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Componente Biofisico Fauna Anfibios y Reptiles Parque Ecologico Montana Entrenubes PDF
Componente Biofisico Fauna Anfibios y Reptiles Parque Ecologico Montana Entrenubes PDF
ENTRENUBES
TOMO I
COMPONENTE BIOFISICO
FAUNA-ANFIBIOS Y
REPTILES
CORPORACION SUNA HISCA
334
DEPARTAMENTO TECNICO ADMINISTRATIVO DEL MEDIO AMBIENTE CORPORACION SUNA HISCA
FAUNA-ANFIBIOS Y REPTILES
INTRODUCCIÓN
Los anfibios representan un grupo de interés, no solo por sus particularidades biológicas y
ecológicas, sino también por su marcada vulnerabilidad ante la transformación y degradación de los
ecosistemas que habitan. Los patrones reproductivos de los anfibios son variados y específicos, y en
la mayoría de los casos se encuentran estrechamente asociados a los ambientes naturales que ocupa
cada especie, siendo esta una de las principales causas de su fragilidad y vulnerabilidad. La
existencia de tal asociación entre los anfibios y sus hábitats naturales, junto con su sensibilidad a la
transformación, hace posible realizar interpretaciones encaminadas a establecer la calidad de los
hábitats; por ello, y debido a que pueden ser fácilmente incorporados en programas de monitoreo,
los anfibios pueden ser adoptados como excelentes BIOINDICADORES, una de las herramientas
más efectivas para detectar cambios en los ecosistemas como producto de la intervención humana.
Por otro lado, los anfibios y los reptiles son dos de los principales grupos de fauna que, a nivel
mundial, llaman la atención por la velocidad a la que se extinguen, lo cual ha sido interpretado,
nuevamente como consecuencia de los grande cambios operados por el hombre sobre su entorno
(Lynch & Renjifo,2001).
La acelerada reducción y alteración de los ecosistemas originales en Colombia, es un factor que está
afectando negativamente la diversidad y persistencia de los anfibios en el país (Acosta, 2000), lo
que justifica con sobradas razones la necesidad de inventariar especies de este grupo en áreas
protegidas o con potencialidad de uso especial como lo es el Parque Entrenubes.
El Parque Entrenubes, ubicado hacia la zona sur oriental de la ciudad de Bogotá, comprende
aproximadamente un rango altitudinal, desde los 2600 hasta los 3150 metros de altura sobre el
nivel del mar; el escenario paisajístico contiene áreas de bosque altoandino, páramo y matorral
nativo, que a través de los años ha venido sufriendo transformaciones como consecuencia de la
actividad antrópica. La cual, se ha basado principalmente en actividades agropecuarias,
construcción de vivienda y explotación minera.
Ya que esta transformación del ecosistema natural, no solo ha afectado la vegetación presente en el
parque sino que también está ejerciendo una presión sobre la fauna, en el presente estudio se realiza
un inventario de dos de los componentes faunísticos del parque Entrenubes, a saber los anfibios y
los reptiles, con comentarios acerca de sus requerimientos de hábitat. Aprovechando sus
características como bioindicadores, se analiza el efectos que está ejerciendo la intervención
antrópica, sobre el hábitat natural de estos dos grupos y se plantean las estrategias a seguir,
encaminadas a generar pautas que permitan crear un Plan de Manejo y Ordenamiento Territorial
para el parque Entrenubes, que contemple la conservación de estos animales.
12.1 OBJETIVOS
En el mundo la clase Amphibia está compuesta de tres ordenes vivientes, Anura, Caudata y
Gymnophiona, conocidas comúnmente cono ranas, salamandras y ciegas, respectivamente.
Superficialmente, las salamandras parecen lagartijas pequeñas (cola larga y dos pares de
extremidades), pero se diferencian de ellas por carecer de escamas y uñas. Las ciegas se parecen
más a las lombrices de tierra, aunque algunos campesinos piensan que son serpientes, estas tienen
cuerpos muy alargados y carecen de extremidades. Sus ojos están debajo de la piel, lo que da origen
a uno de sus nombres vulgares: ciegas. Las ranas y los sapos tienen las extremidades bien
desarrolladas (el par posterior es más desarrollado que el par anterior), carecen de cola y tienen un
cuerpo corto (Lynch & Renjifo, 2001).
La clase Reptilia está compuesta por cuatro ordenes vivientes, Chelonia o Testudinata (tortugas),
Crocodylia (caimanes y cocodrilos), Rhynchocephalia y el orden Squamata (lagartos y serpientes).
Las tortugas se caracterizan por tener un rostro corto, ojos y oídos prominentes; carecen de dientes,
sus mandíbulas están cubiertas por una funda córnea, el cuerpo está dentro de un caparazón de
hueso, la cola es pequeña con relación al tamaño del cuerpo y el cuello es lago. Los machos tienen
un pene como órgano copulador. Los cocodrilos presentan un rostro largo, ojos y oídos
prominentes, dientes en alvéolos, cola larga y miembros robustos con palmeadura en los dedos
pediales. Al igual que en las tortugas, los machos tienen un pene. En las serpientes y lagartijas
existe mucha variación, pero presentan dientes sin alvéolos y los machos tienen un hemipene a cada
lado en la base de la cola. Las serpientes carecen de miembros, oídos y párpados, mientras que la
mayoría de las lagartijas presentan párpados. (Lynch & Renjifo, 2001).
Como se mencionó anteriormente, los anfibios y los reptiles, poseen particularidades a nivel
biológico y ecológico que los hacen susceptibles a transformaciones en el ambiente natural,
convirtiéndolos en buenos indicadores del estado de los ecosistemas naturales. Información que a su
vez, puede ser incorporada en programas de monitoreo y formulación de planes de manejo. A
continuación se presentan algunas de dichas particularidades:
Los anfibios, por ejemplo, además de tener una piel húmeda y permeable al agua, para su
reproducción requieren también de un ambiente húmedo para el desarrollo de sus larvas y/o
embriones. La gran mayoría de las ranas y sapos están íntimamente ligadas a las fuentes de agua ya
que tienen larvas acuáticas (renacuajos), (Lynch & Renjifo, 2001).
Esta dependencia de los anfibios a las fuentes de agua, hace que el factor limitante en la distribución
de este grupo sea precisamente, el agua. De tal manera que requieren un ambiente con una alta
humedad relativa y fuentes de agua disponibles. Además para la persistencia de estos animales en
los lugares que cumplan con las dos características mencionadas, dichas fuentes de agua deben
cumplir con ciertos requerimientos específicos para cada especie, entre las que se incluyen, el
poseer o no corriente, ser río, quebrada, charco o pantano y el grado de contaminación, ya que por
tener piel permeable al agua, los anfibios no toleran altos niveles de ésta y es una de la principales
causas de su desaparición.
En contraste con los anfibios, los reptiles tienen una serie de adaptaciones que les han permitido
vivir en zonas secas o desérticas. Entre estas se encuentran: la piel impermeable cubierta de
escamas y desprovista de glándulas mucosas, y el huevo amniótico, frecuentemente envuelto por
una cáscara, con desarrollo embrionario carente de larvas acuáticas, lo que los libera de tener que
volver a las fuentes de agua a depositar sus huevos (Lynch & Renjifo, 2001).
