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Curso Quenya
Curso Quenya
Helge K. Fauskanger
INTRODUCCIÓN
De todos los idiomas inventados por el filólogo y escritor británico J.R.R. Tolkien (1892-
1973), el más popular ha sido siempre el Quenya. También parece ser el más desarrollado de
todos ellos. De hecho, tan solo dos de ellos (el Quenya y el Sindarin), son tan completos que
podríamos desenvolvernos perfectamente con ellos sin necesidad de recurrir a nuestro propio
idioma. Hasta hace poco el Sindarin era menos conocido, y su compleja fonología podría
asustar a los ocasionales estudiantes noveles (sobre todo a aquellos sin experiencia
lingüística). Mi recomendación a los que quieran estudiar los lenguajes de Tolkien sería
definitivamente que comenzaran por el Quenya. El conocimiento de esa lengua facilitará
posteriores estudios de las otras, incluido el Sindarin, puesto que el Quenya es solamente una
rama de la familia de las lenguas de los Elfos: los idiomas élficos no son entidades
independientes, sino que están desarrollados a partir de una única lengua ancestral y, con
todos los respetos, el Quenya es, de todas ellas, la que más cerca se halla del idioma
primitivo original.
En una realidad totalmente opuesta a este contexto ficticio, Tolkien sabía muy bien que
estilo estaba buscando y diseñó un primitivo idioma élfico, con ingeniosos giros enfáticos que
producían una lengua con los atractivos deseados: el Quenya fue el resultado de su romance
adolescente con el finlandés; estaba, según sus propias palabras “demasiado intoxicado” con
el sonido y el estilo de ese idioma que había descubierto (Cartas:214). Sin embargo, el
finlandés no pasó de ser una mera inspiración; el Quenya no es en absoluto una enmarañada
versión del finlandés, y basta con ver algunas palabras del vocabulario para darse cuenta de
que no existe ninguna relación con sus correspondientes finesas (ver el tratado de Harri
Peväla, en: http://www.sci.fi/alboin/finn_que.htm). También citó Tolkien las influencias del
griego y el latín, a las que evidentemente tenemos que añadir las del español.
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traducción Antonio Palomino (Grupo Lambenor) Curso@ardalambion.com
Muy resumidamente, diré que de entre todos los mitos de Tolkien el Quenya era el
idioma que hablaban los Elfos que moraban en el Oeste Más Lejano; se ubicaba en El Reino
Bendito, y era la lengua “más noble del mundo”. Más tarde uno de los Clanes Elfos, el de los
Noldor, fue exiliado a la Tierra Media, llevando con ellos el Quenya. En la Tierra Media, pronto
cayó en desuso debido a las lenguas que allí se hablaban habitualmente, pero entre los
Noldor se preservó como un idioma ceremonial que, en tiempos posteriores, aprendieron
incluso algunos Hombres Mortales. Así, en El Señor de los Anillos (LotR), nos encontramos a
Frodo pronunciando el famoso saludo: elen síla lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla
sobre nosotros en la hora de nuestro encuentro”, cuando él y sus amigos se tropiezan con un
grupo de Elfos (unos Elfos muy satisfechos al encontrarse con un “aprendiz de la Lengua
Antigua”). Si uno estudia Quenya hasta el punto de sumergirse en el mundo de la ficción de
Tolkien, puede incluso llegar a verse a sí mismo como un estudiante Mortal en la Tercera
Edad de la Tierra Media, en el período en el que se desarrollaba El Señor de los Anillos (LotR)
(verse como un elfo nativo, parlante de la Lengua Antigua en Valinor, hacia la Primera Edad,
puede resultar bastante presuntuoso). La forma particular del Quenya ofrecida
intencionadamente en este curso, es precisamente la variante que se hablaba en El Ultimo
Exilio o Tercera Edad. Este es el tipo de Quenya que se escenifica en LotR, en El Lamento de
Galadriel (Namárië), como ejemplo más relevante.
Gracias a esto, y a los otros quince libros que Christopher Tolkien publicó con material
sobre la Tierra Media desde 1977 hasta 1996, extraído de los manuscritos que dejó su padre,
podemos ahora saber mucho más acerca de las lenguas de Tolkien de lo que nunca se supo
mientras vivió. Ciertamente, no seremos capaces de sentarnos y reescribir las palabras de
Shakespeare traducidas al Quenya, pero disponemos de algunos miles de palabras para
desarrollar las líneas maestras de la gramática que Tolkien inventó. No te será posible tener
un Quenya fluido si no estás dispuesto a estudiarlo con ganas. Es muy posible que podamos
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Se han hecho algunos cursos de Quenya tutoriales, incluso con ejercicios, que han
permitido a la gente el estudio del idioma con relativa facilidad. Uno de los esfuerzos más
notables en ese sentido, ha sido el Basic Quenya de Nancy Martsch. Ese es ciertamente, un
buen trabajo; el hecho de que el material publicado después haya descubierto ciertos defectos
no puede usarse en detrimento de la autora. Sin embargo, muchos quisieran disponer de un
curso más actualizado, y he sido repetidamente propuesto como la persona idónea para
escribirlo. Es para mí muy gratificante que los demás me consideren “un experto” en los
lenguajes tolkinianos, pero diría que, actualmente, es muy difícil ser experto en estas materias
debido a la gran escasez de fuentes de donde recoger información. A pesar de todo, me
siento un privilegiado al haber podido emplear mucho tiempo en el estudio de estas materias
(empecé hace más de diez años), y me veo en la obligación de recordar a tantos que
contribuyeron con sus ideas. Así que, al final me senté y empecé a escribir este curso,
especialmente para principiantes (esto es muy conveniente pues me permite estar a salvo de
las personas con poco criterio, de las mentes vulnerables y de los noveles en cuanto a mi
interpretación de la gramática Quenya, la cual está sustentada (como es lógico), en las bases
más sólidas y cuidadas. ¡Ja, ja, ja..!). Sin embargo, este curso no se presenta en formato
Linguaphone, con largos diálogos, etc., que tratan de que el estudiante consiga una fluidez
básica en diversas situaciones de la vida diaria. Esto sería contraproducente en el caso de un
“idioma-arte” como el Quenya, por lo que vamos a intentar prepararnos cuidadosamente para
la prosa y el verso, en vez de hacerlo para una charla casual. A lo largo de estas lecciones,
tomarán forma una serie de ensayos en varias partes de la gramática Quenya, revisando y
analizando las pruebas disponibles, con objeto de reconstruir las intenciones de Tolkien con el
apoyo de los ejercicios.
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“...lo que principalmente pienso de mi trabajo es que es una obra completa y, fundamentalmente, una inspiración
lingüística (...) no es una diversión ni un entretenimiento, en el sentido estricto de hacer algo diferente a tu trabajo
para tomarte un respiro. La invención de las lenguas es el principio. Las historias se crearon con la intención de
dotar a los idiomas de un mundo en el que poder desenvolverse, y no al revés. Primero se me ocurre un nombre,
luego la historia. Hubiera preferido escribir en élfico, pero, por supuesto, y a pesar del trabajo que supuso El
Señor de los Anillos, hay en él muy poca literatura pues pensé que hubiera resultado más difícil de digerir para
los lectores (ahora creo que a algunos les hubiera gustado más...) (...) De cualquier forma, para mí supone un
enorme ensayo “lingüístico-estético”, como a veces contesto cuando alguien me pregunta: “¿qué es todo
Para aligerar estas densas declaraciones del autor y estudiando sus idiomas, no se
puede desechar cierto tipo de tonto escapismo como para adolescentes románticos. Las
creaciones de Tolkien deben considerarse como una parte esencial de la formación escolar,
profundizando en su trabajo en general: los idiomas construidos por él, son parte de su
aportación como filólogo y no precisamente menos serios que sus trabajos acerca de los
orígenes de lenguas tan serias como el anglosajón; recordemos que rechazó considerar sus
fundamentos lingüísticos como un mero entretenimiento. Se puede decir que el Quenya y los
otros idiomas son obras de arte, pero no es esa la definición que mejor lo describe. Al final,
todo se resume a esto: Tolkien no era un descriptivo de la lengua, explorando y contemplando
pasivamente sus orígenes; él era un creativo de la lengua. Como es lógico, no es requisito
indispensable tener un Quenya fluido para decir algo inteligente acerca de las narraciones de
Tolkien; está claro que algunos críticos y acólitos están profundamente molestos por la falta
de reconocimiento que sufren los idiomas inventados, encontrándose ellos mismos incapaces
incluso de acatar con completa seriedad afirmaciones del propio autor, como las citadas más
atrás. Para alcanzar a apreciar por completo la complejidad y la belleza de esta creación, se
debería estudiar activamente por el propio bien de la obra. Deberíamos ser realmente
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capaces de mostrar interés por el propio bien de la propia obra. Hace algunos años, el
reconocido acólito de Tolkien, Tom Shippey, decía:
“...está claro que los lenguajes que creó Tolkien, lo fueron por uno de los más prestigiosos filólogos de todos los
tiempos, por eso siempre hay algo interesante en ellos y, creo también que en ellos falta mucho aún de su
pensamiento y sus conocimientos profesionales (...) Observo a menudo que hay muy destacadas y acreditadas
opiniones acerca de lo que Tolkien pensaba sobre la filología real que subyace en la ficción y, no sería ninguna
sorpresa, si algún día descubriéramos que hay opiniones igualmente acreditadas subyaciendo en los lenguajes
inventados. Seguro que algo acabará emergiendo de ellos...” (De una entrevista realizada durante el
simposio de Arda, en Oslo del 3 al 5 de abril de 1987, publicada en el diario Angerthas, el día
31).
Habrá otros que querrán estudiar Quenya para verse inmersos en la ficción de Tolkien,
sin pretensión alguna de aprendizaje: la visión de Tolkien de los Elfos (Quendi y Eldar) es, sin
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duda, el principal logro de toda su obra, y el Quenya era (al menos según las opiniones
parciales de los Noldor) “la lengua Elfica por excelencia, la más noble y uno de los más fieles
garantes de la Antigua Lengua de los Elfos” (La Guerra de las Joyas, página 374). El
acercarse a ciegas al mundo élfico de forma más profunda, tan solo conducirá a una
inmersión en la ficción. Abandonada felizmente la idea que se tenía de los Elfos como seres
diminutos, excesivamente guapos y encantadores, Tolkien concibió una visión de los Elfos
como algo más: “imagino que los Quendi que aparecen en estas historias, se parecen muy
poco a los Duendes y a las Hadas de Europa; pero siendo sincero, debería decir que los que
realmente representaban la belleza más grande, los que tienen la vida más larga y los más
nobles, son los niños Eldar” (Cartas, página 176). La quintaesencia de la visión que tuvo
Tolkien de la cultura élfica, se halla principalmente en las lenguas, “ya que la forma de hablar
de los Eldar es la más antigua y más amada de las artes” (Los Pueblos de la Tierra Media,
página 398). De alguna manera, el estudio del Quenya también puede convertirse en la
búsqueda de algo maravilloso y noble, bajo el punto de vista y la capacidad limitada de
nuestros mortales y finitos egoísmos: “Los Elfos representan el arte, la estética y los aspectos
puramente científicos de los Humanos, elevados a un nivel superior que aún no ha sido
alcanzado por los Hombres” (Cartas, página 176). La búsqueda de ese nivel superior
trasciende toda ficción. Tolkien plasmó su visión interior de ese nivel en pinturas, en sus
narraciones (más intensamente), pero (lo más importante para él) donde quedó verdadera
constancia, fue en las palabras y sonidos del idioma. En el Quenya, su visión de La Maravilla
sigue viva, esperando a aquellos que sean capaces de comprenderla y de apreciarla.
En sus páginas web el grupo sueco Mellonath Daeron, estudioso de las lenguas de
Tolkien, intenta justificar sus estudios de la siguiente manera:
“Nuestra actividad se ha descrito como el último lujo. Estudiamos algo que no existe, solo por placer. Esto es
algo que puedes permitirte cuando tienes cubiertas todas tus otras necesidades: comida, cobijo, abrigo, amigos y
todo eso. Estudiamos las lenguas de Tolkien por su gran valor estético. Y el conocimiento de estas lenguas, es
fundamental para comprender la belleza de su mejor creación: Arda, su mundo”
Estoy completamente de acuerdo con la última frase, pero no puedo estarlo con lo de
que el Quenya o el Sindarin “no existen”. Naturalmente no estamos hablando de algo físico,
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de cosas tangibles, pero eso les pasa a todos los idiomas. No hay lenguajes ficticios, son
todos reales como lo puedan ser el esperanto o cualquier otro. El mismo Tolkien decía sobre
sus lenguas que “tienen cierta entidad, porque hasta que las hube terminado de crear, ya
existían aunque de forma incompleta” (Cartas, p.175).
Tolkien tenía un fino sentido del humor; ese era su privilegio de creador original. Sin
embargo, a mi parecer, algunas personas tienen la capacidad de obtener mucho placer desde
la mera contemplación pasiva de la estructura de un idioma, o desde la lectura de la gramática
de un idioma inventado como si se tratara de una novela. Imagino que la mayoría de la gente
que quiere estudiar Quenya tiene la intención, aunque sea vagamente, de usar los
conocimientos que pueda adquirir, para escribir sus propios textos en Quenya, o al menos
poder leer los textos escritos por otros (como mínimo los escritos por Tolkien). En cualquier
caso, aprender un idioma requiere siempre una participación activa: aunque no sueñes
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siquiera con publicar algo en Quenya, simplemente por poder juzgar el Elfico de Tolkien con
propósitos puramente académicos, trabajarás con los ejercicios para asimilar la gramática y el
vocabulario. Este curso contiene algunos ejercicios.
Esto por supuesto, es solo una analogía aproximada de lo que podría ser el estilo
narrativo de Tolkien.
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suyos, le resultaría una extraña experiencia; sus idiomas son originalmente algo muy privado
y personal).
En cualquier caso, este curso debería serte útil sea cual sea tu visión del estudio: tanto
si quieres aprender Quenya para sumergirte en la ficción de Tolkien, como si lo haces para
apreciar mejor la parte crucial del autor, para aprender algo sobre las creaciones de un
lingüista virtuoso, para aceptar el desafío intelectual que supone el conocer al detalle un
sistema sofisticado, para meditar acerca de las cuestiones elficas, o simplemente para
divertirte con la estética del Quenya. Por supuesto, ninguna de estas opciones se excluye
mutuamente. Sea cual sea tu visión, creo que te gustará formar parte del florecimiento y
crecimiento del Quenya.
Esta es otra anotación de Tolkien: “...ninguna lengua se estudia por el mero hecho de
servir a otros propósitos, pero de hecho, servirá mejor a otros propósitos filológicos o
históricos si se estudia por amor, por sí misma...” (Monstruos y Críticas..., página 189).
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cualquier otro beneficio con todo esto (si la Fundación Tolkien o mejor dicho Harper Collins
hubiera querido publicar un libro con este curso, yo me hubiera sentido feliz de que lo hiciesen
y no esperaría recibir nada por los derechos).
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Tanto los problemas de Hicklin para sostener todos sus argumentos, como las
subsiguientes demandas legales hechas por mí mismo y por otros, me han llevado a la
conclusión de que aplicar la ley del copyright a un idioma, es prácticamente imposible. El
idioma en sí mismo no se haya encadenado a un texto fijo; es un sistema completamente
abstracto y, para proteger algo legalmente, ese algo debe contar con una forma fija a la que
poder proteger. No es válido alegar que mucha de la estructura gramatical y el vocabulario de
un idioma es una forma “fija”, ya que es un sistema abstracto, no tiene forma. Acerca del texto
actual (o en el mismo) un idioma está internamente protegido, pero no el “lenguaje” en sí
mismo. Volviendo a la analogía de nuestro compositor virtuoso que inventa una nueva forma
de música: su copyright, el de sus propias composiciones y el de sus escritos acerca de esta
nueva forma de música, no puede y no debe ser discutido por nadie. Pero si él o los suyos, no
pueden demostrar fehacientemente que todo lo publicado son nuevas composiciones, o
plenamente las descripciones originales de los principios de este tipo de música, de alguna
manera estarán violando el copyright de las mismas descripciones.
Este curso se ha escrito y publicado en Internet (gratis) por mí mismo como persona
privada. La Fundación Tolkien no debe pedir responsabilidades ni hacer comentarios sobre él,
ya que no existe vía oficial o legal para ello, y yo personalmente, asumo toda la
responsabilidad por sus contenidos. No considero una falta de respeto el indicar que todas las
denuncias hechas por la Fundación no han contribuido en modo alguno a garantizar la
calidad, desde el momento en que ciertos nuevos trabajos sobre el Quenya, que fueron
publicados con el permiso expreso de la Fundación, se han limitado a contener resúmenes
obvios e incorrectas interpretaciones. Hay razones para pensar que los abogados de la
Fundación o el mismo Christopher Tolkien deben ser capaces de juzgar con criterio la calidad
de una gramática Quenya (por lo que no hay razón alguna para que vayan contra ella;
aprender Quenya basándose en las fuentes primarias requiere un largo y laborioso estudio,
reservado para especialistas realmente interesados). Llegados a este punto, espero y deseo
que la Fundación Tolkien reconozca el derecho de los que quieran estudiarlo, a hacerlo en
paz, sin trabas y a poder presentar en su caso los resultados de sus investigaciones,
especialmente si las publicaciones más importantes al respecto, se hacen sin afán alguno de
lucro. A pesar de las protestas hechas por Hicklin y algunos otros, no existe actualmente
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ninguna evidencia concreta que la Fundación o Christopher Tolkien puedan estudiar como
una violación del copyright. Si así fuera, yo mismo me pondría en contacto con ellos, y
hablaríamos.
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limitado de sonidos, sin que se produzcan algunas similitudes” (añadiendo que él nunca
intentó crearlas) (Cartas, páginas 384-385).
Aún donde no sería posible que una palabra “real” sirviera de inspiración para citar una
palabra Quenya, el hecho está en que no existe antecedente legal alguno que permita a
alguien que haya inventado palabras nuevas el reclamarlas como propiedad personal. El
propio Tolkien era consciente de que los nombres no pueden estar sometidos al copyright
(Cartas, página 349), y que uno no puede establecer los derechos sobre nombres comunes,
verbos, adjetivos ni preposiciones, declarando “no autorizado” el uso de los mismos. Algunas
palabras de uso común y cotidiano como “robot”, se generaron primeramente en un contexto
ficticio. Tampoco se pueden reclamar como palabras ficticias, protegidas por una naturaleza
ficticia, e impedir que se usen impresas o explicadas sin permiso explícito de quien las inventó
(o de lo suyos).
Estoy sin embargo de acuerdo en que el Quenya y otras lenguas disfruten de cierta
protección “en su capacidad como partes integrantes de la Tierra Media”. Si alguien escribiera
nuevas historias fantásticas, relacionando la forma de hablar de los Elfos con un idioma
llamado Quenya, y hubiera pruebas que demostraran que, ciertamente es el Quenya de
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Tolkien, lo que obviamente sería el mismo tipo de plagio que si cualquier fantasía escrita
tomara “prestado” el nombre de una ciudad llamada Minas Tirith, y la descripción en el libro
indicara claramente que esa ciudad fue construida en varios niveles y se halla coronada por
una torre blanca. Pero una vez más digo: este curso es mucho más que una deliberada
derivación de una determinada ficción. Este curso trata del uso y estudio de uno de los
idiomas largamente desconsiderados en el contexto de la ficción. Aunque también aspiro a
presentar el Quenya como parte de la creación de Tolkien, haré mención a algunas de las
notas narrativas que se presentan como meramente técnicas. No obstante, es obviamente
falso que los lenguajes de Tolkien no puedan de ninguna manera separarse de su mundo
ficticio (como parece desprenderse de las quejas de Hicklin). Por ejemplo: Vicente Velasco,
fue capaz de escribir un poema Quenya (Ríanna), como homenaje a la Princesa Diana de
Gales tras su trágica muerte, pero eso no implica que el accidente en el que murió deba
considerarse como un punto interesante de una novela de Tolkien. De la misma manera, el
mismo Tolkien hizo una traducción al Quenya del Padrenuestro, un texto que, obviamente,
pertenece a nuestra propia realidad y no puede ubicarse en el desarrollo de la Tierra Media.
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Felizmente, los herederos de Tolkien parecen estar de acuerdo con esto; al menos no
han intentado impedir que nadie publique sus propios textos en Quenya. Si la Fundación no
plantea ningún problema, debo deducir que sus abogados estarán también de acuerdo en que
es perfectamente legal que cualquiera escriba gramáticas Quenya o compile vocabularios
Quenya. Lo contrario, sería tener una absurda noción del uso que debe darse a un idioma, a
la descripción que deben enseñar los expertos. No puedo imaginar que la Fundación quisiera
imponer que el gran número de textos que existen en Quenya no escritos por Tolkien, fueran
rechazados y no pudieran someterse a los estudios gramáticos o lexicográficos de su ficción,
solo por el hecho de estar escritos en Quenya. Eso sería un intento de obstrucción y de veto
al conocimiento público de una completa y magnífica obra literaria, y no creo que eso sea
sostenible ni legal ni moralmente. No sé si Tolkien estaría de acuerdo con ellos.
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y crear palabras nuevas, pero en esos casos deberemos evitar la invención arbitraria,
aplicando a nuestro trabajo el máximo de rigor y las raíces propias y originales de Tolkien,
usando sus métodos de derivación.
¿Cómo es el Quenya?
¿Qué tipo de lengua es esta, estructuralmente hablando? Parece que el finlandés
ejerció una considerable inspiración, pero no solo por la estructura de los sonidos, sino
también por la estructura básica en sí misma. Tolkien describió el Quenya como “una lengua
muy bien modulada” (El Camino sigue, página 69). Esto se debe a que las palabras aparecen
de muy diferentes formas, dependiendo de su función concreta en un contexto gramatical
determinado. Las diferentes formas se construyen en su mayor parte, mediante un cúmulo de
terminaciones, las cuales tienen significados que, en cualquier otro idioma, deberían
expresarse por palabras separadas. Así nos encontramos con que en una traducción del
Quenya a otro idioma, necesitamos de un mayor número de palabras que las del texto
original: en los Cuentos Inacabados, páginas 22,51, aprendemos que tres palabras en
Quenya requieren de seis en la traducción: Anar caluva tielyanna “el Sol brillará sobre
vuestro camino”. Vemos así, que evidentemente, el Quenya es un idioma de lo más eficiente,
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aunque no tenga demasiada importancia el usar una palabra larga en lugar de varias cortas
para expresar un significado. El Quenya debe resultarnos agradable por sus propias
cualidades, no por la comparación con otros idiomas. La palabra tielyanna, ilustra la principal
diferencia entre el Quenya y nuestro idioma: las pequeñas palabras independientes, como:
“vosotros”, “sobre”, aparecen frecuentemente expresadas con terminaciones que, en el
ejemplo son: -lya y –nna, respectivamente.
¿Es el Quenya un idioma difícil? Hablando del Quenya y el Sindarin, los dos idiomas
principales de sus mitos, Tolkien escribió: “ambas lenguas son, por supuesto,
extremadamente difíciles...” (Cartas:403). Sin duda, habrá cantidad de insospechadas
complejidades esperándonos a lo largo del vasto material que aún no se ha publicado. Pero
sea mucho o poco nuestro conocimiento actual, lo cierto es que no se puede decir que el
Quenya sea “extremadamente difícil”. Puede que tenga una enrevesada e intrincada
estructura, pero es bastante menos complicado que el Sindarin, y el llegar a adquirir
profundos conocimientos del Quenya tal y como lo conocemos, no es ni mucho menos una
proeza sobrehumana. Algunos estudiantes, deberían ser capaces de adquirir cierta destreza
básica en los sistemas gramaticales, en un tiempo relativamente corto: semanas e incluso
días, y no meses. El conocimiento general y la facilidad de comprensión en el campo de los
idiomas, sería por supuesto, de gran ayuda para el estudio, sin apenas más requisitos; en
este curso, he intentado hacer las explicaciones tan simples que, con un ligero asomo de
raciocinio adolescente, se pueden entender (en previsión de que algunos de los que quieran
iniciarse en el Quenya sean bastante jóvenes, y presumiblemente sin conocimientos previos
de idiomas, explicaré cualquier término lingüístico elemental. Espero que los más preparados
sepan perdonarme el lenguaje que, a veces, parece dirigido a bebés).
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Las Fuentes
Sabemos que Tolkien escribió literalmente miles de páginas sobre sus idiomas. Por
desgracia, debo pedir a los nuevos que aguanten estoicamente el primer golpe, aunque ya
antes habíamos hecho referencia a ello: tenemos muy poco material disponible. Sin embargo,
Christopher Tolkien parece haber llegado a ciertos acuerdos para su publicación. Durante la
mayor parte de los noventa, envió fotocopias de los manuscritos de su padre (nunca de
manera oficial) a un grupo de americanos, a los que se refería habitualmente como a los
Elfconners1, aparentemente por ser miembros destacados de las directivas cons de las
convenciones de ELF (Hermandad lingüística de los Elfos). Sin embargo, los más sinceros
miembros de este grupo, parecían estar convencidos (hasta el punto de rehusarlo) de que el
término Elfconners, tenía siempre un sentido derogatorio, asociado siempre a la decepción.
Como señaló en TolkLang su moderador Julian Bradfield, daba la sensación de que algún
miembro del grupo estaba insultándose a sí mismo, pero por regla general lo políticamente
correcto, es dirigirse a este grupo como a la Editorial Team (ET). Como quiera que le
llamemos, el grupo está integrado por: Christopher Gilson, Carl F. Hostetter, Patrick Wynne y
Arden R. Smith (en los últimos años se les ha unido Bill Welden). Antes de que empezaran a
recibir los manuscritos de Tolkien, habían publicado regularmente las revistas (dedicadas a la
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Elfconners : Palabra compuesta de ELF (Elvish Linguistic Fellowship = Hermandad de las Lenguas Elficas),
y de CONNERS (directivos, dirigentes). (N.del T.)
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Debemos pues trabajar con las fuentes que hay disponibles (fuentes que a menudo
tocan el idioma más o menos de pasada). El aspecto lingüístico de Tolkien como autor,
afortunadamente permite a sus palabras tal extensión que, si pudieran apiñarse todas las
piezas desperdigadas de información y analizarlas en profundidad, seríamos capaces de
aprender más sobre sus lenguas, que accediendo a sus explícitas gramáticas. Por desgracia,
este método de estudio dejaría muchas lagunas en nuestro conocimiento, lo cual sería
irritante para la gente que quiere intentar usar estas lenguas. En otros casos, el material es
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tan escaso que podemos formular no una, sino varias teorías acerca de cómo definir las
reglas gramaticales de lo que estamos viendo en cada momento, y sin tener ejemplos que nos
permitan identificar la teoría correcta. Sin embargo, le damos al Quenya un buen tratamiento,
aunque algunos de nuestros conocimientos son demasiado intuitivos. Hemos puesto aquí un
resumen de las fuentes; al menos explicaremos las abreviaturas que vamos a usar en este
trabajo.
Los primeros trabajos narrativos de Tolkien, El Señor de los Anillos (LotR, 1954-55) y El
Silmarillion (Silm, 1977), no necesitan ningún tipo de introducción (también está El Hobbit, por
supuesto, pero ese libro no contiene apenas información lingüística y casi nada sobre
Quenya). La mayoría de los nombres élficos de personas y sitios que se encuentran en LotR
(como: Aragorn, Glorfindel, Galadriel, Minas Tirith) son Sindarin, pero hay también ejemplos
sustanciales en Quenya. En LotR, se encuentra uno de los textos en Quenya conocidos más
largos: el poema Namárië, casi al final del capítulo VIII (El Adiós a Lórien), en el Libro
Segundo del Primer Volumen: "La Comunidad del Anillo". También conocido como El
Lamento de Galadriel, este es el poema que comienza con las palabras: "¡Ai! laurië lantar
lassi súrinen..."
Varios ejemplos cortos de Quenya salpican también LotR, como cuando Frodo habla en
la guarida de Ella Laraña: "¡Aiya Eärendil Elenion Ancalima!", grita sin saber que está
diciendo; el Elogio a los Portadores del Anillo que reciben en el campo de Cormallen (parte en
Sindarin y parte en Quenya); la Declaración de Elendil tal y como la repite Aragorn en su
coronación; y el Saludo de Treebeard (Bárbol) a Celeborn y Galadriel. La parte Quenya del
Elogio de Cormallen (tal y como ya he referido), se halla en el Volumen Tres, Libro Sexto,
capítulo IV (El Campo de Cormallen), donde dice: "¡A laia te! ¡laita te! ¡Andave
laituvalmet! ... ¡Cormacolindor, a laita tárienna!" (La Derrota de Sauron (SD), página 47).
Esto está traducido en Cartas, página 308: "¡Benditos sean, benditos sean! ¡Grandes
alabanzas para ellos! ... ¡Los Portadores del Anillo sean benditos largamente!"
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metta". Esto se encuentra traducido en el propio texto como: "He llegado desde el Gran Mar
a la Tierra Media. En este sitio moraremos yo y los míos hasta el fin del mundo". El Saludo de
Treebeard (Bárbol)2 en el siguiente capítulo (VI), es: "a vanimar vanimálion nostari",
traducido en Cartas, página 308, como: "Oh!, personas maravillosas, padres de niños
maravillosos", y en la Derrota de Sauron, página 73, como: "Oh!, grandes nobles,
engendradores de grandes nobles". Esta última versión es más literal.
El material Quenya (aunque por regla general tan solo las palabras aisladas), se
encuentra también en los apéndices de LotR, especialmente en el apéndice E.
En el caso de otras fuentes, nos bastará con algún breve sumario, ya que estos libros y
revistas (a diferencia de LotR y Silm), no han aportado demasiadas ediciones y traducciones.
Así que, simplemente haremos referencia al libro y a la página donde se halle el tema
concreto, y esperemos que esa referencia sea suficiente. A continuación, damos la lista de
abreviaturas que emplearemos de ahora en adelante:
RGEO "El Camino debe seguir" (nuestras páginas de referencia son las
de la Segunda Edición de 1978, ISBN 0-04-784011-0). La primera edición se publicó en
1968; esta es, por consiguiente, una de las pocas fuentes aparte de LotR que se
publicaron en vida del autor, lo que le concede una autoridad extra (pues cuando se
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Treebeard (en la versión española este nombre figura como Bárbol; no lo he traducido simplemente porque
no me gusta. (N.del T.)
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publicaba algo, él por regla general, lo consideraba como una parte fija e inmutable de
sus mitos). Del mismo modo que RGO es básicamente una canción (poemas de
Tolkien con música de Donald Swann), Tolkien incluyó extensas notas en dos poemas
élficos de LotR: Namárië y el himno Sindarin A Elbereth Gilthoniel (RGEO:66-76).
Además de escribirlos en la caligrafía Fëanorian, los dotó de una traducción interlineal;
esto nos permite saber con certeza que palabra significa que cosa. También reestrenó
Namárië en una versión en prosa más clara, como una alternativa a la versión original
en verso que figura en LotR (proporcionándonos una ocasión única de comparar el
estilo en verso con el de la prosa en Quenya. Así que, de vez en cuando, haremos
referencia a la "prosa Namárië".
UT "Cuentos Inacabados" (1980, ISBN 0-04-823208-4). Una colección
publicada póstumamente, de material suplementario rememorando a veces las
historias de LotR y Silm, aunque como implica el título, el autor no siempre lo acababa
todo. Es particularmente interesante para los estudiantes del Elfico, El Juramento de
Cirion, que se encuentra en UT:305: "Vanda sina termaruva Elenna-nórëo alcar
enyalien ar Elendil vorondo voronwë. Nai tiruvantes i hárar mahalmassen mi
Númen ar i Eru i or ilyë mahalmar eä tennoio". La traducción (no del todo literal) que
se hace de este texto, es: "Este Juramento permanecerá en la memoria de la Gloria de
la Tierra de la Estrella, y en la confianza de Elendil el Fiel, en el cuidado de estos que
se sientan en los tronos del Oeste y en el Único que está siempre por encima de los
tronos". Tolkien añadió algunas notas interesantes sobre las palabras Quenya
(UT:317), permitiéndonos analizar el Juramento detalladamente.
CARTAS: “Las Cartas de J.R.R.Tolkien” (1981, ISBN 0-04-440664-9).
Biografía del propio Tolkien editada por Humphrey Carpenter, que también contiene
alguna información lingüística. Algunos lectores ocasionales de LotR, remitieron a
Tolkien ciertas preguntas referentes a los ejemplos del Quenya y Sindarin encontrados
en el libro y, como quiera que era su favorito, él contestaba por regla general con
detalle y amabilidad. Entre otras cosas, las Cartas proporcionan traducciones de algnos
ejemplos élficos que no se hallan traducidos en LotR, como: Aiya Eärendil Elenion
Ancalima = “saludos Eärendil, la más brillante luz de las estrellas” (Cartas:385; ya
tenemos señalada la traducción de la Alabanza de Cormallen en cartas:308).
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Cada uno de estos libros aporta pistas a la estructura de las lenguas de Tolkien,
aunque de vez en cuando, con alguna variación incidental (Christopher Tolkien incluyó
relativamente pocos escritos estrictamente lingüísticos de su padre, considerando el poco
interés que tendrían para la gran mayoría de lectores). Para los realmente interesados en los
idiomas tal y como aparecen en LotR, los volúmenes más importantes de HoME son: LR, WJ,
SD, los cuales deberían figurar en la biblioteca privada de cualquier estudioso serio de estas
lenguas. El único poema largo que figura en toda la colección HoME, La Canción de Fíriel, se
encuentra en LR:72, pero lo que es más importante: estos libros reproducen las tres fuentes
esenciales de documentación que citaré siempre por su nombre (como hacen la mayoría de
los estudiosos del tema). Por lo tanto, aquí las describiremos brevemente: estamos hablando
de Las Etimologías, de los Ensayos Quendi y Eldar y del Informe Lowdham:
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Sin embargo, contiene también alguna información sobre Quenya, que aquí
consta como Avalonio (ambos idiomas son a veces comparados o contrastados).
(Lowdham es un personaje ficticio de Tolkien. A veces presentaba información
técnica de sus lenguas como si fueran meras alusiones o referencias a las
observaciones o puntos de vista de los personajes de su ficción. Entre sus
“fuentes” ficticias favoritas, encontramos Fëanor el más grande, pero también el
más arrogante de los Noldor, Rúmil el sabio de Tirion y Pengolodh el gran
maestre de Gondolin: muchos de los personajes de Tolkien, parecen compartir
con él su interés por los misteriosos escritos y las extrañas lenguas).
Las fuentes que se han citado han sido publicadas y editadas por Christopher Tolkien,
excepto las Cartas, que lo fueron por Humphrey Carpenter. Hay además algunos trabajos
publicados por otros. Se pueden extraer también retazos de información de “J.R.R. Tolkien,
Artista e Ilustrador”, editado por Wayne Hammond y Christina Scull. Los resultados de la
Editorial Team, escasos, pero no menos importantes e interesantes, deben también tenerse
en consideración. La revista Vinyar Tengwar (VT), editada por Carl F. Hostetter, tuvo su “edad
de oro” en el período 1988-93, cuando podía mantener una publicación bimensual continua.
Cuando comenzaron a recibir el material de Tolkien (de extrema importancia para ser
publicado), a principios de los ’90, el índice de publicación cayó misteriosamente a “un número
por año” y, esta situación continuó en la siguiente mitad de los ’90, hasta llegar a la nueva
década. Los pocos números que se han publicado no incluyen todo el material nuevo de
Tolkien, tan solo algunos resúmenes muy cortos (son además ejemplos del material más
antiguo que, generalmente, no es compatible con LotR).
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Otro de los grandes logros de los esfuerzos editoriales de ET, consiste en los
vocabularios: el Lexicon Gnómico (GL) y el Lexicon Quenya (QL) / Qenyaqetsa (QQ). En
GL se hace también mención a algunas palabras Quenya (en la misma medida en que QL
menciona palabras gnómicas; las lenguas se comparan con relativa frecuencia). Más adelante
veremos el Qenya contrastado con el Quenya estilo LotR. Estos dos “Lexicons”,se publicaron
en los números 11 y 12 de la revista Parma Eldalamberon en 1995 y 1998 respectivamente.
Los originales fueron escritos durante la Primera Guerra Mundial, cuando la concepción más
antigua de los mitos de Tolkien comenzaba a tomar forma: el manuscrito de QL está fechado
en 1915, el de GL en 1917. Ya se publicaron extractos sustanciales en 1983-84, donde
Christopher Tolkien sacó un gran provecho de los “Lexicones” en los apéndices de LT1 y LT2.
Antepuesto a cada Lexicon, Parma publicó también material relacionado: una inconclusa
gramática gnómica en el número 11, y algunas descripciones fonéticas para Qenya en el
número 12.
Extraída de las fuentes ya citadas, tenemos aquí una recopilación total del Quenya, que
representa unas 150 páginas aproximadamente, si las tenemos todas (aunque la mayoría no
tienen por desgracia, conexiones con el vocabulario; los ejemplos de texto Quenya real son
más raros, y probablemente cabrían en no más de dos o tres páginas). Quiero hacer una
advertencia: si lo que quieres es aprender Quenya tal y como aparece en LotR, debes saber
que no todos los ejemplos de esta recopilación son completamente fiables (aunque si son
genuinamente Tolkien).Para evitar lo que objetivamente sería un completo atolladero,
deberemos asumir el hecho de que la variante Quenya usada en LotR no es la única que
existe. Si empiezas a analizar todos los ejemplos Quenya que tenemos, pronto te das cuenta
de que no conforman una masa homogénea. Si es cierto que la mayoría de los ejemplos “se
parecen”, sin apartarse demasiado en la forma de las palabras, de la inspiración finesa, pero
gran parte del material más antiguo (nunca publicado en vida de Tolkien), puede usarse para
crear o presuponer palabras, declinación de terminaciones y reglas gramaticales que difieren
del sistema Quenya de LotR. No significa esto que sea completamente distinto, pero en el
material obtenido a mediados de los ’30, no había ningún ejemplo que fuera completamente
idéntico en estructura. Tolkien era, así se ha dicho, un prodigio diseñando idiomas. Hacerlos
fijos de forma clara e inalterable era para él poco menos que imposible. Siempre fluían nuevas
ideas que quería incluir en las estructuras, aunque fueran contradictorias y dejaran obsoleto lo
que ya había escrito antes. Podemos estar seguros de que su personaje Lowdham habla por
boca de él, cuando dice (SD:240):
“Para inventar una lengua se tiene libertad, demasiada libertad (...) Cuando la estás inventando, el placer
o la diversión se experimentan justo en el momento en que estás inventando; eres el maestro y marcas la ley;
puedes hacerlo más divertido cada vez, descarado. Puedes quejarte, alterarte, ser refinado, dubitativo, fiel a tu
estilo y a tus cambios de gusto u opinión..., lo que quieras...”
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versión fechada en los primeros ’30 (MC:213), y otra de cuarenta años después fechada en la
última década de la vida de Tolkien (MC:221-223). Ambas versiones tienen (casi) el mismo
significado, pero la última es, en el más completo sentido de la palabra, una “traducción” de la
anterior y no una mera repetición: solo unas pocas palabras y la declinación de las
terminaciones son comunes en ambos textos.
Así como en las fuentes anteriores a LotR Tolkien usa la forma Qenya en vez de
Quenya (aunque la pronunciación sea la misma) yo y otros, usamos también Qenya (sobre
todo en las notas) como nombre de la más antigua variante de Quenya, que es en alguna
medida diferente a la forma que aparece por primera vez en LotR. La primera versión de
Markirya, podría denominarse como “poema Qenya”; solo la última versión sería Quenya
como lo conocemos desde LotR. Algunos otros poemas reproducidos en MC (Nieninqe y
Earendel, páginas 215-216), como el poema alternativo El Último Arca de significado bien
distinto al clásico Markirya (MC:221), son también decididamente Qenya en vez de Quenya.
Estos textos deben ser, por supuesto, considerados por sus propias cualidades, pero aún
debemos poner a prueba su eficacia como material para estudio del Quenya estilo LotR.
Como era de esperar, el idioma va (en líneas generales) siendo gradualmente similar a
su “forma final”, conforme se va acercando a la época en la que se escribió LotR. Por ejemplo,
el texto relativamente moderno de la Canción de Fíriel, es casi (aunque no del todo) igual al
estilo de LotR. Sin embargo, no deberíamos tener una visión demasiado simplista de todo
esto, pensando que Tolkien empezó en 1915 con un idioma que era muy diferente al de LotR,
y que gradualmente, se convirtió en su Quenya más famoso, siguiendo una bella y ordenada
línea evolutiva. La escasa cantidad de material publicado, no nos permite seguir el proceso al
detalle, pero es evidente que Tolkien fue cambiándolo en su mente, no solo haciendo
frecuentes revisiones de lo último que iba escribiendo, sino profundizando además en algunos
de los primeros materiales, escritos durante WWI 3; así obtenemos una impresión general de
que son más similares al Quenya de LotR que los poemas en Qenya de los primeros ’30.
Parecería que Tolkien, en vez de progresar audazmente hacia el estilo LotR, hubiera sufrido
desviaciones en su camino, aventurándose a veces con revisiones radicales y eventualmente,
3
WWI: Siglas inglesas de World War I (Primera Guerra Mundial) (N.del T.)
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Algunas cosas que parecen estar realmente cerca del estilo LotR, han hecho su
aparición en la última mitad de los ’30 con la escritura de las Etimologías. Esto ni mucho
menos significa que todo estuviera completamente decidido tras la publicación de LotR en la
primera mitad de los ’50; de hecho Tolkien aprovechó la oportunidad para juguetear un poco
con algunos de los ejemplos publicados en ese libro, cuando una edición revisada apareció en
1966 (mientras que los más quejosos daban la lata entre bastidores). Murió siete años
después y hay razones para creer que dio instrucciones (o una fórmula infalible) para fijar la
estructura del Quenya y sus otros idiomas, de forma definitiva e inamovible, a salvo de
cualquier contingencia o duda. Los miembros de la Editorial Team han indicado que los
últimos manuscritos de Tolkien, actúan por sí mismos como testigos de una última fase de
intensa experimentación, pero aparentemente, no se desprende de ellos una final o definitiva
versión del idioma. Esto no es necesariamente un error, sino simplemente lo que le podría
ocurrir al gran compositor que nunca acabó su mejor ópera: “los cambios incesantes y las
constantes frustraciones de los que estudiamos estos idiomas son factores inherentes a esta
obra de arte”, observa Christopher Tolkien (SD:440). En otro sitio, refiriéndose al trabajo de su
padre sobre las lenguas, declara: “de hecho, parece que los constantes intentos por conseguir
una forma definitiva para el idioma le produjeron una profunda insatisfacción que se traducía
en el deseo de crear siempre nuevas construcciones: quizá fue eso lo que le empujó a tratar
con tanto desdén a sus maravillosos manuscritos” (LR:342). En la medida en que “el placer
reside en la misma creación”, Tolkien “no podría” conformarse con crear una forma definitiva.
De ser así, se habría acabado muy pronto su diversión, su placer.
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Quenya tal y como lo conocemos hoy (el ejemplo más notable es Namárië).Con la publicación
de LotR en 1954-55, estas formas se convierten en partes fijas de su mito (a pesar de que él
también jugueteó con esto en una ligera revisión de 1966). Una vez publicado LotR, ya
obviamente no podía revisar sus propias obras con la misma libertad de antes. Según parece
hay indicios en los manuscritos posteriores a LotR, que denotan precisamente eso: que se
sentía coaccionado. Esta relativa estabilidad llegaría a convertirse más tarde en buenas
noticias para los que estamos interesados en este idioma: la decisión de cómo más o menos
debía ser el idioma, nos remite a las edades remotas descritas en sus narraciones.
Algunos (yo incluido), hemos definido esto como “Quenya maduro”. Otros, encuentran
ese término indebido e irrespetuoso para con las antiguas formas del “Qenya”, aunque estas
opiniones implican que, de alguna manera, ellos son inmaduros. Artística y subjetivamente,
diciendo lo que en realidad pienso, la forma “final” del Quenya es más atractiva que los
primeros experimentos de Tolkien, y no hay duda alguna de que este es el modelo de Quenya
que deberéis aprender primero (y no las primeras variantes que el mismo Tolkien rechazó).
Así pues, creo que esta es la versión Quenya que Tolkien hubiera querido que aprendiérais; si
hubiera sido por él, ¡nunca hubiéramos visto las otras versiones! Puso sumo cuidado en
asegurarse de que su mito permanecería libre dentro de sus propias contradicciones, y no
hubiera reconocido nunca como válidas a las otras variantes. De hecho, el ya anciano Tolkien
se refirió a su primera forma de Qenya como “muy primitiva” (PM:379). De manera que no
tenemos más elección que tratar el material antiguo con un cuidado extremo, y creo que él se
hubiera sentido ofendido si alguien dijera (¡aún estando de acuerdo!) que su primer Qenya no
era tan atractivo como el último, con todas sus afinadas versiones.
En este curso, he optado por hablar del Quenya estilo LotR y no del “maduro”. El primer
término es completamente incontrovertible. La lengua que se enseña en este curso es por
supuesto, el estilo LotR tal y como está actualmente (no pretendo con ello ignorar la existencia
de las otras variantes más antiguas). De hecho, haré referencia a algunas de las otras formas,
con objeto de dar una idea del tipo de desarrollo que ha seguido todo el material con el paso
del tiempo. Aparte de algunas consideraciones académicas, el material antiguo puede
servirnos de apoyo en los casos en los que el mas moderno (el LotR) sea insuficiente para
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Hay pocas cosas fáciles o claras en este extraño rincón del mundo de los idiomas.
Reconstruir la estructura de este lenguaje es como intentar unir las piezas de un enorme
puzzle, estando estas además muy distanciadas entre sí. Para colmo, muchas de las piezas
simplemente “se han perdido”; hay cantidades inmensas de material absolutamente
inaccesible para nosotros (y lo que es peor: los únicos que tienen acceso a él, están
demasiado ocupados discutiendo si lo publican o no, poniéndose de acuerdo). Más aún:
debido a las continuas revisiones que hizo Tolkien, no podremos estar ni siquiera seguros de
que algunas de las piezas de las que disponemos pertenezcan al mismo puzzle. Algunas no
encajan claramente y es un alivio porque pueden ignorarse; muchas otras “parece” que
encajan, entrando en la categoría de “dudosas” y, realmente, no sabes qué hacer con ellas.
En este curso mencionaré algunas de las variantes y presentaré con optimismo (creo que con
demasiado), mis poco fiables conjeturas que, aunque aceptaremos de buen grado, lo mejor
probablemente sería ignorarles. En realidad, y, dada la falta general de una explícita
información gramatical por parte del propio Tolkien, no siempre seré capaz de presentar la
gramática con absoluta confianza y autoridad; aunque a menudo me veréis revisando
cualquier evidencia disponible e intentando comprender algunas reglas para poder seguirlas
cuando llegue el momento de realizar nuestras propias composiciones en Quenya. Pero, así
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es como ha de ser, así es como nos iremos familiarizando con las posibles deducciones en el
campo lingüístico de Tolkien.
Acerca del material que he publicado con anterioridad a este, debo decir que he
recibido (amables) críticas por la forma en que he expuesto mis conclusiones, sin explicar en
que estaban basadas, simplemente asegurando dogmáticamente: “esto es como es, creed en
mi palabra...”. Creo que en la presentación de un resumen ese estilo es inevitable, pero aquí
me aprovecharé en muchas ocasiones de la oportunidad de volver a las “fuentes primarias”,
para demostrar realmente como he llegado a según que conclusiones.
Tratado de Ortografía
Durante décadas Tolkien cambió la ortografía Quenya en ciertos detalles. Tal y como
se ha dicho, casi todos los aspectos del Quenya podían variarse, pero a pesar de la inestable
gramática, las variaciones ortográficas no son excesivas: de cualquier modo, el alfabeto que
tenemos no es el del Quenya nativo, en teoría. Tolkien sencillamente dudaba de cual sería el
mejor sistema para sincronizar nuestras propias letras con el supuesto "carácter Elfico
original" (el Tengwar, llamado también escritura Fëanoriana, es un conjunto de caracteres de
singular belleza que diseñó Tolkien con el mismo cariñoso cuidado con que trató a sus
lenguas). En este curso, hemos impuesto al material una consistente ortografía, basada en su
mayor parte en la que se usó en LotR (¡y digo “en su mayor parte”, porque la ortografía de
LotR tampoco es totalmente consistente o fiable, aunque está muy cerca de serlo!) En lo
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referente a la ortografía de LotR, Tolkien escribió: "El arcaico lenguaje popular (a saber: el
Quenya), intenta ser una especie de Elfico latino que, mediante la transcripción en una
ortografía cerrada, parecida a la del latín (excepto porque la "y" se usa solo como
consonante), va asimilándose con este, a ojos vista..." (Cartas: 176).
A continuación, resumiré las reglas ortográficas que se siguen en este trabajo. Esto no
es algo que debamos memorizar. Los que estudiamos Quenya, deberíamos tener sin
embargo, un conocimiento de las inconsistencias que contienen las fuentes primarias.
Guiados principalmente por la gramática usada en LotR, hemos desarrollado las siguientes
reglas:
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NOTA:
En el caso del título del poema Markirya tiendo a mantener la k, simplemente porque la palabra
Markirya solo aparece en la versión antigua "Qenya" del poema. No se encuentra en la última
versión, así que no se me ocurre otra manera de escribirlo. En este caso, y dejando claro que lo
escribo con k para dar a entender que es una palabra Qenya, tengo que decir que si tuviera que
escribir la palabra "arco" en un texto Quenya actual, usaría la versión LotR: Marcirya. Supongo
que lo normal es mantener la k en algunos nombres familiares del Silm, como: Melkor, Tulkas,
Kemantári y algunos otros. Pero, el Silm también tiene algunas formas con c, como:
Calaquendi (en vez de Kalaquendi), lo que demuestra la poca consistencia ortográfica de este
libro.
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lo largo de las Edades de la Tierra Media. Las palabras que, originalmente eran
como gnoldo y ngwalme, (ñoldo y ñwalme), fueron más tarde noldo y nwalme;
aunque la denominación de las letras es posterior al Quenya actual, las palabras
acusan el sonido de la letra y esto comporta un desarrollo por el cual, la inicial ñ-
se convierte en una n normal. Ya en las Etym, de mediados de los ’30, Tolkien
incluyó un desarrollo similar: en la entrada ÑGAR(A)M, la palabra que define
“lobo” era ñarmo, narmo, lo cual evidentemente debe entenderse como la forma
vieja y la nueva. En MR:350, se menciona la palabra ñolë “sabiduría,
conocimiento”, escrita con ñ- inicial también en las Etym (entrada ÑGOL, donde
se define como “sabiduría”), pero en el apéndice de Silm (entrada GÛL), está
escrita ñolë. Esta debe ser una forma más tardía, de la Tercera Edad.
Seguiremos esta tendencia y convertiremos la ñ en n en todas partes (aunque
debo significar que en los escritos Tengwar la distinción entre ñ y n será de gran
ayuda a la hora de pronunciar, aunque el problema se reducirá en gran medida
si escribimos Quenya con nuestro propio alfabeto materno o nativo).
Indudablemente, las combinaciones ng y nc en el centro de las palabras, son
consideradas técnicamente como ñg y ñc, como en anga “hierro” y anca
“mandíbula”, pero esta pronunciación es natural para nosotros y no es necesaria
representarla por escrito. Por lo que sabemos, Tolkien nunca usó la ñ delante de
g o c en Quenya, tan solo la n.
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La diéresis: En muchos casos Tolkien pone diéresis (dos puntos) sobre una
vocal, por ejemplo: ä, ö, ë, como en los nombres Eärendil, Eönwë. Es tan solo
para clarificar la pronunciación en principio, para los lectores de habla inglesa.
Haré hincapié en que la diéresis no es en absoluto necesaria para escribir un
Quenya correcto. Tolkien escribió acerca de la forma ë, que “es solo una
herramienta de transcripción, en absoluto necesaria en el original (esto es: en el
“supuesto” original) escrito en Tengwar...” (PM:343). Tampoco es necesaria para
la transcripción (él nunca la usó en Etym) y, seguramente, si olvidamos ponerla
en un E-mail tampoco pasará nada. Seguramente habrá quienes aboguen por
desterrarlas completamente de todos los medios, argumentando que es un
gráfico superfluo, un completo estorbo para la gente que intenta iniciarse en el
Quenya (e incluso que podría inducir a errores a los que se manejan con las
ortografías de idiomas como el alemán, el sueco o el finés), pero...no sé,
supongo que es que me gusta ver la diéresis en unos textos presentados con
seriedad, aunque ese pequeño gráfico no nos diga realmente nada. Quizá sea
por añadir un tinte exótico a los textos, por simple estética, por querer lograr un
impacto visual como el que produce el finés (aunque en la ortografía finesa
existen letras como ä y ö, que tienen sonidos distintos a los de la a y o normales,
cosa que no ocurre con el Quenya).
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Puesto que solo la –e final puede llevar diéresis, los puntos desaparecen si se
añade un final a la palabra (o se usa como el primer elemento de un compuesto), con lo
cual la –e ya no sería el final de la palabra. Un buen ejemplo de esto está en
lámatyávë “gusto profundo, placer individual”, cuyo plural sería lámatyáver (MR:215-
216). No vemos **lámatyávër, porque al tener la terminación –r del plural, la vocal e ya
no está al final de la palabra (Ah!, se me olvidaba: en este curso, el doble asterisco (**)
se usa para indicar una forma incorrecta). Asimismo, en el apéndice D de LotR, se
indica que la forma plural de enquië (el sexto día de la semana en Eldarin), será
enquier, en vez de **enquiër.
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“mute”, suena aproximadamente “miut” / “mere”, suena aproximadamente “mer” (N del T)
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5
“heart”, suena aproximadamente “jart” (N del T)
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6
“load”, suena aproximadamente “lod” (N del T)
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Pronunciación Y Acentuación
Comentarios Generales
Hay algunas líneas de esta versión de Namárië que son diferentes a las
correspondientes en LotR. La grabación dice: inyar únóti nar ve rámar aldaron / inyar ve
lintë yulmar vánier, en vez de decir: yen únótime ve rámar aldaron / yen ve lintë yuldar(a)
vánier, como aparece en LotR. La grabación se hizo antes de publicar el libro (por
consiguiente, antes de las revisiones finales). También existe una grabación muy posterior
con el mismo texto que el del libro. No la he oído y por eso no la comentaré. La mayor parte
de las grabaciones existentes son interesantes, pero no son nuestra principal fuente de
información. La gran mayoría de todo lo que sabemos sobre la pronunciación Quenya, se
basa en las notas que Tolkien escribió sobre como debían pronunciarse sus lenguas, sobre
todo la información disponible en el apéndice E de LotR (realmente, la pronunciación en las
grabaciones de Tolkien no es precisamente la mejor posible, si nos atenemos a sus propias
descripciones técnicas, pero claro, es que él no era tampoco un nativo Quenyaparlante).
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Helge K. Fauskanger Lección Uno
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Cualquier lengua “normal” tiene una fonética, una serie de reglas que definen los
sonidos que deben usarse, como deben variar y comportarse, y como deben combinarse.
Esto vale para cualquier lengua, incluso para una inventada. El Quenya no es una horda de
sonidos caóticos; Tolkien construyó su fonética cuidadosamente en dos sentidos: uno,
dotándola de entidad (el Quenya clásico fue desarrollándose gradualmente a partir del Élfico
Primitivo), y el otro, dotándola de una forma fija (definiendo el tipo de Quenya que se usaba
como lengua ceremonial en la Tierra Media). Hizo observar a Pengolodh, el sabio de
Gondolin, que las lenguas élficas tendían a usar relativamente pocos sonidos: “para hacer un
Eldar docto, un arte que no sea despilfarrado a fuerza de prodigarse en proyectos ruinosos,
para admirar una lengua que debería usarse de forma experta y armoniosa, con unos cuantos
sonidos bien equilibrados, en vez de profusionarse desordenadamente...” (PM:398). Ninguno
de los sonidos del Quenya es especialmente exótico desde el punto de vista europeo, pero se
hallan combinados de manera exquisita. Comparados con el Élfico de Tolkien, muchos
idiomas de los llamados reales, parecen verdaderamente mucho más complicados.
Consideraciones Básicas
Vamos a establecer unas consideraciones básicas (los que tengan algún entrenamiento
lingüístico no perderán demasiado tiempo en esta sección). Los sonidos de cualquier idioma,
se dividen en dos grandes categorías: vocales y consonantes. Las vocales son sonidos que
dejan circular libremente el aire a través de la boca: las diferentes vocales, se producen
modificando la posición de la lengua y los labios, de forma que no se obstruya el aire de forma
completa y directa. Si alargamos varias vocales, pronunciando: aaaaaaaaaaa.........,
eeeeeeeeeeeeee.........., oooooooooo..........., vamos a sentir fácilmente el flujo de aire correr a
través de nuestra boca, sin apenas obstáculos: simplemente tendremos que configurar la
lengua y los labios para “formar” el sonido deseado. Las vocales pueden ser más o menos
abiertas o cerradas: solo deberemos tener en cuenta que la posición de la lengua y la
mandíbula inferior en la pronunciación de aaaaaaa........, es diferente a la posición requerida
para pronunciar oooooooooo........, y entender lo que esto significa. La vocal a (como en
“parte”), es la más abierta, mientras que la u (como la de “rudo”) es la más cerrada. En medio
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Helge K. Fauskanger Lección Uno
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de estas dos, hay otras vocales. Vocales que pueden ser más o menos redondeadas,
principalmente dependiendo de la posición de los labios; la vocal u (que ya se ha descrito), se
dice que es redondeada porque se produce con los labios puestos como “haciendo pucheros”.
Una vocal como o (como en el inglés sore)7, se pronuncia mucho como la a de “parte”, pero la
o es redondeada y la a no lo es (por hacerlas audiblemente distintas).
Cuando pronunciamos vocales, el aire “solo” se modifica (lo que significa que solo
usamos los sistemas ya descritos). Nunca se le debe “obstruir”. Sin embargo, en el caso de
las consonantes el aire se obstruye de forma más activa. En referencia a esto, Tolkien nos
informa de que un término para definir a una consonante en el Élfico moderno, sería tapta
tengwë, o solo tapta, que significa “estorbo” (VT39:7). En el caso más extremo el aire se
puede detener por completo por un momento: esto se percibe claramente en casos como el
de la consonante p, que se pronuncia juntando los labios por un momento y cortando el flujo
de aire que viene desde los pulmones, permitiendo crear una pequeña presión dentro de la
boca. Luego los labios se separan de repente, dejando salir el aire en una pequeña explosión,
siendo esta precisamente la que constituye el sonido de la p. Este tipo de consonantes
explosivas, son: t, p, k, y sus contrapartidas son: d, b, g (la g como la de “gato”, no con el
sonido de “yin”). Todas se forman reteniendo el aire y luego dejándolo salir de repente, por
diferentes sitios de la boca. En vez de retener completamente el aire, podemos también
hacerlo salir de forma silbante por una abertura pequeña, como cuando se pronuncia la f
(forzando la salida del aire entre el labio inferior y los dientes superiores); estos sonidos de
fricción, se llaman fricativos (o espirantes), e incluyen consonantes como: f, th, v. Aún hay
otras opciones para manipular la corriente de aire, como dirigirlo a través de la nariz para
obtener consonantes nasales, como: n, m.
Debemos comprender también el concepto de la voz. Los Humanos (y los Elfos parece
que también), vienen de fábrica con un dispositivo zumbador instalado en sus gargantas, al
que llamamos cuerdas vocales.
7
sore = sour
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Haciendo vibrar esas cuerdas vocales, podemos añadir ruido a esa corriente de aire,
antes de que entren en funcionamiento los propios órganos del habla. La presencia o la falta
de articulación es lo que diferencia por ejemplo el sonido de la v frente al de la f. Si dejamos
salir un sonido como fffffffffffff.........., y de repente, lo cambiamos a vvvvvvv........., sentiremos
vibrar el zumbador de nuestra garganta (pon un dedo en tu glotis –lo que en los hombres se
llama la Nuez de Adán, menos prominente en las mujeres-, y podrás sentir perfectamente la
vibración de las cuerdas vocales). En principio, el dispositivo de articulación está diseñado
para producir el doble de sonidos de los que producimos en realidad, con el fin de que la
pronunciación usando la vibración de las cuerdas vocales o no, tenga más versatilidad. Los
sonidos producidos haciendo vibrar las cuerdas vocales, son los articulados, y los que se
producen sin hacerlas vibrar, son inarticulados. En la práctica, la mayoría de los sonidos de un
idioma no son versiones inarticuladas. Algunos sonidos serian apenas perceptibles de no ser
por la articulación (por ejemplo: la n se vería reducida a un leve resoplido). En Quenya todas
las vocales son articuladas (en japonés, por ejemplo, las vocales pueden perder su
articulación en ciertos entornos o contextos). Ya nos hemos referido a d, b, g, como
contrapuestas a t, p, k; son contrapuestas en el sentido de que las primeras se articulan y las
otras no. Una característica propia del Quenya (al menos del dialecto Noldorin), es la
limitadísima distribución de las articulaciones explosivas d, b, g; estas solo se encuentran en
el centro de las palabras y por consiguiente, solo como parte de los grupos de consonantes
nd/ld/rd, mb y ng. Algunos parlantes también pronuncian lb en vez de lv (posiblemente Tolkien
imaginó diferentes reglas para el Vanyarin, el dialecto del Quenya tan descortésmente tratado:
Silm, contiene un lamento llamado Aldudénië, escrito en Vanyarin Élfico; esta palabra ha
desconcertado a los investigadores, al encontrarse con una d en una posición en la que sería
casi imposible que pudiera encontrarse en el Noldorin Quenya).
Silabas
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una sílaba (polisílabas), son como sucesiones de rítmicos latidos. Una palabra como “dedo”
tiene dos sílabas (de-do), una palabra como “carpeta” tiene tres sílabas (car-pe-ta), una
palabra como “ordenador” tiene cuatro (or-de-na-dor), y así sucesivamente, aunque
obviamente no podríamos ir mucho más allá de no ser que las palabras tuvieran una longitud
impracticable y difícil de pronunciar. Algunos idiomas orientales como el vietnamita muestran
una gran preferencia por los monosílabos, pero es evidente, por los ejemplos que hemos
dado, que los idiomas europeos emplean por lo general palabras más largas, y el Quenya de
Tolkien se distingue por el uso de grandes vocablos (como el finés). Consideremos si no,
palabras como Ainulindalë o Silmarillion (cinco sílabas: ai-nu-lin-da- lë, sil-ma-ril-li-on). Una
palabra Quenya sin declinar tiene normalmente dos o tres sílabas, y este número va
aumentando conforme se le van añadiendo las terminaciones declinativas y los compuestos.
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Aunque aquí las consonantes hy, gw, hw, ly, nw, ny, ry, ty, qu(y hr, hl), están escritas
con dos letras (dígrafos), deberemos evidentemente darles un sonido unitario: su
pronunciación se desarrollará más adelante con más detalle. Los dígrafos -w representan
consonantes labiales, mientras que los dígrafos -y son consonantes palatales; también más
adelante se detallan estos términos. Debemos entender que qu, es simplemente una forma
estética de deletrear lo que de otra manera se representaría como cw (la mayoría de la gente
estará de acuerdo en considerar que Quenya es estéticamente más asimilable que lo podría
ser Cwenya), así que qu al igual que nw, son consonantes labiales. Al contar las sílabas
recordaremos que no hay una vocal u en qu; en este caso, la u es la w. Una palabra como
alqua (cisne) solo tiene dos sílabas: al- ua(=al-cwa). No debemos pensar en al-qu-a y deducir
que son tres sílabas. En la escritura Tengwar la qu está representada por un solo signo, y en
la mayoría de las fuentes antiguas, Tolkien tan solo usó la q para representarla.
Consonantes Dobles
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Es difícil pronunciar una secuencia de varias consonantes, por eso la mayoría de los
idiomas del mundo las reducen a grupos relativamente pequeños. La palabra típica en
cualquier idioma está formada por una serie de vocales y consonantes (consonantes simples
o grupos de ellas relativamente cortos), alternándose. El núcleo de cada sílaba lleva
generalmente una vocal. El Quenya de Tolkien no es una excepción; este idioma posee unas
reglas bastante restrictivas en cuanto a como deben combinarse vocales y consonantes
dentro de las sílabas y las palabras más largas. A pesar de todo, los grupos de consonantes
son bastante comunes, pero no se distribuyen "libremente" como por ejemplo: en inglés.
Mientras que en inglés y en Sindarin se permiten grupos de consonantes al principio de las
palabras, en el Quenya no (SD:417-418). Una palabra como "scream" que comienza con un
grupo de no menos de tres consonantes, sería una forma imposible en Quenya y, por
supuesto, impensable en español. Tolkien advirtió que el nombre con el que los Woses u
Hombres Salvajes se autodenominaban: Drughu, se adaptó al Quenya como Rú (UT:385). El
Quenya no podía conservar el grupo inicial dr- de la forma original de esta palabra tomada de
otra lengua (esto, además del hecho de que el Quenya nunca podría tener una d- en esta
posición). El Quenya permite un número medianamente limitado de consonantes en grupo,
entre las vocales en el centro de las palabras; entre los "frecuentes" de los grupos "favoritos",
Tolkien citó: ld, mb, mp, nc, nd, ng, ngw, nqu, nt, ps, tx, x(=cs). Así tenemos algunos estilos
típicos de palabras como Elda "Elfo", lambë "lengua, idioma", tumpo "encorvarse", ranco
"brazo", etc. Finalmente diremos que, al final de una palabra solo puede haber una de estas
cinco consonantes: -l, -n, -r, -s, -t. (Cartas:425; sin embargo, la mayoría de las palabras
Quenya terminan en vocal). Los grupos de consonantes o las consonantes dobles no se
encuentran al final de las palabras, aunque a veces puede ocurrir, si una vocal final
desaparece (elisión), porque la siguiente palabra empiece por la misma o una vocal con
sonido similar. En LotR tenemos curiosamente una terminación -nn en la frase: lúmenn'
omentielvo (en la hora de nuestro encuentro), pero tan solo motivada por la reducción de
lúmenna omentielvo (esta forma completa, aparece en WJ:367 y Cartas:424). El único grupo
de consonantes genuino que se puede encontrar al final de una palabra parece ser -nt, usado
como una específica terminación gramatical (el dativo dual que veremos en próximas
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lecciones), por ejemplo: ciryant (por un par de barcos), formado a partir de cirya (barco). Los
experimentos del Quenya más viejo de Tolkien, como nos recuerda el QL de 1915, eran más
liberales a este respecto. Qenya, permitía más consonantes finales y hasta algún grupo de
consonantes al final, pero según el estilo Quenya de LotR, desarrollado en las notas de
Tolkien, la fonética se hizo más estricta. Así nos dio una lengua con un sabor más claramente
definido.
Pronunciación
Vocales
Las vocales en Quenya, son puras. Para quiénes quieran pronunciar las vocales élficas
con cierto grado de precisión, Tolkien recomendó el modelo de las vocales italianas (como
hizo Zamenhof con el Esperanto, más o menos). Los angloparlantes han adquirido el hábito
de "empañar" algunas vocales, especialmente cuando no son completamente enfatizadas; así
en una palabra como "banana" tan solo la a del centro es la que tiene el sonido propio y real
de la a. Las otras dos no se enfatizan, suenan (insisto) como "empañadas", con una oscura
reducción que los lingüistas llaman schwa (de la palabra hebrea que significa "insignificancia";
los libros de texto ingleses prefieren a veces el vocablo shwa). Pero en Quenya, todas las
vocales en todas las posiciones deben pronunciarse clara y distintamente; aunque algunas
tendencias "empañadoras" aún persistan.
Recordemos que el Quenya tiene vocales largas y cortas; las largas se marcan con un
acento: á, é, í, ó, ú, mientras que las cortas se escriben normalmente. Las largas y las cortas
deben pronunciarse de forma diferente. A veces una vocal larga, es lo único que diferencia a
dos palabras que, de no ser así, serían muy similares, por ejemplo: cu, con una u corta,
significa "sumergido", mientras que cú con una ú larga, es "creciente".
La á larga se puede asimilar a la del "father" 8 inglés: má "mano", nárë "llama", quáco
"cuervo". Sin embargo, el inglés no tiene nada que se parezca a la a corta del Quenya. Es
8
father = la a de padre
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absolutamente necesario dominar este tema, ya que la a corta es, con diferencia, la vocal más
utilizada en el Quenya. Tolkien indicó que debía ser más abierta que la á larga. Lo que
estamos buscando es una vocal que por su propio sonido (o calidad) se halle a medio camino
entre la de "father" y la de "cat", pero en su longitud (o cantidad) debería expresar todo su
significado en una palabra tan corta como la última de las dos citadas. La vocal que se oye en
el vocablo español "padre", sería la correcta. Los angloparlantes se aferran a una a corta,
aislando la primera parte del diptongo ai, como por ejemplo en "aisle" (pasillo).
NOTA: Si dispones de la versión original de Starwars, escucha cuidadosamente cuando Harrison Ford
aparece por espacio de 45 minutos, presentándose a sí mismo como Han Solo: Ford consigue una
pronunciación perfecta del estilo Quenya para la a corta, cuando dice: "Han", produciendo un sonido vocal como
sería el del Quenya (por ejemplo: hanu "macho", handa "inteligente"; aparentemente en la palabra "Han",
subyace cierta raíz Quenya). Pero después, en el transcurso de la película, la vocal de "Han" se pronuncia sin
consistencia, de nuevo como la a larga del inglés, como la de "father" o la de "cat", que es precisamente la vocal
que en Quenya debe evitarse. La consistencia lingüística no era la, ejem... "fuerza" de Starwars. Y ya de paso,
¿recuerdas Endor, la luna verde donde George Lucas colocó a sus reinventados "ositos de peluche" en la 3ª
película? ¡Adivina cual es la palabra Quenya que significa "Tierra Media"! Seguramente, Lucas diría que su
intención era rendir un homenaje a Tolkien...
NOTA ACTUALIZADA: Ahora ha aparecido la película de Peter Jackson, La Comunidad del Anillo, y
puedo citar ejemplos de la banda sonora de esta película; la mayoría de los interesados en el trabajo de Tolkien
habrán visto ya la película, y muchos la habrán comprado en video o DVD. Hay buenos ejemplos de la a corta
élfica en el nombre sindarin Caradhras "Cuerno Rojo", tal y como lo pronuncia Christopher Lee (Saruman) en
la escena en la que está epiandoa las tropas volviendo a Isengard: "Así Gandalf, intenta conducirlos a
Caradhras...". Lee, hace aquí una más o menos correcta pronunciación de la a corta en otra escena, poco
después de la citada, cuando está en lo más alto de Isengard, leyendo una invocación en Quenya: "Nai
yarvaxëa rasselya taltuva notto-carinnar..." (pero la última palabra suena como cárinnar, alargando la primera
vocal. ¡Después de todo, Chris Lee no es tampoco un nativo Quenyaparlante!).
Un desafío extra para los angloparlantes es pronunciar –a como una verdadera vocal al
final de una palabra. Donde la ortografía inglesa tiene una –a final, la pronunciación suele
convertirla en una schwa. Contrastemos la pronunciación inglesa y la española de la vocal
final en un nombre como Sara; en español, el estilo inglés de reducción o empañamiento de la
vocal final no se produce. En una fuente muy antigua, Tolkien sentó que el Qenya, como el
inglés, cambia el final, convirtiendo la –a átona en una schwa (“como en un drama inglés...”,
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QL:9), pero no hay nada que indique que esa idea sea válida décadas después de haber
escrito LotR. Aunque en realidad la fuente citada solo hacía referencia a un importante
dialecto como era el Qenya, donde no se producía la debilidad de la –a final. Por eso,
debemos intentar pronunciar una a completa en todas las posiciones: nunca las a en una
palabra como anna (regalo), deben pronunciarse como las del nombre Anna en inglés.
9
see = si
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pronunciarse como la del vocablo inglés pit: Titta “diminuto”, imbë “entre”, vinya “nuevo”. En
una antigua fuente, Tolkien adoptó precisamente la palabra pit como ejemplo de la i corta
Quenya (QL:8). Los últimos escritos sugieren que la calidad de sonido de esta vocal debe ser
como la i de machine, que en inglés es similar a la terminación (también inglesa) ee, que
empieza con sonido y se corta en seco (la final ee también puede acortarse en inglés, lo que
sirve para hacer la distinción entre la i y la í). Significaremos que la i nunca se pronunciará ai
como en la palabra inglesa fine (fain) (La palabra Quenya finë “alarce” tiene dos sílabas, las
vocales vienen a sonar como la de pit (mejor algo más cerrada), y la de pet, respectivamente).
Por supuesto esto también sirve para el final en –i (generalmente una terminación plural). Si
se me permite otra referencia a Starwars, os diré que el Jedi de George Lucas, podrá
pronunciarse Jedai, pero el Quendi de Tolkien definitivamente no admite la pronunciación
quendai. En Quenya, el final –i debe pronunciarse como en Iraqui, Mississippi, etc....
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soon = sun
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so = sou, also = alsou
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ejemplo de la o corta lo tenemos en el nombre de Mordor tal y como lo pronuncian los dos
actores citados.
Los que hablan inglés deben poner cuidado especial cuando se encuentren con una
combinación vocal+r. En las combinaciones ar, or muchos tienen tendencia a alargar la vocal
cuando en realidad debería acortarse (y muchos hacen la r casi sorda, especialmente cuando
va seguida por otra consonante). Pero en Quenya, palabras como narda “nudo” o lorna
“dormido”, la vocal que va ante la r debe acortarse, indicando así la ausencia de acento. No se
permite dejar arrastrar la pronunciación hacia “ná(r)da”, “ló(r)na”, no caigamos en la tentación
de dejarnos llevar por los defectos de conversación del inglés. Donde aparecen los grupos er,
ir, ur (por ejemplo: en palabras como sercë “sangre”, tirno “vigilante”, turma “escudo”), los
angloparlantes deberán tener cuidado de NO pronunciar las vocales según el modelo inglés
serve, girl, turn (una vez tuve una profesora de inglés que describía la vocal de girl como “uno
de los sonidos más feos del mundo de los idiomas”. Ella enseñaba inglés de nivel universitario
por lo que algo debería de saber, aunque creo que no lo decía completamente en serio...). La
e, i, u cortas, deben sonar tal y como se describen más atrás, completamente independientes
de la r que les sigue. En el apéndice E de LotR, Tolkien recalcó que er, ir, ur deben sonar, no
como en inglés fern, fir, fur, sino como air, eer, oor13 (así debe hacerse, en la forma natural en
que un angloparlante pronunciaría air, eer, oor, aunque debemos comprender que esto es tan
solo un modo aproximado a lo que sería la pronunciación ideal). En la película de Peter
Jackson, los actores luchan por pronunciar correctamente la sílaba final del nombre Isildur,
con resultados variables. En la escena de recuerdo (flashback), donde Elrond (interpretado
12
union = yunion
13
air = er, eer = ir, oor = ur
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por Hugo Weaving), lleva a Isildur al Monte Maldito y le apremia para que destruya el Anillo, la
pronunciación que hace Weaving del nombre Isildur es muy buena, siguiendo al pie de la letra
las líneas maestras que dictó Tolkien.
Los diptongos
Como complemento a lo básico, que es la explicación dada acerca del sonido de las
vocales (lo que los lingüistas han dado en llamar monotongos), tenemos ahora los diptongos:
combinaciones de dos vocales básicas que van juntas dentro de una misma sílaba, tomadas
como una única vocal a la hora de construir palabras. Los diptongos en Quenya, son: ai, au,
eu, iu, oi, ui.
El diptongo ai
El diptongo au
Se pronuncia como Haus en alemán, o más o menos como ow del inglés cow: aulë
“invento”, laurëa “dorado”, taurë “bosque”. Nunca sonará como en el inglés caught, aura (en
estas palabras au se pronuncia como la ó del Quenya). En sus Notas sobre la Pronunciación,
el apéndice del Silmarillion, Christopher Tolkien dice que la primera sílaba de Sauron debe ser
como la del inglés sour y no como la de sore (sin embargo, el diptongo de sour en el inglés
británico va seguido por una schwa, una temerosa reminiscencia de otro tipo de terminación
en r sorda. Esta schwa, no debe sonar cuando se pronuncie Sauron).
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aisle = aisl
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El diptongo eu
No existe en inglés, pero no es muy diferente a la o del inglés so. La única diferencia es
que, en inglés, la primera parte del diptongo sería una schwa, mientras que en Quenya, sería
una e normal (como la de end). Algunas pronunciaciones inglesas de alto nivel que hacen
sonar la o como en so, están más cercanas al eu Quenya (cosa que no ocurre con la
pronunciación americana). Los ejemplos Quenya: leuca “serpiente”, neuma “trampa”, peu
“par de labios”. Este diptongo no es muy común.
El diptongo iu
El diptongo oi
Es fácil. Corresponde al sonido inglés oi u oy, como el de oil, toy, etc.:coirëa “viviendo”,
soica “sediento”, oira “eterno”.
El diptongo ui
A veces lo compara Tolkien con el sonido inglés ruin. Es un extraño ejemplo, teniendo
en cuenta que la palabra ruin no se pronuncia como diptongo, sino con dos sílabas distintas:
ru-in. Más bien sería ooy, como en la frase inglesa too young: huinë “sombra”, cuilë “vida”,
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uilë “(larga, trepadora) planta”. Vemos que la combinación qui no contiene este diptongo; es
tan solo una forma visual de definir cwi (por ejemplo: orqui “orcos”orcwi).
Todos los otros grupos de vocales no son diptongos, sino simplemente vocales que
pertenecen a sílabas separadas y que deben pronunciarse separadamente. En términos
lingüísticos, las vocales que se encuentran en contacto directo entre ellas sin formar por ello
un diptongo, se define como hiato. El Élfico Primitivo no tiene aparentemente este tipo de
combinaciones, al menos en el centro de las palabras: para el Fëanor, Tolkien saca la
siguiente conclusión: “nuestros padres...construyeron palabras con las vocales y las
separaron mediante las consonantes, como si fueran paredes...” (VT39:10). Pero algunas
consonantes se han perdido en Quenya, por eso las vocales (en un principio separadas), han
ido tomando contacto directo (VT39:6). En Quenya podemos encontrar palabras polisílabas
compuestas exclusivamente por vocales, como Ëa (uno de los nombres del universo), o como
oa (fuera). Las combinaciones más frecuentes de vocales formandohiato, son: ea, eo, ie, io,
oa; cada vocal debe sonar con su propio sonido. Tolkien enfatizó este hecho añadiendo
diéresis o puntos a una de las vocales, y dentro de la inconsistencia gramatical aquí impuesta
por el escaso material disponible, nosotros vamos a escribir: ëa (Eä), ëo (Eö), oë. De esta
manera no tendremos excusa para cometer errores al pronunciar ëa como en el inglés Herat o
please, o oë como en canoe o foetus (son posibles también otras distorsiones: Cate Blanchett,
simplemente redujo Eärendil a Erendil en la única vez que su versión de Galadriel tuvo que
pronunciar ese nombre en la película de Jackson: “Te doy la luz de E(ä)rendil, nuestra más
bienamada estrella...” ¿Podría alguien por favor ponernos una vocal más en la versión del
director?
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Consonantes
La mayoría de las consonantes Quenya son fáciles de pronunciar para la gente que
está habituada a un idioma occidental. Debemos observar estos puntos:
La c siempre se pronuncia k, nunca s; es cierto que Tolkien usa la letra k en vez
de la c en muchas fuentes. Celma (canal), o cirya (barco) no se pronuncian
selma y sirya (esto viene de la gramática Sindarin: cuando Celeborn se
pronunciaba Seleborn, en la versión animada de LotR de Rankin/Bass, lo que da
a entender que los productores nunca han visto el famoso apéndice E).
En los grupos hw, hy, hl, hr, la letra h no se pronuncia por separado. Estos son
dígrafos que representan una consonante unitaria.
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ich = ij
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o Aparte de su función en los grupos hw, hy, hl, hr, la letra h representa un
sonido independiente, que se pronuncia de forma diferente dependiendo
de la posición que ocupe. Parece que, originalmente la h Quenya (al
menos por la parte que le toca de la kh del Élfico Primitivo), era
típicamente más fuerte que la h inglesa, es decir, una h “aspirada” como
la de high. En Fëanoriano parece ser que se pronunciaba como la ch del
alemán ach17, o como la escocesa de loch18, o como la x cirílica. En la
fonética de la escritura, el sonido se representaba como (x). Más tarde, en
el principio de las palabras se fue debilitando la (x) y convirtiéndose en un
sonido como el de la h inglesa. En el apéndice E de LotR Tolkien nos
informa de que la letra Tengwar que corresponde a esa (x), se llamaba
17
ach = ak
18
loch = lok
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En una fuente posterior, Tolkien afirma que “en Quenya y en Telerin, la (x)
se convierte en h en la mayoría de los casos” (VT41:9). Cualquier palabra
como aha puede sin embargo pronunciarse con el estilo inglés de h
“aspirada”. Pero el grupo ht probablemente deba siempre pronunciarse
(xt); la h “aspirada” más débil sería difícilmente audible en esas
circunstancias.
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La n Quenya es como la inglesa. Por regla general, este sonido ha sido siempre
el de una n normal, pero en algunos casos representa a la vieja ng como la del
inglés king, ding (debo advertir que con la g no hay diferencia entre lo que se lee
y lo que se escribe). A diferencia del inglés, en Quenya si puede haber una g al
principio de una palabra. Como ya se ha dicho a la hora de describir las reglas
ortográficas, Tolkien usó a veces la letra ñ para representar a la vieja ng, por
ejemplo: ñoldor. Añadió en una ocasión una nota al pie a la palabra Noldor
(deletreada así), informando al lector de que la inicial n se pronunciaba ng como
en ding (Cartas:176). Esta es, sin embargo, la pronunciación arcaica; la gente
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finger = finguer
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gin = yin
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vanilla ice = vanila ais
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vanilla rice = vanila rais
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Tengwar, sugieren que la r Quenya podría quedar algo más debilitada cuando va
inmediatamente delante de consonantes (como oposición a las vocales), y al
final de las palabras. No obstante deberá tener una vibración notoria, lo
suficiente como para que se produzca un sonido completamente distinto en cada
una de estas posiciones: parma (libro), erdë (semilla), tasar (sauce), Eldar
(Elfos). La vocal ante la r, no debe alargarse o ser afectada de manera alguna.
En la película de Jackson, los actores que interpretan a Gandalf y Saruman
pronuncian Mordor correctamente, con erres vibrantes y vocales cortas (sin
embargo, el Frodo de Elijah Wood, dice invariablemente Módó con unas erres
completamente "planas", sin sonido). En la película, Mordor es el nombre
Sindarin de Tierra Negra pero, por su forma y pronunciación, la palabra podría
pasar perfectamente por "mordor", el vocablo Quenya que significa "sombras" o
"manchas" (el plural de "mordo").
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r “uvular” = “egue”
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vine = vain, wine = guain
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w- en la Tercera Edad, estas debieran sonar como v-; la distinción original entre
la inicial v- y la w- se ha perdido en el idioma hablado. No está claro si Tolkien
considera que esta distinción se sostiene consistentemente en la gramática
tengwar o no (como cuando se describe la distinción entre ф y s, aunqueacaben
las dos pronunciándose s). Así la letra llamada wilya=vilya, aún se usa como v
representando a la w, mientras que otra letra vala, se usaba simplemente como
v. En el caso de los grupos lw y lv, la distinción podría definirse alterando la
pronunciación de la última: "para lv y no para lw, muchos Elfos usaban lb"
(apéndice E de LotR). Así que una palabra como elvëa (estrellado, radiante),
podría pronunciarse elbëa, y también podría escribirse en tengwar. Aunque
frecuente, esta no parece ser una pronunciación demasiado habitual, y la
ortografía empleada por Tolkien apunta hacia la forma lv. Por ejemplo, celvar (o
kelvar "animales"), en vez de celbar en el habla de Yavanna y Manwë en el
Silm, capítulo 2. En PM:340, Tolkien dá una palabra Quenya que significa
"rama", y es olba en vez de olva (a pesar de todo).
La letra y solo se usa como consonante, como la del inglés yes: Tolkien
simplificó este tema y lo definió como "una de las mayores aportaciones del latín
a las reglas gramaticales del Quenya" (Cartas:176). La "vocal" y, como la
alemana ü o la francesa u de lune, no existe en Quenya (aunque sí en Sindarin).
El tema de la aspiración
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Para los que acostumbran a deslizar el aire para producir una h después de estas
consonantes, puede ser difícil su pronunciación hasta que sean realmente conscientes de
toda su entidad. Un maestro de fonología me dijo en cierta ocasión, que una manera de
conseguir una buena aspiración era practicar la pronunciación de t, p, c/k, con una vela
encendida delante de la boca; el objetivo es conseguir los sonidos de estas consonantes sin
que oscile la llama (ya que el aire que debería salir y no sale, es el que provoca el efecto de la
aspiración).
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boca: una consonante se palataliza cuando se arquea la parte de atrás de la lengua hacia el
“tejado” de la boca (el paladar, de ahí el término “palatalizada”). La relación entre la s y la sh
es similar a la que existe entre la n y la ny Quenya (ñ española).
Además de la ny en Quenya son también palatalizadas las consonantes ty, ly, ry (por
ejemplo: en tyalië (jugar), alya (río), verya (hervir)); estas son palatalizadas contrarias a las
normales t, l, r. Con referencia a ty, Tolkien escribió que se podía pronunciar como la t del
inglés tune (ver, por ejemplo: SD:418-419); (debemos advertir que, cuando dice esto, está
pensando en dialectos donde existen vocablos como tyoon; este no es el caso del inglés
americano).
