CLASE CIENCIAS SOCIALES Y PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS

24 - 03 - 2020

REFLEXIÓN SOBRE ARQUITECTURA Y SOCIEDAD

Arq. Luz Priscila Camargo Serrano

Hoy el ejercicio de nuestra profesión se asume de manera muy diferente a la que se pensaba hace
algunos años, en los que un Arquitecto se asumía como un profesional para una élite y solo para las
grandes ciudades. Sus servicios eran realmente costosos y no se concebía arquitectura rural, o
asistencia de un arquitecto para sectores populares y menos arquitectura para desarrollos étnicos.
La necesidad de una sociedad en la que se pueda hablar de equidad, exige que nuestras acciones
sean decisivas en el logro de equilibrio social, en la construcción de un territorio con mayores
oportunidades y en la obligación de entender la vulnerabilidad y las necesidades de las poblaciones
menos favorecidas. Este giro también se ha dado porque la educación está hoy más alcance de todos
y compartir las diversas formas de vida, también contribuye a que seamos más conscientes sobre el
significado de nuestra responsabilidad para construir conocimiento que favorezca a todos por igual.

Una muestra de esa conciencia es precisamente la preocupación académica de nuestros proyectos

de grado, que nos acerca a la reflexión sobre cómo se vive en otros lugares, a pensar en cuál es la
necesidad de hospitales, centros comunitarios, centros de atención a la tercera edad, a las mujeres
violentadas, a la adolescencia en procesos de rehabilitación. Eso toca nuestras formas de entender
el diseño y seguramente en nuestra vida de ejercicio profesional, encontraremos una oportunidad
de ver estas situaciones más de cerca, pero es importante resaltar que ya no las desconocemos.

El papel de Arquitecto hoy es aportar a la construcción de sociedad, en términos de tejer

pertenencia con sus proyectos, con el diseño de espacio público, con las restauraciones y
modificaciones a espacios que intervenga. Sabemos que el espacio moldea conductas, que nos
relaciona con los otros, que inclusive interviene en procesos sicológicos, que puede llegar a generar
violencia, que incentiva el amor, los sueños, la esperanza. Los proyectos de los que somos
protagonistas cada día avanzan en el respeto por su entorno, por la cultura que intervienen, por las
formas de vida de sus usuarios directos e indirectos, hoy la Arquitectura se argumenta en su
contexto social.

La misión que tenemos es transformar las formas de vivir de las comunidades, reduciendo el
impacto de nuestros diseños, incrementando el uso sostenible de materiales ecoeficientes,
minimizando la huella en el ecosistema y entendiendo que la estrategia es la comprensión de la
herencia que dejamos y su posibilidad de ser sustentable. Pero también y siendo como es la
Arquitectura una disciplina que entiende la gestión, que comprende la inversión y que reconoce las
formas de ejecutar un proyecto, tenemos el compromiso de cuidar y enseñar este asunto de velar
por la ética en el gasto público, tenemos que ser críticos en las dinámicas políticas, partícipes en las
transformaciones sociales.

Tenemos una gran responsabilidad social, con nuestra generación (a la que pertenecemos cada
uno), con las que compartimos a diario, pero sobre todo con las venideras. Aquí no somos un
Arquitecto, somos la Arquitectura del mundo, somos generadores de cambio de pensamiento en
nuestras familias, en nuestros barrios, en nuestros edificios. Hacemos lo posible para que en
nuestras familias reciclen, ahorramos agua, diseñamos para un mundo en riesgo, somos éticos con
las formas de vida de nuestros semejantes.
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Diseñemos pensando en el largo plazo, en donde nuestra responsabilidad social sea activa, por lo
tanto no usaremos en nuestros proyectos materiales nocivos, usaremos materiales que reducen el
consumo energético, menos aire acondicionado, más luz natural, más paisaje vivo, menos
artificialidad, sí estuviere en nuestras manos seleccionaremos productos que se originen en
procesos responsables con el medio ambiente.