A través de la historia, los reptiles han sido objeto de otro impacto antrópico, además del generado
por la destrucción del hábitat natural. Este tiene que ver con el hecho de que son uno de los grupos
animales que más temor causa al común de la gente. Las serpientes, por ejemplo, son consideradas
como animales muy peligrosos que pueden producir la muerte, razón por la que la mayoría de las
personas que habitan lugares donde estas se pueden encontrar, las matan cada vez que se las
encuentran. El impacto producido por el temor generalizado hacia los reptiles, también ha sido un
componente importante en la disminución de las poblaciones de estos animales en los lugares a
donde ha llega el hombre.
Tanto para anfibios como para reptiles, un patrón ecológico observado reiteradamente es la
disminución del número de especies en hábitats cuyas características físicas y climáticas son
particularmente severas, tales como desiertos, cima de montañas o grandes latitudes.
Con respecto al alimento las montañas altas ofrecen, en general y bajo condiciones comparables de
humedad, menos recursos que las zonas más bajas y con diferencias apreciables según el cinturón
altitudinal, como consecuencia de la menor biomasa de las plantas fuente de alimento. Las
condiciones climáticas en general, también son menos favorables para los organismos de las
montañas altas si se comparan con las condiciones de tierras más bajas y la vegetación presenta
menos porte, aumentando junto con la altitud, las zonas de suelo desnudo.
En los ecosistemas altoandinos que rodean el parque, a saber los Cerros Orientales, el Macizo de
Sumapaz y la Sabana de Bogotá, se han llevado a cabo inventarios que han contribuido al
conocimiento de los anfibios y reptiles de alta montaña, entre los más importantes se encuentran los
de Hoyos (1991), Sturm (1994) y Lynch & Renjifo (2001). Adicionalmente, Castaño, et al (2000) y
Ardila & Acosta (2000), presentan una recopilación de los reptiles y anfibios registrados en
diferentes regiones de Colombia, incluyendo los cerros de Monserrate y Guadalupe, Usme y el
páramo de Sumapaz. Estos estudios han arrojado los siguientes resultados en cuanto a composición
de especies:
• Usme
En esta localidad Castaño, et al (2000) y Ardila & Acosta (2000), reportan registros de la siguiente
especies (Tabla. 1)
Grupo Especie
Salamandra Bolitoglossa adspersa
Colostethus subpunctatus
Rana Hyla. Labialis
Eleutherodactylus nervicus
Anadia bogotensis
Lagartija
Proctoporus striatus
Tabla 1. Anfibios y reptiles reportados en la localidad de Usme
Castaño, et al (2000) y Ardila & Acosta (2000)
• Cerros Orientales
Hoyos (1991) reporta 8 especies de anfibios y 4 de reptiles para el Parque Nacional Natural
Chingaza, los cuales se listan en la Tabla 2.
Grupo Especie
• En Monserrate
En el caso del cerro de Guadalupe, Castaño, et al (2000) registran solamente dos especies de
lagartijas, Anadia bogotensis y Proctoporus striatus, mientras que Ardila & Acosta (2000) no
reportan registros de anfibios para el lugar.
• Macizo de Sumapaz
En esta región, los registros de reptiles de Castaño, et al (2000) y los de anfibios de Ardila &
Acosta (2000), son los que se muestran en la Tabla 4.
Grupo Especie
Culebra Liophis bimaculatus
Lagartija Stenocercus. trachycephalus
Colostethus subpunctatus
Hyla bogotensis
Rana Hyla labialis
Eleutherodactylus elegans
Tabla 4. Anfibios y reptiles registrados en el Macizo de Sumapaz.
Castaño, et al (2000) y Ardila & Acosta (2000).
Lynch & Renjifo (2001) realizan una guía de anfibios y reptiles de Bogotá y sus alrededores, en
donde incluyen todas las especies conocidas de los páramos circundantes a la Sabana de Bogotá y
las de alturas más bajas, hasta los 2100 m.s.n.m, correspondiente a la altitud de la Laguna de Pedro
Palo. Listan 1 especie de caecilia, 3 de salamandras, 25 de ranas, 6 de lagartijas y 4 de culebras,
como se muestra en la Tabla 5., para un total de 29 especies de anfibios y 10 de reptiles.
Rango altitudinal de
Grupo Especie
distribución
Caecilias (culebras ciegas) Caecilia degenerata* 2300
Bolitoglossa adspersa ↑ 3000
Salamandras Bolitoglossa capitana 2000-2800
Bolitoglossa sp. (indescrita) 2000-2900
Ranas Atelopus c. 3000
Atelopus farci* 2900
Atelopus muisca 2000-2900
Con asterisco se señalan aquellas especies que se distribuyen en rangos altitudinales más bajos que
el ocupado por el Parque Entrenubes.Ya que estos ecosistemas rodean el parque es posible que
muestren de alguna forma lo que podría ser la fauna de este, por la posible asociación que pudo
existir o existe, entre dichos ecosistemas y el Parque
El Parque Entrenubes es un área de reserva que cuenta con un área de 627 ha, distribuidas desde los
2600 m hasta los 3150 m de altura sobre el nivel del mar, se encuentra ubicada junto a los cerros
surorientales de Bogotá, D.C., en las localidades de San Cristóbal, Usme y Rafael Uribe,
comprendiendo los cerros Guacamayas, Juan Rey y Gavilán. En el parque se presenta una
temperatura media anual de 12.3° C y precipitaciones de 800 mm al nor-occidente y de 1200 mm al
sur-oriente; diferencia debida a la orografía y a la influencia de los vientos generando un clima frío-
húmedo al sur oriente y frío-semihúmedo al noroccidente del Parque (Alcaldía Mayor de Bogotá &
DAMA 2001, IGAC 2003).
Cada uno de los cerros que comprende el parque, presenta un grado de intervención diferente,
reflejado en la vegetación que predomina en cada parche, la cual, de no presentarse procesos de
alteración antrópica tan avanzados correspondería a bosque andino bajo (entre los 2600 y 2800 m) y
alto (entre los 2800 y 3300 m), según Van der Hammen (2001) y más específicamente a un
encenillal, según Salamanca & Camargo (2000).
Sin embargo, la cobertura vegetal natural, sí ha sido alterada por un largo historial de uso de la
tierra, que ha incluido el uso agropecuario, para construcción de vivienda, implantación de chircales
y en los últimos años la creación de ladrilleras. En el paisaje actual, más de la mitad del área está
dedicada a pastizales, cultivos, construcciones y canteras, el bosque primario ha desaparecido por
completo y solo quedan algunos pequeños parches de bosque secundario, lo que ha repercutido en
la disminución de los caudales de las quebradas y en la casi desaparición de tres de ellas, Curí,
Palestina y Quebrada Seca, de las cuales las dos primeras se forman en época de lluvias. La
deforestación, las actividades agropecuarias y la extracción de materiales para construcción han
determinado el deterioro del suelo, que en muchas partes ha sido retirado por completo o se
presenta como una capa muy delgada debido a procesos de erosión superficial.
