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Los signos y síntomas causados por el cáncer varían según la parte del cuerpo
afectada.
Algunos signos y síntomas generales asociados con el cáncer, pero no específicos
de esta enfermedad, son:
Fatiga
Bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la piel
Cambios de peso, como aumentos o pérdidas de peso no intencionales
Cambios en la piel, como pigmentación amarillenta, oscurecimiento o
enrojecimiento de la piel, llagas que no se curan o cambios en lunares
existentes
Cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los intestinos
Tos persistente o dificultad para respirar
Dificultad para tragar
Ronquera
Indigestión persistente o malestar después de comer
Dolor muscular o articular persistente, sin causa aparente
Fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sin causa aparente
Sangrado o hematomas sin causa aparente
Causas
Estas mutaciones son las más frecuentes que se encuentran en el cáncer. Pero
muchas otras mutaciones genéticas pueden contribuir a causar cáncer.
¿Qué causa las mutaciones genéticas?
Las mutaciones genéticas pueden ocurrir por diversas razones, por ejemplo:
Mutaciones genéticas de nacimiento. Es posible que nazcas con una
mutación genética que heredas de tus padres. Este tipo de mutación
representa un pequeño porcentaje de casos de cáncer.
Mutaciones de genes que ocurren después del nacimiento. La mayoría de
las mutaciones genéticas ocurren después del nacimiento y no son
hereditarias. Diversos factores pueden ocasionar las mutaciones genéticas,
entre ellos, tabaquismo, radiación, virus, químicos que producen cáncer
(agentes cancerígenos), obesidad, hormonas, inflamación crónica y falta de
ejercicio.
Las mutaciones genéticas ocurren con frecuencia durante el crecimiento
normal de células. Sin embargo, las células contienen un mecanismo que
reconoce cuando ocurre un error y lo repara. Ocasionalmente, se pasa por
alto un error. Esto podría ocasionar que una célula se convierta en cancerosa.
¿Cómo interactúan entre sí las mutaciones
genéticas?
Aunque los médicos tienen una idea de lo que puede aumentar tu riesgo de
cáncer, la mayoría de los casos de cáncer ocurren en personas que no tienen
factores de riesgo conocidos. Los factores conocidos que aumentan el riesgo de
cáncer comprenden los siguientes:
La edad
El cáncer puede tardar décadas en manifestarse. Es por eso que la mayoría de las
personas con diagnóstico de cáncer tienen 65 años o más. Aunque es frecuente
en los adultos mayores, el cáncer no es una enfermedad exclusivamente de
adultos, y puede diagnosticarse a cualquier edad.
Los hábitos
Se sabe que algunos estilos de vida aumentan el riesgo de cáncer. Fumar, beber
más de una copa de bebida alcohólica por día (para mujeres de todas las edades
y para los hombres mayores de 65) o dos copas por día (para los hombres
menores de 65 años), la exposición excesiva al sol o las quemaduras de sol
frecuentes con ampollas, estar obeso y tener sexo sin protección pueden
contribuir a causar cáncer.
Puedes cambiar estos hábitos para disminuir el riesgo de padecer cáncer, aunque
algunos hábitos son más fáciles de cambiar que otros.
Los antecedentes familiares
Solo una pequeña parte de los casos de cáncer se deben a un trastorno
hereditario. Si el cáncer es frecuente en tu familia, es posible que haya
mutaciones que pasen de una generación a la siguiente. Puedes ser un candidato
para análisis genéticos a fin de determinar si tienes mutaciones hereditarias que
pueden aumentar el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer. Ten
presente que una mutación genética hereditaria no necesariamente significa que
tendrás cáncer.
Los trastornos de salud
Algunos trastornos crónicos, como la colitis ulcerosa, pueden aumentar
notablemente el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Habla con el médico
sobre tus riesgos.
