Emmanuel: “Hombres que caminan con Dios”

Semana del Varón Cristiano

Caminando en un mundo corrompido

Base Bíblica: Génesis 6:5; 11-12

“5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio
de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia,

12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra.”

Propósito: Conocer la condición espiritual en los tiempos de Enoc en las cuales decidió
mejor caminar con Dios para no dejarse corromper y analizar cómo en nuestros días
siguen operando tales circunstancias en las diferentes áreas de nuestra vida.

Introducción: El día de ayer analizamos el significado bíblico de “caminar con Dios”.

Aprendimos que Enoc caminó con Dios porque él vivía una vida que agradaba a Dios,.

Son cuatro aspectos los que mencionamos lo que significa agradar a Dios:

1.- Una vida de alabanza a Dios

2.- Un corazón que hace su voluntad
3.- Un corazón sincero que teme a Dios
4.- Una vida de fe

También hablamos de que caminar con Dios significa tener un comportamiento

moralmente correcto, andando siempre en los caminos que Dios nos ha trazado, como:

 Caminar en justicia
 Caminar en amor
 Caminar en el Espíritu
 Caminar en honestidad
 Caminar en verdad
 Caminar en humildad
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 Caminar en sabiduría
 Caminar en buenas obras

En esta noche, vamos a conocer, cuál fue la condición espiritual en los tiempos de Enoc en
las cuales decidió mejor caminar con Dios para no dejarse corromper y ser un ejemplo
para nosotros que seremos hombres que caminen con Dios.

Este contexto espiritual tiene varios indicadores, el primero es

I.- Una tierra corrompida (vv. 11-12)

Aunque las citas que leímos al inicio de éste sermón son referencia al momento en que
Dios decidió juzgar a la tierra a través de un diluvio en los tiempos de Noé, la Palabra nos
señala que la actitud que Enoc tuvo se reflejó en la vida de Noé como un hombre que
también vivió para agradar a Dios y ser justo moralmente “Noé, varón justo, era perfecto
en sus generaciones, con Dios caminó Noé” (Génesis 6:9).

Así que el propósito de Dios fue enseñarnos que había hombres dispuestos a ser
diferentes en sus generaciones a pesar de la condición espiritual en que la humanidad se
encontraba. Por ello podemos pensar que tanto esa condición que señala en los tiempos
de Noé son las mismas que existían cuando Enoc vivía.

Los orígenes de esa condición espiritual se retoman desde que Dios creó al hombre y los
puso en el huerto del Edén. La biblia nos señala que la condición espiritual del hombre era
el de una íntima comunión con Dios, pero esa condición se dañó por causa de la
desobediencia del hombre.

Dicha desobediencia fue influenciada por aquella serpiente, que es Satanás, que significa
“el adversario”. Satanás se opone a Dios y a su creación, su forma de oponerse es a través
del engaño y la duda.
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Escuchar las palabras de aquella serpiente causó que el hombre perdiera su comunión
directa con Dios, pero el Señor reconocía que esa condición era necesaria para llevar su
plan de redención para la Humanidad.

Aun cuando Adán y Eva fueron expulsados de aquel huerto, la tierra se llenó de maldición
y muerte como consecuencia del pecado, pero los hombres seguían teniendo la
oportunidad de acercarse a Dios a través del reconocimiento de su existencia y la
necesidad espiritual de Dios.

Un ejemplo lo tenemos cuando Caín y Abel decidieron presentar una ofrenda a Dios. La
humanidad a pesar de su condición caída, seguían buscando de Dios, aunque Caín
reflejaba un corazón completamente alejado de Dios a diferencia de Abel.

Después de ese primer asesinato, la humanidad siguió multiplicándose, Adán y Eva

tuvieron un hijo llamado Set, y las Escrituras señalan “Y a Set también le nació un hijo, y
llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de
Jehová” (Génesis 4:26).

