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Dicc. Hermen. Térm, Nomb, James D. Hernando
Dicc. Hermen. Térm, Nomb, James D. Hernando
James D. Hernando
Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS © Copy right 1986, 1995,
1997 by The Lockman Foundation Usadas con Permiso.
En las citas bíblicas, las palabras que el autor enfatiza aparecen en cursiva.
© 2012 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, Missouri 65802. Todos
los derechos reservados. Ninguna pate de este libro puede ser reproducida, almacenada en un
sistema de recuperación, o transmitida de ninguna manera o por ningún medio —electrónico,
mecánico, de fotocopia, grabación, o de cualquier otra manera— sin previo permiso del dueño
de los derechos de copia, con la excepción de breves citas que se usen en comentarios, en
revistas, o en periódicos.
ISBN: 978-1-60731-292-5
1. Términos y Ex presiones
2. Escuelas Históricas /Períodos de Interpretación
3. Figuras Destacadas en la Hermenéutica
4. Enfoques y Métodos de Interpretación
Tipos de crítica bíblica
Métodos, movimientos, y enfoques
5. Géneros Literarios
6. Mecanismos Literarios
Paralelismo
Mecanismos literarios y retóricos
Figuras retóricas
Bibliografía Selecta
Índice de Términos
Términos Adicionales
Prefacio
_______________
1 Por ejemplo, los alumnos de primer año se toparán indudablemente con el término
“dogmático” como en la expresión “exégesis dogmática.” La may oría posiblemente no
entenderá que el autor no se refiere a una aseveración algo intransigente en la interpretación
bíblica, cuy a base son pruebas menos que suficientes. Antes bien, ellos deben saber que tal
expresión se refiere a la interpretación bíblica que se hace dentro del marco de un sistema
teológico o de una confesión de fe, con la cual el intérprete está comprometido
2 En el seminario donde doy clases, típicamente 35 y 40% de sus alumnos de primer año
clasifican en esta categoría.
Reconocimientos
Libros de la Biblia
Antiguo Testamento
Génesis Gn.
Éxodo Éx.
Levítico Lv.
Números Nm.
Deuteronomio Dt.
Josué Jos.
Jueces Jue.
Rut Rt.
1 Samuel 1 S.
2 Samuel 2 S.
1 Reyes 1 R.
2 Reyes 2 R.
1 Crónicas 1 Cr.
2 Crónicas 2 Cr.
Esdras Esd.
Nehemías Neh.
Ester Est.
Job Job
Salmos Sal.
Proverbios Pr.
Eclesiastés Ec.
Cantares Cnt.
Isaías Is.
Jeremías Jer.
Lamentaciones Lm.
Ezequiel Ez.
Daniel Dn.
Oseas Os.
Joel Jl.
Amós Am.
Abdías Abd.
Jonás Jon.
Miqueas Mi.
Nahum Nah.
Habacuc Hab.
Sofonías Sof.
Hageo Hag.
Zacarías Zac.
Malaquías Mal.
Nuevo Testamento
Mateo Mt.
Marcos Mr.
Lucas Lc.
Juan Jn.
Hechos de los Apóstoles Hch.
Romanos Ro.
1 Corintios 1 Co.
2 Corintios 2 Co.
Gálatas Gá.
Efesios Ef.
Filipenses Fil.
Colosenses Col.
1 Tesalonicenses 1 Ts.
2 Tesalonicenses 2 Ts.
1 Timoteo 1 Ti.
2 Timoteo 2 Ti.
Tito Tit.
Filemón Flm.
Hebreos He.
Santiago Stg.
1 Pedro 1 P.
2 Pedro 2 P.
1 Juan 1 Jn.
2 Juan 2 Jn.
3 Juan 3 Jn.
Judas Jud.
Apocalipsis Ap.
1
Términos y Expresiones
Alegoría
Una metáfora elaborada en una historia (Kaiser y Silva, 94). Los elementos de la
historia adoptan significados que son completamente diferentes del sentido
literal ordinario de las palabras. 1 Con esta definición, las parábolas en el AT y
el NT se clasificarían como alegoría (Duvall y Hays, 179). 2 La mayoría de los
eruditos hace un diferencia entre aceptar la existencia de una alegoría en la
Escritura y la alegorización (véase A LEGORIZAR) de las Escrituras en sí (Ryken,
145-48). Aquellos que usan un enfoque alegórico por lo general lo identifican
con obtener el así llamado sentido espiritual más profundo de la Escritura
(McQuilken, 38-40). 3 Cf. INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA.
“Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo” (Pr. 5:15) es una alegoría
exhortando a la fidelidad matrimonial.
Alegorizar
Interpretar un texto como si este fuera una alegoría o como algo alegórico. Cf.
ALEGORÍA, ESCUELA DE ALEJANDRÍA, e INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA.
Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. —2
Ti. 1:13-14
Analogía de la Escritura
Principio derivado de la ANALOGÍA DE LA FE. Los reformadores sostuvieron que
la Biblia era la mejor intérprete de sí misma. Lutero creyó que las Escrituras
poseían una claridad suficiente, de modo que el creyente devoto y competente
pudiera entender su sentido sin consultar fuentes exteriores de la tradición.
Cuando el lector se encuentra con un pasaje obscuro, se debe dar prioridad al
pasaje que es más claro. Así, “ la Escritura interpreta la Escritura” es una
declaración de la prioridad que se debe dar a la Biblia en la determinación de los
asuntos de fe y práctica.
Aplicación
Se refiere a aquella parte de la tarea hermenéutica que procura explicar cómo el
sentido del texto (derivado por la EXÉGESIS) puede hacerse “ pertinente”, es
decir, afectar la situación presente del lector-intérprete. Véase S IGNIFICACIÓN.
Libros apócrifos
Derivados de la palabra griega que se traduce como “ escondido”, se refiere a
una colección de libros asociados con la S EPTUAGINTA (versión griega del
AT) y la Vulgata Latina. Ellos son aceptados como Escritura canónica por
el catolicismo romano y los griegos ortodoxos. Sin embargo, estos libros
son rechazados como no canónicos y omitidos de los cánones protestante y
judío de la Escritura.
Libros canónicos
Designa aquellos escritos bíblicos reconocidos por la iglesia cristiana como
el canon inspirado de la Escritura. Los eruditos que escriben sobre la
historia de la formación del canon bíblico aplicarán la pala-bra de uno de
tres modos: (1) el carácter, o calidad, que expresa la ortodoxia de la fe
apostólica; (2) el estado autoritativo de un escrito producido en la Iglesia
Primitiva; (3) la inclusión de un escrito en la lista delimitada de la
Escritura del AT o del NT. 6
Contexto histórico-cultural
Se refiere a la ubicación de un texto en el trasfondo cultural e histórico de su
autor y sus primeros lectores. El objetivo de tal ubicación es determinar más
exactamente lo que el autor bíblico se propuso comunicar, considerando su
elección de palabras y mecanismos literarios.
Contexto literal
El texto que rodea un pasaje que se quiere interpretar. Hay diversos círculos de
contexto que el intérprete debe considerar. Éstos incluyen los versículos que
inmediatamente preceden y siguen al pasaje, un párrafo, el capítulo, sección, el
libro, el Testamento, y hasta el canon completo de la Biblia.
Contextualización
Es la tarea de hacer que el mensaje o aseveraciones de verdad de la Escritura sean
tanto inteligibles como pertinentes, para un auditorio o cultura específicos. 8
Véase ETNOHERMENÉUTICA (cap. 4).
Crítica
En relación con la interpretación bíblica, la “ crítica” se refiere al estudio
científico de documentos literarios (p.ej., la Biblia), en cuanto a asuntos tales
como origen, formación del texto, composición, análisis de contenido y
trasfondo histórico.
Cultura
Se refiere a todas las expresiones de la vida humana en un tiempo y lugar
particular. Éste es un término exhaustivo, y por lo tanto podemos hablar de
cultura material (vista en los artefactos físicos y restos de una cultura) o la
cultura respecto a una variedad de diversos contextos: social, político,
económico, religioso, literario, artístico, tecnológico, etc.
El análisis del contexto cultural de un pasaje es una parte integral de la
interpretación o EXÉGESIS, ya que ésta procura entender las palabras de la
Escritura en su escenario original circunscrito al tiempo, la geografía y la cultura
(Virkler, 79-81; Ramm 1970, 133 f).
Didáctico
Significa diseñado o propuesto para enseñar. Mientras que en un sentido puede
decirse que toda la Escritura enseña (2 Ti. 3:16), este término se usa para
describir géneros literarios (p.ej., Proverbios, Epístolas) cuyo objetivo primario
es entregar instrucción.
Eiségesis
Literalmente, “ atraer o guiar a” y se refiere al error interpretativo de leer en un
texto las propias ideas presupuestas o preconcebidas, como un sustituto de la
EXÉGESIS cuidadosa para determinar lo que el autor quiso comunicar. La
Eiségesis tiene muchas motivaciones y expresiones, pero una suposición común
es que un texto tiene muchos sentidos, no tan sólo uno. 11 Véase P OLISEMIA.
Epistemología
Se refiere a aquella rama de la filosofía que investiga la naturaleza, las fuentes, y
la adquisición del conocimiento. Su importancia para la hermenéutica se basa en
el hecho de que en cada criterio de interpretación subyacen suposiciones
epistemológicas. ¿Las respuestas a preguntas como: “ Qué es la verdad?” y
“ ¿Cómo puedo conocer la verdad?” son cruciales para los intereses de la
epistemología. “ ¿Qué tipo de verdad está contenida en las Escrituras?” y “ ¿De
qué manera comunica la verdad la Escritura?” son preguntas que interesan por
igual a las dos disciplinas.
Equivalencia dinámica (o “equivalencia funcional”)
Equivalencia de pensamiento a pensamiento en la traducción, con el objetivo de
causar en los lectores modernos el mismo efecto que el texto original tuvo en
sus lectores. Esta estrategia de traducción tiene menos interés en seguir
rigurosamente la sintaxis y gramática griega o hebrea en una traducción textual
literal (conocida como “ equivalencia formal”), siempre y cuando los
pensamientos sean equivalentes (Klein, Blomberg, y Hubbard, 74).
Espiritualizar (o “espiritualización”)
Literalmente “ hacer espiritual.” Cuando se aplica a la hermenéutica a menudo
está relacionado con la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA (Dockery, 81-89; Duvall y
Hays, 179-86; McQuilken, 40-44), que también se aleja del sentido “ gramático-
histórico” en busca de un sentido “ espiritual”. El objetivo es el mismo que el
ENFOQUE DEVOCIONAL, es decir, descubrir un sentido espiritual en el texto que
es relevante y personalmente edificante. Cuando se espiritualiza, el intérprete a
menudo tomará un texto que tiene un sentido literal e histórico claro y
encontrará un sentido espiritual escondido, por lo general a través de la
asociación verbal. Así, por ejemplo, las historias de la conquista de Canaán
podrían ser “ espiritualizadas” para descubrir cómo los cristianos deben conducir
la guerra espiritual.
Alguna diferencia terminológica se hace necesaria. Si el sentido espiritual es
presentado como divinamente propuesto, siendo el acontecimiento histórico
terrenal una predicción de una futura realidad espiritual, entonces la
espiritualización se ha convertido en INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA . Si el
contexto histórico es casi ignorado y la verdad espiritual descubierta es
considerada como el sentido verdadero del texto, espiritualmente discernido,
entonces la espiritualización se ha convertido en A LEGORIZACIÓN. Ésta última
por lo general imagina un sentido que no tiene ninguna relación lógica, verbal o
conceptual con el texto. Las asociaciones con el contenido verbal del texto son
remotas y ajenas al sentido literal e histórico de las palabras.
Establecer principios
Establecer principios a partir de la Escritura consiste tomar lo que el autor
bíblico tuvo la intención de enseñar o comunicar y declararlo en la forma de
verdades eternas y perdurables, que pueden ser fácilmente aplicadas a la Iglesia
contemporánea (Kaiser 1981, 152). 12
Principio genérico
Pertenece a la aplicación de la verdad bíblica. Esto se refiere a la declaración
de una norma o estándar bíblico, que puede ser aplicado a una amplia gama
de situaciones. La respuesta cristiana adecuada a tales principios es en un
sentido siempre la misma: fe y obediencia. Sin embargo, la manera en que
la fe y la obediencia se expresan depende de dos variables principales: (1) si
el principio es explícito o implícito y (2) si la situación descrita en el
principio tiene una aplicación a la vida contemporánea (McQuilken, 300-
315).
Etimología
Consiste en el estudio del origen y el desarrollo histórico de las palabras, sus
formas y sentidos. Éste se realiza trazando el desarrollo de una palabra desde su
más temprana ocurrencia registrada en la lengua de su origen. Observando
especialmente los cambios que ocurren en la forma de la palabra y su sentido, a
consecuencia de la influencia de otras lenguas, culturas y géneros literarios.
En el uso popular de la etimología a menudo se comete el error de definir
una palabra combinando los sentidos de sus partes lingüísticas (Carson 1984a,
27-32). Por ejemplo, de la misma manera que “ caballero” ya no significa “ un
hombre a caballo” la palabra griega del NT homologe no significa “ decir lo
mismo” ó “ concordar” (de legein, “ decir” y homos, “ lo mismo”) sino más bien
“ profesar, confesar o declarar públicamente.” Es importante que se tenga presente
la siguiente regla provechosa: el uso y el contexto determinan el sentido de una
palabra, no la etimología.
Evidencia externa
Se aplica en general a las evidencias se obtienen de fuentes literarias fuera de la
que se considera. 13 El término aparece a menudo en obras que se relacionan con
C RÍTICA TEXTUAL (véase cap. 4), que determina la forma original de un texto
antiguo del cual hay numerosas copias. Las evidencias externas examinan los
manuscritos en apoyo o en desacuerdo con una lectura textual particular o
VARIANTE (Fee y Stuart 1982, 131). Véase EVIDENCIA INTERNA.
Evidencia interna
En la C RÍTICA TEXTUAL, se refiere a aquella evidencia que apoya una lectura
textual particular (o VARIANTE) desde dentro de la obra literaria en sí. Se ocupa
de ciertos detalles, por ejemplo: cómo fue escrito un texto, lo que habrían hecho
los copistas, cómo y qué habrían escrito con mayor probabilidad, los autores
considerando su estilo literario y modo de pensar.
Exégesis
Literalmente significa “ extraer”, y se refiere al análisis y la explicación de un
texto para determinar el sentido que propuso el autor y que entendieron los
primeros lectores. La confusión se suscita cuando el término se usa de modo
intercambiable con HERMENÉUTICA (Virkler, 18) e INTERPRETACIÓN (Silva, 31)
sin diferenciación. Una diferencia más o menos común es que “ la hermenéutica”
investiga los principios y métodos que se usan en la interpretación, y “ la
exégesis” es el uso práctico y la aplicación de aquellos principios y métodos al
texto (Kaiser y Silva, 285). Los enfoques más modernos a la hermenéutica han
acentuado la tarea de recalcar la importancia de la interpretación para el lector
contemporáneo (Tate, xv).
Existencialismo
Escuela de filosofía que define la vida humana en términos de “ ser”, o
existencia. 14 El existencialismo es a veces caracterizado por la expresión “ El ser
precede a la esencia.”Éste declara la convicción de que las personas son seres
humanos no porque ellas posean alguna naturaleza o esencia especial, sino
porque ellos existen y deciden vivir de un modo particular. (Dockery, 165). La
existencia humana se vuelve auténtica y se expresa significativamente cuando un
individuo abraza apasionadamente la vida mediante actos libres de la voluntad.
Así, el “ enfoque existencial” a la interpretación bíblica es subjetivo, y tiende a
concentrarse en el intérprete como determinador de sentido (Dockery, 165). Éste
no enfatiza la comprensión racional de la Escritura (es decir, un sentido textual
objetivo), sino un encuentro personal del intérprete con el mensaje del texto y
su reacción ante él. 15 Véase EXISTENCIALISMO CRISTIANO.
Falacia intencional
Se usa esta expresión para denominar la así llamada falacia de suponer que uno
puede saber la intención de un autor. Esta es la objeción que algunos presentan
al hecho de identificar el sentido de un texto con lo que el autor se propuso
decir, porque nadie puede saber todo lo que el autor pensó o sintió en el
momento en que escribió. Además, los autores pudieron elegir palabras que no
expresan suficientemente bien lo que ellos se propusieron explicar (Stein 1994,
23, 204). Una crítica común de esta perspectiva es que elimina la posibilidad
del sentido textual objetivo, y mina la validez de toda comunicación verbal
significativa. 18
Filología (o “filológico”)
Particularmente, se refiere al estudio histórico y comparativo de las palabras, y
se usa a menudo para referirse al campo de la lingüística. Sin embargo, ésta
también tiene una aplicación al estudio de obras literarias en cuanto a su aspecto
histórico, cultural, y literario. Cuando se usa en este sentido más amplio para
referirse al “ método filológico” de la interpretación, es aproximadamente
equivalente al MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO (cap. 4).
Filosofía
Generalmente el término se refiere a la cosmovisión de una persona o grupo, que
procura establecer una perspectiva coherente de todo el conocimiento respecto al
universo y la experiencia personal en él. También puede entenderse como la
búsqueda intelectual de la verdad y el sentido, al plantear las preguntas
fundamentales de la vida. Estas preguntas caen en las categorías de la
METAFÍSICA (¿Qué es la realidad o la naturaleza de ser?), la EPISTEMOLOGÍA
(¿Qué es el conocimiento?), y la ÉTICA (¿Qué es lo recto?). Para entender el
texto bíblico con precisión, los intérpretes deben considerar las cosmovisiones
del el autor de un texto como de los receptores originales, y debe compararlas o
contrastarlas con la propia (Evans, 92).
Hermenéutica especial
Se refiere a aquellas reglas y principios especiales que pertenecen a la
interpretación de un texto particular, o un grupo de textos, por lo general
con relación a un género específico o categoría literaria.
Hermenéutica general
Se refiere a aquellas reglas y principios que se usan en la interpretación de
cualquier texto, independientemente del género literario.
Nueva hermenéutica
Se refiere a un sistema particular de interpretación organizada en torno de un
marco de referencia establecido, que tiene un conjunto reconocido de
presuposiciones, valores o creencias, que guían o controlan la interpretación
de textos. 19
El término se asocia con la obra de H-G. Gadamer, que consideró la
hermenéutica no como un método de interpretación, sino como una
descripción de cómo uno llega al entendimiento a través de un texto. Véase
GADAMER, HANS-GEORG.
Homilética
Ciencia y arte de la preparación del sermón y la predicación. La homilética a
menudo se considera una parte integral del proceso interpretativo que transforma
los resultados de la exégesis bíblica en un mensaje inteligible y pertinente para
hoy.
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su
fuerza. —Ef. 1:18,19
Inductivo (razonamiento)
Clase de pensamiento lógico que extrae una conclusión general basada en la
observación y el análisis de hechos particulares. Por ejemplo, una persona
podría “ inducir” de todos los dichos de Jesús, que claramente Él se consideraba
el Mesías y el Hijo de Dios.
Inspiración
Designa la obra sobrenatural del Espíritu Santo que permitió y motivó a los
autores humanos de la Escritura, para producir un registro exacto y la revelación
de la voluntad, objetivo, y actividad redentora de Dios (PDTT, 66; Erickson,
199). 22
Interpretación
Acto o proceso de explicar el sentido de la comunicación verbal, sea oral o
escrita. Este es el objetivo de la HERMENÉUTICA y de la EXÉGESIS. El debate
hermenéutico continúa en cuanto a si el término debería incluir la tarea de
extraer la S IGNIFICACIÓN para el lector contemporáneo. Otro punto que se
debate es sobre si el sentido del texto es el que se propuso el autor, el cual se
comunica en el texto en sí (independiente de lo que el autor quiso decir), o el
sentido que el lector obtiene del texto. 24
Latinismo
Una palabra o expresión que muestra la influencia de latín en el texto del NT.
Esto aparece mayormente en el uso de terminología relacionada con
el:establecimiento militar, administración legal, medidas, y monedas romanos
(Soulen 1981, 106).
Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas (gr. lepta), o sea un cuadrante (lat. kodrantes)
—Mr. 12:42
Lenguaje de comisión
Se refiere al lenguaje cuyo objetivo es la motivación a la acción o decisión, a
expresar emociones, o evocar una respuesta emocional. Por lo general se
contrasta con el “ lenguaje referencial”, que se usa desapasionadamente para
describir algo comunicando meramente información (Jarra 1994, 73). 25 Véase
S ENTIDO REFERENCIAL.
De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del
Señor Jesús. —Gal. 6:17
Lenguaje fenomenal
Lenguaje descriptivo que habla de las cosas como se aprecian desde una
perspectiva humana finita e históricamente condicionada. Tal lenguaje
generalmente no se debe tomar literalmente. Por ejemplo, la descripción de la
semilla de mostaza como “ la más pequeña de todas las semillas que hay en la
tierra” (Mr. 4:31) es lenguaje fenomenal porque entre las personas a las que se
dirigió el discurso ella era considerada como las más pequeña de las semillas
(Ramm 1970, 210-11; McQuilken, 245; Virkler, 84-86).
Lenguaje figurado
Se refiere a todos los usos de palabras que son metafóricas o simbólicas en
naturaleza, que comunican un sentido diferente de su sentido literal común. En
la interpretación bíblica, para entender el sentido del lenguaje figurado a menudo
se estudia los contextos culturales, históricos y literarios (McQuilken, 165-
84). 26 Cf. S ENTIDO DENOTATIVO.
“Ese examen de hermenéutica fue un león.” Figurativamente hablando, significa que el examen
fue como una bestia salvaje o asesina.
Lingüística
Estudio formal del lenguaje humano, en particular como discurso. Ésta incluye
unidades del discurso, la naturaleza y función del lenguaje en sí, su estructura y
los cambios de la lengua. Este se ha vuelto un término complejo y de amplio
alcance, que abarca una completa variedad de disciplinas relacionadas con el
lenguaje. Las subdivisiones tradicionales de la lingüística son: fonética (sonidos
del habla y pronunciación), fonología (historia y teoría de los cambios de
sonidos del habla), morfología (la formación de palabras), sintaxis (el orden de
las palabras en expresiones significativas de pensamiento), gramática (reglas que
gobiernan la expresión lingüística), semántica (historia y teoría del desarrollo
del significado de palabras), pragmática (el estudio de la relación de palabras y
oraciones con su uso contextual). Véase S EMIÓTICA.
Metafísica/metafísico
Metafísica es la división de la filosofía que se ocupa de la naturaleza fundamental
de la realidad y del ser. Algo es metafísico si abarca la realidad o cosas que van
más allá, o superan, lo que nuestros sentidos físicos pueden percibir, es decir, la
realidad sobrenatural. Las doctrinas de Dios, la encarnación, el pecado, la
salvación, etc., envuelven al teólogo en discusiones metafísicas.
Metodología
En cuanto a la hermenéutica, es el proceso o procedimiento adoptado en la
interpretación. Ésta incluye las reglas, los principios, y las presuposiciones que
guían y dirigen el proceso de interpretación de un texto escrito.
Modismo
Una expresión o uso de palabras que es peculiar a una lengua en particular, ya
sea gramaticalmente (p.ej., la doble negación usada para el énfasis en algunas
lenguas) o tener un sentido que es otra cosa que la suma de sus partes
lingüísticas (p.ej., “ ¡Armado hasta los dientes!”).
“Amén, os digo...” p.ej.: “Os digo la verdad” ó “De cierto, de cierto os digo.”
Morfología
El estudio y descripción de la formación de las palabra en un idioma.
Especialmente en aquellos idiomas que se apoyan en cambios de la forma de las
palabras (es decir, cambios de las inflexiones al principio, al medio y final de las
palabras), 29 para identificar y determinar su función gramatical o sintáctica, la
morfología es en particular importante tanto para la traducción como para la
interpretación.
Ocasional (escrito)
Cuando los eruditos bíblicos se refieren a un escrito como “ ocasional”, quieren
decir que éste se produjo como respuesta a una serie concreta de circunstancias
históricas u ocasión. Por ejemplo, entender la naturaleza ocasional de una
epístola significa la identificación del contexto histórico, tanto de su autor como
de sus receptores originales (Fee y Stuart 1982, 45 f). Véase SITZ IM L EBEN.
Ontología/Ontológico
Rama de la METAFÍSICA que estudia la naturaleza del ser, o la existencia. Una
discusión ontológica de Dios es aquella que se centra en entender la naturaleza
esencial de Dios en su calidad misma de Dios.
Ortodoxia (u “ortodoxo”)
Estado o calidad de conformidad a una doctrina establecida, o a un sistema de
doctrinas, sobre todo en religión. En el discurso popular esto simplemente
significa la creencia correcta, con la deducción o o comprensión de los criterios
para juzgar su exactitud. La ortodoxia cristiana, entonces, se refiere a aquellas
enseñanzas básicas que la Iglesia siempre ha predicado y enseñado. 30 Véase
T RADICIÓN.
Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido
una vez dada a los santos. —Jud. 1:3
Ortopraxis
Se refiere a la práctica o buena conducta, dentro de un ámbito dado. En cuanto al
cristianismo, esto denotaría una conducta moral o ética que es intrínsecamente
espiritual (Gá. 5:16-26). Se refiere al estilo de vida que se conforma a la fe de
alguien, y expresa el compromiso con Cristo y sus enseñanzas.
Paráfrasis
Repetir un texto o pasaje de la Escritura usando una fraseología o formas
literarias diferentes. La razón habitual de parafrasear un texto es aclarar o hacer su
sentido más relevante, cuando el sentido del texto es algo confuso en una
traducción literal. El desafío de la paráfrasis es que debe retener el sentido que
propuso el autor en palabras que sean entendidas por el lector contemporáneo.
Paralelo conceptual
Ocurre cuando dos o más pasajes o versículos tratan del mismo tema, concepto,
o idea sin usar las mismas palabras. Por ejemplo, Fil. 2:7,8 y He. 2:9-15
ambos describen la encarnación de Cristo, pero con terminología diferente.
Sino que [Él] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres
—Fil. 2:7
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo. —
He. 2:14
Paralelo verbal
Ocurre cuando dos o más versículos o pasajes contienen las mismas palabras o
expresión. El intérprete debe juzgar si el autor se refiere al mismo tema, y si las
palabras en común tienen un sentido en común. Por ejemplo, la frase “ según la
carne” (gr. kata sarka), aparece en Ro. 1:3 y 8:13, pero representa dos sentidos
muy diferentes.
Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne —Ro. 1:3
Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis —Ro. 8:13-14
“Paralelomanía”, verbal
Un término peyorativo para la práctica de listar paralelos verbales de dos cuerpos
de literatura como evidencia de que comparten ideas similares, y por lo tanto
pueden ser dependientes entre sí 31 (Carson 1984a, 43). Un ejemplo clásico es la
acusación de que Pablo en Colosenses toma prestado de alguna manera de
escritores gnósticos, porque él usa varios términos que aparecen con frecuencia
en los escritos gnósticos. 32
Pasaje paralelo
Pasajes paralelos son dos o más pasajes que registran el mismo acontecimiento
o enseñanza (McQuilken, 210). Por ejemplo dos o más Evangelios que registran
un discurso particular o milagro de Jesús se considerarían pasajes paralelos.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo... —Fil. 1:27
Yo...os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamado —Ef. 4:1
Pericopa
Comúnmente se refiere a una parte selecta de un libro elegido para la lectura
litúrgica. El término se usa para designar un párrafo específico o una sección de
la Escritura que trata un tema en particular (Kaiser y Silva, 285). En la C RÍTICA
DE LAS FORMAS (véase cap. 4) el término se refiere a unidades autónomas de la
tradición del evangelio, que contiene historias o enseñanzas de Jesús. Se piensa
que ellas han circulado primero en forma oral antes de ser recolectadas y puestas
por escrito (Efird, 91). Debería considerarse que las divisiones de párrafo
tradicionales que encontramos en la Biblia no siempre marcan los límites de una
pericopa.
Polisemia
Que consta de múltiples sentidos. Las palabras normalmente tienen más de un
sentido, que comprende su R ANGO SEMÁNTICO. Se produce un problema
hermenéutico cuando los textos son vistos como que tienen muchos sentidos, y
ninguno de ellos se considera objetivamente verdadero o correcto. En cambio,
todos los sentidos se ven como válidos o no válidos conforme a su efecto en el
intérprete (Osborne, 84; Carson 1984a, 129) o, en algunos criterios, cómo lo
entiende la comunidad interpretativa (Carson 1996, 75-76)33. Esto resulta en
relatividad y subjetividad que niega un sentido objetivo a un texto. 34
Una versión evangélica de la polisemia abogaría por niveles del sentido,
cuidadosamente determinados por jueces competentes (es decir, eruditos)
quiénes estarían históricamente y lingüísticamente informados (Poythress, 113).
Nuevamente, se puede preguntar si estos “ niveles de sentido” no se confunden
con las diversas formas de S IGNIFICACIÓN o aplicación. Además, este enfoque
no determina a cuál de los sentidos se le debe otorgar estatus de autoridad
C ANÓNICA (Kaiser 1981,46).
Precomprensión
Se refiere a un cuerpo de supuestos, actitudes, y prejuicios extraídos del fondo
histórico y de la experiencia personal a la interpretación de la realidad o a
cualquier expresión de ella, incluyendo la Escritura (D. Ferguson, 6). La
precomprensión de una persona está compuesta de un sistema de
P RESUPOSICIONES que se concentran en un contenido específico. El
reconocimiento de nuestra precomprensión, y cómo esta influye en nuestra
interpretación, es importante para alcanzar objetividad en el proceso
interpretativo, suprimiendo suficientemente el poder de nuestras presuposiciones
como para oír el mensaje que quiso comunicar el autor bíblico a los receptores
originales (Klein, Blomberg, y Hubbard, 7-8). 35
Presuposiciones
Los primeros principios o supuestos que se sostienen respecto a un tema, antes
del estudio o desarrollo de un argumento o punto de vista, y a partir de los
cuales se deriva un punto de vista (McKim 1996, 219). Nuestras
presuposiciones afectan cómo interpretamos la Biblia, pues influyen en la
manera en que nos acercamos al texto, y determinan en gran medida tanto las
preguntas que formulamos como las respuestas que anticipamos. Las
presuposiciones se clasifican en varias categorías. Aquellas más influyentes para
la hermenéutica son las “ teológicas” (nuestros compromisos doctrinales),
“ epistemológicas” (cómo entendemos la obtención de conocimiento o verdad),
y “ metodológicas” (cómo vemos la tarea de interpretación). Véase
P RECOMPRENSIÓN.
Racionalismo
Sistema de creencias que considera la mente humana como (1) una autoridad
independiente y autónoma (2) capaz de determinar la verdad. El racionalismo
germinó del Renacimiento y floreció en la Ilustración, edad en que se usó la
razón para desafiar las autoridades de la Iglesia y las enseñanzas de la Escritura
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 43). John Locke, por ejemplo, elevó la razón por
encima de la R EVELACIÓN de la Escritura. La razón debía evaluar las enseñanzas
de la Escritura para determinar si concordaba, era superior, o era contraria a la
razón. 36 Así, la razón humana que opera a través de la experiencia se considera
la autoridad final.
Los enfoques interpretativos que son racionalistas traen una cosmovisión
naturalista, que rechaza lo sobrenatural por considerarlo contrario a la razón y a
la experiencia. El racionalismo conlleva la presuposición de que las ideas
(doctrinas) de la Escritura pueden ser consideradas como simplemente humanas
en origen. 37
Rango semántico
Se refiere a todos los sentidos adjudicados a una palabra en un contexto literario
dado. Por ejemplo, uno descubre que el rango semántico de la palabra griega
nomos (“ ley”) en Romanos incluye referencias a la escritura del AT (8:7), a la
ley mosaica (7:7), y a la ley como un principio operativo, como en “ la ley del
Espíritu de vida” y “ la ley del pecado y de la muerte”(8:2).
Razonamiento deductivo
La clase de pensamiento lógico que saca una conclusión sobre detalles a partir
de una conclusión general. Por ejemplo, una persona, habiendo concluido que
Dios posee una naturaleza absolutamente justa y santa, podría deducir (o inferir)
que Jesús en todos sus actos terrenales, como Hijo de Dios, fue libre de pecado
y de mancha delante Dios.
Referente
“ Ente” (sea persona, acontecimiento, objeto, etc.) al que se refiere una palabra o
expresión (Kaiser y Silva, 34). El referente a menudo lo determina el contexto
literario más amplio y no la palabra aislada en sí. Por ejemplo, Juan se refiere a
“ los judíos” como aquellos que procuraban matar a Jesús (Jn. 5:18; 7:1). Un
examen cuidadoso del Evangelio de Juan revela que el término no siempre
designa al pueblo judío en general, sino a veces a los líderes religiosos judíos
en particular (cf. 7:13,25; 8:40; cf. 8:13).
Relativismo cultural
Sostiene que el valor de veracidad de cualquier idea depende de la cultura que la
produjo. Cuando se aplica al contenido moral o teológico de la Escritura se
vuelve problemático, porque éste niega la autoría divina de la Escritura, y por lo
tanto rechaza la noción de que la Biblia contiene cualquier verdad que sea eterna
y transcultural en su importancia o autoridad (McQuilkin, 32-34).
Revelación
Develar algo previamente desconocido. En la teología esto se refiere por lo
general a la revelación por parte de Dios de algún aspecto suyo o de su voluntad
divina a los mortales. La revelación se observa en dos categorías: (1) revelación
natural, que se localiza en la naturaleza, la historia, y la conciencia (cf. Ro.
1:19,20), y (2) revelación especial, que se localiza en los hechos reveladores de
Dios y su Palabra (cf. He. 1:1,2). 38 En la hermenéutica continúa el debate sobre
el lugar en que se produce la revelación, es decir, si la revelación de Dios debe
identificarse con la Escritura, la tradición de la iglesia, la experiencia humana
contemporánea, o alguna combinación de todas éstas (Osborne, 299).
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy ó heredero de todo, y
por quien asimismo hizo el universo” (He. 1:1,2) es un ejemplo de “revelación especial”.
Revelación progresiva
Expresa la creencia de que la revela-ción de Dios y su plan de salvación son
progresivos y en aumento, como se registra en la Escritura. Así, el in-térprete de
la Biblia que reconoce este dinámico proceso considerará la revelación posterior
que como más completa que la revelación más temprana. Por ejemplo, lo que
Dios revelade su persona a través de la persona de Cristo en el NT se ve como
un cuadro más claro y completo de que lo que encontramos en los escritos del
AT. Por consiguiente, se les otorga más peso a los escritos del NT al formular
la doctrina, o al comparar Escritura con Escritura para la interpretación
(Erickson, 132-34; PDTT, 96).
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy ó heredero de to do,
y por quien asimismo hizo el universo — He. 1:1,2
Revelación proposicional
El concepto de que la verdad revelada de la Escritura puede ser lógicamente
presentada en declaraciones coherentes o proposiciones. Está relacionada con la
inspiración verbal (en el sentido de que la inspiración se extiende a las palabras
de la Escritura y no sólo a las ideas), que ve las Escrituras como un modo y
depósito de la revelación divina. La revelación proposicional es una
presuposición no sólo de la teología sino también de toda la comunicación
pública de la interpretación bíblica39 (Silva 1996, 214-15; Erickson, 216). 40
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual
—1 Co. 2:12-13
Semántica
Se refiere generalmente al estudio de los sentidos de una palabra. Ésta puede
incluir una investigación del origen histórico de una palabra, su uso y cambio
de sentido, así como la teoría de cómo las palabras como “ signos” llegan a
significar, o denotar algo. Su importancia para la hermenéutica es evidente, ya
que los estudios de palabras bíblicos deben reconocer que los sentidos de una
palabra son fluidos, y que se debe tener cuidado para determinar qué sentido de
una palabra se propuso comunicar el autor en un contexto literario dado.
Semiótica
Parte de lo que se conoce como lingüística estructural, y se refiere a la teoría
filosófica y lingüística de los signos (por lo general asociados con palabras) o
sistemas de signos, y como ellos funcionan en el lenguaje humano. Un signo es
tanto el sonido de la palabra “ significante” (p.ej., “ gato”, “ cat”, “ chat”) y el
objeto “ significado” (es decir, el animal en sí). La relación entre significante y
significado la determina las percepciones compartidas de una comunidad (Tate,
189; McKnight, 120-21). 41
Semitismo
Se refiere a un rasgo característico (por lo general una palabra o modismo) de
una lengua semítica que aparece en otro idioma. En estudios bíblicos esto
comúnmente alude a la influencia de lenguas semíticas (hebreo o arameo) en el
AT griego (es decir, la S EPTUAGINTA). En el NT, los semitismos toman la
forma de “ arameismos” en el Evangelio de Marcos cuando el autor cita una
palabra o palabras en arameo y luego lo traduce, probablemente para un
auditorio no judío.
Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
—Mr. 5:41
Sentido
Ésta es una palabra que los eruditos usan de diferente manera, en sus diversos
criterios respecto a la interpretación. 43 Desde una perspectiva evangélica, parece
sabio adoptar la posición de que el sentido de un texto está indisolublemente
ligado a la intención que propuso el autor inspirado que escribió tal pasaje de la
Escritura. Todas las “ implicaciones” subsecuentes, o las A PLICACIONES que se
extraen de la interpretación, están más bien relacionadas con la S IGNIFICACIÓN
que el texto tiene para un lector particular. 44
Sentido connotativo
Se refiere al sentido verbal que se aparta del sentido literal ordinario de una
palabra, para un uso especial o aplicación de aquella palabra en un contexto o
asociación específico. Véase S ENTIDO CONTEXTUAL y S ENTIDO DENOTATIVO.
“Y por su llaga fuimos nosotros curados” (Is. 53:5), por ejemplo, las heridas y marcas de los
sufrimientos de Cristo en la cruz.
Sentido contextual
El sentido de una palabra, frase, oración, párrafo, pasaje, etc., como aparece en
relación con el contexto literario más extenso, desde una oración hasta un libro
de la Biblia en su totalidad. Por ejemplo, las palabras a menudo tienen diversos
significados (véase R ANGO SEMÁNTICO). El intérprete elige qué sentido
armoniza mejor con el contexto verbal o literario en que se encuentra la palabra.
Sentido denotativo
Se refiere al elemento factual detrás del sentido literal de una palabra, distinto de
lo que podría estar implícito o sugerido por una asociación especial o uso
metafórico. Por ejemplo, el sentido denotativo de “ espada” en las palabras de
Jesús: “ Vuelve tu espada a su lugar” (Mt. 26:52) se refiere a un arma literal. Sin
embargo, el S ENTIDO CONNOTATIVO de espada, p.ej., “ No se apartará jamás de
tu casa la espada” (2 S. 12:10), se refiere a un violento conflicto en vez de una
espada literal.
Sentido referencial
Designa la cosa o realidad a la que una palabra o pasaje se refiere. Es el sentido
que completa el significado de la(s) palabra(s) usada(s), por lo general a la luz de
un contexto más amplio desconocido o no familiar. Así, Nicodemo oyó las
palabras de Jesús (en Juan 3:5-8) y entendió las palabras en sí, pero no la
realidad espiritual a la que ellas se referían. Véase también la confusión similar
de la mujer samaritana respecto al sentido literal de la palabra “ agua” en Juan
4:10-15 (Kaiser y Silva, 34-35) y su R EFERENTE espiritual.
Los eruditos se refieren al lenguaje referencial como aquel que se usa para
comunicar información, en contraste con el LENGUAJE DE COMISIÓN, que se usa
para expresar, comunicar, o evocar emociones.
Significación
A menudo a la par con el S ENTIDO y diferenciado de éste en la interpretación de
un texto. Se dice que el sentido se refiere al sentido representado por el texto en
sí y la intención del autor expresada por la opción de palabras, gramática,
sintaxis, y técnicas literarias (Kaiser 1981, 32). “ Significación”, por otra parte,
se refiere al efecto que el sentido tiene sobre el lector-intérprete y su respuesta a
él. 45 Se relaciona a veces con las “ implicaciones” de un texto (Stein 1994, 43;
Silva 1996, 108) o la APLICACIÓN. 46
Subjetivismo
Posición filosófica en que la experiencia, el sentimiento, o la aprehensión
privada del individuo son el determinante final de la verdad. Cuando se usa en
relación con la interpretación, éste a menudo tiene que ver con enfoques
existencialistas que enfatizan el papel del intérprete en la determinación (incluso
“ creación”) del sentido. 47 Así, la interpretación no es objetiva (¿Qué significa el
texto?), sino subjetiva (¿Qué significa el texto para mí en mi encuentro
existencial o en mi experiencia con él?) (McQuilken, 49-56). (Véase también
EISÉGESIS.)
Traducción literal
Traducción que trata en lo posible de mantener la fraseología exacta de la lengua
bíblica original, y a la vez expresar sentido en el idioma del auditorio al que se
dirige. Véase LENGUAJE RECEPTOR (Fee y Stuart 1982, 35). 48
Transferencia total
Suposición común pero errónea al interpretar, de que todo el R ANGO
SEMÁNTICO de sentidos y asociaciones de una palabra está presente cada vez que
ésta se usa (Fee y Stuart 1993, 227).
Unidad de la Escritura
Creencia de que la Biblia presenta una perspectiva unificada y coherente en sus
enseñanzas esenciales (Ramm 1970, 174), que deriva de la convicción de que
tras los diversos escritos en la Escritura hay sólo un Autor divino (McQuilken,
21, 68-69; Terry, 383) quién comunica un mensaje unificado en el canon bíblico
y en cada una de sus partes. 49 El intérprete que adopta esta presuposición verá la
Biblia entera, en cierto modo, como el contexto literario y teológico para la
interpretación.
Unidad de sentido
La suposición muy debatida de que con la excepción del dispositivo literario del
DOBLE SENTIDO, un texto tiene sólo un sentido, aquel que el autor se propuso
comunicar (McQuilken, 88; Ramm 1970, 110-13; Terry, 383). 50
_______________
1 Una famosa alegoría es El progreso del peregrino por John Buny an, en la cual se relata la
historia de un viajero y sus experiencias, para dilucidar la verdad del viaje espiritual de fe en
la vida de un cristiano
2 Hay un debate continuo sobre si las parábolas deben tratarse como alegorías. Por mucho
tiempo los eruditos bíblicos han resistido tal identificación, cautelosos por el testimonio de la
historia de una interpretación arbitraria e imaginaria. Leland Ry ken hace un esfuerzo para
responder a las objeciones de esta identificación en su libro How to Read the Bible as Literature
(Grand Rapids: Zondervan, 1984), 199-203.