Además de las consonantes palatalizadas, tenemos las labializadas: nw, gw, qu(=cw).
No son realmente grupos n+w, g+w, c+w. Por el contrario, representan a n, g, c(k),
pronunciadas con labios de “pucheros”, como para pronunciar la w: con los labios de
“pucheros”, la consonante se “labializa” (esta palabra viene del término latín que se usa para
definir “labios”). La qu Quenya, puede pronunciarse como la inglesa de queen, pero lo ideal
sería pronunciarla como k y w unidas en un sonido único (es verdad que existe cierta fuente
antigua en la que Tolkien afirma que, aunque qu era en su origen solo una k “acompañada por
labios redondeados”, “ahora suena prácticamente como la qu inglesa”: una k “redondeada” y
seguida por un sonido w independiente”: Ver Parma Eldalamberon, número 13, página 63. No
obstante, creo que esta idea puede descartarse por medio de la información suministrada por
fuentes más modernas, indicando que en el Quenya no existen grupos de consonantes en los
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El tema de la longitud
Puede parecer que cuando se encuentran entre vocales, las consonantes palatalizadas
y labializadas cuentan como largas o dobles (como si los dígrafos representaran grupos de
consonantes después de todo). Contra el uso de la ñ con el valor español, está el de la n
palatalizada (y no como Tolkien hacía con frecuencia: el de la ng como en king), nos podemos
plantear si una palabra como atarinya (mi padre)(LR:61), se representa como atariña. Si es
así, el grupo ny en el centro de las palabras denotaría una n “muy” palatalizada. Entonces, la
misma palabra “Quenya”, se pronunciaría Queña en vez de Quen-ya. Otra posibilidad sería
Queñya, con la n palatalizada correctamente, aunque aún habría un sonido relativamente
distinto al de la y que le sigue y no sería el mismo sonido que el de la ny al principio de la
palabra). Al leer una versión de Namárië, Tolkien pronunció (al menos una vez) la palabra
inyar con el sonido iññar (aunque la segunda vez dijo simplemente inyar, con n+y). En
cualquier caso, los grupos ny, ly, ry, ty, qu(=cu), deben contar (para la aplicación del acento)
como dos consonantes largas o un grupo de consonantes (ver más adelante), aunque
también está claro que, a veces, deben analizarse por separado, como consonantes unitarias.
Acentuación / Énfasis
Dondequiera que exista un idioma con palabras polisílabas, sus parlantes enunciaran
algunas de estas sílabas con más fuerza que las otras. Decimos en este caso, que esas
sílabas son enfatizadas o acentuadas. En algunos idiomas, no se enfatizan unas más que
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otras, por ejemplo: el japonés pone la misma intensidad aproximada en todas las sílabas,
resultando para los extranjeros un idioma poco atractivo, al que se refieren como a “una
máquina de disparar palabras”. Pero en los idiomas occidentales, lo normal es una gran
variedad de énfasis: algunas sílabas se enfatizan, y otras, naturalmente no...
Las reglas que definen cuales se enfatizan y cuales no, varían considerablemente.
Algunos idiomas usan un sistema muy simple: en francés, las palabras que no llevan énfasis
se acentúan siempre en la última sílaba. Para los nativos, París no es PARís como sería por
ejemplo en inglés, sino parIS (la s en francés y en esa posición no se pronuncia, pero esto no
influye para nada en el acento). El sistema finés es también muy simple, enfatizando todas las
palabras en la primera sílaba: los ingleses dirían “naturalmente” HelSINKI, pero los residentes
de la ciudad insistirían en llamarla HELsinki.
Dado que el finés fue una fuente importante en la inspiración de Tolkien, se podía
pensar que se limitó a copiar ese simple sistema de acentuar todas las palabras en la primera
sílaba para aplicarlo al Quenya. En la historia ficticia o “interna” del idioma, imaginó un período
antiguo en el que las palabras se acentuaban así (el llamado “período de retractación”,
WJ:366). No obstante, este sistema fue reemplazado por uno nuevo, antes ya de que los
Noldor partieran hacia el Exilio, por lo que el Quenya como idioma en la tradición de la Tierra
Media, empleó diferentes diseños de acentuación que se describen con detalle en el apéndice
E de LotR. Este es el sistema que usaremos (¡parece que Tolkien lo copiara del latín!)
Las palabras de una sola sílaba como nat (cosa), no plantean ningún problema como
es obvio; esta única sílaba es también la única candidata a recibir el acento. Las palabras
polisílabas más simples, las de dos sílabas, tampoco crean ningún problema: en el apéndice
E de LotR, Tolkien observó que “en palabras de dos sílabas (el acento) recae, prácticamente
en todos los casos, en la primera sílaba”. Como implica esta frase, puede haber algunas
excepciones; la única conocida es la de la palabra avá (¡no lo hagas!), que se acentúa en la
sílaba final: aVÁ (aunque esta única palabra también aparece con la forma alternativa áva,
acentuada en la primera sílaba cumpliendo con la regla general: Áva). El nombre del Reino
Bendito, Aman, lo he escuchado pronunciar varias veces con el acento en la segunda sílaba
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en vez de en la primera, aunque la pronunciación correcta sería Aman si nos fiamos de las
reglas dadas por Tolkien (¡AmAN podría ser la capital de Jordania!)
Las palabras largas con tres o más sílabas son ligeramente más complicadas para
acentuar. Muchas de ellas se acentuan en la segunda o en la última sílaba. Sin embargo, en
algunos casos el espacio entre la segunda sílaba y la última, no está cualificado para llevar un
acento: esta sílaba no se acentúa si es corta. ¿Cómo se reconoce una sílaba corta?: si no
contiene una vocal larga (acentuada), es sin duda, un buen principio. Una vocal así, es
necesariamente corta. Si la vocal va seguida por una sola consonante o por ninguna en
absoluto, esa sílaba tiene alguna posibilidad de llevar un acento. Lo único que ya podría
confundirla con una sílaba larga, sería que, en vez de una vocal corta, fuera uno de los
diptongos: ai, au, eu, oi, ui, iu. Dos vocales combinadas en un diptongo tienen el mismo valor
en cuanto a longitud que una sola vocal larga (marcada con un acento). Pero si no hay
diptongo, si no hay vocal larga y no hay vocal corta seguida por más de una consonante, la
sílaba en cuestión será irremediablemente corta. Si todo esto se concentra de la segunda a la
última sílaba en una palabra de tres o más sílabas, la penúltima de esas sílabas tiene todos
los números para llevar el acento. En algunos casos, el acento se traslada una posición hacia
delante, cayendo en la tercera sílaba desde el final (no importa lo que esta sílaba parezca).
Tolkien hizo notar que las palabras con varias formas “son las favoritas de los idiomas Eldarin,
principalmente del Quenya”. Ejemplos:
A una palabra como Eressëa (el nombre de una isla cercana al Reino Bendito) han
intentado colocarle el acento en la segunda sílaba desde el final (¡siguiendo el diseño
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Pero, aunque algunas palabras eran sus “favoritas”, no faltan ciertamente palabras que
puedan recibir el acento en la segunda sílaba desde el final. Ejemplos:
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AVISO: Una letra x representa a dos consonantes ks. Por consiguiente, una palabra como
Helcaraxë (el nombre de un sitio), se acentúa HelcarAXë (no HelCARaxë como si hubiera
solo una consonante siguiendo a la a en la segunda sílaba desde el final). Ver la forma
alternativa Helkarakse en Etym, entrada KARAK.
Advertimos de que la marca de acento que puede aparecer sobre las vocales (á, é, í, ó,
ú), tan solo indica que la vocal en cuestión es larga. Mientras este símbolo suele indicar por
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En el caso de las palabras largas terminadas en dos sílabas cortas, la última de estas
sílabas puede llevar un acento secundario y más débil. En una palabra, como hísimë
(neblina), el acento principal irá en hís, pero la sílaba final –më está también acentuada,
aunque no completamente. Este acento secundario es mucho más débil que el principal (sin
embargo, Tolkien indicó que, en poesía, el acento secundario podía usarse métricamente:
RGEO:69).
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Velocidad
Finalmente, una pequeña nota acerca de algo que conocemos poco: ¿Se debe
conversar rápido al hablar en Quenya? Las pocas grabaciones de Tolkien no son reveladoras
en este sentido; él, inevitablemente hablaba muy pausadamente en Quenya, pero recordando
a Míriel, la madre de Fëanor...: “ella hablaba rápidamente y se vanagloriaba de su destreza”
(PM:333).
Hablar Quenya rápido es, por supuesto, tener un buen Quenya. Cuando Tolkien
escribió también que: “los Elfos hacían un uso considerable de...gestos concomitantes”
(WJ:416), nos hace recordar lo mucho que le gustaba el italiano (ver Cartas:223).
Las vocales Quenya son: a, e, i, o, u; las vocales largas van marcadas con un acento:
á, é, í, ó, ú. Las vocales deben ser puras, pronunciadas con sus valores italianos; la á y la é
largas, son notablemente más cerradas que la a y la e cortas. Algunas vocales llevan diéresis
(ä, ë, etc.), pero esto no afecta a su pronunciación, tan solo es una aclaración para los
habituales de la ortografía inglesa. Los diptongos son: ai, au, eu, oi, ui, iu. La consonante c se
pronuncia siempre como k; la l se pronuncia como en clear, con l dental; la r debe ser
vibrante; la s es siempre sorda; la y solo se usa como consonante (como en you). Idealmente,
las consonantes t, p, c, deben pronunciarse sin aspiración. Las consonantes palatalizadas se
representan con dígrafos acabados en –y (ty, ny, etc.); las consonantes labializadas se
escriben con dígrafos terminados en –w (por ejemplo: nw, pero cw debe deletrearse como qu).
La h se pronuncia (x) como en alemán ach-Laut ante la t, a menos que esta combinación ht
vaya precedida por una de las dos vocales e o i, en cuyo caso, la h sonará como en alemán
ich-Laut. De otra manera, la h se pronunciará como la inglesa; los dígrafos hy, hw,
representan a las voces ich-Laut y a la w sorda (como la angloamericana wh)
respectivamente. Las combinaciones hl, hr, se representan con las l, r sordas, pero en la
Tercera Edad estos sonidos se pronunciaban como las l, r normales.
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por un grupo de consonantes o una consonante doble). Si la segunda sílaba desde el final es
corta, el acento se traslada a la tercera sílaba desde el final (a menos que la palabra tenga
solo dos sílabas, en cuyo caso la primera sílaba será la que lleve el acento,
independientemente de que sea corta o larga).
Ejercicios
1. Determinar qué tipo de vocal (única o diptongo) llevará el acento en las palabras
siguientes (no es necesario indicar donde empieza y acaba la sílaba):
a. Alcar (gloria)
b. Alcarë (variante más larga de la anterior)
c. Alcarinqua (glorioso)
d. Calima (brillo)
e. Oronti (montañas)
f. Únótimë (incontable, innumerable)
g. Envinyatar (renovador)
h. Ulundë (inundación, inundar)
i. Eäruilë (alga)
j. Ercassë (acebo)
Oyendo algunas líneas de Sindarin en la película, vemos que uno de los ejemplos más
prominentes de Quenya en La Comunidad del Anillo de Peter Jackson, es la escena en la que
Saruman (Christopher Lee) en lo más alto de Isengard, lee una invocación para provocar una
avalancha que detenga a la Comunidad. Pide a la montaña que intentan cruzar: “Nai
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yarvaxëa rasselya taltuva notto-carinnar!” (“que tu sangriento cuerno caiga sobre las
cabezas de mis enemigos!”)(no está traducido en la película). El actor acentúa así las
palabras: “nai yarVAXëa RASSelya TALTuva notto-CARinnar”. ¿Están todas las palabras
correctamente acentuadas, de acuerdo con las líneas maestras dictadas por Tolkien? Si no es
así, ¿cuáles están bien y cuáles mal?
Selecciona las palabras siguientes, dentro de cada una de las cuatro categorías anteriores:
k. Ohtar (guerrero)
l. Hrávë (engordar)
m. Nahta (un mordisco)
n. Heru (señor)
o. Nehtë (punta de lanza)
p. Mahalma (trono)
q. Hellë (cielo)
r. Tihtala (parpadeante)
s. Hlócë (serpiente)
t. Hísië (neblina)
25
ich = ij
26
ach = ak
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Las palabras que definen cosas como oposición a las acciones, se llaman nombres.
Las cosas en cuestión pueden ser inanimadas (como una piedra), animadas (como una
persona, mujer, chico), naturales (como un árbol), artificiales (como un puente, una casa),
concretas (como (otra vez) una piedra) o completamente abstractas (como el odio). Los
nombres de personas como Pedro o María, también se consideran nombres.
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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La mayoría de las terminaciones de los nombres no las veremos antes de que hayan
pasado algunas lecciones. Empezaremos con algo que será bastante familiar, que se puede
encontrar en la insignificante lista de los nombres en inglés (de sus funciones y posibilidades):
convertir un nombre en plural (desde una unidad a varias).
En Quenya hay dos formas plurales diferentes. Uno se forma añadiendo la terminación
–li al nombre. Tolkien le llamó partitivo plural (WJ:388), el otro es el plural general o normal
(ver Etym, entrada TELES). Por desgracia la función del partitivo plural (al diferir en su
significado del plural normal), aún no está perfectamente definida o comprendida. Tenemos
algunos ejemplos en nuestras escasas fuentes de material, pero no son de gran ayuda.
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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Durante mucho tiempo se especuló con la idea de que este plural implicaba que había
“muchas” de las cosas en cuestión; así que Eldali (formado a partir de Elda “Elfo”), significaría
algo como “muchos Elfos”. Puede que sea así, pero en varios ejemplos de los que tenemos,
no parece haber implicación de “muchos”. También se ha sugerido que Eldali pueda significar
algo como “algunos/varios Elfos”, algo como formando parte de un grupo más grande o
numeroso, algo considerado como parte de ese grupo más grande: el término “partitivo plural”
podría apuntar en esa dirección, sin embargo, dejaremos de lado la mayor parte del partitivo
plural en este curso. Aún no he comprendido bien su función, por lo que no me arriesgaré a
fabricar unos ejercicios que lo único que conseguirían sería fomentar las interpretaciones
(quizá incorrectas), o fomentar las dudas más contraproducentes (presento, eso sí, unas ideas
acerca de la terminación –li del plural en los apéndices de este curso).
Por ahora, nos conformaremos con el plural normal. Cualquier lector de las narraciones
de Tolkien, habrá encontrado cantidades de ejemplos de esta forma; son especialmente
numerosos en Silm. Los nombres que terminan en cualquiera de las cuatro vocales: -a, -o, -i,
-u, además de los nombres terminados en –ië, forman su plural con la adición de –r al final.
Estos son los nombres de varios grupos de gente que se citan en Silm:
Hay más ejemplos de final –ië como tiër (caminos) en Namárië; comparar con el
singular tië (camino) (con arreglo a las especificaciones aquí empleadas, la diéresis de tië se
pierde en la formación del plural tier, porque los puntos solo indican que el final –ë no es
mudo, pero en tier, la e no es el final ya que se ha añadido otro y por eso se quitan los
puntos). Los ejemplos de plurales de nombres terminados en –i son raros, ya que los mismos
nombres con este final, también son raros, pero en MR:229 encontramos quendir como plural
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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de quendi (mujer Elfo/Elfa) (?) (y también quendur como plural de quendu (elfo); los
nombres acabados en –u tampoco abundan).
Esta palabra singular: quendi (elfa), no debe confundirse con el plural quendi que
muchos lectores de Tolkien recordarán del Silm, en la descripción que se hace en el capítulo
3, acerca del despertar de los Elfos: “...se llamaron a sí mismos los Quendi, que significa
aquellos que hablan con voz, porque hasta entonces no habían encontrado a ningún ser vivo
que hablara o cantara...”. Quendi es la forma plural de Quendë (Elfo); los nombres terminados
en –ë, habitualmente forman su plural terminándolo en –i y como vemos, esta –i sustituye al
final –ë en vez de añadírsele. En WJ:361, Tolkien se refiere explícitamente a “los nombres con
final –ë, la mayoría de los cuales, formaban su plural terminándolo en –i.…”
Como todo esto implica, hay excepciones; existen algunos nombres acabados en –ë
con otra terminación plural: -r. Una excepción ya la hemos visto: donde la –ë es parte de –ië;
también tenemos plurales acabados en –ier, como tier (caminos). Así que deberemos evitar
formas plurales tan complicadas como **tii. Otras excepciones no se pueden explicar con
facilidad. En el apéndice E de LotR, tenemos tyeller (categorías) que, evidentemente, es el
plural de tyellë. ¿Porqué tyeller en vez de **tyelli? En LR:47 se indica asimismo que el plural
de mallë (senda), es maller, ¿por qué no **malli? Puede que los nombres que acaban en -lë
formen su plural en -ler porque la terminación normal **-li podría confundirse con el partitivo
plural que acaba en -li y que ya hemos mencionado de pasada. Por desgracia tenemos pocos
ejemplos que puedan desmentir o confirmar este extremo (y es por eso, que no nos
arriesgaremos a construir ejercicios basados en meras suposiciones, aunque también podría
seguir esa fórmula en mis propias composiciones Quenya). La forma tyeller confundió a los
primeros investigadores; con muy pocos ejemplos, sacaron la errónea conclusión de que los
nombres terminados en -ë, llevaban generalmente sus plurales terminados en -er. El nombre
de la antigua revista Parma Eldalamberon (Libro de las Lenguas Élficas, aún hoy publicada
esporádicamente), refleja claramente este error: el título incorpora **lamber como supuesto
plural de lambë (lengua, idioma), aunque nosotros ahora sabemos que el plural correcto debe
ser lambi. A pesar de que este error se descubrió muy pronto, y fue reconocido por todos, el
editor nunca se preocupó de corregir el nombre de la revista y cambiarlo por el correcto, que
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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hubiera sido: Parma Eldalambion (de vez en cuando recibo algún E-mail preguntándome
porque mi web se llama Ardalambion en vez de Ardalamberon...) En algunos casos el mismo
Tolkien parecía indeciso acerca de la terminación plural que debía usar. En PM:332, la forma
plural de Ingwë (Elfo del Primer Clan, llamado también el Elfo-Rey de este Clan), se da como
Ingwi como era previsible; algunas páginas más adelante en PM:340, encontramos Ingwer (el
contexto es el siguiente: se dice que el Primer Clan, los Vanyar, se habían llamado a sí
mismos Ingwer, entonces ¿esta es una forma reflejo de un uso especial Vanyarin?) En el
antiguo "Qenya" de Tolkien, abundaban más los nombres terminados en -ë que formaban su
plural terminando en -er. Por ejemplo, al antiguo poema Narqelion, lleva lasser como el plural
de lassë (hoja), pero en Namárië en LotR, Tolkien usó la forma lassi para el plural.
Por lo que yo sé, las palabras de los ejercicios que hay al final de la lección, siguen al
dedillo la regla general y normal: los nombres que terminan en -ë (excepto si -ë forma parte de
-ië), llevan el plural acabado en -i.
Esto ya solo nos deja un grupo de nombres a considerar: los que acaban en
consonante. Estos nombres, como los que acaban en -ë, llevan el plural acabado en -i.
Algunos ejemplos: Eleni (estrellas), es la forma plural de Elen (estrella) que aparece en
Namárië (y también en WJ:362, donde se citan ambos, el singular y el plural). El Silmarillion
tiene atani (hombres; no "machos", sino "humanos", en comparación con los Elfos); esta
forma viene de la palabra singular atan. En concordancia con WJ:388, la palabra casar
(enano), tiene como plural a casari (enanos).
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Como un atento lector ya habrá deducido de todo lo leído hasta ahora, hay más de una
palabra para definir "Elfo". La palabra con la aplicación más amplia bajo el punto de vista de la
ficción creada por Tolkien era Quendë, plural Quendi. Esta forma se asocia con la forma
hablada (quet-), y últimamente Tolkien especuló con el hecho de que estas palabras eran
efectivamente derivadas de la base primitiva KWE-, teniendo sonido de vocal (ver WJ:391-
392). Cuando los Elfos despertaron en el lago de Cuíviénen, se autodenominaron Quendi
(Kwendî en Élfico Primitivo), ya que no habían conocido a ninguna criatura viva parlante.
Eventualmente, el dios Oromë los encontró bajo la luz de las estrellas y les dio un nombre
nuevo, que en su propio idioma era Eldâi, casi siempre traducido como "El Pueblo de la
Estrella". En Quenya, esta antigua palabra aparece más tarde como Eldar, singular Elda. En
un principio el término Eldar (Eldâi) se aplicó a la raza completa de los Elfos, pero más tarde,
solo se usaba para referirse a los Elfos que aceptaron la invitación del Valar a marchar y
morar en el Reino Bendito de Aman, embarcándose en el Gran Exilio hacia allí (el término
Eldar también puede aplicarse a aquellos que nunca hicieron el Camino hacia Aman, como
los Sindar o Elfos Grises que se quedaron en Beleriand). Aquellos que rechazaron la
invitación se llamaron Avari (los Rehusadores) y, de esta manera, todos los Elfos (Quendi) se
pueden dividir en dos grupos: Eldar y Avari. Tan solo los primeros tuvieron un papel
destacado en las narraciones de Tolkien. La situación en el Quenya moderno, ha quedado
así: Quendë, plural Quendi, que permanece como el universal y verdaderamente único
término para definir a los Elfos de cualquier tipo, aunque esta era una palabra técnica, usada
principalmente por los Maestros del Conocimiento, y no una palabra de uso diario. El género
de Quendë (Elfo), tiene variaciones específicas: quendu (masculino) y quendi (femenino),
que se usan exclusivamente cuando se quiere especificar si la referencia es a un sexo o al
otro: no existen en el Quenya palabras para definir hombre o mujer (las palabras para esa
función serían nér y nís, pero aplicables a cualquier raza racional, no solo a los Elfos). El
término normal, de diario para definir a un Elfo, era Elda y de hecho, esa palabra no se
aplicaba técnicamente a los Elfos de las tribus de la oscura Avarin, que vivían en algún sitio
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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lejano, hacia el este de la Tierra Media, lo cual no era un problema ya que nunca se habían
visto. Atendiendo al compuesto Eldalië (combinación de Elda con lië "gente"), Tolkien escribió
que "...cuando uno de los Elfos de Aman usó esta palabra, "mencionó" vagamente a toda la
raza de los Elfos, aunque es seguro que no estaba pensando en los Avari ..." (WJ:374). A lo
largo de los ejercicios de este curso, he usado Elda (en vez de Quendë), como la traducción
standard de Elfo, sin tener en cuenta ningún significado especial que pudiera subyacer en el
mito creado por Tolkien. Como ya dije en la Introducción, en estos ejercicios encontraremos
amplias y específicas referencias a las narraciones y los mitos de Tolkien.
El Articulo
Aún queda tiempo para algo más en esta lección: el artículo. Un artículo,
lingüísticamente hablando, es como las palabras el, ella, o un, una, uno. Estas palabras
pequeñas se usan conjuntamente con los nombres para expresar diferentes matices de
significado, como: el caballo, un caballo... Cualquiera que sea capaz de leer este texto, sabrá
cual es la diferencia y no necesitará más explicaciones. Resumiendo: un caballo, se refiere a
un caballo que no se ha mencionado antes, por eso lleva el artículo un como a modo de
introducción: Mira, hay un caballo fuera!. También podemos usar un caballo, si queremos
decir algo cierto acerca de algún caballo, como: un caballo es un animal. Si por el contrario,
decimos: el caballo, nos estaremos refiriendo a un caballo determinado, así que el, será el
artículo definido o determinado, mientras que un, una, uno, al carecer de aspecto definido,
será el artículo indeterminado o indefinido.
Al menos en este aspecto el Quenya es tan simple como lo pueda ser cualquier otro
idioma. En Quenya solo hay un artículo, que corresponde al artículo determinado (el/ella) (si
existiera el indeterminado lo distinguiríamos, pero tan solo podemos hablar de "el artículo",
cuando trabajamos con Quenya). La palabra correspondiente al artículo es i. En Namárië por
ejemplo, consta i eleni (las estrellas). Como puede deducirse de esto, el Quenya no tiene
palabras que se correspondan con "un, una, uno". Cuando se traduce Quenya, tan solo
debemos preocuparnos de colocar "un, una, uno", donde nuestra propia gramática lo requiera,
lo cual es válido prácticamente para cualquier idioma, como en el famoso y magnífico elen
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síla lúmenn' omentielvo (una estrella brilla sobre nosotros en el momento de nuestro
encuentro). Como vemos, la primera palabra de la frase es simplemente elen (estrella), sin
nada delante que se parezca a un artículo indefinido (se deduce por la misma frase). En
Quenya no hay manera de distinguir entre "estrella" y "una estrella"; ambas son elen.
Afortunadamente, no hay mucho que distinguir. Los idiomas como el árabe, hebreo y griego
clásico emplean un sistema similar: hay un artículo definido (determinado) que corresponde a
"el/ella", pero no hay nada que signifique "un/una/uno" (también es así en esperanto).
Después de todo, la ausencia del artículo determinado deberá ser suficiente para señalar que
un nombre (común) es indefinido, así que, visto de esa manera, el artículo determinado puede
resultar incluso superfluo. Tolkien decidió hacer su Quenya sin él, por consiguiente, tan solo
deberemos conocer i (el/ella).
También advertimos que ante un plural que define a un pueblo entero (o raza), no se
usa el artículo. WJ:404, menciona un dicho: Valar valuvar (se hará la voluntad de Valar) (o
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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Comparemos este uso con el que Tolkien da a la palabra "Hombres" cuando aparece
en sus narraciones, cuando se refiere a la Raza Humana: "Hombres despertaron en Hildórien
a la salida del Sol...Una oscuridad cayó sobre los corazones de Hombres...Hombres (se dijo),
eran por aquél entonces poco numerosos..." (Silm, capítulo 17). Por el contrario, "los
Hombres" no se hubiera referido a la raza completa, sino tan solo a un grupo casual de
Hombres o Humanos. Los plurales Quenya que definen pueblos o razas enteras, parecen
funcionar de forma parecida. En un texto Quenya no habría artículos ante plurales como:
Valar, Eldar, Vanyar, Noldor, Lindar, Teleri, Atani, etc., desde el momento en que se está
considerando al pueblo o raza por entero, aunque en las narraciones en inglés, Tolkien habla
de "el Valar", "el Eldar", etc. Sin embargo, si sustituimos Eldar por su equivalente Elfos, vemos
que en nuestro idioma tampoco será imprescindible el artículo (por ejemplo: "Elfos son
maravillosos" = "Eldar nar vanyë"; si decimos "los Elfos son maravillosos" = "i Eldar nar
vanyë", probablemente estaremos describiendo por UNA vez a un grupo PARTICULAR de
Elfos, y NO a la raza COMPLETA).
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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Hay una terminación plural que es -li, cuya función aún no se ha comprendido del todo,
por ese motivo la dejaremos de lado por el momento. El plural normal se forma añadiendo -r a
los nombres que terminan en a, i, o, u, además de a los nombres acabados en -ië. Si por el
contrario, los nombres terminan en -ë (excepto por supuesto la -ë que forma parte de -ië), la
terminación plural será -i (suprimiendo el final -ë); los nombres que terminan en consonante
también forman sus plurales acabados en -i. El artículo definido (determinado) Quenya, se
corresponde con "el/ella", y es i; no existe en Quenya el artículo indefinido (indeterminado).
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Vocabulario
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Helge K. Fauskanger Lección Dos
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Ejercicios
1. Traducir al español:
a. roccor
b. aran
c. i rocco
d. i roccor
e. Arani
f. Minë lië nu minë aran
g. I aran ar i tári
h. Vendi
2. Traducir al Quenya:
i. Sauces
j. Elfos
k. Los Reyes
l. Gentes, pueblos
m. El caballo bajo el sauce
n. Una doncella y una reina
o. La reina y las doncellas
p. El Sol y la Luna
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Helge K. Fauskanger Lección Tres
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Nombre Dual
En la lección anterior hemos visto dos formas del plural Quenya: el siempre misterioso
partitivo plural terminado en –li, y el plural normal acabado en –r o en –i (dependiendo de la
forma de la palabra). Como casi todos los idiomas reales, el Quenya posee una forma dual, la
cual no tiene contrapartida en inglés. El nombre dual hace referencia a “dos cosas”, “una
pareja de cosas”. El dual se forma con una de estas dos terminaciones: -u o –t. Dentro del
espacio temporal ficticio creado por Tolkien, estas dos terminaciones tenían en un principio
significados diferentes y así, no terminaban de ser completamente intercambiables. Una nota
al pie, en Cartas:427 proporciona alguna información sobre esto. La final –u (del Élfico
Primitivo –û), se usaba en al caso de pares naturales, de dos cosas o personas
pertenecientes de alguna manera a una pareja lógica. Por ejemplo: con arreglo a VT39:9,11,
la palabra pé “labio” tiene su forma dual en peu “labios”, que se refiere al “par de labios” de
una persona (y no por ejemplo al labio superior de una y al inferior de otra, ya que para definir
esto último usaríamos el término “dos labios” y no el de “un par natural”). El nombre veru”
pareja casada, marido-mujer”, tiene forma dual; en este caso no existe la raíz correspondiente
al singular “esposa” (aunque tenemos verno “marido” y vessë “esposa” de la misma raíz; ver
LR:352). El nombre alda “árbol” aparece en la forma dual refiriéndose no a una casual pareja
de árboles, sino a los Dos Árboles de Valinor: Aldu.
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parece descender de la forma del Élfico Primitivo peñe, en tanto que la forma dual peu viene
de peñû (VT39:9), por eso la e de peu no era el final originalmente.
En cuanto a –t, la otra terminación dual, y de acuerdo con lo que figura en Cartas:427,
diremos que representa un elemento antiguo: ata. Este, según Tolkien, era originalmente “un
puro numeral”; efectivamente se refiere a la palabra Quenya que define al numeral “dos”: atta.
Pero con la frase “un puro numeral”, quiso evidentemente decir que la terminación dual –t
denotaría dos cosas relacionadas casualmente. Por ejemplo, ciryat como la forma dual de
cirya “barco”, se referiría a dos barcos cualesquiera; ciryat podría ser solo una forma
abreviada de la frase atta ciryar “dos barcos”. No obstante, Tolkien en un examen posterior,
indicó que en el “Quenya moderno”, las formas duales “se usaban solo para referirse a
parejas naturales”. Precisamente no queda muy claro lo que quiere decir con “Quenya
moderno”; podría referirse al Quenya como lengua ritual en la Tierra Media, en vez de a la
lengua vernácula de los Eldar en Valinor. En cualquier caso, el Quenya de la Tercera Edad al
que nos apuntamos en este curso, debe incluirse en lo que Tolkien llama “Quenya moderno”,
así que aquí seguiremos la regla que dice que cualquier forma dual debe referirse a algún tipo
de pareja natural o lógica, y no a dos cosas relacionadas casual o accidentalmente. En otras
palabras, la terminación dual –t viene a tener el mismo significado que la terminación dual –u.
Un dual como ciryat “dos barcos” (llamados curiosamente ciriat en Cartas:427), podría no
referirse en el Quenya moderno a dos barcos cualesquiera, sino a dos barcos que, de alguna
manera, constituyen una pareja, como dos barcos hermanos. Si nos queremos referir a dos
barcos que no constituyan una pareja lógica o natural (como serían dos barcos vistos juntos al
pasar), no deberíamos usar la forma dual, sino simplemente el numeral atta “dos” = atta
ciryar.
Como quiera que las dos terminaciones –t y –u vienen a tener el mismo significado,
será necesario determinar algunas reglas para su uso. El definir cuál de las dos deberemos
usar en cada caso, vendrá determinado por la propia forma de la palabra (así como la forma
de la palabra determina también el tipo de terminación plural que debe llevar –i o –r). En
Cartas:427, Tolkien advirtió que “la elección de –t o –u, (se) decidía mediante “eufonía””, es
decir: la que sonara mejor, añadiendo como ejemplo que –u debería preferirse a –t, si la
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palabra que debe llevar la terminación dual ya lleva una t o una d (como sonido similar). Así
pues, el dual de alda será aldu en vez de **aldat. Parece que por lo que concierne al
“Quenya moderno”, la final –t podría ser la mejor opción, aunque si el nombre en cuestión ya
tiene una t o una d, optaremos por la –u (recordando que este final desplaza a cualquier vocal
final). En la lista de duales de la Carta Plotz, ciryat (una pareja de barcos) y lasset (una
pareja de hojas), formados a partir de cirya “barco” y lassë “hoja”; se confirma que las
palabras que no llevan t o d, tendrán su terminación dual en –t. Quizá sería preferible el final
en –u en el caso de los nombres que terminen en consonante, aunque –t no se pudiera añadir
directamente a algunas palabras sin provocar un final con un grupo de consonantes, cosa que
la fonética Quenya no permite; por desgracia, no hay ejemplos (si a pesar de todo, se usa el
final –t, habrá que insertar una vocal ante él, produciendo inevitablemente una terminación
más larga (probablemente –et). En los ejercicios que siguen, mostraremos este problema
mientras alguien no consiga la solución).
Está claro, no obstante, que el Quenya posee algunas formas duales antiguas, que no
siguen las reglas normales de la terminación en –t, sustituida por –u solo cuando hay una d o
una t en la palabra a la que se ha de añadir. Los ejemplos veru “pareja casada” y peu “labios,
par de labios”, son prueba de ello; en esas palabras no hay t ni d, pero la terminación es en –
u en vez de en –t. Presumiblemente, estas son formas duales “fosilizadas”, que reflejan el
sistema más antiguo, en el cual, solo la forma –u se usa en el caso de partes del cuerpo
pares, como por ejemplo: orejas, ojos, brazos, piernas, pies, manos, etc. (La otra terminación
–t, puede emplearse si otras terminaciones se imponen ante el final dual propiamente dicho;
volveremos a esto en las siguientes lecciones). La palabra en Quenya que significa “brazo”, es
ranco; la forma dual para definir “el par de brazos de una persona”, no está confirmada, pero
mis mejores suposiciones me indican que debe ser rancu. El compuesto hendumaica
(perspicaz, sagaz), que se menciona en WJ:337, puede llevar el dual hendu “(par de) ojos”.
La palabra Quenya que significa “ojo”, es hen o hend antes de un final (las Etim. Solo
mencionan el plural normal hendi “ojos”, LR:364). En el caso de esta palabra, la terminación
dual debería ser –u en vez de –t , ya que hay una d en hend. La palabra tál “pie”,
probablemente lleve el dual talu (ver más
adelante el acortamiento de la vocal).
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Variación De La Raíz
Este es un tema con el que habremos de emplear algunas líneas y, aún cuando
estemos en los primeros niveles de este curso, es algo que no se puede evitar. Entraré en
detalles, pero podéis estar seguros de que no seréis capaces de recordar todas las palabras y
ejemplos que vais a ver; limitaos pues, a intentar entender lo máximo posible de este
apartado.
En el caso de tál frente a tal-, la variación se debe al hecho de que frecuentemente las
vocales se alargaban en las palabras monosílabas, pero cuando la palabra tenía
terminaciones, obviamente quedaba con más de una sílaba, y entonces, el alargarla no tenía
demasiado sentido (otro ejemplo del mismo caso parece ser nér "hombre", plural neri
"hombres", MR:213/LR:354). Originalmente, la vocal era corta en todas las formas. Es cierto
que la forma de la raíz da una idea de cómo quedará la palabra, y en una primera etapa de la
larga evolución lingüística, Tolkien tuvo una idea detallada de todo esto. Hen "ojo" en su raíz
hend-, refleja la "base" primitiva KHEN-D-E, de la cual es el último derivado (LR:364). El
Quenya podría no tener -nd al final de una palabra y simplificarlo a un final -n cuando la
palabra está sola (así hen representaría de alguna manera la forma completa imposible que
sería hend), pero ante una terminación, -nd- no es el final y, por consiguiente, puede estar.
Muchas variaciones radicales se componen de enjambres de sonidos que no se permiten al
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final de las palabras, por lo que pueden aparecer por cualquier otro sitio. Una palabra como
talan "piso, planta", no tiene a **talani como plural, como cabría esperar, sino a talami. El
radical es talam- porque es esa la forma de la raíz de la palabra en el Élfico Primitivo: TALAM
(LR:390). Porque Quenya se desarrolló a partir del Élfico Primitivo, y este tiene una regla que
dice que solo determinadas consonantes pueden estar al final de las palabras, y m no es
precisamente una de ellas. La consonante permitida más cercana, es n, y por eso la vieja
palabra talam se convirtió en talan, aunque su plural sigue siendo talami (y otras formas que
se pueden añadir a la palabra), la m que no va al final, persiste, sin embargo. Otro caso
similar es filit "pajarito", que tiene el radical filic-, plural filici "pajaritos": la raíz primitiva de la
palabra era PHILIK (LR:381), pero Quenya no permite la -k al final de una palabra, por eso
debe ir la -t. Cuando no sea final, dejaremos la k (mejor dicho: la c, en este curso).
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contienen dos vocales idénticas, por ejemplo: feren "haya", se reduce a fern- ante una
terminación, y su plural será ferni en vez de **fereni. WJ:416, indica asimismo que laman
"animal" se puede reducir a lamn- ante una terminación, así tendremos lamni "animales",
aunque la forma reducida lamani también se usa. Ocasionalmente, las formas contraidas
sufren algunos cambios cuando se comparan con las normales; como el plural de seler
"hermana" que podría ser **selri, pero que como lr es un grupo no permitido en Quenya,
deberemos cambiar a ll, con lo que el plural "hermanas", será selli (LR:392).
Hay otra variante del radical que está bastante menos comprobada en cuanto a los
nombres se refiere, pero hay indicios de algunos efectos de cambio en la vocal final de
algunas palabras cuando se les añade una terminación. En Quenya, las vocales finales -o y
-ë, se convierten a veces en las finales -u e -i del Élfico Primitivo. En una cierta etapa de la
evolución de la lengua, la versión original de la -i corta, se convertía en -e cuando la vocal era
final; lo mismo pasaba con la -u corta que se convertía en -o. Por ejemplo: la palabra primitiva
tundu "colina", se convierte en tundo en Quenya (LR:395). Aunque este cambio solo se
produce cuando la vocal es final, es posible que se conservara el atributo original ante una
terminación. El plural "colinas" podría muy bien ser tundur en vez de tundor, aunque ninguno
de los dos está contrastado. Con arreglo a SD:415, el nombre Quenya lómë "noche" tiene a
lómi- como radical, lo que evidentemente, significa que la vocal final -ë, cambia a -i si se
añade una terminación tras ella. Por ejemplo: añadiendo a lómë la terminación del dual -t
(para expresar "un par de noches"), tendríamos lómit en vez de lómet. Esto es así, porque
lómë procede del vocablo primitivo dômi (LR:354), e -i nunca se convertirá en -e excepto
cuando sea final. Pienso que ciertas palabras de Namárië como lírinen y súrinen, son
buenos ejemplos de este fenómeno: estas son formas de lírë "canción" y súre "viento" (la
última da testimonio de sí misma en MC:222; el significado del final -nen que se ve en lírinen
y súrinen se dilucidará en una próxima lección). Si originalmente, esta palabra que terminaba
en -i se convirtió más tarde en -ë (solo siendo final), podría ser porque en esta palabra, -ë
fuera plausible de convertirse en -i- ante la terminación. Diríamos entonces que el radical de
súrë, es súri-.
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Parece ser que existen variaciones similares concerniendo a la vocal final -o que, en
algunos casos, proviene del final primitivo -u; otra vez el atributo antiguo de la vocal puede
resurgir si se le añade una terminación. Por ejemplo: rusco "zorro", se dice que tiene el
radical ruscu-, por eso, si le añadimos la terminación dual hablando de "un par de zorros", la
forma resultante sería probablemente ruscut en vez de ruscot. Sin embargo, el tratamiento
de este fenómeno no es extensivo a los escritos publicados de Tolkien; de acuerdo con lo
establecido en SD:415 y VT41:10, lómë y rusco, tienen los radicales lómiy ruscu-, siendo
estas las referencias explícitas más acertadas que hemos conseguido.
No debemos desesperar, pero pensemos que todas estas cosas extrañas suceden
cuando se añaden terminaciones a una palabra Quenya, así que disponemos de un enorme
potencial para cometer embarazosos errores (o al menos una gran cantidad de material para
memorizar). La mayoría de las palabras Quenya, parecen comportarse bastante bien, sin
diferencias que tener que recordar en sus formas radicales; solo añadir la terminación y ya
está. Donde sepamos que hay formas radicales diferentes (o donde tengamos buenas
razones para sospechar que las hay), lo indicaremos al presentar la palabra, si es relevante
para los ejercicios.
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Vocabulario
Atta: dos
Hen (hend-): ojo
Ranco: brazo
Ando: puerta
Cirya: barco
Aiwë: pájaro
Talan (talam-): piso
Nér (ner-): hombre (macho adulto de una especie racional: Elfo, Mortal u otros)
Nís (niss-): mujer (similarmente: hembra adulta de una especie racional)
Sar (sard-): piedra (piedra pequeña, no piedra como material)
Alda: árbol
Oron (oront-): montaña
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Ejercicios
1. Traducir al español:
a. Hendu
b. Atta hendi (¿cuál es la diferencia entre este y el hendu de arriba?)
c. Aldu
d. Atta aldar (¿cuál es la diferencia entre este y el aldu anterior?)
e. Minë nér ar minë nís
f. Sardi
g. Talami
h. Oronti
2. Traducir al Quenya:
i. Dos barcos (solo dos barcos que se cruzan accidentalmente)
j. Dos barcos (dos barcos, gemelos, iguales)
k. Brazos (los dos brazos de una persona)
l. Dos montañas (iguales, como “Twin Peaks” si quieres; usa la forma dual)
m. Doble puerta (forma dual)
n. Dos pájaros (una pareja)
o. Dos pájaros (SOLO dos pájaros)
p. Hombres y mujeres
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Los adjetivos son palabras con la misión de describir. Si queremos decir que algo o
alguien posee cierta cualidad, encontraremos siempre algún adjetivo que haga ese trabajo. En
una frase como "la casa es roja", la palabra "roja" es el adjetivo: describe a la casa. Hay
adjetivos para definir todas las cualidades, útiles para decir que algo o alguien es grande,
nauseabundo, pequeño, alegre, triste, tonto, estropeado, maravilloso, delgado, alto, bonito,
odioso o cualquier otra cosa que demande la ocasión. Se pueden distinguir dos formas
diferentes del uso de un adjetivo:
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Como cualquier lector atento habrá sospechado por lo leído, hay más de una
complicación: no se puede decir "los hombres altos", sino "los hombres son altos". Las
oraciones del tipo de "los hombres altos", podrían ser válidas en bastantes idiomas (el Quenya
incluso podría ser uno de ellos), pero en el nuestro hay que pasar por una palabra como "son"
o "es", colocada ante el adjetivo, cuando se usa como predicado: "el libro es rojo", "los
hombres son altos". Este "es"/"son", no da en realidad un significado completo (he aquí la
razón por la que algunos idiomas no usan este tipo de palabras), pero se usa para emparejar
al adjetivo con las palabras que nos dicen realmente de quien queremos hablar (como el libro
y los hombres de nuestros ejemplos). "Es"/"son", se llama cópula. En oraciones como "el oro
es maravilloso", "estoy elegante", o "las piedras son duras", se puede percibir la función
principal de la cópula (aquí manifestada como "es", "estoy" y "son"), que es simplemente,
conectar a los adjetivos que la siguen: "maravilloso", "elegante" y "duras", con la cosa(s) o
persona(s) sobre las que estamos hablando: "oro", "yo" y "piedras". La cópula es parte
integrante del predicado de la oración. Esta es una de las construcciones más importantes
que los de habla inglesa tienen a su diposición cuando quieren decir que X posee la cualidad
de Y.
Bien, volvamos al Quenya. Cuando se compara con la plétora de formas que puede
tener un nombre, un adjetivo parece bastante restringido. La gran mayoría de los adjetivos
Quenya acaban en -a o en -ë. La última es menos común y aparece generalmente para definir
los colores: minquë "blanco", morë "negro", carnë "rojo", varnë "marrón", etc. Cuando un
adjetivo no termina ni en -a ni en -ë, lo hace siempre en -in, por ejemplo: firin "muerto",
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hwarin "torcido", melin "querido" o latin "abierto, libre, claro (de tierra)". El último de estos se
encuentra también en los escritos de Tolkien, como latin(a) (LR:368), sugiriendo que latin es
una forma acortada de la forma más larga latina, apareciendo ambas en el idioma (quizá
todos los adjetivos terminados en -in se consideren formas cortas de otras formas más
completas terminadas en -ina). Los adjetivos que no terminan en -a, -ë, -in, son muy raros; al
menos tenemos constancia de la existencia de teren "delgado", pero incluso este, tiene una
forma larga acabada en -ë: terenë. Los adjetivos que acaban en -a son, con diferencia, los
más comunes. La -a como vocal final, puede aparecer por sí misma, como en lára "piso", pero
acostumbra a ser parte de un final adjetival más largo, como -wa, -na (variante -da), -ima, -ya.
Ejemplos: helwa "pálido", harna "herido", melda "querido, amado", melima "adorable", vanya
"maravilloso". La misma palabra Quenya, tiene su origen en el final adjetival -ya, que significa
Quendi de los Elfos, aunque Tolkien decidió que provenía del uso de un nombre del Alto
Élfico (Cartas:176, WJ:360-361, 374).
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no tendría la misma intensidad y solemnidad que Elendil el Fiel con el adjetivo usado como un
título. Destacaremos que en el Quenya (al contrario que en el inglés), no va insertado un
artículo ante un adjetivo usado como título (no sería **Elendil i Voronda, al menos no es
necesario!).
Entonces ¿qué hay acerca del uso de los adjetivos como predicados (“rojo” como
predicado de la oración el libro es rojo)? (contrastar con el uso atributivo del adjetivo en una
frase como “el libro rojo”).
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Tolkien puede que haya hecho algo más exótico. No hay forma de saber
cómo era lo anterior al material publicado...”
He revisado esta lección en noviembre de 2001 y este pasado verano he añadido
algunos ejemplos más, concernientes a la palabra ná. Parece existir cierta tendencia a colocar
ná al final de la oración, como en el ejemplo lá caritas...alasaila ná (literalmente: “no hacerlo
imprudente es”) (VT42:34). El mismo artículo en donde se proporciona este ejemplo, cita
también la fórmula A ná calima lá B (literalmente: “A brilla más allá de B”), como la forma de
expresión Quenya “A brilla tanto como B” (VT42:32). Advertimos que esta fórmula utiliza el
sistema inglés del orden de las palabras, con ná “es/está”, precediendo en vez de siguiendo a
calima “brillo”. Así, parece que las oraciones como i parma ná carnë, corresponden palabra
por palabra a la inglesa “el libro es rojo”, después de todo. Por consiguiente, no he revisado
muchos de los ejemplos o ejercicios de este curso, usando el orden inglés de las palabras en
lo que a la cópula se refiere. Sin embargo, el orden i parma carnë ná “el libro rojo es”,
también debe considerarse como una alternativa perfectamente válida, y Tolkien pudo haber
hecho de este último el orden más común. Debemos esperar a tener más ejemplos, para
obtener mayor seguridad. Nueva nota de enero de 2002:
En la Canción de Fíriel (un texto pre-LotR, la palabra que figura para “es/está” es ye en
vez de ná o na: írima ye Númenor “bonita es Númenor” (LR:72). Sin embargo, en el QL:64 y
en Etym. (LR:374), se apunta ná y en Namárië tenemos también esta última en el texto más
moderno. Tanto Etym como QL, son anteriores a la Canción de Fíriel, pero Namárië es
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posterior, así que parece ser que ye tan solo fue un experimento más de la evolución del
Quenya de Tolkien. En la Canción de Fíriel vemos también una terminación para “es/está” en
–ië, añadido a los adjetivos y desplazando a las vocales finales: así, en esta canción tenemos
márië “(ello) es bueno”, derivado del adjetivo mára “bueno”. Esta terminación está muy
relacionada con la palabra ye. No creo que el sistema de utilización de la terminación –ië
“es/está”, sea válido para el estilo Quenya de LotR, y no recomendaré su uso. El final –ië tiene
otras funciones en el Quenya moderno.
Otro sistema que puede ser válido: no usar ninguna cópula. Simplemente yuxtaponer el
nombre y el adjetivo, dando “es/está” por entendido: Ilu vanya “el Mundo (es) bello” (Canción
de Fíriel), maller raicar “carreteras (son) curvas” (LR:47). La fórmula “A brilla más allá de B” =
“A es tan brillante como B”, referida más atrás como “A (ná) calima lá B” en VT42:32. Como
se sugiere por los paréntesis, ná se puede omitir. El ejemplo malle téra “una carretera recta”
mencionado más atrás, también podría interpretarse como “una carretera (es) recta”, si el
contexto lo permite. La versión final de la traducción que Tolkien hizo de la Salve, publicada
en enero de 2002, está desprovista de cópulas: Aistana elyë, ar aistana i yávë mónalyo
“bendita (seas) tú, y bendito (es) el fruto de tu matriz”.
Los adjetivos Quenya deben concordar en número con el número que describen. Esto
es: si el nombre es plural, el adjetivo debe ser plural; si el adjetivo describe a varios nombres
también debe ser plural, aunque cada uno de esos nombres será singular. Esto es así
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también en español, y no nos debe extrañar que Tolkien hiciera concordar a los adjetivos en
un lenguaje altamente declinable como este.
No tenemos ejemplos de lo que podría pasar si un adjetivo tuviera que concordar con
un nombre en la forma dual (o con un nombre en partitivo plural terminado en –li). Aunque
generalmente se asume que no hay formas especiales de los adjetivos para el dual y el
partitivo plural, sino solo para el plural (¿o deberíamos decir el “no singular”?) ¿Cómo se
construye entonces la forma plural de los adjetivos? Por los ejemplos que tenemos
disponibles, vemos que Tolkien experimentó con varios sistemas a través de los años. En las
fuentes más antiguas, los adjetivos terminados en –a forman sus plurales añadiendo el final –
r, así como los nombres lo hacen en –a. Por ejemplo: el mapa más antiguo del mundo
imaginario de Tolkien (descrito como un barco imaginario), incluye una referencia a i Nori
Landar. Esto evidentemente significa “las Tierras Anchas” (LT1:84-85); el adjetivo landa
“ancho” aparece en Etym, entrada LAD. En LT1:85, Christopher Tolkien sugiere la traducción
“Las Grandes Tierras”. Aquí el nombre plural nori “tierras” se describe con el adjetivo landa
“ancho” (otro ejemplo de un adjetivo atributivo siguiendo al nombre), y como el nombre es
plural, el adjetivo toma la terminación plural –r para concordar con él. Este sistema que tienen
los adjetivos para formar el plural, era aún válido después de 1937 o un poco antes; ya hemos
señalado el ejemplo maller raicar “carreteras (son) curvas” de LR:47, donde el adjetivo raica
“curva” (enumerado por él mismo en LR:383), es plural en concordancia con maller.
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Hay un caso especial a considerar: los adjetivos terminados en -ëa como laurëa
"dorado". En el Quenya arcaico su forma plural era laurëai, pero ¿cuándo se convirtió -ai en -
e? ¿Porqué? Laurëe no fue una forma duradera; para erradicar la molesta combinación de
dos -e's concomitantes, la primera se convirtió en i. Así es como la forma plural de laurëa en
el Quenya del Exilio aparece como laurië, como en la primera línea de Namárië: Ai! laurië
lantar lassi súrinen... “Ah!, ¡doradas caen las hojas en el viento...!" (el adjetivo va en plural
en concordancia con el nombre al que describe: lassi "hojas").
Los adjetivos terminados en -ë, parecen comportarse como la mayoría de los nombres
con la misma forma: -ë se convierte en -i en el plural. No tenemos muchos ejemplos, pero la
frase luini tellumar "bóvedas azules" en la versión en prosa de Namárië, parece incorporar la
forma plural de un adjetivo: luinë "azul" (actualmente no se encuentra con esa forma, pero
como se observó antes, existen muchos adjetivos-colores, terminados en - ë). Aún más, En
Etym Tolkien llama la atención acerca del adjetivo maitë "cercano", que tiene como forma
plural a maisi (LR:371). Evidentemente, aclararemos esta forma plural antes de pasar a otro
punto: estos adjetivos acabados en -itë, tienen sus formas plurales en -isi, la consonante t se
convierte en s ante la i. Esta idea particular parece haber surgido más tarde: en una fuente
posterior a LotR, Tolkien escribió hloníti tengwi, y no hlonísi tengwi "signos fonéticos"
(WJ:395). Por eso quizá la forma plural de maitë pudiera ser simplemente maiti.
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Por eso, "muertos hombres/hombres muertos", podría ser firini neri. Si se puede
levantar algún argumento en contra de esto, será que los adjetivos terminados en -in, parecen
ser formas acortadas de los adjetivos más largos terminados en -ina. Como se apuntó más
atrás, Tolkien definió el adjetivo que significa "abierto, libre, claro (de la tierra)", como latin(a),
indicando dos formas: latin y latina. La forma plural de latina debería ser latinë,
antiguamente latinai. Pero ¿qué pasa con latin? Si tan solo fuera una forma acortada de
latina, la forma plural ¿sería latinë en vez de latini? No podemos estar seguros; en los
ejercicios que siguen al final de la lección, me he ceñido a lo que está tradicionalmente
aceptado, usando los plurales terminados en -i.
Los adjetivos que acaban en consonante son, de cualquier forma, muy raros, por eso
es incierto que pongan en peligro la calidad de nuestros propios textos Quenya.
Para resumir, concluiremos que los adjetivos concuerdan en número con los nombres
que describen "en cualquier circunstancia" (ya estén delante, detrás, separados del nombre,
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La última versión del poema Markirya, la que piensa Christopher Tolkien que su padre
en algún momento de la última década de su vida (1963-73), es también reveladora. En la
frase "torres caídas", Tolkien escribió primero el adjetivo atalantëa "ruinoso, derribado" en su
forma plural atalantië, tal y como era de esperar. Luego, de acuerdo con lo que dice su hijo,
cambió misteriosamente atalantië al singular (o a alguna forma declinada) atalantëa, aunque
el nombre adyacente "torres" seguía en plural (MC:222). De nuevo parece estar
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Como ya se ha descrito, Tolkien en cierta etapa decidió que los adjetivos terminados en
-a tuvieran sus plurales terminados en -ar (si se usaban como nombres), porque en algunos
casos se declinaban como nombres. Dejó instaurado que,en vez de decir penyë tengwi
"signos inadecuados", los Elfos se podían referir simplemente al penyar de "algunos
inadecuados" (usando(el adjetivo)penya como nombre técnico; VT39:19). Uno de los
ejemplos más conocidos lo proporciona el adjetivo vanya "amable, maravilloso"; este podría
tener su forma plural en vanyë (por ejemplo: vanyë nissi "mujeres maravillosas"). No
obstante, el adjetivo vanya, se puede usar también como nombre: un Vanya o un Gentil,
palabra usada para describir a cierto miembro del Primer Clan de los Eldar, por lo que
deducimos que el Clan completo se definía como los Vanyar, tal y como aparece en Silm,
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capítulo 3: "...los Vanyar eran (de Ingwë) la gente; son los Elfos Gentiles...". Usando otro
adjetivo: "maravilloso", en Quenya vanima, Treebeard (Bárbol) empleó otro plural con estilo
de nombre, cuando saludó a Celeborn y Galadriel como a vanimar "los maravillosos"
(traducido en Cartas:308).
Los adjetivos terminados en -ë, deberían tener sus formas plurales terminadas en -i si
se usan como nombres, ya que la mayoría de los nombres terminados en -ë también tienen -i
como terminación de sus plurales.
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Los adjetivos son palabras que se usan para describir cualidades como "alto,
maravilloso". Se pueden combinar con los nombres, formando frases como "(un/el) libro rojo",
"hombres altos", donde los adjetivos "rojo" y "altos", describen a los nombres "libro" y
"hombres"; este tipo de adjetivo se llama atributivo. Pero también se pueden formar oraciones
como "el libro es rojo" o "los hombres son altos", donde el punto principal de la oración queda
adscrito a cierta cualidad de un nombre determinado; aquí el adjetivo se usa como predicado.
En algunos casos, se usan cópulas como "es/son" (en los ejemplos), para dejar clara la
relación entre el nombre y el adjetivo. Algunos idiomas lo hace sin la cópula (como sería
escribir "el libro rojo"), y esto parece estar también permitido en el Quenya, a pesar de que, la
cópula concreta ná "es/está", o nar "son/están", también se usa.-_La mayoría de los adjetivos
en Quenya, terminan en vocal -a, y algunos también en -ë; los únicos que terminan en
consonante, son unos cuantos que acaban en -in (aparentemente la forma corta de -ina). Los
adjetivos Quenya concuerdan en número; si un adjetivo describe a un nombre plural o a más
de un nombre, el adjetivo deberá ir también en plural. Los adjetivos terminados en -a, forman
sus plurales acabados en -ë (el viejo -ai); advertimos que si el adjetivo termina en -ëa, su
forma plural será -ië para evitar una terminación -ëe). Los adjetivos que terminan en -ë forman
sus plurales acabados en -i; de los pocos adjetivos que terminan en -in no hay muchos
ejemplos, pero asumiremos que para sus plurales se les añadirá una terminación en -i.
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Vocabulario:
Excepto por las dos primeras palabras, todas las demás son adjetivos. No te preocupes
de las otras palabras que aparecen en los ejercicios que siguen; aquellas que ya has
memorizado cuidadosamente, siguiendo las instrucciones de la Lección Dos:
Neldë: "tres"
Ná: "es/está" (Nar: "son/están")
Vanya: "maravilloso, gentil"
Alta: "grande" (usado en sentido físico)
Calima: "brillo"
Taura: "poderoso"
Saila: "sabio, prudente" (usaremos esta forma más moderna que sustituye a la antigua
saira)
Úmëa: "malvado, maligno"
Carnë: "rojo"
Ninquë: "blanco"
Morë: "negro"
Firin: "muerto"
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Ejercicios
1. Traducir al español:
a. Morë rocco
b. Calimë hendu
c. Neldë firini neri
d. Vanyë aiwi
e. Tári ná taura nís
f. I oronti nar altë
g. Aran taura (dos posibles traducciones)
h. I nér ar i nís nar sailë
2. Traducir al Quenya:
j. La puerta blanca
k. Un barco grande
l. El suelo es rojo
m. Una piedra negra y tres piedras blancas
n. Los reyes prudentes son hombres poderosos
o. El hombre poderoso y la mujer maravillosa son malignos
p. Los Elfos son maravillosos
q. Los Elfos son gente maravillosa
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Otra parte del lenguaje que ya hemos tratado es algo más sofisticada e intrincada: el
verbo. Nos encontramos con un verbo en la lección anterior: ná "es", con su plural nar "son".
Como verbo, este en concreto no es muy excitante; se usa simplemente para coordinar un
nombre con algún tipo de predicado que nos dice lo que "es" el nombre: aran ná taura "un rey
es poderoso", tasar ná alda "un sauce es un árbol". Como dije en la lección anterior, la cópula
ná no proporciona en realidad demasiada información, excepto la de clarificar la relación entre
los elementos varios de la oración. No nos dicen lo que "es" algo o alguien, sino lo que "hace"
ese algo o alguien. La mayoría de los otros verbos (mejor dicho todos los otros verbos), están
llenos de significado. El verbo, lleva la acción al lenguaje.
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En una oración como El Elfo baila, es fácil identificar a baila como a la palabra-acción,
que nos dice que está pasando. Y sabemos seguro que baila es una forma del verbo bailar.
Este verbo también puede aparecer de otras maneras; en vez de baila podría ser bailó, lo cual
trasladaría la acción al pasado: El Elfo bailó. Esto ilustra un hecho importante de los verbos en
los idiomas europeos: la forma del verbo ofrece información acerca de cuando tiene lugar la
acción en cuestión, en el presente o en el pasado. Algunos idiomas tienen incluso formas
especiales de futuro. Tolkien dotó al Quenya de todo esto. Las diferentes "formas de tiempo"
del verbo, se llaman de varias maneras; hablamos del tiempo presente, del pasado y del
futuro. En esta lección solo trataremos el presente, y volveremos sobre los otros tiempos más
adelante (la "Trinidad" del presente, pasado y futuro no representa sin embargo a todos los
tiempos existentes. Conoceremos en este curso un total de cinco tiempos diferentes, y me
sorprendería que en el material que falta por publicar no aparecieran algunos más de los que
hasta ahora conocemos).
Por la forma en que aparecen en algunas fuentes, los verbos Quenya están
encuadrados en dos grandes categorías (aunque hay algunos en nuestra recopilación que
incluiría también de buena gana, sobre todo si excluimos el material del Quenya antiguo,
donde hay algunas cosas realmente misteriosas acerca del sistema verbal). La primera y
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mayor de las categorías es la que podríamos denominar como la de " verbos con raíz A-",
porque todos ellos acaban en -a. Otro término para lo mismo, sería "verbos derivados",
porque esos verbos nunca representan la pura y primitiva palabra-raíz, sino que son derivados
formados por la adición de terminaciones a esa raíz. Los finales más frecuentes de los verbos
de este grupo, son -ye y -ta; veremos también, pero más raramente la final -na o solo -a.
Ejemplos:
Si estos verbos con raíz A, se pueden definir como verbos derivados, la otra categoría
no puede llamarse de otra forma más que no derivados o primarios. Estos son verbos que no
muestran tantas terminaciones. La derivación verbal en cuestión se puede denominar como
primaria o básica, pues representa esencialmente una raíz primitiva sin adiciones. Por
ejemplo: el verbo mat- "comer" viene directamente de la raíz MAT- de significado similar. Tac-
"sujetar" representa a la raíz TAK- "fijo, sujeto", tul-"venir" se identifica con la raíz TUL- "venir,
aproximarse, mover hacia" (contrasta con el derivado tulta- "enviar a, buscar, convocar" de la
misma raíz, derivado por el significado de la terminación -ta). En el caso de las raíces MEL-
"amor" y SIR- "fluir, manar", Tolkien no usó ninguno de los dos en sus glosas de los verbos
Quenya (ver LR:372,385).
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“parar” o ora- “empujar”, las vocales de la terminación añadida (aquí esas terminaciones son
–ta y –a),no contarán como vocal derivada. Pusta- por ejemplo, deriva de la raíz PUS- y su
vocal derivada es, por consiguiente, la u y no la a. En la inmensa mayoría de casos, la vocal
derivada es simplemente la primera vocal del verbo (aunque no es así necesariamente, pues
podría haber algún prefijo).
Con todos los términos necesarios ya colocados en su sitio, podemos por fin comenzar
el estudio de la formación del tiempo presente. Empezaremos con los verbos primarios, cuyo
tiempo presente deberá parecerse al del verbo mel- “amar”, como se atestigua en LR:61,
cuando Elendil le dice a su hijo Herendil: yonya inyë tye-méla “to también, hijo mío, te amo”.
Aquí tenemos un verbo describiendo una acción presente o continua (en este caso
permanente). Otro ejemplo del tiempo presente del verbo primario se puede encontrar en el
mismo LotR, en el saludo famoso elen síla lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla/está
brillando sobre la hora de nuestro encuentro”. Síla, sería el presente del verbo sil- “brillar con
luz blanca o plateada”, tal y como aparece en elapéndice de Silm. Méla y síla muestran la
misma relación con las simples derivadas verbales mel- y sil-: las formas de los tiempos
presentes se construyen alargando la vocal derivada (la cual se destaca por supuesto, por
llevar un acento) y añadiendo la terminación –a. Esta conclusión se sustenta con un ejemplo
en VT41:13: el verbo quet- “hablar, decir”, aparece en tiempo presente como quéta “está
diciendo”.
Aunque las formas como méla y síla pueden traducirse usando el tiempo presente
simple, parece que el tiempo presente en Quenya denota también acciones continuas que se
traducirían mejor utilizando el compuesto: “ser/estar” + el gerundio del verbo en cuestión,
como en el ejemplo anterior quéta que se ha traducido como “está diciendo”, en vez de “dice”.
Llegamos pues a la conclusión de que el tiempo presente denota más bien una acción
continuada, y esto se confirma también por otra evidencia: el tiempo presente Quenya del
verbo primario mat- “comer”, no se halla contrastado en ningún sitio del material publicado.
Sin embargo, Tolkien estableció que mata era “el derivado de la forma continua”, que podía
traducirse como “está comiendo” (VT39:9; â representa aquí una á larga).
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Tolkien pone un asterisco (*) delante de mata para marcarlo como una forma no
comprobada, así que deberemos tomarla como una forma del Elfico Primitivo y no como una
forma puramente Quenya. Así es como el Quenya desarrollado a partir del lenguaje primitivo,
puede verse influido por muchos otros ejemplos; sabemos que mata podría convertirse en
máta. Esta forma podría sufrir las mismas variaciones que méla, síla y quéta: la vocal
derivada alargada y terminada en –a (y recapitulando podemos deducir que Tolkien quiso
decir que méla, síla, quéta, derivan del Elfico Primitivo mélâ, sílâ, kwétâ). Presumiblemente,
estas son todas las formas continuas; la palabra primitiva mata “está comiendo”, enfatiza la
naturaleza de continuidad de la acción: síla puede ser literalmente “está brillando” en vez de
“brilla”. Quizá la longitud de la vocal derivada simbolice de alguna manera la continuidad o el
mantenimiento de la acción. En el caso de méla en la oración inyë tye-méla, es más normal
la traducción como “te amo” en vez de “te estoy amando”, aunque este último significado
parece ser el más literal.
Parece que los verbos de raíz A forman su presente de manera parecida a la regla con
que lo hacen los verbos primarios, pero la regla necesita de una pequeña adaptación a la
forma de un verbo de raíz A. Nuestro único ejemplo fiable, es el verbo ora- “urgir, apremiar”.
En VT41:13, se indica que su presente es orea “está urgiendo, apremiando”. Como en el caso
de los verbos primarios, la vocal derivada se ha alargado y se le ha añadido la terminación –a.
Hay sin embargo una complicación: como quiera que la derivada verbal ora- ya termina en –a,
se deberá cambiar esta vocal a una –e con el fin de evitar a’s consecutivas: por tanto, lo que
debería ser óra-a termina siendo orea. Así, debemos concluir que los verbos como mapa-
“agarrar,asir” y lala- “sonreir”, figurarán como mápëa, lálëa en el tiempo presente.
Los de raiz A cortos como ora-, mapa- son sin embargo una forma bastante inusual,
pues se limitan a la acción simple de una vocal –a, a la raíz original. Como se ha dicho antes,
los de raiz A que tienen la –a tan solo como una parte de la terminación derivada más larga
(casi siempre –ya o –ta), son mucho más normales. Ya hemos destacado ejemplos como
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calya- “iluminar” y tulta- “convocar” (raices KAL-, TUL-). Estos de raiz A complejos, llevan un
grupo de consonantes siguiendo a la vocal de la raiz original, como ly y lt en los ejemplos
citados. No tenemos ejemplos de los tiempos presentes de estos verbos. Si hemos de aplicar
lo deducido a partir del ejemplo de orea “está urgiendo”, deberían aparecer formas como
(?)cályëa “está iluminando” y (?)túltëa “está convocando”. Sin embargo, parece existir en
Quenya cierta regla fonológica prohibiendo una vocal larga inmediatamente delante de un
grupo de consonantes. Podría ser que la palabra (?)túltëa no existiera (pero francamente no
estoy seguro en el caso de cályëa, ya que ly/ny/ry suelen contar a veces como consonantes
palatalizadas unitarias, en vez de hacerlo como grupo). A falta de ejemplos debemos aceptar
que solo en algunos casos se puede acortar la longitud de la vocal, como ocurre en el
presente de los verbos calya- y tulya-, que serían calyëa y tultëa (aunque como ya se ha
dicho, (?)cályëa también sería posible por lo que sabemos). Esto podría aplicarse en
cualquier lugar donde aparezca un grupo de consonantes siguiendo a la vocal del derivado
verbal. Otros ejemplos son lanta- “caer”, harna- “herir” y pusta- “parar”, los cuales,
presumiblemente, formarían sus tiempos presentes acabados en –ëa: lantëa “está cayendo”,
harnëa “está hiriendo”, pustëa “está parando”.
Este sistema se aplica también donde hay un diptongo en el derivado verbal, como
cuando hay una vocal delante de un grupo de consonantes, un diptongo no se puede alargar
de ninguna manera. Las formas de los presentes de los verbos como faina- “emitir luz” o
auta- “pasar”, podrían ser fainëa y autëa.
Isil síla “la Luna está brillando” (el tiempo presente síla se forma a partir del
verbo primario sil- “brillar”).
I Elda lálëa “el Elfo está sonriendo” (el tiempo presente se forma a partir del
corto verbo de raiz A lala- “sonreir”).
Lassë lantëa “una hoja está cayendo” (el tiempo presente se forma a partir del
complejo verbo de raiz A lanta- “caer”; no podemos usar **lántëa
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Podemos incluir algunos términos útiles. Una vez se incluye un verbo en la oración
denotando algún tipo de acción, se debe dedicar otra parte de la oración a decir quien está
realizando esa acción. La parte que “hace” cualquier cosa que el verbo nos diga que se “está
haciendo”, constituye el “sujeto” de la oración. En una oración como Isil síla “la Luna está
brillando”, tenemos que Isil (la luna) es el sujeto, ya que es la luna la que “hace” el brillo del
que nos habla el verbo síla. En una frase como i Elda máta “el Elfo está comiendo”, i Elda “el
Elfo” es el sujeto, pues el Elfo es quien “está comiendo”.
Esta misma oración i Elda máta, tiene más posibilidades. Podemos añadir un elemento
más, como el nombre massa “pan”, y tendremos: i Elda máta massa “el Elfo está comiendo
pan”. ¿Cuál es la función de la palabra que hemos añadido? Es el objetivo de la acción verbal,
en este caso “lo que está siendo comido”. El objetivo de la acción verbal se llama “el objeto”,
la contrapartida pasiva del sujeto activo: el sujeto hace algo, pero el objeto es lo que el sujeto
está haciéndole a algo. El sujeto sujeta al objeto en algún tipo de acción. Esta acción puede
ser por supuesto, mucho menos dramática que en este caso, en el que el sujeto se come al
objeto. Por ejemplo, podemos sustituirlo por la oración “el sujeto mira al objeto” (se puede
rellenar con un verbo de cualquier otro de los cinco sentidos), donde la acción del sujeto no
afecta físicamente al objeto de ninguna manera. Este no es nuestro objetivo por ahora. La
idea básica del sujeto/objeto dicotómico, es simplemente que el sujeto le hace algo al objeto,
aunque “hacerle algo a.…” podría no comprenderse en un sentido más profundo.
NOTA: Debo advertir, sin embargo, que en las orfaciones con la cópula ná/nar
“es/son”, por ejemplo: i alda ná tasar “el árbol es un sauce”, tasar “un sauce” no cuenta como
el objeto de i alda “el árbol”. Por supuesto i alda es el sujeto, ya que es quien realiza la acción
que existe en la oración: “el árbol es...”, pero tasar “un sauce” no es el objeto, porque en esta
oración el árbol no le hace nada al sauce (y lo que identifica al objeto es que se le haga algo).
Más que hacerle algo al sauce, el árbol es un sauce, que son cosas diferentes: Aquí tasar es
el predicado de i alda, como se vió en la lección anterior. Pero si sustituimos máta “está
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En la Carta Plotz Tolkien indicó que en una variante del Quenya subtitulada como Libro
quenya, los nombres tienen una forma especial cuando hacen funciones de objeto. Los
nombres singulares terminados en una vocal, convertían esta vocal en larga (por ejemplo:
cirya “barco”, sería ciryá si apareciera como objeto en una oración), y los nombres que
normalmente llevan el plural acabado en –r lo cambian a –i (así “barcos” como objeto, sería
ciryai en vez de ciryar). Esta forma especial de objeto, lo que en términos lingüísticos es el
caso acusativo, era supuestamente la utilizada para escribir Quenya (¿el arcaico?). Sin
embargo, este acusativo no aparece en los textos más modernos, como en Namárië o incluso
en la última versión del poema Markirya, la cual es contemporánea de la Carta Plotz. Namárië
cantado por Galadriel, es quizá la obra más representativa del uso del Quenya hablado de la
Tercera Edad. En cualquier caso, yo no uso ese acusativo distinto en los ejercicios de este
curso (ni en mis propias composiciones Quenya). Parece claro que el uso del acusativo está
lejos del universal, dentro o fuera del contexto ficticio. Así que yo diría cirya(r) “barco(s)”, si la
palabra aparece como el objeto de una oración.
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Con el sujeto y el objeto colocados, podemos adentrarnos en otra faceta del verbo
Quenya. Así como los adjetivos concuerdan en número con los nombres a los que describen,
los verbos también concuerdan en número con sus sujetos. Vamos a echar un vistazo a la
primera línea de Namárië: laurië lantar lassi “como oro caen las hojas”, o literalmente:
“doradas caen (las) hojas”. Aquí el adjetivo laurëa “dorado” aparece en su forma plural laurië,
concordando en número con el nombre plural lassi “hojas”, como se vió en la lección anterior.
Pero el verbo lanta- “caer” también debe concordar con su sujeto plural que es lassi. Por
consiguiente, el verbo lanta- toma la terminación –r (el último verbo se parece a un supuesto
tiempo aoristo, que veremos más adelante; podemos pensar que el aoristo lantar es la
contrapartida del presente lantëar, como en nuestro idioma sería “caer”, frente a “están
cayendo” respectivamente). El plural terminado en –r nos lo hemos encontrado ya en el
apartado de los nombres, como en Eldar “Elfos”, pero los nombres también pueden tener
plurales acabados en –i, dependiendo de su forma. En el caso de los verbos, la terminación
plural en –r parece ser la universal, independientemente de cómo sea el verbo. El final en –r
no es exclusivo del presente, sino que se usa de forma parecida en los demás tiempos
verbales dondequiera que aparezca un sujeto en plural.
Tenemos ya que la terminación plural del verbo ná- “es”, sería nar “son” (alguien podría
preguntar porque el plural de ná- no puede ser nár, manteniendo intacta la vocal larga. Es
cierto, podría serlo...si no fuera porque podría llevarnos a confusión con el nombre nár
“llama”).
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Por otra parte, tanto en el caso de un objeto plural como en el de objetos múltiples no
se produce ningún efecto sobre el verbo, por ejemplo: i aran máta massa ar apsa “el rey está
comiendo pan y carne” (apsa “comida cocinada, carne”). El verbo solo concuerda en número
con el sujeto.
Tendremos en cuenta que el verbo tan solo tiene una forma plural que es la terminada
en –r. En otras palabras: el verbo llevará el final –r no solo donde el sujeto sea un plural
normal (acabado en –r o en –i), sino también donde sea dual (acabado en –u o en –t), y
donde sea partitivo plural (acabado en –li). No obstante, no tenemos ejemplos en el Quenya
de LotR y en particular, no podemos estar seguros de que el verbo tenga una forma dual
especial para usar con objetos duales (¿acabados en –t en la mayoría de los nombres como
en Aldu sílat, en vez de Aldu sílar “los dos árboles están...brillando?)”. El material publicado
hasta el momento, no nos permite sacar conclusiones fiables en este aspecto, por eso solo los
sujetos llevan forma dual en los ejercicios de este curso.
Lo último que debemos considerar en el tema de los verbos es la cuestión del orden de
las palabras. ¿En qué parte de la oración debe colocarse el verbo? Generalmente, en las
oraciones van el sujeto, el verbo y el objeto (si hay objeto), por ese orden. El lector atento ya
habrá advertido que las oraciones Quenya vistas más atrás, están organizadas de la misma
manera. Este parece ser el orden típico de las palabras en la prosa Quenya. Ejemplos de
esto, son: lassi lantar “hojas caen”, y: mornië caita “la oscuridad cae (sobre las espumosas
olas)” (ambas de la versión en prosa de Namárië). Pero hay también ejemplos de oraciones
que llevan primero el verbo, por ejemplo: en el llanto de Fingon delante de Nirmaeth
Arnoediad: ¡auta i Lomé!, literalmente: “pasa la noche!”, pero traducido como: “la noche está
pasando!” en el Silm capítulo 20. Los dos ejemplos señalados con el orden sujeto-verbo de la
prosa Namárië, aparecen en la versión poética de LotR con el orden verbo-sujeto: lantar lassi
y caita mornië. En inglés, la única forma de construir una pregunta es precisamente esa, en
ese orden verbo-sujeto, por ejemplo: “los Elfos son maravillosos” “¿son los Elfos
maravillosos?” En nuestro idioma no ocurre eso y en Quenya tampoco (¡auta i lomé! “pasa la
noche!” en vez de “la noche está pasando! /pasa!”, sea quizá tan solo el ejemplo del estilo
dramático de un lenguaje afectado; evidentemente la acción verbal se considera mucho más
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importante que el sujeto que la ejecuta. Sospecho que, en un contexto menos dramático,
podríamos decir: ¡i Lomé auta!).
Namárië nos proporciona también un ejemplo de una oración con sujeto, verbo y
objeto: hísië untúpa Calaciryo míri “el misterio (sujeto) cubre (verbo) las joyas de Calacirya
(toda esta última frase completa es el objeto)”. Aquí, otra vez el orden de las palabras es
bastante flexible, especialmente en poesía como muestran los ejemplos de Namárië.
Tenemos objeto-sujeto-verbo en la frase maryát Elentári ortanë, literalmente: “sus manos (la)
Reina de las Estrellas levantó”, traducido en LotR como: “la Reina de las Estrellas tiene sus
manos levantadas”. La oración ilyë tier undulávë lumbulë, literalmente: “todos los caminos
cubiertos por la Sombra”, lleva el orden objeto-verbosujeto (en LotR Tolkien lo tradujo como:
“todos los caminos están sumidos en la Sombra”). En la versión en prosa de Namárië Tolkien
reorganizó de forma interesante estas dos construcciones sujeto-verbo-objeto: Elentári
ortanë máryat, y: lumbulë undulávë ilyë tier. Esto es lo que nos hace pensar que este es el
orden normal, preferido cuando no hay involucradas consideraciones poéticas o dramáticas.
En general, debemos ser cuidadosos a la hora de colocar el objeto ante el sujeto, pues
en algunos casos podría haber confusión para reconocer a uno u otro (aunque la forma más
común del Quenya, no posee un caso acusativo distinto para el objeto). No obstante se
permiten ciertas inversiones cuando el sujeto es singular y el objeto es plural, o viceversa. En
ese caso, el verbo, concordando en número solo con el sujeto, lo identificará
automáticamente. En la oración ilyë tier undulávë lumbulë, podemos certificar que lumbulë
“sombra” es el sujeto, y no ilyë tier “todos los caminos”, porque el verbo undulávë no lleva la
terminación –r para concordar con la palabra plural tier, así que no puede ser el sujeto, y si lo
será el nombre singular lumbulë “sombra”.
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ejemplo: el adjetivo alto: su comparativo sería “más alto” y su superlativo “el más alto”. La
función de estas formas es la de facilitar la comparación entre varias partes. Si queremos
decir que una de las partes posee la cualidad descrita por el adjetivo en mayor medida que
otra de las partes, deberemos usar el comparativo: “Pedro es más alto que Pablo”. La forma
superlativa se usa cuando queremos decir que una de las partes posee la cualidad descrita
por el adjetivo en mayor medida quie cualquier otra de las partes que pudieran considerarse:
“Pedro es el chico más alto de la clase”.
Aquí y ahora nos centraremos en la forma superlativa de los adjetivos. Hay disponible
un diminuto rastro de evidencias: En Cartas:278-279, Tolkien explicó la forma adjetival
ancalima que aparece en LotR. La tradujo como “excesivamente brillante” y estableció que
era la construcción calima “brillante” con el prefijo an- añadido, tomando a este último como
“un prefijo superlativo o intensivo”. Por esta razón, muchos han usado el prefijo an- como el
equivalente a la terminación inglesa –est, ó a la partícula española el/la/lo más, para construir
la forma superlativa de los adjetivos, por ejemplo: anvanya “el más bello”, de vanya
“bello/maravilloso” (pero debemos recordar que ancalima sigue siendo el único ejemplo
comprobado del prefijo an- usado de este modo).
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Uno desearía que esta forma del prefijo an- fuera realmente la equivalente al
superlativo, es decir: la forma del adjetivo que implica tener la mayor parte de la cualidad
descrita, en comparación con todos los demás involucrados. Hay que advertir que Tolkien
tradujo ancalima no como “el más brillante”, sino como “excesivamente brillante”. Cuando
describe an- como un prefijo superlativo o intensivo, puede casi tomarse como “un prefijo
superlativo en vez de intensivo”. Así pues, an- quizá implique “muy, excesivamente”, en vez
de “el más” en comparación con otros. Hay que observar a pesar de todo, que el contexto en
el qe se encuentra la palabra, parece implicar cierto grado de “comparación”: en LotR,
ancalima aparece como parte de la alocución en la Lengua de Frodo, en la guarida de Shelob
(Ella-Laraña) (volumen 2, Libro 4, capítulo IX): Aiya Eärendil Elenion Ancalima. No hay
traducción en el mismo LotR, pero más tarde Tolkien estableció este significado: “Hola
Eärendil la más brillante de las estrellas” (Cartas:385). En la mitología de Tolkien, Eärendil
lleva el brillante Silmaril depositado en los cielos y que daba el brillo a las estrellas. Así, aquí
el significado parece ser un superlativo genuino: “la más brillante de las estrellas” en el sentido
más completo de “más brillante que cualquiera de entre todas las otras”. En cualquier caso, no
existe más información en cuanto a como deben formarse los superlativos, así que elegiremos
esta opción. Deberemos no obstante estar preparados por si en futuras publicaciones
apareciera más información al respecto.
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Lo que pasaría en otros casos, no lo sabemos con certeza. También podría insertarse
una vocal extra (e o a) entre el prefijo y el adjetivo con el fin de romper cualquier tipo imposible
de grupo consonántico, o cambiar la –n final del prefijo convirtiéndola en algo similar (o igual)
a la primera consonante del adjetivo. Se observan algunas similitudes en varios sitios de
nuestra recopilación, así que esta se ha convertido en nuestra teoría favorita en cuanto al uso
de an-. Ante la consonante p, la n de an- debería pronunciarse con los labios cerrados, ya que
la pronunciación de la p requiere ser algo cerrada; así pues, n podría convertirse en m. De
pitya “pequeño” podríamos derivar a ampitya “el más pequeño”, lo cual sería el resultado
remodelado de la palabra imposible en Quenya anpitya (En Quenya no existe el conjunto –
np- y, por el contrario, el grupo –mp- es bastante común).
Ante las consonantes l-, r-, s-, m-, la n de an- se asimilaría completamente al
convertirse en la idéntica consonante a la del principio de la siguiente palabra:
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Las dos grandes categorías de los verbos Quenya son: los verbos primarios que
representan una antigua raíz sin adiciones, y los verbos de raíz A, que llevan adicionado un
final que incluirá la vocal a de la raíz original (a veces solo –a, aunque por lo general son
finales más largos como –ya o –ta). Los verbos primarios forman sus presentes alargando la
vocal derivada y añadiendo –a, por ejemplo: síla “está brillando”, de sil- “brillar”. Los de raíz A,
forman sus presentes de alguna manera con la misma regla, excepto cuando se añade la
terminación –a en determinados derivados (que ya terminan en –a), que deberían ser –aa y se
cambian a –ëa. En nuestro único ejemplo comprobado del presente de un verbo de raíz A,
orea de ora- “impeler”, la vocal derivada se ha alargado. Sin embargo, en la fonología Quenya
hasta donde la entendemos, una vocal no puede estar delante de un grupo de consonantes, y
la mayoría de los derivados de A tienen un grupo de este tipo siguiendo a la vocal derivada
(por ejemplo: lanta- “caer”, hilva- “seguir”). Probablemente algunos verbos podrían formar su
presente terminado en –ëa, pero la vocal derivada seguiría siendo corta. Solo los
(relativamente pocos) derivados de A sin un grupo de consonantes siguiendo a la vocal
derivada, pueden alargarla en el presente. Un verbo concuerda en número con su sujeto,
llevando el final –r si el sujeto es plural: elen síla “una estrella está brillando”, eleni sílar “las
estrellas están brillando”.
Vocabulario:
Canta “cuatro”
Nauco “enano”
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Parma “libro”
Tiuca “gordo”
Mapa- “agarrar, asir”
Tir- “vigilar, guardar”
Lala- “sonreir” 27
Caita- “tumbarse, yacer”
Tulta- “convocar”
Linda- “cantar” (la palabra Ainulindalë o “Música (cantada) de los Ainur”).
Mat- “comer”
Cenda- “leer”
Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. I nís lálëa
b. I antiuca Nauco máta
c. I tári tíra i aran
d. I analta oron ná taura
e. I nér tultëa i anvanya vendë
f. I aiwë lindëa
g. I Naucor mápëar I canta Eldar
h. I antaura aran ná saila
2. Traducir al Quenya:
i. La mujer está mirando el barco más grande
j. Los hombres más perversos están muertos
k. El Elfo está cogiendo el libro
l. Cuatro hombres están tumbados bajo el árbol
27
De acuerdo con la última fuente PM:359; anteriormente el verbo lala- de una derivación diferente significaba “negar”: ver
la entrada LA- en Etym. No necesitamos saber cual de los dos es más obsoleto; aquí usaremos lala- como “sonreir”.
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m. El Elfo más sabio está leyendo un libro (cuidado: ¿qué puede ocurrir cuando se
añade el prefijo superlativo a una palabra como saila “sabio”?)
n. El rey y la reina están leyendo el libro
o. Los pájaros están cantando
p. Los cuatro Enanos están mirando un pájaro.
