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III Domingo de Tiempo Ordinario: DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

Monición:
El Papa Francisco nos dice: “Establezco que el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la
celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios.”. Las comunidades encontrarán el modo de vivir
este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se
entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios.
En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de
relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor.
La entronización de la Palabra es especialmente significativa, como lo ha dicho el Santo Padre, al CELEBRAR
EL DOMINGO DE LA SAGRADA ESCRITURA, pues expresa el deseo de encontrarnos con Jesucristo,
Palabra del Padre, Camino, Verdad y Vida de la humanidad.

Ambientación
Ambientación externa
Se sugiere adecuar el lugar donde se profundizará por este Mes la Palabra de forma organizada, con creatividad
y armonía. Que el espacio sea sobrio, bien dispuesto, ordenado y limpio.
Podemos colocar:
 Un ambón.
 Velas
 Flores, preferiblemente naturales, que se vayan renovando constantemente, para cada encuentro.
Se prepara con anticipación el ambón donde va a ser colocada la Sagrada Escritura (puede ser con flores y con
carteles con algunas frases de la Sagrada Escritura).
Si la entronización es solemne se usan los ciriales y la cruz alta para la procesión; si es sencilla, el Diácono (o la
persona designada) lleva en alto la Biblia durante toda la procesión.
Entronización de la Biblia
Saludo Celebrante:
Que el Señor Jesús, Palabra de Vida que ilumina nuestro entendimiento e inflama con su amor nuestro corazón,
presida esta Mes de la Biblia con su presencia amorosa, a través de la Palabra y en la vida de nuestra
comunidad.

Monición:

Hermanos: ¡Rindamos un sentido homenaje y culto a la Palabra de Dios! Iniciemos nuestra procesión de
Entronización de la Sagrada Escritura cantando, y como manifestación de nuestra alegría, recibámosla con un
fuerte aplauso.
Inicia el canto y la procesión con la Sagrada Escritura, la vela y el espejo. Mientras tanto cantamos: Tu Palabra
me da vida.
Canto:

TU PALABRA ME DA VIDA - Salmo 118


Las canciones de la asamblea. Paulinas.

TU PALABRA ME DA VIDA; CONFÍO EN TI, Escogí el camino verdadero


SEÑOR.
Y he tenido presente tus decretos.
TU PALABRA ES ETERNA: EN ELLA
Correré por el camino del Señor,
ESPERARÉ.
Cuando me hayas ensanchado el corazón.

Dichoso el que, con vida intachable,


Éste es mi consuelo en la tristeza:
Camina en la ley del Señor.
Sentir que tu Palabra me da vida.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
Por las noches me acuerdo de tu Nombre,
Lo busca de todo corazón.
Recorriendo tu camino, dame vida.

Postrada en el polvo está mi alma,


Repleta está la tierra de tu gracia;
Devuélvame la vida tu Palabra.
Enséñame, Señor, tus decretos.
Mi alma está llena de tristeza,
Mi herencia son tus mandatos,
Consuélame, Señor, con tus promesas.
Alegría de nuestro corazón.

SIGNOS (La palabra, la luz y el espejo)


Tres personas tomarán la Biblia, el cirio y el espejo, que levantarán frente a la comunidad en la medida que sean
presentados por el animador.
Sacerdote: He aquí la Palabra.
Monitor: Que aprendamos a escuchar, estudiar, enseñar, orar y testimoniar la Palabra con nuestra vida.
Sacerdote: He aquí la luz.
Monitor: Que ella sea antorcha para nuestros pasos y seguridad en nuestro camino.
Sacerdote: He aquí el espejo.
Monitor: Que la Palabra sea como un espejo, donde arreglemos nuestra vida, según la historia, los personajes y
las enseñanzas que se reflejan en ella.
Sacerdote: He aquí la comunidad.
Monitor: Lugar privilegiado donde se comparte y reparte el pan de la Palabra.
Al colocar todos los signos en el lugar adecuado, el sacerdote la inciensa o la venera con un gesto bien
expresivo (si hay incienso o besando la Sagrada Escritura). Luego de este momento se inicia la Liturgia de la
Palabra.
Monición a las lecturas:

Preces de la Comunidad
Celebrante:

Demos gracias a Dios que por medio de Jesucristo, su Palabra eterna, ha creado el mundo y por su Encarnación
nos creó de nuevo, redimiéndonos. Pidámosle por el mundo entero, para que llegue a todos la salvación.
Oremos juntos diciendo: Te rogamos, óyenos.

1. Para que el Evangelio penetre en los pueblos, se encarne en las culturas y hermane a todos los hombres sin
distinción de condición social, raza, lengua o religión. Roguemos al Señor.

2. Para que la Palabra de Dios, viva y eficaz, llegue al corazón de nuestros gobernantes, los transforme y los
haga comprometerse en la búsqueda sincera de la paz, la justicia y el bienestar. Roguemos al Señor.

3. Para que todos nosotros, llamados a través del Bautismo al seguimiento de Jesucristo, en este Mes de la
Biblia abramos nuestros corazones a la Palabra y obtengamos de Dios la fuerza, la valentía y el amor suficientes
para responder a nuestra vocación. Roguemos al Señor.

4. Para que, unidos a Jesús, aprendamos a amar como Él amó, y construyamos un mundo justo y fraterno.
Roguemos al Señor.

5. Por nosotros, reunidos alrededor de la mesa de la Palabra y la Eucaristía, para que escuchando su Palabra,
comiendo su Pan y bebiendo su Cáliz formemos con todos los cristianos un solo Cuerpo movido por un mismo
Espíritu. Roguemos al Señor:

Celebrante:

Señor y Dios nuestro, que nos llamas al seguimiento de tu único Hijo, Jesucristo, y nos invitas a trabajar por tu
Reino; atiende nuestras súplicas y haznos cada día mejores participantes en la comunidad, humanos y
solidarios, para que podamos responder con amor al amor que nos has dado y ofrezcamos los frutos abundantes
del trabajo que hacemos en nombre de Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.

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