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Una guía concisa de términos, nombres, métodos, y expresiones

James D. Hernando

Gospel Publishing House


Springfield, Missouri
02-0452
El Texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en
América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS © Copy right 1986, 1995,
1997 by The Lockman Foundation Usadas con Permiso.

En las citas bíblicas, las palabras que el autor enfatiza aparecen en cursiva.

© 2012 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, Missouri 65802. Todos
los derechos reservados. Ninguna pate de este libro puede ser reproducida, almacenada en un
sistema de recuperación, o transmitida de ninguna manera o por ningún medio —electrónico,
mecánico, de fotocopia, grabación, o de cualquier otra manera— sin previo permiso del dueño
de los derechos de copia, con la excepción de breves citas que se usen en comentarios, en
revistas, o en periódicos.

ISBN: 978-1-60731-292-5

Impreso en los Estados Unidos de América


Contenido
Prefacio
Reconocimientos
Introducción
Abreviaturas

1. Términos y Ex presiones
2. Escuelas Históricas /Períodos de Interpretación
3. Figuras Destacadas en la Hermenéutica
4. Enfoques y Métodos de Interpretación
Tipos de crítica bíblica
Métodos, movimientos, y enfoques

5. Géneros Literarios
6. Mecanismos Literarios
Paralelismo
Mecanismos literarios y retóricos
Figuras retóricas

7. Términos Relacionados de otras Disciplinas


Estudios bíblicos: Introducción y trasfondo
Teología Bíblica (AT y NT)
Teología histórica y sistemática
Términos y expresiones populares

Apéndice A: Hermenéutica Pentecostal

Bibliografía Selecta
Índice de Términos
Términos Adicionales
Prefacio

Durante los veintidós años que he enseñado hermenéutica, he visto que


muchos alumnos tienen dificultad para leer sus libros de texto. Encuentran
muchos términos o conceptos que son totalmente desconocidos para ellos, o se
usan en un sentido completamente diferente. 1 Estos estudiantes son en términos
generales muy inteligentes, pero muchos se han formado en otras disciplinas, o
son personas que cursan una segunda carrera y no cuentan con una educación
bíblica o teológica formal. 2 Para ellos la comprensión de lectura es difícil debido
a la falta de conocimiento fundacional y de trasfondo.
A través de los años, con ayuda de mis alumnos, he identificado y he
compilado una lista de términos, nombres, conceptos, y expresiones que con
frecuencia aparecen en textos de hermenéutica, y dificultan la comprensión. Los
autores no tratan de ser obtusos, sino que debido a la falta de espacio a veces no
definen o no explican suficientemente estos términos, de modo que el “ neófito”
pueda entender el contenido. Por ejemplo, el Handbook of Biblical Criticism
por R. H. Soulen contiene muchos términos de hermenéutica, pero está escrito
para estudiantes más avanzados que tienen una base no sólo de hermenéutica,
sino de historia de la teoría hermenéutica, además de alguna familiaridad con
diversas disciplinas dentro de la crítica bíblica. Por consiguiente, la curva de
aprendizaje es excesivamente y además innecesariamente escarpada para alumnos
que estudian hermenéutica por primera vez.
Este libro está dedicado principalmente a términos, nombres, y expresiones
hermenéuticas. El Capítulo 7 fue añadido como un suplemento. Mis colegas de
Global University me motivaron a incluir la sección “ Términos relacionados de
otras disciplinas”, que a menudo aparecen en textos de estudios bíblicos y
teológicos, pero rara vez son suficientemente descritos. Los alumnos, que no
están familiarizados con los campos de la hermenéutica y los estudios bíblicos,
deberían encontrar en este libro una provechosa y práctica obra de referencia, al
leer sus principales libros de texto, textos suplementarios, y artículos de
investigación. Entonces, los objetivos propuestos son 1) disminuir la curva de
aprendizaje para alumnos nuevos en el campo de la hermenéutica; 2) minimizar
la frustración de leer material del cual no se tiene una adecuada comprensión
debido a una deficiencia de trasfondo; y 3) proporcionar un instrumento de
referencia útil para el estudio más profundo e interpretación de la Biblia.
Si aunque en una modesta medida de éxito se cumplieran los objetivos que
presento más arriba, me alegraré tanto en el aula como fuera de ella, y agradeceré
a Dios la posibilidad de facilitar el aprendizaje de sus siervos escogidos.

_______________
1 Por ejemplo, los alumnos de primer año se toparán indudablemente con el término
“dogmático” como en la expresión “exégesis dogmática.” La may oría posiblemente no
entenderá que el autor no se refiere a una aseveración algo intransigente en la interpretación
bíblica, cuy a base son pruebas menos que suficientes. Antes bien, ellos deben saber que tal
expresión se refiere a la interpretación bíblica que se hace dentro del marco de un sistema
teológico o de una confesión de fe, con la cual el intérprete está comprometido
2 En el seminario donde doy clases, típicamente 35 y 40% de sus alumnos de primer año
clasifican en esta categoría.
Reconocimientos

Quiero comenzar con alabanza y acción de gracias al Señor por llamarme y


capacitarme para ser un maestro en su Iglesia. Los profesores a menudo son
bendecidos cuando sus alumnos los inspiran a nunca dejar de aprender y ser cada
día mejor maestro. Efectivamente, así es en mi caso. Los alumnos que cito en
una lista más abajo escribieron ensayos y proyectos que me ayudaron a
identificar muchos de los términos que contiene este libro.
Ciertamente quiero expresar mi agradecimiento al Assemblies of God
Theological Seminary [Seminario Teológico de las Asambleas de Dios] por
haberme concedido un permiso sabático para escribir este libro, y a mis colegas
del cuerpo docente que me animaron a terminarlo.
Mi sincero agradecimiento a la Dra. Dilla Dawson de Global University que
me animó a escribir este proyecto, y al Dr. Quentin McGhee y el Dr. Willard
Teague, que concibieron una aplicación más amplia para este libro, y prepararon
la lista de términos que se incluyen en el Capítulo 7.
Finalmente, quiero agradecer a mi esposa Moira, no sólo por su inestimable
ayuda editorial, sino también por ser una constante fuente de amor, estímulo, y
crítica constructiva. No podría haber terminado este proyecto sin ella.

Expreso mi gratitud a los siguientes alumnos, cuyos proyectos de curso me


dieron una valiosa dirección al escoger los términos que se incluyen en este
libro: Jeanette Collins, Mary Beth Godard, Brian Jenkins, Irma Juárez, Heidi
Jumper, Randy Jumper, Jason Loper, Derrick Miller, Jeanine Schreiner,
UnYong Statwick, Brandon Slifka, Greg Stone, Jared Stoner, Jeff Williams, y
James Wright.
1
Introducción

El Diccionario de Hermenéutica: Una guía concisa de términos, nombres,


métodos, y expresiones fue escrito para servir como guía y libro de recursos para
estudiantes de posgrado de primer año, que estudian la hermenéutica por primera
vez. 1 El libro contiene artículos breves2 sobre términos, expresiones, y personas
relacionados con el campo de la hermenéutica bíblica, sus presuposiciones,
teoría, y praxis. La naturaleza y el objetivo del libro es que tal brevedad sea
apreciada, aunque sin comprometer la exactitud. Sin lugar a dudas, se podría
escribir mucho más sobre cada término que se incluye. Para algunos lo que no
se dice o se excluye es esencial para la comprensión exacta del término. El autor
se ha esforzado en proveer la información necesaria para la adecuada o cabal
comprensión. Obviamente, los lectores pueden discrepar en cuanto a qué es o no
es información adecuada y esencial.
Es provechoso que nuevamente se describa la estrategia de este volumen.
Éste cumple un objetivo triple: 1) Escribir definiciones breves y claras, que
eviten el uso de jerga técnica y que prácticamente no supongan un conocimiento
previo del campo. 3 Para muchos de los términos se presenta una casilla con un
texto bíblico, que presenta un ejemplo o ilustración del término que se define.
Cabe recordar que el objetivo es comunicar la información necesaria para la
comprensión de textos de nivel básico; 2) Donde sea aplicable, se escribirá una
descripción de la importancia del término (frase, nombre, etc.) en asuntos más
amplios dentro del campo de la hermenéutica;4 3) Cada artículo tiene
documentación incorporada en el estilo de referencia entre paréntesis. Este
formato tiene la ventaja de presentar el contenido de manera más casual y menos
técnico. Sin embargo, donde se necesite contenido de aclaración adicional se
incluyen notas suplementarias al pie de página. El autor ha escrito desde la
posición teológica evangélica pentecostal, pero donde se juzgue adecuado, se
presentan definiciones y acepciones según otras tradiciones.
_______________
1 Durante los últimos nueve años he pedido a mis alumnos en mis clases de hermenéutica que
anoten los términos que encuentren y que consideren que no estaban suficientemente definidos
o explicados. He guardado y compilado una lista de estos términos, y he añadido muchos por
mi cuenta. Aunque mi meta primaria sea los alumnos de seminario del primer año, sin previa
educación bíblica o teológica, este libro también será de utilidad a alumnos en nivel de
pregrado.
2 Nótese que uso el término “artículo” y no “definición” porque aunque se procura dar
definiciones sencillas, para algunos términos se requiere algo más que una definición.
3 Donde es necesario mencionar un término “relacionado”, se ha resaltado la palabra en
may úsculas pequeñas, indicando que ésta tiene un artículo en otra parte del libro. El alumno
puede entonces ir al Índice de Temas y encontrar el número de página donde aquel término
puede ser hallado.
4 Por ejemplo, después de definir un término técnico como usus loquendi, añadiríamos una
explicación de que este término latino (“uso común”) es algo anticuado, y se refiere a la
designación ordinaria de una palabra en un contexto cultural e histórico dado. También
suministraríamos un enlace conceptual a otros artículos, por ejemplo, cf. SENSUS LITERALIS.
Abreviaturas
Obras de referencia
Danker, Frederick William, ed. A Greek-English Lexicon of the
DBAG New Testament y Other Early Christian Literature. 3a ed.
Chicago: University of Chicago Press, 2000.
Blass, F., A. Debrunner, y Robert W. Funk. A Greek Grammar
BDF of the New Testament y Other Early Christian Literature.
Chicago: University of Chicago Press, 1961, 1975.
Taylor, Richard, ed. Beacon Dictionary of Theology. Kansas
BDT
City, MO.: Beacon Hill Press, 1983.
Harrison, E., G. W. Bromiley y Carl F. H. Henry. Baker’s
BDOT
Dictionary of Theology. Grand Rapids: Baker Book House, 1978.
Evans, Craig A. y Stanley Porter. Dictionary of New Testament
DNTB
Background. Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2000.
Burgess, Stanley M., y Gary B. McGee, eds. Dictionary of
DPCM Pentecostal y Charismatic Movements. Grand Rapids: Zondervan,
1988.
Elwell, Walter A., ed. Evangelical Dictionary of Theology. Grand
EDT
Rapids: Baker Book House, 1984.
McKim, Donald K. Historical Handbook of Major Biblical
HHBI
Interpreters. Downers Grove, I11.: InterVarsity Press, 1998.
Douglas, J. D., ed. The New Bible Dictionary. Grand Rapids:
NBD
Wm. B. Eerdmans, 1962. Reprint, 1978.
Marshall, I. Howard, ed. New Testament Interpretation: Essays
NTI on Principles y Methods. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans,
1977.
Alexander, T. D. y Brian S. Rosner, eds. New Dictionary of
NDBT
Biblical Theology. Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2000.
PDTT Grenz, Stanley, David Guretzki, y Cherith Fee Nordling. Pocket
Dictionary of Theological Terms. Downers Grove, Ill.:
InterVarsity Press, 1999.
Patzia, Arthur G., y Anthony J. Petrotta., Ill.: InterVarsity Press,
PDBS
2002.
Evans, C. Stephen. Pocket Dictionary of Apologetics y
PDAP Philosophy of Religion. Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press,
2002.

