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ANÁLISIS DE LA CONDUCTA DELICTIVA.

APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE DELINCUENTE

Según Guillermo Cabanellas de Torres, la definición de Delincuente proporcionada por el


Diccionario Jurídico Elemental es: La persona que delinque; el sujeto activo de un delito o
falta, como autor, cómplice o encubridor. A estas dos últimas categorías no suele
imponérsele penalidad en las faltas.
Se dice que una persona es un delincuente pues cometió un delito, o sea, un acto
antijurídico que el Derecho o sistema legal de un Estado califica como tal, y sanciona con
una pena.
Para que exista delito se requiere que el Código Penal respectivo haya descrito la conducta
punible y que el hecho cometido se ajuste exactamente a la figura legal. La ley ya debe
estar dictada al momento de cometerse el acto antijurídico, pues las leyes penales no se
aplican a hechos cometidos antes de su vigencia (son irretroactivas). Además, se necesita
para que se configure la calidad de delincuente, que haya una sentencia que lo condene
como tal, luego de un debido proceso, pues antes de la sentencia el procesado goza de la
garantía de su presunción de inocencia.
EL DELINCUENTE, ¿NACE O SE HACE?

Con el propósito de profundizar un poco más en el tema, podemos apreciar que, en cada
una de las escuelas criminológicas que se han desarrollado hasta la actualidad, hay implícita
o explícita una concepción de quién es el sujeto criminal y cuál es su posible origen. Para
sustentar mi afirmación pasaré a revisar cada una de ellas:
Para la Escuela Clásica el criminal tiene origen fundamentalmente en lo racional, esta
escuela es humanista y esto le permite, desde un importante movimiento intelectual, superar
la fusión entre el empirismo y la filosofía, promulgando que el crimen no es un simple
hecho de la naturaleza, también es un acto de poder (lo que implica la estructura social del
sujeto). Por lo tanto, el sujeto tiene un “libre albedrío” y sus actos delictuales se deberán ver
como un ente jurídico y no como un ente filosófico; los que carecen de libre albedrío (P. ej.
Los niños o los locos) quedarían excluidos del derecho. Como vemos esta escuela prestó
poca atención al fenómeno del criminal y se centró en el concepto de delito, la
responsabilidad, la pena y la tutela jurídica. (Ver Carmignani, Carrara, Beccaria).

En la Escuela Positiva (finales del siglo XIX) el estudio sobre el delincuente y su origen se
fundamentó en el positivismo filosófico y tuvo como fundamento el individuo dentro de la
colectividad; es aquí donde aparecen aportes como los de Cesare Lombroso en su obra “El
Hombre Delincuente” (1876) dando inicio a lo que hoy día se llama antropología criminal.
Los aportes de Lombroso apuntan hacia el delito como resultado de unas tendencias
innatas, de orden genético, supuestamente observables en ciertos rasgos físicos o
fisonómicos de los delincuentes habituales (asimetrías craneales, formación de la
mandíbula, orejas, arcos superciliares, entre otros), esta tipología supuestamente se
observaría en:
1. Delincuente nato
2. Delincuente epiléptico
3. Delincuente loco
4. Delincuente ocasional
5. Delincuente pasional
Esta teoría, aunque es una de las más mencionadas históricamente, fue rápidamente
refutada por los estudios del criminólogo británico Charles Goring, quien realizó un estudio
comparativo entre delincuentes encarcelados y ciudadanos de bien, respetuosos de las
Leyes, que tenían las mismas características antropométricas descritas por Lombroso,
permitiendo llegar a la conclusión que no existen los llamados “tipos Criminales” con una
disposición innata para el crimen. Los estudios actuales han permitido confirmar la tesis y
observaciones de Goring y solo se ha mantenido el hecho de que ciertas anormalidades en
el cerebro y en el sistema endocrino pueden contribuir a que una persona tenga inclinación
delictiva.
Encontramos luego la Escuela Criminológica Clínica, también llamada criminología clínica
o clínica criminológica, la cual se fundamentó en fenómenos reales que abarcan el plano
físico y psíquico del ser humano y la conexión que estos tienen con el delito, todo ello con
el propósito que, desde un modelo médico, se pudiera diagnosticar y tratar la delincuencia,
aplicando medidas de profilaxis criminal y tratamientos de rehabilitación física,
psicosomática, social, ética, educacional y moral.
Según esta escuela, el delito es una conducta anormal, patológica, producto de una
personalidad conflictiva, con una determinad problemática de violencia debido a que el
individuo se adapta al medio social a través de su conducta y la intencionalidad de la misma
constituye un todo organizado que se dirige a un fin.

