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Examen de pedagogía #1

Educación como proceso:

El proceso educativo es la puesta en acción de lo teleológico e intencional, a fin de


alcanzarlo, con fe en la capacidad educativa del hombre. El estudio, la adquisición de
hábitos, la personalización, la socialización, la instrucción, la corrección, el uso de
técnicas adecuadas para perseguir la meta, la intercomunicación de las personas
intervinientes en la búsqueda de la perfección, el diálogo pedagógico... todo esto son
partes del proceso educativo. Podríamos sintetizar todo el conjunto de acciones y
procesos en los de personalización y socialización, alrededor de los cuales giran
accesorios y embellecedores de los que, podemos prescindir.

De aquí que el proceso educativo sea una antropogénesis y sea convertible con los
procesos de hominización y humanización, mediante los cuales el hombre evoluciona
biológica y entitativamente, técnica culturalmente, se adapta al medio y se torna
motor impulsivo de engrandecimiento. La humanización tiene un sentido filogenético
y ontogenético; filogenéticamente el hombre ha llegado a ser tal en un prolongado
lapso de tiempo, y tanto más se humaniza cuanto más se aproxima culturalmente a la
plenitud humana. Ontogenéticamente, el, cada biografía individual, se verifica un
proceso similar al de la especie, proceso que aquilata y bruñe más su identidad
ontológica; tienen cabida aquí los procesos de aculturación y similares, tan estudiados
hoy por la antropología cultural. La mente humana ha evolucionado en sus bases
biológicas y en su configuración cultural, circunstancias que ha tenido presentes la
teoría educativa para acomodar la educación al lugar y tiempo actuales. En los
momentos históricos contemporáneos la humanización es más ardua, pero más rica y
amplia, porque nos fijamos metas más ambiciosas y disponernos de técnicas más
eficaces. La hominización, como evolución filogenética, no ha terminado aún, pues
los biólogos comprueban el desarrollo constante del cerebro humano y la inmadurez
-grande aún, del cerebro interno, al que corresponden las funciones emocionales e
instintivas. La hominización es un proceso de la naturaleza, y la educación sólo puede
influir sobre ella de forma indirecta, a través de la estimulación ambiental que
demanda aceleración y adaptación al sistema nervioso para relacionarse con el medio.
La humanización, sin embargo, es tarea educativa, y constituye la antropogénesis de
cada individuo, sujeto indiscutible de educación.
Desde otra perspectiva, el proceso educativo es el esfuerzo diario por adquirir mayor
autonomía y responsabilidad, a la vez que una realización más acabada de la persona.

Educación Dinámica

Actualmente, la educación ha cambiado, dando pasos gigantes que


proporcionan a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos sistemas de
aprendizaje más dinámicos, divertidos e interactivos, presenciales,
semipresenciales o virtuales que facilitan el conocimiento.

La Internet ha facilitado este nuevo tipo educativo, poniendo a la mano de


todos tendencias poco desarrolladas en el pasado, asimismo, las nuevas
tecnologías de audio y video nos han permitido contar con sistemas que antes
sólo estaban en la imaginación de Georges Méliès o Julio Verne.

Aprendizaje dinámico

El aprendizaje dinámico es un aprendizaje caracterizado por cambios constantes,


actividad y progreso; donde el aprendizaje vive, crece, se conecta y se extiende más
allá de los límites de la clase, más allá de la ubicación física, más allá del uso de
herramientas como sustitutos digitales e incluso más allá de las fechas de
vencimiento.

Pedagogía axiológica

La pedagogía axiológica se refiere a la reflexión sistemática metódica y


ordenada del hecho de educar los valores morales a una nueva generación. Si
nos vamos un poco más atrás la axiología es aquella ciencia que se encarga de
estudiar los valores, con énfasis en los ya nombrados valores morales. La
palabra axiología etimológicamente se define como "La teoría del valor" de
"axios" que significa valor y "logo" que significa teoría o estudio. Trabajando
y enseñando muchísimo la antropología cultural ya que esos valores están
basados en las culturas de cada sociedad.

La Filosofía de los Valores

El término "valor" se emplea en distintos espacios semánticos, quizá el más


frecuente en nuestra sociedad sea el económico, para referirse al precio de una
mercancía. Pero también se usa en otros contextos: el valor de una obra de
arte o el valor en sentido moral que es el que no ocupa desde un punto de vista
filosófico.

