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Responsabilidad de Los Estados PDF
Responsabilidad de Los Estados PDF
El Estado incurre en la responsabilidad internacional cuando viola una obligación internacional en vigor,
cualquiera sea su fuente (sea un tratado o una norma consuetudinaria). La responsabilidad internacional genera
una nueva obligación: la de reparar el perjuicio causado. Existen 2 tipos de formas de responsabilidad:
● Responsabilidad Internacional del Estado por actos ilícitos: incurre cuando los órganos del Estado o sus
funcionarios incumplen el derecho internacional, ya sea por una acción o omisión respecto de otro
Estado o persona.
● Responsabilidad Internacional del Estado por un acto no prohibido por el Derecho Internacional: incurre
por un acto no prohibido por el derecho internacional pero ocasiona un daño a otro Estado o persona.
Ej: el transporte de sustancias peligrosas.
En el ámbito de DDHH, se aplica la primera responsabilidad. Las normas consuetudinarias sobre responsabilidad
internacional del Estado por actos ilícitos han sido codificadas en un documento elaborado por la Comisión de
Derecho Internacional de las Naciones Unidas (CDI).
La CDI marca las siguientes consecuencias jurídicas respecto a la responsabilidad internacional del Estado por
actos ilícitos:
➔ Continuidad del deber de cumplir la obligación: la obligación no queda automáticamente terminada por
el hecho de la violación.
➔ Cesación y no repetición: el Estado responsable está obligado a ponerle fin al acto ilícito en caso de que
continúe y a ofrecer seguridades o garantías adecuadas de no repetición si las circunstancias lo exigen.
De lo visto en clase:
● Respetar: no interferir en el goce de los DDHH. Hay interferencia tanto por acción como por omisión.
● Garantizar: el Estado debe: prevenir, investigar y sancionar, y reparar (indemnización, garantías de no
repetición, restitución de derechos afectados y simbólica)
El propósito fundamental de su creación era mantener la paz y seguridad internacional al tener en cuenta las
dos guerras mundiales. Los miembros se comprometieron a “tomar medidas conjuntas o separadamente en
cooperación con la Organización”
Si bien la Carta no indica cuales son los DDHH y las libertades, estos han sido desarrollados en diversos
instrumentos adoptados ya sea por los órganos de la ONU o por los Estados miembros.
Órganos principales:
1. La Asamblea General: es el órgano deliberativo compuesto por todos los Estados miembros. Tiene
competencia para recibir y considerar informes de las demás órganos de la ONU. La Asamblea adopta
sus resoluciones en sesiones ordinarias en las que cada miembro tiene un voto. Las cuestiones
importantes se deciden por el voto de la mayoría de dos tercios.
Muchas resoluciones de la ONU se refieren a la protección de DDHH, entre ellas la “Declaración Universal
de DDHH”. Se trata de un instrumento sobre DDHH adoptado en el ámbito universal, elaborado por la
Comisión de DDHH, proclamado bajo la forma de declaración por la Asamblea Gral. de la ONU en 1948.
2. Consejo Permanente: está compuesto por 15 miembros, 5 de ellos ( China, EEUU, Rusia, Francia e
Inglaterra) son miembros permanentes, mientras que los demás 10 son elegidos por la Asamble General.
por un periodo de dos años. Su función principal es el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacional. Para ello está facultado para determinar la existencia de toda amenaza a la paz, su
quebramiento o acto de agresión, y tomar las medidas que estime más convenientes para restablecer la
Órganos subsidiarios:
1. Consejo de DDHH: es un órgano subsidiario de la Asamble General. compuesto por 47 Estados elegidos
por la Asamblea de acuerdo con una distribución geográfica equitativa. Duran tres años en sus funciones.
2. Oficina del Alto Comisionado de la ONU para DDHH: está a cargo de una persona, el alto comisionado,
con rango de secretario gral. adjunto, elegido por la Secretaria General de la ONU con aprobación de la
Asamblea. El alto comisionado es el funcionario con la responsabilidad primordial de las actividades de
la organización en materia de DDHH. Actúa bajo la dirección y autoridad del secretario general de la ONU
dentro del marco de competencias y autoridad que le asigne la Asamblea, el Ecosoc y el Consejo de
DDHH.
Órganos Subsidiarios:
➔ Comité Asesor: compuesto por 18 expertos. Funciona como “grupo de reflexión” y aborda temáticas
relativas a las diferentes áreas de trabajo.
➔ Grupo de expertos sobre los derechos de los pueblos originarios: compuesto por 5 miembros expertos
independientes con conocimientos focalizados sobre los derechos de los pueblos indígenas.
➔ Foros: Foro Social, representa una reunión de expertos y actores sobre cuestiones relacionadas con la
pobreza, el desarrollo y el disfrute de los DESC. Foro sobre cuestiones minoritarias, estudio de
situaciones particulares de ciertos grupos vulnerables.
Todos estos órganos tienen el mandato de recibir y examinar informes presentados periódicamente por los
Estados Partes. Los Estados deben presentar un informe completo a más tardar uno o dos años después de la
entrada en vigor del tratado. A partir de entonces por lo general cada cuatro o cinco años deberá seguir
informando. La preparación de informes brinda una ocasión a cada Estado parte de:
➢ llevar a cabo un examen exhaustivo de las medidas adoptadas de los tratados de DDHH.
➢ verificar los progresos logrados en la promoción del disfrute de los derechos establecidos.
➢ detectar problemas y deficiencias en su enfoque de la aplicación de los tratados.
➢ evaluar las necesidades futuras y los objetivos para una aplicación más eficaz de los tratados.
➢ planificar y elaborar políticas apropiadas para alcanzar esos objetivos.
El proceso de presentación de informes deberá servir para adelantar y facilitar en el plano nacional, la
participación pública, el examen público de las políticas y los programas gubernamentales y el compromiso
constructivo con la sociedad civil en un entorno de cooperación y respeto mutuo, con el fin de progresar en el
disfrute por todas las personas de los derechos protegidos por el tratado pertinente.
Por etapas:
1. Presentación del informe inicial: el informe debe presentarse al Secretario General es uno de los seis
idiomas oficiales de la ONU
2. Listado de cuestiones/lista de temas: el comité elabora una lista de cuestiones que se presenta al Estado
Parte. Dicha lista permite al comité iniciar proceso de interrogatorio al Estado parte para precisar
cuestiones concretas planteadas en el informe que sean de motivo especial preocupación para los
miembros.
3. Respuesta escrita a la lista de cuestiones: las respuestas por escrito de la lista de cuestiones
complementan el informe y revisten especial importancia si el comité se ha demorado en hacerse cargo
del informe.
4. Lista de cuestiones previa a la presentación de informes: consiste en la aprobación de las listas de
cuestiones para ayudar a los Estados partes a preparar sus informes periódicos.
5. Otras fuentes de información: serían organismos de la ONU, organizaciones intergubernamentales,
instituciones nacionales de DDHH, ONG internacionales y nacionales y grupos profesionales e
instituciones académicas.
6. Examen oficial del informe: diálogo constructivo entre el órgano creado en virtud de un tratado y el
Estado parte. Los Estados envían una delegación que asista al periodo de sesiones en que el comité
examinará su informe para que se responda a las preguntas de los miembros y proporcione información
Toda persona que afirme que los derechos que la amparan en virtud de un tratado han sido vulnerados por un
Estado parte en ese tratado puede presentar una comunicación ante el comité pertinente, siempre y cuando el
Estado haya reconocido la competencia del comité para recibir ese tipo de denuncias.
➔ La denuncia a un comité, también llamada comunicación o queja, no tiene que revestir una forma
determinada, se recomienda que se utilicen los formularios modelo de denuncia y las directrices
adjuntas.
➔ La denuncia se debe presentar por escrito y debe ser legible, estar preferiblemente mecanografiada e ir
firmada
➔ Solo se aceptan las comunicaciones presentadas en uno de los idiomas oficiales de la ONU. La denuncia
debe contener los datos personales básicos -nombre, nacionalidad, fecha de nacimiento, dirección
postal y dirección de correo electrónico-.
➔ Es recomendable que los autores de denuncias especifiquen los derechos establecidos en el tratado
presuntamente violados.
➔ También es aconsejable indicar los tipos de reparación que el autor denuncia desearía obtener del
Estado parte.
➔ El autor de la denuncia también debe exponer con detalle las medidas que haya adoptado para agotar
los recursos disponibles en el Estado.
➔ Los autores deben acompañar copias de todos los documentos
¿Cuando se puede presentar una denuncia en virtud de los tratados de derechos humanos?
