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Isabel Díaz Z.

Evaluación
22/03/2017

El examen como dispositivo de poder

Los exámenes son utilizados globalmente, hay distintos tipos de exámenes: de


alternativas múltiples, de desarrollo y algunas que mezclan estos elementos. Sin embargo,
el sentimiento al realizarlo es casi generalizado. Los niños, adolescentes y adultos que se
presentan para responder un examen sienten miedo, ansiedad, inseguridad, entre otras
emociones, generalmente negativas. Para analizar de qué manera se ha posicionado el
examen y cómo funciona actualmente se tomarán como referencia los textos de Díaz
Barriga: Una problemática en torno al examen y Evaluación: Análisis de una noción (junto a
De alba y Viesca), también se tendrá como referente a Michelle Foucault: Los medios del
buen encauzamiento. Por otra parte, Preguntas para una nueva educación de William
Ospina y por último la película Los coristas, del director francés Christophe Barratier.

En primer lugar, es importante mencionar los inicios que tuvo el examen, desde su
aparición en la educación. Cabe destacar, como dice Díaz Barriga en su texto del examen,
que la aparición de este no siempre se vio vinculada a la acreditación ni calificación. Según
este autor, tras una investigación histórica, se reconoce que el examen surge en la china
imperial como medio para elegir miembros de castas inferiores, apareciendo por primera
vez la exigencia de los exámenes. Dentro de esta investigación se apunta a que la
asignación de notas es algo que se presenta en el siglo XIX y desde ese día hemos visto
como se ha transformado en la pesadilla de los estudiantes y el medio de control de
docentes y escuela. En síntesis como pierde su sentido.
Según lo planteado por Díaz Barriga, el examen tiene dos funciones: fundamentar la
restricción del ingreso a la educación, es decir permitir el ingreso a un sistema privado y por
otra parte legitimar el saber de un individuo o evaluar el conocimiento “objetivo” sobre el
saber de cada estudiante. En ambas funciones se puede ver que el examen es un medio de
control.

El examen en sus inicios, se preocupaba de medir el proceso de los estudiantes en cuanto


a lo enseñado en clases, si los resultados eran malos el docente debía revisar sus métodos
y modificarlos según las necesidades de los estudiantes “En estas condiciones el maestro
debe regresar a su método, éste es su instrumento central de trabajo y desde ahí apoyar el
proceso de aprendizaje. Esta es en realidad su tarea”.(pp. 110) Sin embargo, el examen ha
sido utilizado como medio de control de los estudiantes; no es raro ver a profesores
amenazando con realizar exámenes para que los estudiantes se porten bien, también se
presiona a los estudiantes con las calificaciones que obtienen de sus pruebas, puesto que
malas notas significan que es un mal estudiante y eso conlleva represalias incluso de sus
padres. Para apoyar esto Foucoult dice que “El examen opera sobre los individuos como un
operador de visibilidad a través de la que los diferencia y castiga.” (pp. 87)
Los exámenes han sido utilizados como medio de competitividad, los estudiantes compiten
para tener la mejor nota, porque la posteriormente la competitividad nos separará como
individuos, y es exactamente lo que se desea; que las personas no trabajen en comunidad,
sino que sean seres individualistas y egoístas. Dentro de esta misma idea, la competitividad
se extiende a todo lo referido a la evaluación en la educación (comprendiendo que la
evaluación constituye un ámbito de conocimiento que estudia diversos aspectos de los
sistemas educativos.) desde la administración, programas, maestros instituciones, hasta los
propios estudiantes. Y en cada uno, sirve como control. A partir de la evaluación de
programas, por ejemplo, es que se unifica y controla a los maestros y estudiantes. Nadie
estudia ni enseña lo que no está en el programa.

El exámen según Foucult, sirve para “constituir a los individuos como objeto descriptible y
analizable para reducirlo a rasgos específicos” (pp.100). En este sentido, el examen resta
singularidad a los estudiantes y los hace medibles, los pone a todos en un mismo escenario,
en que da igual si aprendieron de formas distintas la respuesta es única. Se supone que la
pedagogía como ciencia es cualitativa, sin embargo las mediciones del aprendizaje son
innegablemente cuantitativas. como si aquello que se aprende se pudiera medir de alguna
forma; cada cosa nueva que nos enseñan conlleva un examen que evalúa “objetivamente”
cuánto de lo enseñado se aprendió. Pero nadie se detiene a enseñar aquello que el examen
arrojó como no aprendido, no se trata de una herramienta para asegurar que todos
aprendan, es un instrumento que simplemente califica castigando o premiando. En este
sentido, es necesario evaluar, no se ha mencionado lo contrario, puesto que es importante
saber si los estudiantes han logrado entender lo que los maestros dictan en sus clases. Sin
embargo, el exámen es solo uno de los instrumentos de evaluación existentes, no es el
único aunque la escuela así parece que lo ha entendido.

Por último el exámen ha funcionado como jerarquía que vigila como menciona Foucoult.
Puesto que, quien diseña el examen y lo dispone en clases para que los estudiantes lo
resuelvan se encuentran en una posición de superioridad. Los docentes tienen el poder
cuando realizan los examenes a sus estudiantes. Si los docentes son los evaluados quien
esté a cargo tiene el poder. No importa en que área se realiza el examen, lo único
importante es que la persona que lo dicta es quien tiene el poder de decidir si uno lo
aprueba o no. Dentro de una empresa aquel que quiere conseguir trabajo debe pasar por
una serie de evaluaciones que dirán si la persona es adecuada para el cargo al que postula,
dentro de esto los aspirante hacen test o pruebas psicotécnicas. Si a la persona le va mal;
porque no desayunó bien, porque tiene problemas familiares o por “abc” motivos, no queda
en el trabajo aunque pueda tener las aptitudes. ¿Por qué? Porque los examenes son
subjetivos, pero se disfrazan de objetividad. Las preguntas son diseñadas por una persona
que cree poner los elementos necesarios, pero jamás un examen logrará definir realmente
si una persona sabe o no.
A partir de esto, es necesario recordar que según menciona Díaz Barriga

Para finalizar, se destacan dos elementos importantes para dirigir a la escuela a un


mejor camino: una de las citas que más sentido tiene y propone una forma de cambiar las
cosas, es la de Díaz Barriga, De Alba y Viesca: “Sostenemos que una evaluación que
permita llegar a una comprensión más completa de lo educativo exige partir de un trabajo
teórico inicial que posibilite la interpretación de los datos desde los presupuestos explícitos.
“ Es decir, debemos cambiar el imaginario que se tiene sobre la evaluación, es preciso
eliminar las calificaciones de un examen para que el sentido de este vuelva a la importancia
de modificar la metodología para que los estudiantes aprendan por gusto. Para esto se
debe trabajar en la educación, es importante resignificar la escuela.
Por último, comparto con Ospina que “Más vale enseñar procedimientos y maneras de
razonar”, hay que poner énfasis en hacer pensar a los niños, que logren desarrollarse en la
práctica de las cosas y que resuelvan los acertijos de la vida en el actuar mismo. Además,
debe existir un énfasis en la convivencia, vivimos en sociedad y estamos en contacto unos
con otros. Por lo tanto es indispensable que trabajemos juntos, que se destaque la
convivencia y se le dé el valor que requiere.

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