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El concepto de trabajo1

Helena Hirata y Philippe Zariffian

La noción moderna del concepto de trabajo, tal Esta doble definición tiene el mérito de ubi-
como ha sido formalizado por la economía polí- car a la actividad del trabajo en el lugar preciso
tica clásica, remite a una doble definición de una superposición de dos tipos de relaciones
La primera se presenta como antropológica, (hombre/naturaleza y hombre/hombre), aun-
como constituyendo una característica general que sigue siendo enormemente insuficiente.
y genérica de la acción humana. Para Marx Primeramente, porque ella parte de un mode-
(1867-1965), el trabajo es en principio un acto lo asexuado del trabajo. El sujeto del trabajo
que sucede entre el hombre y la naturaleza. El –el hombre– es presentado, en esta definición,
hombre desempeña frente a la naturaleza el como universal: de hecho es el masculino el que
papel de una potencia natural específica. Pone es erigido como universal. En segundo lugar,
en movimiento su inteligencia y sus fuerzas permanece también, en otro registro, proble-
con el fin de asimilar materias para darles una mático en la medida en que las relaciones sus-
forma útil para su vida. Al mismo tiempo que citadas no se comprenden de manera idéntica.
actúa por este movimiento sobre la naturaleza Las relaciones hombre/naturaleza corren el
exterior y la modifica, él modifica su propia na- riesgo de ser naturalizadas y estancarse como
turaleza y desarrolla las facultades que se en- un zócalo inmutable de la producción de la vida
cuentran latentes. humana, mientras que las relaciones –las con-
La segunda definición reinterpreta la prime- diciones sociales del trabajo– son historizadas.
ra indicando que los intercambios entre el hom- Esta doble definición no puede por lo tanto se-
bre y la naturaleza se producen todos los días guir siendo pertinente a menos que se traten
dentro de condiciones sociales determinadas: a las relaciones de una manera historizada,
¿nos encontramos en las condiciones del artesa- haciendo posible que la sexuación se tenga en
no, del esclavo, del asalariado? ¿El trabajo útil cuenta. Si se sacan todas las consecuencias de
se ejecuta bajo el látigo del capataz de escla- la tesis del ser social del “hombre”, no existen
vos o bajo el ojo interesado del capitalista? Es intercambios generados entre el hombre y la
a partir de esta segunda reinterpretación que naturaleza, sino intercambios siempre espe-
el concepto de trabajo asalariado queda anali- cificados entre los hombres y la naturaleza. 33
zado: el asalariado trabaja bajo el control del Y estos hombres son en sí mismos hombres y
capitalista, al cual le pertenece el producto de mujeres: de este modo, se hace posible hablar
su trabajo. del sexo del trabajo.

1
En Hirata, Helena; Laborie, Françoise; Le Doaré, Hélène; Senotier, Danièle (2002), Diccionario crítico del feminismo, Madrid,
Ed. Síntesis.

