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En conclusión, en el presente asunto se presentó el delito de acceso carnal

violento con circunstancia de agravación punitiva debido a la posición de


autoridad que el agresor tiene sobre la víctima, El indígena Francisco Dosantos
—Quien comete el delito— en contra de su hija durante casi tres años, es
sindicado por la fiscalía general de la nación, quienes a medida que
adelantaban gestiones para esclarecer los hechos eran inhibidos por el capitán
de la comunidad indígena, quien aducía que el crimen ya se había sancionado
según sus costumbres ancestrales.
Las consideraciones del tribunal fueron concernientes al asunto, remitiendo el
caso a la justicia penal ordinaria, prevaleciendo el factor objetivo sobre la
aplicación de la jurisdicción indígena, puesto que el delito de acceso carnal
violento contra una niña menor de 14 años de edad, representa una conducta
reprochable a nivel internacional.
En efecto, teniendo en cuenta el principio fijado por la corte constitucional "A
mayor impacto social sobre la gravedad de la conducta delictiva, menor
probabilidad de dejar la investigación en manos de la justicia indígena" Es
decir, si está bien el respeto hacia las comunidades a ejercer su jurisdicción
indígena, pero existe un consenso intercultural en torno al reproche jurídico
agravado que merecen las conductas violentas contra las mujeres y niñas,
situación que impide la posibilidad de que la investigación de esta clase de
delitos se delegue a las autoridades indígenas, puesto que este tipo de delito
debe emprenderse por las autoridades estatales con mayor seriedad,
realizando una investigación técnica y eficaz para conocer el trasfondo de los
hechos, empleando todos los medios de manera que se logre determinar tanto
el responsable como las causas y consecuencias que rodearon la victimización,
para así poder garantizar el derecho a la verdad de la víctima y ejercer justicia.
Frente a la icónica respuesta de las autoridades indígenas de la comunidad
frente a los requerimientos de la fiscalía, revelan la ausencia de un sistema
jurídico y procedimiento judicial idóneo para satisfacer los derechos de la niña,
así como la falta de una sanción y reparación proporcional al daño que sufrió
en su integridad personal, adicionando a eso la posible situación de riesgo que
enfrenta actualmente la menor en su comunidad, puesto que la autoridad
ancestral indicó que se encuentra "aislada" y que ahora vive con otra familia
con el permiso de sus familiares, hecho este que demuestra que la menor no
disfruta de condiciones óptimas para el restablecimiento de sus derechos 
fundamentales, por ende es un tema de estudio cuya decisión corresponderá a
la autoridad judicial ordinaria.
En este orden de ideas, consideramos que muy a pesar de que los pueblos
indígenas poseen autonomía y autodeterminación sobre sus pueblos de regirse
por sus usos y costumbres ancestrales, No es íntegro que bajo estas
circunstancias se vean vulnerados los derechos a la integridad y a la libertad
sexual de la niña, rechazamos las determinaciones tomadas por la autoridad
indígena, no poseen la sapiencia de un sistema acusatorio sólido y lesionan
bienes concernientes a los derechos fundamentales, no es por minimizar a la
jurisdicción indígena pero si preponderamos ambas, la jurisdicción ordinaria es
superior en cuanto a completitud y normatividad.
Nuestro criterio es más bien un reproche hacia un crimen grave donde el
agresor está atentando contra la integridad, intimidad, privacidad, está
abusando, explotando, maltratando a una niña cuyos derechos prevalecen a
nivel internacional por la convención sobre los derechos del niño, sin importar
la etnia a la que pertenezca, existe un consenso normativo cuya obligación
estatal es garantizar que las víctimas disfruten de los derechos a la verdad,
justicia y reparación; Verdad justicia y reparación que no han fueron satisfechas
por la comunidad indígena de Galilea.
Recordemos que se trata de un indígena que realiza una acción que no está
guiada por los valores de su cultura, y no está actuando bajo un error de tipo o
de prohibición, no es un error de comprensión, ni un acto de inimputabilidad, no
es una acción amparada bajo la objeción de conciencia; estamos ante un
ejercicio de derecho reconocido no solo en los diferentes ordenamientos
jurídicos nacionales, sino también en el sistema universal y regional de
protección a los Derechos Humanos.
A mi pensar propio, por más que el agresor está bajo la causal de exclusión de
responsabilidad penal a su favor, los estudios penales deberán escudriñar
soluciones desde todas las áreas posibles para resolver este injusto,
resignificando algunos principios básicos de nuestro sistema jurídico a fin de
garantizar de mejor manera la protección de los derechos de la niña y teniendo
en cuenta el principio de igualdad ante la ley de los pueblos indígenas.

(Diapositiva1)
CONCLUSIONES
Estamos frente a un delito de acceso carnal violento agravado por el indígena
Francisco Dosantos en contra de Nelly Dosantos, menor de 14 años de edad,
que aguantó todo tipo de maltratos físicos y psicológicos por parte de su padre
quien se valía de su posición de garante para someterla a tratos crueles y
degradantes.
-La fiscalía general de la nación, se puso en la labor de realizar las respectivas
investigaciones para llegar al trasfondo de los hechos, pero eran impedidos por
el jefe de la comunidad quien afirmaba que el delito ya se había sancionado
según sus costumbres ancestrales.
(Diapositiva2)
El denigrante siniestro visto desde cualquier punto de vista es una conducta
reprochable, ya sea desde la jurisdicción indígena o la jurisdicción ordinaria,
conducta que deberá ser sancionada penalmente, ya que las determinaciones
del jefe de la comunidad no han sido eficaces y va en contra de los derechos
fundamentales, parte íntegra de nuestro ordenamiento.

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