Podemos practicar la responsabilidad social como Arquitectos de diversas maneras:

1. Esfuerzos ambientales en nuestras intervenciones arquitectónicas y urbanas. En nuestros

proyectos o en nuestros trabajos debemos promover: reducción de consumo energético en las
diferentes fases, (durante su construcción y en su ciclo de vida), el reciclaje de materiales de
construcción, la reducción de residuos de construcción y escombros, la reducción de ruidos en
obra, reducción del impacto urbano de los proyectos por su emplazamiento.
2. Trabajo ético con el respeto a cada uno de nuestros trabajadores, compañeros y superiores.
Pensando en un ejercicio útil a la sociedad. Con ausencia de un sentido de explotación de la
mano de obra que esté en nuestras manos contratar, supervisando y reduciendo el riesgo de
accidentes laborales en las obras, llevando buenas prácticas en materia de contratación:
pagando como la ley ordena.
3. Proponerse en algún momento de la vida profesional, tener una participación como voluntario
en un proyecto que mejore la vida de una comunidad, o una familia. En algún momento pensar
en no cobrar por un proyecto a alguien que lo necesite.
4. En caso de tener un cargo público, anteponer la ética a cualquier beneficio particular; si se es
contratista, actuar con transparencia y si se diseña, poner el mejor esfuerzo.
5. Trabajar siempre para una sociedad equitativa e inclusiva.

El resultado debe ser una acción por la sustentabilidad social, ambiental, económica. Una acción
que se proyecta en nuestro medio y que distingue al Arquitecto por una forma de vivir sensible,
como el artista que es, como el transformador, como el ser humano distinto, capaz de ser ejemplo
y líder.

La Arquitectura aporta el espacio para el desarrollo humano, pero mal proyectada es una fuente de
consumo peligrosa de recursos no renovables: materiales, energía, medio ambiente y espacio. Se
extienden las ciudades sin prever el perjuicio sobre la frontera agrícola, sobre las formas de vida
campesina, sobre la identidad cultural rural y sobre los ecosistemas, cambiando patrones y
tipologías ancestrales por formas de vida homogéneas que borrar la heterogeneidad de nuestra
cultura. En ocasiones se desplazan poblaciones con fenómenos de gentrificación en beneficio de
unos pocos y trasgrediendo lugares a veces incluso invaluables para sus habitantes, es decir que no
tendrían un precio comercial, porque su valor está en el corazón de sus pobladores.

Nuestros proyectos de grado indagan por materiales vernáculos, por propuestas bioclimáticas, por
soluciones para comunidades étnicas, por la promoción de materiales de origen local de muy bajo
costo, por procesos de autoconstrucción asistida por profesionales, por prototipos replicables para
economías de primer orden. Hemos vuelto nuestra mirada a la guadua, al bambú, a sus posibilidades
de complementarlas con otros materiales, indagamos el uso de maderas plásticas y paneles en
materiales ecológicos, acabados con base en reciclajes.
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En las propuestas urbanas, pensamos en otros tipos de ciudad, con movilidades alternas, masivas y
cortas, con transportes menos intensivos y utilizando otras energías no contaminantes, con espacio
público amable que a través de su diseño se articula con la Arquitectura y genera verdaderas
estructuras urbanas.

Esta forma de entender la relación entre Arquitectura y sociedad nos remite a entender la
competitividad de otra manera, estará más posicionado el Arquitecto que proponga ser responsable
socialmente en su ejercicio, que demuestre el trabajo por la comunidad, que haga suya la
preocupación ambiental, que se distinga por su accionar social y en resultados a largo plazo, ese
será su plus, una estrategia transversal del diseño con Arquitectura Ecológica (si se quiere decir de
esta manera). Nos presionan nuestros clientes que a veces quieren la mayor rentabilidad
esclavizando el espacio, nuestra ética nos debe guiar a tener ganancias en otros términos: de aire,
de paisaje, de espacio para la convivencia, esto también tiene costos representativos para las formas
de pensar que se imponen hoy, en las que la sociedad tiene otra conciencia.

Esta sociedad de hoy se hace partícipe, formula sus necesidades colectivas, en todos los procesos
de desarrollo territorial, la ley faculta para esta participación, hay más líderes capaces de dialogar
con los gobernantes, hay más representantes de los grupos minoritarios, las distintas diversidades
de hacen escuchar y si tenemos la oportunidad de ser servidores públicos, tendremos que ser justos
en nuestras decisiones, imparciales si tenemos la oportunidad de regular acciones y debemos mirar
en prospectiva la consecuencia de nuestras decisiones.

Siempre hemos hablado de la función social de la Arquitectura, desde nuestra entrevista para
ingresar a la Universidad, ojalá la recordemos siempre. Tenemos una deuda con la sociedad,
debemos apostarle al futuro de nuestra profesión, tenemos la obligación de poner en escena
nuestro compromiso social y medioambiental, para lograr el reconocimiento de la acción social de
la Arquitectura, que construye sociedad: la arquitectura para todos.

Que esto no nos pase….

PREGUNTA:

¿Cómo futuro arquitecto y consciente de los impactos en el medio ambiente que tu actividad
profesional genera, cómo asumes tu responsabilidad social para tu proyecto de vida?