El entorno
Tu entorno puede contener sustancias químicas perjudiciales que pueden
aumentar el riesgo de cáncer. Aunque no fumes, puedes inhalar humo ambiental
si estás en un lugar donde la gente fuma o si vives con un fumador. Las sustancias
químicas del hogar o el lugar de trabajo, como asbesto y bencina, también se
asocian con mayor riesgo de cáncer.
Complicaciones
Dolor. El dolor puede ser causado por el cáncer o por el tratamiento oncológico,
aunque no todos los tipos de cáncer son dolorosos. Los medicamentos y otros
enfoques pueden tratar con efectividad el dolor relacionado con el cáncer.
Fatiga. En las personas con cáncer, la fatiga tiene muchas causas, pero a menudo
puede controlarse. La fatiga relacionada con los tratamientos de quimioterapia o
radioterapia es frecuente, pero por lo general es temporaria.
Dificultad para respirar. El cáncer o el tratamiento oncológico pueden causar
una sensación de falta de aire. Es posible aliviar esta sensación con tratamientos.
No existe una manera cierta para prevenir el cáncer. Sin embargo, los médicos
identificaron diversos modos para reducir el riesgo de cáncer, como los
siguientes:
Deja de fumar. Si fumas, deja de hacerlo. Si no fumas, no empieces a hacerlo
ahora. Fumar está relacionado con distintos tipos de cáncer, no únicamente con
el cáncer de pulmón. Suspenderlo ahora reducirá el riesgo de padecer cáncer en
el futuro.
Evita la exposición excesiva al sol. Los rayos ultravioleta (UV) perjudiciales del
sol pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Limita tu exposición al
sol quedándote en la sombra, usando ropa de protección y colocándote protector
solar.
Sigue una dieta saludable. Elige una dieta rica en frutas y vegetales. Selecciona
cereales integrales y proteínas magras.
Los médicos tienen muchas herramientas para utilizar en el caso del cáncer. Las
opciones de tratamiento oncológico incluyen las siguientes:
Para el año 2015, 30.3 millones de personas en los Estados Unidos, es decir, el
9.4 por ciento de la población, tenían diabetes. Más de 1 de cada 4 de estas
personas no sabían que tenían la enfermedad. La diabetes afecta a 1 de cada
4 personas mayores de 65 años de edad. Alrededor del 90-95 por ciento de los
casos en adultos corresponden a la diabetes tipo 2.1
¿Quién tiene más probabilidad de sufrir de
diabetes tipo 2?
Las personas que tienen más probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 son
las que tienen más de 45 años de edad, antecedentes familiares de diabetes o
sobrepeso. La inactividad física, la raza y ciertos problemas de salud, como la
presión arterial alta, también afectan la probabilidad de tener diabetes tipo
2. Además, la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 es mayor si se tiene
prediabetes o si se tuvo diabetes gestacional cuando estaba embarazada.
Aprenda más sobre los factores de riesgo de la diabetes tipo 2.
¿Qué problemas de salud pueden tener las
personas con diabetes?
Igual que sucede con la diabetes tipo 1, ciertos genes pueden hacer que una persona sea más
propensa a tener diabetes tipo 2. La enfermedad tiene una tendencia hereditaria y se
presenta con mayor frecuencia en estos grupos raciales o étnicos:
afroamericanos
nativos de Alaska
indígenas estadounidenses
estadounidenses de origen asiático
hispanos o latinos
nativos de Hawái
nativos de las Islas del Pacífico
Los genes también pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 al aumentar la tendencia de
la persona al sobrepeso u obesidad.
¿Qué causa la diabetes gestacional?
Igual que sucede con la diabetes tipo 2, el exceso de peso está vinculado a la
diabetes gestacional. Las mujeres que tienen sobrepeso u obesidad tal vez ya
tengan resistencia a la insulina cuando quedan embarazadas. El aumento excesivo
de peso durante el embarazo también puede ser un factor.
Genes y antecedentes familiares