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Devocional Misionero

27
Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina
de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
28
volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 29Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y
júntate a ese carro. 30Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes
lo que lees? 31El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y
se sentara con él. 32El pasaje de la Escritura que leía era este:
Como oveja a la muerte fue llevado;
Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
Así no abrió su boca.
33
En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida.
34
Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto;
de sí mismo, ¿o de algún otro? 35Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta
escritura, le anunció el evangelio de Jesús

Este pasaje nos muestra a Felipe, un misionero del siglo I de la era cristiana, pero también refleja
la actividad de misiones. Cada misionero hoy en día se encuentra a diario con “etíopes”, que
buscan a Dios, pero no saben como, personas que alguna vez, se le entregó una biblia o un tratado,
o simplemente alguien les hablo de Cristo, pero no necesariamente entendieron el mensaje.
Muchos son los misioneros, que a través de las relaciones con las personas que viven a diario se
encuentran con la tarea de explicar las escrituras.
Una de las actividades que los misioneros mas hacen, es el discipulado, como lo indica Mateo
28:19 y en una de esas actividades, un misionero le pregunto a una señora, ¿usted a leído la biblia?
Ella le contesto ¡si, pero no la entiendo!, o no puedo leerla bien por que no tengo la costumbre de
leer. Entonces el misionero se dio cuenta que debía leérsela y explicársela y en esa relación no
solo la señora entendió poco a poco la escritura, sino que también la familia se involucro en esa
actividad, que semana a semana, el misionero empezó a realizar, y no solo la familia, la actividad
se extendió a los vecinos.
Usted, ya sea a través de las ofrendas misioneras puede explicar las escrituras a otros e incentivar
en su iglesia local que se levanten misioneros locales que desarrollen esta importante actividad.
Ser misionero no solo es ir y entregar el plan de salvación que muchos conocemos, sino ser
representantes de Cristo a través de la amistad y el ejemplo. Es un trabajo hermoso y requiere de
compromiso, esfuerzo y sobre todo es un acto de amor, que provoca que las personas sean
transformadas por el evangelio de Jesucristo.

Nicolás García Quezada y Silvana Frontier


Misionero en la ciudad de Talagante Chile

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