3 En la historia de la interpretación bíblica, tanto judía como cristiana, el enfoque alegórico fue
muy común. A menudo estaba asociado con la “tipología”, que también tiene un elemento
comparativo (“aquello” representa “esto”). Sin embargo, mientras que la tipología está basada
en la historia y las analogías son más naturales y sugerentes (p.ej., el alzamiento que Moisés
hizo de la serpiente de bronce [Nm. 21:4-9] y la crucifixión de Jesús [Jn. 3:14]), las conexiones
análogas que se hacen en la alegoría son remotas y a menudo extrañas. Así, Filón de
Alejandría pudo ver en la descripción de los cuatro ríos de Edén (Gn. 2:10-14) un discurso
sobre cuatro virtudes. Del mismo modo, Clemente de Alejandría vio en la prohibición de
Moisés contra comer animales inmundos una advertencia de que se debía rechazar diversos
vicios. Buenas exposiciones sobre los orígenes históricos de la interpretación alegórica se
encontrarán en Biblical Hermeneutics: A Treatise on the Interpretation of the Old and New
Testaments por Milton S. Terry , (New York: Hunt and Eaton, 1890), 58-60, y Protestant Biblical
Interpretation por Bernard Ramm, 3rd ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 24-45.
4 El catolicismo romano y los ortodoxos orientales aceptan los LIBROS APÓCRIFOS como
parte del CANON inspirado de la Escritura.
5 Por ejemplo, el catolicismo romano considera varias expresiones (tanto orales como escritas)
de la tradición de iglesia como autoritivas. Entre éstas estarían los credos y las decisiones del
Magisterio, la instancia de enseñanza de la iglesia. Los ortodoxos griegos reconocen que la
liturgia y la adoración tienen un papel autoritativo en la definición de la ortodoxia. La doctrina
cuadrilátera del metodismo reconoce que junto con la Biblia, deben consultarse la tradición, la
razón, y la experiencia. Para una discusión más amplia de estas tradiciones, véase J. D.
Woodbridge y T. E. McComiskey, Doing Theology in Today’s World (Grand Rapids:
Zondervan, 1991).
6 Para una excelente reseña sobre este asunto, véase Theodore Donner, “Some Thoughts on the
History of the New Testament Canon,” Themelios 7 (1982): 23-27
7 Esto también es denominado como “transferencia ilegítima de totalidad.” Véase Carson,
Exegetical Fallacies, 62.
8 David J. Hasselgrave aborda el desafío de la contextualización en vista del pluralismo religioso
y las variedades de EPISTEMOLOGÍA que participan en los enfoques modernos a la
hermenéutica. Véase “Contextualization and Revelational Epistemology ” en Hermeneutics,
Inerrancy and the Bible, ed. E. D. Radmacher y R. D. Preus (Grand Rapids: Zondervan, 1984),
691-738. D. A. Carson plantea su posición en “A Sketch of the Factors Determining Current
Hermeneutical Debate in Cross-Cultural Contexts” en Biblical Interpretation and the Church:
The Problem of Contextualization, ed. D. A. Carson (Nashville: Thomas Nelson, 1984), 11-29.
9 Por ejemplo, en nuestro texto dentro del cuadro la oración principal es modificada
adverbialmente por las frases y cláusulas sangradas debajo de la palabra “gracias”. Ellas nos
dicen, entre otras cosas, cuándo, por qué, y cómo Pablo agradece a Dios.
10 Moisés Silva y Walter C. Kaiser Jr. llevan a cabo un debate erudito en el libro que escribieron
en conjunto, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids:
Zondervan, 1994). Silva (259-64) sostiene no sólo que es imposible separar la exégesis de la
teología, sino que la exégesis se beneficia de interpretar conscientemente la Escritura dentro de
un marco teológico. Kaiser, por otro lado (202-6), sostiene que “la exégesis está antes que
cualquier sistema teológico”, y debe permanecer así si es que se ha de considerar la Escritura
como una autoridad independiente y autónoma sobre los sistemas teológicos o formulaciones
doctrinales desarrollados por los hombres.
11 Walter C. Kaiser Jr. cita las ideas de Vern S. Poy thress como un inquietante ejemplo de la
legitimación de sentidos plurales. Además del sentido del comunicador, Poy thress habla del
sentido determinado por la reacción del auditorio y el sentido del “discurso” que es establecido
por “jueces competentes” entendido en trasfondos lingüísticos e históricos. Véase Vern S.
Poy thress, “Analy sing a Biblical Text: Some Important Linguistic Distinctions,” Scottish
Journal of Theology 32 (1979): 113, 126. Sin embargo, la crítica de Kaiser digna de mencionar.
Aun si “jueces competentes” determinaran el sentido de un discurso (“sentidos” es más
realista), esto todavía deja el problema de determinar cuál debe ser considerado el sentido
CANÓNICO. Véase Kaiser, Toward an Exegetical Theology: Biblical Exegesis for Preaching
and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 47,48.
12 La dificultad al establecer principios es por lo general exegética, es decir, determinar lo que el
autor tuvo la intención de enseñar o comunicar como verdad perdurable. Kaiser ve el
establecimiento de principios como una tarea integral de la predicación expositiva, que saca
teología del texto y lo vuelve pertinente para nuestro día. Véase Toward an Exegetical
Theology, 149-63.
13 Por ejemplo, evidencias externas para el desarrollo del CANON del Nuevo Testamento
incluirían los escritos de los Padres Apostólicos, los padres de la iglesia desde el siglo segundo
hasta el cuarto, y escritos no canónicos a partir del mismo período, que podrían citar o aludir a
pasajes del NT.
14 El existencialismo es una filosofía con muchas variantes o expresiones, que no son para nada
compatibles en sus conclusiones. Por ejemplo, los orígenes del existencialismo se remontan
tanto al filósofo danés Søren Kierkegaard, cristiano comprometido, como al declarado ateo
alemán Friedrich Nietzsche. En el siglo veinte éste se asocia a los escritos filosóficos de Martin
Heidegger, las teologías de Karl Barth, Emil Brunner y Rudolf Bultmann, y las expresiones
literarias de Jean-Paul Sartre y Albert Camus. Lo que une estas expresiones divergentes del
existencialismo es el énfasis en el descubrimiento personal y subjetivo de la verdad o sentido,
sea que tal sentido se afirme dentro de una cosmovisión cristiana-teísta, o se niegue dentro de
un marco nihilista (es decir, la vida no tiene sentido alguno) y ateo. Para una introducción
breve pero profunda al existencialismo, véase Colin Brown, “Existencialism”, en The
Evangelical Dictionary of Theology, ed. Walter A. Elwell (Grand Rapids: Baker Book House,
1984), 395-97.
15 En particular, el énfasis se concentra en cómo el lector-intérprete adquiere conciencia de las
posibilidades de entender la existencia humana a través del mensaje del texto. Véase David S.
Dockery , Biblical Interpretation Then and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the
Early Church (Grand Rapids: Baker Book House, 1992), 166-68.
16 Esto sucede a pesar de que lingüísticamente los términos son prácticamente sinónimos
(“exégesis” es “extraer” el sentido, y “exposición” un “desarrollo” del mismo). Los escritores
a menudo usan ambos términos para denotar la INTERPRETACIÓN de un texto bíblico. Por
ejemplo, J. I. Packer compara las obras expositivas de los reformadores con la exégesis.
Véase Fundamentalism and the Word of God (InterVarsity Press, 1958; Grand Rapids: Wm. B.
Eerdmans, n.d.), 19. Moisés Silva, en Introduction to Biblical Hermeneutics, 19, asevera que
exégesis es sólo un modo “más elegante” de referirse a la interpretación.
17 A. Berkeley Mickelsen argumenta tanto por la diferencia entre exégesis y exposición, así
como por su inseparabilidad, si se hace una interpretación válida. Véase Interpreting the Bible
(1963; Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1974).
18 La objeción fracasa en distinguir entre el sentido propuesto por del autor y sus procesos de
pensamiento y experiencia internos cuando escribió el texto. Éste último es el conocimiento
exhaustivo del autor y es inaccesible. El primero está limitado por su selección y arreglo de
palabras, y es accesible a través del texto y localizado en éste. Aunque es cierto que los autores
a menudo no se expresan claramente, los autores bíblicos no carecían de ay uda. La doctrina
de INSPIRACIÓN sostiene que ellos contaban con la ay uda del Espíritu Santo (2 P. 1:21). Para
una interesante aunque introductoria discusión de la “falacia intencional”, véase Robert H.
Stein, “Who Makes Up the Rules,” en Rightly Divided: Readings in Biblical Hermeneutics, Roy
B. Zuck ed. (Grand Rapids: Kregel Publications, 1996), 35-37.
19 Esta a menudo se asocia con una ideología completa que gobierna la manera en que uno
considera el proceso de entendimiento, cuando es mediado por el texto. Aquella ideología sea
filosófica (p.ej., hermenéutica existencial), sea sociopolítica (p.ej., hermenéutica de
liberación), o sea cultural (p.ej., hermenéutica africana, asiática, latinoamericana, etc.,).
20 Una pregunta perenne relacionada con este término es “¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en
la interpretación de la Escritura?” Una pregunta consecuente podría ser “Un incrédulo, en
cuy a vida el Espíritu Santo no mora, ¿puede realmente entender las Escrituras?” Durante la
Reforma, tanto Lutero como Calvino recalcaron la necesidad de la iluminación y la fe para la
interpretación. Es claro que el Espíritu Santo es vital en el proceso (1 Co. 2:11-14). Sin
embargo, la exacta naturaleza de la obra del Espíritu es vaga y no está clarificada en la
Escritura. Aunque no podamos solucionar el problema en una nota al pie de página, una
observación parece clara: los incrédulos pueden llegar a un entendimiento del sentido
exegético de la Escritura. Es decir que usando el método exegético, ellos pueden determinar el
sentido textual que el autor histórico quiso comunicar. Sin embargo, hay un nivel de
“conocimiento”, o entendimiento, que supera la comprensión racional o cognoscitiva. Uno
puede entender lo que Moisés, los profetas, Jesús, o Pablo dijeron, se propusieron, y enseñaron
sin creer sus enseñanzas o responder con fe. Cual sea la obra del Espíritu a nuestro favor en el
encuentro con la Escritura, Él nos guía a ese segundo nivel de comprensión y respuesta. Véase
Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 167-68.
21 Tanto los pentecostales-carismáticos como los protestantes evangélicos reconocen el papel del
Espíritu Santo en la iluminación de la Escritura. Véase F. L. Arrington, “Hermeneutics,” en
Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements, Stanley M. Burgess y Gary B. Mc-Gee,
ed. (Grand Rapids: Zondervan, 1988), 382-87; Roger Stronstad, Spirit, Scripture and Theology:
A Pentecostal Perspective (Bagio City, Philippines: APTS Press, 1995), 73-74. Cf. Kaiser y
Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 167-68. Sin embargo, hay un debate sobre si los
pentecostales y carismáticos tienen un margen interpretativo o entienden las Escrituras de una
manera diferente a los evangélicos no pentecostales o carismáticos. Gordon Anderson, un
pentecostal clásico, advierte contra la aseveración del carácter único de de la hermenéutica
pentecostal, que no sólo parece elitista sino también se confunde cuando se trata de explicar
cómo las conclusiones de intérpretes pentecostales iluminados por el Espíritu Santo difieren de
los no pentecostales. Véase Gordon L. Anderson, “Pentecostal Hermeneutics”, en Conference
Papers, vol. 2 de la 22 Annual Meeting of the Society for Pentecostal Studies (Springfield, Mo.,
Noviembre 12-14, 1992), 5-7.
22 Nótese que esta definición del término es de manera particularmente teológica. Téngase
presente que la palabra “inspiración” se usa a menudo en un sentido humanístico, es decir,
para referirse a una experiencia inspiradora que ha despertado o provocado sentimientos
profundamente religiosos.
23 Para una defensa bien razonada en cuanto a localizar el sentido del texto con la intención del
autor véase Robert H. Jarra, “The Benefits of an Author-Oriented Approach to Hermeneutics”
Journal of Evangelical Society 44, No 3 (septiembre 2001): 451-66.
24 Para una reseña y discusión provechosa de las tres ubicaciones del sentido, véase Stein,
Interpreting and the Bible, 17-36.
25 Los dos términos no son mutuamente exclusivos, y a que la gente puede comunicar la
información usando “lenguaje de comisión” y la información que se comunica con “lenguaje
referencial” puede provocar una respuesta emocional. Véase Robert H. Stein, A Basic Guide to
Interpreting the Bible: Playing by the Rules (Grand Rapids: Baker Book House, 1994), 74.
26 Para un excelente comentario de la función del lenguaje figurado, y cómo reconocer su uso,
véase Robertson McQuilken, Understanding and Applying the Bible, ed. rev. (Chicago: Moody
Press, 1992), 165-183.
27 Soulen señala que erróneamente el término se usa para designar la entera variedad de
metodologías relacionadas con la crítica bíblica. En cambio, esté designa más correctamente
“ese principio suby acente de razonamiento histórico que floreció en el siglo XIX.”
28 El método de historiografía (es decir, hacer historia) propuesto por Troeltsch incluía los
siguientes principios: (1) El principio de la crítica (o “duda metodológica”): Todo el
conocimiento histórico está históricamente condicionado (es decir, está escrito por personas
que están vinculadas a su tiempo y limitadas por aquel), y como tal está abierto a una
verificación y corrección continua mediante un reexamen de la evidencia. (2) El principio de
la analogía: hay una homogeneidad fundamental en toda la experiencia humana. Es decir,
todos los fenómenos históricos caen dentro de un rango estándar de experiencia humana.
Debido a que hay una relación comparativa entre tales experiencias del pasado y del presente,
la experiencia presente de la humanidad puede proporcionar criterios objetivos mediante los
cuales podemos juzgar lo que podría o no podría haber sucedido en el pasado. Así, la
investigación histórica arroja sólo probabilidades no certezas. (3) El principio de causalidad:
Cada acontecimiento histórico es el producto de una ley conocida de causa y efecto. La
prueba de un hecho histórico debe incluir una explicación conforme a estas ley es. Por
ejemplo, Bultmann consideró la historia como una serie cerrada y continua de causa y efecto.
La historia es la interpretación de acontecimientos según aquellas ley es de la causalidad:
físicas, sociales, psicológicas, etc.. Véase Edgar Krentz, The Historical Critical Method
(Philadelphia: Fortress Press, 1975), 56-61. Lo claro es que estos axiomas conforman la base
racionalista y naturalista, y hacen inadmisibles el contenido sobrenatural y las aseveraciones
de la Escritura.
29 Tales idiomas e conocen como lenguas “sintéticas” o “aglutinadoras”, mientras que las
lenguas que dependen en gran parte del orden de las palabras para determinar el sentido
(como el inglés) se conocen como lenguas “analíticas”. Véase Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 136-37.
30 A menudo podría añadirse un modificador denominacional. Cuando es así, se asume un credo
estándar. Por ejemplo, la ortodoxia presbiteriana por lo general se mide según la Confesión de
Westminster, la ortodoxia luterana según la Confesión de Augsburg, y la ortodoxia católica
conforme al Concilio de Trento.
31 El término fue acuñado por Samuel Sandmel en “Parallelomania”, Journal of Biblical
Literature 81 (1962): 2-13.
32 Los intérpretes deberían notar que la dependencia puede ser interpretada a partir de ambos
polos. Ya que los escritos gnósticas, donde esta terminología aparece, son muy posteriores al
NT, es completamente razonable sugerir más bien su dependencia de Pablo. Además, uno
tiene que preguntar también cómo una palabra particular está siendo usada en ambos cuerpos
de literatura, y a qué se refería ésta. Para una obra excelente sobre la presunta dependencia
del NT en el pensamiento religioso del mundo Greco-romano, véase Ronald H. Nash,
Christianity and the Hellenistic World (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 203-24.
33 Carson cita como ejemplo e ilustración el trabajo del deconstruccionista Stanley Fish en “Is
There a Text in This Class?” (Cambridge: Harvard University Press, 1980), 326-27.
34 Se identifica esta postura con los herederos hermenéuticos de la Nueva Hermenéutica, y
muchos de los enfoques literarios posmodernos (p.ej, DECONSTRUCCIÓN). Véase Luiz
Gustavo da Silva Goncalves, “The Deconstructing of the American Mind: An Analy sis of the
Hermeneutical Implications of Postmodernism,” en Evangelical Hermeneutics, ed. Michael
Bauman y David Hall (Camp Hill, Pa.: Christian Publications, 1995), 233-61. Un problema
obvio es que tal enfoque de la interpretación es contraproducente. Un colega de este autor una
vez preguntó a un defensor de la Nueva Hermenéutica si él querría que su contrato de trabajo
se interpretara de esa manera. Una risa nerviosa fue la única respuesta que recibió.
35 Duncan Ferguson explora el papel de la precomprensión en la INTERPRETACIÓN de la
Escritura. Él concluy e que la precomprensión de alguien es inevitable, pero que el intérprete
no está servilmente atada a ella. Antes bien, el intérprete tiene la inteligencia y la libertad de
respaldar conscientemente supuestos y actitudes dentro de su precomprensión. Véase Biblical
Hermeneutics: An Introduction (Atlanta, Ga.: John Knox Press, 1986), 6-12. Debería notarse
que el intérprete es también libre de rechazar o de cambiar sus presuposiciones a favor de
aquellas que se descubren en el texto a través de la EXÉGESIS.
36 Véase John Locke, “An Essay on Human Understanding,” Book IV, Chapter 17, citado en
James C. Livingston, Modern Christian Thought from the Enlightenment to Vatican II (New
York: Macmillan, 1971), 16-17.
37 La implicación para la hermenéutica, que apunta al entendimiento de las ideas de la Escritura
a través del lenguaje, es clara. Las ideas y las enseñanzas de la Escritura no debieran
considerarse como REVELACIÓN (es decir, como poseedoras de un origen superior y
divino), o como verdades universalmente válidas, sino como ideas derivadas únicamente de la
experiencia religiosa humana, que es culturalmente relativa e históricamente específica.
38 Para una presentación teológica profunda de estas dos categorías de revelación, véase
“Revelation, General” por B. A. Demarest, y “Revelation, Special” por C. F. H. Henry en el
Evangelical Dictionary of Theology, Walter A. Elwell ed. (Grand Rapids: Baker Book House,
1984), 944-48.
39 Cuándo alguien pregunta: “¿Qué significa aquella Escritura?” o “¿Qué enseña la Biblia?”, la
suposición es que el sentido o enseñanza pueden ser inteligiblemante reducidos a declaraciones
proposicionales. Aquellos que sostienen que la verdad revelada en la Escritura es más que la
cognición racional están en lo cierto, y a que no es nada menos que la verdad proposicional lo
que los autores inspirados quisieron expresar.
40 El debate que se ha sostenido por mucho tiempo acerca de si la REVELACIÓN es
proposicional o personal, es decir si la REVELACIÓN puede ser comparada con la verdad
revelada en la Escritura y articulada en declaraciones doctrinales o teológicas, o debe ser
considerada sólo como el encuentro personal de Dios mismo (véase NEO-ORTODOXIA).
Véase Millard Erickson, Christian Theology, 2nd ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1999),
216-23.
41 Cuando se aplica a la literatura, el texto (p.ej., una narrativa) en sí puede ser visto como un
signo. Como tal éste tiene un SENTIDO DENOTATIVO que se identifica con la intención del
autor. Sin embargo, se dice que el texto tiene también niveles connotativos de sentido,
compuestos de un sistema subconsciente de pensamiento que precede a la intención del autor.
Véase W. Randolph Tate, Biblical Hermeneutics: An Integrated Approach (Peabody, Mass.:
Hendrickson Publishers, 1991), 189. El problema con este entendimiento, sin embargo, es que
propone un sentido textual independiente del autor que nos dio el texto. Los textos no piensan, la
gente piensa, y parrece extraño abrir una brecha entre el autor y el texto, sobre todo cuando es
el autor inspirado de la Escritura cuy o mensaje uno quiere entender. Véase Stein, “Author-
Oriented Approach”, 453-54.
42 Este asunto es complejo y se debate de diferentes maneras según el entendimiento que cada
uno tiene de la naturaleza fundamental y la tarea de la hermenéutica. Para una excelente y
profunda exposición del asunto, y una cautelosa adopción evangélica del sensus plenior, véase
Douglas J. Moo, “The Problem of SENSUS PLENIOR”, en Hermeneutics, Authority and
Canon, D. A. Carson y J. D. Woodbridge ed. (Grand Rapids: Zondervan, Academie Books,
1986), 175-212.
43 Kaiser proporciona un revelador comentario del “significado del sentido” en Kaiser y Silva,
Introduction to Biblical Hermeneutics, 27-45.
44 E. D. Hirsch Jr., cuy a distinción citan muchos evangélicos, escribe: “El sentido es aquel que
está representado por el texto; es aquel que el autor propuso con su uso de una particular
secuencia de signos; eso es lo que los signos representan. La significación, por otra parte, presta
atención a una relación entre aquel sentido y una persona, o una concepción, o una situación, o
aun cualquier cosa imaginable.” Véase Validity in Interpretation (New Haven, Conn.: Yale
University Press, 1967), 8, citado por Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 41.
Para Hirsch, el sentido textual es fijo e inmutable, mientras que su aplicación siempre cambia.
Sin embargo, “desechar al autor original como determinador del sentido es rechazar el único
principio normativo obligatorio que podría prestar validez a una interpretación”.
45 Aunque no el primero en hacer esta diferencia, E. D. Hirsch la hizo popular en su crítica de la
subjetividad de Heidegger, Gadamer, y los proponentes de la NUEVA HERMENÉUTICA .
Véase la nota 44.
46 Para un resumen breve pero claro del valor de la obra de Hirsch (véase la nota 45), sus
críticas, y respuestas, véase Kaiser, Toward An Exegetical Theology, 32-34. Aunque concuerda
con la identificación de Hirsch del sentido de un texto con aquel del autor, Kaiser ve la validez
en algunas críticas, sobre todo con su respuesta negativa de localizar el sentido en el texto en sí,
e intenta presentar una versión del acercamiento de Hirsch que responde a aquellas críticas.
Véase Kaiser, “Legitimate Hermeneutics,” en A Guide to Contemporary Hermeneutics: Major
Trends in Biblical Interpretation, Donald K. McKim ed. (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans,
1986), 111-41.
47 En muchos enfoques existencialistas el sentido intencionadamente no se identifica como el que
propone el autor bíblico, porque cada acto de interpretación crea un nuevo sentido. Véase
ejemplos populares de subjetivismo en la interpretación en Kaiser, Toward an Exegetical
Theology, 198-99; D. A. Carson, Exegetical Fallacies (Grand Rapids: Baker Book House, 1984),
129 f.
48 Gordon D. Fee y Douglas Stuart presentan un claro y provechoso comentario de la ciencia de
la traducción, y de lo que constituy e una “buena traducción” en How to Read the Bible for All
Its Worth (Grand Rapids: Zondervan, 1982), 29-42.
49 Ramm no ve valor alguno en construir una teología sistemática que no tiene un conjunto
unificado de doctrinas que fielmente represenen la enseñanza de la Escritura. Véase Protestant
Biblical Interpretation, 173. D. A. Carson aboga por la posibilidad de una teología sistemática
del NT que reconoce tanto la unidad como la diversidad en su expresión teológica. Él indica
que todos (excepto los ateos) los que reconocen un conjunto consecuente de creencias acerca
de Dios han adoptado una forma de teología sistemática. Véase “Unity and Diversity in the
New Testament: The Possibility of Sy stematic Theology,” en Scripture and Truth, D. A.
Carson y John D. Woodbridge, Ed. (Grand Rapids: Zondervan, Academie Books, 1983), 65-
100. Graeme Goldsworthy cree que hay una unidad cristológica en la Biblia que opera en una
historia de la salvación progresiva, que encuentra su cumplimiento o realización escatológica
en Cristo. Véase el capítulo 6, “What Kind of Unity Does the Bible Have?” en Preaching the
Whole Bible as Christian Scripture (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2000), 63-80.
50 Robert Stein sostiene que no sólo el sentido es singular, además no puede cambiarse. El sentido
original del autor cuando el texto fue escrito está fijo en el tiempo y no puede cambiarse, así
como un acontecimiento histórico tampoco puede cambiarse. Véase Interpreting the Bible, 38.
Walter Kaiser proporciona una reseña histórica muy provechosa de proponentes tanto para los
acercamientos del “sentido único” como para los del “sentido múltiple”. Véase Toward An
Exegetical Theology, 26-40.
2
Escuelas Históricas/Períodos de
Interpretación
Edad Media
Generalmente se refiere al intervalo entre el Período Patrístico y la Reforma (ca.
590-1500 d.C.). 1 La interpretación en este período era “ tradicional”. Es decir,
los eruditos estaban más interesados en interpretar la Escritura citando la
tradición autoritativa de iglesia, representada por los padres de iglesia y los
concilios de la Iglesia, que en entender el sentido literal e histórico del texto. El
método predominante de interpretación fue el alegórico. Sin embargo, este fue
sólo uno de los cuatro sentidos adjudicados a la Escritura: literal (o histórico),
alegórico, moral (tropológico), y anagógico (escatológico). 2 Este sentido
cuádruple de la Escritura es lo que se conoció como C UÁDRIGA, y se practicó
rutinariamente a partir del siglo cuarto hasta el tiempo de la R EFORMA. La figura
dominante en este período fue T OMÁS DE AQUINO, cuya Summa Theologica no
sólo definió la ortodoxia para la Iglesia Católica sino que sistematizó su
teología. Aquino, aunque sostuvo la idea de sentidos múltiples en la Escritura,
insistió en la primacía del sentido literal como el fundamento del sentido
espiritual o del sentido alegórico (Dockery, 159; Grant y Tracy, 88-91;
McQuilken, 38-39).
Escolasticismo
Término que principalmente se asocia a la teología cristiana durante la EDAD
MEDIA. Se caracterizó por un método teológico que hizo relativamente poco uso
de la Escritura, y en cambio descansó fuertemente en la razón y los conceptos
filosóficos de Platón y Aristóteles. 3 El objetivo del escolasticismo fue explicar
la verdad revelada de la fe cristiana a través del desarrollo de un sistema de
doctrina coherente y lógicamente consecuente. El escolasticismo se ha descrito
como un despertar intelectual prerenacentista en el movimiento monástico (véase
VICTORINOS), que comenzó con un redescubrimiento de la filosofía aristotélica
para su uso en la estructuración de la teología (Klein, Blomberg, y Hubbard,
39). El principal escolástico de este movimiento fue el filósofo y teólogo
T OMÁS DE AQUINO, que, al acentuar el papel de la razón en la interpretación y
desarrollo doctrinal, reafirmó la importancia del sentido literal de la Escritura
para tal formulación.
Escuela de Alejandría
Floreció en Alejandría, Egipto, a partir del siglo tercero d.C. 4 Esta se asocia
más a menudo con la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA de Clemente de Alejandría 5
(ca. 155-215) y ORÍGENES (185-254), quiénes recibieron influencia del filósofo
judío F ILÓN DE A LEJANDRÍA. Se acredita a Orígenes el desarrollo sistemático
del método alegórico en su obra De Principiis (Libro IV). La escuela de
Alejandría tuvo dos razones claves de la alegorizar el AT: (1) ha-cerlo
compatible con los elementos de la filosofía griega, y (2) mostrar que era posible
encontrar la enseñanza del NT en el AT, siendo el AT la preparación para el NT
(Ramm 1970, 31-33; Mickelsen, 32).
Escuela de Antioquía
Escuela de interpretación que comenzó en Antioquía de Siria y se remonta a
Teófilo de Antioquía (ca. 115-188 d.C.). 6 Sin embargo, la fundación de una
posterior Escuela de Antioquía se atribuye a Luciano de Samosata al final del
tercer siglo d.C. o a Deodoro de Tarso (ca. 394 d.C.). Los adherentes de esta
escuela rechazaron la A LEGORIZACIÓN de la ESCUELA DE A LEJANDRÍA, y
favorecieron un criterio que hoy se conoce como MÉTODO GRAMÁTICO-
HISTÓRICO de interpretación bíblica, que busca el sentido literal e histórico de la
Escritura. No obstante, ellos también rechazaron el híper literalismo de la
comunidad judía en Antioquía. Para evitar ambos extremos ellos propusieron un
criterio intermedio basado en el concepto de theoria (gr., “ perspicacia”), 7 que
fusionó los sentidos literal y el espiritual, e histórico y tipológico de la
Escritura, estando el primero inseparablemente unido al último. Una
preocupación principal de esta escuela fue conservar los sentidos literal e
histórico de la Escritura y convertirlos en el fundamento de la verdad espiritual o
teológica (Dockery, 103-7; Grant y Tracy, 63-72; Kaiser y Silva, 221).
Existencialismo cristiano
Usa las categorías filosóficas y las percepciones del EXISTENCIALISMO dentro de
la cosmovisión cristiana básica. El existencialismo cristiano afirma la libertad
del individuo de tomar una decisión personal y hacer un compromiso con
Jesucristo. Sin embargo, tal acción no se ve como una opción racional, sino
como “ un salto de la fe”, es decir una posición basada no en la razón, sino en la
revelación. Su importancia para la hermenéutica tiene relación con lamanera en
que el individuo entiende la Biblia y su relación con la revelación de la Palabra
de Dios (McQuilken, 50-56). Véase NEO-ORTODOXIA.
Interpretación alegórica
Método de interpretación donde el intérprete va más allá del sentido histórico
(literal, claro) de las palabras, para buscar un así llamado sentido espiritual
oculto. Aunque el sentido literal no se niega, el sentido alegórico se considera
más importante. Uno puede ver fácilmente aquí la influencia del dualismo
platónico, donde lo físico se contrasta con lo espiritual. Así, Clemente enseñó
que la Escritura tenía un sentido doble, correspondiente al cuerpo y al alma de
un ser humano. ORÍGENES, su sucesor en la ESCUELA DE A LEJANDRÍA, usando
las palabras de Pablo en 1 Ts. 5:23, propuso tres sentidos de la Escritura, que
corresponden al cuerpo, el alma, y el espíritu. El sentido literal se identifica con
el cuerpo, y es claramente significado “ psíquico” (o del alma) inferior, que es
accesible sólo a través de la alegorización. 8 Orígenes tal vez habría preferido
llamar a su método “ espiritualización”, y a veces su exégesis es una mezcla de
INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA y ALEGORÍA. Sin embargo, no cabe duda de que
Orígenes consideró la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA como la verdadera exégesis
y la único manera de descubrir las verdades espirituales más profundas de la
Escritura (Mickelsen, 32; Ramm 1970, 33; Grant y Tracy, 55-56).
Para ser justos, Clemente y Orígenes desarrollaron reglas y principios que
gobiernan la interpretación alegórica. 9 Ellos no vieron la Escritura como capaz
de cualquier sentido imaginable. Sin embargo, debido a que vieron la Biblia
como un libro espiritual, simbólico, y lleno de alegorías, 10 del método
alegórico emergieron extravagantes interpretaciones nunca concebidas por el
autor o su público original. 11
Interpretación judía
La interpretación bíblica comienza con los antiguos israelitas que poseyeron,
estudiaron, e interpretaron las Escrituras. El debate de la historia de la
interpretación judía por lo general comienza con Esdras en el período
postexílico. Llamado “ escriba experto” (Esd. 7:6, LBLA), él, junto con otros
escribas levitas, leyeron (el texto hebreo) y luego tradujeron (al arameo) la ley de
Dios, para dar entendimiento de ella a una gran asamblea de judíos (Neh. 8:7-8)
recientemente liberados del cautiverio babilónico. La interpretación judía en el
T ALMUD tiene como fundamento dos firmes convicciones: (1) toda la T ORAH es
inspirada por Dios12 y (2) que esta Torah (sea oral o escrita) contenía la verdad
suficiente y total para responder a cada necesidad de la vida. Por consiguiente, el
objetivo de la interpretación es aplicar la instrucción de Dios (Torah) a todos los
asuntos y situaciones de la vida. 13
La exégesis rabínica se clasifica en cinco períodos históricos:14 de Esdras
(458 a.C.) a Simón el Justo (ca. 320 a.C.); el Primer Período Talmúdico (ca.
320 a.C. a la muerte de Hillel en 13 d.C.); el Período Tanaítico (13-200 d.C.,
de la muerte de Hillel a la terminación de la Mishna); Segundo Período
Talmúdico (200-500 d.C, de la terminación de la Mishna a la terminación del
Talmud Babilónico); y el Período Masoreta (ca. 500-950 d.C.). 15
Cabalistas
Místicos judíos medievales (siglo trece) que practicaban una interpretación
SOD que atribuye sentidos simbólicos y alegóricos a los detalles más
insignificantes del texto bíblico (Kaiser y Silva, 215). 16
Gemara
Colección de comentarios arameos sobre la MISHNA, que juntos con la
Mishna constituyen el T ALMUD. Quienes escribieron estos comentarios, y
los comentarios en sí, se conocen como Amoraim (heb., “ intérpretes”) y
abarcan el período 10-200 d.C. aproximadamente (Mickelsen, 27).
Mashal
Término hebreo que cubre una amplia variedad de formas lingüísticas, entre
ellas, la parábola, la alegoría, el enigma, la fábula, la burla, la endecha, y el
dicho proverbial (Soulen 1981, 119, 137; Mickelsen, 204). En la
S EPTUAGINTA, se tradujo con el término griego parabolē. Este sirvió para
suscitar el interrogante de la forma literaria de las parábolas de Jesús y si debían
tratarse como alegorías (metáforas extensas), un enfoque fuertemente objetado por
Adolf Jülicher (Die Gleichnisreden Jesu [Las parábolas de Jesús], 1899). 17 Sin
embargo, debido a la fluidez del término mashal, muchos eruditos ahora creen
que la restricción de Jülicher es injustificada, y que los así llamados elementos
alegóricos fueron parte de las parábolas originales de Jesús. 18
Middot
Se refiere a las reglas rabínicas de interpretación para sus sistemas de exégesis
que desarrollaron algunos de los principales rabinos. 19 El ejemplo más
destacado para la interpretación bíblica son las siete Middot de Hillel (ca. 30
a.C. al 9 d.C.), que pueden ilustrarse con escritos del AT y del NT (Kaiser
1981, 53-54).
Midrashim
Comentario rabínico de la Escritura del AT, que se produjo mayormente durante
los dos primeros siglos de la Iglesia (Período Tanaítico; Véase
INTERPRETACIÓN JUDÍA). La colección incluye dos tipos del material: HAGGADÁ
y HALAKÁ. 20 El término “ midrash” (heb., “ exposición”) se refiere también al
proceso (E. Ferguson, 462), es decir, la manera en que los rabinos interpretaron
la Escritura del AT con el fin de llegar a un sentido y aplicación pertinente a su
situación contemporánea21 (Docker, 29).
Tosefta
Interpretaciones suplementarias de la ley y tradición judías, contemporáneas con
la MISHNA, pero que no están incluidas en ella. Esta colección sigue el arreglo y
orden de la Mishná y comenta todos, excepto cuatro, de sus sesenta y tres
tratados (ensayos) (E. Ferguson, 465, 468-69).
Neo-ortodoxia
EXISTENCIALISMO CRISTIANO aplicado a la teología sistemática. Aunque S ØREN
KIERKEGAARD por lo general se considerado el padre del existencialismo
cristiano, se acredita a KARL B ARTH25 el uso de los criterios de Kierkegaard
para el inicio de una revolución teológica que rompió con el R ACIONALISMO del
liberalismo moderno. También referida como “ Teología dialéctica”, este
movimiento presentó importantes implicaciones para la hermenéutica, por su
doctrina de la Palabra de Dios y su insistencia de que la fe no depende de los
hechos de la historia. 26 Aunque la revelación de la Palabra toque la historia, los
escritos históricos de la Biblia no son en sí mismos revelación, sólo un
testimonio de ella. Por lo tanto, las verdades proposicionales o contenido
doctrinal de la Biblia no son la Palabra de Dios, sino simplemente el
instrumento a través del cual la Palabra revelada es comunicada (D. Ferguson,
47f).
Nueva Crítica
Movimiento en la interpretación que está centrado en el texto, su énfasis está en
la forma y el carácter literario del texto bíblico. El texto se vio como poseedor
de una vida interpretativa propia y un sentido independiente de la intención
original del autor. Su influencia dominante se hizo sentir aproximadamente entre
1930-1960 (Osborne, 369). Este preparó el terreno para desarrollos (p.ej.,
“ Nueva Hermenéutica” “ y Crítica de respuesta del lector”) que disminuirían el
valor de la exégesis histórica y aumentaría la participación subjetiva del lector
en la interpretación (Osborne, 369; Kaiser y Silva, 232, 239-40)27
Padres apostólicos
Se refiere a un grupo de padres de la iglesia y sus escritos, llamados así debido a
su presunta conexión con los apóstoles del primer siglo y los autores del NT.
Sus escritos son realmente postapostólicos, habiendo sido escritos a fines del
primer siglo hasta mediados del segundo siglo. Sin embargo, es el carácter
ortodoxo de sus enseñanzas que gana el título “ apostólico”. 29 Su extenso uso
de citas de la Escritura del NT los convierte a veces en un recurso valioso al
interpretar un texto difícil. 30
Período apostólico
Se refiere esencialmente al período cuando el NT estaba siendo escrito por los
apóstoles y sus asociados. Generalmente se considera su término con la
finalización del último libro del C ANON del NT (Apocalipsis), al finalizar el
primer siglo d.C.. Nótese la diferencia en el uso y el sentido del adjetivo
“ apostólico” en la entrada Padres apóstolicos.
Período moderno
Desde las innovaciones teológicas y hermenéuticas de F RIEDRICH
S CHLEIERMACHER (1768-1834) hasta el presente, abarcando una serie de otros
desarrollos. El siglo diecinueve vio el florecimiento del método crítico-histórico
(véase C RÍTICA HISTÓRICA). Sostenido por presuposiciones racionalistas y
naturalistas, éste desarrolló un escepticismo radical hacia la historia bíblica y su
testimonio de lo sobrenatural (es decir, milagros). La hipótesis de la evolución
propuesta por Darwin, reflejada en la filosofía de Friedrich Hegel, resultó en la
idea de que todas las religiones muestran un desarrollo evolutivo en el
pensamiento religioso. Su aplicación al desarrollo literario del AT dio ocasión a
la C RÍTICA DE LAS FUENTES de Julius Wellhausen (1844-1918) y su “ Hipótesis
Documentaria.” En cuanto al NT, éste dio ocasión a la reconstrucción por parte
de F. C. Baur (1826-1860) y Adolf Harnack (1851-1930). Schleiermacher y su
sucesor, Wilhelm Dilthey (1833-1911), reaccionaron al frío y desapasionado
acercamiento de la exégesis histórico-crítica, e introdujeron una subjetividad
radical en el proceso interpretativo, una que apuntaba a experimentar el impulso
creativo del autor o momento del pensamiento inspirado.
Las innovaciones hermenéuticas y teológicas del siglo veinte son
demasiadas para detallarlas. 31 Este vio la aparición de la escuela de historia de
las religiones, que era un enfoque a la Biblia desde la perspectiva de las
religiones comparadas. Tal enfoque sostenía que la Biblia no es única en su
origen o desarrollo del pensamiento religioso, que es mejor entendida y
estudiada en el trasfondo de las corrientes religiosas contemporáneas en el
mundo antiguo. 32 Otros desarrollos principales en este siglo fueron los métodos
literarios conocidos como C RÍTICA DE LAS FORMAS y C RÍTICA DE LA
REDACCIÓN, y la aparición de diversas expresiones teológicas de
EXISTENCIALISMO CRISTIANO como la NEO-ORTODOXIA y la NUEVA
HERMENÉUTICA (Klein, Blomberg, y Hubbard, 44-51, Kaiser y Silva, 229-48).
Período Patrístico
Se extiende desde fines del P ERÍODO APOSTÓLICO hasta el principio de la EDAD
MEDIA (ca. 100-590 d.C.). Los padres de la iglesia estaban convencidos de que
el AT era un libro cristiano y procuraron interpretarlo cristológicamente. Ellos
intentaron demostrar la unidad y continuidad entre el AT y la revelación de NT.
Para llevar a cabo esto, recurrieron a la interpretación tipológica, que bajo su
celo teológico a menudo degeneraba en A LEGORÍA. Así, el enfoque alegórico se
convirtió en el método dominante de la interpretación.
Este período incluye dos escuelas contrastantes de la interpretación: la
ESCUELA DE A LEJANDRÍA, que era conocida por su criterio alegórico, y la
escuela de Antioquía, que adoptó un enfoque más literal e histórico. Durante
este período se estableció el canon del NT, junto con la ortodoxia cristiana
respecto a las doctrinas de Cristo, Dios, y el Espíritu Santo. La EXÉGESIS
entonces se volvió tradicional, es decir, conducida dentro del marco “ de la regla
de fe” (lat. regula fidei; véase T RADICIÓN) (Ramm 1970, 48-50; Grant y Tracy,
73-82).
Período Post-Reforma
Período (ca. 1650-1800) en que los teólogos procuraron conservar los avances
teológicos de la Reforma. Es famoso por dos movimientos: ESCOLASTICISMO
protestante y P IETISMO. El primero nuevamente introdujo un enfoque
DOGMÁTICO y autoritario a la hermenéutica, interpretando las Escrituras según
las confesiones ortodoxas de la fe. 33 El último fue en un sentido una reacción a
un enfoque que enfatizó la ORTODOXIA teológica, pero no produjo devoción ni
vitalidad espiritual en la vida del cristiano. El R ACIONALISMO de la Ilustración
dejó su huella en la interpretación bíblica durante este período de dos modos
significativos. Positivamente, ayudó a promover la investigación histórica de la
Biblia, sobre todo en las áreas de estudios lingüísticos y críticos del texto
(véase C RÍTICA HISTÓRICA y C RÍTICA TEXTUAL). 34 Negativamente, estableció la
razón humana como árbitro final en la determinación de la verdad, desafió la
autoridad de la Biblia como revelación divina y como autoridad de la Iglesia
para establecer la doctrina normativa (Mickelsen, 41-44; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 42-43).