Esta intervención antrópica ha dado como resultado una cobertura vegetal, principalmente de
pastizales, en el cerro Guacamayas; pastizales, helechales, matorrales nativos, parches de
vegetación de subpáramo, pequeñas áreas de cultivos y algunas plantaciones de especies exóticas
como eucaliptos, en el cerro Juan Rey y una plantación de eucalipto bastante extensa, acompañada
de matorrales nativos y relictos de bosque andino intervenido, en el Cerro El Gavilán. Lo que
constituye la cobertura actual del Parque Entrenubes en un mosaico de vegetación.
Se realizaron muestreos diurnos y nocturnos durante ocho días en los Cerros Juan Rey y Gavilán,
cómo se observa en la Tabla 6.
Tabla 6. Distribución de los días y jornadas de muestreo para los Cerros Juan Rey y Gavilán.
CERRO FECHA JORNADA
Juan Rey 15-05-03 Diurna
17-05-03 Nocturna
21-05-03 Nocturna
En cada uno de los cerros, a lo largo de los días de muestreo se revisaron los siguientes hábitats
predominantes en el Parque:
• Bosque nativo alto (Ba)
• Bosque nativo bajo (Bb)
• Matorrales Bajos (Mb)
• Matorrales altos (Ma)
• Helechales (H)
• Bosques de Eucalipto (F)
• Vegetación de subpárqamo (Vp)
• Chuscal (Ch)
• Pastizal limpio (Pl)
• Pastizal con matorral (Pa)
• Cultivos (Cl)
En cada uno de estos ambientes, además de revisar la vegetación característica del lugar, se
revisaron microhábitats, como rocas y troncos caídos.
Por último se realizaron muestreos en las fuentes de agua naturales del parque asociadas a alguno de
los hábitats anteriormente mencionados, como quebradas, entre estas, la Quebrada Yomasa en el
Cerro Gavilán, La Hoya del Ramo en Juan Rey; como caños y charcos naturales presentes en los
alrededores de ambos cerros.
En las Tabla 7 y 8, se indican los recorridos realizados en cada jornada de muestreo, junto con los
hábitats (tipos de vegetación) muestreados en cada uno. En los mapas 1 y 2 se muestran las rutas de
muestreo seguidas para el Cerro Juan Rey y Gavilán, respectivamente.
Tipos de vegetación
Cerro Jornada Recorridos de muestreo Observaciones
muestreados
Hoya del Ramo, subiendo de la casa Ma, Pl, Pa, Bb, Vp, ZH
15-05-03 de Don Jorge y hacia Quebrada seca,
Diurna hasta llegar al eucaliptal (Ruta 1)
Parte alta de la Hoya del Ramo yendo ZMa, Pa, Pl, Vp, ZH, ZF, F También se revisó un
23-05-03 hacia Quebrada Seca. Luego por todo pequeño pozo de agua
Diurna el cauce de Quebrada seca hacia ubicado entre quebrada
Mañana abajo, hasta una altura paralela a la seca a la altura de la casa de
casa de Don Jorge. (Ruta 5) Don Jorge y la casa.
Camino hacia “la laguna”, hasta Se revisó la laguna y otro
llegar a la laguna Mb, Vp, Pl pozo de agua más o menos
23-05-03 grande antes de llegar a
Diurna Tarde ella.
Ladera de la montaña que da a la Pa, Ma, ZH
parte trasera de la casa de Don Jorge,
bajando hacia un caño de agua que
sale al camino principal. Luego se
23-05-03 rodeo la montaña hacia arriba hasta
Nocturna salir nuevamente a la Hoya del
Ramo. (Ruta 6)
Bb: Bosque nativo bajo, ZMa: Misceláneo de Matorral alto, Ma: Matorral alto, Mb: Matorral bajo,
Vp:Vegetación de subpármo, ZF: Miasceláneo de Eucaliptal, F: bosque de Eucalipto ZH: Misceláneo de
Helechal, H: Helechales, Pl: Pastizal limpio, : Pastizal con matorral.
Tipos de vegetación
Cerro Jornada Recorridos de muestreo Observaciones
muestreados
Por toda la cuchilla del Gavilán, el También se revisó un sector
parche de bosque nativo alto en la de la Quebrada Yomasa,
16-05-03 cuenca de la Quebrada Yomasa y el ubicado entre el bosque y
Vp, Ba, Ch, Pa
Diurna matorral alto adyacente al pequeño un cauce seco, que
eucaliptal, cruzando la quebrada a la anteriormente era un
altura del bosque. (Ruta 1) pantano.
En el Agroparque se
revisaron cuatro charcos
Desde la casa de Doña Ana María,
naturales.
por el Agroparque y subiendo a la
28-05-03 Se revisó nuevamente un
cuchilla el Gavilán para encontrar el Pl, Ct, Ba
Nocturna sector de la quebrada de
parche de bosque. Por el bosque
más o menos 10 m desde el
hasta llegar a la Yomasa (Ruta 2)
lugar a donde se sale yendo
por el bosque
GAVILAN
Tabla 8. Recorridos realizados por la cuchilla de Gavilán, indicando los hábitats (tipos de vegetación) muestreados.
Ba: Bosque nativo alto, Bb: Bosque nativo bajo, ZMa: Misceláneo de Matorral alto, Ma: Matorral alto, ZMb:
Misceláneo de matorral bajo, Mb: Matorral bajo, Vp: Vegetación de subpármo, ZF: Miasceláneo de Eucaliptal,
F: bosque de Eucalipto, Ch: Chuscal, ZH: Misceláneo de Helechal, H: Helechales,
Pl: Pastizal limpio, Pa: Pastizal con matorral, Ct: Cultivos.
Los ejemplares fueron colectados a mano, revisando la vegetación y el suelo; escudriñando debajo
de rocas y troncos caídos; y además, en la noche, siguiendo las vocalizaciones de los machos (para
ranas). Luego se introdujeron en bolsas de tela junto con vegetación de la zona (hojas, ramas
pequeñas, pasto o musgo) con el fin de mantener la humedad, evitando el desecamiento y asfixia de
los individuos.
Las quebradas, caños y charcos, se revisaron con la ayuda de redes para renacuajos, los cuales,
posteriormente se introdujeron en frascos plásticos llenos de formol al 10%, etiquetado con la fecha
y lugar de colección, procedimiento necesario para una posterior clasificación bajo el estereoscopio.
Posteriormente los ejemplares fueron fotografiados y devueltos a su lugar de origen, debido a que la
colección del Instituto de Ciencias Naturales ya posee una colección lo suficientemente referenciada
de estos y no era necesario sacrificarlos.
12.5 RESULTADOS
hacen parte de dos de los cuatro grupos de reptiles, correspondientes a un único orden (Squamata),
en este caso, cuatro especies de lagartijas (suborden Sauria), de las familias Polychrotidae, Teiidae
y Tropiduridae, y una especie de culebra (Suborden Serpentes) de la familia Colubridae. (Tabla 9.)
5
Númer de especies
4
3 Anfibios
2 Reptiles
0
s
as
es
os
s
lia
ja
ga
dr
ril
nt
an
rti
ci
rtu
od
ie
an
ga
R
ae
rp
To
oc
m
La
C
Se
la
C
Sa
Anadia bogotensis
Lagartijas Proctoporus striatus
Stenocercus trachyvephalus
Squamata – Serpentes Culebra Atractus crassicaudatus
Realizando una comparación de la riqueza de la herpetofauna del Parque Entrenubes, con respecto a
los ecosistemas altoandinos asociados, se obtienen los resultados registrados en la Tabla 10.
