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Análisis Crítico

La generación de la calidad de vida de un pueblo está en función de la


estabilidad y armonía de su sociedad. Sociedades en equilibrio, donde existen
distendidas relaciones entre sus diversos elementos constitutivos, tienden a
marchar satisfactoriamente en el logro del bienestar común de su población. De
allí la importancia de una sociedad sin crisis, una sociedad en desarrollo en pos de
disminuir la exclusión, el mejoramiento de la cohesión social y eliminación de las
desigualdades. En búsqueda de ese ansiado escenario de equilibrio de la
sociedad, existen números aspectos que tienden a desestabilizarlas. Uno de ellos,
el la globalización específicamente por el alcance masivo de los medios de
comunicación y redes sociales. Hay una alta presión en las sociedades, actuales,
para universalizar su cultura, propias de cada nación. Eso conlleva a la dirigencia
de un país, a buscar los modelos teóricos de desarrollo, que mejor se adapten a
las realidades de cada sociedad.

En el caso de sociedades que experimentan crisis, en lo cultural (valores,


creencias y conductas), así como, en lo estructural (familia, estado, economía,
educación y religión), económico, político y social los fundamentos teóricos de
transformación y desarrollo son de gran aplicabilidad en la gerenciación de las
crisis sociales. Existen en el mundo varios ejemplo de líderes que han gerenciado
sociedades sobre el contexto de hechos transformacionales, entre estos tenemos:
la ex Primera Ministro del Reino Unido (tres oportunidades) Margaret Thatcher; el
ex Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (cuatro oportunidades)
Franklin Delano Roosevelt; el también ex Presidente de los Estados Unidos de
Norteamérica (dos oportunidades) Barack Obama; el último Presidente de la Unión
Soviética y Premio Novel de la Paz, Mijail Gorbachov.

Los elementos que componen la sociedad según Paige son su cultura (el
conocimiento, lenguaje, valores, costumbres y objetos materiales que son pasados
de persona a persona y de una generación a otra); y la estructura social (el
complejo marco de las instituciones de la sociedad... y las prácticas sociales... que
conforman una sociedad y que organizan y establecen límites a la conducta de las
personas), entendiéndose como sus elementos el estatus, roles, grupos sociales e
instituciones.

Sobre estas bases conceptuales se desarrolla la comprensión de la sociedad


venezolana, es decir, comprendida desde sus dos elementos constitutivos: 1) La
cultura o identidad nacional (valores, creencias y conductas) y 2) La estructura
social (familia, gobierno, economía, educación y religión).

Para completar la ubicación temática del presente análisis, se define la


acepción que se asumirá sobre crisis, en este sentido se asume la reseñada por la
Real Academia Española (2001), a saber: “situación dificultosa o complicada”.

En este sentido se desarrolla primeramente el análisis de la sociedad


venezolana para determinar la existencia o no de una crisis social seguidamente,
se esboza los aspectos positivos y negativos de la realidad venezolana, en lo
jurídico, en lo político, en lo cultural, así mismo se abordan la perspectiva de
desarrollo en periodos presidenciales actuales y pasados.

La sociedad venezolana se encuentra en la actualidad en un proceso de


transición de un modelo de sociedad seudocapitalista a un modelo de sociedad
socialista. Esta situación de tránsito de una a otra, ha generado una serie de
transformaciones, aún en proceso, a lo interno de la sociedad venezolana y con
ello una dualidad de ambos sistemas en diversos aspectos de la sociedad
venezolana. Esta dualidad ha generado una crisis en la sociedad venezolana.
Rengifo (2009) lo plantea en el Portal Aporrea al señalar que “El factor negativo
interno más importante para canalizar un proceso de transición social en
Venezuela, es la carencia de ideas consientes favorables al cambio”. Biardeau
(2013) plantea dónde se encuentran los obstáculos: “se avanza en la construcción
de una transición post-capitalista paso a paso, a escala nacional, pero una radical
socialización-democratización del poder social: político, económico, cultural,
ideológico y militar, se torna problemática si la situación regional y mundial
permanece invariablemente como contexto global capitalista”. En este sentido es
importante señalar que el contexto global, ya no necesariamente es de carácter
capitalista, tampoco es un mundo de globalización unipoarizado, no obstante la
globalización ha arropado a todos los países, el mundo ya no tiene uno, ni dos,
sino tres o más polos de poder, que se perfilan en contexto no necesariamente
capitalistas.