Invocar significa clamar, llamar. Así que en el contexto espiritual en los tiempos de Enoc,
había personas que realmente buscaban e invocaban el nombre del Señor y quiénes no.

Y porque la humanidad empezó a multiplicarse de forma acelerada, también fue

creciendo de la misma manera una condición espiritual alejada de Dios, la cual trajo como
resultado que Dios observara una tierra llena de corrupción.

“Y se corrompió la tierra delante de Dios…” (Génesis 6:11) pues corromper “shajat” se

traduce también como romper, pudrir, arruinar, estropear y destruir, es decir, había una
condición espiritual ocasionada por el pecado y satanás quebrada, destruida, estropeada,
podrida en todas las áreas.

¿Qué cosas se pueden corromper, romper, destruir, arruinar, estropear o podrir? TODO!!!
Absolutamente todo, y cuando algo se empieza a echar a perder, pierde su valor, su
sentido original y su función.

Cuando una fruta se empieza a podrir ya no la podemos comer y se tira a la basura.

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Cuando una playera que nos gusta se empieza a descocer, por más que la queramos
arreglar llegará un día que no la podremos usar.

Cuando una casa empieza a tener fisuras en sus cimientos y paredes se tendrá que
derrumbar.

Cuando un metal se empieza a oxidar, perderá su resistencia y se quebrará.

Cuando una familia se empieza a desmoronar, esa familia desaparecerá.

Cuando un ministerio se empieza a caducar, terminará mal.

Cuando la salud empieza a empeorar, la calidad de vida será arruinada.

Cuando la moral se empieza a ensuciar, terminara en ceros.

Es decir, todo, absolutamente todo a nuestro alrededor, nuestra vida espiritual, moral,
personal, matrimonial, familiar, económica pueden sufrir la corrupción a causa de la
maldad.

Otro indicador en los tiempos de Enoc era

II.- Y estaba la tierra llena de violencia

Otro de los indicadores de la condición espiritual en los tiempos de Enoc, es que había
violencia en la tierra. La Palabra que se traduce como violencia en el hebreo es “jamas”
que también se utiliza para indicar: maldad, falsedad, agraviar, desnudar, despojar.

La palabra jamas quiere explicar que se había dado una ruptura al orden establecido por
Dios. En la creación, la tierra estaba desordenada y vacía, pero fue Dios que creó todo
para establecer un orden.

El pecado y satanás se han encargado de destruir y alterar ese orden establecido por Dios.
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El orden en el universo establecido por Dios permite la vida, el desorden solo ocasiona
caos, locura y muerte.

Ese plan del enemigo lo sigue haciendo en nuestros días. Satanás ha alterado el orden
establecido por Dios. Él ha engañado al hombre dándole a pensar que el hombre es más
importante que Dios “4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis. 5 sino que sabe
Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:4-5).

Si el hombre piensa en tomar el lugar de Dios, no podrá vivir en fe y no agradará a Dios.

Cuando un hombre piensa que con sus fuerzas e inteligencia puede conseguirlo todo, deja
que el orgullo y la altivez crezcan en su vida y se estará apartando del Señor.

El enemigo ha sabido muy bien las consecuencias de alterar el orden divino en la creación.
Pablo en su carta a los Romanos 1:18-32, señala las consecuencias del desorden que
Satanás ha provocado en las vidas de los hombres:

18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que detienen con injusticia la verdad;
Es decir, una de las principales consecuencias del desorden originado por Satanás, es
que si atendemos a su engaño, somos merecedores de la ira de Dios.

19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de
modo que no tienen excusa.
Satanás quiere hacer pensar que podemos justificarnos ante Dios, pero nadie puede tener
una excusa, Dios en su orden estableció que todo su poder nos fuera manifestado a
nosotros, por lo cual no podemos negar su existencia y deidad.

