Reportaje: Mitzi Guadalupe Camacho Hernández/ Fotos: María Pérez Sandoval
El Relevante
La radiactividad está presente en la vida cotidiana, pero la exposición prolongada,
la distancia y la predisposición genética de las personas pueden generar efectos en la salud desde la mutación hasta la muerte. Es el caso de la explosión de la planta nuclear Fukushima en Japón que ha llevado a evacuar treinta kilómetros a la redonda de la misma para evitar graves consecuencias por la liberación de radiación a la atmósfera. Las radiaciones son un tipo de energía que forman parte de la naturaleza. Por ejemplo, gran parte del suelo es uranio, las estrellas y el sol emiten radiación. En el medio ambiente se encuentra en aplicaciones artificiales (energía nuclear) y aplicaciones médicas (radioterapia, rayos x, entre otros). La dosis y el tiempo de exposición son los dos principales conceptos que determinan el riesgo para la salud. La dosis de radiación se mide en sievert (Sv), cuanto mayor sea esta dosis, mayor es la probabilidad de enfermar o morir.El otro factor es el tiempo, pues una exposición continua puede ocasionar severos daños. El cuerpo absorbe las radiaciones según los tipos de partículas, los que más abundan son las de tipo gamma que atraviesan sin dificultad los tejidos e impactan en el ADN de las células.La radiación se puede inhalar, ya que el elemento químico entra en el cuerpo, puede metabolizarse y permanecer durante mucho tiempo descargando radiaciones en el organismo. Los riesgos que suponen en la salud dependen del tiempo, dosis, distancia, sensibilidad y el tipo de materiales radiactivos emitidos; por ejemplo la radiación controlada no representa ningún riesgo, de hecho conviven con nosotros en hospitales e industrias y nos ayudan a tratar el cáncer (radioterapia) y diagnosticar enfermedades. Los principales efectos que tiene la radiación en el organismo son: quemaduras en la piel, caída del cabello, diarrea, náuseas, vómitos, fiebre, dolor de cabeza, hemorragia, anemia, infecciones, en mujeres embarazadas malformaciones y retrasos en él bebe; en casos más extremos cáncer, infertilidad, destrucción de médula ósea, leucemia, Síndrome de Radiación Aguda y hasta la muerte. Normalmente una persona recibe unos 3 Sv a lo largo de un año, el 80% a través de fuentes naturales de radiación y el 20% a través de procedimientos y pruebas médicas. El cuerpo comienza a tener efectos a los 1.000 Sv. Los jóvenes son más vulnerables, ya que entre más jóvenes, mayor es la sensibilidad a las radiaciones. Su organismo se renueva rápidamente y si alguna célula se vuelve cancerosa, el tumor se desarrolla con rapidez. Se administran pastillas de yodo, ya que la glándula tiroides para producir la hormona tiroxina, necesita captar yodo y este se adquiere de los alimentos; pero si los alimentos están contaminados esto no sucede así. La ingesta de pastillas de yodo satura la tiroides de este elemento y no capta radiación durante semanas. Con ésta información podemos concluir que, la radiactividad nos produce muchos beneficios, como los avances médicos; pero también consecuencias ante situaciones imprevistas y nos puede causar hasta la muerte.