Está en la página 1de 2

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES E IDIOMAS


EXPRESIÓN ORAL Y ARGUMENTACIÓN 2020-II

TALLER DE COHERENCIA

Nombre: Jhon Elias Jimenez Tete Grupo: Fecha: -------------

Los siguientes fragmentos pertenecen a la Obra de Manuel Zapata Olivella.


Para el trabajo a realizar, referente a la coherencia, cada uno de los fragmentos fue
desarticulado con el fin de que ustedes lean y cohesionen cada oración y así logren el sentido
lógico de su contenido.
Revisen cuidadosamente hasta obtener la coherencia de los fragmentos.
Fragmento 1
“Quisiera pasar la noche desnudo sobre las piedras lacerantes, donde nací y donde
preservamos su aliento y su memoria. Llevo varios años escribiendo una novela sobre la
epopeya de la negritud en América, hundirme en las úlceras y los llantos de mis ancestros
durante la larga espera de los barcos para ser conducidos a Cartagena de Indias, la que se
inicia precisamente aquí, en esta «Casa de los Muertos».” (Changó, el gran putas)
Llevo varios añ os escribiendo una novela sobre la epopeya de la negritud en América, la que se
inicia precisamente aquí, en esta «Casa de los Muertos”. Quisiera pasar la noche desnudo sobre las
piedras lacerantes, donde nací y donde preservamos su aliento y su memoria, hundirme en las
ú lceras y los llantos de mis ancestros durante la larga espera de los barcos para ser conducidos a
Cartagena de Indias,” (Changó , el gran putas)

Fragmento 2
“Anda cada vez más encogida. El pobre, como te he dicho, solo mueve los dos dedos de la
mano derecha. La madre informa a Baltasar Villadiego, su marido muerto un cuarto de siglo
atrás: Todos los días está más pesado porque los huesos y la carne se le vuelven piedra.
Ruega allá en el Cielo para que Dios se apiade de él, porque los médicos dicen que no tiene
cura y los yerbaderos que está embrujado. Y en cuanto a nuestro Dominguito, cumplió ya los
treinta y tres años sin que haya crecido más de una yarda. Tus hijas, que aquí vez, han jurado
ante San Emigdio no casarse para atenderlo. Tú averígualo…” (En Chimá nace un Santo).
“La madre informa a Baltasar Villadiego, Su marido muerto un cuarto de siglo atrá s: Anda cada vez
má s encogida. Y en cuanto a nuestro Dominguito, cumplió ya los treinta y tres añ os sin que haya
crecido má s de una yarda. El pobre, como te he dicho, solo mueve los dos dedos de la mano
derecha. Todos los días está má s pesado porque los huesos y la carne se le vuelven piedra. Ruega
allá en el Cielo para que Dios se apiade de él, porque los médicos dicen que no tiene cura y los
yerbateros que está embrujado. Tú averígualo. Tus hijas, que aquí vez, han jurado ante San
Emigdio no casarse para atenderlo…” (En Chimá nace un Santo).

Fragmento 3
“El silencio parecía ser el manto de protección de aquellos hombres que de repente
transformaban la noche en jornada intensa de trabajo Allí no más, en la hondonada, la ciudad
de Barranquilla incubaba sus millones de luces, extendiéndose a todo lo largo del río y a todo
lo ancho de la llanura Cuerpos borrosos y grises corrían entre las sombras de la noche...
Diríase que la inmensa red de las bombillas no tuviera fronteras y, sin embargo, en esta
minúscula superficie de tierra los hombres, las mujeres y los niños se daban prisa en levantar
la ranchería en sus propios límites. Honda desazón los empujaba sin descanso, sin proferir
una sola palabra de desfallecimiento. Daban tumbos, clavaban estacas, derruían la greñuda
maleza.” (Cuentos de muerte y libertad).

“Cuerpos borrosos y grises corrían entre las sombras de la noche... Daban tumbos, clavaban
estacas, derruían la greñ uda maleza. El silencio parecía ser el manto de protecció n de aquellos
hombres que de repente transformaban la noche en jornada intensa de trabajo. Honda desazó n los
empujaba sin descanso, sin proferir una sola palabra de desfallecimiento. Allí no más, en la
hondonada, la ciudad de Barranquilla incuba a sus millones de luces extendiéndose a todo lo largo del
río y a todo lo ancho de la llanura. Diríase que las inmensas redes de bombillas no tuvieran fronteras y,
sin embargo, en esta minúscula superficie de tierra, los hombres, las mujeres y los niños se daban prisa
en levantar la ranchería en su propio límite.” (Cuentos de muerte y libertad).

Fragmento 4
“No le habría sorprendido ver a un mamut por entre los manglares que poblaban la orilla o a
un neardenthal con su piel de reno buscando moluscos en el barro. Anacleto con su atarraya
al hombre y un remo bajo el brazo. Las casas hundidas en el fango parecían emerger de lagos
prehistóricos con sus cañabravas fosilizadas. Una mirada en derredor le confirmó que estaba
en una isla. El rastro de las lombrices en la tierra.; y ahí estaba el hombre, tal como lo
producía la tierra húmeda de la época presente: Una ensarta de mojarras colgaba de su puño.
El barro negro que dejaba la resaca en los callejones. . Huellas humanas” (Corral de negros).

“Anacleto con su atarraya y un remo bajo el brazo, una en sarta de mojarra colgaba de su puñ o.
Una mirada en derredor le confirmaba que estaba en una isla. Las casas hundidas en el fango
parecían emerger de los lagos prehistó ricos de sus cañ abravas fosilizadas. No le habría
sorprendido ver un mamut por entre los manglares que poblaban la orilla o a un neardental con su
piel de reno buscando moluscos en el barro. El barro negro que dejaba la resaca en los callejones; y
ahí estaba el hombre, tal como lo producía la tierra hú meda de la época presente: ” (Corral de
negros).

También podría gustarte