Libros de la Biblia
Antiguo Testamento
Génesis Gn.
Éxodo Éx.
Levítico Lv.
Números Nm.
Deuteronomio Dt.
Josué Jos.
Jueces Jue.
Rut Rt.
1 Samuel 1 S.
2 Samuel 2 S.
1 Reyes 1 R.
2 Reyes 2 R.
1 Crónicas 1 Cr.
2 Crónicas 2 Cr.
Esdras Esd.
Nehemías Neh.
Ester Est.
Job Job
Salmos Sal.
Proverbios Pr.
Eclesiastés Ec.
Cantares Cnt.
Isaías Is.
Jeremías Jer.
Lamentaciones Lm.
Ezequiel Ez.
Daniel Dn.
Oseas Os.
Joel Jl.
Amós Am.
Abdías Abd.
Jonás Jon.
Miqueas Mi.
Nahum Nah.
Habacuc Hab.
Sofonías Sof.
Hageo Hag.
Zacarías Zac.
Malaquías Mal.

Nuevo Testamento
Mateo Mt.
Marcos Mr.
Lucas Lc.
Juan Jn.
Hechos de los Apóstoles Hch.
Romanos Ro.
1 Corintios 1 Co.
2 Corintios 2 Co.
Gálatas Gá.
Efesios Ef.
Filipenses Fil.
Colosenses Col.
1 Tesalonicenses 1 Ts.
2 Tesalonicenses 2 Ts.
1 Timoteo 1 Ti.
2 Timoteo 2 Ti.
Tito Tit.
Filemón Flm.
Hebreos He.
Santiago Stg.
1 Pedro 1 P.
2 Pedro 2 P.
1 Juan 1 Jn.
2 Juan 2 Jn.
3 Juan 3 Jn.
Judas Jud.
Apocalipsis Ap.
1
Términos y Expresiones

Alegoría
Una metáfora elaborada en una historia (Kaiser y Silva, 94). Los elementos de la
historia adoptan significados que son completamente diferentes del sentido
literal ordinario de las palabras. 1 Con esta definición, las parábolas en el AT y
el NT se clasificarían como alegoría (Duvall y Hays, 179). 2 La mayoría de los
eruditos hace un diferencia entre aceptar la existencia de una alegoría en la
Escritura y la alegorización (véase A LEGORIZAR) de las Escrituras en sí (Ryken,
145-48). Aquellos que usan un enfoque alegórico por lo general lo identifican
con obtener el así llamado sentido espiritual más profundo de la Escritura
(McQuilken, 38-40). 3 Cf. INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA.

“Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo” (Pr. 5:15) es una alegoría
exhortando a la fidelidad matrimonial.

Alegorizar
Interpretar un texto como si este fuera una alegoría o como algo alegórico. Cf.
ALEGORÍA, ESCUELA DE ALEJANDRÍA, e INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA.

Analogía de la fe (lat. analogia fidei)


Interpretar la Escritura en consulta con una norma o una expresión de ortodoxia
cristiana reconocida. Los padres de la iglesia primitiva se refirieron a tal norma
como la “ regla de fe” (lat. la regula fidei), que podría identificarse con la
enseñanza apostólica (oral o escrita), la Escritura, o las declaraciones de fe
expuestas en credos. Los reformadores protestantes sostuvieron que la “ Escritura
sola” (sola Scriptura) era esa norma autoritativa, y que se hace una mejor
interpretación comparando la Escritura con la Escritura. El catolicismo romano,
por otra parte, sostiene que la Escritura y varias otras formas de tradición
eclesiástica (credos, escritos de padres de la iglesia, decisiones de concilios de la
iglesia) deben ser consultadas al determinar asuntos de fe y doctrina (Ramm
1970, 36, 55f; Kaiser 1981, 134f).

Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. —2
Ti. 1:13-14

Analogía de la Escritura
Principio derivado de la ANALOGÍA DE LA FE. Los reformadores sostuvieron que
la Biblia era la mejor intérprete de sí misma. Lutero creyó que las Escrituras
poseían una claridad suficiente, de modo que el creyente devoto y competente
pudiera entender su sentido sin consultar fuentes exteriores de la tradición.
Cuando el lector se encuentra con un pasaje obscuro, se debe dar prioridad al
pasaje que es más claro. Así, “ la Escritura interpreta la Escritura” es una
declaración de la prioridad que se debe dar a la Biblia en la determinación de los
asuntos de fe y práctica.

Aplicación
Se refiere a aquella parte de la tarea hermenéutica que procura explicar cómo el
sentido del texto (derivado por la EXÉGESIS) puede hacerse “ pertinente”, es
decir, afectar la situación presente del lector-intérprete. Véase S IGNIFICACIÓN.

Autoritativo (véase también CANON, LIBROS CANÓNICOS)


En los estudios bíblicos o hermenéuticos se refiere a lo que tiene autoridad y
establece la norma que una comunidad respeta. Por ejemplo, los escritos
autoritativos de la iglesia cristiana son las Sagradas Escrituras o Biblia.

Canon (gr. kanon)


Se usa muy a menudo para designar la colección de libros bíblicos que los
cristianos aceptan como exclusivamente autoritativa para definir la fe y la
práctica cristiana. A partir de la definición literal “ vara”, el término tomó el
sentido figurado de una vara de medir o regla, y después, el sentido general de
una norma o estándar. En la Iglesia Primitiva, el término se usó para hacer
referencia a las enseñanzas doctrinales y éticas de los apóstoles, que definieron la
fe cristiana. No se aplicó al AT y NT sino hasta el siglo IV (Dunbar, 300). Así
“ canon” designa los límites de la Palabra inspirada o revelación escrita de Dios
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 92), que no son los mismos para todas las
tradiciones cristianas. 4 (Más abajo, véase LIBROS APÓCRIFOS.)
Aunque el término suscita varias interrogantes acerca de lo que diversas
tradiciones eclesiásticas consideran como autoritativo en la definición de su fe, 5
la aplicación a la hermenéutica es fundamental. La hermenéutica bíblica procura
interpretar sólo aquellas Escrituras que se consideran parte del canon. Algunos
eruditos como Brevard Childs sostienen que el canon debería dar forma a nuestra
interpretación de las Escrituras, y es el contexto más adecuado para el desarrollo
de la teología bíblica.

Libros apócrifos
Derivados de la palabra griega que se traduce como “ escondido”, se refiere a
una colección de libros asociados con la S EPTUAGINTA (versión griega del
AT) y la Vulgata Latina. Ellos son aceptados como Escritura canónica por
el catolicismo romano y los griegos ortodoxos. Sin embargo, estos libros
son rechazados como no canónicos y omitidos de los cánones protestante y
judío de la Escritura.

Libros canónicos
Designa aquellos escritos bíblicos reconocidos por la iglesia cristiana como
el canon inspirado de la Escritura. Los eruditos que escriben sobre la
historia de la formación del canon bíblico aplicarán la pala-bra de uno de
tres modos: (1) el carácter, o calidad, que expresa la ortodoxia de la fe
apostólica; (2) el estado autoritativo de un escrito producido en la Iglesia
Primitiva; (3) la inclusión de un escrito en la lista delimitada de la
Escritura del AT o del NT. 6

Cargar una palabra


Se refiere a la práctica de asignar a una palabra en un texto particular muchos y
hasta todos los posibles sentidos de aquella palabra (véase R ANGO SEMÁNTICO).
Por ejemplo, la palabra griega ekklesia puede referirse a la Iglesia universal de
Cristo (véase Mt. 16:18). Sin embargo, sería impropio leer aquel sentido en
cada uno de sus usos (cf. He. 2:12; Hch. 7:38; 15:30). 7 (Véase T RANSFERENCIA
TOTAL.)

Contexto histórico-cultural
Se refiere a la ubicación de un texto en el trasfondo cultural e histórico de su
autor y sus primeros lectores. El objetivo de tal ubicación es determinar más
exactamente lo que el autor bíblico se propuso comunicar, considerando su
elección de palabras y mecanismos literarios.

Contexto literal
El texto que rodea un pasaje que se quiere interpretar. Hay diversos círculos de
contexto que el intérprete debe considerar. Éstos incluyen los versículos que
inmediatamente preceden y siguen al pasaje, un párrafo, el capítulo, sección, el
libro, el Testamento, y hasta el canon completo de la Biblia.

Contextualización
Es la tarea de hacer que el mensaje o aseveraciones de verdad de la Escritura sean
tanto inteligibles como pertinentes, para un auditorio o cultura específicos. 8
Véase ETNOHERMENÉUTICA (cap. 4).

Crítica
En relación con la interpretación bíblica, la “ crítica” se refiere al estudio
científico de documentos literarios (p.ej., la Biblia), en cuanto a asuntos tales
como origen, formación del texto, composición, análisis de contenido y
trasfondo histórico.

Cultura
Se refiere a todas las expresiones de la vida humana en un tiempo y lugar
particular. Éste es un término exhaustivo, y por lo tanto podemos hablar de
cultura material (vista en los artefactos físicos y restos de una cultura) o la
cultura respecto a una variedad de diversos contextos: social, político,
económico, religioso, literario, artístico, tecnológico, etc.
El análisis del contexto cultural de un pasaje es una parte integral de la
interpretación o EXÉGESIS, ya que ésta procura entender las palabras de la
Escritura en su escenario original circunscrito al tiempo, la geografía y la cultura
(Virkler, 79-81; Ramm 1970, 133 f).

Deliberativo (véase CRÍTICA DE LA RETÓRICA, cap. 4).

Didáctico
Significa diseñado o propuesto para enseñar. Mientras que en un sentido puede
decirse que toda la Escritura enseña (2 Ti. 3:16), este término se usa para
describir géneros literarios (p.ej., Proverbios, Epístolas) cuyo objetivo primario
es entregar instrucción.

Disposición mecánica (Llamada también “análisis


sintáctico”)
Una forma de presentar un texto de la Escritura de modo que el lector pueda
discernir la relación de las oraciones o frases subordinadas con las oraciones
principales que califican o modifican. 9 Tal arreglo del texto ayuda al lector a
entender el flujo del pensamiento proposicional del autor. Los eruditos usan
diversos formatos, pero por lo general tienen en común el uso de sangría en las
oraciones subordinadas y frases bajo la palabra que modifican.

Doy gracias a mi Dios


siempre que me acuerdo de vosotros,
siempre en todas mis oraciones
rogando con gozo
por todos vosotros,
por vuestra
comunión
en el evangelio,
desde el primer día
hasta ahora
—Fil. 1:3-5
Distanciación
Se refiere a la comprensión del intérprete de cuán amplia es la distancia que lo
separa de su entendimiento del texto y el mundo (u HORIZONTE) del texto
(Carson 1984a, 20-22). La conciencia de esa distancia lo ayuda a identificar las
propias P RESUPOSICIONES, y la influencia que ellas tienen en el entendimiento
del texto.

Dogmático (véase ENFOQUE DOGMÁTICO, cap. 4)


Relacionado con el dogma (doctrina o un sistema de doctrinas). Por ejemplo, la
exégesis dogmática ocurre cuando la interpretación bíblica la realiza alguien
comprometido con un particular sistema teológico o confesión de fe, que
conscientemente consulta aquel sistema para medir la exactitud de su
interpretación. Esto suscita un debate sobre el papel (y el grado) que un sistema
teológico debería desempeñar en manejar o controlar la interpretación de la
Escritura. 10

Eiségesis
Literalmente, “ atraer o guiar a” y se refiere al error interpretativo de leer en un
texto las propias ideas presupuestas o preconcebidas, como un sustituto de la
EXÉGESIS cuidadosa para determinar lo que el autor quiso comunicar. La
Eiségesis tiene muchas motivaciones y expresiones, pero una suposición común
es que un texto tiene muchos sentidos, no tan sólo uno. 11 Véase P OLISEMIA.