No de especies
Lugar No de especies compartidas con el Porcentaje de Similitud
Parque
Parque Entrenubes 9
Cerros Monserrate y Guadalupe 7 7 100%
Usme 6 4 66.6 %
Chingaza 12 7 58.3%
Sumapaz 6 3 50%
Sabana de Bogotá y alrededores 39 9 23.1%
Tabla 10. Comparación de la riqueza de anfibios y reptiles del Parque Entrenubes
con algunos ecosistemas altoandinos asociados al Parque.
11.5.1 ANFIBIOS
• Familia Leptodactylidae
√ Distribución en el Parque: Esta especie de rana es una de las más comunes en el área del
Parque Entrenubes, tanto por su distribución como por la alta densidad de individuos,
encontrándose tanto en el cerro Juan Rey como en Gavilán.
√ Reconocimiento: Es una especie pequeña (18-32mm LRC1), que en general presenta una
coloración dorsal café rojizo, con un patrón de manchas o líneas, muy variable entre los
individuos. Las superficies ocultas de los miembros posteriores tienen una tonalidad rojiza y
la superficie posterior de los muslos no presenta manchas pálidas. (Foto 1.)
1
LRC: Sigla que significa longitud rostro-cloaca, es decir, la longitud desde la punta de la cabeza hasta la cloaca.
Foto No.1. Eleutherodactylus bogotensis. Liberada. Cerro Juan Rey. (Foto. Ligia Benavides)
√ Hábitat: Fue colectada y registrada por vocalización en matorrales altos (Ma) y pastizales con
matorral (Pa), en ambos cerros. En el caso del cerro Gavilán, también se escucharon unas
pocas vocalizaciones en Bosque nativo alto (Ba).
√ Microhábitat: Es una especie de hábitos nocturnos. En el día se halla bajo piedras o troncos
caídos principalmente y en la noche, se encuentra sobre hojas de arbustos a pocos metros del
suelo, o en el suelo sobre musgo o pasto.
• Familia Hylidae
√ Distribución en el Parque: Presente en los dos cerros, siendo la segunda especie más común
del parque, debido a la alta densidad de individuos en charcas y pastizales inundados.
Foto 2. Hyla labialis. Liberada. Cerro Juan Rey. Patrón de coloración verde con manchas cafés (Foto. Ligia
Benavides)
La especie presenta una variación altitudinal con respecto al tamaño, los ejemplares de la Sabana y
los sitios mas bajos son pequeños (hasta 50mm LRC), mientras que los ejemplares que habitan
lugares más altos, como los páramos a oriente de Bogotá y también el Parque Entrenubes pueden
llegar a crecer hasta 70mm LRC, alcanzando lo que serían tamaños medianos para esta especie.
√ Hábitat: En el Cerro Juan Rey fue encontrada en pastizales limpios (Pl) inundados, en un caño
asociado a misceláneo de matorral alto (ZMa) por la Hoya del Ramo y en charcos naturales,
como el conocido por los lugareños como la Laguna. En el Cerro Gavilán, esta es una especie
muy común en los charcos naturales, cercanos a los cultivos de arveja, en el sector aledaño al
cerro.
Foto 3. Hyla labialis. Liberada. Cerro Juan Rey. Patrón de coloración café con franjas verdes. (Foto. Ligia
Benavides)
√ Reconocimiento: Dorsalmente son de color verde pálido o café con puntos de color negro o
café. Los adultos crecen hasta 58mm LRC, tienen una piel lisa, sin pliegues, carecen de
tímpano y tienen membranas entre los dedos manuales y pediales.
√ Hábitat: En el parque se pudo establecer la presencia de esta especie gracias a su canto (un
silbido), ya que no se pudo colectar ningún individuo por la dificultad de localizar el lugar
exacto de vocalización de los pocos machos que cantaban en las noches. El canto de esta
especie se escuchaba en pastizales cercanos a matorral bajo (Pa) y por lo general simultáneo o
alternado con el canto Eleutherodactylus bogotensis.
• Familia Plethodontidae
√ Reconocimiento: Esta especie de salamandra posee un patrón de coloración, negro con líneas
longitudinales cortas de color anaranjado o rojizo. Crecen hasta 69mm LRC con una cola de la
misma longitud del cuerpo y los dedos de sus manos y pies son libres, no se encuentran
incluidos en la palmeadura (Foto 4.)
√ Hábitat: Dentro del parque la especie fue registrada en los sectores de vegetación
propia de subpáramo (Vp), en lo que se denominó en la Caracterización vegetal hecha para
el parque, como paramillos.
12.5.2 REPTILES
• Familia Polychrotidae
2
Necromasa: es el nombre que se le da al conjunto de hojas muertas de lo frailejones, ubicado debajo de las
hojas vivas.
√ Reconocimiento: El color del cuerpo es muy variable, por lo general son verde oliva, pero
pueden presentarse también individuos con varias tonalidades de verde mezcladas con ocre,
vinotinto y café oscuro (Fotos 5 y 6).
Foto 5. Phenacosaurus heterodermus. Liberado Cerro Juan Rey. Patrón de coloración verde(Foto. Ligia Benavides).
Foto 6. Phenacosaurus heterodermus. Liberado. Cerro El Gavilán. Patrón de coloración, con varias tonalidades
de verde mezcladas con ocre, vinotinto y café. (Foto. Ligia Benavides)
Esta especie tiene el cuerpo comprimido lateralmente y es el único con cola prensil entre los
lagartos del Parque. El tamaño de los individuos adultos puede llegar hasta los 86mm LRC, con la
cola igual o ligeramente más larga que el cuerpo.
√ Hábitat: Esta lagartija se encontró asociada a hábitats de matorral, en el cerro Juan rey en
matorrales altos (Ma) y en Gavilán en matorrales bajos y en helechales (H) asociados a
matorral.
√ Microhábitat: Es una especie arborícola, muy frecuente en arbustos de mora, bastante común
en el parque y en arbustos de otras especies, por lo general no más altos de 2 m. En estos se
posa para calentarse durante el día con los rayos del sol y también es posible encontrarlos en
las ramas de los arbustos en la noche, mientras duermen.
• Familia Teiidae
√ Distribución en Colombia: Esta especie es común en los cerros de Bogotá, Patios, la Calera,
Chingaza, en las lomas de Suba, Mondoñedo y el Tablazo. Puede encontrarse hasta en los
páramos a 3750 m.s.n.m.
√ Distribución en el Parque: En el parque Entrenubes es una especie más o menos común, que
se puede encontrar en ambos cerros, en los lugares donde hayan rocas sin importar el tipo de
vegetación.
√ Reconocimiento: Es una lagartija de tamaño medio, entre los 5 y 10 cm, con una cola casi del
mismo largo que el cuerpo; de color café grisáceo o gris pizarra dorsalmente y ventralmente
azul grisáceo. El cuerpo es alargado de forma cilíndrica, la cola gruesa y los miembros
relativamente cortos.
√ Hábitat: En el Cerro Juan Rey los individuos fueron colectados en Pastizales con matorral
(Pa) y en el Gavilán en vegetación de subpáramo (Vp) y en matorrales altos (Ma)
√ Distribución en Colombia: Esta especie se conoce desde los 1800 hasta los 3200 m.s.n.m, en
las tres cordilleras colombianas. Es una especie común en los cerros que rodean la sabana de
Bogotá.