1. Procedimiento: Las dos fases principales del examen de una denuncia reciben el nombre de fase de
admisibilidad y fase de examen del fondo. La admisibilidad se refiere a los requisitos formales que debe
cumplir la denuncia para que el comité competente puede examinar su sustancia. El fondo se refiere a
la sustancia de la denuncia, sobre cuya base el comité decide si los derechos de la presunta víctima
¿Qué sucede cuando los comités toman una decisión sobre un caso?
Si los comités deciden que los hechos expuestos ponen de manifiesto una violación por el Estado parte de los
derechos del autor de la denuncia en virtud del tratado, invita al Estado parte a que presente información sobre
las medidas que haya adoptado para dar efecto a sus conclusiones y recomendaciones. Si los comités deciden
que no se ha violado el tratado o que la denuncia no es admisible, se cierra el caso.
Investigaciones
El Comité contra la Tortura, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, el Comité sobre
los Derechos de las Personas con Capacidad y el Comité contra la Desaparición Forzada, así como el Comité
DESC y el Comité de Derechos del niño (cuando entren en vigor sus protocolos facultativos), pueden poner en
marcha investigaciones si reciben información fidedigna en que figuren indicaciones fundadas sobre violaciones
importantes, graves o sistemáticas de las convenciones en un Estado parte. Procedimiento:
La CADH describe solo una serie de derechos civiles y políticos y hace una somera mención a los derechos de segunda
generación, los económicos, sociales y culturales. En virtud de esta debilidad, se creó un Protocolo Adicional en materia
de estos derechos. Es un tratado con muy pocos artículos y se lo denomina “Protocolo de San Salvador” (PSS).
También el Sistema Interamericano cuenta con una serie de instrumentos jurídicos abocados a temáticas particulares:
En el marco de la OEA, se han adoptado: la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión y los Principios y Buenas
Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas.
En sus comienzos, la labor de la CIDH estaba limitada al análisis de situaciones generales de violaciones a los derechos
humanos que pudiera padecer un país. Su primer informe surgió de la situación de Cuba, en 1962.
En 1967, se adoptó el llamado “Protocolo de Buenos Aires, que es un tratado que funciona como Protocolo de Reforma
de la Carta de la Organización de Estados Americanos. A través de este, se le otorgó a la CIDH el rango de “órgano de la
OEA”, sumándose así a los demás órganos. Estos son:
➢ Asamblea General
➢ Secretaria General
➢ Consejo de Seguridad: integrado por el Consejo Permanente (5 miembros: China, EEUU, Rusia, Francia, Inglaterra)
+ 10 miembros de países que integran la OEA que van rotando
➢ Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral
➢ Comité Jurídico Interamericano
➢ Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores
➢ Conferencias y organismos especializados
Con sus nuevas funciones, le correspondía a la CIDH elaborar un proyecto de Convención Americana sobre DDHH.
Entonces, se convocó en 1969 a una conferencia en San José, Costa Rica. Cuando finalmente se negoció y firmó dicha
Convención, las funciones de la CIDH fueron reguladas por este instrumento jurídico.
COMPOSICIÓN
La CIDH está compuesta por “expertos independientes”, individuos que desarrollan sus tareas de acuerdo con su leal saber
y entender, y no en respuesta a decisiones políticas de los Estados de su nacionalidad. Está compuesta por siete
comisionados, quienes son elegidos por los Estados miembros en la Asamblea General de la OEA, de una lista de hasta
tres candidatos que ofrecen dichos Estados. Permanecen en su cargo 4 años y puede ser reelegidos por un periodo más,
son escogidos a título personal (no representan al E) y deben ser personas de reconocida trayectoria y versadas en
materias de DDHH.
Se reúnen en dos ocasiones al año como mínimo, instancias denominadas “períodos de sesiones ordinarias”, las que duran
los días necesarios de acuerdo con las actividades que la CIDH deba desarrollar en esa oportunidad. También se reúnen a
pedido del presidente de la Comisión y en casos de gravedad o urgencia. Los miembros de la Comisión cuentan con la
asistencia de una Secretaria Ejecutiva, compuesta por abogados y profesionales que llevan adelante el trabajo diario,
relativo a las diferentes labores del organismo.
ATRIBUCIONES
La Comisión tendrá competencia para actuar con relación a cualquiera de los Estados que sean miembros de la
ORGANIZACIÓN. Si algún Estado no hubiera ratificado ningún instrumento de DDHH del Sistema Interamericano, todavía
la CIDH podría velar por los derechos reconocidos en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, cuyo
valor jurídico actual es vinculante con fuente de costumbre internacional.
Uno de los objetivos principales de la OEA es la de promover el respeto por los derechos humanos en la región. El hecho
de aislarse de la organización implicaría para los Estados un costo demasiado alto que ninguno de ellos estaría dispuesto
a pagar, aún más en la actualidad, en la era de la globalización. Las consecuencias acarrearía costos de tipo político y
económico.
Sistema de Informes: en el art. 41 de la CADH hace referencia al sistema de informe, que es un mecanismo de vigilancia
en los organismos de protección de derechos humanos de todos los sistemas de protección existentes. La CIDH elabora lo
Por otra parte, la CIDH elabora los llamados “informes por temas”, en los cuales el núcleo se basa en un análisis de un
cierto tópico o derecho en general, o en relación con todos los países de la región. Tanto en estos informes como en los
informes por países, la Comisión puede hacer recomendaciones a los Estados que los impulsen a toma medidas que
coadyuven al cumplimiento de sus diversas obligaciones en materia de DDHH. También tiene la facultad de solicitar
informes a los Estados.
Peticiones individuales: es su función de mayor relevancia. Se trata de la facultad de analizar, en un caso concreto, con
víctimas individualizadas, si un Estado determinado ha violado tal o cual norma protegida en alguno de los instrumentos
jurídicos de la OEA. Pasos del procedimiento:
1. Competencia: la competencia tiene que ver con las carac. del propio órgano. Se clasifica en:
En razón de la persona: cabe preguntarse quién está facultado para ser denunciante y quien para ser denunciado.
La CIDH tendrá que evaluar si quien llevó el asunto a conocimiento del organismo tiene legitimidad para ello y si
la propia Comisión, a su vez, está facultada para analizar la responsabilidad por violación de DDHH. El art. 44 de la
CADH y el art. 23 del Reglamento de la CIDH indican que cualquier persona, grupo de personas o entidad no
gubernamental tiene la potestad de presentar una petición.
En razón de la materia: la Comisión debe evaluar si el derecho que se alega que fue violado se encuentra contenido
en algún tratado del cual el Estado denunciado es parte. haya o no sido invocado por los peticionarios. La CIDH no
puede determinar la existencia de una violación a una norma contenida en un Pacto que sea ajeno a la OEA.
En razón del territorio: los hechos sometidos a conocimiento de la Comisión deben haber sucedido en el territorio
que se encuentre bajo la jurisdicción de un Estado miembro de la OEA. Territorio abarca tanto el terrestre, el
aéreo y el marítimo.
En razón del tiempo: las obligaciones emanadas de los tratados son exigibles para los Estados a partir de la
ratificación de dicho instrumento y luego de su entrada en vigor. Por ello, la CIDH deberá verificar si el instrumento
que contiene la norma que se invoca como lesionada se encontraban en vigor para el Estado en el momento que
sucedió la presunta violación.
2. Admisibilidad: una vez que la CIDH ha determinado si ella posee o no tiene competencia, deberá preguntarse si
la petición llegada a su conocimiento reúne los requisitos para ser admitida. La CADH enumera las siguientes
condiciones:
Agotamiento de los recursos internos: la petición debe haber atravesado todas las instancias de jurisdicción
interna hasta alcanzar una sentencia del máximo Tribunal al que pueda acceder dentro de ese Estado.
Plazo de caducidad: la petición tiene que ser presentada dentro de un plazo de seis meses, a contar desde la fecha
de notificación de la decisión de la última instancias interna.
Listisprudencia: la materia de la petición no debe estar pendiente de otro procedimiento de arreglo internacional,
es decir, la denuncia no puede ser presentada de forma simultánea en dos órganos internacionales.
Cosa juzgada: no es posible presentar una caso a la CIDH que ya haya sido resuelto por la misma Comisión o por
otro organismo internacional de similares características.
Inexistencia de violación de derechos humanos: cuando la petición no exponga hechos que caractericen una
violación de derechos garantizados por la CADH.
Procedimiento de peticiones:
1. Admisibilidad: Una vez evaluado tanto la competencia como la admisibilidad, la CIDH hará conocer al Estado
denunciado la existencia de una petición en su contra y le solicitará informaciones sobre el caso. El Estado tiene
noventa días para responderle a la Comisión, prorrogables hasta un máximo de ciento ochenta días. Una vez que
el Estado haya respondido, se le transmitirá a los peticionarios el contenido de su respuesta para que puedan
realizar observaciones. Si las hacen, se transmitirán al Estado.
