesitaron conocer el
espacio que los rodeaba y, con ello, resolver los problemas que su hábitat les presentaba. Por esta razón,
se originó la necesidad de conservar el recuerdo de los lugares, de su situación y la de sus relaciones,
por medio de imágenes materiales llamadas mapas.1
Algunos estudiosos consideran que los mapas precedieron a la escritura, como se deduce del hecho
comprobado por exploradores y viajeros de que varios pueblos primitivos que no llegaron a emplear ni
conocer la escritura fueron muy hábiles en el trazado de mapas2 ; por ejemplo, existen pinturas rupes-
tres que, indudablemente, representan las rutas de cacería del hombre primitivo (ver figura 1), dientes de
morsa labrados por los pueblos nórdicos, mapas chinos de 2 800 años a. C. y tablillas de barro cocido con
incisiones cuneiformes propias de las cultura de Mesopotamia (ver figura 2), cuya antigüedad es de más
de cuatro mil años3 ; éstos son algunos ejemplos de los primeros mapas que el hombre dibujó y utilizó.
Con base en lo anterior, se puede decir que los mapas fueron, entre los documentos conocidos
sobre el origen de la cultura humana, los primeros en recoger noticias acerca del mundo habitado y en
ellos se comenzó a escribir la historia de la Tierra.4
Fue en Grecia donde la Geografía nació como ciencia y la Cartografía empezó a tener verdadera je-
rarquía científica; a los griegos se les ha atribuido el principio del actual sistema cartográfico cuyos
conocimientos, al respecto, no fueron superados hasta el siglo XVI. Este pueblo admitió la forma es-
férica de la Tierra, con sus polos, su ecuador y sus trópicos: introdujeron el sistema de longitudes y la-
titudes; además, construyeron las primeras proyecciones y calcularon el tamaño de nuestro planeta.5
En los comienzos del siglo IV a. C. se introdujo la idea de la esfericidad de la Tierra, pero se descono-
ce quién fue el primero en exponerla. Esta idea no fue consecuencia de observaciones astronómicas sino,
1
Turco, Carlos A. Los mapas. Buenos Aires, EUDEBA, 1968, pp. 5 y 6 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).
2
Raisz, Edwin. Cartografía General. Barcelona, 1953, p. 11 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).
3
Reyes Vayssade, Martín. Cartografía Histórica de Tamaulipas. México, Instituto Tamaulipeco de Cultura, 1990, p. 15 (Biblioteca del Archivo
General de la Nación).
4
Crone, G. R. Historia de los mapas. México, Fondo de Cultura Económica (FCE), 1956, p. 5 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones
Dr. José María Luis Mora).
5
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 17.
Figura 1
Figura 2
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
más bien, se debió a consideraciones filosóficas, como la de Aristóteles que decía: “La esfera es la más
perfecta de todas las formas; por lo tanto, la Tierra, obra maestra de los dioses, debía ser una esfera”.6
Estudios posteriores confirmaron esta hipótesis. Eratóstenes de Cyrene (275-196 a. C.) mi-
dió la dimensión de la Tierra con un pequeño margen de error, calculando que un meridiano era
un círculo máximo sobre su superficie. Por tal motivo, se puede decir que fue el primero en trazar
mapas con meridianos y paralelos de tal precisión que su meridiano discrepa aproximadamente 1%
del moderno.7 Para calcular este valor, empleó el siguiente procedimiento (ver figura 3).
“Había un pozo en Siena (Asuan) a cuyo fondo sólo llegaban los rayos del Sol del 20 al 22
de junio. Esto significaba que Siena está situada en el Trópico de Cáncer, se sabía que la distancia
entre Siena y Alejandría era de 5,000 estadios, suponiendo que Alejandría se encontraba directa-
mente al norte de Siena. El ángulo del Sol a mediodía del 21 de junio, se encontró que la inclina-
ción de los rayos solares respecto a la vertical de Alejandría era una cincuentava parte del círculo
(unos siete grados), por consiguiente un meridiano de la Tierra había de medir cincuenta veces
más, o sea 250 mil estadios (39,690 km, aproximadamente).”8
6
Ibíd., p. 17.
