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Expo medieval.

Intro

En el siglo IV (386) a la colonia de Casicíaco. El texto que leemos a continuación aborda


un tema que ya la filosofía antigua había tratado bastante que es: cómo puede ser el
hombre feliz. Así por ejemplo, Teofrasto, Cicerón ya habían abordado este tema. Y en
Séneca (S. I) encontramos un texto con el mismo nombre que guarda algunas
similitudes con el que veremos a continuación:
1. Indigencia (necesidad) y felicidad son incompatibles.
2. Solo los bienes eternos e imperecederos dan la felicidad.
3. La sabiduría es el camino a la felicidad.
4. La medida, la regla como virtud
5. Pero en Agustín está orientado a Dios
6. La felicidad está en un bien absoluto, que es Dios.

Tiene muchos tintes de la filosofía estoica en cuanto que la razón y la sabiduría son las
que deben guiar nuestra conducta, pero esa salvación del sufrimiento en Agustín
nunca podrá lograrse en vida, sino en la resurrección. Así que da la sensación de que la
filosofía pagana y cristiana intentan unificarse.

Cap.1
Dirige esta carta a Teodoro, y presenta tres tipos de hombres de forma muy
metafórica en el acercamiento a la filosofía: los racionales, fieles a su herencia; los
atrevidos que lo abandonan todo; y los que recelan de su herencia pero no la
desechan. Le expresa sus dudas acerca de Dios y del alma y de cómo alcanzar una vida
feliz y se pregunta qué clase de filósofo es él. Le dice que reúne a sus seres queridos en
los baños para hablar de este tema.

Cap. 2
Constamos de Cuerpo y Alma: El primero se alimenta con alimentos y el segundo con
Concimiento.
Los sabios tienen almas nutridas. La frugalidad es lo fecundo de la espirituralidad, por
eso la frugalidad o templanza van a ser virtudes.
Mientras que los necios tienen almas famélicas: si acaso llenas de vicios. La nequicia es
la nada, es la maldad que se diluye que es perecedero.

Feliz es el que tiene lo que desea, siempre y cuando lo que desea sea un bien; si
simplemente tiene todo lo que desea no es feliz.
Todo el que no tiene lo que desea, no es feliz, es desdichado.
Lo que debe desear es pues lo imperecedero, porque lo material no es eterno y no
siempre se puede tener como nos plazca.
Tampoco el que tiene todo lo que desea, porque tiene temor a perderlo, o no puede
saciarse nunca con ello. Ni siquiera aquel que vive con moderación entre sus bienes, es
feliz por la moderación, no por los bienes caducos.
Solo es feliz quien posee a Dios.

12. Entonces ¿Quién tiene a dios?


a. El que vive bien
b. El que cumple la voluntad de Dios
c. O el que tiene el alma limpia de espíritu impuro.

De este modo parece haber concluido el enfrentamiento con los académicos, porque si
no se es feliz cuando no se tiene lo que desea, y ellos siempre están en busca de la
verdad, entonces no son felices. Y si no se puede ser sabio sin ser dichoso, entonces los
académicos no son sabios.

Cap. 3
Hace un resumen de la conclusión del día anterior, y da cuenta de que las dos primeras
definiciones indican lo mismo: Vivir bien es hacer lo que agrada a Dios.
En cuanto a la tercera, hay que entender que espíritu impuro puede tenerse en dos
sentidos: cuando el espíritu impuro(demonio) invade nuestro ser y altera nuestro alma
y debemos ser exorcizados, o cuando está llena de vicios.
¿Entonces quién está libre del espíritu impuro? El niño responde: aquel que vive
castamente (no solo del comercio carnal) y vive con los ojos puestos en Dios y se
consagra a él: el casto vive bien, y quien vive bien ha de ser casto.

Entonces, es la voluntad de Dios que lo busquemos. Sí, y ello no es contrario a la


virtud. Entonces ¿el espíritu inmundo puede buscar a Dios?
CONTRADICCIÓN.
Sí, al buscarlo se cumple la voluntad, se vive bien y no tiene espíritu inmundo.
Pero, quien busca a dios no lo posee, luego no todo el que vive bien cumple su
voluntad, ni aquel que carezca de espíritu impuro posee necesariamente a Dios.

Luego: Nadie puede tener a Dios si no lo busca, pero quien busca no lo posee aunque
viva bien.
Entonces….la madre continúa ante tal radicalidad: que Dios es propicio a quien vive
bien.
Podría caerse la argumentación porque entonces todos tendrían a Dios sin ser
dichosos.