En este ámbito se plantea la actual situación de crisis de la sociedad


venezolana, caracterizada principalmente por una indefinición del cambio que se
quiere. Rengifo lo argumenta al señalar: “De acuerdo a los resultados electorales,
pareciera que sólo el 50% de la población es proclive a adquirir conciencia para
un cambio”. La crisis cultural que experimenta la sociedad venezolana se define
sobre tres elementos fundamentales: crisis en los valores, crisis en las creencias o
costumbres y crisis en las conductas.
La cultura de la sociedad venezolana está conformada por la fusión de tres
culturas diferentes: la indígena (originaria), la española (conquistadores) y la de
los negros africanos (inmigración). De allí las características multiculturales y
multiétnica. Esta fusión de culturas es lo que generó el mestizaje característico
de la sociedad venezolana.

Los valores son las “creencias estables de que algo es bueno o malo, que
sirven para jerarquizar, decidir, evaluar y reforzar o corregir” (Schmill citado por
Oropeza, 2013). Los Valores permiten al ciudadano actuar bajo ciertas normas y
patrones que garantizan una mejor convivencia y desarrollo social. Sí estos faltan
se manifiesta el deterioro de las relaciones personales y aparece la violencia.
Afecta la felicidad en general del individuo y la sociedad (Acosta citado por
Velásquez, 2014).

En cuanto a los valores de la sociedad venezolana del presente, se observa


la existencia de dos tipos de valores: por una parte los establecidos en la
Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (la vida, libertad,
igualdad, justicia, independencia, paz, solidaridad, bien común, integridad
territorial, convivencia, imperio de la ley, la democracia participativa, la
responsabilidad social, la ética, los derechos humanos y el pluralismo político); por
la otra parte, la implementación de valores socialistas derivados del proceso de
transición hacia la nueva sociedad (equidad socialista, justicia social, ética
socialista, solidaridad socialista, cooperación, complementariedad, reciprocidad y
sustentabilidad), estos valores socialistas fueron desarrollados formalmente en el
Proyecto de Reforma de la Constitución Nacional votado en 2007, y el cual fue
desaprobado electoralmente.

Esta dualidad de valores genera una dispersión en cuanto a la claridad de


los valores de la sociedad venezolana. Una parte de la población asume los
valores formales establecidos en la constitución, mientras otra parte, asume los
valores del proceso de transición. Paralelamente, se aprecia en la sociedad
venezolana una crisis moral que está repercutiendo profundamente en la dinámica
diaria de los ciudadanos, en este sentido, Brito (2013) señala:

En estos tiempos reina la idea de obtener todo, lo más rápidamente posible,


ya sea individualmente, o entre los pueblos, lo cual reduce las relaciones humanas
a un estado de irresponsabilidad y salvajismo moderno: asesinatos, asaltos y
atracos a manos armadas en carreteras, caminos y calles de las ciudades, a los
bancos, tiendas, almacenes y a los ciudadanos en general.
Enriquecimiento ilícito con dineros privados y públicos. Extorsiones y pago
de millonarias cuotas o vacunas impuestas a comerciantes, empleados,
ganaderos, y lo que es peor, como una degeneración, ya hasta los niños, niñas y
jóvenes escolares les quitan los celulares y el poco dinero que sus padres les dan
para comprar alimentos en los momentos de recreo.

A todo lo anterior le sumamos hechos horrorosos y demoniacos como son


las violaciones sexuales a niños y niñas a quienes después asesinan. Criaturas
recién nacidas son abandonadas y arrojadas por sus madres en lugares solitarios
o en basureros.

El gran filósofo español Fernando Sabater (2002) señala que "cuando


personas supuestamente normales cometen barbaridades como esas, es señal de
que la sociedad perdió el control de sí misma y las personas no tienen la noción
de lo que es correcto e incorrecto, se van perdiendo la ética, la moral y los
valores".

En la actualidad Venezuela vive una crisis moral y ética, si algún concepto


caracteriza y tipifica en forma clara el momento y el problema, es lo que
pudiéramos denominar la crisis de valores. Venezuela vive una profunda crisis
espiritual, causa y raíz de los otros males que a diario se mencionan y que no son
sino secuelas y síntomas de la verdadera enfermedad: La ausencia de éticas
(León, 2013).