Historia.
1. El concepto de valor aparece ya en muchas doctrinas filosóficas desde la
antigüedad. Fue muy común en la antigüedad equiparar “ser” con “valor”, el
ser verdadero con el valor. Para Platón, por ejemplo, el verdadero ser: las
Ideas poseen la máxima dignidad y son por ello valiosas.
2. Como “teoría de los valores” tiene sus orígenes en Nietzsche cuando habló
de
“valores” y de “inversión de todos los valores”.
3. La “teoría de los valores” como disciplina filosófica relativamente
autónoma
surgió en los siglos XIX y XX con autores como Brentano, Lessing, etc.
Siguiendo esta
línea destacan por su influencia M. Scheler (1874-1928) y N. Hartmann
(1842-1906). Concepto. M. Scheler distingue las diversas teorías de los
valores:

1ª Teoría platónica del valor: el valor es algo absolutamente independiente de


las cosas en el cual las cosas valiosas están fundadas. Los valores son
entidades ideales, existentes, perfecciones absolutas.

2ª Nominalismo de los valores: el valor es relativo al hombre, se funda en la


subjetividad, en el agrado o desagrado, en el deseo o la repugnancia. Los
valores consisten en el hecho de causar agrado, deseo, etc.

3ª Teoría de la apreciación: niega como el nominalismo la independencia de


los valores pero a diferencia de éste afirma que el valor radica en la
apreciación subjetiva de algo como valioso.

4ª M. Scheler: para este filósofo los valores son aprehendidos por una
intuición emotiva -que nada tiene que ver con el intelecto- que nada tiene que
ver con las preferencias o la apreciación subjetiva.
Frente a Kant, Scheler afirma la primacía del valor sobre el deber. Para
Scheler el hombre se halla rodeado por un cosmos de valores que no produce
sino que tiene que reconocer y descubrir.

Estos valores se caracterizan por:


a) El valor es un nuevo tipo de ser: no es el ser real, ni el ser ideal, sino el ser
valioso.
b) Los valores son objetivos: no dependen de las preferencias individuales
sino que mantienen su valor más allá de toda apreciación.
c) Los valores no son independientes de las cosas que son, hacen referencia al
ser pero no se confunden con él.
d) Los valores se presentan siempre frente a un desvalor o aspecto negativo:
belleza - fealdad.
e) Son totalmente independientes de la cantidad, por eso no pueden
establecerse relaciones cuantitativas entre actos valiosos.
d) Puede establecerse una jerarquía entre los valores: de lo agradable, de lo
bello, de lo justo y de lo religioso (Scheler).

La educación en valores

El concepto de la educación en valores es muy amplio, pero en términos generales se


refiere al conjunto de estrategias y de dinámicas de relaciones que tienen como
objetivo formar en civismo y en modelos de convivencia basados en el respeto, la
empatía y la igualdad.
Eso significa que va mucho más allá de la enseñanza de materias relacionadas con el
funcionamiento de la naturaleza y de las sociedades. Si estas primeras materias nos
hablan sobre el "qué" y sobre el "cómo", la educación en valores nos habla sobre el
"para qué".
Como la educación en valores está relacionada con la escala ética y los valores que
sirven para ordenar las prioridades, también influye sobre el modo en el que las
personas se fijan objetivos que alcanzar mediante los conocimientos que aprenden en
el resto de materias
Temas tratados desde la educación en valores
Esta forma de educación tiene abiertos diversos frentes sobre los que se intentará que
los estudiantes (o, más bien, aprendices) reflexionen y debatan. Estos son los
principales:

Igualdad y desigualdad
La idea de que todos los seres humanos son iguales es fundamental para desarrollar
sistemas morales inclusivos. Sin embargo, no siempre es fácil saber qué
implicaciones prácticas tiene ese principio moral. En la educación en valores se invita
a pensar acerca de lo que significa la igualdad y sobre qué tipos de comportamientos
atentan contra ella.

La idea de que todos los seres humanos son iguales no solo es uno de los
fundamentos de la democracia, sino que además hace posible la adecuación social y
el cumplimiento de normas de convivencia.

La empatía
Aunque pueda parecerlo en un principio, educar en valores no consiste en enseñar
cuáles son las leyes y las costumbres por las que se rige la sociedad: alguien con
fuertes rasgos psicopáticos también sería capaz de hacer eso. Educar en valores
consiste, entre otras cosas, de asumir una escala ética en la que el compromiso con la
sociedad y la empatía ayudan a definir los objetivos de nuestras acciones.

El hecho de ponerse en el lugar del otro tanto cognitiva como emocionalmente mejora
la capacidad para gestionar conflictos y comprender puntos de vista distintos.

Los círculos éticos


Desde la educación en valores se reflexiona también acerca de cuál es la amplitud de
nuestros círculos éticos, es decir, aquellos colectivos que incluyen a individuos,
grupos y elementos que deben ser protegidos especialmente.
El respeto hacia los animales también es un tema que se aborda desde aquí, y puede
servir para generar reflexiones sobre los derechos de las formas de vida no humanas.