En su respuesta, el Estado intentara que la CIDH no admita el caso. Con ese objetivo, interpondrá las llamadas
“excepciones preliminares”, lo cual consiste en alegar que los peticionarios no han agotado los recursos internos,
que el plazo de caducidad ha expirado, que no hay violación de derechos humanos o que la CIDH no tiene
competencia para conocer el asunto. Luego, la Comision debera elaborar un informe en el que refleje el estudio
de los escritos y pruebas de ambas partes, en el cual si el caso resulta competente y admisible. Si admite la
petición, se pasará a la segunda etapa, de lo contrario se archiva. La Comisión puede archivar el expediente en
cualquier momento del procedimiento.
2. Fondo: Luego de que se admita la petición, debe comenzar la investigación en relación con los hechos que hacen
al fondo o sustancia de la controversia. La CIDH tiene la facultad de realizar, también lo que se denomina una
investigación “in loco”. Esto significa que puede conformarse una delegación de la Comisión que se dirija al lugar
de los hechos, en los casos en que resulte útil a los efectos de la investigación, o en casos de gravedad y urgencia.
3. Solución Amistosa: se trata de un acuerdo al que llegan las partes, en el que determinan de forma conjunta cuáles
son los hechos del caso, cuáles fueron los derechos violados y cuál será la forma en que esa violación será reparada
por el Estado. Esta negociación es llevada adelante por las partes y sus letrados en el seno del propio país y consiste
en varias reuniones en las que el Estado y los peticionarios tratan de acercar sus posiciones. La CIDH no interviene,
sólo puede designar delegados para la supervisión del procedimiento. Al llegar al acuerdo, este se redacta y se
envía a la CIDH para su aprobación.
4. Solución No Amistosa: en el supuesto de que no pueda arribar a una solución amistosa, y luego de haber
examinado todas las exposiciones verbales y escritas aportadas por las partes, la CIDH elaborará el informe. Luego
de este informe, el Estado tiene un plazo de tres meses dentro de los cuales debe adoptar las medidas necesarias
para cumplir o comenzar el cumplimiento de las reparaciones establecidas. Este primer informe se lo denomina
como “Informe del art. 50”, es de carácter preliminar y su función es brindarle al Estado la posibilidad de que se
soluciones el caso al seguir las recomendaciones fijadas por la CIDH. El informe es “secreto”.
Si en dicho plazo el Estado no lleva adelante las acciones tendientes a solucionar el caso, lo primero que la
Comisión deberá preguntarse es si el Estado denunciado es parte o no del Pacto de San José de Costa Rica y si, se
ha sometido a la jurisdicción de la Corte IDH. Si no lo ha hecho, el camino resta para la Comisión es elaborar un
segundo informe denominado “Informe del art. 51” que es de carácter definitivo y puede publicarse tras obtener
la mayoría absoluta de votos de los miembros de la CIDH. Este informe es una especie de condena política ya que
frente a la comunidad internacional, el Estado denunciado se revelara como “violador de DDHH”.
Ahora bien, ante una situación de incumplimiento del primer informe, si el Estado denunciado ratificó la CADH y aceptó
someterse a competencia contenciosa de la Corte IDH, se abren dos posibilidades para la Comisión. Una de ellas es la de
emitir el informe del art. 51, y la otra es remitir el caso a la Corte IDH para su estudio. Si el caso llega al alto tribunal, los
Finalizadas las cuatro etapas anteriores, la Comisión abre un proceso destinado a la supervisión del cumplimiento de las
consideraciones formuladas en sus diferentes resoluciones y toma las medidas que considere oportunas.
➔ en materia contenciosa: consiste en dirimir las controversias que sean sometidas para conocimiento de la Corte
en aquellos casos en los cuales se presume que un Estado parte de la CADH ha violado algún derecho humanos
protegido en ella y en la adopción de medidas provisionales.
➔ en materia consultiva: su finalidad es colaborar con los Estado de la OEA a cumplir con los compromisos
internacionales asumidos en lo concerniente a la protección de los DDHH. La Corte puede interpretar los tratados
que pertenecen a la OEA.
Está compuesta por siete jueces, nacionales de los Estados miembros de la OEA, quienes son elegidos en el marco de
sesiones ordinarias de la Asamblea General. Son elegidos a título personal, por su idoneidad para el desempeño del cargo.
La jurisdicción contenciosa es voluntaria por cuanto resulta necesario que los Estados la acepten, de lo contrario, la Corte
resulta incompetente para entender un caso. La aceptación de competencia requiere la forma expresa, no se presume y
puede hacerse mediante una declaración unilateral de voluntad de aceptación, sea de manera incondicionada, o bien
sujeta a condición de reciprocidad, por un plazo determinado, en forma indefinida o para casos específicos.
➢ Bajo condición de reciprocidad: aplicable a las controversias interestatales, cuando un estado demanda a otro de
la CADH.
➢ Por un plazo determinado: el Estado asume la obligación internacional por el tiempo que indica el documento que
declara como obligatoria la competencia. Vencido el plazo, la Corte carece de competencia.
➢ Por un tiempo indefinido: la obligación no se extingue por causa de tiempo.
La Argentina reconoce la jurisdicción de la Corte por tiempo indefinido y bajo condición de reciprocidad, conforme surge
del instrumento de ratificación de la CADH.
Legitimación activa
Solo los Estados Partes y la Comisión tienen derecho a someter un caso a la Corte IDH, ni los individuos, ni los órganos de
la OEA, ni las organizaciones internacionales, ni las organizaciones no gubernamentales gozan de ese derecho.
Procedimiento
El procedimiento ante la Corte constituye un proceso de tipo jurisdiccional stricto sensu, en el cual la CIDH no posee
facultades para llevarlo a cabo. El proceso contencioso tiene por finalidad responsabilizar internacionalmente al Estado
por las violaciones de derechos humanos cometidas que dieron lugar a los procesos en sede internacional, con las
consecuencias jurídicas que ello conlleva, el deber reparar. Etapas:
1. Etapa escrita: se compone de la demanda y la contrademanda, las cuales deben presentarse de forma escrita.
La demanda debe indicar las partes del caso, el objeto (pretensiones que incluyen reparaciones y costas),
exposición de los hechos, pruebas y la individualización de los testigos y peritos. La demanda es comunicada por
el secretario de la Corte al presidente y a los jueces del tribunal, al Estado demandado, a la CIDH y a la presunta
víctima. El Estado demandado tiene que presentar la contrademanda en forma conjunta y las solicitudes y pruebas
dentro del plazo de dos meses. En ella, el Gobierno acusado tiene la obligación de declarar si acepta los hechos y
pretensiones de la Comisión o si los contradice.
2. Etapa Oral: en ella se realizan audiencias que la Corte estime necesaria. En esta parte del proceso, la Corte posee
facultades para disponer las medidas que resulten necesarias a los efectos, como así también para formular
preguntas que se requieran para la dilucidación del caso. Las audiencias son públicas. El debate es dirigido por el
Presidente de la Corte, quien es el encargado de resolver acerca de la pertinencia de las preguntas que se formulan
y de dispensar al interrogatorio de responder. A lo largo del proceso, la Corte puede ordenar diligencias
probatorias de oficio, tales como requerir a las partes pruebas adicionales o aclaraciones, solicitar a cualquier
entidad que obtenga información que exprese una opinión, incluso comisionar a varios de sus miembros para que
realicen averiguaciones judiciales.
3. Sentencia: culminada la etapa oral, la Corte dicta la sentencia, la cual de adopta por un quórum de cinco jueces
de los presentes. Puede tratarse de un sentencia de fondo y reparaciones o de una sentencia de fondo, en cuyo
caso, en una etapa posterior se dicta una sentencia de reparaciones. Para el cumplimiento de la sentencia, en el
ordenamiento interno se sigue el procedimiento de ejecución de sentencias extranjeras.
Seguimiento de la sentencia.
El deber de los Estados de cumplir con las sentencias de la Corte surge de la CADH en su art. 67, que otorga a los fallos de
la Corte carácter definitivo o inapelable. Ningún Estado podrá alegar una causal de su derecho interno para dejar de
cumplir una obligación internacional.
El mecanismo de seguimiento se lleva a cabo mediante diferentes resoluciones del presidente de la Corte. Por medio de
ese acto resolutorio se convoca a una audiencia al Estado condenado, a la CIDH y a los representantes de la víctima, con
el fin de que la Corte obtenga información acerca del cumplimiento del fondo, las reparaciones y las costas.
Cuando el Estado demandado da cumplimiento cabal de todos los puntos resolutivos de la sentencia, la Corte dispone dar
por terminado el caso y ordenar el archivo.