7
Ibíd., p. 19.
8
Ibíd., p. 20.
Figura 3
Un siglo más tarde, Posidonio de Aparmea redujo el valor de los meridianos a 29 mil kiló-
metros. Este error alcanzó a tener enormes consecuencias 16 siglos después, ya que a través de las
obras de Claudio Ptolomeo se difundiría el cálculo de Posidonio, en lugar de Eratóstenes. Este
hecho tuvo grandes repercusiones al conocimiento de la navegación9 al considerar a la Tierra más
pequeña de lo que en realidad es.
Hiparco (190-125 a. C.), astrónomo de la escuela de Rodas, fue quien verdaderamente ideó
las primeras proyecciones, las cuales permitieron pasar la superficie curva de la Tierra a la plana
del mapa; el método que utilizó fue el siguiente:
9
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p.15.
10
Joly, Fernand. La Cartografía. Barcelona, Editorial Ariel, 1979, p. 5 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).
Figura 4
El Mundo según Ptolomeo (s. III). África y Asia aparecen unidas por la costa meridional.
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Propuso, también para los mapas celestes, las proyecciones hoy conocidas como: ortográfica
y estereográfica.11
Claudio Ptolomeo de Alejandría (90ª. 168 d. C.) representó el compendio de todos los co-
nocimientos geográficos y cartográficos de la antigua Grecia. Su obra se encuentra contenida en
su famosa Geographia, que se compone de ocho libros: el primero está dedicado, más que nada,
a principios teóricos, con un tratado sobre construcción de globos y la técnica de proyección de
mapas; los libros II al VII tienen la relación de unos ocho mil nombres de lugares con latitudes y
longitudes para determinar su posición; pero el más importante es el VIII, que contiene el estudio
sobre los principios de la Cartografía, la Geografía Matemática, las proyecciones y de los métodos
de observación astronómica (ver figura 4).
Para relacionar a las civilizaciones de Asia con el avance cartográfico europeo, se toma como re-
ferencia a las culturas de China y Arabia.
Cultura China
La primera referencia que se hace en la literatura china a un mapa data del año 227 a. C.; sin em-
bargo, se desconocen los autores de estas cartas, no obstante, se sabe que Pei Hsu, quien vivió entre
224 y 273 d. C., es considerado como el padre de la cartografía china; la coordinación que hizo de
muchos mapas locales no ha perdurado hasta nuestros días, pero sí el texto que los acompañaba.
Ibíd., p. 21.
11
En ese trabajo, Pei Hsu sienta ciertos principios cartográficos, como:
Es evidente que los mapas chinos alcanzaron, incluso en esa época primitiva, cierto nivel cien-
tífico. En el empleo de la cuadrícula o canevá se adelantó Pei Hsu a los cartógrafos de Occidente.
Por otra parte, los chinos concebían a la Tierra como una superficie plana con China en el cen-
tro. Durante el periodo siguiente a Pei Hsu, los cartógrafos chinos representaron todo el territorio
desde Persia hasta Japón. Es notable el mapa de madera de Hsin Chuang (421-466 a. C.) hecho por
partes, es decir, provincia por provincia y que es el antecesor o precursor de los mapas mosaico.
El cartógrafo más famoso de esta época es Chia Tan (730-805 d. C.), quien hizo un mapa de
unos tres metros cuadrados que abarcaba más de todo el continente asiático. Éste no se conserva,
pero existe la losa de piedra del siglo XII que se supone sea una parte del mapa de Chia Tan.
Bajo las dinastías se extiende el uso de los mapas, pero a la llegada de los jesuitas a China, en
el siglo XVI, éstos encontraron material suficiente para hacer un excelente atlas del Imperio. Desde
entonces, la cartografía china quedó influenciada por los métodos europeos.13
Los árabes
Posterior al desarrollo cartográfico de los chinos, los pueblos árabes fueron los que introdujeron en
la época medieval el uso de la brújula, el compás, el álgebra y el astrolabio en la navegación maríti-
ma; además, conservaron parte de la cultura grecolatina que el mundo cristiano había extraviado;
fue así como se rescató la Geographia de Ptolomeo.14
En este contexto, Al-Idrisi (1099-1164 d. C.) fue el más ilustre cartógrafo y viajero árabe;
conservó la Geografía Matemática tal y como había sido concebida por los griegos. Con base en
13
Ibíd., pp. 15-17.