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En la lección anterior hemos visto el tiempo presente, el cual describe la acción que se
desarrolla en el mismo momento en que se habla. Sin embargo, el Quenya tiene diferentes
tiempos que cubren el pasado, el presente y el futuro: el pasado sirve para recuperar eventos
pasados.
Como hemos visto en la lección anterior, la mayoría de los verbos Quenya son de raíz
A-, lo que significa que terminan en -a. Los pasados de estos verbos se forman generalmente
con la simple adición del final -në, por ejemplo: las Etym mencionan el verbo orta- “levantar”
(ver la entrada ORO-), y en Namárië en LotR, su pasado parece ser ortanë (la traducción más
simple de ortanë es por supuesto “levantó”; la interpretación libre en LotR, emplea la
traducción “ha levantado”, pero en la traducción interlineal en RGEO:67, Tolkien lee:
“levantado” (lo que es una mera palabra alternativa a “levantó”)). Otros ejemplos de las notas
de Tolkien:
Podríamos añadir al verbo ahyanë “cambió”, del que solo consta el tiempo pasado,
como parte de la pregunta: ¿manen lambë Quendion ahyanë? “Quién cambió la lengua de
los Elfos?” (PM:395). El verbo “cambiar” podría ser ahya-.
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Debemos considerar también los “básicos” o “primarios” verbos sin terminación, verbos
que a diferencia de los de raíz A-, no llevan una vocal final: verbos como sil- “brillar”, tir-
“mirar, vigilar”, mat- “comer”.
Parece que el final -në se puede usar también para formar el pasado de algunos verbos
primarios. Tolkien citó tirnë como el pasado de tir- “vigilar” (Etym, entrada TIR-), y también
tamnë como el pasado de tam- “dar golpecitos” (Etym, entrada TAM-). En estos casos, la
adición de -në a la raíz verbal en cuestión, no produce grupos de consonantes imposibles:
tanto rn como mn, están permitidos en la fonética Quenya. Por esta razón, el final -në también
puede añadirse (probablemente) a las raices verbales terminadas en -n, ya que la nn está
asimismo aceptada en Quenya. Por ejemplo: el pasado del verbo cen- “ver” puede ser cennë
“vió”, aunque no existan ejemplos contrastados del pasado de verbos con esa forma.
La forma difícil de describir lo que pasa, es decir que la n del final -në debe cambiarse
por un infijo nasal que colaremos ante la última consonante de la raíz verbal. ¿Qué es un
infijo? Ya hemos hablado de los sufijos, elementos que se añaden al final de una palabra
(como el que forma el plural (-r), que añadido por ejemplo al nombre Elda, nos dá el plural
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Eldar), y también hemos hablado de los prefijos, elementos añadidos al principio de una
palabra (como el prefijo superlativo an-, que se añade al adjetivo calima “brillante” para
construir la forma superlativa ancalima “la más brillante”). Si queremos añadir algo a una
palabra, hay unas cuantas posiciones donde lo podemos hacer; si no son prefijos ni sufijos, la
única opción que nos queda es el “infijo”, esto es: incrustado dentro de la palabra. Por
ejemplo: el verbo mat- “comer” tiene el pasado mantë “comió” (VT39:7), ó sea: una n infija
incluida ante la consonante final de la raíz verball (la t convertida en nt). Similarmente, el
verbo hat- “romper en pedazos” cuyo pasado es hantë (Etym, entrada SKAT-).
Como ya dije, la dificultad estriba en explicar que pasa. Por hacerlo más simple: si se
añade a un verbo primario la terminación del pasado -në, resultaría uno de los grupos
imposibles: tn, cn, pn, y la n intercambiaría su posición con la consonante que va ante ella. Tn
y cn se convertirían en nt y nc; con objeto de hacer una pronunciación más fácil, np cambia
también a mp (similarmente nc podría cambiar a ñc, usando la ñ con sonido ng como hizo
Tolkien a veces -pero de acuerdo con las reglas estblecidas aquí, ñc se representará como
nc). Así:
Mat- “comer”, pasado **matnë mantë “comió”
Top- “cubrir”, pasado **topnë, **tonpë tompë “cubrió”
Tac- “abrochar”, pasado **tacnë tancë “abrochó”
Esta, es por lo menos la forma más fácil para enseñar como funciona. No podemos
asegurar que Tolkien lo imaginara realmente así: una forma como matnë, aparece en una
etapa antigua, pero últimamente convertida en mantë, intercambiando las consonantes. El
término lingüístico que define la trasposición de dos sonidos, es “metátesis”, y existen otros
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ejemplos de esto en la evolución imaginaria de los idiomas de Tolkien (ver por ejemplo en
Etym la entrada KEL-). Sin embargo, hay algunas pistas que sugieren que Tolkien imaginó
que estos tiempos pasados reflejaban el genuino infijo nasal que ya aparecía en el Élfico
Primitivo, y que no eran una mera y posterior trasposición de consonantes. Después de todo,
en cierta ocasión observó que “...el infijo nasal tiene una importancia relevante en el
Avalonio...” (SD:433; el Avalonio es otro de los nombres del Quenya). Esto es tan solo una
cuestión académica...
Los verbos primarios cuya consonante final es -l, merecen atención especial. El verbo
vil- “volar” parece tener como pasado a villë (Etym, entrada WIL-). Este ll representa
probablemente alguna combinación de l y n. Quizá villë represente a la vieja wilnë con la
terminación normal del pasado (en cuyo caso la v se convertiría en la vieja w: raíz WIL-),
convirtiendo en el Quenya al grupo ln en ll. No obstante, otros ejemplos sugieren que el viejo
ln podría producir el ld Quenya. Podría ser que villë representara al viejo winlë, esto es: una
variante del infijo nasal del verbo wil- (aunque en Quenya, nl se convierte en ll, por ejemplo: el
nombre nellë, parece que procede del viejo nen-le: Etym, entrada NEN-). Cualquiera que
fuera el desarrollo que Tolkien imaginara, los verbos primarios que llevan la l como
consonante final, forman su tiempo pasado añadiendo -lë.
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esta vez nuestro trabajo será interiorizar las reglas descritas. En lecciones siguientes,
veremos algunas formas irregulares, pero aún así, debemos examinar aquí ciertas formas
“alternativas” del tiempo pasado combinadas con las más normales que pueden ayudarnos a
asimilar el sistema normal. Así que del material que sigue, asimilaremos todo lo que podamos
para hacer los ejercicios cuando tengamos suficiente.
El pasado de los verbos primarios con -r como consonante final, está bastante
comprobado: los ejemplos son car- “hacer”, pasado carnë (Etym, entrada KAR-), tir- “vigilar”,
pasado tirnë (Etym, entrada TIR-) y tur- “gobernar”, pasado turnë (Etym, entrada TUR-).
Como ya se ha dicho antes, los verbos con esta forma, construyen su pasado añadiendo el
sufijo - në. Pero hay algunos que son algo diferentes: el pasado del verbo rer- “sembrar” no es
**rernë como podría parecer, sino rendë (ver Etym, entrada RED-). La razón de esto es el
hecho de que la raíz original de la palabra es RED- y no **RER-. El verbo rer- figuraba como
red- en las primeras etapas, y por eso, el pasado es rendë: formado simplemente por red-
con infijo nasal + el final -ë (igual que el verbo regular quet- “decir”, cuyo pasado es quentë).
Lo que lo complica todo un poco, es que en Quenya la d original solo sobrevive como parte de
los grupos ld, nd, rd; en todas las otras posiciones se cambia, y siguiendo a una vocal se
convierte en r. Así red- pasa a ser rer-, mientras el pasado rendë resulta ileso ante los
cambios fonológicos. Desde esta perspectiva, el verbo se define como “no irregular”; tan solo
es diferente porque tiene una historia especial, y esto nos lleva a algunas “irregularidades”
más en Quenya: como observó su hijo, las creaciones lingüísticas de Tolkien “...no se
imaginan como pura estructura, sin un antes o un después, sino como un desarrollo en el
tiempo...” (LR:342). A Tolkien, indudablemente le gustaba dejar constancia de su imaginario
crecimiento durante largos períodos.
139
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de nirnë (VT41:17). Hay más ejemplos comprobados señalados en el material del primer
“Qenya”, pero esos escritos no gozan de demasiada autoridad en el Quenya estilo LotR, por
ejemplo: el QL de 1915 parece incluir el verbo nyar- “explicar, decir, relatar” en esta categoría
(pasado nyandë, QL:68). Pero en el material más moderno, Tolkien derivó este verbo de la
raíz NAR- (entrada NAR², en Etym) en vez de NAD-, con lo que su pasado sería seguramente
regular (nyarnë).
Algunos verbos primarios forman su pasado evitando los sonidos nasales. El verbo
recibe la terminación -ë, la vocal que figura en todas las formas del tiempo pasado, pero en
vez de añadir un sonido nasal (infijo o como parte del final -në), se alarga la vocal del verbo,
por ejemplo: el pasado del verbo lav- “lamer”, sería lávë (comprobado en Namárië como parte
del verbo undulávë “cubierto”). Del mismo modo, el pasado del verbo negativo um- “no hacer,
no ser”, se da como úmë (Etym, entrada UGU-/UMU-; volveremos a este verbo tan peculiar
en la Lección Nueve).
Esta forma del tiempo pasado es bastante común en el primer QL y también retocada
en fuentes (pre LotR) relativamente más tardías. La Canción de Fíriel de 1936, concuerda con
el Lexicon de 1915 en que el pasado del verbo car- “hacer”, es cárë (QL:45, LR:72; la
ortografía usada en estas fuentes es káre). No obstante, de acuerdo con Etym, entrada KAR-,
el pasado es carnë y esta es la forma que usaremos aquí: Etym son al menos en parte,
ligeramente más nuevas que La canción de Fíriel. Siguiendo el modelo de cárë, algunas
fuentes pre-LotR dan túlë como pasado del verbo tul- “venir” (LR:47, SD:246), y villë como
pasado de vil-, en Etym se sugiere que el pasado “vino” podría más bien ser tullë
(representando a los anteriores tulne o tunle).
Pudiera parecer que Tolkien decidió limitar el uso de la formación del pasado
representado por túlë y cárë, aunque nunca lo abandonó del todo, como demuestra la forma
undulávë en Namárië de LotR. Se podría esperar que el pasado de lav- “lamer” fuera
**lambë en vez de lávë. La forma de pasado lambë se podría construir con el infijo nasal de
la raíz original de la palabra LAB- (también contemplada en Etym): En Quenya la b
acostumbra a convertirse en v siguiendo a una vocal, pero la b persiste sin cambios en el
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grupo mb. El QL presenta a ambë como pasado del verbo av- “partir, marchar” (QL:33); este
podría ser un ejemplo de este fenómeno. Sin embargo **lambë como pasado de lav- podría
confundirse con el nombre lambë “lengua, idioma”; quizá por este motivo, Tolkien se decidiera
por la forma irregular lávë. ¿O deberíamos generalizar a partir de lav- y permitir que todos los
verbos primarios Quenya terminados en -v formen sus pasados con la forma de lávë?
Afortunadamente, estos verbos no son muy numerosos. Hay otro verbo lav- diferente que
significa “permitir, conceder” (raíz DAB-, ver Etym), posiblemente un verbo tuv- “encontrar”
(raíz verbal procedente de una forma más larga), más tyav- “probar” (ver la entrada KYAB- en
Etym).
¿El pasado “probó” debería ser tyambë o tyavë? La última forma es la que aparece en
QL., página 49, aunque la forma usada en QL está comparada bastante libremente con el
Quenya moderno, no tenemos la seguridad de que esta información sea válida en las úlltimas
etapas de la concepción de Tolkien (tyávë está contrastado en una fuente post- LotR como el
nombre “sabor”, por lo que no está muy claro que forma debe usarse para decir “probó”. En el
Lexicon de 1915, Tolkien tenía nombres y tiempos verbales idénticos y coexistiendo; ver
QL:49, entrada KUMU-).
Hay algunos casos curiosos de verbos derivados algo más largos “dejando caer sus
finales” y aplicando el estilo lávë- en los pasados derivados directamente de la raíz
inacabada. Un ejemplo antiguo es el verbo serta- “atar”, pasado sérë (QL:83) en vez de
**sertanë como podría esperarse. Estas construcciones están lejos de ser las del Lexicon de
1915, pero la idea no estaba completamente obsoleta en el Quenya moderno: las Etym de la
mitad de los ’30, recuerdan que el verbo onta- “crear” tiene dos pasados posibles: además de
la forma regular ontanë, tenemos también la forma irregular ónë (Etym, entrada ONO-).
Los verbos de raíz A más simples, los que añaden la terminación corta -a a la raíz (y no
una terminación más larga como: -ta, -ya), pueden perder también esa terminación en la
fomación de algún pasado. Más atrás hemos señalado que la forma tyávë en QL, es una
forma pasada comprobada del verbo tyar- “probar”, pero en el Lexicon de 1915, el verbo
“probar” es de raíz A: tyava-: no es el verbo primario tyav- como ocurría en las fuentes más
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modernas (QL:49, frente a Etym entrada KYAB-). Con arreglo al último sistema, podríamos
esperar que uno de raíz A como tyava- tuviera el pasado tyavanë, pero la validez de ambas
formas en el Quenya estilo LotR, es muy cuestionable. ¡Es más común hacer los pasados de
los de raíz A más simples, de forma más “regular” si pretendes ignorar la terminación -a!
El verbo lala- “sonreir” es otro ejemplo de uno de los más simples verbos de raíz A. Su
pasado puede ser lalanë, pero también podría ser que fuera como el de un verbo primario. De
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ser así, deberemos tener en cuenta el hecho de que lala- es un derivado del viejo glada-
(PM:359); este es uno de los casos en los que una d siguiendo a una vocal se convierte en l
en vez de en r (influenciado por la l inicial de la palabra).
Si lala- tiene un pasado “corto” no será seguramente lallë, sino landë (derivado del
infijo nasal del original g-lada-). Por otro lado, el parecido, pero a la vez distinto verbo lala-
“negar”, se encuentra en Etym (LR:367) sin llevar una d, así que su pasado será lallë (a
menos que sea lalanë, y creo que me inclinaré por esta forma).
Etym proporciona algunos ejemplos de los más complejos verbos de raíz A que
también pierden su terminación y se transforman efectivamente a sí mismos en verbos
primarios en el tiempo pasado. El verbo farya- “bastar” parece tener su pasado en farnë
(Etym, entrada PHAR-); aquí desaparece todo el final -ya en el pasado, que se forma como si
fuera el de un verbo primario **fer-. Basándonos en algunos ejemplos regulares como el que
ya hemos visto (ulya- “verter”, pasado ulyanë), podríamos suponer que el pasado de ferya-
fuera **feryanë. Pues bien, nuestro ejemplo “regular” ulya- tiene también un pasado
alternativo que es ullë (Etym, entrada ULU-), y este es un ejemplo particularmente
interesante, para el que Tolkien dio algunos significados diferentes. Hay un desarrollo más
completo sobre esto en la Lección Diez; de momento será suficiente con saber que la mayor
parte de los verbos terminados en -ya, pueden conservar ese final cuando se les añade el
sufijo pasado -në (pero ullë como pasado de ulya- formado directamente de ul- en vez de
hacerlo desde la forma completa del verbo, confirmaría el hecho de que los verbos primarios
acabados en -l tienen sus pasados terminados en -lë. Exceptuando a ullë, solo tenemos el
ejemplo de vil- “volar”, pasado villë, lo que es una añadida, ¡aunque indirecta confirmación de
que esta forma es bastante correcta!)
Por último vamos a ocuparnos de una extraña forma de pasado que afecta a los verbos
terminados en -ta. Quizá no sea irregular, pero Tolkien describió esta forma de pasado, como
“regular...para los verbos de esta clase terminados en -ta” (WJ:366). Sin embargo, esta
formación no está ni mucho menos clara. Ya se ejemplificó en el material más antiguo: el
Lexicon de 1915 contiene el verbo lahta- (QL:50; el verbo no está descrito claramente), cuyo
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Nuestra única pista real, es lo que Tolkien escribió en WJ:366, donde declaraba
sorpresivamente que la forma oantë (el pasado de auta- “marchar, salir”), es una forma
bastante regular “...para los tipos de verbos acabados en -ta...”. Con arreglo al sistema
“regular” hemos intentado redactar oantë en vez de **autanë que, inevitablemente nos parece
muy irregular. Tolkien derivó el verbo auta- de la raíz AWA- (WJ:365), cuya forma en el idioma
primitivo significa probablemente awatâ (mi reconstrucción). Como sabemos, el Quenya
deriva del Elfico Primitivo, donde desaparece la segunda de dos vocales cortas idénticas, en
sílabas concomitantes; así pues, awatâ podría haberse acortado a aw’tâ = autâ y esto nos
devuelve directamente al auta- del Quenya ancestral. Pero parece que el viejo pasado de un
verbo como awatâ, con una vocal precediendo al final -tâ, se formaba con infijo nasal: Tolkien
dio explícitamente el pasado del verbo primitivo como awantê (WJ:366); la forma usada es
áwa-n-tê, los guiones antes y después de la n, aparentemente sirven para enfatizar el hecho
de que es un infijo (el acento en la á inicial, tan solo indica el énfasis, no que la vocal sea
larga).
En el caso de una palabra como awantê, la regla de que la segunda de dos vocales
idénticas se pierde, no se puede aplicar (**aw’ntê), porque esto no puede ocurrir
inmediatamente delante de un grupo de consonantes, y el infijo nasal produce aquí un grupo
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nt. La forma final de awantê en Quenya, renombrada a oantë, se halla de alguna manera
oscurecida porque el grupo awa se convierte después en oa en Quenya (aunque este cambio
no afecta a la formación del pasado). Ahora podemos explicar porque un verbo como orta-
tiene como pasado a orontë: en Etym, la raíz original figura como ORO- (LR:379), con lo que
probablemente Tolkien quiso decir que el verbo orta- descendía del viejo orotâ- tras la
pérdida normal de la segunda vocal. Pero el pasado de este orotâ-, era la forma infijo-nasal
orontê (ambas son reconstrucciones mías), y esto produjo el vocablo Quenya orontë, la
segunda vocal permanece en este caso, porque le sigue el grupo consonántico nt (nadie
quiere pronunciar **orntë!, ¿verdad?)
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que indica que es “poética o arcaica” (LR:347); ¿quiere esto dar a entender que habitualmente
debe sustituirse por la forma no arcaica ortanë? Considerando especialmente como Tolkien
imaginaba últimamente la historia de la lengua Quenya (usada como lengua ceremonial en la
Tierra Media, pero sin ser la lengua materna de mucha gente), podríamos decir con relativa
seguridad que su gramática se simplificó, sus formaciones más complejas fueron suprimidas y
reemplazadas por otras más simples y analógicas. De hecho, es oantë en vez de **autanë
(como pasado de auta- “dejar”), el único verbo en el que pienso que debemos usar esta
especial formación de tiempo pasado, a menos que aceptemos sin reservas algunos de los
materiales más antiguos del Quenya (yo lo hago por completo).
Con esto concluimos nuestra salvación de unas cuantas extrañas e irregulares formas
del tiempo pasado; como ya dije, los ejercicios que vienen a continuación tienen sin embargo
la función de reflejar el sistema regular. Recordemos que al igual que en el presente, la forma
del pasado lleva también el final en -r si tiene un sujeto plural (o varios sujetos). Por ejemplo:
el pasado más simple del verbo lanta- “caer” es lantanë, pero con un sujeto plural sería
lantaner (SD:246). Naturalmente, la diéresis sobre la -ë final, desaparece ya que la vocal no
tiene un final largo cuando se le añade la terminación -r del plural.
Mientras se suceden las formaciones irregulares, parece que el pasado de los verbos
en Quenya, se forma típicamente de acuerdo con estas reglas: los verbos de raíz A, llevan el
final -në. Los verbos primarios o de final indefinido, pueden llevar también ese final si sus
últimas consonantes son -r o -m, probablemente también -n (aunque no hay ejemplos). Si a un
verbo primario terminado en -l se le añade el final -në, se convertirá en -lë (dando como
resultado un ll, por ejemplo: villë como pasado de vil- “volar”).
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será el pasado de top- “cubrir”), otras veces como una n (mantë sería el pasado de mat-
“comer”).
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Vocabulario:
Lempë = cinco
Elen = estrella
Harma = tesoro (nombre)
Sil- = brillar (verbo) (con luz blanca o plateada, como el brillo de una estrella o de la
Luna)
Hir- = encontrar (verbo)
Cap- = saltar (verbo)
Tec- = escribir (verbo)
Quet- = hablar, decir (verbo)
Mel- = amar (verbo) (como amigo, no existe una palabra Quenya para definir el amor
erótico entre sexos, al menos no se ha publicado)
Cen- = ver (verbo) (relativo a cenda- “leer”, palabra derivada de otra forma más antigua
de la misma raíz y significado, básicamente “mirar de cerca”)
Orta- = levantar (verbo) (también se usa para “elevar, alzar”)
Harya- = poseer, tener (verbo) (relativo al nombre harma “tesoro”, referido
básicamente a “posesión”)
Ejercicios:
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El Tiempo Futuro
En esta lección presentaremos dos nuevos tiempos del verbo: el futuro y el aoristo. Nos
llevará algún tiempo el intentar definir la función del último, pero la del futuro no será muy
difícil de comprender: este tiempo se usa para referirse a acciones futuras. En inglés no
existen tiempos futuros distintos, a diferencia de otros idiomas (...) 28. Los idiomas como
Quenya y Sindarin, poseen verdaderos tiempos futuros en sus verbos. Por ejemplo: el futuro
de hir- “encontrar” aparece en Namárië, en la oración nai elye hiruva “puede que tu
encontrarás (lo)” (posiblemente tu lo encontrarás). El ejemplo hiruva “encontrarás” incluye lo
que parece ser un normal (posiblemente universal) futuro Quenya, marcado: la terminación
-uva. Esta forma se confirma en el Poema Markirya que incluye los ejemplos: cenuva “tendré
en cuenta”, tiruva “vigilaré” y hlaruva “oiré” (de los verbos: cen- “ver, percibir”, tir- “vigilar”,
hlar- “oir”). En LR:63, Tolkien traduce el verbo queluva como “caerá”, por lo que un ejemplo
del presente o “no pasado”, se adaptaría también al futuro. El contexto indica claramente que
la acción verbal en cuestión pertenece al futuro: ¿Man tárë antáva nin Ilúvatar, Ilúvatar,
enyárë tar i tyel írë Anarinya queluva? “¿Qué me darás Ilúvatar, oh Ilúvatar, en el día
después del final, cuando caiga mi Sol?” (literalmente: “caerá”).
Los ejemplos posteriores tan solo recogen el futuro de los verbos primarios o sin
terminación. Parece que el final -uva se usa también en el caso de los (más numerosos)
verbos de raíz A, los que sin embargo, pierden su -a final ante la terminación del futuro que se
debe añadir (ver una excepción en la nota que hay más adelante). En una fuente post- LotR,
el futuro del verbo linda- “cantar”, aparece como linduva (comprobado con un final
secundario; ver el artículo de Taum Santoski en Octubre de 1985, publicado en el boletín
“Más allá de Bree”). También tenemos el futuro del verbo de raíz A ora- “urgir, empujar” que
aparentemente, es oruva en otra fuente post-LotR (VT41:13,18; Tolkien escribió oruv. pero el
28
Hay aquí algunas explicaciones acerca de la formación del tiempo futuro en inglés que, por ser irrelevantes en esta
versión en español, no voy a incluir en la traducción. (N. Del T.)
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editor puntualizó que: “el punto podría ser una inadvertida a incompleta”: ninguna palabra
Quenya termina en -v).
NOTA: El final -a no desaparece ante la terminación -uva, cuando se usa esa -a es
también la única vocal de la raíz verbal. Así, la forma futura de las cópulas derivadas de la raíz
NÂ- “ser” (ná = es), no será **nuva, sino nauva: Esta palabra que significa “será”, está
comprobada en VT42:34.
Puede que Tolkien en algún momento imaginara algún sistema más complicado
referente a los verbos de raíz A. Antes hemos destacado una línea del texto pre-LotR llamado
La Canción de Fíriel, que incluye antáva como futuro de anta- “dar” (LR:63-72). Aquí Tolkien
parece usar un sistema mediante el cual los verbos de raíz A, forman su futuro alargando la
final -a, a una -á y añadiendo el final -va (¿una variante más corta de -uva?) No obstante, a la
luz de los últimos ejemplos linduva y oruva (en vez de **lindáva y **oráva), podemos
concluir que Tolkien decidió hacer de -uva la, más o menos forma universal de futuro: este
final solo produce la desparición del final -a de los de esa raíz A. Mis mejores intuiciones me
dicen que en el Quenya estilo LotR, el futuro de anta- debería ser antuva en vez de antáva,
por lo que Tolkien habría simplificado el sistema.
Hay sin embargo una posible complicación también en el Quenya estilo LotR, en lo que
se refiere a los verbos primarios. En Namárië de LotR, aparece la forma futura enquantuva
“rellenará, volverá a llenar”. Quitando el prefijo en- “re”, tenemos quantuva “llenará”. Esta
palabra acostumbra a usarse como futuro del verbo quanta- “llenar”, relativo al adjetivo
quanta “lleno”. En el vocabulario del primer Quenya de Tolkien, figura este verbo (QL:78:
qanta-). Sin embargo, como media década después de la publicación de LotR, en el ensayo
Quendi y Eldar, Tolkien citó el verbo Quenya “llenar” como quat- (WJ:392). Este puede
parecer un verbo primario cuyo pasado sea posiblemente quantë (también se dá el pasado
qantë en QL:78, pero existe un motivo evidente para permitir la forma corta de la completa
qantanë; el pasado regular del verbo quanta-, sería también quantanë en el Quenya actual).
Si Tolkien ha decidido que el verbo Quenya para “llenar” sea quat- y su futuro quantuva
como en Namárië, ¿debemos concluir que los verbos que forman sus pasados con infijo nasal
+ final -ë, formarán sus futuros con infijo nasal + final -uva? Por ejemplo: ¿deben los futuros
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de mat- “comer”, top- “cubrir” y tac- “abrochar”, ser: mantuva “comerá”, tompuva “cubrirá”,
¿tancuva “abrochará”? (comparar con el infijo nasal en las formas del pasado: mantë,
tompë, tancë). ¿O simplemente deberíamos añadir el final -uva a la raíz verbal, sin más
manipulaciones, dando como resultado: mantuva, topuva, ¿tacuva? Los principios generales
sugieren esto último, pero subsiste el curioso ejemplo de quantuva junto a quat-. Si existe el
infijo nasal en el futuro, deberíamos aceptar que el verbo “llenar” podría ser cualquiera de los
dos: quanta- o quat-, con sus diferentes futuros: quantuva y quatuva.
He usado formas de futuro con infijo nasal en algunas de mis propias composiciones (y
hay quienes ponen una gran confianza en mi experta opinión en la medida de lo posible). Pero
bien pudiera ser que Tolkien al mencionar la forma quat- en WJ:392, tan solo estuviera
intentando que la raíz subyacente KWATA- se manifestara de alguna manera en el Quenya.
El vocablo exacto en la fuente hace una referencia a “la raíz verbal *KWATA, Quenya quat-
“llenar”. Si quat- solamente es la forma de la raíz antigua KWATA- que aparece en Quenya, el
verbo actual “llenar” podría ser también quanta-, futuro quantuva (comparar por ejemplo la
entrada PAT- de las Etym, la cual produce el verbo Quenya panta- “abrir”). También hay un
adjetivo panto “abierto” en un perfecto paralelismo con quanta “lleno”, cercano al verbo
quanta- “llenar”; quizá el verbo derive del adjetivo en ambos casos. Alternativamente, quat-
realmente es el verbo “llenar” y no solamente una forma de raíz subyacente, aunque el futuro
quantuva ya presupone un quanta- derivado de A más largo. Quizá Tolkien habría planeado
olvidar que ya había publicado una forma de raíz A del verbo quanta- “llenar” y por eso no lo
liberó de su final más largo para dejarlo reducido al verbo primario quat- (ver en PM:367-371
un ejemplo del trabajo de Tolkien con algunas elaboradas explicaciones cuando lo desechó
porque descubrió que entraba en conflicto con lo que ya había publicado en LotR, una fatal
nota al pie en los apéndices, en la que se obligaba a renunciar a sus nuevas ideas!).
Así pues, el material disponible no nos permite sacar conclusiones fiables a este
respecto. Los escritores pueden aplicar con los verbos, el mismo criterio en cuanto al infijo
nasal para formar los futuros, que el que se aplica con los pasados (argumentando que lo de
esta pareja: quat-/quantuva, es el trabajo del idioma), o bien pueden elegir el dar una
explicación de cuales son las diferencias entre quat- y la forma del futuro de un verbo primario
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al que se le añade tan solo la terminación -uva (como en hir-/hiruva). Como quiera que los
usuarios del Quenya probablemente podrán permitirse el lujo de vivir con esa duda, hasta que
lleguen futuras publicaciones que aporten algo más, nos permitiremos ahorrarnos la
explicación verdadera.
Se debe aceptar que el futuro, como los otros tiempos, llevará el final -r donde haya un
sujeto plural (por ejemplo: elen siluva “una estrella brillará”; cuyo plural sería eleni siluvar “
”las estrellas brillarán”.
El Aoristo
Hasta ahora hemos visto los tres tiempos correspondientes a la trinidad básica: pasado,
presente y futuro. Pero, el verbo Quenya tiene además otros tiempos. Uno de ellos es el
Aoristo. El uso de este término con referencia a la gramática Quenya fue largamente discutido
por algunos, pero finalmente un texto de Tolkien aparecido en Julio de 2000 demuestra que
realmente inventó un tiempo Quenya llamado Aoristo (VT41:17). Es tan difícil entender la
función que tiene el Aoristo, como para alguien sin entrenamiento lingüístico entender que el
presente, el pasado y el futuro son cuatro tiempos (algunos lingüistas dirían que el aoristo no
es estrictamente un tiempo, de acuerdo con ciertas definiciones del término; sin embargo,
Tolkien usó las frases “tiempo aoristo” en VT41:17. No discutiremos eso aquí. Esa es una
cuestión meramente académica). Entonces, ¿qué es realmente un aoristo?
Comenzaremos por la palabra en sí misma: viene del griego y significa literalmente algo
como ilimitado o indeterminado. La palabra se acuñó originalmente para describir cierta forma
del verbo griego. En griego, esta forma contrasta con el tiempo pasado o imperfecto; el último
se usa para definir una acción pasada que está siendo hecha a lo largo de un período de
tiempo (no es exactamente una acción momentánea). Por otro lado, el aoristo no tiene
implicaciones que observen la duración de la acción. Tan solo denota una acción pasada, un
período, sin demasiadas distinciones. Cuando se compara con el imperfecto, el aoristo griego
puede usarse para una acción momentánea o con un final muy fijado, muy claro (no una
acción continua). Otro uso del aoristo griego no se asocia especialmente con el pasado: el
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aoristo puede usarse para expresar “verdades generales” que no tienen un límite específico
de tiempo, como: “la oveja come hierba”.
El aoristo Quenya como el griego, puede usarse para expresar “verdades generales”.
Nuestro mejor ejemplo es una oración que aparece en WJ:391, donde los Elfos son descritos
como i carir quettar ómainen “los que hacen palabras con las voces”. El verbo aoristo carir-
“hacer” denota aquí un hábito general de los Elfos, que cubre el pasado, el presente y el
futuro, ya que los Elfos hacen palabras con las voces a lo largo de toda su historia de forma
habitual. La frase polin quetë “puedo hablar” (VT41:6) incluye otro verbo aoristo, y otra vez
una “verdad general” se nos presenta, aunque en este caso, es solo relativa al que habla: el
significado es por supuesto: “yo puedo (siempre) hablar”, presentando una capacidad general,
no solo temporal que se pudiera aplicar solo al presente (como si el que habla fuera mudo
ayer y pudiera volver a hablar mañana). Así tenemos que una función importante del aoristo
Quenya, es que se usa o puede usarse, para definir acciones verbales que trascienden el
“aquí y el ahora” (describiendo una situación general e intemporal). En Namárië de LotR,
Galadriel describe el estado deprimente de la Tierra Media usando un verbo aoristo:
sindanóriello caita mornië “fuera del país gris, cae la oscuridad” (no se presenta caitëa “está
cayendo”, como si fuera un fenómeno estrictamente presente, próximo a desaparecer). Las
primeras palabras de Namárië también incluyen un aoristo: laurië lantar lassi “como el oro
caen las hojas”, pero no es solo una descripción del “aquí y ahora” de las hojas cayendo (lo
que sería lantëar, en presente): las líneas siguientes indican que Galadriel describe la
situación general en la Tierra Media, el efecto otoñal recurrente da la sensación de que ella ha
estado viéndolas caer yéni únótimë “durante años incontables”. Así pues, nuestro ejemplo “la
oveja come hierba” es probablemente el mejor homenaje que podemos hacer al uso de un
verbo aoristo: mámar matir salquë (singular “oveja” = máma, “hierba” = salquë). Como se
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demuestra en el ejemplo polin quetë “puedo hablar”, el aoristo se puede usar para describir
las capacidades o hábitos de un solo individuo: i máma matë salquë “la oveja come hierba”.
Sin embargo, parece que el aoristo Quenya no solo se usa para describir “verdades
intemporales”. En algunos casos el mismo Tolkien dudaba en la elección entre el aoristo y el
presente, describiendo este último típicamente una acción aquí/ahora continuada. Esta duda
por parte de Tolkien da a entender hasta que punto estos tiempos son intercambiables.
Tenemos un aoristo en la frase órenya quetë nin “mi corazón me dice” (VT41:11), la cual
tiene aparentemente alguna similitud con los vocablos alternativos órenya quéta nin
(VT41:13), usando un tiempo presente en lugar de un aoristo. En el saludo famoso: elen síla
lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla [está brillando] en la hora de nuestro encuentro”,
Tolkien decidió finalmente usar una forma presente (pero en bocetos anteriores usó el aoristo
silë: RS:324). Este saludo, tiene relevancia solo para “nuestro encuentro”, obviamente no
puede describir una “verdad general” trascendiendo al tiempo. Aparentemente está permitido
usar una forma aorista en algunos contextos (aunque Tolkien decidiera que era mejor usar el
presente).
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En la exclamación ¡auta i lómë! "la noche está pasando!" (Silm. capítulo 20), la forma
auta podría ser un aoristo (contrastando con el presente que será casi con toda seguridad
autëa). Tolkien usó la traducción "está pasando" en vez de "pasa". Así pues, parece que el
aoristo puede usarse también en una acción continua; aunque esto no esté dicho con
concreción, gramaticalmente hablando. Si esto es así, sería difícil precisar en que casos
concretos sería un error reemplazar el presente por un aoristo. Usaremos el aoristo
simplemente como una manera neutral de definir acciones presentes, aunque algunas de
estas acciones sean continuas, habituales o una mera expresión de verdades generales (así:
mámar matir salquë "la oveja come hierba", se podría entender como "la oveja está
comiendo hierba", aunque este significado sea probablemente mejor (pero fuertemente
obligatorio), para usarlo con el presente mátar). En la elección entre el aoristo y el presente la
única regla difícil y rápida que debemos tener en cuenta parece ser que el presente no debe
usarse con referencia a las acciones sin duración definida: el presente Quenya también se
usa en algunos tipos de acciones continuas (en realidad hay quien se refiere al tiempo
presente en lugar de hablar de la forma continua). Más allá de esta única restricción, parece
que podemos escoger libremente entre el aoristo y el presente.
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Sin embargo, por regla general parece que el aoristo Quenya se corresponde con el
presente simple (al menos en inglés, el cual se distingue por llevar o no una -s final,
dependiendo del contexto gramatical). Tolkien tradujo aoristos Quenya como, por ejemplo:
topë "cubre" (LR:394), macë "tala" (VT39:11), tirin "veo" (LR:394). El presente Quenya por
otra parte, tiene su mejor traducción usando la construcción inglesa "is...ing": tópa "está
cubriendo", máca "está talando", tíran "estoy vigilando" (el durativo español). El final -n en los
ejemplos tirin/tíran, al igual que en la forma polin "yo puedo" citada más atrás, significa "yo":
este sufijo se estudiará en la siguiente lección.
En la Lección Cinco, vimos que el presente quéta denota "está diciendo" en vez de
"dice"; inversamente el aoristo quetë significa "dice" en vez de "está diciendo". Si el aoristo
Quenya se usa de alguna manera como el presente inglés simple, podrá usarse para describir
acciones que se perciben con una duración menor de la habitual. Por ejemplo: un aoristo
como capë "salta", puede describir una acción que es momentánea (el salta) o
habitual/característica (las ranas saltan).
Parece que hay también algunos ejemplos de Tolkien del uso del presente continuo
Quenya en lugar del aoristo, donde el inglés traduce el verbo en cuestión como una simple
forma presente y no como una construcción is...ing. Consideremos la siguiente línea de
Namárië: hísië untúpa Calaciryo míri "el misterio cubre las joyas de Calacirya". El presente
untúpa describe una acción continua, más literalmente "está cubriendo", pero aquí Tolkien
escribió "cubre". Presumiblemente, no se escribió usando un aoristo. Después de todo, que el
misterio cubre las joyas de Calacirya, se percibe claramente como un estado general de las
cosas, no solamente como un fenómeno metereológico continuo que pudiera desaparecer en
cualquier momento. (el aoristo sería seguramente untupë - ¿quizá esta forma, acentuada en
la primera y no en la penúltima sílaba, se ajustaría mejor a la métrica del poema de Tolkien? -
De cualquier forma, el último elemento de este verbo untup- parece ser una variedad de top-
que aparece en las Etym; ambos verbos significan "cubrir").
Otro ejemplo de un tiempo presente donde podría esperarse ver un aoristo, se puede
encontrar en El Juramento de Cirion (UT:305,317), en la oración: i hárar mahalmassen mi
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Númen "aquellos que se sientan en los tronos del Oeste". Esto se refiere a los Valar, y su
entronación en el Oeste se debe considerar como una "verdad general", tanto como lo es una
verdad general el hecho de que los Elfos hacen (aoristo: carir) palabras con sus voces.
Tolkien usó lo que parece ser un presente en vez de un aoristo: hára, plural hárar,
aparentemente en alusión al verbo primario har- "sentarse". El aoristo plural, sería harir.
Debemos notar que Tolkien tradujo hárar como "sentado" en la traducción de UT:305, y
empleó la traducción más literal "están sentados" en su desarrollo lingüístico en UT:317. Esto
parece demostrar que en Quenya, se puede usar indistintamente el presente y el aoristo para
describir un estado general de las cosas. Después de todo, la gran cantidad de tiempo que ha
pasado desde que los Valar fueron entronizados lo convierte en una "moda continua".
También en la frase yonya inyë tye-méla "yo también, hijo mío, te amo" (LR:61), Tolkien usa
un presente en vez del aoristo: literalmente inyë tye-méla, significaría "te estoy amando",
pero la referencia debe ser un estado emocional más permanente. Si lo hubiese escrito otro
que no fuera Tolkien, dificilmente yo lo hubiera advertido si el escritor en cuestión hubiera
usado un aoristo (melë) en vez de méla (sigo creyendo que en este caso, era más adecuado
el uso del aoristo, aunque...si Tolkien lo escribió así...!) Este ejemplo confirma que el presente
también se puede usar para describir verdades generales o situaciones más o menos
permanentes, aunque este sea más típicamente el territorio del aoristo.
Puedo imaginar pefectamente que tras este desarrollo, el estudiante esté ansioso por
saber si hay algún punto concreto en el que se puedan distinguir el aoristo del presente, sin
que sus funciones se sobrepongan unas a otras (la única regla concreta es que si algún tipo
de acción presente no puede ser continua en modo alguno, o no tiene una duración concreta,
deberemos usar el aoristo). En cualquiera de los otros contextos posibles, sirven
aparentemente ambos, y el uso del aoristo puede no ser necesario, implicando que la acción
tiene menos duración de lo esperado, por ejemplo: se podría describir también una verdad
general o profundizar en una acción continua (como en auta "está pasando"). El contexto
debe tomarse en consideración.
Solo puedo decir que yo no hice este idioma (fué otro chico...) Quizá en futuras
publicaciones se arroje más luz sobre estas sutiles distinciones que Tolkien tenía en la
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cabeza. En los ejercicios que he preparado para este curso, he usado aoristos consistentes y
compatibles con el presente simple inglés, del mismo modo que he usado el presente Quenya
para la construcción inglesa is...ing. Creo que los escritores que trasladen este uso del inglés
al Quenya, encontrarán acertada esta fórmula (¡o al menos, yo no he localizado errores
palpables!) para la mayoría de los casos.
Esta es la función del aoristo, difícil pero precisa. Ahora nos centraremos en como se
forma el aoristo Quenya.
Parece ser que en el Elfico Primitivo, las reglas acerca de como se construía el aoristo,
eran bastante simples: en el caso de un verbo derivado o de raíz A-, el tiempo aoristo era
simplemente idéntico a la propia raíz verbal (independientemente del hecho de que el aoristo
pudiera por supuesto, recibir algunas terminaciones secundarias (como la -r del plural),
cuando fuera necesario). El presente no tenía una terminación determinada para el tiempo.
Observando a los verbos de raíz A-, resulta que este sistema persiste en el Quenya. El aoristo
de un verbo como lanta- "caer", es simplemente lanta "cae" (aparece en Namárië, aunque
con la terminación -r del plural, concordando con su sujeto "hojas": laurië lantar lassi
"doradas caen (las) hojas".
En el caso del primario o verbo sin raíz A-, como mat- "comer", originariamente (en el
Elfico Primitivo) formaba su aoristo con el final -i: "come" sería mati. En modo alguno se
puede asegurar que el final -i pertenezca estrictamente al aoristo. Si fuera así, podríamos
verlo también en la formación de los tiempos aoristos de los verbos derivados o de raíz A-.
Quizá la regla para la formación del aoristo en el Elfico Primitivo podría ser algo como esto:
"El aoristo es normalmente idéntico a la raíz verbal, pero en el caso del verbo primario o sin
derivación verbal, llevará el final -i como recurso ante la ausencia de cualquier otra
terminación". (Debería añadir que este simplificado punto de vista no está exento de
problemas, pero funcionaría en la mayoría de los casos). Este sistema persiste especialmente
en el Quenya, donde el desarrollo fonético derivado del Elfico Primitivo, ha añadido una
complicación menor: donde había un final -i en el Elfico Primitivo, se cambia ahora por -ë. (por
ejemplo: el nombre Quenya rincë "sacudida rápida" que desciende del primitivo rinki: ver la
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entrada RIK(H)- en Etym. La -i Quenya del final, acostumbra a ser la versión acortada de la
antigua -î larga). Así la vieja forma mati "come" se ha convertido en Quenya en matë. Pero,
aunque este cambio solo ocurre donde hay una -i final, aún podemos ver mati- si el aoristo no
lleva ninguna terminación, aparte de la -r si el sujeto es plural. Así, Nauco matë "un Enano
come", con el sujeto plural, sería: Naucor matir "los enanos comen". El final -i enmascarado,
resulta que no era un final real después de todo y, por consiguiente, no cambia a -ë.
NOTA 1: Hay algunos ejemplos de lo que parecen ser formas aoristas donde la
terminación -ë persiste en la forma -e-, incluso si el aoristo recibe una terminación. Por
ejemplo: ¿cuál debería ser el aoristo plural del verbo ettul- "aparecer"? = Figura como ettuler
(en vez de la forma esperada ettulir) en SD:290. Quizá Tolkien imaginó en algún momento
que la primitiva terminación -i se convertiría en -e en todas las ocasiones, incluso cuando no
fuera final (como ettulir se cambia a ettuler en analogía con la forma sin final ettulë). Esto
parece haber sido solo una fase "pasajera" en la evolución del Quenya de Tolkien: en nuestra
mejor fuente, el ensayo Quendi y Eldar de 1960, el aoristo plural de car- "hacer", figura como
carir y no **carer (WJ:391). Tolkien había restablecido el sistema que empleó un cuarto de
siglo antes, en Etym (la forma ettuler se traduce (aparentemente) como "están a mano" en
SD:290; una traducción más literal, sería "están apareciendo". Esto confirmaría que el aoristo
también podría usarse para definir acciones continuas; este tiempo es simplemente
intrascendente para la duración de la acción, mientras que el presente o continuo, identifica
explícitamente una acción continuada. En nuestros ejercicios, usaremos el aoristo en su forma
más típica (para denotar acciones que son momentáneas o habituales, pero sin tiempo
determinado).
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observar también que algunos verbos derivados (raíz A-), incluyen una vocal intrínsecamente
larga, por ejemplo: cúna- "doblar", súya- "respirar" o móta- "trabajar duro, esforzarse". Para
usar el último verbo como ejemplo, diré que su aoristo sería seguramente móta, aunque
pudiera parecer el presente de un inexistente verbo primario **mot- (debemos aceptar que el
presente de móta, será mótëa).
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Vocabulario:
Enquë: “seis”.
Ilya: (nombre/adjetivo): “todo, cada” (“cada” ante un nombre singular. Por ejemplo: ilya
Elda (cada Elfo), pero ilya por si mismo, significa “todo”). Vemos como con un nombre
plural, esta palabra significa también “todo” y se declina en el plural como un adjetivo
normal, así tenemos la forma ilyë en vez de la más vieja ilyai (ilyë tier “todos los
caminos” en Namárië, e ilyë mahalmar “todos los tronos” en El Juramento de Cirion).
Rimba: (adjetivo): “numeroso”, usado aquí como “muchos” (seguramente derivado de
rimbë cuando se usa en conjunción con nombres plurales, si se declina como otro
adjetivo –así, por ejemplo: rimbë rávi “muchos leones”).
Atan: “Hombre” (no macho que sería nér, sino Hombre Mortal como opuesto al Elfo
Inmortal, o al Enano. Dentro del mito de Tolkien, esta palabra se usa especialmente
para definir a los amigos de los Elfos de Beleriand y a sus descendientes, los llamados
Eldain o Dúnedain en Sindarin. Fuera del contexto del mito, esta palabra solo se usa
para definir a los Humanos como opuestos a los Elfos, y así la usaremos aquí. Las
palabras de Ilúvatar en el Silm, capítulo I: “contempla la Tierra, que será el lugar para
los Quendi y los Atani (Elfos y Hombres)!”.
Ohtar: “guerrero”.
Rá (ráv-): “león”
Ambar: “el Mundo” (el mundo Quenya probablemente no requiera el artículo i; está en
mayúsculas y es tratado como un nombre propio).
Hrávë: “carne”
Macil: “espada”
Fir-: (verbo): “morir, expirar” (el adjetivo firin “muerto”)
Tur-: (verbo): “gobernar, controlar, dominar”
Or: (preposición): “sobre, encima”.
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. Rimbë Naucor haryar harmar
b. Anar ortuva ar i aiwi linduvar
c. Enquë neri tiruvar i ando
d. Ilya Atan firuva
e. Ilyë Atani firir
f. Saila nér cenda rimbë parmar
g. Ilya elen silë or Ambar
h. I Elda mapa i Nauco
2. Traducir al Quenya:
i. Cada Elfo y cada Hombre
j. El Elfo encontrará al Enano
k. El caballo salta por encima del Enano
l. El rey controla muchos guerreros y controlará todo el mundo
m. El rey y la reina leerán el libro
n. El guerrero empuña una espada
o. Todos los leones comen carne
p. Seis leones están comiendo carne
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El Tiempo Perfecto
Seguramente Tolkien imaginó un verbo Quenya con más tiempos de los que hasta
ahora han sido publicados, pero tan solo uno de estos tiempos conocidos nos queda por
revisar aquí. Este último tiempo conocido del verbo Quenya es el perfecto (aún hay varias
formas verbales que tendremos que revisar más tarde, como el infinitivo, el gerundio y el
imperativo, pero estas formas no cuentan como tiempos).
Lingüísticamente hablando, el inglés no tiene tiempo perfecto, igual que no tiene tiempo
futuro29. El tiempo perfecto (el pretérito compuesto español), describe una acción que en sí
misma es pasada, pero usando el tiempo perfecto se enfatiza el hecho de que esa acción
pasada, es aún relevante e influye de alguna manera en el momento presente: “ Pedro se ha
ido (¡y aún está ido! /marchado/salido)”, “los invitados han comido” (y aún están felizmente
saciados en el momento en que estamos hablando), etc.
El Quenya dispone de un verdadero tiempo perfecto (una forma unitaria del verbo que
expresa este significado, sin circunloquios ni palabras extras. La mayoría de los ejemplos del
perfecto, se hallan en LotR. Dos de ellos se encuentran en el capítulo El
Senescal/Mayordomo y el Rey, en el volumen 3. El primer ejemplo es de la Declaración de
Elendil, repetida por Aragorn en su coronación. Es: Et Eärello Endorenna utúlien “salí del
Gran Mar y (literal) estoy venido a la Tierra Media” (o: “he venido”). Considerando el final – n
con el significado de “yo”, tendremos que el presente puro (“ha(s) venido”), sería utúlië (que,
con arreglo a las reglas establecidas anteriormente deberá llevar la e con diéresis, cuando
esta sea final). Otro ejemplo en el mismo capítulo: Aragorn encuentra el retoño del Arbol
Blanco y exclama ¡Yé! ¡Utúvienyes! “Lo he encontrado!” (la palabra yé no está traducida. Es
una exclamación/interjección del tipo de “Oh!”, “Ah!”, etc.). Utúvienyes podría desmenuzarse
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Al igual que en la lección anterior, he omitido aquí también ciertos párrafos referentes tan solo a la gramática inglesa (N
del T).
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en utúvie-nye-s “he encontrado yo lo” (literal). Utúvie sería el perfecto del verbo tuv-
“encontrar” (este verbo no está comprobado en modo alguno, a menos que sea el mismo que
el verbo tuvu- “recibir”, encontrado en un material muy antiguo (1917); ver GL:71. Suponiendo
que tuv- tuviera un significado diferente que el de hir-, no podríamos saberlo. En los ejercicios
de este curso, uso siempre hir- como “encontrar”).
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Al prefijo que hemos visto en el tiempo perfecto se le llama el “aumento” (?). Asimismo,
el proceso de “copiado” o “repetición” de una parte de una palabra (como el prefijo de la raíz
de las vocales visto aquí), se define con el término lingüístico de “reduplicación”. Así se hace
posible el uso de muchas palabras de adorno, lo que provoca que el tiempo perfecto Quenya
pueda incluir una raíz vocálica reduplicada, que es prefijada como un “aumento”.
Los numerosos verbos de raíz A- que terminan en –ya, pueden suponer algo especial.
Tenemos un verbo como hanya- “entender”. Con arreglo a las reglas normales largamente
referidas, el perfecto “ha entendido” debería ser **ahanyië (o incluso **ahányië con una vocal
alargada ya que no está del todo claro si ny cuenta aquí como un grupo de consonantes o
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como una sola consonante –n palatalizada como la ñ española). Sin embargo, dicha forma es
imposible porque la combinación yi no existe en Quenya.
Quizá nos sirva de guía este nuevo ejemplo: En Namárië, tenemos el tiempo perfecto
avánië “ha pasado” (aparece en plural: yéni avánier ve lintë yuldar lisse-miruvóreva = “los
años han pasado como veloces sorbos de dulce aguamiel”, recordemos que el perfecto, como
los otros tiempos, lleva el final –r cuando tiene un sujeto plural). En el ensayo Q&E de 1960,
Tolkien presentó avánië (o vánië sin el aumento), como el tiempo perfecto del verbo muy
irregular auta- (WJ:366). Pero, un cuarto de siglo antes, en Etym, había citado el verbo
vanya- “ir, partir, desaparecer” (ver la entrada WAN-). Es muy posible que cuando escribió
Namárië en los años ’40, pensara aún en (a)vánië como el tiempo perfecto de este verbo
vanya-, aunque más tarde diera otra explicación (¿esperaba evitar quizá la posible confusión
con el adjetivo vanya “correcto”, aunque no sean ambas palabras difíciles de diferenciar?) Si
es así, Tolkien nos enseñó como hay que tratar a los verbos terminados en –ya: en el tiempo
perfecto, la terminación –ya entera, desaparece cuando se le añade –ië, y lo que queda del
verbo, recibe el tratamiento correspondiente a un verbo primario. El tiempo perfecto mostraría
sin embargo el aumento y la longitud de la raíz vocálica, reultando algo así:
Por supuesto, desde las formas del perfecto no podemos determinar con precisión cual
es la raíz del verbo original. Por ejemplo: ihílië podría ser también el perfecto del supuesto
verbo primario **hil-, o una corta derivación de A-, como **hila-. No hay muchos verbos
conocidos en este caso, pero utúlië podría ser no solo el perfecto de tulya- “emplomar”, sino
también el de un verbo primario diferente como tul- “venir”. Dependerá aparentemente del
contexto en donde se encuentre: el perfecto utúlië se formará de tulya- (y significará “ha
emplomado”), o bien de tul- (y significará “ha venido”). Ocurre lo mismo con el perfecto
ahárië: esta forma significaría “ha poseído” si proviniera de harya-, pero sería “se ha sentado,
ha sido sentado”, si fuera el perfecto de har- (aparentemente un verbo primario que significa
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“sentarse”; solo el presente plural de este verbo (hárar = “están sentados”) está comprobado
en UT:305,317.
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En algunos casos puede haber cierta dificultad a la hora de determinar cual es la raíz
vocálica. En un verbo que contenga un diptongo en –i o en –u, será probablemente la primera
vocal del diptongo, la que hace las funciones de “aumento” en el tiempo perfecto. Por ejemplo:
el perfecto de verbos como taita- “prolongar”, o roita- “perseguir”, serán: ataitië, oroitië, y el
perfecto de hauta- “cesar” será ahautië (la vocal derivada es difícilmente alargable cuando es
parte de un diptongo, de lo contrario podrían ser: **atáitië, **oróitië, **aháutië). Las raíces
originales de estos verbos vienen en Etym como TAY-, ROY-, KHAW- respectivamente; así
pues, las vocales raíces de estos verbos serán: A-, O-, A-, también respectivamente. Las
finales –i o –u de los diptongos Quenya que hemos visto, provienen de las consonantes -y, -w,
por lo que no cuentan como vocales raíz.
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Mucho más tarde, pero antes de LotR, encontramos lantië (con el sujeto plural lantier)
como una forma del verbo lanta- “caer” (LR:56). Estas formas parecen tiempos perfectos sin
aumentar, mostrando las características propias de la terminación –ië en este tiempo.
Realmente Tolkien tradujo estas formas como “cayó” (lantië nu huinë “cayó bajo las
sombras”, ëari lantier “los mares cayeron”), como si representaran algún tipo de tiempo
pasado (y no el perfecto “ha/han caido”). No obstante, más tarde advirtió que “las formas del
pasado y del perfecto van acercándose progresivamente en el Quenya” (WJ:366). Si esto
significa que el Quenya puede a veces usar un tiempo perfecto donde debería haber un
pasado, quedaría explicado el porque de “cayó” en lugar de “ha/han caido” como posible
traducción de lantië/lantier. En SD:310, donde Tolkien Jr. desarrolla una explicación de la
última versión del texto en cuestión, recuerda como su padre cambió lantier a lantaner
(sustituyendo aparentemente un verdadero tiempo pasado por un tiempo perfecto “usado
como pasado”).
Si lantier o lantië puede considerarse una forma de tiempo perfecto, esto confirmaría
que la raíz vocálica no podría alargarse ante un grupo de consonantes (**lántië). Sobre ésa
misma época Tolkien habría introducido algunos alargamientos de la raíz vocálica en el
perfecto; La Canción de Fíriel lleva a cáriër "hecho, ellos lo hicieron", ya que lleva el final - r.
Esta forma del verbo car- "hacer", parece ser otro perfecto "usado como pasado" a juzgar por
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A pesar de todo, el ejemplo antes citado: fírië "ha expirado, ha muerto" de una fuente
posterior a LotR (MR:250), parecería indicar que aunque el Quenya estilo LotR permite
suprimir el aumento, formando el perfecto simplemente con la construcción terminación -ië +
alargamiento de la raíz vocálica, si no hay un grupo de consonantes siguiéndolo.
Posiblemente los perfectos sin aumento sean los más comunes en lo que se refiere al
lenguaje informal o coloquial, y en poesía se pueda suprimir el aumento si la sílaba extra que
este produce perjudicara la métrica. (Teníamos vánier en vez de avánier en Namárië, aunque
Tolkien cambió de forma de pensar en 1966, e introdujo la forma completa). Sin embargo, en
los ejercicios que he preparado para este curso, todos los tiempos perfectos llevan el
aumento.
Los verbos que empiezan con una vocal plantean un problema. Cuando un verbo tiene
un prefijo que empieza en vocal, el aumento puede introducirse entre el prefijo y la mayoría de
las raíces verbales básicas. Por ejemplo: el verbo enyal- "recordar" es, literalmente: en-yal-,
donde yal- (que no en-) es la raíz verbal básica, incorporando a la raíz vocálica; la mayoría de
nosotros pensaríamos que el perfecto debe ser enayálië. Pero, algunos verbos comienzan en
vocal y en cambio no tienen ningún elemento como prefijo, por ejemplo: anta- "dar". En este
caso, la primera vocal es también la raíz vocálica y, al mismo tiempo, no hay ninguna
consonante ante ella. Un verbo también podría llevar un prefijo que fuera idéntico a la raíz
vocálica, por ejemplo: onot- "sumar" (formado por not- "contar" y el prefijo o- "juntos", aquí
onot- es, literalmente, "contar juntos"). Otra raíz verbal con la raíz vocálica ya prefijada como
una especie de intensificación, es atalta- "colapsar, caer" (contra el verbo talta- que tiene un
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significado algo menos áspero: "inclinar, deslizar"). En todos estos casos es difícil prefijar la
raíz vocálica como un aumento en el tiempo perfecto. No podemos usar a'antië como "ha
dado", o'onótië como "ha sumado", a'ataltië como "ha colapsado". Entonces ¿qué vamos a
usar?
Antes de dejar el tiempo perfecto, debo comentar una extraña forma que aparece en
Silm, capítulo 20. Tenemos la exclamación utúlie'n aurë, traducida como "el día ha llegado".
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Utúlie (Utúlië), es claramente el perfecto de tul- "venir", como confirma la propia traducción.
Sin embargo, la 'n añadida es algo misterioso. ¿Qué significa esa consonante extra? La forma
utúlie'n es una reminiscencia de utúlien "estoy viniendo/he venido/he llegado" de la
Declaración de Elendil en LotR, pero aquí la -n es una terminación pronominal "yo" (ver la
lección siguiente). No hay muchos presentes con la terminación de utúlie'n. El apóstrofe
insertado ante la última n, probablemente indica una pronunciación diferente; la consonante
final de utúlie'n quizá deba interpretarse como el sonido de otra sílaba diferente. Puede ser
que esta n se haya añadido simplemente para evitar la eufonía, impidiendo que haya tres
vocales consecutivas (puesto que la palabra siguiente también empieza en vocal, contando el
diptongo au de aurë como dos vocales, tendríamos cuatro vocales seguidas). Si un perfecto
aparece sin una terminación secundaria añadida -ië, y la siguiente palabra empieza en vocal,
¿deberíamos introducir siempre una 'n para evitar demasiadas vocales en hiato? He usado
este sistema en al menos una composición propia, pero esta conclusión es demasiado
tentadora: en los ejercicios que siguen al final de la lección, no he usado esta 'n extra, ya que
no conozco realmente su función. Algunos creen que representa una reencarnación
alternativa del artículo (que normalmente es i). Después de todo Tolkien empleó la traducción
"el día ha llegado", así que: utúlie'n aurë = (?)utúlië en aurë, o: (?)utúlië in aurë "ha llegado
el día(?)(?)(?)" (para ver un uso posible en Quenya de in como artículo, consultar PM:395).
Esperemos que próximas publicaciones arrojen algo más de luz sobre todo esto. Haré notar
que Christopher Gilson, que tiene acceso al material aún no publicado de Tolkien, aboga por
la interpretación de 'n como artículo.
Pronombres
Es la hora de presentar uno de los dispositivos más rentables de cualquier idioma: los
pronombres (si sabes perfectamente bien lo que es un pronombre, y conoces también las tres
diferentes personas en las que se dividen los pronombres personales, por favor, sigue
avanzando hasta que encuentres la palabra Quenya en rojo. ¡No te haré perder el tiempo con
esto!)
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Los pronombres constituyen un tipo de vocablo corto, ahorrando un lenguaje más largo
y tedioso. Gracias a los pronombres podemos mantener una conversación sin tener que
repetir continuamente los nombres de los reunidos cada vez que nos dirijamos a ellos; el
pronombre "tu" sustituye a todo eso. En vez de decir: "el grupo al que me refiero", o: "la gente
que está presente en la reunión", tenemos a nuestra disposición la rápida y corta palabra
"ellos". Imagina como podrías referirte a ti mismo, si no existiera el pronombre "yo". Frases
como "esta persona", o "la persona que está hablando ahora", resultarían realmente
engorrosas, tanto más para referirte a ti mismo.
Hay varios tipos de pronombres (además de los interrogativos como "¿quién?"), pero
los más frecuentes son los pronombres personales, en los que hemos enfocado esta
introducción. Habitualmente se hallan divididos en tres personas diferentes (lo que no quiere
decir que se refieran solo a entes con sentido o racionales; "persona" en este contexto es solo
un término para establecer una clase de pronombre). Esta tradición "tripartita" provoca la tabla
siguiente:
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El concepto de estas tres personas es casi universal para todos los idiomas del mundo,
aunque hay idiomas que, arbitrariamente, incluyen ciertas distinciones en sus tablas de
pronombres. El sistema no es simétrico. Los pronombres mantienen las diferencias entre el
plural y el singular, pero en algunos idiomas como el inglés, esta diferencia desaparece
repentinamente en la 2ª persona. El finlandés (de importancia relevante en este trabajo por
ser una de las máximas inspiraciones de Tolkien), solo tiene una palabra ( hän) que cubre las
posibilidades “el” y “ella”: Felizmente, los finlandeses siguen adelante sin hacer este tipo de
distinciones. En el otro lado, están idiomas como el hebreo: pensando seguramente en que la
distinción entre lo masculino y lo femenino era muy importante, no se conformaron con tener
palabras diferentes para “el” y “ella”, sino que además las tienen separadas también para la 2ª
persona “tú” (atta cuando se le habla a un hombre, y att cuando se dirigen a una mujer); este
principio se aplica también al plural “ellos” “ellas”: hem (un grupo de hombres), mientras que la
referencia a un grupo de mujeres es henna; para entendernos: un grupo mixto siempre
tenderá hacia la referencia masculina hem, y no puedo dejar de maravillarme cuando pienso
en un grupo de 100.000 mujeres y 1 hombre, al que sin duda se dirigirán como a hem “ellos”,
en lugar de hacerlo como a henna “ellas”. Y en Quenya, ¿qué distinciones pronominales les
dio Tolkien a los Elfos?
Existen ciertas dificultades para decir algo definitivo acerca del sistema pronominal del
Quenya. Aún hoy, con enormes cantidades de material todavía por publicar, lo que sí se
puede decir es que la seguridad acerca de los pronombres Quenya es inestable
(probablemente más que otros aspectos de sus construcciones lingüísticas). Las tablas de
pronombres parecen haber sufrido infinitas revisiones, y hay quien incluso asegura que
Tolkien nunca llegó a ajustarlos al detalle (yo personalmente, pienso que si lo hizo, el
problema es que lo hizo demasiado a menudo!)
Sabemos que el sistema pronominal del Quenya tal y como lo diseñó Tolkien en sus
últimos años, tiene algunas diferencias que no aparecen en otros idiomas que nos son más
familiares, como por ejemplo el inglés. Por una parte, solo el Quenya tiene una forma dual del
nombre añadida a las formas singular y plural, así pues, habrá al menos algún pronombre
dual. En la 1ª persona no tenemos solo el singular “yo” y el plural “nosotros”, sino que hay
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además otro distinto pronombre llamado dual que viene a significar “tu y yo”, o “los dos de
nosotros”. Otra sutil distinción aparece en las palabras con significado “nosotros”: en Quenya
hay diferentes palabras o terminaciones que significan “nosotros”, dependiendo de si la parte
a la que nos dirigimos está incluida en “nosotros” o no. Por otro lado, parece que el Quenya
no siempre mantiene la distinción entre “el, ella y ello”, sino que todas estas formas se hallan
cubiertas por un mismo pronombre.
Una vez mencionado este pronombre, nos adentramos ya sin remedio en ese Instante
de Oscuridad Absoluta que es una situación en la que nos veremos sumergidos a la hora de
hablar de los pronombres Quenya. No está muy claro si la terminación –lyë sirve para el
singular y el plural de la 2ª persona o no; en Namárië es singular, como queda demostrado
por la traducción30. En uno de los borradores de los apéndices de LotR, Tolkien escribió que
los idiomas élficos no hacían distinciones entre el pronombre de 2ª persona singular o plural:
“...todos estos idiomas no hacían originalmente distinción alguna entre el singular o el plural
30
En la traducción, Tolkien cita el pronombre inglés “thou” que significa “tu” (en singular), a diferencia de lo que courre con
la forma normal “you” que sirve igual para el singular (tu) que para el plural (vosotros). Así nos dio a entender que su
traducción era singular, usando una forma antigua (pero inconfundible), como “thou” (N del T).
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de los pronombres de segunda persona; pero tenían una marcada diferencia entre la forma
familiar (coloquial) y la cortés (formal)...” (PM:42-43). La terminación –lyë usada por Galadriel
al dirigirse a un “extraño” como era Frodo, podría interpretarse como un formal o cortés
“usted”. En Namárië se usa entonces “thou” 31 como singular, para dirigirse a una sola persona,
de acuerdo con PM:42-43, que indica que también podría servir para el plural “vosotros” (de
esta manera, suponiendo que todos los miembros de la Hermandad entendieran el Quenya,
no hubieran podido saber con seguridad si Galadriel se dirigía a todos ellos o solo a Frodo).
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en Namárië, sería “usted”. La idea de dirigirse a una sola persona como si fueran varias,
podría interpretarse como una muestra de respeto, enfatizando la importancia del interlocutor.
Esta forma tiene paralelismos en nuestro propio mundo (¡un antiguo Primer Ministro Británico
usó este sistema en una ocasión, cambiando de la 2ª persona a la 1ª, refiriéndose a “sí
misma” como a “nosotros” !, aunque tiendo siempre a incluir al lector en ese “nosotros”, por lo
que te concedo un poco de inmerecida confianza para conseguir el gradual
desenmarañamiento de la gramática Quenya que hemos acometido aquí...). Con referencia al
tema de “thou” frente a “you”, Matthew Skala escribió en la Lista Elfing (4 de enero de
2001)32 :
“’Thou’ es la segunda persona del singular “tú”, y ‘you’ es la segunda persona del plural
‘vosotros’, con la regla añadida de que en el contexto formal está permitido usar el plural aún
cuando nos refiramos a un individuo singular. Es parecido al francés ‘tu’ (singular/informal) y
‘vous’ (plural/formal). En inglés se ha generalizado el uso de ‘you’ para ambos: singular y
plural, usando una fórmula menos cortés, pero esto es una innovación relativamente moderna;
hace unos 100 o 200 años, los angloparlantes utilizaban habitualmente ‘thou’ en contextos
informales o familiares. La situación actual es que, debido a este histórico cambio, la mayoría
de nosotros aún podemos encontrar ‘thou’ en contextos históricos y formales, como en la
Biblia...y de esta manera, si lo usamos, estaremos sonando como especialmente formales y
corteses. La carga de formalidad/cortesía ha quedado ya antigua y obsoleta...”
Puede ser entonces que la terminación Quenya –lyë o –l, corresponda al uso original
del inglés “you”, antes del histórico cambio que describe Skala, pero a causa de este cambio,
- l(yë) usado como singular cortés, podría interpretarse como “thou” en la traducción de
Tolkien en LotR.
Para resumir: el final –l(yë) puede usarse como el singular “you” (tu), y probablemente
en una forma cortés/formal más que en una familiar o íntima. Es posible que –l(yë) cubra
también el plural “vosotros”, e incluso podría tener su propio significado, aunque aquí las
cosas se pondrían aún más oscuras. Tolkien seguramente cambió de opinión en un sentido y
32
El párrafo que sigue concierne tan solo a la gramática y traducción inglesas. Lo incluyo simplemente como comentario
aclaratorio definitivo de las notas anteriores (N del T)
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otro, acerca de los detalles. En los ejercicios que siguen, he usado simplemente la palabra
neutra “you”33, como equivalente a –l(yë). Así será imposible equivocarse...
Et Eärello Endorenna utúlien = “salí del Gran Mar a la Tierra Media yo he venido”
Sinomë maruvan = “en este sitio yo moraré”
No obstante, la terminación –n “yo”, aparece también como una variante más larga –
nyë (como hemos dicho antes, el final –lyë “tu, vosotros” tiene a –l como su versión corta; la
variación –nyë enfrentada a –n tienen cierto paralelismo con la anterior). ¡Esta variante más
larga se ve en una palabra que ya hemos citado en esta lección, la forma utúvienyes “lo he
encontrado!” (una exclamación de Aragorn al encontrar el retoño del Arbol Blanco) La palabra
utúvië, aparentemente el perfecto del verbo tuv- “encontrar”, aparece aquí con “dos”
terminaciones pronominales. La primera de ellas es –nyë “yo”, que denota el sujeto del verbo:
utúvië + nyë “he encontrado + yo” = “lo he encontrado”. Sin embargo, siguiendo a –nyë
tenemos otra terminación pronominal, el sufijo –s de la 3ª persona del singular, que significa
“lo, ello”. Así pues, tenemos concentrada en una sola palabra una oración completa
compuesta de verbo, sujeto y objeto: utúvienyes “yo lo he encontrado”.
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NOTA 2: Podemos extraer esta regla gramatical: si un verbo lleva “dos” terminaciones
pronominales, una denota al sujeto del verbo y la segunda al objeto, la terminación del sujeto
se coloca primero y la del objeto a continuación. En el material publicado, hay dos o tres
ejemplos más de esto, además de utúvienyes.
Es obvio el porque es preferible la forma larga –nye-. Aunque utúvien sería una forma
cómoda para decir “yo lo he encontrado”, la terminación del objeto –s “lo”, no podría añadirse
a la terminación corta –n ya que **utúviens es una forma imposible en Quenya. Así, podemos
formular otra regla: la forma larga –nye (-nye-) NO se acorta a –n, debe usarse como “yo” si le
sigue otra forma pronominal (similarmente usaremos la terminación larga –lyë (-lye-) como
“you” (tu, vosotros), y no la forma más corta –l, si se le añade una segunda terminación
pronominal: “has encontrado / habéis encontrado”, podría ser utúviel o utúvielyë, pero “lo has
/ habéis encontrado”, debe ser utúvielyes en vez de **utúviels, que sería imposible).
La terminación larga –nyë “yo” puede no obstante aparecer, aunque no haya un objeto
pronombre siguiéndola (al igual que la forma larga –lyë “tu/vosotros” de hiruvalyë “lo
encontrarás” en Namárië). La forma linduvanyë “cantaré” aparece en el frontispicio de la
edición francesa bilingüe de Las Aventuras de Tom Bombadil de 1975 (ISBN 2-264-00913- 6).
Dicho frontispicio reproduce una página manuscrita de Tolkien que incluye algunas notas
lingüísticas breves (Taum Santoski analiza estas notas en el boletin Más Allá de Bree, de
octubre de 1985, leyendo esa forma como linduvanya –aunque según lo apuntado por Carl F.
Hostetter, Tolkien probablemente pensó en linduvanye. Tolkien tenía una bonita caligrafía,
pero sus manuscritos eran un desafío para los transcriptores!) Mientras no le siga una
segunda terminación pronominal, es completamente opcional el uso de la terminación larga –
nyë o el de la corta –n, significando “yo”. Tenemos la terminación larga en linduvanyë
“cantaré”, pero en la Declaración de Elendil, se usa la corta en maruvan “cumpliré”. Estos
ejemplos podrían mezclarse para producir linduvan, maruvanyë, con, exactamente el mismo
significado.
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Sin embargo, parece que la terminación corta –n es mucho más común que el sufijo
más largo –nyë. Ya hemos encontrado esta –n añadida a varios verbos como: polin-“puedo”,
tirin-“miro”, en la lección anterior. A menudo Tolkien cita verbos primarios como estos,
relacionándolos tal y como aparecen en la 1ª persona del aoristo (con la terminación –i
intacta, debido a que va seguida por otra terminación y, por lo tanto, no es final sin posibilidad
de ese modo, de convertirse en –ë). Tirin- es un ejemplo encontrado en Etym, entrada TIR-,
pero abundan los ejemplos con esta forma: carin “hago, construyo” (entrada KAR-), lirin
“canto” (GLIR-), cantó (LIR¹), nutin “ato” (NUT-), nyarin “digo” (NAR²), rerin “siembro”
(RED-), serin “descanso” (SED-), sucin “bebo” (SUK-), tamin “tapo” (TAM-), tucin “dibujo”
(TUK-), tulin “vengo” (TUL-), turin “manejo” (TUR-), tyavin “pruebo” (KYAP-), vilin “vuelo”
(WIL-), umin “no hago” (UGU-/UMU-). La forma polin “puedo” (VT41:6) es uno de los varios
ejemplos de las fuentes post-LotR.
Advierto también de que la terminación –nyë al igual que –lyë (tu/vosotros), provoca
que el acento recaiga en la sílaba precedente a la terminación, puesto que, en este caso, ny y
ly contarán como un grupo de consonantes según las reglas del énfasis recogidas en la
Lección Uno. Si hiruvanyë “encontraré” (con el acento en la a) no suena bien en tu poema,
también puedes usar la forma corta hiruvan y entonces, el acento “aterrizará” en la i de la
primera sílaba (una vez más tenemos el mismo sistema para la 2ª persona: es muy posible
que Tolkien en Namárië escribiera hiruvalyë en vez de la forma corta hiruval, simplemente
porque la primera es más práctica y tiene mejor métrica).
Por lo que respecta a la –s con el significado de “lo/ello”, diremos que aparece como
objeto pronombre en utúvienyes “lo he encontrado”, aunque podría servir también como
sujeto.
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Por ejemplo: si polin es “puedo”, deberemos aceptar que “ello/lo puede”, debería ser
polis. No obstante, la terminación –s nos lleva a la 3ª persona, con su propia dósis de
oscuridades, las cuales intentaremos salvar algo más tarde (Lección Quince). En los ejercicios
que hay más adelante, se emplea la –s de la misma manera que en el ejemplo utúvienyes:
añadida a otra terminación pronominal para denotar el objeto del verbo (así como la primera
terminación añadida al verbo, denota al sujeto).
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El tiempo perfecto Quenya, se forma añadiendo la terminación –ië a la raíz verbal (si el
final de la raíz es una vocal, se omitirá esta ante la terminación –ië; los verbos terminados en
– ya, parece que pierden toda la terminación). A menos que vaya seguida por un grupo de
consonantes, la raíz vocálica se alarga. Normalmente, se reduplica en forma de un aumento
prefijado al verbo (ric- “doblar, retorcer” irícië “ha doblado, ha retorcido”, hanya-
“entender” ahánië “ha entendido”). Sin embargo, también aparecen publicados algunos
tiempos perfectos sin aumento (fírië en vez de ifírië “ha expirado”), así que está permitida la
omisión del aumento, consiguiendo igualmente una forma perfecta válida (la mayoría de los
pronombres Quenya aparecen como terminaciones en vez de hacerlo mediante palabras
separadas). Entre estas terminaciones pronominales, tenemos: -n o – nyë “yo”, -l o –lyë
“tu/vosotros”, y –s “lo/ello”. Se pueden añadir dos terminaciones pronominales al mismo verbo,
la primera de las cuales denotará al sujeto del verbo, y la segunda a su objeto.
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Vocabulario:
Otso: “siete”
Seldo: “chico, muchacho” (Tolkien no proporcionó una glosa explícita, pero la palabra se
cita en un contexto en el que se estaban barajando palabras Quenya para definir niños, y
seldo parece ser una forma masculina. Ver la entrada SEL-D- en Etym)
Mól: “esclavizado, esclavo”
An: “para, por” (o incluso “porque”, dando paso a una oración que da una “razón”, como:
“yo confío en él porque me ha ayudado con frecuencia...”
Tul-: (verbo): “venir”
Lanta-: (verbo): “caer”
Nurta-: (verbo): “esconder” (el Nurtalë Valinóreva o “Encubrimiento de Valinor”, relatado en
Silm)
Lerya-: (verbo): “liberar, dejar marchar, dejar libre”
Metya-: (verbo): “acabar, terminar, poner fin a.…”
Roita-: (verbo): “perseguir”
Laita-: (verbo): “bendecir, alabar”
Imbë: (preposición): “entre”
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Ejercicios:
1. Traducir al español (y practicar el vocabulario; excepto el numeral otso y las terminaciones
pronominales, los ejercicios de la A a la H solo emplean palabras que se supone que
habrás memorizado en las lecciones anteriores):
a. I nér ihírië i harma
b. I rávi amátier i hrávë
c. I aran utultië i tári
d. I nissi ecendier i parma
e. I úmëa tári amápië i otso Naucor
f. Etécielyë otso parmar
g. Equétien
h. Ecénielyes
2. Traducir al Quenya:
a. El hombre ha venido
b. Los siete Enanos han comido
c. Los chicos han visto un león entre los árboles
d. Los seis Elfos han perseguido a los siete Enanos
e. El Enano ha escondido un tesoro
f. He alabado al rey, porque el rey ha liberado a todos los esclavos
g. Te has caido y lo he visto
h. He puesto fin a eso (lo he acabado)
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Helge K. Fauskanger Lección Nueve
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El Infinitivo
Todas las formas del verbo que hemos visto hasta ahora, todos los tiempos son, por
llamarlos de alguna manera formas finitas del verbo. La definición de un “verbo finito” es: un
verbo que tiene también la capacidad de hacer funciones de predicado de una oración, la
parte de la oración que nos dice lo que el sujeto hace (o lo que es –en la Lección Cuatro
dijimos que una frase construida con cópula+nombre/adjetivo cuenta también como
predicado, por ejemplo: “el oro es maravilloso”, aunque aquí trataremos con verbos más
normales). En una oración como: i Elda máta massa “el Elfo está comiendo pan”, los
lingüistas pueden etiquetar todas las partes de la oración, como: i Elda (el Elfo) es el sujeto, y
massa (pan) es el objeto, entonces al verbo máta (está comiendo) no le quedará más
remedio que ser el predicado de la oración. Y precisamente porque la forma máta, presente
de mat- “comer” es aquí capaz de funcionar como predicado, podemos decir que máta es una
forma finita del verbo.
El infinitivo es otra historia. Es, como sugiere su nombre, in-finito. No está influenciado
por el tiempo como los otros casos verbales. No lleva la terminación –r a menos que el sujeto
de la oración sea plural. Además, un infinitivo por sí mismo, no tiene capacidad para funcionar
como predicado de una oración. Un infinitivo no puede asociarse directamente con un sujeto.
Entonces, ¿cuál es su función?
Los infinitivos que conocemos tienen varios usos, pero quizá el uso más importante es
el de permitir a varios verbos combinarse en una misma oración. En una frase como “los
enanos querían comer”, el verbo “querían” tiene una forma finita, apareciendo en un tiempo
específico (pasado en este caso). Pero el verbo “comer” aparece como infinitivo,
complementando al verbo finito para formar una frase verbal más larga: “querían comer”. En
español, los infinitivos se caracterizan por terminar en ar, er o ir (las tres conjugaciones
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Helge K. Fauskanger Lección Nueve
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i Elda polë cenë i Nauco “el Elfo puede ver al Enano” (advierto que los verbos pol-
“querer” y cen- “ver”, llevan la terminación –ë, pero el primero es un aoristo y el último
un infinitivo: el contexto decidirá si la forma cenë debe considerarse como el aoristo
“ve”, o el infinitivo “ver”).
i Naucor merner matë “los Enanos querían comer” (el verbo finito merner “querían”,
influenciado por el pasado y el plural + el infinitivo matë “comer”)
i seldo pollë hlarë ilya quetta “el chico podía oir cada palabra”
polilyë carë ilqua “tu puedes hacerlo todo”
i nissi meruvar tulë “las mujeres querrán venir”
¿Y qué pasa con los verbos de raíz A-? En Etym, Tolkien glosó los verbos derivados de
A, como si fueran infinitivos, por ejemplo: anta- “presentar, dar”, varya- “proteger” o yelta-
“aborrecer” (entradas ANA¹-, BAR-, DYEL-). Esta no es por sí misma una evidencia
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Helge K. Fauskanger Lección Nueve
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concluyente de que una forma como anta, pueda usarse como infinitivo “dar” en un texto
Quenya, ya que en la tradición de los lingüistas del Oeste, un infinitivo es la forma que se usa
para nombrar, relacionar o glosar un verbo en los vocabularios. Este sistema, a veces nos
lleva a través de ciertas glosas que son estrictamente falsas: un vocabulario Hebreo- Inglés da
la traducción de nathan como dar, cuando en realidad significa él dá, la cual es la forma más
básica y simple de este verbo, la forma lógica en que debe ponerse en un diccionario. No
obstante, una forma como anta- es simplemente, un verbo de raíz A sin declinar, y Tolkien se
refirió a él en ciertas circunstancias gramaticales “cuando se usa la raíz desnuda del
verbo...como infinitivo” (MC:223). El sistema general también parece sugerir que los de raíz A
sin añadidos, pueden hacer funciones de infinitivo (advertimos que los infinitivos tanto de los
verbos primarios como de los de raíz A, parecen ser similares en su forma a los aoristos sin
terminación). Así que, supongo que podemos ver oraciones como las siguientes (y dejadme
que subraye los infinitivos con el fin de preservar al texto de demasiados colorines):
En algunos casos, en inglés se prefiere una forma –ing (gerundio), a la del infinitivo
regular, por ejemplo, tras los verbos “empezar” y “parar”. Creo que es fácil de adivinar que el
Quenya usa el infinitivo normal en todos los casos:
i neri merir cenda ar tecë rimbë parmar “los hombres querían leer y escribir muchos
libros”
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Todo lo considerado hasta ahora, no es todo lo que tenemos que decir sobre los
infinitivos Quenya. Se conocen algunos detalles más y los iremos suministrando a lo largo del
curso, pero hay más puntos oscuros. En algunas notas de 1969, Tolkien se refería a “el
(aoristo) general infinitivo, formado por la adición de –i” (VT41:17), pero como solo se han
publicado breves notas sobre este material, no tenemos muy claro cual es su significado:
¿Hay un aoristo infinitivo específico? Se ha suscitado una discusión por la distinción hecha
entre varias formas como máta “está comiendo” (presente continuo) y matë “come” (aoristo).
¿Se extienden en Quenya estas distinciones al infinitivo, pudiéndose diferenciar entre “comer”
(infinitivo aoristo) y “estar comiendo” (infinitivo continuo)? Más aún: ¿a qué se refiere Tolkien
con lo de “añadir –i”? Obviamente a un infinitivo que se formaría añadiendo –i a la raíz verbal
(al menos a la de los verbos primarios). Este final, ¿es tan solo un sufijo del Quenya
contemporáneo, o representa a una forma del Elfico Primitivo? Como ya hemos mencionado,
el infinitivo quetë “decir” podría representar a la forma primitiva kweti, que procede de la raíz
kwet- con la adición de –i. Pero si esta terminación –i es un sufijo Quenya contemporáneo,
habría un infinitivo alternativo queti “decir”. Como se usa, y saber si es intercambiable con la
forma quetë que está ya aceptada, son cosas que aún no hemos averiguado. En el ensayo
Q&E, Tolkien mencionó unas cuantas formas verbales que parecen ejemplos del infinitivo
terminado en –i, como: auciri y hóciri, que significan las dos “cortar” (en dos sentidos
diferentes; ver WJ:365-366). Pero en el mismo ensayo, un poco más adelante, señaló las
mismas formas con un guión agregado (auciri-, hóciri-), como si estas fueran raíces verbales
en vez de formas infinitivas independientes (WJ:368). Así que no podemos estar seguros de
nada, y deberemos esperar a la publicación de más material.
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a veces necesario: si yo definiera a lanta- simplemente como “caer”, alguien podría reparar en
el guión final que sugiere que es una raíz verbal, y concluir que “caer” es un nombre (“otoño”,
o algo parecido) He decidido poner el infinitivo, y usaré esa forma cuando comente los verbos
(como en este caso “caer”).
Nota 1: En inglés, los infinitivos van precedidos de “to”, y se usan para describir una
intención: “vine a verte” (I came to see you). En muchos contextos, parece que el Quenya no
usa esta forma largamente discutida (en español tampoco se usa), sino una construcción
bastante diferente (el gerundio en dativo, que veremos en una de las siguientes lecciones).
El Verbo Negativo
Este puede ser un buen sitio para presentar un verbo Quenya muy peculiar. Antes
hemos hablado de la cópula ná “es”, que se refiere a un tiempo del verbo “ser” (no me
preguntes porque ná es el presente o aoristo; y los otros tiempos de este verbo son
desgraciadamente aún más oscuros: el verbo “ser” es notoriamente irregular en la gran
mayoría de los idiomas del mundo, y Tolkien podría perfectamente haber inventado también
algunas bonitas irregularidades para el Quenya).