Pietismo
Éste aparece en el P ERÍODO P OST-R EFORMA como una reacción al
ESCOLASTICISMO protestante y su estéril enfoque intelectual, que tendía a
producir ortodoxia seca y sin vida. En vez de esto, el pietismo abogó por la
lectura y el estudio de la Biblia para fomentar la devoción y el crecimiento
espiritual en los cristianos. Aunque no menos atentos a los aspectos
gramaticales e históricos del texto, los pietistas consideraron el objetivo del
estudio de Biblia no como doctrinal, sino práctico, para promover la
espiritualidad verdadera en el creyente. Entre las figuras notables en la rama
alemana de este mo-vimiento se destacan Jakob Spener (1635-1705) y August
Francke (1663-1727). El pietismo inglés fue representado por Richard Baxter
(1616-1691) y John Wesley (1703-1791), el fundador del metodismo (Ramm
1970, 60-62).
Reforma
Período en que se intentó una reforma eclesiástica (ca. d.C. 1500-1650) que
cambió dramáticamente el paisaje teológico y hermenéutico del cristianismo. 35
Las dos figuras dominantes de este período son MARTÍN LUTERO (1483-1546),
quién comenzó la denuncia, y JUAN C ALVINO (1509-1564), su primer exegeta y
teólogo. La hermenéutica de la reforma puede ser caracterizada como
independiente, e impulsada por la autoridad de la Biblia. Esta a menudo rompió
con la tradición y dogma católico cuando ellos contradecían la enseñanza de la
Escritura. El principio de sola scriptura (“ Escritura sola”) estableció a la Biblia
como la autoridad fundamental y final, en la determinación de asuntos de fe y
doctrina cristiana. En segundo lugar, la interpretación estuvo marcada por un
rechazo enfático de la A LEGORÍA36 en favor del sentido literal de la Escritura,
que deriva de un estudio gramatical e histórico del texto en las lenguas bíblicas
originales. En tercer lugar, la hermenéutica de la Reforma era cristológica en su
orientación. Lutero y, en un grado menor, Calvino creyeron que toda la
Escritura daba testimonio de Cristo (Mickelsen, 38-41; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 39-42; Berkhof, 25-28).
Victorinos
Escuela medieval de interpretación llamada así por su lugar de origen en la
Abadía de San Víctor en París. Entre los nombres relacionados con esta escuela
se hallan Hugo, Ricardo, y Andrés. Una segunda generación de victorinos
incluye a Pedro (el Cantor), Esteban Langton, y Tomás de Chobham. La
escuela es conocida por su énfasis en el estudio de las humanidades
(especialmente lengua, historia, y geografía) como fundamentos para la exégesis,
un énfasis que obtuvieron de la interacción con eruditos judíos del período
medieval. El resultado fue dar primacía al método literal de interpretación
respecto al sentido “ espiritual” (es decir, alegórico) de la Escritura. Éste último
no fue abandonado completamente, pero se limitó y se controló en gran
medida. 37 El método literal era el objetivo de la exégesis; la exégesis era la base
de la doctrina, y la doctrina era el fundamento para la alegorización (Ramm
1970, 51; Bray, 150).
_______________
1 La fecha 590 d.C. marca el año en que Gregorio I ascendió al papado. A veces, el así llamado
período conciliar (ca. 400-600d.C., cuando los concilios de la iglesia y sus decisiones se
convirtieron en una “regla de la fe” en la determinación de la doctrina e interpretación
correcta) se trata por separado. Véase Klein, Blomberg, y Hubard, Biblical Interpretation, 36.
Algunos ven el Renacimiento (ca. 1350-1500 d.C.) y la influencia literaria de los humanistas
cristianos que enfatizaron la necesidad del estudio bíblico en las lenguas bíblicas originales (J.
Reuchlin, John Colet, Erasmo) como un preludio y puente a la Reforma. Véase Grant y Tracy ,
Short History, 92; Kaiser, Toward An Exegetical Theology, 60.
2 El sentido cuádruple de la Escritura se resume en las siguientes palabras: “La letra nos
muestralo que Dios y nuestros padres hicieron. / La alegoría nos muestra dónde está oculta
nuestra fe. / El sentido moral nos da reglas de vida. / La anagogía nos muestra dónde
terminamos nuestra lucha.” Véase Grant y Tracy , Short History , 85.
3 Véase J. Kenneth Grider, “Scholasticism,” en Beacon Dictionary of Theology (Kansas City :
Beacon Hill Press, 1983), 473.
4 Para una historia concisa de la Escuela de Alejandría y un comentario favorable de su método
como fue practicado por Clemente y Orígenes, véase Robert M. Grant y David Tracy , A Short
History of the Interpretation of the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 52-62.
5 Como excelente recurso para el estudio de las figuras históricas relacionadas con el campo de
la hermenéutica bíblica, véase Donald K. McKim, ed., Historical Handbook of Major Biblical
Interpreters, (Downer’s Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1998)
6 Para una introducción profunda e informativa de esta escuela, considerando por separado los
criterios de sus defensores principales, véase David S. Dockery, Biblical Interpretation Then
and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the Early Church (Grand Rapids: Baker
Book House, 1992),103-28.
7 Theoria se define como la capacidad de percibir tanto los hechos históricos literales de un texto
como la realidad espiritual que ellos señalaban. Véase William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation (Waco, Tex.: Word Publishing,
1993), 35. Así, un profeta del AT que predice la venida del Señor pudo ver tanto la referencia
histórica inmediata en acontecimientos de la historia de Israel, como el acontecimiento final de
la venida de Cristo. Véase Dockery , Biblical Interpretation, 107.
8 Orígenes vio estos tres sentidos como relacionados también con tres niveles de madurez
espiritual. El cristiano simple se beneficia de la “carne”, o sentido literal de la Escritura; el
“más avanzado” se beneficia del sentido del “alma” de la Escritura y el “perfecto” se edifica
con el sentido espiritual. Véase Orígenes De Principiis 4.2.4, cita de Walter C. Kaiser Jr. y
Moisés Silva, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids:
Zondervan, 1994), 219.
9 Bernard L. Ramm presenta un resumen conciso de estos principios en Protestant Biblical
Interpretation, 3a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 31-33. Grant y Tracy
presentan varias citas clave de Orígenes en que justifica su abandono del sentido literal por la
búsqueda de uno alegórico. Véase Short History, 57-59.
10 Ramm cita la observación de Jean Danielou de que para Orígenes “la Biblia era una vasta
alegoría, un extraordinario sacramento en que cada detalle es simbólico.” Véase Protestant
Biblical Interpretation, 32.
11 Un ejemplo clásico, que se cita a menudo, es la interpretación de Orígenes de la historia de
Rebeca cuando provey ó agua para los camellos de Eliezer, el criado de Abraham (Gn. 24).
Orígenes sostuvo que este acontecimiento enseñaba que debemos ir a los pozos de la Escritura
si queremos encontrarnos Cristo. En la historia de la entrada triunfal cuando Jesús entra con el
burro y su pollino, ¡Orígenes ve que la doctrina de Cristo tiene apoy o tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento! Véase Mickelsen, Interpreting, 32.
12 Esto está claro en la siguiente cita del Talmud Babilónico: “Él que dice que la Torah no es de
Dios, o aun que toda la Torah es de Dios con la excepción de este o ese versículo, que no Dios
sino Moisés habló de su propia boca, que el alma del tal sea desarraigada” (Sanh. 99a Bab.
Talmud).
13 Véase la exposición de Richard N. Longenecker “Jewish Hermeneutics in the First Century,”
en Biblical Exegesis in the Apostolic Period (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1975), 19-20.
14 Se conocen estos períodos por el aporte de sucesivas escuelas de escribas: los Sopherim, los
Chakhamim, los Tannaim, los Amoraim, los Seboraim, y los Gaonin. Véase Frederic W.
Farrar, History of Interpretation (Grand Rapids: Baker Book House, 1961), 52-53.
15 Véase Gleason L. Archer Jr., A Survey of Old Testament Introduction, ed. rev. (Chicago:
Moody Press, 1974), 62-67.
16 Ramm comenta que en los cabalistas, el letrismo y el alegorismo se unen en una grotesca
alianza. Él describe su arbitraria asignación de palabras para letras (notarikon), valores
numéricos que se atribuy en a letras seguidos de comparaciones y extrañas asociaciones
(gematría), y el cambio de posición de las letras en las palabras (termura). Véase Protestant
Biblical Interpretation, 47-48.
17 Jülicher basó su objeción en parte en las alegorías extrañas e imaginarias que produjeron los
padres de la iglesia primitiva. Aquellos que siguieron su dirección no objrtan la parábola
básica, sino la correspondencia de los elementos parabólicos o espirituales con las realidades
del Reino. Por ejemplo, en cuanto a la Parábola de los inquilinos malvados (Mt. 21:33-44), la
objeción no sería a la parábola básica (21:33), sino la aplicación al rechazo y el destino de la
nación judía (vv. 34-44).
18 Aludiendo a las conclusiones de obras definitivas de P. Fiebig y M. Hermaniuk, Ray mond
Brown declara que sus esfuerzos han mostrado “que no hay diferencia significativa alguna
realmente entre parábola y alegoría en la mente semítica. En el Antiguo Testamento, los libros
apócrifos de la Biblia y los escritos rabínicos, mashal abarca parábola y alegoría, y un rango
de otros mecanismo literarios (enigma, fábula, proverbio, etc.) Por lo tanto, no hay razón de
creer que Jesús de Nazaret en su meshalim alguna vez hizo un diferencia entre parábola y
alegoría.” Ray mond E. Brown, “Parable and Allegory Reconsidered”, Novum Testamentum 5
(January 1962): 36.
19 Para una reseña concisa pero informativa de la “hermenéutica judía en el primer siglo,” y
sobre todo el uso de reglas rabínicas de interpretación por parte de autores del NT, véase
Longenecker, Biblical Exegesis, 19-50.
20 Se debate si estos dos términos midráshicos son descriptivos del tema o constituy en métodos
hermenéuticos. Si se sostiene esta último opinión, los autores procurarán caracterizar el método
que usan más a menudo los rabinos al interpretar esa clase particular de material. Véase
Longenecker, Biblical Exegesis, 23; Dockery, Biblical Interpretation, 29, Kaiser y Silva,
Introduction to Biblical Hermeneutics, 212.
21 Dockery cita la obra de Renee Bloch al identificar cinco características del Midrash: (1) su
fundamento es la Escritura; (2) es homilético en naturaleza; (3) procura clarificar el sentido de
los textos; (4) intenta contemporizar la Escritura en consideración; y (5) procura extraer
principios del material legal (relacionado con la ley ) con el objetivo de solucionar problemas
que la Escritura no trata de manera directa. Véase Dockery , Biblical Interpretation, 29.
22 Kaiser declara que en el albor de la era cristiana, los rabinos judíos distinguieron entre un
sentido peshat de la Escritura y uno remaz, o sentido “escondido”. Bajo este último término él
parece clasificar el sentido derush (“buscado”), que es el sentido alegórico, y que se está
relaciona con la exégesis midráshica. Finalmente, él lista la interpretación sod, que busca un
sentido místico y alegórico. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 212.
23 Walter C. Kaiser Jr. ha sostenido consecuentemente que los autores del NT no usaron la
exégesis pesher en sus citas de la profecía del AT. Véase Kaiser y Silva, Introduction to
Biblical Hermeneutics, 215-18; también Kaiser, Toward An Exegetical Theology: Biblical
Exegesis for Preaching and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 55-57. Kaiser
ha dedicado hasta un libro entero a la defensa de su tesis. Véase The Uses of the Old Testament
in the New (Chicago: Moody Press, 1985). Sin embargo, otros eruditos evangélicos han
sostenido que los autores del NT usaron métodos corrientes y a en uso. Véase E. E. Ellis, “How
the New Testament Uses the Old,” en New Testament Interpretation: Essays on Principles and
Methods, ed. I. Howard Marshall (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1977), 203-8. Para una
descripción plena de interpretación pesher en el NT, véase Longenecker, Biblical Exegesis, 19-
132. Una aclaración parece apropiada: Un formato similar de cita y comentario literario,
incluy endo fórmulas introductorias, no es equivalente al método pesher de la exégesis. Uno
tiene que demostrar que el autor del NT está interpretando el texto del AT adjudicando un
sentido diferente del que se propuso el autor del AT. Véase Kaiser, Toward an Exegetical
Theology, 56-57.
24 Por ejemplo, en Ef. 4:8 Pablo parece impreciso en su cita del Sal. 68:18, pero la forma de la
cita se encuentra en targúmenes de los Salmos. Véase David E. Garland, “Background Studies
and New Testament Interpretation,” en New Testament Criticism and Interpretation, ed. David
Alan Black y David S. Dockery (Grand Rapids: Zondervan, 1991), 348-76.
25 El comentario de Barth sobre Romanos (Römerbrief) se ha descrito como “un obús teológico”.
De la teología de Barth, Harvie M. Conn dice que causó “una revolución copernicana” en la
teología protestante, la que al final acaba con el dominio del pensamiento liberal. Véase Conn,
Contemporary World Theology: A Layman’s Guidebook (Nutley, N.J.: Presby terian and
Reformed, 1973), 10. Barth, obviamente, no estuvo solo en este movimiento. Otros teólogos
sobresalientes fueron Friedrich Gogarten (Religious Decision), Emil Brunner (Experience,
Knowledge and Faith), el colega pastoral de Barth, Eduard Thurney sen (Dostoievsky), y Rudolf
Bultmann (New Testament Theology).
26 Barth, como Kierkegaard, entendió a Dios como trascendente y “totalmente otro”. Por
consiguiente, las verdades que Él revela nos vienen como paradojas (p.ej., Jesús es tanto
hombre como Dios) y crean una tensión dialéctica de contraposiciones. Esta tensión no puede
ser resuelta por la razón, sólo por la fe, que resulta en una crisis ante la proclamación de la
Palabra (a través de la Escritura). Cualquier conocimiento de Dios (incluy endo aquel mediado
por la Escritura) puede ocurrir sólo por la iniciativa de Dios, a través de un acto divino de
autorevelación. Cuando un individuo tiene un encuentro revelador con Dios por la lectura de las
Escrituras, la Biblia efectivamente se “convierte en la Palabra de Dios.” Además de aquel acto
de la revelación, la Biblia es el registro histórico y testimonio de la revelación de Dios, pero no
es la revelación en sí misma.
27 La Nueva Crítica y su desarrollo marcan una rebelión contra la noción del sentido textual
“objetivo”, y un cambio hacia la capacidad creativa del texto para crear sentidos mediante
una interacción “subjetiva” entre lector y texto. Para un resumen completo de este criterio,
véase Anthony C. Thiselton, The Two Horizons: New Testament Hermeneutics and Philosophical
Description with Special Reference to Heidegger, Bultmann, Gadamer and Wittgenstein (Grand
Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1980), 327-56.
28 Para una reseña desde dentro, acerca del desarrollo histórico de la N-H, véase James M.
Robinson, “Hermeneutics Since Barth,” en The New Hermeneutic, James M. Robinson y John
B. Cobb Jr. eds. (New York: Harper and Row, 1964), 1-77.
29 John Lawson reconoce la cuestionable unión histórica entre los apóstoles del NT y los Padres
Apostólicos, pero escribe: “Sin embargo, hay un cuerpo suficientemente reconocible de
escritos cristianos ortodoxos, no incluidos en el canon autoritativo del Nuevo Testamento, que
aún así arrojan luz sobre la vida de la iglesia en el período que inmediatamente sigue al periodo
del Nuevo Testamento, que puede ser conveniente e inteligentemente designado como ‘Padres
Apostólicos’“Véase Historical and Theological Introduction to the Apostolic Fathers (New York:
Macmillan, 1961), 1.
30 El autor ha investigado en los escritos de los Padres Apostólicos y ha encontrado más de
trescientas citas y alusiones conceptuales verbales a textos del NT. James D. Hernando,
“Irenaeus and the Apostolic Fathers: Inquiry in the Development of the New Testament
Canon” (Tesis Ph.D., Drew University , Madison, N.J., 1990), 359.
31 Las contribuciones de los principales intérpretes bíblicos del siglo veinte, en Europa y
Norteamérica, son presentadas en McKim, Historical Handbook, partes 5 y 6, 403-624.
32 Las figuras principales en esta escuela fueron hombres como Wilhelm Boussett (1865-1920) y
Richard Reitzenstein (1861-1931). Aunque esta escuela hiciera mucho para promover la
investigación cultural e histórica en el mundo religioso de la Biblia, sus presuposiciones
minaron la autoridad de la Biblia, al considerar las ideas de la Escritura como meros productos
del pensamiento y experiencia religiosa humanos y no el resultado de la revelación divina.
33 Irónicamente, aunque rechazando la exégesis dogmática y autoritaria de la Iglesia Católica,
los protestantes desarrollaron sus propias normas autoritativas a través de los credos ortodoxos,
que influy eron y controlaron su exégesis.
34 Para un resumen conciso de la historia de la crítica textual, véase Gordon D. Fee, “The
Textual Criticism of the New Testament,” en The Expositor’s Bible Commentary, ed. F. E.
Gaebelein (Grand Rapids: Zondervan, 1979), 1:419-33.
35 Un artículo muy provechoso para entender cómo los Reformadores vieron las Escrituras, y
las presuposiciones teológicas que dirigieron su interpretación, es el escrito por Paul Lehmann,
“‘The Reformers’ Use of the Bible”, Theology Today 3 (1946): 328-48.
36 Los eruditos a veces notan que Lutero, a pesar de su posición antagónica a la alegoría, de vez
en cuando alegorizó. Sin embargo, esto no cambia el hecho de que Lutero rechazó la alegoría
en principio, y junto con Calvino terminó con el dominio de la alegorización en la iglesia.
Véase Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 54; Kaiser, Toward an Exegetical Theology,
61.
37 Véase Gerald Bray, Biblical Interpretation: Past and Present (Downers Grove, Ill.:
Intervarsity Press, 1996)
3
Figuras Destacadas en la
Hermenéutica
Cuádriga
Denota el método cuádruple de interpretación de la Escritura, que fue
firmemente establecido y extensamente practicado en la exégesis católica a
partir del siglo cuarto (Agustín) hasta la Reforma en el siglo dieciséis.
Según este método un pasaje de la Escritura tenía cuatro sentidos diferentes:
literal, tropológico (moraleja), alegórico (místico, incluye tipológico; véase
T IPOLOGÍA), y anagógico (profético o escatológico; véase ESCATOLOGÍA).
Hiponoía
El término que usó Filón para designar el sentido más profundo y espiritual
de la Escritura, que subyace en el sentido literal superficial de las palabras.
Este sentido más profundo podría ser develado sólo por medio de la
INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA (Kaiser y Silva, 210, 215-16).
Hirsch, E. D. (1928–
Profesor inglés que escribió una lúcida crítica de HANS-GEORG GADAMER y la
NUEVA HERMENÉUTICA (Validity in Interpretation ). 20 Hirsch afirmó que la
erudición del alemán esfumaba la diferencia entre Erklarung (“ sentido”) y
Verstehung (“ significación” o “ aplicación”), una diferencia que debe mantenerse
si habrá alguna validez en la interpretación, y la posibilidad de extraer un
significado y conocimiento objetivo de los textos escritos. Él sostuvo que el
S ENTIDO del texto es lo que el autor tuvo la intención de comunicar a través de
sus palabras, gramática y sintaxis, en el momento de la redacción. Este es fijo e
incambiable. Más allá de este sentido singular, los numerosos “ sentidos”
adjudicados por los lectores a un texto reflejan su S IGNIFICACIÓN o aplicación,
es decir, la relación entre el sentido textual y las cambiantes circunstancias de
los diversos intérpretes (Kaiser 1981, 30-34, Kaiser y Silva, 30-31).
_______________
1 Bernard L. Ramm describe la respuesta del lector a la paradójica verdad de la Escritura:
“Nosotros decidimos realmente por ellos. Los abrazamos en verdad. Pero no los abrazamos
con un acto racional, sino con la espiritualidad de la fe, con la pasión de la fe, con
subjetividad.” Véase Varieties of Christian Apologetics (Grand Rapids: Baker Book House,
1966), 56.
2 Duncan Ferguson describe el método de Bultmann como una tentativa de saltar sobre la
historia, para llegar a un entendimiento mediado por la identificación existencial y la
participación con el texto y su mensaje. Él escribe: “El verdadero asunto para la fe no es lo
que sucedió entonces, sino lo que sucede ahora en el momento de la decisión existencial.… El
sentido del kerygma no se debe buscar en el descubrimiento del Jesús histórico, que es
imposible de todos modos, sino en la conciencia de la responsabilidad de la persona ante Dios.
Los hechos factuales, develados por la historia desinteresada y objetiva, no tienen importancia
para la fe.” Véase Biblical Hermeneutics: An Introduction (Atlanta, Ga.: John Knox Press,
1986), 171, 53 (énfasis de Ferguson).
3 Calvino consideró el método alegórico una invención de Satanás, que alejaba a la gente de la
verdad de las Escrituras. Véase Bernard L. Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 3a ed.
(Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 58.
4 En el prefacio a su comentario sobre Romanos, Calvino escribe: “La virtud principal de un
intérprete está en la brevedad lúcida. Ya que ésta es casi su única tarea, revelar la mente del
escritor que él ha propuesto exponer, él pierde su objetivo, o al menos se extravía de sus
límites, en la medida en que aleja a sus lectores del sentido original de su autor.” Citado por D.
L. Puckett, “Calvin, John” en Historical Handbook of Major Biblical Interpreters, Donald K.
McKim, ed. (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1998), 172-73.
5 El prodigioso dominio de la Escritura que tuvo Calvino, es evidente en sus Institutos de la
religión cristiana, que está literalmente sazonado con referencias y citas bíblicas. Si alguien es
tentado a desmerecer esto como ejemplo de la dogmatica prueba de texto, deberían notar que
Calvino fue un prolífico expositor de la Escritura, que produjo comentarios de casi cada libro
en la Biblia (todos excepto nueve, uno del NT y ocho del AT). Véase Berkeley Mickelsen,
Interpreting the Bible (Grand Rapids: MI.: Eerdmans, 1963), 39.
6 Sin embargo, Calvino dio prioridad al NT como guía exegética para interpretar el AT. Véase
Puckett, “Calvin, John”, 178.
7 David S. Dockery proporciona una descripción iluminadora del enfoque hermenéutico de
Clemente incluy endo algunos de sus principios directrices. Véase Biblical Interpretation Then
and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the Early Church (Grand Rapids: Baker
Book House, 1992), 82-86.
8 El método filológico de Erasmo fue un criterio que combinó críticas textual, literaria, e
histórica. Este no se diferencia esencialmente de lo que quiere decir el criterio de
interpretación gramático-histórico, aunque Erasmo no limitara el significado del texto a un solo
sentido o literal. Véase J. B. Pay ne, “Erasmus, Desiderius”, en Historical Handbook, ed.
McKim, 188-89.
9 Aunque su método hermenéutico pusiera énfasis en el sentido literal e histórico de la Escritura,
él insistió en sentidos múltiples de la Escritura. Erasmo reconoció al menos tres sentidos: el
literal, el alegórico y el moral. El alegórico, siguiendo el ejemplo de Origen, era necesario
para evitar absurdos con el método literal, o cuando el sentido literal entraba en conflicto con
las enseñanzas morales de la Escritura o la doctrina de Cristo. Véase McKim, Historical
Handbook, 189.
10 Bernard Ramm señala que la tradición de alegorización judía se remonta al menos a
Aristóbulo (ca. 160 a.C.), quién creía que la filosofía griega tomó prestado del AT, y que a
través del método alegórico se pueden encontrar enseñanzas de la filosofía griega en la Ley y
los Profetas. Véase Protestant Biblical Interpretation, 26-27.
11 Véase Hans Frei, Eclipse of Biblical Narrative: A Study in Eighteenth and Nineteenth-Century
Hermeneutics (New Haven, Conn.: Yale University Press, 1974).
12 Grant R. Osborne sucintamente describe el problema para muchos evangélicos cuando
declara que para Frei “la narrativa es el sentido; no debería haber ninguna búsqueda del
acontecimiento detrás del texto, sino sólo una lectura cercana del texto en sí. Aunque esto
desmerezca el texto mismo”. Además, uno tiene que preguntarse si el autor bíblico o los
receptores originales hubieran previsto alguna vez tal lectura no histórica del texto. También, la
naturaleza de la narrativa bíblica sugiere que el objetivo literario esté ligado a asuntos
históricos. Otra vez, Osborne comenta: “en realidad lo literario y lo histórico existen uno al lado
del otro, son interdependientes. Como una representación literal de acontecimiento y
significado, tanto el texto como su trasfondo son componentes esenciales del sentido”. Véase
The Hermeneutical Spiral: A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1991), 164, 368.
13 Para una completa reseña y un resumen crítico de la comprensión de Gadamer respecto al
proceso hermenéutico, véase A. C. Thiselton, The Two Horizons: New Testament Hermeneutics
and Philosophical Description with Special Reference to Heidegger, Bultmann, Gadamer and
Wittgenstein (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1980), 327-56.
14 Por “horizonte”, Gadamer se refiere a una perspectiva que pertenece a una situación
sustancial e histórica particular. Así, la “fusión de horizontes” a la que Gadamer se refiere es
aquella del texto con el intérprete. Nótese que Gadamer no iguala o une el horizonte del texto
con el autor y su intención. Es simplemente la perspectiva que se refleja en el texto.
15 Robert M. Grant y David Tracy clarifican que para Gadamer “el sentido primario del texto no
está 'detrás' (en la mente del autor, en el entorno social original, en los receptores originales),
ni tampoco 'en' el texto mismo. Antes bien, el sentido del texto está delante del texto, en la
ahora interrogante común, en el ahora tema común, tanto del texto como del intérprete. Los
intérpretes con conciencia histórica no procuran simplemente repetir o reproducir el sentido
original del texto, con el fin de entender sus (y ahora de ellos) preguntas. Antes bien, ellos
emplean todos los instrumentos de la crítica histórica y luego procuran mediar, traducir e
interpretar el sentido en su horizonte presente”. Véase A Short History of the Interpretation of
the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 160 (énfasis del autor).
16 Un problema obvio con la perspectiva de Gadamer es que es contraproducente e insostenible.
Incluso mientras escribe, supone que su elección de palabras y sintaxis es adecuada para
comunicar sus pensamientos. Es probable que Gadamer mismo se preocuparía si alguien
malinterpretara sus escritos, y los comunicara de modo que no representara fielmente sus
ideas. Opera la suposición de que hay una fusión de texto y la intención deliberada del autor
que comunica el texto. Toda la comunicación verbal pública está basada en esa suposición.
17 Esto representa un alejamiento de la hermenéutica de texto-autor, es decir, del autor y su
intención expresada en el texto, hacia la experiencia presente del lector y su interacción con el
texto. Para una presentación más completa, véase la explicación de la hermenéutica de
Gadamer en Osborne, Hermeneutical Spiral, 369-71.
18 El problema para muchos intérpretes evangélicos no es sólo que el sentido que el autor se
propuso es olvidado (o descartado como irrecuperable), sino que el sentido textual objetivo se
vuelve imposible, y a que no hay lector-intérprete que comparta el mismo horizonte, y por lo
tanto la fusión siempre producirá interpretaciones diferentes. Además, este paradigma del
proceso interpretativo parece claramente confundir el SENTIDO y la SIGNIFICACIÓN del
texto, una diferencia que, según E. D. Hirsch, se debe mantener si la interpretación ha de tener
alguna validez.
19 El auto-entendimiento para Bultmann era esencial con el fin de establecer la relación personal
con el sunto central del texto y su PRECOMPRENSIÓN, que hacen posible la interpretación.
Véase Rudolf Bultmann, New Testament and Mythology and Other Basic Works, ed, y trad.
Schubert M. Ogden (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 70-73.
20 La tesis de Hirsch y la razón fundamental de escribir este libro pueden hallarse en su primer
capítulo, “In Defense of the Author.” Véase Edwin D. Hirsch, Validity in Interpretation (New
Haven, Conn.: Yale University Press, 1967), 1-23.
21 Para un resumen más detallado de las presuposiciones hermenéuticas de Kierkegaard, y una
evaluación de su contribución a la interpretación bíblica, véase L. J. Rosas III, “Kierkegaard,
Søren Aabe,” en Historical Handbook, ed. McKim, 330-36.
22 La perspectiva de Kierkegaard fue adoptada y ampliada por Karl Barth en su doctrina de la
Palabra de Dios. Para Barth la Biblia se convierte en la Palabra de Dios en este encuentro
revelador entre Dios y las personas por medio de la Palabra. Véase Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 70-72. Hay que preguntar y determinar si la autoridad de la Escritura es
intrínseca, debido a la inspiración divina que la produjo, o es debido a su poder para crear una
crisis existencial de fe. Seguramente vale la pena preguntarse si la Biblia declara su propio
estatus autoritativo, y si es así, sobre qué base. Véase Way ne Grudem, “Scripture's Self-
Attestation and the Problem of Formulating a Doctrine of Scripture,” en Scripture and Truth,
ed. D. A. Carson and John D. Woodbridge (Grand Rapids: Zondervan, 1983), 19-64.
23 Parece mejor entender la objeción de Kierkegaard a la teología dogmática como una
reacción al escepticismo que engendró la Ilustración, así como la esterilidad espiritual de la
exégesis histórica-crítica. Ciertamente en nombre de la doctrina, él hace sus objeciones y
críticas de la cristiandad. Una respuesta evangélica a esta objeción es afirmar que el
cristianismo es en efecto una persona y no doctrina en sí, pero que no es inferior a la doctrina
que el Verbo encarnado nos dio en sus enseñanzas, o que Dios nos concede en la revelación de
las Escrituras.
24 En contraste con el uso del método alegórico, Lutero declaró que “debería permitirse que
cada palabra permanezca en su sentido natural y que no se abandone, a menos que la fe nos
obligue a hacelo”. Cita de Ramm, en Protestant Biblical Interpretation, 54. Este enfoque, junto
con su énfasis en estudiar las Escrituras en las lenguas bíblicas originales, constituy e lo que hoy
llamamos MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO de interpretación.
25 Bernard Ramm da un preciso resumen de los principios hermenéuticos de Lutero: (1) el
principio psicológico puso la fe y la iluminación como requisito para la buena interpretación;
(2) el principio de autoridad estableció la Escritura como la autoridad final (por encima de la
autoridad eclesiástica) en la determinación de asuntos teológicos; (3) el principio literal vio el
rechazo de la alegoría como un método válido de interpretación; (4) el principio de suficiencia
afirmó que la Escritura era suficientemente clara para entregar su sentido a los crey entes sin
necesidad del magisterio de la Iglesia, en calidad de como intérprete oficial de la Escritura; (5)
el principio cristológico puso a Cristo en el centro teológico de la Biblia entera, proporcionando
unidad y coherencia a toda la Escritura; y (6) el principio Ley-Evangelio fue más que una
perspectiva teológica global que separaba y contrastaba la ley y la gracia como las
características del antiguo pacto y del nuevo pacto respectivamente. Lutero sostuvo que
cualquier mezcla de ley y gracia era un acuerdo fundamental del evangelio de Cristo. Véase
Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 53-57.
26 Orígenes vio estos tres sentidos como relacionados con tres niveles de madurez espiritual. El
cristiano simple se beneficia de la “carne”, o el sentido literal de la Escritura; el “más
avanzado” se beneficia del sentido de “alma” de la Escritura, y el “perfecto” se edifica del
sentido espiritual. Véase Orígenes De Principiis 4.2.4, cita de Walter C. Kaiser y Moisés Silva,
An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids: Zondervan,
1994), 219.
27 Para un resumen breve pero provechoso del trasfondo de Schleiermacher, véase James C.
Livingston, Modern Christian Thought from the Enlightenment to Vatican II (New York:
Macmillan, 1971), 98-112.
28 Para un claro resumen descriptivo de los énfasis hermenéuticos y contribuciones de Zwinglio,
véase McKim, ed., Historical Handbook, 249-55. Entre los principios hermenéuticos
destacados se hallan: (1) la necesidad de la fe y la iluminación del Espíritu Santo para entender
la Escritura; (2) la aseveración de la “perspicuidad de Escritura” y con ello una apelación a
dejar que la Escritura interprete la Escritura, a dar prioridad a los pasajes claros antes que a los
obscuros; y (3) el énfasis y prioridad que se da al sentido natural o literal de la Escritura.
4
Enfoques y Métodos de Interpretación
Componentes retóricos
En la retórica greco-romana un discurso apropiado, como se expone en los
escritos de Cicerón y Quintiliano, tendría los siguientes seis componentes (en
palabras latinas):1
Exordium
Introducción de un discurso que declara la razón de la exposición, e intenta
establecer entendimiento mutuo, o crear un clima de buena voluntad entre el
interlocutor y el público.
Narratio
Parte del discurso que establecería los hechos del caso, según lo convenido
por ambas partes. Ésta también entregaría información que provee un
contexto de lo que se propone o se argumenta.
Probatio/Confirmatio
Presentación lógica de las pruebas o argumentos en apoyo de la proposición
del orador. A menudo el orador apelaría a los sentimientos o al sano juicio
de su público.
Propositio/Partitio
Enumeración de los puntos que se impugnan en ambos lados del caso,
generalmente delineando en qué concuerdan y qué está en disputa.
Refutatio
Homólogo negativo al PROBATIO y a veces unido a éste. Este componente
contiene la refutación de las propuestas contrarias. Este también podría
incluir una digresión (como con Pablo) que proporciona información
adicional.
Peroratio/Conclusio
Conclusión donde se resumen los argumentos principales y se hace una
apelación emocional final a los oyentes.
Crítica de la narrativa
Tradicionalmente el enfoque que procura explorar el género de la narrativa y su
calidad literaria estética, en cuanto a caracterización, desarrollo de la trama,
contenido temático, estilo, simbolismo, uso figurado del lenguaje, etc. (Klein,
Blomberg, y Hubbard, 432-33). Sin embargo, ella nuevamente emerge como un
nuevo desarrollo de la crítica literaria moderna, que identifica la historia de la
narrativa no con el texto de la narrativa en sí, sino como la interacción entre el
texto y el lector (Tate, 94-95).
Autor implícito
En la moderna C RÍTICA DE LA NARRATIVA, se distingue entre el “ verdadero
autor”, quién escribió realmente el texto, y el “ autor implícito”, quién es
un limitado reflejo del autor en el texto. Por ejemplo, el autor bíblico de
más de un libro revela diferentes retratos de sí mismo de libro en libro,
ninguno de lo cuales representa completamente al autor histórico real (Tate,
195). 3
Lector implícito
La C RÍTICA DE LA NARRATIVA sostiene que no sólo el verdadero autor
histórico está velado del lector (véase más arriba) sino que lo mismo sucede
con los lectores originales. La teoría afirma que un texto de narrativa se
escribe con un cierto grupo de lectores en mente que ya no están presentes,
y por lo tanto ya no son accesibles al lector actual (o moderno). En cambio
el texto y su mensaje original son dirigidos a “ lectores implícitos” que
representan a los lectores que el texto sugiere como el auditorio original. El
lector actual hoy puede identificarse con estos “ lectores implícitos”, y
puede leer el texto desde su ventajosa posición (Osborne, 162-63).
Surge una polémica pregunta en cuanto a si es necesaria la identificación
con el lector implícito ya que, como algunos sugieren, una vez escrito un
texto tiene una vida interpretativa propia. Su sentido no está atado a, ni
depende de cómo el auditorio original lo entendió. Cada lector y auditorio
crean el sentido a la luz de sus circunstancias históricas. 4
Crítica de la retórica
Arte de hablar o escribir con eficacia; estudio de principios y reglas de
composición que gobiernan la escritura o el habla, como un medio de
comunicación o persuasión. Los griegos y los romanos antiguos acentuaron la
necesidad de la habilidad retórica al hablar público, y en todas las formas de
debate filosófico, político, y legal.
Los eruditos bíblicos ven la crítica de la retórica como un instrumento útil
en el análisis de textos bíblicos (sobre todo, discursos y epístolas), que ilustran
el desarrollo de pensamiento y los argumentos que se usan para persuadir a otros
de la verdad de sus creencias (McKim 1996, 67; Kaiser y Silva, 285; Osborne,
122-23).
Deliberativo
Se refiere a una categoría retórica de discursos o escritos que tuvieron como
fin persuadir, convencer, disuadir, o refutar a alguien, acerca de una acción o
punto de vista propuesto (Klein, Blomberg, y Hubbard, 357; Osborne,
419). En escritos deliberativos uno esperaría el uso frecuente de
exhortaciones y mandatos. Véase PARAENESIS.
Epideíctica
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que usa el elogio o la
culpa para mover al lector a adoptar una posición, o seguir practicando un
sistema de valores. En este aspecto, la Epístola a los Hebreos es epidéictica
porque el autor tanto elogia como censura a sus lectores en su exhortación
para que no abandonen su fe cristiana (Aune 1987, 212-13; Klein,
Blomberg, y Hubbard, 357).
Judicial
Se refiere a una categoría de discursos o escritos que tratan con la rectitud de
una acción, y buscan persuadir a una audiencia por medio de acusación o
defensa (Klein, Blomberg, y Hubbard, 357, Osborne, 419).
Análisis actancial
Hecho por estructuralistas en historias narrativas, para analizar cómo se
desarrolla una trama en términos de seis caracteres u objetos (llamados
“ actantes”). Ellos se organizan conforme a un modelo previsible que
desarrolla un conflicto entre actantes, y se mueve hacia una propuesta
resolución del conflicto (Klein, Blomberg, y Hubbard, 429; Osborne, 371
f).
Análisis paradigmático
Un segundo modo de análisis conducido por estructuralistas. Este ve las
Escrituras como un mito religioso, que según la opinión de ellos, se escribe
para solucionar alguna clase de oposición o conflicto. Dicho mito intenta
aliviar o remediar esa oposición. Por ejemplo, se podría ver que el libro de
Levítico propone el sacrificio como una manera de solucionar el sentido de
distanciamiento delante de un Dios santo (Klein, Blomberg, y Hubbard,
431 f).
Estructuras profundas
Se refiere a modos o procesos de pensamiento que son universales,
constantes, y transculturales, y que se expresan por medio del lenguaje.
Ellos son constantes a pesar de que son expresados de muchas maneras a
través de ESTRUCTURAS SUPERFICIALES (véase más abajo) en una pieza de
literatura.
Estructuras superficiales
En estructuralismo, los componentes literarios abiertos u obvios de un
texto. Con la narrativa, por ejemplo, tales componentes incluirían el
contenido temático y el desarrollo, la trama, la caracterización, etc. El
estructuralismo no considera las estructuras superficiales como demasiado
importantes, sino secundarias respecto a las ESTRUCTURAS PROFUNDAS, que
revelan la subestructura más profunda de pensamiento, y así el sentido del
texto (Osborne, 372).
Crítica literaria
Término flexible aplicado a una amplia variedad de intereses dentro de la crítica
bíblica. Éste se usa para referirse a la “ alta” crítica (véase C RÍTICA HISTÓRICA).
Más específicamente ha sido aplicado a la C RÍTICA DE LAS FUENTES y su interés
en identificar las fuentes literarias que se usan en la composición de un escrito.
Se usa comúnmente para referirse al análisis de la Biblia como literatura en sus
características literarias formales: lenguaje, estilo, género, forma, y estructura. El
uso reciente ha ampliado su referencia a varios enfoques literarios modernos,
tales como C RÍTICA DE LA RETÓRICA, C RÍTICA DE LA NARRATIVA , y
P OSTESTRUCTURALISMO (Klein, Blomberg, y Hubbard, 428-40; Soulen 1981,
113; McKim 1996, 67).
Crítica textual
También llamada B AJA CRÍTICA, se refiere a la ciencia que procura restaurar o
recuperar la forma original de un texto antiguo. 11 Para hacer este, recolecta,
analiza, y compara todas las copias de manuscritos de un texto dado. Después,
usando criterios y principios de evaluación establecidos, procura determinar el
fraseo exacto del manuscrito original.
Glosa interpretativa
Se refiere a una nota en el margen que aparece en un manuscrito textual, que
se cree fue puesta allí por un editor posterior (o “ redactor”) a modo de
información para un contexto interpretativo. Durante la EDAD MEDIA los
eruditos a menudo escribían citas de los diversos padres de la iglesia en los
márgenes de la Biblia y a veces entre las líneas (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 38).
Variante
Cuando dos o más manuscritos griegos o hebreos se diferencian en el fraseo
de un texto críticamente preparado, ya sea del AT o del NT, las formas
diferentes se conocen como “ variantes”. Los críticos textuales comparan
todas las variantes conocidas de un cierto pasaje de lectura, para determinar
cuál de ellas representa mejor la forma original del texto.
Nueva crítica
Movimiento en la interpretación que tendió a enfatizar la forma y el carácter
literario del texto, aparte de las circunstancias históricas que lo produjeron.
Además, sostuvo que un texto tenía un sentido independiente de la intención
original del autor. Esto no sólo volvió a abrir la pregunta fundamental acerca de
dónde uno localiza el sentido de un texto, 12 sino que preparó el terreno para
desarrollos posteriores tales como la NUEVA HERMENÉUTICA y la
ENFOQUE/C RÍTICA DE LA RESPUESTA DEL LECTOR , que enfatizaría el papel
subjetivo del intérprete en el proceso interpretativo (Osborne, 369; Kaiser y
Silva, 228, 232). Este tuvo su influencia dominante aproximadamente entre
1930-1960.
Círculo hermenéutico
Se refiere al proceso interpretativo por el cual el intérprete entiende las palabras
del texto en relación con sus contextos verbal y literario más amplio: frases,
cláusulas, oraciones, párrafos, capítulos, secciones, y hasta la obra literaria en su
totalidad. Por su parte, el entendimiento de palabras individuales ayuda a
entender el texto como un todo. Este proceso de entender la parte por el todo y
el todo por la parte es circular y sigue hasta que se extrae el sentido de un texto
(Stein 1994, 33).