√ Reconocimiento: El cuerpo es cilíndrico, de color café rojizo dorsalmente, con franjas más
claras en los flancos. Ventralmente es de color crema amarillento en juveniles y en adultos de
color café oscuro, casi negro. Puede alcanzar los 70mm LRC con una cola casi igual de larga
que el cuerpo.
• Familia Tropiduridae
√ Microháitat: Es una especie diurna, de gran rapidez y de hábitos terrestres. Habita en cercos
de piedras, en troncos caídos en los potreros y entre las hojas muertas y secas de frailejones,
este último, microhábitat en el que fue encontrado en el Cerro Gavilán
• Familia Colubridae
¾ Atractus crassicaudatus
√ Distribución en Colombia: Esta es una especie de culebra no venenosa, como todas las que
posiblemente se encuentran en el área, que habita las tierras altas (2000 a los 3200 m.s.n.m.)
de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, siendo muy común en los barrios de Bogotá.
√ Distribución en el Parque: Dentro del parque se registró en el Cerro Juan rey, mientras que
no se encontró en Gavilán.
Foto 8. Atractus crassicaudatus. Liberada Cerro Juan Rey. (Foto. Ligia Benavides)
√ Hábitat: Esta especie fue colectada debajo de piedras en pastizales con matorral (Ma), y
matorrales bajos (Mb).
Por último se puede ver en la gráfica que en el Cerro El Gavilán, se encontraron especies en dos
hábitats en los cuales no se encontraron especies en el Cerro Juan Rey, estos son, helechales y
Vegetación de subpáramo. En la Tabla 10. se relaciona las especies encontradas con el lugar, hábitat
(tipo de vegetación) y microhábitat donde se colectaron.
.
5
Número de especies
3 Juan Rey
El Gavilán
2
0
Ba Bb Ch Ct F ZF ZH ZMb ZMa H Mb Pl Ma Vp Pa
Hábitat muestreado
Figura 2. Número de especies colectadas en cada hábitat muestreado, para cada uno de los cerros
En cuanto a la fauna anfibia encontrada, puede decirse que fue muy similar en los dos cerros, con
una única diferencia, correspondiente a una especie de salamandra (Bolitoglossa adspersa) que se
registró en el cerro Gavilán pero no en Juan Rey (Figura 3.).
Número de individuos
10
8
Juan Rey
colectados
6
Gavilán
ASESORIA TECNICA AGROAMBIENTAL PARA LA 4 APROPIACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DEL PARQUE ECOLOGICO
DISTRITAL ENTRENUBES A PARTIR DE LA FORMULACIÓN DEL PLAN DE ORDENAMIENTO Y MANEJO
I-356
2
0
H. Labialis E. B. H.
DEPARTAMENTO TECNICO ADMINISTRATIVO DEL MEDIO AMBIENTE CORPORACION SUNA HISCA
FAUNA-ANFIBIOS Y REPTILES
La Figura 3. Permite hacer dos aclaraciones que serán tenidas en cuenta en el análisis de los
resultados. La primera tiene que ver con la inclusión de Hyla bogotensis en los resultados del
inventario a pesar de no haber colectado individuos en ninguno de los dos cerros. Esto se hizo
porque la vocalización de esta rana es característica para la especie (un silbido, como se mencionó
en la descripción de la especie) y gracias a que esta fue escuchada en repetidas ocasiones durante el
muestreo, se pudo establecer que estaba presente en ambos cerros.
En conformidad con lo anterior, para establecer las preferencias de hábitat, se asignarán valores de
0.33, 0.66 o 1 a las especies, de acuerdo a su abundancia relativa en los diferentes hábitats donde
fueron registradas. 0.33 en e caso de abundancias entre uno y cinco individuos (escaso), 0.66 de seis
a diez individuos (más o menos abundante) y 0.99 para abundancias mayores a diez individuos
(abundante). De esta manera los resultados son los siguientes (Figuras 4 y 5.)
1.32
Abundancia relativa
0.99
Juan Rey
0.66
Gavilán
0.33 t
0
ZMa Pl Pa
Hábitats ocupados por H. labialis
Figura 4. Abundancia de H. labialis en cada uno de los hábitats donde fue registrada,
para cada uno de los cerros
Los diferentes tipos de vegetación en donde se encontró a H. labialis, siempre estuvieron asociados
a fuentes de agua. En el cerro Juan Rey, se encontraron en menor abundancia, en un misceláneo de
matorral alto en la Hoya del Ramo por donde pasa un caño y en mayor cantidad, en un pastizal
limpio inundado. En Gavilán, se encontraban en charcos naturales rodeados de pastizal o pastizal
con matorral.
Abundancia relativa
1.32
0.99
Juan Rey
0.66
Gavilán
0.33
0
Ma Pa Ba
Hábitats ocupados por E.
bogotensis
La distribución de E. Bogotensis en los hábitats del parque, fue muy similar para ambos cerros,
prefiriendo hábitats relacionados con matorrales, estuvieran estos asociados o no a pastizal. Sin
embargo en el cerro Gavilán, también se escucharon algunas vocalizaciones de esta especie en el
bosque nativo alto, pero estas eran muy pocas en comparación a las escuchadas en los matorrales.
Las vocalizaciones de H. bogotensis fueron escuchadas únicamente en pastizales con matorral (Pa)
y en cantidades de no más de cuatro individuos por noche, en ambos cerros.
Como se mencionó anteriormente, la salamandra B. Adspersa, fue el único anfibio que se colectó
únicamente en uno de los cerros (en Gavilán) y de esta solo se colectó un individuo en vegetación
de subpáramo (Vp).
Con relación a los reptiles, en los dos cerros visitados se presentan algunas diferencias a nivel de
composición de especies, ya que comparten la presencia de dos especies de lagartijas, P.
heterodermus y A. bogotensis, pero en el Cerro Juan Rey se registraron una lagartija y una culebra
que no se encontraron en Gavilán y adicionalmente S. trachycephalus (lagartija), fue encontrada en
este último pero no en Juan Rey (Figura 6.).
Debido a que los reptiles no realizan vocalizaciones claras y características, como las ranas, y a que
su determinación taxonómica es un poco más complicada que la de los anfibios, pues se basa en las
características de sus escamas, todos los reptiles divisados fueron colectados. Por lo tanto, el
número de individuos colectados, para el caso de los reptiles será tomado como su abundancia en
los distintos hábitats donde se encontraron. En la Figura 6. se observa que P. Heterodermus fue la
especie más abundantes en ambos cerros, seguida por A. crassicaudatus en el cerro Juan Rey e
igualada por A. bogotensis en Gavilán.
5
Número de individuos colectados
3 Juan Rey
2 Gavilán
0
s
is
us
s
us
tu
tu
ns
m
al
ria
da
te
er
ph
au
St
go
od
e
yc
ic
Bo
P.
er
ss
ch
et
A.
a
H
ra
Cr
T
P.
A.
S.
Especie
A pesar de que P. Heterodermus fue la especie más abundante en los dos cerros, fue mayor el
número de individuos colectados en Juan Rey que en Gavilán. Y mientras que en el primer cerro se
colectaron únicamente en hábitat de matorral alto (Ma), en las horas de la noche mientras dormían,
en el segundo se encontró uno en un matorral bajo y uno más en un helecho, durante el día,
mientras tomaban el sol para calentarse (Figura 7.).