20Entonces es bienaventurado quien tiene a Dios favorable.


Pero Navigio no está de acuerdo, y considera que Dios no puede ser adverso a quien le
busca, luego le es propicio. Luego si le es propicio entonces puede ser bienaventurado.
Pero si es feliz el que no tiene lo que desea, entonces las tesis que se planteaban el día
anterior no son ciertas.
Entonces, la madre en lugar de diferenciar quien tiene a Dios y quien no lo tiene,
distingue entre: tener a Dios y no estar sin Dios.

a. Quien vive bien tiene a Dios propicio


b. Quien vive mal lo tiene enemistado
c. Y el que lo busca no está sin Dios.
Luego Dios es propicio a quien le busca, entonces es bienaventurado. Luego el que
busca a Dios también es feliz, y puede ser feliz quien no tiene lo que desea. Pero si
quien no tiene lo que desea no puede ser feliz, no todo el que tiene propicio a Dios es
feliz.

El capítulo se cierra con una consideración previa ¿es desdichado aquel que no es
dichoso? Pero si todo indigente es infeliz y viceversa, luego miseria (indigencia) y
penuria (desgraciados) se identifican.

CAP 4.
Más tarde se reúnen en el prado.

Si los indigentes son desgraciados, luego será feliz quien no tiene necesidad.

Aquel sabio que tenga el alma libre de necesidades es feliz, aunque tenga necesidades
corporales, toma lo que tiene y lo que no tiene no lo desarma. Luego no teme la
muerte ni el dolor. Evitará la muerte si puede y le conviene, si no sería un necio, y si no
los evita porque no puede no será infeliz, pues solo hay que querer lo que se puede
tener. Y esto es ley de la sabiduría divina.

26. Luego todo desgraciado es igualmente necesitado. (ejemplo de Orato de Cicerón


que lo tuvo absolutamente todo)
Pero si la necesidad es no tener (ser indigente), no el temor a perder(falta de
sabiduría), Parecería no todo desgraciado (penuria) es indigente.
Luego ¿Cómo se separan la indigencia de la miseria? Y es que aunque lo tenía todo y
no deseara más (porque se nutría de conocimientos), tenía temor a perderlo y por eso
le faltaba la sabiduría.

Aquí Agustín plantea una distinción que marca la conclusión de este diálogo. Una cosa
son los sabios que se nutren de diversos conocimientos, y otra consagrase a Dios.
Luego la misera del alma es la estulticia, contraria a la sabiduría.

El que no tiene sabiduría es un indigente


Luego= La necesidad (indigencia) es no tener sabiduría. Luego la indigencia es necedad.
No tener sabiduría es estulticia

¿Es la infelicidad, indigencia?


a. Si estultucia (no sabiduría) es indigencia
b. Todo necio es infeliz y todo infeliz es un necio.
c. Todo indigente es infeliz y todo infeliz un indigente.

Por lo tanto infelicidad e indigencia se identifican.

¿Qué es lo contrario pues a la pobreza? la plenitud.

Si la indigencia es la estulticia
La plenitud será la sabiduría.

De Cicerón toma la idea que la frugalidad (que se equipara al ser y se opone al no


ser o nequitia) es la moderación y la templanza. Quien es moderado o tiene
templanza esta pleno, porque nada le falta. Mientras que la abundancia es la falta
de medida y en este sentido hay una indigencia.

La sabiduría es la mesura del alma y la estulticia es pobreza.

Evita todo en demasía

Luego ser dichoso, bienaventurado, feliz es tener sabiduría, no tener necesidad. Es


el equilibro del ánimo, la moderación. Luego quien contempla la sabiduría y se
mantiene unido a ella y se mantiene insensible a la seducción de lo banal, entonces
no teme la inmoderación, ni la indigencia, ni la desdicha.

Esa sabiduría es Dios.


El Hijo es su sabiduría
Y es Dios su propio Hijo.
Y la sabiduría de dios es la Verdad, porque él así lo dijo.
Y la verdad suprema es la Medida.

ADVERTENCIA: Pero al admirar la Verdad, la suma Medida, la omnipotencia de


Dios, no es llegar a él, aunque el no nos falte, luego la felicidad consiste en conocer
pefectamente quien nos guía a la Verdad, de qué Verdad se disfruta y cómo nos
vinculamos a él. (Trinidad). Así se llega a la existencia de un único Dios, nos unimos
en una única sustancia.

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