14
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 15.
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datos de la cultura helénica, en 1154 construyó un gran mapamundi en el que el Norte estaba situa-
do en la parte inferior, como en los mapas chinos, el cual está acompañado por 70 mapas de detalle:
abarca desde Europa Occidental y Escandinavia hasta India y China e incluye, también, el Sahara;
este atlas se considera como la suma de los conocimientos árabes hasta el siglo XII15 y representa un
avance considerable para el desarrollo posterior de la cartografía europea (ver figura 5).
Figura 5
La Edad Media
En la época medieval, la Cartografía atravesaba por un periodo de retroceso al extraviarse los avances
hechos por la Geografía griega. Los mapas más difundidos en los primeros siglos del medievo son los
conocidos como T en la O (Orbis Terrarum), los cuales expresan una idea simple del mundo al dividir
en tres porciones a la Tierra: Europa, África y Asia, rodeadas por el océano y demarcadas por medio
de los ríos Don y Nilo, así como por el mar Mediterráneo, que forma una T. Ésta era una represen-
tación con resonancias bíblicas porque Jerusalén se ubicaba, casi siempre, en el centro del mundo; al
Este se localizaban las regiones asiáticas y al Oeste, la Antípoda. Este tipo de mapas constituyó la
suma de conocimientos de la cristiandad hasta el siglo XVII; asimismo, conviene mencionar que otro
tipo fue el de los que se hicieron con la forma esférica de la Tierra, aunque éstos sólo se conservan
como cartogramas simplificados (ver figura 6), llamados mapas de Macrobio.16
15
Joly, Fernand. Op. cit., p. 26
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 26.
16
10
Figura 6
En el siglo XI, la escuela de Sevilla re-
cuperó de manos árabes la Geographia de
Ptolomeo. Posteriormente, también los mon-
jes bizantinos del siglo XII obtuvieron la obra
de fuentes musulmanas, pero la traducción al
latín de Jacobus Ángelus es la obra que más se
popularizó.17
A partir del siglo XIII apareció un nuevo tipo de mapas, las cartas portulanas, que se conocen
como cartas náuticas. El detalle más característico de éstas es el minucioso sistema de las rosas de los
vientos y de rumbos, que se entremezclan por sobre toda su superficie. Es indudable que los cartó-
grafos se basaban en mediciones hechas con brújula al momento de realizar este tipo de cartas (ver
figura 7). Los marinos, desde entonces, reconocieron la utilidad de las longitudes y latitudes.19
Los portulanos llegaron a representar el mar Mediterráneo y el Negro con toda exactitud y, en
forma deficiente, el océano Atlántico, hasta Irlanda.20
El atlas Catalán de 1375 se diferencia de los demás portulanos en que su alcance es mayor, pues
representa a Asia Oriental, la península del Decán y el océano Índico, lo cual lo convierte en una
especie de mapamundi.21
Finalmente, conviene resaltar que los más bellos exponentes de los mapas portulanos fueron
los de las escuelas mallorquina, catalana y genovesa (ver figura 8), siendo éstos los que dominaron la
cartografía durante los siglos XIV y XV.22
17
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.
18
Ibíd., p. 16.
19
Martone, Emmauel de. La evolución de la Geografía (traducida por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1954). México, 1934, p. 15.
20
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 29.
21
Ibíd., p. 30.
22
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.
11
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
El Renacimiento
En esta época surgió el verdadero esplendor de la Cartografía como ciencia y como arte debido a
cuatro sucesos históricos coincidentes e interdependientes: la vuelta de la Geographia de Ptolomeo,
los descubrimientos geográficos, la invención de la imprenta y el grabado, así como el auge del
movimiento renacentista en todos los campos del arte y la ciencia.
