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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO

FACULTAD DE ENFERMERÍA Y SALUD PÚBLICA

LICENCIATURA EN SALUD PÚBLICA

ENSAYO SOBRE PSICOLOGÍA POSITIVA

ALFA VICTORIA TRINIDAD TREJO

SECCIÓN 02 4º SEMESTRE
Introducción

La psicología positiva es aún una disciplina en el campo de las ciencias sociales,


por lo cual su aplicación es casi nula en diferentes áreas como la medicina en la
recuperación de la salud de los pacientes o en la educación desde un enfoque
humanístico. El siguiente documento define el concepto de psicología positiva,
enfatiza los beneficios de su uso en todas las áreas sociales e individuales, da a
conocer su origen y su desarrollo por distintos autores a través del tiempo y su
campo de aplicación.
PSICOLOGÍA POSITIVA

¿Qué es?

La psicología positiva se define como el estudio científico de las experiencias


positivas, los rasgos individuales positivos, las instituciones que facilitan su
desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los
individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología. Es
definida también como el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas,
las cuales permiten adoptar una perspectiva más abierta respecto al potencial
humano, sus motivaciones y capacidades, incluye también virtudes cívicas e
institucionales que guían a los individuos a tomar responsabilidades sobre su
comunidad y promueve características para ser un mejor ciudadano.

Historia

El propio término «psicología positiva» fue mencionado por primera vez por
Abraham Maslow, un importante psicólogo humanista, en la primera edición de su
libro Motivación y personalidad de 1954.

En un principio, la psicología positiva surgió como un rechazo hacia otras


corrientes más antiguas como el psicoanálisis o el conductismo. La psicología
tradicional se había centrado principalmente en las enfermedades mentales, de tal
manera que ponía el énfasis sobre todo en los pensamientos negativos,
problemas psicológicos y dificultades de adaptación.

Seligman y el resto de psicólogos positivos quisieron cambiar este paradigma y


estudiar los aspectos más positivos de la existencia humana, con el objetivo de
mejorarla tanto como fuera posible. Aunque en un principio se basó en la
psicología humanista, pronto desarrolló sus propias investigaciones y llegó a
conclusiones muy novedosas que siguen siendo relevantes a día de hoy.
En 1999 tuvo lugar la primera cumbre de psicología positiva. Tres años más tarde,
se celebró la Primera Conferencia Internacional sobre Psicología Positiva. A partir
de este momento, el público general comenzó a interesarse cada vez más por los
descubrimientos sobre este tema, que estaban impulsados principalmente por
Seligman y sus colaboradores.

A pesar de que tuvo una acogida bastante fría en un principio, poco a poco el
mundo científico comenzó a aceptar la psicología positiva como una rama más del
estudio del conocimiento humano. Así, la universidad de Harvard comenzó a
impartir cursos sobre este tema en el 2006; y poco después se creó la IPPA, la
primera organización internacional enfocada en este ámbito.

Campos de aplicación

Dado que el propósito de la psicología positiva ha sido contribuir al estudio de las


condiciones y procesos relacionados con el desarrollo óptimo de los individuos,
grupos e instituciones, sus aportes han tenido impacto en distintos campos de
intervención de la psicología, principalmente en las áreas clínica, de la salud y
educativa, en las que se observa un mayor énfasis.

En el nivel clínico, uno de los objetivos de la psicología positiva es cambiar el


marco de intervención hacia el desarrollo de estrategias terapéuticas que
favorezcan la experiencia emocional positiva, lo cual está orientado hacia la
prevención y tratamiento de los problemas derivados o exacerbados por la
presencia de emociones negativas como la ansiedad, la depresión, la agresión y el
estrés, entre otros.

En el nivel educativo, existen estudios sobre motivación extrínseca, desarrollo en


jóvenes, apego, motivación académica, ambientes de aprendizaje y servicios de
orientación familiar, en los que se enfatiza en la generación y optimización de las
fortalezas desde una aproximación positiva y proactiva.
Beneficios

 Emociones positivas: conocer los beneficios que tienen en nuestra salud


y recopilar las habilidades para que aumenten frente a las negativas.
 Compromiso: identificar nuestras fortalezas, ya que cuando las aplicamos
en tareas o en nuevos retos entramos en estado de “flujo” o
“involucramiento”.
 Relaciones: la necesidad de mantener relaciones sociales es fundamental
para el bienestar y destinar tiempo a cultivar las que son más importantes
generará un efecto inmediato sobre nuestra felicidad.
 Propósito y significado: definir el propósito de nuestras acciones así
como un significado a proyectos futuros nos permitirá, no solo actuar con
coherencia, sino orientarnos hacia algo más grande.
 Éxito y sentido de logro: definir las metas originales nos habrá servido
para pelear por ellas, sino para crecer una vez adquiridas. Además, este
punto hace referencia también al éxito conseguido (y perseguido) aunque
no brinde emociones positivas, significado o nada tenga que aportar a
nuestras relaciones.

Emociones positivas

Uno de los principales aportes de la psicología positiva ha sido establecer que el


sentimiento de felicidad o bienestar duradero es bastante estable en las personas,
y que está compuesto por un puntaje fijo, probablemente hereditario, que es
relativamente independiente del ambiente en el que se vive, se puede modificar
por circunstancias específicas, pero luego de unos meses vuelve a su nivel de
línea de base. Así, el temperamento es uno de los predictores más importantes de
los niveles de experiencias positivas que una persona sentirá.

