Está en la página 1de 2

¿Cuál es la responsabilidad del ciudadano como sujeto activo que participa

en las relaciones de poder?

Se señala que la participación ciudadana constituye un tipo de relación socio–


estatal, la cual, antes de remitirnos a un conjunto de dispositivos institucionales o a
la lógica de la organización social, puede ser concebida como un espacio de
interacción, comunicación y diferenciación entre el sistema estatal y el social.
Además, se plantea que dicha relación socio–estatal, que tiene como función la
regulación permanente del conflicto supuesto en la definición de los temas
públicos y de la propia agenda político–social, es una relación característica de las
sociedades contemporáneas acotada (en sus sentidos y orientaciones) por las
nociones normativas derivadas de los significados de la democracia y de la propia
categoría de ciudadanía.

La participación ciudadana es un concepto regularmente empleado para designar


un conjunto de procesos y prácticas sociales de muy diversa índole. De aquí, el
problema o riqueza de su carácter polisémico. Problema porque la pluralidad de
significados, en ciertos momentos, ha conducido a un empleo analítico bastante
ambiguo. Riqueza, porque la multiplicidad de nociones mediante las que se ha
enunciado ha permitido acotar, cada vez con mayor precisión, los actores,
espacios y variables involucradas, así como las características relativas a la
definición de este tipo de procesos participativos.

¿Qué procesos de transformación han experimentado prácticas que se


llevan a cabo el territorio, la ciudadanía, y la de identidad con la irrupción de
el uso y la popularización de los medios de comunicación masiva?

Por un lado, el convencimiento de que el desarrollo de la Sociedad de la


Información, lejos de ser un fin en sí mismo, es un objetivo que tiene como razón
de ser la mejora y el aumento de la calidad de vida del ciudadano. Por otro, que
son muchas las acciones emprendidas en los últimos años orientadas a hacer
llegar las ventajas del uso de las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, las TIC, a todas las regiones y ámbitos sociales, y que es
necesario partir de estos ejercicios reales, de su mayor o menor fortuna, para
aprender de la experiencia y seguir avanzando sobre bases sólidas.

Este proceso dinámico anuncia un cambio fundamental en todos los aspectos de


nuestras vidas, incluyendo la difusión de los conocimientos, el comportamiento
social, las prácticas económicas y empresariales, el compromiso político, los
medios de comunicación, la educación y la salud, el ocio y el entretenimiento. Nos
encontramos, sin duda, en medio de una gran revolución, tal vez la mayor que la
humanidad haya experimentado. Con el fin de poder beneficiar a toda la
comunidad, el crecimiento exitoso y continuo de esta nueva dinámica requiere una
discusión a nivel mundial y una armonización en las áreas adecuadas.

¿Cuál es el papel de los dilemas éticos y porqué se pueden entender como


una oportunidad?

Se denomina dilema a la situación que obliga a optar entre dos alternativas. Lo


ético, por su parte, es aquello que se ajusta a las normas morales: es decir, que se
adapta a lo que se considera bueno, positivo o aceptable.

Un dilema ético, por lo tanto, se produce cuando una persona se encuentra


forzada a elegir entre alternativas que, de alguna forma, pueden provocar una falta
moral. Por lo general este tipo de dilemas están vinculados a la aceptación, o no,
de un medio cuestionable desde el punto de vista ético con un fin altruista o
benévolo.

Durante los últimos treinta años, el estado evolutivo y la trayectoria de la especie


humana han sido cuestionados por los rápidos avances conseguidos en el campo
de la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información y la
ciencia cognitiva.

Por ejemplo, Dvorsky (2008) sostiene que la capacidad de mejorar la biología


humana debe implicar asimismo una obligación de “impulsar” también las
capacidades del resto de los animales. De manera alternativa, la bioética ha
mantenido que la posibilidad del mejoramiento humano exige que consideremos
qué tipos de personas debería haber, aludiendo al uso potencial de las
modificaciones o la selección genética de la línea germinal. Hasta este punto, no
existe ningún conjunto único de cuestiones éticas que esté reflejado por todas las
formas de mejoramiento. De manera alternativa, es probable que el mejoramiento
genético albergue implicaciones diferentes desde el uso de un producto
farmacéutico o un dispositivo protésico para conseguir un efecto similar. De hecho,
los debates sobre la ética del mejoramiento humano ya están muy definidos sobre
el énfasis que se debe dar a determinados tipos de mejoramiento, tales como las
modificaciones neurológicas, bioquímicas o psicológicas.

También podría gustarte