Revista de Trabajo • Año 3 • Número 4 • Enero - Noviembre 2007


Helena Hirata y Philippe Zariffian

n Tiempo y trabajo maternal y conyugal de las mujeres (Chaboud-


Rychter et al., 1985). Siendo la forma privile-
A la luz de su etimología, con anterioridad a su giada de expresión del amor dentro de la esfera
acepción moderna, el trabajo era sinónimo de “privada”, los gestos repetitivos y los actos coti-
sufrimiento y/o de inmovilización forzada. La dianos de cuidado del hogar y de la educación
definición de la economía política clásica (en el de los niños quedan asignados exclusivamente
siglo XVIII) lo habría ennoblecido en cierto modo a la mujer. Los hombres pueden pretender le-
atribuyéndole la virtud de estar en el origen de gítimamente escapar de esto. A pesar de que
la producción material de la vida humana. Y tan el enfoque “presupuesto tiempo” ha tratado de
pronto como se hubiera ennoblecido, este trabajo aprehenderlo, este tipo de trabajo resulta difícil
habría recobrado su antiguo sentido, puesto que, de medir, no habiéndose podido siquiera aclarar
colocado bajo el yugo del salario, el trabajo se ve- la naturaleza del mismo. Como sea, en los de-
ría pronto reconvertido en sinónimo de coacción bates sobre el trabajo, una perpetua vacilación
y sufrimiento para quien lo ejerce. entre el trabajo sólo asalariado por una parte
Podría uno preguntarse si no hay un cierto y el trabajo doméstico o útil en general por la
juego de manos. Pues el trabajo asalariado, en otra, no puede ser más que el indicio del hecho
el sentido moderno, tal como surge con el ca- de que dos apuestas, la captación del tiempo y
pitalismo industrial naciente, no tenía en rea- la producción del vivir, se interpenetran, por
lidad origen alguno. El uso de la noción emer- tanto, sin confundirse.
ge y lo hace bajo una forma inédita: la de una Las relaciones sociales de sexo permiten,
actividad social que puede objetivar, es decir, por lo tanto, echar una mirada particularmen-
describir, analizar, racionalizar, prescribir en te reveladora sobre esta doble apuesta. La
términos precisos, una serie de operaciones, captación del tiempo, por otra parte, no pue-
prendidas en una abstracción generalizadora, de quedar reducida al tiempo sólo de trabajo
y en el tiempo mensurable que hace falta para asalariado. Se advierte que el tiempo del asa-
realizarlas. Este trabajo moderno, disfrazado lariado se coloca bajo la condición del tiempo
bajo la expresión de actividad objetivable, se del trabajo doméstico. Y mientras las mujeres
encuentra siempre prendido en la relación sa- comienzan a entrar masivamente en la situa-
larial naciente, puesto que se traba en torno de ción de asalariadas, lo hacen bajo un doble es-
la apuesta ya central que es la apropiación del tatus: como asalariadas y como portadoras de
tiempo del asalariado por parte del capitalista. condiciones –temporales– del asalariado. Por
La noción moderna de trabajo surge así bajo el otra parte, la producción del vivir, en tanto que
impacto de un verdadero golpe de fuerza polí- ella interpela la dimensión útil del trabajo, es
tico y social: la separación de una serie de ope- llevada por las mujeres más allá de las fronte-
raciones objetivables y la capacidad humana ras de la vida dentro de la cual los hombres se
de realizarlas. El trabajo, de un lado; la fuerza han establecido y han inscrito su dominación.
de trabajo, del otro. Y entre los dos: el tiempo, Si para las mujeres las coacciones temporales
referente central de la evaluación de la pro- se desdoblan y redoblan en trabajo doméstico y
ductividad de ese acoplamiento entre trabajo y profesional, opresión y explotación, acumulán-
trabajador. El nacimiento de la noción de tra- dose y enredándose, también se encuentran en
bajo asalariado es, por lo tanto, la historia de situación de interrogarse sobre la separación
34 esta separación que opone una forma objetiva- entre las esferas de vida –privada, salarial,
da a una potencia subjetiva. El trabajador, ser política– que regula oficialmente la sociedad
de subjetivación, se convierte en prisionero de moderna.
aquello a lo que debe referirse: las operaciones
objetivadas.
A la inversa, la noción de trabajo domésti- n El concepto de trabajo y su porvenir
co está en las antípodas de la objetivación: ella
está ligada a las relaciones afectivas en el seno Este desarrollo histórico del concepto de tra-
de la familia y fundada sobre la “disponibilidad” bajo ha sido fuertemente interpelado desde los
El concepto de trabajo