En cuanto a lo positivo de la actual situación es que hay mayor capacidad


de reflexionar, comenzar a construir una sociedad en la cual se valores más el
sentido de familia, de convivir en sociedad, de entender que la sociedad necesita
del individuo y que el individuo necesita de la sociedad. Nuestra sociedad se
caracteriza por ser un pueblo de mucha creencia, y fe. En este sentido, Montero
(1984) desarrollo uno de los estudios más completos sobre la identidad
venezolana, quién, a partir de un análisis socio psicológico basado en la
autoimagen de los individuos, concluye que la identidad venezolana presenta las
siguientes creencias dividiéndolas en Negativas (Autoritarismo, Carencia de
sentido histórico, Emotividad, Fatalismo, Incompetencia, Pasividad, Violencia) y
Positivas (Coraje, Generosidad e Igualitarismo). Esta misma autora actualizó este
estudio para 1993, encontrándose muy pocas variaciones. Montero (1993). Por su
parte, Hannot (1996), plantea el inconformismo y pesimismo como rasgo
característico de la visión que los venezolanos se han formado sobre sí mismos.
Domínguez (1992), coincide en otorgar los mismos resultados en función de la
autoimagen, pero determinando que lo instrumental negativo permanece siendo
porcentualmente mayor que lo socio afectivo positivo. Vargas (2005) en un estudio
relacionado a la identidad del venezolano desde el discurso oficial, concluye que el
venezolano está en proceso de cambio ideológico y la participación política del
venezolano es relativa y, en el fondo, sigue siendo sujeto pasivo de los
gobernantes.

De esta manera, podemos concluir que la creencia genérica de la sociedad


venezolana, está sustentada en la imagen negativa que el venezolano tiene de sí
mismo. Esta conclusión, en buena medida, valida la existencia de la crisis de la
sociedad venezolana (entendiéndose crisis como un elemento negativo).

Comprendamos, lo que son las características principales de las conductas


dominantes imperantes en la sociedad venezolana. En este sentido, con base al
trabajo de Montero, se desarrollan las principales conductas del venezolano. En
principio se desarrollan las negativas por ser mayoritarias: indiferencia, fatalismo,
falta de tenacidad y de motivación, falta de creatividad y de curiosidad, predominio
de la verbalización sobre la acción, irresponsabilidad, pereza, falta de
organización, admiración de la fuerza, caudillismo, orgullo, deseo de mando,
sentido de superioridad, egocentrismo, mesianismo, fanfarronería y machismo,
olvido, la falta de una memoria histórica, la inestabilidad, la irreverencia, frivolidad,
la obediencia a los instintos e impulsos, la agitación, el individualismo, creencia en
el destino y el azar, la superstición, la desesperanza, la desconfianza, fogosidad
romántica, las tendencias belicosas y guerreras, la malicia, el desorden, y el amor
de la aventura.

Entre las conductas positivas, se tiene: ausencia de cobardía, coraje,


hospitalidad, la esplendidez, la liberalidad, el perdón a los enemigos y el olvido de
las ofensas, la igualdad, la tolerancia. En este sentido, las conductas de la
sociedad venezolana asumen las mismas características de sus creencias,
destacándose mayoritariamente las conductas negativas sobre las positivas.

Se concluye sobre un acercamiento a los principales rasgos identificatorios


de la crisis de cultura de la sociedad venezolana. En este sentido se aprecia la
existencia de valores confusos derivados de la transición hacia el socialismo (una
parte de la población profesa los valores constitucionales y otra parte profesa los
nuevos valores socialistas); en cuanto a las creencia y conductas, ambas
presentan una orientación hacia lo negativo, aspectos como autoritarismo,
carencia de sentido histórico, emotividad, fatalismo, incompetencia, pasividad y
violencia son muy mayoritarios ante aspectos positivos como el coraje, la
generosidad y el igualitarismo.
En cuanto a lo igualitario el contexto del socialismo, aunque está planteado
desde el Gobierno, el estado en su estamento jurídico, como lo es la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), no habla en ninguno de sus
articulados de un estado socialista , esto plantea una disyuntiva, a tal punto en el
que jurídicamente pareciera haber dos estados un estado que se dirige y obedece
a un modelo y estructura socialista e igualitaria, y por otro un estado que obedece
a las fuerzas que impone el mercado.

