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Devocional Lunes 26 de octubre del 2020

“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor


sea con todos vosotros.”
2ª Tesalonicenses 3:16

Desde todos los siglos, si nos damos cuenta, la paz es algo que el mundo siempre
ha deseado, siempre ha buscado por todos los medios conseguirla, se han hecho
tratados entre todas las naciones, acuerdos políticos al interior de los países, en
algunos momentos negociaciones políticas en que se pone en juego la vida
ciudadana, la vida de la polis, procesos de paz a nivel internacional y nacional.
La paz es algo que todas las personas necesitan, pero que pocas saben dónde
encontrarla, porque no quieren aceptar al que da esa paz.
Hoy en día las personas no tienen paz. Hay desesperanza. Hay preocupaciones.
Hoy día las personas se angustian y viven en un estrés permanente, hasta que no
reconozcan al que puede dar verdaderamente paz.
En el Antiguo Testamento, para “paz” se usaba la palabra Shalom. Shalom no quiere
decir simplemente la falta de problemas, sino que trasmite un deseo, no solo de
salud y de bienestar material, sino también de armonía, calma interior, tranquilidad.
Es como estar completo, es gozo, es paz. A eso se está refiriendo Jesús cuando
dice: “mi paz os dejo, mi shalom os doy”.
Shalom es paz completa, total, externa e interna. Esa paz que viene de tener
comunión con Dios. Esa paz que viene de saber que no hay condenación para los
que estamos en Cristo Jesús, que hemos sido perdonados, que se ha roto esa
división que había entre Dios y nosotros, esa paz es Shalom.
Este pasaje que he citado en 2ª Tesalonicenses 3:16: “Y el mismo Señor de paz os dé
siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.”, nos debe llevar a
preguntarnos a quién accedemos para buscar paz. Vemos que los gobiernos hacen
tratados de paz, a veces lo consiguen, otras veces son esfuerzos inútiles. El dueño
de la paz es Jesús, la paz es Él.
Hay personas que buscan obtener una paz plena por otros métodos: yoga, paz
interior, meditación trascendental, pero todo eso es vano. Lo clave es mantenernos
unidos a nuestro Señor, si nos separamos de Él vamos a perder esa paz completa.
Por eso, debemos permitir que Jesús gobierne nuestras vidas en las diversas áreas
de esta.
Esta disposición nos va a llevar a conservar la paz, esa paz interior que convierte a
hombres y mujeres en personas que están bajo la protección de Dios. Jesús desea
darnos su paz para que podamos pasar las aflicciones y los momentos difíciles en
nuestra vida confiados en sus promesas y en su soberanía.
Jesús no da la paz como la da el mundo, tanto Jesús como el mundo ofrecen paz,
pero hay diferencias abismales. Jesús dijo que Él era la vid verdadera, es decir, que
hay otras vides, pero que Él es la única verdadera. Hay muchos tipos de paz y a lo
mejor la podemos buscar en muchos lugares, pero solo hay una única paz
verdadera, la cual proviene de Jesús.
La paz que ofrece el mundo está condicionada a que exteriormente las cosas
marchen bien. La paz que ofrece Jesús es una que no está condicionada a que lo
externo esté bien. En nuestras vidas no tenemos una explicación racional para
explicar por qué seguimos con gozo, seguimos creyendo en Dios, aun atravesando
situaciones oscuras y difíciles en nuestra vida. Podemos sentir su paz, que Él nos
protege. Él es nuestra provisión al estar en Cristo.
Cuando la paz de Dios opera en nuestra vida, no podemos explicar con nuestros
razonamientos cómo antes nos podíamos derrumbar ante una crisis, pero ahora
no. Ahora tenemos calma, la paz de Dios sobrepasa nuestro entendimiento, no se
puede explicar cómo hemos ido atravesando una crisis global de salud pública y
tenemos paz, calma, y es que Dios ha guardado nuestro corazón y nuestros
pensamientos.
Él puede hacer que esa paz que Jesús prometió sea una realidad en nuestra vida:
“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera”.
• ¿Hay paz en nuestra vida?
• ¿Hay paz en nuestros hogares, en nuestras familias?
• ¿Hay paz en nuestra ciudad?
Como decía Job 22:21 y nos da la respuesta: “Vuelve ahora en amistad con Él, y tendrás
paz, y por ello te vendrá bien”.
El Señor nos bendecirá, pero para eso tenemos que estar cerca de Él. Tenemos
que poner nuestra vida ante Él, para experimentar, para vivenciar su paz. La
decisión es tuya, la decisión es mía.

Alabanza:
Jaime Murrel “Te pido la paz”
https://www.youtube.com/watch?v=Tdb19v-7Nw4&ab_channel=JesusGuanambal

Oración:
Señor, necesitamos de tu paz en nuestras vidas. Llénanos de tu paz, Señor, que a pesar de los
problemas que podamos estar atravesando, seamos capaces de mirar el mundo con otra óptica, con
otros lentes, Señor.
Señor, danos esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Danos una paz diferente a la que el
mundo ofrece, danos una paz genuina, nueva, que nace de lo más profundo del corazón, porque
tú está dentro de él. En el nombre de Tu Hijo Jesús lo pedimos, amén.

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