Epistemología
Se refiere a aquella rama de la filosofía que investiga la naturaleza, las fuentes, y
la adquisición del conocimiento. Su importancia para la hermenéutica se basa en
el hecho de que en cada criterio de interpretación subyacen suposiciones
epistemológicas. ¿Las respuestas a preguntas como: “ Qué es la verdad?” y
“ ¿Cómo puedo conocer la verdad?” son cruciales para los intereses de la
epistemología. “ ¿Qué tipo de verdad está contenida en las Escrituras?” y “ ¿De
qué manera comunica la verdad la Escritura?” son preguntas que interesan por
igual a las dos disciplinas.
Equivalencia dinámica (o “equivalencia funcional”)
Equivalencia de pensamiento a pensamiento en la traducción, con el objetivo de
causar en los lectores modernos el mismo efecto que el texto original tuvo en
sus lectores. Esta estrategia de traducción tiene menos interés en seguir
rigurosamente la sintaxis y gramática griega o hebrea en una traducción textual
literal (conocida como “ equivalencia formal”), siempre y cuando los
pensamientos sean equivalentes (Klein, Blomberg, y Hubbard, 74).

Espiritualizar (o “espiritualización”)
Literalmente “ hacer espiritual.” Cuando se aplica a la hermenéutica a menudo
está relacionado con la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA (Dockery, 81-89; Duvall y
Hays, 179-86; McQuilken, 40-44), que también se aleja del sentido “ gramático-
histórico” en busca de un sentido “ espiritual”. El objetivo es el mismo que el
ENFOQUE DEVOCIONAL, es decir, descubrir un sentido espiritual en el texto que
es relevante y personalmente edificante. Cuando se espiritualiza, el intérprete a
menudo tomará un texto que tiene un sentido literal e histórico claro y
encontrará un sentido espiritual escondido, por lo general a través de la
asociación verbal. Así, por ejemplo, las historias de la conquista de Canaán
podrían ser “ espiritualizadas” para descubrir cómo los cristianos deben conducir
la guerra espiritual.
Alguna diferencia terminológica se hace necesaria. Si el sentido espiritual es
presentado como divinamente propuesto, siendo el acontecimiento histórico
terrenal una predicción de una futura realidad espiritual, entonces la
espiritualización se ha convertido en INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA . Si el
contexto histórico es casi ignorado y la verdad espiritual descubierta es
considerada como el sentido verdadero del texto, espiritualmente discernido,
entonces la espiritualización se ha convertido en A LEGORIZACIÓN. Ésta última
por lo general imagina un sentido que no tiene ninguna relación lógica, verbal o
conceptual con el texto. Las asociaciones con el contenido verbal del texto son
remotas y ajenas al sentido literal e histórico de las palabras.

Establecer principios
Establecer principios a partir de la Escritura consiste tomar lo que el autor
bíblico tuvo la intención de enseñar o comunicar y declararlo en la forma de
verdades eternas y perdurables, que pueden ser fácilmente aplicadas a la Iglesia
contemporánea (Kaiser 1981, 152). 12

Principio genérico
Pertenece a la aplicación de la verdad bíblica. Esto se refiere a la declaración
de una norma o estándar bíblico, que puede ser aplicado a una amplia gama
de situaciones. La respuesta cristiana adecuada a tales principios es en un
sentido siempre la misma: fe y obediencia. Sin embargo, la manera en que
la fe y la obediencia se expresan depende de dos variables principales: (1) si
el principio es explícito o implícito y (2) si la situación descrita en el
principio tiene una aplicación a la vida contemporánea (McQuilken, 300-
315).

Etimología
Consiste en el estudio del origen y el desarrollo histórico de las palabras, sus
formas y sentidos. Éste se realiza trazando el desarrollo de una palabra desde su
más temprana ocurrencia registrada en la lengua de su origen. Observando
especialmente los cambios que ocurren en la forma de la palabra y su sentido, a
consecuencia de la influencia de otras lenguas, culturas y géneros literarios.
En el uso popular de la etimología a menudo se comete el error de definir
una palabra combinando los sentidos de sus partes lingüísticas (Carson 1984a,
27-32). Por ejemplo, de la misma manera que “ caballero” ya no significa “ un
hombre a caballo” la palabra griega del NT homologe no significa “ decir lo
mismo” ó “ concordar” (de legein, “ decir” y homos, “ lo mismo”) sino más bien
“ profesar, confesar o declarar públicamente.” Es importante que se tenga presente
la siguiente regla provechosa: el uso y el contexto determinan el sentido de una
palabra, no la etimología.

Evidencia externa
Se aplica en general a las evidencias se obtienen de fuentes literarias fuera de la
que se considera. 13 El término aparece a menudo en obras que se relacionan con
C RÍTICA TEXTUAL (véase cap. 4), que determina la forma original de un texto
antiguo del cual hay numerosas copias. Las evidencias externas examinan los
manuscritos en apoyo o en desacuerdo con una lectura textual particular o
VARIANTE (Fee y Stuart 1982, 131). Véase EVIDENCIA INTERNA.

Evidencia interna
En la C RÍTICA TEXTUAL, se refiere a aquella evidencia que apoya una lectura
textual particular (o VARIANTE) desde dentro de la obra literaria en sí. Se ocupa
de ciertos detalles, por ejemplo: cómo fue escrito un texto, lo que habrían hecho
los copistas, cómo y qué habrían escrito con mayor probabilidad, los autores
considerando su estilo literario y modo de pensar.

Exégesis
Literalmente significa “ extraer”, y se refiere al análisis y la explicación de un
texto para determinar el sentido que propuso el autor y que entendieron los
primeros lectores. La confusión se suscita cuando el término se usa de modo
intercambiable con HERMENÉUTICA (Virkler, 18) e INTERPRETACIÓN (Silva, 31)
sin diferenciación. Una diferencia más o menos común es que “ la hermenéutica”
investiga los principios y métodos que se usan en la interpretación, y “ la
exégesis” es el uso práctico y la aplicación de aquellos principios y métodos al
texto (Kaiser y Silva, 285). Los enfoques más modernos a la hermenéutica han
acentuado la tarea de recalcar la importancia de la interpretación para el lector
contemporáneo (Tate, xv).

Existencialismo
Escuela de filosofía que define la vida humana en términos de “ ser”, o
existencia. 14 El existencialismo es a veces caracterizado por la expresión “ El ser
precede a la esencia.”Éste declara la convicción de que las personas son seres
humanos no porque ellas posean alguna naturaleza o esencia especial, sino
porque ellos existen y deciden vivir de un modo particular. (Dockery, 165). La
existencia humana se vuelve auténtica y se expresa significativamente cuando un
individuo abraza apasionadamente la vida mediante actos libres de la voluntad.
Así, el “ enfoque existencial” a la interpretación bíblica es subjetivo, y tiende a
concentrarse en el intérprete como determinador de sentido (Dockery, 165). Éste
no enfatiza la comprensión racional de la Escritura (es decir, un sentido textual
objetivo), sino un encuentro personal del intérprete con el mensaje del texto y
su reacción ante él. 15 Véase EXISTENCIALISMO CRISTIANO.

Exposición (del latín exponere, “explicar”)


Explicación o despliegue del sentido de un texto. Comúnmente se distingue de
la EXÉGESIS, 16 especialmente para diferenciar la interpretación de un texto, al
determinar su sentido histórico, de la tarea de exponer aquel sentido y mostrar
su importancia para hoy (Soulen 1981, 70). Cuando se aplica al campo de la
HOMILÉTICA, la predicación expositiva tiene como fundamento la tarea
exegética. Un sermón expositivo, que expone o explica un texto bíblico a un
oyente contemporáneo, debería determinar primero lo que el texto significó para
el autor y sus lectores originales (Virkler, 234 f). 17

Falacia intencional
Se usa esta expresión para denominar la así llamada falacia de suponer que uno
puede saber la intención de un autor. Esta es la objeción que algunos presentan
al hecho de identificar el sentido de un texto con lo que el autor se propuso
decir, porque nadie puede saber todo lo que el autor pensó o sintió en el
momento en que escribió. Además, los autores pudieron elegir palabras que no
expresan suficientemente bien lo que ellos se propusieron explicar (Stein 1994,
23, 204). Una crítica común de esta perspectiva es que elimina la posibilidad
del sentido textual objetivo, y mina la validez de toda comunicación verbal
significativa. 18

Filología (o “filológico”)
Particularmente, se refiere al estudio histórico y comparativo de las palabras, y
se usa a menudo para referirse al campo de la lingüística. Sin embargo, ésta
también tiene una aplicación al estudio de obras literarias en cuanto a su aspecto
histórico, cultural, y literario. Cuando se usa en este sentido más amplio para
referirse al “ método filológico” de la interpretación, es aproximadamente
equivalente al MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO (cap. 4).

Filosofía
Generalmente el término se refiere a la cosmovisión de una persona o grupo, que
procura establecer una perspectiva coherente de todo el conocimiento respecto al
universo y la experiencia personal en él. También puede entenderse como la
búsqueda intelectual de la verdad y el sentido, al plantear las preguntas
fundamentales de la vida. Estas preguntas caen en las categorías de la
METAFÍSICA (¿Qué es la realidad o la naturaleza de ser?), la EPISTEMOLOGÍA
(¿Qué es el conocimiento?), y la ÉTICA (¿Qué es lo recto?). Para entender el
texto bíblico con precisión, los intérpretes deben considerar las cosmovisiones
del el autor de un texto como de los receptores originales, y debe compararlas o
contrastarlas con la propia (Evans, 92).

Género (véase GÉNERO, cap. 5)


Se refiere a un grupo de textos que comparten características comunes
(Longman, 76). El término se aplica a cualquier tipo literario que se caracteriza
por una forma (estilo), función (objetivo), y contenido particular. En la
interpretación bíblica, el análisis de género pertenece a la categoría de
HERMENÉUTICA ESPECIAL, que trata con estas características y pondera qué
perspectivas, consideraciones, reglas, o principios deberían considerarse cuando
interpretamos un género literario en particular. La comprensión de cómo un
género opera o se comunica, puede ayudarnos a evitar una mala interpretación
(Ryken, 25). Cuando llenamos este vacío cultural y literario entramos en el
mundo del autor. Tenemos acceso no sólo a una manera de expresión, sino a un
modo de pensar. Por consiguiente, estamos en una mejor posición para entender
lo que él quiso comunicar a sus lectores originales (Johnson, 1-4).

Hapaxlegomena (gr., “hablado una vez”)


Este término se usa a menudo en la C RÍTICA TEXTUAL para referirse a aquellas
palabras que aparecen sólo una vez en el texto bíblico. Cuando uno encuentra tal
palabra es necesario consultar léxicos que estudian la literatura no bíblica
contemporánea en relación con la Biblia. También puede aplicarse a una palabra
que aparece sólo una vez en los escritos de un autor en particular.

Hermenéutica (gr. hermēneuō, “interpretar”)


Es la disciplina que estudia la teoría, los principios, y los métodos que se usan
para interpretar textos, sobre todo aquellos antiguos, como las Sagradas
Escrituras. La hermenéutica tradicional se concentra principalmente en el
descubrimiento del sentido histórico, aquel que el autor se propuso comunicar y
cómo éste fue entendido por el auditorio original. Los enfoques modernos de la
hermenéutica acentúan a menudo el papel del lector en interaccionar
creativamente con el texto en el descubrimiento de su S IGNIFICACIÓN para hoy.