Por esta razón la actual situación plantea una oportunidad para el formateo
de la economía y generar nuevas relaciones de carácter económico entre el
individuo y la sociedad. A manera general podemos considerar que en los
periodos presidenciales del siglo XXI (Hugo Chávez y Nicolás Maduro) hubo un
realce de muchos valores patrios y un retomar del valor cultural, como por ejemplo
valorar más y mejor nuestra música y nuestras tradiciones, hasta tal punto de ser
muchas de esas tradiciones; decretadas patrimonio intangible de la humanidad
por organismo internaciones como la UNESCO. Mientras que en los pasados
periodos presidenciales hubo gobiernos en los cuales no había la preocupación
por el aspecto cultural, ya que buena parte de la sociedad recibía las influencias
culturales de países extranjeros.

Así podemos considera que la crisis estructural que experimenta la


sociedad venezolana se describe sobre cinco elementos fundamentales: crisis en
la familia, crisis en lo político, crisis en lo económico, deficiencias en la educación,
y el análisis de la religión.

1) La Familia

La sociedad venezolana da una alta importancia a la familia como elemento


de interacción social. Mora (2007) desarrolla la relación entre las familias y la
dinámica de la sociedad venezolana, en este sentido señala: “El papel que tiene la
familia en el desempeño social del individuo, junto a la presencia que ha venido
tomando esta institución a través de la participación social que desarrollan sus
miembros, permiten afirmar el vínculo insustituible, la ligazón sostenida y la
interdependencia entre familia y sociedad”. (p. 71).

Palacios & Rodrigo (2001) definen la familia como la “unión de personas


que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere
duradero…” (p. 33). La familia juega un rol importante en la dinámica social ya que
“genera y transmite la forma básica del valor moral: las maneras de vinculación
social, que es lo que sostiene lo comunitario y los imaginarios -el sistema de
representación de la cultura…” (Vidal, 2003, p. 357).

Esta situación, permite señalar la generación, en muchos casos, de


situaciones críticas en el desenvolvimiento familiar y en su interdependencia con el
resto de la estructura de la sociedad: altos índices de delincuencia y de
inseguridad ciudadana, alto índice embarazos precoces, son algunas de las
consecuencias de la situación familiar actual.

2) El Estado

La sociedad venezolana experimenta actualmente una crisis en el


funcionamiento político del Estado, caracterizada por un marco constitucional en el
cual se desarrolla principalmente un Estado Federal descentralizado que no se
adapta al proceso de transición hacia el socialismo. El problema central radica en
que la nueva Constitución Nacional aprobada en 1999, no se enmarca totalmente
en los requerimientos jurídicos necesarios para transitar hacia una sociedad
socialista. En este sentido, el reconocido Profesor Emérito de la Universidad
Central de Venezuela, Allan Brewer-Carías (2001) señala “con la nueva
Constitución de 1999, a pesar de haber sido producto de una Asamblea Nacional
Constituyente, convocada en un momento constituyente excepcional, derivado de
la severa crisis del sistema político, sin embargo, puede decirse que con ella no se
produjo reforma del Estado alguna, pues no se cambiaron las relaciones del
Poder” (p. 3). Esa situación fue lo originó la presentación de un Proyecto de
Reforma de la Constitución Nacional en 2007, en la cual se perseguía darle rango
constitucional a aspectos como: un nuevo modelo productivo; la continuidad de la
elección presidencial; la nueva geometría del poder: el reordenamiento socialista
de la geopolítica de la nación; el poder popular; y una nueva la política
internacional. Este proyecto de reforma constitucional fue sometido a referendo
aprobatorio resultando negado en las urnas electorales.

Sin embargo, Brewer-Carías (2014) plantea que dichos elementos negados


han sido implantados en el ordenamiento jurídico posteriormente, en este sentido
señala “en forma evidentemente inconstitucional ha sido también implementada
sistemáticamente durante el último lustro, mediante legislación ordinaria, tanto a
través de leyes sancionadas por la Asamblea nacional como mediante decretos
leyes dictados con ocasión de delegaciones legislativas (leyes habilitantes) a partir
de 2008” (p. 29). La situación descrita ha generado una crisis en la estructura
política de la sociedad venezolana, lo que ha llevado a posiciones antagónicas y
en muchos casos irreconciliables.
3) La Economía

En el ámbito económico la situación es similar a la política, Brewer-Carías


(2007) señala que “la Constitución de 1999 establece un sistema económico de
economía mixta, es decir, de economía social de mercado que se fundamenta en
la libertad económica, pero que debe desenvolverse conforme a principios de
justicia social, que requiere de la intervención del Estado (p. 29). Sin embargo, en
el proyecto de Reforma Constitucional de 2007, se planteaba nuevas formas de
propiedad, empresas de producción social, nueva arquitectura financiera y una
nueva concepción de las funciones del Banco central de Venezuela. De estas
reformas, la mayoría han sido implantadas por vía de leyes o decretos de la
República.