21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino
que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
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Otra consecuencia es que el corazón y el entendimiento se oscurecen y endurece

22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,

Este desorden produce gente necia

23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre

corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

El desorden nos ha entregado a la inmoralidad y muerte en nuestros cuerpos

25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el
uso natural por el que es contra naturaleza,
27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
El desorden hace que los hombres vivan prisioneros de sus pasiones, provocando en sus
cuerpos enfermedades y malestares como marca de su pecado.

28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada, para hacer cosas que no convienen;
Tal desorden bloquea la mente de los hombres, la cual solo se inclina para hacer y
pensar el mal
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29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos

de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos,
inventores de males, desobedientes a los padres,
31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
El desorden provoca una inumerable lista de acciones que corrompen el corazón

32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son
dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las
practican.
El resultado del desorden es el justo juicio de Dios y la muerte del infractor.

Estos dos indicadores sobre la condición espiritual en los tiempos de Enoc nos ayudan a
entender qué debemos hacer, como lo hizo Enoc, para realmente caminar con el Señor.

Nuestros días no son nada diferentes como en los días de Enoc y Noé, de hecho la maldad
se ha multiplicado, el amor de muchos se ha enfriado y como hombres de Dios no
debemos dejar que la violencia y corrupción nos dañen.

III.- Ante un mundo de corrupción y violencia

Para finalizar quiero señalar algunas acciones que debemos hacer como hombres que
caminamos con Dios y que no dejaremos ser afectados por la corrupción y violencia:
 1.- No escuche las palabras del enemigo. Satanás es el más interesado en verlo
destruido. Él es el padre de mentira y sus palabras tratarán de engañarlo y
desviarlo del propósito divino. Aprenda a discernir las Palabras de Dios y las que
usa el enemigo. Pregúntese en oración ¿este pensamiento proviene de Dios?
¿Está de acuerdo a la voluntad de Dios revelada en su Palabra? ¿al hacerlo
estaré agradando a Dios?
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 2.- Utilice la Palabra para defenderse contra satanás. Cuando Jesús fue tentado,
pudo vencer la tentación a través de la autoridad de la Palabra “Respondiendo
Jesús le dijo: Dicho está. No tentarás al Señor tu Dios.” (Lucas 4:12).
 3.- Sométase a Dios y resista al Diablo “Someteos pues a Dios, resistid al diablo, y
huirá de vosotros” (Santiago 4:7) Resisitr es oponerse, estar en una posición firme en
cuanto a la Palabra y a la voluntad de Dios, no ceder a sus mentiras, contradecir al
enemigo.
 4.- Esté siempre atento vigilando “Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario
el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro

5:8). No descuide la oración y el congregarse, pues la Palabra le ayudará a ser

sobrio, prudente, no se exalte fácilmente, no se enoje inmediatamente, ore al
Señor pues los ataques del enemigo serán constantes.
 5.- Vístase de toda la armadura de Dios “Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo” (Efesios 6:11) pues
no tenemos lucha contra la gente, sea tu esposa, familia, patrón, trabajadores,
vecinos, hermanos etc, sino que nuestra guerra es contra satanás y sus huestes de
las tinieblas. No descuides la lectura de la Palabra y actuar con verdad, no importa
lo que pases siempre haz justicia a los demás, predica el evangelio a toda persona,
no te desanimes toma el escudo de la fe, apaga esos dardos de fuego del enemigo,
valora la salvación tan grande, cuídala no la menosprecies, toma la Palabra de Dios
y no te dejes amedrentar por Satanás y ora en todo tiempo.
 6.- Desarrolle el fruto del Espíritu. Viva según el Espíritu, practique el fruto del
amor, la bondad, la paciencia, el gozo, sea una persona con dominio propio, que su
rostro refleje la paz de Dios, ayude a todos los que pueda ayudar, así no se dejará
dominar por aquellas cosas que corrompen.

Vivamos en una vida espiritual correcta, no nos dejemos influenciar por la corrupción y
maldad, Cristo venció todo ese mal y pecado, ¡Tenemos la victoria en Jesus!
Emmanuel: “Hombres que caminan con Dios”
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