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Universidad Nacional de Formosa

Facultad de Humanidades
Profesorado en Letras
Cátedra: Lengua y cultura Griegas.
Profesora: Benítez Analía.
Alumnas:
-Paz Rosa Fernanda.
-Pardo Camila.
Informe:
Introducción a la Grecia antigua. Capítulo 1: La invención de Grecia.
Autor: Javier Gómez Espelosín.

 Una imagen de Grecia:


En este primer apartado, el autor plantea la idea de Grecia como referencia ejemplar
para nuestra cultura occidental, en cómo se elogió y se sigue elogiando los logros
conseguidos por los griegos.
Desde el Renacimiento hasta el siglo XX estas ideas han influido en diversos campos:
la educación, la vida pública, el sistema democrático, la arquitectura, las artes y la
literatura.
A fin de cuentas, Gómez Espelosín afirma que esta idealización de Grecia se constituyó
desde la distancia a causa de la permanencia de la literatura y las artes de antiguos
griegos. Los restos de su arquitectura y esculturas permanecían en la distancia ya que,
debido a la caída del Imperio Bizantino en 1453, Grecia había quedado dentro de los
dominios turcos, separada del occidente europeo.
Es así que las primeras exploraciones realizadas en territorio griego datan del siglo
XVIII en adelante, es por esto que el autor manifiesta que los mayores impulsores de la
idealización de Grecia nunca llegaron a pisar suelo griego.
De esta manera, los textos y los ideales estéticos ayudaron a construir esa imagen
idealizada de Grecia, donde predominaban los ideales de la libertad, la sabiduría moral
y científica, la belleza, la razón y la armonía. El surgimiento de ese genio singular llevó
a que se hablase de un milagro griego, el cual situaba a esa cultura en un lugar aislado y
único, fuera del alcance de la influencia de otras culturas. La existencia de ese genio
griego es la causa de una concepción de supremacía indiscutible de la cultura griega.
Ese aislamiento de Grecia se vio consolidado por los estudios de filología clásica a
partir del siglo XVIII en Alemania. De esta forma, la imagen ideal de Grecia se
convirtió en modelo de referencia sobre todo para la cultura europea, la cual buscaba
reproducir esos niveles de racionalidad política e intelectual y de perfección estética y
moral.

 Del estereotipo a la realidad:


Javier Gómez Espelosín manifiesta que existen diferencias entre la imagen ideal de
Grecia y la realidad más cruda de la historia del mundo griego.
A partir del siglo XIX se iniciaron campañas de exploración arqueológicas, lo que
permitió el hallazgo de nuevos restos materiales e inscripciones. Esto, sumado a la
lectura de fuentes literarias conservadas con una mirada objetiva, también hizo posible
una visión diferente del mundo griego antiguo, menos idealizada y más crítica.
Así también, según el autor, el mejor conocimiento de las culturas orientales a mediados
del siglo XIX puso de manifiesto la falsedad de una Grecia aislada de su contexto y los
efectos de la interacción y el contacto con otras culturas.
Espelosín resalta que Grecia como tal nunca existió. Según el autor:
 No hubo ninguna unidad política unitaria y homogénea.
 No existió una idea clara y bien definida de lo que era Grecia desde el punto de
vista geográfico.
 No existía homogeneidad desde el punto de vista étnico, ni en los terrenos
lingüístico, cultural o religioso.
 No existía una lengua común, sino una enorme diversidad dialectal.
 Tampoco hubo un esquema común de evolución política uniforme y general.
 El mundo griego no se identifica tampoco de manera exclusiva con el lugar que
ocupa actualmente el estado griego moderno. El auténtico escenario geográfico
griego se extendía por toda la cuenca mediterránea.
 También resulta complicado establecer unos límites cronológicos precisos de la
historia del mundo griego. No se sabe con claridad el inicio de la historia griega
ni el final de ésta.
 Se ha creado además falsos modelos que no se ajustan del todo a la realidad.
Uno de los ejemplos más representativos es la falsa idea de las esculturas
griegas, las cuales en realidad estaban pintadas con colores que pueden resultar
extravagantes al gusto moderno.
 Otro de los estereotipos que tampoco se ajusta del todo a la realidad es el de que
la que la razón constituía el eje fundamental en la cultura griega. De hecho, los
esquemas de pensamiento utilizados en el mito sobrevivieron mucho más allá
de la supuesta revolución de los primeros filósofos. En la percepción del
pasado de los griegos apenas hubo separación entre lo que nosotros
consideramos mito y la historia propiamente dicha.
 Finalmente, el autor habla de un atenocentrismo que domina la historia griega,
el cual es resultado de la concentración de la mayor parte de los testimonios
disponibles sobre dicha ciudad. Sin embargo, el dominio imperial del régimen
ateniense sobre otras ciudades nos obliga a considerar de forma más crítica y
mesurada dicho período.