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA DELINCUENCIA

Las causas de la delincuencia son muchas y de variados aspectos. Una de las primordiales y
más profundas es el deterioro de la familia y la pérdida de los valores y principios que
deben ser implantados en ella. La formación y la crianza recibida en la familia influyen
mucho en la personalidad y sistema de valores de la persona, los cuales son factores
importantes para que alguien decida convertirse en delincuente. La familia es el núcleo de
la sociedad, y si algo falla en la primera, se refleja en la segunda.
Otra de las causas principales de la criminalidad es la desigualdad social, en la que el
dinero y la riqueza solo la reciben unos pocos, y el resto de la población se encuentra en
una pésima situación económica. Esto provoca desesperanza en los más marginados de la
sociedad que sienten que no tienen oportunidades de progresar en este país trabajando
honradamente.
El desempleo es otra de las causas de la delincuencia, mayormente causado por falta de
educación profesional. Porque es más difícil conseguir un empleo cuando no se posee una
educación académica, que muchas personas no pueden obtener debido a la pobreza en la
que viven. Muchas veces, al verse en esta situación, esas personas no tienen más opción
que recurrir a actividades ilícitas para conseguir dinero fácil y suplir sus necesidades.
Por otro lado, uno de los factores que ayuda a el incremento de la delincuencia es la
ineficacia del sistema judicial, en cuanto a dar seguimiento a los casos e impartir los
castigos justamente. Esto ha provocado que se pierda el respeto hacia las leyes y hacia los
responsables de hacerla cumplir, que muchas veces son los primeros en dar el mal ejemplo
de quebrantarlas.
También otra causa importante del aumento de crímenes constituye la falta de programas
de rehabilitación en las cárceles. Pues si cuando atraparan a un delincuente, además de
impartir un castigo, se hiciera un esfuerzo por cambiar a esa persona y convencerla de
abandonar ese camino, y si se le enseñaran otros oficios que ellos pudieran ejercer al ser
liberados, quizás la cantidad de delincuentes en la actualidad no sería tan alarmante.
Todo esto trae consigo graves consecuencias, una de las principales es el gran sentimiento
de inseguridad y desconfianza que puede surgir en la población. Es una situación
lamentable, porque el pueblo deja de confiar en el prójimo y ya nadie se siente seguro, pues
en cualquier lugar y momento se puede ser víctima de la delincuencia.

Otras consecuencias son el daño físico, psicológico y emocional producido a las víctimas
de esta actividad. La delincuencia afecta la vida de la persona en variados aspectos. En lo
económico, si son víctimas de robo o atraco; físicamente, si te agreden o lastiman; y
también psicológica y emocionalmente, pues muchas personas después de pasar por esto no
son las mismas, desconfían de todo el que se le acerca o camina detrás de ella.
Por otro lado, el aumento de la delincuencia también crea una imagen inadecuada del país.
Una nación que es conocida por su hospitalidad y buen trato, pasará a conocerse como
inseguro y peligroso por los altos índices de delincuencia que hay actualmente, lo cual
puede afectar al turismo del país.
CLASIFICACIÓN DE LA DELINCUENCIA
Los delitos civiles son aquellos que se cometen con intención de provocar el daño, en
cambio los que se realizan con culpa o imprudencia, se llaman cuasidelitos. Los delitos
penales pueden ser dolosos o culposos según se realicen con o sin intención de ejecutarlos.
Los delitos civiles son, en sentido amplio, todo hecho ilícito del hombre que compromete
su responsabilidad civil (se contraponen el delito civil y el delito penal). En una acepción
estricta: hecho del hombre que resulta de una falta intencional y que compromete su
responsabilidad civil (por oposición al cuasidelito, que resulta de una falta no intencional).
En cuanto a los elementos que lo configuran son: a) transgresión a la ley; b) daño a
terceros; c) relación de causalidad entre el hecho y el daño; d) intención de causarlo.
El delito penal es también una conducta antijurídica, dolosa o culposa, pero debe estar
tipificada (adecuarse a los tipos penales) enumerados por la ley penal para ser pasible de
una de las sanciones penales (multa, prisión, reclusión, inhabilitación y en algunos países,
la pena de muerte). Los delitos penales, si ocasionan un daño a la víctima, susceptible de
reparación pecuniaria, podrán dar lugar, además de la acción penal para castigar al
delincuente, a la acción civil para que la víctima, deudora de la obligación sea satisfecha en
su reclamo por los daños sufridos.
Los delitos penales son claramente diferenciables de los delitos civiles:

1) en el delito civil es inexcusable la presencia del dolo. Esto es, la intención nociva; el
delito criminal, en cambio, puede ser cometido dolosa o culposamente. Y así, por ej., Un
homicidio por imprudencia es un delito, desde el punto de vista del derecho civil es un
cuasidelito.
2) el delito civil- para configurarse como tal- debe causar un daño a otro; en el delito
criminal tal recaudo es innecesario, p ej., En los delitos de peligro (tenencia de explosivos,
abuso de armas) y en los que quedan en grado de tentativa.
3) es diferente la sanción que recae sobre uno y otro. Es resarcitoria para el delito civil, y
represiva para el delito criminal, en consonancia con la finalidad perseguida por cada
ordenamiento: el penal tiende al castigo del delincuente, y el civil a la reparación de los
perjuicios; uno mira al que viola la norma, y el otro, preferentemente, al que padece el
daño.
4) como consecuencia de lo anterior, la acción de daños de la víctima de un delito es
transmisible a sus herederos; la acción penal, en cambio, no es transmisible, y la muerte del
imputado la extingue.
Sin embargo, también existen la delincuencia organizada e individual. Los delincuentes
comunes o delincuencia "simple", pueden actuar solo o en pandilla, empero su fin no es
más que delinquir con la finalidad de obtener dinero, para repartirlo entre sus miembros y
gastarlo en drogas, no cuenta con una organización, códigos, estructura, capital financiero,
aunque estos actúen en pandillas, no pueden operar como parte de la delincuencia
organizada y esto es así porque, es obvio que el delincuente común delinque para obtener
dinero robando a transeúntes, automóviles estacionados o sus partes, casa habitación etc., es
decir no tiene objetivos claros u específicos, es más, a veces lo hace hasta en forma
desorganizada, esto con el único fin de que lo sustraído ilegalmente vaya al consumo de
drogas.
Podemos decir que la delincuencia menor es la cometida por un individuo, y cuando
mucho, por dos, y que tiene por objetivo la comisión de un delito que podría ser desde una
falta menor, hasta una grave y calificada, pero que no trascienden su escala y proporciones,
es decir, no son cometidos por bandas bien organizadas, no hay una gran planeación en los
hechos delictivos, o no se pretende operar permanentemente a gran escala.
Es pues, este tipo de delincuencia a la que podríamos llamar vulgarmente como
delincuencia callejera, es decir la más ordinaria; citando un ejemplo serían las siguientes:

I. Asalto a transeúntes.
II. Carterismo.
III. Violación.
IV. Robo de bienes y artículos menores.
V. Robo a casas habitación.
VI. Vandalismo.
VII. Robo de vehículos.
VIII. Grafiti y pinta de muros y monumentos.
La otra división es la Delincuencia organizada. Se refiere a la delincuencia colectiva que
instrumentaliza racionalmente la violencia institucional de la vida privada y pública, al
servicio de ganancias empresariales con rapidez. Esta delincuencia es la actividad realizada
por tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actué con el propósito de
cometer uno o más delitos tipificados con miras a obtener, directa o indirectamente,
beneficio económico u beneficio de orden material. Algunos de los delitos que se comenten
en este tipo de delincuencia son: tráfico de drogas, migración ilegal, tráfico de seres
humanos, pornografía infantil, extorción, fraude, falsificación, robo con fuerza, tráfico de
coches, etc.
También, existen la delincuencia circunstancial, expresiva e instrumental. La primera trata
los actos delictivos que llevan a cabo personas normales que por razones X o por cierta
presión económica o de grupos, recurren a estos hechos ilícitos con el objetivo de obtener
ciertos beneficios. Es del tipo de delincuencia que se realiza sin premeditación y sin
planificación. Ejemplo: las agresiones de género, violación de leyes de tránsito, accidentes
bajo los efectos del alcohol, etc.
La delincuencia expresiva es el tipo de delincuencia que sucede en personas con problemas
psicológicos, por lo general se registra en ellos ciertas disfunciones psicopatológicas, por lo
tanto, no son crímenes premeditados, ni organizados. Ejemplo: racistas, femicidas,
estafadores, violadores seriales, etc. Mientras que la delincuencia instrumental se realiza
bajo el control y razonamiento de la persona. Se trata de delincuentes crónicos, que toman
las actividades delictivas como un oficio, una carrera o como un medio de diversión. Para
los delincuentes es la mejor forma de obtener ciertos beneficios como es el hecho de la
obtención de bienes materiales y de dinero.

La delincuencia juvenil incluye una variedad de faltas y delitos. Los menos graves, como el
consumo de alcohol, el ausentismo escolar y las violaciones del toque de queda, llamados
delitos estatutarios, se consideran delitos sólo cuando son cometidos por menores de edad.
Las infracciones, tales como las faltas de tránsito, pueden solventarse asistiendo a cursos de
estudio o multas. Faltas, como la embriaguez pública, asaltos o robos, resultan en mayores
consecuencias, incluyendo libertad condicional, multas, horas de servicio comunitario,
detención o una combinación de estos. Los delitos mayores incluyen crímenes violentos,
contra la propiedad o drogas. Las consecuencias pueden incluir detención, libertad
condicional, trabajo forzado, terapia y multas. Por último, si un menor comete un delito
grave, puede ser juzgado como adulto y dependiendo de su edad y la gravedad de la
infracción, recibirá una sentencia como tal.
Los criminólogos reconocen varias causas al examinar las raíces de la delincuencia juvenil.
Las expectativas de la familia, especialmente cuando los padres u otros familiares podrían
estar bajo supervisión de los tribunales o en prisión, afectan el comportamiento de los
niños. Los compañeros, especialmente los miembros de pandillas, también influyen en las
acciones juveniles. Algunos niños pueden sentirse etiquetados como delincuentes, y por lo
tanto actuar como tales; se trata de un tipo de profecía autocumplida. Las expectativas de la
comunidad amplían este proceso de pensamiento al fomentar conductas delictivas, ya sea
en forma sutil o abierta. Los factores económicos, sociales e incluso culturales pueden
influir aún más en conductas delictivas. Los medios de comunicación de vez en cuando, si
no de manera intencional, promueven la violencia, que también pueden afectar las acciones
de los niños.
Según datos de 2011, la delincuencia juvenil cuesta a Estados Unidos más de US$1 mil
millones al año, según la educadora Cynthia H. Roberts. La delincuencia juvenil se lleva
consigo a algunas de sus personas más brillantes y a los mejores jóvenes, que deciden
seguir un estilo de vida con conductas delictivas.
Algunos se institucionalizarán y participarán en un comportamiento aún más violento,
cobrando la vida de las víctimas y proyectando nuevas cargas económicas sobre la
sociedad. A su vez, la población en general podrá ver ciertas zonas de una ciudad, por lo
general urbanas, como indeseables.
La intervención temprana es el método menos restrictivo, pero más efectivo posible para
impactar sobre los sujetos infractores cuando se trata de resolver el problema de la
delincuencia juvenil. En otras palabras, un joven de 11 años de edad que cometa una
infracción no tiene por qué ser encarcelado con un delincuente de 17 años de edad, con
antecedentes de delitos violentos. Los programas condicionales que ofrecen clases de
orientación sobre los delitos cometidos proporcionan una base para abordar el problema
que provocó su detención.
A veces, la asesoría puede ayudar a los delincuentes que sufren de abuso de sustancias o
problemas de salud mental. Otros delincuentes se benefician de la libertad condicional y de
una estrecha supervisión en la comunidad. De acuerdo con el Centro de Justicia Juvenil y
Criminal, el encarcelamiento debe ser reservado para los delincuentes juveniles más
violentos sólo cuando sea absolutamente necesario para la seguridad de la sociedad.
DELINCUENCIA EN PANAMÁ