➔ Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.) , Artículo 19 (Derecho de niño) , Artículo
21 (Derecho a la propiedad privada) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 26 (Desarrollo progresivo) , Artículo
5 (Derecho a la Integridad Personal) , Artículo 8 (Garantías Judiciales)
➔ Otro(s) tratado(s) interamericano(s): Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra las Personas con Discapacidad, Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ("Protocolo de San Salvador")
➔ Otros Instrumentos: Convención sobre los Derechos del Niño – Naciones Unidas, Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad – Naciones Unidas.
Hechos: Los hechos del presente caso refieren a Sebastián Furlán, de 14 de años de edad, que el 21 de diciembre de 1988
ingresó a un predio cercano a su domicilio, propiedad del Ejército Argentino, con fines de esparcimiento. El inmueble no
contaba con ningún alambrado o cerco perimetral que impidiera la entrada al mismo, hasta el punto que era utilizado
por niños para diversos juegos, esparcimiento y práctica de deportes.
Una vez en el predio, Sebastián Furlán intentó colgarse de un parante transversal perteneciente a una de las instalaciones,
lo que llevó a que la pieza de aproximadamente 45 o 50 kilogramos de peso cayera sobre él, golpeándole con fuerza la
cabeza y ocasionándole pérdida instantánea del conocimiento. Fue internado en el servicio de Terapia Intensiva del
Hospital Nacional Posadas, con el diagnóstico de traumatismo encéfalocraneano con pérdida de conocimiento en estado
de coma grado II-III, con fractura de hueso parietal derecho.
A raíz del accidente sufrido, su padre, Danilo Furlan, asistido por abogada, interpuso una demanda el 18 de diciembre
de 1990 en el fuero civil contra el Estado de Argentina, con el fin de reclamar una indemnización por los daños y perjuicios
derivados de la incapacidad resultante del accidente de su hijo. Mediante sentencia de primera instancia, emitida el 7 de
septiembre de 2000, el juzgado falló haciendo lugar a la demanda y estableciendo que el daño ocasionado a Sebastián
Furlan fue consecuencia de la negligencia por parte del Estado, como titular y responsable del predio. En consecuencia,
condenó al Estado Nacional-Estado Mayor General del Ejército a pagar a Sebastián Furlan la cantidad de 130.000 pesos
argentinos más sus intereses en proporción y con ajuste a las pautas suministradas en la sentencia.Tanto la demandada
como la parte actora interpusieron, respectivamente, recurso de apelación. La sentencia de segunda instancia, emitida el
23 de noviembre de 2000 confirmó la sentencia. El resarcimiento reconocido a favor de Sebastián Furlan quedó
comprendido dentro de la Ley 23.982 de 1991, la cual estructuró la consolidación de las obligaciones vencidas de causa
o título anterior al 1 de abril de 1991 que consistiesen en el pago de sumas de dinero. Dicha Ley estipuló dos formas de
cobro de indemnización: i) el pago diferido en efectivo, o ii) la suscripción de bonos de consolidación emitidos a dieciséis
años de plazo. Teniendo en cuenta las precarias condiciones en las que se encontraba y la necesidad de una rápida
obtención del dinero, Danilo Furlan optó por la suscripción de bonos de consolidación en moneda nacional. El 12 de
marzo de 2003 el Estado entregó 165.803 bonos al beneficiario. Ese mismo día Danilo Furlan vendió dichos bonos.
Tomando en cuenta que Sebastián Furlan tuvo que pagar honorarios a su apoderado y que, de conformidad con los
términos de la sentencia de segunda instancia, tuvo que pagar una parte de las costas procesales, Sebastián Furlan
recibió en definitiva 116.063 bonos, equivalentes a 38.300 pesos argentinos aproximadamente, de los 130.000 pesos
argentinos ordenados por la sentencia.
Sebastián Furlan recibió tratamientos médicos inmediatamente después de ocurrido el accidente en 1988, luego de
intentar suicidarse en dos ocasiones, y en el marco de un proceso penal que fue llevado en su contra por golpear a su
abuela. Asimismo, algunos dictámenes médicos realizados en el proceso civil resaltaron la necesidad de contar con
asistencia médica especializada. Uno de los peritos en dicho proceso diagnosticó que Sebastián Furlan tenía un 70% de
discapacidad. El 26 de agosto de 2009, luego de diversos intentos por acceder a una pensión, Sebastián Furlan solicitó
nuevamente que se le concediera una pensión no contributiva por invalidez.
-Petitorio de la CIDH: La CIDH sometió este caso con el fin de que la Corte IDH decida si hubo violación, por parte del
Estado involucrado, de los artículos 8.1 y 25.1, en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en perjuicio de Sebastián Furlan y Danilo Furlan. Asimismo solicitó que se declare la vulneración de los artículos
25.2.c, 5.1 y 19 en relación con el artículo 1.1 de la Convención, en perjuicio de Sebastián Furlan. Igualmente, solicitó que
se declare la violación del artículo 5.1, en relación con el artículo 1.1 de la Convención en perjuicio de Danilo Furlan, Susana
Fernández, Claudio Erwin Furlan y Sabina Eva Furlan.
- Petitorio de los representantes de las víctimas: Los representantes coincidieron, en general, con las violaciones alegadas
por la CIDH y añadieron la presunta violación de los siguientes artículos de la Convención Americana: 8.2.e, 21 y 26 en
relación con los artículos 1.1 y 2 en perjuicio de Sebastián Furlan y su familia.
Excepciones preliminares
En primer lugar, la Corte desestimó las excepciones preliminares de: i) falta de agotamiento de recursos, ii) incompetencia
rationae materiae para considerar los argumentos de la aplicación de la ley de régimen de consolidación de deudas y, iii)
la de violación al derecho de defensa del Estado.
Respecto a la falta de agotamiento de los recursos internos, la Corte IDH consideró que el Estado modificó la
argumentación sobre la finalidad y objeto del recurso en su contestación de demanda respecto a la originalmente
esgrimida ante la Comisión, por lo que consideró que no cumplió con uno de los presupuestos formales que exige la
excepción preliminar relativa al previo agotamiento de los recursos internos.
Respecto a la incompetencia rationae materiae para considerar los argumentos de la aplicación de la ley de régimen de
consolidación de deudas, el tribunal internacional consideró que la reserva realizada por Argentina al artículo 21 de la
Convención Americana no impedía a la Corte IDH pronunciarse al efecto, puesto que no se estaba solicitando la revisión
de una política económica de gobierno.
Respecto a la alegada violación al derecho de defensa del Estado, el Estado, basado en el precedente contenido de la
Sentencia del 31 de agosto de 2011 dictada un año atrás en el caso Grande vs. Argentina y referida en este blog, alegó que
la CIDH había violado su derecho de defensa al haber incluido, en el informe de fondo y bajo el principio iura novit curia,
la violación al artículo 5. La Corte desestimó la excepción, determinó que no hay similitud con el caso Grande vs. Argentina
y estableció que:
Ni la Convención Americana ni en el Reglamento de la Comisión Interamericana existe normatividad alguna que disponga
Toda persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una protección especial, en razón de los
deberes especiales cuyo cumplimiento por parte del Estado es necesario para satisfacer las obligaciones generales de
respeto y garantía de los derechos humanos. El Tribunal recuerda que no basta con que los Estados se abstengan de violar
los derechos, sino que es imperativa la adopción de medidas positivas, determinables en función de las particulares
necesidades de protección del sujeto de derecho, ya sea por su condición personal o por la situación específica en que se
encuentre, como la discapacidad. En este sentido, es obligación de los Estados propender por la inclusión de las personas
con discapacidad por medio de la igualdad de condiciones, oportunidades y participación en todas las esferas de la
sociedad, con el fin de garantizar que las limitaciones anteriormente descritas sean desmanteladas. Por tanto, es necesario
que los Estados promuevan prácticas de inclusión (párr. 134).
Asimismo, para el tribunal internacional “la discapacidad no se define exclusivamente por la presencia de una deficiencia
física, mental, intelectual o sensorial, sino que se interrelaciona con las barreras o limitaciones que socialmente existen
para que las personas puedan ejercer sus derechos de manera efectiva” (párr. 133).
Una vez fijado éstos y otros estándares generales, la Corte IDH consideró que “al haber sido Sebastián Furlan un niño y,
actualmente, ser un adulto con discapacidad, es necesario analizar la controversia entre las partes a partir de una
interpretación de los derechos de la Convención Americana y las obligaciones que de éstos se desprenden, a la luz de las
medidas especiales de protección que se derivan de dichos estándares”, el cual constituye “un marco brinda mecanismos
para garantizar y proteger de manera adecuada los derechos de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones
y teniendo en cuenta sus necesidades concretas” (párr. 139).