Los defensores de la NUEVA HERMENÉUTICA han desarrollado lo que
algunos han llamado la dimensión “ vertical” del círculo hermenéutico (Soulen
1981, 85). 13 Aquí entra en juego la subjetividad del intérprete. Tanto el
intérprete como el texto (es decir, la mente humana expresada en él) comparten
algunos puntos en común de experiencia humana dentro de sus respectivos
“ horizontes”. Las preguntas respecto al texto son formuladas desde el marco
empírico del intérprete, pero las preguntas son modeladas por el tema central en
el texto, que interpreta la existencia humana. El lector interpreta el texto a través
de las preguntas que él hace, pero el texto también interpreta al lector entregando
respuestas que forman y determinan qué preguntas se hacen.
Ya que tal proceso nunca termina, ni el resultado es el mismo para los
intérpretes, esta versión del círculo hermenéutico nunca producirá un sentido
objetivo y final. 14
Deconstrucción (o “Deconstruccionismo”)
Movimiento en la hermenéutica, promovido por Jacques Derrida, que
esencialmente pone en duda la capacidad del lenguaje (o texto) de comunicar. 15
Básicamente la rebelión de Derrida es de carácter filosófico, que niega la
suficiencia epistemológica del lenguaje para comunicar la verdad acerca de la
realidad. Esto es así porque el lenguaje es metafórico en naturaleza. Derrida
rechaza la noción hermenéutica occidental de que hay realidad metafísica en el
mundo al cual las palabras se refieren. En cambio, el escribir como actividad
humana modela a la cultura y es modelado por la cultura, creando en efecto su
propia percepción de la realidad. El intérprete se envuelve en un proceso
interminable, siempre cambiante, de producir cambio en la cultura, y ser
cambiado por ella. Por lo tanto, la escritura no tiene ningún sentido intrínseco o
“ presencia”. No hay sentido objetivo alguno fijo en un texto. No hay intención
alguna del autor que determinar, porque en el acto de escribir la intención del
autor (presencia) se pierde inmediatamente y no hay ya conexión alguna entre el
autor original y el texto. Por lo tanto, no es posible conocer el sentido original
de un texto (Osborne, 382-83; Tate, 202-4). 16
Desmitificación
Programa de interpretación que descansa en dos presuposiciones y compromisos
filosóficos: existencialismo y naturalismo. Para R UDOLF B ULTMANN, el NT fue
escrito en un período precientífico. Por consiguiente, el mundo del NT está
lleno de misterios y milagros descritos a través de mitos. 17 El hombre moderno
y culto sabe que el universo es una serie continua y cerrada de leyes naturales
inmutables. Cualquier cosa en el NT que contradiga este paradigma puede
desecharse como lenguaje anticuado, producto de una cosmovisión mitológica.
Ya que el mensaje o contenido verdadero (ale. Sache) del kerygma es existencial
en naturaleza, pero fue envuelto en lenguaje mitológico, el intérprete debe retirar
el mito a fin de develar la verdad existencial inserta en el texto.
Enfoque devocional
Es probablemente el enfoque o criterio más común en la interpretación entre los
cristianos. Se refiere a la lectura e interpretación de la Escritura con el fin de
promover el crecimiento y la edificación espiritual. Como tal éste comparte los
mismos objetivos con los pietistas (véase P IETISMO). Sin embargo, este enfoque
popular tiene dos debilidades inherentes. Primero, rara vez presta atención a lo
que las palabras de la Escritura significaron para el autor bíblico, sino que busca
una interpretación privada que sea relevante y que hable a una situación
personal. En segundo lugar, al buscar la bendición emocional en la lectura, con
frecuencia se espiritualiza (véase ESPIRITUALIZAR) y hasta se alegoriza (véase
ALEGORIZAR) el texto, y a menudo se extraen sentidos extraños totalmente
desconectados del sentido y mensaje original del texto (Duvall y Hays, 181-82).
Enfoque dispensacional
Éste caracteriza la hermenéutica que se hace dentro de un marco de teología
dispensacional. El dispensacionalismo divide la historia de la salvación en
varios períodos distintos, o dispensaciones. 18 Cada uno de ellos está marcado
por una revelación de Dios acerca de cómo el hombre debe responder a su
voluntad, y los detalles específicos de la obediencia (Virkler, 122). Como la
Biblia registra, el hombre constantemente no ha cumplido la voluntad revelada
de Dios. Esto ha provocado la piedad de Dios para la entrega de un nuevo
sistema de responsabilidades bajo una nueva disciplina. Así, cada dispensación
describe un diferente acuerdo redentor, o economía, con términos específicos de
obediencia por los cuales las personas son consideradas justas delante de Dios
(Virkler, 121-28; Erickson, 1169). 19
El problema que este enfoque presenta para la hermenéutica es el mismo que
el de cualquier ENFOQUE DOGMÁTICO. La exégesis tiende a ser controlada por el
sistema teológico y no puede desafiar o cuestionar fácilmente las doctrinas
dentro de aquel sistema (Kaiser y Silva, 264). Además, los dispensacionalistas,
en lo posible, tienden a interpretar literalmente la Escritura (sobre todo la
profecía). Véase MÉTODO LITERAL.
Enfoque dogmático
Se refiere a la interpretación bíblica que se hace dentro del marco de un sistema
teológico o confesión de fe, con la cual el intérprete se ha comprometido. Esto
suscita el debate sobre lo que debería tener prioridad: la exégesis o el sistema
teológico y los compromisos doctrinales de la persona. 20
Enfoque existencial
Enfoque a la interpretación bíblica dentro del marco filosófico del
existencialismo y su cosmovisión. En este enfoque la libertad de una persona de
elegir con vehemencia el curso o dirección de la vida, es la expresión de la
existencia humana verdadera. La interpretación que tiene esta perspectiva como
fundamento acentúa una experiencia personal y subjetiva de la verdad, en vez de
una comprensión racional y objetiva de un texto. Véase EXISTENCIALISMO
CRISTIANO y NEO-ORTODOXIA.
Enfoques naturalistas
Enfoques que niegan que haya un origen sobrenatural o causalidad de cualquier
cosa. 22 El naturalismo es una rama de la filosofía, que interpreta todos los
fenómenos en el universo según la creencia de que las leyes científicas de causa y
efecto son adecuadas para explicar todos los acontecimientos y objetos. Por
consiguiente, los enfoques naturalistas a la interpretación tienden a rechazar el
testimonio de la Biblia acerca de lo sobrenatural, o minimizarlo buscando
explicaciones naturalistas de acontecimientos milagrosos. Tales enfoques
tienden también a ser demasiado racionalistas, y a poner la razón humana como
autoridad superior respecto a la autoridad de la Escritura. Cuando se produce un
conflicto de cosmovisiones o interpretaciones de la realidad, el naturalista por lo
general prefiere al juicio de la razón en vez de la revelación bíblica.
Enfoques supernaturalistas
Enfoques interpretativos que tienen como presuposición fundamental la creencia
de que la Biblia es sobrenatural en su origen y naturaleza. Tal enfoque reconoce
a Dios como el autor divino, detrás de los autores humanos de la Escritura. Por
consiguiente la Biblia es, en un sentido literal, la Palabra de Dios. No obstante,
la Biblia es un producto literario producido por autores humanos que recibieron
la revelación de Dios a través de un proceso único de inspiración divina (2 P.
1:21). Éste acepta la actividad milagrosa de Dios que registra la Biblia como
realatos reales e históricos, y generalmente no circunscribe tal actividad al
pasado bíblico (McQuilken, 37-47).
Espiral hermenéutico
Producto derivado del C ÍRCULO HERMENÉUTICO, y una solución propuesta al
problema de mantener la diferencia entre S ENTIDO textual objetivo y su
S IGNIFICACIÓN o aplicación para el intérprete, y al mismo tiempo la unión de
ambos aspectos en el proceso interpretativo. El intérprete se aproxima al texto
con su propia P RECOMPRENSIÓN y preguntas, con el propósito de determinar su
sentido. Hay una fusión de horizontes (véase, HORIZONTES, FUSIÓN DE), y la
precomprensión del intérprete se modifica debido a las respuestas dadas en este
intercambio. Cuando el intérprete lee el texto posteriormente, su
precomprensión es diferente y entonces las preguntas hechas al texto serán
modificadas. El proceso es continuo y se mueve en espiral hacia una
interpretación cada vez más completa y exacta del texto.
Una versión evangélica del espiral hermenéutico, considera como legítima la
meta de determinar el sentido original que el autor se propuso. Esto se alcanza a
través de la exégesis gramática-histórica (véase MÉTODO GRAMÁTICO-
HISTÓRICO). Es este sentido el que informa al intérprete y da forma a las
preguntas que él hace luego al texto, causando una fusión de horizontes. Sin
embargo, se le otorga al texto una posición autoritativa para desafiar y modificar
la precomprensión del intérprete y la preguntas propuestas, cuando ellas están en
desacuerdo con lo que enseñan las Escrituras (Osborne, 324). 23
El intérprete pentecostal debería reconocer que el Espíritu Santo tiene un
papel dinámico en el espiral hermenéutico. Como “ Espíritu de la verdad”, Él
fue enviado a dirigir y conducir a toda la verdad (Juan 16:13). Cuando el
intérprete procura entender no sólo el sentido que el autor se propuso, sino
también su S IGNIFICACIÓN o A PLICACIÓN a la vida cristiana, debe haber una
dependencia consciente del Espíritu y sensibilidad ante su obra. 24
Etnohermenéutica
Enfoque a la interpretación que busca extraer el sentido de un texto para un
entendimiento y aplicación contemporáneos en el mundo moderno (Kaiser y
Silva, 178). 25 Para aquellos que desean comunicar la verdad bíblica inalterable
en contextos interculturales, este enfoque obviamente está en la misma línea de
la C ONTEXTUALIZACIÓN. Para esto deben examinarse y comprenderse tres
“ horizontes”: (1) la cultura bíblica, (2) la cultura del intérprete, y (3) la cultura
del receptor. El desafío para los practicantes de este enfoque es impedir que un
horizonte domine o silencie a los otros dos, de manera que el mensaje o la
verdad bíblica no se pierda, ni se deforme, o ni se transe severamente. 26
Etnolinguística
Un derivado de la ETNOHERMENÉUTICA, donde las declaraciones bíblicas
son consideradas como culturalmente condicionadas, y por lo tanto
asociadas sólo con la cultura del receptor original. Ellos representan la
cáscara cultural que puede ser desechada a fin de alcanzar el grano o el
principio de verdad que tiene validez permanente (McQuilken, 34). 27
Exégesis sintáctica-teológica
Defendida por Walter C. Kaiser, Jr. como un suplemento necesario de la
EXÉGESIS que se obtiene por el MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO. El término
“ sintáctica” se refiere a la búsqueda del sentido literal de las palabras según su
función gramatical dentro de una oración, y en relación al contexto literario
inmediato. Además, las palabras son entendidas según el contexto histórico en
el cual se escribió el texto. Sin embargo, el segundo término, “ teológica”,
reconoce que debe ampliarse el sentido histórico de un texto para explorar cómo
aquel sentido puede mostrar importancia teológica, tanto respecto a la iniciativa
teológica más amplia como a su aplicación a la vida contemporánea de la Iglesia
(Kaiser 1981, 88-89; Kaiser y Silva, 33-34).
Hermenéutica feminista
Movimiento dentro de la interpretación bíblica estadounidense que surgió en la
década de 1960 y que rápidamente alcanzó prominencia en la década siguiente
(Soulen y Soulen 2001, 58-59). 28 La interpretación bíblica feminista en sí existe
en una variedad de formas, desde la más liberal o radical a la no-evangélica a la
evangélica. La diferencia reside en cómo se consideran, se usan, y se interpretan
las Escrituras. La primera categoría tendría poco interés en la iglesia cristiana o
las Escrituras, porque las consideraría completamente patriarcales, y
contribuyentes a la opresión de las mujeres. 29 Las feministas de la segunda
categoría ven las Escrituras como intrínsecamente patriarcales y procuran liberar
a la Biblia de tal enfoque. Ellas hacen esto reinterpretándola, y silenciando lo
que es ofensivo, o viendo partes de la Escritura como no autoritativas. 30 Las
feministas evangélicas respetan la autoridad de la Escritura. 31 Ellas generalmente
procuran no destronar el testimonio de la Escritura, sino corregir lo que ellas
ven como una interpretación patriarcal parcial dentro de la iglesia (Klein,
Blomberg, y Hubbard, 96-98). Su objetivo es una mejor exégesis, que permita
que se vea y se aprecie el papel de las mujeres en el plan y objetivo de Dios para
la humanidad y la Iglesia. 32
Antitipo
La verdad o realidad anticipada y prefigurada por el T IPO en el AT.
Interpretación tradicional
Exégesis que se hace teniendo como referencia una norma doctrinal o estándar de
ORTODOXIA establecido. Tal interpretación a menudo se critica porque
funcionalmente la tradición se iguala con lo que enseña la Escritura, y por lo
tanto controla la interpretación (Klein, Blomberg, y Hubbard, 33; Ramm 1970,
39-40).
Postestructuralismo (P-S)
También “ nueva crítica literaria” (véase C RÍTICA LITERARIA), éste abarca el
desarrollo hermenéutico que amplía y supera el trabajo del estructuralismo. Si
éste último sostiene que el texto (su estructura) es el sentido, el P-S inserta de
nuevo al lector-intérprete en el proceso interpretativo, de modo que la
“ significación última” (véase S IGNIFICACIÓN) de un texto no puede ser
declarada a menos que haya un compromiso creativo, o interacción entre el
lector y el texto, por la cual el lector completa el sentido del texto. Así, la
mente, las creencias y las perspectivas del lector son las que determinan el
sentido del texto, no el texto en sí. 43
Los lectores, desde diferentes perspectivas, interpretan un texto en diálogo
con las diversas comunidades de fe. Esto genera sentidos múltiples (véase
P OLISEMIA), conteniendo cada uno de ellos una verdad válida dentro de la
perspectiva de la comunidad individual.
El P-S está basado en la compleja filosofía del lenguaje que llamamos
S EMIÓTICA, y por lo tanto acentúa cómo se crea el sentido a través del lenguaje
(sistemas de signos lingüísticos). El P-S ve el lenguaje como metáfora,
desprovisto de sentido hasta que éste es suministrado por el lector. El resultado
es que ninguna interpretación es final, completa o correcta, ya que cada lector
provee su propio contenido y sentido (Osborne, 374-76; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 438-40). 44
_______________
1 Las definiciones descriptivas son un compuesto tomado de Grant R. Osborne, The
Hermeneutical Spiral: A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1991), 123-24; y Bernard Hungerford Brinsmead, Galatians—
Dialogical Response to Opponents (Chico, Calif.: Scholars Press, 1982), 44-45. Dos excelentes
obras que exploran los escritos del NT en contraste con las ideas de la crítica retórica son G. A.
Kennedy , New Testament Interpretation through Rhetorical Criticism (Chapel Hill: University of
North Carolina Press, 1994); y Burton Mack, Rhetoric and the New Testament, Guides to
Biblical Scholarship (Minneapolis: Fortress Press, 1990).
2 Una de las explicaciones más claras de la C-F, su teoría, objetivos y método, se halla en la
obra de Millard Erickson, Christian Theology, 2a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1999),
89-98. Véase también Stephen H. Travis, “Form Criticism,” en New Testament Interpretation:
Essays on Principles and Methods, ed. I. H. Marshall (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1977),
153-64.
3 Los críticos de la narrativa olvidan que ningún autor es exhaustivamente conocido por sus
escritos, y a que la escritura es sólo uno de muchas formas en que la persona muestra quién es.
La autorevelación limitada o incompleta del escritor no significa que el lector ha perdido de
alguna manera el contacto con el autor histórico. Tal noción haría que hasta las autobiografías
no tuvieran sentido, sin mencionar todas las tentativas de entender por sus escritos a las grandes
figuras literarias del mundo.
4 Tal criterio es representativo de la teoría de interpretación de Paul Ricoeur. Véase Walter C.
Kaiser y Moisés Silva, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning
(Grand Rapids: Zondervan, 1994), 29-30. Este autor otra vez se opone a la creación de un
“lector implícito” definido por el texto, pero luego concluy e que aquel lector no es un reflejo
fiel de los lectores actuales. Parece razonable que la exégesis que es diligente para entender el
carácter literario de la narrativa, informándose en cuanto a su entorno histórico, y conduciendo
una indagación cuidadosa de los detalles culturales e históricos dentro de la historia en sí, puede
suficientemente (aunque no perfectamente) recobrar la audiencia de los lectores originales.
También parece que esta audiencia es necesaria, si el exégeta se propone alcanzar un
entendimiento contemporáneo y relevante del texto, que concuerde y sea fiel al mensaje
bíblico.
5 Los evangélicos conservadores, en su may or parte, rechazan la noción de redacción
“creativa”. Véase D. A. Carson, “Redaction Criticism: On the Legitimacy and Illegitimacy of
a Literary Tool,” en Scripture and Truth, D. A. Carson y J. D. Woodbridge, eds. (Grand Rapids:
Zondervan, Academie Books, 1983), 123-28. Por otra parte, los eruditos evangélicos reconocen
la utilidad de C-R para aclarar el sentido del texto, proporcionando la percepción de las
perspectivas teológicas y los énfasis del autor. Véase Erickson, Christian Theology, 102-3.
6 Para una reseña clara y concisa de la crítica de las fuentes del AT y “la Hipótesis
Documentaria”, véase Bill T. Arnold y Bry an E. Bey er, Encountering the Old Testament: A
Christian Survey (Grand Rapids: Baker Books, 1999), 69-72. Los autores señalan que
Wellhausen fue parte en una larga lista de críticos de las fuentes que, dirigidos por el
racionalismo del Ilustración, rechazaron el carácter único y sobrenatural de la revelación
divina.
7 David Wenham presenta pruebas internas que señalan la tarea editorial del autor en la
utilización de sus fuentes. Véase David Wenham, “Source Criticism,” en New Testament
Interpretation, ed. Marshall, 140-45.
8 I. Howard Marshall, “Historical Criticism” en New Testament Interpretation, ed. Marshall, 126-
38.
9 Nótese que se halla implícita una prueba de la exactitud histórica (o autenticidad) de los
acontecimientos registrados. Combinada con presuposiciones naturalistas, la crítica histórica
moderna rechaza la may or parte de los registros sobrenaturales en la Escritura, y tiende a
considerar con escepticismo la fiabilidad histórica de la Biblia en general. Véase Robertson
McQuilken, Understanding and Applying the Bible, ed. rev. (Chicago: Moody Press, 1992), 27-
32.
10 Para una provechosa introducción a la crítica sociológica, que incluy e una evaluación tanto de
sus ventajas como de sus debilidades, véase Robert Mulholland Jr., “Sociological Criticism,” en
New Testament Criticism and Interpretation, ed. D. A. Black y D. S. Dockery (Grand Rapids:
Zondervan, 1991), 296-316.
11 Artículo corto, conciso y escrito claramente, que contiene una descripción útil de la tarea y el
método de la crítica textual es “Textual Criticism”, escrito por Michael Holmes, en New
Testament Criticism, ed. Black and Dockery , 101-34.
12 Una vez más, las tres áreas de sentido en la interpretación son el autor, el texto, y el lector. Al
separar el sentido del texto del sentido que el autor original se propuso, la nueva crítica hizo
natural el énfasis en la interacción del lector con el texto como el lugar donde se debe hallar el
sentido.
13 Esta dimensión fue introducida realmente mucho antes por Friedrich Schleiermacher (1768-
1834) y su sucesor Wilhelm Dilthey (1833-1911); sin embargo, es la Nueva Hermenéutica,
bajo la influencia de Heidegger (1889-1976) y Gadamer, la que ejerce la may or influencia en
la teoría hermenéutica. Véase Richard N. Soulen, Handbook of Biblical Criticism, 2a ed.
(Atlanta: John Knox Press, 1981), 85.
14 Los evangélicos han desarrollado su propia versión de esta dimensión vertical del círculo
hermenéutico, sin ceder a la posibilidad de alcanzar el sentido textual objetivo. Véase Graham
N. Stanton, “Presuppositions in New Testament Interpretation” en New Testament
Interpretation, ed. Marshall, 68-70.
15 Para una descripción clarificadora de este enfoque, y un análisis de su relación con el
estructuralismo y postestructuralismo, véase Osborne, Her meneutical Spiral, 369-86. Es algo
irónico que Derrida se vea obligado a confiar en el lenguaje a fin de negar su sentido intrínseco
u objetivo. Uno se pregunta si Derrida no esperó en secreto que sus lectores pospusieran la
aplicación de su teoría lo suficiente como para entender las palabras que él usó para
comunicarla.
16 Los conceptos abstractos y filosóficos detrás de la DECONSTRUCCIóN hacen difícil definirla
en pocas palabras. Un artículo útil que trata con las raíces filosóficas de la deconstrucción es el
escrito por Robert P. Scharlemann, “Deconstruction: What Is It?” Dialog 26, no. 3 (Fall 1978):
184-88.
17 El mito es una tentativa en una era precientífica de presentar fenómenos inexplicados según
una cosmovisión del primer siglo, donde abundan ángeles, demonios, y la milagrosa
intervención de Dios.
18 No hay acuerdo respecto al número exacto de estos períodos. Por lo general éstos fluctúan
entre cuatro y nueve. Muy común entre los dispensacionalistas es el número siete.
19 Ry rie proporciona una lista de siete dispensaciones: (1) Inocencia (Gn. 1:28-3:6) hasta la
Caída; (2) Conciencia (Gn. 4:1-8:14); (3) Gobierno civil (Gn. 8:15-11:9); (4) Promesa (a
Abraham, Gn. 11:10–Éx. 18:27); (5) Ley (mosaica, Éx. 19:1–Hch. 1:26); (6) Gracia (Hch. 2:1–
Ap. 19:21); (7) Milenio (Ap. 20). Véase Charles C. Ry rie, Dispensationalism Today (Chicago:
Moody Press, 1965), 57-64. Es importante añadir que las diversas dispensaciones no
representan diversos caminos a la salvación. Los medios de salvación permanecen constantes:
por la gracia a través de la fe. Sin embargo, cada dispensación contiene realmente una
revelación acerca de cómo debe expresarse la obediencia y la fe.
20 Walter C. Kaiser, Jr. y Moisés Silva sostuvieron un cordial debate en Introduction to Biblical
Hermeneutics. Kaiser, en su capítulo (11) sobre el uso teológico de la Biblia, argumenta que
para asegurar que las doctrinas no vay an más allá de la evidencia bíblica, la exégesis debe
estar por sobre cualquier sistema de doctrina. En cambio, Silva, en el capítulo 14, defiende la
“hermenéutica calvinista”. Él afirma que los compromisos doctrinales de alguien
inevitablemente afectan la exégesis, y que es tanto esencial como deseable que suceda. No es
un asunto de si los compromisos teológicos influy en, sino cuáles de ellos influen, y de qué
manera facilitan la comprensión de la Escritura como un todo.
21 Aunque no haga falta decirlo, el enfoque basado en la respuesta del lector produce una amplia
gama de diversas interpretaciones sin apología, porque en principio cada lectura puede ser una
lectura válida. No hay ningún sentido objetivo en el texto mismo, ni tampoco una
interpretación “correcta”, sólo el potencial para ilimitadas interpretaciones que compiten entre
ellas. Un problema obvio para quienes sostienen que la Biblia es la Palabra autoritativa de Dios,
es que se pierde el sentido que el autor inspirado se propuso comunicar. La crítica basada en la
respuesta del lector no ofrece modo alguno de establecer una interpretación normativa, menos
todavía una de naturaleza canónica. Véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Biblical
Interpretation, rev. ed., 73-75. Para un análisis literario favorable de este enfoque, véase Edgar
V. McKnight, Postmodern Use of the Bible: The Emergence of Reader-Oriented Criticism
(Nashville, Tenn.: Abingdon Press, 1988), 217-63.
22 Para una descripción clarificadora de los “enfoques naturalistas” en la interpretación, véase
McQuilken, Understanding and Applying the Bible, 27-35.
23 Por ejemplo, si un lector lee el texto de Hechos 4:12 (“Y en ningún otro hay salvación; porque
no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”) con una
PRECOMPRENSIÓN postmoderna de la naturaleza de la verdad religiosa, su pluralismo será
profundamente desafiado por el sentido del texto, al reflejar la intención del autor original. Si el
lector es un cristiano que considera la Escritura como la Palabra de Dios, inspirada e inerrante,
él no está en libertad de buscar un sentido que contradiga la intención del autor de este texto.
24 Esto no debe sugerir un método de intuición mística o irracional, separada de la exégesis del
texto bíblico. La tradición de la REFORMA Protestante, con su insistencia tanto en la claridad
de la Escritura como en la necesidad de la iluminación del Espíritu, ha mantenido sabiamente
y por mucho tiempo la unidad tanto de la Palabra como del Espíritu (Bernard L. Ramm,
Protestant Biblical Interpretation, 3a ed. [Grand Rapids: Baker Book House, 1970], 54-58).
Lutero, en su defensa de la interpretación literal, escribe: “El Espíritu Santo es el escritor más
sencillo que hay en el cielo o en la tierra.” Cita de Walter C. Kaiser Jr. en Toward an
Exegetical Theology: Biblical Exegesis for Preaching and Teaching (Grand Rapids: Baker Book
House, 1981), 61.
25 Kaiser acredita a Larry Caldwell el proponer el término, y desarrollar el enfoque en Larry
W. Caldwell, “Third Horizon Ethnohermeneutics: Reevaluating New Testament Hermeneutical
Models for Intercultural Bible Interpreters Today ”, Asian Journal of Theology, no. 1 (1987):
314-33. Véase Kaiser, Introduction to Biblical Hermeneutics, 178.
26 Aunque no usa el término “etnohermenéutica”, René Padilla describe profundamente este
enfoque. Véase “The Interpreted Word: Reflections of Contextual Hermeneutics”, en A Guide
to Contemporary Hermeneutics: Major Trends in Biblical Interpretation, ed. Donald K. McKim
(Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1986), 297-308.
27 A primera vista esto se parece muchísimo al proceso de CONTEXTUALIZACIÓN. Sin
embargo, es a veces difícil determinar qué declaraciones están culturalmente condicionadas y
cúales superan la cultura y tienen validez duradera. Hay, por supuesto, una diferencia
marcada entre aquellas declaraciones que contienen referencia clara a una forma cultural
(p.ej., la orden de Pablo de que las mujeres llevaran puesto un velo sobre la cabeza [1 Co.
11:2-16]) y aquellas que no son formas culturales (p.ej., la orden de Pablo de dejar de mentir
[Col. 3:9]). Sin embargo, se suscita un problema cuando la cultura receptora moderna
interpone valores dominantes que están en desacuerdo con la cultura bíblica. Entonces, no es
tan fácil determinar qué es la “cáscara” y qué es el “grano”. Conforme la cultura moderna se
vuelve cada vez más secular y postmoderna, y rechaza o desafía todas las normas morales y
socia- les asociadas a la revelación bíblica, los cristianos son presionados a ensanchar el
alcance de lo que ellos consideran como “culturalmente condicionado” en la Biblia, y que por
lo tanto y a no es pertinente para los cristianos modernos. Hay una necesidad de desarrollar un
método de interpretación que busque iluminación del canon bíblico en su totalidad, y lo aplique
a textos que tienen que ver con asuntos sociales y culturales polémicos. Aunque no respaldo
todas sus conclusiones, William J. Webb ha intentado admirablemente la construcción de tal
método, y lo ha llamado “hermenéutica de movimiento redentor.” Véase William J. Webb,
Slaves, Women and Homosexuals: Exploring the Hermeneutics of Cultural Analysis (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2001).
28 Para nuestros objetivos, la interpretación bíblica feminista debe distinguirse del movimiento
que se conoce como “movimiento feminista” o “feminismo” que tiene una agenda mas bien
social y política, dirigida a alcanzar la igualdad de género en la sociedad en general. Sin
embargo, unos sostendrían que éstos están inseparablemente unidos, y a que el movimiento
proporciona la inspiración para desafiar todas las estructuras sociales y todas las instituciones
sociales que contribuy en a la opresión y discriminación contra las mujeres, incluy endo las que
hay en la iglesia. Así, las feministas ven la Biblia y su interpretación tradicional como un
instrumento de aquella opresión, y abogan por nuevas maneras de interpretar las Escrituras.
Para un comentario muy provechoso, y evaluación, tanto de las contribuciones positivas como
de los problemas de la interpretación feminista, véase William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation, ed. rev. (Nashville, Tenn.: Thomas
Nelson, 1993), 96-101.
29 Mary Daly sería representativa de una feminista en esta categoría. Véase su Quintessence:
Re- alizing the Archaic Future—A Radical Elemental Feminist Manifesto (Boston: Beacon,
1998).
30 Cualquiera de las obras de Elizabeth Schüssler Fiorenza serviría para ilustrar esta categoría.
Véase sobre todo su obra clásica, In Memory of Her: A Feminist Theological Reconstruction of
Christian Origins (New York: Crossroad, 1983).
31 C. C. Kroger y R. C. Kroger, I Suffer Not a Woman: Rethinking 1 Tim 2:11-15 in Light of
Ancient Evidence (Grand Rapids: Baker Book House, 1992).
32 No todas las intérpretes feministas evangélicas tienen los mismos criterios. Básicamente ellas
están divididas entre “igualitarias”, que rechazan la noción de la posición de autoridad
masculina y los papeles perdurables en la familia o Iglesia basados en el género; y
“complementarias”, que creen que hombres y mujeres son iguales en valor esencial y
dignidad, pero cumplen un diferente papel en el plan de Dios, tanto para la familia como en la
iglesia, que permite la posición de autoridad de los hombres. Véase A. J. Köstenberger, T. R.
Schreiner, y H. S. Baldwin, Women in the Church: A Fresh Analysis of 1 Tim 2:9-15 (Grand
Rapids: Baker Book House, 1995).
33 Véase Stonestreet et al. que lo lista como uno de los cuatro grupos principales de
cosmovisiones, junto con el teísmo, trascendentalismo y naturalismo. Véase W. Gary Philips,
William E. Brown, y John Stonestreet, Making Sense of Your World: A Biblical Worldview
(Salem: WI: Sheffield Publishing Company , 2008), pps 19-60.
34 Véase James W. Sire, The Universe Next Door, 3ra ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity
Press, 1997), 174-177. Grenz considera a Nietzsche como el primero en lanzar un asalto frontal
contra la confianza del Iluminismo de que la razón puede asegurar la verdad con certidumbre.
Véase Stanley J. Grenz, A Primer on Postmodernism, p. 5.
35 Ibíd., p. 174
36 Grenz, A Primer on Postmodernism, p. 6; Cf. Sire, The Universe Next Door, p.179
37 Contradictoriamente, los teóricos literarios postmodernistas son inconsecuentes en la manera
en que operan en la vida diaria, como si hubiera tal conexión. Por ejemplo, pienso que pocos
postmodernistas conducirían en un camino de montaña y no harían caso de un cartel de
advertencia que lee: “¡Deténgase! Terreno resbaladizo más adelante.” El descartar esta clara
contradicción porque simplemente opera con la “verdad pragmática” no elimina la
inconsecuencia, porque el lenguaje (o texto) se usa para comunicar una realidad que es
coherente con el sentido de la lengua como se habla o se escribe.
38 Esta verdad pragmática es necesaria para la supervivencia, y está ilustrada en la nota anterior.
Sin embargo, este reconocimiento es sólo válido si hay correspondencia entre la realidad
objetiva y las palabras que dan testimonio de aquella realidad. Además, la vida está llena de
ejemplos en múltiples contextos que usan el lenguje cotidiano con esta básica presuposición de
sentido común.
39 Los autores del AT entienden la promesa del pacto de Yahweh a su pueblo. Véase J. Barton
Pay ne, A Theology of the Older Testament (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House,
1962), especialmente el capítulo 5 “Organizing Principle of Biblical Theology ”, pp. 71-78.
Para los autores del NT véase la exposición de Ladd acerca del marco escatológico de la
teología del NT en G. E. Ladd, A Theology of the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1974), o The Presence of the Future (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1974). Para un estudio de
una metanarrativa redentora general en ambos Testamentos, véase Walter J. Kaiser Jr. The
Promise-plan of God: A Biblical Theology of the Old and New Testaments: Based on Toward an
Old Testament Theology (Grand Rapids, MI: Zondervan, c2008, 1978).
40 La excepción que a menudo se cita de Gá. 4:24, donde Pablo usa el verbo allēgoreo para
describir el viejo y nuevo pacto bajo las figuras de Hagar y Sara, es inconcluy ente. Como
Ramm y otros han indicado, el término puede abarcar varios sentidos, incluso la referencia a
un sentido tipológico ampliado que incluy e el uso de material del AT para fines ilustrativos.
Véase Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 226-27, 258-69; McQuilken, Understanding
and Applying the Bible, 262-65.
41 Se debate sobre si la tipología debería estar limitada al material bíblico que expresamente se
identifica en el lenguaje tipológico que usan algunos autores del NT, o si debiera ampliar-se
para incluir tipos que por deducción podrían identificarse en sujetos tipológicos (p.ej., el
templo, sacerdocio y sacrificios, como se refleja en la Epístola a los Hebreos). Véase Ramm,
Protestant Biblical Interpretation, 218-21. Véase un completo estudio de la tipología por Patrick
Fairbair en The Typology of Scripture (Grand Rapids: Zondervan, 1952).
42 McQuilken redactó algunas pautas muy provechosas. Las palabras de la Escritura deben
interpretarse literalmente a menos que (1) hacerlo causara que una declaración sonara
irracional, no-razonable o absurda; (2) el contexto o el carácter literario del texto indicara que
el autor se propuso usar un sentido no literal; (3) hacerlo causara contradicción con una
enseñanza clara que se presenta en otra parte de la Escritura. Véase McQuilken, Understanding
and Applying the Bible, 170-71.
43 Osborne da dos razones de esto: (1) en este enfoque el autor está muerto, y su intención
histórica murió con él; él y a es no accesible. (2) el texto adopta una vida autónoma,
independiente de su autor, tan pronto se transcribe. Por lo tanto el sentido de un texto no puede
limitarse a lo que el autor bíblico quiso decir, o lo que los lectores originales entendieron. Véase
Osborne, Hermeneutical Spiral, 376.
44 Osborne demuestra el problema con este enfoque, indicando que toda comunicación verbal
supone la suficiencia del lenguaje para comunicar los pensamientos del orador o escritor, y la
importancia de que así sea para obtener una comunicación significativa. Él escribe: “Usted, el
lector, no me conoce a mí, el autor. El texto de este libro no refleja realmente mi personalidad.
Por supuesto, eso es obvio; sin embargo, la pregunta es, si el texto es un reflejo adecuado de
mis pensamientos para transmitir el sentido. ¿Puede usted como lector entender mi oposición a
la polivalencia, o es este texto autónomo de mis puntos de vista?” Después de que reconoce que
no todos los que leen estarán de acuerdo con él, escribe: “La pregunta no es si ellos estarán de
acuerdo, sino si ellos pueden entender mis argumentos. El asunto tiene dos aspectos: ¿podemos
saber lo que otra persona quiso decir en un registro escrito?, y ¿es importante conocer el
sentido original que el autor se propuso comunicar?” Véase Osborne, Hermeneutical Spiral,
376-77. Una experiencia personal ilustra la naturaleza problemática del postestructuralismo en
un nivel popular. Recientemente, un amigo del autor, después de una larga visita, envió una
tarjeta de agradecimiento con una nota personal. Mientras que mi esposa y y o leímos la nota y
suspiramos por su buena intención, otro miembro de familia ley ó superficialmente las mismas
palabras y se ofendió. En aquel momento, fue muy importante el sentido textual que refleja la
intención del autor.
45 Para comenzar la crítica, y o recomendaría el artículo de D. D. Webster, “Liberation
Theology ” en Evangelical Dictionary of Theology, ed. Walter. A. Elwell (Grand Rapids, MI;
Baker Book House, 1984), pp. 635-638. Un análisis teológico más detenido, por parte de un
propulsor de la T-L, es el capítulo por Orlando E. Costas, en Doing Theology in Today's World:
Essays in Honor of Kenneth S. Kantzer, ed. by J. D. Woodbridge and Thomas E. McComiskey
(Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1991), pp377-96.
5
Géneros Literarios
Comedia
No se trata de una historia graciosa o divertida, sino una con final feliz. Es decir
una comedia bíblica tiene una trama característica en que los problemas o las
crisis se desarrollan y deben ser resueltas o superadas. Los rasgos característicos
de las comedias son identidades disfrazadas o erróneas, fugas del peligro,
trastocamientos dramáticos, o un giro inesperado de los acontecimientos. Las
comedias más reconocidas en la Biblia son las historias de José (Gn. 37-50) y el
Libro de Ester1 (Ryken, 81-82; Klein, Blomberg, y Hubbard, 268-70).
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén. —1 Ti. 1:17
Epístolas
Cartas en el NT 2 a iglesias o individuos que escribieron los apóstoles y otros
asociados apostólicos3 (véase P ADRES APOSTÓLICOS). En cierto modo las cartas
del NT eran sustitutos autoritativos de la presencia personal del autor (por lo
general un apóstol). Ellas fueron escritas no como obras literarias, sino para
atender problemas y situaciones reales en la iglesia (véase OCASIONAL). Así, el
objetivo principal detrás de su composición era práctico, y la teología que
encontramos está orientada a servir en una necesidad específica (Fee y Stuart,
49). Siendo este el caso, el intérprete de epístolas debe trabajar para reconstruir
la ocasión de la carta, es decir, el contexto circunstancial original que produjo
una carta particular en el NT (véase SITZ IM L EBEN). Al hacer así, es provechoso
determinar no sólo su estructura4 sino el tipo de carta representado, en que cada
tipo es asociado con un objetivo literario específico (Aune 1987, 158-62; Duvall
y Hays, 217-29). Tenga presente también que una carta puede incorporar
elementos de diversos tipos.
Carta de un embajador
Tipo de carta oficial que sería enviada en el mundo greco-romano. Su
objetivo era establecer buena voluntad en la preparación para la visita de un
dignatario, asegurando así una recepción favorable. Pablo envió tal
comunicación a Roma, 6 que él esperaba visitar (Ro. 15:22-33) en su
camino a España. Él sin duda tenía la intención de buscar apoyo para sus
viajes misioneros (Klein, Blomberg, y Hubbard, 358).
Deliberativo
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que tiene como
objetivo literario convencer o disuadir a alguien acerca de las ventajas o
desventajas de un futuro curso de la acción (Klein, Blomberg, y Hubbard,
357). La carta a los Gálatas es deliberativa en que Pablo, insistiendo en la
ineficacia de la circuncisión y la observancia de la ley, procura convencerlos
de cuán absurdo es abandonar la confianza en la gracia de Cristo.
Estoy maravillado de que tan pronto os hay áis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,
para seguir un evangelio diferente. No que hay a otro, sino que hay algunos que os perturban y
quieren pervertir el evangelio de Cristo. —Gá. 1:6,7
Epideíctico
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que usa la alabanza o
la culpa para motivar a la gente a adoptar una posición o seguir practicando
un sistema de valores. En este aspecto, la Epístola a los Hebreos es
epideíctica en que el autor tanto alaba como censura7 a sus lectores al
exhortarlos a no abandonar su fe cristiana (Aune 1987, 212-13; Klein,
Blomberg, y Hubbard, 357).
Judicial
Categoría retórica de discurso que originalmente se usó en los tribunales
greco-romanos para convencer a un auditorio (por lo general a un juez) de
los méritos de un caso. Como se usa en las epístolas del NT, intenta
convencer a los lectores de la rectitud o falta de rectitud de una acción
pasada. Véase, por ejemplo, las palabras de Pablo en Gá. 3:1-5 (Aune 1987,
198).
Paraenesis (gr., “exhortación, consejo”)
Término técnico de la C RÍTICA DE LAS FORMAS que se refiere a una
exhortación, consejo o instrucción de carácter moral o ético. En sus
escritos, Pablo incluyó ésto generalmente al final de sus epístolas, después
de que había establecido un fundamento de verdad teológica. 8 Estas
secciones están marcadas por una concentración de órdenes (imperativos) y
exhortaciones (Soulen 1981, 140-41).
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. — Ro. 12:1
Evangelios
Retratos de fe de la vida, las enseñanzas, el ministerio, la muerte, y la
resurrección de Jesucristo. Aunque mayormente narrativos, los evangelios no
son biografías históricas en el sentido estricto del término. Ellos combinan
memoria histórica y reflexión teológica. 9 Aunque hay un considerable debate
acerca de la influencia de antiguos tipos literarios en los Evangelios, se cree por
lo general que el cristianismo creó un género literario nuevo. 10
Debido a que hay cuatro evangelios acerca de Jesús (en vez de escritos por
él), cada uno de ellos es una presentación complementaria de la historia. Cada
autor, o “ evangelista”, tiene una historia que narrar desde su propia perspec-tiva,
informada sin duda por la experiencia así como por sus fuentes orales y escritas
(véase Lc. 1:1-4). 11 Así, el intérprete debería leer e interpretar un evangelio tanto
de manera “ horizontal”, respecto a los pasajes paralelos en otros evangelios,
como “ vertical”, dentro de sí mismo según la estructura y contenido temático
que establece el mismo evangelista (Fee y Stuart, 109-16; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 327-30). Véase C RÍTICA DE LA REDACCIÓN.
Fábula
Relato imaginario breve dado para enseñar y enfatizar una importante verdad o
mensaje. A menudo la historia es legendaria, porque ocurren acontecimientos
sobrenaturales irreales. En Jue. 9:8-15 Jotam, el único hijo sobreviviente de
Gedeón, cuenta a la gente de Siquem una fábula sobre árboles (el pueblo de
Siquem) que buscan para un rey entre diferentes clases de árboles, sólo para
encontrar una zarza (Abimelec) que gobernaría sobre ellos. El carácter simbólico
de la fábula de algunas maneras se parece a la P ARÁBOLA, pero la naturaleza
surrealista de la historia la pone en una categoría diferente (véase también
ALEGORÍA) (Klein, Blomberg, y Hubbard, 272). 13
Leyes apodícticas
Se refiere a leyes que son declaradas en una manera absoluta, incondicional,
o no calificada, como órdenes o prohibiciones (p.ej., “ ustedes deben” o “ no
deben”). Subyacentes en las leyes apodícticas hay algún principio moral,
espiritual o teológico que tiene importancia y valor instructivo para los
cristianos del NT. Sin embargo, debido a que estas leyes son por lo general
culturalmente específicas, es necesario un cuidadoso estudio histórico y
cultural para identificar el principio relevante que debe aplicarse. Además,
los mandamientos o las prohibiciones, aunque declarados categóricamente
(sin excepciones), no son exhaustivos, sino ofrecen un principio por vía de
un ejemplo representativo. El intérprete que trata de reproducir la obediencia
literal de los receptores originales, muy a menudo no captará el principio de
verdad que estas leyes querían comunicar17 (Klein, Blomberg, y Hubbard,
276-77; Fee y Stuart, 139-40).
Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra
segada. —Lv. 19:9
Leyes casuísticas
Leyes caso-por-caso- relacionadas con la vida religiosa, civil, y ética de
Israel, que describen una situación y luego la acción prescrita que debe
tomarse. Como consecuencia, ellas son culturalmente específicas y
condicionales. Como tales ellas pertenecen al antiguo pacto y son limitadas
en su aplicabilidad para el cristiano. Sin embargo, ellas revelan realmente el
carácter de Dios y su voluntad en cuanto a diversas situaciones
culturalmente específicas, y por lo tanto proporcionan una enseñanza que
puede instruirnos hoy, cuando buscamos la dirección y la voluntad de Dios
para nuestra vida (Fee y Stuart, 141-42; Klein, Blomberg, y Hubbard, 275-
76). 18
Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la cubriere, y cay ere allí buey o asno, el
dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suy o. —
Éx. 21:33,34
Futurista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera que la mayor
parte de los acontecimientos que registra el Apocalipsis (sobre todo 6-21)
tendrán un cumplimiento futuro.
Historicista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera los
acontecimientos que registra el Apocalipsis son representación de lo que ha
ocurrido a través de toda la era de la Iglesia.
Idealista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que no considera los
acontecimientos que registra el Apocalipsis como literales o históricos (sea
pasados, presentes, o futuros), sino como cuadros simbólicos de la
constante lucha entre el bien y el mal.
Preterista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera los
acontecimientos registrados en el Apocalipsis como pasados, que
representan acontecimientos históricos del primer siglo de la Iglesia.
Literatura de sabiduría
Colección de escritos bíblicos22 que contienen una descripción de cómo vivir de
manera “ sabia” delante de Dios. 23 La sabiduría en la Biblia es la aplicación a la
vida del conocimiento o verdad aprendida de la experiencia (Fee y Stuart, 187,
189). O sea, la sabiduría es muy práctica y no expone la verdad que sea
simplemente teórica. La literatura de sabiduría no designa sólo un género, sino
que está compuesta de una combinación de varios subgéneros (véase más
abajo). 24 Por consiguiente, los intérpretes deben familiarizarse con los diversos
asuntos y características literarios de cada subgénero que encuentran (Kaiser y
Silva, 99-103).
Admonición
Subgénero de la literatura de sabiduría que enseña lo que la sabiduría no es,
al expresar una advertencia respecto a un curso de acción en particular. A
menudo hay alguna indicación de las consecuencias negativas que seguirán
si no se atiende el consejo (Kaiser y Silva, 102).
Diálogo
Mecanismo literario en donde se comenta entre dos o más participantes
algún aspecto de la sabiduría o una pregunta desconcertante. Job es el
ejemplo más claro de un diálogo de sabiduría que aborda la interrogante y
el sentido del sufrimiento humano. El diálogo entre Job y sus así llamados
consoladores explora la pregunta en vista de su comprensión de la
naturaleza de Dios, su rectitud, y soberanía en particular.
Enigma
Mecanismo literario diseñado para dejar perplejo y confundir al lector u
oyente, obscureciendo o escondiendo algunos elementos de modo que el
sentido no sea fácilmente entendido. Esta oscuridad, por diseño tiene la
intención de probar las habilidades mentales de aquellos que intentan
resolverlo (Kaiser y Silva, 100).
Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. —Jue. 14:14
Proverbio
Breve dicho de sabiduría, 25 que a menudo usa lenguaje figurado para
expresar una verdad general sobre la vida. Se encuentran en todas partes de
la Biblia, pero se concentran en el AT, en el Libro de Proverbios. Los
proverbios dan una perspectiva de Dios en una amplia variedad de temas.
Ellos describen lo que generalmente es verdad como se observa en la vida y
la naturaleza. Ellos no deben tratarse como declaraciones de ley universal,
promesas, o verdad absoluta sin excepción (Stein 1994, 83-87; Kaiser y
Silva, 99-100). 26
El mal perseguirá a los pecadores, mas los justos serán premiados con el bien —Pr. 13:21
Epopeya
Tipo de NARRATIVA HERÓICA (véase más abajo) que consiste en una
narrativa expansiva que cuenta las proezas de un héroe virtuoso, cuya vida
se identifica con el destino de una nación. Las epopeyas a menudo
contienen una serie de narrativas heróicas que rodean la vida de una figura
bíblica prominente. La historia de José (Gn. 37-50) y el Libro de Josué son
ejemplos de epopeyas bíblicas (Ryken, 79-80).
Narrativa heróica
Historia de un héroe que se concentra en la vida y las proezas de un
personaje bíblico prominente. La vida del héroe no sólo comparte las luchas
comunes a cualquier persona, sino también encarna y ejemplifica valores y
virtudes de estima para el pueblo de Dios. Ejemplos bíblicos serían la vida
de Moisés, Abraham, José, Rut, y David. El Libro de Jueces es una
colección de narrativas heróicas (Ryken, 75-78; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 264-65).
Reporte
Se refiere a la narración bíblica que contiene registros breves de una
situación o acontecimiento pasado, escrito en tercera persona. Los informes
contienen el registro claro de los hechos sin adorno o desarrollo literario.
Ellos son los componentes básicos de historias de narrativa más
complicadas, como la NARRATIVA HERÓICA y la EPOPEYA. Hay diversos
tipos de informes, que se clasifican según el tipo de temática que relata
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 262-64). 31
Dicho parabólico
Dichos sustanciales que emplean metáforas o símiles, p.ej.: “ Vosotros sois
la sal de la tierra” o “ El reino de los cielos es semejante a una semilla de
mostaza” (Mt. 5:13) (seguido luego por una S IMILITUD).
Similitud
Una metáfora fluida que compara cosas que comparten rasgos comunes o
características. P.ej., la Parábola de la Levadura, el Sembrador y la Semilla,
la Semilla de Mostaza. Éstas son similares a ilustraciones de sermón que
hoy usamos para ilustrar un punto. 36
Poesía
Género literario que se caracteriza por el lenguaje figurado y la imaginería, el uso
de paralelismo, concisión de forma, y MECANISMOS LITERARIOS Y RETÓRICOS. 37
Luego de la narrativa, la poesía es el género bíblico más común, conformando
una parte significativa de la Biblia, sobre todo el AT. La poesía se caracteriza
más por su uso frecuente de LENGUAJE DE COMISIÓN, que apunta a la creación
de vívidas imágenes mentales o provoca una fuerte respuesta emocional (Kaiser
y Silva, 87-91; Klein, Blomberg, y Hubbard, 241-50; Stein 1994, 123).
“Stich” (gr. stikos, “línea o verso”)
Término técnico que se aplica a una línea de poesía. Comúnmente se usa
para describir el P ARALELISMO hebreo. Dos líneas paralelas se denomi-nan
un “ distich”, y tres líneas líneas paralelas “ tristich” (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 227).
Profecía
Se refiere a la proclamación de la voluntad revelada de Dios a su pueblo por
medio de un profeta inspirado, que funge como su instrumento o portavoz. La
profecía es un género complejo que plantea demasiados desafíos para
enumerarlos aquí. Por ejemplo, la gente a menudo asocia la profecía bíblica con
la predicción de acontecimientos futuros. Sin embargo considerando la cantidad
de libros proféticos que hay en la Biblia, 38 en comparación hay más
proclamación que predicción. 39
Los libros proféticos son colecciones de ORÁCULOS proféticos dichos en
ocasiones históricas específicas a Israel, a Judá, y a veces a otras naciones. En
ellos Dios a menudo recordó a su pueblo de sus responsabilidades bajo su
pacto, sus bendiciones y sus maldiciones (p.ej., Dt. 27-28). Cuando aquel
mensaje toca el futuro, la profecía a menudo se vuelve predictiva.
La profecía predictiva presenta múltiples desafíos interpretativos. Una tarea
importante para el intérprete es tratar con la naturaleza OCASIONAL de un oráculo
profético, y determinar lo que esto significó para los receptores originales. 40
Otros desafíos son determinar si el lenguaje profético es literal o figurado, si las
profecías proféticas son condicionales o incondicionales, si se cumplieron
completamente o en parte (es decir, en el pasado, o si alguna parte espera un
cumplimiento futuro), si la audiencia es individual o colectiva, y si ellas se
aplican sólo a Israel o incluyen a la iglesia del NT (Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 245-57). 41
Oráculo
Unidad autónoma de discurso profético inspirado, registrado en la Biblia.
Los libros proféticos son una colección de oráculos dados en diversos
tiempos y en una situación específica de circunstancias históricas. Es mejor
interpretar los versículos dentro del contexto del oráculo que los contiene.
Los oráculos incluyen una variedad de géneros y formas literarias. Sería
sabio que los intérpretes de la profecía se familiaricen con el carácter y el
contenido de estas formas. Tres de las formas más comunes son los
oráculos legales (o pleito), los oráculos de infortunio, y los oráculos de
salvación (o promesa) (Fee y Stuart, 160;42 Klein, Blomberg, y Hubbard,
292-302).
Perspectiva profética
Uno de los aspectos problemáticos de la interpretación profética. A menudo
el profeta junta acontecimientos separados en su predicción del futuro, de
modo que acontecimientos que son distintos y separados respecto al tiempo
se presentan como un solo acontecimiento. Puede ser comparado con mirar
a través de un telescopio, que aplana el paisaje de modo que los objetos,
cercanos y lejanos, aparezcan en el mismo horizonte y a la misma distancia.
Del mismo modo, los profetas recibieron visiones proféticas del futuro, pero
no vieron los espacios de tiempo entre los acontecimientos futuros (Duvall
y Hays, 370-71; Kaiser y Silva, 143-44; Fee y Stuart, 164-65). Véase el
texto destacado. 43
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuy o calzado
y o no soy digno de llevar, es más poderoso que y o; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. —
Mt. 3:11
Profecía hortatoria/parenética
Tipo de profecía que exhorta al pueblo de Dios a un curso específico de
acción (p.ej., arrepentimiento del pecado, adoración verdadera). Los profetas
eran portavoz de Dios, que tenían la responsabilidad primaria de declarar la
voluntad de Dios a su pueblo, y animarlos a permanecer fieles a su pacto
con ellos.
Endecha
Lamento fúnebre que era parte de antiguos ritos de duelo. Esta incluía
expresiones de lamento, descripción de algún desastre (la causa del
lamento), y un llamado a la gente a unirse al luto. Aunque los Salmos no
contengan ningún ejemplo puro de endecha, su influencia literaria puede
verse en varios salmos (35, 44, 74, 137), en el Libro de Lamentaciones, y
en el lamento privado de David (2 S. 1:19-27; 3:33-34), así como inserto
en el material profético (Klein, Blomberg, y Hubbard, 272-73, 285-86).
Hijas de Israel, llorad por Saúl, quien os vestía de escarlata con deleites, Quien adornaba vuestras
ropas con ornamentos de oro. —2 S. 1:24
Imprecatorios (salmos)
Salmo de lamento (o queja) que con vehemencia pide que el juicio y la ira
de Dios caigan sobre los enemigos del salmista. El problema para muchos
críticos está en el hecho que tanto lo que el salmista pide como la
disposición con que lo solicita parecen muy poco “ cristianas”. El intérprete
debe recordar que el lenguaje imprecatorio es intencionadamente exagerado
(véase HIPÉRBOLE) para comunicar la fuerte intensidad de los sentimientos
del salmista respecto al mal, la injusticia, etc. Además, en la mayoría de
los casos el salmista habla como representante del pueblo de Dios que bajo
su pacto había prometido vengar a Israel de sus enemigos (Sal. 94:1; Dt.
32:35). Por lo tanto, los salmos imprecatorios no son peticiones de
venganza personal, sino una ferviente petición a Dios por justicia
nacional. 50
Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. —Sal.
58:6
_______________
1 Para una concisa descripción de los rasgos literarios de las comedias bíblicas consulte Ry ken,
Bible as Literature, 81-82. Encontrará una útil exposición sobre cómo interpretar la comedia
bíblica en Klein, Blomberg, y Hubbard, An Introduction to Biblical Interpretation, 269-70.
2 Mientras Adolf Diessmannt abogó por una distinción entre cartas verdaderas, que no eran
composiciones literarias formales, y epístolas, que eran obras literarias formales, la may or
parte de eruditos no se adhieren a tal diferencia y usan los términos de modo intercambiable.
Véase Aune, The New Testament in Its Literary Environment, 161.
3 Muy importante entre los criterios que usó la iglesia del primer siglo para determinar la
categoría bíblica de un documento cristiano temprano fue su asociación con un apóstol. Un
documento fue considerado “apostólico” no sólo si provenía de un apóstol (o alguien bastante
cercano para asegurar el acceso a la fuente de tradición apostólica), sino si el carácter de su
contenido se conformaba a las enseñanzas (orales y escritas) de los apóstoles. Véase F. F.
Bruce, The Canon of Scripture (Downers Grove, Ill.: Intervarsity Press, 1988), 256-59.
4 Las antiguas cartas greco-romanas tenían tres componentes, muy similar a nuestras cartas
hoy : una introducción, un cuerpo, y una conclusión. Cada una de las partes principales tiene
elementos diferentes según el tipo de carta. Los eruditos difieren acerca del número de tipos
epistolares, pero la may oría están de acuerdo en que los tipos reflejan una función y sirven así
para iluminar el objetivo literario de la carta. Aunque menciona seis tipos bien reconocidos: (1)
cartas de amistad, (2) cartas de familia, (3) cartas epideícticas de alabanza y culpa, (4) cartas
de exhortación, (5) cartas de recomendación, y (6) cartas jurídicas que acusan, defienden, o
dan un informe de cuentas. Para una revisión completa de los tipos de cartas propuestos, véase
Aune, New Testament, 158-82.
5 Para un resumen conciso de las críticas y acusaciones que Pablo enfrentó en Corinto, véase
James D. Hernando, “2 Corinthians” en The Full Life New Testament Commentary (Grand
Rapids: Zondervan Pub. Co., 1998), 920-22.
6 Jewett explica el extenso saludo al final de carta (cap. 16) como evidencia de que Pablo usa el
elogio (retórica EPIDEÍCTICA) para asegurar una respuesta favorable a su visita y mensaje.
Véase Robert Jewett, “Romans as an Ambassadorial Letter”, Interpretation, 36 (1982): 5-20.
7 Véase He. 2:1-3; 5:11-12; 6:1-12; 10:25-27,32-36; 12:4,5; 13:7. Richard Soulen hace el siguiente
oportuno comentario: “Pablo reprende al crey ente para llegar a ser lo que la fe declara, que él
y a está en Cristo.” Véase Handbook of Biblical Criticism, 140.
8 Por ejemplo, 1 Ts. 4-5; 2 Ts. 2:15; Gá. 5-6; Ro. 12:1-13:14; Col. 3:1-4:18; Ef. 5:1-6:24.
9 Esta combinación no garantiza la conclusión de que por ser los evangelios teológicamente
motivados, son por esta razón la autenticidad es históricamente dudosa o poco fiable. Para una
excelente discusión respecto a este asunto, véase Craig L. Blomberg, The Historical Reliability
of the Gospels (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1987). Para un informe breve pero
esclarecedor de este asunto, véase la entrevista de Lee Strobel con Blomberg en El Caso de
Cristo (Florida: Vida, 2000).
10 David Aune preparó un cuidadoso análisis comparativo de los Evangelios con una gran
diversidad de literatura judía y helenística, después de lo cual él concluy e que los Evangelios
deberían considerarse un subtipo de la biografía helenística (37). Sin embargo, aun antes de su
análisis él declara que “los evangelios son también ‘únicos’ en el sentido de que ninguna otra
composición antigua, greco-romano o judía, se parece exactamente a ellos”. Véase David E.
Aune, “The Gospels: Biography or Theology ?” Bible Review 6, no. 1 (February 1990): 15-37.
Aunque en un libro anterior se presenta un análisis más extenso con la misma conclusión, uno
rápidamente se da cuenta de que cuando se compara la forma, la función, y el contenido
(elementos de género) de los Evangelios con una amplia variedad de escritos históricos y
biográficos greco-romanos, Aune señala tanto diferencias como paralelos. Véase Aune, New
Testament, 17-76.
11 Los Evangelios reflejan por lo menos tres contextos históricos que se deben considerar en su
interpretación: (1) aquel del judaísmo del primer siglo, (2) el contexto histórico inmediato en el
tiempo y la vida de Jesús, y (3) el contexto histórico del autor del Evangelio. Este autor
reconoce que el tercer contexto está inserto en el texto del Evangelio, pero ofrece una palabra
de advertencia: la exégesis se confunde cuando la interpretación se concentra de tal manera en
el evangelista y su comunidad y lo que él experimentaba y enseñaba en el texto, que se pasan
por alto el Jesús histórico y sus circunstancias.
12 Aunque una colección de historias de milagros tiene un paralelo significativo con los
Evangelios, los exagerados relatos de adoración del héroe, presente en las aretalogías, no se
compara con la sobria realidad de los Evangelios. En éstos, los relatos de la pasión, el rechazo,
el sufrimiento, y la muerte de Cristo ocupan un lugar más notorio que sus milagros. La única
excepción notable podría ser la Vida de Apolonio de Tiana, por Filostrato, que tiene muchos
paralelos con la vida de Jesús en los Evangelios. Véase D. Ferguson, Backgrounds of Early
Christianity, 361-63. Sin embargo, como H. C. Kee ha demostrado en su cuidadoso estudio
inductiva de la obra de Filostrato, los llamados milagros de Apolonio no son de la clase que
confirma una deidad. Además, ni en el relato de Filostrato acerca de Apolonio ni en cualquier
otra aretalogía se encuentra un ejemplo claro del héroe martirizado. Véase Kee, “Aretalogy
Andy Gospel”, Journal of Biblical Literature 92 (1973): 405-8.
13 Tanto las parábolas como las fábulas son ficticias; sin embargo, las parábolas tienen un
carácter terrenal porque la historia está basada en situaciones de la vida real.
14 Los críticos de formas del AT identifican cuatro colecciones de códigos de la ley : Pacto (Éx.
20:22 hasta 23:33), Santidad (Lv. 17-26), Deuteronómico (Dt. 12-26), y Sacerdotal (Éx. 25-31;
34:29; Lv. 16:1; y partes de Números).Véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction to
Biblical Interpretation, 275.
15 Las Escrituras hebreas del AT en los días de Jesús comprendían tres secciones: la Torah, o
Ley (el Pentateuco); el Nebim, o Profetas; y el Kethubim, o las Escrituras. Lo interesante es
que en el NT el término “ley ” se usa para resumir “la Ley o los Profetas” (Mt. 5:17-18), o
para referirse al material en los Salmos (la parte de las llamadas Escrituras) (Jn. 10:34). Así, la
“ley ” podía referirse a todo el AT. Véase Lc. 16:17 y Tit. 3:9.
16 Para may or información acerca de pautas y principios útiles para interpretar la ley del AT,
véase Fee y Stuart, How to Read the Bible, 150-56, y Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction
to Biblical Interpretation, 278-84. Duvall y Hay s presentan ejemplos ilustrativos de tal
interpretación en Grasping God’s Word, 321-31. Para una reseña de los enfoques de los
eruditos de la importancia de la Ley para el cristiano, y una tentativa de presentar la
comprensión de Pablo al respecto, véase Stephen Westerholm, Israel’s Law Andy the Church’s
Faith (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1988).
17 El ejemplo de Lv. 19:9 que se destaca tiene que ver con el cuidado de Dios por el pobre, que
es un reflejo de su piedad y compasión. El pueblo de Dios, Israel, que eran los receptores de
aquella compasión misericordiosa, debían reflejar este aspecto de la naturaleza de Dios en su
trato a los extranjeros pobres entre ellos.
18 En Éx. 21 hay muchas ley es casuísticas que tratan con situaciones en que se exige respeto por
la vida humana y la propiedad. Aquí, y en otras partes, es clara la necesidad de compensar a
la víctima. El principio de la justa compensación o restitución dirige el trato personal y
comercial del cristiano, sea que cavemos o no un hoy o, lo dejemos descubierto, y un animal
caiga en él.
19 Es útil alguna diferenciación en la terminología: “apocalipsis” se refiere al género literario;
“apocalíptico” (como sustantivo y adjetivo) se refiere al marco y perspectiva escatológicos
dentro de un grupo selecto de escritos; “apocalipticismo” se refiere a la ideología sociológica
(y movimiento histórico) que marca la literatura como particular. Graeme Goldsworthy,
Preaching the Whole Bible as Christian Scripture (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2000),
219. Una exposición muy provechosa de la literatura apocalíptica, su contenido temático, y
características literarias se puede hallar en George E. Ladd, “Apocaly ptic Literature”, en The
International Standard Bible Encyclopedia, Vol. 1, 1979, 151-61. Ladd, no sólo habla de las
características universales de la literatura apocalíptica, sino muestra cómo los apocalipsis del
AT y del NT difieren de los apocalipsis no canónicos. La literatura apocalíptica ha sido
examinada tanto desde una perspectiva literaria como de una social. Como literatura, se
describe en términos de su contenido temático interno y sus elementos estilísticos. Como
fenómeno social, se considera un movimiento histórico que refleja un modo particular de ver
el mundo desde el contexto socio-religioso particular que produjo o formó tal perspectiva. Para
una introducción a estos dos enfoques complementarios a la literatura apocalíptica, véase J. J.
Collins, Daniel: With an Introduction to Apocalyptic Literature, FOTL 20 (Grand Rapids: Wm.
B. Eerdmans, 1984), 2-24.
20 Entre aquellas más comúnmente identificadas están: (1) una visión, la fuente de la revelación;
(2) uso de lenguaje simbólico; (3) autor con seudónimo, aseveración falsa de autoría
(ciertamente no se aplica al Libro de Apocalipsis [1:4] y a los apocalipsis bíblicos del AT, a
menos que la autoría tradicional sea rechazada); (4) tono pesimista, el presente y futuro pintan
un cuadro sombrío; (5) escatológica, énfasis en que Dios traerá un final a la historia (esta
edad); (6) determinista, Dios tiene control de la historia, que avanza hacia un final señalado por
Dios; (7) dualismo, se ven contraposiciones contrastantes en dos edades distintas, el siglo
presente y el siglo por venir, y los dos rivalizan con poderes sobrenaturales, Dios y Satanás
(nótese que en los apocalipsis bíblicos, Satanás no es un adversario igual a Dios, sino más bien
su antagonista moral y espiritual. El diablo permanece como criatura y por último bajo
dominio y control de Dios).
21 J. J. Collins ve la revelación de la realidad ajena al mundo vía mediación angelical como
esencial en el género de apocalipsis. Su definición lee: “El apocalipsis es un género de
literatura reveladora con un marco de narrativa, en el cual una revelación es mediada por un
ser ajeno a este mundo y se da a un receptor humano, que revela una realidad superior.”
Véase “Towards the Morphology of a Genre,” Semeia 14 (1979): 9, cita de Goldsworthy,
Preaching the Whole Bible, 219.
22 Los tres libros de sabiduría universalmente reconocidos en las Escrituras son Proverbios,
Eclesiastés, y Job. Algunos eruditos incluy en el Cantar de los Cantares en la categoría de
sabiduría. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 87, y Duvall y Hay s, Grasping
God’s Word, 376, 379. Además, varios Salmos se consideran como salmos de sabiduría, según
los rasgos característicos que se usan para calificarlos como tales. Fee y Stuart presenta una
lista de ocho: 36, 37, 49, 73, 112, 127, 128, 133. Véase How to Read the Bible, 177. Kaiser y
Silva descartan dos de las susodichas listas y añaden seis de su propia conclusión: 1, 19 b, 32,
34, 37, 49, 78, 111, 112, 119, 127, 128, 133. Véase Introduction to Biblical Hermeneutics, 199.
23 La literatura de sabiduría en su may or parte supone que sus lectores son miembros del pueblo
del pacto dado por Dios. Por lo tanto, si “el temor de Dios” es el principio de sabiduría (véase
Salmo 111:10), entonces una persona sabia vive y muestra tal sabiduría guardando los
mandamientos del Señor (es decir, la Torah). Así, el “Predicador” de Eclesiastés escribe:
“Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo [el deber] del hombre” (Ec.
12:13).
24 Una introducción muy provechosa a la naturaleza de la literatura de sabiduría, sus variadas
formas y su interpretación pueden hallarse en Gordon D. Fee y Douglas Stuart, How to Read
the Bible For All Its Worth (Grand Rapids: Zondervan, 1982), 187-204. Véase también Duvall y
Hay s, Grasping God’s Word, 376-95.
25 Términos que se usan de modo intercambiable en vez de “proverbio” son “máxima”,
“adagio”, y “aforismo”.
26 En Mt. 26:52 Jesús pronuncia esta sabiduría, diciendo a Pedro: “Porque todos los que tomaren
espada, a espada perecerán.” Obviamente esto no significa que cada asesino que alguna vez
vivió sufrió una muerte violenta. La razón y la historia nos dicen que no es así. Sin embargo, las
excepciones no hacen que el proverbio sea falso. Con el proverbio Jesús dice que la violencia
alimenta violencia y que recurrir a la violencia para protegerlo de la muerte no es la voluntad
del Padre para el Hijo (vv. 53-56).
27 Los eruditos difieren en cuanto a la cantidad de material bíblico que se identifica como
narrativa, dependiendo sin duda de las características que ellos juzgan esencial para este
género. Las cifras se extienden desde más de un tercio a casi la mitad. Véase Kaiser y Silva,
Introduction to Hermeneutics, 69, y Duvall y Hay s, Grasping God’s Word, 249.
28 Dos introducciones muy útiles a la narrativa como género literario, y una discusión de sus
características literarias claves son Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 69-79, y
Duvall y Hay s, Grasping God’s Word, 296-305.
29 El lector de la narrativa del AT se encuentra con algunas conductas muy negativas, sin que se
indique si lo que la persona hizo fue malo o incorrecto. Por ejemplo, el voto de Jefté no tiene
que ser etiquetado de “necio” o “malvado”. La historia lo juzga así por el resultado. Sin
embargo, además de eso, la historia se escribe para personas que y a conocían la ley y su
condena de los sacrificios humanos (Lv. 18:21; Dt. 12:31; 18:10).
30 Robert Stein resume varias tentativas de rescatar el sentido mientras se niega la historicidad de
la narrativa bíblica. Véase Interpreting the Bible, 153-57. Un tratamiento más completo de la
narrativa como historia es el que proporciona Walter Kaiser en Exegetical Theology, 79-84. La
importancia de la historia para la teología es evidente en la Escritura. ¿Qué valor teológico
posible podrían tener las narrativas de la pasión en los Evangelios si los acontecimientos que
rodean los sufrimientos, muerte, y resurrección de Jesús nunca sucedieron?
31 Klein, Blomberg, y Hubbard identifican seis clases de reportes: anécdota (la experiencia
personal de un individuo), reporte de batalla, reporte de construcción, reporte de sueño, reporte
de epifanía, y memoria (escrito en primera persona).Véase Introduction to Biblical
Interpretation, 262-64.
32 Una obra muy útil para introducir a los estudiantes en la interpretación de parábolas es
McQuilken “Parables” (Cap.13) en Understanding and Applying the Bible, 185-97. El capítulo
de Mickelsen “Figuras retóricas ampliadas” en Interpreting the Bible, 212-30, es útil para
entender la estructura y los énfasis temáticos de las parábolas del NT. Dos obras más recientes
y completas sobre las parábolas del NT son Craig L. Blomberg, Interpreting the Parables
(Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1989), y David Wenham, The Parables of Jesus
(Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1989).
33 Este es así porque parabole está relacionado con el mecanismo poético hebreo mashal, que
puede referirse a una amplia variedad de lenguaje figurado. Véase MASHAL.
34 Ry ken no piensa que las parábolas y las alegorías son idénticas en naturaleza, pero que ellas
seguramente comparten características comunes, y que las parábolas son alegóricas y se
pueden interpretar como tales. Véase How to Read the Bible as Literature (Grand Rapids:
Zondervan, 1984), 145-53. Para una opinión contraria, véase Berkeley Mickelsen, Interpreting
the Bible, 212-35.
35 C. H. Dodd, The Parables of the Kingdom, ed. rev. (London: Nisbet, 1955), 16.
36 Mickelsen considera que parábolas y similitudes son “casi idénticas” y por lo tanto incluy e a
ambas en su comentario de “parábolas”. Véase Berkeley Mickelsen, Interpreting the Bible
(Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1963), 212-30.
37 Resumen descriptivo de “La poesía de la Biblia” y los “Tipos de poesía bíblica” puede ser
hallados en capítulos 4 y 5 de Leland Ry ken, Bible as Literature, 87-129.
38 Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son llamados Profetas May ores. Los doce últimos libros
del AT se denominan Profetas Menores. Las designaciones “may ores” y “menores” no se
refieren a la importancia, mas bien son un reconocimiento de la longitud de los libros en
aquellas colecciones.
39 Fee y Stuart presentan este hecho, pero al extremo, señalando los pobres porcentajes de
profecía predictiva que tratan de la venida del Mesías (2%), el nuevo pacto (5%), y
acontecimientos aún por venir (1%). (Véase How to Read the Bible, 150.) Pero un criterio tan
estrecho deforma el cuadro. En la completa enciclopedia de la profecía bíblica de J. Barton
Pay ne, éste presenta un cuadro más exacto en que incluy e todos los temas que se tratan en la
profecía profética. Él calcula que hay 8.352 de los 31.124 versículos de la Biblia, o 26,83% que
se pueden clasificar como predictivos (Encyclopedia of Biblical Prophecy [New York: Harper
y Row, 1973], 631-82). Walter Kaiser respalda el cuadro último, que incluy e toda la profecía
que trata acontecimientos futuros. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 139-40.
Sin embargo, aunque aceptemos el análisis de Pay ne, ambos eruditos están de acuerdo en que
la profecía es predominantemente de proclamación, no de predicción.
40 La separación histórica entre el lector moderno y el contexto original del oráculo es un
obstáculo considerable en la interpretación. El profeta responde a una situación cuy os muchos
detalles que él no relata ni explica. Además, las diferencias culturales y las diferencias de
lenguaje presentan otros obstáculos. La interpretación de la profecía exige un entendimiento de
la historia de Israel en general, y una reconstrucción cuidadosa del contexto histórico del
oráculo. Véase SITZ IM LEBEN.
41 Para una exposición de la naturaleza de la literatura profética, véase Osborne, The
Hermeneutical Spiral, 211-14; Fee y Stuart, How to Read the Bible, 149-55; Kaiser y Silva,
Introduction to Hermeneutics, 139-47; y Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 244-50.
Acerca de los tipos básicos de profecía, véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction to
Biblical Interpretation, 292-302; y Osborne, 214-16. Para encontrar principios de interpretación
de la profecía y extraer enseñanza relevante para la iglesia del NT, véase Duvall y Hay s,
Grasping God’s Word, 365-73, Fee y Stuart, 151-67; y Kaiser y Silva, 148-56; Kaiser, Toward
an Exegetical Theology, 185-96; Osborne, 216-20; y Ramm, 251-72.
42 Los oráculos legales o de pleito registran el llamado de Dios a Israel a un proceso de juicio,
bajo la acusación de violar los términos de su pacto. Así, es a veces llamado un discurso de
pleito acerca del pacto. El oráculo de infortunio es un tipo de profecía de desastre introducida
por una declaración de “Ay ” sobre los malvados y un anuncio de juicio inminente. Los
oráculos de salvación o promesa esperan el día de restauración y bendición para las personas o
las naciones después de que el juicio ha cumplido su objetivo. Para una discusión más
completa y un análisis literario de éstos y otros tipos de oráculos, véase Klein, Blomberg, y
Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation, 292-99.
43 En vez de interpretar las palabras de Juan de manera que el bautismo de Jesús en “el Espíritu
Santo y fuego” se refiera a un acontecimiento, parece más probable que Juan, debido “a la
perspectiva profética”, presenta dos acontecimientos en uno: el bautismo en el Espíritu Santo,
que sucedió el día de Pentecostés, y el juicio escatológico simbolizado por “fuego” en su
Segunda Venida. Esto parece más probable cuando usted observa que las metáforas del
contexto —“el hacha está puesta a la raíz” (Mt.3:10), “su aventador está en su mano”,
“limpiará su era”, y “quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (v. 12) — son todas
claramente símbolos de juicio. Véase C. Keener, IVP Bible Background Commentary, 52-53.
44 Para una introducción no técnica y muy útil para la interpretación de los Salmos, véase
Tremper Longman III, How to Read the Psalms (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press,
1988). Un tratamiento más completo, que guía al lector hacia la interpretación independiente y
entendimiento teológico, es proporcionado por C. Hassell Bullock, Encountering the Book of
Psalms: A Literary and Theological Introduction (Grand Rapids: Baker Academie, 2001).
45 Éste se sugiere también por la estructura de la colección en la Biblia. Los 150 salmos están
divididos en cinco libros (I—1–41; II—42–72; III—73–89; IV—90–106; V—107–150) con Sal.
1 como introducción y Sal. 150, una doxología de cierre. Véase Stephen L. Harris,
Understanding the Bible, 4a ed. (Mountain View, Calif.: May field Publishing Co, 1997), 213.
46 Además, se acredita a Moisés la autoría de uno (Sal. 90), dos a Salomón (Sal. 72 y 127), doce
a los hijos de Coré, doce a Asaf, y uno respectivamente a Etán y Hemán. Debería notarse que
las introducciones no fueron añadidas hasta la edición final de la colección y no se consideran
texto inspirado. Por consiguiente, el valor histórico de estas introducciones debe permanecer
abierto.
47 Esto es evidente debido a las categorías funcionales y temáticas en que pueden dividirse los
Salmos: (1) lamento, (2) acción de gracias, (3) alabanza, (4) historia (o repaso) de la salvación,
(5) celebración y afirmación (incluy e, renovación del pacto, entronización, salmos reales, más
las llamadas Canciones de Sion), (6) salmos de sabiduría, y (7) confianza. La clasificación de
los Salmos difiere de erudito a erudito, si sus categorías acentúan el tema o la función. Fee y
Stuart (más arriba) han combinado ambas y han dado una descripción provechosa de estas
categorías. Véase How to Read the Bible, 175-77.
48 Es decir, fueron dados por Dios para que nos expresáramos y reflexionáramos acerca de
nuestra existencia y sus caminos, en medio de las alegrías, la penas, y las cambiantes
circunstancias de la vida. Véase Fee y Stuart, How to Read the Bible, 169. El autor debe hacer
un calificador comentario en vista de 2 Ti. 3:16 y el hecho de que un profesor del AT y amigo
está en el proceso de escribir un libro sobre la teología de los Salmos. En una clase de Escuela
Dominical él admirablemente mostró que colectivamente los Salmos tienen mucho que
enseñar acerca de Dios, y que cuando se realiza un análisis de contenido, la doctrina en los
Salmos es sustancial, coherente, y consecuente. Otro punto que él cuestiona es, por qué
concluimos que la adoración inspirada y la reflexión religiosa no pueden tener un objetivo
teológico o didáctico. Simplemente dicho, ¿por qué no consideramos la posibilidad de que los
Salmos son sencillamente otra manera (aunque diferente) en que Dios enseña a su pueblo?
49 Una manera clara e ilustrativa de interpretar dos clases diferentes de salmos es lo que
presentan Fee y Stuart en How to Read the Bible, 178-81. Para una lista y discusión de los
principios de interpretación para la poesía hebrea, véase Klein, Blomberg, y Hubbard,
Introduction to Biblical Interpretation, 290-91.
50 Para una excelente presentación acerca de los salmos imprecatorios, el problema moral que
suscitan, las soluciones propuestas, y una exploración de su contexto teológico, véase Bullock,
Encountering the Book of Psalms, 227-38.
6
Mecanismos Literarios
Paralelismo
Estructura de dos o más líneas poéticas o versos conceptualmente relacionados
el uno con el otro. Las líneas poéticas tienen coherencia y trabajan juntas para
desarrollar un pensamiento compartido, a veces por repetición, contraste, o
adición (Klein, Blomberg, y Hubbard, 225-36). A causa de la estructura de
pensamiento, es provechoso leer línea por línea en vez de oración por oración
(Duvall y Hays, 337-38).
Como el rasgo más característico de la poesía hebrea, el paralelismo se
clasifica en tres tipos básicos: antitético, sinónimo, y sintético (Fee y Stuart
1982, 162). Sin embargo, los eruditos a veces dividen uno o varios de estos
tipos en tipos adicionales, a fin de describir con más exactitud el desarrollo de
pensamiento.
Paralelismo antitético
Tipo de paralelismo en que el pensamiento de la segunda línea o subsecuente
contrasta con aquel de la línea anterior (Fee y Stuart 1982, 180; Kaiser y Silva,
89).
Paralelismo climático
Repetición de dos o más palabras en dos a cuatro líneas. Las líneas desarrollan
un pensamiento o acción de manera ascendente (este rasgo literario presta el
nombre alternativo de “ paralelismo de escalera”), a veces terminando con un
pensamiento culminante (Kaiser y Silva, 92).
Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra. Cantad a Jehová, bendecid su
nombre” —Sal. 96:1,2
Paralelismo sinónimo
Fortalecimiento o refuerzo de una línea por una que la sigue, por lo general
repitiendo el pensamiento de la primera línea en alguna manera, pero sin adición
significativa o substracción del pensamiento (Kaiser y Silva, 88-89). 1
“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados”. —Is. 44:22
Paralelismo sintético
Una segunda línea desarrolla aun más el pensamiento de la primera (por
consiguiente, también llamado paralelismo “ de desarrollo”) (Duvall y Hays,
338). Sin embargo, a veces aparece una serie de líneas paralelas con estructura
similar, pero ningún real desarrollo de pensamiento (véase Sal. 148:7-12).
Quiasmo
Técnica literaria que usa una forma de paralelismo en donde las palabras, las
frases, o los conceptos que se dan en líneas sucesivas son invertidos en las
líneas siguientes (Kaiser 1981, 225 f). Esta técnica fue considerada la forma más
solemne y majestuosa de presentación, y por lo tanto se reservó para porciones
solemnes e importantes de la Escritura (Bullinger, 374). 2
Simbolismo emblemático
Característica retórica común de la poesía hebrea en que se usa paralelismo: una
línea da una declaración literal o actual y la otra línea un símil o metáfora
(Kaiser 1981, 223).
Como en el agua el rostro corresponde al rostro, Así el corazón del hombre al del hombre”. —Pr.
27:19
Aliteración
Repetición del mismo sonido o uno similar, por lo general el sonido de la
consonante inicial, en dos o más palabras vecinas o sílabas. El objetivo de la
aliteración es crear una secuencia notable de sonidos. Probablemente usted
recordará la aliteración en el trabalenguas que aprenden los niños: “ Tres tristes
tigres trigo trillado tranquilos tragaron.” Sin embargo, la aliteración en la Biblia
es perceptible sólo a aquellos que leen las Escrituras en las lenguas bíblicas
originales.
Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruy a
juntamente con ellos —1 S. 15:6
Asonancia
Repetición del mismo sonido vocálico o de uno similar en una secuencia de
palabras. Como con la A LITERACIÓN, el objetivo de la asonancia es crear una
secuencia de sonidos que enfatiza las palabras (Klein, Blomberg, y Hubbard,
221). Por ejemplo, en castellano usted puede expresar la idea de que los recién
casados deben vivir sólos con el dicho: “ El que se casa, casa quiere.”3 Como la
aliteración, la asonancia se pierde en la traducción y es perceptible sólo a los que
la notan al leer las lenguas bíblicas originales.
Diatriba
Discurso largo que tiene un tono áspero y amargo, lleno de sarcasmo, crítica o
denuncia. Sin embargo, como un subgénero, se refiere a un método de
instrucción en que el instructor entra en diálogo con sus opositores (verdaderos
o imaginarios) quiénes presentan preguntas u objeciones hipotéticas. Éstas son
consideradas entonces y respondidas (Klein, Blomberg, y Hubbard, 356). En
sus cartas Pablo a menudo se anticipa a la crítica de sus opositores en forma de
una pregunta a la que él entonces responde.
Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la
carne, para que hay a en mí Sí y No? —2 Co. 1:17
Doble sentido
Palabra o expresión capaz de dos interpretaciones o sentidos, ambos de los
cuales encajarían en el contexto literario inmediato. Los dos sentidos también
producirían declaraciones verdaderas (Bullinger, 805). Este mecanismo es
relativamente raro en la Escritura y supone que el auditorio está familiarizado
con el sentido dual del texto. Sin embargo, es imposible saber con certeza qué
se propuso el autor, si es que él tenía ambos sentidos en mente o si tuvo la
intención de ser ambiguo. Este mecanismo se usa en 1:5 donde “ prevalecieron”
traduce la palabra katalambanō, que puede significar “ vencer” o “ sobrepasar” en
el sentido de someter o dominar (Mr. 9:18; Jn. 12:35; 1 Ts. 5:4), o
metafóricamente “ aferrar” o “ asir” algo, es decir, para entenderlo (Hch. 4:13;
10:34; Ef. 3:18).
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las
tinieblas no prevalecieron contra ella —Jn. 1:4-5
Inclusio (o “inclusión”)
Mecanismo retórico que utiliza la repetición de palabras, frases, o expresiones
para marcar el principio y el fin de una sección (Kaiser y Silva, 75). La
repetición sirve para poner en paréntesis el pasaje, y enfatizar y atraer la atención
hacia el (los) término(s) repetido(s). Nótese que el inclusio que se presenta como
ejemplo es inusual porque Lucas lo crea agregando las palabras “ y profetizarán”
a la cita de Jl. 2:28,29, indicando con su énfasis que durante el día de
Pentecostés Dios estaba creando un pueblo profético. 4
Onomatopeya
Una forma de juego de palabras en que la pronunciación reproduce los sonidos
de las acciones que describen. Por ejemplo, se dice que la gallinas “ cacarean” y
los gatos “ ronronean”. La onomatopeya es un rasgo de la poesía hebrea y sirve
para destacar las palabras que los autores desearon enfatizar (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 224-25).