Hermenéutica especial
Se refiere a aquellas reglas y principios especiales que pertenecen a la
interpretación de un texto particular, o un grupo de textos, por lo general
con relación a un género específico o categoría literaria.

Hermenéutica general
Se refiere a aquellas reglas y principios que se usan en la interpretación de
cualquier texto, independientemente del género literario.

Nueva hermenéutica
Se refiere a un sistema particular de interpretación organizada en torno de un
marco de referencia establecido, que tiene un conjunto reconocido de
presuposiciones, valores o creencias, que guían o controlan la interpretación
de textos. 19
El término se asocia con la obra de H-G. Gadamer, que consideró la
hermenéutica no como un método de interpretación, sino como una
descripción de cómo uno llega al entendimiento a través de un texto. Véase
GADAMER, HANS-GEORG.

Homilética
Ciencia y arte de la preparación del sermón y la predicación. La homilética a
menudo se considera una parte integral del proceso interpretativo que transforma
los resultados de la exégesis bíblica en un mensaje inteligible y pertinente para
hoy.

Horizonte(s) (véase GADAMER, HANS-GEORG)


IIuminación
Se refiere a la acción del Espíritu Santo de dar percepción y entendimiento al
lector (u oyente) de la Escritura, de modo que comprenda la verdad y entienda
sus implicaciones, provocando una respuesta adecuada a la fe (Stein 1994, 65-
71). 20 Además, la obra de iluminación del Espíritu produce un entendimiento
espiritual (1 Co. 2:14) que supera la dimensión racional o cognoscitiva de la
inteligencia humana. 21

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha
llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su
fuerza. —Ef. 1:18,19

Inductivo (razonamiento)
Clase de pensamiento lógico que extrae una conclusión general basada en la
observación y el análisis de hechos particulares. Por ejemplo, una persona
podría “ inducir” de todos los dichos de Jesús, que claramente Él se consideraba
el Mesías y el Hijo de Dios.

Inspiración
Designa la obra sobrenatural del Espíritu Santo que permitió y motivó a los
autores humanos de la Escritura, para producir un registro exacto y la revelación
de la voluntad, objetivo, y actividad redentora de Dios (PDTT, 66; Erickson,
199). 22

Intención del autor


Se refiere a lo que un autor tuvo la intención de decir cuando escribió un texto.
La expresión suscita la pregunta hermenéutica respecto dónde se encuentra el
sentido. Las tres posiciones propuestas son en el autor, en el texto, y en el
lector. 23 Véase R EVELACIÓN

Interpretación
Acto o proceso de explicar el sentido de la comunicación verbal, sea oral o
escrita. Este es el objetivo de la HERMENÉUTICA y de la EXÉGESIS. El debate
hermenéutico continúa en cuanto a si el término debería incluir la tarea de
extraer la S IGNIFICACIÓN para el lector contemporáneo. Otro punto que se
debate es sobre si el sentido del texto es el que se propuso el autor, el cual se
comunica en el texto en sí (independiente de lo que el autor quiso decir), o el
sentido que el lector obtiene del texto. 24

Latinismo
Una palabra o expresión que muestra la influencia de latín en el texto del NT.
Esto aparece mayormente en el uso de terminología relacionada con
el:establecimiento militar, administración legal, medidas, y monedas romanos
(Soulen 1981, 106).

Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas (gr. lepta), o sea un cuadrante (lat. kodrantes)
—Mr. 12:42

Leitwort (alem., “palabra directriz”)


Se refiere a un término o grupo de palabras que aparece con frecuencia en un
texto particular, y que reflejan un tema prominente. El identificar tal énfasis
temático del autor, da al intérprete una pista conceptual en cuanto a lo que el
texto significa (Kaiser y Silva, 285). Véase S TICHWORT (alem., “ palabra
clave”).

Lenguaje de comisión
Se refiere al lenguaje cuyo objetivo es la motivación a la acción o decisión, a
expresar emociones, o evocar una respuesta emocional. Por lo general se
contrasta con el “ lenguaje referencial”, que se usa desapasionadamente para
describir algo comunicando meramente información (Jarra 1994, 73). 25 Véase
S ENTIDO REFERENCIAL.

De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del
Señor Jesús. —Gal. 6:17
Lenguaje fenomenal
Lenguaje descriptivo que habla de las cosas como se aprecian desde una
perspectiva humana finita e históricamente condicionada. Tal lenguaje
generalmente no se debe tomar literalmente. Por ejemplo, la descripción de la
semilla de mostaza como “ la más pequeña de todas las semillas que hay en la
tierra” (Mr. 4:31) es lenguaje fenomenal porque entre las personas a las que se
dirigió el discurso ella era considerada como las más pequeña de las semillas
(Ramm 1970, 210-11; McQuilken, 245; Virkler, 84-86).

Lenguaje figurado
Se refiere a todos los usos de palabras que son metafóricas o simbólicas en
naturaleza, que comunican un sentido diferente de su sentido literal común. En
la interpretación bíblica, para entender el sentido del lenguaje figurado a menudo
se estudia los contextos culturales, históricos y literarios (McQuilken, 165-
84). 26 Cf. S ENTIDO DENOTATIVO.

“Ese examen de hermenéutica fue un león.” Figurativamente hablando, significa que el examen
fue como una bestia salvaje o asesina.

Lenguaje receptor (o “lenguaje blanco”)


Término que se usa en relación con la traducción de la Biblia. Éste se refiere al
lenguaje o idioma en que las Escrituras es traducida (Fee y Stuart 1982, 35), en
contraposición a la lengua bíblica original, que se conoce como lenguaje fuente
u original.

Lingüística
Estudio formal del lenguaje humano, en particular como discurso. Ésta incluye
unidades del discurso, la naturaleza y función del lenguaje en sí, su estructura y
los cambios de la lengua. Este se ha vuelto un término complejo y de amplio
alcance, que abarca una completa variedad de disciplinas relacionadas con el
lenguaje. Las subdivisiones tradicionales de la lingüística son: fonética (sonidos
del habla y pronunciación), fonología (historia y teoría de los cambios de
sonidos del habla), morfología (la formación de palabras), sintaxis (el orden de
las palabras en expresiones significativas de pensamiento), gramática (reglas que
gobiernan la expresión lingüística), semántica (historia y teoría del desarrollo
del significado de palabras), pragmática (el estudio de la relación de palabras y
oraciones con su uso contextual). Véase S EMIÓTICA.

Metafísica/metafísico
Metafísica es la división de la filosofía que se ocupa de la naturaleza fundamental
de la realidad y del ser. Algo es metafísico si abarca la realidad o cosas que van
más allá, o superan, lo que nuestros sentidos físicos pueden percibir, es decir, la
realidad sobrenatural. Las doctrinas de Dios, la encarnación, el pecado, la
salvación, etc., envuelven al teólogo en discusiones metafísicas.

Método crítico-histórico (MCH)


Enfoque de la interpretación bíblica que a veces se conoce como “ crítica
histórica” (Soulen 1981, 87)27. Sin embargo, en sentido estricto, el MHC se
refiere a una especie de filosofía de la historia que sobresalió en el siglo XIX
bajo la influencia del científico social Ernst Troeltsch (1865-1923). En un libro
publicado en 1922 él escribió un capítulo llamado “ Método histórico y
dogmático en la teología”. En éste, él delineó y expuso un método para llevar a
cabo la investigación histórica que se basa en axiomas y presuposiciones, no
sólo acerca de la historia sino de toda la experiencia humana. El problema
para la hermenéutica surge del hecho que estas presuposiciones están en
desacuerdo con la cosmovisión bíblica de los autores de las Escritura. 28 Véase
C RÍTICA HISTÓRICA (cap. 4).

Metodología
En cuanto a la hermenéutica, es el proceso o procedimiento adoptado en la
interpretación. Ésta incluye las reglas, los principios, y las presuposiciones que
guían y dirigen el proceso de interpretación de un texto escrito.

Modismo
Una expresión o uso de palabras que es peculiar a una lengua en particular, ya
sea gramaticalmente (p.ej., la doble negación usada para el énfasis en algunas
lenguas) o tener un sentido que es otra cosa que la suma de sus partes
lingüísticas (p.ej., “ ¡Armado hasta los dientes!”).

“Amén, os digo...” p.ej.: “Os digo la verdad” ó “De cierto, de cierto os digo.”

Morfología
El estudio y descripción de la formación de las palabra en un idioma.
Especialmente en aquellos idiomas que se apoyan en cambios de la forma de las
palabras (es decir, cambios de las inflexiones al principio, al medio y final de las
palabras), 29 para identificar y determinar su función gramatical o sintáctica, la
morfología es en particular importante tanto para la traducción como para la
interpretación.

Ocasional (escrito)
Cuando los eruditos bíblicos se refieren a un escrito como “ ocasional”, quieren
decir que éste se produjo como respuesta a una serie concreta de circunstancias
históricas u ocasión. Por ejemplo, entender la naturaleza ocasional de una
epístola significa la identificación del contexto histórico, tanto de su autor como
de sus receptores originales (Fee y Stuart 1982, 45 f). Véase SITZ IM L EBEN.

Ontología/Ontológico
Rama de la METAFÍSICA que estudia la naturaleza del ser, o la existencia. Una
discusión ontológica de Dios es aquella que se centra en entender la naturaleza
esencial de Dios en su calidad misma de Dios.

Ortodoxia (u “ortodoxo”)
Estado o calidad de conformidad a una doctrina establecida, o a un sistema de
doctrinas, sobre todo en religión. En el discurso popular esto simplemente
significa la creencia correcta, con la deducción o o comprensión de los criterios
para juzgar su exactitud. La ortodoxia cristiana, entonces, se refiere a aquellas
enseñanzas básicas que la Iglesia siempre ha predicado y enseñado. 30 Véase
T RADICIÓN.

Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido
una vez dada a los santos. —Jud. 1:3

Ortopraxis
Se refiere a la práctica o buena conducta, dentro de un ámbito dado. En cuanto al
cristianismo, esto denotaría una conducta moral o ética que es intrínsecamente
espiritual (Gá. 5:16-26). Se refiere al estilo de vida que se conforma a la fe de
alguien, y expresa el compromiso con Cristo y sus enseñanzas.

Paráfrasis
Repetir un texto o pasaje de la Escritura usando una fraseología o formas
literarias diferentes. La razón habitual de parafrasear un texto es aclarar o hacer su
sentido más relevante, cuando el sentido del texto es algo confuso en una
traducción literal. El desafío de la paráfrasis es que debe retener el sentido que
propuso el autor en palabras que sean entendidas por el lector contemporáneo.

No os conforméis a este siglo.


—Ro. 12:2, RV1960
Y no vivan y a como vive todo el mundo
—Ro. 12:2, Biblia Lenguaje Sencillo

Paralelismo (véase cap. 6 “Mecanismos literarios y


retóricos”)

Paralelo conceptual
Ocurre cuando dos o más pasajes o versículos tratan del mismo tema, concepto,
o idea sin usar las mismas palabras. Por ejemplo, Fil. 2:7,8 y He. 2:9-15
ambos describen la encarnación de Cristo, pero con terminología diferente.

Sino que [Él] se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres
—Fil. 2:7
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo. —
He. 2:14

Paralelo verbal
Ocurre cuando dos o más versículos o pasajes contienen las mismas palabras o
expresión. El intérprete debe juzgar si el autor se refiere al mismo tema, y si las
palabras en común tienen un sentido en común. Por ejemplo, la frase “ según la
carne” (gr. kata sarka), aparece en Ro. 1:3 y 8:13, pero representa dos sentidos
muy diferentes.

Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne —Ro. 1:3
Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis —Ro. 8:13-14

“Paralelomanía”, verbal
Un término peyorativo para la práctica de listar paralelos verbales de dos cuerpos
de literatura como evidencia de que comparten ideas similares, y por lo tanto
pueden ser dependientes entre sí 31 (Carson 1984a, 43). Un ejemplo clásico es la
acusación de que Pablo en Colosenses toma prestado de alguna manera de
escritores gnósticos, porque él usa varios términos que aparecen con frecuencia
en los escritos gnósticos. 32

Pasaje paralelo
Pasajes paralelos son dos o más pasajes que registran el mismo acontecimiento
o enseñanza (McQuilken, 210). Por ejemplo dos o más Evangelios que registran
un discurso particular o milagro de Jesús se considerarían pasajes paralelos.

Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo... —Fil. 1:27
Yo...os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamado —Ef. 4:1

Pericopa
Comúnmente se refiere a una parte selecta de un libro elegido para la lectura
litúrgica. El término se usa para designar un párrafo específico o una sección de
la Escritura que trata un tema en particular (Kaiser y Silva, 285). En la C RÍTICA
DE LAS FORMAS (véase cap. 4) el término se refiere a unidades autónomas de la
tradición del evangelio, que contiene historias o enseñanzas de Jesús. Se piensa
que ellas han circulado primero en forma oral antes de ser recolectadas y puestas
por escrito (Efird, 91). Debería considerarse que las divisiones de párrafo
tradicionales que encontramos en la Biblia no siempre marcan los límites de una
pericopa.

Perspicuidad (como en “perspicuidad de la Escritura”)


La creencia de que las palabras de la Escritura son suficientemente claras
(perspicuas), de modo que el cristiano competente puede leer y entender su
mensaje redentor, sin la necesidad de la tradición de la iglesia como una guía
oficial. MARTÍN LUTERO fue un fiel defensor de esta opinión, que se asociaba a
su creencia en “ el sacerdocio de todos los creyentes” y la doctrina de la Reforma
de sola Scriptura (Ramm 1970, 55; Kaiser y Silva, 165).
Este criterio no pasa por alto el hecho de que muchos pasajes son obscuros y
difíciles de interpretar. Tampoco ésta es una negación de la necesidad de una
traducción exacta, el estudio diligente, y una EXÉGESIS cuidadosa.

Polisemia
Que consta de múltiples sentidos. Las palabras normalmente tienen más de un
sentido, que comprende su R ANGO SEMÁNTICO. Se produce un problema
hermenéutico cuando los textos son vistos como que tienen muchos sentidos, y
ninguno de ellos se considera objetivamente verdadero o correcto. En cambio,
todos los sentidos se ven como válidos o no válidos conforme a su efecto en el
intérprete (Osborne, 84; Carson 1984a, 129) o, en algunos criterios, cómo lo
entiende la comunidad interpretativa (Carson 1996, 75-76)33. Esto resulta en
relatividad y subjetividad que niega un sentido objetivo a un texto. 34
Una versión evangélica de la polisemia abogaría por niveles del sentido,
cuidadosamente determinados por jueces competentes (es decir, eruditos)
quiénes estarían históricamente y lingüísticamente informados (Poythress, 113).
Nuevamente, se puede preguntar si estos “ niveles de sentido” no se confunden
con las diversas formas de S IGNIFICACIÓN o aplicación. Además, este enfoque
no determina a cuál de los sentidos se le debe otorgar estatus de autoridad
C ANÓNICA (Kaiser 1981,46).

Precomprensión
Se refiere a un cuerpo de supuestos, actitudes, y prejuicios extraídos del fondo
histórico y de la experiencia personal a la interpretación de la realidad o a
cualquier expresión de ella, incluyendo la Escritura (D. Ferguson, 6). La
precomprensión de una persona está compuesta de un sistema de
P RESUPOSICIONES que se concentran en un contenido específico. El
reconocimiento de nuestra precomprensión, y cómo esta influye en nuestra
interpretación, es importante para alcanzar objetividad en el proceso
interpretativo, suprimiendo suficientemente el poder de nuestras presuposiciones
como para oír el mensaje que quiso comunicar el autor bíblico a los receptores
originales (Klein, Blomberg, y Hubbard, 7-8). 35

Presuposiciones
Los primeros principios o supuestos que se sostienen respecto a un tema, antes
del estudio o desarrollo de un argumento o punto de vista, y a partir de los
cuales se deriva un punto de vista (McKim 1996, 219). Nuestras
presuposiciones afectan cómo interpretamos la Biblia, pues influyen en la
manera en que nos acercamos al texto, y determinan en gran medida tanto las
preguntas que formulamos como las respuestas que anticipamos. Las
presuposiciones se clasifican en varias categorías. Aquellas más influyentes para
la hermenéutica son las “ teológicas” (nuestros compromisos doctrinales),
“ epistemológicas” (cómo entendemos la obtención de conocimiento o verdad),
y “ metodológicas” (cómo vemos la tarea de interpretación). Véase
P RECOMPRENSIÓN.

Racionalismo
Sistema de creencias que considera la mente humana como (1) una autoridad
independiente y autónoma (2) capaz de determinar la verdad. El racionalismo
germinó del Renacimiento y floreció en la Ilustración, edad en que se usó la
razón para desafiar las autoridades de la Iglesia y las enseñanzas de la Escritura
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 43). John Locke, por ejemplo, elevó la razón por
encima de la R EVELACIÓN de la Escritura. La razón debía evaluar las enseñanzas
de la Escritura para determinar si concordaba, era superior, o era contraria a la
razón. 36 Así, la razón humana que opera a través de la experiencia se considera
la autoridad final.
Los enfoques interpretativos que son racionalistas traen una cosmovisión
naturalista, que rechaza lo sobrenatural por considerarlo contrario a la razón y a
la experiencia. El racionalismo conlleva la presuposición de que las ideas
(doctrinas) de la Escritura pueden ser consideradas como simplemente humanas
en origen. 37

Rango semántico
Se refiere a todos los sentidos adjudicados a una palabra en un contexto literario
dado. Por ejemplo, uno descubre que el rango semántico de la palabra griega
nomos (“ ley”) en Romanos incluye referencias a la escritura del AT (8:7), a la
ley mosaica (7:7), y a la ley como un principio operativo, como en “ la ley del
Espíritu de vida” y “ la ley del pecado y de la muerte”(8:2).

Razonamiento deductivo
La clase de pensamiento lógico que saca una conclusión sobre detalles a partir
de una conclusión general. Por ejemplo, una persona, habiendo concluido que
Dios posee una naturaleza absolutamente justa y santa, podría deducir (o inferir)
que Jesús en todos sus actos terrenales, como Hijo de Dios, fue libre de pecado
y de mancha delante Dios.

Referente
“ Ente” (sea persona, acontecimiento, objeto, etc.) al que se refiere una palabra o
expresión (Kaiser y Silva, 34). El referente a menudo lo determina el contexto
literario más amplio y no la palabra aislada en sí. Por ejemplo, Juan se refiere a
“ los judíos” como aquellos que procuraban matar a Jesús (Jn. 5:18; 7:1). Un
examen cuidadoso del Evangelio de Juan revela que el término no siempre
designa al pueblo judío en general, sino a veces a los líderes religiosos judíos
en particular (cf. 7:13,25; 8:40; cf. 8:13).
Relativismo cultural
Sostiene que el valor de veracidad de cualquier idea depende de la cultura que la
produjo. Cuando se aplica al contenido moral o teológico de la Escritura se
vuelve problemático, porque éste niega la autoría divina de la Escritura, y por lo
tanto rechaza la noción de que la Biblia contiene cualquier verdad que sea eterna
y transcultural en su importancia o autoridad (McQuilkin, 32-34).

Retórica (véase CRÍTICA DE LA RETÓRICA, cap. 4)

Revelación
Develar algo previamente desconocido. En la teología esto se refiere por lo
general a la revelación por parte de Dios de algún aspecto suyo o de su voluntad
divina a los mortales. La revelación se observa en dos categorías: (1) revelación
natural, que se localiza en la naturaleza, la historia, y la conciencia (cf. Ro.
1:19,20), y (2) revelación especial, que se localiza en los hechos reveladores de
Dios y su Palabra (cf. He. 1:1,2). 38 En la hermenéutica continúa el debate sobre
el lugar en que se produce la revelación, es decir, si la revelación de Dios debe
identificarse con la Escritura, la tradición de la iglesia, la experiencia humana
contemporánea, o alguna combinación de todas éstas (Osborne, 299).

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy ó heredero de todo, y
por quien asimismo hizo el universo” (He. 1:1,2) es un ejemplo de “revelación especial”.

Revelación progresiva
Expresa la creencia de que la revela-ción de Dios y su plan de salvación son
progresivos y en aumento, como se registra en la Escritura. Así, el in-térprete de
la Biblia que reconoce este dinámico proceso considerará la revelación posterior
que como más completa que la revelación más temprana. Por ejemplo, lo que
Dios revelade su persona a través de la persona de Cristo en el NT se ve como
un cuadro más claro y completo de que lo que encontramos en los escritos del
AT. Por consiguiente, se les otorga más peso a los escritos del NT al formular
la doctrina, o al comparar Escritura con Escritura para la interpretación
(Erickson, 132-34; PDTT, 96).

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy ó heredero de to do,
y por quien asimismo hizo el universo — He. 1:1,2

Revelación proposicional
El concepto de que la verdad revelada de la Escritura puede ser lógicamente
presentada en declaraciones coherentes o proposiciones. Está relacionada con la
inspiración verbal (en el sentido de que la inspiración se extiende a las palabras
de la Escritura y no sólo a las ideas), que ve las Escrituras como un modo y
depósito de la revelación divina. La revelación proposicional es una
presuposición no sólo de la teología sino también de toda la comunicación
pública de la interpretación bíblica39 (Silva 1996, 214-15; Erickson, 216). 40

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual
—1 Co. 2:12-13

Sedes doctrinae (lat., “asiento de la doctrina”)


Una porción del texto bíblico que se aplica para proveer orientación y establecer
límites para la interpretación de otros testos de la Escritura que son textualmente
o temáticamente paralelos. Estos pasajes “ asiento” generalmente contienen la
mayor fuente de material acerca de una respectiva doctrina. Por ejemplo, en el
NT, el asiento de la doctrina de la resurrección sería 1 Co. 15. En el AT, Gn. 1
y 2 son los pasajes asiento de la doctrina de la creación (Kaises y Silva, 201-2).

Semántica
Se refiere generalmente al estudio de los sentidos de una palabra. Ésta puede
incluir una investigación del origen histórico de una palabra, su uso y cambio
de sentido, así como la teoría de cómo las palabras como “ signos” llegan a
significar, o denotar algo. Su importancia para la hermenéutica es evidente, ya
que los estudios de palabras bíblicos deben reconocer que los sentidos de una
palabra son fluidos, y que se debe tener cuidado para determinar qué sentido de
una palabra se propuso comunicar el autor en un contexto literario dado.

Semiótica
Parte de lo que se conoce como lingüística estructural, y se refiere a la teoría
filosófica y lingüística de los signos (por lo general asociados con palabras) o
sistemas de signos, y como ellos funcionan en el lenguaje humano. Un signo es
tanto el sonido de la palabra “ significante” (p.ej., “ gato”, “ cat”, “ chat”) y el
objeto “ significado” (es decir, el animal en sí). La relación entre significante y
significado la determina las percepciones compartidas de una comunidad (Tate,
189; McKnight, 120-21). 41

Semitismo
Se refiere a un rasgo característico (por lo general una palabra o modismo) de
una lengua semítica que aparece en otro idioma. En estudios bíblicos esto
comúnmente alude a la influencia de lenguas semíticas (hebreo o arameo) en el
AT griego (es decir, la S EPTUAGINTA). En el NT, los semitismos toman la
forma de “ arameismos” en el Evangelio de Marcos cuando el autor cita una
palabra o palabras en arameo y luego lo traduce, probablemente para un
auditorio no judío.

Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
—Mr. 5:41

Sensus literalis (lat., “sentido literal”)


Se refiere al sentido simple, común, y claro de una palabra o texto como se
reconoció y se entendió en un contexto cultural, histórico, y literario en
particular. Véase USUS LOQUENDI . Se usa en contraposición a un sentido
figurado, metafórico, o alegórico (Mickelsen, 33; Kaiser 1981, 88-89).

Sensus plenior (lat., “sentido más pleno”)


Se usa este término cuando hay un sentido en la Escritura que va más allá del
sentido que el autor bíblico quiso comunicar. Se sostiene que este sentido surge
de la experiencia de vida del lector (McKim 1996, 255). Este sentido más pleno
no puede ser alcanzado por el MÉTODO GRAMATICO-HISTÓRICO tradicional de
interpretación (Klein, Blomberg, y Hubbard, 125). El debate continúa respecto a
la legitimidad de adjudicar un sentido más pleno que no puede estar localizado
en la mente y pensamiento del autor bíblico, que según se afirma “ escribió
mejor de lo que él sabía” (Kaiser 1981, 109-11). Sin embargo, otros sostienen
que algún sentido más pleno de significado debe permitirse en relación con la
profecía bíblica y a la luz de la R EVELACIÓN PROGRESIVA dentro del canon
bíblico. 42

Sentido
Ésta es una palabra que los eruditos usan de diferente manera, en sus diversos
criterios respecto a la interpretación. 43 Desde una perspectiva evangélica, parece
sabio adoptar la posición de que el sentido de un texto está indisolublemente
ligado a la intención que propuso el autor inspirado que escribió tal pasaje de la
Escritura. Todas las “ implicaciones” subsecuentes, o las A PLICACIONES que se
extraen de la interpretación, están más bien relacionadas con la S IGNIFICACIÓN
que el texto tiene para un lector particular. 44

Sentido connotativo
Se refiere al sentido verbal que se aparta del sentido literal ordinario de una
palabra, para un uso especial o aplicación de aquella palabra en un contexto o
asociación específico. Véase S ENTIDO CONTEXTUAL y S ENTIDO DENOTATIVO.

“Y por su llaga fuimos nosotros curados” (Is. 53:5), por ejemplo, las heridas y marcas de los
sufrimientos de Cristo en la cruz.

Sentido contextual
El sentido de una palabra, frase, oración, párrafo, pasaje, etc., como aparece en
relación con el contexto literario más extenso, desde una oración hasta un libro
de la Biblia en su totalidad. Por ejemplo, las palabras a menudo tienen diversos
significados (véase R ANGO SEMÁNTICO). El intérprete elige qué sentido
armoniza mejor con el contexto verbal o literario en que se encuentra la palabra.

Sentido denotativo
Se refiere al elemento factual detrás del sentido literal de una palabra, distinto de
lo que podría estar implícito o sugerido por una asociación especial o uso
metafórico. Por ejemplo, el sentido denotativo de “ espada” en las palabras de
Jesús: “ Vuelve tu espada a su lugar” (Mt. 26:52) se refiere a un arma literal. Sin
embargo, el S ENTIDO CONNOTATIVO de espada, p.ej., “ No se apartará jamás de
tu casa la espada” (2 S. 12:10), se refiere a un violento conflicto en vez de una
espada literal.

Sentido referencial
Designa la cosa o realidad a la que una palabra o pasaje se refiere. Es el sentido
que completa el significado de la(s) palabra(s) usada(s), por lo general a la luz de
un contexto más amplio desconocido o no familiar. Así, Nicodemo oyó las
palabras de Jesús (en Juan 3:5-8) y entendió las palabras en sí, pero no la
realidad espiritual a la que ellas se referían. Véase también la confusión similar
de la mujer samaritana respecto al sentido literal de la palabra “ agua” en Juan
4:10-15 (Kaiser y Silva, 34-35) y su R EFERENTE espiritual.
Los eruditos se refieren al lenguaje referencial como aquel que se usa para
comunicar información, en contraste con el LENGUAJE DE COMISIÓN, que se usa
para expresar, comunicar, o evocar emociones.

Significación
A menudo a la par con el S ENTIDO y diferenciado de éste en la interpretación de
un texto. Se dice que el sentido se refiere al sentido representado por el texto en
sí y la intención del autor expresada por la opción de palabras, gramática,
sintaxis, y técnicas literarias (Kaiser 1981, 32). “ Significación”, por otra parte,
se refiere al efecto que el sentido tiene sobre el lector-intérprete y su respuesta a
él. 45 Se relaciona a veces con las “ implicaciones” de un texto (Stein 1994, 43;
Silva 1996, 108) o la APLICACIÓN. 46

Sitz im Leben (alem., “escenario/situación en la vida”)


Se refiere a la ocasión de un escrito específico, más expresamente al conjunto de
circunstancias históricas que suscitaron su escritura. Este es un término técnico
que se usa más a menudo en la C RÍTICA e INTERPRETACIÓN del Nuevo
Testamento. Véase OCASIONAL.

Stichwort (alem., “palabra clave”)


Este término aparece con frecuencia o claramente en un texto dado, el sentido del
cual el autor parece haber adaptado a un objetivo especial o para demostrar un
asunto específico. A menudo en el uso de Stichworten, el autor introduce un
nuevo sentido, que normalmente no se asocia con tal término. Por ejemplo,
Pablo usa la palabra griega musterion (“ misterio”, Col. 1:26,27) para referirse al
conocimiento públicamente declarado del plan de salvación universal, que Dios
determinó en Cristo a través del evangelio.

Subjetivismo
Posición filosófica en que la experiencia, el sentimiento, o la aprehensión
privada del individuo son el determinante final de la verdad. Cuando se usa en
relación con la interpretación, éste a menudo tiene que ver con enfoques
existencialistas que enfatizan el papel del intérprete en la determinación (incluso
“ creación”) del sentido. 47 Así, la interpretación no es objetiva (¿Qué significa el
texto?), sino subjetiva (¿Qué significa el texto para mí en mi encuentro
existencial o en mi experiencia con él?) (McQuilken, 49-56). (Véase también
EISÉGESIS.)

Torah (heb., “instrucción” o “ley”)


Expresión de la voluntad de Dios para la nación de Israel como fue revelada a
Moisés en Monte Sinaí. Al principio este término designó los cinco libros de
Moisés (el Pentateuco); con el tiempo se aplicó a cualquier expresión de la
voluntad de Dios (cf. Jn. 10:34-36; 15:25) (McKim 1996, 284).

Tradición (gr. paradōsis)


Se refiere a la verdad que ha sido preservada, transmitida, y que con el tiempo
ha llegado a ocupar un lugar de autoridad en una comunidad, como una regula
fidei (es decir, “ regla de fe”). Según el período histórico, la tradición puede
referirse a diversas doctrinas, escritos de los padres de la iglesia, credos, y
decisiones de concilios de la iglesia. La INTERPRETACIÓN TRADICIONAL es la
exégesis que se hace respetando un estándar doctrinal establecido de
ORTODOXIA. Se critica tal interpretación porque funcionalmente la tradición se
ha elevado como autoridad colateral a la Escritura y controla la interpretación
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 33; Ramm 1970, 39-40).

Traducción literal
Traducción que trata en lo posible de mantener la fraseología exacta de la lengua
bíblica original, y a la vez expresar sentido en el idioma del auditorio al que se
dirige. Véase LENGUAJE RECEPTOR (Fee y Stuart 1982, 35). 48

Transferencia total
Suposición común pero errónea al interpretar, de que todo el R ANGO
SEMÁNTICO de sentidos y asociaciones de una palabra está presente cada vez que
ésta se usa (Fee y Stuart 1993, 227).

Unidad de la Escritura
Creencia de que la Biblia presenta una perspectiva unificada y coherente en sus
enseñanzas esenciales (Ramm 1970, 174), que deriva de la convicción de que
tras los diversos escritos en la Escritura hay sólo un Autor divino (McQuilken,
21, 68-69; Terry, 383) quién comunica un mensaje unificado en el canon bíblico
y en cada una de sus partes. 49 El intérprete que adopta esta presuposición verá la
Biblia entera, en cierto modo, como el contexto literario y teológico para la
interpretación.

Unidad de sentido
La suposición muy debatida de que con la excepción del dispositivo literario del
DOBLE SENTIDO, un texto tiene sólo un sentido, aquel que el autor se propuso
comunicar (McQuilken, 88; Ramm 1970, 110-13; Terry, 383). 50

Usus loquendi (lat., “uso en el habla”)


Se refiere al sentido común y claro de una palabra que un autor usa en un dado
contexto literario. Esta expresión designa el sentido que el autor le habría
adjudicado en el tiempo y el escenario en que él vivió, y cómo su público
original la habría entendido (Ramm 1970, 120; Terry, 181).