La preservación del medio ambiente


El medio ambiente no solo es un conjunto de recursos, también es nuestro hábitat, y
necesita protección conjunta. Es por eso que la relación que se tiene con la naturaleza
es fundamental en la educación en valores; por un lado, anima a pensar en un
problema que debe ser abordado conjuntamente y que por eso depende de un
compromiso cívico y conjunto, y por el otro permite desarrollar una sensibilidad
hacia problemas que van mucho más allá de uno mismo e incluso más allá de las
personas que uno conoce y aprecia.

La detección de las necesidades especiales


Saber detectar situaciones personales o colectivas en las que se está en desventaja es
fundamental para desarrollar sensibilidad hacia cierto tipo de reivindicaciones que
para nosotros no tendrían demasiada importancia al no estar directamente afectados.
Es el caso de las necesidades de minorías étnicas o de homosexuales discriminados
por la ley y por el trato.
La educación en valores no es simplemente una asignatura concreta que deba
impartirse en centros educativos; debe ser transversal y afectar a la manera de hacer
no solo de todo el profesorado en su conjunto, sino también al modo en el que actúa
toda la institución educativa, los padres, madres y tutores y, en general, la comunidad.
Al ser algo que se interioriza con la práctica, no existe una división entre lo que
ocurre dentro de las aulas y lo que pasa fuera de ellas. La educación en valores es
un concepto amplio y complejo, que exige la implicación tanto de los maestros y la
comunidad educativa como, muy especialmente, de los padres y también de la
sociedad en general.
Educar en valores significa extender el alcance de la educación de manera que no se
limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y temarios,
planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo, con objetivo final
de formar ciudadanos responsables.
A través de la educación valores se intenta potenciar y afianzar una cultura y una
forma de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás, la inclusión y las ideas
democráticas y solidarias.
En el entorno actual, caracterizado por la complejidad social y la globalización
económica y cultura, educar en valores se perfila como una cuestión
imprescindible para formar ciudadanos que sean capaces de asumir los nuevos retos y
comprometerse activamente, jugando un papel activo y eficaz en la construcción de
un mundo mucho más justo, inclusivo, equitativo e intercultural.

¿Cómo articula la educación en valores?


Para que no se quede en una propuesta de buenas intenciones, ni en un elemento
residual que se trate de vez en cuando en clase, es necesario planificar la educación
en valores con criterios serios, formales y objetivos.
Una posible organización puede ser tomarse la educación moral y cívica como el eje
principal sobre la cual giren una serie de temas muy diversos de una forma
transversal. Algunas de estas cuestiones serían:
 La igualdad de oportunidades con independencia del sexo, raza, clase social,
origen, cultura, nacionalidad, religión, etc.
 Valorar con espíritu crítico los valores imperantes en nuestra sociedad:
costumbres, hábitos de consumo, productos culturales, etc.
 Conocimiento y análisis de los mecanismos que rigen nuestra sociedad.
 Ensalzar los valores igualitarios.
 Rechazar actitudes discriminatorias.
 Enseñar pautas de respeto al medio ambiente por parte de las comunidades y
de los individuos.
 Resaltar la importancia del desarrollo sostenible en los ámbitos económicos,
sociales y culturales de la vida del ser humano.
 Potenciar el disfrute en los entornos naturales.
 Promover la salud como un valor fundamental y un recurso básico para el
desarrollo personal y social.
 Estimular la adquisición de actitudes y hábitos de conducta saludables.
 Eliminar o reducir al máximo aquellos comportamientos que conllevan
un riesgo para la salud.
 Trabajar la educación para la salud desde una perspectiva dinámica, personal
y colectiva.
 Conocer las características y comportamientos humanos en lo que a
la sexualidad se refiere.
 Llevar a cabo programas de educación efectivos en el aula y
hacerlos tolerantes con respecto a la sexualidad de los demás.
 Hacer conscientes al alumnado del riesgo que conllevan ciertas prácticas
sexuales sin tener en cuenta aspectos preventivos.
 Concienciar de la importancia que para la seguridad del ciudadano tiene
el respeto a las normas y señales de tráfico.
 Generar hábitos de comportamiento ante los accidentes de tráfico, así como
ser conocedores de las maniobras básicas de primeros auxilios.
 Crear habilidades en las decisiones relacionadas con el consumo.
 Fomentar el consumo lógico y responsable, valorando los efectos sobre el
medio ambiente.
 Tener conocimientos sobre los derechos y deberes del consumidor.
El principal valor de esta tipo de educación reside en su capacidad para actuar como
un instrumento que ayude a crear una sociedad mejor, compuesta por ciudadanos
críticos y responsables, dispuestos a comprometerse por una sociedad más justa e
igualitaria que apueste por la promoción de la salud, el medio ambiente, el consumo
racional y el desarrollo sostenible.
En cierto modo, es una educación basada en la filosofía de la moral: ayuda a que
reflexionemos sobre nuestras motivaciones y sobre lo apropiado de establecer metas
de una u otra forma, teniendo en cuenta el impacto que tendrá eso para uno mismo,
pero también para los demás.

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