A. bogotensis, fue la otra especie de lagartija que se colectó en ambos cerros, pero mientras en Juan
Rey fue colectada en hábitats de pastizal con matorral, en Gavilán se colectaron en vegetación de
subpáramo y Matorral alto. (Figura 8.).
Abundancia 3
2 Juan Rey
1 Gavilán
0
Pa Vp Ma
Hábitat ocupado por A. bogotensis
Las dos especies de reptiles que se registraron en Juan Rey únicamente, fueron P. striatus (lagartija)
y A. crassicaudatus (culebra), las cuales se encontraron en Pastizal con matorral y pastizal con
matorral y matorral bajo, respectivamente. (Figura 9.)
3
Abundancia
2
P. Striatus
A. Crassicaudatus
1
0
Pa Mb
Hábitat ocupado por P. striatus y A.
crassicaudatus en el cerro Juan Rey
Todas las especies de lagartijas que se esperaba encontrar en el parque, por sus características de
preferencia de hábitat y distribución altitudinal, fueron encontradas. Con las serpientes, sucedió
algo similar, ya que fue encontrada la especie más esperada, mientras se sabía que había otras tres
especies de serpientes que podían aparecer, pero no era del todo probable.
Con los anfibios, sucedió algo opuesto, ya que se esperaba que el número de especies fuera un poco
más alto del que se encontró, tanto para ranas como para salamandras. Como se mencionó
anteriormente, por características de preferencia de hábitat y distribución altitudinal, se esperaba
encontrar más especies de Eleutherodactylus, una especie del género Dendrobates llamada
Colosthetus subpunctatus, que presenta una distribución amplia (2000 a 3500 m.s.n.m.) y es
bastante tolerante a las modificaciones de su hábitat, que puede ser vegetación de páramo, potreros
y zonas verdes en donde hayan riachuelos; y algunas especies del género Atelopus, que se
encuentran en altitudes como las del Parque y utilizan hábitats asociados a quebradas de corrientes
fuertes como la Quebrada Yomasa en el Cerro Gavilán. Por último, se esperaba encontrar otras dos
especies de salamandras (Bolitoglossa capitana y otra especie de Bolitoglossa que aún no ha sido
descrita).
12.8 DISCUSIÓN
Debido a que el Parque Entrenubes abarca altitudinalmente una zona de transición entre el bosque
montano y el subpáramo, en donde las condiciones climáticas y geomorfológicas se vuelven más
drásticas con relación a las partes bajas, haciendo menos favorables las condiciones de vida de los
organismos, es entendible que el número de especies animales, en este caso de anfibios y reptiles,
no haya sido muy alto y a su vez sea mucho menor que el encontrado para altitudes más bajas.
Por otro lado, los altos porcentajes de similitud de especies con los cerros Orientales, especialmente
con Monserrate y Guadalupe y en menor proporción con Chingaza (Tabla 10.), pueden corroborar
el hecho de que las pocas especies encontradas, no son producto de otra cosa, sino de que la
herpetofauna de ecosistemas altoandinos como el Parque Entrenubes, es pequeña. Además, tales
similitudes, encontraste con los porcentajes más bajos con respecto a la Sabana de Bogotá y
Sumapaz, permiten plantear la hipótesis de que la herpetofauna del Parque Entrenubes, puede ser el
resultado del desplazamiento y dispersión de especies desde los Cerros Orientales hacia el Parque.
Sin embargo, es interesante el hecho de que el parque presenta un mayor número de especies que
los cerros de Monserrate y Guadalupe, lo que podría significar varias cosas, por ejemplo, que la ruta
de dispersión no necesariamente fue Chingaza-Monserrate-Entrenubes, sino que pudo haber sido
directa entre Chingaza y Entrenubes. Aunque también eso podría significar, que la ruta de
dispersión si es la primera y por lo tanto todas las especies encontradas en el parque se encuentran
en Monserrate, pero que hay otra ruta de dispersión hacia el parque, que posiblemente podría ser la
Sabana de Bogotá, de donde también han llegado especies que se han establecido en Entrenubes.
Sin embargo, dejando en un segundo plano, la cuestión de cómo llegaron al parque la especies que
actualmente lo habitan, lo importante de la gran similitud que hay entre la herpetofauna del parque
Entrenubes y los ecosistemas altoandinos que lo rodean, es el hecho de que en una vía u otra, ha
habido comunicación entre estos y por lo tanto es indispensable llevar a cabo estudios ecológicos,
encaminados a determinar el grado de aislamiento que se está presentando actualmente entre dichos
ecosistemas y el parque. De tal manera que si es necesario, se evalúe la posibilidad de crear
corredores ecológicos que posibiliten la constante comunicación entre estos, por más intervención
antrópica que se siga dando.
El eucaliptal grande del cerro el Gavilán, es un buen ejemplo de lo que se podría pensar que es un
corredor ecológico natural, entre el Parque y el Macizo de Sumapaz, razón por la que sería
recomendable realizar muestreos de anfibios y reptiles a lo largo de este, para establecer si estos lo
están usando como ruta de dispersión o comunicación entre el Parque y Sumapaz, lo cual se vería
reflejado al encontrar una misma especie a través de todo el trayecto.
Con relación a los hábitats muestreados (Figura 2.) llama la atención el hecho de no haber
encontrado otras especies en los hábitats de bosque, fuera de E. Bogotensis, de la cual habían allí
muy pocas. Esto es interesante, ya que en los ecosistemas altoandinos, el bosque es uno de los
lugares más apetecidos sobre todo para anfibios, por poseer condiciones de humedad favorables y
disminuir la incidencia solar por el estrato arbóreo, entre otras cosas. Debido a la existencia de este
tipo de hábitat en el parque, se esperaba la presencia de otras especies de ranas del género
Eleutherodactylus y de otros géneros como Colostethus y Atelopus, entre otros, de los cuales no se
registró ninguna especie (ver ejemplos en la Tabla 5.).
Sin embargo, hay que considerar que durante la época de muestreo (a mediados de mes de mayo),
los bosque muestreados no estaban cumpliendo con la característica mencionada de poseer una
humedad favorable, pues a pesar de que se presentaban lloviznas constantes, este tipo de
precipitación no era suficiente para sobrepasar el estrato arbóreo, ocasionando que el suelo y la
parte baja de los árboles, estuvieran muy secos. Es posible que estas características del ambiente,
coincidan con una estación natural pobre de ranas en estos hábitats y haya sido por esa razón que no
se registraron más especies. Sería importante realizar monitoreos de anfibios en dichos hábitats
boscosos, especialmente de ranas, con el fin de establecer si las condiciones de “sequía” sí eran
consecuencia de la época del muestreo, o si por el contrario, se están volviendo una constante que
efectivamente, puede estar afectando la presencia de ranas allí.