De cualquier modo, el Quenya tiene también un verbo unitario que significa “no ser”; se
puede expresar este significado combinando alguna forma de ná, con la palabra separada
que equivale a “no” (ya que el Quenya dispone de tipos de negación). Este verbo aparece en
Etym, entrada UGU- / UMU-, donde figura como umin “yo no soy/estoy” (otro ejemplo del
hábito de Tolkien de citar verbos primarios en la 1ª persona del aoristo). El pasado también
consta, aunque algo irregular: es úmë, y no **umnë como sería lo correcto con arreglo al
“regular” más simple. Úmë como pasado del verbo primario um- parecería pertenecer a la
misma forma que lávë, derivado de lav- “lamer” (unduláve “lamido” = “cubierto” en Namárië
de LotR). Deberemos tener cuidado de no confundir el pasado úmë “no era” con umë aoristo
sin terminación “no es”.
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Podríamos esperar que el futuro de este verbo fuera umuva, y aunque esta no es una
forma contrastada, podría ser aceptable, pero en la Canción de Fíriel aparece la forma más
corta úva. La frase en cuestión es úva...farëa “no será suficiente” (farëa = adjetivo “bastante,
suficiente”). Posiblemente este úva sea el futuro de otro verbo: junto a umin “no soy” de la
raíz UMU-. Tolkien también puso uin con el mismo significado (aparentemente derivado de la
raíz UGU-). Quizá úva sea estrictamente el futuro de este último. Podría representar una
forma primitiva parecida a uguba, ya que uin es derivado de ugin (o ugi-ni en una época
más antigua). La g entre vocales se perdió en el Quenya, así que las dos u’s de uguba
convergen en una ú larga en úva, así como la u y la i de ugin convergieron en el diptongo ui
(como en uin), cuando la desaparición de la g llevó a las dos vocales a entrar en contacto
directo. Cualquiera que sea el desarrollo que imaginó Tolkien, usaremos úva como el futuro
de um- “no ser”, evitando el no contrastado (aunque posible) umuva.
Aquí vemos como ná, esta cópula negativa, puede usarse para conectar un sujeto con
un nombre o un adjetivo:
Pero, antes he dicho que este ra un buen sitio para presentar el verbo negativo: esto
debe ser porque se combina también con infinitivos. Tenemos varios ejemplos, pero en la
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entrada UGU-/UMU- en Etym, Tolkien indicó que umin no siempre significa “yo no soy”.
Puede significar también “yo no hago”. Combinando algún verbo con un infinitivo,
seguramente se podrá anular a los verbos en cuestión. Aquí hay algunos ejemplos caseros
que implican a varios tiempos del verbo negativo:
umin turë macil “no empuño una espada”
máma umë matë hrávë “una oveja no come carne”
i Nauco úmë tulë “el Enano no venía”
i neri úmer hirë i harma “los hombres no encontraron el tesoro”
i nís úva linda “la mujer no cantará”
i neri úvar cenë i Elda “los hombres no verán al Elfo”
i Elda umë merë cenë i Nauco “el Elfo no quería ver al Enano”
i Nauco úva merë cenda i parma “el Enano no querrá leer el libro”
Seguramente el presente continuo del verbo negativo (que debería ser úma), podrá usarse
para negar la existencia de una acción continuada:
Contrastar con el aoristo: i Nauco umë linda “el Enano no canta”. Este último, tendría a
menudo (no necesariamente) una explicación más completa, como: “el Enano no es un
cantante”. De cualquier forma, soportaremos el aoristo en los próximos ejercicios.
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Participios Activos
Las variadas partes de la gramática, como los nombres, adjetivos y verbos, conservan
distintas categorías la mayor parte del tiempo. Sin embargo, algunas palabras pierden las
propiedades de ciertas partes de la gramática. Los participios, son palabras con una función
básicamente adjetival, derivadas directamente de los verbos y, en el caso de los activos, son
incluso capaces de llevar un objeto.
Los participios se dividen en dos categorías: presentes y pasados. Estos términos son
de alguna manera engañosos, ya que la diferencia más importante entre ellos, nada tiene que
ver con los tiempos. Son mejores los términos alternativos activos y pasivos, y así los
denominaremos.
Si el verbo puede llevar un objeto, ese será su participio correspondiente. Una persona
que quiera a los Elfos puede ser descrita como una persona “amante de los Elfos”.
En inglés, la forma que deriva de añadir la terminación –ing a los verbos, es bastante
ambigua. También puede hacer funciones de nombre. El participio activo de un verbo como
“kill”, es “killing”, como se deduciría claramente de la frase adjetival “a killing experience” (una
experiencia asesina), pero en la frase “the killing must stop” (el crimen debe acabar), queda
igualmente claro que hace funciones de nombre. En esta última frase, “killing” en un nombre
verbal, un nombre abstracto que denota la acción del crimen. Aquí solo nos interesan los
adjetivos verbales = participios. En Quenya, no coinciden los dos en la forma.
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Parece que en un participio activo Quenya, la raíz vocálica se alarga si ello es posible.
En ilcala, la i no se puede alargar porque hay un grupo de consonantes siguiéndola. Sin
embargo, Tolkien en MC:223, también mencionó el verbo hlapu- “volar, desplazarse en el
viento” (una de las extrañas raíces de U, una oscura categoría de los verbos). Su participio
aparece como hlápula en la página anterior a la citada: winga hlápula, traducido como
“espuma voladora” (MC:214). Entonces, debemos asumir que el participio de un verbo como
lala- “reir” es lálala(!) “riendo”: la raíz vocálica se alarga. Si la raíz verbal incluye una vocal
que ya es larga, simplemente permanecerá larga en el participio: los participios de píca-
“disminuir” y rúma- “trasladar”, aparecen como pícala y rúmala en el poema Markirya.
En el caso de las raíces verbales más largas, donde la raíz vocálica aparece dos veces,
como en falasta- “espumar” (la raíz es evidentemente PHALAS-), parece que es la segunda
aparición de la raíz vocálica la que se alarga si es posible. En este caso, no puede alargarse
ya que va seguida por un grupo de consonantes; el participio “espumando” está contrastado
(en Markirya) como falastala. La primera aparición de la raíz vocálica pdría alargarse tanto
como lo requiriera la fonética (**fálastala), pero esta vocal, evidentemente, no cuenta para el
alargamiento (presumiblemente no se alarga en el presente: falastëa “está espumando”;
¿encuentras difícil fálastëa?, pues es mucho más difícil **falástëa).
Los verbos primarios tienen un problema: añadiendo la terminación –la a sus raíces,
resultaría en algunos casos un grupo de consonantes imposible en Quenya. Por ejemplo: el
participio del verbo tir- “mirar” no puede ser **tirla, ni tampoco **tírla; son palabras
absolutamente imposibles en Quenya. Se ha aceptado que en muchos casos, se podría
construir la raíz continua (similar a un presente) mediante el alargamiento de la raíz vocálica y
añadiendo la terminación –a. Por ejemplo: tíra “está mirando”, y obtener el participio
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añadiendo la raíz participal –la a esta forma: tírala “mirando”. Markirya tiene hácala como
participio (“bostezando”); desafortunadamente el verbo “bostezar” en cuestión, no está
comprobado, pero si es el verbo primario hac- la forma de participio comprobada confirmaría
esta teoría. Por supuesto, el verbo correspondiente a este participio hácala podría también
ser uno de raíz A-, como haca- o háca- (hlápula “soplando”, de hlapu-, y pícala
“disminuyendo” de píca-).
Con la publicación de Los Pueblos de la Tierra Media en 1996, surgió una forma que
pudiera parecer el participio de un verbo primario: PM:363, referida a la raíz “ it (como en) itila
‘centelleando’, e íta ‘un destello’, ita- verbo ‘brillar’”. Pero ¿es realmente itila el participio del
verbo primario it-? Tolkien se refiere a it- como a una raíz (PM:346), y no como a un verbo
Quenya. El verbo en cuestión se cita como ita-, un verbo corto de raíz A- que significa “brillar”.
Su participio, sería ítala y no itila. Si este último fuera un participio, sería muy peculiar: no
presenta alargamiento de la raíz vocálica (no es **ítila), y lleva insertada la vocal de conexión
–i- ante la terminación –la. Ya que el aoristo del verbo it-, sería iti (convirtiéndose en itë solo
ante la ausencia de otras terminaciones), podríamos plantearnos si itila es un participio
aoristo. Esto significaría que el Quenya es capaz de hacer distinciones entre el aoristo
presente y el participio, lo que daría dos formas diferentes de “haciendo” (habitual o
momentáneamente), y “haciendo” (continuamente); quizá sería algo como carila y cárala,
respectivamente (del verbo car- “hacer”). Pero esto es tan solo una especulación, y no puedo
recomendar este sistema; deberemos aguardar a la publicación de más material. Podría ser
que itila fuera simplemente una vieja forma adjetival, más que algún tipo de adjetivo en
Quenya. El final –la aparece también en los adjetivos, por ejemplo: saila “sabio”;
indudablemente –la es, en su origen, simplemente una terminación adjetival que viene a
parecerse al sufijo usado para formar los adjetivos verbales = participios.
Aún así los participios Quenya, se establecen a sí mismos como formaciones bastante
distintas de los adjetivos, de los que difieren en su comportamiento: a diferencia de los
adjetivos, los participios activos no parecen concordar en número, por ejemplo: en Markirya
está rámar sisílala, traducido como “alas brillantes” (la segunda palabra es el
participio/gerundio del verbo sisíla-, una variedad más larga del verbo sil- “brillo blanco”).
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Como recordaremos, los adjetivos normales terminados en –a, tienen su forma plural acabada
en –ë (que representa a la terminación arcaica –ai). Entonces, si sisílala tuviera que
concordar en número con el nombre al que describe, debería ser **rámar sisílalë. Quizá
Tolkien no quiso que los participios terminados en –la concordaran en número, puesto que la
forma plural de la terminación del participio debería terminar en ese caso en –lë, y este final
podría confundirse con la prominente terminación abstracta –lë que se añade a la raíz verbal
que deriva de los nombres verbales, por ejemplo: lindalë “cantando”, de linda- “cantar” (como
en Ainulindalë “canción de Ainu”, traducido como “Música de los Ainur”). Ambos: lindala y
lindalë se traducen como “cantando”, aunque la última sea un nombre (un
cantando/cantante), a pesar de estar en forma adjetival.
En inglés se usa el participio activo para expresar una acción continuada, combinando
el participio con una cópula como “es” o “era”, por ejemplo: “el chico está riendo”. En lo
referente a la acción presente, el Quenya podría expresar este mismo significado usando un
presente continuo genuino: i seldo lálëa. Nadie podrá decir que la forma inglesa, que sería i
seldo ná lálala sea válida en Quenya; suponemos que, aunque inteligible, el Eldar Tolkien
pensaría que no es un “buen Quenya”.
El infinitivo es una forma del verbo que no está influenciada por tiempo alguno, y por
consiguiente, no hace funciones de predicado de una oración (como lo haría un verbo “finito”);
un infinitivo puede combinarse con otros verbos para formar frases verbales más largas.
Aunque los detalles no son demasiado claros, parece que un infinitivo Quenya es idéntico a la
raíz verbal, excepto el de los verbos primarios, que llevarán la terminación –ë, por ejemplo:
quet- “hablar” en la oración polin quetë “puedo hablar”. Este infinitivo parece poder usarse
cuando los verbos finito e infinito se combinan (como en el ejemplo señalado, donde el
infinitivo quetë se combina con una forma finita del verbo pol- “poder”). – El verbo negativo
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um- (pasado úmë, futuro úva), puede funcionar como cópula negativa (“no ser”) y como verbo
combinado con el infinitivo de otros verbos para expresar el “no hacer algo...”, por ejemplo:
umin quetë “no hablo). – El participio activo (un adjetivo verbal describiendo el estado de una
acción denotada por el verbo correspondiente), se obtiene mediante la adición del final –la a la
raíz verbal correspondiente. La raíz vocálica, se alarga si no hay un grupo de consonantes
siguiéndola. No está muy claro como se añade el final –la a las raíces de los verbos primarios,
pero una posible solución podría ser que la terminación sea un sufijo de la forma continua
(con el alargue de la raíz vocálica terminando en –a, por ejemplo: tíra de tir- “mirar”), con lo
que el participio sería tírala “mirando”.
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Vocabulario:
Tolto: “ocho”
Pol-: “ser capaz” (físicamente), traducido generalmente como “poder” (donde se refiere
a una capacidad física y no a “poder” en el sentido de “saber como...”, que se referiría a
una capacidad intelectual, ni tampoco a “poder” en el sentido de “temer
autorización/permiso para...” referido a estar libre de prohibiciones. Para estos otros
significados, el Quenya utiliza otros verbos).
Um-: (verbo negativo): “no hacer” o “no ser/estar”, pasado úmë, futuro úva.
Mer-: “desear, querer”
Hlar-: “oir” (traducido del Sindarin lhaw, como en Amon Lhaw “la Colina del Oyente”
mencionada en LotR).
Verya-: “desafiar” (de la misma raíz que el nombre Sindarin Beren, que significa
“valiente, desafiante”).
Lelya-: “ir, proceder, viajar”, pasado lendë, perfecto (e)lendië (hay más acerca de este
verbo irregular en la próxima lección).
Pusta-: “parar”
Ruhta-: “aterrorizar, atemorizar” (últimamente relacionado con Urco u Orco, las
palabras Quenya que significan “trasgo” “Orco”).
Coa: “casa” (solo el edificio, no en el sentido de “familia”).
Mir: (preposición): “dentro, en”
Ter: (preposición): “a través de...” (está también la variedad terë, pero en los ejercicios
hemos usado ter).
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. Sílala Isil ortëa or Ambar
b. I cápala Nauco lantanë ter i talan
c. Polin hlarë lindala vendë
d. Minë nér túrala minë macil úva ruhta i tolto taurë ohtari
e. Mól mápala taura nér umë saila
f. I tolto rávi caitala un i aldar ortaner, an i rávi merner matë i neri
g. Rá umë polë pusta matë hrávë
h. I ruhtala ohtar pustanë tirë i lië, an i ohtar úmë saila
2. Traducir al Quenya:
i. El Hombre que persigue al Enano es un guerrero.
j. El rey quería ir.
k. La doncella no osaba mirar a la reina.
l. Las mujeres sonrientes fueron a la casa.
m. Los ocho Enanos viajeros pueden encontrar muchos tesoros.
n. No alabaste al Elfo, no alabas al Hombre (Atan), y no alabarás al Enano.
o. Quiero viajar por el mundo y liberar todos los pueblos.
p. Un hombre valiente atravesó la puerta y entró en la montaña.
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Adverbios
Los adverbios son una parte de la gramática que se usan para suministrar información
extra en una oración. Una oración típica proporciona información acerca de “quien hace que
cosa (a quien)”, utilizando un sujeto, un predicado y si es necesario un objeto. Pero puede
pasar que también queramos información acerca del cuando, el dónde o la manera en que
ocurre la acción verbal. Aquí es donde los adverbios entran en escena.
En muchos casos, los adverbios son a los verbos lo que los adjetivos son a los
nombres. De la misma manera que un adjetivo describe a un nombre, un adevrbio describe la
naturaleza de la acción verbal de la oración. En una oración como: “se marcharon
sigilosamente”, la última palabra es un adverbio que describe como o de que manera se
fueron. Si decimos: “ella está cantando ahora”, la palabra “ahora” es un adverbio que define
cuando se desarrolla la acción verbal. Y si decimos: “ellos lo hicieron aquí”, la palabra “aquí”
es un adverbio que nos dice donde tuvo lugar la acción del verbo.
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“buenamente” está “dignamente” ocupado por el adverbio básico “bien”!). De esta manera,
tenemos tan solo un manojo de palabras que Tolkien identificó como adverbios reales, pero
muchos adjetivos; sería muy bonito poder confeccionar los adverbios en Quenya de la misma
manera que lo hacemos en nuestro idioma: añadiéndole al adjetivo el sufijo –mente. Así
podríamos derivar y formar nuestros propios adverbios Quenya.
Como con anda “largo”, ocurre con la mayoría de los adjetivos Quenya terminados en
–a. Los menos frecuentes terminados en –ë, descienden en prácticamente la totalidad de los
casos de las formas terminadas en –i del Elfico Primitivo, cuya vocal se preservaría ante una
terminación o en los compuestos: comparemos morë “oscuro, negro” con el compuesto
Moriquendi “Elfos Oscuros”. Aceptaremos que la cualidad original de la vocal podría
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Aún no está suficientemente claro como se debe añadir la terminación –vë a algunos
adjetivos que terminan en –n. El adjetivo melin “querido” (no confundir con el sonido similar
de la 1ª persona del aoristo “yo amo”), tendría como adjetivo correspondiente melinvë
“cariñosamente”, ya que aunque nv no figura en palabras unitarias, si es una combinación
posible en Quenya (el título de Aragorn: Envinyatar “Renovador(?)”, donde En- = “Re- “). De
otra parte, la terminación –vë es relativa a la preposición ve “como”, y ambas descienden
probablemente de la forma del Elfico Primitivo “be”. Podemos pues deducir que el original
melin-be podría haberse convertido en el Quenya melimbë. Por otra parte (si es que nos
quedan partes por las que postular), los adjetivos terminados en –in parecen ser versiones
cortas de la forma más larga –ina, por lo que se puede deducir que la a se conserva ante una
terminación. Así pues, “cariñosamente” sería melinavë (tendría que decir, olvidándome de
melin, y centrándome en melda o moina, que hay dos adjetivos más que significan también
“querido”, y que son: ¡meldavë y moinavë!).
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ejemplo: aqua morë “completamente oscuro”. ¡Si no es así, Tolkien debería habérnoslo
dicho...!
Podemos ver como en algunas fuentes más antiguas Tolkien usa adverbios terminados
en –o en vez de en –vë. La única prueba de este último es la ya apuntada andavë, derivada
del adjetivo anda “largo”.
No obstante, existe una oración del antiguo “Qenya” traducida como “los Elfos
durmieron un largo sueño en Kovienéni (más tarde Cuiviénen)”; ver VT número 27. En esta
oración el adverbio “largo” aparece como nando y no como andavë. Otros ejemplos de
adverbios acabados en –o, son ento “próximo, cercano, junto, siguiente”, y rato “luego,
pronto” (de una oración Artica señalada en Cartas de Navidad del Padre –obviamente una
forma de “Qenya”, aunque aparezca en un contexto que nada tiene que ver con la seria
producción literaria de Tolkien). También podemos incluir el adverbio voro “siempre,
continuamente”, que proviene de una relativamente moderna fuente como es Etym (entrada
BOR-), aunque en el caso de esta palabra, la final en –o es simplemente una raíz vocálica
reduplicada y sufijada.
El ejemplo ando “largo” (no confundir con el nombre de “puerta”), que se deriva del
adjetivo anda, podría indicar que el final –o puede usarse para derivar adverbios a partir de
los adjetivos. ¿Podemos pensar que tulco “firmemente” que viene de tulca “firme”, es una
alternativa a tulcavë? O por el contrario, ¿debemos pensar que en la época de LotR, Tolkien
decidió abandonar –o como terminación adverbial? Si fuera así, nos presentó a –vë como un
sustituto y no como una alternativa (cambiando ando por andavë). No podemos estar
completamente seguros de que –o sea una terminación válida de adverbio en el estilo Quenya
de LotR. Pero cuando derivemos adverbios a partir de los adjetivos, os recomiendo que uséis
la terminación “segura” (o la “más segura”) –vë. En los ejercicios, no he usado la terminación
–o sino solo –vë. Por otro lado, en esa época no he hallado adverbios como ento, rato, voro,
manipulados para cambiarlos a (?)entavë, etc...
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Para terminar, debo mencionar que algunos adverbios Quenya derivan de otras partes
de la gramática además de hacerlo de los adjetivos. En Namárië tenemos oialë como el
adverbio que significa “para siempre, siempre (o ‘eternamente’”, como la traducción interlineal
que hay en RGEO:67). Pero en Etym, entrada OY-, se indica que oialë es propiamente o en
su origen, un nombre que significa “era/edad eterna”. Aparentemente, en Namárië se usa
como adverbio.
Las frases que llevan preposiciones suelen comenzar con una función adverbial, y a
veces, a partir de ellas, se pueden desarrollar adverbios unitarios: en El Juramento de Cirion,
está tennoio como otra palabra Quenya que significa “eterno, para siempre”, pero en UT:317,
Tolkien explica que esta forma solo es una contracción de dos palabras distintas y originales:
la preposición tenna “tan lejos como, lejano” + oio (un período sin final). Finalmente, tenemos
lo que he llamado “adverbios básicos”, que no derivan de ninguna otra parte de la gramática.
Aqua “completamente” y sí “ahora”, que ya he mencionado, son solo dos ejemplos; también
podemos incluir palabras como amba “hacia arriba”, haya “a lo lejos” (también puede leerse
esta última haya, como la forma de la Tercera Edad), oi “siempre”, y otros...
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No puedo asegurar que esta no sea una posible interpretación de las palabras de
Tolkien sobre los ejemplos disponibles. Sin embargo, tengo ciertas reservas acerca del uso de
la terminación –lto en el Quenya estilo LotR. En los ejercicios que he hecho para este curso,
he ignorado –lto, asumiendo que –ntë debe usarse como terminación pronominal con el
significado de “ellos” en un sentido general. Cuando Tolkien habla de –ntë usada solo para un
sujeto que no ha sido previamente mencionado, tengo claro que quiere decir “ no mencionado
previamente en la misma oración” (porque si un sujeto plural hubiera ya aparecido, el verbo
recibiría tan solo la final –r del plural normal). Así pues, podemos (presumiblemente)
conseguir formas como las que siguen a continuación, con la terminación –ntë añadida a los
variados tiempos de pusta- “parar”:
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Como es habitual, las cosas no están absolutamente claras. Los que estaban siendo
alabados en el pasaje citado en cuestión, eran Frodo y Sam, dos personas. Habrá que asumir
que esta terminación –t es una forma dual de “a/de ellos”, lo que sugiere que laituvalmet
podría traducirse como “alabaremos a ambos (de los dos)”. Todo esto añade valor a la teoría
bien sustentada por el hecho de que hay también una terminación dual en –t (como en ciryat
“dos barcos”; ver otra vez la Lección Tres). Nada se puede dar como regla definitiva en este
momento, pero la terminación –t “a/de ellos”, estaría equiparada a –ntë “ellos”. No creo que –t
sea exclusivamente dual, pero, en cualquier caso, esta es una de las terminaciones que
puede traducirse como “a/de ellos”. Así pues, las formas siguientes serán las que tienen más
posibilidades:
Tirnenyet = “Yo los ví a ellos”
Melilyet = “Tu amas a ellos”
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Porbablemente este último ejemplo se refiere a dos grupos diferentes. “Ellos se pararon
a sí mismos”, se expresaría seguramente de otra manera (por desgracia, no sabemos
exactamente como...).
Vamos a comenzar con una oración como i mól veryanë cenë i aran ar i tári "el
esclavo osó mirar al rey y a la reina". Aquí tenemos el verbo finito veryanë "osó" + un infinitivo
(cenë) "mirar". Ahora queremos deshacernos de la frase completa "el rey y la reina",
sustituyéndola por el objeto-pronombre "a/de ellos", así que: "el esclavo osó mirar a
ellos/mirarles" (ver como, deliberadamente, he construido un ejemplo que será compatible con
la teoría de la terminación -t "a/de ellos" siendo solo dual, aunque no creo que este sea el
caso...los riesgos innecesarios son solo eso: innecesarios!).
Bien, ¿dónde ponemos la terminación -t? Es bastante obvio que deberá añadirse al
infinitivo cenë "ver, mirar". Entonces, ¿será cenet?, o más bien, y ya que el infinitivo cenë
parece representar a la keni del Elfico Primitivo con el final antiguo -i que cambia a - ë cuando
es final, se podría pensar que cenit es una opción mejor. Así "el esclavo osó mirar a ellos" = i
mól veryanë cenit, ¿estará bien?
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En el caso de "ellos hacen" frente a "hace a ellos", habría una distinción, aunque sin
-ta-, ya que la terminación del sujeto "ellos" (-ntë) difiere de la terminación del objeto "a/de
ellos" (-t). A pesar de eso, Tolkien aparentemente decidió eliminar cualquier posible confusión
entre las formas aoristas con terminación de sujeto y los infinitivos con terminación de objeto:
los infinitivos insertan -ta- entre el verdadero infinitivo y el sufijo pronominal. Así, el infinitivo
"ver, mirar" se expande de cenë a cenita- cuando recibe cualquier terminación de objeto: "el
esclavo osó mirar a ellos", será: i mól veryanë cenitat, la -ta- extra colocada entre el infinitivo
y la terminación del objeto.
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Sin embargo, no está claro que los verbos de raíz A- funcionen de la misma manera.
VT número 41, publicó solo una breve nota de las de Tolkien de 1969 (por lo que parece, el
editor necesitaba espacio para cosas más importantes, como un profundo artículo acerca de
la óptima traducción al búlgaro del Poema del Anillo). La nota, reproducida más atrás, parece
referirse solamente a los infinitivos de los verbos primarios (los que tienen terminaciones
aoristas en -ë o con finales en -i). Algunos escritores piensan que los verbos de raíz A-
funcionando como infinitivos, añadirían la termianción -ta ante cualquier sufijada terminación
pronominal de objeto. Así, con verbos como metya- "acabar, terminar, poner fin a...", y mapa-
"agarrar", podría ocurrir algo como esto:
Quizá estas oraciones estén bien y quizá no. Actualmente no hay nada concreto al
respecto. Hay dudas de que la terminación -ta se añadiera a la raíz de un verbo terminado así
mismo en -ta, como orta- "levantar". ¿Debería "puedo levantarlo" ser: polin ortatas?
Generalmente, el Quenya no es demasiado cariñoso con dos sílabas adyacentes y con sonido
similar, como las dos -ta de las que estamos hablando. Afortunadamente, podemos despejar
esta incógnita: simplemente, deberemos evitar el añadir terminaciones de objeto pronominal a
los infinitivos de los verbos de raíz A-, a menos que sepamos que es un objeto pronombre
independiente, por ejemplo: te "a/de ellos", en vez de la terminación -t, con lo que para decir
"tu querías cogerlos", tendríamos mernelyë mapa te, en vez de la incierta construcción
(?)mernelyë mapatat. Veremos los pronombres independientes en una próxima lección. En
los ejercicios de ésta, los infinitivos terminados en -ita + el sufijoobjeto concerniendo solo a los
verbos primarios.
Es interesante observar que Tolkien tradujo caritas como "haciéndolo" (VT41:17). Esto
podría sugerir que algunos infinitivos pueden usarse también como el sujeto de una oración,
por ejemplo: cenitas farya nin "viendo que es suficiente para mí" (farya- (verbo): "ser
suficiente, bastar"; nin "a/para mí").
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En la Lección Seis establecimos algunas reglas para la formación del tiempo pasado
"regular", pero también tocamos algunas formas "irregulares" (esto es, la formación de los
pasados que no casan fácilmente en la mayoría de los patrones comunes). Algunos de estos
tiempos, pueden formar subgrupos que son suficientemente "regulares" de acuerdo con sus
propias y especiales reglas.
Algunos verbos forman parejas, donde uno es transitivo y el otro intransitivo. El sujeto
puede incorporar un objeto (transitivamente), pero el sujeto por sí mismo puede también
originarlo (intransitivamente), sin involucrar a ningún objeto. Ejemplos de estos pares, son el
transitivo "derribar" o el intransitivo "yacer" frente al intransitivo "acostarse". Pero, en muchos
casos, en la mayoría de los idiomas, se usa el mismo verbo para ambas formas: transitiva e
intransitiva, por ejemplo: "hundir, sumergir".
Un sujeto puede "hundir" un objeto, por ejemplo: "el torpedo hundió al barco" (verbo
transitivo con sujeto y objeto), y el sujeto puede también "hundirse a sí mismo", por ejemplo:
"el barco se hundió" (verbo intransitivo solo con sujeto); obviamente "hundió" se usa aquí con
dos significados bastante diferentes. Esta ambigüedad se da también en el Quenya, por
ejemplo: orta- cubre ambas posibilidades: "levantar" y "subir", y será el contexto el que
determine el significado que ha de tener (por ser más concretos: comprobemos si la siguiente
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oración contiene o no un objeto: i aran orta = "el rey sube", o: i aran orta ranco = "el rey
levanta un brazo").
Se puede observar que, por sus significados, los tres verbos citados son claramente
intransitivos: "bastar", "desaparecer", "ir". Podría ser solo una coincidencia por supuesto, pero
Etym nos suministra otro ejemplo muy interesante: en la entrada ULU-, hay un verbo ulya-
"verter". Tolkien indicó que este verbo tenía un tiempo pasado "doble". Si el verbo se usa
como transitivo: "el sirviente vertió agua en la copa", el pasado "vertió" será ulyanë (esta sería
una forma completamente regular). Sin embargo, si el verbo se usa en sentido intransitivo, el
pasado de ulya- será ullë (representando probablemente al más antiguo unlë, formado por un
infijo nasal ul- sin la terminación -ya, por ejemplo: villë pasado de vil- "volar", aunque en el
último caso no aparece la terminación -ya en ninguna forma del verbo). Así pues, si queremos
traducir "el río se vertió en un desfiladero", usaremos la forma ullë y no ulyanë.
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Parece que por fin podemos discernir un patrón más o menos fiable: los verbos
intransitivos terminados en -ya pierden este final en el pasado; el pasado se forma a partir de
la raíz sin terminación, como en el caso de los verbos primarios. O, de otra manera: en el
pasado, los verbos intransitivos que acaban en -ya pierden esta terminación disfrazándose de
verbos primarios. En los raros casos en los que un verbo pueda ser transitivo e intransitivo, se
conservará la terminación -ya cuando se use en sentido transitivo (como ulyanë), pero se
suprimirá cuando se use en sentido intransitivo (ullë). ¿Porqué ha de ser este punto tan
complicado? En los otros tiempos aparte del pasado, el verbo ulya- "verter" aparecería en la
misma forma sin importar si es transitivo o intransitivo (el aoristo: ulya "vierte", el presente:
ulyëa "está vertiendo", el futuro: ulyuva "verterá", etc.) Pero nunca fue la intención de Tolkien
la de fabricar otro esperanto, una lengua 100% regular y lógica. Dentro de sus mitos, se
suponía que el Quenya era una lengua de uso ordinario, desarrollada a lo largo de miles de
años. Así que incluyó en ella deliberadamente todo aquello que debe encontrarse en un
idioma natural: ciertos hechos que no tienen necesariamente demasiado sentido.
La mayoría de los verbos que acaban en -ya, son transitivos y, casi seguro que
conservarán sus terminaciones en el pasado, añadiendo ante él, el sufijo -në (como en
ulyanë). Aquí tenemos algunos de los verbos intransitivos que acaban en -ya, aunque Tolkien
no mencionó sus pasados en ningún caso: hwinya- "girar", pasado: hwinnë(?); mirilya-
"brillar", pasado: mirillë(?); ulya-, pasado: ullë; ranya- "perderse", pasado: rannë(?); súya-
"respirar", pasado: súnë(?), tiuya- "engordar", pasado: tiunë(?). El verbo yerya- puede ser
transitivo "llevar puesto", e intransitivo "envejecer". Quizá el pasado sea yeryanë en el primer
caso, y yernë en el segundo, ¿pueden coexistir de la misma manera el transitivo ulyanë y el
intransitivo ullë, como pasados con el significado de "vertió"?
Debo añadir que todo esto es algo hipotético, ya que Tolkien no hizo mención a los
pasados de muchos verbos intransitivos acabados en -ya. Perod debemos al menos tener
conocimiento de los pasados "irregulares" comprobados, incluyendo el pasado doble de
tulya- "verter", y especialmente lendë "fue" como la sorpresiva forma del pasado de lelya- "ir,
viajar".
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NOTA: El tiempo perfecto de este verbo aparece como lendië en algunos textos.
SD:56, indica que, en un borrador, Tolkien usó lendien en vez de utúlien "he venido", en la
Declaración de Elendil "salí del Gran Mar y hacia la Tierra Media he venido". Lendien
significaría, literalmente: "he ido/fui/viajé" o algo similar. Esta forma perfecta no está
aumentada, quizá simplemente porque Tolkien aún no había inventado el aumento con el que
habitualmente se prefija el tiempo perfecto. Yo lo sustituyo usando elendië como perfecto de
lelya-. He usado este perfecto en (la solución de) uno de los ejercicios que siguen.
Participios Pasivos
Ahora volveremos a los participios. La contrapartida lógica de los participios activos que
hemos visto en la lección anterior, debe ser obviamente los pasivos. Se les llama
habitualmente participios "pasados" (ya que los activos se refieren con frecuencia a los
presentes). Sin embargo, el término "participio pasivo" es muy apropiado. Este participio es
una forma adjetival derivada de la raíz de un verbo, y describe el estado en que queda algo o
alguien tras someterse a la correspondiente acción del verbo. Por ejemplo: si escondemos
"algo", estará "escondido". Así pues, "escondido" será el participio pasivo del verbo
"esconder". La palabra "escondido" puede usarse como adjetivo predicativo ("el tesoro está
escondido"), y atributivo ("tesoro escondido"). El participio pasivo "escondido" contrasta con el
participio activo "escondiendo": el último describe el estado del sujeto, la parte activa, mientras
que el pasivo describe el estado del objeto, pasivamente expuesto a la acción del verbo.
En el caso de los verbos intransitivos, en los que no existe un objeto afectado, este
participio describe el estado del mismo sujeto "después" de desarrollada la acción verbal en
cuestión: si te "caes", después estarás "caido"; si te "vas", después de irte estarás "ido". Aquí,
el término habitual "participio pasado" si tiene verdadero sentido; los participios como "caido"
o "ido", describen la condición del sujeto tras una acción pasada. Vale la pena que los
comparemos con los participios presentes (activos) "cayendo" y "yendo", que describen la
condición del sujeto mientras se desarrolla o está presente la acción del verbo. Pero cuanto
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más tratamos con los verbos transitivos (y la mayoría lo son), más convencido estoy de que
es mejor llamarlos participios activos y participios pasivos.
La inmensa mayoría de los participios Quenya parece que se forman con la terminación
- na, o su variante -ina. Algunos participios comprobados de raíz A-, incluyen la terminación
más larga, la -a final de la raíz vocálica y la i del sufijo -ina, convergiendo en un diptongo - ai-
(que llevará el acento/énfasis como cualquier diptongo en la segunda sílaba desde el final).
Un ejemplo lo da la frase: Arda Hastaina "Arda Ensombrecida", un término élfico para definir
al mundo contaminado por la maldición de Morgoth (MR:254). Este hastaina "ensombrecido,
triste", podría ser el participio pasado del verbo hasta- "ensombrecer, entristecer", ya que no
hay ningún otro contrastado. Sin embargo, el verbo hosta- "recoger", está en Etym (entrada
KHOTH-) y en el poema Markirya (MC:222-223). Su participio pasivo aparece en La Canción
de Fíriel como hostaina (comprobado en la forma hostainiéva "será recogido"; el sufijo -iéva
"será" es dificilmente válido en el Quenya estilo LotR, pero el participio subyacente si lo es).
Debemos concluir que los verbos de raíz A- terminados en -ta tienen casi siempre sus
participios terminados en -taina. Ya que anta- significa "dar", el participio "dado" deberá ser
antaina. Ya que orta- significa "levantar" ("subir" en modo intransitivo), "levantado" será
ortaina ("subido" también).
¿Puede la terminación –ina añadirse a casi todos los verbos de raíz A-? A partir de un
verbo como mapa- “asir, agarrar”, creo que podría derivarse mapaina como su participio
“asido, agarrado” (indirectamente apoyado por lo siguiente: la terminación –ina también se usa
para derivar adjetivos, como en valaina “divino” –obviamente una formación adjetival basada
en Vala, que es un nombre análogo en su forma a un verbo simple de raíz A- como mapa-.
Efectivamente se da a entender que el nombre Vala deriva originalmente de un verbo simple
de raíz A-: vala- “ordenar, tener poder”: WJ:403-4. Si hubiera permanecido solo el verbo,
valaina podría significar “ordenado”).
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preservando su raíz. Inmediatamente después de perya-, dio una palabra indefinida: perina.
¿Es este el participio pasado “dividido”? Creo que el significado de esta palabra es casi
seguro, pero quizá deberíamos verlo como una formación adjetival independiente derivada
directamente de la raíz, y no como el participio pasivo del verbo perya- (podríamos pensar
que es périna –con una –é- larga-, si fuera un participio pasivo; ver más adelante donde se ve
el patrón racina).
En otro sitio, también en Etym en la entrada GYER-, tenemos el verbo yerya- “ajar,
hacer viejo, envejecer”. La misma entrada menciona también la palabra yerna “ajado”. Por lo
que concierne al inglés, yerna podría ser el participio pasado del verbo yerya-. ¿Podemos
entonces concluir que los verbos terminados en –ya forman sus participios pasivos
sustituyendo esta terminación por –na? Yo creo que yerna no es el participio de yerya-, sino
una formación adjetival independiente. Para asegurar esto, me baso en los siguientes hechos:
1): Tolkien diseñó yerna basándose en una forma completa del Elfico Primitivo: gyernâ, por
eso no puede derivarse de un verbo más moderno; 2): Tolkien dio a conocer la forma yerna
antes de mencionar el verbo yerya-, evitando así que se pudiera pensar que la primera es
derivada de la segunda; 3): yerna se glosa como algo “ajado, viejo”, y la primera de estas
glosas sugiere que yerna se consideró un adjetivo independiente y no un participio. Ocurre lo
mismo con perina, visto antes. Esto podría servir para una pareja como halya y halda
“velado, escondido” (entrada SKAL¹-): La última forma la relacionó Tolkien con la forma del
Elfico Primitivo skalnâ (la inicial sk- se convierte en h-, y –ln- se convierte en –ld- en Quenya).
Pudiera ser que en el Elfico Primitivo skalnâ no contase como el participio pasivo de la raíz
verbal SKAL- “cubrir, esconder”, pues halda, su descendiente Quenya, se ha desarrollado
dentro de un adjetivo independiente (una de las glosas de Tolkien para esta palabra
“sombreado”, también es un adjetivo). Así que, halda no es necesariamente el participio
pasivo del verbo halya- derivado de la misma raíz, aunque tenga el mismo significado que el
participio.
Entonces, ¿qué tratamiento vamos a dar a los verbos terminados en –ya? Creo que
una pista muy interesante se ofrece en MR:326 (MR:315), donde Christopher Tolkien nos dice
que en un texto post-LotR, su padre usó mirruyainar o mirroyainar “los Encarnados” (plural).
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Estos podrían parecer participios pasivos declinados como nombres: “los/unos Encarnados”.
Si quitamos la terminación –r del plural, nos quedaremos con mirruyaina / mirroyaina como
el posible participio “encarnado”, y si despegamos la presumible terminación de participio, el
verbo “encarnar” podría ser mirruya- o mirroya-. Más tarde Tolkien cambió la palabra por
mirroanwi, sin ninguna partícula –ya, pero las formas rechazadas pueden repetirse en la
medida en que el participio pasivo de un verbo terminado en –ya pudiera necesitarlas.
Algunos verbos podrían tener participios terminados en –yaina, de la misma manera que los
verbos acabados en –ta tienen participios terminados en –taina. Dando por hecho que lanya-
es el verbo “tejer”, “tejido” deberá ser lanyaina. Los participios pasivos regulares de los
verbos perya- “compartir”, yerya- “ajar”, halya- “velar”, serían de forma similar: peryaina,
yeryaina, halyaina (acercándose mucho a los significados de los adjetivos: perina, yerna,
halda, aunque al último no se le puede considerar declinado en la forma que presenta –ver
más adelante harna y harnaina).
Concluiremos que casi todos los verbos de raíz A- forman sus participios pasivos
añadiendo la terminación –ina. La única excepción en el corpus publicado es la forma
envinyanta “cicatrizado”, o más literalmente: “renovado” (MR:405). Podría parecer el
participio pasivo del verbo envinyata- “renovar” (no comprobado como verbo, sino más bien
por el título de Aragorn: Envinyatar “el Renovador”). Este participio está formado por un infijo
nasal insertado ante la terminación –ta. No podemos saber si la formación más “regular”
envinyataina, no comprobada, sería una forma válida.
No obstante, la terminación –inano solo se usa en el caso de los verbos de raíz A-; los
verbos primarios con c o t como consonante final, también forman sus participios pasivos con
esa terminación. El poema Markirya incluye la forma rácina “roto” (man tiruva rácina cirya(?)
= “¿quién verá (vigilará) un barco roto?”: MR:222). Tolkien identificó explícitamente rácina
como el participio pasado (pasivo) del verbo rac- “romper” (MC:223). El verbo “contar,
recontar”, es not-, y en La Canción de Fíriel tenemos nótina como el participio pasivo
“contado”. Parece entonces que los verbos primarios terminados en consonantes sordas
como c y t, forman sus participios pasivos alargando la raíz vocálica y añadiendo la
terminación larga –ina. No creo que haya ningún ejemplo comprobado del participio de ningún
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verbo primario terminando en –p (otra sorda), pero podría existir alguna posibilidad con la
misma forma: el verbo top- “cubrir”, podría tener como participio pasivo a tópina “cubierto” (el
verbo top- figura en Etym; el poema Namárië de LotR, parece sugerir que Tolkien lo cambió
por tup-. Si fuera así, el participio sería túpina). Quizá los verbos primarios terminados en –v
formen sus participios pasivos con arreglo a esta forma, por ejemplo: lávina “permitido,
consentido”, del verbo lav- “permitir, consentir” (no confundir con el sonido similar del verbo
que significa “lamer”). Tenemos, de cualquier forma, pocos ejemplos...
Para los verbos primarios acabados en –m y –n, solo tenemos lo que podríamos llamar
“ejemplos indirectos” de sus participios pasivos, lo que probablemente no sea suficiente. El
verbo nam- “juzgar” (namin = “yo juzgo”, VT41:13), parece tener su participio pasivo en
namna. Esta forma está comprobada como un nombre con el significado de “estatuto,
decreto” (como en: Namna Finwë Míriello = “el Estatuto/Decreto de Finwë y Míriel”, MR:258).
Aparentemente, el participio namna que, básicamente significa “juzgado”, se usa también
como nombre: “veredicto, decisión judicial”, y por consiguiente “estatuto, decreto”. Para los
verbos primarios terminados en –n vamos a revisar algunos nombres como anna “regalo” y
onna “criatura”, frente a los verbos anta- “dar” y onta- “crear” (ver las entradas ANA¹- y ONO-,
en Etym). Estos por supuesto, no son verbos primarios (y en Quenya, sus participios deberían
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ser antaina, ontaina), ya que los nombres anna, onna, pueden descender de las formaciones
primitivas del participio basadas en la raíz desnuda de la palabra que se añadía delante de –
ta, para producir los verbos tal y como aparecen en Quenya. Así anna podría provenir del
participio primitivo “dado”, solo más tarde usado como nombre “algo que se ha dado” =
“regalo”. Asimismo, onna podría representar un participio pasivo original “creado”, usado más
tarde como el nombre “un creado” = “criatura”. A pesar de todo, me inclino a pensar que la
terminación –na puede añadirse a las raíces de los verbos primarios Quenya terminados en –
n. Por ejemplo: siendo cenel verbo “ver”, cenna debería ser el participio pasivo “visto”. Pero
cénina también podría ser una forma alternativa permitida (quizá pudiéramos usar también
námina como “juzgado”, por lo que yo sé).
¿Qué pasa con los verbos primarios terminados en –l como mel- “amar”? No
recurriremos al patrón de rácina una vez más, usando mélina como “amado”; la terminación
–na debería añadirse directamente a la raíz verbal. Pero ya que **melna no es una palabra
posible en Quenya, convertiremos la –ln- en –ld-, como en el ejemplo citado anteriormente (la
palabra Quenya halda descendiente de skalnâ del Elfico Primitivo) Las Etym contienen la
palabra melda traducida como “amado, querido”. Estas glosas son adjetivos, ya que por sus
significados se hallan muy cercanos al participio “amado”. ¿Tenemos otra vez un participio
original que se ha desarrollado dentro de un adjetivo independiente? ¿Debería el participio de
mel- diferir en su forma, precisamente para distinguirse de este adjetivo? Si es así,
deberíamos otra vez reparar en mélina. O, ¿es melda la que realiza ambas funciones:
adjetivo “querido” y participio “amado”? Podemos preguntarnos donde está el punto exacto de
diferencia entre ambos para intentar distinguirlos, ya que sus significados son virtualmente
idénticos.
Debemos considerar otro ejemplo: el verbo Quenya “llevar, transportar, portar” parece
ser col-, aunque aún no ha sido contrastado independientemente: solo varias derivaciones se
han encontrado. Una de ellas aparece en MR:385: colla = “puesto” (se usa también como
nombre “vestido, ropa”, considerado como “algo que se lleva puesto”) ¿Es este un ejemplo de
participio pasado de un verbo primario con final –l? ¿Podemos usar mella como “amado”?
Creo que colla es un derivado adjetival (quizá represente al primitivo konlâ con el infijo nasal
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de la raíz KOL- (no está en Etym)). Por su derivación original, podría ser paralelo a un adjetivo
Quenya como panta “abierto” (al cual se refirió Tolkien como procedente de pantâ del Elfico
Primitivo, derivado de la raíz PAT- que figura en Etym). Me temo que no disponemos de los
conocimientos necesarios como para alcanzar a comprender los participios pasivos de los
verbos primarios terminados en –l, aunque creo que lo más seguro sería emplear el final –da
(que representa al antiguo –na), o la terminación más larga –ina, combinada con el
alargamiento de la raíz vocálica.
¿Deben los participios pasivos concordar en número como lo hacen los adjetivos
normales? En otras palabras: ¿debe la final –a convertirse en –ë (la vieja –ai), si el participio
describe un nombre plural? Por lo que se vé, lo publicado no proporciona ejemplos que nos
puedan guiar. Podría parecer que los participios pasivos (acabando en –la) no concuerdan en
número. Sin embargo, me inclino a pensar que se comportan como los adjetivos normales en
esa situación. Hemos visto en muchos casos que es difícil poder determinar que forma debe
considerarse un participio pasivo o un adjetivo, ya que los adjetivos pueden derivarse con el
mismo significado (desarrollemos un poco: un adjetivo como “desnudo”, podría haber sido un
participio pasivo por su forma; sin embargo, no existe el verbo correspondiente **desnudar,
así que no podemos formar una pareja **desnudar / **desnudado, como amar / amado). Ya
que los adjetivos valaina “divino” y yerna “viejo” concuerdan en número, es difícil imaginar
que los participios como hastaina “estropeado” o carna “hecho” no muestren alguna
concordancia. Yo cambiaría la final –a por –ë, allí donde el participio describa a un nombre
plural (o a varios nombres singulares).
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Una nota final: En algunos casos, las formas acabadas en –na que originalmente son
participativas o adjetivales, se han convertido a sí mismas en verbos de raíz A-. La palabra
primitiva skarnâ, que figura en la entrada SKAR- de Etym, quizá fuera originalmente un
participio pasivo “dividido, llorado” (ya que la raíz SKAR- en sí misma significa “llorar, dividir”).
En Quenya, skarnâ se convirtió en harna “herido”, probablemente con más carácter de
adjetivo que de participio. ¡Lo divertido es que harna- también viene a usarse como el verbo
“herir” y si este verbo tiene su propio participio pasivo harnaina, habremos completado el
círculo! La verdad es que tanto harna como harnaina se pueden traducir como “herido”, pero,
sin embargo, harna decribiría simplemente el estado de estar herido, mientras que harnaina
implica claramente que los heridos eran los afectados (?)
Los adverbios son palabras que se usan para porporcionar una información extra sobre
el “como”, el “cuando” o el “donde” se describe la acción verbal en la oración. Un adverbio
puede usarse también para modificar el significado de un adjetivo, o incluso de otro adverbio.
–La terminación pronominal en Quenya para “ellos”, es –ntë (probablemente Tolkien suprimió
la terminación –lto que aparecía en el material más antiguo); la terminación del objeto que se
corresponde con “a/de ellos” parece ser –t (aunque algunos piensan que es la del dual “los
dos de ellos”). Los verbos primarios, cuyos infinitivos acaban en –ë, por ejemplo: quetë-
“hablar, decir”, convierten esta terminación en –ita, si se les añade una terminación
pronominal denotando al objeto (por ejemplo: quetitas “decirlo”), con el final –s “ello/lo”. – Los
ejemplos disponibles parecen sugerir que los verbos intransitivos acabados en –ya, pierden
esa terminación en el pasado, el cual se forma directamente de la raíz verbal (como si el
verbo fuera primario). Por ejemplo: el pasado de farya- “bastar, ser suficiente”, es farnë y no
**faryanë. Los participios pasivos son derivativos adjetivales que describen el estado
provocado a algo o alguien como consecuencia de la acción verbal: lo que tu escondes
(verbo), se convierte en algo “escondido” (participio pasivo). Los verbos de raíz A-, forman sus
participios pasivos terminados en –ina, por ejemplo: hastaina “estropeado” de hasta-
“estropear”. Esta termianción se usa también en el caso de los verbos primarios que terminan
en –t y –c , probablemente también en –p, e incluso hasta quizá los que terminan en –v; en
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esta clase de verbos, la terminación se combina con el alargamiento de la raíz vocálica, por
ejemplo: rácina “roto” de rac- “romper”. Se puede aplicar el mismo patrón a “todos” los verbos
primarios, pero los verbos que acaban en –r terminan simplemente en – na, sin alargamiento
de la raíz vocálica (carna “hecho”, derivado de car- “hacer”). Los verbos primarios que
terminan en –m, y probablemente también los que terminan en –n, tomarían de forma
parecida la terminación simple –na, por ejemplo: namna “juzgado” de nam- “juzgar”, cenna
“visto” de cen- “ver”. No está claro como deberemos tratar a los verbos primarios terminados
en –l; si usamos la terminación simple –na, esta debería convertirse en –da, por razones
fonéticas, por ejemplo: melna>melda “amado”, como el participio pasivo de mel- “amar”;
melda está comprobado como el adjetivo que significa “amado, querido”. Los participios
pasados concuerdan seguramente en número de la misma manera que los adjetivos,
cambiando –a por –ë, si describen a un nombre plural o a varios nombres singulares.
Vocabulario:
Nertë: "nueve"
Núra: "profundo"
Anwa: "real, actual, verdadero"
Nulda: "secreto"
Telda: "final" (adjetivo derivado de la misma raíz que el nombre de Teleri, el Tercer
Clan de los Eldar, así llamados porque fueron también los últimos o postreros durante
la marcha de uiviénen, lejos, más allá de los Vanyar y los Noldor, quiénes estaban
más deseosos por alcanzar El Reino Bendito)
Linta: "veloz"
Hosta-: "reunir, convocar"
Nórë: "tierra" (asociada a un pueblo en particular, WJ:413)
Lambë: "lengua, idioma" (no la lengua de la boca)
Car-: "hacer"
Farya-: "ser suficiente, bastar" (pasado: farnë y no **farnayë, quizá... ¿por qué el
verbo es intransitivo?)
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traducción Antonio Palomino (Grupo Lambenor) Curso@ardalambion.com
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. melinyet núravë
b. lindantë vanyavë, ve Eldar
c. ilyë nertë andor nar tirnë
d. merintë hiritas lintavë
e. haryalyë atta parmar, ar teldavë ecendielyet
f. anwavë ecénien Elda
g. i nurtaina harma úva hirma
h. úmentë merë caritas, an cenitas farnë
2. Traducir al Quenya:
i. Habían viajado (ido) secretamente a través de la tierra
j. Los Elfos reunidos querían verlo
k. Un idioma escrito no es como un idioma hablado
l. Cinco barcos no eran suficientes; nueve bastantes
m. Realmente pararé de hacerlo
n. Rápidamente cogieron a los nueve Enanos feroces
o. Al final los verás como yo los he visto
p. No quieren oírlo
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Helge K. Fauskanger Lección Once
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Casos
Durante las lecciones de la 1 a la 10, nos hemos ocupado de los adjetivos y los verbos.
De los nombres, hemos visto como se forman sus plurales y sus duales. Hay, sin embargo,
mucho más que decir acerca de la declinación del nombre Quenya. La segunda mitad de este
curso estará ocupada principalmente con el sistema de elaboración de los casos del Quenya,
los cuales conforman el hecho más característico del idioma. Es en el tratamiento de los
nombres, donde la estructura gramatical del Quenya refleja más claramente las que fueron las
dos principales fuentes de inspiración de Tolkien: el finés y el latín.
¿Qué son los casos, lingüísticamente hablando? Un nombre puede tener muchas
funciones en una oración. En la mayoría de los idiomas, se indica la función del nombre tan
solo por el orden que ocupa en la oración. En una frase como: "el hombre ama a la mujer", es
meramente el orden de las palabras lo que nos dice que "el hombre" es el sujeto y "la mujer"
es el objeto. Esta regla que asimilaría fácilmente el subconsciente de cualquier niño tendría un
enunciado parecido a este: "el nombre delante de un verbo predicado será su sujeto, mientras
que el nombre que va tras él será normalmente el objeto". En aquellos casos en los que el
orden de las palabras no es suficiente, este asunto se soluciona mediante la colocación de
preposiciones delante del nombre, como por ejemplo "a", en una oración como: "el Elfo dá un
regalo (a el) Enano". Hay idiomas que no necesitan poner "a" en una situación así; en vez de
eso, "Enano" podría aparecer en una forma declinada.
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variadas y especializadas formas del nombre, se llaman casos. Por ejemplo: nuestro ejemplo
anterior: "el Elfo dá un regalo a el Enano", se traduciría al Quenya como: i Elda anta anna i
Naucon, donde la terminación del caso -n añadida a Nauco "Enano", corresponde a la
preposición "a" (este caso en particular, se llama dativo, y lo desarrollaremos en la Lección
Trece).
La forma de los nombres Quenya que ya hemos visto (singular, plural y dual), son
ejemplos del caso nominativo. La función gramatical más importante del nominativo es que
esa es la forma que tiene un nombre cuando funciona como sujeto de un verbo. En la Lección
Cinco, hemos visto brevemente otra forma del nombre –el caso acusativo, que es la forma
que asume un nombre cuando es el objeto de un verbo. En la mayoría de los idiomas
modernos, no se aprecia diferencia alguna entre el nominativo y el acusativo de los nombres
(aunque persisten algunas distinciones en partes de las tablas de pronombres de algunos
idiomas como el inglés: “he” frente al acusativo “him” que hemos visto en los ejemplos
anteriores).
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Helge K. Fauskanger Lección Once
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Tolkien imaginó una forma arcaica del Quenya (“Libro del Quenya”), que tenía un caso
acusativo diferente en su forma al nominativo. El nombre “barco”, que es cirya, plural ciryar,
se usaba como sujeto de la oración, mientras que ciryá plural ciryai, aparecía como el objeto:
nominativo frente a acusativo. No obstante, este acusativo diferente desapareció del idioma
que se hablaba en la Tierra Media; las formas cirya plural ciryar, se usaban ya como objeto y
sujeto. Así pues, tampoco podemos decir que en la Tercera Edad el nominativo y el acusativo
fueran completamente idénticos, más bien diremos que el nominativo hacía también las
funciones de un acusativo distinto, lo que nos lleva a concluir que no había acusativo. Todo se
reduce exactamente a lo mismo...
Por lo que sabemos, el acusativo era el único caso en Quenya que se perdió entre los
Exiliados. Los casos que persisten además del nominativo son: el genitivo, el posesivo, el
dativo, el alativo, el ablativo, el locativo y el instrumental (debo añadir que aprender la forma y
la función de cada caso, es más importante que aprender sus nombres latinos). Hay también
un caso misterioso que Tolkien expuso en la Carta Plotz, pero sin dar su nombre ni explicar su
uso, así que poco puedo decir sobre él.
El Genitivo
Empezaremos nuestra explicación de los casos del Quenya con unas cuantas formas
de nombres que tienen un equivalente directo en inglés. Donde el Quenya tiene nueve o diez
casos, el inglés solo tiene dos: el nominativo y el genitivo. El nominativo ya se ha visto: en
inglés al igual que en el Quenya del Exilio, un nombre aparece en nominativo cuando es el
sujeto o el objeto de un nombre. En ambas lenguas, el nominativo singular podría
considerarse la forma más simple del nombre. No existe una terminación especial u otro
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Helge K. Fauskanger Lección Once
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elemento declinativo que indique que es “una forma nominativa”; es más bien la ausencia de
cualquier elemento de ese tipo, lo que nos dice el caso que tiene el nombre.
Todos los otros casos (en inglés “el” otro caso), presentan terminaciones especiales. El
único caso del nombre en el inglés moderno aparte del nominativo es el genitivo (por favor,
pido vuestra máxima atención para la ortografía de la palabra: estoy cansado de leer
“genetivo” en ciertas listas de correo). En el singular, se forma añadiendo la terminación ‘s al
nombre, por ejemplo: girl’s “de la chica”. En el plural, esta terminación se completa con la –s
del plural normal, pero esta teórica presencia se sustituye por un apóstrofe (girls’ “de las
chicas”), en vez de **girls’s... ¡A Gollum le hubiera encantado esta última forma!)
La función gramatical de este caso debería ser suficientemente familiar a quien sea
capaz de leer este texto34; ya en la Lección Dos vimos brevemente esta “particular forma”. Por
mi propia experiencia sé que el Diccionario Avanzado Oxford para el Aprendiz del Inglés
Actual, dice que el genitivo se usa para indicar “origen” o “posesión”. En una combinación
como the girl’s doll “la muñeca de la chica”, el caso genitivo se usa para coordinar dos
nombres, indicando que la primera es la propietaria o posesora de la segunda 35 (la palabra
doll “muñeca”, con la que conecta la forma genitiva en nuestro ejemplo, se dice a veces que
es “gobernada” por el genitivo. Diríamos que la forma genitiva en sí misma, es “dependiente”
de la otra palabra; estas son las palabras exactas que emplea Tolkien en UT:317). El genitivo
inglés no tiene necesariamente connotaciones de “propiedad” en un sentido estricto, ya que
también puede emplearse para describir otros tipos de “pertenencias”, como serían las
relaciones familiares, por ejemplo: the girl’s mother “la madre de la chica”. El genitivo en este
caso sugiere “origen”, y así podemos pensar en algunas frases como the architect’s drawings
“los dibujos del arquitecto”, “los dibujos hechos por el arquitecto”, que no quiere decir que
sean de su propiedad, sino que originariamente los hizo él. El nombre genitivo puede denotar
a un ser irracional, por ejemplo: Britains finest artists “los mejores artistas que vienen de/que
viven en Gran Bretaña”. Este último ejemplo, puede también definirse como “genitivo de
localización”; “los mejores artistas británicos”, son los mejores artistas localizados en Gran
Bretaña.
34
Obviamente se refiere a los lectores de habla inglesa (N. Del T.)
35
Como se vé en el ejemplo en inglés, el orden de las palabras es el inverso al español (N. Del T.)
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Al igual que los adjetivos, los genitivos se pueden usar también atributivamente como
predicados. Todos los ejemplos mostrados, son ejemplos de genitivos atributivos combinados
directamente con un nombre del cual depende el genitivo. Un genitivo funcionaría como
predicado en una oración como the book is Peter’s “el libro es de Pedro”, pero para usar los
genitivos como predicados, el inglés acostumbra a usar este tipo de circunloquios (“el libro
pertenece a Pedro”).
Con frecuencia no se usa un genitivo en inglés, sino que se emplea una frase que
concierne a una preposición, predominantemente “de”, por ejemplo: “los mejores artistas de la
Gran Bretaña”, en vez de “los mejores artistas británicos”. En algunos contextos, las
construcciones con “de”, son preferibles a los genitivos, por ejemplo: the end of the road “el
final de la carretera”, en vez de the road’s end.
¿Qué pasa en Quenya? Las funciones de los genitivos ingleses, así como las
construcciones “de”, quedan cubiertas por dos casos del nombre en Quenya; veremos el otro
caso relevante en la próxima lección. Las funciones del caso que se refieren al
correspondiente genitivo Quenya son más limitadas que las funciones del genitivo inglés.
Pero, ante todo, vamos a ver como se forma el genitivo Quenya.
El genitivo Quenya básico termina en –o. Comenzaremos por los nombres que a estas
alturas ya conocemos, pudiendo derivar genitivos como arano “del rey”, tário “de la reina”,
vendëo “de la doncella”. Si el nombre ya termina en –o, la terminación normal del genitivo
será “invisible”. En UT:8, tenemos ciryamo “del marinero”. Este es nuestro único ejemplo
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comprobado de este nombre, pero no hay razón para dudar de que el nominativo de
“marinero” sea asimismo ciryamo (esta palabra, obviamente se deriva de cirya “barco”, y la
terminación del masculino personal –mo (WJ:400), está también contrastada en otros sitios:
así que: cirya-mo = “barco-persona”). Un nombre como Ulmo podría ser el nominativo Ulmo
y, al mismo tiempo, el genitivo “de Ulmo”; será el contexto el que decida la forma que
deberemos usar (sin embargo, en el caso de los nombres terminados en –o, existe una forma
especial de la raíz terminada en –u, como curo, curu- “estratagema hábil”, cuya forma en
genitivo sea probablemente curuo).
Los nombres terminados en –a, pierden esta vocal cuando se les añade la terminación
del genitivo –o: ya que la fonética Quenya no permite la combinación ao, se simplifica a o. Por
ejemplo: en Namárië se demuestra que el genitivo “de Varda” es Vardo y no **Vardao.
Resulta entonces, que unos cuantos nombres que son diferentes, coinciden en sus genitivos,
por ejemplo: anta “cara” y anto “boca”, tienen ambos a anto como forma genitiva. El contexto
deberá hacernos caer en la cuenta y determinar a cuál de los dos nombres se está refiriendo.
En el plural, la terminación –o del genitivo se amplia a –on (como veremos más tarde,
la – n del plural aparece en la terminación de varios casos Quenya). Esta terminación –on se
añade a la forma plural más simple del nombre (nominativo), que termina en –r o en –i. Así
pues, una forma plural como aldar “árboles”, tendrá como genitivo plural a aldaron “de los
árboles”, mientras que eleni “estrellas”, tendrá como genitivo plural a elenion “de las estrellas”
(se aplican las reglas normales de acentuación, por lo que mientras eleni se acentua en la
primera sílaba, en la forma elenion el énfasis recaerá sobre la sílaba –len-). Ambas se hallan
contrastadas en LotR: Namárië lleva rámar aldaron “alas de los árboles” (una forma poética
de referirse a las hojas), y Frodo hablando en lenguas desconocidas en Cirith Ungol,
refiriéndose a Eärendil como a ancalima elenion “la más brillante de las estrellas”.
Un ejemplo importante del genitivo plural es el mismo título del Silmarillion, formado por
el nominativo plural Silmarilli (“Silmarils”). Este título tiene mucho sentido si consideramos
que es propiamente solo la mitad de una frase genitiva más larga, encontrada en el título de la
página siguiente: el Ainulindalë y el Valaquenta: Quenta Silmarillion “La Historia de los
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Las formas especiales de la raíz de algunos nombres también son relevantes para la
formación de los genitivos. De rá (ráv-) “león”, tendríamos el genitivo rávo “del leon”; de nís
(niss-) “mujer” tenemos nisso “de la mujer”. La forma plural sería rávion “de los leones”,
nission “de las mujeres”, y los nominativos plurales serían rávi, nissi. No estoy muy seguro
sobre las formas duales; quizá fueran ráveto, nisseto (una –e- insertada ante la terminación
–to para evitar la formación de un grupo de consonantes; ver las últimas lecciones donde se
observan ejemplos contrastados de una –e- extra deslizada de esta manera).
Hasta aquí la formación del genitivo; ahora volvamos a su función. En inglés, el genitivo
indica “a quién pertenece el qué”, como en the man’s house “la casa del hombre”. Esta es su
función principal. Sin embargo, el genitivo Quenya no solo se usa para describir la pertenencia
de algo. Tolkien hizo notar expresamente que este caso propiamente “no (se usaba) como un
posesivo, o para describir cualidades adjetivalmente” (WJ:368).
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Para entender su función sería útil tener presente su derivación final. Tolkien explicó
que “el origen de la mayoría de las inflexiones del ‘genitivo’ usado en el Quenya”, estaba en
adverbios antiguos o elementos preposicionales que significaban básicamente “de/desde”, o
“de entre”. Con arreglo a WJ:368, tenía originalmente la forma ho, o como un elemento
añadido al nombre (-hô). Este último es el origen directo de la terminación en Quenya del caso
–o, plural –on, pero de acuerdo con las Etym, el Quenya tiene también una preposición
regular ho “de/desde”, y en WJ:368, Tolkien menciona hó- “de/desde, fuera” como un prefijo
verbal, por ejemplo: en hótuli- “llegar, venir”, o literalmente: “venir desde/de”.
Sin embargo, Oiolossëo es el único ejemplo que tenemos del genitivo Quenya usado
con este tipo de significado (“de/desde” se expresa habitualmente en Quenya mediante el
caso ablativo, que se verá en una próxima lección). Normalmente, la terminación –o debe
tener otros significados más abstractos. Sin embargo, una función importante del genitivo
Quenya, es claramente reflejar la idea de que “algo viene de/desde algo/alguien más”:
El genitivo Quenya se puede usar para describir el “origen”, la “fuente” o “el primer
posesor” de algo (lo que se llaman “genitivos derivativos”) (WJ:369). Tolkien explicó que róma
Oromëo “el Cuerno de Oromë”, se refiere al cuerno que Oromë “llevaba”, no a un cuerno que
Oromë aún tenga o que hubiera tenido en algún tiempo (WJ:168). De la misma manera,
lambë Eldaron no puede usarse como “la Lengua de los Eldar”, sino que más bien sería “la
Lengua traída por los Eldar”; Tolkien añadió que palabras como estas serían solo válidas “en
el caso de que el idioma completo fuera adoptado por otro pueblo” (WJ:368-369). Aclarando
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esto un poco más, diremos que la frase genitiva Vardo tellumar “las Cúpulas de Varda” en
Namárië, no tiene que implicar necesariamente que las divinas cúpulas fueran de algún modo
propiedad de Varda, ya que ella no las hizo, aunque se originaran con ella.
También definió Tolkien “de/desde entre” como uno de los significados del elemento
primitivo ho, y este significado se distingue en los ejemplos Quenya del genitivo partitivo, el
genitivo indicando “que cosa o quien es parte de...” En la frase Eärendil elenion ancalima
“Eärendil, la más brillante de las estrellas...” (Cartas:385), las palabras elenion ancalima,
implican “la más brillante “”de entre”” las estrellas”: Tras su mítica transformación, Eärendil
llevando el Silmaril es una de las estrellas, como se indica en el capítulo “ El Espejo de
Galadriel” en el volumen Uno de LotR: “Eärendil, la Estrella de la Tarde, la más amada por los
Elfos, brilló en lo alto...”.
Parece que un genitivo partitivo puede también denotar “que algo es parte dentro de un
completo sentimiento psíquico”: en una frase traducida como “las manos de los Poderosos”,
en La Canción de Fíriel, se usa el genitivo plural Valion “de los Poderosos” (de Valar, como
se indica en Etym, entrada BAL-; Vali es una alternativa válida a Valar como la forma plural
de Vala). Las manos de los Valar, en cualquier momento en que sean encarnados, serán
psíquicamente parte de los mismos Valar.
La relación entre “un sitio” y algo “localizado en ese sitio”, se puede expresar también
mediante el caso genitivo (como en nuestro ejemplo Britain’s finest artists = “los mejores
artistas de Gran Bretaña”). Namárië tiene Calaciryo míri “las Joyas de Calacirya” (Calacirya =
“Hendidura de Luz”, que es un lugar en el Reino Bendito; advierto que en el caso de Vardo
“de Varda”, la terminación –o del genitivo se “traga” a la terminación –a). Quizá se podría
analizar esto como un genitivo partitivo, si algo localizado en un lugar se considera, de alguna
manera, como parte de ese lugar. Una más abstracta, aunque básicamente similar
construcción, se encuentra en el Juramento de Cirion: elenna·nórëo alcar “la Gloria de la
Tierra de Elenna”. Si no percibimos que alcar “la Gloria”, se halla localizada de algún modo en
Elenna (=Númenor), debemos pensar que “emana” de Elenna, así es como el genitivo
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denota “origen, fuente” (ver en la siguiente lección todo lo concerniente al caso comparable
alcar Oromëo).
Las relaciones familiares se denotan mediante el caso genitivo. En el saludo de
Treebeard (Bárbol) a Celeborn y Galadriel, aparece la frase en genitivo vanimálion nostari
“padres de niños maravillosos” (Cartas:308), o más literalmente: “iniciadores/engendradores
de nobles” (SD:73). Vanimáli, significa “nobles” (genitivo plural: vanimálion), y nostari
“iniciadores”. De este ejemplo se deduce que un nombre, denotando a algún tipo de agente, y
otro nombre denotando a quien ese agente le hace algo, pueden coordinarse formando el
significado del caso genitivo (los “nobles” eran “iniciados/engendrados” por los
“iniciadores/engendradores”). En cualquier caso, tenemos otros ejemplos de relaciones
familiares descritas mediante genitivos. En el índice de Silm, entrada Hijos de Ilúvatar,
aprendemos que esta es una traducción de Híni Ilúvataro. Debido a que Ilúvatar “padre
absoluto” es una denominación de “Dios”, este ejemplo es, en cierto modo profundo, aunque
el genitivo podría también usarse en frases como “los hijos del rey” (probablemente: i arano
yondor). En la medida en que el genitivo describe la relación de los padres con sus
descendientes, podremos analizar las construcciones con genitivos derivativos, en las que los
padres figuran como el origen físico de sus hijos. Pero en el ejemplo indis i·ciryamo “la
esposa del marinero” (UT:8), el genitivo describe incuestionablemente una relación familiar y
nada más, ya que el marinero no es en modo alguno la fuente o el origen de su esposa.
Podríamos quizá generalizar más, y decir que las relaciones entre la gente se
describen mediante el caso genitivo Quenya. En WJ:369, Tolkien indicó que el genitivo se
usaría en frases como Elwë, aran Sindaron “Elwë (=Thingol), rey de los Sindar (=Elfos
Grises)”. Aquí, la relación está entre el regidor y los regidos. La misma construcción podría
usarse con referencia al área regida: “Rey de Lestanórë”, que sería: Aran Lestanórëo
(Lestanórë es el nombre Quenya de una tierra llamada Doriath en Sindarin). El caso genitivo
se puede referir también a “cosas regidas”: en un boletín de la Universidad de Archivos
Marquette en Septiembre de 1983, que acompañaba a la exposición Catálogo de una
Exposición de los Manuscritos de JRR.Tolkien, Taum Santoski presentó la traducción de
Tolkien del título “Lord of the Rings” (El Señor de los Anillos): Heru i Million, donde heru
“señor” + i “el” + lo que probablemente sea el genitivo plural del nombre millë “anillo”, y no
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existe otra traducción comprobada. En el mismo LotR, la palabra Quenya que significa “anillo”,
es corma; Frodo y Sam, son definidos como cormacolindor “Los Portadores del Anillo” (esta
palabra aparece en La Alabanza de Cormallen). Así, “El Señor de los Anillos” podría ser: Heru
i Cormaron, pero de cualquier forma, la frase Heru i Million, confirma que el caso genitivo se
puede usar para describir la relación entre un regidor y lo regido (gente, área o cosa).
Uno de los significados más abstractos del caso genitivo, es el correspondiente a “de” =
“sobre, acerca de...”, “concerniente a.…”, como en Quenta Silmarillion “la Historia de
(=concerniente a.…) los Silmarils”. Otro ejemplo es: quentalë Noldoron “la Historia de los
Noldor” (VT39:16). También puede ser que el genitivo se pueda usar en este sentido con
objeto de conectar con verbos como nyar- “decir, relatar”, o quet- “hablar”, por ejemplo:
nyarmen i Eldo “yo hablé sobre el Elfo”, o i Naucor quetir altë harmaron “los Enanos hablan
de grandes tesoros”. Sin embargo, tenemos pocos ejemplos.
“...en ese momento entró el herborista: ‘tu señor pidió “hojas de Reyes”
como las llaman los rústicos” –dijo-, “o “athelas” en la Lengua Noble, de
aquellos que saben algo de “Valinoreano...” “Yo lo conozco” –dijo Aragorn- “y
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En la versión en prosa de Namárië, Tolkien colocó un genitivo delante del nombre del
que dependía: Aldaron lassi = (literalmente) “árboles alas”, ómaryo lírinen = (literalmente)
“en de su voz canción”, Calaciryo míri = (literalmente) “de Calacirya Joyas”, según la
traducción interlineal en RGEO:66-67 (deberíamos observar que aldaron lassi se cambió a
lassi aldaron en la versión en poesía de LotR). Más atrás, en la versión en prosa, Tolkien
también colocó la inscripción Altariello nainië “de Altariel (=Galadriel) lamento”” El Lamento
de Galadriel”. En el Juramento de Cirion se halla el mismo orden de palabras: Nórëo alcar “la
Gloria de la Tierra”, Elendil vorondo voronwë “La Fé de Elendil el Fiel” (la terminación del
genitivo vá añadida a la última palabra en la frase Elendil voronda “Elendil (el) Fiel”; como es
usual, la terminación desplaza a la –a final). En LotR tenemos también elenion ancalima “de
las estrellas la más brillante” = “la más brillante de las estrellas”. Así, en la prosa normal,
¿debe ir el genitivo siempre delante? Por lo que parece no es así necesariamente. La mayoría
de los genitivos Quenya comprobados, siguen al nombre del que dependen, con el mismo
orden de palabras que en la construcción “de” inglesa. En la mayoría de los casos
comprobados, no tenemos razones para suponer que el orden de las palabras sea
paticularmente poético: Quenta Silmarillion “Historia de los Silmarils”, Heru i Million “Señor
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de los Anillos”, lúmenn’ omentielvo “en la hora de nuestro encuentro”, asëa aranion “asëa
(planta curativa) de reyes”, Híni Ilúvataro “Niños de Ilúvatar” (índice de Silm), mannar Valion
“en las manos de los Poderes” (Canción de Fíriel), Heren Istarion “Orden de los Hechiceros”
(UT:388), Pelóri Valion “las Altas Murallas del Vali (Valar)” (MR:18), aran Sindaron “Rey de
los Sindar” (WJ:369), Aran Lestanórëo “Rey de Doriath”, i equessi Rúmilo “los dichos de
Rúmil” (WJ:398), lambë Eldaron o lambë Quendion “la Lengua de los Elfos”
(WJ:368/PM:395), Rithil- Anamo “Anillo del Destino” (WJ:401). Donde Tolkien tradujo una
construcción, usando el genitivo inglés terminado en –‘s, debió necesariamente, invertir el
orden de las palabras Quenya: Indis i·Ciryamo “la esposa del marinero” (UT:8).
En cuanto al orden de las palabras que se emplea cuando una preposición se usa en
conjunción con una frase genitiva, la prosa de Namárië proporciona el ejemplo extraño Vardo
un luini tellumar. Tolkien lo tradujo como “bajo las cúpulas azules de Varda”. Como vemos,
el orden Quenya es literalmente: “de Varda bajo azules cúpulas”, con la preposición siguiendo
al nombre genitivo (un inesperado orden, teniendo en cuenta que se supone que es prosa
normal). También estaba en la prosa Namárië: ve aldaron rámar “como las alas de los
árboles” (o literalmente): “como de árboles alas”. Aquí, el orden es el que se podía esperar:
preposición nominativa + genitivo + el nombre gobernante (no: **aldaron ve rámar, ni nada
parecido!) Estoy a punto de considerar que Vardo un luini tellumar, es un error de lo que en
realidad debería ser: (?)nu Vardo luini tellumar. Al menos, siempre podremos usar el “estilo
inglés” del orden de las palabras, que se ve en ve aldaron rámar. Quizá Vardo un luini
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tellumar sea un ejemplo de la excesivamente esotérica sintáxis preferida de los Eldar, cuya
forma de pensar no era como la de los Hombres Mortales..., o quizá sea solo un modelo.
Deberemos esperar a la publicación de más material...
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Un genitivo determina al nombre del que depende, al igual que lo hace el artículo: indis
i·ciryamo, significa “la esposa del marinero”. No se puede interpretar como “una esposa del
marinero” en un sentido indefinido o indeterminado, de no ser que el artículo
definido/determinado i, desaparezca ante el nombre indis “esposa”, igual que lambë
Quendion “la Lengua de los Elfos” (PM:395, énfasis añadido); no se puede interpretar como
“una Lengua de los Elfos”, ya que lambë es determinado por el genitivo Quendion. Debemos
entender que mientras el primer nombre de una “construcción de” que puede o no ser definido
y concordante, recibe el artículo apropiado (“el” o “a”), un nombre Quenya que conecta con el
genitivo que le sigue, ya está determinado, se use o no el artículo i. El sistema viene a ser
como el inglés, con una complicación menos: mientras que el genitivo inglés siempre precede
al nombre del que depende, el genitivo Quenya viene siempre después del nombre. El orden
de las palabras nos hace pensar inevitablemente en la “construcción de” inglesa, pero no son
estrictamente comparables en lo que se refiere a la gramática (aunque las frases en genitivo
Quenya se traducen al inglés generalmente como “construcciones de”).
Donde el genitivo sigue al nombre del que depende, el uso del artículo determinado
ante ese nombre, es opcional. El nombre se define igualmente, por lo que incluir el artículo
resulta algo superfluo; ya hemos visto los ejemplos i arani Eldaron “los reyes de los Eldar”
(WJ:369), y i equessi Rúmilo “los dichos de Rúmil” (WJ:398). Equessi Rúmilo y arani
Eldaron, sin los artículos, significarían exactamente lo mismo. En conversación, la frase indis
i ciryamo “la mujer del marinero”, seguramente podría ampliarse a: i indis i ciryamo sin
alterar tampoco su significado.
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El nombre Quenya está afectado por cierto número de casos, que son formas
especiales que clarifican la función que tiene el nombre en la oración. Las formas son
desarrolladas por los ejemplos del caso nominativo, usado cuando un nombre es el sujeto o el
objeto de una oración (un caso diferente de “objeto”, el acusativo, formado en las primeras
épocas, cayó en desuso en el Quenya del Exilio). El genitivo Quenya tiene la terminación en –
o (desplazando a la final –a cuando esta existe); la forma plural es –on (añadido al nominativo
plural), mientras que el genitivo dual lleva el final –to (pero los nombres cuyas formas
nominativas duales acaban en –u, llevan el final del genitivo dual en –uo y no en – uto). El
nombre gobernado por el genitivo puede ir delante o detrás de él; Rúmilo equessi, o (i)
equessi Rúmilo funcionarían igualmente. El genitivo Quenya indica con propiedad la fuente o
el origen (incluyendo los primeros propietarios), pero cubre también la mayoría de las
relaciones entre personas (como las relaciones familiares), así como la relación entre un
regidor y lo regido (gente o territorio). “XoY”, o “Yxo” pueden implicar también “Y de X”, siendo
Y una parte física de X, o (si X es plural), “Y perteneciente a X”.
Así, tenemos que se dijo de Eärendil, que era elenion ancalima “la más brillante de
las estrellas” = “la más brillante de (entre) las estrellas”. La relación entre un sitio y algo
localizado en ese sitio, también se puede expresar mediante un genitivo: Calaciryo míri “las
joyas de Calacirya”. Un genitivo puede expresar también “de” = “sobre”, “acerca de...”,
“concerniente a.…”, como en Quenta Silmarillion “la Historia de los Silmarils”. Además, la
preposición ú “sin” está normalmente en el caso genitivo.
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Helge K. Fauskanger Lección Once
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Vocabulario:
Cainen: “diez”
Laman: (lamn-) “animal” (la raíz puede ser simplemente laman-, pero usaremos lamn-).
Yulma: “copa”
Limpë: “vino” (en la mitología de Tolkien limpë era una bebida especial de los Elfos o
de los Valar, per0o en Etym, entrada LIP-, Tolkien proporcionó también entre
paréntesis la glosa “vino”, y será esta la que usaremos).
Rassë: “cuerno” (especialmente el de un animal, aunque se aplica también a las
montañas; Etym, entrada RAS-).
Toron-: (torn-) “hermano”
Menel: “el Firmamento”, “el Cielo”, “los cielos” (la palabra Quenya es singular.
Aparentemente, no se usa en sentido religioso, sino que se refiere al cielo físico
solamente. Meneltarma “el Pilar del Cielo”, el nombre de la montaña central de
Númenor. La palabra Menel va en mayúsculas y se trata de un nombre propio, que no
requiere del artículo).
Ulya-: “derramar”, “verter” (transitivo, pasado: ulyanë; intransitivo: ullë).
Sírë: “río”
Cilya: “grieta, garganta” (también cirya como en Calacirya “Paso de Luz” “luz
Hendida”, este nombre aparece como Calacilya en algunos textos, pero como cirya
significa “barco”, nosotros usaremos cilya).
Anto: “boca” (representa posiblemente a la forma antigua amatô, amto; también podría
venir de la misma raíz que el verbo mat- “comer”).
Ú (preposición): “sin” (seguida normalmente por un genitivo).
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Helge K. Fauskanger Lección Once
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. Hirnentë i firin ohtaro macil
b. Menelo eleni sílar
c. Tirnen I nisso hendu
d. Cenuvantë Aran Atanion ar ilyë nórion
e. Coa ú talamion umë anwa coa
f. I tário úmië torni merir turë Ambaro lier
g. I rassi lamnion nar altë
h. I cainen rávi lintavë manter i rocco hráve
2. Traducir al Quenya:
i. Los pájaros del cielo verán a diez guerreros entre los grandes ríos
j. El esclavo del rey puso vino en la copa más grande (más grande = analta. ¿Es el
momento de repasar la Lección Cinco, donde se han visto los superlativos?)
k. Los hermanos de los Elfos recogieron (juntos) los diez libros sobre las estrellas
l. El gran río de la tierra se vertió en la garganta
m. Un hombre sin boca no puede hablar
n. He visto la más grande de las montañas bajo el cielo
o. Quiero encontrar una tierra sin animales grandes como los leones
p. Verás un animal sin cuernos (dual: un par de cuernos).
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Helge K. Fauskanger Lección Doce
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Esta lección está dedicada principalmente al caso que, por su función, complementa en
muchas ocasiones al caso Genitivo. Pero, antes de nada, dejadme decir que no hay una
respuesta fácil a la pregunta de cómo debemos llamar a este caso. Tolkien lo descubre en la
Carta Plotz, pero no le da un nombre. El caso terminado en –o u –on que hemos visto en la
lección anterior, se ha definido simplemente como “genitivo” en varias fuentes. Pero en
WJ:369, Tolkien se refiere a las formas terminadas en –o(n) como a “partitivo-derivativo
genitivo”, mientras que al caso que vamos a ver ahora, lo llama “posesivo-adjetival (genitivo)”.
En páginas anteriores he hecho hincapié en el caso con la terminación –o(n) que “se usa
partitivamente con propiedad, o describe la fuente o el origen no como un posesivo” (y se
añade énfasis a esto último). El contexto indica que el otro caso que viene a describir es el
que se usa como “posesivo”. Como quiera que tan solo disponemos de una ligera idea de la
designación de este caso, adoptaremos la palabra “posesivo” como nombre para él (otro
término posible sería “caso adjetival”, que usan algunos).
El Posesivo
Este caso, por su función, es llamado por Tolkien “genitivo” (igual que el caso
terminado en –o(n)), al referirse a la gramática Quenya (se corresponde más bien con el
genitivo inglés terminado en –‘s). A pesar de ello, en ciertos contextos se traduce este caso
mejor, empleando una “construcción de”.
El caso posesivo se forma añadiendo la terminación –va, por ejemplo: Eldava será el
posesivo de Elda. En el caso de un nombre terminado en consonante, probablemente la
terminación tomará la forma –wa. Esto está basado en un hecho concreto: el sufijo –va es, en
su origen, una mera terminación adjetival, que se encuentra también en algunos adjetivos
comunes, y en muchos casos ha sido visto terminado en –wa siguiendo a una consonante
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Helge K. Fauskanger Lección Doce
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(por ejemplo: anwa “real, actual, verdadero”, o helwa “azul pálido”. En Elfico Primitivo, la
terminación tenía la forma –wâ, pero en Quenya la w se convierte en v intervocálica (entre
vocales). Otro adjetivo común que presenta esta terminación es tereva “fino, agudo”, del cual
Tolkien dijo que fue terêwâ en el Elfico Primitivo (ver Etym, entrada TER-, TERES-). Debido a
que la mayoría de los nombres Quenya terminan en vocal, la w de wâ, se convierte por regla
general en intervocálica cuando se añade esta terminación, convirtiéndose además en v (por
ejemplo: Eldâ-wâ, Eldawâ, convertido en Eldava de la misma forma que terêwâ se convierte
en tereva). Pero si combinamos esta terminacióncon un nombre acabado en consonante,
como atar “padre” (que no ha cambiado desde el Élfico Primitivo), atar-wâ produciría el
vocablo Quenya atarwa, conservando la w original porque aquí no es intervocálica.
La Carta Plotz no tiene formas duales del caso psoesivo, aunque no puedo imaginar
porque no constan tales formas. A pesar de todo, no construiré ejercicios que las contengan
pues resultarían demasiado hipotéticos, aunque presumiblemente el sufijo –va debería usarse
tras una forma dual terminada en –u, por ejemplo: Alduva como posesivo de Aldu “Dos
Árboles”. Las formas duales más frecuentes terminadas en –t, podrían tener sus formas
posesivas terminadas en –twa, como el dual ciryat “una pareja de barcos” convertido en
ciryatwa (acentuada en la segunda sílaba desde el final, por causa del grupo de consonantes
tw).
