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Intro
Tiene muchos tintes de la filosofía estoica en cuanto que la razón y la sabiduría son las
que deben guiar nuestra conducta, pero esa salvación del sufrimiento en Agustín
nunca podrá lograrse en vida, sino en la resurrección. Así que da la sensación de que la
filosofía pagana y cristiana intentan unificarse.
Cap.1
Dirige esta carta a Teodoro, y presenta tres tipos de hombres de forma muy
metafórica en el acercamiento a la filosofía: los racionales, fieles a su herencia; los
atrevidos que lo abandonan todo; y los que recelan de su herencia pero no la
desechan. Le expresa sus dudas acerca de Dios y del alma y de cómo alcanzar una vida
feliz y se pregunta qué clase de filósofo es él. Le dice que reúne a sus seres queridos en
los baños para hablar de este tema.
Cap. 2
Constamos de Cuerpo y Alma: El primero se alimenta con alimentos y el segundo con
Concimiento.
Los sabios tienen almas nutridas. La frugalidad es lo fecundo de la espirituralidad, por
eso la frugalidad o templanza van a ser virtudes.
Mientras que los necios tienen almas famélicas: si acaso llenas de vicios. La nequicia es
la nada, es la maldad que se diluye que es perecedero.
Feliz es el que tiene lo que desea, siempre y cuando lo que desea sea un bien; si
simplemente tiene todo lo que desea no es feliz.
Todo el que no tiene lo que desea, no es feliz, es desdichado.
Lo que debe desear es pues lo imperecedero, porque lo material no es eterno y no
siempre se puede tener como nos plazca.
Tampoco el que tiene todo lo que desea, porque tiene temor a perderlo, o no puede
saciarse nunca con ello. Ni siquiera aquel que vive con moderación entre sus bienes, es
feliz por la moderación, no por los bienes caducos.
Solo es feliz quien posee a Dios.
De este modo parece haber concluido el enfrentamiento con los académicos, porque si
no se es feliz cuando no se tiene lo que desea, y ellos siempre están en busca de la
verdad, entonces no son felices. Y si no se puede ser sabio sin ser dichoso, entonces los
académicos no son sabios.
Cap. 3
Hace un resumen de la conclusión del día anterior, y da cuenta de que las dos primeras
definiciones indican lo mismo: Vivir bien es hacer lo que agrada a Dios.
En cuanto a la tercera, hay que entender que espíritu impuro puede tenerse en dos
sentidos: cuando el espíritu impuro(demonio) invade nuestro ser y altera nuestro alma
y debemos ser exorcizados, o cuando está llena de vicios.
¿Entonces quién está libre del espíritu impuro? El niño responde: aquel que vive
castamente (no solo del comercio carnal) y vive con los ojos puestos en Dios y se
consagra a él: el casto vive bien, y quien vive bien ha de ser casto.
Luego: Nadie puede tener a Dios si no lo busca, pero quien busca no lo posee aunque
viva bien.
Entonces….la madre continúa ante tal radicalidad: que Dios es propicio a quien vive
bien.
Podría caerse la argumentación porque entonces todos tendrían a Dios sin ser
dichosos.
El capítulo se cierra con una consideración previa ¿es desdichado aquel que no es
dichoso? Pero si todo indigente es infeliz y viceversa, luego miseria (indigencia) y
penuria (desgraciados) se identifican.
CAP 4.
Más tarde se reúnen en el prado.
Si los indigentes son desgraciados, luego será feliz quien no tiene necesidad.
Aquel sabio que tenga el alma libre de necesidades es feliz, aunque tenga necesidades
corporales, toma lo que tiene y lo que no tiene no lo desarma. Luego no teme la
muerte ni el dolor. Evitará la muerte si puede y le conviene, si no sería un necio, y si no
los evita porque no puede no será infeliz, pues solo hay que querer lo que se puede
tener. Y esto es ley de la sabiduría divina.
Aquí Agustín plantea una distinción que marca la conclusión de este diálogo. Una cosa
son los sabios que se nutren de diversos conocimientos, y otra consagrase a Dios.
Luego la misera del alma es la estulticia, contraria a la sabiduría.
Si la indigencia es la estulticia
La plenitud será la sabiduría.