años setenta, con el desarrollo de investigacio- eterniza el recorte y encierra cada actividad en
nes que introdujeron la dimensión sexuada en su destino. Mientras que la política está hipoté-
los análisis del trabajo. Es a partir de la pro- ticamente inscrita dentro del reino de la liber-
blemática de la división sexual del trabajo que tad y se escoge como tierra privilegiada de la
Danièle Kergoat procede de una reconstruc- autonomía, parece como si el trabajo moderno,
ción/reconstrucción del concepto de trabajo y reducido a su única dimensión de heteronomía,
de los conceptos conexos como aquellos de la debería no ser subvertido, sino limitado y es-
cualificación, introduciendo la dimensión del quivado para encontrar, en las otras esferas de
trabajo doméstico y esfera de la reproducción. la vida, las fuentes verdaderas de la emancipa-
Junto con otras que trabajan en el mismo cam- ción. Pero ¿emancipación de qué? ¿Y frente a
po (en el CNRS y en la universidad, pero tam- qué? La paradoja de las tesis sobre el final del
bién fuera de instituciones), algunas investiga- valor del trabajo es que eternizan el golpe de
doras del GEDISST, con D. Kergoat, proponen fuerza que ha constituido la imposición de la
una reconceptualización del trabajo, por medio relación salarial, y hacen como si una relación
de la inclusión en el concepto de trabajo del política liberadora, inspirada en la ciudadanía
sexo social y del trabajo doméstico. También se griega que reivindicaba Arendt, podría desa-
amplía el trabajo no asalariado, no remunera- rrollarse junto a y pese al sistema capitalista,
do, no mercantil, al trabajo informal. Trabajo dejando que subsista el trabajo tal cual es para
profesional y trabajo doméstico, producción y la gran mayoría. La aproximación, en términos
reproducción, asalariados y familia, clase so- de relaciones sociales de sexo, muestra clara-
cial y sexo social son consideradas categorías mente que los juegos de desplazamiento en las
indisociables. esferas de la vida, tal como hoy en día son re-
La coyuntura de la recesión y de desem- cortadas socialmente, y de los cuales se querría
pleo de masas de los años noventa, junto con radicalizar la oposición, no aportan más que un
el desarrollo de formas de trabajo precarios, ha redoblamiento de la opresión.
reactualizado el debate sobre el trabajo y su Un segundo debate, que también tiene im-
crisis con propuestas de políticas públicas. La plicaciones sobre la actualidad científica, es
cuestión del reparto del trabajo y las leyes en teorizado por Jürgen Habermas (1981-1987). El
torno de la reducción del tiempo de trabajo han concepto de trabajo, prisionero de una visión in-
constituido uno de los principales referentes dustrialista de la realidad, remitiría a la acción
del debate teórico actual sobre el “fin del tra- instrumental sobre la naturaleza, siendo el ser
bajo”, el “fin del valor del trabajo” y la “centra- humano instrumentalizado él mismo en esta
lidad del trabajo”. Para aclarar este debate, es acción finalizada, mientras que la noción de in-
útil volver primero sobre la distinción estable- teracción remitiría a la definición intersubjeti-
cida por Hannah Arendt (1958-1988) entre: 1) va de las normas de acción que una comunidad
el trabajo como actividad del animal laborans, humana podría poner en debate y validar. Allí
gobernada por la necesidad de la subsistencia también la jerarquización es clara: el trabajo,
humana, que produce cosas efímeras, destina- encerrado dentro de una visión estrictamente
das a ser destruidas por el consumo; 2) la obra instrumental, deja a la esfera económica y al
como actividad del homo faber, productor de trabajo asalariado a su triste destino, sin em-
cosas durables destinadas a habitar el mundo, bargo, que se investigue en un hipotético espa-
al engendrar la cultura; 3) la acción propiamen- cio público el engendramiento de la elevación 35
te dicha, que no produce cosas separables del moral.
agente, que consiste en actos en los cuales se Se podría tomar este debate sobre el fin del
condensa la iniciativa humana frente a los de- trabajo al pie de la letra y decirse: fin del traba-
más seres humanos, en un espacio privilegiado, jo es igual al fin de la definición que la economía
el de la política. política ha instaurado del trabajo. Dicho de otro
Esta distinción jerarquiza las actividades modo: fin de la condición asalariada. Pero un
humanas e interioriza aquella denominada debate no puede descansar, a título principal,
“trabajo”, de una manera que, al mismo tiempo, sobre bases nominalistas. Si tiene un sentido,

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Helena Hirata y Philippe Zariffian

es que existan tendencias objetivas y subjetivas dario de la valorización del capital o como pura
de una parte, para volver a poner en cuestión el satisfacción de las necesidades vitales, sino
estatuto actual del tiempo, y dar luego al tiem- como un cuestionamiento social que permite
po otro estatuto. Por otra parte, para instalar la levantar un puente entre las diferentes esferas
producción del vivir no como un efecto secun- de actividad.

Bibliografía Daune-Richard, Anne-Marie, “Gender Relations and Female


Labor: a Consideration of Sociological Categories”, in Jen-
Arendt, Hannah, Condition de l’homme moderne, Paris, Cal- son, Jane et al. (eds.), Feminization of the Labour Force.
mann-Lévy «Agora», 1988, 368 p. [édition originale, The “Paradoxes and Promises”, New York, Oxford University
Human Condition, 1958]. Press, 1988, p. 260-275.
Chabaud-Rychter, Danielle, Fougeyrollas-Schwebel, Domi- Marx, Karl, Le Capital, livre I, in Œuvres, Économie I, Pa-
nique, Sonthonnax, Françoise, Espace et temps du travail ris, NRF, Bibliothèque de la Pléiade, 1965, 1818 p. [1ère
domestique, Paris, Librairie des Méridiens-Klinsieck Ré- édition 1867].
ponses sociologiques, 1985, 156 p. Vandelac, Louise, ...Et si le travail tombait enceinte? Essai
Collectif, Le sexe du travail. Structures familiales et système féministe sur le concept de travail, Sociologies et Sociétés,
productif, Grenoble, PUG, 1984, 320 p. octobre 1981, vol. XIII, n° 2, p. 67-82.

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