Al igual que la falta de formas duales del posesivo en la Carta Plotz, tampoco mencionó
Tolkien ninguna forma plural (este hecho ha llevado a los investigadores a concluir que este
caso ¡¡¡no tiene plural!!!) Pero en otros materiales, se indica la existencia de alguna de estas
formas (sugiriendo que tenemos libertad para extrapolar una forma dual tal y como se ha
indicado antes: la Carta Plotz no incluye necesariamente todo lo posible). En WJ:368, Tolkien
indica que el posesivo tiene la forma dual acabada en –iva, combinando la terminación simple
–va con la marca –i del plural. En este caso, esta terminación se usa siempre y cuando el
sufijo posesivo se añada a palabaras que, normalmente tendrían su terminación plural
nominativa en –r, como Eldar: el plural posesivo no es **Eldarva ni **Eldarwa, o cualquier
otro, sino Eldaiva, comprobado en la frase lambë Eldaiva “lenguaje de los Eldar” (WJ:369).
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La forma plural –iva se dice que es una innovación en Quenya, y no una forma inherente a las
de las más viejas etapas del Elfico.
Cuando la vocal inicial de la terminación –iva se fusiona con la última vocal del nombre
para producir un diptongo, como –ai- en Elda+iva = Eldaiva, este diptongo por supuesto lleva
el acento (eld-AI-va). La mayoría de los nombres que terminan en –ë debieron, en una etapa
más antigua, comportarse de forma parecida originando un diptongo –ei-; el posesivo plural de
lassë “hoja”, podría haber sido lasseiva en algún momento (en sustitución del antiguo
(?)lasseiwâ, si se hubiera usado realmente alguna vez una forma así). Pero en Quenya, el
diptongo –ei- se convierte en –í- larga, así que quizá la forma correcta sería lassíva (con una
í larga atrayendo el acento). En la Carta Plotz, se observa este tipo de í larga en la forma
plural de otro caso: lassínen, como plural instrumental que veremos en otra lección.
No está muy claro que puede pasar cuando la terminación –iva se añade a un nombre
que ya termina en –i, como tári “reina”, o a un nombre con raíz en –i, como lómë (lómi-)
“noche” (SD:415). Posiblemente las dos i, se fusionen formando una í larga, de forma que “de
las reinas/de reinas”, o “de las noches/de noches”, fueran algo como (?)táríva, (?)lómíva,
donde las formas singulares “de una reina” y “de una noche”, serían táriva y lómiva (la
pronunciación será diferente: estas formas singulares irán acentuadas en la primera sílaba, la
tercera desde el final, porque la primera vocal de la terminación –iva, queda convertida en una
–í larga). Aunque también es posible que una forma como táriva deba servir para singular y
plural, así que deberemos confíar en que el contexto nos permita distinguir entre “de una
reina” y “de reinas”.
Hay algunas cosas más que decir acerca de la formación del caso posesivo (ver más
adelante “varias notas”), pero ahora volveremos a su función.
Este es el caso que se usa para describir una posesión simple, la típica función del
genitivo inglés. En la lección anterior, hemos descrito como el genitivo Quenya se usa
generalmente para indicar la fuente o el origen, y no simplemente la propiedad. Si el genitivo
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El caso posesivo, no siempre indica “posesión” en el más estricto sentido, sino que
también puede describir la relación de alguien con sus atributos o propiedades “mas o menos”
abstractos. En muchos contextos, se puede también usar el genitivo. Tolkien dijo que “el
esplendor (gloria) de Oromë se podía expresar de dos maneras: una, usando el caso
posesivo-adjetival y diciendo: alcar Oroméva, referido al alcar de Oromë (esplendor, gloria),
como a un atributo “permanente”. La otra forma, sería usando el caso genitivo; las palabras
alcar Oromëo enfatizan el hecho de que Oromë es la fuente o el origen de su propio
esplendor/gloria. Esto podría referirse a “su esplendor tal y como se vé en ese momento”,
emanando de él mismo, o en algún punto determinado de la narración” (centrándonos en un
momento preciso más que en una etapa permanente) (WJ:369).
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El hecho es que la terminación –va es, en origen, simplemente adjetival, así es como
este caso puede asumir fácilmente una función “descriptiva”. Considerando el caso genitivo
terminado en –o, Tolkien hizo notar que NO se usaba “adjetivalmente para describir
cualidades” (WJ:368): esto es más que la función del caso terminado en –va. El ejemplo
Taurë Huinéva (Etym, entrada PHUY-), significa “El Bosque de la Penumbra”; de los nombres
taurë “bosque” y huinë “sombras profundas, penumbras”. Se puede tratar a huinéva casi
como a un adjetivo regular y traducir Taurë Huinéva como “Bosque Sombrío” o “Bosque de
las Sombras”. La idea es que el “bosque” se caracteriza por lo “sombrío”, así el caso
terminado en –va, puede describir y caracterizar a “que cosa” o a “quien”. Esta “característica”
puede ser también un abstracto o una acción: en materiales antiguos (LT1:14), encontramos
el ejemplo Mar Vanwa Tyaliéva “La Cabaña del Juego Perdido”; mar o “cabaña”
caracterizado por vanwa tyalië “juego perdido” (se debe leer el Silmarillion más antiguo
manuscrito, reproducido en LT1 y LT2, para entender con absoluta precisión a que se hace
referencia con esto). Deberíamos, sin embargo, hacer notar que el caso genitivo también se
puede usar en varios otros contextos; en el último ensayo Q&E tenemos Rithil-Anamo “Anillo
Sombrío”, o más literalmente “Anillo Oscuro” (WJ:401; en el viejo Quenya, la palabra rithil
“Anillo, círculo”, se convertiría seguramente más tarde en risil en el Quenya del Exilio). Rithil-
Anamo, no se refiere al Anillo de Sauron, sino al Máhanaxar, el círculo donde juzgaban los
Valar. La palabra anamo no se encuentra contrastada en modo alguno, aunque debe ser el
genitivo de ambos: de anama o anan (con la raíz anam-); aparentemente significa “sombra,
juicio, juzgado”; la actividad característica o continua que se realizaba en el Círculo (Rithil).
Quizá el caso posesivo podría usarse en su lugar... ((?)Rithil Anamáva, o (?)Rithil Ananwa),
sin cambiar el significado.
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genitivo puede significar “sobre, concerniente a.…” (como en Quenta Silmarillion), quizá
Noldo-quentasta Ingoldo con un genitivo, podría no entenderse fácilmente, ya que
significaría “la Historia de Noldo acerca de Ingoldo”.
Varias Notas
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las palabras Eldalië, Oromë y Tyalië, terminan todas en dos sílabas cortas (sin contener
grupo de consonantes alguno, ni diptongos, ni vocales largas). Si la terminación –va se
añadiera tras ellas y no hubiera más cambios, la sílaba extra proporcionada por esta
terminación provocaría que el acento se trasladara a la que entonces sería la tercera sílaba
desde el final (las reglas de acentuación están en la Lección Uno). Esto originaría
pronunciaciones tan difíciles como **orOMeva, **eldaLIeva, **tyalLIeva. Así, donde la
terminación –va deba añadirse a un nombre terminado en dos sílabas cortas, y que no tenga
consonante final, la vocal de la última de estas sílabas se alarga, aparentemente para
asegurarse de que llevará el acento: oroMÉva, eldaliÉva, tyaliÉva. Pero si el nombre termina
en consonante, no hay necesidad alguna de alargar la vocal, pues donde nos encontremos
con un nombre de esta forma, el sufijo de la terminación del caso (que será probablemente –
wa) resultará un grupo de consonantes que hará trasladar el acento a la vocal anterior al
grupo de consonantes citado. Por ejemplo: mientras un nombre como Menelmacar (el
nombre Quenya de Orión) se acentua en la tercera sílaba desde el final por terminar en dos
sílabas cortas, su forma posesiva Menelmacarwa se acentuará en –arw-, porque aquí manda
el grupo –rw-: este grupo provoca que ahora la segunda sílaba desde el final sea larga, y
deberá en cualquier caso llevar el acento.
No queda muy claro como debe aplicarse este sistema. La vocal final de un nombre
terminado en dos sílabas cortas se alarga ante la terminación –va. ¿Sigue esto siendo válido
en el caso de una palabra formada solo por esas dos sílabas cortas? Muchas palabras llevan
el acento en la primera sílaba cuando son así, por ejemplo: lië “gente”. El ejemplo Eldaliéva
muestra el alargamiento de la é, pero aquí lië está en una palabra compuesta, y Eldalië sin la
terminación del caso, está acentuado en la a. Puede que si lië estuviera solo, su forma
posesiva fuera lieva (acentuado en la primera sílaba), en vez de liéva (acentuado en la é). No
podemos saberlo con seguridad. En el caso de una palabra como Vala, mi intuición me dice
que su forma posesiva es Valava, y no (?)Valáva. Pero no tengo manera de estar seguro, y
evitaré estos problemas en los ejercicios.
Huinéva (en lugar de **huineva) como forma posesiva de huinë “sombra, oscuridad”,
es, sin embargo, un ejemplo misterioso. Por un momento pensé que la final –ë se alargaba
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también ante una terminación –va, pero la Carta Plotz indica que la forma posesiva de lassë
“hoja”, es lasseva (no **lasséva). Si se cuenta el –ui- de huinë como dos sílabas (u+i) y no
como un diptongo, este ejemplo se conformaría con la regla descrita antes: hu-i-në tendría su
vocal final alargada al añadir –va, produciendo huinéva. Aunque Tolkien estableció
claramente que el –ui- Quenya es un diptongo (por eso se pronuncia aquí como una sola
sílaba y no como dos cortas), esta explicación no es del todo satisfactoria. Se supone que –ui-
es también un diptongo en Sindarin, pero en cierto poema Sindarin, -ui- aparece como dos
sílabas donde la métrica de la poesía lo requiere. Quizá –uisea después de todo un diptongo,
es algo más largo y cuenta a veces como dos sílabas, aunque se oiga como una sola. Al final
de la línea, si se añade la terminación del caso –va a un nombre con –ui- en su segunda
sílaba desde el final, la vocal en la sílaba final se alarga ante –va. Así las formas posesivas de
nombres como cuilë “vida” o tuima “brote, retoño”, deberán ser cuiléva, tuimáva.
NOTA 2: Formas de raíces especiales de los nombres: Donde un nombre tiene una
forma especial de raíz, esta podría aparecer también cuando se le añade la terminación –o del
genitivo. El genitivo de nís (niss-) “mujer”, o de tálan (talam-) “piso, planta”, sería nisso “de
mujer” y talamo “de piso, de planta”. Incluso la terminación – va o –wa del posesivo puede
producir a veces resultados más complejos. Añadiendo –wa a un nombre como talan, talam-,
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NOTA 3: Una regla “Tolkiniana” que podemos permitirnos el lujo de ignorar (!): En
WJ:407, Tolkien establece que el caso derivado de la adición de –va, nunca pierde sus
connotaciones adjetivales; dice que “era y sigue siendo un adjetivo”. Como recordaremos de
la Lección Cuatro, los adjetivos terminados en –a, tienen sus formas plurales terminadas en –
ë (del arcaico –ai). De acuerdo con lo que dice Tolkien en WJ:407, un nombre posesivo
(terminado en –va) que gobierna a una palabra plural, podría concordar en número como
cualquier otro adjetivo, cambiando la terminación –va a –vë. Por este motivo, usó i arani
Eldaivë “los reyes de los Eldar” en WJ:369: Eldaiva “de los Eldar”, se convierte en Eldaivë (el
arcaico Eldaivai), para concordar en número con el nombre plural del que depende, y que no
es otro que arani “reyes”.
Sin embargo, este podría ser otro de esos casos en los que Tolkien revisó la gramática
Elfica sin avisar de que sus nuevas ideas contradecían a algo de lo que ya se había
publicado. En Namárië de LotR, tenemos yuldar...lissemiruvóreva “tragos de dulce
aguamiel”, y Tolkien confirmó más tarde esta construcción en RGEO. Como quiera que
yuldar “tragos” es una palabra plural, lisse-miruvóreva debería haber sido lisse-miruvórevë
con arreglo al sistema que el mismo Tolkien desarrolló más tarde en WJ:407. Como ya he
dicho, la explicación “externa” más probable, es simplemente que Tolkien introdujo una nueva
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regla sin avisar, cuando ya había publicado algo que resultaba contradictorio. En términos
“internos”, podemos pensar que la forma posesiva se percibía como un tipo de adjetivo
derivado en el período más antiguo y, a pesar de todo, concuerda en número como los
adjetivos regulares. Pero, durante las Edades que se sucedieron en la Tierra Media, las
formas derivaron hacia la terminación –va, llegando a ser más estrictamente como el caso de
un nombre, y hacia la Tercera Edad, cuando Galadriel compuso su Lamento, se abandonó el
estilo del adjetivo concordando en número. Yo no lo uso en los ejercicios de este curso.
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Anteriormente hemos definido los nombres como palabras que denotan cosas, mientras
que los verbos son palabras que denotan acciones (pero también hemos advertido de que los
lingüistas encuentran estas definiciones demasiado simplistas). Algunos nombres denotan
acciones y se llaman (apropiadamente) “nombres verbales”. Ya que algunos nombres pueden
interactuar con los casos genitivo y posesivo de manera relevante, este es un buen momento
y lugar para presentarlos.
Los verbos primarios pueden también llevar la terminación –ië; el verbo tyal- “jugar,
tocar”, corresponde a la formación abstracta tyalië “jugar, tocar” / “jugando, tocando” (como
nombre; la Mar Vanwa Tyaliéva “Cabaña de los Juegos Perdidos” mencionada antes).
Añadida a un verbo de raíz A-, la terminación –ië hace desaparecer la final –a; naina-
“lamentar”, produciendo el nombre abstracto nainië “un lamento/lamentando”).
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Las raíces de algunos verbos de raíz A-, especialmente terminados en –ta, también
pueden usarse como nombres abstractos sin adiciones. Vanta- “caminar, pasear”, pero vanta
también se usa como un abstracto: “un paseo” (es decir: “paseando”, considerado como un
nombre). Asimismo, el verbo lanta- “caer” corresponde al nombre lanta “una caida/cayendo”.
Sin embargo, el nombre puede ser también lantë, como en el nombre de la canción
Noldolantë “La Caída de los Noldor”, mencionada en el Silmarillion. En Quenya, los nombres
abstractos muestran una preferencia especial por la terminación en –ë, sola o como parte de
una terminación más larga.
Podemos ver algunas terminaciones en –lë, las cuales parecen ser uno de los más
versátiles sufijos Quenya. En principio, pudiera ser que se añadieran a los verbos de raíz A-, y
la palabra resultante sería básicamente un nombre verbal. El verbo laita- “bendecir, alabar”,
que aparece en LotR (en La Alabanza de Cormallen) y el correspondiente nombre abstracto
laitalë “bendición, alabanza”, aparecen también en UT:166,436 (donde se hace referencia a
Erulaitalë “Alabanza de Eru”, un festival de Númenor).
En las lecciones anteriores hemos usado el verbo nurta- "esconder", que solo está
contrastado bajo la forma del nombre verbal "ocultación" Nurtalë (ver más adelante la frase
concerniente a Nurtalë Valinóreva "La Ocultación de Valinor").
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sugiere que ese nombre será el sujeto del verbo correspondiente. Un ejemplo comprobado es
Altariello nainië "Lamento de Galadriel" (RGEO:66; la forma Quenya del nombre de
Galadriel, es Altariel con la raíz Altariell-). El genitivo Altariello ("de Galadriel") gobernando
al nombre abstracto nainië "lamento", indica que Galadriel es quien hace el lamento/quien se
lamenta: sujeto genitivo. Quizá la frase i equessi Rúmilo "los dichos de Rúmil" (WJ:398),
pueda analizarse de la misma manera: Rúmil es el sujeto que originalmente dijo los "dichos".
Un caso obvio nos lo proporciona la frase Oiencarmë Eruo "la Perpetua Creación del Único
(de Eru/de Dios)"(MR:471). Eru es el único que efectua "la Perpetua Creación" (oi-en-carmë
= probablemente "siempre rehaciendo"), y esto está indicado por la forma genitiva Eruo: otra
vez el sujeto genitivo.
Volvamos a la Lección Dos donde apunté un error contenido en el título del Parma
Eldalamberon; que debería ser Parma Eldalambion. Ahora debo hacer algo parecido con el
título de otra (¡Dios mío!) revista sobre la lingüística de Tolkien: Tyalië Tyelelliéva. Esto
significa "El Juego de los Tyelellië" (los típicos Elfos minúsculos). Como quiera que Tyelellië
es el sujeto del nombre abstracto "juego" (el único que practica el juego), probablemente lo
mejor hubiera sido usar el genitivo: quizá Tyalië Tyelelliéo.
Hasta aquí el sujeto genitivo; ¿qué hay del objeto genitivo? Este tipo de genitivo se
sustituye habitualmente por una "construcción de...": "el Descubrimiento de América" = "el
Descubrimiento del que América fue objeto". Sujeto y objeto genitivos se pueden combinar en
frases como "el Descubrimiento de América de Colón" (Colón es el sujeto que hace el
Descubrimiento, mientras que América es el objeto de ese Descubrimiento).
Nuestro único y solitario ejemplo comprobado del objeto genitivo Quenya, parece
indicar que para esta labor se emplea el caso terminado en -va. Este único ejemplo se
encuentra en Silm, casi al final del capítulo 11: Nurtalë Valinóreva "el Ocultamiento de
Valinor" (Valinóreva se forma de Valinórë, una vieja variante del nombre acortado Valinor).
El hecho es que los Valar ocultaron Valinor, de forma que Valinor es el objeto del nurtalë u
"ocultamiento". Si se usa el caso genitivo, diciendo Nurtalë Valinórëo, podría implicar que
este es un sujeto genitivo (Valinor haciendo el ocultamiento en lugar de ser su objeto). Esto
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podría tener poco sentido, ya que Valinor no es una persona que pueda esconder nada. En
conversación, oiencarmë Eruo no puede entenderse como "una Perpetua Creación del
Único", ya que de alguna manera el sentido podría ser este, pero si Eru fuera el objeto
gramatical que "es producido/creado", veríamos oiencarmë Eruva en ese caso.
Probablemente, el caso -o pudiera usarse como sujeto genitivo y el caso -va como objeto
genitivo en la misma frase; lo mejor sería que el genitivo fuera delante precediendo al nombre
verbal. Nurtalë Valinóreva, o "el Ocultamiento de Valinor" podría entonces extenderse a
Valaron nurtalë Valinóreva "el Ocultamiento de Valinor hecho/llevado a cabo por los Valar".
O, usando un ejemplo de fabricación casera:
Y a la inversa:
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permanente, por ejemplo: alcar Oroméva "la Gloria de Oromë", o a una característica
prevalente de un determinado lugar, por ejemplo: Taurë Huinéva "El Bosque de Penumbras".
Otro uso de este caso se expresa "X que consiste en Y", por ejemplo: yuldar
lissemiruvóreva "tragos de dulce aguamiel". Los nombre verbales o abstractos derivados de
verbos denotan una acción vista como una "cosa" o proceso. Muchos nombres se pueden
derivar de formas muy diferentes; las terminaciones relevantes incluyen: -më, -lë, -ië, -ë.
Advirtamos de forma especial la terminación -lë, la cual (parece) puede en principio, añadirse
a cualquier verbo de raíz A-, como cuando el verbo linda- "cantar" produce lindalë
"cantando". Cuando depende de un nombre verbal o de un abstracto asociado claramente con
algún verbo, el caso genitivo adquiere el significado de un sujeto genitivo (como en Altariello
nainië "El Lamento de Galadriel"), mientras en el caso posesivo seusa como objeto genitivo
(Nurtalë Valinóreva "la Ocultación de Valinor").
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Vocabulario:
Minquë: "once"
Varya-: "proteger"
Alya: "rico"
Seler (sell-): "hermana"
Malta: "oro" (de acuerdo con el apéndice E de LotR; las Etym, entrada SMAL-, da en su
lugar malda, pero en fuentes post-LotR, parece confirmarse indirectamente que malta
fue la decisión final de Tolkien, como cuando PM:366, cita la raíz Eldarin que produce
palabras como malat "oro").
Engwë: "cosa"
Muilë: "secreto" (incluyendo una de las terminaciones del abstracto mencionadas
antes, -lë; en este caso, se añade directamente a la raíz MUY-, manifestada aquí como
MUI-. Esta palabra es en Sindarin muil, como el nombre de un sitio que aparece en
LotR: Emyn Muil, que posiblemente significa algo como "Colinas del Secreto", o
"Colinas Escondidas").
Sérë: "paz" (en origen una formación abstracta basada en el verbo ser- "descansar",
derivada de la misma raíz SED-, la cual produce también el nombre Estë [de
Esdê/Ezdê], la Valië o "diosa" del descanso y el sueño).
Ramba: "pared, muro"
Ondo: "piedra" (como material, aunque ondo se usa también como "una roca"; el
equivalente Sindarin gon, gond, aparece en los nombres Gondor y Gondolin, el
último de los cuales es adaptado de la forma Quenya Ondolindë).
Osto: "ciudad" (con arreglo a las últimas fuentes = "fortaleza", aunque nosotros lo
usaremos con el sentido de "ciudad"; la palabra parece que se refiere primariamente a
una ciudad fortificada, así que la diferencia no es muy grande).
Mornië: "oscuridad" (morë "negro"; la palabra mornië es una formación abstracta
basada en otro adjetivo derivado de la misma raíz primitiva MOR-, que origina morna
"oscuro").
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Ejercicios:
Estos ejercicios tratan del caso genitivo y del posesivo-adjetival. Estamos seguros de
que escogeremos el caso correcto en los ejercicios de la I a la P (aunque a veces, funciona
cualquiera de los dos).
1. Traducir al español:
a. i limpë Eldaron (gente) i limpë Eldaiva (ya que ambas frases pueden tener la misma
traducción, explica la diferencia).
b. haryalyë yulma maltava
c. i rocco i Eldava alantië mir i núra cilya
d. neri séreva úvar ohtari
e. altë rambar ondova nurtaner i coar i cainen analyë neriva i osto
f. i coa i arano selerwa ná carnë
g. minë i mólion amápië i macil i aranwa
h. i vendëo toron hirnë ilyë i harmar i minquë Naucoiva imbë i canta rassi i ninqui
orontion
2. Traducir al Quenya:
i. Los rios de vino se derramaban en la boca del Hombre
j. La hermana de los chicos recogió las cosas de los chicos y entró en la casa de la
reina
k. El secreto de las mujeres protegió un gran tesoro de oro
l. Los once guerreros no podían proteger la paz de la ciudad, pues cayó una gran
oscuridad
m. Ellos irán a través de la tierra de grandes árboles y muchas piedras, porque quieren
ver la ciudad del guerrero poderoso
n. Un muro de secreto protegía el oro escondido de la ciudad, y no lo encontré
o. La Tierra de los Elfos es una tierra con cosas maravillosas; una tierra sin Elfos es
una tierra de oscuridad para los Hombres (Atani) de la tierra, si no pueden oir la
rica Lengua de los Elfos
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Helge K. Fauskanger Lección Doce
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p. Las hermanas de los reyes recogieron libros sobre los Elfos (fabrica un nombre
abstracto que signifique "recogida", intentando añadir la terminación -lë al verbo
hosta- "recoger").
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El Caso Dativo
A lo largo de este curso, todos los objetos con los que hemos tratado hasta ahora han
sido más exactamente “objetos directos”. Estos son objetos afectados directamente por la
acción verbal. En el Quenya arcaico, muchos objetos tenían su propio caso gramatical: el
acusativo (pero este caso no tenía demasiadas diferencias con las formas del Quenya de la
Tercera Edad). También existían los objetos indirectos, a los cuales la gramática Quenya
asigna formas especiales. El caso que corresponde a los objetos indirectos, el Dativo,
sobrevivió perfectamente en el Quenya de la Tercera Edad. Aunque primero veremos como
se construyen las formas del Dativo, vamos antes a acercarnos a los objetos indirectos.
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La oración correcta en español sería: “el hombre dio un libro al muchacho” (N del T)
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Helge K. Fauskanger Lección Trece
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En Quenya, “el chico”, “los niños” y “la reina” de nuestros tres ejemplos, se
considerarían objetos indirectos (las partes afectadas indirectamente por la acción verbal), y
los nombres correspondientes se verían afectados por el caso dativo. No hay necesidad de
mantener un orden específico de palabras, o de usar preposiciones como “a” o “por/para”. La
cuestión se plantea a la mitad de Namárië, donde aparece el pronombre ni “yo” en dativo
(relacionado con la terminación pronominal –n o –nyë de significado similar):
¿Sí man i yulma nin enquantuva? “Ahora, ¿quién rellenará la copa para mí?”
37
Como consecuencia del orden inverso de la oración en español, el objeto directo “un libro”, irá delante del objeto indirecto
“el chico” (N del T)
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La Carta Plotz confirma que la terminación –n para el dativo no es solo aplicable a los
pronombres; también puede añadirse a los nombres comunes (Plotz se refiere a ciryan como
a la forma dativa de cirya “barco”, y apunta a lassen como a la forma dativa de lassë “hoja”).
Así podemos construir oraciones como carnelyes i Naucon “lo hiciste por/para el Enano”, o i
nér antuva i parma Eldan “el hombre dará el libro a un Elfo”. En Quenya el orden de las
palabras sería mucho más libre (¡la principal ventaja de un idioma declinable!), la terminación
del caso indicando que el nombre en cuestión es el objeto indirecto, hace que sea irrelevante
el lugar que dicho nombre ocupe en la oración. Esto permite al que habla manejar el objeto
indirecto con el fin de expresar sutiles matices o énfasis. Por ejemplo: podemos centrarnos
especialmente en el objeto indirecto: Eldan i nér antuva i parma, significando algo como “es
a un Elfo (no a un Enano, etc..) a quien el hombre dará el libro”. En cuanto a si uno va antes
que el otro (objeto directo o indirecto), no existe mucho material aclaratorio; mientras que i
nér antuva i parma Eldan significa “el hombre dará el libro a un Elfo”, i nér antuva Eldan i
parma puede traducirse como “el hombre dará a un Elfo el libro”.
En el plural, las formas dativas terminan en –in. Los nombres con el nominativo plural
acabado en –i, simplemente añadirían la terminación –n del dativo; la Carta Plotz apunta a
lassin como la forma dativa de lassi “hojas”. El dativo plural de una palabra como laman
(lamn-) “animal”, sería lamnin = “a animales”, o “por/para animales”. La terminación –in se
añade también a los nombres con los nominativos plurales acabados en –r; la marca plural –r
no aparece en las formas del dativo. Por la primera línea de la Canción de Fíriel (traducida
como “el Padre hizo el Mundo para los Elfos”), sabemos que el dativo plural de Elda es
Eldain. Deberíamos reparar en que la terminación –in se funde con la última vocal del
nombre, formando un diptongo, como –ai- en este caso concreto. La Canción de Fíriel
proporciona también el dativo plural de “Mortales”: Fírimoin (nominativo plural: Fírimor,
LR:245; más tarde Tolkien prefirió la forma Fírimar como se publica en Silm, capítulo 12. El
dativo plural sería entonces Fírimain, por supuesto).
En la lección anterior apunté que “no está muy claro que podría pasar cuando la
terminación –iva (posesivo-adjetival plural), se añade a un nombre que ya termina en –i, como
tári “reina”, o a un nombre con la raíz en –i, como lómë (lómi-) “noche” (SD:415)”. El mismo
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problema se dá en el caso de las formas plurales del dativo. El adjetivo singular “a/por-para
una reina”, sería tárin, pero cuando se intenta derivar un dativo plural añadiendo –in a tári, lo
dejaremos probablemente otra vez en tárin (la terminación –i o el nombre y la inicial i- del
final, simplemente se funden). Es concebible que las dos vocales se fundieran formando una í
larga y produciendo tárín “a/por-para las reinas”, aunque esta parece una palabra extraña: en
Quenya raramente hay una vocal larga en una sílaba final átona o inacentuada (aunque existe
la palabra palantír). Podría muy bien ser que tárin tenga esa misma forma en plural y
singular, y si es así, deberemos conocer el número por el contexto en el que se encuentre.
El dativo dual termina en –nt según la Carta Plotz, la forma dual dativa de cirya “barco”,
es ciryant que significa “por/para un par/una pareja de barcos”. Esta terminación –nt
simplemente combina la terminación –n del dativo con la del dual –t. Ya en la Lección Uno,
mencioné brevemente que esta –nt parece ser el único ejemplo de un grupo final de
consonantes permitido en el Quenya estilo LotR. Puede ser que solo los nombres con formas
de nominativo dual acabadas en –t, tuvieran formas de dativo dual acabadas en – nt; en el
caso de los nombres con formas duales acabadas en –u, pudiera ser que llevaran la más
simple terminación del dativo: -n. Una vez más usamos Aldu “Dos Árboles” como ejemplo, la
forma dativa sería Aldunt en vez de Aldun (o posiblemente Alduen; ver más adelante lo
concerniente a Ar-Veruen). Sin embargo, tenemos pocos ejemplos.
En algunos casos, una oración puede incluir un objeto indirecto (un objeto dativo en
Quenya), aunque la oración no contenga un objeto directo. En el Quenya, la equivalente a la
preposición “para” en el ejemplo “los hombres trabajan para el rey”, se representaría mediante
la terminación de caso –n añadida a aran (produciendo seguramente aranen, introduciendo
una vocal –e- auxiliar ante la terminación). Hay al menos un ejemplo fiable de una oración
conteniendo un objeto dativo sin objeto directo: Tolkien en su versión Quenya del
Padrenuestro, usó una forma dativa del pronombre “nosotros/nuestro”, en la frase “...aquellos
que pecan contra nosotros” (este es, de cualquier forma, un ejemplo del caso dativo usado
para identificar a una parte afectada adversamente por la acción del verbo: el contexto
decidirá en que forma del dativo debe traducirse “contra nosotros” o “por/para nosotros”.
Gramaticalmente hablando, ambas interpretaciones son igualmente válidas, pero “aquellos
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que pecan por nosotros” no tendría el mismo sentido en ese contexto en particular). El verbo
“pecar” puede no tener objeto directo, pero obviamente alguna parte debe resultar afectada
por el “pecado”, así que puede haber un objeto indirecto (un objeto dativo en Quenya).
Las formas del dativo pueden convertirse en oraciones sin sujeto, un fenómeno
gramatical virtualmente desaparecido (al menos en el inglés moderno). Muchas oraciones
pueden compararse a frases como “me parece que...”, donde el sujeto formal no es ninguno
(sería “lo” = “lo que me parece...”), solo una ficción gramatical sin un contenido real: en
nuestro idioma se puede omitir “me parece que...” y el significado permanecerá intacto.
Advierto por ejemplo que en la oración orë nin caritas no hay sujeto, pero si hay un objeto
dativo: nin “a mí”, “por/para mí”. Or- u ora- “empujar, apremiar, urgir”, es uno de los verbos
impersonales Quenya que invitan a muchas construcciones; volveremos a ellos más adelante.
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dativo, como es evidente por los ejemplos ya citados. Más tarde, -n volvió por un tiempo a ser
la terminación del genitivo, como se refleja en los borradores de Namárië. Parece que Tolkien
cambió de idea continuamente durante décadas, aunque la decisión final (como se refleja en
LotR y queda patente en la Carta Plotz), fue que –o debía ser la terminación del genitivo,
mientras que –n lo es del dativo.
Algunos de los genitivos obsoletos de las Etym, son interesantes en sus formas. En la
entrada AY-, el nombre ailin “piscina, lago” se dice que tiene su “g.sg.” (genitivo singular) en
ailinen. Como consecuencia de las últimas revisiones de Tolkien, la forma ailinen debe
entenderse más como un dativo singular en el Quenya estilo LotR, con el significado de
“por/para un lago”, en vez del genitivo “de un lago”. El ejemplo ailinen es interesante en la
medida en que nos muestra lo que pasa si la terminación –n se añade a un nombre terminado
en una consonante como ailin. Como quiera que **ailinn no es una palabra posible en
Quenya, se inserta una –e- auxiliar ante la terminación, produciendo ailinen. Aunque la
terminación –n tenía su significado redefinido, el principio de inserción de la vocal auxiliar es
válido en cualquier sitio donde sea requerido.
Si el nombre tiene una forma especial en su raíz (la consonante final convertida en otra
consonante o grupo de consonantes, al añadir las terminaciones), se producen muchos
cambios ante la –e- extra: en la entrada LIN²- en Etym, aprendemos que Laurelin
(Laurelind-), el nombre del “Arbol Dorado de Valinor”, tiene su “g.sg.” en Laurelinden. En el
Quenya estilo LotR, este sería el dativo singular, aunque esta forma sigue siendo válida hoy
día. Lo mismo ocurre con lissen como una forma de lis (liss-) “miel”; ver la entrada LIS-. Está
claro que un nombre como nís (niss-) “mujer”, debe tener el mismo tratamiento: dativo
nissen.
Una de las formas del genitivo de las Etym, puede arrojar algo de luz sobre lo que
debería ser el moderno dativo dual terminado en –u. Un día de la semana de Valinor que
aparece en las entradas VES- y LEP-, es Arveruen o Ar-Veruen “el Día de las Esposas”, que
se refiere a la pareja Vala formada por Aulë y Yavanna. Aquí tenemos veruen como genitivo
de la forma dual veru “esposos, pareja casada”. Deberíamos advertir que la vocal auxiliar –e-
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también se usa aquí (algo sorprendente: se podría pensar que **verun sería una forma
aceptable). Si este genitivo veruen fuera una forma válida después de que Tolkien redefiniera
la terminación –n, entonces veruen sería la forma dativa del Quenya estilo LotR, e indicaría
que los nombres cuyas formas duales nominativas terminan en –u, deberían tener sus formas
dativas terminadas en –uen. El dativo de Aldu “Dos Árboles”, no sería entonces ni Aldunt ni
Aldun, sino Alduen. Pero es muy difícil asegurar que esto sea cierto, y no haré ejercicios
basados en algo tan sumamente hipotético.
El Gerundio
La mayoría de las veces, los nombres y los verbos son partes distintas de la gramática.
Por supuesto existen los nombres verbales que hemos visto en la lección anterior, pero hay
nombres incuestionablemente genuinos (las formaciones abstractas que denotan acciones
verbales consideradas como “cosas”). Pero los verbos tienen una forma, el gerundio, que está
en el límite de la dicotomía entre el nombre y el verbo. Se podría decir que un gerundio es un
verbo “disfrazado de nombre”.
Antes en este curso hemos visto otro tipo de infinitivo, el cual es simplemente la raíz del
verbo (con la adición de –ë en el caso de los verbos primarios). Un ejemplo contrastado es la
frase polin quetë “puedo hablar” (VT41:6), donde quetë es la forma infinitiva del verbo quet-
“hablar”. Aunque Tolkien identificó claramente a –ië como una terminación de infinitivo en
UT:317, puede que polin quetë fuera también posible (ver más adelante). En su tutorial
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“Basic Quenya” escrito con anterioridad al ejemplo polin quetë del que ahora disponemos,
Nancy Martsch usó –ië como la terminación del infinitivo Quenya por excelencia. Esto no tiene
porque ser erróneo; Tolkien imaginó una terminación del infinitivo del viejo Quenya en –ie. En
las Etym, entrada NAR²-, el Viejo Noldorin tiene una palabra trenarie “recontar”, que está
explícitamente denominada como una forma “inf.” (“Viejo Noldorin” podría ser el lenguaje al
que Tolkien se refirió más tarde como “Viejo Sindarin”, tras revisar sus mitos lingüísticos a
principios de los ’50). Sin embargo, creo que en muchos casos, las formas derivadas del
verbo con el sufijo –ië, son los mejores componentes de los gerundios en Quenya.
Si somos capaces de decir que en la oración “el hallazgo del tesoro fue maravilloso”, la
palabra “hallazgo” no es un nombre verbal, deberemos concluir que es un gerundio. Un
gerundio es una forma verbal con función de nombre, con mucho del significado que pueda
tener un nombre verbal genuino. Asimismo, un gerundio puede tener un objeto, y eso también
vale para el gerundio Quenya: fijémonos en la forma del gerundio terminada en – ië que usó
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La traducción correcta en español sería: “...descubrir el tesoro fue maravilloso/asombroso...” (N del T)
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NOTA: En Quenya como en inglés, los gerundios no siempre pueden distinguirse con
claridad de los nombres abstractos. Así como en inglés se emplea la terminación –ing en los
gerundios y los nombres verbales, en Quenya la terminación –ië también puede usarse para
derivar abstractos, por ejemplo: tyalië “jugar, tocar” (como nombre = “juego”) del verbo tyal-
“jugar”. Realmente –ië se usa como terminación de abstracto, como la –ness del inglés, por
ejemplo: mornië (dark-ness) “oscuridad”.
Hirië harma caruva nér alya = “encontrando un tesoro un hombre se hará rico”
Tirië i aiwi anta i vendin alta alassë=“mirando a los pájaros las doncellas sienten
alegría”
En estos ejemplos hemos equiparado los gerundios con objetos (harma y aiwi), ya que
un gerundio podría ciertamente hacer funciones de sujeto sin más complicaciones, por
ejemplo: Matië ná i analta alassë ilyë tiucë Naucoron “comer es la alegría más grande de
todos los Enanos gordos”.
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vez de un gerundio. Los gerundios y los infinitivos también pueden intercambiarse en muchos
contextos, tanto en Quenya como en inglés.
Efectivamente nuestra terminología podría ser más estricta que la usada por el propio
Tolkien, reservando el término “infinitivo” para formas como tirë “mirar” e insistiendo en llamar
(solo) gerundio a tirië “mirando”: en UT:317, citado más atrás, Tolkien se refiere a las formas
terminadas en –ië como a “infinitivos” y “gerundios”. Como se mencionó antes, en el “Viejo
Noldorin” de las Etym, hay una forma terminada en –ie que se identifica explícitamente como
un infinitivo. El ejemplo polin quetë “puedo hablar” del Quenya post- LotR, demuestra que –ië
no puede usarse como una terminación universal de infinitivo. ¿Sería válido polin quetië, o
sería más bien una forma aproximada a la inglesa y extraña “I can speaking” (puedo estar
hablando) ?, y, ¿qué pasa con “I want to find a treasure” (quiero encontrar un tesoro)? ¿Sería
correcto merin hirië harma, o sería mejor encontrar una palabra difícil en Eldar para definir “I
want finding a treasure” del inglés (quiero encontrando un tesoro)? Estaríamos más seguros
usando el infinitivo más simple hirë, en cada uno de los contextos.
Cuando una acción verbal es el objeto o el sujeto de una oración, se puede hacer
extensiva la elección entre infinitivos y gerundios a lo que ocurre en el inglés: “To err is
human, to forgive is divine” = “Erring is human, forgiving is divine” (Errar es humano, perdonar
es divino). Especialmente cuando una acción verbal funciona como sujeto, sería más seguro
usar el gerundio (la forma acabada en –ië) en Quenya. Pero, hasta que no dispongamos de
ejemplos, es prácticamente imposible decir con entera certeza que lo que Tolkien planeó fuera
lo estrictamente acertado en los términos del Quenya.
Hay, sin embargo, un uso importante del gerundio que se halla contrastado
afortunadamente en nuestro corpus. En inglés, el infinitivo normal (con “to”) se usa para
indicar “propuesta”: “They have come to see the king” (han venido a ver al rey). Si se puede
traducir directamente al Quenya como (?)utúlientë cenë i aran, no se le puede llamar
“presente” (pero yo tiendo a dudar de que esta sea una construcción válida).
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Por supuesto en nuestro idioma no decimos “este juramento mantendrá para recordar
la Gloria de la Tierra de la Estrella”, sino: “este juramento SE mantendrá PARA [con objeto de]
recordar la Gloria de la Tierra de la Estrella”. Este ejemplo parece querer decirnos que los
infinitivos que indican propuesta deberían traducirse al Quenya como gerundios con una
terminación de dativo añadida. “Ellos han venido [con objeto de, para, a] ver al rey”, se
traduciría como utúlientë cenien i aran, literalmente: “ellos han venido para viendo al rey” (si
seguimos a pies juntillas el orden de las palabras que usó Tolkien en el Juramento de Cirion,
con el gerundio al final de la oración, tendremos: utúlientë i aran cenien = “¡han venido el rey
para ver!”, aunque he de decir que en Quenya, el orden de las palabras es bastante flexible).
La regla que hemos escogido se puede definir así: si en nuestro idioma podemos añadir las
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palabras “en orden” delante del infinitivo sin destruir el significado (¡no pensando en el estilo!),
este infinitivo indicará propuesta y deberá traducirse al Quenya como un gerundio influenciado
por el dativo.
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Todos los gerundios que se han ejemplificado han sido formados a partir de verbos
primarios (sin terminación). ¿Qué pasa si se añade la terminación –ië a un verbo de raíz A-?
No disponemos de testimonios comprobados explícitos o directos que nos guien, así que
eludiré este problema hasta el final. A pesar de todo, todas las evidencias indirectas apuntan a
una conclusión: cuando se añade el sufijo –ië, desaparece la final –a.
Las Etym, entrada ORO- nos proporciona el verbo orta- “levantar”, pero también se cita
la forma ortie, aunque esta pertenece al “Viejo Noldorin” (/Sindarin) y no al Quenya. Esta
palabra ortie es simplemente “levantar, alzar”, y debe ser una arcaica forma Elfica, que
posteriormente debió convertirse en un infinitivo Sindarin, aunque también podría
perfectamente corresponder al gerundio Quenya ortië “levantando, alzando”, ya que el Viejo
Noldorin” está relativamente cercano al Quenya. Esto indicaría que cuando la terminación –ië
se añade a un verbo de raíz A-, la final –a se pierde en beneficio de la terminación añadida.
Tenemos una posible forma contrastada que confirmaría esta conclusión: enumerando varias
formas del verbo ora- “urgir, apremiar”, Tolkien incluyó orië (VT41:13), y mientras no
identifique claramente esta u otra forma, orië debería tomarse como gerundio. Observad
también que nainië “lamentando” es un derivado del verbo naina- “lamentar” (comparar
RGEO:66 con las Etym, entrada NAY-): Nainië puede ser un gerundio o un nombre verbal.
Como ya hemos señalado, -ië también puede funcionar como una terminación general
abstracta, algo parecido a la terminación inglesa “-ness”. Donde –ië se usa para formar
nombres abstractos a partir de adjetivos, los adjetivos acabados en –a pierden su vocal final
ante el añadido –ië; mornië “oscuridad” se forma aparentemente de morna “oscuro”. Otra
pareja comprobada de palabras de este tipo, son láta “abierto”, y látië “apertura”. La
terminación abstracta –ië está ciertamente muy cercana a la terminación del gerundio –ië;
básicamente es la misma terminación (como ya hemos visto, la diferencia entre gerundios y
nombres abstractos es frecuentemente bastante difusa). Si la terminación –ië provoca la
desparición de la –a cuando se añade a adjetivos, parece razonable que esto mismo ocurra
también cuando se añada a verbos de raíz A-. Para empezar, de verbos como orta- “levantar,
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El Pronombre “Nosotros”
Tenemos en Quenya varias terminaciones para definir “nosotros”. Una de ellas aparece
en la Alabanza de Cormallen: Andavë laituvalmet “durante mucho tiempo les alabaremos”.
Aquí tenemos un verbo en tiempo futuro con la terminación pronominal de “nosotros” (sujeto)
y la de “ellos” (objeto): lait·uva·lme·t “alabar·emos·nosotros·a ellos”. La terminación
“nosotros”, es –lmë (-lme).
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n(yë) “yo”, produciendo la forma ván o ványë “no querré, no lo haré”. Pero también habló de
la forma vammë “no querremos, no lo haremos”. Así nos encontramos de repente con que la
terminación pronominal “nosotros”, no es –lmë, sino –mmë.
NOTA: Advierto del hecho de que la á larga de vá debe acortarse en la forma vammë.
Este es uno de los ejemplos que indican que el Quenya no puede llevar una vocal larga ante
un grupo de consonantes o una consonante larga (una regla fonética repetidamente aludida
en este curso). El hecho de que la vocal permanezca larga en ványë, sugiere que –ny- se
percibe como una sola consonante (una n palatalizada como la ñ española), y no como un
grupo de n+y.
El hecho es que existen dos terminaciones para “nosotros”: -mmë y –lmë, lo cual se
explica fácilmente una vez que descubrimos que en esta parte del Quenya, la tabla de
pronombres hace una distinción que no se encuentra en otros idiomas. Tolkien se refirió a la
terminación –mmë como a “la primera [persona] del plural exclusivo” (WJ:371, énfasis
añadido). La terminación –mmë, denota un “exclusivo nosotros”, un “nosotros” que excluye a
la/s persona/s afectadas. La exclamación vammë “no queremos”, representa un “rechazo”,
como si se estuviera hablando a alguien “de otra parte” (dando a entender que somos
“nosotros” los que rehusamos obedecer). Esta “otra parte”, no se incluye en “nosotros”, sino
que queda fuera del grupo “nosotros”. El “nosotros” exclusivo o excluyente, es lo apropiado en
este caso.
Por otro lado, la terminación –lmë parece denotar un “nosotros inclusivo”: la parte
afectada se incluye en “nosotros”. En el ejemplo andavë laituvalmet “mucho tiempo nosotros
alabaremos a ellos”, la gente que rendía homenaje a Frodo y Sam se estaba dirigiendo a
algún otro, no a los Portadores del Anillo. Si en vez de eso, hubieran dicho “mucho tiempo
nosotros alabaremos a vosotros”, dirigiéndose directamente a Frodo y Sam, habrían usado un
“nosotros exclusivo” o “excluyente”: terminado en –mmë y no en –lmë. Frodo y Sam no serían
parte de ese “nosotros exclusivo”; estarían fuera del grupo de los “afectados” (inversamente,
un grupo de personas conspirando “entre ellos mismos” acerca del rechazo hacia una orden,
dirían valmë y no vammë para dar a entender “¡no lo haremos!”). En los trabajos escritos, se
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emplea normalmente el “nosotros exclusivo” (-mmë), a menos que el escritor tenga alguna
razón para creer que el lector será parte del “grupo nosotros” al que se refiere. En ese caso,
deberá usar –lmë.
Antes en la Lección Ocho, remarqué que el hecho de que el autor de este curso se
refiera a sí mismo en ocasiones como a “nosotros”, no quiere decir (necesariamente) que
tenga un ego de dimensiones descomunales. El autor tiende a incluir al lector dentro de ese
“nosotros”, como dando a entender que el autor y los lectores de alguna manera, comparten
esta odisea a través de los diferentes aspectos de la gramática Quenya (¡puedes tomarlo
como un gesto de amistad, o como una particularmente astuta técnica de lavado de cerebro
que usa el autor para, de alguna manera, hacerte cómplice de las dudosas conclusiones a las
que a veces llega, intentando eludir su completa responsabilidad!) De cualquier forma, en
Quenya no debería haber malentendidos. Un “nosotros real”, excluyendo a las personas
afectadas, sería solo –mmë. Un autor usando la palabra “nosotros” para referirse a sí mismo y
sus lectores, afectados directamente en su texto, usaría el “nosotro incluyente”: -lmë.
Hay aún otra terminación de “nosotros”, llamada el “dual inclusivo”, lo cual se definiría
como “nosotros referido solo a dos personas” (el efecto sería: “tú y yo”, o “nosotros dos”).(La
terminación –lmë se referiría a un “nosotros inclusivo”, afectando a tres o más personas). Por
desgracia, la terminación que denota el “nosotros inclusivo dual”, debe extrapolarse por medio
de una operación en dos pasos, y no sabemos mucho acerca de su forma (seguramente será
algo como –lwë o –lvë). Más adelante retomaremos este problema; en los ejercicios de esta
lección practicaremos tan solo con las terminaciones –lmë y –mmë.
NOTA: Ha sido mucha la confusión creada en torno a las terminaciones del Quenya
que definen “nosotros”. Una antigua interpretación en la Introducción al Elfico de Jim Allan en
los últimos ’70, decía que la terminación –lmë es exclusiva y no inclusiva. La terminación
extrapolada –lvë, fue pensada para ser el “nosotros inclusivo” (e inclusivo debía ser
ciertamente, puesto que es una forma “inclusiva dual”, referida a “nosotros” con el sentido de
“solo dos personas”). La verdadera terminación para el “nosotros exclusivo” –mmë, era
desconocida hasta la publicación de WJ en 1994 (donde figura el ejemplo vammë). Las
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Un Pronombre Indefinido
Palabras como “uno” y “tú”, se usan a menudo en los idiomas “normales” con
referencias deliberadamente vagas o generales: “uno se ha ganado la vida”, o “tienes que
poder...”. Aquí “uno” no significa “el número uno” (en Quenya minë), ni “tú” se refiere a una
persona concreta afectada. Para estos significados el Quenya tiene el pronombre quen
(WJ:361) (esencialmente, una forma átona (inacentuada) del nombre quén, que significa
simplemente “persona”). Aunque ultimamente referidas a los Quendë “Elfos”, estas palabras
no se refieren especialmente a ellos. Como es usual, tenemos escasez de ejemplos
comprobados, pero sabemos que quen se usaría para definir “uno” o “alguno” en frases como
quen milyanë leryalë “uno alargó el descanso”, o quen hantë i yulma “alguien rompió la
copa”.
Presumiblemente, quen puede llevar las terminaciones de los casos, por ejemplo: del
genitivo: queno “de uno”, o del dativo: quenen “para uno”: Matië yávë ná mára quenen
“comer fruta es bueno para uno”. Existe un temprano texto Qenya en el que su significado
parece estar asociado a la terminación –o: Kildo kirya ninque, traducido como “un barco
blanco uno vió” (MC:220,221). Sin embargo, transformar esto al Quenya estilo LotR quizá
requiera algo más que simplemente alterarlo a cildo cirya ninquë: mientras que las dos
últimas serían aceptables, la forma verbal kildo no parece cumplir las normas del más
moderno sistema de Tolkien, y el papel de la terminación –o en la etapa de LotR, es dudoso.
Si vamos a regirnos por el Quenya estilo LotR, es mucho más seguro usar el pronombre
indefinido quen que figura en las fuentes post-LotR.
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El caso dativo Quenya identifica objetos indirectos, la parte indirectamente afectada por
una acción verbal (a menudo el beneficiario de esa acción, aunque también puede verse
afectado adversamente). En el singular, la terminación del dativo es –n (cuando se le añade a
un nombre terminado en consonante, con una vocal auxiliar –e- insertada ante él). Los
nombres con los plurales nominativos acabados en –i, tienen dativos plurales acabados en –
in; esta terminación –in también se usa en el caso de los nombres que tienen los nominativos
plurales acabados en –r, y así, la forma dativa correspondiente al nominativo Eldar, sería
Eldain. La terminación del dativo dual es –nt, por lo menos en el caso de los nombres que
tienen sus formas nominativas duales terminadas en t (los que las tienen terminadas en –u,
deben llevar sus formas dativas duales acabadas en –uen, si nos podemos fiar del material
más viejo, donde la terminación –n se ha terminado asignando al genitivo en vez de al dativo).
–Un gerundio es una forma del verbo que puede funcionar casi como nombre, denotando la
acción verbal correspondiente, pero, al contrario de lo que ocurre con los nombres regulares,
los gerundios pueden incluso llevar un objeto. Los gerundios Quenya se forman con la
terminación –ië (es también una terminación abstracta general); si este sufijo se añade a un
verbo de raíz A-, evidentemente la –a final desaparece. En el caso de los verbos terminados
en –ya, esta terminación completa debe omitirse ante el sufijo –ië. Los infinitivos que expresan
propuesta (por ejemplo: los infinitivos significando “[con objeto de]hacer” algo), se traducen al
Quenya como gerundios declinados en dativo, por ejemplo: hirien “[con objeto de]encontrar”.
–El Quenya tiene varias terminaciones pronominales correspondientes al pronombre
“nosotros”. Una de ellas es – lmë que denota un “nosotros” que incluye a la parte “afectada”,
mientras que la terminación –mmë expresa un “nosotros” exclusivo o excluyente, que se usa
cuando el que habla se refiere a una parte que está fuera del “grupo nosotros” al que
pertenece el mismo. –El pronombre indefinido “uno” o “alguno/alguien”, es quen. Puede llevar
terminaciones de caso, como por ejemplo: genitivo: queno “de uno”.
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Vocabulario:
(?)rasta: “doce”
mahta-: “luchar”
anta-: “dar”, pasado irregular: ánë (este pasado figura en una fuente muy antigua, en el
QL, página 31. Es absolutamente posible que en el último Quenya de Tolkien el pasado
de anta- fuera regular: antanë. Sin embargo, la forma verbal Sindarin ónen “yo dí”,
aparece en el apéndice A de LotR y correspondería al Quenya ánen en vez de a
(?)antanen. En las Etym, entrada ONO-, se indica que el pasado del verbo onta-
“conseguir, crear”, podrían ser tanto ónë como ontanë; quizá el pasado de anta- pueda
ser tanto ánë como antanë. Aquí usaremos la forma comprobada ánë).
Suc-: “beber”
Anna: “regalo”
Alassë: “alegria”
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Hroa: “cuerpo” (relativo a una palabra presentada antes: hráve “carne”; Tolkien explicó
que descendía de las formas del Elfico Primitivo srawâ y srâwê respectivamente; ver
MR:350)
Noa: “idea”
Cala: “luz”
Mára: “bueno” (en el sentido de “provechoso, útil”. Hay también otras palabras en
Quenya que significan “bueno” en el sentido moral)
Quen: pronombre indefinido: “uno”, “alguien/alguno”
Arwa: adjetivo: “posesión”, “en control/con el control de..., controlando...”, “teniendo...”
(seguido por el genitivo. Ver nota)
NOTA: sobre arwa “poseyendo, controlando”: este adjetivo está en las Etym, entrada
3AR-, aunque deriva de una raíz variante: GAR-. Puede usarse para formar adjetivos
compuestos; Tolkien mencionó el ejemplo aldarwa “teniendo árboles” = “árbol·crecido”
(alda+arwa = “árbol teniendo”). Pero arwa “teniendo, poseyendo” se puede usar solo y,
entonces, iría seguido por una forma genitiva (como hemos dicho antes, la terminación
genitiva del Quenya era –n cuando Tolkien escribió las Etym, pero la regla ya debía ser válida
cuando cambió la terminación a –o). Así pues, probablemente encontremos frases como nér
arwa collo “un hombre teniendo/poseyendo una capa” (colla = “capa”, genitivo: collo). Quizá
esto pueda traducirse simplemente como “un hombre con una capa”, y si usamos arwa como
“con”, significará que las palabras con el significado de “con” y “sin” (arwa y ú
respectivamente), ¡irán ambas seguidas de un genitivo! Ya se ha dicho que arwa es un
adjetivo y no una preposición, así que arwa seguramente concuerde en número,
convirtiéndose en arwë (arcaico: arwai) cuando se apunte de nuevo a una palabra plural:
Neri arwë collo “hombres poseyendo una capa”, Naucor arwë harmaron “Enanos
poseyendo tesoros”, arani arwë ohtarion “reyes teniendo el control de/controlando guerreros”
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. i nér ánë i nissen anna
b. anar anta cala Ambaren
c. hiruvalmë i harma, ar antuvalmes i rasta Naucoin
d. matië hrávë carë quen tiuca, ar umilmë merë tiucë hroar, an tiucë hroar umir
vanyë
e. lendemmë mir i osto hirien i sailë nissi, an mernemmë cenitat
f. nér arwa márë noaron ná saila ar antuva sérë ar alassë i oston
g. utultiemmet quetien rimbë engwion
h. sucië limpë umë mára queno hroan
2. Traducir al Quenya:
i. Alguien dio al guerrero una gran espada
j. Hacer una casa para los chicos es una buena idea
k. Nosotros [inclusivo] luchamos por la paz; la lucha no dá a la gente [ninguna]
alegria, pero nosotros [inclusivo] hemos visto la luz
l. Hablar la Lengua Elfica [Elda lambë] es una gran alegria para los Hombres
[Atani]
m. Los guerreros de dos tierras lucharán por los pueblos [gemelos](dual), y
nosotros [exclusivo], iremos a través de la gran oscuridad en busca de la luz
n. Los hombres que tenían el buen vino querían copas para beber el vino, y los
esclavos del rey dieron a los hombres doce copas de oro
o. Nosotros [exclusivo] queremos entrar en la ciudad para liberar a todos los
Hombres [Atani] y dar el oro del rey a los esclavos
p. Los muros de la ciudad son grandes; nosotros [inclusivo] los hemos hecho para
proteger a la gente
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No obstante, el Quenya posee una forma especial de caso, implicando “a” en el sentido
más básico de “hacia” o “contra”; el término latin para estos casos es el alativo. La terminación
Quenya en esta ocasión es –nna: en la entrada Eldanna en el índice de UT, Christopher
Tolkien identifica esta terminación como “...un sufijo de movimiento hacia...”. La palabra
Eldanna en sí misma no es un mal ejemplo; puede traducirse como “Distritos de los Elfos”,
usado por los Númenoranos como el nombre de la bahía de la costa oeste de Númenor, en la
parte del Reino Bendito donde moraban los Eldar (UT:164). En La Declaración de Elendil,
repetida por Aragorn en su coronación, la terminación –nna lleva toda la fuerza de “a” con la
implicación de “movimiento hacia...”: Et Eärello Endorenna utúlien “salí del Gran Mar y vine
a la Tierra Media [Endor]”. También la oración sin quentë Quendingoldo Elendilenna
(PM:401), que aparentemente significa “así habló Quendingoldo a Elendil” (o quizá “el tal
Quendingoldo dijo a Elendil”; el significado de la palabra sin, no está claro). Como formas
alativas para cirya “barco” y lassë “hoja”, la Carta Plotz apunta ciryanna “a un barco” y
lassenna “a una hoja” (por supuesto, aquí el énfasis recae sobre la vocal de la segunda
sílaba desde el final porque le sigue un grupo de consonantes formado por la terminación –
nna: ciryAnna, lassEnna). Así pues, si queremos decir “iré al barco” en Quenya, no
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La preposición “a” a la que se refiere el texto, es la partícula “to” que llevan los infinitivos de los verbos en inglés. En este
ejemplo en particular, el original es “to recall” (recordar, rellamar). (N del T).
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usaremos una palabra separada para decir “a/al/a el”, sino que emplearemos la terminación –
nna: lelyuvan i ciryanna.
Aunque la terminación –nna pueda a veces traducirse como “hacia”, por ejemplo:
Elenna “hacia las estrellas”, como un nombre de Númenor (ver más adelante), la palabra
“hacia” no puede aplicarse libremente a cualquier terminación de nombre en Quenya. Aunque
si traducimos columbus lendë Americanna como “Colón fue hacia América” se podría
considerar una traducción aceptable, dotando al idioma de un caso alativo actual.
NOTA: Además de –nna hay también indicios de una terminación más vieja del alativo
en Quenya: en el Élfico Primitivo, estaba la forma –da, reducida más tarde a –d (WJ:366). En
Quenya, esta –d se convirtió en –z y más tarde en –r; hemos encontrado la palabra mir
“dentro” (¡literalmente mi-r “en-a”, de mi “en”!). Como esta terminación podría confundirse con
la del plural –r (como en Eldar), tan solo ha sobrevivido en un manojo de palabras que indican
“movimiento a...” o “hacia...” algún punto. Los ejemplos comprobados incluyen tar “allá”, oar
“fuera”, yar “a quien” y mir “dentro”. Actualmente “dentro” puede ser también minna, con la
moderna y más normal terminación alativa –nna. Del mismo modo, “allá” puede ser tanto
tanna como tar.
Si el Quenya puede expresar “a, hacia” mediante una terminación de caso, podemos
deducir que habrá también una terminación capaz de definir “de, desde”. La hay... Como
apuntamos en la Lección Once, la terminación –o del genitivo puede en ocasiones, tener su
significado particular, como ocurre con una palabra que hay en Namárië: oiolossëo =
“de/desde Oiolossë” (El Monte Siempre Blanco). Sin embargo, la idea “de/desde” se expresa
regularmente mediante el caso ablativo, el cual se identifica con la terminación –llo. Con
arreglo a Plotz, tenemos formas como lassello “de una hoja” y ciryallo “de un barco” (otra vez
el acento en la segunda sílaba desde el final, por supuesto). Así, podemos construir oraciones
como tulin i ciryallo “vengo del barco”. De un ejemplo del propio Tolkien, tenemos la frase
métima hrestallo “desde la orilla perdida”, en el Poema Markirya. Tanto al alativo como el
ablativo se ejemplifican en la frase telmello talmanna “desde el tejado (telmë) a la base
(talma”, esto es: “de arriba abajo” (en la entrada TEL- de las Etym tal y como se reproduce en
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LotR, esta expresión se cita como telmello telmanna, pero esto es solamente un modelo, y
evidentemente en la entrada TAL-, la palabra que encontraremos con el significado de “base”,
será talma y no telma).
Para la forma plural del ablativo parecen existir varias opciones. Así como el sufijo –
nna del alativo, se convierte en –nnar en el plural, la terminación –llo del ablativo podría tener
su equivalente plural en –llor: en el poema Markirya, Tolkien usó elenillor como el ablativo
plural de elen “estrella”, su traducción sería “de las estrellas”. Sin embargo, y según la Carta
Plotz, el ablativo plural termina en –llon. Esta terminación lleva la misma marca plural –n que
el –on del genitivo plural (la terminación básica del genitivo –o+la del plural –n, WJ:407). Una
de las tablas de terminaciones de casos más antiguas, lleva las dos: -llor y –llon, como
posibles terminaciones del ablativo plural. Así, “vengo de los barcos” podría ser tulin i
ciryallor, y también tulin i ciryallon. Yo prefiero –llon, la variante de la Carta Plotz, ya que
esa es nuestra fuente más moderna en cuanto a los casos Quenya, aunque – llor debe
considerarse también una alternativa válida.
El Dual Alativo/Ablativo
Las formas duales del alativo y el ablativo, incluyen las ya familiares terminaciones –t,
las cuales sustituyen a una de las consonantes de los sufijos –nna y –llo, produciendo –nta y
– lto. Así, al nominativo ciryat “dos barcos, una pareja/un par de barcos”, le corresponde la
forma alativa ciryanta “hacia una pareja de barcos”, y la ablativa ciryalto “de/desde una
pareja de barcos”. Estos son ejemplos que Tolkien usó en Plotz, pero tampoco tenemos la
completa certeza de que las mismas terminaciones sirvan para un nombre cuyo nominativo
dual termine en –u en vez de hacerlo en –t. Usando Aldu, nuestro más conocido y familiar
ejemplo: “a los Dos Árboles”, ¿sería Aldunta, o simplemente Aldunna? De la misma manera,
“de/desde los Dos Árboles”, sería Aldulto, o solo Aldullo? Tiendo a pensar que serían
Aldunna y Aldullo las mejores formas, aunque sin ejemplos comprobados, no puedo estar
seguro.
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En cuanto al alativo, no siempre significa “a/hacia”, sino que puede también implicar
“sobre”: los significados son relativos en la medida en que un objeto que descansa “sobre”
algo, también presiona “hacia” ese algo, aunque esto no describa un movimiento
precisamente. Este uso del alativo se da generalmente en conexión con el verbo caita-
“yacer”, como en una oración de la prosa Namárië: mornië caita i falmalinnar “la oscuridad
cae sobre las espumosas olas” (falma “ola espumosa”, no solo lleva aquí la terminación del
alativo plural (-nnar), sino también la marca del partitivo plural (-li), posiblemente está
implicando en este contexto “un gran número de olas”: en su traducción interlineal en
RGEO:67, Tolkien analizó falma-li-nnar como “olas espumosas-muchassobre”). Se
encuentran más ejemplos de formas alativas implicando “sobre” en el poema Markirya;
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tenemos atalantië mindoninnar (o mindonnar) “sobre las torres caídas”, y axor ilcalannar
“sobre los huesos brillantes”.
Sin embargo, debemos ser conscientes de que aunque los casos alativo y ablativo no
siempre implican movimiento físico “de” o “hacia” algo, sus significados básicos “a/hacia”,
“de/desde” pueden también reforzarse. El alativo puede a veces sugerir (además de
movimiento “hacia”) movimiento “hacia dentro de...”: los ejemplos comprobados son: ëari
lantier cilyanna “los mares cayeron hacia un abismo” (LR:56), y mannar Valion “entre las
manos de los Vali [Valar]” (La Canción de Fíriel). El ablativo puede indicar movimiento “hacia
fuera de...” algo, y no solamente “desde” ese algo: la palabra sindanóriello que aparece en
Namárië, la tradujo Tolkien como “fuera de un país gris” (aunque en el análisis interlineal de
RGEO:67, lo partió: sindanórie-llo, traduciéndolo como “desde un país gris”).
Estos usos adicionales de los casos alativo y ablativo, pueden conducirnos a ciertas
ambigüedades: ¿Debe interpretarse lenden i coanna como “fui a la casa”, o como “entré/fui
dentro de la casa”? Donde se suscite la confusión lo mejor será usar la palabra independiente
mir (o minna), si se quiere decir “hacia dentro”: lenden mir/minna i coa. De la misma
manera que “fuera de” es opuesto a “desde/de”, la Declaración de Elendil demuestra que la
palabra et “fuera” puede colocarse delante de una forma ablativa para aclarar el significado:
et Eärello...utúlien “fuera de [o fuera desde] el Gran Mar.…he venido”. Algunos podrían
considerar a et “fuera” como una preposición gobernando el caso ablativo (como ú “sin”
gobierna al caso genitivo).
Los sufijos como –nna y –llo y sus variantes duales/plurales, nunca se pueden añadir
directamente a un nombre terminado en consonante sin crear un grupo imposible de
cosnonantes. Por ejemplo: el alativo “a Elendil”, no puede ser **Elendilnna, ya que la fonética
Quenya no permite el grupo –lnn-. Como es evidente por la forma Elendilenna aparecida en
PM:401, el idioma ha resuelto este problema insertando una vocal –e- de conexión ante la
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terminación del caso. Las formas alativa y ablativa que aparecen en la Declaración de Elendil
en LotR, son ejemplos de esto mismo: et Eärello “fuera del Gran Mar” (Eär: el nombre
Quenya del Océano), Endorenna “a la Tierra Media” (Endor: palabra Quenya que significa
“Tierra Media”). Sin embargo, la palabra Eär también se cita en la forma Eärë (SD:305), y
Endor es una forma corta de la más antigua y larga Endórë, así que no podemos tener la
completa seguridad de que esa “e” que aparece ante las terminaciones de los casos en las
formas citadas, no sea simplemente parte de la forma antigua del propio nombre. Por otro
lado, el ejemplo Elendilenna casi incluye una vocal “e” conectora, por lo que no hay razón
para creer que el nombre Elendil terminara en –ë. La principal estrategia para evitar grupos de
consonantes no deseados ante la terminación de los casos, será probablemente insertar una
–e- ante la terminación.
Debemos sin embargo advertir, que en el caso de un nombre plural requiriendo una
vocal de conexión, parece que se prefiere a –i en vez de a –e. Ya hemos mencionado que en
el poema Markirya, Tolkien usó elenillor como el ablativo plural de elen “estrella”.
Efectivamente, la terminación –llor del ablativo plural se ha añadido al nominativo plural eleni.
Una versión de Markirya tiene también mindoninnar como el alativo plural “por encima de las
torres” (antes Tolkien había decidido ir a una forma contraída; ver más adelante). Aquí, se ha
añadido la terminación del alativo plural al nominativo plural mindoni “torres”.
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terminación del caso. Especialmente donde la consonante final del nombre sea idéntica a la
primera consonante de la terminación del caso, estas dos consonantes podrán simplemente
fusionarse. Como ya se ha indicado, Tolkien usó primero mindoninnar como el alativo plural
de mindon “torre”, pero luego decidió olvidarse de la vocal conectora introducida ante –nnar y
en su lugar construyó la forma contraída mindonnar, lo que simplemente representa:
mindon+nnar. Como vemos, la –n final de mindon se fusiona con la primera n- de la
terminación –nnar. Un ejemplo mucho más conocido, es Elenna (de Elen+nna) como nombre
de Númenor: después de seguir a la Estrella de Eärendil a través del océano hacia su nueva
tierra, los Eldain “...llamaron a su tierra Elenna, Guía de las Estrellas...” (Akallabêth, UT:317:
Elenna·nórë = “la tierra llamada Guía de las Estrellas”). En un estilo similar, quizá al ablativo
de Menel “cielo” pudiera ser Menello (de Menel+llo), en vez de Menelello.
NOTA: Estoy maravillado de ver como son tratados ciertos nombres con formas
especiales en su raíz. En el caso de talan, talam “piso, planta”, el alativo “a un piso/una
planta” o “sobre/encima de un piso/una planta”, sería talamenna, con una vocal de conexión
insertada (el ablativo debería ser ciertamente talamello), pero ¿podríamos empezar también
a partir de talan y emplear talanna (de talan+nna) como forma del alativo? Y, ¿qué ocurre
con el nombre toron, torn “hermano”? ¿Debería “a un hermano” ser torenna con una –e-
insertada como vocal de conexión entre la forma de la raíz y la terminación del caso, o
podríamos simplemente decir toronna (de toron+nna)? En este punto, no podemos saber
que hubiera aceptado Tolkien como correcto. Yo no rechazaría como errónea ninguna de
estas alternativas.
Parece ser que la –n final de los cuatro puntos cardinales: Formen, Hyarmen, Rómen,
Númen “Norte, Sur, Este, Oeste”, se pierde en la mayoría de los casos ante las terminaciones
del alativo, ablativo y locativo (el caso locativo se verá en la próxima lección). Un refugio al
este de Númenor se llamaba Rómenna, literalmente “Guardianes del este” (ver su entrada en
el índice de UT, y en LR:47), claramente debido a que los barcos navegaban hacia allí desde
los confines del Este. Por supuesto, Rómen-nna > Rómenna es un ejemplo más de cómo la
consonante final de un nombre se fusiona con la consonante inicial de la terminación del caso.
Sin embargo, Namárië tiene a Rómello “desde el Este” como al ablativo de Rómen “Este”, y
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aquí no hay duda de que la –n final se ha omitido para evitar la forma imposible **Rómenllo.
Pudiera ser que Rómenello, con una vocal conectora insertada, hubiera sido también una
forma válida, pero como ya he dicho, las contracciones parecen ser formas habituales cuando
las palabras que definen a los cuatro puntos cardinales se han de declinar en alativo o
ablativo.
El Verbo Equë-:
Tenemos una muy temprana referencia de la palabra Quenya que significa “decir” o
“hablar”: quet- (aoristo: quetë, presente: quéta, pasado: quentë). Este verbo no se usa
siempre; hay una palabra alternativa que se usa para introducir acotaciones. En WJ:392,
Tolkien se refiere a:
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Tolkien glosó equë no tan solo como “dice”, sino también como “digo”. Aunque en
inglés “say” se entiende perfectamente también como plural, parece que al contrario de lo que
sucede con los verbos normales, equë no lleva terminación –r cuando tiene un sujeto plural o
más de un sujeto. Tolkien estableció que equë es típicamente “usado ante...un nombre
propio” (singular o plural). Los nombres propios no suelen aparecer en plural (excepto en
oraciones como “hay muchos Juanes en este pueblo”), así que cuando Tolkien habla del
“plural de los nombres propios”, se está refiriendo probablemente a varios nombres propios
apareciendo juntos. Así pues, debemos asumir que una oración como esta que sigue debería
ser cuando menos aceptable:
Tolkien indicó que equë raramente recibía sufijos de ningún tipo, ni terminación
pronominal alguna (WJ:392), aunque las formas como equën “dije yo” también pueden darse
(WJ:415).
No debe considerarse erróneo sustituir equë por una forma completa del verbo quet-
con todas sus declinaciones normales (Elendil quetë/quentë... “Elendil dice/dijo...”, Altariel
ar Teleporno quetir/quenter “Galadriel y Celeborn dicen/dijeron...”). Donde el sujeto no es un
nombre propio o un pronombre independiente, podría preferirse una forma de quet-: i nís
quentë... “la mujer dijo...”. Quizá el orden de las palabras también sea importante. Tolkien
parece querer decirnos que equë se usa para introducir una anotación/acotación a
continuación; si el que habla y el tema del que se habla se mencionan tras la anotación, quizá
sea mejor usar una forma de quet-, por ejemplo:
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El Verbo Auta-:
Este verbo significa “pasar, salir”, “marchar, partir, dejar” (lo que piense el que habla)
(WJ:366). Los que hayan leído Silm, habrán encontrado en el capítulo 20 la siguiente frase
como parte de una arenga de batalla: ¡auta i lómë! “la noche está pasando!”
De acuerdo con las reglas desarrolladas en nuestro curso, este verbo es bastante
irregular, aunque Tolkien no pensaba así: en WJ:366, hace referencia a sus “variadas formas
regulares”. De cualquier forma, el pasado de auta- no es **autanë como cabría esperar. Hay
varias formas posibles para este pasado. Una de ellas es anwë, formada por el infijo nasal de
la raíz primitiva AWA-; la terminación –ta de auta- (¿quizá la primitiva awatâ-?), no aparece
por ningún sitio en esta forma de pasado. Sin embargo, la forma anwë “solo se encuentra en
la lengua arcaica”, así que nos concentraremos en las formas modernas.
Hay dos formas establecidas del pasado y el perfecto del verbo auta-, con algunas
diferencias de significado. Si el significado es “se marchó” en el puro sentido físico, algo como
dejar un sitio para ir a otro, se usa oantë como pasado. Con arreglo a lo que dice Tolkien,
esta forma es “regular para un verbo de los terminados en –ta” (aunque la mayoría de los
verbos que terminan así, parece que forman su pasado añadiendo simplemente la terminación
–në). El pasado, se supone que desciende de awantê que, es evidentemente un infijo nasal
de awatâ, y en Quenya estas palabras originan oantë y auta respectivamente (con el cambio
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awa>oa, hemos presentado una palabra en la lección anterior: hroa “cuerpo”, que Tolkien
derivó de la primitiva srawâ). El perfecto de auta- usado en el mismo sentido “físico”, es
oantië “se ha ido [a otro sitio]”. Esta forma perfecta está obviamente influenciada por el
pasado oantë. Tolkien advirtió que la forma oantië muestra “intrusión de –n- desde el pasado”
(WJ:366): normalmente el infijo nasal no aparece en el tiempo perfecto.
El otro conjunto de formas del pasado y el perfecto del verbo auta- no es menos
irregular. El pasado alternativo es vánë y el perfecto avánië. La primera sílaba de vánë
parece ser la descendiente Quenya de la raíz WÂ- (WJ:366, otra aparente manifestación de
AWA-), mientras que la terminación –në es simplemente la del pasado normal (de nuevo, la
forma perfecta parece estar influenciada por la forma del pasado: la –n- de vánë deslizándose
dentro del perfecto: avánië).
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con todos los intentos y propuestas, importa poco si llamamos a vanwa participio o adjetivo
verbal (como hace Nancy Martsch en su BQ).
NOTA 2: En las Etym, entrada GAWA-, aparece un verbo auta- “inventar” algo distinto.
Parece que el último auta- “ir, marchar, salir” no existe en el tiempo en que Tolkien escribe las
Etym. Debemos de cualquier forma, aceptar ambos verbos como válidos en Quenya,
pudiendo distinguir entre ellos en algunos tiempos, usando quizá la forma autanë como
pasado simple de auta- “inventar”.
Hasta ahora hemos visto cinco terminaciones pronominales que se pueden añadir a los
verbos en función a sus sujetos: -nyë (acortada a –n): “yo”, -lyë: “tu”, -lmë y –mmë: “nosotros”
(inclusivo y exclusivo), más –ntë: “ellos”. También hemos señalado que los pronombres
Quenya acostumbran a aparecer como terminaciones y no como palabras separadas como
sucede en muchos idiomas.
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Como se ve claramente, todas las terminaciones citadas terminan en la vocal –ë: -nyë
“yo”, -lyë “tu”, etc. Las terminaciones posesivas pronominales correspondientes, pueden
derivarse cambiando simplemente la vocal final –ë por –a. Ejemplos:
Así, además de coanya “mi casa”, podremos obtener coalya “su casa”, mientras que
coalma y coamma se podrían traducir ambas como “nuestra casa”.
NOTA: Hasta ahora hemos visto que la diferencia entre el “nuestro” inclusivo y el
exclusivo, era similar a la existente entre el “nosotros” inclusivo y el exclusivo que hemos visto
en la lección anterior. Así pues, “nuestra casa” se expresará como coalma si el único (los
únicos) al/los que se dirige/dirigen son también los propietarios de la casa, y van incluidos en
la palabra “nuestra”. De lo contrario, coamma será la palabra que utilicemos para referirnos a
“nuestra casa” si estamos hablando a una parte en la que no se encuentran los propietarios y
por consiguiente no están incluidos en la palabra “nuestra”.
Parece razonable asumir que la terminación –ntë “ellos”, tiene su contrapartida en –nta
“de ellos”, aunque este último sufijo no está comprobado en el material publicado hasta la
fecha. Un problema podría ser que chocara con la terminación del alativo dual, pero en el peor
de los casos sería más difícil explicar si ciryanta debe interpretarse como “una pareja de
barcos” o como “sus/de ellos barcos”. Presumiblemente, las terminaciones deben poder
combinarse: ciryantanta “a su/de ellos pareja de barcos”! No construiré ejercicios que
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Combinar estos dos tipos de terminaciones es lo que más fácilmente nos permitirá
manejar el total de las formas del nombre Quenya. Hemos dejado de lado cientos de posibles
combinaciones, pues ya que estamos en ello (en las combinaciones), las terminaciones
relacionadas no son demasiado numerosas y la capacidad de nuestra memoria tampoco es
ilimitada después de todo.
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El quiz de la cuestión parece ser el siguiente: en el saludo “una estrella brilla en la hora
de nuestro encuentro”, la palabra “nuestro” se refiere al encuentro de “dos” personas (Frodo y
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Gildor, el primero dirigiéndose al segundo). Sin embargo, un “nuestro” dual es apropiado aquí
(“nuestro” significando “de ti (singular) y de mí”). El manuscrito original (y perdido) de Frodo,
llevaba en cambio un “nuestro” plural (terminado en –lma, o con la terminación –lmo del
genitivo), pero ese es el tipo de “nosotros” que se usa para referirse a algo concerniente o
perteneciente a tres o más personas. Resultaba inapropiado, cuando tan solo dos personas
(Frodo y Gildor) se encuentran involucradas en “nuestro encuentro”. Este pequeño error
gramatical de Frodo fue gentilmente subsanado en el libro de Thain de Minas Tirith, una de las
copias de su manuscrito original.
Esta explicación “interna” es tan solo una mera racionalización por parte de Tolkien.
Desde un punto de vista “externo” es obvio lo sucedido: tras la publicación de LotR, el
Profesor no pudo resistir la tentación de seguir arreglando la tabla de los pronombres Quenya
(un proceso que había estado haciendo durante décadas). Aparentemente, decidió incluir
formas duales especiales de “nosotros” (inclusivo) y “nuestro”, que pudieran usarse cuando
tan solo dos personas son las afectadas: el que habla y al que este se dirige... Por desgracia,
esta revisión entra directamente en conflicto con una obra ya publicada sobre el Quenya, pero
a pesar de ello, el Profesor cambió omentielmo por omentielvo y fabricó una pequeña
historia para explicar la discrepancia desde un punto de vista “interno”: Frodo simplemente no
conocía bien la gramática! Gildor señala a los otros Elfos: “aquí tenemos a un aprendiz de la
Lengua Antigua”, de repente y con aire irónico! Quizá tengamos que imaginar un par de
furtivas y divertidas sonrisas en los labios de los asistentes: “Ah! ¡Tras todos estos siglos, los
Mortales siguen sin ser capaces de usar bien los pronombres duales...!”
Dejemos a los pobres Mortales que intenten contestar a esto: ¿Cuál es realmente la
terminación para el dual “nuestro” (inclusivo), y la correspondiente para el dual inclusivo de
“nosotros”? La mayoría de las extrapolaciones sinceras nos llevarían a esta conclusión:
sustituyendo la terminación –o del genitivo de omentielvo, nos daría omentielva, pues
seguramente el sufijo pronominal posesivo será –a, como en todos los otros ejemplos
comprobados de este tipo. Procedemos a aislar –lva como terminación para el dual “nuestro”
inclusivo, por ejemplo: coalva “nuestra casa”, definiendo a una casa propiedad de dos
personas, una de las cuales le habla a la otra. Con arreglo al patrón observado en algunos
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pares como –lya “tuyo/suyo”, frente a –lyë “tu”, podemos asegurar que nuestra reconstruida
terminación –lva “nuestro”, corresponde a una terminación –lvë “nosotros”, un “nosotros”
inclusivo dual que significa “tu y yo”: leyuvalvë i ostonna “nosotros iremos a la ciudad [tu y
yo]”. Advierto que la terminación para el “nosotros” inclusivo presentada en la lección anterior
–lmë, se referiría a un grupo de al menos tres personas.
NOTA: Hasta donde se sabe, el Quenya no tiene una terminación específica para el
“nosotros” exclusivo dual (literalmente: “yo y exactamente UNA persona más!”). Se asume que
–mmë se usa para el “nosotros” exclusivo, y –mma para el “nuestro” exclusivo, y no para otro
cualquier grupo de dos o más personas afectadas. En uno de nuestros ejemplos caseros
anteriores, ponemos las palabras utúliemmë Valinorello en los labios de Galadriel y
Celeborn. Por otro lado, nadie debe sorprenderse al ver que Tolkien intentó terminaciones
específicas para el “nosotros” y el “nuestro” exclusivo dual, con objeto de hacer la tabla de
pronombres completamente simétrica.
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Con el fin de evitar grupos imposibles de consonantes, deberemos insertar una vocal
extra (-e-) ante la terminación pronominal cuando esto sea necesario. Como recordaremos,
esta vocal extra puede colocarse también ante las terminaciones de caso. Combinando atar
“padre” con –lya “tu” para expresar “tu padre”, produciremos atarelya (**atarlya no es posible
en Quenya). “Nuestro padre”, sería ataremma (“nuestro” exclusivo) o atarelma (“nuestro”
inclusivo), y también atarelva o atarelwa si “nuestro” es un pronombre dual inclusivo (“el
padre de los dos de nosotros”). Puede que, si el pronombre es plural, se pueda utilizar –i-
como vocal conectora, si las terminaciones pronominales y las del caso se comportan de la
misma manera: el vocablo elenillor (acuñado por el mismo Tolkien) “desde las estrellas/de las
estrellas”. Así pues, “tus estrellas” sería elenilyar, y “nuestros (exclusivo) padres”, sería
evidentemente atarimmar en vez de ataremmar (por supuesto, es principalmente la –r final la
que hace las funciones de plural en este caso, así que no puede haber dudas en cuanto al
número). Puede ser que hildinyar “mis herederos” de la Declaración de Elendil, sea un
ejemplo de esto, si el nombre “heredero” fuera (?)hil, con la raíz hild-, plural hildi.
No obstante, la terminación –nya “mi” parece ser algo especial. Donde se requiere una
vocal conectora, siempre se prefiere –i-, independientemente de que el nombre al que se le
añade sea singular o plural. Parece que esta vocal conectora refleja la vocal de la raíz
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primitiva que produce en Eldain la primera persona del pronombre: NI²- (citada en Etym y
definida simplemente como “yo”). La Canción de Fíriel tiene ananinya y no **anarenya “mi
Sol”. De forma parecida, “mi padre” es atarinya (LR:61) en vez de (?)atarenya; no podemos
saber si la última forma es también válida. El (nominativo) plural “mis padres”, sería atarinyar,
así que singular y plural permanecen distintos. En la misma línea, la forma singular de
hildinyar “mis herederos” podría ser hildinya “mi heredero”, con la misma –i- como vocal
conectora, aunque se prefiera siempre la terminación –nya. En el caso de otras terminaciones
como –mma “nuestro”, podríamos ver una variación entre hildemma (?) “nuestro heredero” y
hildimmar “nuestros herederos”; en el último caso, la –i- es la terminación normal del plural
nominativo, usada como vocal conectora (en Etym, entrada KHIL-, aparecen precisamente
algunas formas plurales como hildi “seguidores”, que tiene en su significado un importante
paralelismo con “herederos”).
NOTA: Por supuesto, asumimos que los nombres terminados en –ë cuyas raices llevan
–i- aparecerían con la última forma cuando se añaden terminaciones. Así, si lírë (líri-) significa
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“canción”, “mi canción” sería evidentemente lírinya (plural lírinyar “mis canciones”). Esto
sería bastante diferente si viéramos líri- ante cualquier sufijo de pronombre o de caso (lírilya
“tu canción”, ablativo lírillo “de una canción”, etc.).
Especialmente donde figura la terminación –nya “mi”, las formas contraídas pueden
funcionar donde no sería necesario añadir una contracción a una palabra permitida. La
palabra del Alto Elfico que define “hijo” es yondo, por lo que “mi hijo” será yondonya y, a
pesar de todo, existe una buena razón para dudar de que esa forma sea válida. Ya en LR:61,
Elendil se dirige a su hijo como yonya, aparentemente una variedad contraída de yondonya.
Quizá yonya se usará como “mi hijo” principalmente cuando se dirigían al hijo como
directamente afectado. Si fuera así, tendríamos un ejemplo paralelo: una palabra para definir
“niño”, es hína o hina, usándose la última (la de la vocal corta) solo cuando “nos dirigimos a
un niño (joven)” (WJ:403). Tolkien hizo una nota acerca de este hina usado como una forma
de dirigirse a alguien, y que generalmente, aparece en la forma hinya “mi niño”, siendo esta
última una forma contraída de hinanya (otra vez WJ:403).
