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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL P. P. PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


U.P.T.O.S. “DR. CLODOSBALDO RUSSIAN”
CUMANÁ- ESTADO SUCRE
ING. ELECTRÓNICA

EDUCACIÓN ENERGÉTICA

Prof.: José Lara Realizado por:


Reggie Coronado CI: 16314465
Hernán León CI: 15575754
Hernán Medina CI:17212463

Cumaná, abril de 2015


INTRODUCCIÓN

La educación energética de respeto ambiental es un proceso continuo de


acciones pedagógicas dirigidas al desarrollo de un sistema de conocimientos,
procedimientos, habilidades, comportamientos, actitudes y valores en relación con
el uso sostenible de la energía. Posee, entre otras características, un marcado
carácter interdisciplinar, un estrecho vínculo con la educación ambiental y los
objetivos declarados en las conferencias mundiales que se han hecho al respecto.
Se le concibe como un eje transversal en el currículo escolar. A partir de la crisis
energética mundial que tuvo lugar en la década de los setenta del pasado siglo,
comenzó a generalizarse una toma de conciencia respecto al tema del abasto y el
consumo de energía. A finales de esa década y durante los años ochenta
comenzaron a aparecer trabajos en publicaciones especializadas que abordaban
la problemática energética desde su arista educativa.

Muchos autores han investigado acerca de los conocimientos y actitudes de


estudiantes y maestros de diferentes niveles de enseñanza en relación con la
energía y su ahorro. La mayor parte de los trabajos relativos a la educación
energética en los últimos treinta años han versado acerca de la conservación de la
energía. Por otro lado, en la década de los ochenta del pasado siglo algunos
investigadores occidentales, defensores a ultranza de la solución nuclear ante el
problema de la satisfacción de la creciente demanda eléctrica, publicaron artículos
de corte educativo tendentes a promover en los estudiantes y maestros conductas
positivas acerca del empleo de la energía del núcleo atómico para la generación
de electricidad.
EDUCACIÓN ENERGÉTICA

La educación desempeña un papel estratégico en la mejora de la eficiencia


energética. Por supuesto, la educación es un área en la que el Estado dispone de
competencias exclusivas, pero el desarrollo de las actividades en este campo
permite difundir la información y los programas existentes, además de promover
buenas prácticas.

El objetivo es contribuir a la formación de las actuales y futuras


generaciones sobre una conducta cívica responsable, que partiendo del
conocimiento de la situación energética actual que vive el país, garantice una toma
de conciencia de la necesidad del uso racional de la energía eléctrica, su ahorro y
la consecuente contribución a la protección del medio ambiente, en el marco del
desarrollo sostenible.

CONCIENCIA ENERGÉTICA

En la formación de una conciencia de ahorro de energía es indispensable la


interiorización de valores tales como: la responsabilidad, la solidaridad, el
patriotismo, la honestidad, y la disciplina social, que entre otros elementos,
conforman la educación ciudadana que se debe conseguir en las nuevas
generaciones.

El aseguramiento metodológico encaminado a conseguir la la formación de


una conciencia energética y en particular el desarrollo de valores, presupone:

1. Considerar la personalidad en su integridad.

2. Centrar el proceso de la formación de valores en las necesidades del


individuo en las diferentes etapas de su desarrollo, en correspondencia con
las exigencias sociales.
3. Desarrollar una actitud favorable y valorativa hacia los conocimientos y
habilidades, utilizando las posibilidades que brinda el contenido de las
diferentes asignaturas.

4. Seleccionar métodos que promuevan la participación independiente y


garanticen que los educandos elaboren sus proyectos de vida y desarrollo
personal, tomen decisiones y se cree un clima que aliente el pensamiento
crítico y reflexivo.

5. Promover el respeto y amor a las tradiciones y normas de convivencia


social.

En correspondencia con lo anterior, el trabajo metodológico de los centros


educacionales tendrá que ser muy creativo. Debe centrarse el trabajo en las
escuelas, empleando diversas fuentes alternativas de energía, con la participación
de alumnos y trabajadores en actividades, tales como:

Instalación de molinos de viento para el abasto de agua.