La vuelta de Ptolomeo
El hallazgo de la Geographia de Ptolomeo fue traducida al latín alrededor de 1405 debido al esfuer-
zo de los humanistas italianos por recuperar cuanto fuera posible de la herencia legada por griegos y
romanos. Es cierto que nunca estuvo del todo perdida, ya que había sido conservada por los árabes
y por medio de éstos se introdujo a Occidente durante la Edad Media, pero la recuperación de la
obra completa, sobre todo de los mapas, dio un gran impulso a la Cartografía.23
La era de los grandes exploraciones inició, prácticamente, con el viaje de Cristóbal Colón, quien navegó
a través del océano Atlántico bajo los auspicios de la reina Isabel la Católica de España. En octubre de
1492, arribó accidentalmente a una de las islas Bahamas y luego exploró las costas de Cuba y las Indias
Occidentales. Colón no supo que había encontrado un Nuevo Mundo, aunque realizó otros viajes.
Entre 1497 y 1498, Vasco da Gama, explorador portugués, capitaneó una expedición que, par-
tiendo de Portugal, navegó alrededor del cabo de Buena Esperanza y llegó hasta Calicut, en la India.
Pretendía encontrar una ruta marítima hacia el Oriente que permitiera a Portugal romper el mono-
polio que ejercían las ciudades italianas sobre el comercio de ultramar. Posteriormente, Pedro Álvarez
Cabral viajó desde Portugal al Brasil.24
Los cartógrafos de este periodo procuraron conectar los descubrimientos de entonces con el
mundo descrito en la Geographia de Ptolomeo. El documento cartográfico más importante de aque-
llos tiempos es el mapa de Juan de la Cosa del año 1500, en el cual figuran la llegada de Cabral al
Brasil, el viaje de Cabot al Canadá (ver figura 9) y la ruta a la India de Vasco da Gama.25
23
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 31.
24
Roselle, Daniel. Historia de la humanidad. Cali, Colombia, 1970, pp. 307 y 308 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora).
25
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 31.
12
Figura 7
Figura 8
13
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
Se debe a Martín Waldseemüller el primer documento (1507) en el que aparece el nuevo con-
tinente descubierto por Colón, donde se ve dividido en dos partes: la del Norte y la del Sur, como
si fueran dos gigantescas islas; asimismo, es el primer mapa en emplear la palabra América, des-
cribiendo con este nombre sólo la parte sur del continente. Hecho que se debió a que su impresión
fue por cuenta del navegante florentino Américo Vespuccio. Según Crone, el nombre de América
no fue aceptado durante bastante tiempo, hasta que Apiano y Mercartor llamaron así a la parte
septentrional de aquel continente (ver figura 10).
Por otra parte, la proyección de Mercator fue la más empleada por los navegantes; ésta ubica al
Ecuador muy por debajo de su centro real, proyectando una imagen que crea una ilusión de que el
hemisferio norte y sus regiones, en especial Europa, cuentan con una superficie mayor a la que en
realidad tienen.26
Magallanes cruzó el Atlántico, hasta el Brasil, navegó a lo largo de la costa de América del
Sur, atravesó el actual Estrecho de Magallanes y llegó al océano Pacífico por el cual siguió hasta
llegar a las Islas Filipinas, donde fue asesinado; los marinos sobrevivientes continuaron el viaje de
regreso bajo las órdenes de Juan Sebastián Elcano. Finalmente, casi tres años después de haber
zarpado, regresaron a España.27
26
Crone, G. R. Op. cit., pp. 128-136.
27
Roselle, Daniel. Op. cit., pp. 308 y 309.
28
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 17.
29
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 37.
14
Figura 9
Figura 10
15
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
La imprenta y el grabado
Su invención permitió las reediciones continuas de la Geographia de Ptolomeo, pero pronto surgie-
ron en estas mismas ediciones las Tabulae Novae, o sea, que se añadieron primero dos, luego tres o
cuatro mapas nuevos, los cuales tenían la finalidad de actualizar las 27 cartas originales del autor
griego. Estas nuevas cartas se dibujaban con la información recabada en los viajes de descubrimiento.