El caso alativo Quenya se forma con la terminación –nna (plural –nnar) y expresa la
idea básica de “a/hacia”, por ejemplo: ciryanna “a un barco”. En ciertos contextos, este caso
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también puede expresar “sobre, encima” o “dentro”. El caso ablativo se forma con la
terminación – llo (plural –llon, alternativamente –llor), y significa “de/desde”, por ejemplo:
ciryallo “de/desde un barco”; a veces el ablativo puede también implicar “fuera de”. Las
formas duales del alativo y el ablativo terminan en –nta y en –lto respectivamente (al menos
en el caso de los nombres con las formas duales del nominativo terminadas en –t; puede ser
que los nombres con las formas duales del nominativo terminadas acabadas en –u, tengan las
terminaciones básicas en –nna o en –llo siguiendo a la vocal citada). Si un nombre que acaba
en consonante tiene que recibir la terminación del caso alativo o ablativo, debe insertarse una
vocal conectora (en el singular –e- y en el plural –i-), ante la terminación del caso a fin de
evitar un grupo imposible de consonantes; de no ser así, usaremos la forma contraída (por
ejemplo: Rómello “desde el Este” = Rómen+llo). – El verbo equë- es una forma peculiar que
no se halla influenciada por el tiempo, y raramente, lleva terminaciones de ningún tipo;
significa “dicho/dijo” o “dice” y se usa para introducir acotaciones, donde el sujeto (que sigue
al verbo equë- y precede a la acotación) es un nombre propio o un pronombre independiente.
– El verbo auta- “pasar, salir, dejar” tiene formas sorprendentes en el pasado y el perfecto:
oantë u oantië si el verbo se refiere al hecho de dejar fisicamente un sitio para ir a otro, pero
vánë y avánië, si el verbo se refiere a desaparición, pérdida, muerte, etc. – Los pronombres
posesivos Quenya se expresan generalmente por la adición de terminaciones al nombre
relevante (la cosa poseida). Estos sufijos incluyen –nya “mi”, -lya “tu”, -lma “nuestro”
(inclusivo) y –mma “nuestro” (exclusivo). Advierto que estas terminaciones posesivas
corresponden a las terminaciones pronominales del sujeto añadidas a los verbos, la primera
terminación en –a mientras que la última es en –ë (asimismo, la terminación no comprobada
para “suyo/de ellos”, podría ser –nta, en correspondencia con –ntë “ellos”). Hay también una
terminación específica para el “nuestro” dual inclusivo, pero esta forma no se puede
reconstruir con entera confianza (estas son: -lva o –lwa; tan solo –lvo con la terminación del
genitivo añadida está contrastada). Donde se requiera, se deberán incluir vocales conectoras
entre el nombre y la terminación pronominal, probablemente deberán aplicarse las mismas
reglas en el caso de las terminaciones –nna y –llo, excepto en aquellas que terminan en –nya
“mi” que parecen preferir la vocal conectora –i-. Toda vez que un nombre lleva una
terminación pronominal, este nombre puede estar influenciado por el número o el caso, como
si se tratara de un nombre regular terminado en –a.
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Vocabulario:
Ya hemos terminado con los números básicos del 1 al 12 (incluyendo el número que
hemos deducido: rasta). Los números más altos son desgraciadamente bastante inciertos,
aunque tenemos algunas pistas. Podemos añadir algo más a este respecto, pero en esta y en
las dos lecciones siguientes, presentaremos los números ordinales comprobados, los que
muestran o definen orden o posición en una determinada serie, como: primero, segundo, etc...
Minya: “primero” (el número minë “uno” y la terminación adjetival –ya. El nombre
original del “Primer Clan de los Elfos” era Minyar, literalmente: “Los Primeros”, aunque
más tarde los Noldor les llamaron “Vanyar” o “Únicos Nobles” [WJ:380,382-383]).
Equë-: “digo/dices” “dijo/dicho” (sin tiempo; este verbo introduce a los comentarios)
Auta-: “dejar ir, pasar, marchar, abandonar” (pasado: oantë, perfecto: oantië,
alternativamente: vánë y avánië, refiriéndose estas dos últimas formas a la
desaparición o muerte, como se ha explicado antes). El participio pasado de auta-, es
vanwa “perdido, ido, pasado, evadido”, pero esta palabra puede tratarse casi como un
adjetivo independiente.
Menta-: “enviar”
Ruc-: “sentir miedo/horror/temor, temer” (construido a partir de “de/desde el objeto
temido”, significando presumiblemente que sería el objeto directo correspondiente al
caso ablativo en Quenya)
Ambo: “colina”
Mindon: “(gran) torre” (el Mindon Eldaliéva o “Gran Torre de Eldalië”, mencionada en
el Silm. La primera sílaba de mindon es relativa al nombre minë “uno”, ya que un
mindon es “una torre aislada” y no parte de una estructura más grande).
Númen: “Oeste” (Númenor, Númenórë “Confín del Oeste” o “Tierra del Oeste”:
núme(n)+nórë). Parece que los nombres de los puntos cardinales se tratan como
nombres propios, con mayúsculas y sin necesidad de artículo: Rómello en Namárië (lo
que Tolkien tradujo como “desde el Este””, y que sin embargo en el texto Quenya figura
sin la i).
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Para añadir a nuestra lista tradicional de doce nuevas glosas introduciremos también
un par de nombres propios, requeridos para los ejercicios. De acuerdo con nuestra política,
evitaremos hacer referencias explícitas a la mitología de Tolkien en estos ejercicios, por lo que
aquí no apareceran nombres propios acuñados por él. Así que, acuñaremos nuevos nombres
siguiendo sus principios. La terminación –(n)dil aparece a menudo en los nombres
masculinos, y significa “amigo” o “amante”, por ejemplo: Eärendil “amigo del mar”, o Elendil
“amigo de la Estrella” (pero también implica “amigo del Elfo”, ya que las palabras elen y Elda
están relacionadas y a menudo eran confundidas por los Eldain: WJ:410). Así, nos
aventuraremos y diremos Calandil “amigo de la luz”. Para los nombres femeninos, se pueden
observar ciertos patrones en los que un adjetivo terminado en –a puede convertirse en un
nombre femenino cambiando la terminación a –ë (no confundir con la forma plural del
adjetivo), por ejemplo: una de las reinas de Númenor, se llamaba Ancalimë, un nombre
claramente formado a partir del superlativo ancalima “la más brillante” (De forma similar los
nombres masculinos pueden formarse cambiando la terminación –a por –o, o bien por –on,
por ejemplo: Sauron, frente a saura “podrido, asqueroso”. ¡De repente entendemos porque el
Señor Oscuro no permitía a sus siervos usar el nombre que los Elfos le habían dado!)
Comenzando a partir de un adjetivo manejable como nessima “juvenil”, podemos derivar el
posible nombre de mujer Nessimë “la Única Joven”. Sin embargo, el significado de los
nombres Calandil y Nessimë no tiene importancia alguna para el desarrollo de los ejercicios.
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. Lelyuvalmë i mindonello i coanna
b. Ilyë Eldar avánier Ambarello
c. i Naucor utúlier i orontillon; elendientë i coannar ar súcar limpelma
d. i úmië ohtari mapuvar i malta lielmava mentien harmalmar haira nórenna
e. i nís oantë coanyallo ar lendë i sírenna
f. i minya cirya tuluva Númello
g. Quen rucë i rávillon, an amátientë i aran liemmo, ar úvantë auta nóremmallo
h. Equë Nessimë Calandilenna: “Yondonya avánië sambenyallo!”
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o. La doncella dijo al animal: “Temo [tengo miedo de] tus grandes cuernos (dual)”
p. Fui a nuestra (inclusivo) habitación a recoger mis cosas, ya que quería dar a mi
hermano mi primer libro; el libro descansaba [estaba descansando] en el/sobre el
suelo
Ejercicios Adicionales:
NOTA: En las soluciones de los ejercicios se usan los siguientes “equivalentes”: los
genitivos y las formas posesivo-adjetivales, se han transformado en “construcciones de...”; las
formas dativas se representan como frases preposicionales en “por/para”, mientras que las
formas del alativo y el ablativo se representan como frases que involucran a las preposiciones
“a” y “de/desde” respectivamente. Se emplea el mismo sistema en los ejercicios siguientes de
traducción del Quenya al español, con especificación de en que momento “de” debe traducirse
como genitivo (gen.) o como un posesivo-adjetival (poss.)- En estos ejercicios hay también
algunos ejemplos del sufijo para el “nuestro” inclusivo dual, aunque con la terminación del
genitivo convenientemente añadida, ya que sabemos con certeza (gracias al famoso ejemplo
omentielvo) la forma que asumen.
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A. Coalmallon
B. Hroanyan
C. Hroalmain
D. Lambelmar
E. Nórelyanna
F. Engwemmar
G. Aranelyallo
H. Mólinyo
I. Mólinyaron
J. Ostolmannar
K. Lielvo
L. Yondolyava
M. Sambemmat
N. Sambenyant
O. Sambelyato
P. Sambelmanta
Q. Sambelyalto
R. Lienyava
S. Yondolmaiva
T. Tárilyan
U. Liemmaiva
V. Nerinyaiva
W. Nerinyava
X. Seldonyain
Y. Ciryammalto
Z. Yondolvo
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Durante cuarenta años, desde la aparición de “La Comunidad del Anillo” (en la que se
incluye Namárië) en 1954, hasta que Christopher Tolkien publicó “La Guerra de las Joyas” en
1994, “su/de ella” se conocía tan solo como –rya. En el transcurso de ese tiempo, hemos
tenido un ejemplo más de –rya como “su/de ella” en el Poema Markirya publicado en 1983 en
Los Monstruos y los Críticos (aunque en Markirya “su/de ella” no se refiere a una persona,
sino a un barco). Pero cuando en 1994 apareció WJ, se hizo evidente que el sufijo –rya no
solo cubría “su/de ella” sino también “su/de él”: Coarya se muestra como la palabra Quenya
para definir “la casa de él” o “su/de él casa” (WJ:369, que lo lleva como koarya). Por
supuesto, la forma coarya también podría significar “su/de ella casa”, al igual que las formas
máryat, ómaryo de Namárië también podrían, en otro contexto, significar “sus/de él manos” y
“de su/de él voz”: hemos de concluir que simplemente, el Quenya no hace distinción entre “de
él” y “de ella”. De hecho, es absolutamente posible que –rya cubra también “su/de ello” (ver
más adelante), así que tan solo existiría una terminación para la totalidad de la tercera
persona del singular en la tabla de los pronombres posesivos. La traducción dependerá
entonces del contexto.
Hay más cosas que aprender de los dos ejemplos de –rya en Namárië. Fijémonos en la
forma dual máryat “su/de ella (par de) manos”. Como se describió en la Lección Tres, el
Quenya desarrolló un sistema por medio del cual –t sería la terminación normal del dual,
sustituida generalmente por –u solo cuando la eufonía lo requiera, cuando la palabra que
deba llevarla ya contenga una –t- o una –d- (Cartas:427, nota al pie). Pero en la Lección Tres
también se argumentó con el ejemplo peu “(par de) labios”, que las partes del cuerpo que se
presentan en parejas en formas duales “fosilizadas” llevan siempre la terminación – u,
“reflejando el sistema más antiguo en el que la –u denotaba un par lógico o natural...”. No
obstante, debemos recordar una advertencia que hacíamos entre paréntesis: “la otra
terminación –t también puede usarse si se incrustan otras terminaciones ante la propiamente
dicha terminación dual; volveremos a este punto en una lección posterior”. Bien, pues ha
llegado la hora de volver a ese punto en cuestión.
Hemos asumido que, suprimiendo la terminación –rya “de ella” de la palabra máryat
“las manos de ella”, nos quedará simplemente mát “(un par de) manos”. Como quiera que la
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forma dual de pé “labio” es peu, podríamos deducir razonablemente que la forma dual de má
“mano”, será mau “par de manos”, aunque esta última forma carece de contraste. Si el
nombre que normalmente tiene su forma dual terminada en –u, debe recibir un sufijo
pronominal posesivo, parece que debería suprimirse la terminación –u y expresar entonces la
dualidad mediante la terminación –t, colocada tras el sufijo pronominal, como en máryat.
Aunque el dual “par de labios” sea peu, debemos admitir que “sus/de ella (dos) labios” se
construirá a partir de la forma singular pé “labio”, añadiéndole –rya “de él/de ella” y luego –t
para completar la palabra con el número dual, lo que en paralelo con máryat nos daría péryat
(siguiendo con esto, tendremos: genitivo: péryato, dativo: péryant, alativo: péryanta, ablativo:
péryalto, etc...) Aldu es el dual normal “par de árboles”, pero “su/de ella par de árboles” quizá
tendría que construirse a partir del singular alda con los sufijos apropiados añadidos,
produciendo aldaryat. Sospecho que la terminación dual –u puede funcionar también como
una vocal conectora allá donde se necesite, tal y como ocurre con la terminación plural –i, la
cual sabemos que funciona así bajo determinadas circunstancias. La palabra que significa
“pie” es tál con raíz TAL- y quizá por eso el dual “par de pies” sea talu. Añadiendo una
terminación posesiva pronominal a tál, su raíz TAL- requeriría, en cualquier caso, de una
vocal conectora antes de que podamos pensar en añadirle una –t como marca del dual al final
de la palabra. ¿Podría ser “su/de ella par de pies” algo parecido a taluryat, con doble marca
de dual (-u y –t), al haber aparentemente dos marcas de plural (-i y –r) en una palabra plural
como talimmar “nuestros pies”? Si así fuera, sería esta una excepción a la regla que dice que
la marca dual –u no se usa ante un sufijo posesivo pronominal. Como es usual, tenemos
escasez de ejemplos, aunque en la Declaración de Elendil se indica que “mis herederos” es
hildinyar, por lo que no sería del todo imposible que la correspondiente forma dual fuera algo
como hildunyat (o puede también que la regla que determina el final –rya “mi”, se lleve mejor
con una –i- conectora, produciendo hildinyat, aunque podríamos mantener perfectamente la
–u- como conectora ante otras terminaciones pronominales, por ejemplo: hilduryat “su/de ella
(par de) herederos”).
Otra cosa más que aprendimos de los ejemplos de Namárië es que en máryat “su/de
ella manos” y en ómaryo “de su voz”, el grupo –ry- puede tomarse como un grupo de
consonantes (r+y) o bien como una única consonante (una –r- palatalizada). Esto es en cierta
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forma paradójico. Ya nos tropezamos con estos problemas en la Lección Uno, pero aquí se
nos plantea una nueva disyuntiva, ya que las combinaciones con –y- (como ry, ly, ny, ty)
aparecen en varias terminaciones pronominales posesivas. Tolkien indicó repetidamente que
ómaryo se acentua en la –a- en la segunda sílaba desde el final (en una de sus
transcripciones de Namárië en RGEO, indicó todos los énfasis de esa canción, y también
tenemos dos grabaciones donde se le escucha usar esa acentuación). Para que ómaryo
pueda acentuarse de alguna manera, -ry- debe contar como un grupo de consonantes y no
como una sola. Si –ry- fuera una sola consonante, las reglas normales dictan que el énfasis
no debe recaer sobre la vocal que va delante, sino en la tercera sílaba desde el final.
Repetidamente nos hemos referido a otra regla de la fonética Quenya que debemos
tener en cuenta: no puede haber una vocal larga delante de un grupo de consonantes. Así
pues, la vocal de má “mano” deberá lógicamente acortarse en la forma del alativo plural
mannar “entre...las manos”, contrastada en La Canción de Fíriel. **Mánnar no sería una
palabra posible en Quenya. Entonces, si como pensamos –ry- es un grupo de consonantes,
¿porqué la –á- de máryat no se acorta? ¿Porqué no vemos (?)maryat de la misma forma que
mannar?
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perfectamente tomarse como una sola consonante (una –npalatalizada, como la –ñ-
española).
Tan solo hay un manojo de nombres que se ven afectados por estas variaciones en
cuanto a la longitud de la vocal, palabras con una sola sílaba que termina en una vocal larga:
además de má “mano”, solo están: cú “lazo”, pé “labio”, ré “día” (24 horas), y lú “tiempo,
momento, ocasión. Menos mal que, en estos casos concretos nos salva el echar mano del
“Qenya” más antiguo de Tolkien. Por supuesto, las vocales largas de estas palabras citadas
se acortarían también ante las terminaciones de caso seguidas por un grupo de consonantes,
como indica el alativo plural mannar “dentro/entre las manos” en La Canción de Fíriel. Pero
“entre/dentro de las manos”, sería evidentemente mályannar o mályanta como forma dual, ya
que, en ese caso, ly, ny, ry, ty, no contarían como grupos de consonantes.
Por otro lado, también hay alguna evidencia que sugiere que estas combinaciones
deberían ser consideradas como grupos. En un manuscrito de Namárië reproducido en
RGEO:76, Tolkien desmenuzó la palabra ómaryo en sus sílabas constituyentes, pareciendo
querer decirnos que –ar- y –yo- son sílabas separadas, como si –ry- fuera un grupo de
consonantes genuino después de todo y no solo una –r- palatalizada (es bastante seguro que
la –r- sea palatalizada ante la –y-, pero si la –y- sonara como una consonante diferente,
tendríamos aún un grupo). Del mismo modo, Tolkien descompuso las palabras fanyar “nubes”
e ilyë “todo” en: fan-yar, il-yë. Si –ry-, -ny-, -ly-, así como su implicación –ty- se toman
realmente como grupos de consonantes cuando aparecen en el centro de las palabras,
quedarían explicados los patrones enfáticos que se observan. Pero aún nos queda el
problema de saber porque las vocales largas no se acortan ante estas combinaciones. Por
fortuna, estas inconsistencias no nos causarán problemas mientras no intentemos escribir en
Quenya, mientras simplemente nos limitemos a imitar el sistema (o sistemas) empleado por
Tolkien.
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En la Lección Diez describimos como las formas infinitivas de los verbos tienen una forma
ampliada terminada en –ta, que se usa cuando el infinitivo debe llevar un sufijo denotando un
objeto pronombre: así carë (cari-) “hacer”, será caritas “hacerlo” o “haciéndolo”. A algunas
formas ampliadas de infinitivo, se les puede añadir también una terminación pronominal
denotando al sujeto de la acción verbal. Nuestro ejemplo comprobado es caritalya(s), que
Tolkien tradujo como “tu haciéndo(lo)” (VT41:17). Aquí, “tu” es el sujeto de la acción verbal
(que es “haciendo”), y se expresa por medio de la terminación posesiva pronominal –lya
“tuyo”. Podemos añadir una segunda terminación pronominal denotando al objeto al final de la
palabra: caritalyas “tu haciéndolo”, tiritanyat “yo vigilándolos”. Algunas de estas frases
probablemente puedan usarse como nombres, haciendo por ejemplo funciones de sujeto u
objeto de una oración. Quizá “quiero que los vigiles”, pudiera expresarse como: merin
tiritalyat, literalmente: “quiero tu vigilancia a ellos”. El objeto del infinitivo podría también ser
una palabra independiente, por ejemplo: merin tiritalya i seldor “quiero que vigiles a los
chicos” (“quiero tu vigilancia a los chicos”).
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Algunos infinitivos están por su significado muy cerca de los gerundios. Asumiremos como
cierto que los gerundios regulares (acabados en –ië) llevan también terminaciones posesivas
pronominales, por ejemplo: tulierya “él está viniendo” (tulië “viniendo”). Es sin embargo
incierto, que se les pueda añadir una segunda terminación pronominal para denotar al objeto
[(?)carieryas “él está haciéndolo”].
El Caso Locativo
En conexión con las formas mir, minna “dentro” nos hemos ya referido a la preposición
Quenya mi “en”, la cual a veces se combina con el artículo determinado para producir la forma
(mi+i)=mí “en el/la/lo”. Aparece en Namárië, en la frase mí oromardi, traducida como “en las
altas estancias” (es así por lo menos en RGEO:66; el texto en LotR lleva mi con vocal corta,
por lo que se deduce que debe ser solo “en”, sin el artículo incorporado, y así, la traducción
ofrecida en LotR queda simplemente en “en altas estancias”).
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En el plural, el sufijo locativo simple –ssë se amplia con el mismo elemento plural –n
que se ve también en las formas plurales de las terminaciones del genitivo (-on) y el ablativo
(- llon). Así, las formas del locativo plural terminan en –ssen. El locativo plural de mahalma
“trono”, aparece en El Juramento de Cirion, donde se hacía referencia a los Valar como a i
hárar mahalmassen mi Númen “aquellos que se sientan sobre (los) tronos en el Oeste”. La
terminación del locativo dual se forma sustituyendo el elemento dual –t por la primera de las s
de la terminación –ssë. La terminación resultante –tsë no está comprobada en ninguna
composición Quenya de Tolkien, pero las citó en la Carta Plotz, así que, presumiblemente
podemos encontrar formas como sambetsë “en un apartamento de dos habitaciones”, o
ciryanyatsë “en mis (dos hermanos) barcos” (estas palabras pueden verse como las formas
duales más simples sambet, ciryanyat con la terminación locativa –ssë añadida, aunque se
simplifica a –së para evitar la combinación imposible **-tssë).
Por supuesto, las terminaciones como –ssë, -ssen, -tsë, no se pueden añadir
directamente a un nombre terminado en consonante, sin producir un grupo imposible de
consonantes. Ante la escasez de ejemplos comprobados, deberemos concluir que es
necesario el uso de vocales conectoras siguiendo las mismas reglas que se aplican en los
casos alativo y ablativo: -e- usada como conectora en el singular, y la –i- en el plural. Así
pues, tendremos elenessë “en una estrella”, y elenissen “en las estrellas”. El dual “un par/una
pareja de estrellas”, llevaría mejor la conectora –e- ([?]elenetsë). Las formas contraídas
serían así: elessë de elen-ssë. Los puntos cardinales Formen “Norte”, Hyarmen “Sur”,
Númen “Oeste”, Rómen “Este”, es casi seguro que deben perder su final –n en el locativo; así
como también lo hacen en el alativo y el ablativo. Probablemente “en el Norte”, sea
Formessë; la Canción de Fíriel tiene Númessier “ellos están en el Oeste”. Esta extraña forma
parece incluir la terminación –ië “es”, plural –ier “(ellos) están”, que probablemente Tolkien
suprimió más tarde. Aún así, la forma locativa subyacente Númessë “en el Oeste”, debe
presuponerse en algunos de estos casos. Ya que el nombre Númen “Oeste” aparece también
en la forma más corta Númë, no podemos estar seguros de que la –n final se haya suprimido,
ya que esta forma locativa podría ser idéntica.
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¿Deben los nombres con las formas duales terminadas en –i construir sus locativos
duales con la terminación –tsë, o esta terminación solo debe usarse cuando tratamos con
nombres que tienen sus duales nominativos acabados en –t? ¿Podemos pensar que la forma
locativa de Aldu “Dos Árboles”, sea Aldussë con la terminación más simple –ssë, ¿estando
ya la dualidad suficientemente expresada por –u? ¿Quizá Aldatsë construido a partir de la
forma no declinada alda? ¿O bien Aldutsë con las dos marcas del dual: -u y –t?
Personalmente me inclino por Aldussë, a falta de ver un ejemplo del mismo Tolkien.
Oraciones Relativas
i harma ná alta “el tesoro es grande” + hirnelyes “tu lo encontraste” = i harma ya hirnelyë
ná alta “el tesoro el cual encontraste es grande”
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En nuestro idioma se usa “que” como pronombre relativo (“el tesoro que tu
encontraste...”). En alemán, los artículos determinados der, das, die, también se usan como
pronombres relativos. El artículo Quenya i, puede también asumir esa función. Esto queda
evidenciado en El Juramento de Cirion, cuyas últimas palabras ejemplifican la i usada primero
como artículo y luego como pronombre relativo: ...i Eru i or ilyë mahalmar ëa tennoio “...el
Único quien está siempre por encima de todos los tronos”. Ya que “el Único” (Eru = Dios), es
una persona y no una cosa, el pronombre relativo debe traducirse aquí como “quien” y no
como “cual”. Si hay alguna diferencia de significado entre i y ya usados como pronombres
relativos, deberá ser esta: i se refiere a una persona (quien), mientras que ya se refiere a una
cosa o situación (cual). Fijémonos en el hecho de que estas glosas no tienen funciones
interrogativas: la palabra i no puede usarse como “¿quién?” en una pregunta como “¿quién
eres?”. El Quenya tiene una palabra concreta para el interrogativo “¿quién?”, que es man.
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Dativo: i nér yan ánen annanya “el hombre a quien dí mi regalo”, plural: i neri yain...
“los hombres a quienes...” (la forma comprobada yar “a quien”, que aparece en un
contexto que involucra al verbo “dar”, puede también hacer funciones de dativo, pero
yar es propiamente un alativo arcaico, y personalmente, creo que es mejor usar yan,
plural: yain)
Genitivo: i nís yo yondo cennen “la mujer a cuyo [=quien su] hijo yo ví” (damos por
hecho que ya+terminación –o del genitivo, produce yo y, como es usual, desparecerá
la final –a), plural: i nissi yaron ... “las mujeres a cuyos [=quienes sus] hijos...” (una
forma como yaron es aldaron, el plural genitivo de alda “árbol”)
Posesivo: i aran yava malta mapuvan “el rey a quien [=de quien] cogieron el oro”,
plural: i arani yaiva... “los reyes cuyos [=de quienes]...”
Alativo: i coa yanna lenden “la casa a la cual fui”, “la casa adonde fui”, “la casa a la
que fui”, plural: i coar yannar... “las casas a las cuales/que...”
Ablativo: i coa yallo tullen “la casa de la cual vine”, “la casa de donde vine”, “la casa
de la que vine”, plural: i coar yallon[alternativamente yallor]... “las casas de las
cuales/que vine”
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Locativo: i coa yassë marin “la casa en la cual/que vivo”, “la casa donde vivo”, plural: i
coar yassen... “las casas en/donde las que/cuales vivo”
En el nominativo singular, se usa también la forma simple ya: i parma ya etécien “el
libro el cual/que he escrito”. Puede ser que en este caso debiera usarse yar (con la
terminación –r del plural), al referirnos a una palabra plural: i parmar yar... “los libros los
cuales/que...” (debemos distinguir al pronombre relativo comprobado yar “a quien”,
MC:215,216; esta forma incluye la vieja terminación alativa acabada en –r). Donde se emplee
i como pronombre relativo, no figurará la terminación plural, ya que i es indeclinable: Eldar i
lindar “los Elfos cantan”.
No hemos hecho referencia a las formas duales, pero presumiblemente serán bastante
regulares: nominativo yat (por ejemplo: i peu yat “el [par de] labios que...”), dativo yant (por
ejemplo: i veru yant “la [casada] pareja a/para quien...”), genitivo yato, posesivo yatwa(?),
alativo yanta, ablativo yalto, locativo yatsë (por ejemplo: i sambet yanta/yalto/yatsë... “el
apartamento de dos habitaciones a/de/en el cual...”).
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los ejemplos anteriores. Veamos, sin embargo, un ejemplo como i carir quettar “aquellos
quienes forman palabras”, tomado como una descripción de los Elfos (WJ:391). I carir
quettar es, por sí misma, una oración relativa y perfectamente podría conectar con un nombre
dejando a la oración relativa referirse a él, por ejemplo: Elda i carir quettar “los Elfos quienes
forman palabras”. Sin embargo, parece que i puede ir colocado ante un verbo para expresar
“el único que/quien” (si el verbo es singular), o “aquellos que/quienes”, “los únicos
que/quienes” (si el verbo es plural, con la terminación –r). El Juramento de Cirion proporciona
otro ejemplo: i hárar mahalmassen mi Númen “aquellos quienes se sientan sobre los tronos
del/en el Oeste”. Tenemos libertad absoluta para construir oraciones como estas:
Algunos idiomas usan un orden especial para las palabras en las oraciones relativas.
En el alemán se insiste en colocar el verbo al final del todo, así pues, hay construcciones
como “el hombre quien allí está” (der Mann der dort steht), en lugar de “el hombre quien/que
está allí”. Por un momento me pregunté si el Quenya emplearía un sistema similar; el verbo
ëa- “es, existe” aparece cerca del final en la oración relativa con la que termina El Juramento
de Cirion: i or ilyë mahalmar ëa tennoio, literalmente: “quien sobre todos los tronos está
siempre”. Sin embargo, como vemos, el verbo no está del todo al final; un genuino orden
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alemán de las palabras para esta misma oración sería “quien sobre todos los tronos siempre
está”.
Partiendo de la base de que la terminación –lya “tuyo” deriva de la terminación –lyë “tu”,
algunos investigadores comenzando a partir de –rya “suyo/de ella”, han extrapolado el sufijo
no comprobado –ryë como la terminación del sujeto = “ella”. Si como se indica en Namárië, la
traducción Quenya de “tu lo encontrarás” es hiruvalyë, “ella lo encontrará” podría ser
hiruvaryë. Nancy Martsch usa esta terminación –ryë “ella” a lo largo de su Basic Quenya (y
podría ser correcto). Como sabemos que –rya cubre “su/de él” y “su/de ella”, deberíamos
aceptar que –ryë, de forma similar, podría significar tanto “el” como “ella”.
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Las terminaciones del sujeto de la Tercera Persona Singular (las terminaciones para
“el”, “ella” y “ello”), pertenecen sin embargo a una de las partes más oscuras de la tabla
Quenya de los pronombres. En el material más cercano, relativo a la Canción de Fíriel, se ve
una terminación para “el” que es –ro. Aparece en la forma antaváro “el dará”, comprobada en
la pregunta ¿e man antaváro? “¿qué dará él realmente?” (LR:63). Antáva, como el futuro
simple “dará”, aparece en la misma página (y en el texto completo de la Canción de Fíriel
impresa en LR:72). Este puede que no sea el genuino Quenya estilo LotR; como se
argumentó en la Lección Siete, el futuro de anta- podría ser antuva en vez de antáva con
arreglo al sistema que Tolkien decidió usar más tarde. Aún así, la forma antaváro ilustra muy
bien una aparente propiedad de –ro: por alguna razón, la vocal que precede inmediatamente a
esta terminación, se alarga: antáva se convierte en antaváro (al añadirle –ro, mientras que la
vocal larga original de antáva se acorta para evitar la forma **antáváro: en el Quenya no se
permite una vocal larga en la sílaba que precede a la vocal que lleva el acento principal,
excepto cuando esta sílaba es también la primera sílaba de la palabra). ¿Debería adaptarse
antaváro a algo parecido a antuváro en el Quenya estilo LotR?
¿De dónde viene esta terminación –ro “el”, y cual usaremos para “ella”? La entrada S-
de Etym, arroja algo de luz acerca de lo que pasaba a este respecto por la mente de Tolkien.
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Ya hemos visto varias palabras élficas que sirven para “el, ella, ello”. Una palabra primitiva
para “el”, se cita como sô o so “-so, declinación de verbos”, significando posiblemente que el
Elfico Primitivo podía expresar “el” mediante la terminación –so añadida al verbo. Este – so
podría tener su origen en la terminación Quenya –ro, ya que en este último la –saparece solo
entre vocales, y suena como –z- cuando va tras la –r- (el sonido –z- se funde con la –r-
original). En Etym, Tolkien citó una palabra primitiva con el significado de “ella”: sî o si “-se
declinación de verbos”. Si –so produce –ro en Quenya, podemos perfectamente deducir que –
se producirá –rë (antiguamente –zë) como terminación que definirá “ella”. Esta –rë se halla
posiblemente validada directamente en la frase “Qenya” kirya kalliére, traducida como: “el
barco brilló” (MC:220-221), literalmente: “(el) barco, ella brilló(?)”. Volviendo a la forma
kalliére en lo referente al Quenya estilo LotR, debemos decir que probablemente no sea más
que una alteración del vocablo calliére, pero debemos considerar que la terminación –rë, así
como –ro, parecen preferir la compañía de una vocal larga en la sílaba precedente.
Muchos escritores han usado las terminaciones –ro “el” y –rë “ella”, así que deberemos
memorizarlas, pero hasta donde sabemos, están solo comprobadas en los materiales
fechados antes de que se escribiera LotR. En 1994, apareció por fin un pequeño retazo de
evidencia de las ideas post-LotR de Tolkien acerca de las terminaciones pronominales para
“el” y “ella”. En el ensayo Q&E en el desarrollo de los verbos sin tiempos como equë- “dijo,
dice”, Tolkien hizo notar que aunque esta forma no llevaba terminaciones de ningún tipo, si
podría llevar ciertas terminaciones pronominales. Citó dos ejemplos: equen traducido como
“dije yo”, y eques traducido como “dijo el/ella” (WJ:414), “dijo el, dijo alguien” (WJ:392). Aquí
tenemos una terminación –s cubriendo a ambos “el” y “ella” (o “alguien”). En el período post-
LotR, Tolkien usó demostrablemente la terminación –rya para ambos “su/de el/ella”, así que
no sorprende que pudiera haber decidido que el Quenya debía emplear una única terminación
para ambos “el/ella”. En estos momentos, esta terminación –s cubre también “ello”, por lo que
es difícil mantenerlo aparte de la terminación –s que ya hemos encontrado en la posición del
objeto (como en tiruvantes “ellos lo guardarán” en El Juramento de Cirion, o como caritalyas
“haciéndolo tuyo” en VT41:17). Probablemente eques signifique “lo dijo”. Inversamente, -s
hará también referencia a la gente/personas en la posición del objeto: quizá tiruvantes
también pudiera significar “ellos lo guardarán [vigilarán] para el/ella”.
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Una forma como tulis debería traducirse indistintamente como “el/ella viene” o “ello
viene”, dependiendo tan solo del contexto. La existencia de ciertas terminaciones, no
contradice necesariamente las referencias que Tolkien hizo al primitivo: “-so declinación” y “-
se declinación” de los verbos, en las Etym: normalmente la final –o corta y la –e del Elfico
Primitivo se han perdido en el Quenya, así que las formas primitivas como tuli-so “el viene” y
tuli-se “ella viene”, podrían haberse refundido en tulis “el/ella viene”. Decir en que momento
exacto se dejaron de lado las terminaciones de género específicas y más largas –ro y –rë que
se encuentran en el material más antiguo, es muy difícil. Tolkien podría haberlas hecho
derivar de variantes de terminaciones con vocales largas (-sô y – sê), las finales –ô y –ê
convertidas en –o y –ë en Quenya. Quizá la terminación específica de género se usará corta y
la 3ª persona no quedara suficientemente especificada. Pero hay varias razones para creer
que Tolkien cambió de idea repetidamente en lo que se refiere a estos detalles; no podemos
especular con la posibilidad de que las terminaciones largas –ro “el” y –rë “ella” dejaran de
emplearse al mismo tiempo.
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En los ejercicios de esta lección hemos evitado las terminaciones especulativas y las
construcciones se han concentrado solo en los hechos conocidos que tenemos a nuestra
disposición, con arreglo a la 3ª persona del singular de la tabla de pronombres: en Quenya, tal
y como Tolkien nos lo presentó en el período posterior a LotR, la terminación –s se usa para
“el, ella, ello”, mientras que –rya cubre “su de el/ella” (quizá cubra también “su de ello”: vemos
como en la frase ringa súmaryassë “en su/de ella frío seno” citada anteriormente, la
referencia se hace a un barco, por lo que “su/de ello seno”, podría ser también una traducción
apropiada). Las terminaciones largas –ro y –rë no se usan en los ejercicios ni en las
soluciones, ya que las reglas para estas en el Quenya estilo LotR son ligeramente dudosas
(no es que yo esté especialmente en desacuerdo con que otros las puedan usar).
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La terminación del posesivo pronominal Quenya para “su/de el/de ella”, es –rya,
funcionando como las otras terminaciones de este tipo (terminaciones de número o caso que
van añadidas tras ella). Si un nombre dual recibe una terminación pronominal, su dualidad se
indicará mediante la adición de –t a dicha terminación (maryát “su/de ella [par de] manos” en
Namárië), con la aparente excepción de los nombres que, de otra manera, llevarán la
alternativa marca dual –u. –Los infinitivos ampliados con una terminación –ta que llevan la
terminación pronominal denotando al objeto (por ejemplo: caritas “hacerlo”) también pueden
llevar terminaciones pronominales posesivas denotando al sujeto, por ejemplo: caritalya(s)
“haciendo (lo) tuyo”. –Los nombres que terminan en una vocal larga, por ejemplo: má “mano”,
deben acortar esa vocal ante un grupo de consonantes; así que el plural alativo comprobado
es mannar (en vez de la forma imposible **mánnar). Curiosamente, las vocales largas no se
acortan ante ry, ly, ny, ty, aunque estas combinaciones cuentan como grupos de consonantes
en lo que a la acentuación se refiere. –El caso locativo Quenya tiene su final en –ssë, plural –
ssen, dual –tsë (al menos en el caso de los nombres con formas duales nominativas
terminadas en –t; los nombres con las formas duales nominativas terminadas en –u,
simplemente llevan añadido –ssë). Estas terminaciones expresan la idea de “en, encima,
sobre”, por ejemplo: ciryassë “(encima/sobre) un barco”, coassen “en las casas”. –Las
oraciones relativas Quenya se pueden formar usando el pronombre relativo ya “el cual, que”.
Ya puede llevar también terminaciones de caso y número; el plural locativo yassen “en cual,
en donde” que aparece en Namárië (es plural porque se refiere a una palabra plural). El
artículo i “el/la” puede usarse también como pronombre relativo: i Eru i or ilyë mahalmar ëa
tennoio “el Único quien/que está por encima de todos los tronos”, en El Juramento de Cirion,
pero aparentemente, i no puede llevar terminaciones de caso y número. Delante de un verbo,
i se puede usar por sí mismo para expresar “el único/los únicos que/quienes lo hace(n)”,
independientemente de lo que exprese el verbo, por ejemplo: i carir quettar “los
únicos/aquellos que/quienes forman palabras”. –Las terminaciones pronominales para “el” y
“ella” son bastante inciertas. El material más antiguo contiene verbos con las terminaciones –
ro “el” y –rë “ella” (a menudo combinadas con el alargamiento de la vocal de la sílaba
precedente). En el material posterior a LotR, tenemos una prueba del uso de –s como
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terminación cubriendo a ambos “el” y “ella”, y ya que la misma forma está también
comprobada con el significado de “ello” (como objeto), debemos aceptar que –s es la
terminación general que cubre todas las opciones de la 3ª persona del singular, como sujeto y
objeto. Supongo que deberíamos alternar el uso de –s con la forma más larga –ryë
(probablemente extrapolada de la terminación posesiva –rya “su/de el/de ella”), pero en los
ejercicios tan solo usaremos la –s que es la que está comprobada.
Vocabulario:
Tatya: “segundo” (el nombre original del Segundo Clan de los Elfos, era Tatyar,
literalmente “Segundos, Los Segundos”, aunque la rama Eldarin de este Clan se llamó
más tarde Noldor [WJ:380-381]. Una forma variante de
tatya, es atya [compuesto comprobado que aparece en VT41:10], que conecta más
claramente con el número básico atta “dos”. Como explicaremos en la Lección
Diecisiete, “segundo” se expresó más tarde como attëa, pero debemos conocer
también la forma arcaica tatya que será además la que usaremos).
Mar-: “morar, habitar”; “vivir en algún sitio”, en el sentido de “establecerse en él” (de La
Declaración de Elendil: sinomë maruvan “en este sitio moraré”).
Ya: pronombre relativo: “que, cual” (a menudo con terminación de caso; se alterna
como pronombre relativo con i = “quien” refiriéndose a la gente y usado cuando no hay
terminación de caso o número añadida).
Aurë: “día” (el período de luz del día, no las 24 horas completas).
Veru: (casados): “pareja, hombre y esposa, par de esposos” (una forma dual antigua
que aparentemente carece de singular; hay algunas palabras para géneros específicos,
como: verno “marido” y vessë “esposa”, de la misma raíz).
Má: “mano”
Pé: “labio”, nominativo dual: peu (con arreglo a VT39:9 que reproduce una fuente
posterior a LotR. Antiguamente, en la entrada PEG- de Etym, la palabra pé se glosó
como “boca”, ¡lo cual sería un claro plagio del vocablo hebreo que significa “boca”! Pero
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NOTA: Como sugieren estas formas, las palabras para “Sur” y “zurdo” están
estrechamente relacionadas. Como ya explicó Tolkien en el apéndice E de LotR, los cuatro
puntos cardinales Númen, Hyarmen, Rómen, Formen = Oeste, Sur, Este, Norte, se
relacionan generalmente en ese orden concreto “empezando por la cara Oeste”, pues por lo
visto esa era la dirección en la que se encontraba El Reino Bendito. Es casi seguro que no es
una coincidencia el hecho de que las direcciones vayan en sentido contrario a las agujas del
reloj dejando al Norte en último lugar, ya que en la Primera Edad (cuando se estableció esta
convención), el Norte era la dirección que señalaba hacia la fortaleza de Morgoth (Angband o
Thangorodrim). Nuestro narrador imaginario, mirando hacia el Oeste, tendría el Sur a su
izquierda y Tolkien explicó que Hyarmen significa básicamente “la Región de la Izquierda”.
Como también hizo notar Tolkien, este sistema es “el opuesto al establecido en muchos
idiomas”, los cuales tienden a usar el Este (el punto por el que sale el Sol), como el punto de
inicio al que debe mirar el hipotético narrador. Así que, las palabras para “sur” y “derecha”,
deberán estar asociadas o ser idénticas, como por ejemplo el hebreo yamîn.
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
A. Tuluvas i tatya auressë
B. i hrívessë rimbë aiwi autar marien Hyarmessë; apa i hrívë autantë Hyarmello ar
tulir nórelmanna
C. Hiritarya malta i orontissen ánë alassë lieryan, an hiritaryas carnë lierya alya
D. Tatya hrívessë ya marnes i coassë hirnes harma nu i talan
E. Quetis lambelma, an maris nórelmassë
F. Eques: “Cennen macil i ohtaro hyarya massë
G. i nér i hirnë i harma nurtuva i engwi yar ihíries samberyatsë
H. i ambossë cenis i veru yat itíries coaryallo, ar yant ánes annarya
2. Traducir al Quenya:
I. Ella vió a una pareja en la calle.
J. Encontré a la mujer que vive en la casa entre los ríos, y miré sus labios (dual) y sus
manos (dual); a su lado izquierdo ví un libro
K. Ví su taza en sus manos (dual)(de ella), la taza de la cual derramé vino en su (de
ella) boca
L. Los únicos que habitaban en las torres, a las que llegaban los guerreros
M. Que él bebiera vino no era una buena idea, dado que lo que hizo después de beber
no fue inteligente
N. Después de que nosotros (exclusivo) nos fuéramos [pasado de auta-] de nuestra
(exclusivo) tierra en el Sur, hemos visto muchos Enanos en las carreteras
O. Las torres de las colinas son grandes; el dueño de [harya=posesor] la más grande,
desde la cual [quen] se puede ver la Tierra de los Elfos [Eldanórë], es el hombre
más rico de la ciudad
P. Los pueblos cuyo rey es sabio, morarán en paz en una buena tierra a la que
amarán profundamente.
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El Caso Instrumental:
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acabados en –n con raíces en –m tienen sus formas instrumentales acabadas en –mnen, por
ejemplo: talamnen como el instrumental de talan, talam- “piso, planta”. Pero en esto no
podemos estar seguros completamente. Dado que el grupo –ln- se convierte en Quenya en –
ld-, pudiera ser que el instrumental de estel “confianza, esperanza” fuera (?)estelden en vez
del viejo estelnen. Además, en el caso de los nombres terminados en –t, nos encontramos
una dificultad más: ¿Cuál es la forma instrumental de un nombre como nat “cosa”? Como
quiera que **natnen no es una forma posible en Quenya, ¿podría convertirse en (?)nanten
mediante la metátesis –tn->-nt-?, o bien ¿debería usarse una vocal conectora (posiblemente –
e-) para producir una forma como natenen? En el caso de los nombres con formas especiales
de raíz en grupos de consonantes, una vocal conectora debe insertarse ante la terminación –
nen; la forma instrumental de nís (niss-) “mujer”, podría ser algo parecido a nissenen.
Ante la terminación del caso se pueden conservar ciertas vocales largas, como cuando
ambar “predestinación, condena” forma su instrumental como ambartanen (el ejemplo
destacado se verá ampliamente más adelante). La raíz de ambar puede ser ambart(a)-:
presumiblemente la palabra terminaba en –rta según el Elfico Primitivo, excepto cuando iba
protegida por terminaciones gramaticales, en cuyo caso, la vocal final (última) y la –t, se
perdían.
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segunda sílaba desde el final, se contrapone al singular tárinen acentuado en tár-. Los
nombres terminados en –ë con las formas radicales en –i tienen un tratamiento similar. La
forma singular instrumental del nombre lírë, líri- “canción” está contrastada en Namárië como
lírinen (líri+nen); quizá la forma plural sea lírínen (lírí+nen).
Por última vez en este curso voy a aburriros con la cuestión de las formas duales:
algunos duales instrumentales tienen la terminación –nten como se indica en la Carta Plotz,
ya que el elemento dual es obviamente la –t-, insertada entre la terminación instrumental más
simple que es –nen. Así pues, ¿es peculiar la terminación –nten para los nombres con las
formas del nominativo dual terminadas en –t? ¿deberían los nombres con las formas
nominativas duales acabadas en –u añadir simplemente la terminación –nen tras la citada –u?
Tiendo a creer que es realmente así; la forma instrumental de Aldu “Dos Árboles”, ¿sería
entonces Aldunen en vez de (?)Aldunten? ¿quizá (?)Aldanten?
Es bastante improbable que las terminaciones que se usan para el caso instrumental
puedan usarse como “con” en el sentido de “junto con” (¡y permitidme por favor, detenerme en
este punto por un momento para llamar la atención acerca de algunos escritores, que aplican
el caso instrumental Quenya de cualquier manera!). Una oración como “los ví con un Elfo”,
dificilmente puede traducirse como **cennenyet Eldanen, debido a que pierde todo su
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sentido, puesto que implicaría que el Elfo es el “instrumento” por medio del cual “los ví”! Por
otro lado, en una oración como “los ví con mis prismáticos”, sería más correcto emplear la
preposición “con” para el caso instrumental (por desgracia, no puedo reconstruir la redacción
Quenya de esa oración, ya que Tolkien no parece hacer mención alguna a como se diría
“prismáticos” en Quenya: ¡quizá la gran visión lejana de los Elfos no precisara de
determinados artificios!).
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Un ejemplo (en estos momentos el único ejemplo) de una forma instrumental que
aparece en el Silm, es particularmente interesante. Casi al final del capítulo 21: De Túrin
Turambar, Níniel se refiere a su hermano como a Turambar turun ambartanen “dominador
del Destino, por el Destino dominado”. En UT:138, se indica que la lectura más apropiada
sería: Turambar turún’ ambartanen. Esta oración es peculiar por varios motivos. La palabra
“destino” (=predestinar), es aquí ambar, con raíz ambart(a)-, como en el nombre Turambar
“maestro/dominador/dueño del destino”, y la forma instrumental ambartanen “por el destino”.
Otras fuentes apuntan a umbar como a la palabra Quenya que significa “predestinación,
destino” (se menciona en el apéndice E de LotR como el nombre de una letra Tengwa).
Ambar aparece en todos los sitios con el significado de “mundo”, como en la Declaración de
Elendil en LotR (donde se hace referencia al Ambar·metta o “Fin del Mundo”), pero ambar
como “destino” solo coincide parcialmente con este nombre, ya que la forma de la raíz
ambart(a)- es diferente. La palabra Quenya apropiada para “destino” es umbar, pero la forma
ambar aparece en el Quenya del Exilio debido a la influencia de la correspondiente palabra en
Sindarin: ammarth o amarth. Debemos confiar: quizá Tolkien explique sus discrepancias en
alguna nota aún no publicada.
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car- “hacer”), y menos probablemente con túrina (al igual que rácina “roto” como participio
pasado comprobado de rac- “romper”). La forma turún[a] es bastante confusa. Podría
pertenecer a alguna fase peculiar de la evolución del Quenya, un experimento abandonado
más tarde. Ya que aquí nos dejamos guiar por el material publicado póstumamente, no
podemos tener la completa seguridad de que todas las formas lingüísticas representen las
decisiones definitivas del Profesor.
Confiaremos en que futuras publicaciones nos aclaren la extraña forma turún[a], pero
si la aceptamos como un participio pasivo, podemos elaborar una importante regla gramatical
a partir del lamento de Níniel: siguiendo a un participio pasivo, el agente que llevó a cabo la
condición descrita puede presentarse como un nombre en el caso instrumental. En nuestro
ejemplo, Túrin Turambar era “dominado” y como Níniel quiso añadir información acerca de
que era lo que dominó a su hermano, ella utilizó la forma instrumental ambartanen = “por el
destino”. Un ejemplo menos oscuro afecta a técina “escrito”, el participio pasivo del verbo tec-
“escribir”: podríamos construir una frase como: i parma técina i Eldanen “el libro escrito por
el Elfo”. Siguiendo a un participio la forma instrumental podría seguramente asumir su función
básica de denotar un “instrumento”, y así, tendríamos una frase como: técina quessenen
“escrito con una pluma” (quessë = “pluma”).
Aunque nuestros ejemplos involucran a otros casos, no hay razón para dudar de que
las terminaciones instrumentales pueden combinarse también con las terminaciones
pronominales posesivas, produciendo formas como mányanen “con mi mano”, “usando mi
mano” (má+nya+nen “mano-mi-con”).
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Hemos visto anteriormente la distribución de las categorías de los verbos Quenya. Hay
algunos subgrupos menores de verbos que tienen formas peculiares, aunque nuestro
conocimiento sobre ellos es muy limitado (la eterna letanía de la lingüística de Tolkien):
apenas tenemos ejemplos. Más de lo mismo: unas pocas observaciones acerca de algunas
de estas subcategorías, de cómo se forman. Ahora trataremos una de ellas.
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En una palabra: estos verbos expresan la idea de “hacer” un objeto que tiene ciertas
propiedades descritas por un adjetivo. La terminación –ta debería ya sernos familiar por
aparecer en los verbos Quenya (por ejemplo: pusta- “parar”). Es a menudo, tan solo una
terminación verbal sin implicaciones particulares, pero ocasionalmente, puede tener un
significado causativo; comparemos el verbo primario tul- “venir” con el verbo derivado tulta-
“convocar, citar” (=la “causa” para venir). A los adjetivos se les añaden terminaciones que se
usan también para derivar verbos causativos. Tenemos solo un manojo de ejemplos, pero el
adjetivo airë “santo” se corresponde aparentemente con el verbo airita- “venerar” (=” hacer
santo”). (La final –ë de airë “santo”, aparece como –i en airita, porque la –ë de airë desciende
de la –i del idioma primitivo, y se cambia a –ë cuando es final. En el aoristo hay una variación
similar: silë “brilla”, que con un sujeto plural sería: silir “brillan”, porque si se añade una
terminación a la vocal final, esta no puede ser larga).
De esta forma, la sílaba larga –tá- atrae al énfasis. **Airitanë sin el alargamiento,
hubiera dado una forma muy extraña de énfasis (con el acento en –rit-), y quizá sea por eso
por lo que existe el alargamiento citado. Esto puede implicar que si alguna terminación se
añadiera tras –në, el énfasis después de todo, no recaería en –rit-, y el alargamiento de –ta-
no debería hacerse: quizá “nosotros veneramos” sea airitanelmë, en vez de (?)airitánelmë,
ya que el énfasis debe aquí recaer en –ne- y –ta- no recibe énfasis alguno. Hay quien piensa
que el Quenya no puede llevar una vocal larga en una sílaba sin acento alguno, a menos que
esta sílaba sea también la primera de la palabra.
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En cualquiera de los casos, podemos inferir esta regla: por lo que se refiere a la forma
del pasado del verbo (esto es: un verbo con una vocal sin acento delante de la terminación
verbal –ta), no lleva ningún tipo de terminación que pueda trasladar el énfasis, la terminación
–ta se alargará a –tá- cuando se coloque tras ella la terminación –në del pasado. Así pues,
airitánë será el pasado de airita-. Por supuesto, no todas las terminaciones pueden llevar a –
në como sufijo, pues tiene el poder de trasladar el énfasis, y en ese caso, el alargamiento de
–tá- debe mantenerse con el fin de prever que el acento no vaya a cualquier sitio: airitáner
“venerado” (con un sujeto plural), airitánes “el/ella veneró”, airitánen “veneré”. Posiblemente,
sería airitanenyë sin el alargamiento de –tá-, si usáramos la forma más larga de la
terminación de “yo”, con lo que el énfasis se traslada a –ne-, y –ta- se convierte en una sílaba
sin acento.
En las Etym, Tolkien citó al menos un verbo más que parece tener relación con este
grupo o pertenecer a él. La entrada NIK-W- proporciona el verbo ninquitá- “blanquear”,
“poner/hacer blanco”, derivado del adjetivo ninquë “blanco” (raíz ninqui-; la forma primitiva se
da como ninkwi). Al escribir ninquitá-, Tolkien obviamente sugiere que la vocal final se alarga
con frecuencia, y podemos asegurar que el pasado es ninquitánë.
Diremos algo más acerca de esta clase de verbos: como se forma el participio pasivo (o
pasado). La evidencia es, sin embargo, difusa.
En “Las Casas de Curación”, capítulo 8 del Libro Cinco en El Retorno del Rey de LotR,
Tolkien pone a Aragorn diciendo: “en la alta lengua de los viejos, yo soy Elessar la Piedra
Elfica, y Envinyatar el Renovador”. El título Quenya Envinyatar “Renovador” es interesante.
Tal y como se ve por la final –r, esta terminación podría añadirse a los verbos Quenya
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(derivados de A-) con mucho más significado que la terminación de agente de nuestro idioma
–ado/-ador, así es como Envinyatar “Renovador” apunta al verbo subyacente envinyata-
“renovar”. El prefijo en- significa “re-“, y vinya es el adjetivo Quenya que significa “nuevo”, así
aparentemente estamos viendo otro verbo derivado de un adjetivo por medio de la
terminación –ta.
Más interesante aún puede resultar ver como el participio pasado de este verbo
envinyata- “renovar”, está contrastado en MR:405, en la frase Arda Envinyanta. Esto lo
tradujo Tolkien como “Arda Curada/Sanada” (la referencia se hace a un mundo futuro sanado
de las consecuencias de la maldad de Morgoth). Comparándolo con el título de Aragorn,
Envinyatar “Renovador”, podemos decir que Arda Envinyanta, significa literalmente: “Arda
Renovada”. Debemos prestar atención a la formación del participio pasivo: mediante un infijo
nasal insertado ante la t de la terminación –ta del verbo envinyata-. La forma resultante
envinyanta, difiere de los participios pasivos de los verbos “normales” terminados en –ta, que
tienen sus participios terminados en –taina (comparar hastaina “estropeado” en el mismo
texto que nos da el ejemplo Arda Envinyanta “Arda Sanada”: Arda Hastaina “Arda Enferma”,
era el mundo tal y como estaba en ese momento, enfermo por causa de Morgoth. Ver
MR:405,408, nota 14. Es importante advertir que estos tipos divergentes de participios
aparecen en la misma fuente, permitiéndonos saber con certeza que las diferentes
formaciones pertenecen a la misma versión de Quenya: en efecto, podría existir la tentación
de disolver algunas de las diferentes formaciones por ser estas representativas tan solo de
una cierta etapa en la evolución de la lengua de Tolkien (ideas que él mismo despreció
después).
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formas envinyanta, airinta, ninquinta concordarían por supuesto en número con los
adjetivos terminados en –a, cambiando esta vocal final por –ë en el plural).
Ya hemos mencionado más o menos todos los muchos verbos conocidos que pueden
ser asignados provisionalmente a esta subclase. No existe evidencia directa que nos diga
como se comportarían en otras formas que no sean el pasado y el participio pasivo (como
para el participio activo terminado en –la, estamos casi seguros de que para la terminación –
ta, habrá el mismo alargamiento que se ha observado ante la terminación –në del pasado: así
airitála “venerando”, envinyatála “renovando”. Una vez más, la “motivación” para el
alargamiento de la vocal de la terminación –ta, sería el evitar las formas eufónicas del
énfasis).
Por supuesto, es difícil saber hasta que punto somos libres para derivar nuevos verbos
Quenya por nosotros mismos, añadiendo –ta a los adjetivos (recordando que los adjetivos
terminados en –ë cambian la vocal por –i- ante las terminaciones, como en airita- “venerar” de
airë “veneración”). Volviendo a la frase con la que empezábamos: hiritaryas carnë lierya
alya “su encuentro ha hecho rico a su pueblo”, ¿se podría quizá expresar mejor como:
hiritaryas alyatánë lierya? Sabemos que el adjetivo alya se usa como base del verbo
alyate- “hacer rico/enriquecer”, con el pasado: alyatánë (y participio pasivo alyanta). En esta,
como en otras materias, los que quieren escribir Quenya se dan de bruces con una difícil
elección: ¿debemos intentar trabajar el idioma solo con las palabras que Tolkien nos dio,
introduciendo términos no comprobados o largos circunloquios donde sea necesario rodear
las lagunas existentes en los vocabularios?, o bien ¿debemos tener la libertad de poder
derivar nuevas formas y palabras a partir de los elementos tolkinianos, aplicando los principios
dados por el Profesor, hasta donde nos sean comprensibles, algo que algunos perciben como
la disolución del sistema lingüístico de Tolkien mediante elementos falsificados (y sin embargo
construidos inteligentemente)?. Yo creo que debemos sentirnos autorizados para desarrollar
algunas creaciones post-Tolkien en Quenya, haciéndolo un idioma útil, pero por desgracia, no
hay respuestas fáciles para todo esto...
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El Imperativo
El imperativo es una forma del verbo que se usa para expresar órdenes o
requerimientos. En algunos idiomas como el inglés, el imperativo suele ir precedido de la
expresión “por favor” para hacerlo más amable, pero debe entenderse que una forma
imperativa no tiene que tomarse necesariamente como una orden brusca. En la traducción
que hizo Tolkien del Padrenuestro al Quenya, figuran varios imperativos y un tipo de oración
como “líbranos del mal”, es por supuesto solo eso: una oración imperativa, aunque sin ánimo
de ordenar nada a Dios.
Según Tolkien, el élfico primitivo tenía una partícula imperativa que se podía usar en
conjunción con una raíz verbal para indicar que cosa iba a ser tomada como un imperativo. La
partícula en cuestión tenía la forma â, y era “originalmente independiente y de colocación
variable” (WJ:365). A veces se colocaba tras la raíz, y en algunos casos, se parecía a la
terminación –a del Quenya. En WJ:364, se menciona una “exclamación imperativa”: heca!
que significa “¡sal de aquí!” o “quédate a un lado!”, y en la página siguiente se sugiere que
esta exclamación viene de la forma primitiva hek(e) â. Hay otra exclamación primitiva: el –â
“¡he aquí!, ¡mira!”, que se supone que es lo primero que dijeron los Elfos cuando despertaron
en Cuivénen y vieron las estrellas (WJ:360). En Quenya esta palabra pasó a ser ¡ela! Era una
“exclamación imperativa dirigiendo la mirada hacia algo visible en ese momento” (WJ:362).
Si vamos a guiarnos por los ejemplos como heca y ela, deberemos aceptar que, al
menos en el caso de los verbos primarios, los imperativos se forman añadiendo la terminación
–a a la raíz verbal. Por ejemplo: tir- “mirar, vigilar”, ¡tendría su imperativo en tira! “mira!,
¡vigila!”, representando al primitivo tir-â o tir(i)â. ¡La forma correspondiente en Sindarin es tiro!
(¡advierto que el imperativo tira! “vigila!” tiene una forma diferente a la del presente continuo
tíra “está vigilando”, ya que esta última forma tiene la raíz vocálica alargada). Esta podría ser
una forma de construir imperativos Quenya, pero es posible también que exclamaciones como
heca y ela sean tomadas como formas “fosilizadas” descendientes de las primeras etapas del
Elfico.
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¿Hay alguna razón por la que la partícula imperativa aparezca en su forma corta –a- en
a laita, y en su forma larga (-á-) en á vala? Se ha sugerido en ocasiones, que –á- se acorta a
–a- en el momento en que aparece delante de una sílaba larga (como lai-, por causa del
diptongo –ai-), pero no lo sabemos con seguridad. Quizá –á- frente a –a- tan solo sea un
ejemplo de variación fortuita: probablemente siendo no acentuada, la partícula podría muy
bien tender a acortarse si el narrador no la enuncia con cuidado (¡la estática multitud de
Cormallen, alabando a los hobbits que habían salvado al mundo, lo pronunció mal!) Yo
personalmente, prefiero la forma larga –á-, para evitar confusiones con la –a- como partícula
de dirección (como en el saludo de Treebeard (Bárbol) a Celeborn y Galadriel: a vanimar =
“los nobles” -Cartas:308). Por ejemplo: ya que el verbo “ir” es lelya-, el imperativo “¡ve!” sería
¡á lelya!
La partícula imperativa –á- también se puede combinar con la negación vá para formar
áva, empleado en órdenes negativas: ¡áva carë! “no lo hagas!” (WJ:371). Este ejemplo nos
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da una idea de cómo se comportan los verbos primarios en las frases imperativas: aparecen
con la terminación –ë, tal y como lo hacen cuando se usan como infinitivos (y las formas
aoristas sin terminación). Así pues, a partir del verbo primario tir- “vigilar”, posiblemente
podamos formar una orden como á tirë “¡vigila!” (negativo: ¡áva tirë! “no vigiles!”).
La Formula Nai:
Si no queremos emitir una orden (ni siquiera cortesmente), sino simplemente expresar
un deseo de que algo llegue a hacerse o llegue a pasar, el Quenya tiene una fórmula especial
de “deseo”.
Casi al final de Namárië encontramos estas líneas: ¡nai hiruvalyë Valimar! ¡nai elyë
hiruva! En LotR, esto está traducido como: “quizá tu encuentres Valimar! ¡quizá tu lo
encuentres!”. La palabra nai se traduce en este caso como “quizá/puede ser/a lo mejor”, etc.
Tolkien indicó que esta palabra Quenya no solo implica que algo “es posible”. Hizo notar que
nai “expresa tanto un deseo como una esperanza, y estaría incluso más cerca de ‘puede algo
ser de cierta manera’, que de ‘quizá/puede ser/a lo mejor’” (RGEO:68). Debemos pues
preguntarnos porque usó en primer lugar la engañosa traducción “quizá”; posiblemente haya
algunos “desarrollos conceptuales” involucrados (Tolkien cambió su forma de pensar acerca
del significado preciso del texto Quenya que ya se había publicado) De cualquier forma, su
decisión final sobre el significado de la frase: ¡nai hiruvalyë Valimar! no se interpretó como
“sea lo que tu encuentres Valimar!” o “puede que tu encuentres Valimar!”. Nai elyë hiruva,
significará “sea lo que quiera que tu encuentres” (la palabra elyë “cualquiera que tu” (más o
menos), aparece aquí como un pronombre enfático independiente que se corresponde con la
terminación –lyë “tu, vosotros”, mientras que Valimar permanece como una alternativa a
Valinor: Galadriel cantando Namárië, expresa así el deseo de que Frodo “encuentre”
eventualmente o “llegue” al Reino Bendito y, como recordaremos, ambos viajaron al final a
través del mar).
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“sea lo que ellos guardarán [vigilarán]”. Tolkien hizo notar que esto es el equivalente de “ellos
pueden guardarlo” (UT:305,317).
Cualquiera que sea el origen exacto o el significado básico de nai, es una palabra útil
que aparentemente se puede colocar al principio de una oración que lleve un verbo en futuro,
convirtiendo un simple futuro en una expresión de deseo hacia algo que debe ocurrir en ese
futuro:
Elda tuluva coalmanna “Un Elfo vendrá a nuestra casa”>Nai Elda tuluva coalmanna!
“ojalá que un Elfo venga/vendrá a nuestra casa!” = “(yo) deseo que un Elfo
venga/vendrá a nuestra casa”, o: “puede que un Elfo venga/vendrá a nuestra casa”
Hiruvan i malta “encontraré el oro”>Nai hiruvan i malta! “ojalá encuentre/encontraré
el oro!” = “deseo encontrar/que encuentre/encontraré el oro”
Caruvantes “ellos lo harán”>nai caruvantes! “ojalá (ellos) lo hagan/harán!” = “deseo
que (ellos) lo hagan/harán”.
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En nuestros ejemplos, nai se combina con el futuro, pero como solo tenemos tres
ejemplos es muy difícil establecer una regla del uso de nai en conjunción con otros tiempos
(podríamos decir que tenemos solo dos ejemplos: El Juramento de Cirion y Namárië, puesto
que los dos ejemplos que hay al final de Namárië son muy similares). Quizá nai también
pueda describir la confianza del narrador en que un deseo se cumpla al fin, o se haya
cumplido en el pasado (cuando el narrador aún no sabe si su deseo se ha hecho o no
realidad). Si es así, tendríamos las construcciones: nai tíras “ojalá el/ella esté vigilando!” =
“espero que el/ella esté vigilando” (con el tiempo presente o continuo de tir- “vigilar”), nai
hirnentes “ojalá lo hayan encontrado!” = “espero que lo hayan encontrado” (con el tiempo
pasado de hir- “encontrar”), nai utúlies “ojalá el/ella haya venido” = “espero que el/ella haya
venido” (con el tiempo perfecto de tul- “venir”). Sin embargo, en los ejercicios de esta lección,
nai solo se combina con el futuro (como sucede en los ejemplos contrastados).
El caso instrumental tiene su terminación básica en –nen, plural: -inen, dual: -nten (al
menos en el caso de los nombres con sus formas duales nominativas acabadas en –t; los
nombres con las formas duales nominativas acabadas en –u, simplemente tienen que añadir
la terminación –nen a esa vocal). La terminación instrumental se añade a los nombres para
denotar el “instrumento” mediante el cual se realiza o ejecuta una acción determinada, como
cuando los Elfos fueron descritos como “los que hacian palabras ómainen = “con las voces”
(de óma “voz”). La terminación instrumental puede corresponderse con preposiciones como
“con” o “por medio de”, donde estas palabras signifiquen “uso” o “medio”. A veces la
terminación instrumental puede marcar a un nombre simplemente indicando “que es lo que
provoca que algo pase”, como cuando la primera línea de Namárië dice: “hojas caen súrinen
= en el viento, por causa del viento”. Siguiendo a un participio pasivo, un nombre en caso
instrumental puede indicar “quien o que provoca” la situación descrita, como cuando Túrin es
descrito como turún’ ambartanen “dominado por el destino”. –Los verbos que llevan una
vocal inacentuada (átona)+la terminación –ta, tienen sus formas del pasado terminadas en –
tánë (observar la á larga) y los participios pasivos acabados en –nta. Los ejemplos fiables
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incuyen: airitánë como pasado de airita- “venerar”, y envinyanta como participio pasivo de
envinyata- “renovar, sanar”. Estos verbos son formaciones causativas derivadas de los
adjetivos, mediante la terminación –ta, como cuando airë(airi-) “veneración” se convierte en la
base del verbo causativo airita- “venerar”. –El imperativo Quenya va marcado por la partícula
–á- (variante –a-, negativo áva), que se coloca delante de la raíz verbal: ¡a laita! = “alabad!”, á
vala! “rige!/gobierna!”. En este contexto gramatical, la raíz de los verbos primarios toma la
terminación –ë como en la orden negativa áva carë “¡no lo hagas!”. Unas pocas (¿viejas,
fosilizadas?) formas del imperativo se ven sustituyendo a la partícula independiente –á- o –a-
del imperativo, con la correspondiente terminación –a (ela “¡he aquí!”, heca “márchate!”). –La
palabra nai que significa básicamente “ojalá!”, puede colocarse al principio de la oración para
expresar un deseo: nai tiruvantes “ojalá ellos lo ¡guardarán! /lo guarden!”, o: “pueden ellos
guardarlo” (tiruvantes “ellos lo guardarán/lo vigilarán”). En nuestros ejemplos fiables, nai va
colocado delante de las oraciones que incluyen un verbo en tiempo futuro; la posible
combinación de nai con otros tiempos está aún por comprobar.
Vocabulario:
Nelya: “tercero” (el nombre original del Tercer Clan de los Elfos era Nelyar,
literalmente: “Terceros, los Terceros”, aunque la rama Eldarin de este clan se llamó
más tarde Lindar o Teleri [WJ:380,382]).
Á: (partícula imperativa): (variante a, aunque aquí usaremos á).
Áva: “¡no!” (la partícula imperativa combinada con una negación. Tiene también la
forma comprobada avá, la única palabra Quenya de dos sílabas conocida que se
acentua en la última sílaba [WJ:371]; aquí usaremos áva).
Rac-: “romper”
Envinyata-: “renovar, sanar”
Airita-: “venerar”
Harna-: “herir” (el participio pasivo es también harna, definido como “herido” en la
entrada SKAR- en Etym. La formación adjetival o participial harna “herido” es la
primera derivación de la raíz original; harna- puede usarse también como raíz verbal
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. utúlies Rómello ninquë rocconen
b. i nér harnanë i rá ehtenen, ar eques: “Áva matë yondonya!”
c. quentemmë i Eldanna: “Nimelma ná envinyanta annalyanen!”
d. i nelya auressë quentes i vendenna: “Á carë ya merilyë!”
e. quen umë polë hirë harma nurtaina Naucoinen, an Nauco melë núravë i malta
ya haryas
f. i nér ná harna rasseten i lamno; nai úvas firë!
g. Lindëas alassenen
h. á lelya i ostonna ar á quetë i taura tárinna: “Nai varyuvalyë nórelma i úmië
ohtarillon!”
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Helge K. Fauskanger Lección Dieciséis
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k. La ciudad está protegida por grandes muros y los guerreros que luchan con
lanzas no pueden romper los muros
l. Calandil dijo a su hijo herido: “No te mueras!”
m. ¡Ojalá vuestra reina encuentre el Santuario adorado por los Elfos!”
n. El rey y la reina fueron a mi casa y agasajaron a nuestros [exclusivo] amigos con
grandes regalos
o. Ella tomó al chico con sus manos [dual] y le dijo: “No te vayas al río!”
p. La mujer que vive [mora, habita] en la tercera casa de la calle, le dijo al Elfo: “Mira
los hombres que vienen del Santuario que se vé en lo alto de la colina; son los
que van al Este”
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Los “demostrativos” son palabras del tipo de “este/a”, “ese/a”, con sus correspondientes
plurales “estos/as”, “esos/as”. Tiene un significado algo más complicado que el del artículo
(aunque en los idiomas del mundo, muchos de los artículos determinados descienden de
viejos demostrativos que quedaron en desuso). Los demostrativos pueden usarse junto con
los nombres, produciendo frases como: “esta casa”, o “ese hombre”.
Una palabra que define “ese/esa”, aparece como tanya en el antiguo “Qenya”
publicado en MC:215, en el texto: tanya wende “esa doncella”. El orden de las palabras en
esa frase, es como el nuestro, con el demostrativo ante el nombre (lo opuesto al orden que
hemos visto en el Juramento de Cirion). Puede que el orden sea de libre elección, con lo que
vanda sina podría ser también sina vanda. Sea comofuere, no tenemos la seguridad de que
la palabra tanya sea válida en el Quenya estilo LotR. Las Etym, citan a ta como el
demostrativo élfico con el significado de “ese”, y actualmente, la palabra Quenya que significa
“ese” es tana. Dado que esta palabra parece la contrapartida perfecta de sina “este”, nosotros
usaremos tana en vez de tanya “ese” (aunque es posible que la forma “Qenya” tanya haya
sobrevivido a lo largo de las últimas etapas de la concepción de Tolkien). Sabiendo que
vanda sina significa “este juramento”, debemos aceptar que “ese juramento” sea vanda tana.
Puede que, convirtiendo la frase “Qenya” tanya wende “esa doncella” al Quenya estilo LotR,
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Helge K. Fauskanger Lección Diecisiete
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nos diera como resultado vendë tana (o wendë tana, con la vieja forma de la palabra
“doncella”). Debemos pues, implementar el orden de las palabras observado en el Juramento
de Cirion con el demostrativo, siguiendo en vez de precediendo al nombre con el que conecta:
en la entrada TA- en las Etym, Tolkien describió a tana como a una palabra anáfora,
significando esto que se refiere de nuevo a algo ya mencionado.
Sin embargo, sina “esto” y tan(y)a “eso” no son los únicos demostrativos Quenya que
se conocen. Aunque en la actualidad no se observan en ningún texto Quenya, en las notas de
Tolkien se hace mención a otros demostrativos. Otra palabra que significa “ese”, es enta,
citada en la entrada EN- de las Etym y descrita como un adjetivo que significa “ese de allá”. La
raíz EN- por sí misma, se dice que “es un elemento o prefijo que significa ‘más allá, ese de
allá’”. Dejando al demostrativo ir tras el nombre con el que conecta, podríamos construir una
frase como coa enta: “esa casa” en el sentido de “esa casa de allá, la casa de más allá”.
Pudiera ser también que Tolkien hubiera querido distinguir entre tres grados de
cercanía o lejanía, como los tienen algunos idiomas de nuestro propio mundo. Generalmente
solo se hacen dos distinciones, dos grados: “este/a/o” y “ese/a/o”: para simplificar todo esto de
forma aún más radical, diremos que “este” se refiere a algo cercano al narrador, mientras que
“ese” se refiere a algo que está más alejado del narrador. En algunos idiomas, sin embargo, la
posición del que escucha también es tenida en cuenta. Hay dos palabras para definir “ese”:
una referida a algo alejado del narrador pero cercano al que escucha (“esa cosa que está
cerca de ti”), y otra palabra que se refiere a algo que no está cerca de ninguno de los dos, ni
del narrador ni del que escucha (“esa cosa que (ambos) vemos allí/allá”) ¿Podría ser que en
el Quenya la palabra tana “eso” se refiriera a algo cercano a la persona que escucha,
mientras que enta hiciera referencia a algo que es lejano para ambos? Hay actualmente
pocas (o ninguna) evidencias que delaten un intento por volver a dar crédito a ciertas teorías,
pero al menos tenemos la seguridad de que la palabra enta tiene claras connotaciones de
“más allá”, de algo separado del narrador por una distancia física. La palabra Sindarin que
significa “allá”, es ennas (SD:128,129), y se sabe que representa a una forma más vieja de
locativo que correspondería a la palabra Quenya entassë “en (un lugar/sitio) más allá” (puede
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que tana sea simplemente una palabra más general para definir “ese”, meramente enfocada a
la identidad especial de alguien o algo: “ese uso” como oposición a cualquier otro).
Se menciona otra palabra que significa “ese” en la entrada YA- de las Etym que es
yana: tras la glosa de “ese”, Tolkien añade una especificación entre paréntesis: “(el primero)
(el antecesor)”. Puede que aran yana signifique “ese rey” con la implicación de estar hablando
sobre un primer/antecesor rey, ahora muerto o al menos que ya no gobierna. Hay contrastes
interesantes entre yana y enta como palabras con el mismo significado: “ese”; en las Etym
Tolkien hizo notar que la raíz YA- significa “allí, más allá” o “desde hace tiempo”. Añadió que
EN-, la raíz que produce enta, significa “del tiempo que apunta al futuro”. Así pues, “ese día”
se podría traducir como aurë enta si nos referimos a un día futuro que aún no ha llegado,
mientras que aurë yana sería “ese día” con referencia a algún día en el pasado (una frase
“neutral” sin implicaciones especiales, podría ser aurë tana).
Como en el caso de los adjetivos normales terminados en –a, las formas plurales
acabadas en –ë representarían formas arcaicas terminadas en –ai (vandar sinai, etc.…).
Algunas evidencias indirectas, confirman que los demostrativos llevarían la terminación plural
en –i en el Viejo Elfico: en LotR, en la inscripción de la Puerta de Moria, aparece la frase
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Sindarin: i thiw hin, traducida como “estas runas”. Tolkien hubiera representado esto como
algo parecido a in teñwâi sinâi, en una etapa más antigua, mientras que en Quenya, el viejo
plural demostrativo sinâi “estas”, se hubiera convertido en sinai y luego en sinë.
No está claro si los demostrativos que hemos visto pueden funcionar por sí mismos
independientemente, o solo en conjunción con los nombres. ¿Podemos usar sina “este” en
una oración como “esta es una buena casa”? (y si necesitamos un plural “estas”, ¿deberemos
declinar sina como un nombre, de forma que el plural fuera sinar y no sinë?). En PM:401,
tenemos la oración sin quentë Quendingoldo. Tolkien no la tradujo. ¿Debemos entender
“esto dijo Quendingoldo”, o: “así habló Quendingoldo”? La última interpretación tiene a sin
como el adverbio “así”, pero si sin significara “este” sería lo que llamaríamos un pronombre
demostrativo, correspondiente a sina, siendo este un adjetivo que tan solo aparece en
conjunción con un nombre. Según esta interpretación, sería sin en vez de sina lo que
deberíamos usar en frases como: “esta es una buena casa”, o: “he visto esto” (y, ¿debería
entonces ser sini la palabra independiente que deberíamos usar con el significado de
“estos”?) Al igual que con los otros demostrativos, tenemos ta como una forma
“independiente” de “ese”, correspondiendo al adjetivo tana (ver Etym, entrada TA-). De las
otras formas independientes poco o nada se sabe, por lo que en los ejercicios nos vamos a
concentrar en los adjetivos demostrativos sina, tana, enta, yana, usados en conjunción con
los nombres.
Ahora que ya hemos visto todos los casos Quenya, debemos apuntar a algunas
terminaciones de caso que no van añadidas a los nombres a los cuales pertenecen en lógica.
Donde ese nombre forma parte de una frase más larga (como cuando el nombre va seguido
por un adjetivo atributivo que lo describe), la terminación del caso debe añadirse a la última
palabra de la frase. El Juramento de Cirion nos proporciona el ejemplo clásico: incluye una
referencia a Elendil Voronda “Elendil el Fiel”; voronda viene a ser el adjetivo Quenya que
significa “inquebrantable, constante, fiel”. Tolkien escribió: “los adjetivos usados como ‘título’ o
usados frecuentemente como ‘atributo’ de un nombre, se colocan detrás del nombre” (UT:317;
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como ya hemos apuntado antes, el Quenya aquí difiere de otros idiomas en no tener que
insertar un artículo determinado entre el nombre y el adjetivo, así pues no sería necesario
escribir Elendil i Voronda).
Este principio funcionaría con todos los casos gramaticales. El alativo de Elendil
cuando el nombre aparece solo, es Elendilenna “a Elendil” (PM:401), ya que “a Elendil el
Fiel”, sería: Elendil Vorondanna; la última palabra de la frase lleva la terminación del caso.
Donde se afecta a un nombre propio seguido por un epíteto (como en este caso sería
voronda), el sistema de adición de cualquier terminación de caso a la última palabra de una
frase puede ser más o menos universal. Los nombres comunes (los propios no), pueden ser
calificados por adjetivos siguiendo en vez de precediendo al nombre. Por ejemplo: una frase
como mallë téra “carretera recta” = “una carretera recta” (LR:47). Si añadimos la terminación
del locativo para expresar “en una carretera recta”, ¿a cuál de las palabras deberíamos añadir
la terminación del caso? ¿deberíamos aplicar otra vez la regla de “la última palabra
declinable” (mallë térassë), o añadimos la terminación del locativo al nombre (mallessë
téra)?
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(La más poética traducción de Tolkien en MC:215, es: “en la luna brillante, en la luna
pálida, en la luna apagada).
Ver que aquí el nombre axo “hueso” es plural. El plural alativo “sobre huesos” sería por
supuesto axonnar. Pero en este caso, la terminación alativa plural –nnar debe añadirse a la
última palabra de la frase, el nombre axo lleva tan solo la terminación plural simple (-r).
Normalmente, axor se hubiera tomado como un nominativo plural, pero la –r tan solo señala a
una palabra como forma plural en la manera más simple imaginable: la marca del caso sigue
más tarde en la frase. Las palabras con sus nominativos plurales acabados en –i, podrían
llevar la marca del plural en su lugar, por ejemplo: vendi lindalaiva “de cantantes doncellas”
(los ejemplos caseros conciernen al caso posesivo, pero el principio debería ser el mismo
para todos los casos: dativo=vendi lindalain, alativo=vendi lindalannar, etc.). Consideramos
que los nombres duales también podrían figurar en su forma más simple (nominativo) al
principio de la frase: el nombre asumiría la terminación dual –u o –t, y el caso dual completo,
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iría más tarde en la frase. Por construir un ejemplo “Tolkiniano”: Aldu caltalanta “sobre [el]
brillante par de árboles”.
Sin embargo, no sería una regla excesivamente difícil y precipitada el añadir una
terminación de caso a la última palabra de la frase completa, en vez de añadírsela al propio
nombre. Markirya, contiene ejemplos de frases en las que un adjetivo atributivo sigue al
nombre que describe, y así, la terminación del caso se puede añadir al nombre y no al
adjetivo. El primer ejemplo se refiere a una forma de plural instrumental (terminación –inen),
mientras que el segundo ejemplo atañe al caso locativo (terminación –ssë añadida al nombre
que es declinado por algún tipo de “oscuro” partitivo plural señalado por la terminación –li):
Por supuesto, los adjetivos elvëa “radiante” y morna “oscuro” son aquí plurales (elvië,
mornë) para concordar conlos nombres plurales a los que describen. Pudiera ser que en
ambas oraciones, la terminación del caso no fuera añadida al adjetivo ya que la declinación
plural adjetival y el caso de la declinación, podrían chocar en cierto modo (en la frase axor
ilcalannar “sobre relucientes huesos”, no hay choque aunque “huesos” sea plural, puesto que
los participios acabados en –la, parecen no concordar en número). Está menos claro como
una terminación como –inen puede añadirse a una forma como elvië en cualquier caso:
(?)elviëinen parece una forma algo complicada de pronunciar, demasiado difícil, propensa a
convertirse en cualquier otra forma extraña como **elvínen. A lo mejor es que Tolkien prefirió
añadir la terminación del caso al nombre ráma, con lo que este nombre no sería la última
palabra de la frase.
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La forma de estas “raíces i-“, tiene por supuesto su paralelismo en las “raíces u-“,
palabras que terminan en –o cuando esta vocal es absolutamente final, pero que preservan la
–u original cuando hay algún elemento siguiéndola. Algunas palabras parecen ser nombres
predominantes (incluso excluyentes). Un ejemplo de un nombre con “raíz u-” es ango
“serpiente”: su raíz angu- se observa claramente en el compuesto angulócë (glosado
simplemente como “dragón”, al ser una combinación de la palabra que significa “serpiente”
con la palabra cuyo significado es “dragón”: lócë; ver la entrada LOK- en Etym). En Etym,
Tolkien derivó ango “serpiente” del viejo angú (o angwa, que debió convertirse en angw y
luego en angu), así la final –o de esta palabra representa a una vieja –u. En el momento en
que el nombre ango recibe terminaciones de caso o pronombre, debe aceptarse la forma
angu-, por ejemplo: dativo: angun “para una serpiente”, ablativo: angullo “de una serpiente”,
o con una terminación pronominal, por ejemplo: angulya “tu serpiente”. El genitivo sería
anguo “de una serpiente” (como ya se demostró, los nombres “normales” terminados en –o,
simplemente “funden” la vocal final).
Donde los nombres con raíz u- terminan en –go o –co, asumen una forma peculiar en el
nominativo plural. Normalmente, los nombres terminados en –o tienen su nominativo plural
terminado en –or, sin embargo, donde –go y –co representan a los más viejos – gu y –ku,
parece que al añadir la terminación primitiva plural –î, hace covertirse a la –u en –w, por lo
que los plurales llegan a terminar en –gwî o –kwî. Probablemente la –wse fundía con la –g- o
la –k- que la precedían: las combinaciones –gw-, -kw-, son evidentemente, tomadas como
sonidos unitarios, versiones labializadas de –g- y –k- (esto es: g o k pronunciadas con los
labios redondeados; ver otra vez la Lección Uno). En Quenya, estos sonidos labializados
persistieron, aunque por conveniencia, convirtiéndose la –kw- en –qu-. Lo que queda entre
líneas cuando decimos que ango “serpiente” tiene la raíz angu-, es que el plural no será ni
**angor ni **angur, sino angwi! Las Etym confirman esto; la forma plural angwi se menciona
explícitamente en la entrada ANGWA-/ANGU-.
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primitivo” (WJ:390). Así pues, urco es definitivamente un nombre de raíz u-, cuyo final
representa a la más antigua –u, pudiendo aún encontrarnos con la forma urcu en algunos
compuestos y ante la mayoría de las terminaciones de declinaciones.
NOTA: La palabra urco “trasgo, espectro”, viene del Sindarin orch “orco”. En WJ:390,
Tolkien advierte que en la tradición del Reino Bendito, la palabra urco “por supuesto no se
mencionaba, excepto en los cuentos de los Días Antiguos de la Marcha [de los Eldar de
Cuivénen], y así, resulta vago su significado, referido a algo que asustaba a los Elfos, alguna
forma dudosa de sombra o criatura horrorosa...podría efectivamente traducirse como
‘espectro, trasgo’”. Más tarde cuando los Noldor regresaron a la Tierra Media, la palabra urco
plural urqui se usó en un principio para referirse a los Orcos, ya que la forma parecida
(aunque no una equivalencia exacta) de este término Quenya con el del Sindarin orch, fue
claramente reconocida. En el Quenya del Exilio, apareció una forma también influenciada por
el Sindarin: orco, cuyo plural sería orcor u orqui. El plural orcor aparece más a menudo
(MR:74), pero si se prefiere orqui estaremos otorgando a orco “orco” todas las funciones de
un “raíz u- en todos los aspectos. Por ejemplo: si se quiere acuñar un término como “lenguaje
Orco”, debería ser orculambë en vez de orcolambë. En las Etym, se hace una lejana
referencia a la fuente reproducida en WJ:390, en la que Tolkien da la palabra orco plural
orqui (glosada como “duende”): raíz ÓROK-. En las Etym, no existe evidencia alguna de que
esta palabra le fuera prestada al Quenya desde otro idioma; orco se refiere a la forma
primitiva órku. Las ideas precisas de Tolkien sobre la historia de la palabra Quenya orco,
estaban evidentemente sujetas a cambios, aunque parece persistir la idea de que los nombres
terminados en –co que derivan de las formas primitivas terminadas en –ku, forman sus
plurales acabados en –qui y no en –cor. De acuerdo con nuestra política de evitar referencias
específicas a los nombres y términos propios de la mitología de Tolkien, en los ejercicios no
nos referiremos a los orcos, sino que usaremos la palabra urco en su sentido de “espectro,
trasgo” (aparecerá en los ejercicios añadidos en la Lección Dieciocho).