Finalmente, respecto a la minoría de edad la Corte tuvo en cuenta que al momento de los hechos se encontraba vigente
el artículo 126 del Código Civil de Argentina que establecía que eran “menores [de edad] las personas que no hubieren
cumplido la edad de veintiún años”, razón por la cual en aplicación del principio pro persona (artículo 29.b de la
Convención) entendió que Sebastián Furlan adquirió la mayoría de edad al cumplir los 21 años de edad (párr. 123).
Violación a la garantía de plazo razonable dentro de procedimientos donde se involucren los derechos de niños y niñas
discapacitados
Dentro del apartado de plazo razonable, la Corte IDH analizó los siguientes aspectos para determinar si el proceso civil por
daños y perjuicios excedió el plazo razonable, el cual inició desde que se presentó la demanda el día 18 de diciembre de
1990 hasta el 12 de marzo de 2003, es decir 12 años y tres meses aproximadamente: i) la complejidad del asunto; ii) la
actividad procesal del interesado; iii) la conducta de las autoridades judiciales, y; iv) la afectación generada en la situación
Antes de dicho análisis, la Corte concluyó que el lapso correspondiente a la etapa de ejecución de la sentencia judicial con
el fin de realizar efectivamente el cobro de la indemnización, en el presente caso, hacía parte del proceso y debía tomarse
en cuenta para analizar el plazo razonable (párr. 151).
Una vez realizado el análisis, concluyó que las autoridades judiciales a cargo del proceso civil por daños y perjuicios y del
cobro de la indemnización no actuaron con la debida diligencia y el deber de celeridad que exigía la situación de
vulnerabilidad en la que se encontraba Sebastián Furlan, razón por la cual excedieron el plazo razonable, lo cual vulnera
el derecho a las garantías judiciales establecido en el artículo 8.1, en relación con los artículos 19 y 1.1, todos de la
Convención Americana, en perjuicio de Sebastián Claus Furlan (párr. 204).
i) Complejidad del asunto: Respecto a la complejidad del asunto, la Corte IDH enunció los diversos criterios que ha tenido
en cuenta para determinar la complejidad de un proceso: la complejidad de la prueba; la pluralidad de sujetos procesales
o la cantidad de víctimas; el tiempo transcurrido desde la violación; las características del recurso consagradas en la
legislación interna; y el contexto en el que ocurrió la violación.
La Corte IDH concluyó que el caso no involucra aspectos o debates jurídicos o probatorios que permitan inferir una
complejidad cuya respuesta requiriera el transcurso de un lapso de casi 12 años. Al respecto, consideró que no encontraba
evidencia en la legislación interna argentina que permita inferir que un proceso civil ordinario sea per se complejo; que
no había una pluralidad de sujetos procesales o número de víctimas; que los procesos de responsabilidad extracontractual,
en general, tienden a desarrollarse en forma más simple que otros procesos judiciales; y que no había transcurrido un
lapso considerable entre el hecho y la interposición de la acción judicial (párrs. 156 a 159).
ii) Actividad procesal del interesado: La Corte observó que el debate sobre la actuación de la parte interesada se centró
en dos aspectos principales: a) el tiempo transcurrido para la determinación de la parte demandada, y b) el impulso
procesal efectuado por la presunta víctima en otras distintas etapas del proceso. La Corte no encontró hechos que
permitieran inferir que la actuación del demandante en el proceso haya sido dilatoria o pudo haber contribuido
sustancialmente a que un proceso de esta naturaleza demorara este tiempo en resolverse (párrs. 164 a 175).
Respecto al primer punto, el Tribunal observó que la información contenida en la demanda inicial y en la integración de la
demanda respecto de la determinación del demandado en el proceso, resultaba suficiente para individualizar al Estado
Nacional como parte demandada y no encontró que existiera evidencia suficiente que permitiera concluir que la parte
interesada haya propiciado una confusión tal, que no permitiera identificar al propietario del bien inmueble y que, por
tanto, justificara la dilación del proceso durante 3 años, 11 meses y 24 días, antes de correr traslado de la demanda.
Respecto al segundo punto, la Corte IDH observó que la actuación procesal del señor Danilo Furlan, actuando en
representación de su hijo y, posteriormente de Sebastián Furlan, tendió en diversas etapas procesales a impulsar el
proceso. Asimismo, concluyó que el Estado no había argumentado de qué manera la conducta del demandante, respecto
de cada tipo de actuación, contravino o excedió el límite legal establecido sobre plazos procesales, y que tampoco
argumentó en qué medida y cuáles eran las posibilidades reales de que el proceso se hubiera resuelto en un plazo
razonable si la parte demandante hubiera actuado de otra manera.
iii) Conducta de las autoridades judiciales: Con relación a la conducta de las autoridades judiciales y estatales, la Corte
IDH analizó: a) la actuación de las autoridades judiciales del proceso, y b) la actuación de las autoridades del Estado como
parte demandada u otras autoridades estatales involucradas. Concluyó que de los argumentos presentados por el Estado
no se desprendían razones concretas que justifiquen por qué un proceso civil que no debía durar más de dos años terminó
iv) Afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada en el proceso: Finalmente, respecto a la
afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada en el proceso, la Corte recordó que si el paso del
tiempo incide de manera relevante en la situación jurídica del individuo, resultará necesario que el procedimiento avance
con mayor diligencia a fin de que el caso se resuelva en un tiempo breve. Teniendo en cuenta lo anterior, el Tribunal
estableció que en casos de personas en situación de vulnerabilidad, como lo es una persona con discapacidad, es
imperante tomar las medidas pertinentes, como por ejemplo la priorización en la atención y resolución del procedimiento
por parte de las autoridades a su cargo, con el fin de evitar retrasos en la tramitación de los procesos, de manera que se
garantice la pronta resolución y ejecución de los mismos.
Al respecto, la Corte encontró probado: i) la grave afectación a la salud física y psíquica de Sebastián Furlan ocasionada a
raíz del accidente y sus posteriores necesidades de atención médica y psicológica; ii) los dos intentos de suicidio cometidos
por Sebastián Furlan, lo cual constituía una información puesta en conocimiento del juez que evidenciaba los problemas
en la rehabilitación temprana que había tenido Sebastián Furlan y la necesidad de una asistencia médica especializada
ante su delicada situación, y iii) el incidente que desencadenó la orden de detención preventiva de Sebastián Furlan el 21
de febrero de 1994, lo cual demostraba la grave situación que atravesaba Sebastián Furlan.
Conforme a lo anterior, el Tribunal consideró que si las autoridades judiciales hubieran tenido en cuenta el estado de
vulnerabilidad en que se encontraba Sebastián Furlan, hubiera sido evidente que el presente caso exigía por parte de las
autoridades judiciales una mayor diligencia, pues de la brevedad del proceso dependía el objetivo primordial del proceso
judicial, el cual era obtener una indemnización que podía estar destinada a cubrir las deudas que durante años la familia
de Sebastián Furlan acumuló para efectos de su rehabilitación y para llevar a cabo terapias necesarias tendientes a atenuar
los efectos negativos del paso del tiempo. Por ello, la Corte indicó que se encontraba suficientemente probado que la
prolongación del proceso en este caso incidió de manera relevante y cierta en la situación jurídica de la víctima y su efecto
tiene, hasta el día de hoy, un carácter irreversible, por cuanto al retrasarse la indemnización que necesitaba, tampoco
pudo recibir los tratamientos que hubieran podido brindarle una mejor calidad de vida (párrs. 194 a 203).
Proporcionalidad de la ley y sentencia que restringió el derecho a la propiedad y el derecho de acceso a la justicia
En el presente caso, la Corte observó que existía una interrelación entre los problemas de protección judicial efectiva y el
goce efectivo del derecho a la propiedad. Al aplicar un juicio de proporcionalidad a la restricción del derecho a la propiedad
ocurrida, consideró que la Ley 23.982 cumplía con una finalidad admisible convencionalmente, relacionada con el manejo
de una grave crisis económica que afectaba diversos derechos de los ciudadanos. También concluyó que la medida
escogida para enfrentar dicho problema podía resultar idónea para alcanzar dicho fin y que, en principio, podría aceptarse
dicha medida como necesaria, teniendo en cuenta que, en ocasiones, pueden no existir medidas alternativas menos
lesivas para enfrentar la crisis.