Desde principio del siglo XVI, el éxito de cada nueva edición de Ptolomeo residía en la variedad y
acuciosidad de sus Tabulae Novae. La edición de Estrasburgo de 1513, firmada por Johannes Schot
y supervisada por Martín Waldseemüller, contenía 20 nuevos mapas y el primero de América.30
Las artes gráficas también influyeron en la cartografía con la aparición de los iluminadores y
miniaturistas que se vincularon con la estampería creada por los grabadores del Renacimiento. Estos
hechos permitieron la decoración donde aparecen rosas de los vientos, canevás de rumbos, barcos y
hasta batallas navales; delfines, sirenas y otros seres marinos; exóticas representaciones de la flora y la
fauna de las tierras descubiertas e indígenas de extraño atuendo. También, se recurrió a la heráldica
y a toda la emblemática señorial y religiosa de la época. Especialmente, se popularizaron las cartelas
o cartouches, es decir, recuadros que incluyen el nombre y la información básica del mapa.31
La ciencia y el arte
Durante el Renacimiento florecieron las llamadas escuelas de Cartografía, en las cuales se agru-
pan por países a los cartógrafos más notables, así como los adelantos científicos producidos por el
movimiento renacentista. Las más importantes fueron las siguientes:
Italiana
En las primeras décadas del siglo XVI destacó la cartografía italiana. Los primeros mapas de esta
escuela eran casi todos del estilo portulano, con rumbo y rosas de los vientos; en los posteriores
se introdujeron proyecciones regulares como la de Pedro Apiano que produjo una serie de mapas,
incluso un mapamundi con una proyección cordiforme, a la manera de Waldseemüller.32
30
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.
31
Ibíd., p. 17.
32
Crone, G. R. Op. cit., p. 118.
16
El más importante de los cartógrafos italianos fue el veneciano Bautista Agnes y el primero
en dibujar correctamente el contorno de la península de Baja California. El atlas cartográfico de
Lafreri (Roma, 1556-1572) es el más importante de esa época, el cual contiene diversos mapas di-
bujados por los mejores cartógrafos de entonces, como: Gastaldi, Bertelli y Zaltieri.33
Holandesa
La edad de oro de la cartografía holandesa empezó a mediados del siglo XVI y terminó cerca de
un siglo después. Gerardo Kremer, más conocido como Mercartor, es considerado como el padre
de la cartografía flamenca. Generalmente, es más conocido por la proyección que lleva su nom-
bre, la cual consiste en un sistema de paralelos horizontales y meridianos verticales en el que la
relación entre ambas clases de líneas sólo es cierta en algunas partes del mapa. Mercartor ideó esta
proyección para su gran mapamundi de 1569, y con ello se convirtió en el sucesor de Ptolomeo; sin
embargo, este cartógrafo no publicó ningún atlas importante, pero impulsó a su amigo Abraham
Ortilius (ver figuras 11 y 12), quien publicó en 1570 su Theatrum Orbis Terrarum, considerado el
primer atlas moderno del mundo.34
Otros cartógrafos holandeses fueron Petrum Plancius, Peter Schenk, Frederick de Wit y
Willem Janszoon, cuyos hijos Joan y Cornelius llevaron el arte cartográfico holandés a su mayor
esplendor.35
Las aportaciones más importantes de esta escuela fueron las siguientes: las escalas, el marco
con el título, las notas aclaratorias, así con las figuras de animales y productos del país represen-
tado, etcétera.36
Francesa
A fines del siglo XVII empezó a destacar esta escuela, que pretendía ser más sobria, menos
decorativa y más científica. La evolución de la cartografía gala estuvo determinada por la
obra de la familia Sansón; el fundador de esta casa fue Nicolás Sansón de Abbevill (1600-
1667), al cual le ayudaron los que después fueron sus sucesores, es decir, sus familiares y
descendientes: sus hijos Adrian y Guillermo, su yerno Pedro Duval, su nieto Gilles Robert
33
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 28.