Paréntesis
Pausa en el escrito donde el autor inserta una palabra, frase, u oración
explicativa. La introducción puede aparecer como una digresión de pensamiento,
pero por lo general clarifica algo que el autor piensa que es importante que el
lector sepa. Si tal mecanismo se usa en el discurso el comentario entre
paréntesis no es parte del discurso original. Los editores del texto bíblico
indican esto al colocar las palabras entre paréntesis.
Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que
soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) —Jn. 4:9, LBLA
Paronomasia
Alineación o secuencia de palabras con sonidos similares (pero no sentido) para
atraer la atención e interés del lector u oyente, debido al peculiar efecto de
sonido. Esta forma retórica es similar a la rima de palabras en castellano, pero se
pasa por alto en las traducciones de las lenguas bíblicas (Kaiser y Silva, 95).
Sarcasmo
Declaraciones agudas y a menudo satíricas o irónicas diseñadas para causar
dolor. A menudo el tono es desdeñoso o despectivo y se usa en contextos donde
el orador se burla o provoca a alguien. El sarcasmo se relaciona con la ironía,
pero es más amplio en su meta, porque a menudo se vale de la ironía para
alcanzar su fin.
Eufemismo
Una figura retórica que se usa como un sustituto de un término que es duro,
desagradable, u ofensivo, siendo el eufemismo una palabra o expresión que es
más aceptable o menos ofensiva (Bullinger, 684). Los eufemismos son mejor
entendidos en el trasfondo de valores y sensibilidades culturales.
Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez [tener relaciones
sexuales]”. Yo Jehová. —Lv. 18:6
Hendíadis
Expresión de una idea o descripción de un objeto con el uso de dos palabras
relacionadas con la conjunción “ y”. Por ejemplo, la gente habla del agua
“ agradable y tibia” en vez de usar la combinación habitual de una palabra
independiente y su modificador: “ agradablemente caliente.” Las dos palabras de
una hendíadis cumplen la misma función en la oración, p.ej., adjetivo,
sustantivo, o verbo (Bullinger, 647).
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego [es decir azufre en
combustión]. —Gn. 19:24
Hendíatris
Figura retórica donde se emplean tres palabras para expresar un solo concepto.
Las tres palabras están conceptualmente relacionadas de modo que juntas
expresan una idea compleja. En el caso de tres sustantivos, el segundo y tercero
a menudo amplían o enfatizan el primero como modificadores adjetivales
(Bullinger, 671).
Porque tuy o es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos [es decir, un reino poderoso y
glorioso]. —Mt. 6:13
Hipérbole
Exageración deliberada y por lo general extrema a fin de enfatizar un punto o
producir un efecto sin que se tome literalmente. 5 El padre que dice: “ ¡Te he
dicho una y mil veces!” intenta comunicar algo como: “ Estoy cansado de repetir
lo mismo y de que no me obedezcas.”
En el principio creó Dios los cielos y la tierra [es decir, el universo entero]”. —Gn. 1:1
Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, [heb., “sin compasión”] porque no me
compadeceré más de la casa de Israel” —Os. 1:6
Metonimia
Una substitución para el nombre de una cosa en sí mediante el nombre de uno
de sus atributos o de algo estrechamente asociado con ella (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 249). La utilización de tal forma retórica asume que el auditorio está
bien informado con la asociación. Un periódico podría escribir: “ Hoy, la Casa
Blanca publicó la declaración siguiente…”, sabiendo que el lector entenderá que
se refiere al presidente de los Estados Unidos de América (o uno de sus
portavoces oficiales).
Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen [es decir, los libros escritos por Moisés y los
profetas, o todo el AT]; óiganlos. —Lc. 16:29
Sinécdoque
Una parte que representa el todo, o el todo que representa una parte. Esta figura
retórica se usa para llamar la atención hacia algo de mayor significado que la
parte; p.ej, “ Él no tiene siquiera un techo sobre su cabeza”, señala que una
persona no tiene casa. Esta también puede centrar la atención de alguien en algo
específico dentro (o en asociación con) del todo; p.ej., “ ¿Será resuelta esta
disputa étnica sólo por derramamiento de sangre?” da la idea de la violencia de
una guerra (Duvall y Hays, 346; Ryken, 101).
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos [es decir, en poderío y recursos militares]; mas
nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria —Sal. 20:7
Figuras de comparación
Antropomorfismo
Descripción o presentación de Dios como si Él fuera un ser humano, que
comparte alguna característica o función humana. Por consiguiente, el lenguaje
antropomórfico ayuda al autor a comunicar una verdad sobre Dios en términos
humanos, asignando a Dios algún atributo o acción que pertenece a los
humanos.
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír
—Is. 59:1
Antropopatismo
Relacionado con el A NTROPOMORFISMO pero presenta a Dios como
compartiendo algún aspecto emocional o psicológico de personalidad humana,
antes que con características o funciones físicas. 9
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Co. 15:55; véase Os. 13:14
Metáfora
Figura retórica en donde se hace una comparación implícita, una cosa dicha en
términos de la otra (McKim, 1996, 173). La sutileza de este mecanismo literario
se diferencia de un S ÍMIL, porque la comparación se identifica explícitamente por
el uso de las palabras “ como” o “ semejante a”. Además de evocar una fuerte
imagen simbólica, las metáforas comunican no tanto de lo que es verdadero
respecto al hecho, sino más bien en cuanto al sentimiento (Bullinger, 737).
Jehová es mi pastor —Sal. 23:1 Les dijo: Id, y decid a aquella zorra [Herodes Antipas] —Lc.
13:32
Personificación
Ocurre cuando se atribuye cualidades o actividades personales a algo que es
impersonal, de animales a ideas. Esta técnica literaria se usa para crear imágenes
vivas y vistosas, y a veces se la llama “ figuras de humanización.” Cuando se
describe a Dios con forma o características humana, hablamos de
ANTROPOMORFISMO, p.ej, “ He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová
para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Is. 59:1).
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas —Sal. 24:7 Oíd, cielos, y
escucha tú, tierra —Is. 1:2
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de
David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos —Ap. 5:5
Símil
Figura retórica que compara explícitamente una cosa con otra, usando la palabra
“ como”. Lo que se compara pueden ser objetos o acciones, pero la naturaleza de
la comparación se expresa formalmente y se identifica con facilidad.
Figuras de contraste
Ironía
Palabras que tratan de comunicar lo opuesto de su sentido. Este mecanismo
literario a menudo es usado en sarcasmo o burla.
Respondió entonces Job, diciendo: Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la
sabiduría —Job 12:1-2
Litotes (“sencillo”; también meiosis, “una disminución”)
Figura retórica en que algo es afirmado o enfatizado con una descripción
insuficiente o una negación, de manera opuesta a la HIPÉRBOLE (Bullinger, 154;
Kaiser 1981, 124). Por ejemplo, Pablo se identifica como “ ciudadano de una
ciudad no insignificante” (Hch. 21:39), y asegura que “ su gracia [de Dios para
con él] no ha sido en vano “ (1 Co. 15:10).
Figuras de omisión
Elipsis
Deliberada omisión de palabras, de modo que la oración es gramaticalmente
incompleta. Sin embargo, no queda en duda el sentido de la oración, ya que el
autor espera que el mismo lector suministre la palabra ausente para completar su
sentido. El autor de la elipsis no la usa por error, sino con intención. Esta sirve
para centrar la atención del lector en las palabras que están presentes, y que son
enfatizadas por causa de la omisión. 11
Bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud —Mt. 14:19
Os di a beber leche, y no vianda” (1 Co. 3:2), una mejor traducción sería: “No los alimenté con
comida sólida” o “no alimento sólido”.
_______________
1 Un paralelismo relacionado es el de “continuación”, donde lo que al principio parece ser una
simple repetición del pensamiento original realmente lo avanza. Por ejemplo, véase Is. 40:9:
“Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de
Jerusalén; levántala, no temas” (citado y expuesto en William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation [Waco, Tex.: Word Publishing,
1993], 232).
2 Esto sin duda también sirvió como un ay uda memoria al recitar algo oralmente.
3 Expresión informal con la cual quien habla insiste en que los recién casados deben vivir
indpendientes de sus padres (se usa la palabra “casa” como forma verbal y como sustantivo).
4 Para un completo comentario de esta tesis, véase Roger Stronstad, The Prophethood of All
Believers: A Study in Luke’s Charismatic Theology (Sheffield, England: Sheffield Academic
Press, 2003).
5 Robert H. Stein incluy e un iluminador capítulo sobre el lenguaje hiperbólico en la Biblia. Él
ilustra su extensivo uso y da diez reglas que ay udan a reconocerlo. Véase A Basic Guide to
Interpreting the Bible: Playing by the Rules (Grand Rapids: Baker Book House, 1994), 123-35.
6 E. W. Bullinger certeramente comenta que “la redundancia es sólo aparente” y las palabras
“no son realmente superfluas cuando las usa el Espíritu Santo, ni tampoco son ociosas o
inútiles.” Véase Figures of Speech in the Bible: Explained and Illustrated (Grand Rapids: Baker
Book House), 405.
7 Este mecanismo podría estar asociado con el término “tautología”, una repetición inútil de una
declaración, palabra, o idea (p.ej., “le voy a entregar un obsequio gratis”). Sin embargo, un
pleonasmo no es una repetición descuidada de palabras innecesarias, sino más bien una
exageración deliberada para dar efecto literario.
8 El problema se ilustra en Is. 59:1. Isaías no describe a Dios físicamente ni da a entender que
Dios tiene literalmente un cuerpo con “manos” y “oídos”. Sus palabras comunican a Israel que
el hecho de que Dios no hubiera obrado (véase el contexto) no debe interpretarse como falta
de poder o falta de conciencia de la necesidad de liberación del pueblo.
9 Debido a la naturaleza personal de Dios, los antropopatismos son más difíciles para el
intérprete. Es común suponer que declaraciones con lenguaje antropopático deben entenderse
literalmente. El intérprete sabio no hará así, si tal interpretación resulta en una descripción de
Dios que compromete su naturaleza divina, es decir, que Él sea representado como menor que
Dios en su naturaleza divina. Para un iluminador comentario acerca de cómo los
antropopatismos afectan la teología de la naturaleza de Dios, véase Erickson, Christian
Theology, 304-8.
10 El lenguaje dentro de la cultura y la historia es dinámico. Éste constantemente cambia
símbolos y sus asociaciones. Considere el uso que Pedro hizo del la imagen de un “león”, como
símbolo de la actividad depredadora del diablo respecto a los crey entes (1 P. 5:8). Haga un
contraste de lo anterior con el uso que Juan hace de la misma palabra, para crear las imágenes
de realeza al referirse al “León de la tribu de Judá” (Ap. 5:5)
11 Bullinger indica que al omitir el verbo “dieron” (véase el ejemplo), el autor no acentúa la
participación de los discípulos en dar (aunque esté allí) mas bien dirige nuestro pensamiento a
Jesús como el proveedor del pan. Véase Figures of Speech, 1-2.
7
Términos Relacionados de otras
Disciplinas
Estudios bíblicos: Introducción y trasfondo
Amanuense
Designa a un escriba que escribe de un dictado, o que copia un manuscrito.
Tercio fue amanuense de Pablo cuando éste escribió la Epístola a los Romanos
(Ro. 16:22). Con toda probabilidad Pablo usó un amanuense para escribir sus
epístolas, pero a menudo él mismo escribía el saludo personal al final de la carta
(1 Co. 16:21; Gá. 6:11; Col. 4:18; 2 Ts. 3:17; Flm. 19).
Arameo (idioma)
Lengua semítica emparentada con el hebreo pero que no deriva de él. Esta era la
lengua de la diplomacia estatal que usaban los asirios, los babilonios, y los
imperios persas. Parte del AT está en arameo (p.ej., Dn. 2:4-7:28; Esd. 4:8–
6:18; 7:12-26; y Jer. 10:11). Fue el idioma de los judíos en el tiempo de Jesús,
quien probablemente habló arameo. 3
Arqueología
Estudio científico de los restos materiales de la sociedad, la cultura, y la
actividad humana, especialmente como se aplica a la antigüedad. Se asocia más
a menudo con la excavación de sitios antiguos de asentamientos humanos, para
desenterrar fósiles, reliquias, artefactos, herramientas, monumentos, edificios,
etc., es decir, toda prueba física que revele cómo vivió la gente.
Artemisa/Diana
Una diosa de la mitología griega y patrona o protectora de la ciudad de Efeso
(Hch. 19). Conocida como Diana por los romanos, Artemisa era una diosa de la
fertilidad que presidía el parto. El ídolo de Éfeso representa a mujer con muchos
pechos, un símbolo de la fecundidad sexual. La literatura griega la presenta
como una cazadora y amante de la naturaleza (Ferguson, 18, 162-63).
Ascetismo
Práctica de estrictas (y a menudo extremas) privaciones a fin de avanzar en el
desarrollo espiritual personal. Tal práctica por lo general incluye la negación o
la postergación de la satisfacción de ciertas necesidades o deseos físicos, a fin de
dedicarse a los asuntos espirituales. El ascetismo, como fue a veces practicado
por grupos gnósticos en la iglesia primitiva, emergió de una noción griega de
que el cuerpo, por ser material, es intrínsecamente malo y la raíz del pecado. El
ser humano también posee un espíritu que es bueno. Por lo tanto, las prácticas
ascéticas sirven para estimular la espiritualidad al destruir el pecado y los deseos
del cuerpo. Tal creencia no corresponde a la enseñanza bíblica, que presenta al
ser humano como una unidad, y la integración de cuerpo, alma, y espíritu (1
Ts. 5:23). Como principio el NT enseña una disciplina espiritual que incluye la
negación del yo. 4 Sin embargo, no enseña que el ascetismo sea un medio de
vencer el pecado o los deseos de la carne (Col. 2:20-23) (Mattke, BDT, 52-53).
Asera
Diosa-madre cananea estrechamente asociada con la adoración idólatra de Baal,
en el AT (Jue. 3:7; 6:25), 5 que no debe confundirse con Astarot, otra diosa
cananea de la fertilidad, el amor, y la guerra (Jue. 2:13; 10:6; 1 R. 11:5). El
nombre también se aplica a las imágenes esculpidas (Asherim) que se usaban
para adorar a Asera. En repetidas ocasiones, Israel fue llamado a derribar,
destruir, o quemar estas imágenes (Éx. 34:13; Dt. 12:3; 1 R. 15:13).
Asiria
Poderosa nación situada al nordeste de Israel, cuya capital era Nínive. Asiria
tomó las diez tribus del norte de Israel en cautiverio c. 722 a.C. y fue
conquistada por Babilonia en 612 a.C. Asiria juega un importate papel en la
historia de Israel que registra 2 Reyes y 2 Crónicas, así como los libros
proféticos de Jonás y Nahum.
Asmoneos
Nombre que se daba a los descendientes sacerdotales y reales de Matatías, el
sacerdote de Modein, que en 167 a.C. condujo lo que se convirtió en una
exitosa rebelión contra los gobernantes sirios (seléucida) de la región. Ellos se
conocen más comúnmente como macabeos, por el hijo mayor de Matatías,
Judas, apodado Macabeo (“ el martillo”). El uso del nombre asmoneo se
atribuye a Josefo y parece ser un nombre ancestral más anti-guo (Patzia y
Petrotta, PDBS, 55), que primero fue dado a Simón, el tercer líder que pudo
consolidar su poder y asegurar una paz perdurable. Los asmoneos gobernaron
Judea desde 142 hasta 63 a.C., cuando el área fue conquistada por el general
romano Pompeyo. A la familia se le permitió retener su función sacerdotal, que
finalmente fue sustituida por la dinastía herodiana en 37 a.C.
Babilonia
Ciudad en la rivera del Río Éufrates que se convirtió en la capital del Imperio
Babilonio que gobernó el Medio Oriente desde 612-539 a.C. En la Escritura se
usa este nombre para referirse a la ciudad y también al Imperio. Bajo
Nabucodonosor, Babilonia destruyó el templo de Jerusalén y llevó a Judá
(Reino del Sur) en cautiverio ca. 586 a. C. Babilonia fue representado en las
visiones de Daniel como la cabeza de oro (Dn. 2) y el león (Dn. 7). En
Apocalipsis aparentemente Juan usa el nombre Babilonia para referirse a Roma
(Ap. 18:2,10,21; cf. 1 P. 5:13) y simbólicamente al sistema mundial que se
opone a Dios y sus santos.
Circuncisión
Rito judío aplicado a los varones en que se corta el prepucio del niño. Servía
como señal de la relación de pacto que Dios había establecido con su pueblo a
través de Abraham (Gn. 17). También era un rito de iniciación que significaba el
acceso a la comunidad del pacto de Israel. Llegó a simbolizar la consagración y
transformación moral y espiritual que Dios buscaba en su pueblo (Dt. 10:12-20;
30:6; Jer. 4:4; Cf. Is. 52:1; Jer. 9:25-26). En el NT, Pablo reconoce que la
circuncisión fue el sello de la fe de Abraham (Ro. 4:11), pero rápidamente indica
que Abraham fue declarado justo antes de ser circuncidado. Dios, a través de
Cristo, ha traido una nueva circuncisión interior, del corazón, por medio del
Espíritu (Ro. 2:28-29; Cf. Col. 2:11).
Códice
Manuscrito antiguo, hecho de papiro (papel de caña) o vitela (piel de animal),
que fue compilado en forma de libro en vez de un rollo. La iglesia primitiva a
menudo usó el códice cuando recolectaron y ataron manuscritos del NT.
Comunidad de Qumrán
Antigua comunidad que vivió en la orilla norte del Mar Muerto y fue
contemporánea de Jesús. En 1947, se descubrieron rollos de las Escrituras en
vasijas de arcilla, en cuevas de la localidad. Estos rollos han sido de inestimable
valor para evaluar el estado de la Biblia hebrea en el primer siglo, y para
suministrar detalles importantes de una fascinante secta comunal judía. Muchos
eruditos creen que la comunidad era una rama de los esenios, una secta judía que
se menciona en los escritos del historiador judío Josefo (Ferguson, 489-90).
Día de Pentecostés
Fiesta judía que se celebraba 50 días después del día en que se ofrecía la gavilla
de la ofrenda mecida, a principios de la Pascua de los judíos (Lv. 23:15-16).
También era llamada la fiesta de la cosecha (Éx. 23:16), la fiesta de las semanas
(Dt. 16:10), y “ el día de las primicias” (Nm. 28:26). 10 En el AT esta fiesta
reconocía la bondadosa y generosa provisión de Dios en la tierra. En el NT, la
frase se refiere específicamente al día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo fue
derramado sobre los creyentes en Jerusalén (Hch. 2), estableciendo la iglesia del
NT como una comunidad del tiempo del fin, investida de poder por el Espíritu
y profética (Hch. 2:17,18). 11
Dinastía
Se refiere a una sucesión de reyes o gobernantes de la misma familia o línea de
descendencia. Por ejemplo, la dinastía seleúcida denota a los reyes que
descienden de Seleuco I, que gobernó Siria del 301 al 168 a.C. El miembro más
notorio de la dinastía seléucida fue Antíoco IV (175-163 a.C.), cuya severa
persecución de los judíos condujo a la Rebelión Macabea.
Éfeso
La ciudad principal en la provincia romana de Asia en el tiempo de Pablo. Era
famosa por su riqueza, su belleza y el templo a la diosa griega Diana. Pablo
ministró allí aproximadamente tres años y condujo un esfuerzo de
evangelización que propagó el evangelio a toda Asia (Hch. 19:1-20). Los efesios
fueron también los receptores de una de las Epístolas que Pablo escribió desde la
prisión. 12
Epicureos
Seguidores de las enseñanzas filosóficas de Epicuro (341-270 a.C.). Pablo
encontró a miembros de esta escuela en Atenas (Hch. 17:18). Epicuro enseñó
una forma de materialismo que veía todo en el mundo como compuesto de
partículas atómicas. Por consiguiente, nada sobrevive a la muerte. El objetivo
principal de los epicureos era buscar la felicidad, al enfrentar la vida con un
sereno desapego. En el tiempo de Pablo, sin embargo, el epicureismo se había
degenerado, y llegó a considerar la felicidad en términos de placer sensual
(Cressey, NBD, 383).
Galacia
Se refiere a un distrito étnico en el norte de Asia Menor central, así como a una
provincia romana que incluía ciudades como Antioquía de Pisidia, Iconio,
Listra y Derbe, donde Pablo fundó iglesias durante su primer viaje misionero.
Desde hace mucho tiempo se debate si Pablo en su Epístola a los Gálatas
escribió a iglesias de la Galacia étnica (norte), o a aquellas en la provincia
romana de Galacia (sur). 17
Gnosticismo
Complejo sistema de creencias religiosas de los siglos segundo y tercero.
Mezcla sincrética de ideas cristianas, judías, y griegas (Elwell y Yarbrough,
398), sostenía que los individuos podían alcanzar la salvación a través del
conocimiento (gnosis). Hubo numerosas expresiones del gnosticismo, pero una
de las variedades más conocidas, Gnosticismo Valentiniano, fue considerado una
herejía cristiana y fue condenada por el padre de la iglesia Ireneo (Contra
herejías) en el segundo siglo. Planteó una complicada teoría del origen del
universo, que era descrito en términos de dualismo cósmico (espíritu-bueno en
oposición a materia-malo). Esto obviamente produjo un problema teológico al
intentar explicar la encarnación de Cristo.
Gog y Magog
En Ez. 38:2, “ Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal”,
Gog es claramente un individuo que gobierna “ en tierra de Magog”. El griego
en la S EPTUAGINTA sugiere que Magog es un grupo de pueblos, no un país o
nación. 19 El sentido exacto y la derivación de estos nombres son inciertos, y la
identificación con un estado político moderno (p.ej., Rusia) es una especulación
improbable. Ezequiel usa en su profecía los nombres de un gobernante que
reside en el territorio al norte de Israel20 quién invadirá Israel y que será
derrotado por la intervención divina en dos grandes batallas del tiempo del fin
(Ez. 38-39). El apóstol Juan aparentemente usa los nombres para representar
todas las perversas naciones que Satanás engaña y moviliza contra Israel (Ap.
20:8).
Herejía colosense
Se aplica a las enseñanzas falsas que Pablo condenó en su carta a la iglesia de
Colosas. Aunque muchos eruditos han identificado la llamada herejía colosense
como gnóstica, esta conclusión es improbable porque el gnosticismo es un
sistema religioso posterior que apareció en el siglo segundo. Además, las
enseñanzas erradas que enfatizaban reglas, prácticas ascéticas, y conocimiento
oculto para promover la espiritualidad, se encuentran también en sectas judías
del primer siglo (Elwell y Yarbrough, ENT, 320).
Judaizantes
Cristianos judíos que se opusieron a la predicación y a la obra misionera de
Pablo entre los gentiles. Ellos sostuvieron que la circuncisión y la obediencia a
la Ley eran necesarias para la salvación (Hch. 15:1,5). Pablo entendió esto como
un abandono de la “ gracia de Cristo” al enseñar que la salvación depende de las
“ obras de la ley” antes que de la fe en Cristo (Gá. 2:16). Por considerarlo una
perversión del evangelio verdadero (Gá. 1:6,7), él no se sometería a su presión
ni comprometería la verdad del evangelio (Gá. 2:2-5). El Concilio de Jerusalén
(Hch. 15) apoyó a Pablo e hizo suya la misión entre los gentiles.
Judas Macabeo
Patriota judío y luchador por la libertad, que fue caudillo en la rebelión contra la
opresión y persecución siria de Isarel, que comenzó en 168 a.C. Apodado
Macabeo, “ el martillo”, por su feroz táctica de batalla, Judas y sus hermanos
lucharon y ganaron la independencia judía del rey seléucida Antíoco Epífanes
(véase S ELÉUCIDA). La autonomía de Israel bajo los hermanos y descendientes
de Judas se conoce como la Dinastía Asmonea. Véase ASMONEOS.
Lectura variante
Diferencia que surge al comparar dos o más manuscritos del mismo texto
bíblico. Véase C RÍTICA TEXTUAL.
Ofrenda de libación
Una de las ofrendas suplementarias en el AT que acompañaba la ofrenda
quemada o las ofrendas de compañerismo (Nm. 15:1-12; 28:7,24) junto con una
ofrenda de grano de harina y aceite. La ofrenda de libación consistía en
aproximadamente un litro de vino. Pablo vio su eventual martirio como una
vida “ derramada en libación” en sacrificio a Dios, en el servicio del evangelio (2
Ti. 4:6; Fil. 2:17).
Piedra de molino
Piedra circular grande, muy pesada que se usaba para moler grano y convertirlo
en harina. Dos de de estas piedras (superior e inferior) se combinaban y el grano
era aplastado entre ellas. La piedra superior era girada por una persona o un
animal. La más grande de estas piedras era girada por un burro, y a ésta (gr.
mulos onikos) se refirió Jesús (Mt. 18:6) en su advertencia del peligro de hacer
tropezar a “ los pequeños” (Millard, NBD, 823).
Posesión de demonio
Término ampliamente usado que se refiere a la condición de ser controlado por
un demonio. En el NT se describe de diversas maneras, como tener un espíritu
o demonio (Mr. 9:17; Lc. 8:27), tener “ un espíritu inmundo” (Mr. 3:30), o
“ espíritu de demonio inmundo” (Lc. 4:33). El verbo griego más común que
describe esta condición es daimonizōmai, que con más frecuencia se traduce
como “ ser poseído por un demonio”. Cuando se usa tal palabra, los efectos
descritos en las víctimas son severos (Mt. 15:23), hasta extraños (Mr. 5:2-5; Lc.
4:33) y una amenaza para la vida (Mt. 17:15), acompañado de una gran variedad
de enfermedades o aflicciones físicas. Los ejemplos incluyen mudez (Mt. 9:32),
ceguera y mudez (Mt. 12:22), demencia (Mr. 5:15; Cf. Jn. 10:20), y
convulsiones (Mt. 17:15; Lc. 9:42). 26
Posresurrección
Término que se usa para describir algo que sucedió después de la resurrección de
Jesús. 27
Procurador
Título que se daba a un magistrado o administrador romano que sirvía como
principal funcionario de finanzas bajo un gobernador, o prefecto romano (lat.
praefectus). Sin embargo, después del tiempo del emperador Claudio (41-54
d.C.), el gobernador de una provincia más pequeña, que al principio se le llamó
prefecto, también se leconoció como procurador.
Reino de los cielos
El término “ reino” (gr. basileia) en esta frase habla de un reinado o gobierno
dinámico, en vez de un lugar (DBAG, 168). Por lo tanto el reino de Dios se
refiere al reinado activo de Dios, que Jesús vino a inaugurar con su vida, su
predicación, su ministerio, y su sacrificio, como el Mesías. Unos han querido
distinguir entre reino de Dios y reino de los cielos, pero las frases son
claramente paralelas y sinónimas en muchos versículos en Mateo y Marcos
(p.ej., Mr. 1:15 y Mt. 4:17; cf. 3:2). 30
Río Éufrates
El río más grande en Asia occidental, una región conocida en la Biblia como
Mesopotamia. Este una vez marcó el límite del norte de Israel (Gn. 15:18; Dt.
11:24; Jos. 1:4). A lo largo de sus riveras se construyó la antigua ciudad de
Babilonia.
Romanos/Roma/Imperio Romano
Pueblo original del centro de Italia y que formó una confederación de ciudades
conocidas como Latium, de la que emergió el Imperio Romano, con Roma su
capital. Éste triunfó sobre Macedonia, Grecia (Acaya), y la provincia de Asia
antes del final del siglo II a.C. En 63 a.C. el general romano Pompeyo resolvió
una disputa dentro de la dinastía asmonea (véase A SMONEOS), y a partir de ese
tiempo ejerció dominio sobre la tierra de Israel. En los días de Jesús, los
romanos gobernaban el territorio desde el extremo occidental del Mar
Mediterráneo hasta el Río Éufrates (Ferguson, 19-30).
Saduceos
Secta religiosa judía del tiempo de Jesús, que se daban a conocer como linaje de
Sadoc, sumo sacerdote durante la monarquía de David. Su origen como secta es
incierto, pero al parecer surgió en el período postexílico del tiempo de Esdras.
Sabemos que ellos se opusieron a los fariseos durante la Dinastía Asmonea
(véase A SMONEOS). Como aristocracia sacerdotal, ejercieron un poderoso papel
en la política judía, sobre todo a través del Sanedrín, en el cual eran el partido
dominante. En los Evangelios, a menudo se los menciona junto con los fariseos
en su oposición a Jesús (p.ej., Mt. 16:1). A diferencia de los fariseos, ellos
rechazaban la doctrina de la resurrección (Mt. 22:23, cf. Hch. 23:7,8), además de
negar la existencia de ángeles y espíritus (demonios).
Samaritanos
Grupo étnico del tiempo de Jesús. Éstos eran descendientes de los israelitas del
norte que quedaron en el territorio después del exilio asirio de 722 a.C. El
matrimonio con extranjeros causó sincretismo en la adoración. En el período
postexílico los samaritanos no eran considerados verdaderos judíos, tanto en
cuanto a religión y raza. Por lo tanto, no se les permitió asociarse a los judíos
en la restauración del Templo (Neh. 4:7,8; cf. Esd. 4:1-3). Ellos decidieron
construir un templo rival en el Monte Gerizim, con sus propios sacerdotes, y
desarrollaron su propia versión del Pentateuco. Ellos eran tan despreciados en
los días de Jesús que los judíos no tenían trato alguno con los samaritanos (Jn.
4:9). Por extraño que parezca, para enseñar sobre el deber de amar al prójimo,
Jesús presentó a un samaritano como personaje protagónico de una de sus
parábolas (Lc. 10).
Sanedrín
Concilio gobernante de ancianos judíos, cuyo origen exacto es incierto. Unos lo
han relacionado con un consejo gobernante de ancianos del tiempo de Esdras
(Esd. 5:5,9; 7:7,14; 10:8 cf. Neh. 2:16; 4:14,19; 5:7). Otros, lo identifican con
e l gerousia (“ senado”) en el período griego, al cual se refiere Josefo
(Antigüedades, 12.3.3). El Sanedrín en los días de Jesús estaba formado por
fariseos, escribas, y saduceos, y presidido por el Sumo Sacerdote. Dentro del
Sanedrín los saduceos eran el partido dominante. Este concilio gobernante fue el
que juzgó, condenó, y entregó a Jesús a los romanos para su crucifixión (Lc.
22:66-71).
Seléucida
Término que describe lo relativo a la Dinastía Seléucida. Seleuco, un general al
mando de Alejandro Magno, dominó una parte del Imperio que incluyó Siria y
la mayor parte de Asia Menor (moderna Turquía), después de la muerte de
Alejandro.
Semítico
Describe a un miembro de cualquiera de los pueblos que habitaban el antiguo
sudoeste de Asia, incluyendo acadios, fenicios, hebreos, y árabes, también
describe las culturas e idiomas de estos grupos de pueblos. En las Escrituras
estos grupos son descendientes de Sem, uno de los hijos de Noé (Gn. 5:32).
Sincretismo/sincretista
Mezcla de formas diferentes de creencia o práctica de dos o más religiones. Un
ejemplo bíblico clásico de sincretismo es Israel en la adoración del becerro de
oro (Éx. 32:4-8). (Es muy probable que el becerro fuera realmente un toro, una
imagen idólatra prestada de la adoración de uno de los muchos dioses de Egipto
[p.ej., Ápis, Mnevis, u Horus].) De las palabras de Aarón en Éx. 32:4,5, parece
claro que Israel no sustituyó al Señor (Yahweh) por un dios extranjero, sino que
procuró adorar al Dios de su liberación a través de este ídolo.
Sion
Nombre que designa tanto a Jerusalén como al monte (meseta elevada) donde fue
construida la ciudad y el Templo. En la Biblia, Sion tiene relación con el pacto
davídico (2 S. 5:7; 1 R. 8:1), sirve como símbolo de la presencia de Dios (Sal.
9:11), su señorío sobre Israel y las naciones (Sal. 2:6; 48:2; cf. Mt. 21:5; Jn.
12:15; Sal. 2:8), la fuente de salvación (Sal. 9:14; 14:7), el origen del Mesías-
Salvador de Israel (Zac. 9:9; Ro. 9:33; 11:26,27), y el lugar desde donde el
conocimiento de Dios llenará la tierra (Is. 2:2,3; Mi. 4:1,2). (Véase PDBS,
126.) Al establecer un contraste entre Jerusalén y el Monte Sinaí, Pablo
considera al Monte Sion como el lugar donde Dios ha establecido el nuevo
pacto (Gá. 4:24-31).
Terafín
Probablemente se refiere a pequeños objetos o estatuillas. Ellos aparecen a través
de a historia bíblica de Israel. Se traduce como “ imágenes” o a veces como
“ dioses.” Más a menudo aparece en contextos asociados con la idolatría: el
santuario idólatra de Micaía (Jue. 17:5-18:30), con la idolatría de Labán (Gn.
31:19), con la adivinación (Ez. 21:21), y con prácticas israelitas que son
condenadas (1 S.15:23; 2 R. 23:24).
Trans-Éufrates
Término que describe la posición de Palestina en tiempo de Esdras y Nehemías.
Significa “ a través del Éufrates”. Éste muestra la perspectiva de uno que observa
desde Babilonia hacia Jerusalén. Normalmente, los judíos pensarían de
Babilonia como ubicada “ más allá del río” (Éufrates), pero Esdras y Nehemías,
observando desde Babilonia, se refieren a Judá y Palestina como “ del otro lado
del río”(Esd. 4:10,11,16,17,20; Neh. 2:7,9).
Urim y Tunim
Objetos se conservaban en el pectoral del Sumo Sacerdote (Éx. 28:30; Lv. 8:8)
con los que él “ consultaba a Jehová” para obtener consejo divino (Nm. 27:21; 1
S. 28:6). Algunos han sugerido que éstos eran objetos que podrían ser lanzados
como suertes en un recipiente, y que arrojarían una respuesta positiva o negativa
(J. Motyer, NBD, 1306). Sin embargo, tal interpretación no armoniza con otros
pasajes donde también se usan el Urim y Tunim. 32 Parece sabio concluir que la
Escritura no nos da suficientes detalles para saber con seguridad lo que éstos
eran, y cómo se usaron.
Amilenialismo
Creencia de que el reinado terrenal de Cristo de mil de años no debe entenderse
literalmente. En cambio, esta prefiere una interpretación simbólica del milenio,
como el reinado de Cristo en el cielo durante la era de la Iglesia. Se entiende
que la segunda venida de Cristo ocurre al final de la historia. Frecuentemente, de
las dos resurrecciones en Apocalipsis 20, sólo la segunda se considera una
resurrección corporal, la primera comúnmente se ve como una referencia al nuevo
nacimiento. 34 Esta perspectiva es contrastada con el P REMILENIALISMO, que
entiende el reinado terrenal de Cristo por mil años como literal, y posterior a la
revelación de Cristo en su segunda venida. El amilenialismo muestra
semejanzas con el P OSMILENIALISMO, que rechaza el milenio como un reinado
literal de Cristo por mil años sobre la tierra. Antes bien, éste cree que el reinado
milenario de Cristo comenzó con la primera venida de Cristo y seguirá durante
la era de la Iglesia hasta que el mundo sea convertido, después de lo cual Cristo
volverá literalmente.
Cristocéntrico
Perspectiva teológica que sitúa a Cristo en el centro de su enfoque. Por ejemplo,
los discursos en los Hechos, como los registró Lucas, son cristocéntricos por su
énfasis en Cristo como Mesías de Dios y agente de la salvación.
Gran Tribulación
Período de tres años y medio (1260 días, Ap. 11:3; 12:6; cf. Dn. 12:11) del
gobierno del A NTICRISTO en la tierra antes de la revelación pública y universal
de Cristo en su segunda venida (Mt. 24:29,30; Ap. 19:11-21). Este es un
período de tribulación y sufrimiento sin precedentes (Mt. 24:21) durante el cual
la ira de Dios cae sobre el mundo en las plagas de Apocalipsis 6-18.
Hijo de David
Frase que significa “ descendiente de David”. Este se convirtió en un título para
el MESÍAS judío, probablemente al asociarlo con el pacto davídico, y la promesa
de Dios de establecer un reino eterno a través de uno de sus descendientes (2 S.
7:8-16). 43 La expectativa mesiánica de los judíos fue que el Mesías sería un
descendiente de David (véase Is. 11:1-2, 11; cf. Hch. 13:22,23; Ro. 15:12).
Ley Mosaica
Se refiere al cuerpo de instrucción y leyes que Dios dio a Moisés para Israel, y
que registra el Pentateuco. Véase T ORAH.
Milenio
Período de mil años que se menciona en Ap. 20:2-6, después de la venida de
Cristo con sus santos para reinar sobre la tierra y establecer su reino. Este reino
se caracterizará por la justicia, la paz, y la prosperidad. En gran medida la
naturaleza del Milenio la determina la visión particular de alguien respecto al
milenialismo. Véase A MILENIALISMO, P OSMILENIALISMO, y
P REMILENIALISMO. 45
Pecado
Puede resumirse como cualquier falta de conformidad a o violación de la
naturaleza de Dios y su voluntad revelada. La Biblia tiene numerosos términos
que sirven para definir o describir la naturaleza de pecado. 49 La palabra griega
del NT que con más frecuencia se traduce como “ pecado” es hamartia, que
describe “ errar el blanco” no alcanzar los estándares de Dios en cuanto a
perfección moral (véase Ro. 3:23). En el lado relacional, pecado es el fracaso de
poner la fe en Dios y confiar en él, y obedecer a su voluntad (Stg. 4:17; Ro.
14:23). Así, desde una perspectiva bíblica, el pecado describe la condición de la
humanidad caída y de cada pecador; esto incluye no sólo lo que uno hace sino
también lo que uno es (PDTT, 107).
Pecado imperdonable
Término tomado del encuentro de Jesús con los fariseos cuando ellos lo
acusaron de asociación con Beelzebú para expulsar los demonios (Mr. 3:22).
Jesús les informó que ellos blasfemaban contra el Espíritu Santo, y dijo “ pero
cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno” (Mr. 3:29). Aunque es tentador identificar este
pecado como algo específico, la interpretación cuidadosa de este pasaje y sus
registros paralelos indica que Jesús no describe un incidente aislado de pecado,
sino una condición espiritual presente por mucho tiempo que ha alcanzado un
estado final de ceguera espiritual. 50
Postribulación (véase M EDIA-TRIBULACIÓN y PRETRIBULACIÓN)
Postura que sostiene que el ARREBATAMIENTO de la Iglesia que se describe en 1
Ts. 4:13-17 ocurrirá después de los siete años de Tribulación. Este período se
identifica como la semana setenta (es decir, de años) de Daniel (Dn. 9:25-27) e
incluye los tres años y medio de la GRAN TRIBULACIÓN (véase también T IEMPO
DE ANGUSTIA PARA JACOB). Los postribulacionistas ven la segunda venida de
Cristo como un acontecimiento al final de la T RIBULACIÓN. Aunque la Iglesia
es salvada de la ira de Dios (1 Ts. 1:10), no es librada de la tribulación, que
esta soportará victoriosamente (Mt. 24:9-13). 51
Posmilenialismo
Posición acerca del MILENIO (Ap. 20) que rechaza la noción de un futuro reino
literal de Cristo por mil años sobre la tierra. Ésta posición sostiene que el
reinado milenario de Cristo comenzó con su primera venida, al establecer su
reino espiritual en el corazón del hombre. Este reinado sigue hasta hoy y no
debe esperarse otro futuro reinado de Cristo. La predicación del evangelio, la paz
y la justicia prevalecerán y el mal será sometido. Finalmente, cuando el
evangelio tenga su impacto pleno en el mundo, Cristo volverá.
Pretribulación
Postura que afirma que el arrebatamiento de la Iglesia que se describe en 1 Ts.
4:13-17 sucederá antes de los siete años de la T RIBULACIÓN. Este período se
identifica como la semana setenta (es decir, de años) de Daniel (Dn. 9:25-27) e
incluye los tres años y medio de la GRAN TRIBULACIÓN (véase también T IEMPO
DE ANGUSTIA PARA JACOB). Los pretribulacionistas ven la segunda venida de
Cristo en dos partes: el ARREBATAMIENTO, en el cual Cristo viene para arrebatar
a su Iglesia, y la revelación de Cristo, en el cual Él viene a la tierra con sus
santos para traer juicio sobre el mundo (Ap. 19). 52
Restitución
Un principio de justicia que habla de la compensación de un mal que se
cometió. La instrucción mosaica en el AT prescribe diversos grados de
restitución, según la clase de mal que se cometió o la herida que se sufrió (véase
Éx. 22:1-6; Lv. 6:5; Nm. 5:7; cf. Éx. 21:22-36). Un ejemplo clásico de
restitución en el NT se halla en el caso de Zaqueo, cuyo encuentro transformador
con Jesús causó un deseo de devolver cuadruplicado (Lc. 19:8) lo que había
obtenido a través de fraudes (W. R. Thompson, BDT, 451).
Retribución
Se refiere a un aspecto de la justicia que decreta el castigo por una maldad. En el
AT, por ejemplo, la pena de muerte es el justo castigo del homicidio (Nm.
35:33). Respecto a la salvación, la muerte de Cristo es al mismo tiempo una
expiación misericordiosa y la obra de justicia divina que provee retribución por
el pecado (Ro. 3:25-26) (Ockenga, BDT, 454).
Sacrificio
Acto de ofrecer algo a Dios. En el AT muchas ofrendas fueron prescritas como
medio de adoración, y para mantener o restaurar la comunión con Dios (véase
Lv. 1-7). En todas excepto una de aquellas ofrendas (ofrenda de grano) se
sacrificaba un animal y su sangre era derramada. La ofrenda de expiación por el
pecado o culpa, en particular (Lv. 4:1-5:13), enseñó a Israel la verdad de que la
sangre es necesaria para que haya expiación (heb. kaphar, “ cubrir”) por el
pecado y que sin el derramamiento de sangre no hay perdón (Lv. 17:11; cf. He.
9:22). Esto señaló de antemano a Cristo, el “ Cordero de Dios” (Jn. 1:29), quién
no sólo cubriría los pecados, sino que los quitaría.
