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2.- MARCO TEÓRICO.
En las regiones de Creta y Esparta, el Estado vigilaba la educación griega, que era
administrada por un magistrado, que organizaba los recursos necesarios para la
manutención de escuadrones y coros, que eran los nombres dados a las escuelas.
En la periferia griega, como Asia Menor existían una serie de círculos de iniciación
llamados thíasoi que funcionaban con reglas y principios independientes. De los
thíasoi surgieron muchas escuelas de los grandes filósofos. Por ejemplo,
Pitágoras (VI a. C.), además de seleccionar a sus discípulos basado en sus rasgos
fisionómicos, organizaba la educación en cuatro grados: acústico (incluía la
música, danza, poesía y gimnasia), matemáticos, físicos (que se refería a estudios
filosóficos) y sebásticos (ciencias esotéricas).
Hacia el siglo VI a. C. surgió en Grecia la escuela del alfabeto, que fue la primera
escuela pública (abierta a todos los ciudadanos, no sólo a las élites) de escritura y
gramática. De tal suerte, junto con la gimnasia y la música, el maestro del alfabeto
se convirtió en una figura pública que ejerció una importante función social. De
acuerdo con Platón y otros escritores griegos, la enseñanza del alfabeto se hacía
mediante la recitación de Homero, por lo que todos los ciudadanos griegos
conocían la Ilíada y la Odisea desde pequeños. Gracias a Solón, conocemos el
método de enseñanza del alfabeto, pues de acuerdo con él, los alumnos recitaban
el poema “alternativamente, de modo que el primero se parara allá donde el
segundo comenzaba”; práctica común de las escuelas de educación básica de la
actualidad.
Gracias a las pinturas de vasijas como los vasos de Onésimo, que datan del 490
a. C., sabemos cómo eran las escuelas de gimnasia, música y letras. Los alumnos
solían sentarse en frente del maestro, quien guardaba sus rollos de papiro en
cestos, además de emplear una fusta, similar al apuntador que utiliza un maestro
en la actualidad.
Por otro lado, en la educación romana se tiene documentada una de las primeras
críticas a la educación. Existen testimonios en los que se acusa a la escuela de
ser aburrida, cruel en los castigos corporales y con contenidos alejados de la vida
cotidiana. Cabe señalar, que la crítica a la educación no sólo provenía de gente
ruda y de clase baja, como un militar o un zapatero, sino que también provenía de
filósofos como Séneca, quien señalaba que en la escuela “no se aprenden las
cosas necesarias a fuerza de aprender las útiles y que con los estudios no se llega
a ser bueno, sino sólo docto”.
Finalmente, hacia el siglo III d. C., el imperio romano entra en crisis. La extensión
del imperio y su burocracia llevó a la bancarrota a los emperadores romanos. La
crisis económica empobreció a la población romana, quienes fueron blanco fácil
de la nueva religión cristiana, que predicaba valores como la humildad y la
pobreza, aspectos que correspondían con la realidad del pueblo romano. Después
de la conversión de los emperadores romanos al cristianismo, la educación
romana de fuerte influencia griega entró en decadencia. Roma caería en el siglo
IV, pero ya para el siglo III, se vislumbra la transición de la educación grecolatina a
la medieval: “la Didascalica apostólica advertía que no sirve recurrir a los retóricos,
a los filósofos, a los poetas, a los historiadores paganos, cuando existen las
epístolas de San Pablo, el Salterio, el Génesis y el libro de los Reyes: la Biblia
puede sustituir las artes liberales”.
En la segunda década del siglo XXI, 41% de mexicanos de 15 años y más están
en condición de rezago educativo ya sea que no han concluido la primaria o son
analfabetas, lo que nos confirma que el rasgo más característico de la sociedad
mexicana es la desigualdad, siendo el sistema educativo quien está produciéndolo
y reproduciéndolo.
Por lo contrario, se debe lograr una igualdad que en términos educativos nos
referimos a que se otorguen las mismas oportunidades de estudio, no practicar la
discriminación de ningún tipo, cumplir con equidad, tener ofertas educativas y
atender las necesidades de aprendizaje de las personas y comunidades. El rezago
educativo en México aún no se logra dar una respuesta, pues siguen presentes
algunas fallas en el sistema educativo y las estrategias para el mismo. Por ello, el
Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) ha contribuido con el
Modelo de Educación para la Vida (MEV) siendo una propuesta para combatir a
dicho rezago.