_______________
1 Una famosa alegoría es El progreso del peregrino por John Buny an, en la cual se relata la
historia de un viajero y sus experiencias, para dilucidar la verdad del viaje espiritual de fe en
la vida de un cristiano
2 Hay un debate continuo sobre si las parábolas deben tratarse como alegorías. Por mucho
tiempo los eruditos bíblicos han resistido tal identificación, cautelosos por el testimonio de la
historia de una interpretación arbitraria e imaginaria. Leland Ry ken hace un esfuerzo para
responder a las objeciones de esta identificación en su libro How to Read the Bible as Literature
(Grand Rapids: Zondervan, 1984), 199-203.
3 En la historia de la interpretación bíblica, tanto judía como cristiana, el enfoque alegórico fue
muy común. A menudo estaba asociado con la “tipología”, que también tiene un elemento
comparativo (“aquello” representa “esto”). Sin embargo, mientras que la tipología está basada
en la historia y las analogías son más naturales y sugerentes (p.ej., el alzamiento que Moisés
hizo de la serpiente de bronce [Nm. 21:4-9] y la crucifixión de Jesús [Jn. 3:14]), las conexiones
análogas que se hacen en la alegoría son remotas y a menudo extrañas. Así, Filón de
Alejandría pudo ver en la descripción de los cuatro ríos de Edén (Gn. 2:10-14) un discurso
sobre cuatro virtudes. Del mismo modo, Clemente de Alejandría vio en la prohibición de
Moisés contra comer animales inmundos una advertencia de que se debía rechazar diversos
vicios. Buenas exposiciones sobre los orígenes históricos de la interpretación alegórica se
encontrarán en Biblical Hermeneutics: A Treatise on the Interpretation of the Old and New
Testaments por Milton S. Terry , (New York: Hunt and Eaton, 1890), 58-60, y Protestant Biblical
Interpretation por Bernard Ramm, 3rd ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 24-45.
4 El catolicismo romano y los ortodoxos orientales aceptan los LIBROS APÓCRIFOS como
parte del CANON inspirado de la Escritura.
5 Por ejemplo, el catolicismo romano considera varias expresiones (tanto orales como escritas)
de la tradición de iglesia como autoritivas. Entre éstas estarían los credos y las decisiones del
Magisterio, la instancia de enseñanza de la iglesia. Los ortodoxos griegos reconocen que la
liturgia y la adoración tienen un papel autoritativo en la definición de la ortodoxia. La doctrina
cuadrilátera del metodismo reconoce que junto con la Biblia, deben consultarse la tradición, la
razón, y la experiencia. Para una discusión más amplia de estas tradiciones, véase J. D.
Woodbridge y T. E. McComiskey, Doing Theology in Today’s World (Grand Rapids:
Zondervan, 1991).
6 Para una excelente reseña sobre este asunto, véase Theodore Donner, “Some Thoughts on the
History of the New Testament Canon,” Themelios 7 (1982): 23-27
7 Esto también es denominado como “transferencia ilegítima de totalidad.” Véase Carson,
Exegetical Fallacies, 62.
8 David J. Hasselgrave aborda el desafío de la contextualización en vista del pluralismo religioso
y las variedades de EPISTEMOLOGÍA que participan en los enfoques modernos a la
hermenéutica. Véase “Contextualization and Revelational Epistemology ” en Hermeneutics,
Inerrancy and the Bible, ed. E. D. Radmacher y R. D. Preus (Grand Rapids: Zondervan, 1984),
691-738. D. A. Carson plantea su posición en “A Sketch of the Factors Determining Current
Hermeneutical Debate in Cross-Cultural Contexts” en Biblical Interpretation and the Church:
The Problem of Contextualization, ed. D. A. Carson (Nashville: Thomas Nelson, 1984), 11-29.
9 Por ejemplo, en nuestro texto dentro del cuadro la oración principal es modificada
adverbialmente por las frases y cláusulas sangradas debajo de la palabra “gracias”. Ellas nos
dicen, entre otras cosas, cuándo, por qué, y cómo Pablo agradece a Dios.
10 Moisés Silva y Walter C. Kaiser Jr. llevan a cabo un debate erudito en el libro que escribieron
en conjunto, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids:
Zondervan, 1994). Silva (259-64) sostiene no sólo que es imposible separar la exégesis de la
teología, sino que la exégesis se beneficia de interpretar conscientemente la Escritura dentro de
un marco teológico. Kaiser, por otro lado (202-6), sostiene que “la exégesis está antes que
cualquier sistema teológico”, y debe permanecer así si es que se ha de considerar la Escritura
como una autoridad independiente y autónoma sobre los sistemas teológicos o formulaciones
doctrinales desarrollados por los hombres.
11 Walter C. Kaiser Jr. cita las ideas de Vern S. Poy thress como un inquietante ejemplo de la
legitimación de sentidos plurales. Además del sentido del comunicador, Poy thress habla del
sentido determinado por la reacción del auditorio y el sentido del “discurso” que es establecido
por “jueces competentes” entendido en trasfondos lingüísticos e históricos. Véase Vern S.
Poy thress, “Analy sing a Biblical Text: Some Important Linguistic Distinctions,” Scottish
Journal of Theology 32 (1979): 113, 126. Sin embargo, la crítica de Kaiser digna de mencionar.
Aun si “jueces competentes” determinaran el sentido de un discurso (“sentidos” es más
realista), esto todavía deja el problema de determinar cuál debe ser considerado el sentido
CANÓNICO. Véase Kaiser, Toward an Exegetical Theology: Biblical Exegesis for Preaching
and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 47,48.
12 La dificultad al establecer principios es por lo general exegética, es decir, determinar lo que el
autor tuvo la intención de enseñar o comunicar como verdad perdurable. Kaiser ve el
establecimiento de principios como una tarea integral de la predicación expositiva, que saca
teología del texto y lo vuelve pertinente para nuestro día. Véase Toward an Exegetical
Theology, 149-63.
13 Por ejemplo, evidencias externas para el desarrollo del CANON del Nuevo Testamento
incluirían los escritos de los Padres Apostólicos, los padres de la iglesia desde el siglo segundo
hasta el cuarto, y escritos no canónicos a partir del mismo período, que podrían citar o aludir a
pasajes del NT.
14 El existencialismo es una filosofía con muchas variantes o expresiones, que no son para nada
compatibles en sus conclusiones. Por ejemplo, los orígenes del existencialismo se remontan
tanto al filósofo danés Søren Kierkegaard, cristiano comprometido, como al declarado ateo
alemán Friedrich Nietzsche. En el siglo veinte éste se asocia a los escritos filosóficos de Martin
Heidegger, las teologías de Karl Barth, Emil Brunner y Rudolf Bultmann, y las expresiones
literarias de Jean-Paul Sartre y Albert Camus. Lo que une estas expresiones divergentes del
existencialismo es el énfasis en el descubrimiento personal y subjetivo de la verdad o sentido,
sea que tal sentido se afirme dentro de una cosmovisión cristiana-teísta, o se niegue dentro de
un marco nihilista (es decir, la vida no tiene sentido alguno) y ateo. Para una introducción
breve pero profunda al existencialismo, véase Colin Brown, “Existencialism”, en The
Evangelical Dictionary of Theology, ed. Walter A. Elwell (Grand Rapids: Baker Book House,
1984), 395-97.
15 En particular, el énfasis se concentra en cómo el lector-intérprete adquiere conciencia de las
posibilidades de entender la existencia humana a través del mensaje del texto. Véase David S.
Dockery , Biblical Interpretation Then and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the
Early Church (Grand Rapids: Baker Book House, 1992), 166-68.
16 Esto sucede a pesar de que lingüísticamente los términos son prácticamente sinónimos
(“exégesis” es “extraer” el sentido, y “exposición” un “desarrollo” del mismo). Los escritores
a menudo usan ambos términos para denotar la INTERPRETACIÓN de un texto bíblico. Por
ejemplo, J. I. Packer compara las obras expositivas de los reformadores con la exégesis.
Véase Fundamentalism and the Word of God (InterVarsity Press, 1958; Grand Rapids: Wm. B.
Eerdmans, n.d.), 19. Moisés Silva, en Introduction to Biblical Hermeneutics, 19, asevera que
exégesis es sólo un modo “más elegante” de referirse a la interpretación.
17 A. Berkeley Mickelsen argumenta tanto por la diferencia entre exégesis y exposición, así
como por su inseparabilidad, si se hace una interpretación válida. Véase Interpreting the Bible
(1963; Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1974).
18 La objeción fracasa en distinguir entre el sentido propuesto por del autor y sus procesos de
pensamiento y experiencia internos cuando escribió el texto. Éste último es el conocimiento
exhaustivo del autor y es inaccesible. El primero está limitado por su selección y arreglo de
palabras, y es accesible a través del texto y localizado en éste. Aunque es cierto que los autores
a menudo no se expresan claramente, los autores bíblicos no carecían de ay uda. La doctrina
de INSPIRACIÓN sostiene que ellos contaban con la ay uda del Espíritu Santo (2 P. 1:21). Para
una interesante aunque introductoria discusión de la “falacia intencional”, véase Robert H.
Stein, “Who Makes Up the Rules,” en Rightly Divided: Readings in Biblical Hermeneutics, Roy
B. Zuck ed. (Grand Rapids: Kregel Publications, 1996), 35-37.
19 Esta a menudo se asocia con una ideología completa que gobierna la manera en que uno
considera el proceso de entendimiento, cuando es mediado por el texto. Aquella ideología sea
filosófica (p.ej., hermenéutica existencial), sea sociopolítica (p.ej., hermenéutica de
liberación), o sea cultural (p.ej., hermenéutica africana, asiática, latinoamericana, etc.,).
20 Una pregunta perenne relacionada con este término es “¿Cuál es el papel del Espíritu Santo en
la interpretación de la Escritura?” Una pregunta consecuente podría ser “Un incrédulo, en
cuy a vida el Espíritu Santo no mora, ¿puede realmente entender las Escrituras?” Durante la
Reforma, tanto Lutero como Calvino recalcaron la necesidad de la iluminación y la fe para la
interpretación. Es claro que el Espíritu Santo es vital en el proceso (1 Co. 2:11-14). Sin
embargo, la exacta naturaleza de la obra del Espíritu es vaga y no está clarificada en la
Escritura. Aunque no podamos solucionar el problema en una nota al pie de página, una
observación parece clara: los incrédulos pueden llegar a un entendimiento del sentido
exegético de la Escritura. Es decir que usando el método exegético, ellos pueden determinar el
sentido textual que el autor histórico quiso comunicar. Sin embargo, hay un nivel de
“conocimiento”, o entendimiento, que supera la comprensión racional o cognoscitiva. Uno
puede entender lo que Moisés, los profetas, Jesús, o Pablo dijeron, se propusieron, y enseñaron
sin creer sus enseñanzas o responder con fe. Cual sea la obra del Espíritu a nuestro favor en el
encuentro con la Escritura, Él nos guía a ese segundo nivel de comprensión y respuesta. Véase
Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 167-68.
21 Tanto los pentecostales-carismáticos como los protestantes evangélicos reconocen el papel del
Espíritu Santo en la iluminación de la Escritura. Véase F. L. Arrington, “Hermeneutics,” en
Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements, Stanley M. Burgess y Gary B. Mc-Gee,
ed. (Grand Rapids: Zondervan, 1988), 382-87; Roger Stronstad, Spirit, Scripture and Theology:
A Pentecostal Perspective (Bagio City, Philippines: APTS Press, 1995), 73-74. Cf. Kaiser y
Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 167-68. Sin embargo, hay un debate sobre si los
pentecostales y carismáticos tienen un margen interpretativo o entienden las Escrituras de una
manera diferente a los evangélicos no pentecostales o carismáticos. Gordon Anderson, un
pentecostal clásico, advierte contra la aseveración del carácter único de de la hermenéutica
pentecostal, que no sólo parece elitista sino también se confunde cuando se trata de explicar
cómo las conclusiones de intérpretes pentecostales iluminados por el Espíritu Santo difieren de
los no pentecostales. Véase Gordon L. Anderson, “Pentecostal Hermeneutics”, en Conference
Papers, vol. 2 de la 22 Annual Meeting of the Society for Pentecostal Studies (Springfield, Mo.,
Noviembre 12-14, 1992), 5-7.
22 Nótese que esta definición del término es de manera particularmente teológica. Téngase
presente que la palabra “inspiración” se usa a menudo en un sentido humanístico, es decir,
para referirse a una experiencia inspiradora que ha despertado o provocado sentimientos
profundamente religiosos.
23 Para una defensa bien razonada en cuanto a localizar el sentido del texto con la intención del
autor véase Robert H. Jarra, “The Benefits of an Author-Oriented Approach to Hermeneutics”
Journal of Evangelical Society 44, No 3 (septiembre 2001): 451-66.
24 Para una reseña y discusión provechosa de las tres ubicaciones del sentido, véase Stein,
Interpreting and the Bible, 17-36.
25 Los dos términos no son mutuamente exclusivos, y a que la gente puede comunicar la
información usando “lenguaje de comisión” y la información que se comunica con “lenguaje