Intentaremos examinar las palabras en cuestión (excepto las del material “Qenya” más
antiguo). Ango “serpiente”, plural: angwi, parece ser nuestro único ejemplo seguro de una
terminación plural –gwi. En Etym, había también lango “garganta”, plural: langwi (ver la
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entrada LANK-). La forma langwi está, por alguna razón, marcada con un asterisco (*), lo que
vendría a indicar que esta forma no está contrastada y, posiblemente, tenga otro significado.
De cualquier forma, Tolkien decidió cambiar la palabra que define “garganta” por la de lanco.
Es perfectamente posible que esta sea también una “raíz u-”, por lo que se plural sería lanqui
y no lancor, aunque no tenemos información fidedigna al respecto.
Otro nombre con “raíz u-” es rusco “zorro”; según la fuente, Tolkien también mencionó
ruscu- con el plural rusqui (VT41:10).
No todos los nombres con “raíz u-” terminan en –co o –go, por supuesto. Un ejemplo es
la palabra curo “estratagema, ardid” (VT41:10). Tolkien citó la forma de la raíz curu-, la cual
también aparece en el nombre Quenya de Saruman: Curumo (UT:401). Este nombre parece
combinar el elemento curu- con la terminación del masculino –mo “que figura a menudo en
nombres y títulos...” (WJ:400). Nos preguntamos ¿cuál será el plural de curo, curu-? ¿Podría
ser curwi en paralelo con angwi como el plural de ango, angu- “serpiente”?
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De cualquier forma las terminaciones especiales del nominativo plural en –wi (-ui
cuando es parte de –qui-), podrían reflejarse en el genitivo plural y en el dativo plural: si el
nominativo plural de rusco “zorro” es rusqui (=ruscwi), los correspondientes dativo y genitivo
dificilmente podrían ser algo como rusquin (=ruscwin) y rusquion (=ruscwion)
respectivamente. Podríamos pensar más bien que serían rusquiva (=ruscwiva) como
posesivo plural, y rusquinen (=ruscwinen) como plural instrumental. Hay una forma que
puede oponerse a estas dos últimas concepciones: el adjetivo relativo ruscuitë “astuto”,
mencionado en la misma fuente en la que se menciona a rusco, ruscu-, plural rusqui
(VT41:10). En la palabra ruscuitë, que incluye la terminación adjetival –itë, puede deducirse
por su forma que llevará las terminaciones –iva e –inen para el plural posesivo y el plural
instrumental. Entonces, si tenemos ruscuitë, ¿podríamos considerar (como formas
fonológicamente análogas) a ruscuiva y ruscuinen en vez de a rusquiva y rusquinen? La
verdad es que no lo sé. No construiré ejercicio alguno que implique a las formas plurales del
posesivo y el instrumental.
En los otros casos en los que las terminaciones del plural no llevan la vocal –i, todo lo
que debemos recordar es cambiar la –u final de los nombres de raíz u- terminados en – u, por
la final –o, ante cualquier otra terminación importante. Usando nuestro conocido ejemplo
ango, angu-, tendríamos el alativo plural en angunnar “a serpientes” (y no **angwinna, ni
**angwinnar, ni cualquier otra cosa, siendo el singular angunna “a una serpiente”).
Igualmente, el ablativo plural será angullon o angullor “de serpientes” (del singular angullo
“de una serpiente”). Como las formas duales correspondientes, veríamos a: angunta,
angulto, angutsë “a/de/en un par de serpientes”. Las terminaciones pronominales podrían
añadirse a la raíz angu-, y también muchas otras terminaciones para definir número y caso
podrían añadirse tras
la terminación pronominal, tal y como se describe en lecciones anteriores: angulya “tu
serpiente”, plural: angulyar (difícilmente podría ser **angwilyar!) “tus serpientes”, dual:
angulyat “tu par de serpientes”, dativo: angulyan “para tu serpiente”, dativo plural: angulyain
(dificilmente sería **angwilyain!) “para tus serpientes”, etc.…etc...
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NOTA: No obstante, los plurales nominativos terminados en –wi (-gwi, -qui) deberían
ser vistos como las formas más notables de los nombres de raíz u-. Al menos en una ocasión,
esta formación plural se extiende aparentemente a otro nombre por analogía: con arreglo a las
Etym, entrada TÉLEK-, el nombre telco “pierna” tiene como plural a telqui, pero a este plural
se le llama “analógico”. Presumiblemente la idea de Tolkien era la de que telco no es un
verdadero nombre de raíz u- (no viene del élfico primitivo teleku o telku, sino que desciende
de algo como telekô, telkô). Su plural debería haber sido telcor, y la forma telqui
probablemente lo sea tan solo como consecuencia de una mera influencia de parejas como
ranco, ranqui o urco, urqui. Sin embargo, telco parece ser excepcional a este respecto. No
creo a pesar de todo, que debamos sustituir a Naucor como plural de Nauco “Enano”, por
**Nauqui.
Ordinales
Esta tabla se basa en una cuenta de los numerales de Eldarin escrita por Tolkien en los
últimos ’60, publicada en VT42:24-27 (ver también las notas editoriales en páginas 30- 31).
Tolkien indicó que “quinto” había sido antiguamente lemenya o lepenya (con la misma
terminación que minya, etc.…), pero esta forma “irregular” fue sustituida más tarde por
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lempëa, por analogía con el cardinal simple lempë “cinco”. Tolkien presenta diversos puntos
de vista acerca de cuando tuvo lugar ese cambio (puede que ya en los tiempos anteriores al
Exilio), pero lo que al menos queda claro, es que en los días de Frodo, era lempëa la palabra
que se empleaba cuando se quería decir “quinto”.
A pesar de todo, “segundo” y “tercero” podrían llevar la terminación –ëa en vez de –ya.
El ordinal (t)atya “segundo”, era antiguamente attëa, una formación bastante regular si la
comparamos con su correspondiente cardinal atta “dos”. De forma similar, podríamos sustituir
nelya por neldëa como “tercero”, y reflejaríamos más claramente al cardinal neldë “tres” (pero
en este caso, no tenemos constancia de que neldëa haya sustituido alguna vez a nelya).
En VT42:25 también se cita una palabra para definir “décimo”: quainëa, pero esto
presupondría la existencia de otra palabra para definir “diez” además de la forma cainen ya
mencionada en las Etym. Una raíz KAY- llevó el peso del número diez en la imaginación de
Tolkien, al menos durante 30 años, pero tengo mis dudas, ya que existe una forma divergente
en uno de los últimos manuscritos (y este no es el sitio adecuado para decidir que formas
deben aceptarse como válidas u ortodoxas). El ordinal que corresponde al cardinal cainen
podría ser uno de estos dos: cainenya o cainëa (pero difícilmente lo será (?)cainenëa).
En las tres próximas lecciones trabajaremos a nuestra manera con los ordinales
contrastados, comenzando por la palabra cantëa “cuarto”.
Los demostrativos Quenya incluyen sina “este/a”, tana “ese/a” (una fuente más antigua
tiene también tanya), enta “ese (más allá), aquel” (aparentemente con cierto énfasis acerca
de la posición en el espacio, aunque también puede referirse a algo que reside en el futuro) y
yana “ese/aquel (anterior)” (de tiempo, usado con algo que reside en el pasado, lo opuesto a
enta). Puede decirse que las formas plurales correspondientes (las palabras que definirían
“estos/as” y “esos/as”), terminan en –ë y no en –a, ya que estos demostrativos tienen también
funciones de adjetivos. Los demostrativos van, o pueden ir, colocados tras el nombre con el
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que conectan; el Juramento de Cirion lleva vanda sina “este juramento” (no podemos saber si
el orden sina vanda sería igualmente válido, por consiguiente, en los ejercicios he usado el
mismo orden de las palabras que figura en el mismo texto). –Cuando en una frase existen
varias palabras declinables, como por ejemplo, cuando un nombre va seguido por un adjetivo
atributivo (o participio) que lo describe, se puede añadir una terminación de caso a la última
palabra de la frase. El propio nombre, si no es singular, recibirá solo la terminación del número
(las terminaciones plurales asociadas normalmente con el nominativo, como –i o –r): la
terminación de caso que sigue después en la frase, determinará el caso que debe tener la
frase completa. –Los nombres con raíz u- terminan originalmente en –u, que se convertirá en
–o cuando la palabra aparezca sin terminaciones; donde no sea final, mantendrá sin embargo
la –u. Así pues, una palabra como ango “serpiente” aparecerá como angu- en un compuesto,
como por ejemplo angulócë “serpiente-dragón”, y sin duda, también ante las terminaciones
de pronombre o de caso, por ejemplo: angulya “tu serpiente”, o el alativo angunna “a una
serpiente”. El plural nominativo de los nombres con raíz u- se forma con la terminación –i (en
vez de –r), y por lo menos en los casos en los que el nombre termina en –go o –co, la vocal
final que representa a la antigua –u, se convierte en –w ante la terminación del plural. Por
consiguiente, el nominativo plural de ango, angues angwi, y el plural de ranco, rancu- es
ranqui (=rancwi). Estos plurales especiales se reflejan en otros casos cuyas terminaciones
plurales afectan a la vocal –i-, como el genitivo plural (angwion, ranquion) y el dativo plural
(angwin, ranquin). –Los números ordinales del “cuarto” al “noveno” se forman sustituyendo la
vocal final del correspondiente número cardinal por la terminación –ëa, por ejemplo: cantëa
“cuarto”, de canta “cuatro”. Aunque los ordinales (t)atya “segundo” y nelya “tercero” pueden
sustituirse por attëa y nelyëa (de los cardinales atta “dos” y neldë “tres”).
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Helge K. Fauskanger Lección Diecisiete
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Vocabulario:
Como complemento a estas nuevas palabras que vamos aprendiendo, diré que el
nombre ranco “brazo” (presentado en la Lección Tres), tiene la raíz u-: rancu-:
Cantëa: “cuarto”
Tana (demostrativo): “ese/a/o”
Enta (demostrativo): “aquel/lla/llo” (de tiempo, referido a alguna entidad futura)
Yana (demostrativo): “ese/a/o” “ese último” (de tiempo, referido a alguna entidad
pasada)
Sina (demostrativo): “este/a/o”
Ango (angu-): “serpiente”
Sangwa: “veneno”
Lómë (lómi-): “noche”
Polda (adjetivo): “fuerte, poderoso” (en el sentido fisico; probablemente relativo al
verbo pol-
“poder”)
Halla (adjetivo): “alto”
Forya (adjetivo): “derecha”
Formen: “(el) Norte” (de Formenos, la Fortaleza del Norte, construida por Fëanor en el
Reino Bendito; el elemento final –os es una forma reducida de osto “fortaleza, ciudad”).
NOTA: Con esto termina la cita a los cuatro puntos cardinales: Númen, Hyarmen,
Rómen, Formen “Oeste, Sur, Este, Norte” (este es el orden propio de la Tierra Media). Así
como Hyarmen “Sur” es relativo al adjetivo hyarya “izquierda”, Formen “Norte” lo es al
adjetivo forya “derecha”. Esto se debe a que la referencia de estos puntos se toma a partir de
una supuesta persona mirando hacia el Oeste (hacia Valinor).
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Helge K. Fauskanger Lección Diecisiete
traducción Antonio Palomino (Grupo Lambenor) Curso@ardalambion.com
Ejercicios:
1. Traducir al español:
a. Engwë sina ná i macil hirna Calandil Hallanen
b. Ilyë lamni avánier nórë sinallo
c. Ango harnanë forya rancurya, ar eques: “Nai ilyë angwi firuvar!”
d. Lómë yanassë hirnentë Nauco tana ambo entassë
e. i hallë ciryar oantier Formenna; ciryar tanë úvar tulë i nórennar Hyarmeno
f. i cantëa auressë tári yana firnë anguo sangwanen
g. i poldë ranqui i nerion Formello polir mapa i ehti ohtari mahtalallon
h. Hrívë yanassë marnentë i cantëa coassë mallë tano
2. Traducir al Quenya:
i. ¡Mira a ese Enano y no mires a este Elfo!
j. Una tierra sin serpientes es una buena tierra, muchos hombres [atani] han muerto por
[instrumental] el veneno de la serpiente
k. Durante [locativo] la cuarta noche, ví un terrorífico guerrero en el camino y levanté mis
brazos [dual]
l. ¡¡Ojalá (deseo que...) [=nai] la fuerza de Calandil el Alto venga a esta tierra, para
proteger a estas ciudades en las que [inclusivo] vivimos!!
m. Esa torre [o “aquella torre”] es la cuarta que han hecho los Elfos en esta tierra
n. Esos libros se han ido [vanwë, plural de vanwa-]; han desaparecido de tu habitación
o. Ese día verás a tu hijo
p. Ese día se fueron de [aquella] montaña y vinieron a esta casa
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Helge K. Fauskanger Lección Dieciocho
traducción Antonio Palomino (Grupo Lambenor) Curso@ardalambion.com
Pronombres Independientes:
(inevitablemente ligados al desarrollo de cierta oscura 2ª persona)
Ya hemos visto todos los pronombres. Sin embargo, el Quenya tiene también
pronombres que aparecen como palabras independientes. Algunos de ellos son enfáticos; el
pronombre aparece como una palabra separada con el fin de poner un énfasis especial. Estos
pronombres enfáticos se tratarán en la siguiente lección. En esta, nos vamos a concentrar en
los elementos pronominales independientes más simples.
Ya hemos citado algunas oraciones Quenya que incluyen el pronombre dativo nin “para
mí”. La terminación –n del dativo, se añade en este caso a ni “yo”, que se encuentra
contrastado en la “oración Ártica” mencionada en “Las Cartas de Navidad del Padre” (aunque
este trabajo de Tolkien se publicó póstumamente y nada tiene que ver con el mito de Arda, es
claramente una forma Quenya). La parte importante de esta oración es: ni véla tye “te veo”.
El verbo “ver” es vel- y no cen- (en este caso) (¿será “ver” en el sentido de “encontrar”?), pero
es más señalable el hecho de que para definir al sujeto “yo”, se haya usado el pronombre
independiente ni en lugar de la terminación – n o –nyë. No parece haber una razón obvia para
esta desviación del sistema normal. Podríamos deducir que, dado que la audiencia natural de
Las Cartas de Navidad del Padre eran los niños más pequeños, pudo ser un intento de
“simplificar” el lenguaje a fin de hacerlo más fácil de comprender. Debido a que la última parte
de la “oración Ártica” emplea una construcción gramatical bastante compleja que además, no
tiene contrapartida en nuestro idioma, ni traducción posible alguna, difícilmente podemos
hablar no obstante, de “simplificación” del lenguaje. Para definir “yo” como sujeto, se
acostumbra a emplear la terminación –n(yë) añadida al verbo, pero la palabra independiente
ni es también una forma válida. Destacamos que en uno de los borradores del propio Tolkien
de la Declaración de Elendil, la palabra final maruvan “yo permaneceré/moraré”, aparece
como nimaruva, usando a ni- “yo” como prefijo: SD:56 (sin embargo, puede que la idea del
sujeto como prefijo fuera abandonada más tarde; no existe ninguna evidencia post-LotR en la
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En Cormallen, las multitudes aclaman a Frodo y a Sam con las palabras a laita te, laita
te traducidas en Cartas:308 como “bendecidlos, bendecidlos”. Así pues, tenemos a te como
objeto pronombre independiente “a ellos” (gracias a la Alabanza de Cormallen disponemos
también de la terminación –t (que ya vimos) en laituvalmet “les alabaremos a ellos”.
Presumiblemente el pronombre te y la terminación –t están relacionados). Aunque
seguramente te pueda usarse también como forma del sujeto (ellos), no está por desgracia
confirmado este extremo.
Posiblemente te estará relacionado con ta “eso, ello” que hemos visto antes: puede ser
perfectamente que ta recibiera antiguamente la terminación –i del plural y la forma resultante
fuera el plural de “ese” (así pues, el significado sería algo como “esos [algunos]”, o
efectivamente “de ellos”. Según esta teoría la forma te es simplemente la forma sin énfasis de
tai –de los adjetivos terminados en –a que llevan sus plurales terminados en –ë, simplificado
de la forma antigua –ai-). Una comprobación directa de la forma tai se refleja en VT42:34,
donde el contexto permite la interpretación literal “aquellos” (ver más adelante). La forma
dativa “para ellos, a ellos” sería tien. Esto podría perfectamente representar al viejo taien,
formado por tai “aquellos” +la vocal conectora –e-+la terminación –n del dativo. En esta
posición el diptongo –ai- se reduce a –e-, y como taien es consecuentemente un “morfema”
de te’en = tëen, y esta es una forma inestable, se convertiría en tien por el mismo mecanismo
por el que (laureai>) laurëe se convierte en laurië (la forma plural del adjetivo laurëa
“dorado/a”). Aceptamos que el alativo “a (hacia) ellos” es tienna, mientras que el ablativo “de
ellos” es tiello. Estas formas coincidirían con las correspondientes del nombre tië “camino”,
pero en el contexto deberíamos ser capaces de darle el significado correcto.
Otro objeto pronombre consolidado es tye traducido como “tu”. Ya distinguimos la frase
ni véla tye “te veo” de la “oración Ártica”. Otras comprobaciones vienen de una fuente que es
definitivamente más Quenya, o por lo menos, “Qenya”: en LR:61, Herendil se dirige a su padre
Elendil con las palabras: atarinya tye-mélanë “mi padre, te amo”, a lo que responde Elendil: a
yonya inyë tye méla “y yo también hijo mío, te amo”. Aquí hay algo extraño (-në se usa en
lugar de –nyë o –n como terminación pronominal “yo” en la primera oración), ya que está claro
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que tye es el objeto pronombre “tu, a ti”, y esto probablemente sea una forma válida también
para el Quenya estilo LotR.
Llegados a este punto, deberíamos advertir que el Quenya tiene (al menos) dos juegos
de pronombres de segunda persona. El objeto pronombre tye no es compatible con la
terminación –l(yë) o el correspondiente pronombre independiente le, aunque todos ellos
puedan traducirse como “tu”. Distinguiremos entre las “formas L” que representaran a la
terminación –l(yë) y al pronombre independiente le, y las “formas T” representadas por el
objeto pronombre tye y también por el verbo terminado en –t ejemplificado en WJ:364 (hay
más cosas sobre este último en la siguiente lección; no confundirlo con –t “de ellos/a ellos”
como en laituvalmet “los bendeciremos/alabaremos”). Todos estos pronombres y
terminaciones dan la idea de “tu, ti”, pero Tolkien parece haber cambiado de idea e intentado
hacer consistente la diferencia básica entre las formas T y las formas L. En la Lección Ocho,
citamos un pasaje que estaba traducido originalmente en los apéndices de LotR, pero que no
estaba incluido en el episodio allí presentado: Tolkien estableció que: “...todas estas
lenguas...no tenian originalmente diferencias entre el singular y el plural de los pronombres de
segunda persona; pero tenían diferencias muy marcadas entre la forma ‘familiar’ y la forma
‘cortés’” (PM:42-43).
Bajo este esquema las formas L representarían la forma “cortés” de “tu” (usted),
mientras que las formas T señalarían una forma “familiar, íntima” de “tu”, usada para dirigirse
a amigos cercanos y miembros de la familia. Esta teoría estaría de acuerdo con esta
evidencia: en Namárië, Galadriel usa con toda naturalidad la forma L cuando cortésmente se
dirige a unos relativamente extranjeros como eran Frodo y Sam, en Sindarin con un le
“prestado” al Quenya y usado como un “usted” reverencial y singular (como en el himno A
Elbereth Gilthoniel, donde Varda es la parte mencionada). Por otro lado, Herendil habría
usado evidentemente una forma T (tye), cuando se dirigió a su propio padre. Cuando Tolkien
tradujo tye en el último ejemplo como “tu/a ti” en vez de “usted”, lo hizo seguramente con la
intención de darle un tinte más íntimo, menos solemne (aunque equivocadamente, podría
haber usado también “tu, a ti” para representar una forma “cortés” (usted); efectivamente así
es como tradujo a ambos en Namárië y en A Elbereth Gilthoniel).
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Basándose en el objeto pronombre tye “tu” (no el sujeto “usted”), algunos escritores se
han aventurado a extrapolar un objeto de Primera Persona nye “yo” (a partir de ni “yo”).
Aparentemente, la forma nye aparece en los papeles de Tolkien, por lo que adoptaremos este
nye como “yo”. Sin embargo, advertiremos que no se le debe añadir ninguna terminación de
caso, es decir: hace funciones de sujeto (sin más). Las terminaciones de caso no se añaden
al objeto nye “mi, yo”: el dativo “a mí”, no es **nyen. Como sabemos, la forma es nin (ni-n =
“yo-por/para”). “Para ti”, no será **tyen, puesto que se añadirá la terminación del caso al
objeto. Por desgracia, no está claro que forma de sujeto corresponde a tye “ti” en realidad, así
que deberemos olvidar nuestro largo sufrimiento ante una nueva serie de Segundas Personas
Oscuras: la extrapolación mecánica basada en las formas comprobadas ni/nye podría
llevarnos a (?)ti como la forma sujeto de “usted”. Sin embargo, la historia es ciertamente
bastante más complicada de lo que parece. La terminación pronominal Sindarin de “tu”, es –g
o –ch, teniendo en cuenta que estas terminaciones aparecen como –k-, -kk- en el Élfico
Antiguo. En Quenya, una final –k se convertiría en –t, (por ejemplo: filic- como la raíz de un
nombre que significa “pajarito”, reflejando fielmente la raíz PHILIK-; pero cuando este nombre
aparece sin terminaciones, su forma Quenya se convierte en filit). Ya que la terminación –t ya
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mencionada, viene de una –k, aceptaremos que el objeto pronombre tye representa a la
antigua kye (inicial ky- convertida en ty- en Quenya, por ejemplo: la entrada KYEL- en Etym,
de cuya raíz Tolkien derivó el verbo tyel- “terminar, acabar, cesar”). Así pues, será kye la
forma con la que empezaremos a extrapolar la correspondiente forma del sujeto. Su forma
Quenya sería ci(ki) o quizá ce(ke): en los pronombres, la vocal –i- parece ser inherente a la
primera persona (ni “yo”), mientras que la –e- es más frecuente (le “tu”, me “nosotros”, etc.).
Así pues, el dativo “para ti, para usted” puede ser algo como (?)cen, y de igual manera en
otros casos, por ejemplo: ablativo cello “de ti”. Si esto es correcto, lo que hemos dicho de las
formas T debe hacerse extensivo a las “formas C/T”, ya que la –k- original se preservará en
algunas formas Quenya, aunque lo hará como –c-. Nos hemos adentrado en el reino de la
Extrapolación Especulativa. En los ejercicios, solo aparecen las formas comprobadas de
objeto tye.
Para resumir: tenemos ni “yo” (forma de objeto nye “mí”), le “tu” (plural o singular
cortés; la forma de objeto es también le), tye forma objeto “tu, a ti” (íntimo; si la forma del
sujeto puede o no llevar las terminaciones de caso, es algo de lo que no estamos seguros por
desgracia. Quizá (?)ce o (?)ci), me “nosotros” (exclusivo; probablemente pueda usarse
también como la froma objeto de “nuestro, nos”), te forma objeto “de/a ellos” (la forma sujeto
“ellos” no es segura, pero quizá sea idéntica; en cualquier caso, podría ser que este
pronombre aparezca como tai cuando se acentua, y por lo menos ante las terminaciones de
caso, se asume la forma tie-). Esto no deja completa ni mucho menos la tabla de pronombres;
espero contribuir a rellenar algo más las lagunas que aún quedan en un apéndice de este
mismo curso.
Por lo que respecta a las funciones de estos pronombres, los ejemplos citados nos
darán pistas vitales. Estas palabras (excepto las distintas formas del objeto), pueden llevar
terminaciones de caso; el dativo nin “para mí, a mí”, está perfectamente comprobado. El
alativo será ninna “a (hacia) mí”, el ablativo nillo “de mí”, locativo nissë “en mí”, y quizá el
instrumental “por mí, mediante mí” sea ninen. Advertimos que los pronombres reciben
generalmente las terminaciones de caso en singular, aún cuando el pronombre tenga
significado plural; así que me “nosotros” tiene el dativo singular acabado en –n y no en –in
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plural, aunque la palabra me sea plural en sí misma (“nosotros” refiriéndose a más de una
persona). La terminación –t del dual puede añadirse sin embargo a los pronombres
independientes, como se indica mediante el ejemplo met “[los dos de] nosotros/nuestros” en
Namárië. Algunas terminaciones de caso, podrían presumiblemente ser también duales:
dativo ment, alativo menta, ablativo melto, instrumental menten (otra forma posible del dual
podría ser (?)let = “vosotros dos”).
La función de las formas del objeto (las palabras comprobadas nye “mí”, tye “tu/ti”, te
“de/a ellos”+las probables y no diferentes formas me “a/de nosotros” y le “tu” que ya hemos
visto), figurarían obviamente como el objeto de la oración. Después de todo, los objetos
pronominales no siempre se pueden expresar como una de las dos formas comprobadas de
terminaciones: -t “de/a ellos” o –s “ello” (aunque la lista completa de las terminaciones de
objeto es seguramente más larga). Estas terminaciones de objeto pueden añadirse para
ampliar los infinitivos terminados en –ta (caritas “hacerlo”), o a los verbos que tienen también
una terminación de sujeto (utúvienyes “yo lo he encontrado”), pero este entorno gramatical
no siempre está presente. El objeto pronombre independiente, puede por ejemplo usarse en
frases imperativas, como en el ejemplo comprobado a laita te “bendecidles”, ya citado.
Presumiblemente, algunos pronombres pueden usarse siguiendo a gerundios declinados en
dativo (por ejemplo: utúlien cenien tye “he venido [para] verte”). También podemos usar
objetos pronombre independientes, donde el verbo no tenga terminación de sujeto pronominal
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a la cual poder añadirle una terminación de objeto pronominal (ya que el sujeto se expresa
con una palabra separada o independiente). Así que, mientras “les alabaremos”, se puede
empaquetar en una sola palabra como laituvalmet, una oración como “la gente les alabará”
quizá pudiera ser i lië laituva te, con una palabra independiente que defina “les/a ellos” (no
podemos saber si (?)i lië laituvat con la terminación –t añadida al verbo aunque no haya
terminación de sujeto, sería una oración correcta; usar una palabra independiente para definir
“les/a ellos”, es más seguro a la vez que más claro).
El orden correcto de las palabras es tabién una incógnita. Parece que la preferencia del
Quenya, pasa por colocar los pronombres independientes delante del verbo. A veces, Tolkien
prefijó el objeto pronombre al verbo mediante un guión, como en el ejemplo tye-mélanë “te
quiero/amo”, citado más atrás (compraremos el francés “je t’aime” que literalmente, significa
“yo a ti quiero”, con el objeto precediendo al verbo y no siguiéndolo, aunque el francés, al igual
que el Quenya, lleva normalmente el objeto siguiendo al verbo). Así pues, oraciones como:
“he venido a verte” o “la gente les alabará”, ¿podrían ser: utúlien tye cenien, y: lië te-laituva,
¿respectivamente? A veces Tolkien colocó los pronombres dativos delante del verbo, como en
la pregunta que aparece a la mitad de Namárië: sí man i yulma nin enquantuva? “ahora,
¿quién rellenará la copa para mí?” (advertir como el orden Quenya de las palabras es
diferente). Tenemos un último ejemplo que concierne al verbo lumna- “pesar en el ánimo”,
donde un pronombre dativo no está solo prefijado al verbo, sino que la terminación –n del
dativo está “asimilada” a la inicial l- del mismo verbo: mel-lumna, traducido como “no es
pesaroso” (LR:47), de “es penoso para nosotros”; esta debe ser la forma del dativo men
“para/a nosotros”+el aoristo lumna “pesar en el ánimo”. La forma subyacente y no contrastada
men-lumna habría sido aparentemente alterada, ya que men estaba completamente
“pegado” a la siguiente palabra, llegando a ser percibido como parte de ella (surgiendo de
repente un grupo –nl- que la fonética Quenya no permite, así que se sustituyó por l-l). Aparte
de las complicaciones extras que puedan ir surgiendo, los ejemplos indican que los
pronombres independientes también pueden seguir al verbo. En VT41:13, tenemos la oración
órenya quéta nin = “mi corazón está diciéndome” (variante: órenya quetë nin, página 11).
Presumiblemente órenya nin quéta (o incluso ...nin-quéta), hubiera sido igualmente posible,
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pero no es necesario emplear otro orden de palabras o prefijar los pronombres objeto dativos
directamente al verbo.
Las “formas de sujeto” vistas antes, pueden por supuesto aparecer como sujeto de una
oración como ni “yo”, en: ni véla tye “yo te veo”. Sin embargo, en estas situaciones el Quenya
emplea con más frecuencia terminaciones pronominales (como vélan o vélanyë en este caso
asumiendo que el verbo (?)vel- “ver” es válido en el Quenya estilo LotR). Para ayudar a los
poetas a mantener la métrica, podría ser útil el ser capaz de elegir entre los pronombres
independientes y las terminaciones pronominales. Sin embargo, las “formas del sujeto” vistas
antes, podrían encontrarse con cierta frecuencia, ¡no como sujetos gramaticales sino con
terminaciones de caso añadidas! Aún así, es posible que pronombres como ni o le actúen
frecuentemente como sujetos de las oraciones cuando la cópula “es/son/soy” se
sobreentiende: ni aran “yo [soy] rey”, le halla “tu [eres] alto”, etc...
Verbos Impersonales
Habiendo investigado las formas independientes del dativo como nin “a/para mí”,
podemos entender completamente los pocos ejemplos contrastados que conciernen a los
llamados verbos impersonales.
En UT:396 Tolkien cita el verbo óla- “soñar” mediante una breve nota en la que dice
que dicho verbo es impersonal. Este significado es muy oscuro, tanto más cuanto no tenemos
ni un solo ejemplo que nos pueda orientar sobre ello.
Las oraciones en cuestión conciernen al verbo primario or- “urgir, impeler, empujar,
apremiar” (en algunos sitios se da como el verbo derivado de A- ora-). El aoristo regular orë
“urge, impele, empuja, apremia” aparece en la oración orë nin caritas traducido como “me
gustaría hacerlo así”, o: “me gusta moverlo así”. Literalmente significa “[lo] impele para mí
hacerlo”. Advierto que esta oración no tiene sujeto (aunque en nuestro intento de traducción
literal, tendríamos un “muñeco” supuesto sujeto que sería “lo” a fin de convertir la oración en
algo “pasable”, aunque “lo/ello” no sería aquí el verdadero significado!). El Quenya indica, por
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su propia construcción gramatical, que “urgir” percibido por el narrador, impacta en él desde
fuera, al hablar. Sentirse movido a hacer algo, no es un acto deliberado llevado a cabo por el
sujeto; este sentimiento afecta más bien a la persona concernida, y en Quenya esta persona
se denota apropiadamente mediante el caso dativo. En nuestros ejemplos, se halla
involucrado un pronombre dativo, pero debemos aceptar que pudiera igualmente ser un
nombre regular: orë i Eldan lelya = “[ello/lo] impele para el Elfo a ir” = “el Elfo se siente
impulsado a ir”. El verbo es la primera palabra de la oración; normalmente el sujeto vendría
primero, pero es que aquí, simplemente no hay sujeto.
En lo que se refiere al verbo impersonal óla- “soñar”, debemos aceptar que la idea
subyacente es la misma: soñar no es un acto hecho por el sujeto de forma deliberada, sino
que es algo que simplemente te pasa; tus sueños vienen a ti sin que tus deseos cuenten para
nada y, sin embargo, el “soñador” es la persona más afectada por sus propios sueños: así
pues, ¡el dativo para el soñador! Tolkien no nos dio ejemplos de óla-, pero “la doncella sueña
con los Elfos” podría traducirse quizá como óla i venden Eldaron (advierto que vendë
“doncella” aparece en este caso en dativo, indicando que “la doncella” se percibe como el
receptor de los sueños y no como su origen; el uso del dativo para denotar al receptor con el
verbo “dar”).
“...el dativo tiene muchas más funciones que las simples de un objeto
indirecto. Puede...denotar a “experimentador subjetivo” como en el alemán
“mir ist kalt” (tengo frío), donde usaríamos un nominativo para el sujeto lógico
en inglés, pero no en otros muchos idiomas...”
“Mir ist kalt”, significa “a mí [lo/ello] es frío”; la forma dativa alemana “mir” se
corresponde con el nin Quenya. Dado que “frío” en Quenya es ringa, es muy posible que “mir
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ist kalt” pueda traducirse directamente al Quenya como nin ná ringa (o quizá ná ringa nin
“[lo/ello] está/es frío para mí”).
Puede que en algunos casos no sea necesario complementar un verbo impersonal con
un nombre o pronombre dativo. Observando una forma de verbo Noldorin correspondiente al
Quenya ulya- “derramar, verter, escanciar”, llamado oeil- o eil-, Tolkien hizo notar que se
usaba como “está lloviendo” (Etym, entrada ULU-). Una vez más tenemos la necesidad de
rellenar con un supuesto sujeto “ello/lo”, ya que aquí obviamente no existe un sujeto real que
“haga llover”. Quizá pueda usarse el Quenya ulya- en la forma continua ulyëa como “[lo/ello]
está lloviendo”: el verbo solo sería una oración completa por sí mismo.
Este es un oscuro subgrupo de verbos; ya hemos visto los nombres con raíz u- en la
lección anterior, y ahora nos toca explorar los verbos con raíz u-. Nuestros datos están muy
limitados, y este análisis va a estar necesariamente lleno de especulaciones.
Las raíces verbales terminadas en –u, no son ni mucho menos extrañas en el “Qenya”
más antiguo de Tolkien, en el que existieron durante décadas, aunque parece ser que él
acortó su número. De las aproximadamente 1.200 palabras Quenya que se mencionan en las
Etym, hay tan solo un único verbo con raíz u-: palu- “abrir ampliamente, expandir, extender”
(aunque este verbo tiene la forma alternativa palya- con la terminación –ya que es mucho
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más común: ver la entrada PAL-). Alrededor de 1960, en su ensayo Q&E Tolkien mencionó el
verbo nicu- “estar frío, enfriar” haciendo referencia al tiempo metereológico (WJ:417). Algunos
años después, usó algunos verbos con raíz u- en la postrera versión del Poema Markirya:
fifíru- “desaparecer lentamente” (elaborado a partir del verbo simple fir- “morir, desaparecer”),
hlapu- “volar” o “deslizarse en el viento”, nurru- “murmurar” (MC:223).
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cuando la –u final de la raíz se combina con la terminación –ina. Aplicando este principio a los
verbos con raíz u-, podemos deducir que el participio pasivo de palu- “expandir”, debería ser
(?)paulina “expandido”. La analogía con los verbos de raíz a- apuntaría en la misma dirección
(hastaina “entristecido”, como participio comprobado de hasta- “entristecer”), aunque la
escasez de ejemplos, no nos permite completa seguridad.
El infinitivo es también problemático. Debería ser una raíz sin adiciones. En la lección
anterior quedó establecido que los nombres con raíz u- terminan originalmente en una –u
corta. Esta vocal original se mantiene inalterable con cualquier terminación que la siga, pero
en Quenya se convirtió en –o cuando es el verdadero final. Aplicando el mismo principio a los
verbos con raíz u-, el infinitivo de palu- “expandir” podría concebirse como (?)palo. Por
supuesto, podríamos ver palu- ante las terminaciones, por ejemplo: en esta clase de verbos
también caben las formas extendidas terminadas en –ta: así pues, (?)paluta, o bien con una
terminación de objeto: (?)palutas “expandirlo”.
El aoristo es algo menos oscuro. Como recordaremos los verbos primarios asumen la
terminación –i, preservada de todas las demás terminaciones, pero convirtiéndose en – ë
cuando es final (silë “brilla”, plural: silir “brillan”). Así el cambio fonético que produce una
terminación original en –i convertida en –ë, está íntimamente relacionado con el cambio que
provoca una final en –u convertida en –o, con lo que podríamos decir que palu- “expandir”,
debería tener su aoristo como (?)palo “expande” (idéntico al infinitivo), conservado como
(?)palu- ante cualquier terminación (por ejemplo: palur “expanden” con sujeto plural, palun o
palunyë “yo expando”, palus “él/ella/ello expande”, etc...). Sin embargo, una parte de la
evidencia difiere de este escenario: tras mencionar el verbo de raíz u- nicu- “enfriar”, Tolkien
citó también la forma ninquë traducida como “ello está frío, ello enfría” (WJ:417). ¿Es este
verbo niquë lo que debe entenderse como el aoristo de nicu-? ¿Podemos deducir que esto
se produce solo en el caso de los verbos primarios, añadiendo la terminación –i también a la
raíz u-, y que de todo ello resulta un desarrollo nicu>nicwi? Tras cambiar la terminación –i
por –ë, efectivamente se produciría la forma (nicwe=) niquë. Si esto es así, el aoristo de
palu- sería (?)palwë o (?)palwi- con las terminaciones. Podemos pensar, no obstante, que el
aoristo de los verbos con raíz u- llevará la terminación –i, ya que no la llevan los de raíz a-.
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El presente también es especulativo, pero Tolkien nos dio una pista excelente. Seguro
que recordamos que el presente (por ejemplo: síla “está brillando”) representa un tipo de
“continuada” acción verbal, derivada mediante el alargamiento de la raíz vocálica (si es
posible) y añadiéndole la terminación –a. En la última versión del poema Markirya Tolkien
sustituyó uno de los participios por lo que parecía ser una forma continua: como es evidente
por las notas de Christopher Tolkien en MC:222, su padre alteró nurrula “murmurando”,
convirtiéndolo en nurrua. Aquí, el continuo funciona efectivamente como participio (que
significa “mascullando”), y la revisión actual parece no tener sentido, ya que Tolkien dijo que la
terminación –a debía añadirse al verbo de raíz u-. En otro contexto, nurrua haría las
funciones de presente (“está murmurando”). En este caso, la raíz vocálica no se alargará pues
la sigue un grupo de cosnonantes, pero el presente de un verbo como palu- “expandir” sería
pálua “está expandiendo” de cualquier forma.
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En el futuro podríamos ver la terminación habitual –uva. Sin embargo, solo podemos
especular (nuevamente) con que la inicial –u- de la terminación pueda fundirse con la final –u
de la raíz, por lo que el futuro de palu- sería paluva o, de otra manera, combinando las dos –
u-‘s en una –ú- larga, siendo palúva en este último caso.
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En la Lección Nueve presentamos el verbo negativo um- “no hacer, no ser” (pasado:
umë, con arreglo a Etym, futuro úva con arreglo a la Canción de Fíriel). En todos los ejemplos
y ejercicios hemos usado este verbo+infinitivo para cualquier oración que debiera ser
negativa. Sin embargo, usar el verbo negativo no es la única opción disponible. Al igual que
en nuestro idioma, el Quenya tiene también una palabra independiente que define “no”; esta
palabra es lá (la, cuando no está acentuada). Esta palabra puede usarse también como “no”.
Obviamente esta es una forma mucho más sencilla de convertir a una oración en
negativa, que la de usar el verbo negativo+el infinitivo; se empieza simplemente con una frase
no negativa (afirmativa) y luego se desliza una palabra extra. He presentado la palabra lá en
este curso lo más tarde que he podido, en parte porque no quería mimar a mis estudiantes
con esta forma fácil de construir una oración negativa, antes de que tuvieran ocasión de
familiarizarse con el verbo negativo. En muchos casos, usar el verbo negativo parece un
método más elegante de fabricar oraciones negativas y, a veces, la palabra lá (“no”) quizá
debiera emplearse en situaciones en las que una forma similar pudiera realizar una función
diferente (ver más adelante). En algunos contextos, puede resultar mejor usar lá que un verbo
negativo. En particular, resulta extraño construir una forma presente o continua con el verbo
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um-. La forma sería úma, pero “el Elfo no está mirando al Enano”, ¿debería traducirse i Elda
úma tirë i Nauco? Todo es posible, pero yo personalmente, preferiría comenzar con la
oración afirmativa: i Elda tíra i Nauco, para después fabricar la negación deslizando lá en el
tiempo perfecto, especialmente pensando que es algo incierto que el perfecto de um- sea
(?)úmië sin aumento, ya que la raíz comienza con una vocal, ¿o quizá (?)umúmië con la
inicial silábica completa y repetida? En cualquier caso, “no he venido” se expresaría mejor
como lá utúlien. Aunque (um) úmien tulë sería inteligible, parece una construcción algo
complicada.
A veces, traduciendo del Quenya, deberemos tener cuidado con la conexión entre lá y
el verdadero verbo. Observemos que la oración alasaila ná lá carë tai mo nave mára, se
traduce como: “es poco aconsejable no hacer lo que uno cree que es bueno” (VT42:34, siendo
aquí mo un pronombre indefinido “alguien/alguno”, una alternativa a quen. La forma tai es
más oscura. Anteriormente se definió como la forma plural de ta “ese/esa, lo”, así pues:
“aquellos”. Si es así, la oración literalmente significa: “es poco aconsejable [lo] no es [hacer]
aquello [aquellas cosas] que uno cree que son buenas”. Advertir que el elemento ala- “in-”
aquí prefija a saila “aconsejable”; es por supuesto, relativo a la negación lá). Para quien esté
acostumbrado a un orden de palabras diferente, podría surgir la tentación de interpretar las
palabras ná y lá, como una frase conectora “no es” y mal traducida como: “**no es
desaconsejable hacer lo que uno juzga que está bien**”. Sin embargo, si uno tiene en mente
que lá conecta con el verbo siguiente, en este caso el infinitivo carë “hacer”, tendremos un
conflicto: las frases se dividen correctamente como en el caso de alasaila ná “desaconsejable
[ello] es” +lá carë “no hacer” ...
Como muestra este ejemplo, lá puede usarse también con infinitivos negativos, y otro
ejemplo de VT42:34 indica que no existe diferencia si el infinitivo se amplia con la terminación
–ta para recibir un objeto sufijo: lá caritas, navin, alasaila ná, literalmente: “no hacerlo,
considero, desaconsejable es”. El mismo Tolkien ofreció la traducción “no hacerlo esto sería
(creo) desaconsejable”. En un ejemplo diferente, Tolkien empleó lá para negar un infinitivo
ampliado con –ta, que no tenía objeto pronominal añadido: lá carita i hamil mára alasaila ná
“no hacerlo que tu juzgas bueno, sería [es] desaconsejable” (VT42:33). Aquí el infinitivo
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La forma corta tiene sin embargo otra misión: está llamada a coincidir con su “hermana”
lá, en frases en las que se debe hacer algún tipo de comparación (aunque el material que
aparece en Tyalië Tyellelliéva #16, parece indicar que este segundo lá puede figurar también
como la forma la más corta). Con arreglo al artículo de Bill Welden: la Negación en el Quenya
(VT42:32-34), Tolkien indicó ciertos problemas de desacuerdo, y por algún tiempo, abandonó
la negación lá. Sin embargo, en los últimos años de su vida, la reintrodujo, por lo que
deberemos convivir con la doble función de esta palabra.
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propiamente una preposición: “más allá”, así que la frase Quenya significará “el Sol brilla más
allá que la Luna”.
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Como anexo a las terminaciones pronominales vistas con anterioridad en este curso, el
Quenya dispone también de varios pronombres independientes (ver la sección Vocabulario).
Un pronombre como me “nosotros” o “a/de nosotros/nuestro”, puede llevar terminaciones de
caso (por ejemplo: dativo men “para nosotros, a nosotros”), o donde dos personas están
involucradas, las terminaciones duales (por ejemplo: met “[los dos de] nosotros”. –Algunos
verbos Quenya son impersonales, no requieren sujeto, pero donde alguien se haya afectado
por la acción verbal, ese alguien puede mencionarse como dativo: ora nin = “[ello]
impele/empuja para mí” = “me siento movido/empujado [a hacer algo]”. –Los verbos Quenya
de raíz u- como hlapu- “volar [en el viento]”, forman un grupo de verbos particularmente
oscuro. Lo único que conocemos con certeza acerca de ellos, es que el participio activo se
forma mediante la terminación normal –la, combinada con el alargamiento de la vocal principal
del verbo (a menos que deba permanecer corta como consecuencia de que la siga un grupo
de consonantes; así que, el participio de nurru- “mascullar” será simplemente nurrula,
aunque el participio de hlapu- es hlápula). El material antiguo sugiere que el pasado de los
verbos con raíz use forma añadiendo la terminación –në del pasado, aunque no tenemos
ejemplos de formas más compatibles con el Quenya estilo LotR. –La palabra lá tiene varios
usos. Puede usarse como una negación “no” (aparentemente colocada delante de la palabra
(generalmente el verbo) que deberá ser negativo). Lá es también la preposición “más allá”, y
así se usa en frases comparativas (VT42:32, citando la fórmula “A ná calima lá B” = “A es
más brillante que B”, literalmente: “A brilla más allá de B”). Advertir que el adjetivo calima
“brillante” aparece en su forma más simple, sin la terminación correspondiente del
comparativo.
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Vocabulario:
Para completar todos los números ordinales comprobados, presentamos dos a la vez
en esta y en las dos últimas lecciones.
Lempëa: “quinto”
Enquëa: “sexto”
Urco (urcu-): “espectro”
Lá: 1)(negación): “no”; 2)(preposición): “más allá” (también usada en comparaciones)
Ni (pronombre independiente): “yo” (forma objeto: nye “mi”)
Le (pronombre independiente): “tu” (plural o singular cortés; probablemente inalterable
cuando se usa como objeto)
Tye (objeto pronombre independiente): “tu, usted” (singular íntimo)
Me (pronombre independiente): “nosotros” (exclusivo, de la terminación –mmë;
probablemente inalterable cuando se usa como el objeto “nuestro”)
Ta (pronombre independiente): “ello, eso” (probablemente inalterable cuando se usa
como objeto; el alativo tanna se usa como “allá”. Este pronombre puede tener como
plural a (?)tai “aquellos”, del que te “a/de ellos” podría ser una forma no acentuada.
Alternativamente, tai puede ser una forma arcaica que involucraría a te en todas sus
posiciones; aquí solo usaremos la forma comprobada te. Este pronombre plural, asume
la forma tie- ante las terminaciones de caso, al menos ante la terminación –n del
dativo)
Palu-: “expandir”
Or-: (también ora-): “urgir, impeler, apremiar, empujar” (verbo impersonal usado con
una forma dativa para expresar “[alguien] se siente movido [a hacer algo]”)
Óla-: “soñar” (verbo impersonal; el soñador se presenta mediante un dativo).
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Ejercicios:
Advierto que, tanto en estos ejercicios como en las soluciones, usamos "tu" como el
equivalente a los pronombres de forma L del Quenya (plural o singular "cortés" = "vosotros,
usted"), mientras que "ti, contigo" se usa como equivalente al objeto singular íntimo tye. -Para
las negaciones, usaremos la terminación independiente lá en vez de usar el verbo negativo.
-No usaremos sujetos pronombres, tan solo las terminaciones pronominales vistas
anteriormente.
1. Traducir al español:
a. utúlientë cenien me, lá cenien tye
b. nai óluva len Eldaron!
c. neldë neri lelyuvar tanna, ar i Naucor tiruvar te, an i neri haryar harma i ná alta lá
malta
d. i enquëa auressë ornë tien tulë ninna
e. i enquëa aran i nórëo ná saila lá atarerya i lempëa aran
f. palunes coarya, cárala ta i analta coa i mallëo
g. carnelyes tien; lá carnelyes men
h. cennemmë le i cilyassë nu me, an lantanelyë mir ta
2. Traducir al Quenya:
i. Mi brazo derecho es más fuerte que mi brazo izquierdo
j. ¡Llamadles [alativo] a mí!
k. Los espectros están vigilándome, porque les temo [Quenya: "miedo de ellos", ablativo]
l. Nosotros [exclusivo] no vendremos contigo por la noche
m. El chico no soñará con [genitivo] espectros
n. Las dos mujeres dijeron: "Vuestro rey no quería darnos [dativo dual] las cosas cogidas
[capturadas -mapainë, plural] de nosotros [ablativo dual] por sus guerreros
o. El hombre amplia su casa; está haciéndola/lo con objeto de/para tener muchas
habitaciones para [dativo] todas sus cosas
p. El sexto día será [nauva] mejor que el quinto día, y nosotros [exclusivo] no nos
sentiremos movidos a marchar [auta]. ["Mejor que..." = "bueno, más allá de..."]
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Hecat! en singular y ¡hecal! en plural, son nuestros únicos ejemplos fiables de este uso
de las terminaciones –t y –l. El imperativo ¡heca! quizá no sea un imperativo típico. Como se
resumió en la Lección Dieciséis, en vez de la terminación –a podría emplearse una partícula
independiente imperativa –á (o –a), combinada con una raíz verbal siguiéndola. Los ejemplos
comprobados son: ¡á vala! “gobierna!, ¡rige!” y a laita! “alaba!, ¡adora!”. Si las terminaciones –
t y –l se deslizan en la frase, deberán añadirse a la raíz verbal, por ejemplo: a laitat! “adora!,
¡alaba!” (a una persona), a laital! “adorad!, ¡alabad!” (a varias personas).
Laita- “alabar, adorar” es por supuesto, un verbo con raíz A-. Los verbos primarios
como car- “hacer”, aparecen con la terminación –ë en muchas órdenes, como se desprende
del imperativo negativo ¡áva carë! “no hagas lo!” (WJ:371). Probablemente esta terminación
en –ë venga de la antigua –i, y ante las terminaciones veríamos –isolo como el aoristo de
estos verbos. Así que, lo más seguro es: ¡áva carit! “no hagas [lo]!” (a una persona), y plural:
¡áva caril! “no hagáis [lo]!” (a varias personas). También con una orden afirmativa como ¡á
tulë! “ven!”, de la que podríamos sacar á tulit! si una persona es requerida para que venga,
mientras que con ¡á tulil! Nos referiríamos a más de una: “venid!”.
Una frase imperativa puede también incluir elementos pronominales referentes al objeto
directo o indirecto de la acción requerida. En la lección anterior, nos hemos referido a varios
pronombres independientes: nye “mí”, me “nuestro”, le “vuestro”, tye “tuyo”, ta “ello” y te “de
ellos”, pudiendo todos ellos aparecer como palabras independientes; nuestro único testimonio
de “de ellos” (te), conlleva una frase imperativa allá adonde aparezca esa palabra: ¡a laita te,
laita te! “alabadles, alabadles!” (de La Alabanza de Cormallen). Sin embargo, la traducción de
Tolkien del Padrenuestro, indica que los objeto pronombres también pueden aparecer
sufijados por la partícula imperativa –á. Este principio o teoría, se puede ilustrar con un
ejemplo casero: consideremos una frase imperativa simple como ¡á tirë! “mira!”; si queremos
decir “¡mírales!”, deslizando te en el objeto pronombre, sería posible colocarlo tras el verbo
(como en el ejemplo a laita te!), así que: á tirë te. Sin embargo, también sería válido dejar al
objeto pronombre ante el verbo, en cuyo caso pegaríamos la partícula imperativa –á al
mismísimo objeto pronombre, con lo que “mírales!”, sería ¡átë tirë!.
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NOTA: Debido a que aquí te es la sílaba final de una palabra con varias sílabas, y
ajustándonos a las reglas que hemos adoptado, la final –e debe figurar con diéresis: -ë. La
misma regla debería aplicarse a la final –e de los objetos pronombre acabados en –nye, -me,
-le, -tye, si van directamente sufijados a una á-, por ejemplo: ámë tirë! “míranos!”. Por
supuesto, esto no es más que una complicación ortográfica añadida, que nada tiene que ver
con la estructura de la lengua: en muchos textos el propio Tolkien no usa las diéresis para
nada...
También los pronombres dativos (como nin “a/para mí”, men “a/para nosotros”, tien
“a/para ellos”) pueden llevar directamente como prefijo a la partícula á-; al menos el
Padrenuestro en Quenya de Tolkien, contiene un ejemplo de men como sufijo. Una frase del
tipo de “¡canta para nosotros!”, podría traducirse como: ámen linda!
¿Qué ocurre si una frase imperativa contiene dos pronombres, denotando ambos al
objeto directo y al indirecto? No tenemos ejemplos de Tolkien que puedan guiarnos, pero la
partícula imperativa difícilmente va a llevar más de un sufijo pronominal, y el ejemplo a laita te
indica que un pronombre no tiene necesariamente que ir como sufijo de la partícula. Así, creo
que sería absolutamente correcto dejar a uno de los pronombres determinando al objeto
directo o indirecto, permaneciendo como una palabra independiente, y poniendo al otro
pronombre como sufijo de la partícula á-. “Hazlo para mí!”, sería: ¡ánin carë ta!, o: ¡áta carë
nin!, según nuestra preferencia (quizá pudiera también ser: ¡ánin caritas!, usando una
ampliación de la raíz verbal carita- y poniendo –s como sufijo para determinar a “lo”).
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Pronombres Enfáticos
Consideremos las últimas líneas de Namárië: ¡nai hiruvalyë Valimar! ¡nai elyë
hiruva! En LotR, Tolkien nos dio la traducción: “quizá tu encontrarás Valimar! ¡quizá tu lo
encuentres!”. Por supuesto, hiruvalyë significa “¡tu lo encontrarás!” (“tu” viene expresado por
medio de la terminación pronominal –lyë), pero más tarde esto mismo se repite como: ¡nai
elyë hiruva! “puede que tu lo encontrarás!”. Notemos como en esta ocasión, la terminación –
lyë se sustituye por la palabra independiente elyë, la cual obviamente está muy relacionada.
Elyë simplemente significa “tu”, pero con un énfasis especial en este pronombre. Usando una
forma independiente, como “italianizando” el pronombre: “puede/quizá [nadie más que] tu lo
encontrarás!”, Tolkien hizo la traducción al inglés añadiendo la palabra “even” ante el
pronombre “tu”, para dar mucho más énfasis a ese pronombre, ya que aparentemente, la
palabra más corta con el significado “tu” (le) no era lo suficientemente enfática. En nuestro
idioma esto no es necesario...
Otro pronombre enfático independiente es inyë “yo” (o tan enfático como sería decir “yo
mismo”, “yo y nadie más”). En LR:61 Herendil dice a su padre Elendil que lo ama, y Elendil le
responde en Quenya: a yonya inyë tye-méla “y yo también hijo mio, te amo” (la inicial a-
traducida como “y”, sería una variante de la palabra más común ar, aunque a- puede también
ser una partícula de dirección). En este caso, el pronombre inyë, traducido como “yo también”
por Tolkien, dá un énfasis especial a la propia identidad de Elendil: “te amo [tanto como tu a
mí]”. Inyë es más enfático que la forma más corta ni, de la misma manera que elyë lo es más
que le.
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Mientras inyë, elyë (originado a partir de ellë) y emmë, son todos los pronombres
enfáticos que han venido publicándose una y otra vez, nosotros podemos con toda confianza,
extrapolar algunas formas más. El pronombre enfático que define al “nosotros” exclusivo:
emmë, se correspondería obviamente con la variante inclusiva elmë (de la misma manera
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Hay otras formas menos seguras. La terminación para el inclusivo dual no está muy
clara, pero si fuera –lwë, tendríamos a elwë como el pronombre enfático independiente. La
forma elyë puede funcionar como un “tu” singular, lo que resulta evidente por la traducción de
Tolkien “puede que tu” de Namárië en LotR. Como ya hemos sugerido, las “formas L” de la
Segunda Persona también pueden indicar un singular cortés “tu”, o bien un plural “vosotros”;
quizá elyë tenga el último de esos significados. Las “formas T” de la Segunda Persona,
ejemplificadas por el objeto pronombre tye y la terminación –t que puede usarse en el
imperativo, parecen denotar un “íntimo” y usual singular “tu”, pero no es cierto que esta sea la
forma enfática. Depende de cómo reconstruyamos la forma más larga de la terminación –t. Si
es –tyë, el pronombre enfático será más bien etyë. Pero tenemos también razones para
pensar que Tolkien representó una vieja –k por medio de –t, en cuyo caso, la variedad más
larga de la terminación podría ser –ccë- y así, el pronombre enfático sería eccë.
Las cosas se ponen peor en la Tercera Persona. Está claro que los pronombres
enfáticos se derivan de las formas largas de las terminaciones pronominales. La palabra inyë
“yo”, corresponde a la terminación larga del sujeto –nyë, y no a su forma más corta (y más
común) –n; de igual forma, elyë “tu”, corresponde a la terminación larga –lyë, aunque esta
terminación puede aparecer también en su forma más corta –l. Hay algunos pronombres
enfáticos cortos y difíciles **in, **el, que van con terminaciones cortas. Nuestro problema es
que en la Tercera Persona, la terminación corta –s es la única forma comprobada en el
material de Tolkien, que es efectivamente, compatible con LotR. Antes desarrollamos la teoría
de que –s corresponde a la terminación más larga –ryë (las antiguas –syë, -zyë); debería
estar relacionada con la terminación –rya “su/de él/de ella”, de la misma manera que –lyë “tu”
lo está con la terminación –lya “vuestro”. Si existiera la terminación –ryë, correspondería a un
pronombre enfático (?)eryë (puede) “él/ella”. Pero cuando se comienza con estas
extrapolaciones, se corre el riesgo de perder el contacto con las verdaderas intenciones de
Tolkien, a las que obviamente, deberemos ceñirnos.
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Sabemos algunas cosas más acerca de los pronombres enfáticos. Pueden llevar
terminaciones de caso; en la traducción de Tolkien del Padrenuestro, el pronombre enfático
emmë “nosotros” aparece una vez con la terminación –n del dativo: emmen (esto también
confirma que los pronombres toman las terminaciones más simples de caso, es decir: las
únicas que se utilizan con nombres singulares –aún cuando el pronombre sea plural por su
significado-: “nosotros” se debe referir a varias personas, pero la terminación más simple del
dativo: -n, es la que se usa en lugar de la forma plural terminada en –in). Como ya se apuntó
en la lección anterior, la forma del dativo de la 1ª persona nin “a mí, para mí”, está
particularmente bien comprobada, pero si queremos decir “para mí mismo”, “para mí [y nadie
más]”, será mejor comenzar por la forma enfática inyë y derivarla a la forma dativa inyen.
Ya hemos citado las últimas líneas de Namárië donde se repite parte de una oración
con especial énfasis en el pronombre: ¡nai hiruvalyë Valimar! nai elyë hiruva! De este
ejemplo se desprende que si una terminación pronominal se sustituye por un pronombre
independiente, la terminación se suprime del verbo (no: nai elyë hiruvalyë, con un pronombre
independiente y la correspondiente terminación ya añadida al verbo). En una versión en
borrador de ese poema, cuando el pronombre elyë era ellë, Tolkien usó precisamente ese
sistema: nai ellë hiruvallë. Aparentemente, él decidió que esta versión era algo densa, con lo
que la mayoría de los escritores creo que estamos de acuerdo.
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Como se apuntó más atrás, los pronombres enfáticos pueden llevar terminaciones de
caso; al igual que los pronombres independientes cortos estudiados en la lección anterior. No
tenemos muy claro, sin embargo, como deben añadirse las terminaciones del genitivo y el
posesivo a estos pronombres. Obviamente, algunos tipos de palabras como “mío” o “suyo”,
deberían tener una correspondencia en el idioma. La terminación –lya se puede usar para
expresar “tu/su”, como en parmalya “tu libro”, pero ¿cómo debemos decir “el libro es tuyo”?
Los ejemplos que hay publicados no nos dan pista alguna.
Durante mucho tiempo ha existido la teoría de que no solo las terminaciones del sujeto
podían sufijarse al verbo, sino que también las terminaciones del posesivo podían añadirse a
los nombres (como –nya “mí”, o –lya “tu”), teniendo sus formas enfáticas correspondientes.
Esto no se ha confirmado nunca explícitamente. Sin embargo, y teniendo en cuenta el hecho
de que la terminación –lyë “tu, usted” corresponde a la forma independiente elyë “tuyo,
vuestro” (enfática), es ciertamente posible admitir que la terminación –lya “tuyo, suyo” pudiera
corresponder a la forma independiente elya “suyo, vuestro”. Esta palabra podría usarse
entonces en una oración como i parma ná elya “el libro es tuyo”. También podría usarse para
dar un énfasis especial, por lo que mientras parmalya significaría simplemente “tu libro”, elya
parma significaría “tu [y de nadie más] libro”.
Si esta teoría se sostiene, otros pronombres enfáticos posesivos podrían ser erya
“su/de él/de ella”, elma “nuestro” [inclusivo] y emma “nuestro” [exclusivo], correspondiendo
por supuesto, a las terminaciones –rya, -lma, -mma. La palabra comprobada elya “suyo/de
usted, tuyo”, podría ser el plural “vuestro/vuestros” o el singular cortés/formal “suyo/de usted”;
el singular íntimo o familiar “tuyo”, sería algo como lecca o étya. Si la terminación para el dual
inclusivo “nuestro” es –lva, tendríamos elwa como el correspondiente pronombre enfático. Un
“si”, siempre más grande, relacionado con la palabra enfática “de ellos”, debería poder
extrapolarse en dos pasos:
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enfático enta. Ya que la forma independiente del pronombre posesivo “mío”, corresponde a la
terminación –nya, tendremos a inya como desarrollo final (al corresponder la terminación –
nyë del sujeto con la forma independiente inyë).
Palabras Interrogativas
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Eldarin ma, man...” (PM:357). Este “elemento” parece haber sido “prestado” de las lenguas
semíticas, por ejemplo: del hebreo “ma” = “¿qué?”.
Si man es “¿quién?” (referido a personas), ¿cuál será la palabra que defina “¿qué?”
(referido a cosas)? En LR:58 Tolkien aparentemente usa también man con ese significado
“¿qué?”: ¿man-ië? se traduce como “¿qué es ello?”. Esto no se ajusta al Quenya estilo LotR;
la terminación –ië “es” se abandonó más tarde. En la Canción de Fíriel se usa también man
con el sentido de “¿qué?”: ¿man...antáva nin Ilúvatar? “¿qué me dará el Padre
[Ilúvatar/Dios]?”. Si Tolkien en algún momento dio a man ambos significados (“¿qué?” y
“¿quién?”), o si simplemente cambió de idea y estableció un significado preciso para man, es
algo que no podemos determinar aún. Volviendo a una fuente post-LotR, nos encontramos la
pregunta ¿mana i·coimas Eldaron?, que se traduce como “¿qué es el coimas [“pan de la
vida” = lembas en Sindarin] de los Eldar?” (PM:395; una lectura diferente aparece en
PM:403). ¿Cómo debemos interpretar la palabra mana, que aparece como “¿qué es?” en esta
traducción? Podría tomarse como la construcción: ma “¿qué?” (recogida directamente del
hebreo) +la cópula ná “es” sufijada directamente y acortada a –na. Sin embargo, la forma ma
se conoce por tener al menos dos significados diferentes en Quenya (ver la lección siguiente),
por lo que me inclino a dudar de que Tolkien quisiera que significara también “¿qué?”. Así
pues, mana será simplemente una palabra que significa “que/cual”, y no existe una explícita
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cópula “es” en la oración citada. Puede que mana “que” lleve terminaciones de caso. El
material publicado no proporciona palabra alguna que sea “¿porqué?”, pero mediante nuestra
desmedida intuición podremos rellenar estas lagunas, añadiendo la terminación –n del dativo
a mana. La forma resultante, manan, significaría literalmente “¿qué por?”.
Mediante esta forma, mana se parece a los demostrativos sina “esto”, tana “eso” y
yana “eso (más allá)”. Dado que vanda sina significa “este juicio” (UT:305,317), ¿podría
¿vanda mana? significar “¿qué juicio?” o “¿cuál juicio?”? ¿Mana vanda? podría ser “¿qué
[es] un juicio?” dado el ejemplo de Tolkien ¿mana i·coimas...? “¿qué [es] el pan de la
vida...?”.
El mismo documento que proporciona este ejemplo, incluye también una palabra
denotando a “¿cómo?”, apareciendo como parte de una pregunta: manen lambë Quendion
ahyanë [?] = “¿Cómo cambió la lengua de los Elfos?” (PM:395). Esta palabra: manen
“¿cómo?” parece curiosamente incluir la terminación instrumental –nen añadida al elemento
interrogativo ma- (PM:347). Manen podría significar literalmente “¿qué por?” (podría ser una
contracción de mananen, por lo que sabemos). Parece muy posible que otras terminaciones
de caso además de las del instrumental, se puedan añadir a ma-. Quizá consigamos el
locativo ¿massë? “¿a dónde?”, rellenando de esa manera varias de las lagunas existentes en
el vocabulario actual. Sin embargo, los ejercicios solo llevarán las formas comprobadas
¿man? “¿quién?”, ¿mana? “¿qué?” y ¿manen? “¿cómo?”.
Postposiciones
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En una etapa más antigua, el élfico tenía (parece ser) muchas postposiciones. Tolkien
estableció que en las etapas más viejas los elementos prepositivos se añadían normalmente
(suponemos que quiere decir que se colocaban como sufijos) a las raíces de los nombres
(WJ:368). Destinó claramente a muchas de las terminaciones de caso, a representar
originalmente a elementos independientes que se habían fundido con el nombre al que
seguían. Por ejemplo: la terminación –nna del alativo está obviamente relacionada con la
preposición na o anna, que significa “a, hacia”. El Quenya ya tenía algunas postposiciones
que no se desarrollaron en las terminaciones de caso, sino que aparecieron directamente
como palabras independientes. Mientras que la palabra yá citada antes, está comprobada
como una palabra aislada mencionada en Etym, la palabra pella “más allá” aparece en textos
Quenya actuales, y parece ser una postposición. Namárië tiene Andúnë pella “más allá del
Oeste” y, según parece, no es este un ejemplo de la alteración poética del orden de las
palabras, puesto que Tolkien no alteró esta frase en su versión en prosa de la Canción (la
palabra Andúnë “Oeste” es una alternativa a la común Númen. Andúnë puede definirse
como “ocaso” o “atardecer”). Pella se usa como postposición también en el Poema Markirya,
donde conecta con un nombre declinado en el ablativo plural: Elenillor pella, traducido como:
“de más allá de las estrellas” (literalmente “de las estrellas de más allá”).
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Es imposible asegurar si pella pudiera usarse como preposición. Otra palabra para
“más allá” es lá, que se usa también como comparativo y que, por lo que parece, es una
preposición (quizá la sílaba final de pella tenga alguna relación con lá). A pesar de todo,
usaré pella solo como postposición, empleando el orden de las palabras que se observa en
Namárië y en Markirya.
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Las frases imperativas pueden incluir pronombres de varias formas. Si una orden tiene
un solo destinatario, la terminación –t (que básicamente significa “tu”) se debe añadir al verbo
de la frase imperativa; si son varias las personas requeridas para hacer algo, deberemos
emplear la terminación –l (que significa básicamente “vosotros”). Los pronombres que denotan
al objeto directo o indirecto del imperativo pueden llevar ellos mismos pegada la partícula
imperativa –á-. –Las terminaciones (largas) del sujeto pronominal que se añaden a los verbos,
pueden usarse también para derivar pronombres enfáticos independientes añadiéndoles la
partícula –e-. Por ejemplo: las terminaciones del sujeto: -lyë “tu” y –mmë “nosotros”,
corresponden a los pronombres enfáticos independientes elyë “tu” y emmë “nosotros”. La
palabra enfática que define “yo”, se corresponde con la terminación –nyë, con la inicial i- en
vez de la e-: inyë. – Las palabras interrogativas Quenya, muestran aparentemente la inicial
ma-; los ejemplos comprobados son: man “¿quién?”, mana “¿qué?” y manen “¿cómo?”. –Las
postposiciones tienen funciones similares a las de las preposiciones, pero siguiendo en vez de
precediendo a la(s) palabra(s) con la(s) que conecta(n). La palabra pella “más allá”, parece
funcionar como una postposición; Namárië tiene Andúnë pella (y no (?)pella Andúnë) que
significa “más allá del Oeste”. La palabra yá se glosa como la inglesa “ago” (Etym, entrada
YA-), por lo que puede funcionar como una postposición.
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Vocabulario:
Otsëa: “séptimo”
Toltëa: “octavo” (en cierto documento, Tolkien cambió esta forma por la de toldëa:
VT42:25,31. Aparentemente consideró cambiar “8” de tolto a toldo. Aceptaremos
toldo “8” y toldëa “octavo” como variantes válidas, pero en los ejercicios prefiero toltëa
–que procede de tolto, la forma de “8” tal y como se encuentra en Etym-)
Inyë: “yo” (pronombre enfático)
Elyë: “tu” (pronombre enfático)
Emmë: “nosotros” exclusivo (pronombre enfático)
Elmë: “nosotros” inclusivo (pronombre enfático) (esta forma no está directamente
comprobada, pero ya que es la lógica contrapartida de emmë, esta extrapolación de la
terminación –lmë parece utilizable en los ejercicios).
Man: “¿quién?”
Mana: “¿qué?” (con arreglo a una interpretación de la oración en la que aparece)
Manen: “¿cómo?”
Pella: “más allá” (postposición)
Yá: “ago” (inglés) = (?)” tras” (postposición)
Írë: “¿cuándo?”
NOTA: Sobre la palabra írë “¿cuándo?”: esta no es (casi seguro) una palabra
interrogativa. Una oración como “¿cuándo vendrás?” difícilmente podría traducirse como **írë
tuluvalyë? No existe una palabra Quenya que signifique “¿cuándo?” publicada como una
genuina palabra interrogativa, aunque sería posible trabajar sobre esto usando por ejemplo un
circunloquio como lú mana(ssë)? = “(a) qué hora?”. La palabra írë se usa como “cuando”, en
el sentido de que introduce o proporciona información acerca del momento preciso en el que
ocurre algo; está comprobada en la Canción de Fíriel. Las frases importantes no son muy del
estilo LotR, pero el uso de írë puede denotar lo mismo: yéva tyel ar i-narquelion, írë ilqua
yéva nótina = “habrá un final y la Desaparición, cuando todo sea contado”; man...antáva nin
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Ejercicios:
Como ya se ha descrito, a veces Tolkien añadía palabras extras al traducir pronombres
enfáticos, por ejemplo: elyë “solo tu” (dando cualidad enfática a las palabras). Sin embargo,
en las soluciones de los ejercicios que siguen, en la parte “Traducir al Quenya” hemos
adoptado el sistema más simple de “italianización” para el énfasis de los pronombres (por
ejemplo: elyë = “tu”; así que usaremos esta traducción en vez de la “forma L” de los
pronombres, al ser esta muy ambigua en cuanto al número).
1. Traducir al español:
a. man marnë i coassë cainen loar yá, írë inyë lá marnë tassë?
b. mana elmë polir carë?
c. áta antat nin, ar ávata nurtat nillo!
d. man elyë cennë i otsëa auressë?
e. antuvantë ilyë i annar inyan ar lá elyen!
f. mana i neri hirner i nóressë i oronti pella?
g. manen elyë poluva orta i alta ondo írë inyë úmë polë caritas?
h. sellemma marë coa yanassë; emmë marir i toltëa coassë mallë sinassë. Á
tulil ar á cenil coamma!
2. Traducir al Quenya:
i. ¿Quién ha hecho eso[ta]?
j. ¿Qué encontraste en la 7ª habitación cuando fuiste allí [=tanna]?
k. Cuando has venido yo quiero marchar [auta-]
l. ¡Dádnos vino! (una orden explícita dirigida a varias personas)
m. ¡Dános el vino a nosotros y no [lá] a los guerreros! (“Nosotros” aquí es
exclusivo; “a” es dativo y no alativo. Esta orden está explícitamente dirigida a
una sola persona)
n. El séptimo guerrero ha venido de más allá de las grandes montañas
o. Más allá de la octava puerta [ando] encontraste un gran tesoro; nosotros
(exclusivo) que vinimos después de ti [apa le], no encontramos nada!
p. ¿Cómo los encontraron los malvados Enanos siete días después?
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Ya estamos casi terminando con los considerados “razonablemente fiables hechos del
Quenya” (aunque he intentado dejar las cosas claras, muchos de estos “hechos fiables” deben
ser considerados como simples deducciones o conjeturas). Esta última lección nos introduce
ya de lleno en la dimensión desconocida de las oscuridades lingüísticas.
El Verbo Ser
(incluyendo algunas observaciones sobre la forma ëa)
Las diferentes formas del verbo “ser” siempre son un problema. La versión de Namárië
que se incluye en LotR incluye la cópula ná “es”. Un borrador de la misma versión combina la
cópula con un sujeto plural, dando como resultado la forma nar “son”. En Julio de 2001 por fin
apareció en VT42:34 el tiempo futuro nauva “será”. Ya hemos citado antes y practicado todas
estas formas.
Se han perdido algunas formas de tiempo, como por ejemplo el infinitivo. Empezaremos
por él: ¿cómo se dice “ser” en Quenya? No tenemos más pistas que el hecho de que el
infinitivo de los verbos con raíz A- es idéntico a la propia raíz verbal, sin sufijos. En Etym, NÂ-
se da como “la raíz de [el] verbo “ser” en Q[uenya]”. Así, podemos deducir que ná puede
hacer la función de infinitivo: “Quiero ser un Elfo” = (¿) merin ná Elda. Pero por supuesto,
Tolkien nos habrá preparado algo completamente diferente.
¿Pueden ná, nauva y otras formas, combinarse con las terminaciones pronominales
normales? Durante décadas esto no ha estado claro en absoluto, pero en enero de 2002 se
publicó en VT43:27 el ejemplo Tolkieniano nalyë “tu eres”. Este ejemplo incorpora claramente
la conocida terminación –lyë “tu”, que parece decirnos que la cópula asume la forma más
corta na- cuando se le añade alguna terminación. La forma nar “son” (usada con sujetos
plurales), en vez de (?)nár, apunta en la misma dirección.
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No obstante, lo más indicado parece ser realizar la extrapolación a partir del ejemplo
nalyë posterior a LotR. Así, tendríamos el siguiente patrón:
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la forma nalyë ya citada como “tu eres”. No creo que esto sea absolutamente imposible; la
cópula ná puede aparecer en la forma corta na, siempre y cuando esté sola (VT43:26), por lo
que probablemente, las dos variantes nályë y nalyë puedan coexistir en Quenya. Aunque
cuando se deben añadir terminaciones, en todo momento he empleado en los ejercicios la
forma corta na.
El futuro nauva “será” debería poder llevar todas las terminaciones pronominales sin
sufrir modificaciones: nauvan o nauvanyë “seré”, nauvalmë “seremos”, etc... Puede que el
verbo ná emplee dos terminaciones pronominales diferentes: una para el sujeto y otra para el
predicado, por ejemplo: nanyes “yo soy él” (comparar la forma creada por Tolkien:
utúvienyes “yo he encontrado lo”, denotando la segunda terminación al objeto).
Con esto, aún no podemos despedirnos del verbo “ser”, ya que surgen otros problemas
con el pasado “era”. No tenemos comprobaciones fiables sobre este tiempo. Añadiendo la
marca normal del tiempo pasado a la raíz NÂ-, produciríamos algo como (?)nánë, pero esta
complicada forma parece bastante improbable. Con toda seguridad, Tolkien pensó en una
forma irregular. La forma né “era”, forma parte de un rumor generalizado acerca de los
papeles de Tolkien aún no publicados. El más cercano de estos rumores, lo tenemos en un
análisis que Christopher Gilson hizo del mencionado poema Narqelion en VT número 40,
páginas 12-13, donde lo encontramos intentando descifrar lo que él mismo define como una
“especialmente enigmática” frase de ese poema. En esa frase, está incorporada la forma né, y
Gilson (página 13) argumenta:
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Dado que Gilson tiene acceso a prácticamente todos los papeles de Tolkien, debe
saber perfectamente bien si la forma né “era” aparece en ellos o no. Debemos pues, suponer
que Gilson piensa que decir en voz alta si la forma né significa “era”, sería considerado como
una violación de los derechos de autor y, por consiguiente, pretenderá que deduzcamos por
nosotros mismos que esta palabra figura en el material en cuestión. Recordando que
seguramente el propio Tolkien debió haber desarrollado varias formas del verbo “ser” a lo
largo de la ingente cantidad de manuscritos que ha dejado, y combinando el artículo de Gilson
con los parámetros más recientes establecidos por su grupo, a los efectos de evitar escribir
algo de lo que no estuvieran seguros, podemos deducir que né = “era” es una palabra
aceptable al cien por cien.
Sin embargo, y aunque algunas palabras existieran en las formas más antiguas del
“Qenya”, pudiera ser que se hubieran abandonado como formas compatibles en LotR, en el
lenguaje que emergió décadas después. Puede verse sin embargo, que la terminación –në del
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Hay cinco tiempos Quenya comprobados: presente (o continuo), aoristo, pasado, futuro
y perfecto. El verbo “ser” no ofrece diferencias entre el presente y el aoristo (ná cubre los dos
tiempos); el pasado “era” puede ser né como se ha apuntado antes, y el futuro está
comprobado como nauva “será”. Tan solo nos queda el perfecto “ha sido”. Por regla general,
el perfecto se forma con un prefijo en forma de vocal idéntica a la de la raíz, añadido a la
propia raíz, alargando la vocal radical y añadiéndole a todo ello la terminación –ië, por
ejemplo: utúlië “ha venido” de la raíz TUL- “venir”. No obstante, es muy difícil aplicar este
patrón a la raíz NÂ-. Una forma como (?)anáië sería muy inestable; el grupo –ái- constituye en
sí mismo un diptongo. La forma (?)anaië no me parece una forma demasiado aceptable, y
solo la recomendaría a escritores realmente desesperados. Actualmente, nos es
sencillamente imposible asegurar como los Eldar dirían algo tan sencillo como “ha sido”
(seguramente una palabra muy frecuente, ya que los Elfos de Tolkien “estaban continuamente
rememorando el pasado”; VT41:12!).
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El imperativo de ná, también es una mera conjetura. Está claro como decimos “¡sé!”,
como en la frase “¡sé bueno!”, usando la forma ána, combinando ná(-na) con un prefijo que es
una variante de la partícula imperativa á-. Mediante esta forma, este imperativo ána “¡sé!”
tendría la misma relación con ná, que la que tiene la palabra de Tolkien áva “¡no lo hagas!”
con la negación simple vá “no”. Así, ána mantiene una extrapolación y, si pudiéramos
preguntar a Tolkien cual era su idea al respecto en este momento, me hubiera sorprendido
que esta fuera su respuesta. Así pues, por favor, pensemos en ána como en una forma que
pudiera encontrarse dentro del sistema general de Tolkien, pero que no es (por lo que yo sé)
una palabra puramente Tolkieniana.
Como complemento a las “formas N” del verbo “ser” (ná/nar, né, nauva), existen unas
cuantas formas absolutamente diferentes a las mencionadas. La Canción de Fíriel lleva ye
como “es” y yéva como “será”. Además de aparecer como palabras independientes, pueden
también convertirse en las terminaciones –ië y –iéva, comprobadas en algunas formas como
márië “es bueno” y hostainiéva “será contado” (de mára “bueno”, y hostaina “contado”). No
obstante, como se apuntó en la Lección Cuatro, Tolkien parece haber dejado algunas formas.
La terminación –ië tiene otros significados (terminación de gerundio como en enyalië
“rellamando”, terminación abstracta como en verië “audacia”, terminación femenina como en
Valië “diosa Vala”), que Tolkien decidió que no debían ser cargados también con el significado
de “es”. Algunos han usado la terminación –ië como “es”, pero me permitiría recomendarles
que dejen que esas formas descansen en paz en la Canción de Fíriel.
Los lectores de Silm, recordarán esta palabra como parte del mito creado por Tolkien:
Dios, Eru/Ilúvatar, concede una existencia objetiva a la Música de los Ainur con esta frase:
“...sé lo que desean vuestras mentes, que lo que habéis visto sea real...no solo como vosotros
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sóis, sino también como son los otros. Así pues, yo digo: ¡¡Eä!!¡¡Deja ser a las cosas!!
(Ainulindalë)...”. Tolkien explicó que Eä como nombre del Universo no era originalmente un
nombre, sino un verbo: “los Elfos llamaban al Mundo, al Universo, Ëa (lo que es)” (nota al pie
en Cartas:284).” ...este Mundo o Universo [el Creador] lo llama Eä, una palabra élfica que
significa “lo es”, o “déjalo ser/que sea...” (MR:330).
Así pues, ëa puede ser tanto el presente (o aoristo) “[lo/ello] es”, como el imperativo
“¡déjalo ser!” (en el último sentido sería paralelo a algunas de las palabras imperativas
terminadas en –a, como ¡heca! “¡vete!” o ¡ela! “¡mira!”). ¿Cómo difiere en significado ëa “es”
de ná?. Se ha sugerido que uno de estos verbos significa “es”, referido meramente a un caso
particular, mientras que el otro se refiere a un estado permanente o habitual.
En una oración como “el hombre está bebido”, la palabra “está” simplemente indicaría
que el hombre está bebido “en ese momento”, mientras que la otra implicaría que es un
alcohólico habitual. Un sistema parecido tiene el español (un idioma que Tolkien adoraba).
Dada la extrema escasez de material, nada se puede regular en este apartado, pero yo
apostaría por otra teoría. Reparemos en el hecho de que Tolkien tradujo ëa no solo como “es”,
sino que también usó la traducción “existe” (VT39:7). Esto sugiere que ëa tiene un significado
mucho más absoulto que ná. El verbo ëa estaría relacionado al nombre engwë “cosa”, una
cosa percibida como “algo que existe”. Puede que ná sea una mera cópula usada en frases
describiendo el “estado” de algo, introduciendo a un nombre (sambë sina ná caimasan “esta
habitación es un dormitorio”), a un adjetivo (sambë sina ná pitya “esta habitación es
pequeña”), o incluso a una frase prepositiva (sambë sina ná ve i sambë yassë hirnenyet
“esta habitación es como la habitación donde los encontré”). Por otro lado, ëa se refiere a la
existencia o presencia sólida e independiente de algún sujeto y, quizá pueda usarse sin más
adiciones que el propio sujeto (por ejemplo: Eru ëa = “Dios existe”). Tolkien nos informa de
que la palabra ëala (que es por su forma obviamente el participio activo de ëa-), se usaba
también como un nombre “ente”, denotando al espíritu cuyo estado natural es la existencia sin
cuerpo físico. Los balrogs por ejemplo, eran ëalar (MR:165). Básicamente, la palabra se
refiere solo a los que “existen”. Al principio de una oración, el verbo ëa- se puede usar en el
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mismo sentido que el español “hay (haber)”, con el fin de aseverar la existencia o presencia
de algo: eä malta i orontissen “[hay] oro en las montañas”, ëa nér i sambessë “[hay] un
hombre en la habitación”, ëar neldë nissi i coassë “[hay] tres mujeres en la casa”.
Sin embargo, yo he omitido todas estas oraciones. Uno de los pocos ejemplos dados
por Tolkien con la palabra ëa, aparece en una oración que forma parte del Juramento de
Cirion. Eä se convierte en el verbo de una oración relativa: i Eru i or ilyë mahalmar ëa
tennoio “el Único [Dios] quien está siempre por encima de todos los tronos”. Aunque el
significado literal podría muy bien ser el de “Eru existe en una posición sublime”, esto no
cuestionaría la interpretación anterior. En su traducción del Padrenuestro, Tolkien dice:
“[nuestro Padre] que está en el cielo...”, de la frase: ...i ëa han ëa..., la cual aparentemente no
es una traducción directa de la redacción tradicional. También se le ha dado este significado:
“[nuestro Padre] que está más allá de Eä”, es decir: “más allá del universo creado”, aunque la
segunda ëa no está en mayúsculas (como un nombre) en el texto de Tolkien. La primera ëa
es, en realidad, el verbo “es”.
Debemos reparar en que es ëa en vez de ná, el verbo que se usa para describir la
posición de algo (la posición viene especificada bien por una frase que incluye una
preposición como or ilyë mahalmar “por encima de todos los tronos” o han ëa “más allá de
Eä [?]” en las oraciones citadas, o bien por un nombre en el caso locativo). Quizá
consiguiéramos oraciones como i sambë yassë ëa i harma ëa or i sambë yassë ëa i nér sí
“la habitación donde está el tesoro está encima de la habitación donde el hombre está ahora”,
referido no tanto al mero estado como a la existencia, presencia, posición. Este es el mejor
presente gramatical que nos ofrecen los escasos ejemplos.
¿Cómo se declina ëa-? Por sí mismo vendría a ser la forma presente o aorista; el
imperativo (usado por Eru en Ainulindalë) es idéntico. Quizá ëa- funcione también como
infinitivo. El futuro sería algo como euva. El perfecto “ha existido”, parece imposible de
reconstruir con un mínimo de garantías. Por lo que respecta al pasado, es incierto hasta tal
punto que cuando publiqué el primer curso de Quenya tenía dos formas: ëanë y engë. La
última ya está confirmada en VT43:36, apareciendo en la traducción frustrada de Tolkien del
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Gloria al Padre: alcar i ataren ar i yondon ar i airefëan tambë engë i... “Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo, como [ello] era [en] el...” (la siguiente palabra sería “principio”, pero
nunca llegó tan lejos).
