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¿DÓNDE PASARÁ LA ETERNIDAD?

Lectura bíblica: 1 Corintios 15:1-5


“3 Porque primeramente os entregué lo que también recibí: Que Cristo murió por nuestros
pecados, conforme a las Escrituras; 4 que fue sepultado y que fue resucitado al tercer día,
conforme a las Escrituras; 5 y que fue visto por Cefas, y después por los doce”

En algunos lugares se usan detectores de humo para alertar de incendios. El tablero del
automóvil tiene luces para indicar un mal funcionamiento. De la misma manera, los
pasajes de la Biblia nos advierten acerca de las terribles consecuencias de rechazar la
provisión de un Salvador. La Biblia nos dice cómo reconciliarnos con Dios para poder
pasar la eternidad con Él. Necesitamos entender y aceptar las siguientes verdades:

El pecado nos separa de Dios, Romanos 3:23 “por cuanto todos pecaron, y están privados de
la gloria de Dios”. Por la desobediencia de Adán y Eva, todos nacemos con una naturaleza
alejada del Señor. Su justicia requiere que paguemos por nuestras transgresiones, pero
no hay forma alguna que nosotros podamos pagar la deuda ante Dios.

Dios envió a su Hijo Jesucristo para pagar por nosotros, 1 Corintios 15:3 “Porque
primeramente os entregué lo que también recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras”. Solo la muerte de uno que fuera perfecto satisfaría el juicio justo
del Padre. Cristo nunca pecó, lo cual lo calificó para ser nuestro sustituto. Él tomó
voluntariamente nuestro lugar y murió en la cruz para pagar nuestro castigo. Dios aceptó
su muerte en lugar de la nuestra, y nos declaró justos ante sus ojos (Romanos 3:22).

La salvación es un regalo que se recibe por la fe en Cristo, Efesios 2:8-9 “Porque por
gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. 9 No
por obras, para que nadie se gloríe”. Nuestras buenas obras no satisfarán la justicia divina ni
pagarán por nuestras transgresiones. No son lo que Dios requiere para el perdón o la
adopción en su familia.

La fe en Cristo es el único camino hacia el Padre, Juan 14:6 “Jesús le dice: Yo soy el
Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino por mí”. Cuando reconocemos a
Cristo como Salvador y Señor, el cielo se convierte en nuestro destino eterno. Dios quiere
que usted viva para siempre con Él. Si todavía no ha rendido su vida a Jesucristo, hágalo
ahora mismo.

PARA DIALOGAR: ¿Ha rendido su vida a Jesucristo reconociéndole como el Salvador?

PARA ORAR: Gracias porque nosotros jamás podríamos alcanzar salvación por nuestras
obras, sino solo es posible por los méritos de Jesucristo en la cruz.

PARA HACER: Comparta las verdades del evangelio con aquellos que no le conocen.

Bibliografía: www.encontacto.org

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