Construcción de fogones eficientes que trabajan con biomasa (leña,


bagacillo, cáscaras).

Iluminación, utilizando paneles fotovoltaicos.

Instalación de generadores eólicos.

Construcción de plantas de biogas.

Calentadores y cocinas solares.


FORMACIÓN DE VALORES ENERGÉTICOS

La escuela debe jugar el papel que le corresponde en la formación de


valores y actitudes asociadas al uso racional de la Energía Eléctrica, su ahorro y el
empleo de fuentes de energía renovable.

La aplicación sistemática, en todos los centros docentes, del Programa de


Ahorro de Energía en el Ministerio de Educación (PAEME), contribuye a formar, en
las actuales y futuras generaciones, una conducta cívica responsable que parte
del conocimiento de la situación energética del país y permite interiorizar la
necesidad del uso racional de la Energía Eléctrica, su ahorro y el consecuente
aporte social a la protección del medio ambiente.

Para contribuir al desarrollo de una conciencia de ahorro energético, es


fundamental formar valores tales como: la responsabilidad, la solidaridad, el
patriotismo, la honestidad y la disciplina social que, entre otros componentes,
conforman la educación político-ideológica y ciudadana que se debe lograr en las
nuevas generaciones de cubanos.

ENERGÍA SOLAR EN LAS ESCUELAS RATHENOW, ALEMANIA.

La ciudad Rathenow, en Alemania del Este, ha promovido activamente la


eficiencia energética durante muchos años. La agencia energética local fue creada
en 1996 y desde 1997 ha hecho funcionar un novedoso proyecto sobre la gestión
energética en las escuelas. El proyecto está plenamente integrado en el programa
de estudios e implica a alumnos, profesores y otro personal escolar en proyectos
prácticos y lúdicos de ahorro de energía. La novedad es que el 80 % del ahorro de
energía logrado por las escuelas es aprovechado para financiar otras actividades
de ahorro de energía.

Una parte del proyecto es la construcción de un sistema fotovoltaico de un 1


kW en las escuelas con la participación de estudiantes y profesores, como parte
práctica del programa de estudios de física. Las células solares se conectan al
suministro de electricidad escolar y pueden ahorrar a la escuela un promedio de
800 kW/hora al año. La producción diaria de los paneles fotovoltaicos es
supervisada por ordenador y transmitida por Internet a un instituto solar. Este
intercambio de información mantiene conectadas a las escuelas implicadas en el
proyecto.

Hasta ahora las nueve escuelas de Rathenow implicadas en el proyecto


han mostrado una considerable reducción en el consumo de energía. Después del
primer período de tres años del proyecto, las reducciones individuales oscilaban
entre el 10 % y el 15 %, con un beneficio económico total de 35 000 euros. La
evaluación del proyecto muestra una sensibilización mucho mayor de estudiantes
y profesores sobre las cuestiones energéticas, tanto en la escuela como fuera del
entorno educativo. Otras escuelas de Rathenow han integrado igualmente
dispositivos fotovoltaicos y el sistema se extenderá a las guarderías

¿Puede cambiar la Educación Energética en la infancia el comportamiento


del consumidor?

Buena parte de nuestras ideas y conocimientos, así como la base de


nuestro comportamiento adulto, se adquieren durante nuestra educación. Los
sistemas de educación pueden modificar las actitudes de un individuo
exponiéndolo a nuevas ideas y conceptos, y dando al estudiante la capacidad
social y analítica que le permita evaluar de forma racional sus opciones en la vida.
El comportamiento es uno de los parámetros directamente relacionados con el
consumo individual de energía. El comportamiento individual en el uso de la
energía viene determinado por diversos factores, entre los que destacan la actitud,
los ingresos y el precio de la energía.