Por otra parte, están las fortalezas de carácter, que son propias de cada persona y
pueden ponerse en práctica. Las fortalezas son rasgos o características
psicológicas que se presentan en situaciones distintas a través del tiempo, y sus
consecuencias suelen ser positivas. Poner en práctica una fortaleza provoca
emociones positivas auténticas y actúan como barreras contra la enfermedad,
entre estas se encuentran el optimismo, las habilidades interpersonales, la fe, el
trabajo ético, la esperanza, la honestidad, la perseverancia y la capacidad para
fluir, entre otras.

Lykken (2000) sugiere que los individuos pueden fortalecer intencionalmente su


capacidad para experimentar y maximizar emociones positivas, lo que, se ha
demostrado, mejora la salud física, emocional y social. Así mismo, existen ciertas
variables como la percepción de un matrimonio exitoso y la religiosidad que se han
relacionado, aunque, de manera modesta, con la experiencia positiva y la buena
salud.

Las emociones positivas tienen un objetivo fundamental en la evolución, en cuanto


amplían los recursos intelectuales, físicos y sociales de los individuos, los hacen
más perdurables, y acrecientan las reservas a las que se puede recurrir cuando se
presentan amenazas u oportunidades. Cuando las personas experimentan
sentimientos positivos se modifican sus formas de pensamiento y acción, se
incrementan sus patrones para actuar en ciertas situaciones mediante la
optimización de los propios recursos personales en el nivel físico, psicológico y
social.

Teorías

Debido a que la psicología positiva es todavía una rama muy nueva, no existe una
única teoría que englobe todos los descubrimientos realizados por sus
investigadores. Sin embargo, sí que se han creado algunas teorías que son
consideradas como las principales dentro de este sector. A continuación veremos
cuáles son las más importantes.
Los tres caminos a la felicidad

En su primer libro Auténtica felicidad, Seligman propuso la idea de que existen tres
maneras de alcanzar un estado de felicidad que puede merecer la pena investigar.
Estos tres caminos son la vida placentera, la buena vida, y la vida con significado.

La vida placentera implicaría saborear al máximo los sentimientos y emociones


positivas que normalmente forman parte de un estilo de vida sano. Esto incluiría
elementos como las relaciones, el entretenimiento, las aficiones y los intereses
propios.

Por otro lado, la buena vida tendría que ver con los efectos de estados como el
flow o la inmersión, que se producen cuando la persona está completamente
sumergida en aquello que hace de manera habitual. Participar sobre todo en
actividades que producen estos estados generaría un estado de felicidad mucho
más duradero que el de la vida placentera.

Por último, la vida con significado tendría que ver con la participación en algo más
grande que nosotros mismos. Así, las personas que escogieran este camino
derivarían una gran satisfacción de contribuir a la sociedad, participar en grandes
objetivos grupales, o mantener relaciones duraderas y estables.

La teoría del flow

Uno de los descubrimientos más importantes dentro de la psicología positiva fue el


del estado de flow. Este fue descrito en un principio por Mihaly Csikszentmihalyi,
un psicólogo polaco que estaba estudiando los efectos de la dificultad de una
tarea sobre la experiencia al realizar la misma.

Csikszentmihalyi descubrió que cuando realizamos tareas que tienen un gran


significado para nosotros y que nos suponen un reto pero no son demasiado
complicadas, entramos en lo que él llamó el estado de flow. En él, perdemos la
noción del tiempo y obtenemos niveles muy altos de satisfacción.
Para muchos psicólogos positivos, experimentar el estado de flow de manera
habitual es una de las claves para vivir una vida feliz y que merezca la pena.

Virtudes y fortalezas de carácter

En 2004, Seligman y Peterson intentaron crear una lista de los atributos y


características positivos que podemos presentar los seres humanos. Su primer
intento constituye lo que se conoce como «organización de las 6 virtudes y 24
fortalezas», que pronto se convirtió en una de las teorías más importantes dentro
de la psicología positiva.

Dentro de esta teoría se describen 6 virtudes que han sido observadas en la


mayoría de culturas que han aparecido a lo largo de la historia, y que son
consideradas fundamentales para el desarrollo de una buena vida, de un estado
de felicidad y de resultados positivos tanto a nivel individual como de la sociedad.

Las 6 virtudes son las siguientes: oconocimiento/sabiduría, coraje, humanidad,


justicia, templanza y trascendencia. A su vez, cada una de estas seis virtudes
están divididas en varias fortalezas de carácter específicas, entre las que se
incluyen algunas como la persistencia, la empatía o el autocontrol.
Conclusión

Las emociones positivas incluyen la felicidad y otros sentimientos de bienestar, se


describen como reacciones breves que típicamente se experimentan cuando
sucede algo que es significativo para la persona. Actualmente hay suficientes
datos para afirmar que las emociones positivas potencian la salud y el bienestar,
favorecen el crecimiento personal, permitiendo sentimientos de satisfacción con la
propia vida, tener esperanza, ser optimista y percibirse más feliz. Todo esto nos
deja ver cuán capaces y responsables somos de nuestra propia felicidad, que
nosotros somos los motores que potencian nuestra vida, la psicología positiva es
una herramienta fundamental que debe estar inculcada desde el seno materno,
para que así se eliminen las creencias erróneas de que la causa de nuestras
desgracias siempre se encuentra en los demás, formando una sociedad
autosuficiente, individuos más sanos, tanto física como mentalmente.
Fuentes de consulta

Psicología positiva: una nueva perspectiva en psicología. Francoise Contreras.


Disponible en: http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-
99982006000200011

Psicología positiva: historia, principios, teorías, aplicaciones. Alejandro Rodriguez


Puerta. Disponible en: https://www.lifeder.com/psicologia-positiva/

Beneficios de la Psicología Positiva. Grupo PSN. Disponible en:


https://enconfianza.psn.es/-/beneficios-de-la-psicologia-positiva

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