Sin embargo, a partir de la información disponible en el expediente, la Corte consideró que la restricción al derecho a la
propiedad de Sebastián Furlan no fue proporcionada en sentido estricto porque no contempló ninguna posibilidad de
aplicación que hiciera menos gravosa la disminución del monto indemnizatorio que le correspondía. El Tribunal no
encontró en el expediente algún tipo de previsión pecuniaria o no pecuniaria que hubiera podido moderar el impacto de
la reducción de la indemnización u otro tipo de medidas ajustadas a las circunstancias específicas de una persona con
varias discapacidades que requerían, para su debida atención, del dinero ya previsto judicialmente como derecho
adquirido a su favor. En las circunstancias específicas del caso concreto, el Tribunal consideró que el no pago completo de
Respecto a la primera cuestión, el Tribunal concluyó que Sebastián Furlan no fue escuchado directamente por el juez a
cargo del proceso civil por daños y perjuicios y que, al no haberse escuchado en ninguna etapa del proceso judicial a
Sebastián Furlan, el juez tampoco pudo valorar sus opiniones sobre el asunto y, en especial, no pudo constatar la situación
específica de él como persona con discapacidad. Por lo anterior, la Corte consideró que se vulneró el derecho a ser oído y
ser debidamente tomado en cuenta consagrado en el artículo 8.1, en relación con los artículos 19 y 1.1, todos de la
Convención Americana, en perjuicio de Sebastián Claus Furlan (párrs. 228 a 233).
Respecto a la segunda cuestión, el Tribunal constató que el asesor de menores no fue notificado por el juez del proceso
civil mientras Sebastián Furlan era una persona menor de edad ni posteriormente, cuando se contó con los peritajes que
daban cuenta del grado de su discapacidad, razón por la cual Sebastián Furlan no contó con una garantía, no sólo
obligatoria en el ámbito interno, sino que además habría podido intervenir mediante las facultades que le concede la ley
a coadyuvar en el proceso civil. Teniendo en cuenta lo anterior, en las circunstancias especificas del presente caso, la Corte
consideró que el asesor de menores e incapaces constituía una herramienta esencial para enfrentar la vulnerabilidad de
Sebastián Furlan por el efecto negativo que generaba la interrelación entre su discapacidad y los escasos recursos
económicos con que contaban él y su familia, generando que la pobreza de su entorno tuviera un impacto
desproporcionado en su condición de persona con discapacidad. En consecuencia, la Corte concluyó que se vulneró el
derecho a las garantías judiciales establecido en el artículo 8.1, en relación con los artículos 19 y 1.1, todos de la
Convención Americana, en perjuicio de Sebastián Claus Furlan (párrs. 237 a 243).
Derecho a la integridad personal y acceso a la justicia de los familiares de Sebastián Claus Furlan
Al respecto, la Corte consideró probada la desintegración del núcleo familiar, así como el sufrimiento padecido por todos
sus integrantes como consecuencia de la demora en el proceso civil, la forma de ejecución de la sentencia y los demás
problemas que tuvo Sebastián Furlan para el acceso a una rehabilitación adecuada, y concluyó que el Estado argentino
incurrió en la violación del derecho a la integridad personal consagrado en el artículo 5 y el derecho al acceso a la justicia
establecido en los artículos 8.1 y 25, en relación con el artículo 1.1, todos de la Convención Americana, en perjuicio de
Danilo Furlan, Susana Fernández, Claudio Erwin Furlan y Sabina Eva Furlan (párrs. 249 a 265).
Principio de no discriminación
Finalmente, partiendo de la situación agravada de vulnerabilidad de Sebastián Furlan, por ser menor de edad con
discapacidad y vivir en una familia de bajos recursos económicos, al Estado le correspondía el deber de adoptar todas las
medidas adecuadas y necesarias para enfrentar dicha situación. La omisión del Estado de adoptar dichas medidas de forma
diferenciada a otras personas dada la situación de vulnerabilidad implicó el incumplimiento de la prohibición de
discriminación contenida en el artículo 1.1 de la Convención Americana, dado que existió una discriminación de hecho
asociada a las violaciones a los derechos contenidos en los artículos 5.1, 8.1, 21, 25.1 y 25.2.c, en relación con los artículos
1.1 y 19 de la Convención Americana en perjuicio de Sebastián Claus Furlan (párr. 266 a 269).
Violencia Institucional.
La Secretaría de Derechos Humanos entiende a la Violencia Institucional (V.I.) como un cierto tipo de prácticas
estructurales de violación de derechos cuya caracterización se compone por tres elementos, a saber:
Irregularidades Judiciales: Las prácticas que constituyen V.I. por parte de los agentes/ funcionarios del sistema de
justicia se diferencian sustancialmente de las de los otros dos grupos por 3 aspectos: por su labor, sus decisiones
otorgan un manto de “legalidad” –dudosa desde la perspectiva de las víctimas– al accionar ilegítimo de los
funcionarios y/o agentes públicos que se hayan visto involucrados en V.I. Estos agentes pueden, en consecuencia,
tener “prácticas de encubrimiento de violaciones de derechos” (dilaciones, irregularidades en los procedimientos
reglados, manipulación de pericias, etc). Además, pueden ser partícipes directos de violaciones de derechos,
mediante “prácticas de impunidad de violaciones de derechos” (ej. Delegación de la investigación fiscal en la
policía, Dilaciones injustificadas (de proceso, de designación de juzgados o jueces, de sentencias, etc.), falsa
imputación (causa armada), falta de resguardo de información privilegiada, etc.). Por último, su falta de respuesta
es una situación conocida por los perpetradores, por lo tanto en ese caso la falta de respuesta de los operadores
judiciales opera como “garantía de impunidad” de los perpetradores a futuro, y la indefensión de las víctimas.
2. FUNCIONARIOS Y/O AGENTES PÚBLICOS (PERPETRADORES): por el tipo de labor que desempeñan o por la
institución a la que pertenecen, tienen la potestad y/o prerrogativa de uso de la fuerza/coerción.
En este punto es importante que recordemos que una de las características propias del Estado moderno es
monopolizar la violencia física legítima. Esto significa que toda forma de violencia legítima se concentra en
determinadas instituciones (policía, fuerzas armadas, instituciones penitenciarias, etc.). Sin embargo, esto no
significa que el uso de la fuerza sea la única forma de acción posible sino que la función de las instituciones de
seguridad descansa, en última instancia, sobre la posibilidad de ejercer esta violencia. A su vez, debemos notar
que la posibilidad de ejercer la violencia legítima tiene limitaciones: sólo es legítimo aquel uso de la violencia física
que se encuadra dentro de las pautas establecidas para su uso.
Dicho esto, para delimitar este elemento que hace a los sujetos activos de la violencia institucional, la expresión
funcionarios y/o agentes públicos incluye a todos los agentes que ejercen funciones de policía, ya sean
3. CONTEXTOS DE RESTRICCIÓN DE AUTONOMÍA Y/O LIBERTAD: da cuenta de entornos, marcos y/o tramas
de estructuración de relaciones sociales en las que es posible observar el despliegue de las prácticas asociadas a
la configuración de un hecho como violencia institucional. Este despliegue resulta posible porque determinados
funcionarios y/o agentes públicos detentan la posibilidad de interferir de diversas formas en el desarrollo de la
autonomía y la libertad de las personas. En estos contextos, las jerarquías entre las personas y los/as agentes o
funcionarios públicos se expresan, mayormente, en términos de “amenaza” (real o potencial) de uso de la fuerza
y/o de los resortes institucionales y prerrogativas, tanto en relación a la libertad como a la autonomía de las
personas. El posicionamiento de las personas en situación de sometimiento y dependencia (absoluta o relativa)
de la autoridad –definidas y rediseñadas sobre la base del sistema de jerarquías propio de cada contexto– es la
condición de posibilidad para el despliegue de las prácticas objeto de este análisis. Hemos agrupado los contextos
en situaciones: de tránsito, de detención, de internación y de formación, entrenamiento y/o rehabilitación. Es
importante tener presente que, aun cuando en todos los contextos se ponen en juego restricciones a la libertad y
la autonomía de las personas, podemos sostener analíticamente que existen concentraciones mayores según el
tipo de situación de la cual se trate: situaciones de internación y de detención se manifiestan más fuertemente
marcados por las restricciones a la libertad (mayormente ambulatoria), a la par que las situaciones de tránsito y
de formación, entrenamiento y rehabilitación se presentan más orientadas a la restricción de autonomía.
Mediante Resolución N° 30/2014, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación creó la "Unidad de Registro,
Sistematización y Seguimiento de Hechos de Tortura, Desaparición Forzada de Personas y otras Graves Violaciones a los
Derechos Humanos" dentro del ámbito de competencia de la Dirección Nacional de Asuntos Jurídicos en materia de
Derechos Humanos. Sobre la base del compromiso asumido a nivel internacional y de las consideraciones antes
desarrolladas, la Unidad desarrolla y perfecciona un sistema de información que pueda aportar al diseño de políticas
públicas en materia de prevención de graves violaciones a los derechos humanos.