Esta situación jurídica y su implementación en la dinámica económica del


país, ha ido generando progresivamente una pérdida de la credibilidad en la
actividad económica y un desestimulo a la estructura productiva nacional. La
expropiación de empresas, la nacionalización en otra, ha generado una
modificación en la participación del sector público y privado en la economía. El
sector público ha expandido su participación en la economía del país, sin
embargo, la gestión de esas empresas no ha sido exitosa caracterizándose más
bien por una gestión improductiva. Ante esta realidad, las inversiones de capital
interno y externo en el aparato productivo nacional han disminuido
importantemente, impactando negativamente la producción privada.

En síntesis, existe en la sociedad venezolana una crisis económica


caracterizada por un fuerte incremento de la cantidad de dinero en circulación,
originado por devaluaciones cambiarias y no por un respaldo productivo, lo cual ha
generado altos índices inflacionarios y fuerte pérdida del poder adquisitivo; existe
igualmente un estancamiento en la economía nacional, disminución de la
producción de bienes y servicios, presionando un incremento sostenido de las
importaciones venezolanas, las cuales no alcanzan a satisfacer las necesidades
de toda la población y se presenta altos índices de escases.

4) La Educación

La educación venezolana es caracterizada en la actualidad por una


masificación importante, sin embargo persisten problemas de la calidad de la
educación. “Desde el año 2002, el Sistema Educativo Bolivariano (SEB) ha estado
signado por planes, políticas, programas y proyectos dirigidos a garantizar la
inclusión, permanencia, prosecución, culminación y aumento de la cobertura de
todos y todas en el sistema, lo cual ha implicado transitar hacia una educación
emancipadora y dignificante en el marco de los principios constitucionales”
(UNESCO 2010).

Los objetivos en educación para el 2015, Educación para Todos (EPT),


acordados en la Cumbre de las Naciones Unidas, conocida como la Cumbre del
Milenio del 2000, son seis: atención y educación de la primera infancia, enseñanza
primaria universal, competencias de jóvenes y adultos, alfabetización de los
adultos, paridad e igualdad de género, y calidad de la educación. La UNESCO
hace seguimiento anual al cumplimiento de estos objetivos y se ha desarrollado
Índice de Desarrollo de la Educación para Todos (IDE) para facilitar dicho
seguimiento.

De los objetivos trazados en el milenio para Venezuela, se han logrado


alcanzar los cinco primeros, quedando aún por lograr la calidad de la educación.
En este sentido, Pineda (2014) señala “De manera que al revisar el Índice de
Desarrollo de la Educación para Todos (IDE) podemos afirmar que Venezuela
(1998-2010) ha alcanzado cinco de los seis objetivos del EPT”. Seguidamente
señala: “el planteamiento de la calidad educativa en Venezuela debe plantearse
desprejuiciadamente, si realmente queremos avanzar en lograr una educación
acordes con las metas del milenio en materia educativa, y garantizarle a las
nuevas generaciones un país realmente vivible en términos de calidad de vida,
justicia y paz”.

Finalmente, la educación venezolana ha experimentado un impulso en los


últimos años, y posee un sistema que da cobertura a casi la totalidad de la
población venezolana, sin embargo, presenta un problema de calidad educativa.
La calidad educativa que se imparte en el país no está, acorde a los retos de la
sociedad contemporánea.

5) La Religión

En cuanto al aspecto de la religión, la sociedad venezolana está


caracterizada por la coexistencia y convivencia armoniosa de diferentes religiones.
En este sentido, para Franco, F. (2012) y Ascensio, M. (2012) citados por Lafee &
Miranda (2013) “en Venezuela, existe un amplio sistema religioso, porque aunque
la población es mayoritariamente católica, coexisten numerosas religiones, cultos
y creencias, como diversas religiones cristianas, la santería y el culto a María
Lionza, solo por mencionar algunas (p. 19).

En este sentido, la sociedad venezolana no posee elementos que se


puedan configurar conflictos bélicos derivados de diferencias religiosas.

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