Es por eso que en esta investigación este término es considerado relativo, implica
comparar la situación educativa de unos con respecto a los otros. Asimismo,
consiste en evaluar “retrasos” con respecto a metas establecidas como deseables
u obligatorias. De acuerdo con Muñoz (2009), el rezago educativo es el resultado
de un proceso en el que intervienen diversos eventos, como la exclusión del
sistema educacional, el aprovechamiento escolar inferior al mínimo necesario, la
extraedad y el abandono prematuro de los estudios emprendidos (también
conocido como “deserción escolar”). Al principio se creía que el rezago era
atribuible a un conjunto de factores externos a los sistemas escolares; de manera
que se derivaba de las inequidades que existen en la sociedad en la cual dichos
sistemas están inmersos. Sin embargo, en un estudio reciente (Bachhoff et al.,
2007) se identificaron algunos factores internos a las escuelas que intervienen en
forma significativa en la determinación de los resultados académicos de las
mismas. Añadiendo que los únicos factores que no pueden ser solucionados por
las dependencias del sector educativo, son los de origen socioeconómico que
interfieren en la generación y conservación de la demanda escolar. De manera
que un espacio de oportunidad para el combate al rezago educativo es
ineludiblemente desde dentro de las aulas y las instituciones educativas.
Según (Weinstein, 2001), señala que existen una serie de factores que provocan
la deserción por mencionar algunos:
Como antes se mencionaba existen algunos factores internos de las escuelas que
propician e intervienen de una forma bastante significativa en los resultados
académicos que se obtienen e influyen directamente en el inexistente
aprovechamiento escolar y que a su vez termina por incrementar el rezago
educativo, ya sea por deserción debido a eso o repitencia en algunos otros casos
menos extremos. Entre estos factores internos se encuentra el que los currículos
no han sido diseñados a partir de las necesidades de los sectores desfavorecidos
de la sociedad, por lo que no reúnen, en general, las condiciones de relevancia y
pertinencia que son necesarias para impulsar los aprendizajes de quienes
pertenecen a esos sectores. Esto también lo afirma el INEE (2010a), al considerar
que los currículos adecuados a las necesidades de esos sectores más afectados
serían un instrumento valioso para erradicar el rezago educativo, ya que
mantienen el interés de la población en las cuestiones educativas, favoreciendo el
ingreso y la permanencia, y por ende frenando los niveles de deserción.
Las consecuencias del rezago educativo son muy parecidas a sus causas: la
pobreza, la delincuencia y la ruralidad, por ejemplo. Así, el rezago educativo lleva
a que algunos segmentos de la sociedad permanezcan en un ciclo desfavorable
que no les permite mejorar su calidad de vida. Ello representa grandes problemas
para la nación y sus posibilidades de crecimiento y desarrollo.
Aunado a ello, desertar puede generar frustración, coincidiendo con García, et al.
(2007) quien determina que la deserción supone frustración para el desertor o
desertora; es decir, se pueden sentir fracasados o fracasadas al no poder ayudar
a su familia en diversas situaciones: escolares, económicas, personales, entre
otras, por ejemplo las hijas o hijos de desertores o desertoras reciben poca ayuda
con sus tareas escolares, debido a que al padre o madre se le dificulta ayudarlos,
porque no conocen del tema; por lo tanto, se coincide con Guerra (2000) y Beyer
(1998) quienes estipulan que esto empobrece el capital cultural que se transmite a
su familia.
El problema social más grave que enfrenta el grupo desertor y que concuerda con
Lakin y Gasperini (2004) es la vulnerabilidad de caer en drogadicción, alcoholismo
o delincuencia organizada; siendo sus amistades, quienes principalmente los
atraen a los vicios y a delincuencia. Lo anterior coincide con lo que reporta la
Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2005) la cual determina que la
juventud que no está empleada, ni en la escuela, tienen mayor probabilidad de
incurrir en conductas delictivas, poniendo en riesgo su salud y la de otros y otras.
Yurén, T., Cruz, M. d., Cruz, A., Araújo-Olivera, S. S., & Estrada, M. J. (2005).
Mundo de la Vida Versus Habitus Escolar: El Caldo de Cultivo del Rezago
Educativo en un México de Migrantes. En A. S. University, Archivos Analíticos de
Políticas Educativas (Vol. 13, págs. 1-26). Arizona, Estados Unidos.