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Alianzas Productivas

Las alianzas productivas se definen como acuerdos y/o arreglos, vínculos y/o
compromisos entre dos o más agentes económicos de la cadena productiva, para coordinar
recursos humanos y financieros, técnicas y metodologías, así como esfuerzos y
habilidades, con un objetivo estratégico común: lograr beneficios mutuos.

La Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe ha venido estimulando


la inserción de la pequeña agricultura en el mercado, promoviendo el desarrollo de
alianzas productivas. El objetivo del presente documento es contribuir a la consolidación
de alianzas productivas en los países de la región, a través de la sistematización del
proyecto «Apoyo a la promoción y desarrollo de Alianzas Productivas» ejecutado en
Brasil, Chile, México y Perú, en las cadenas de la leche, mamona, carne bovina, palta,
limón, mango, alcachofa y lenteja.

Las alianzas productivas involucran a diferentes actores en los procesos productivos.


Dichos actores, se vinculan de forma voluntaria para intercambiar recursos, generando
compromisos en la consecución de un objetivo común, cuya principal virtud es agregar
valor. Las alianzas productivas se definen como: «Acuerdos o vínculos ––formales o
informales–– de cooperación entre dos o más agentes productivos para coordinar
recursos, esfuerzos y habilidades que tienen un objetivo estratégico común para el
beneficio mutuo». Estos vínculos permiten compartir visiones, capacidades y habilidades,
de modo que se aprovechan las sinergias de la interacción y complementariedad de las
fortalezas y debilidades de los agentes productivos y de diversos sectores.

Las alianzas productivas se basan, precisamente, en un enfoque de cadena productiva. Su


importancia radica en que permiten no sólo la integración al mercado de todos los
eslabones de la cadena, incluido el primario ––pequeños productores–––, sino también
enfrentar los problemas de información, financiamiento e innovación tecnológica entre
los agentes productivos y las instituciones públicas y privadas locales que trabajan
alrededor de una cadena determinada.

Las Alianzas Productivas corresponde a la capacidad de los diferentes actores de la


cadena de coordinar esfuerzos, recursos y habilidades, para de manera conjunta
solucionar problemas y aprovechar oportunidades. Las alianzas productivas se definen
como los acuerdos o vínculos entre dos o más actores, que se unen para alcanzar objetivos
comunes de una manera eficiente. Este tipo de cooperación puede involucrar intercambio
de conocimiento, tecnología, confianza, capacidades; compartir riesgos y beneficios.

El término «alianzas productivas» puede ser aplicado a una gran variedad de situaciones
y dimensiones, desde intercambios informales, compartir información y recursos, hasta
conformar nuevas entidades, como por ejemplo asociaciones de productores. Es
importante considerar las alianzas productivas como un proceso en vez de un resultado,
dada la naturaleza dinámica y cambiante de las relaciones de intercambio los objetivos,
las metas y las expectativas entre las partes. Una ventaja del enfoque de alianzas
productivas radica en que es una herramienta que facilitaría la inserción de pequeños y
medianos productores agrícolas en agrocadenas, permitiéndoles enfrentar de una mejor
manera los problemas de acceso a mercados, información, financiamiento,
infraestructura, innovación tecnológica, así como la deficiente capacidad institucional
generada por las reformas estructurales y la globalización de las actividades económicas
(FAO, 2003).

Modalidades de alianzas productivas

Entre las diferentes modalidades de alianzas productivas podemos encontrar «alianzas


verticales», las cuales ocurren entre los diferentes eslabones de la cadena que van desde
la provisión de insumos, pasando por la producción, transformación, comercialización y
el transporte, hasta el mercadeo y la distribución; o «alianzas horizontales», que son
acuerdos o fusiones entre empresas del mismo nivel, o formación de asociaciones de
productores. Este último tipo de alianzas, por lo general, está orientado a aumentar el
poder de negociación de las partes (FAO, 2003).

El rol del Estado en el esquema de alianzas productivas

El Estado juega un rol –facilitador- de vital importancia para el desarrollo de alianzas


productivas, asegurando y promoviendo un ambiente óptimo para su creación y
sostenibilidad. Esta función se ve representada directamente con acciones tales como, el
desarrollo de vías de comunicación e infraestructura, centros de acopio, estímulo a la
creación de esquemas asociativos de trabajo e instancias de concertación, disminución de
asimetrías de información entre zonas urbanas y rurales, y fortalecimiento de instituciones
y programas de asistencia técnica, capacitación y financiación, entre otros. Incluso en la
promoción de una nueva institucionalidad rural para el desarrollo de procesos
autogestivos locales tanto empresariales como financieros (bancos rurales) e instancias
de mediación, arbitraje y solución de controversias. Un enfoque de alianzas productivas
permite modificar la relación entre el Estado y las comunidades rurales, transformando
los esquemas de desarrollo basados en enfoques altamente paternalistas en los cuales el
Estado juega el papel principal como inversionista mayoritario de programas de
desarrollo, a esquemas enfocados en la capacidad y potencial las comunidades y el interés
y la búsqueda de alternativas para aumentar la competitividad del sector privado. (Rojas,
2002)

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