Salvífico
Adjetivo que designa algo en su relación con la salvación, que tiene el poder de
salvar o redimir, o tiene la salvación como su objetivo. Por ejemplo, los
Evangelios contienen un mensaje salvífico para toda la humanidad.
Segunda muerte
Apocalipsis 20 habla de dos resurrecciones, “ la primera resurrección” a
principios del MILENIO (v. 5) y una segunda resurrección después del Milenio
(véase vv. 7-15). Después de la segunda resurrección quienes resuciten son
juzgados, y aquellos cuyo nombre no se encuentre en el “ libro de la vida” son
lanzado al lago de fuego. “ Esta” dice Juan, “ es la segunda muerte” (v. 14).
Setenta semanas
Frase que ocurre sólo en Dn. 9:24, en una oscura visión profética. El hebreo
literalmente lee “ setenta sietes”, pero ya que el contexto es uno de secuencia
histórica, la mayoría de los eruditos ven los “ sietes” como referencia a semanas.
Siendo así, el versículo identifica un período de 490 años que se decreta para
Israel, en el cual el Mesías llevará a cabo seis objetivos: “ para terminar la
prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia
perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”. El
comienzo de este período se establece claramente como el decreto para restaurar
y reconstruir Jerusalén. Después de 69 semanas (62+7), el Mesías (lit. “ el
Ungido”), gobernador, viene (v. 25) y es “ quitada” su vida (es decir, muerto).
Ya que la semana setentea que se menciona en v. 27 tiene relación con “ la
consumación”, y con guerra y desolación, algunos eruditos ven aquí una
referencia al período de siete años de tribulación que precede a la segunda venida
de Cristo (Mt. 24:29,30; Ap. 19:11-21).
Torah/Ley Oral
Otro modo de referirse a la tradición oral judía detrás de la MISHNA (cap. 2),
compilación escrita de la ley oral y ordenada por temas. Hay sesenta y seis
tratados o ensayos, agrupados en seis divisiones: la santidad de la tierra de
Israel, la santidad del tiempo, la santidad de vida de familia, la santificación de
la propiedad, el lugar santo, y los límites de la santidad.
Vicario
Describe algo que una persona realiza o sufre como sustituto de otra, o en su
lugar. El término a menudo se usa en la teología cristiana para describir la
naturaleza sustitutiva de la muerte de Jesús en la cruz, que nos libera del castigo
por los pecados. En el AT, el sacrificio ritual de un macho cabrío, y la
liberación de otro que era enviado al desierto presenta un cuadro de la naturaleza
vicaria de la ofrenda por el pecado (Lv. 16).
Si alguno destruy ere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual
sois vosotros, santo es —1 Co. 3:17
Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro
Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos —1 Ts. 3:13
Arminianismo
Sistema de teología que recibe su nombre de Jacobo Arminio, un teólogo
holandés del siglo dieciséis. Arminio desarrolló su teología mayormente en el
debate con los calvinistas respecto a la doctrina de la predestinación, rechazando
la enseñanza de que la gente es incondicionalmente predestinada para salvación o
condenación. 56 En cambio, Arminio creyó que Dios considera la libertad
humana en el proceso y apropiación de su don gratuito de la salvación (J.
Grider, BDT, 51). La gracia de Dios permite que el hombre se arrepienta y crea.
Aunque él no negó totalmente la predestinación del ser humano, sí creyó que el
fundamento de ésta es la presciencia de Dios de lo que los individuos libremente
decidirían. Además, ya que la salvación se recibe libremente, de la misma
manera puede perderse por incredulidad y desobediencia, una noción que no es
propia de Lutero ni de Calvino (PDTT, 15). Véase también C ALVINISMO.
Calvinismo
Sistema de teología que recibe su nombre de Juan Calvino (1509-64), un
reformador francés y posiblemente el mayor teólogo y erudito bíblico de la
R EFORMA. La teología de Calvino, expuesta en sus Institutos de la religión
cristiana, enfatizó la soberanía de Dios al grado que el ser humano no cumple
parte alguna en el proceso de apropiarse de la oferta de la salvación por la gracia
de Dios. En cambio, la salvación de la personas tiene como base el decreto
divino de Dios que decidió elegir y predestinar a unos para salvación y a otros
para condenación. El calvinismo es el desarrollo formal de la teología de
Calvino por parte de sus sucesores. Fue articulado por el Sínodo de Dort (1619)
y resumido en cinco doctrinas interdependientes: la depravación total, la
elección incondicional, la expiación limitada, la gracia irresistible, y la
perseverancia de los santos (Taylor, BDT, 85-88). Véase también JUAN
C ALVINO.
Canon Muratorio
Antigua lista de libros del NT, llamado así debido a su primer redactor,
Ludovico Muratori. Hay discrepa respecto a su fecha de redacción, 57 pero la
mayoría de los eruditos la ubican alrededor del 170 d.C. Con toda probabilidad,
fue compilado para proporcionar una lista ortodoxa que contrastara con la lista
que produjo MARCIÓN, que contenía sólo el evangelio de Lucas y diez cartas de
Pablo.
Carismáticos
Los creyentes en el movimiento carismático, que comenzó en EE.UU. alrededor
de 1960 entre las iglesias cristianas históricas. El término viene de la palabra
griega charismata, que se refiere a los “ dones del Espíritu” (cf. 1 Co. 12:4), que
los carismáticos creen que la iglesia debe experimentar hoy. Estos dones son
vistos como parte de la vida cristiana llena del Espíritu, y disponibles a través
del bautismo en el Espíritu Santo. El bautismo en el Espíritu es una experiencia
cristiana distintiva que sigue a la conversión, en la que el creyente es sumergido
en la presencia y poder del Espíritu Santo. Los carismáticos se diferencian de los
pentecostales clásicos no en cuanto a la naturaleza y práctica de la lenguas (gr.
glosolalia), sino sobre su significado en relación con el bautismo en el Espíritu.
Los carismáticos generalmente ven las lenguas como una de muchas evidencias
que acompañan la plenitud del Espíritu, mientras que los pentecostales las ven
como la evidencia externa inicial de que un creyente ha sido bautizado en el
Espíritu Santo (J.R. Williams, EDT, 204-208).
Cristiandad
Puede referirse a la religión del cristianismo en sí, o aquella parte del mundo
donde el cristianismo prevalece o ejerce una gran influencia.
Depravación
Término teológico que se refiere al estado de corrupción moral y espiritual. Esta
condición se emuestra en la humanidad en la tendencia de pecar. La doctrina
calvinista de la depravación total sostiene que debido al pecado original cada
parte de la naturaleza humana se corrompió, de modo que ningún ser humano es
capaz de conocer u obedecer a Dios, o capaz de hacer nada que aseguraría la
salvación personal (PDTT, 37).
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? —Jer. 17:9
Dialéctica
La existencia de ideas o posiciones opuestas o contradictorias dentro de un
sistema racional de pensamiento, razonamiento o argumentación. 58 Tal sistema
por lo general procura resolver el conflicto. En la teología se crea a veces una
tensión dialéctica cuando el lenguaje humano o experiencia no tienen términos
adecuados para explicar racionalmente el misterio divino, p.ej., la
ENCARNACIÓN.
Ecuménico/Ecumenismo/Movimiento ecuménico
Del término griego oikoumenē, “ toda la tierra habitada.” Así, el término
“ ecuménico” fue usado para describir aquellos concilios y sus credos que
expresaron la fe universal de la iglesia. De los numerosos concilios de la iglesia
antigua, sólo siete fueron reconocidos como ecuménicos por la Iglesia Católica y
la Iglesia Ortodoxa. Estos siete, terminando con el Segundo Concilio de Nicea
en 787d.C., son llamados Consejos Ecuménicos (Childers, BDT, 180).
Hoy “ ecuménico” se usa para describir un movimiento que busca la unidad
y la cooperación de la iglesia cristiana en todo el mundo. El énfasis es herencia
espiritual compartida y objetivos comunes. Los críticos de este movimiento
indican que la unidad prevista es institucional, que permanece mínima debido a
los variados compromisos de evangelización mundial, y su fracaso en alcanzar
un acuerdo doctrinal en cuanto a lo que constituye el evangelio y la fe de la
iglesia (Weber, EDT, 340-42).
Ética/ético
Se refiere a aquella rama del estudio filosófico (y teológico) que procura
determinar lo que es bueno y lo que es malo. Esta también procura determinar el
fundamento (p.ej., principios o criterios) para hacer juicios morales en cuanto a
lo que es el bien y el mal, lo moral e inmoral, en los contextos del
comportamiento humano o social (PDTT, 47).
Evangélico (gr. euaggelion, “evangelio/buenas nuevas”)
Como sustantivo el término por lo general se refiere a un cristiano que enfatiza
la salvación mediante una conversión personal (“ nacer de nuevo”) que cree en
Cristo y la obra de Dios en la redención como la proclama el “ evangelio.”
Históricamente, los evangélicos son conocidos por su compromiso con la
inspiración, autoridad, e infalibilidad de las Escrituras. El adjetivo describe algo
que está relacionado con, o expresa, la proclamación del evangelio cristiano
como se presenta en el NT, especialmente en los cuatro Evangelios.
Evangelismo
La predicación del evangelio cristiano a aquellos que son incrédulos, en
necesidad de la salvación de Dios que provee mediante la vida, la muerte, y la
resurrección de Jesucristo (1 Co. 15:1-4). 63
Evolución
El proceso de cambio ocurrido dentro de especies de animales y plantas; sin
embargo, esto más a menudo se refiere a la teoría que intenta explicar el origen
de la vida humana a través de fuerzas que operan según las leyes naturales. 64
Como tal, la evolución más a menudo conduce al ateísmo. Postulando que ya
que todas las formas de vida se desarrollaron de formas más simples, no hay
necesidad alguna de un Creador personal.
Gracia preveniente
La gracia que se extiende a través de la obra del Espíritu Santo al corazón del
hombre, y que permite que la persona responda a la oferta de Dios de salvación
que presenta el evangelio. Wesley (y los arminianos en general) entendieron que
esta gracia se extiende a toda la humanidad, mientras que Calvino la entendió
como la que se concede sólo a quienes Dios determinó que serían salvos
(PDTT, 95).
Infalible/infalibilidad
Ser libre o incapaz de error. Estos términos son casi sinónimos a los anteriores
más arriba. Algunos, sin embargo, han redefinido la infalibilidad al aplicarla a
las Escrituras. Ellos la aplican para dar a entender que la Escritura es incapaz de
defecto, en su objetivo predeterminado de revelar a Dios y su plan de salvación
(PDTT, 66). Aunque esta declaración es verdadera, aparentemente evita el debate
sobre la inerrancia al importar un sentido que no es el que reside en las palabras
mismas.
Inmanencia/inmanente
La presencia de Dios en su creación, su proximidad y participación en ella y con
sus criaturas. La participación activa de Dios en la historia humana se ve
claramente en la historia de la redención como la registra la Escritura. La
inmanencia es un subproducto de la omnipresencia de Dios, pero su resultado
no es que Dios sea inseparable de su creación. En la Escritura el Creador nunca
debe confundirse con su creación, Él siempre es distinto de ella (véase Ro.
1:25), que es una razón de que se prohíban todas las formas de idolatría (véase
Is. 40:26-41:7). Véase también T RANSCENDENCIA.
Inminencia/inminente
Aquella calidad o estado del ser que describe lo que está a punto de suceder. En
un contexto negativo esto podría describir peligro, crisis, o desastre que se
avecina. El término se usa en relación con la segunda venida de Cristo, como un
acontecimiento que podría suceder en cualquier momento. Algunos teólogos
sostienen que la llegada de Cristo es inminente, o cercana, porque éste es el
próximo acontecimiento principal en el calendario redentor de Dios (PDTT, 64).
Inmutabilidad/inmutable
Calidad o condición de ser inalterable o no susceptible al cambio. Los teólogos
atribuyen esta calidad a Dios. Él mismo afirma esto cuando declara: “ Porque yo
Jehová no cambio” (Mal. 3:6). Aunque la Escritura claramente indique que Dios
es incambiable en su carácter esencial y naturaleza, 70 la inmutabilidad no debería
ser interpretada de modo que Dios pierda la libertad dinámica de obrar de
acuerdo a las cambiantes circunstancias de la existencia humana. 71
Inspiración plenaria
Se refiere a la inspiración divina de la totalidad del contenido de la Biblia.
Véase INSPIRACIÓN.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia —2 Ti. 3:16
Justificación
El acto de gracia por el cual Dios absuelve a los pecadores culpables (Ro. 4:7,8)
y los declara justos sobre la base de la obra redentora de Jesucristo y su fe en Él
(Ro. 4:5,6). Este acto lleva a los pecadores a una recta relación con Dios, y hace
posible que Él les conceda todas las bendiciones de su gracia redentora (Ro.
5:1,2; cf. Ef. 1:3).
Libertinismo
Una concepción de la vida cristiana que se caracteriza por un abandono de toda
restricción moral, o una perversa libertad de normas morales acep-tables. Tanto
Pablo como Pedro encontraron una forma de enseñanza y práctica libertina en
algunas iglesias. Véase Ro. 6:1,15-18; Gá. 5:13,16-21; 1 P. 2:16-19. La
enseñanza probablemente fue consecuencia de una noción griega del tiempo de
Platón, es decir, que la materia es mala y el espíritu bueno. Además, las dos
esferas están separadas. Los libertinos pueden haber razonado que si estamos
espiritualmente resucitados con Cristo y sentados en lugares celestiales con él
(Ef. 1:3), entonces lo que hacemos con nuestro cuerpo físico tiene poca
importancia para la vida cristiana.
Padres de la iglesia
Término que se refiere a los líderes de la iglesia (por lo general obispos
prominentes) en la iglesia postapostólica (cf. P ADRES APOSTÓLICOS) quiénes
defendieron la enseñanza ortodoxa de la iglesia como la enseñaron los apóstoles
de Cristo (PDTT, 25).
Pensamiento lineal
Orden de pensamiento que se mueve en una secuencia según causa y efecto, o en
una progresión de tiempo de principio a fin. Este patrón de pensamiento a
menudo se considera más característico de Occidente que de las culturas de
Oriente. Si bien es cierto que hay cierta validez en esta observación, se debe
señalar que es evidente la secuencia histórica en las narrativas del AT. Además,
en un sentido la comprensión hebrea de la historia humana es lineal, ya que se
enfoca en la Creación por un lado y en el juicio final por el otro. El progreso del
trato redentor de Dios con la humanidad mueve la historia hacia un final
definitivo y culminante (Carson, 1996, 500-501).
Preencarnado
Término teológico que se aplica al tiempo antes de que Cristo tomara una
naturaleza humana (Jn. 1:14) a través de su milagrosa concepción (Lc. 1:35) y
nacimiento (Mt. 1:23-25).
Redimir/redención
Tanto el verbo hebreo (gaal, padah) como el griego (lutroō, exagoradzō)
significan “ redimir, comprar, volver a comprar”. En el AT la doctrina de la
redención se refiere a la bondadosa acción de Dios por la cual salva, libra, o
libera a su pueblo (Éx. 6:6; Jer. 15:21; Is. 49:26; 60:16). En el NT la doctrina
se concentra en la acción de Dios de redimirnos (1 Co. 6:20) del castigo (Ef.
1:7; Gá. 3:13), la esclavitud, y el poder (He. 9:12-14; cf. Ro. 6:6-9) del pecado,
mediante la muerte y resurrección de Jesús.
Sabelio
Maestro del tercer siglo en la iglesia que se opuso a la doctrina de la Trinidad.
En un intento de protegerse del triteismo (creencia en tres dioses), él enseñó que
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo era tres manifestaciones diferentes de Dios,
o modos de ser. Aunque Dios es esencialmente uno, Sabelio enseñó que en la
revelación de sí mismo a la gente Él toma la forma de Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Este error es llamado MODALISMO o sabelianismo y fue condenado por
la iglesia ortodoxa en un concilio en Roma en el 263 d.C. (W. Kelly, BDOT,
465).
Santificación
Está relacionada con la condición del creyente de ser “ santo” ante Dios, y el
proceso de volverse santo, es decir, participar de la naturaleza santa de Dios.
Tanto el verbo hebreo (qadash) como el griego (hagiadzō), que se traducen para
expresar “ santificar” o “ hacer santo”, llevan la idea “ poner aparte” o “ consagrar”
para el santo uso u propósito de Dios. Así, Pablo se dirige a los creyentes como
santos (hagioi) porque ellos han sido apartados por Dios para su servicio, de
acuerdo con su voluntad. 79 Esta declara su categoría de redimido y su posición
ante Dios. Sin embargo, los creyentes también participan en el proceso de
transformación espiritual (Ro. 8:2; cf. He. 12:14) en conformarse a la imagen del
Hijo de Dios (Ro. 8:29). Este proceso es obra del Espíritu Santo y tiene como
objetivo nuestra glorificación (2 Co. 3:18), es decir, ser “ transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. 80
Seguridad eterna
La doctrina calvinista que propone que ningún creyente verdadero puede caer de
la gracia y perder su salvación (también llamada P ERSEVERANCIA DE LOS
SANTOS). La doctrina se origina, y está basada, en el decreto eterno de Dios al
decidir incondicionalmente y predestinar a cada individuo a salvación o a
condenación. Si los “ elegidos” son salvos por un decreto de Dios, entonces
serán salvos a pesar de lo que ellos hagan o no hagan después de la
conversión. 81
Sinergístico (gr. sunergos, “compañero”)
Término que a menudo se usa en la teología cristiana para describir la
cooperación entre la Deidad y la humanidad en la salvación y desarrollo
espiritual del individuo (R. Price BDT, 510). Como fue entendido por los
arminianos, esta no anula la salvación por gracia, ya que ellos no ven la
respuesta de la voluntad humana como una obra que merece la salvación; es,
antes bien, una respuesta necesaria de consentimiento y aceptación que resulta en
la impartición de la gracia de Dios. Los calvinistas discreparían, sosteniendo
que hay sólo un agente que obra en la salvación, y el tal es Dios; la voluntad
del ser humano participa sólo en el sentido de que la irresistible gracia de Dios
obra con eficacia sobre esa voluntad, causando una respuesta de fe.
Soberanía
Término que se usa en la teología cristiana para describir a Dios en su supremo
y absoluto poder, libertad, y autoridad para hacer su voluntad respecto a su
creación (Sal. 115:3). Los teólogos no debaten el derecho de Dios de obrar
soberanamente, sino el ejercicio de aquel derecho y cómo éste afecta su trato con
el ser humano, que como agente moral es responsable de sus decisiones y
acciones (N. Oke, BDT, 171).
Trascendencia
En teología este término habla de la relación entre Dios y su creación. La
transcendencia es el estado de estar separado y ser distinto de su creación. En las
palabras de KIERKEGAARD, la creación habla de Dios como el Ser que
“ completamente otro” de lo que ha creado. Esto quiere decir que es un ser
“ distante” o que no se interesa en este mundo (véase DEÍSMO). Dios puede ser
tanto INMANENTE (cercano, presente) y trascendente respecto a este mundo, sin
que haya contradicción alguna.
Tricotomía
Término teológico que describe al ser humano como formado de tres partes
básicas: cuerpo, alma, y espíritu (He. 4:12; 1 Ts. 5:23). Los tricotomistas
distinguen entre alma (gr. psuchē) y espíritu (gr. pneuma) en una persona. Ellos
ven el alma como la parte que contiene la personalidad, mientras que el espíritu
es lo que puede conocer a Dios y relacionarse con Él. Los dicotomistas
sostienen que hay sólo dos partes en la naturaleza humana (Gn. 2:7; Mt. 10:28;
1 Co. 7:34): cuerpo (su dimensión física) y alma (su dimensión no física).
Dentro de la última dimensión hay muchas funciones y capacidades que se
describen con términos como alma, espíritu, corazón, voluntad, etc. 86
Abogar a la sangre
La “ sangre” es una metáfora del NT para decribir la muerte de Cristo en la cruz.
Algunos creyentes la usan en el sentido de confesar y afirmar verbalmente el
significado de la muerte de Cristo para salvación (p.ej., expiación por nuestros
pecados [Mt. 26:28]; justificación [Ro. 5:9; et al.], reconciliación [Ef. 2:13; et
al.]) y la poderosa obra de Dios al destruir las obras de Satanás por medio de la
cruz (Col. 1:13-20, cf. 1 Jn 3:8). 87
Erudición conservadora
Frase que generalmente se usa para describir la erudicción de quienes sostienen
la inspiración divina y las autoridad de la Escritura, 88 y tienen un compromiso
con las doctrinas ortodoxas de la iglesia cristiana histórica. Véase también
ERUDICIÓN LIBERAL.
Erudición liberal
Frase que generalmente se usa para describir la erudición de personas que no
están ligadas a credos autoritativos, tradiciones, o estándares aceptados de
ORTODOXIA doctrinal. (Véase también R. V. Pierard, EDT, 631-32.)
Legalismo
Término negativo que se usa en la Iglesia para referirse al cristianismo que
enfatiza ciertas reglas, prácticas de conducta, y rituales prescritos. El ejemplo
bíblico que más se cita es el de los fariseos, cuya adhesión estricta a la Ley y
tradición definió estrechamente lo que era el judaísmo aceptable. 89
Pentecostales
Los cristianos que creen que hay una experiencia después de la conversión
llamada bautismo en el Espíritu Santo, al alcance de todos los creyentes.
Tomando su pauta del Libro de los Hechos, los pentecostales sostienen que a
través de esta experiencia se recibe poder espiritual para el servicio cristiano y el
testimonio del evangelio (1:8), que incluye todos los dones espirituales (gr.
charismata [1 Co. 12]) mencionados en las epístolas paulinas, incluídas las
señales milagrosas y las maravillas necesarias para predicar plenamente el
evangelio al mundo (Ro. 15:19). La suposición teológica subyacente es que la
misma experiencia del bautismo del espíritu que empoderó a los discípulos en
el día de Pentecostés es un “ don” disponible para los creyentes de toda época
(Hch. 2:38) (Arrington, 19-20, 115-144).
Pentecostales clásicos
Además de los compromisos doctrinales de los pentecostales, los pentecostales
clásicos tradicionalmente creen que la recepción del bautismo en el Espíritu
Santo es acompañada por hablar en otras lenguas (gr. glosolalia), que sirve
como prueba y evidencia inicial de su recepción (cf. Hch. 2:4) (Synan, DPCM,
220).
Sólo Jesús
Término que se usa para describir la doctrina de los pentecostales unitarios o
“ Solo Jesús”, quiénes rechazan la doctrina tradicional de la Trinidad: que Dios
es uno en esencia, pero eternamente existente como tres personas distintas,
Padre, Hijo, y Espíritu Santo, quiénes son co-iguales en todos sentidos en
cuanto a naturaleza y gloria. En cambio, los pentecostales unitarios sostienen
que estos nombres representan tres formas en que Dios se revela a la humanidad
como está registrado en la Escritura. Además, ellos creen que la realidad o
esencia divina se manifiesta únicamente en la persona de Jesús, que es el Hijo,
que como deidad trascendente es el Espíritu, quién en su revelación de Dios es
el Padre (D. Reed, DPCM, 648-49). 90 Véase MODALISMO.
_______________
1 Véase Lc. 8:31; Ro. 10:7; Ap. 9:1,2,11; 11:7; 17:8; 20:1,3.
2 De manera interesante, la Septuaginta traduce la palabra hebrea tehôm (“lugar profundo”) con
la palabra griega abyssos, que es paralela a “la faz de las aguas.” Los océanos son vistos como
la insondable profundidad en la cual descansa la tierra. Irónicamente, los demonios dentro del
endemoniado gereseno de Lucas 8 suplican a Cristo que los envíe a una manada de cerdos
antes que al “abismo”, pero finalmente se precipitan al mar. Uno se pregunta si la elección de
los detalles, por parte de Lucas, es su modo de usar una ironía trágica, al señalar al mar como
la entrada al abismo.
3 Véase Neh. 8, donde después de que Esdras ley ó el libro de la Ley, tuvo que ser traducido
probablemente al arameo. Además, ciertas palabras arameas aparecen en los Evangelios
junto con sus traducciones. P.ej., Talita cumi (“Niña, a ti te digo, levántate”, Mr. 5:41); Gólgota
(“Lugar de la Calavera”, Mt. 27:33); Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (“Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has desamparado?”, Mr. 15:34).
4 Jesús respaldó la práctica del ay uno (Mt. 9:15) y hasta el celibato “por causa del reino” (Mt.
19:12). Pablo reconoció que el celibato era un “don” noble y beneficioso para algunos, pero no
para todos (1 Co. 7:7-9). Las parejas podrían posponer temporalmente las relaciones sexuales
para concentrarse en la oración, pero se les advierte que la abstinencia prolongada podría
conducir a la tentación (7:5).
5 Puede ser que Asera fuese considerada consorte (esposa) de Baal. Sin embargo, en los textos
Ras Shamra, Asera es una diosa del mar y consorte de El, el principal Dios cananeo. Véase T.
C. Mitchell, “Asherah” en NBD, 95.
6 Es importante notar que el texto de la Escritura es increíblemente confiable y sin paralelo en su
autenticidad, si se lo compara con cualquier otra obra de literatura antigua. Véase F. F. Bruce,
The New Testament Documents: Are They Reliable? (Leicester: InterVarsity Press, 1988), y
Walter Kaiser, Jr., The Old Testament Documents: Are They Reliable and Relevant? (Downers
Grove: InterVarsity Press, 2001). Para una muy informativa descripción del trabajo de la
crítica textual del NT, véase la entrevista de Lee Strobel con Bruce Metzger en El Caso de
Cristo (Miami: Vida, 2000), 43-61.
7 Por ejemplo, después de considerar todas las variaciones posibles en los textos griegos del
Nuevo Testamento, es posible restaurar un texto que sea 99.5 % puro. Véase Norman Geisler
y William E. Nix, A General Introduction to the Bible (Chicago: Moody Press, 1980), 367.
8 Por ejemplo, Baal-peor (Nm. 25:3), Baal-berit (Jue. 8:33), y Baal-zebub (2 R. 1:2, 3, 6).
9 Esto pudo ser porque Baal era el nombre que daban al dios principal del panteón cananeo. Esto
lo habría puesto como un rival natural de Yahweh, que los israelitas reconocían como Dios y
Señor de la creación. Véase Bill T. Arnold y Bry an E. Bey er, Encountering the Old Testament:
A Christian Survey (Grand Rapids: Baker Books, 1999), 285.
10 En 1 Co. 15:23 Pablo usa las “primicias” como una figura, o tipo, de la resurrección de Cristo.
11 Para un desarrollo de esta perspectiva desde el pentecostalismo clásico, véase Stronstad, The
Prophethood of All Believers: A Study in Luke’s Charismatic Theology (Sheffield, England:
Sheffield Academic Press, 2003).
12 Se disputa que los efesios fueron los receptores originales de la epístola de Pablo o una de las
varias ciudades que recibieron una circular. La ausencia de saludos personales y el hecho de
que varios buenos manuscritos omiten “en Éfeso” en 1:1 abogan por ésto. Si la carta tuvo el
propósito de ser una circular, fue probablemente enviada primero a Éfeso por mano de
Tíquico (Ef. 6:21-22).
13 Si se mantiene la identidad de la comunidad de Qumrán relacionada con los esenios, entonces
la fecha de fundación de la secta depende de la identificación del Sumo Sacerdote “malvado”
(mencionado en los Rollos del Mar Muerto) entre las gobernantes asmoneos: Jonatán, Simón, o
Alejandro Janeo. Véase E. Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 2da ed. (grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans, 1993), 48.
14 Véase Josefo, Antigüedades, 13.5-9; 13.10.5,6
15 Véase Éx. 23:16; 34:22; Lv. 23:33-36,39-43; Nm. 29:12-34; Dt. 16:13-15; Zac. 14:16-19.
16 Jesús usó la celebración para señalarse él mismo como “agua viva” (Jn. 7:38). Como
Yahweh, el Señor, provey ó el agua de la roca que los preservó, Jesús se ofrecería como el
agua vivificante de Dios y proveería la vida eterna. Cf. 1 Co. 10:1-4.
17 El debate es complejo y multifacético, y los buenos eruditos apoy an ambas posiciones.
Generalmente, los eruditos conservadores favorecen “Galacia del sur”, posición que explica la
cronología de Pablo en sus viajes y correlaciona los datos de la Epístola a los Gálatas y
Hechos. Véase Donald Guthrie, New Testament Introduction, 3a edición (Downers Grove:
InterVarsity Press, 1970), 450-65.
18 En otra parte este autor ha indicado el error de denominar a los opositores de Pablo como
gnósticos (véase HEREJÍA COLOSENSE). En cuanto a la denominación de “gnósticos”,
debemos reconocer que el gnosticismo fue una religión del segundo siglo, contextualizada en el
mundo griego más amplio. Era muy sincretista y tomó prestados sus conceptos de una
variedad de fuentes. Los eruditos ahora reconocen que las ideas religiosas y la terminología de
“gnosis” precedieron a la religión del gnosticismo. Por ejemplo, Pablo no necesariamente está
pensando en los gnósticos porque sus escritos contienen lo que aparentemente es un dualismo
de cuerpo y espíritu. Tal dicotomía y a era parte del mundo griego en el tiempo de Platón.
Además, un examen cuidadoso de 1 y 2 Corintios no devela ninguno de los rasgos esenciales
del gnosticismo. Por lo tanto, es seguro concluir que entre los opositores de Pablo había gentiles
que compartían muchas de las ideas religiosas y filosóficas del mundo griego. Véase James D.
Hernando, “2 Corinthians” en Life in the Spirit New Testament Commentary, ed. Arrington,
French y Roger Stronstad (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 920-21. Una excelente discusión
de la naturaleza y los orígenes del gnosticismo pueden hallarse en Ronald H. Nash, Christianity
and the Hellenistic World (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 203-24.
19 La sintaxis griega para la frase “de la tierra de Magog” indica que la tierra pertenece o tiene
que ver con Magog, no así la tierra que es Magog.
20 Los ataques contra Israel por parte de las naciones (p.ej., Asiria, Babilonia) históricamente y
estratégicamente han venido desde el norte.
21 Por parte de Jesús, véase Ro. 16:25. Por parte de Pablo y otros apóstoles, véase Mr. 16:8; 1 Co.
1:21; 2:4; 15:14; 2 Tim 4:17; Tit. 1:3.
22 Tenga presente otros objetos que se comparten en el NT: el respaldo a la obra del evangelio
(Fil. 1:5; cf. 4:14,15), luz u oscuridad (2 Co. 6:14), el sufrimiento de Cristo (Fil. 3:10), y la vida
cristiana (fe) en general (Flm. 1:6).
23 Véase el artículo por James Dunn, “Demy thologizing: The Problem of My th in the New
Testament,” en NTI, 285-88.
24 Por ejemplo, el nacimiento virginal de Jesucristo es para Bultmann un mito creado para
comunicar la verdad de que Jesús es “divino”.
25 Véase Dunn, “Demy thologizing,” en NTI, 288-92.
26 Un artículo conciso, que define la posesión de demonio y el exorcismo es proporcionado por
L. G. McClung, Jr., en el Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements (DPCM), 290-
94. Hay controversia y debate sobre la pregunta de si un cristiano puede ser “poseído por un
demonio”, “tener un demonio”, o el grado en que puede estar bajo la influencia de uno.
Algunos han hecho diferencia entre posesión demoniaca y opresión demoniaca. Otros han
establecido una diferencia no sostenible entre poseído por un demonio y endemoniado.
McClung, Jr., ha investigado varios aspectos del debate, y repetidamente señala lo que puede
ser validado por la Escritura. El NT no proporciona ningún ejemplo claro de un verdadero
cristiano poseído por un demonio, o que tenga un demonio o espíritu demoniaco, que requiera
de exorcismo como fue practicado por Jesús, sus discípulos, los apóstoles, y la iglesia del NT.
27 Algunos eruditos modernos harán una diferencia entre la fe de los discípulos antes y después
de la resurrección. Ellos proponen que la fe “pospascual” de la iglesia primitiva se volvió a leer
en los Evangelios y en los labios de Jesús y los apóstoles. Véase la discusión de Strobel con Ben
Witherington III en El Caso de Cristo, 151-64; véase también M. Erickson sobre los axiomas de
la crítica de formas en Christian Theology, 90-93.
28 Existe debate sobre cómo se debería calcular los 70 años. ¿Dónde se comienza a contar, de
qué acontecimiento hasta que acontecimiento? Es interesante que sea que los cuente desde la
primera deportación de Judá a Babilonia (ca. 605-606 a.C.) hasta el retorno del remanente
bajo Zorobabel (ca. 536-537 a.C.), o desde la destrucción del templo (ca. 586 a.C.) hasta la
finalización del templo postexílico (ca. 516), habrá aproximadamente 70 años.
29 Nótese que Dios habla de un estado exaltado en su pacto con David cuando él escribe, “Yo
también le pondré por primogénito, el más excelso de los rey es de la tierra” (Sal. 89:27).
Aunque el pasaje habla expresamente de David y su entronización, no es difícil ver en su
lenguaje grandioso (véase Sal. 89:20-37) una realización última en la exaltación del Mesías, la
simiente de David.
30 La frase “reino de los cielos” aparece 33 veces en el NT, y sólo en Mateo. Probablemente
debido a su reverencia judía y renuencia a usar el nombre divino, Mateo prefiere “los cielos”
como un reemplazo verbal de “Dios”.
31 Ocho, si se cuenta a Amasías (2 R. 14:1-3), de quien se dice que “hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, aunque no como David su padre”. El relato continúa describiendo su conformidad con
la idolatría.
32 Por ejemplo, Saúl consultó al Señor usando el Urim, pero “Jehová no le respondió” (1 S. 28:6),
un resultado improbable si sólo un sí o no como respuesta fueran requeridos por el que arroja
las suertes. Otra vez, David pide a Abiatar, el Sumo Sacerdote, traer el efod y consultar del
Señor (1 S. 23:9-18), hace preguntas directas, y recibe sí o no por respuesta. Sin embargo, en 2
S. 5:19,23 David consulta dos veces del Señor y las respuestas dadas son todo menos un simple
sí o no, ¡ésta última comunica una complicada estrategia de batalla!
33 Véase Josefo, Guerras de los judíos, IV.3.9,13,14; IV.4,5; IV.5,1,5; VII.8,1.)
34 Millard Erickson no sólo proporciona una descripción clara de amilenialismo, además expone
cómo los amilenialistas interpretan Ap. 20 diferentemente de otras perpectivas milenarias.
Véase Millard Erickson, Christian Theology, 2a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1998),
1218-22.
35 Nótese que en ambos pasos son reconocidos la libertad espiritual del crey ente (Ro. 6:7,14; Gá.
5:1) y el estado de no estar bajo la ley (Ro. 6:14; Gá. 5:2-4). Sin embargo, Pablo también deja
en claro que tal libertad no es una licencia moral o libertad desenfrenada para pecar (Ro. 6:12-
15), o complacer la carne. Antes bien, esta es libertad para el servicio mutuo en fe, amor (Gá.
5:6,13), y en el poder del Espíritu (5:16-25).
36 Se debate si el objetivo y la función de la apologética cristiana como una ciencia es esencial a
la presentación del evangelio o es simplemente un preludio a éste. Véase “Apologetics” en
PPDT. Aparte de este debate deberíamos notar que en el NT la palabra apología aparece en
contextos de evangelización. Ciertamente los tratados apologéticos de los padres de la iglesia
primitiva (p.ej., Justino Martir, Orígenes, y Tertuliano), aunque se apoy aban en argumentos
lógicos y razonamiento filosófico, no podían evitar presentar el evangelio que ellos intentaban
defender.
37 Yo uso el término “sacramento” para significar un signo externo de una obra de gracia interna
o espiritual, no en el sentido de la teología sacramental, donde la gracia está ligada al rito
sacramental e impartida por éste.
38 Nótese que según los conceptos teológicos personales y la interpretación de pasajes clave, el
bautismo puede considerarse un testimonio del acto salvífico de Dios en Cristo, o los medios
por los cuales se recibe la salvación y una nueva naturaleza en Cristo (“regeneración
bautismal”).
39 Véase Is. 32:15; 44:3; Ez. 36:26,27; 37:14; 39:29; Jl. 2:28,29; Zac. 12:10.
40 Es llamado “la promesa del Padre” (1:4), “la venida del Espíritu Santo” (1:8), ser “lleno del
Espíritu Santo” (2:4; 9:17), “derramamiento” del Espíritu (2:17,18), recibir “la promesa del
Espíritu Santo” (2:33), recibir “el don del Espíritu Santo” (2:38), recibir el Espíritu Santo
(8:15,17; 10:46,47; 19:2); “el Espíritu Santo cae sobre” alguien (10:44); “don del Espíritu”
“derramamiento” (10:45), ser “bautizado en/con el Espíritu Santo” (11:16), Dios “da el Espíritu
Santo” (15:8), y “el Espíritu Santo que viene” sobre alguien (19:6).
41 Los pentecostales y carismáticos creen que el bautismo en el Espíritu Santo resulta en la
investidura de poder espiritual, no en salvación. En esto, ellos distinguen entre el bautismo en el
Espíritu Santo, donde Jesús es el agente que bautiza y el Espíritu es el medio en el cual el
crey ente es sumergido (Mr. 1:8 etc.), y el bautismo por el Espíritu, donde el Espíritu es el
agente que bautiza al crey ente en el cuerpo de Cristo (1 Co. 12:13, Cf. Gá. 3:27).
42 Véase Hch. 2:4; 10:46; y 19:6. Es verdad que otros casos de bautismo en el espíritu en Hechos
aparecen sin una referencia a cualquier fenómeno que acompañe el acontecimiento (Hch.
8:17,18; 9:17). Sin embargo, donde Lucas se detiene en su narrativa para registrar tales
fenómenos, las lenguas están presentes.
43 La genealogía de Jesucristo presentada por Mateo es enfática en indicar el linaje de Jesús el
Mesías, del linaje de David.
44 Un tratamiento popular de esta posición puede encontrarse en Marvin Rosenthal Pre-Wrath
Rapture of the Church (Nashville: Thomas Nelson, 1990).
45 Para una reseña muy provechosa de estas tres posiciones milenarias, véase The Meaning of
the Millennium, ed. Robert G. Clouse (Downer’s Grove: InterVarsity Press, 1977). Clouse
presenta a cuatro eruditos que hablan acerca de sus posiciones respecto al Milenio (el
premilenialismo está representado tanto desde la posición premilenaria histórica así como
desde la dispensacional).
46 Según los compromisos o sistemas teológicos de alguien, los pactos pueden verse de diversas
maneras. Los teólogos reformados del pacto, por ejemplo, a menudo acentúan la naturaleza
soberana del pacto de Dios y la administración de la gracia, minimizando la importancia de las
obligaciones recíprocas. Véase John Murray, “Covenant” en NBD, 264-68. Aunque la acción
soberana y bondadosa de Dios en el establecimiento de pactos bíblicos es indiscutible, esto es
también cierto de las responsabilidades mutuas o recíprocas de aquellos pactos. Véase P. R.
Williamson, “Covenant” en NDBT, 422-26.
47 Los pactos de Dios con Noé (Gn. 9:8-17), Abraham (Gn. 15:9-21), Finees (Nm. 25:10-13),
David (2 S. 7:5-16) y el “Nuevo Pacto” a Israel (Jer. 31:31-34; Cf. He. 8:8-12) caen en la
categoría de pacto de concesión real.
48 La naturaleza condicional y recíproca de este pacto encuentra paralelos en el segundo pacto
con Abraham (Gn. 17) y el Pacto Sinaítico, o Mosaico, (Éx. 19-24).
49 Las palabras bíblicas que tratan el pecado comunican conceptos tales como fracaso, error,
iniquidad, infracción, transgresión, maldad, malignidad, anarquía, maldad, injusticia,
inmoralidad, impureza moral.
50 Nótese en particular que aquellos que blasfeman no son ignorantes de las Escrituras
(“escribas… de Jerusalén” [Mr. 3:22]). Ellos sabían lo que el Mesías haría, a partir de pasajes
como Is.61:1. Su pecado no fue un solo acto. El griego de Mr. 3:22 debería leer: “y ellos
seguían diciendo que tenía a Beelzebú”. Lc. 11:16 indica que ellos exigían una señal de modo
que ellos pudieran creer. Jesús acababa de indicar que el Espíritu Santo sería dado a aquellos
que lo piden al Padre (11:13). El Espíritu obra a través de Jesús (4:1,14) luego les dio una señal:
liberación de la esclavitud demoniaca, y ellos no sólo rechazaron la señal, sino que
interpretaron la fuente de poder divino como evidencia de que Jesús estaba asociado con
Satanás. ¡Cuán grande era la oscuridad que envolvía sus corazones, de tal manera que no
podían distinguir la obra de Dios de la que procedía del diablo!
51 Un prominente defensor de esta posición acerca de la Tribulación es Robert Gundry . Véase su
libro Church and the Tribulation (Grand Rapids: Zondervan, 1973).
52 Una presentación clásica de esta posición es hecha por John F. Walvoord in The Rapture
Question (Finlay , OH: Dunham Publishing Co., 1957).
53 Los eruditos premilenarios discrepan sobre si la iglesia estará presente en la tierra durante la
Tribulación, pero todos concuerdan en que el mundo que precede al Milenio estará marcado
por confusión, persecución, y sufrimiento. Véase Erickson, Christian Theology, 1218.
54 Jeremías se refiere al día de angustia como “que no hay otro semejante a él” Esto se asemeja
a las palabras de Jesús: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” Esta descripción también parece hacer eco de
Dn. 12:1 y Jl. 2:2. Aunque la tribulación-devastación predicha por Joel tiene una referencia a
sus días, la liberación que acompaña el Día del Señor (1:15) seguramente se refiere a la era
mesiánica. Véase Jl. 2:23-31; cf. Hch. 2:16-21.
55 Nótese que la temática “y a, pero todavía no” aparece en relación con esta herencia: los
cristianos han recibido y a una herencia, la promesa de la cual es el Espíritu Santo (Ef.
1:11,13,14,18; Col. 1:12), y ellos recibirán una futura herencia (Col. 3:24; He. 9:15; 1 P. 1:4).