Además, otro hecho que confirma la necesidad de realizar dicho monitoreo, es la perdida total de
algunos cursos de agua, que ya se ha dado tanto en el cerro Juan Rey (Quebrada seca), como en
Gavilán (Un pantano paralelo a la Quebrada Yomasa, ubicado cerca de los último mojones del
Parque) y de los cuales la única razón que dan los lugareños, es que se secaron. Lo que quiere decir
que en el Parque si se puede estar presentando un grave problema de pérdida de agua y el monitoreo
en una zona en la que se esperaría que la humedad fuera suficiente gran parte del tiempo, podría
servir para dar luces de qué es lo que está sucediendo.
En cuanto a la composición de anfibios, comparando con las Tabla 1-5, se puede notar la ausencia
de muchas especies en el Parque, que por sus características en cuanto a preferencia de hábitat y
distribución altitudinal, teóricamente deberían estar habitando los ecosistemas del Parque. Esto
plantea una cuestión que es necesario resolver: estas especies, no se encontraron, porque nunca han
estado allí, por que no son especies comunes sino raras y hay que aumentar el esfuerzo de muestreo
para encontrarlas, o porque los ecosistemas del parque han sufrido transformaciones que han
llevado al desplazamiento de dichas especies hacia otras zonas, o a la extinción en estos ambientes?
Un ejemplo de esto lo proporciona el género Atelopus, del que no se encontró ningún ejemplar ni
adulto ni renacuajo. Este género gusta mucho de dejar sus renacuajos en quebradas de corrientes
fuertes, como la Yomasa en el Cerro Gavilán, la cual fue revisada pero en donde no se encontró
ningún renacuajo, ni de Atelopus, ni de ningún otro genero de rana. Cabe anotar que las aguas de
esta quebrada, están sufriendo una constante contaminación, cada vez más arriba de su cauce,
debido a que los habitantes de los barrios aledaños al Parque, lavan allí la ropa. Entonces, la posible
razón por la que no se encontraron renacuajos, es por que la contaminación de las aguas los ha
acabado y eventualmente por que nunca ha habido.
Para poder establecer una respuesta a esta cuestión sería apropiado, desarrollar un plan de
monitoreo para la fauna anfibia del parque, que permita, aumentando el esfuerzo de muestreo,
establecer si las especies que no se encontraron en la época de muestreo, es posible encontrarlas
durante otras épocas del año, o realmente no se presentan en el área. Además, como estrategia para
saber si las especies que no se encontraron, alguna vez si estuvieron allí, se podrían realizar una
serie de encuestas a los habitantes más antiguos de la zona, de tal forma que con la ayuda de
imágenes de la especie o sus renacuajos, ellos puedan recordar si alguna vez vieron dichas ranas o
no. No obstante, hay que tener en cuenta, que este método está muy sujeto a error, debido a la
subjetividad y al grado de confiabilidad que puedan poseer los datos obtenidos; sin embargo,
métodos similares se han realizado con animales como Mamíferos, obteniendo buenos resultados
(Sánchez, 1995).
Comparando los dos cerros muestreados, en la Figura 3. se observa que a nivel de ranas la
composición fue igual en ambos y muy similar en relación a los hábitats donde se encontraron las
diferentes especies (Figuras 4 y 5). H. labialis se encontró siempre en charcos naturales o caños,
aunque variara la vegetación aledaña a estos y E. Bogotensis, estuvo notoriamente asociada a
hábitats de matorral, incluso en el área de bosque en donde se escucho vocalizando en el estrato
bajo, asociado también a matorral.
Por otro lado, H. labialis se presentó en mayor cantidad en los charcos naturales que en los caños,
encontrándose una gran cantidad de huevos, renacuajos y adultos en todos los charcos. Aunque
hubo una excepción, en general se encontraba en charcos que presentaban fuertes fenómenos de
descomposición de materia orgánica, sin embargo eso no quiere decir que sea una especie que
soporte fácilmente fenómenos de contaminación, pues si bien es cierto que H. labialis, es muy
tolerante a la actividad humana, las elevadas cargas de contaminación producen la muerte de sus
huevos y renacuajos. Las grandes cantidades de esta especie en los charcos del parque, pueden ser
un indicador de que dichos charcos están en niveles normales contaminación, que pueden ser
causador por la eutrofización natural de la materia orgánica y en los que parece ser que no se está
dando mayor intervención antrópica.
En el estudio que se llevó a cabo para caracterizar la vegetación del parque, se consideran los
matorrales, como un tipo de vegetación, producto de la sucesión a partir de bosques fuertemente
entresacados o de aquellos talados por completo. Esto, junto con el hecho de que E. bogotensis, esté
aprovechando cabalmente este tipo de hábitat dentro del parque, podría ser un indicador de una de
estas dos cosas: que está jugando un papel importante como especie colonizadora dentro de la
dinámica sucesional del parque, lo cual valdría la pena monitorear, ya que a pesar de que esta
especie es conocida hace más de un siglo y medio cerca de Bogotá aún no existe información básica
de su historia natural y que si eso fuera cierto, la presencia de E. bogotensis en ciertos hábitats,
podría entonces, ser una señal de avance hacia la recuperación de hábitats naturales. La otra opción,
es que la presión antrópica por la entresaca que se le ha hecho a los bosques, ha sido tan fuerte, que
esta especie, normalmente encontrada en dichos bosques, se está corriendo hacia hábitats que cada
vez se hacen más abundantes, al mismo tiempo que su hábitat natural se hace cada vez más
pequeño. Esta opción también requeriría de un monitoreo de la especie, para saber si es eso lo que
está sucediendo o no.
que guarden cierto grado de humedad, como la necromasa de frailejones, cuando la incidencia de
luz solar no es tan prolongada ni tan fuerte.
A diferencia de lo que sucedió con anfibios, la mayoría de los reptiles que se creía se encontrarían
en el parque, fueron colectados (Ver Tablas 1-5), esto pudo deberse a que, como se mencionó
anteriormente, durante el tiempo de muestreo las condiciones de humedad en los hábitats
muestreados fueron más bien secas y por lo tanto la época de muestreo fue propicia para reptiles,
los cuales se adaptan mejor a condiciones xerofíticas, que de humedad.
De otro lado, la distribución de los reptiles colectados en los diferentes hábitats muestreados, podría
considerarse más circunstancial que cualquier otra cosa, pues en el caso de estos el microhábitat que
utilizan no se encuentra directamente relacionado con el hábitat donde esté. Por ejemplo, P.
heterodermus fue encontrado en matorrales altos en un cerro y en un matorral bajo y un helecho en
el otro (Figura 7.) y sin embargo en todas las ocasiones y en ambos cerros, fue colectado sobre una
rama, durmiendo o tomando el sol. A. bogotensis fue colectada debajo de piedras más o menos
grandes, rodeadas unas veces de pastizal con matorral, otras de vegetación de subpáramo y otras de
matorrales altos.
Los otros reptiles colectados, solo se encontraron en uno de los dos cerros, P. striatus fue colectado
en el Cerro Juan Rey debajo de una piedra cercana aun pastizal con matorral y ya que en Gavilán
también se encontraron piedras debajo de las cuales habrían podido estar individuos de esta especie,
puede que realizando otras jornadas de muestreo, también hubiese podido ser hallado en ese cerro.
En el caso de A. crassicaudatus, podría suceder lo mismo que con P. striatus, no obstante, en las
ocasiones en que esta culebra fue encontrada en Juan Rey, las piedras que ocupaba eran
relativamente más grandes que el común de las piedra halladas y revisadas en Gavilán, quizás esto
influyó de alguna forma en que no fuera encontrada en ese cerro.