Nuestro trabajo apunta a analizar las diferentes manifestaciones de la violencia institucional sobre la base de las
presentaciones, denuncias e informaciones recibidas en el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos. Este objetivo
general se concreta al identificar, describir y analizar los hechos y/o situaciones que involucren violaciones a los derechos
humanos por parte de funcionarios/as pertenecientes a las fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, personal penitenciario
y efectores de salud, como así también operadores judiciales, en contextos de restricción de libertad y/o autonomía.
A nivel metodológico, abordar el fenómeno de la violencia institucional requiere tomar una serie de decisiones. A este fin,
en un primer momento, la tarea consistió en la discusión conceptual del problema y el diseño preliminar de un esquema
de variables. En forma paralela, se desarrolló un relevamiento exploratorio de la información disponible en la Secretaría,
de dónde se desprendió un número significativo de reclamos, quejas y/o denuncias correspondientes a situaciones de
violación a los derechos humanos en centros penitenciarios y/o motivadas por el accionar de las fuerzas de seguridad, etc.
Situaciones: Como señalamos antes, hablar de contexto de restricción de autonomía y/o libertad da cuenta de entornos,
marcos y/o tramas de estructuración de relaciones sociales en las que es posible observar el despliegue de las prácticas
asociadas a la configuración de un hecho como violencia institucional. Con el objeto de poder abarcar analíticamente este
conjunto, hemos agrupado los contextos en situaciones: de tránsito, de detención, de internación y de formación,
entrenamiento y/o rehabilitación. Detallamos, a continuación, el conjunto de situaciones delimitadas y los espacios físicos
comprendidos. Finalmente, se incluye también un listado mínimo de circunstancias que pueden, ocasionalmente, aportar
a la caracterización de un hecho como violencia institucional. Tipos:
Situaciones de Detención: Hace referencia a situaciones caracterizadas por el hecho de que las personas involucradas no
pueden abandonarla por su propia voluntad. Incluye comisarías e instalaciones policiales, instalaciones de fuerzas de
seguridad (Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Prefectura Naval Argentina), centros de detención
(penales y complejos penitenciarios, centros de alojamiento para personas menores de edad, centros de detención
preventiva, centros de detención previos al juicio: alcaidías) y, a su vez, lugares no identificados y domicilios particulares
en los que se realizan detenciones.
Situaciones de Internación: Refiere de aquellas situaciones en que las personas se encuentran bajo observación y/o
cuidado y/o tratamiento en instituciones orientadas primordialmente al cuidado de la salud de personas con
padecimientos psíquicos, deterioro y/o compromiso cognitivo, discapacidad intelectual, etc. Se incluyen servicios y
efectores de salud públicos y privados, en particular hospitales generales, establecimientos de internación geriátrica,
establecimientos de rehabilitación de adicciones, instituciones y establecimientos de salud mental y hogares para
personas con discapacidad (incluye residencias y pequeños hogares). Se incorporan, también, hospitales generales en
tanto desde la entrada en vigor de la Ley N° 26.657 se establece que toda internación de salud mental debe realizarse en
hospitales generales.
Situaciones de Formación, Entrenamiento y/o Rehabilitación: Comprende las situaciones caracterizadas por orientarse
a “moldear”, formar y entrenar los comportamientos de las personas. Comprende un conjunto de instituciones de diversa
índole: centros de día, escuelas de formación fuerzas de seguridad (nacionales y provinciales), escuelas penitenciarias
(nacionales y provinciales) y escuelas de formación de las distintas ramas de las fuerzas armadas.
Circunstancias: Se trata de aquellos condicionamientos impuestos por el contexto del hecho y/o por la dinámica de las
instituciones, cuya regulación resulta externa a las personas y que las posiciona en condiciones de especial desprotección
frente a los agentes y/o funcionarios públicos. Analíticamente, las circunstancias se presentan como variables
intervinientes para la configuración de un hecho como violencia institucional. Su presencia puede verificarse o no y, en
los casos en que se verifica, agregan una descripción útil respecto de la dinámica de ocurrencia de la violencia institucional.
De manera general las circunstancias pueden agruparse de la siguiente forma:
Vinculadas al manejo administrativo-espacial de la institución: Incluye el ingreso y/o admisión, los recuentos, la circulación
por la unidad o establecimiento, los reintegros al pabellón / celda / habitación, la recepción de visitas, los traslados y las
medidas de resguardo físico, entre otras.
Ingreso y/o admisión: Refiere a las circunstancias comprendidas al inicio de la restricción de la libertad, ya sea en
centros de detención, comisarías, alcaidías, etc., al igual que en todos los procedimientos de ingreso y admisión en lugares
de detención y encierro posteriores. Asimismo se refiere a todos los procedimientos que se llevan a cabo al momento de
la recepción de una persona privada de libertad procedente de otros establecimientos penitenciarios, federales o
provinciales, de fuerzas policiales o de otros organismos con poder de detención.
Circulación por la unidad / establecimiento: Contempla aquellos momentos en los que la persona detenida se
desplaza –obligada o no- en el interior del lugar de detención para ir de un recinto a otro. Dichos desplazamientos están
sujetos al control y observación permanente del servicio penitenciario o personal de seguridad.
Vinculadas a las distintas formas de inspección o registro : Comprende el allanamiento, examen médico, requisa a
familiares, requisa de pabellón, requisa de pertenencias, requisa personal, etc.
Allanamiento: Refiere al ingreso y registro –forzado o no- de un domicilio con fines de investigación (búsqueda de
objetos o personas relacionadas con un delito) u otro acto procesal dictado por la autoridad competente. Se trata de una
restricción a los derechos constitucionales en la cual la inviolabilidad del domicilio y la intimidad es suspendida por orden
judicial, mediante resolución escrita, fundada y determinada, tanto en cuanto al domicilio, como en relación al fin
perseguido. Excepcionalmente se permite a la policía el allanamiento sin la respectiva orden judicial en casos urgentes,
tales como: a) emergencias con peligro para la vida de los habitantes o la propiedad, b) si personas extrañas han sido
vistas ingresar con indicios manifiestos de cometer un delito, c) si voces provenientes de una casa o local indicaren que
allí se está cometiendo un delito, o pidieran socorro, d) en caso de que se introduzca en una casa o local algún imputado
de delito a quien se persiga para su aprehensión, o e) si se sospecha que en una vivienda hay una víctima que fue privada
ilegítimamente de su libertad.
Cacheo: Refiere al registro manual al que es sometida una persona para identificar si oculta algún elemento no
permitido bajo su ropa. Generalmente es efectuado por personal civil o de seguridad para el control de acceso en eventos
masivos, o por personal policial durante la detención de un individuo.
Examen médico: Comprende la exploración u observación física de una persona “a fin de determinar sus
necesidades básicas de atención de salud” como así también la existencia de lesiones corporales, por medios humanos o
electrónicos, efectuada por personal médico o de salud.
Requisa personal: Es la inspección corporal de la persona privada de su libertad.
Requisa a familiares: Es la inspección corporal que se realiza a las visitas de las personas privadas de su libertad.
Requisa de pabellón: Es la inspección total o parcial del hábitat de la persona privada de libertad. Incluye celdas
individuales o compartidas y todo otro espacio común.
Requisa de pertenencias: Es la inspección de los objetos personales, comida, ropa y menesteres de la persona
privada de libertad o de las pertenencias que ingresan las visitas.
Otras circunstancias : Otras circunstancias que por sus características dejan particularmente expuestas a las personas
Desplazamiento forzado / Desalojo: Refiere al acto mediante el cual se fuerza a una o más personas a abandonar
el espacio o lugar en el que se encontraba, independientemente de su legalidad/legitimidad.
Riñas: Refiere al conflicto violento intencional entre dos o más personas privadas de la libertad, destinado a
establecer el dominio de uno sobre otro.
Reclamo ante las autoridades: Refiere a dos tipos de situaciones, por un lado a las concentraciones y/o
manifestaciones públicas, y por otro a los conflictos generalizados, es decir protagonizados por un gran número de
personas, en contextos de encierro.
Represalias: Refiere al contexto de venganza o castigo en el cual se encuadran determinadas prácticas de violencia
institucional, que pueden estar fundadas en infinidad de cuestiones, por ejemplo las denuncias formuladas por una
persona privada de la libertad o la negativa a realizar determinados actos. Estas circunstancias se agravan cuando se dan
en contextos de detención o encierro.
Sanción: Refiere al castigo que se aplica a la persona que viola una norma o una regla, independientemente de la
legitimidad de la medida. En los contextos de encierro la sanción es también el acto coercitivo para establecer dominio o
reconocimiento de autoridad.