Del mismo modo, Pablo presenta la adopción como algo que los crey entes han recibido y a
(Ro. 8:15; Gá. 4:5,6) y como algo que ellos esperan, al menos en la plenitud de sus beneficios
(Ro. 8:23).
56 El debate entre Calvino y Arminio comienza con perspectivas contrastantes sobre los decretos
soberanos de Dios en relación con la creación y la redención. Este es demasiado complejo
para resumirlo aquí. Una excelente descripción del debate puede encontrarse en J. K. Grider,
“Arminianism”, en Evangelical Dictionary of Theology, ed. Elwell, Walter A (Grand Rapids:
Baker Book House, 1984), 79.
57 Algunos eruditos, tales como A. C. Sundberg, han abogado por una fecha del siglo IV (ca. 350
d.C.). Sin embargo, esta fecha tardía es improbable y las pruebas usadas en apoy o de ésta son
inconcluy entes. Véase E. Ferguson, “Canon Muratori: Date and Provenance”, Studia Patristica
18, 2 (1982), 677-83.
58 El filósofo que más a menudo se asocia con la “dialéctica” es G. W. F. Hegel (1770-1831). Él
describió el proceso de cambio como un desarrollo evolutivo del pensamiento llamado
“materialismo dialéctico”. Hegel creía que las ideas (tesis) generaban un contrapunto
(antítesis) que creaba una “tensión dialéctica” que demandaba una resolución, o síntesis. Adolf
von Harnack (1851-1930) usó esta teoría para explicar la historia del desarrollo teológico en la
Iglesia Primitiva.
59 Robert Shank presenta una posición arminiana más satisfactoria. Él indica antes de todo que la
predestinación y la elección no son sinónimas. La elección tiene referencia con quién es
elegido; la predestinación tiene que ver con el propósito para el cual los elegidos fueron
escogidos. Además, él manifiesta que la elección por parte de Dios es “en Cristo” (Ef. 1:4) y
es principalmente corporativa; Dios ha elegido para sí mismo a un pueblo redimido en Cristo.
Por lo tanto, aunque su elección abarca potencialmente a toda la gente, esta no abarca a
ninguna persona incondicionalmente. La fe es una respuesta necesaria que causa la
incorporación en Cristo como el Elegido de Dios. Véase R. Shank, Elect in the Son (Springfield,
MO: Westcott Publishers, 1970), 45-55; 99-108.
60 Véase Lc. 16:8; 20:34; 1 Co. 1:20; 2:6,8.
61 Véase Mt. 12:32; Lc. 18:29,30. Además, “esta siglo [o edad] presente” es caracterizado como
“malo”, y los cristianos han sido rescatados o librados de él por Cristo (Gá. 1:4; cf. Col. 1:13).
62 Véase Mt. 13:39,40,49,50; 24:3; 28:19,20.
63 Algunos podrían sostener que la evangelización debería ser definida para incluir el hacer
discípulos y señalan la Gran Comisión (Mt. 28:18-20) como apoy o para su posición.
Ciertamente las tareas están relacionadas con la obra de la iglesia. Sin embargo, las palabras
“evangelio (gr. euaggelion) y “predicar el evangelio” (gr. euaggelizomai) no aparecen en el
texto de Mateo. Desde un punto de vista lingüístico, entonces, parece mejor ver la obra de
evangelización como dirigida a los pecadores perdidos y el discipulado al crey ente cristiano.
64 Aquellas ley es fueron identificadas por Charles Darwin en su obra El origen de las especies
(1859). Él consideró el agente que produce cambio como mutaciones arbitrarias, y el
mecanismo de cambio como “selección natural”. Hoy muchos científicos tienen serias dudas
y problemas con la explicación de Darwin, pero pocos niegan que la evolución darwiniana
haga la existencia de Dios innecesaria. Para una aclaración concisa de como la teoría de la
evolución conduce al ateísmo, véase la entrevista de Lee Strobel con Jonathan Wells al
respecto: “Dudas acerca del darwinismo” en El Caso Del Creador (Miami: Vida, 2005), 35-82.
Quizás la crítica más erudita de la evolución darwiniana hasta ahora es la obra por Philip
Johnson Darwin On Trial, 2a ed. (Downers Grove: InterVarsity Press, 1993).
65 Deberíamos notar que el relato bíblico de la creación, y las referencias a ella, enfatizan el
hecho de que el mundo es una creación de Dios. No nos son dadas con el propósito de decirnos
la manera en que Dios lo creó. Sin embargo, las muchas referencias al comienzo del mundo o
creación antes de que hubiera una creación material, seguramente sugieren que el acto
original fue ex nihilo. Véase Mt. 13:35; 25:34; Mr. 10:6; 13:19; Lc. 11:50; Jn. 1:1; 8:44; Ro. 1:20;
Ef. 1:4; 1 P. 1:20; 1 Jn. 1:1; Ap. 3:14; 13:8; 17:8, et al. (Erickson, Christian Theology, 395).
66 Véase Leon Morris, “Propitiation”, en Evangelical Dictionary, ed., Elwell, 888. Cf. Leon
Morris, “The Use of Hilaskesthai in Biblical Greek”, Expository Times (May o 1951), 227-33.
67 Para algunos, la vacilación en pensar en la muerte de Cristo como el “aplacamiento” de la ira
de Dios, se basa en el erróneo supuesto de que tal perspectiva presentaría a Dios como
contrario a la redención. Como el NT enseña claramente, Cristo no se opone a la voluntad del
Padre que juzgaría al pecador si no fuera por el sacrificio expiatorio de Cristo. Antes bien,
“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Co. 5:19). La paradoja de esta
doctrina consiste en que Dios proporciona lo que su justicia exige. Él satisface las demandas de
su ira al enviar a su propio Hijo para ser un sacrificio expiatorio.
68 Por ejemplo, en el debate de creación versus evolución, la hipótesis de la existencia o no-
existencia de Dios podría darse como un hecho por aquellos en el debate. Una vez que se
acepta, se puede hablar de la legitimidad o plausibilidad de las dos posiciones, examinando
pruebas de ciencias empíricas. Es decir, si Dios existe (o no existe), ¿qué tipo de mundo
esperaríamos encontrar? ¿Qué tipo de mundo encontramos?
69 Way ne Grudem conduce un estudio inductivo completo de lo que la Biblia enseña sobre sí
misma, y concluy e que la Escritura presenta un testimonio uniforme: “centenares de textos
animan al pueblo de Dios a confiar plenamente en la Escritura, pero ningún texto anima
cualquier duda o siquiera la mínima desconfianza de la Escritura.… Confiar en la ‘inerrancia’
de cada detalle histórico afirmado en la Escritura es… seguir la enseñanza y práctica de los
autores bíblicos mismos.… Todas las palabras de la Biblia son las palabras de Dios y que Dios
no puede hablar falsamente”. Véase Way ne Grudem, “Scripture’s Self-Attestation and the
Problem of Formulating a Doctrine of Scripture,” en Scripture and Truth, ed. D. A. Carson y
John D. Woodbridge (Grand Rapids: Academie Books, 1983), 59.
70 Véase Nm. 23:19; 1 S. 15:29; Sal. 55:19; 110:4; Jer. 4:28; Mal. 3:6; He. 7:21.
71 Véase Éx. 32:12; 2 S. 24:17; Jer. 26:3,13. El libro de Jonás presenta una clásica ilustración de
esto. Dios entrega una declaración incondicional del juicio: “De aquí a cua-renta días Nínive
será destruida” (3:4). Pareciera que Dios no cumplió su profecía o cambió de opinión.
Realmente, el carácter misericordioso de Dios es responsable de su postergación del juicio
hasta el tiempo de Nahum (aproximadamente 150 años más tarde). Es también consecuente
con lo que Él reveló en otra parte. Dios es libre de cambiar sus acciones res-pecto al justo (que
abandona la rectitud) respecto al malo que se arrepiente y comienza a practicar la justicia (Ez.
18:23-32).
72 Los teólogos a menudo interpretaron el kenosis como una adición de humanidad, pero no una
substracción de su deidad.
73 Para una descripción concisa pero informativa del “aporte” de Marción a la formación del
canon del NT, véase David Dunbar, “The Biblical Canon” en Hermeneutics, Authority and
Canon, ed. Carson, D. A. y John D. Woodbridge (Grand Rapids: Academie Books, 1986), 331-
32.
74 Esta también se conoce como “doble predestinación”, que LUTERO rechazó, crey endo que la
predestinación se aplica sólo a aquellos elegidos para salvación. Hay dos problemas básicos
respecto a esta doctrina. Primero, ésta iguala la elección con la predestinación mientras que en
el NT encontramos textos claros que sugieren otra cosa. Segundo, ésta hace caso omiso del uso
en el NT del verbo “predestinar” en relación con sus objetos. Robert Shank ha mostrado
claramente que los dos términos no son equivalentes. Primero, él reconoce que la “elección”
tiene que ver con quién será salvo, pero demuestra exegéticamente que es principalmente una
elección “colectiva” “en Cristo” en la cual la gente participa individualmente por la fe.
Segundo, los seis usos de la palabra griega prooridzō (“predeterminar, predestinar,
preordenar”) revelan que la predestinación se concentra en, según las palabras de Shank, la
“circunstancia” (propósitos u objetivos) de aquella elección: (1) el objetivo de crey entes
conformados a la imagen del Hijo de Dios y glorificado con él (Ro. 8:29,30; Ef. 1:11,12); (2) la
sabiduría oculta de Dios revelada en el Evangelio (1 Co. 2:7); (3) el objetivo de la adopción,
para ser hijos de Dios por medio de Cristo (Ef. 1:5). Véase Robert Shank, Elect in the Son
(Springfield, Mo.: Westcott Publishers, 1970), 21-55, 155-58.
75 Hay debate y controversia teológica respecto a quién, o lo que Dios sabe, y qué resulta de su
conocimiento anticipado o presciencia. Véase ARMINIANISMO. El NT pocas veces usa el
verbo y el sustantivo. Véase Ro. 8:29; 11:2; 1 P. 1:2,20; Hch. 2:23.
76 Nótese con qué frecuencia en sus epístolas Pablo inicia su carta a las iglesias con un saludo
como “Gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Como judío, Pablo sin
lugar a dudas estaba pensando en la palabra hebrea shalom, una palabra que recuerda la paz y
el bienestar total de aquel que está en una relación de pacto con Dios.
77 La frase griega también puede traducirse como siendo “nacido de lo alto.”
78 Por ejemplo, los reformadores consideraron que su tarea era el retorno a la herencia cristiana
apostólica y restaurarla, cuando ellos elevaron las Escrituras como la autoridad suprema para
evaluar la fe y la práctica sola Scriptura. Véase LUTERO, MARTÍN.
79 Véase Ro. 1:7; 8:27; 1 Co. 1:2; 2 Co. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:2, etc.
80 Para una obra muy provechoso dedicada a esta doctrina, véase Donald L. Alexander,
Christian Spirituality: Five Views of Sanctification (Downers Grove, IL: InterVarsity Press,
1988).
81 El debate sobre la seguridad eterna es complejo y depende de la interpretación de múltiples
textos. Para una presentación equilibrada de las posiciones arminiana y calvinista, véase W. T.
Purkiser, “Eternal Security ,” en BDT, 192-93 y J. H. Gerstner, “Perseverance” en BDT, 403-4.
Una obra muy provechosa que trata exegéticamente con casi todos los textos pertinentes es el
libro de Robert Shank Life in the Son (Springfield, Missouri: Westcott Publishers, 1960).
82 Cualquier definición de Dios es imperfecta e incompleta. Aquí se da simplemente algunos
atributos esenciales de Dios, que caracterizan el teísmo cristiano.
83 Véase la discusión de Lee Strobel con Michael Behe acerca de la evidencia de un Diseñador
con propósito, que se extrae de la bioquímica. Véase Strobel, El Caso Del Creador, 241-74.
84 Por ejemplo, Pablo emprende una teodicea en Ro. 9-11. Los cristianos judíos han llegado a
una crisis de fe por el hecho de que Israel como nación no acepta el evangelio. Las
consecuencias son que las promesas de Dios no se cumplían, y algunos judíos ponen en duda el
carácter fiel de Dios para cumplir sus promesas a Israel. Pablo toma estos tres capítulos para
sostener que no hay injusticia alguna en Dios (9:14). Para una interpretación muy iluminadora
de Ro. 9-11 en vista de esta teodicea, véase R. Shank, Elect in the Son, 108-19.
85 La teología sistemática también emplea la filosofía, la historia, la antropología social
(conciencia humana), y hasta la ciencias naturales para explorar ciertas evidencias de la
existencia de Dios y su providencial presencia en el mundo.
86 Uno de los mejores tratamientos del debate sobre si el ser humano es “dicótomo” o
“tricótomo” se halla en el libro de James O. Buswell Jr., A Systematic Theology of the Christian
Religion, vol. 1 (Grand Rapids: Zondervan, 1962), 231-51.
87 Lamentablemente, algunos usan la expresión suponiendo que las palabras en sí contienen un
poco de poder intrínseco, y que por sólo recitar las palabras el poder es liberado. Esto se
asemeja al uso pagano de fórmulas mágicas en el mundo greco-romano, y es condenado en la
Escritura. Véase Mt. 6:7; Hch. 19:13-16.
88 Este es a veces referido como tener “una estima más elevada” de la Escritura y a menudo
esta incluy e la creencia en la “inerrancia” o la “infalibilidad” de la Escritura.
89 Jesús los reprendió y mostró cómo esta clase de legalismo puede minar los grandes principios
morales que contiene la ley. La ironía era que los fariseos en su celo por guardar la Ley a
través de sus tradiciones, finalmente dejaron de lado la Ley, y de esta manera la quebrantaron
(Mr. 7:6-13).
90 David Reed llama al pentecostalismo unitario “una forma de modalismo simultáneo que, a
diferencia del sabelianismo, considera las tres manifestaciones como presentes al mismo
tiempo, no en sucesivos períodos reveladores.” Véase DPCM, s.v. “Oneness Pentecostalism”,
649.
Apéndice A
Hermenéutica Pentecostal (H-P)1
Todo creyente que lee y procura entender las Escrituras practica la hermenéutica,
conozca o no el significado del término. Igualmente los pentecostales alrededor
del mundo han interpretado la Biblia desde el inicio del movimiento pentecostal
moderno, a comienzos del Siglo XX. 2 Sin embargo, sólo en la últimas décadas
los eruditos pentecostales se han interesado en abordar el tema de la H-P, con el
objetivo expreso de analizar la manera en que ellos practican su interpretación de
la Biblia, y de considerar si los pentecostales tienen algo diferente o único que
aportar a la práctica de la hermenéutica. Este tema ha inspirado y ha generado
libros dedicados completamente al tema3 e innumerables artículos de erudición.
Ya que el formato y propósito de este libro es proporcionar una introducción a
los términos y métodos básicos de la hermenéutica, lo que sigue no pretende ser
un estudio exhaustivo o completo al respecto. No obstante, la intención del
autor es introducir al lector en los interrogantes y asuntos que plantea la H-P, de
modo que el estudio adicional pueda ser informadao y dirigido por una
indagación enfocada.
¿Hay una hermenéutica pentecostal específica y reconocible? Los
pentecostales de los últimos treinta o cuarenta años han respodido a esta
pregunta de manera afirmativa y también negativa. El término HERMENÉUTICA
se refiere a un sistema específico de interpretación organizada dentro de un marco
de referencia establecido (ideológico, empírico, doctrinal, etc.), que incluye un
sistema reconocido de presuposiciones, valores o creencias que dirigen y
controlan la interpretación de textos. Si el interrogante delante de nosotros tiene
la intención de saber si hay una H-P identificable y que los pentecostales
alrededor del mundo practiquen de manera uniforme, la respuesta debe ser “ no”.
La diversidad hermenéutica dentro de la erudición pentecostal deja esto en
claro. 4 Muchos eruditos pentecostales recibieron su formación académica en
seminarios protestantes de iglesias históricas; otros en instituciones evangélicas
conservadoras, y todavía otros en programas religiosos en universidades
seculares. Por consiguiente, sus métodos interpretativos varían según sus
antecedentes académicos, su intrucción, y quizás más formativamente, según la
tradición religiosa en que fueron criados. Aunque los pentecostales han mostrado
históricamente un gran respeto por la inspiración y la autoridad de las
Escrituras, la búsqueda de legitimidad de sus doctrinas y experiencias en las
enseñanzas de la Biblia, 5 los ha conducido a usar diversos enfoques y métodos
en la interpretación de las Escrituras. Lamentablemente, éstos abarcan desde el
enfoque extremadamente literal al método de extrema espiritualización que se
aproxima a alegorización (véase INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA), ningún extremo
muestra el sentido que el autor bíblico quiso comunicar.
Sin embargo, la respuesta a lo anterior también puede ser afirmativa, en el
caso de haber preguntado si los pentecostales aportan a la interpretación bíblica
presuposiciones conformadas por intereses, perspectivas, y experiencias, que son
más o menos exclusivas de los pentecostales. Esta es una diferencia compleja, y
una que requiere que meditemos y nos preguntemos, en primer lugar, qué
constituye una hermenéutica. En 1992, Gordon Anderson hizo algo de mucho
valor para cada pentecostal interesado en contestar a esta pregunta, al identificar
seis elementos necesarios que conforman toda hermenéutica. 6 Para mantener la
brevedad en el análisis, los elementos están organizados en una lista, luego
proveeré comentarios y calificaciones adicionales que procurarán evaluar cómo
los pentecostales coinciden o difieren en su comprensión de estos elementos.
Testimonio y conclusión
En mis estudios doctorales sobre el desarrollo del canon de Nuevo
Testamento en el segundo siglo, 22 rápidamente me di cuenta de que los padres
apostólicos, y muchos padres ortodoxos de la iglesia, buscaron validación
apostólica para sus enseñanzas, doctrinas, y praxis. Ellos lo hicieron así porque
creyeron que los apóstoles y sus asociados tenían autoridad delegada por Cristo
para enseñar y transmitir sus enseñanzas. Los primeros escritos cristianos que se
convirtieron en nuestro Nuevo Testamento fueron esa validación. En otras
palabras, ellos buscaron una norma externa, independiente, y autoritativa para
juzgar todos los asuntos de fe y conducta. Ellos encontraron tal REGULA FIDEI
(lit. “ regla de fe”) en los escritos apostólicos del Nuevo Testamento.
Ahora, si oigo bien a mis hermanos pentecostales, los autores bíblicos no
son determinantes del sentido en los textos que escribieron. Este no fue
ciertamente el criterio de la iglesia primitiva, en su intento de encontrar aquellos
documentos que pudieran definir la fe de nuestros antepasados pentecostales del
primer siglo, los Apóstoles. Estos documentos y muchos otros escritos
“ cristianos” existieron y fueron producidos por una pléyade de comunidades
distintas y separadas. ¿Se nos pide ahora que creamos que lo qué los apóstoles
creyeron, hablaron, y se propusieron enseñar es muy difícil de determinar, y
generalmente irrelevante? Por consiguiente, ¿debería yo adoptar una
hermenéutica que pone al lector y a su comunidad interpretativa como quien
determina o crea el sentido, aun con la ayuda del Espíritu Santo? Esto me hace
pensar en una conversación que tuve hace unos veinte años atrás con un ahora
famoso teólogo de la liberación. Hablamos con mucho detalle sobre el asunto de
cómo se puede mantener cualquier sentido ortodoxo, cuando se rechaza la
intención original del autor bíblico como determinante del sentido textual. Para
ilustrar mi punto, le pregunté qué haría él si encontrara a alguien que abogara
por un estilo de vida evidentemente inmoral y luego se pusiera a ofrecer
interpretaciones de la Escritura que supuestamente lo apoyaran. Su respuesta me
impresionó, y es lo que hoy viene a mi mente. Él respondió: “ Yo le diría que
no es así como nuestra comunidad pentecostal entiende esas Escrituras, y si
usted quiere pertenecer a esta comunidad, usted debe abandonar esas creencia y
prácticas.” Esta parece ser la dirección en que va la opinión de estos intérpretes
pentecostales. La autoridad independiente y autónoma de las Escrituras
infalibles23 de alguna manera se presenta como opción y se sustituye por la
autoridad subjetiva del lector y la comunidad de creyentes, que supuestamente
son dirigidos por el Espíritu Santo. Cualquiera que lee las epístolas de Pablo a
los corintios se da cuenta que sus opositores se presentaban como voz profética
(1 Co. 12) y apostólica (2 Co. 11). ¿Quién puede decir que ellos no tenían una
causa legítima? Esas voces heterodoxas competidoras puede ser corregidas o
silenciadas sólo si la intención original de las palabras de Pablo se considera
como determinante del sentido textual. Como fue en ese tiempo, también lo es
hoy.
_______________
1 Considerando el trasfondo del autor en la tradición pentecostal, lo que sigue es el concepto
cuy a definición es la más extensa en este Diccionario. Esto es intencional y con la esperanza
de que los lectores a quienes me dirijo incluy a un importante número de pentecostales y
carismáticos. Estos crey entes han sido expuestos a una amplia gama de enfoques
hermenéuticos, algunos de ellos confusos y hasta contradictorios.
2 Un buen lugar donde obtener una perspectiva panorámica de este tema es el artículo,
“Hermeneutics, Historical Perspectives on Pentecostal and Charismatic,” por French L.
Arrington en el Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements, editado por Stanley M.
Burgiss, Gary B. McGee y Patrick H. Alexander (Grand Rapids: Zondervan Publishing House,
1988), 376-389.
3 Uno de los más recientes es Kenneth J. Archer, A Pentecostal Hermeneutic: Spirit, Scripture
and Community (Cleveland, TN: CPT Press, 2009). Una obra que procura identificar la
unicidad de la H-P a la luz del postmodernismo es el libro por Bradley Truman Noel,
Pentecostal and Postmodern Hermeneutics (Eugene, OR: Wipf and Stock, 2010). Para una
crítica sobre esta última obra véase mi reseña en el Encounter E-Journal en el sitio web del
Assemblies of God Theological Seminary , bajo escritos y publicaciones del cuerpo docente.
4 Para una excelente descripción de esta diversidad véase Noel, Pentecostal and Postmodern
Hermeneutics, capítulos 3-4, pp. 44-95.
5 Arrington deja esto en claro en su artículo, “Hermeneutics…”,
6 Véase Gordon L. Anderson, “Pentecostal Hermeneutics”, una monografía presentada ante la
Society for Pentecostal Studies Conference, en Springfield, Missouri, marzo de 1992.
7 Noel cita con aprobación la evaluación de Umberto Eco: “Eco cree que la intención del autor
es ‘muy difícil de indagar y con frecuencia irrelevante para la interpretación de un texto.’”
Véase Noel, Pentecostal/Postmodern Hermeneutics, p. 137. Imagine esto. Lo que Pablo, Pedro,
Santiago, y Juan quisieron decir, ¡no es relevante para entender sus propios escritos! Uno tiene
que hacer una pregunta teológica importante: “¿Qué entonces es lo inspirado, sus palabras y
pensamientos, como se expresan en las Escrituras, o nuestras interpretaciones independientes
de sus escritos?”
8 El libro de Noel demuestra fácilmente esto. Entre aquellos que Noel reseña están Gordon Fee,
Robert Menzies, Roger Stronstad, y Gordon Anderson. Véase Pentecostal/Postmodern
Hermeneutics, capítulos 5-6, pp. 96-145. Otros eruditos pentecostales notables que ven un
sentido objetivo en el texto, y que se identifican con la intención del autor, son French
Arrington, William Menzies, Doug Oss, y John Wy ckoff por mencionar sólo unos cuantos.
9 Véase a John W. Wy ckoff, Pneuma and Logos: The Role of the Spirit in Biblical Hermeneutics
(Eugene, OR: Wipf and Stock Publishers, 2010. Wy ckoff, en los capítulos 2-3, pp. 12-96,
establece que la iglesia cristiana en toda época ha reconocido la obra del Espíritu no sólo en
darnos las Escrituras, sino en ay udarnos a entenderlas.
10 Anderson (“Pentecostal Hermeneutics”) nos aconseja que consideremos nuestras palabras
detenidamente, y cita a varios prominentes eruditos pentecostales cuy os puntos de vista son
confusos, imprecisos, y que lindan en un elitismo que no tiene defensa alguna. “¿Qué quiere él
(un erudito pentecostal) decir cuando afirma que la percepción pentecostal de la naturaleza y
la función de la Escritura es única? ¿Cómo se diferencia ésta de la que tienen otros evangélicos
conservadores? ¿Por qué la confianza pentecostal en la iluminación es algo único? Todos los
evangélicos conservadores afirman que el Espíritu Santo cumple un papel vital en la
interpretación. ¿Cuál es esta “significación más profunda” del texto que sólo puede obtenerse
por una epistemología neumática o carismática? ¿Más profunda en cuanto a qué? ¿Más
profunda que aquella que un bautista o un nazareno pueden recibir? y ¿qué es una
epistemología neumática y en que sentido es única?”
11 Véase Wy ckoff, Pneuma and Logos, capítulo 4, pp. 97-122. Él usa los criterios de Lawrence
O. Richards que identifica cinco niveles de aprendizaje: memorización, reconocimiento, rea-
firmación, relación, y realización. Los dos últimos niveles se definen para incluir una respuesta
adecuada a la verdad, es decir, que envuelva la voluntad de la persona, y permita una
adecuada respuesta de vida. Véase Lawrence O. Richards, Creative Bible Teaching (Chicago:
Moody Press, 1970), 69-73.
12 Por ejemplo, respecto a una comprensión racional de la Escritura, Pablo razonó con los judíos
en la sinagoga de Éfeso (Hechos 18:19). La impresión emocional de ser lleno del Espíritu es
confirmada en Hechos 13:52. Después del sermón de Pedro en Pentecostés, las reacciones de
los oy entes hablan del impacto volitivo que causó la predicación de Pedro, inspirada por el
Espíritu Santo (Hechos 2:37; Cf. Hechos 1:14. Nótese que el verbo apoph-thengomai en 1:14 se
usa en Hechos sólo para el discurso inspirado por el Espíritu.
13 Véase la discusión sobre la narrativa histórica en Gordon D. Fee y Douglas Stuart, How to
Read the Bible For All Its Worth, 2da y 3ra ediciones (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1994,
2004).
14 Véase Roger Stronstad, The Charismatic Theology of St. Luke (Peabody, MA: 1984). Además
véase del mismo autor The Prophethood of All Believers: A Study in Luke’s Charismatic
Theology, (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1999).
15 Mientras cursaba estudios de postgrado, este autor evaluó la aseveración de los cesacionistas:
los dones carismáticos del Espíritu cesaron al final de era apostólica (c. 100 d.C.). Escribí una
monografía sobre el testimonio los charismata (dones espirituales) en los escritos de los Padres
Prenicenos (antes del Concilio de Nicea en 323 d. C.). Mi monografía, de unas 30 páginas,
aunque llena de citas, está lejos de ser exhaustiva.
16 Esto puede establecerse al examinar el tema de la presencia manifiesta de Dios en la Biblia,
desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Lo significativo es que la promesa del nuevo pacto está
vinculada a la provisión de Dios del Espíritu, y establece al pueblo de Dios como propiedad
suy a. Véase especialmente Jer. 31:27-33; Ez. 36:26-28; 37:23,27; Cf. 2 Co. 3:4-18.
17 Otro modo de presentar ésto es que marca el principio del Eschaton, el fin de la era antigua y
el principio de la era nueva, la era que ve cumplidas las promesas redentoras de Dios, antes de
la Segunda Venida de Cristo y de la era eterna por venir.
18 Véase Pentecostal and Postmodern Hermeneutics, especialmente el capítulo 6, “Pentecostal
Hermeneutics for the Twenty -first Century : Kenneth J. Archer’s Proposal,” pp. 122-145.
19 Citado por Noel en Pentecostal and Postmodern Hermeneutics, p. 163.
20 John Christopher Thomas, “Women, Pentecostals and the Bible: An Experiment in Pentecostal
Hermeneutics” Journal of Pentecostal Theology 5 (1994), 55.
21 Recuerde que la herética cristología arriana fue más de una vez la opinión de la may oría en la
iglesia. La cristología ortodoxa de Atanasio fue perseguida.
22 Véase a James D. Hernando, Irenaeus and the Apostolic Fathers: An Inquiry into the
Development of the New Testament Canon, tesis doctoral para la obtención de grado PhD
presentada a la Drew University , 1990. Disponible en University Microfilms International, Ann
Arbor Michigan.
23 Es interesante observar que tanto Archer como Noel lamentan el hecho de que la may oría de
los pentecostales sostienen la inerrancia de las Escrituras, que ellos consideran innecesaria para
afirmar la inspiración y la autoridad de las Escrituras. Véase Noel, Pentecostal and Post-
modern Hermeneutics, p. 141. A modo de respuesta, y o preguntaría, ¿cómo justificamos que
creemos y obedecemos una Escritura con errores? ¿Cómo predicamos o proclamamos error
autoritativo?
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Índice de Términos
Abismo, 131
Abogar a la sangre, 183
Admonición, 109
Adopción, 165
Agustín, 61
Alegoría, 13
Alegorización, 83
Alegorizar, 14
Aliteración, 121
Alta crítica/críticos (véase Crítica Histórica), 75
Amanuense, 131
Amilenialismo, 153
Análisis actancial, 80
Análisis del discurso, 83
Análisis paradigmático, 80
Análisis sintáctico, 18
Analogía de la fe, 14
Analogía de la Escritura, 14
Anticristo, 153
Antinomiano, 154
Antitipo, 94
Antonomasia, 126
Antropomorfismo, 127
Antropopatismo, 127
Aplicación, 14
Apocalipsis, 99
Apócrifo, 15
Apologista, 154
Apostasía, 154
Apóstrofe, 127
Aquino, Tomas de, 72
Arameo, 132
Aretalogía, 103
Armagedón, 132
Arminianismo, 165
Arqueología, 132
Arrebatamiento, 155
Arrepentimiento, 155
Arrepentirse, 155
Artemisa/Diana, 132
Ascetismo, 133
Asera, 133
Asindetón, 121
Asiria, 133
Asmoneos, 134
Asonancia, 121
Autógrafo, 134
Autor implícito, 77
Autoritativo, 14
Baal, 134
Babilonia, 135
Baja crítica (véase Crítica textual), 75
Barth, Karl, 61
Bautismo, 155
Bautismo en el Espíritu Santo, 155
Bultmann, Rudolf, 62
Cabalistas, 49
Calvinismo, 165
Calvino, Juan, 62
Canon, 15
Canon Muratorio, 166
Canónicos, 16
Cargar una palabra, 16
Carismático, 156
Carismáticos, 166
Carta apologética, 100
Carta de un embajador, 101
Círculo hermenéutico, 83
Circuncisión, 135
Clemente de Alejandría, 63
Códice, 135
Comedia, 99
Componentes retóricos, 75
Comunidad de Qumrán, 135
Conclusio, 76
Confirmatio, 76
Contexto histórico-cultural, 16
Contexto literal, 16
Contextualización, 17
Crisóstomo, Juan, 64
Cristiandad, 167
Cristianos de la Gran Comisión, 183
Cristocéntrico, 156
Cristología, 167
Crítica, 17
Crítica de las formas, 76
Crítica de la narrativa, 77
Crítica de la redacción, 78
Crítica de la respuesta del lector, 87
Crítica de la retórica, 78
Crítica de las fuentes, 79
Crítica estructural, 80
Crítica histórica, 81
Crítica literaria, 81
Crítica sociológica, 81
Crítica textual, 82
Cuádriga, 61
Cultura, 17
Deconstrucción, 84
Deísmo (también deísta, deístico), 167
Deliberativo (véase Crítica de la retórica), 101
Depravación, 167
Desmitificación, 85
Día de Pentecostés, 136
Dialéctica, 167
Diálogo, 109
Diana /Artemisa, 132
Diatriba, 122
Dicho dominical, 99
Dicho parabólico, 112
Didáctico, 17
Dinastía, 136
Dispensacionalismo, 168
Disposición mecánica, 18
Distanciación, 18
Doble sentido, 122
Dogmático, 18
Doxología, 99
Eclesiástico, 168
Ecuménico, 168
Ecumenismo, 168
Edad Media, 45
Éfeso, 136
Eiségesis, 19
Elección, 169
Elipsis, 130
Encarnación, 169
Endecha, 117
Enfoque devocional, 85
Enfoque dispensacional, 85
Enfoque dogmático, 86
Enfoque existencial, 86
Enfoque/crítica de la respuesta del lector, 87
Enfoques naturalistas, 87
Enfoques supernaturalistas, 87
Enigma, 109
Epicureos, 137
Epideíctica(o), 79, 101
Epistemología, 19
Epístolas, 100
Epizeuxis, 122
Epopeya, 111
Equivalencia dinámica, 19
Erasmo, Desiderio, 64
Erudición conservadora, 183
Erudición liberal, 184
Escatología, 169
Escolasticismo, 46
Escuela de Alejandría, 46
Escuela de Antioquía, 46
Escuela Historicista, 156
Esenios, 137
Espiral hermenéutico, 88
Espiritualizar, 19
Establecer principios, 20
Estructuras profundas, 80
Estructuras superficiales, 80
Estudio bíblicos: Introducción y trasfondo, 131–53
Ética, 170
Ético, 170
Etimología, 21
Etnohermenéutica, 89
Etnolinguística, 89
Eufemismo, 124
Evangélico, 170
Evangelio, 137
Evangelios sinópticos, 137
Evangelios, 102
Evangelismo, 170
Evidencia externa, 21
Evidencia interna, 21
Evolución, 170
Ex nihilo, 171
Exégesis, 21
Exégesis rabínica, 49
Exégesis sintáctica-teológica, 90
Existencialismo, 22
Existencialismo cristiano, 47
Exordium, 75
Expiación, 171
Exposición, 23
Fábula, 104
Falacia intencional, 23
Fariseos, 138
Fiesta de la Pascua, 138
Fiesta de los tabernáculos, 138
Fiesta de Pentecostés, 138
Figuras de adición o plenitud de expresión, 124–126
Figuras de asociación y relación, 126
Figuras de comparación, 127–129
Figuras de contraste, 129
Figuras de omisión, 130
Figuras retóricas, 124–130
Filacterias, 138
Filología, 24
Filón de Alejandría, 65, 139
Filosofía, 24
Frei, Hans, 65
Futurista, 107
Gadamer, Hans-Georg, 66
Galacia, 139
Gemara, 49
Género, 24, 104
Glosa interpretativa, 82
Glosolalia, 139
Gnosis, 139
Gnosticismo, 140
Gog y Magog, 140
Gracia preveniente, 172
Gran Tribulación, 156
Hades, 140
Haggadá, 51
Halaká, 51
Hamartología, 157
Hapaxlegomena, 24
Haustafeln, 101
Heidegger, Martin, 68
Helenista, 141
Hendíadis, 124
Hendiatris, 125
Herejía, 157
Herejía colosense, 141
Hermenéutica, 25
Hermenéutica especial, 25
Hermenéutica feminista, 90
Hermenéutica general, 25
Hermenéutica pentecostal, 91, 187
Hermenéutica postmoderna, 91
Herodes el Grande, 141
Hijo de David, 157
Hijo del Hombre, 157
Hillel, Rabí, 68, 141
Hipérbole, 125
Hiponoía, 65
Hipótesis, 172
Hirsch, E. D., 68
Historicista, 108
Homilética, 25
Horizonte(s), 26
Horizontes (fusión de), 67
Humanismo (cristiano, secular), 172
Idealista, 108
Iluminación, 26
Imperio Romano, 149
Imprecatorios (salmos), 117
Inclusio, 123
Inductivo (razonamiento), 27
Inerrancia, 172
Inerrante, 172
Infalibilidad, 173
Infalible, 173
Inmanencia, 173
Inmanente, 173
Inmersión (véase bautismo), 142
Inminencia, 173
Inminente, 173
Inmutabilidad, 173
Inmutable, 173
Inspiración, 27
Inspiración plenaria, 174
Intención del autor, 27
Interpretación, 27
Interpretación alegórica, 47
Interpretación judía, 48
Interpretación tipológica, 93
Interpretación tradicional, 94
Ironía, 129
Jerónimo, 69
Josefo, 142
Judaizantes, 142
Judas Macabeo, 142
Judicial, 79, 102
Justificación, 174
Kenosis, 174
Kerygma, 142
Kierkegaard, Søren, 69
Koinē, 143
Koinōnia, 143
Kurios, 143
Latinismo, 27
Lector implícito, 77
Lectura variante, 143
Legalismo, 184
Leitwort, 28
Lenguaje de comisión, 28
Lenguaje fenomenal, 28
Lenguaje figurado, 28
Lenguaje receptor, 29
Ley, 104
Ley Mosaica, 157
Leyes apodícticas, 105
Leyes casuísticas, 106
Libertinismo, 174
Libros apócrifos, 15
Libros canónicos, 16
Libros pseudoepígrafes, 143
Lingüística, 29
Literatura apocalíptica, 106
Literatura de sabiduría, 108
Litotes, 129
Lutero, Martín, 70
Narratio, 75
Narrativa, 110
Narrativa heróica, 111
Neo-orthodoxia, 54
Nicolaitas, 144
Nicolás de Lira, 71
Nueva Crítica 54, 82
Nueva hermenéutica, 25, 55
Ocasional (escrito), 31
Ofrenda de libación, 145
Onomatopeya, 123
Ontología/Ontológico, 31
Oráculo, 114
Ordo salutis, 175
Orígenes, 71
Ortodoxia, 31
Ortopraxis, 32
Pacto, 158
Padres apostólicos, 55
Padres de la iglesia, 176
Parábola, 112
Paradoja, 176
Paraenesis, 102
Paráfrasis, 32
Paraíso, 145
Paralelismo, 32, 119
Paralelismo antitético, 119
Paralelismo climático, 119
Paralelismo sinónimo, 120
Paralelismo sintético, 120
Paralelo conceptual, 32
Paralelo verbal, 32
Paralelomanía, 32
Paréntesis, 123
Paronomasia, 123
Parousia, 145
Partitio, 76
Pasaje paralelo, 33
Pecado, 159
Pecado imperdonable, 159
Pensamiento lineal, 176
Pentecostales, 184
Pentecostales clásicos, 184
Pericopa, 33
Período apostólico, 56
Período intertestamental, 145
Período moderno, 56
Período Patrístico, 57
Período Post-Reforma, 57
Peroratio/Conclusio, 76
Perseverancia de los santos, 176
Personificación, 128
Perspectiva profética, 115
Perspicuidad, 33
Peshat, 51
Pesher, 52
Piedra de molino, 146
Pietismo, 58
Pleonasmo, 125
Pneumatología, 176
Poesía, 113
Poligamia, 146
Polisemia, 34
Posesión de demonio, 146
Postestructuralismo, 95
Postexílico/Postexilio, 147
Posmilenialismo, 160
Posresurrección, 147
Postribulación, 160
Precomprensión, 34
Predestinación, 177
Preencarnado, 177
Premilenialismo, 160
Presciencia, 177
Presuposiciones, 35
Preterismo, 161
Preterista, 108
Pretribulación, 160
Primogénito, 147
Principio genérico, 20
Probatio/Confirmatio, 76
Procurador, 147
Profecía, 113
Profecía hortatoria/parenética, 115
Propiciación, 177
Propositio/Partitio, 76
Proverbio, 109
Quiasmo, 120
Racionalismo, 35
Rango semántico, 36
Razonamiento deductivo, 36
Razonamiento inductivo, 27
Reconciliación, 178
Redimir/redención, 178
Referente, 36
Reforma, 58
Refutatio, 76
Regeneración, 178
Regula Fidei, 178
Reino de los cielos, 148
Reino del Norte, 148
Reino del Sur, 148
Relativismo cultural, 36
Reporte, 111
Restitución, 161
Resurrección, 161
Retórica, 36
Retribución, 161
Revelación, 36
Revelación progresiva, 37
Revelación proposicional, 37
Río Eufrates, 148
Rollos del Mar Muerto, 149
Romanos/Roma/Imperio Romano, 149
Sabadismo, 179
Sabelio, 179
Sacramentos, 179
Sacrificio, 161
Saduceos, 149
Salmo(s), 116
Salvación, 162
Salvífico, 162
Samaritanos, 149
Sanedrín, 150
Santificación, 179
Santos, 162
Sarcasmo, 124
Schleiermacher, Friedrich, 71
Sedes doctrinae, 38
Segunda muerte, 162
Segunda Venida, 162
Seguridad eterna, 180
Seléucida, 150
Semántica, 38
Semiótica, 38
Semítico, 150
Semitismo, 39
Sensus literalis, 39
Sensus plenior, 39
Sentido, 40
Sentido connotativo, 40
Sentido contextual, 40
Sentido denotativo, 40
Sentido referencial, 41
Septuaginta, 150
Setenta semanas, 162
Shekina, 151
Significación, 41
Simbolismo emblemático, 121
Símbolo, 128
Símil, 129
Similitud, 112
Sinagoga, 151
Sincretismo/sincretista, 151
Sinécdoque, 126
Sinergístico, 180
Sion, 151
Sitz im Leben, 41
Soberanía, 181
Sod, 52
Sola Scriptura, 181
Sólo Jesús, 184
Soteriología, 181
Stichwort, 42
Stich, 113
Subjetivismo, 42
Talmud, 53
Tannaim, 53
Targumim, 53
Teísmo, 181
Teleológico, 181
Teodicea, 182
Teodoro de Mopsuestia, 72
Teofanía, 182
Teología, 182
Teología Bíblica, 153–64
Teología de la Liberación, 96
Teología histórica y sistemática, 165–183
Terafín, 152
Testamento, 152
Tiempo de angustia para Jacob, 163
Tipo, 94
Tipología, 96
Tipos de crítica bíblica, 75–83
Tomas de Aquino, 72
Torah, 42
Torah/Ley Oral, 163
Tosefta, 53
Tradición, 42
Traducción literal, 43
Trans-Éufrates, 152
Transferencia total, 43
Transgresión, 163
Trascendencia, 182
Tribulación, 163
Tricotomía, 183
Unidad de la Escritura, 43
Unidad de sentido, 43
Urim y Tunim, 152
Usus loquendi, 44
Variante, 82
Venida del Señor, 163
Vicario, 164
Victorinos, 59
Zelotes, 152
Zeugma, 130
Zwinglio, Ulrico, 72
Términos Adicionales
Diccionario de Hermenéutica
Gospel Publishing House
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