 Dificultades de información:
Javier Gómez Espelosín plantea que el conocimiento del mundo griego presenta
limitaciones y dificultades. Las fuentes de información resultan insuficientes para poder
reconstruir con exactitud las circunstancias políticas, sociales, económicas y culturales
de aquellos tiempos.
Han desaparecido materiales en el terreno literario y artístico. El autor afirma que sólo
se conserva el veinte por ciento de las obras literarias griegas y que muchas de ellas han
llegado a nosotros de manera fragmentaria y parcial. La mayoría de las obras
conservadas formaban parte de una tradición literaria que estaba sometida a las
expectativas y gustos del auditorio al que dichas obras iban destinadas, un contexto de
comunicación («saber compartido») del que estamos completamente excluidos.
Así también, la mayor parte de las historias conservadas no eran contemporáneas a los
acontecimientos narrados.
Las historias que poseemos son, por lo tanto, relatos elaborados posteriormente cuyo
interés principal era su adaptación en función de los intereses y problemas del tiempo
en que fueron elaboradas. Nos ofrecen una imagen mítica o distorsionada de un pasado
en el que buscaban la ejemplaridad política y moral.
Desconocemos además la mayor parte de las historias locales de las ciudades griegas,
ya que la mayoría de los relatos sólo se centraban en Atenas.
En cuanto a los restos materiales de ciudades y santuarios representan también sólo una
mínima parte, ya que la mayoría ha ido desapareciendo debido a muchas circunstancias
del tipo destructivo, los saqueos, fenómenos naturales, etc.

 Los griegos y nosotros:


En este apartado, el autor hace referencia al abismo que existe entre la mentalidad
moderna y algunos aspectos fundamentales del mundo griego antiguo, como con la
religión, en un mundo donde no se podía trazar una línea divisoria entre el ámbito
religioso y el profano, tal y como sucede en la actualidad.
La propia percepción de la naturaleza no era similar a la nuestra. La percepción griega
de la naturaleza se hallaba estrechamente condicionada por la presencia constante de lo
sobrenatural y de sus manifestaciones.
También existen diferencias considerables incluso en aquellos terrenos, como la
democracia o el teatro, en los que nos sentimos herederos de la experiencia griega.
La experiencia política ejercida por un número reducido y de manera directa no resulta
comparable con las democracias actuales de carácter representativo, en países cuya
población está distribuida en grandes ciudades.
El fenómeno teatral, el cual se hallaba profundamente relacionado con la trama política,
social y religiosa del mundo ateniense, tampoco tiene mucho que ver con el espectáculo
moderno, convertido en producto cultural y comercial.
Espelosín manifiesta que los atractivos de la cultura griega la sitúan en una cierta
posición hegemónica con respecto a otras culturas que no han conseguido tocar tan de
cerca la sensibilidad y el gusto de las sociedades occidentales. La curiosidad innata por
descubrir y explicar las cosas, la forma de dar expresión a determinados sentimientos y
emociones, el elevado nivel de perfección artística y técnica que alcanzaron, el grado de
profundidad con que abordaron algunas cuestiones de carácter político o ético, una
literatura altamente elaborada desde el punto de vista formal y estético constituyen solo
algunos de sus logros indiscutibles.
En conclusión, el autor expresa que los griegos protagonizaron una experiencia
histórica singular e irrepetible cuyos ecos han perdurado a través del tiempo gracias al
testimonio imborrable de lo que nos ha quedado de sus manifestaciones artísticas y
literarias.

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