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La obra comienza narrando la entrada de Ernesto y su padre, un abogado de

provincias, al Cusco; para visitar al viejo, el tío de Ernesto, ya que el padre


tenía que resolver unos asuntos con él.

Ernesto aprovecha el corto tiempo para visitar algunos lugares del Cusco, de
los cuales quedó sumamente maravillado y asombrado. Este acontecimiento
hace que Ernesto se sienta identificado con la cultura del mundo andino;
además este muchacho llega a conocer la explotación y el maltrato que sufren
los indios por parte de los terratenientes.

Ernesto narra los múltiples viajes que realizó con su padre recorriendo acerca
de 200 pueblos de la Sierra.

Ya al día siguiente de llegar al Cusco se despiden de el para emprender su


viaje hacia Abancay, en donde ya establecidos, Ernesto es dejado en un
colegio religioso, a la vez internado, el cual es escenario de diversos conflictos
juveniles. El padre por su parte tuvo que dirigirse a otro pueblo por trabajo,
acontecimiento que los deja muy apenados a ambos.

Ernesto pasó muchas aventuras, una de ella fue cuando un compañero de él,
llamado Antero llevó el primer zumbayllu al colegio, que próximamente se lo
regalaría; el cual fue el comienzo de una linda amistad entre ellos.

Otro hecho que ocurrió en el pueblo fue la sublevación de las mujeres


chicheras, encabezado por doña Felipa, lo que desencadenó un gran conflicto
con las diversas autoridades y una incansable persecución hacia estas mujeres
en especial a la líder del motín.

Para finalizar la obra esta concluye con una gran peste la cual azota a todos los
pobladores, ocasionando que muchos de ellos tengan que huir, quedándose
solo los colonos, quienes capturaron Abancay, para que les ofrezcan una
última misa como resignación ante lo ocurrido.

Ernesto por su parte recibe una carta de su padre, en donde le dice que vaya a
vivir con su tío, por lo que emprende rápidamente su viaje, recordando en el
transcurso, algunas anécdotas y consejos.

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