Engë como pasado de ëa puede parecer una forma sorprendente, pero se justifica
históricamente: Tolkien pareció usar ëa para representar al primitivo eñâ, representando a la
–ñ- como –ng- con el sonido del “king” inglés. Este sonido en Quenya se ha perdido entre
vocales. No obstante, el pasado se forma mediante infijo nasal, y ante la –ñ- el infijo se
manifiesta con otra –ñ-. Así pues, tenemos eññ-, y esta doble –ññ- se convirtió más tarde en
la –ng- del Quenya (como la del inglés “finger”, pero con un sonido algo distinto): el pasado de
ëa se convirtió en engë. Solo se conoce un verbo de esta clase: tëa- “indicar”, con el pasado
tengë (ver VT39:6-7). Fue este ejemplo el que sugirió que el pasado de ëa- era engë, antes
de que VT43:36 diera una confirmación explícita de ello.
En la lección anterior hemos visto las palabras man “¿quién?”, mana “¿qué?” y manen
“¿cómo?”. Pueden usarse para construir ciertos tipos de preguntas, pero el tipo de pregunta
más común, no se encuentra ejemplificado en el material conocido: ¿cómo debemos construir
el tipo de pregunta que requiere como respuesta un simple ‘si’ o ‘no’?”
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verbo “to do” al principio de la oración (en español esto no ocurre), usando a continuación el
infinitivo del verbo en cuestión: “¿did he write the book?” 40.
Pero ¿qué ocurre en Quenya? Aún si nos ceñimos a este ejemplo, ¿cómo podemos
convertir el estado declarado tences i parma “él/ella escribió el libro” en una pregunta? ¿tiene
el Quenya alguna partícula interrogativa que podamos usar para ello? En PM:357 acotado en
la lección anterior, Tolkien se refiere a ma o man como al “elemento interrogativo Eldain”
(PM:357). Man es la palabra Quenya que significa “¿quién?”, pero, ¿puede ma como el
elemento interrogativo más corto posible, funcionar como partícula interrogativa? Algunos
piensan que sí. Puede notarse que el verbo Quenya que significa “preguntar” es maquet-
(pasado: maquentë, PM:403). Ya que maquet- significa claramente ma+decir, se podría
sospechar que, de una manera u otra, las preguntas Quenya conciernen al elemento ma.
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En español, el procedimiento descrito en los ejemplos “esto es así”, “¿es esto así?”, y “él ha venido”, “¿ha venido él?”,
funciona en todos los casos (N del T).
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Tences i parma = “(el/ella) escribió el libro” > ma tences i parma? “(él/ella) escribió el
libro?”
Nís enta ná Elda = “esa mujer es un Elfo” > ma nís enta ná Elda? “es esa mujer un
Elfo?”
Eä malta i orontessë “[hay] oro en la montaña” > ma ëa malta i orontessë? “[hay] oro
en la montaña?”
I nér caruva coa “el hombre está construyendo una casa” > ¿ma i nér caruva coa?
“¿está el hombre construyendo una casa?”
Aún aceptando que el sistema usado al construir los ejercicios anteriores se identifica
con las intenciones de alguna de las etapas del trabajo de Tolkien, él pudo perfectamente
haber decidido algo diferente. Ciertos fragmentos del material Quenya post-LotR incluyen una
palabra ma con significado algo diferente: funciona como pronombre indefinido “algo/una
cosa” (VT42:34). Si esto implica que ma se ha abandonado como partícula interrogativa, es
algo que no podemos asegurar (PM:357 confirma al menos que ma como “elemento”
interrogativo, sobrevivió en el período de LotR). Si resulta que ambos ma pueden coexistir en
la misma versión del Quenya, es algo que habrá que probar, a menos que Tolkien lo dejará
claro en alguno de sus manuscritos (y aquí contengo la respiración). Presumiblemente, el
sistema desarrollado más atrás es el mejor que podemos usar, cuando queremos construir
preguntas con respuesta si/no en Quenya.
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Hemos presentado varias palabras que se pueden traducir como “eso”: el pronombre ta
y los demostrativos enta y tana(tanya).
Sin embargo, hay otro tipo de “eso” –muy común en algunos textos sustanciales-.
Estamos hablando de “eso” como partícula introductora de las llamadas “oraciones
nominales”.
Como sabemos, los nombres pueden tener varias funciones en una oración. Aparecen
a menudo como sujeto u objeto del verbo, como cuando el nombre Elda “Elfo” funciona como
el objeto del verbo ista- “conocer” en la oración istan Elda “conozco a un Elfo”. No obstante, a
veces es útil tratar a una oración completa como un nombre, tomando esta las funciones del
nombre en la oración. Consideremos una oración simple como “tu estás aquí”. Si queremos
tratar a esta oración como un nombre y deslizarla dentro de otra oración más larga que
funcione como objeto, daremos a las palabras “tu estás aquí” el estatus de nombre colocando
la palabra “que” delante de ellas: “que tu estás aquí”. Ahora, esta frase completa, una oración
llamada nominal, puede funcionar como objeto de un verbo: “sé que estás aquí” /” yo sé que
tu estás aquí”. Podría usarse como sujeto de una oración, como en “que tu estés aquí es
bueno” (pero en el último caso, al menos en inglés, se prefiere deslizar un falso sujeto como
“lo/ello” al principio de la oración y colocar al verdadero sujeto al final: “es bueno que tu estés
aquí”).
Nuestro único ejemplo de esta importante partícula viene de una fuente bastante
oscura. Hace unos cuantos años, una persona que se llamaba a sí mismo Michael Dawson,
envió un correo a la Lista de Correo de Internet de Tolkien. Aseguraba ser citado en dos
ocasiones en una vieja carta de Tolkien que no podía estar fechada mucho antes de 1968.
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Era un saludo de Tolkien que incluía las palabras merin sa haryalyë alassë –lo que significa
supuesta y literalmente: “deseo que tengas felicidad” (la inicial merin aparece como meriu en
la carta de Dawson; en algunas ocasiones es difícil distinguir entre la –n- y la –u- que Tolkien
escribía a mano. Merin sería una forma sin sentido, y la traducción proporcionada así lo
demuestra). Como vemos, la palabra sa se usa aquí como una partícula que convierte a la
oración haryalyë alassë “tu tengas felicidad” en una oración nominal, por lo que puede
funcionar como objeto del verbo merin “quiero/deseo”.
Hay en todo esto algunos puntos cuestionables. Por un lado, nadie está convencido de
que la “oración Merin” como ha dado en llamarse, sea del todo genuina. He hecho varios
inútiles esfuerzos por contactar con el tal Dawson y es algo preocupante que su correo tenga
fecha del 1 de abril. Por otro lado, Carl F. Hostetter (quien ha visto de cerca todos los
documentos lingüísticos manuscritos de Tolkien), comentó brevemente esta oración en
VT41:18 y aparentemente la reconoció como genuina, aunque últimamente especificó que no
aparecía en ninguno de los manuscritos que él conocía. La palabra sa no es del todo
imposible; básicamente significaría “lo/ello” (relacionado con la terminación –s), por lo que
merin sa haryalyë alassë, originalmente significaría “lo deseo [que] tu tengas felicidad”. Pero
por supuesto, y dando a la palabra sa como genuinamente Q(u)enya, es imposible decir a que
etapa pertenece.
Asumiendo que la “oración merin” haya sido realmente escrita por Tolkien, diría que
probablemente, es bastante antigua, ya que su vocablo corresponde también a las Etym (de
mitad de los ’30 –advertir el uso del verbo harya- “tener, poseer” que también aparece
solamente en Etym). Dada la naturaleza siempre cambiante de la concepción de Tolkien, sa
como partícula capaz de formar oraciones nominales, podría haber sido abandonada en la
época en que Tolkien publicó LotR. Es difícil que podamos trabajar sin esta importante
palabra y, presuntamente sa va a ser nuestra única alternativa para realizar esas funciones.
Aceptando pues que sa tenga ese significado, nuestro ejemplo anterior “sé que tu estás
aquí”, podría traducirse al Quenya como: istan sa ëalyë sinomë (de ista- “saber, conocer”,
sinomë “en este sitio, aquí”, y antes hemos teorizado que ëa en vez de ná sería la palabra a
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usar como “es” cuando se discute cierta posición). “Que tu estés aquí es bueno”, podría
traducirse como: ná mára sa ëalyë sinomë (si el verbo ná- “es” está delante). En este u otro
contexto, el Quenya difícilmente necesitaría un sujeto falso como el “lo/ello”, y así no veríamos
en la oración a nás ni nada parecido.
En (un algo arcaico) inglés, una “oración that” puede describir una intención; aquí hay
un ejemplo de Tolkien: “los títulos que [el Vala Oromë] tenía, eran muchos y gloriosos; pero
los ocultó para que los Quendi no se asustaran...” (WJ:401; el idioma moderno deslizaría un
“así” ante “que”, permaneciendo igual el significado). Sería interesante saber si una “oración
sa” Quenya puede usarse de esa manera. Si no es así, realmente no sabemos como expresar
este significado en Quenya.
El verbo “ser” está poco probado en Quenya. Ná significa “es”; se ha insinuado que né
es “era”; nauva está probado como el futuro “será”. El ejemplo probado nalyë “tu eres”,
parece indicar que las terminaciones pronominales normales pueden añadirse a las formas
del verbo “ser”; ná asume la forma na más corta ante las terminaciones (también nar “son”).
Si realmente né es “era”, la analogía sugiere que aparecerá como ne- cuando se añadan las
terminaciones. En lugar de usar formas de “ser” con una terminación pronominal añadida,
podría usarse un pronombre independiente y dejar la cópula (una expresión como aistana
elyë “bendita [eres] tu” en la traducción de Tolkien de la Salve). Otro verbo traducido también
como “es”, es ëa (pasado engë), que significa más propiamente “existe”: se usaría como “es”
en contextos de la presencia, existencia o posición de algo (en el último caso ëa puede
conectar con una frase preposicional, como en el ejemplo probado i or ilyë mahalmar ëa
“[Dios] quien está por encima de todos los tronos”). –Con arreglo a ciertas evidencias, el
Quenya (o al menos alguna variedad del “Qenya”), posee la partícula interrogativa ma.
Seguramente se puede añadir (¿al principio?) de estados declarados convertidos en
preguntas de respuesta sí/no. –Según una (algo dudosa) fuente, la forma sa puede usarse
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como “que”, como partícula introductora de oraciones nominales (como en “yo sé que tu estás
aquí”, “él dijo que esto es verdad”, etc...
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Vocabulario:
Nertëa: “noveno”
Quainëa: “décimo” (con arreglo a un texto relativo a los manuscritos Eldarin publicado
en VT42. Este presupone otra palabra para “diez” además de cainen que aparece en
Etym –quizá quainë, no probada por sí misma. Puede que cainen correspondiera al
ordinal “décimo”, algo como cainenya y, quizá los escritores usaran también
cainen/cainenya o quainë/quainëa, pero para completar nuestra lista de los ordinales
Quenya del 1º al 10º, usaremos la forma probada quainëa)
Ma: posible partícula interrogativa.
Sa: “que” introduciendo a oraciones nominales (con arreglo a una fuente de
cuestionable veracidad)
Nóme: “sitio”
Sinomë: “en este sitio”, “aquí” (combinando si- como en sina “este” con –nomë, una
forma acortada de nómë “sitio”, así pues: sinomë = “[en] este sitio”)
Tenna: preposición: “hasta”, “tanto como”
Ëa: verbo “es” = “existe” (pasado: ëanë o engë, futuro (quizá): euva)
Mal: conjunción: “pero”
Né: se ha sugerido como el pasado de ná “es”, o sea: “era”
Ista-: “saber, conocer” (advirtamos el pasado irregular sintë en vez de **istanë; quizá
el perfecto “ha sabido”, sea isintië)
Lerta-: “poder” en el sentido de “tener permiso para...
NOTA 1: El Quenya tiene varios verbos que se corresponden con “poder”. Como se
explica en un manuscrito de Tolkien publicado en VT41, son al menos tres los verbos que se
emplean para expresar la idea de “ser capaz de...”. El verbo pol- que ya hemos visto tiene su
significado primario en el hecho de ser “físicamente capaz” de hacer algo (el adjetivo polda
“[físicamente] fuerte”, está aparentemente relacionado con este verbo). El verbo lerta-
significa “tener permiso, tener permitido” hacer algo, “ser libre” para hacer algo al no existir
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prohibición alguna –aunque en algunos contextos puede intercambiarse con pol-. El verbo
ista- “saber/conocer” (pasado sintë) puede combinarse con un infinitivo para expresar “poder”
en el sentido de “saber como...”, referido a una habilidad intelectual. Así pues, istas tecë
significaría “él puede escribir [porque conoce las letras del alfabeto]”. Polis tecë sería “él
puede escribir” en el sentido de que “es físicamente capaz de escribir [porque sus manos no
están paralizadas, o atadas, o cualquier otra cosa]”. Lertas tecë será “él puede escribir”, en el
sentido de que “tiene permiso/permitido escribir”.
NOTA 2: Más atrás he dado mal como la conjunción Quenya “pero”. Muchas palabras
con el significado de “pero” aparecen en el material de Tolkien, y realmente son tantas que
nos plantean serias dudas acerca de cual de ellas pertenece de verdad a una sencilla forma
de Quenya. Las Etym, entrada NDAN- ofrecen ná o nán como palabras Quenya con el
significado “pero”. En la Canción de Fíriel se usa la forma corta nan (LR:72), una palabra post-
Tolkien que han usado muchos escritores. Sin embargo, ná significa también “es”, y nán o
nan podrían significar “yo soy”. Otras palabras con ese significado se han usado en tentativas
de traducciones al Quenya del Padrenuestro: anat, onë, ono (VT43:8-9); incluso en una
fuente más moderna figura nó (VT41:13). Sin embargo, nó también puede significar “antes” y,
las formas anat, onë y ono fueron desbancadas por las palabras que usó Tolkien con ese
significado en su versión final del Padrenuestro: mal. De todas las palabras usadas con el
significado de “pero” que se han publicado, mal me parece la menos ambigua, y será esta la
que usaremos aquí.
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Helge K. Fauskanger Lección Veinte
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Ejercicios:
1. Traducir al español:
1. Traducir al Quenya (usando por conveniencia las “formas L” en lugar de las “formas T”
para traducir “tu”):
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Helge K. Fauskanger Apendices
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APENDICES
Basándome en todo el material publicado (y algo más), ofrezco toda la información que
puede darse del Quenya con un mínimo de garantías. Estos apéndices del curso
proporcionarán información adicional, pero, en principio, prestaremos atención a ciertas
características del idioma que no están aún contrastadas o no han sido del todo
comprendidas. Es por ello, que me he visto en la necesidad de crear algunos ejercicios en
torno a esas materias en cuestión. Si se llegara a publicar más material Quenya en el futuro,
resumiré aquí la nueva información (bien para completar el trabajo o bien para añadir nuevas
lecciones al curso).
A lo largo de este curso, hemos distinguido tres números Quenya: el singular, el plural y
el dual. Existe sin embargo un cuarto llamado partitivo plural, al que hemos ignorado al
considerar que sus funciones no se hallan aún bien determinadas o entendidas. De ahí que yo
tampoco pueda asegurar que Tolkien no hubiera empleado el partitivo plural donde yo uso el
plural normal en algunos de los ejercicios del curso.
Antes de fijar nuestra atención en las posibles funciones del partitivo plural, veremos
como se forma: la terminación básica es –li, derivada de la raíz –li- “bastantes, algunos”, la
que, a su vez, es la fuente del nombre lië “gente, personas”. La Carta Plotz apunta a lasseli y
ciryali como los partitivos plurales de lassë “hoja” y cirya “barco”. No está tan claro que se
pueda añadir –li a los nombres terminados en consonante, pues resultaría una agrupación
imposible (tan solo los nombres terminados en –l podrían llevar el final –li sin más adiciones,
pues el Quenya no permite la doble –ll-). En un ejemplo contrastado en el que se involucra al
partitivo plural de Casar “enano” (basado en Khazád, como palabra alternativa a Nauco),
vemos la asimilación: en vez de la que sería una forma imposible **Casarli, tenemos Casalli.
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Helge K. Fauskanger Apendices
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Asimismo, las Etym apuntan a Telelli como partitivo plural de Teler (unos Elfos del
Tercer Clan). Ver WJ:388, LR:391.
Los nombres terminados en –s o –n pueden también asimilar la consonante –l- antes
del final –li, y quizá por eso, el partitivo plural de nombres como elen “estrella” u olos “sueño”,
pudieran ser elelli y ololli. La conducta de los nombres terminados en –t como nat “cosa”,
sigue siendo un misterio de momento. No es probable que la forma imposible **natli cambie
sus consonantes derivando a nalti, sino que más bien deberíamos pensar en alguna vocal
conectora (quizá resulte algo parecido a nateli con una –e- extra, como en el caso de
Elendilenna “a Elendil”, Los Pueblos de la Tierra Media:401).
Como se muestra en las formas de varios casos en la Carta Plotz, el arcaico Libro del
Quenya, posee una terminación larga –lí parecida en el nominativo y el acusativo, pero en el
Quenya más tardío, se acorta a –li como se muestra en los ejemplos ya citados anteriormente.
Sin embargo, la terminación –lí con la vocal larga, sigue utilizándose en las terminaciones –
nen del instrumental y –va del posesivo, por lo que el partitivo plural de ciryali aparece como
ciryalínen y ciryalíva respectivamente (y la vocal larga lleva por supuesto, el acento). El
genitivo añade simplemente el final –on para el plural normal, obteniendo ciryalion. El dativo
añade su terminación más simple –n, dándonos ciryalin.
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Helge K. Fauskanger Apendices
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Hacer una lista de las formas, es fácil; es más difícil sin embargo definir con precisión
las funciones de las mismas. Si ciryar solo significa “barcos”, ¿cuál será la alternativa de
traducción para la “otra” forma plural ciryali? ¿Cuál es la diferencia de significado?
En la traducción al inglés, Tolkien interpreta las formas del partitivo plural acabadas en
–li, como las formas normales del plural (terminadas en –s). La frase alativa: i falmalinnar en
Namárië, se traduce como “sobre las olas espumosas”. Sin embargo, en su traducción
interlineal de Namárië en RGEO:67, Tolkien rompe esta forma de falma cambiándola a
falma-li-nnar, e indicando que el elemento central significa “muchos” (lo que también hemos
visto en el significado de la forma básica –li-. LR:369).
Me temo, sin embargo, que esta interpretación de las formas plurales acabadas en –li
es demasiado simplista; al menos para la historia completa. Bárbol recibe a Celeborn y
Galadriel como vanimar vanimálion nostari, y dicho saludo se traduce como: “justos/nobles
engendradores de justos/nobles” (SD:73). Vanimálion “de justos/nobles” es el partitivo plural
genitivo de vanima “justo/noble”. De nuevo Tolkien traduce una forma plural partitiva como un
plural normal en nuestro idioma, y no hay nada que sugiera que el significado “de muchos
nobles” sea intencionado (a menos que Bárbol exagerara su amabilidad, lo que no estaría de
acuerdo con el devenir de los hechos: Celeborn y Galadriel fueron los “engendradores” de
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Helge K. Fauskanger Apendices
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una criatura conocida: Celebrian. Incluso si añadimos también a su abuela Arwen, solo salen
dos “nobles” y eso, difícilmente, puede contarse como “muchos”).
Hay también un ejemplo de partitivo plural (esta vez en caso locativo) en el Poema
Markirya, pero no nos es de mucha ayuda: man cenuva rácina cirya ondolissë mornë, lo
que Tolkien interpretó como: “quién prestará atención a un barco roto encallado en las
oscuras rocas?” (Monstruos y Críticas:222,215,220). Aquí tenemos ondolissë mornë “en (las)
oscuras rocas”; una vez más, un plural Quenya acabado en –li se traduce como un plural
normal en nuestro idioma (con final –s). De la misma manera que nada discute la posibilidad
de que el barco descrito esté embarrancado sobre “muchas” rocas oscuras, tampoco hay
nada que lo confirme.
En un pasaje de sus Cartas, Tolkien hace algunas referencias que al menos arrojan
algo de luz sobre la formación de varios plurales, pero usa ejemplos en Sindarin:
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Helge K. Fauskanger Apendices
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Si yrch “orcos” es un ejemplo del partitivo plural (plural particular) en Sindarin, debe
corresponderse con un plural en Quenya acabado en –li (aunque históricamente yrch deriva
de un plural acabado en –i, terminación plural que aún sobrevive en Quenya). Debemos pues
considerar iguales al plural normal del Quenya terminado en –i o –r y al plural “total o general”.
Según las aseveraciones de Tolkien, este plural se usaría para definir razas completas (o
distintos grupos previamente identificados o definidos). De hecho, podemos ver formas como
Valar, Quendi, Eldar, que se refieren a razas relevantes (¿Quiere esto decir que la noción de
que el plural acabado en –li pueda tener este significado, está anticuada y por eso Tolkien
sustituye en sus narraciones a Noldoli por Noldor?)
Estas formas plurales tienen por supuesto, una referencia limitada, apuntando a definir
a un grupo particular más que a una especie entera. Bárbol se refiere a Galadriel y Celeborn
como a vanimar “los nobles/justos” que son, obviamente, tan solo un par de “nobles/justas”
(maravillosas) personas, y no constituyen por sí solos una raza completa de gente noble o
maravillosa en el mundo.
Puede que el sistema de trabajo sea algo así: si te quieres referir a un grupo, usando el
plural normal (terminado en –r o en –i) y no se inserta el artículo determinado ante el nombre
plural, el mismo nombre servirá de referencia genérica, a menos que el contexto de la frase
indique claramente lo contrario. Tenemos un ejemplo de Tolkien en Valar valuvar “los deseos
de (todos) los Valar (dioses, poderes divinos) serán cumplidos” (WJ:404). Aquí Valar es un
plural “total o general”; no se refiere a “algunos” dioses, sino a la estirpe completa de los
Valar. Si se quiere destacar a alguno de los Valar en concreto, en contraposición a la raza
completa de los dioses, lo apropiado sería usar el partitivo plural Valali (Tolkien parece querer
decirnos que “algunos orcos” es una posible referencia al partitivo plural yrch del Sindarin). El
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término “partitivo” plural sugeriría que estamos tratando con un subgrupo, con una parte del
grupo total de los Valar que existen. Pero, una vez establecido Valali como “un grupo
previamente mencionado”, deberemos volver al plural “total” que no se refiere al susodicho
grupo. Sería apropiado hablar de este subgrupo como de i Valar (con el artículo determinado,
“los” dioses concretos que se citan aquí).
Cuando Bárbol se dirige a Galadriel y Celeborn como a vanimar “los nobles”, está
usando el plural “particular”, hasta el momento en que se refiere a “dos” nobles “concretos”.
Pero cuando los describe como vanimálion nostari “engendradores de nobles”, utiliza el
plural “partitivo” para dejar claro que Galadriel y Celeborn son los (grandes) padres de
algunos nobles en comparación con todos los nobles del mundo (quizá las palabras de Bárbol
significan que “algunos” y no “todos” los hijos de Galadriel eran nobles o maravillosos. Sin
embargo, el contexto como una norma de cortesía en general, indicaría lo contrario).
Para resumir: puede que lo que en nuestro idioma se expresaría con: alguno+nombre
plural, en Quenya deba expresarse con el plural acabado en –li. Así, la vieja teoría del plural
múltiple no sería del todo correcta; de hecho, se mantendría el criterio de que la raíz original –
li- significa “muchos”. Quizá y especialmente cuando se combinan los plurales acabados en –
li con el artículo determinado, pudiéramos deducir una cierta idea de “gran multitud”, como en
la frase de Namárië: i falmalinnar “bajo el ((?)vasto océano de) espumosas olas”. Pero en
general, sería más aconsejable usar un adjetivo separado para indicar “muchos” (en este
curso se usa el adjetivo rimba, plural rimbë, definido por Tolkien como “numerosos”).
Hasta que descubramos algunos ejemplos, estas teorías serán solamente teorías.
Como ya dije, en realidad no puedo descartar la posibilidad de que, a veces, Tolkien hubiera
usado plurales acabados en –li, donde yo he usado plurales normales en los ejercicios de este
curso. Mucho menos podría asegurar si en algún momento él habría rechazado esa forma de
redacción como absolutamente errónea o antigramatical, desde el punto de vista del Quenya.
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En la Carta Plotz, Tolkien ofrece una lista de finales de caso, incluyendo el elemento
dual – t: genitivo=-to, dativo=-nt, alativo=-nta, ablativo=-lto, locativo=-tsë, instrumental=-nten.
Obviamente existen ciertas variaciones en relación con los finales de caso más simples,
asociados normalmente con el singular: -o, -n, -nna, -llo, -ssë, -nen. La correspondiente
terminación dual viene dada simplemente al hacerle un hueco a una –t-, y (donde fuera
necesario) adaptar el resultado a la correcta fonética del Quenya. Entonces, la pregunta es:
dando por hecho que –t es lo que marca el dual, ¿deben los casos que llevan –t usarse solo
con nombres que lleven la forma dual nominativa acabada en –t, como ciryat? Los nombres
que lleven en el nominativo la otra marca dual –u, ¿no deberían usar los casos con final –t?
Esta es una cuestión que debatí brevemente en muchas de las lecciones y, como ya he
indicado, no hay una respuesta cierta y fiable. Podemos formular una teoría plausible
imaginándonos como los finales de casos en –t se originaron en los comienzos del idioma.
Quizá Tolkien imaginara que inicialmente las terminaciones de los casos se añadían sin más a
la forma simple dual terminada en –t.
De esta manera, y comenzando por el nominativo simple ciryat “dos barcos, una
pareja/un par de barcos”, tendremos:
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Siendo esto así, tenemos razones para pensar que las mismas terminaciones de los
casos llevarán también los sufijos de las formas duales terminadas en –u, como en el ejemplo
siguiente, en el que usamos Aldu “dos árboles” como muestra:
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entrada LEP-). Si esta forma sobrevivió sin tener en cuenta la redefinición de los finales de
caso hecha por Tolkien, el dativo de aldu debería ser alduen.
No hay ninguna terminación dual contrastada en ningún sitio para la forma del caso
posesivo adjetival. Tenemos la teoría de que debería llevar un final –twa en el caso de las
formas duales acabadas en –t (ciryatwa “de un par de barcos”), pero si la teoría expuesta
más atrás fuera correcta, el final será simplemente –va en el caso de las formas duales
terminadas en –u (alduva “de (los) dos árboles”).
El Poema Markirya incluye dos ejemplos de un infinitivo especial que lleva el prefijo a-
(Tolkien escribió na- en un principio, y luego lo cambió por a-, lo que nos sugiere que fue una
forma gramatical surgida espontáneamente de su mente al finalizar la última versión del
Poema).
Los verbos aquí afectados por la raíz a-, son hosta- “congregar, reunir”, y cúna
“someter, doblegar”. Bien, ¿cuál es la función del prefijo a-?
Tolkien dio unas concisas instrucciones al respecto en una vaga nota: “cuando la raíz
esencial del verbo se usa como infinitivo (como tras: ver, oir, etc.), llevará el prefijo a- si el
nombre es el objeto y no el sujeto del verbo...” (MC:223). Hay al menos dos posibles
interpretaciones de esto, pero la “tradicional” (reflejada en muchos textos del propio Tolkien),
nos lleva a la siguiente conclusión: tras los verbos de los sentidos, como “ver, mirar, oler, oir,
etc.” generalmente nos encontraremos algún nombre que será el objeto del verbo del sentido
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Helge K. Fauskanger Apendices
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en cuestión. En los ejemplos anteriores, lumbor “nubes” y menel “cielos”, son los objetos (no
los sujetos) del verbo cenuva- “ver”. No obstante, estos verbos son a su vez los sujetos
lógicos de los verbos “congregar” y “someter”: las nubes se congregan, los cielos se someten.
Así pues, para expresar lo que un objeto “está haciendo” al tiempo que es el sujeto de otro
verbo, se usará un infinitivo con el prefijo a-. En otras palabras: man cenuva lumbor ahosta,
es la forma Quenya de decir “¿quién se encargará de congregar a las nubes?”. Pero, a
diferencia de “congregar” en este circunloquio, ahosta sigue siendo un infinitivo como se ha
visto claramente por el hecho de no llevar el plural acabado en –r, siendo lumbor “nubes” su
lógico sujeto, el que va en plural. Podemos sorprendernos al ver como se añade el prefijo a- a
una raíz verbal que empieza por vocal, especialmente en –a-. Como ya sugirió Nancy Martsch
en su Basic Quenya, a veces este hecho podría pasar desapercibido en el conjunto de un
guión, en una frase como por ejemplo cennen i nís a-anta(?) i seldon parma “ví a la mujer
dar el libro al muchacho”. Tampoco es muy seguro como se debe añadir el prefijo a- a los
verbos primarios. Un verbo como mat- “comer” probablemente llevaría incluida la terminación
–ë en su forma raíz si hiciera funciones solo de infinitivo. Por supuesto, podemos añadir el
prefijo a- y construir una frase como tirnen i Naucor amatë “ví comer a los Enanos”. Sin
embargo, una forma como amatë debería acentuarse en la primera sílaba, justo en la posición
del prefijo. ¿Podríamos ignorar las reglas normales del énfasis y dejar caer el acento sobre la
sílaba siguiente a la del prefijo (la ortografía de a-matë serviría para expresar esto)?
Actualmente el Poema Markirya posee un ejemplo relevante que concierne al verbo cir-
“navegar”, pero en ese ejemplo no se usa el prefijo a-. Haciendo una corrección de algo que
probablemente se interpretó mal (en el manuscrito de Tolkien se interpreta –a- hasta tres
veces como –e-), esta frase quedaría como: man cenuva fána cirya métima hrastallo círa
“¿Quién verá un barco blanco navegar desde la última costa?” (?) (La traducción poética de
Tolkien en MC:214, reza lo siguiente: “¿quién verá un barco blanco dejar la última costa/partir
desde la última costa?”, y eso es claramente, un significado literal). La construcción general es
muy similar a la de los ejemplos citados anteriormente; el “barco blanco” es el objeto del verbo
cenuva “ver”, pero es al mismo tiempo, el sujeto del verbo cir “navegar”. La segunda parte, se
construye simplemente como un “continuo”, similar en la forma a los tiempos presente o
continuo: círa. Así, debemos asumir que: “ví comer a los Enanos”, también se podría expresar
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Helge K. Fauskanger Apendices
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como: tirnen i Naucor máta, y creo que sería preferible esta construcción a la engañosa
forma con amatë.
Ahora surge una nueva pregunta: ¿porqué una raíz de continuo simple no puede
sustituir al infinitivo con el prefijo a- en cualquier sitio? Los verbos hosta- “congregar” y cúna-
“doblegar” producirían probablemente las formas hostëa y cúnëa. ¿Porqué entonces: “quién
se encargará de congregar a las nubes, de doblegar a los cielos?”, no se puede expresar
como: man cenuva lumbor hostëa, menel cúnëa...? ¿Porqué Tolkien usó las formas
ahosta y acúna? Por lo que sabemos, ambas construcciones son perfectamente utilizables y
correctas. Tolkien se limitó a reproducir la que surgió primero en su mente o la que mejor se
adaptaba a la métrica de su poema.
“Gildor Inglorion” ha aportado una nueva interpretación de la función del prefijo a-, que
podría permitirnos explicar todas las fórmulas expuestas. Ya hemos citado la nota de Tolkien
en la que dice: “...cuando la raíz esencial de un verbo se usa como infinitivo de un verbo de
los sentidos, llevará el prefijo a- si el nombre es el objeto y no el sujeto...” (MC:223). Esto
quiere decir que se aplicará esta máxima cuando el nombre (es decir: el objeto del verbo
principal en la oración) sea el objeto lógico (no el sujeto) del propio infinitivo. Si es así, está
claro el porque no puede usarse el prefijo a- en una frase como: “¿quién verá un barco blanco
navegar...”, porque el barco es el sujeto lógico del verbo navegar y no el objeto. Esta
interpretación significaría que los verbos hosta- “congregar” y cúna- “doblegar”, son
transitivos en los ejemplos en los que se use el prefijo a-, e intransitivos en la traducción a
nuestro idioma: “Quién se encargará de reunir/congregar a las nubes, de someter a los
cielos?” En nuestro idioma, son las nubes las que se forman a sí mismas o algo parecido, y
los cielos se dirigen/dominan también a sí mismos; no necesitan de nada ni de nadie que los
dirija.
Hosta- significa también “recoger”, claramente transitivo. Por supuesto, este verbo
podría ser indistintamente transitivo o intransitivo, ya que hay al menos otro verbo también
acabado en –ta (orta- “levantar” –transitivo- y “originar” –intransitivo-). Pero si hosta- se toma
en el sentido de “reunir”, la forma transitiva de “recoger”, y el prefijo a- nos dice que el nombre
que va a continuación del infinitivo es el “objeto” y no el sujeto de ese verbo, entonces: man
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cenuva lumbor ahosta(?) significará: “¿quién se encargará de reunir a las nubes para que
sean recogidas?”. Similarmente: man cenuva...menel acúna significaría: “¿quién se
encargará...de que los cielos sean sometidos?”. Gracias a esta interpretación del uso del
prefijo a-, nuestro ejemplo particular tirnen i Naucor amatë, no significará: “ví comer a los
Enanos”, sino: “¡ví a los Enanos siendo comidos!”. El prefijo a- indicaría que el nombre delante
del infinitivo sería tomado como el objeto y no el sujeto del banquete.
Quizá nunca sepamos con certeza cual der estas dos interpretaciones es la correcta.
Podría perfectamente ser que el prefijo a- (y su variante –na), fuera espontáneamente
inventado por Tolkien, trabajando en la última versión del Poema Markirya, y deslizado
fortuitamente desde cualquiera de sus notas.
El saludo: elen síla lúmenn’ omentielvo “una estrella brilla en la hora de nuestro
encuentro”, ejemplifica un rasgo frecuente pero no obligatorio de la fonética Quenya: cuando
una palabra termina en vocal y la palabra siguiente comienza también en vocal, la primera de
estas dos desaparece. Así pues, el final en –a de lúmenna “en (la) hora”, se omite ante la o-
inicial de omentielvo “de nuestro encuentro”. En el “Juramento de Elendil” tenemos que en la
frase tenn’ Ambar-metta “hasta el fin del mundo”, la preposición tenna “hasta” se ve reducida
a tenn’ ante la inicial a- de Ambar-metta “fin del mundo”. Ocasionalmente, este fenómeno
puede llevar a otro nuevo como es la aparente unidad de palabras, tal y como ocurre con la
misma preposición tenna “hasta” y el nombre oio “fin de los tiempos”, que, contraídas darían
lugar a: tennoio (tenn’oio) “siempre, eternamente” (UT:305,317).
Naturalmente, esta omisión de la vocal final es especialmente común y útil cuando una
palabra acaba en una vocal similar o idéntica a la del principio de la palabra siguiente (como la
omisión de –a ante o- y a- en los ejemplos anteriores). En La Canción de Fíriel (LR:72), hay
un punto bajo las vocales finales, indicando que son susceptibles de sufrir elisión. Para marcar
las frases relevantes desde ese punto de vista, hemos sustituido el punto por un subrayado, a
fin de no alterar demasiado el texto original en Quenya, en frases como: 1): Ilu Ilúvatar en
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káre eldain “Iluvatar hizo el mundo de los Elfos”. Aquí se omitiría la –e final de káre “hecho”,
por coincidencia con la vocal de inicio de la siguiente palabra eldain; 2): íre ilka yéva nótina
“cuando todo es contado”, e: íre Anarinya qeluva “cuando mi sol se apague”. Aquí tenemos
la elisión de la –e final ante i- y arespectivamente; 3): enyáre tar i tyel “en el día después del
final”, lo que interpretamos como una intención de Tolkien de dar un único ejemplo de una
vocal final suprimida ante una inicial consonántica en la siguiente palabra tar.
Tenemos pues que la omisión de la vocal final no es necesaria para crear un Quenya
correcto, por lo que la elisión se ignorará en los ejercicios de este curso. La frase lúmenn’
omentielvo aparece en ellos por dos veces en su forma completa: lúmenna omentielvo
(WJ:367; Cartas:424). Nuestra obra contiene también ejemplos en los que la vocal final
persiste a pesar de que la siguiente palabra comienza en vocal idéntica (como en la oración:
aurë entuluva “el día llegará de nuevo”, citada en Silm, capítulo 20). Aunque la frase se
podría acortar y convertirla en aur’ entuluva, no es necesario como ya se ha dicho. La elisión
de las vocales finales sería probablemente más común en el idioma hablado, así como en
poesía cuando la métrica de los versos del poema así lo requiera
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Helge K. Fauskanger Vocabulario
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VOCABULARIO:
Estas listas Quenya-español y español-Quenya, cubren el vocabulario empleado en los
ejercicios de las lecciones 2 a la 20 del presente curso, excepto algunos nombres propios (las
palabras que aparecen en el texto principal de las lecciones, pero que no se usan en los
ejercicios, están excluidas. Las palabras que aparecen en los ejercicios de la Lección Uno
están también excluidas, puesto que sus significados son irrelevantes para los ejercicios).
Advierto que las palabras que están en estas listas se hallan en su forma básica; el texto de
los ejercicios requeriría formas más complejas, declinadas y derivadas. Las terminaciones
declinativas no están incluidas en la lista Quenya-español, pero las terminaciones
pronominales si van incluidas en la siguiente español-Quenya.
Vocabulario Quenya-Español:
á: (variante a) (partícula imperativa, combinada con una forma del verbo, similar al
infinitivo, p.e.: á carë! “¡hazlo!”)
airita-: (verbo): “santificar, venerar” (pasado: airitánë)
aiwë: (nombre): “pájaro” (referido en un principio a pájaros pequeños)
alassë: (nombre): “alegria”
alda: (nombre): “árbol”
alta: (adjetivo): “grande”
alya: (adjetivo): “rico”
Ambar: (nombre): “(el) Mundo” (tratado como nombre propio)
ambo: (nombre): “colina”
an: (conjunción y preposición): “por”, “para” (en este curso se usa como conjunción)
an-: (prefijo superlativo)
Anar: (nombre): “(el) Sol” (tratado como nombre propio)
ando: (nombre): “puerta”
ango (angu-): (nombre): “serpiente”
anna (nombre): “regalo”
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Helge K. Fauskanger Vocabulario
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anta-: (verbo): “dar”, pasado irregular: ánë aunque la forma regular (?)antanë podría
ser válida también
anto: (nombre): “boca”
anwa: (adjetivo): “real, actual, verdadero”
apa: (preposición): “después”
ar (conjunción): “y”
aran: (nombre): “rey”
arwa: (adjetivo): “posesión”, “en control de...”, “teniendo...”, seguido por un genitivo
Atan: (nombre): “Hombre” (genérico: Hombre Mortal, “Humano” como opuesto a “Elfo”,
en contraste con el término genérico nér)
atta: (cardinal): “dos”, attëa: (ordinal): “segundo” (sustituyendo a los antiguos tatya,
atya)
aurë: (nombre): “día” (el período de luz del día, no el total de las 24 horas)
auta-: (verbo): “dejar, ir, pasar”, pasado: oantë, perfecto: oantië (el acto físico de “dejar
un sitio” para “ir a otro”, puesto que el pasado vánë y el perfecto avánier han
desaparecido)
áva: “¡no!” (la partícula imperativa á+la negación –va; la forma áva se combina con una
forma del verbo similar al infinitivo para expresar una orden negativa, p.e.: áva carë!
“¡no [lo] hagas!”)
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Helge K. Fauskanger Vocabulario
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ná-: (verbo): “es”; nar: “son”, futuro: nauva “será”; ver también né
namba: (nombre): “martillo”
nan: (conjunción): “pero”
Nauco: (nombre): “Enano”
nauva: ver ná
né: se ha dado como el pasado de ná “es” = “era”
neldë: (cardinal): “tres”; nelya (también neldëa): (ordinal): “tercero”
nér (ner-): (nombre): “hombre” (macho adulto de una especie racional)
nertë: (cardinal): “nueve”; nertëa: (ordinal): “noveno”
ni: (pronombre independiente): “yo” (aparece a menudo con terminaciones de caso,
p.e.: dativo: nin “para mí”). La forma del objeto es nye “mí”
nilmë: (nombre): “amistad”
449
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450
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pol-: (verbo): “ser (físicamente) capaz de...”, por lo general traducido como “poder”
(referido a una habilidad física: no “poder” con el significado de “saber como...”, lo que
sería ista-, o “poder” como “estar permitido”, que sería lerta-)
polda: (adjetivo): “[físicamente] fuerte”
pusta-: (verbo): “parar, detener”
quainëa: (ordinal): “décimo” (con arregloa a una fuente moderna; presupone a otra
palabra además de a cainen como cardinal “diez”)
quen: (pronombre indefinido): “uno, alguien, alguno”
quet-: (verbo): “hablar, decir”
sa: partícula “que”; introduce a las oraciones nominales (con arreglo a una fuente de
valor bastante cuestionable)
saila: (adjetivo): “sabio”
451
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452
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ya: (pronombre relativo): “que, cual”, generalmente con terminación de casos; como
pronombre relativo alternando con i
yá: (postposición): (?)” hace” (de duración, como el inglés “ago”)
yána: (nombre): “lugar de adoración, santuario”
yana: (demostrativo): “eso” = “el último” (de tiempo, referido a una entidad pasada)
yondo: (nombre): “hijo”
yulma: (nombre): “copa, taza”
453
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Vocabulario Español-Quenya:
Bajo: nu (posición)
Barco: cirya
Bastar: farya-, pasado: farnë
Beber: suc-
Bendecir: laita- (alabar)
Blanco: ninquë
Boca: anto
454
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Caballo: rocco
Cada: ilya (+un nombre singular)
Caer: lanta-
Cámara: sambë (habitación)
Cantar: linda-
Carne: hrávë
Calle, carretera: mallë
Casa: coa
Cielo: Menel
Cinco: lempë
Ciudad: osto
Coger: mapa-
Colina: ambo
Comer: mat-
Como: ve
Como: manen
Conocer: ista-, pasado: sintë
Controlar: tur- (gobernar)
Convocar: hosta- (reunir)
Copa: yulma
Cortés: vanya (amable, noble, maravilloso)
Cosa: engwë
Cual: i, ya
Cuando: írë
455
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456
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457
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Habitación: sambë
Habitar: mar-
Hablar: quet-
Hace (de tiempo): yá (postposición)
Hacer: car-
Hasta: tenna
Herir: harma-
Hermana: seler (sell-)
Hermano: toron (torn-)
Hijo: yondo
Hombre (macho adulto de una especie racional): nér (ner-)
Hombre (genérico “humano” /Mortal como opuesto a Elfo): Atan
Idea: noa
Ido: vanwa (perdido, pasado, evadido)
Impeler (verbo impersonal): or-, ora- (urgir)
Invierno: hrívë
Ir: lelya-, pasado: lendë, perfecto: [e]lendië
Izquierda (dirección): hyarya
458
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Malvado: úmëa
Mano: má
Maravilloso: vanya (amable, cortés, noble)
Marcharse: auta-, pasado: oantë, perfecto: oantië
Martillo: namba
Más allá: pella (usado en Quenya como postposición)
Mí: -nye, a/para mí: nin (dativo)
Mi (posesivo): terminación –nya
Miedo: ruc
Mirar: tir-
Montaña: oron (oront-)
Morar: mar-
Morir: fir- (expirar)
Muchacho: seldo (chico)
459
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Muchos: rimba
Muerto: firin
Mujer (hembra adulta de una especie racional): nís (niss-)
Mundo: Ambar
Muro: ramba
Negro: morë
¡No! (partícula introductora de órdenes negativas): áva!
No: lá, verbo negativo “no ser”: um-, pasado: úmë, futuro: úva
Noble: vanya (amable, cortés, maravilloso)
Noche: lómë (lómi-)
(el) Norte (punto cardinal): Formen
Nosotros: terminación de sujeto: -lmë (inclusivo), -mmë (exclusivo), correspondiendo a
los pronombres enfáticos independientes elmë, emmë
Nuestro: terminación posesiva: -lma (inclusivo), -mma (exclusivo)
Nuestro (exclusivo): me (ver “nosotros”)
Nueve: nertë, noveno: nertëa
Numeroso: rimba
460
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Pájaro: aiwë
Pánico: ruhta
Parar: pusta-
Pared: ramba
Pareja (casados): veru (hombre y mujer, esposos)
Partícula imperativa: á, a
Partícula interrogativa: ma
Pasado: vanwa
Paz: sérë
Perdido: vanwa
Permanecer: mar- (morar, habitar)
Pero: nan
Perseguir: roita-
Piedra (pequeña): sar (sard-)
Piso, planta: talan (talam-)
Poder: pol-
Poderoso: taura
Poner fin a...: metya- (acabar, finalizar, terminar)
Por, para (conjunción): an
Poseer: harya-, poseyendo: arwa
Posesión: arwa
Prefijo superlativo: an-
Primero: minya
Proceder, venir de...: lelya-, pasado: lendë, perfecto: [e]lendië
Proteger: varya-
Puerta: ando
461
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462
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Taza: yulma
Temer: ruc-
Tener: harya-, teniendo: arwa
Tener permiso para...: lerta-
Tercero: nelya, neldëa
Terminar: metya- (acabar, finalizar, poner fin a...)
Terrible, temible, terrorífico: ruhta
Terror: ruhta
Tesoro: harma
Tierra, territorio: nórë (asociado a una gente en particular)
Todo: ilya (ilyë ante un nombre plural)
Torre: mindon (gran torre)
Trasgo: urco (urcu-), orco, orc
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Tres: neldë
Tú: tye
Tu (terminación posesiva): -lya (tuyo)
Tumbarse: caita-
Tuyo/vuestro (terminación posesiva): -lya
Y: ar
Yacer: caita-
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NOTA: Las lecciones y los ejercicios siguen puliéndose. En algunos casos, las
revisiones incompletas han creado ciertas discrepancias entre los ejercicios y las
correspondientes soluciones. El autor de este curso cree haber sido capaz de explicar esos
errores, pero si sospechas que alguna de las soluciones no se ajusta realmente a los
ejercicios en cuestión, por favor descárgate la versión más reciente que encuentres del fichero
de las soluciones y de la parte del curso afectada. Si aún así persistiera la discrepancia en las
últimas versiones, remíteme por favor tu problema a mi atención (curso@ardalambion.com).
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Leccion Uno:
1. Marcar la vocal acentuada o el diptongo:
a. Alcar
b. Alcarë
c. Alcarinqua
d. Calima
e. Oronti
f. Únótimë
g. Envinyatar
h. Ulundë
i. Eäruilë
j. Ercassë
Tal y como Christopher Lee hace la acentuación nai yar VAXëa RASSelya TALTuva
notto-CARinnar, las palabras yarvaxëa y taltuva están correctamente pronunciadas. Sin
embargo, rasselya debería haberse acentuado rassELya en vez de RASSelya, y
nottocarinnar debería ser notto-carINNar, en vez de notto-CARinnar. ¿Debamos quizá
aceptar que “Saruman” en esta escena usa una métrica especial, empleada solamente en las
invocaciones mágicas, descartando de ese modo las reglas generales de acentuación?
2.
467
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Leccion Dos:
1.
a. “Caballos”
b. “Rey” o “un rey” (con artículo indefinido, dependiendo del contexto).
c. “El caballo”
d. “Los caballos”
e. “Reyes”
f. “Una raza bajo un rey”
g. “El rey y la reina”
h. “Doncellas”
2.
i. Tasari
j. Eldar
k. I arani
l. Lier
m. I rocco nu I tasar
n. Vendë ar tári
o. I tári ar I vendi
p. Anar ar Isil (probablemente no i Anar ar i Isil, ya que en Quenya las palabras que
denotan a estos cuerpos celestes se toman como nombres propios, sin artículo).
468
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Leccion Tres:
1:
2:
i. Atta ciryar
j. Ciryat
k. Rancu (si el ejemplo peu “par de labios” es correcto, se usará siempre la terminación
dual –u en vez de –t, en los casos donde se hallen afectadas partes del cuerpo,
siempre y cuando el nombre no lleve d o t)
l. Orontu (ya que oron “montaña” tiene la raíz oront-, la terminación dual sería –u en vez
de –t)
m. Andu (terminación –u en vez de –t puesto que aparece d en la palabra)
n. Aiwet
o. Atta aiwi
p. Neri ar nissi
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Leccion Cuatro:
1:
a. “Un caballo negro”
b. “Ojos brillantes” (hendu=un par natural de ojos)
c. “Tres hombres muertos”
d. “Pájaros maravillosos”
e. “Una reina es una mujer poderosa”
f. “Las montañas son grandes”
g. La mejor interpretación: “un rey [es] poderoso”;la cópula está sobreentendida, pero
también podría ser “un poderoso rey” aplicando un inusual orden de palabras (un
adjetivo atributivo iría ante el nombre que describe: taura aran en vez de aran taura)
h. “El hombre y la mujer son sabios”
En teoría los ejercicios A, B y D, se podrían interpretar también como: “negro [es] un caballo”,
“brillantes [son] ojos”, “maravillosos [son] pájaros”, suprimiendo la cópula como en el ejercicio
G. Pero cuando el adjetivo está colocado inmediatamente delante del nombre al que describe,
se asume normalmente que se usa de forma atributiva y no predicativa. Por otro lado, cuando
el orden es: nombre+adjetivo como en G, la cópula “es/son” puede perfectamente omitirse.
2:
i. I ninquë ando
j. Alta cirya
k. I talan ná carnë
l. Minë morë sar ar neldë ninqui sardi
m. Sailë arani nar taurë neri
n. I taura nér ar i vanya nís nar úmië
o. Eldar nar vanyë
p. Eldar nar vanya lië (advierto que aquí, el adjetivo concuerda en número con el nombre
singular lië “una gente/raza”, al que describe atributivamente. No concuerda con el
nombre plural “Elfos” como en el ejercicio anterior)
470
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Leccion Cinco:
1:
2:
471
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Leccion Seis:
1:
a. “El hombre lee el libro”
b. “Los Enanos comían”
c. “El rey convocó a la reina”
d. “Una mujer cantó”
e. “Las doncellas miraban al Elfo”
f. “Los cinco caballos yacían [(?)estaban tumbados] bajo el gran sauce”
g. “Las estrellas brillaron/brillaban”
h. “El Enano vió un caballo”
Como se sugiere en F, puede que en Quenya sea posible traducir los pasados usando
“era/eran/estaban...-ndo/s, -ado/s”, p.e.: B):” los Enanos estaban comiendo”, D):”una mujer
estaba cantando”, F):”los cinco caballos estaban tumbados”. Sin embargo, el Quenya puede
también tener formas verbales diferentes para estos significados. El material publicado
proporciona pocas pistas en esta materia.
2:
i. Nauco hirnë i harma
j. I Elda quentë
k. I rocco campë
l. I aran mellë Eldar (o: …i Eldar, con el artículo si la frase “los Elfos” se refiere a unos
Elfos en particular y no a la raza en general)
m. Nér tencë lempë parmar
n. I tári ortanë
o. I arani haryaner altë harmar
p. I aran ar I tári tultaner canta Eldar ar lempë Naucor
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Leccion Siete:
1:
a. “Muchos Enanos poseen tesoros”
b. “El Sol se levantará y los pájaros cantaran”
c. “Seis hombres vigilarán la puerta”
d. “Todos los Hombres morirán”
e. “Todos los Hombres mueren”
f. “Un hombre sabio lee muchos libros”
g. “Cada estrella brilla sobre el mundo”
h. “El Elfo coge al Enano”
2:
i. Ilya Elda ar ilya Atan
j. I Elda hiruva i Nauco
k. I rocco capë or I Nauco
l. I aran turë rimbë ohtari ar turuva ilya Ambar
m. I aran ar I tári cenduvar I parma
n. I ohtar turë macil
o. Ilyë rávi matir hrávë
p. Enquë rávi mátar hrávë
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Leccion Ocho:
1:
2:
i. I nér utúlië
j. I otso Naucor amátier
k. I seldor ecénier rá imbë i aldar
l. I enquë Eldar oroitier i otso Naucor
m. I Nauco unurtië harma
n. Alaitien [o: alaitienyë] i aran, an i aran elérië ilyë móli
o. Alantiel [o: alantielyë], ar ecénienyes
p. Emétienyes
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Leccion Nueve:
1:
a. “[la] Luna brillando está levantándose sobre el mundo”
b. “El Enano saltando cayó a través del suelo”
c. “Puedo oir una doncella cantando”
d. “Un hombre empuñando una espada no temerá a los ocho poderosos guerreros”
e. “Un esclavo cogiendo a un hombre poderoso no es sabio”
f. “Los ocho leones que yacían bajo los árboles se levantaron, porque los leones querían
devorar a los hombres”
g. “Un león no puede parar de comer carne”
h. “El terrorífico guerrero terminó de vigilar a la gente, porque el guerrero no era sabio”
(otra posible interpretación: “...paró de vigilar...”, en vez de “...terminó de vigilar...”)
2:
i. I nér roitala i Nauco ná ohtar
j. I aran mernë lelya
k. I vendë úmë verya cenë i tári
l. I lálala nissi lender mir I coa
m. I tolto lelyala Naucor polir hirë rimbë harmar
n. Úmel(yë) laita i Elda, umil(yë) laita i Atan, ar úval(yë) laita i Nauco
o. Merin(yë) lelya ter Ambar ar lerya ilyë lier
p. Veryala nér lendë ter i ando ar mir i oron
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Leccion Diez:
1:
a. “Los amo profundamente”
b. “Cantan maravillosamente, como [los] Elfos”
c. “Todas las nueve puertas están vigiladas”
d. “Quieren encontrarlo rápidamente”
e. “Tienes dos libros y al final los has leído”
f. “Ya he visto un Elfo”
g. “El tesoro escondido no será encontrado” (posiblemente en Quenya, mediante úva
hirna se sugeriría: “...no habrá sido encontrado”, refiriéndose a alguna situación futura).
h. “No querían hacerlo, viendo que era suficiente”
2:
i. Elendientë nuldavë ter i nórë (seguramente hemos entendido que “has/han ido” se
traducía mediante el perfecto del verbo lelya-, o ¿vamos a empezar a liarnos con
lelyaina o algo parecido, buscando desesperadamente una palabra diferente para decir
“ido”? No es necesario...)
j. I hostainë Eldar mer ner cenitas
k. Técina lambë umë ve quétina lambë
l. Lempë ciryar úmer farya; nertë farner
m. Anwavë pustuvan [o: pustuvanyë] caritas
n. Lintavë hostanentë i nertë ruhtainë Naucor
o. Teldavë cenuvalyet ve emériel(yë) cenitat
p. Ulmintë merë hlaritas
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Leccion Once:
1:
a. “Encontraron la muerte con la espada del guerrero” (genitivo de primer posesor)
b. “Las estrellas del cielo están brillando” (genitivo locativo: las estrellas están en el cielo)
c. “Ví los ojos de la mujer” (dual) (partitivo genitivo: los ojos de la mujer son físicamente
parte de ella)
d. “Ellos verán al Rey de los Hombres y (de) todas las tierras” (genitivo describiendo la
relación entre un legislador y los legislados: la gente del territorio)
e. “Una casa sin suelos no es una casa real” (la preposición ú “sin”, va seguida por el
genitivo, así pues: ú talamion en Quenya)
f. “Los malvados hermanos de la reina, quieren regir los pueblos del mundo” (i tário
úmië torni: genitivo de relación familiar. Ambaro lier: genitivo locativo: los pueblos
están en el mundo)
g. “Los cuernos de los animales son grandes” (partitivo genitivo, como en C)
h. “Los diez leones comieron rápidamente la carne de caballo” (i rocco hrávë “la carne
del caballo”: genitivo de fuente u origen: la carne viene del caballo. Advierto que el
nombre rocco “caballo” es inmutable en el genitivo singular, pues ya termina en –o)
2:
i. Menelo aiwi [o: (i) aiwi Menelo] cenuvar cainen ohtari imbë i altë síri (Menelo aiwi
“los pájaros del cielo”: genitivo locativo)
j. I arano mól [o: (i) mól i arano] ulyanë limpë mir (i) analta i yulmaron [o: mir i
yulmaron analta] (i arano mól “los esclavos del rey”: genitivo que denota la relación
entre el legislador y los legislados, o bien variadas relaciones entre la gente en general.
Advierto que ulyanë está como pasado: “vertido, derramado” en sentido transitivo. [i]
analta i yulmaron, o: I yulmaron analta “la más grande de las copas”: genitivo
partitivo: la copa más grande es una de las mencionadas. El ejemplo de Tolkien
elenion ancalma “la más brillante de [entre las] estrellas”)
k. I Eldo toron [o: (i) toron i Eldo] hostanë (i)cainen parmar elenion (i Eldo toron “el
hermano del Elfo”: genitivo de relación familiar. Advertir que cuando la terminación –o
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Leccion Doce:
1:
a. Ambas frases pueden traducirse como “el vino de los Elfos”. Sin embargo, la frase
genitiva i limpë Eldaron, implica “el vino venido de los Elfos”, es decir: un vino que, de
alguna manera, es originario u obtenido por los Elfos. Por otro lado, la frase posesiva i
limpë Eldaiva, significa “el vino propiedad de los Elfos” en el tiempo que se considera,
sin importar el origen del vino
b. “Tienes una copa de oro” (yulma maltava “copa de oro”: el posesivo-adjetival usado en
su sentido “compositivo”, denotando de que material está hecha)
c. “El caballo del Elfo ha caido en la garganta profunda” (i rocco i Eldava “el caballo del
Elfo”: caso posesivo usado para el propietario actual. Se podría argumentar que los Elfos
de Tolkien parecen estar muy cerca de sus caballos, tomándolos como parte más de la
familia que de sus posesiones, y así podría ser más apropiado usar el genitivo: i rocco i
Eldo, o: i Eldo rocco. Pero como ya dije en la Introducción, los Elfos de estos ejercicios
no tienen que ser necesariamente los Elfos de Tolkien)
d. “Los Hombres de Paz no son guerreros” (Neri séreva “hombres de paz”: posesivo-
adjetival usado como característica permanente)
e. “Los grandes muros de piedra esconden las casas de los diez hombres más ricos de la
ciudad” (rambar ondova “muros de piedra”: compositivo+-va. I coar i cainen analyë
neriva “las casas de los diez hombres más ricos”: posesivo usado como propiedad
actual. [neri] i osto “[hombres] de la ciudad”: genitivo locativo: los hombres están en la
ciudad. Advertir que la palabra osto está aquí declinada en genitivo, aunque la
terminación –o es invisible debido a que el nombre ya termina en –o, como en L y N)
f. “La casa de la hermana del rey es roja” (en la frase i coa i arano selerwa, el genitivo i
arano “del rey” es dependiente de selerwa “hermana”, cuya forma posesiva se convierte
en i coa “la casa”. El genitivo se refiere a relaciones familiares, el posesivo a la
propiedad actual de la casa. I coa i selerwa i arano “la casa de la hermana del rey”,
sería lo más claro)
g. “Uno de los esclavos ha cogido la espada del rey” (minë i mólion “uno de los esclavos”:
genitivo partitivo; i macil i aranwa “la espada del rey”: el posesivo que se usa para
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propiedad actual. Si los esclavos hubieran escapado con la espada del rey, se
convertiría en i macil i arano: el genitivo indicando última posesión. Si los esclavos
rebelados matan al rey con su propia espada, esta acción produciría el mismo efecto: el
rey quedaría reducido al último posesor: i macil i aranwa: entra en el pecho del rey, i
macil i arano: sale por su espalda)
h. “El hermano de la doncella encontró todos los tesoros de los once Enanos entre los
cuatro cuernos de las Montañas Blancas” (i vendëo toron “el hermano de la doncella”:
genitivo de relación familiar; i harmar i minquë Naucoiva “los tesoros de los once
Enanos”: posesivo que denota “posesión actual”; i canta rassi i ninqui orontion “los
cuatro cuernos de las Montañas Blancas”: partitivo genitivo si los cuernos se toman
como parte de las montañas, o genitivo locativo si se quiere indicar que los cuernos
“están” en las montañas)
2:
i. Síri limpeva uller mir i nero anto [o: mir (i) anto i nero] (síri lempeva “rios de vino”:
compositivo+-va. I nero anto “la boca del hombre”: genitivo partitivo: la boca del
hombre como parte de él. Ver también: uller y no ulyaner, como pasado intransitivo de
ulya- “escanciar”)
j. I seldoron saler [o: (i) seler I seldoron] hostanë (i) engwi I seldoiva ar lendë mir (i)
coa I táriva (la frase genitiva: i seldoron seler “la hermana del muchacho”, se refiere a
una relación familiar; las formas posesivas seldoiva y táriva dan propiedad actual
sobre las “cosas” y la “casa” respectivamente)
k. Una posibilidad: (i) muilë i nissiva varyanë alta harma maltava (en la frase harma
maltava “tesoro de oro”, se usa la terminación de caso –va en el mismo sentido que en
B, pero “el secreto de las mujeres” se puede traducir de varias maneras: usando el
caso posesivo-adjetival como se sugiere aquí, se referirá a “el secreto de las mujeres”
como a un atributo más o menos permanente de ellas. Se podría usar también el
genitivo i nission muilë, o: (i) muilë i nission, enfocando al “secreto de las mujeres”
en un punto determinado del pasado anterior al momento en que se relata. Se podría
interpretar como un tipo de sujeto-genitivo: “las mujeres” siendo las únicas que son
reservadas, por cuyo motivo, serán los sujetos “del secreto”)
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l. Una posibilidad: I minquë ohtari úmer polë varya (i) sérë i osto [o: i osto sérë], an
alta mornië lantanë (traduciendo: “la paz de la ciudad” como i sérë i osto, usando el
genitivo, se enfocaría “la paz de la ciudad” como un atributo en un tiempo determinado:
la paz “emanando” de la ciudad. También se podría interpretar como un genitivo
locativo: la paz “estando” en la ciudad. Y también podría decirse: (i) sérë i ostova,
usando el caso posesivo cuando hablamos de la paz como un atributo permanente de
la ciudad, y el mensaje de esta oración, sería que “la paz no era precisamente
permanente después de todo”. Pero, un alcalde Quenyaparlante, expresando un pío
deseo: “ojalá que la paz de la ciudad dure para siempre”, lo expresaría como ostova)
m. Una posibilidad: lelyuvantë ter nórë altë aldaiva ar rimbë ondoiva, an merintë cenë
(i) osto i taura ohtarwa (nórë altë aldaiva ar rimbë ondoiva “una tierra de grandes
árboles y [de] muchas rocas”: el caso posesivo-adjetival que describe características de
la “tierra” en cuestión; (i) osto i taura ohtarwa es la traducción más natural de “la
ciudad del guerrero poderoso”, si le imaginamos solo, como posesor de la ciudad en la
que vive. Podemos hablar también de un guerrero muerto hace ya mucho tiempo y que
ha dado fama a la ciudad donde vivió, y así, sería más natural el uso del genitivo,
denotando una “primera propiedad”: (i) osto i taura ohtaro, o: i taura ohtaro osto.
Sería también apropiado si el guerrero hubiera fundado la ciudad en cuestión, ya que el
genitivo puede denotar un creador vivo o muerto)
n. Una posibilidad: ramba muiléva varyanë (i) nurtaina malta i osto [o: i osto nurtaina
malta], ar úmen hiritas (ramba muiléva “un muro de secreto”: la terminación de caso
–va se usa en su sentido compositivo, el muro metafórico está “hecho” de secreto.
Advertir el alargamiento sufrido por la vocal final de muilë “secreto”, cuando se le
añade la terminación –va, lo cual parece ser una característica de las palabras con –ui-
en su segunda sílaba desde el final, como en el ejemplo huinéva “de tristeza”. Si
traducimos “el oro escondido de la ciudad” usando un genitivo como se sugiere aquí, (i)
nurtaina malta i osto, sería probablemente un genitivo locativo: el oro escondido “está”
en la ciudad. Pero, si tomamos la palabra “ciudad” como referencia primaria a la “gente”
de la ciudad, podríamos usar el caso posesivo de propiedad actual: i nurtaina malta i
ostova)
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o. (i) nórë (i) Eldaiva ná nórë rimbë vanyë engwíva; nórë ú Eldaron ná nórë
morniéva, an i Atani i nórëo [o: i nórëo Atani] umir hlarë (i) alya lambë (i) Eldaiva
(posiblemente Eldaiva recibiría aquí el artículo i en cualquiera de los dos casos, ya que
la referencia no se puede hacer a los Elfos como raza, sino a “los Elfos” concretos que
viven en un país concreto. De cualquier forma, son los posesivos que se refieren a la
propiedad actual de la tierra [nórë] y de la lengua [lambë]. En las frases nórë rimbë
vanyë engwíva “una tierra de muchas cosas maravillosas”, y nórë morniéva “tierra de
sombras”, el caso posesivo adjetival describe hechos característicos de la “tierra”, como
en M. Advertir las vocales largas en engwíva y en morniéva. La primera representa a
la antigua engweiva [engwë+-iva], el diptongo –ei-. Más tarde se convirtió en una –í-
larga, mientras que en morniéva la final –ë de mornië “oscuridad”, se alarga debido a
que la palabra termina en dos sílabas cortas. En la frase ú Eldaron “sin Elfos”, la
preposición ú gobierna el caso genitivo. Con arreglo al uso dado por Tolkien en una
fuente más moderna, se podría usar el genitivo en la frase “lengua de los Elfos”, con lo
que quedaría Eldaron en vez de Eldaiva, aunque esto contradiga lo que Tolkien
escribió en todas partes)
p. i arano sello hostalë parmaiva Eldaron (i arano sello “la hermana del rey está”: el
primer genitivo se refiere a una relación familiar, pero sello hostalë “la hermana está
recogiendo” es un ejemplo de sujeto genitivo: la hermana del rey es el sujeto que lleva
a cabo la “recogida”. Parmaiva “de libros”: el caso posesivo-adjetival hace aquí la
función de objeto genitivo, siendo “los libros” el objeto de la “recogida”. Eldaron “de
Elfos” o “sobre los Elfos”: el genitivo se usa aquí en su sentido más abstracto de
“acerca” o “concerniente a...”, como en el ejemplo Quenta Silmarillion=”la Historia de
los Silmarils”)
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Leccion Trece:
1:
2:
i. quen ánë i ohtaren alta macil (advertir como se ha insertado una vocal auxiliar (-e-)
entre ohtar y la terminación –n, para prevenir la forma imposible **ohtarn)
j. carië coa i seldoin ná mára noa (aquí el gerundio carië “haciendo” lleva al objeto
directo y al indirecto coa y seldoin respectivamente)
k. mahtalmë séren; mahtië umë anta i lien alassë, an ecénielmë I cala
l. quetië I Eldalambë ná alta alassë Atanin (posiblemente alta alassë no sea una
traducción perfecta de “gran alegría”, ya que el adjetivo alta significa sobre todo
“gran=grande” en referencia a una medida física, pero no disponemos de otra palabra
que podamos usar en un sentido más concreto)
m. (i) ohtari i atta nórion [o: I atta nórion ohtari] mahtuvar I lient, ar lelyuvammë ter
alta mornië hirien cala (alternativamente: “las dos tierras”, y no “los pueblos
[gemelos]”, se podría también expresar como una forma dual: i nóret, genitivo: i nóreto
en vez de i atta nórion)
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n. i neri arwë i mára limpëo merner yulmar sucien I limpë, ar I arano móli áner I nerin
rasta yulmar maltava (advertir el genitivo que sigue a arwa [aquí en plural: arwë]:
limpëo)
o. merimmë lelya mir i osto lerien ilyë Atani ar antien (i) malta i aranwa i mólin (ya
que la frase “queremos ir” expresa ciertamente una propuesta, “ir” debería traducirse
aquí como el infinitivo simple lelya-, y no como un gerundio en dativo, ya que
**merimmë lelien=”queremos [con objeto de...] ir”, no tendría sentido. Por otro lado, el
test “con objeto de...” revela que los verbos lerya- “ser libre” y anta- “dar”, deberían
aparecer como gerundios en dativo, como: lerien y antien: “queremos entrar en la
ciudad [con objeto de...] liberar a todos los Hombres y [con objeto de...] dar a los
esclavos el oro del rey”)
p. (i) rambar i osto [o: I osto rambar] nar altë; acárielmet varien I lië (varien: gerundio
dativo de varya- “proteger”)
(En estos ejercicios no se dan todas las posibles variantes del orden de las palabras,
como: acárielmet i lië varien, en vez de: acárielmet varien i lië)
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Leccion Catorce:
1:
a. “Nosotros (inclusivo) iremos desde la torre a la casa (interpretación alternativa: “fuera
de la torre”, “dentro de la casa”)
b. “Todos los Elfos han pasado [desaparecido] del Mundo”
c. “Los Enanos han venido de [desde] las montañas; han ido [hacia] a las casas y están
bebiendo nuestro (inclusivo) vino”
d. “Los malvados guerreros cogerán el oro de nuestro (inclusivo) pueblo [con el fin] de
enviar nuestros (inclusivo) tesoros a una tierra lejana”
e. “La mujer salió de mi casa y fue al río”
f. “El primer barco vendrá del Oeste”
g. “Uno teme a los leones [en Quenya literal: “siente temor de los leones”], porque se han
comido al rey de nuestro (exclusivo) pueblo y no se marcharán de nuestra (exclusivo)
tierra [o simplemente: “...no dejarán nuestra tierra”]” (como rá “león” tiene la raíz ráv- y
**rávllon no es posible, el ablativo plural requerirá de una vocal conectora, una –i- en el
caso de las palabras plurales; así pues, he usado rávillon como plural ablativo de rá.
También liemmo como genitivo de liemma “nuestro pueblo”)
h. “Nessimë dijo [o “dice”] a Calandil: ‘¡Mi hijo ha desaparecido de mi habitación!’”
2:
i. equë Calandil Nessimenna: ‘Yondolya elendië [o: oantië] et i coallo, an ilyë I
seldor lender [o: oanter=”salió”] i ambonna (la palabra et se puede omitir ya que el
ablativo simple i coallo puede expresar por sí mismo “fuera de la casa”, pero sin et el
ablativo también podría interpretarse como “[lejos] de la casa”)
j. menello Anar antëa cala Ambarelman [dativo!], ar i mornië avánië (quizá también
fuera válido Menelello con una –e- conectora como forma ablativa de Menel. Ver que
en este contexto, “a nuestro Mundo” debería ser un dativo en vez de un alativo, como
en el B de la Lección Trece. Quizá también sería posible el alativo Ambarelmanna,
con el significado de “el Sol está dando luz a nuestro Mundo”. Los casos dativo y
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talan “suelo” tomado de la raíz talam-, aunque también podría aceptarse talanna de
talan-nna)
Ejercicios adicionales:
3:
a. “De nuestras (inclusivo) casas”
b. “Por (para) mi cuerpo”
c. “Por (para) nuestros (inclusivo) cuerpos”
d. “Nuestras (inclusivo) lenguas” (nominativo)
e. “A tu tierra”
f. “Nuestras (exclusivo) cosas” (nominativo)
g. “De tu/vuestro rey”
h. “De mi esclavo”
i. “De mis esclavos”
j. “A nuestras (inclusivo) ciudades”
k. “De nuestra (dual inclusivo) gente [=de la gente de nosotros dos]”
l. “De tu/vuestro hijo”
Traduciendo en las formas duales de sambë “habitación”, como: “apartamento de dos
habitaciones”:
m. “Nuestro (exclusivo) apartamento (nominativo) de dos habitaciones”
n. “Por (para) mi apartamento de dos habitaciones”
o. “De tu/vuestro apartamento de dos habitaciones”
p. “A nuestro (inclusivo) apartamento de dos habitaciones”
q. “Desde tu/vuestro apartamento de dos habitaciones”
r. “De mi gente”
s. “De nuestros (inclusivo) hijos”
t. “Para tu/vuestra reina”
u. “De nuestras (exclusivo) gentes”
v. “De mis hombres”
w. “De mi hombre”
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4:
a. ambolyannar
b. séremman
c. parmalyat
d. mindonelyanna / mindonilyannar (ver como –e- funciona como vocal conectora en el
singular, mientras que –i- se usa en el plural)
e. tárimmava
f. sellinyaiva
g. sellinyallo (ver como la terminación –nya “mí” prefiere a –i- como vocal conectora aún
en el singular, como aquí siguiendo a seler, sell- “hermana”, al igual que en los
ejercicios M, N, U, Y de los anteriores)
h. annalmaron
i. maltalmo
j. alasselman
k. limpelyo
l. ambarelyallo
m. anarinyo
n. aranyan (de aran-nya-n; alternativamente araninyan con una vocal conectora
insertada)
o. yondommava
p. yulmammaron
q. aiwelyant
r. rambammanta
s. rambalmalto
t. nórelyallon (alternativamente: nórelyallor)
u. sellinyato (aceptamos que la terminación –nya prefiere a –i- como vocal conectora
también en las formas duales)
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v. harmammaron
w. roccolmannar
x. coalvo
y. torninyan (o quizá: toronyan de toron-nya-n, sin tener en cuenta a torn- como raíz de
toron “hermano”)
z. aldammannar
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Leccion Quince:
1:
a. “El/La [o: “ello/lo”] vendrá el segundo día”
b. “En invierno [,] muchos pájaros se van a vivir [al] Sur; después del invierno se van [del]
Sur [o: “dejan el Sur”] y vienen a nuestra (inclusivo) tierra”
c. “Su (de el/ella) búsqueda de oro en las montañas dio alegría a su gente, porque el
encontrarlo hizo rica a su gente”
d. “En [el] segundo invierno que el/ella vivió en la casa [,] el/ella encontró un tesoro bajo el
suelo”
e. “El/ella habla nuestra lengua, porque el/ella vive en nuestra (inclusivo) tierra”
f. “El/ella dice/dijo: ‘Ví una espada en la mano izquierda del guerrero’” (ver el
acortamiento de la vocal larga de má ante un grupo de consonantes: locativo massë)
g. “El hombre que encontró el tesoro escondió las cosas que ha encontrado en su
apartamento de dos habitaciones” (...sí, seguimos traduciendo las formas duales de
sambë “habitación” como “apartamento de dos habitaciones”. Ver que la segunda –i-
de la oración Quenya, es el pronombre relativo “quien” y no el artículo “el/la/lo”. El
pronombre relativo ya “cual” aparece aquí con la forma yar, con una –r de terminación
plural añadida, puesto que se refiere a la palabra anterior “cosas”: aceptamos que ya
se declina como un nombre terminado en –a. Este yar no debe confundirse con la
forma yar “a quien”, que no es plural, sino que lleva la antigua terminación –r del alativo
[como en mir “dentro”])
h. “En la colina el/ella ve a la pareja a quien el/ella ha visto desde su casa y a los que dio
su regalo” (aceptamos que el pronombre relativo ya aparece con terminaciones duales
cuando se refiere a una palabra dual: yat, dativo: yant)
2:
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Leccion Dieciseis
1:
a. “El/Ella ha venido del Este en un caballo blanco” (por supuesto, la forma instrumental
terminada en –nen no significa en realidad “sobre/en”, sino que implica “por medio
de...”, identificando al caballo como un medio de transporte. No está del todo claro
como debe traducirse rocconen, pero la palabra exacta es irrelevante desde el
momento en que se capta con claridad el sentido de la forma instrumental en sí misma.
Bien podría traducirse como: “...montando un caballo blanco”, aunque no hay presente
ningún elemento que pueda traducirse como “montando”)
b. “El hombre hirió al león con una lanza, y dijo: ‘No te comas a mi hijo!’”
c. “Nosotros (exclusivo) dijimos al Elfo: ‘Nuestra (inclusivo) amistad se renueva con tu
regalo!’”
d. “El tercer día/En el tercer día/Durante el tercer día el/ella dijo a la doncella: ‘Lo que
quieres!’” (...ya merilyë=”[eso] cual tu quieres”)
e. “Uno no puede encontrar un tesoro escondido por los Enanos, pues un Enano ama
profundamente el oro que posee”
f. “El hombre está herido por [los] cuernos (dual) del animal; deseo que no muera!”
(literalmente: “sea que el no morirá!” También posible, aunque menos probable es la
interpretación: “...que lo no morirá!”, refiriéndose al animal! Si la terminación –s cubre
por un igual a “el” “ella” y “ello”, uno no puede tener siempre la absoluta certeza de
hacia adonde se decantarán las simpatías del narrador...)
g. “El/Ella está cantando con alegría”
h. “Id a la ciudad y decid a la poderosa reina: ‘Puedes proteger a nuestra (inclusivo) tierra
de los malvados guerreros!’” (nai varyuvalyë nórelma...= (literalmente): “sea que
protegerás nuestra tierra...”)
NOTA sobre ehtë “lanza”: En el ejercicio B usé ehtenen como forma instrumental de
este nombre. En Etym, Tolkien derivó primero esta palabra de EKTE-, pero de acuerdo con
una nota del editor, se introdujo también la variedad EKTI-. Si aceptamos esta última versión,
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tendremos que la palabra Quenya ehtë “lanza” se deriva de la forma primitiva ekti, la palabra
Quenya probablemente tenga la raíz ehti- por lo que la forma instrumental sería ehtinen en
lugar de ehtenen. El plural instrumental sería ehtínen (como en el ejercicio K de los
siguientes) sin importar el preferido de Etym, ya que ehtínen representaría a ambos:
ehti+inen (dos –i- cortas fundidas en una –í- larga), y ehte+inen (-ei- convertido usualmente
en una –í- larga).
2:
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Leccion Diecisiete:
1:
a. “Esta cosa es la espada que encontró Calandil [el] Alto” (Calandil Hallanen: vemos
como la terminación del caso instrumental se añade a la última palabra de la frase)
b. “Todos los animales han desaparecido de esta tierra” (nórë sinallo=”de esta tierra”; otra
vez vemos como la terminación de caso (aquí el ablativo), se añade a la última palabra:
el demostrativo sina “esta”. Sin embargo, nórello sina sería también posible)
c. “Una serpiente le/la hirió en su brazo derecho, y el/ella dijo: ‘Deseo que todas las
serpientes morirán/morirían!’” (rancurya=”su (de el/ella) brazo”; vemos como ranco
“brazo” aparece en la forma rancu- ante las terminaciones, ya que su raíz es U-.
Posiblemente, el dual “par de brazos” tendría también la forma rancu, pero si esa forma
apareciera aquí, tendríamos una marca dual extra –t siguiendo a la terminación –rya,
como máryat=”su (de ella) (par de) manos” en Namárië)
d. “Esa noche, encontraron a un Enano en la colina de más allá” (lómë yanassë=” en esa
noche”. Yana puede significar “esa” o algo que existe anteriormente en el pasado, y ya
que la referencia es a una noche del pasado, esta palabra es apropiada en este caso...si
queremos reconstruir fielmente las intenciones de Tolkien! Como hrívë yanassë
“en/durante ese invierno” en el ejercicio H siguiente. Nauco tana “ese Enano”: la palabra
tana “ese” enfoca simplemente a una entidad individual. Ambo entassë “en la colina de
más allá”: la palabra enta significa aparentemente “esa” con énfasis en la posición
espacial)
e. “Los barcos altos han pasado las defensas del Norte; aquellos barcos no vienen de las
tierras de (el) Sur” (ciryar tanë “aquellos barcos”: admitiendo que tana “eso” puede tener
a tanë como plural “aquellos”, el demostrativo haciendo de adjetivo)
f. “Al cuarto día aquella reina murió por [a causa de] el veneno de una serpiente” (tári
yana “aquella reina” de “una reina que murió”, yana utilizado como algo del pasado,
aunque “aquella reina” también podría ser tári tana, enfocado meramente hacia una
entidad personal)
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g. “Los fuertes brazos de los hombres de (el) Norte pueden coger las lanzas de los
guerreros luchadores” (ohtari mahtalallon “de los guerreros luchadores”: ver como la
palabra ohtari “guerreros” lleva la terminación plural más simple, asociada normalmente
al caso nominativo, pero la terminación ablativa plural –llon añadida al participio mahtala
“luchando”, indica que la frase completa está en ablativo. El orden de las palabras
mahtala ohtarillon sería igualmente posible: en este último caso, la terminación del
ablativo se añadiría al nombre “guerreros”, ya que sería la última palabra de la frase)
h. “Ese invierno ellos vivieron en la cuarta casa de esa calle” (hrívë yanassë: locativo
“durante/en ese invierno”; como en el ejercicio D anterior. Mallë tano “de esa calle”,
genitivo de mallë tana “esa calle”; la terminación –o del genitivo desplaza (como es
usual) a la terminación –a)
2:
i. á tirë Nauco tana, ar áva tirë Elda sina! (alternativamente: Nauco enta=”el Enano de
más allá”=”ese Enano de allí”)
j. nórë ú angwion ná mára nórë, an rimbë Atani i fírier angusangwanen (ú angwion
“sin serpientes”: como felizmente recordaremos, la preposición ú “sin” gobierna el caso
genitivo. Angusangwanen “por el veneno de serpiente”: advierto como la raíz U-
aparece en el nombre ango “serpiente”=angu- en un compuesto)
k. i cantëa lómissë cennen(yë) ruhtala ohtar mallë tanassë, ar ortanen(yë) rancunyat
(alternativamente: mallë entassë=”en la calle de más allá”, “en la calle de allí”.
Rancunyat “mis brazos”, es aquí indudablemente dual, pues la terminación dual –t
sigue a la terminación pronominal –nya “mí”. Contrastar/comparar con el ejercicio C
anterior)
l. nai Calandil Hallo polda yondo [o: ...i polda yondo Calandil Hallo] tuluva nórë
sinanna, an varyuvas ostor sinë yassen marilmë! (como en el ejercicio A anterior, la
terminación del caso se añade a la última palabra de la frase ...Calandil Halla “Calandil
[el] Alto”, y como en el ejemplo Elendil Vorondo “de Elendil el Fiel” [Elendil Voronda],
la terminación del genitivo desplaza a la final –a)
m. mindon enta ná i cantëa mindon carna Eldainen nórë sinassë
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Leccion Dieciocho:
1:
2:
Aparentemente, es también posible otro orden en las palabras para algunos de los
prefijos de pronombres independientes a los verbos: K): nye-tírar en lugar de tírar nye, L):
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tyecenien en lugar de cenien tye, N): ment-anta en lugar de anta ment, O): ta-cára en vez
de cára ta, P): men-oruva en vez de oruva men.
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Leccion Diecinueve:
1:
a. “¿Quién vivió [o: “moró”] en la casa hace diez años, cuando yo no vivía en ella?”
b. “¿Qué podemos (inclusivo) hacer?”
c. “Dámelo y no me lo escondas!” (la terminación –t en antat, nurtat, indica que solo una
persona es la destinataria)
d. “¿Quién te vió el séptimo día?”
e. “Me darán todos los regalos a mí y no a ti!”
f. “¿Qué encontraron los hombres en la tierra de más allá de las montañas?”
g. “¿Cómo serás capaz de levantar la gran piedra cuando yo no podía?”
h. “Nuestra hermana vive en esa (de más allá) casa; nosotros vivimos en la octava casa
de esta calle. ¡Ven a ver nuestra casa!” (á tulil ar á cenil=” ven a ver”; la terminación –l
indica que son varias personas las destinatarias)
2:
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Leccion Veinte:
1:
a. “Tu [enfático] eres un Enano, no un Elfo” (elyë Nauco: la cópula “son” está suprimida y
sobreentendida. Quizá nályë Nauco fuera una posible alternativa si ná pudiera llevar
terminaciones pronominales)
b. “Ví que el brazo del hombre estaba roto”
c. “El rey era poderoso, pero la reina era más sabia que el rey”
d. “¿Sabías que bajo la casa hay un tesoro escondido?”
e. “¿Puedo dejar [literalmente: “marcharme”] este sitio?”
f. “No bebas porque hay veneno en tu copa!”
g. “¿Estabas aquí el décimo día cuando ellos vinieron?”
h. “Nosotros (exclusivo) sabemos que hay una habitación secreta en esta casa, pero no la
hemos encontrado, y hasta que la encontremos no sabremos lo que hay en la
habitación”
2:
i. “Yo era rico” puede traducirse de varias maneras. La solución más segura quizá sería
omitir la cópula y usar un pronombre independiente (ni o inyë) como “yo”: ni alya o
inyë alya. Por supuesto, esto podría también significar “yo soy rico”, pues no hay un
tiempo marcado. Si queremos incluir uno, deberemos usar la forma que no está
completamente contrastada: né “era”. Añadiendo la terminación –n o –nyë como “yo”,
podría resultar una forma como nen(yë); si es así, “yo era rico” podría traducirse como
nen alya o nenyë alda
j. i aran quentë [o: equë]: ‘Lá lertal(yë) lelya i nómenna yallo utúliel(yë)’, mal
istan(yë) sa lelyuvan(yë) tanna (traducción alternativa de “tu puedes no ir”: umil(yë)
lerta lelya)
k. istan(yë) cenda, mal lá polin(yë) cenda i morniessë (traducción alternativa de “no
puedo leer”: umin(yë) polë cenda. Observar la diferencia entre ista- “poder”=”saber
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como”, y pol- “poder”=”ser físicamente capaz”: el narrador sabe como leer, pero no es
capaz de leer en la oscuridad)
l. istalmë sa Eldar ëar
m. ¿ma marnentë sinomë tenna i nertëa loa írë i ohtari tuller?
n. Istammë sa I neri sinter quetë I Eldalambë, mal lá I Naucolambë
o. I nissi quenter sa ecéniel(yë) I alta ango I engë I orontessë
p. I quainëa auressë Anar né calima
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