El presente análisis tomo en cuenta los datos obtenidos de la página web del Ministerio
Publico. Se observa en los mismos, un aumento en los casos de hurto y robo, violencia
doméstica, violación sexual y femicidio. Las características de las comisiones de los
delitos denotan un incremento en el uso de la violencia, siendo el desmembramiento de las
víctimas, su mayor expresión en más de un caso; se mantiene el uso del arma de fuego
como principal medio para cometer los homicidios; el uso de la violencia a través de la
intimidación, coacción, amenazas en los casos de violación sexual; las víctimas en la
mayoría de los delitos oscilan entre las edades de 18 y 29 años de edad; Las provincias con
mayor incidencia de los delitos anotados son: Panamá, Colon, Chiriquí, Panamá Oeste y
Bocas del Toro.
CUADRO N°1: NÚMERO DE VÍCTIMAS DE HOMICIDIOS REGISTRADOS A NIVEL
NACIONAL, SEGÚN EL MES.

MES CANTIDAD PORCENTAJE


Total 345 100%
Enero 65 19%
Febrero 45 13%
Marzo 43 12%
Abril 33 10%
Mayo 56 16%
Junio 27 8%
Julio 46 13%
Agosto 30 9%
Septiembre -- --
Octubre -- --
Noviembre -- --
Diciembre -- --

CUADRO N°2: NÚMERO DE VÍCTIMAS DE HOMICIDIOS REGISTRADOS A NIVEL


NACIONAL, SEGÚN ÁREA GEOGRÁFICA.

ÁREA GEOGRÁFICA CANTIDAD PORCENTAJE


Total 345 100%
Bocas del Toro 3 1%
Chiriquí 13 4%
Coclé 6 2%
Colón 64 19%
Darién 0 0%
Herrera 4 1%
Los Santos 5 1%
Panamá 128 37%
San Miguelito 43 12%
Panamá Oeste 67 19%
Veraguas 3 1%
Comarca Ngäbe Buglé 9 3%
Comarca Emberá 0 0%
Comarca Kuna Yala 0 0%

CUADRO N°3: NÚMERO DE VÍCTIMAS DE HOMICIDIOS REGISTRADOS A NIVEL


NACIONAL, SEGÚN EL TIPO DE ARMA UTILIZADA.

TIPO DE ARMA UTILIZADA TOTAL PORCENTAJE


Total 345 100%
Arma blanca 31 9%
Arma de fuego 273 79%
Objeto contundente 9 3%
Asfixia mecánica 3 1%
Incendiarismo 1 0%
Sin datos 28 8%

GÉNERO CANTIDAD PORCENTAJE


Total 345 100%
Masculino 306 89%
Femenino 36 10%
No identificado 3 1%
CUADRO N°4: NÚMERO DE VÍCTIMAS DE HOMICIDIOS REGISTRADO A NIVEL
NACIONAL, SEGÚN GÉNERO.

Se debe anotar que las instituciones de control social formal como lo son la Policía
Nacional, Ministerio Publico, Órgano Judicial y Sistema Penitenciario han sido
impregnadas por la corrupción y penetradas por el narcotráfico según se ha señalado a
través de los medios de comunicación. Este hecho urge medidas para combatir este
flagelo que está carcomiendo la seguridad del país y debe empezar al igual en los pequeños
actos de la ciudadanía de evitar la expresión del “juega vivo” para poder exigir a las
instituciones correspondientes el desempeño que se espera de las mismas.
Ante este panorama se recomienda adicionalmente lo siguiente: la administración
gubernamental debe enfocarse en combatir la corrupción, que está presente en todas las
instituciones de control social. En base a los datos obtenidos realizar intervenciones de
prevención del delito en las provincias de Panamá, Colon, Chiriquí, Panamá Oeste y Bocas
del Toro.

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