Sujeción mecánica: Comprende aquellos procedimientos que permiten limitar los movimientos de la persona
mediante sistemas de inmovilización física, evitando posibles daños para la persona y para su entorno. Respecto de la
aplicación de estas medidas en personas con padecimiento psíquico debe tenerse presente que sólo se recurrirá a esta
medida “cuando haya sido imposible resolver la crisis por medio de la intervención verbal y/o del uso de psicofármacos
considerando la persistencia del riesgo cierto e inminente”. Resulta central recordar que “la contención física no
constituye una medida terapéutica por sí sola, es principalmente un medio para facilitar la acción de los abordajes
descritos anteriormente, en caso de presentarse, por ejemplo, dificultad para medicar, extrema agitación motora,
autolesiones compulsivas, la manipulación de vías o sondas, entre otros. Es importante contar con el personal necesario
para efectuar el procedimiento. En caso de escalada de los síntomas de irritación y agresividad no se debe esperar a ser
agredido para intervenir y, en caso de ser necesario, avisar al personal de seguridad o policía. Las fuerzas de seguridad
tienen la obligación legal de colaborar. En caso contrario es delito de abandono de persona”.
En lo que respecta a las personas privadas de libertad, la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad establece que
“queda prohibido el empleo de esposas o de cualquier otro medio de sujeción como castigo” (art. 74) y que “sólo podrán
adoptarse medidas de sujeción en los siguientes casos: a) como precaución contra una posible evasión durante el traslado
del interno; b) por razones médicas, a indicación del facultativo, formulada por escrito; c) por orden expresa del director
o del funcionario que lo reemplace en caso de no encontrarse éste en servicio, si otros métodos de seguridad hubieran
fracasado y con el único propósito de que el interno no se cause daño a sí mismo, a un tercero o al establecimiento. En
este caso el director o quien lo reemplace, dará de inmediato intervención al servicio médico y remitirá un informe
detallado al juez de ejecución o juez competente y a la autoridad penitenciaria superior” (art. 75).
Zona liberada: Refiere a la acción coordinada/deliberada por personal de seguridad mediante la cual es
interrumpido el control y/o patrullaje de seguridad en una zona, lugar o región, con el fin de facilitar la comisión de delitos.
2.Elemento Subjetivo: que esa violación sea atribuible al Estado. Se tienen que dar alguno de los siguientes
supuestos:
3.Reparación: el Estado está obligado a reparar el perjuicio causado por el acto ilícito, sea material o moral. La
reparación puede asumir las siguientes formas:
● Restitución: consiste en restablecer la situación que existía antes de la comisión del ilícito,
siempre que fuera materialmente posible.
● Indemnización: consiste en el pago de una suma de dinero que cubre todo daño susceptible de
evaluación financiera.
● Satisfacción: puede consistir en un reconocimiento de la violación, una disculpa formal o
cualquier otra modalidad adecuada.
● prevenir: que medidas va a tomar para que no vuelva ocurrir tal hecho
● investigar y sancionar: El Estado debe estar predispuesto a mostrar interés en la investigación del hecho
para su esclarecimiento y para obtener una sanción
Los tribunales de Nuremberg o Tokio fueron creados luego de un conflicto armado, por lo que su jurisdicción y
Objeto: poner fin a la impunidad y contribuir a la prevención, debido a que los crímenes graves constituyen una amenaza
para la paz, seguridad y bienestar de la humanidad. Solo puede conocer sobre crímenes cometidos después de la entrada
en vigor del Estatuto, que son IMPRESCRIPTIBLES.
Jurisdicción:la corte es voluntaria, esto es, resulta necesario que los Estados la acepten, lo cual ocurre cuando se hacen
parte del Estatuto. La corte sólo puede ejercer su competencia en relación con hechos ocurridos en el TERRITORIO de
un estado parte, o si el acusado es nacional de un estado parte. (LEGITIMACIÓN TERRITORIAL Y NACIONALIDAD ACTIVA)
Principio de complementariedad: La corte no tiene primacía sobre los sistemas penales nacionales, ni los sustituye.
Complementa a los Estados que tienen la responsabilidad primaria de determinar la responsabilidad penal individual.
Estatuto de Roma
GENOCIDIO se entenderá por “genocidio” cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados
(art. 6) con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como
tal:
CRÍMENES DE Se entenderá por crimen de guerra cuando se cometa como parte de un plan o política o como
GUERRA parte de la comisión en gran escala de tales crímenes. A los efectos del presente Estatuto, se
(art. 8) entiende por “crímenes de guerra”:
a) Infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber,
cualquiera de los siguientes actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones del
Convenio de Ginebra pertinente:
i) El homicidio intencional;
ii) La tortura o los tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos;
iii) El hecho de causar deliberadamente grandes sufrimientos o de atentar gravemente contra la
integridad física o la salud;
iv) La destrucción y la apropiación de bienes, no justificadas por necesidades militares, y efectuadas
a gran escala, ilícita y arbitrariamente;
v) El hecho de forzar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a servir en las fuerzas de
una Potencia enemiga;
vi) El hecho de privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona protegida de su
derecho a ser juzgado legítima e imparcialmente;
b) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados
internacionales dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber, cualquiera de los
actos siguientes:
i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra personas civiles
que no participen directamente en las hostilidades;
ii) Dirigir intencionalmente ataques contra bienes civiles, es decir, bienes que no son objetivos
militares;
iii) Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos
participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección
otorgada a civiles o bienes civiles con arreglo al derecho internacional de los conflictos armados;
iv) Lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas incidentales de vidas,
lesiones a civiles o daños a bienes de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al medio
ambiente natural que serían manifiestamente excesivos en relación con la ventaja militar concreta
y directa de conjunto que se prevea;
v) Atacar o bombardear, por cualquier medio, ciudades, aldeas, viviendas o edificios que no estén
defendidos y que no sean objetivos militares;
vi) Causar la muerte o lesiones a un combatiente que haya depuesto las armas o que, al no tener
medios para defenderse, se haya rendido a discreción;
vii) Utilizar de modo indebido la bandera blanca, la bandera nacional o las insignias militares o el
uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como los emblemas distintivos de los
Convenios de Ginebra, y causar así la muerte o lesiones graves;
viii) El traslado, directa o indirectamente, por la Potencia ocupante de parte de su población civil
al territorio que ocupa o la deportación o el traslado de la totalidad o parte de la población del
territorio ocupado, dentro o fuera de ese territorio;
ix) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios dedicados a la religión, la educación, las artes,
las ciencias o la beneficencia, los monumentos históricos, los hospitales y los lugares en que se
agrupa a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares;
x) Someter a personas que estén en poder de una parte adversa a mutilaciones físicas o a
experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón de un
tratamiento médico, dental u hospitalario, ni se lleven a cabo en su interés, y que causen la muerte
o pongan gravemente en peligro su salud;
xi) Matar o herir a traición a personas pertenecientes a la nación o al ejército enemigo;
xii) Declarar que no se dará cuartel;
xiii) Destruir o apoderarse de bienes del enemigo, a menos que las necesidades de la guerra lo
hagan imperativo;
xiv) Declarar abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un tribunal los derechos y acciones de los
nacionales de la parte enemiga;
xv) Obligar a los nacionales de la parte enemiga a participar en operaciones bélicas dirigidas contra
su propio país, aunque hubieran estado al servicio del beligerante antes del inicio de la guerra;
xvi) Saquear una ciudad o una plaza, incluso cuando es tomada por asalto;
xvii) Emplear veneno o armas envenenadas;
xviii) Emplear gases asfixiantes, tóxicos o similares o cualquier líquido, material o dispositivo
análogos;
xix) Emplear balas que se ensanchan o aplastan fácilmente en el cuerpo humano, como balas de
camisa dura que no recubra totalmente la parte interior o que tenga incisiones;
xx) Emplear armas, proyectiles, materiales y métodos de guerra que, por su propia naturaleza,
causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios o surtan efectos indiscriminados en violación
del derecho internacional de los conflictos armados, a condición de que esas armas o esos
AGRESIÓN Su comisión está vinculada con el comportamiento de una entidad abstracta como el E. Aquellas
personas responsables de planificar, preparar, iniciar o librar guerras de agresión, o una guerra que
constituya una violación de tratados, acuerdos, o participar en planes comunes o en una
conspiración
para lograr algún objetivo anterior.
Persona comete crimen de agresión cuando estando en condiciones de controlar o dirigir
efectivamente la acción política o militar de un E, dicha persona planifica, prepara, inicia o
realiza un acto de agresión que por sus características, gravedad y escala constituya violación a
la Carta de las Naciones Unida
3. A fin de determinar la incapacidad para investigar o enjuiciar en un asunto determinado, la Corte examinará si el Estado,
debido al colapso total o sustancial de su administración nacional de justicia o al hecho de que carece de ella, no puede
Art. 11: si la Corte es competente. El estatuto de roma entró en vigor en 2002, todos los hechos ocurridos a partir de ahí
son competentes para la Corte, siempre que el estado haya reconocido la competencia de la Corte.