Tradicionalmente, los gobiernos han intentado cambiar el comportamiento a


través de la imposición de precios energéticos más altos, de impuestos o de la
introducción obligatoria de nuevas tecnologías. Sin embargo, los cambios
verdaderos y permanentes de comportamiento sólo se lograrán convenciendo a los
individuos de las ventajas reales, no aplicando simples factores exteriores. Un
ejemplo de ello es la reducción del consumo de combustible tras la crisis del
petróleo, cuando los precios aumentaron. Cuando los precios volvieron a bajar, el
consumo volvió a aumentar, lo cual demuestra que los cambios de comportamiento
eran puramente consecuencia de unos precios demasiado altos. Así pues, el
cambio de comportamiento requiere la introducción de nuevos valores, que
abarquen a todos los niveles de la sociedad. Es evidente que la educación puede
influir en la actitud y dar lugar a cambios de comportamiento, y que también puede
informar a los individuos sobre la política y la tecnología energética, promoviendo
cambios de comportamiento.

EL PAPEL DE LOS CIUDADANOS

Cualquier iniciativa educativa sobre el uso de la energía debe poner de


relieve los variados papeles ejercidos por los diversos agentes de la sociedad. Es
muy importante concienciarse de la energía que utilizamos como particulares,
familias, hogares, estudiantes u organizaciones –al igual que el beneficio que
puede obtenerse aprovechando la energía– tanto a nivel individual como colectivo.

Los ciudadanos son agentes clave para asegurar el uso razonable y


adecuado de la energía. La educación puede proporcionar una base para la
comprensión y un cauce de información que necesitan los ciudadanos para tomar
decisiones racionales y ser conscientes del consumo. Todos tienen que
desempeñar su papel al elegir las tecnologías más eficientes en el trabajo y el
hogar, asegurándose de que sus hogares, lugares de trabajo y vehículos
mantengan la máxima eficiencia energética posible. Así, sería bueno animar a los
propios estudiantes a que formulen sus propias propuestas de estrategias para
solucionar los problemas energéticos de la sociedad.
EL PODER DE LOS NIÑOS

El método psicológico denominado «pedagogía del compromiso» también


ha demostrado su valor práctico, especialmente cuando el uso de la metodología
va precedido por una buena preparación. De nuevo, el principal elemento impulsor
de este proceso es animar a los individuos a asumir la responsabilidad y a
interiorizar las cuestiones, cambiando así su comportamiento «por sí mismos» e
identificándose con los valores que constituyen la base del proyecto.

Un ejemplo es un proyecto desarrollado en el marco del programa Altener,


una iniciativa financiada por la UE para la promoción de las fuentes de energía
renovable. El proyecto fue llamado «Force for Energy by Children» (véase el caso
práctico «El poder de los niños») y fue desarrollado en nueve regiones europeas,
en particular la región de Provenza-Alpes-Costa Azul de Francia. En esta acción
de investigación participaron once escuelas primarias; su objetivo era promover el
comportamiento ecológicamente consciente de los niños de entre nueve y diez
años de edad. La clase de comportamiento promovido, por ejemplo, era tomar
duchas en vez de baños, no dejar el grifo abierto al cepillarse los dientes, etc.

El ejercicio se realizó durante el curso escolar 2002-2003 e implicó a 700


niños con 28 profesores formados específicamente para el proyecto «pedagogía
del compromiso». El objetivo era también comprometer a las familias, por medio
de sus hijos, y hacerlas más conscientes del ahorro de energía, por ejemplo
apagando por completo la televisión en vez de dejarlas en modo de espera. Tras
el proyecto se observó un aumento general de la concienciación sobre eficiencia
energética y protección del medio ambiente.
CONCLUSIONES

Las vías para la educación energética en el mundo han transitado desde una
visión centrada desde el punto de vista del ahorro. Pero también se han
establecido métodos y estructuras legales, decretos e indicaciones que
involucran totalmente a las escuelas en la situación educativa que se ha
analizado, con el fin de que sea esta el factor determinante en la formación
consciente de los individuos en lo que respecta al ahorro energético mundial.

Se puede concluir también que los propósitos del ahorro energético, así como
la educación energética, es el de optimizar los recursos de los que se
disponen actualmente, evitar excesos de contaminación por la emanación de
gases producto de las formas tradicionales de generación de energía,
disminuir el cambio climático y el desgaste de la corteza terrestre; y además
ayudar a concientizar sobre el gasto inadecuado de la energía y las diferentes
formas novedosas y alternativas de obtenerla.

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