De todas maneras, es recomendable monitorear estas especies para descartar la posibilidad de que
no hayan sido encontradas, por una razón que vaya más allá que la falta de más intensidad en el
muestro.
Debido a que actualmente la amenaza más grave para la conservación de la biota consiste en la
destrucción y deterioro de los hábitats naturales, circunstancia que es bastante marcada en la Sabana
de Bogotá, debido al aumento demográfico de su población que la conduce cada vez más hacia la
urbanización de las pequeñas áreas naturales que aún quedan en sus alrededores, es necesario
tomar medida urgentes, conducentes a la protección de los ecosistemas y hábitats que conforman
dichas áreas. Ya que este es el único y efectivo mecanismo, que puede conservar la diversidad
biológica.
Rueda (1999), plantea la necesidad para llevar a cabo tal fin de realizar un esfuerzo especial para
aumentar la representatividad de las áreas protegidas en la zona Andina, que posee la mayor
concentración de endemismos de anfibios y reptiles en toda Suramérica
El hecho de que el área del parque, contenga este tipo de fauna endémica, lo debe constituir en un
área prioritaria de conservación para las especies de ranas y anfibios presentes en la zona, ya que
como se mencionó anteriormente, la presión antrópica ha hecho que sean muy pocos los relictos de
hábitats que quedan para dichos animales y no hay que olvidar que el hecho de que sean endémicos
implica, que si se llegan a extinguir en su hábitat natural, no existen estas especies en ningún otro
lugar del mundo. Así que entre más áreas naturales se puedan conservar, mejor. Por otra parte, la
importancia de la fauna endémica del Parque, también que debe ser tenida en cuenta para los planes
de conservación y manejo territorial que se deseen ejecutar en el área del Parque. En cuanto a este
último punto, a continuación se listan una serie de recomendaciones.
12.9 RECOMENDACIONES
a. Durante los días de muestreo realizados en el Cerro Juan Rey, se pudo establecer, que allí se
está ejerciendo una fuerte presión sobre los lagartos, posiblemente debida a las tareas escolares
de los niños de la zona, con el fin de colectar lagartos vivos para llevar a la escuela. La mayoría
de la piedras son constantemente levantadas, disturbando el microhábitat de especies como
Proctoporus striatus, Anadia bogotensis y Atractus crassicaudatus, principalmente y de
algunas ranas que durante el día se esconden en ellas. Sería recomendable establecer contactos
con las escuelas cercanas con el propósito de proponer alternativas pedagógicas que permitan el
cumplimiento de los objetivos académicos propuestos, pero que a su vez, permitan reducir hasta
terminar el impacto sobre las poblaciones de lagartos terrestres del área y sus microhábitats
preferenciales.
b. Por la cercanía que cada vez más alcanzan los barrios que rodean el parque, sería
recomendable, para el Cerro Gavilán principalmente, acciones que permitan disminuir el
volumen de basuras que actualmente están siendo arrojadas, en especial en la zonas de matorral
alto aledañas a la cuchilla más allá del Gavilán. Si bien las empresas recolectoras de basura
dicen tener una cobertura del 100% en el área, sería conveniente establecer las causas reales de
este evento, para darle una solución coherente con el uso del parque. Eventualmente la
alternativa de “encerrar el parque” mencionada por algunos habitantes, sería la menos factible.
Sin embargo la delimitación física puede lograrse a partir de “hitos” físicos que demarquen el
perímetro del parque que a su vez sean establecidos, reconocidos y legitimados socialmente.
Estas acciones deben establecerse conjuntamente con las comunidades adyacentes como con la
labor de formación realizada en las escuelas de la zona.
Otra área desprotegida es la zona paramizada del Gavilán, ya que es allí donde habitan la
mayoría de los reptiles encontrados en el área.
c. En cuanto al Cerro Juan Rey, se pudo establecer de forma preliminar (deben hacerse más
jornadas de muestreo) que el área correspondiente a Quebrada Seca, es muy pobre en cuanto a
herpetofauna se refiere, razón por la que esa sería el área que usando tal característica como
patrón de evaluación, podría recomendarse como apropiada para la construcción de la zona
recreativa del parque. No obstante, cabe anotar que es necesaria la realización de monitoreos del
área, para descartar la importancia ecológica de tal lugar en otras épocas del año. A si mismo,
para este cerro el sector de la Hoya del Ramo es bastante importante, para anfibios y reptiles, ya
que ofrece hábitats y microhábitats, que son aprovechados por dichos animales.
d. Por último, a pesar de que muchas de las personas que habitan el área del Parque o sus
inmediaciones, son personas que han estado toda la vida allí, es notorio el desconocimiento que
reina, en cuanto a herpetofauna se refiere. Razón por la que sería recomendable, aprovechar
espacios educativos como las escuelas, para dictar algunas charlas de educación ambiental, que
les sirvan tanto a jóvenes como a adultos para conocer un poco más sobre esta y a su vez, perder
el miedo que por lo general les inspira. Por ejemplo, sería importante enterarlos de que ninguna
de las especies de culebra que hasta el momento se sabe que pueden habitar el parque, es
venenosa. Esto podría contribuir en gran manera a generar un sentimiento de pertenencia por el
área y su fauna, que a la larga, favorecería en gran medida la conservación de toda la
herpetofauna en general y especialmente la de las poblaciones de reptiles, ya que son las que
más prejuicios generan por el temor a mordeduras tanto de lagartos como de serpientes.
AGRADECIMIENTOS
A Don Jorge Macana y su esposa por la hospitalidad durante los días de muestreo en el Cerro Juan
Rey e Igualmente a Doña Ana María de Guerrero, por su hospitalidad durante los muestreos en la
Cuchilla del Gavilán.
A David Sánchez y Andrés Duarte, por su excelente trabajo como auxiliares y amigos, a Ligia por
su buen desempeño como fotógrafa, a Héctor y Aquiles, por su apoyo. Al profesor J. D. Lynch, por
todos sus aportes al presente estudio. Y al profesor J.M. Renjifo por su colaboración incondicional.
BIBLIOGRAFÍA
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jorge Alvarez Lleras No.6. Bogotá. Pp: 71-87
de la Qubrada En el
Yomasa, mirando suelo.
hacia el oestel, a la
altura de la cuchilla
el Gavilán
Proctoporus 2 Más arriba de la casa de don Jorge, en la ladera Pa Debajo de 0
striatus de la Montaña que queda a mano izquierda del piedra en el
camino pasto
Stenocercus 1 Laderas de la cuchilla Vp En
trachyvephal El Gavilán necro
us masa
seca de
fraile
jón
Tabla 10. Presencia de las especies registradas para el Parque Entrenubes, en cada uno de los cerros muestreados
Se presentan en azul las especies encontradas únicamente en el Cerro Gavilán y en verde las que solamente se colectaron
en el Cerro Juan Rey. Se relacionan las especies con el número de individuos que se colectaron (IC), el lugar (L), el
hábitat (H) y el microhábitat (M) donde se colectaron. Hàbitats: Ma= matorrales altos, Mb= matorrales bajos, Pl=
Pastizales con matorral, Pa= Pastizales, Vp= vegetación de subpáramo, H= Helechal.