34
Ibíd., pp. 40 y 41.
35
Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 19.
36
Raisz, Edwin. Op. cit., p. 44.
17
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
de Vougandy y su bisnieto Dider Robert de Vougandy. Los Sansón editaron muchos mapas,
publicaron varios atlas, mapas de comunicaciones y de ríos de Francia, además de otros mu-
chos de carácter histórico.
Posteriormente, Alejo Huberto Jaillot compró las planchas de los mapas a Guillermo San-
són y les añadió una gran cantidad de detalles. También, editó la obra geográfica más impor-
tante del siglo XVIII: Le Neptune Francois (1693), en colaboración con Juan Domingo Cassini
y otros célebres cartógrafos de aquel tiempo. 37
Cesar Francisco Cassini (ver figura 13) fue el primero en aplicar el método topográfico
de triangulaciones en zonas terrestres para construir el mapa de Francia. Los levantamientos
topográficos de Cassini se basaron en la determinación de la latitud y longitud por procedi-
37
Ibíd., p. 44.
Figura 11
18
Figura 12
mientos astronómicos, así como la aplicación del sistema de triangulación. Al mismo tiempo,
la Geografía Matemática tuvo un gran impulso; los grandes ensayos de medición del globo
terráqueo, intentados por los griegos con medios rudimentarios, se reintentaron con aparatos
perfeccionados, como la medida del meridiano entre París y Amies por Jean Picard (1667-1670)
y las misiones de Manpertuis y de La Condamine, encargadas de efectuar las misma operación,
ésta en París y aquélla en Laponia (1735-1739). Con estos trabajos, las dimensiones y forma del
globo terrestre fueron fijados; se reconoció el aplanamiento de los polos y el ensanchamiento
del Ecuador. 38
Inglesa
El fundador de la cartografía inglesa fue Cristóbal Saxton (1542-1608?), cuya obra principal es
su atlas con mapas de los condados de Inglaterra, publicado en 1579.
Por otra parte, Eduardo Wright parece ser el autor del mapamundi de 1599, en el que se
recogen los datos obtenidos en los viajes de Drake y los descubrimientos de las rutas del No-
reste y Noroeste, por lo que se considera como uno de los mejores de su tiempo.
38
Martone, Emmauel de. Op. cit., pp. 21 y 22.
19
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
Otras obras de interés son el atlas de Juan Ogilve, formado con cartas longitudinales de
los principales caminos del mundo y el mapa magnético de Halley, publicado en 1683, que es
uno de los primeros en su clase.
A partir del siglo XVII se extendió mucho el uso de los mapas ingleses y al sobrevenir la
Revolución Francesa, la hegemonía cartográfica pasó definitivamente a Inglaterra. 39
Conclusiones
En la Edad Media, la historia de la Geografía se limitaba a ser, en buena parte, una narración
de exploraciones y una presentación de exploradores, aludiendo a los antiguos ensanchamientos
del Ecumene. La ampliación de las tierras conocidas repercutía en una mayor información que se
reflejaba en las representaciones cartográficas. Por ello, junto a una historia de las exploraciones,
la historia de la Geografía tradicional constituía, también, una exposición de la evolución de la
Cartografía.40
39
Raiz, Edwin. Op. cit., p. 46.
40
Ibíd., pp. 43 y 44.
41
Ibíd., p. 69.
20
Figura 13
21
Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica Vol. 2, núm. 1
Otras fuentes
Barber, Peter (compilador). El gran libro de los mapas. Barcelona, Paidós, 2000.
Bustamante, Octavio. Importancia de las cartas geográficas. México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia,
1939 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora).
Capel, Horacio. Las nuevas geografías. Madrid, Salvat Editores, 1982 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la
UNAM).
Eckert, Max. Cartografía. México, UTEHA, 1961 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora).
Salitchev, Konstantín. Cartografía. La Habana, Ministerio de Educación, 1979 (Biblioteca del Instituto de Geo-
grafía de la UNAM).
Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP). Introducción al estudio de la Cartografía. México, SPP, 1980 (Bi-
blioteca del Archivo General de la Nación).
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