referencial” puede provocar una respuesta emocional. Véase Robert H. Stein, A Basic Guide to
Interpreting the Bible: Playing by the Rules (Grand Rapids: Baker Book House, 1994), 74.
26 Para un excelente comentario de la función del lenguaje figurado, y cómo reconocer su uso,
véase Robertson McQuilken, Understanding and Applying the Bible, ed. rev. (Chicago: Moody
Press, 1992), 165-183.
27 Soulen señala que erróneamente el término se usa para designar la entera variedad de
metodologías relacionadas con la crítica bíblica. En cambio, esté designa más correctamente
“ese principio suby acente de razonamiento histórico que floreció en el siglo XIX.”
28 El método de historiografía (es decir, hacer historia) propuesto por Troeltsch incluía los
siguientes principios: (1) El principio de la crítica (o “duda metodológica”): Todo el
conocimiento histórico está históricamente condicionado (es decir, está escrito por personas
que están vinculadas a su tiempo y limitadas por aquel), y como tal está abierto a una
verificación y corrección continua mediante un reexamen de la evidencia. (2) El principio de
la analogía: hay una homogeneidad fundamental en toda la experiencia humana. Es decir,
todos los fenómenos históricos caen dentro de un rango estándar de experiencia humana.
Debido a que hay una relación comparativa entre tales experiencias del pasado y del presente,
la experiencia presente de la humanidad puede proporcionar criterios objetivos mediante los
cuales podemos juzgar lo que podría o no podría haber sucedido en el pasado. Así, la
investigación histórica arroja sólo probabilidades no certezas. (3) El principio de causalidad:
Cada acontecimiento histórico es el producto de una ley conocida de causa y efecto. La
prueba de un hecho histórico debe incluir una explicación conforme a estas ley es. Por
ejemplo, Bultmann consideró la historia como una serie cerrada y continua de causa y efecto.
La historia es la interpretación de acontecimientos según aquellas ley es de la causalidad:
físicas, sociales, psicológicas, etc.. Véase Edgar Krentz, The Historical Critical Method
(Philadelphia: Fortress Press, 1975), 56-61. Lo claro es que estos axiomas conforman la base
racionalista y naturalista, y hacen inadmisibles el contenido sobrenatural y las aseveraciones
de la Escritura.
29 Tales idiomas e conocen como lenguas “sintéticas” o “aglutinadoras”, mientras que las
lenguas que dependen en gran parte del orden de las palabras para determinar el sentido
(como el inglés) se conocen como lenguas “analíticas”. Véase Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 136-37.
30 A menudo podría añadirse un modificador denominacional. Cuando es así, se asume un credo
estándar. Por ejemplo, la ortodoxia presbiteriana por lo general se mide según la Confesión de
Westminster, la ortodoxia luterana según la Confesión de Augsburg, y la ortodoxia católica
conforme al Concilio de Trento.
31 El término fue acuñado por Samuel Sandmel en “Parallelomania”, Journal of Biblical
Literature 81 (1962): 2-13.
32 Los intérpretes deberían notar que la dependencia puede ser interpretada a partir de ambos
polos. Ya que los escritos gnósticas, donde esta terminología aparece, son muy posteriores al
NT, es completamente razonable sugerir más bien su dependencia de Pablo. Además, uno
tiene que preguntar también cómo una palabra particular está siendo usada en ambos cuerpos
de literatura, y a qué se refería ésta. Para una obra excelente sobre la presunta dependencia
del NT en el pensamiento religioso del mundo Greco-romano, véase Ronald H. Nash,
Christianity and the Hellenistic World (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 203-24.
33 Carson cita como ejemplo e ilustración el trabajo del deconstruccionista Stanley Fish en “Is
There a Text in This Class?” (Cambridge: Harvard University Press, 1980), 326-27.
34 Se identifica esta postura con los herederos hermenéuticos de la Nueva Hermenéutica, y
muchos de los enfoques literarios posmodernos (p.ej, DECONSTRUCCIÓN). Véase Luiz
Gustavo da Silva Goncalves, “The Deconstructing of the American Mind: An Analy sis of the
Hermeneutical Implications of Postmodernism,” en Evangelical Hermeneutics, ed. Michael
Bauman y David Hall (Camp Hill, Pa.: Christian Publications, 1995), 233-61. Un problema
obvio es que tal enfoque de la interpretación es contraproducente. Un colega de este autor una
vez preguntó a un defensor de la Nueva Hermenéutica si él querría que su contrato de trabajo
se interpretara de esa manera. Una risa nerviosa fue la única respuesta que recibió.
35 Duncan Ferguson explora el papel de la precomprensión en la INTERPRETACIÓN de la
Escritura. Él concluy e que la precomprensión de alguien es inevitable, pero que el intérprete
no está servilmente atada a ella. Antes bien, el intérprete tiene la inteligencia y la libertad de
respaldar conscientemente supuestos y actitudes dentro de su precomprensión. Véase Biblical
Hermeneutics: An Introduction (Atlanta, Ga.: John Knox Press, 1986), 6-12. Debería notarse
que el intérprete es también libre de rechazar o de cambiar sus presuposiciones a favor de
aquellas que se descubren en el texto a través de la EXÉGESIS.
36 Véase John Locke, “An Essay on Human Understanding,” Book IV, Chapter 17, citado en
James C. Livingston, Modern Christian Thought from the Enlightenment to Vatican II (New
York: Macmillan, 1971), 16-17.
37 La implicación para la hermenéutica, que apunta al entendimiento de las ideas de la Escritura
a través del lenguaje, es clara. Las ideas y las enseñanzas de la Escritura no debieran
considerarse como REVELACIÓN (es decir, como poseedoras de un origen superior y
divino), o como verdades universalmente válidas, sino como ideas derivadas únicamente de la
experiencia religiosa humana, que es culturalmente relativa e históricamente específica.
38 Para una presentación teológica profunda de estas dos categorías de revelación, véase
“Revelation, General” por B. A. Demarest, y “Revelation, Special” por C. F. H. Henry en el
Evangelical Dictionary of Theology, Walter A. Elwell ed. (Grand Rapids: Baker Book House,
1984), 944-48.
39 Cuándo alguien pregunta: “¿Qué significa aquella Escritura?” o “¿Qué enseña la Biblia?”, la
suposición es que el sentido o enseñanza pueden ser inteligiblemante reducidos a declaraciones
proposicionales. Aquellos que sostienen que la verdad revelada en la Escritura es más que la
cognición racional están en lo cierto, y a que no es nada menos que la verdad proposicional lo
que los autores inspirados quisieron expresar.
40 El debate que se ha sostenido por mucho tiempo acerca de si la REVELACIÓN es
proposicional o personal, es decir si la REVELACIÓN puede ser comparada con la verdad
revelada en la Escritura y articulada en declaraciones doctrinales o teológicas, o debe ser
considerada sólo como el encuentro personal de Dios mismo (véase NEO-ORTODOXIA).
Véase Millard Erickson, Christian Theology, 2nd ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1999),
216-23.
41 Cuando se aplica a la literatura, el texto (p.ej., una narrativa) en sí puede ser visto como un
signo. Como tal éste tiene un SENTIDO DENOTATIVO que se identifica con la intención del
autor. Sin embargo, se dice que el texto tiene también niveles connotativos de sentido,
compuestos de un sistema subconsciente de pensamiento que precede a la intención del autor.
Véase W. Randolph Tate, Biblical Hermeneutics: An Integrated Approach (Peabody, Mass.:
Hendrickson Publishers, 1991), 189. El problema con este entendimiento, sin embargo, es que
propone un sentido textual independiente del autor que nos dio el texto. Los textos no piensan, la
gente piensa, y parrece extraño abrir una brecha entre el autor y el texto, sobre todo cuando es
el autor inspirado de la Escritura cuy o mensaje uno quiere entender. Véase Stein, “Author-
Oriented Approach”, 453-54.
42 Este asunto es complejo y se debate de diferentes maneras según el entendimiento que cada
uno tiene de la naturaleza fundamental y la tarea de la hermenéutica. Para una excelente y
profunda exposición del asunto, y una cautelosa adopción evangélica del sensus plenior, véase
Douglas J. Moo, “The Problem of SENSUS PLENIOR”, en Hermeneutics, Authority and
Canon, D. A. Carson y J. D. Woodbridge ed. (Grand Rapids: Zondervan, Academie Books,
1986), 175-212.
43 Kaiser proporciona un revelador comentario del “significado del sentido” en Kaiser y Silva,
Introduction to Biblical Hermeneutics, 27-45.
44 E. D. Hirsch Jr., cuy a distinción citan muchos evangélicos, escribe: “El sentido es aquel que
está representado por el texto; es aquel que el autor propuso con su uso de una particular
secuencia de signos; eso es lo que los signos representan. La significación, por otra parte, presta
atención a una relación entre aquel sentido y una persona, o una concepción, o una situación, o
aun cualquier cosa imaginable.” Véase Validity in Interpretation (New Haven, Conn.: Yale
University Press, 1967), 8, citado por Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 41.
Para Hirsch, el sentido textual es fijo e inmutable, mientras que su aplicación siempre cambia.
Sin embargo, “desechar al autor original como determinador del sentido es rechazar el único
principio normativo obligatorio que podría prestar validez a una interpretación”.
45 Aunque no el primero en hacer esta diferencia, E. D. Hirsch la hizo popular en su crítica de la
subjetividad de Heidegger, Gadamer, y los proponentes de la NUEVA HERMENÉUTICA .
Véase la nota 44.
46 Para un resumen breve pero claro del valor de la obra de Hirsch (véase la nota 45), sus
críticas, y respuestas, véase Kaiser, Toward An Exegetical Theology, 32-34. Aunque concuerda
con la identificación de Hirsch del sentido de un texto con aquel del autor, Kaiser ve la validez
en algunas críticas, sobre todo con su respuesta negativa de localizar el sentido en el texto en sí,
e intenta presentar una versión del acercamiento de Hirsch que responde a aquellas críticas.
Véase Kaiser, “Legitimate Hermeneutics,” en A Guide to Contemporary Hermeneutics: Major
Trends in Biblical Interpretation, Donald K. McKim ed. (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans,
1986), 111-41.
47 En muchos enfoques existencialistas el sentido intencionadamente no se identifica como el que
propone el autor bíblico, porque cada acto de interpretación crea un nuevo sentido. Véase
ejemplos populares de subjetivismo en la interpretación en Kaiser, Toward an Exegetical
Theology, 198-99; D. A. Carson, Exegetical Fallacies (Grand Rapids: Baker Book House, 1984),
129 f.
48 Gordon D. Fee y Douglas Stuart presentan un claro y provechoso comentario de la ciencia de
la traducción, y de lo que constituy e una “buena traducción” en How to Read the Bible for All
Its Worth (Grand Rapids: Zondervan, 1982), 29-42.
49 Ramm no ve valor alguno en construir una teología sistemática que no tiene un conjunto
unificado de doctrinas que fielmente represenen la enseñanza de la Escritura. Véase Protestant
Biblical Interpretation, 173. D. A. Carson aboga por la posibilidad de una teología sistemática
del NT que reconoce tanto la unidad como la diversidad en su expresión teológica. Él indica
que todos (excepto los ateos) los que reconocen un conjunto consecuente de creencias acerca
de Dios han adoptado una forma de teología sistemática. Véase “Unity and Diversity in the
New Testament: The Possibility of Sy stematic Theology,” en Scripture and Truth, D. A.
Carson y John D. Woodbridge, Ed. (Grand Rapids: Zondervan, Academie Books, 1983), 65-
100. Graeme Goldsworthy cree que hay una unidad cristológica en la Biblia que opera en una
historia de la salvación progresiva, que encuentra su cumplimiento o realización escatológica
en Cristo. Véase el capítulo 6, “What Kind of Unity Does the Bible Have?” en Preaching the
Whole Bible as Christian Scripture (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2000), 63-80.
50 Robert Stein sostiene que no sólo el sentido es singular, además no puede cambiarse. El sentido
original del autor cuando el texto fue escrito está fijo en el tiempo y no puede cambiarse, así
como un acontecimiento histórico tampoco puede cambiarse. Véase Interpreting the Bible, 38.
Walter Kaiser proporciona una reseña histórica muy provechosa de proponentes tanto para los
acercamientos del “sentido único” como para los del “sentido múltiple”. Véase Toward An
Exegetical Theology, 26-40.
2
Escuelas Históricas/Períodos de
Interpretación

Edad Media
Generalmente se refiere al intervalo entre el Período Patrístico y la Reforma (ca.
590-1500 d.C.). 1 La interpretación en este período era “ tradicional”. Es decir,
los eruditos estaban más interesados en interpretar la Escritura citando la
tradición autoritativa de iglesia, representada por los padres de iglesia y los
concilios de la Iglesia, que en entender el sentido literal e histórico del texto. El
método predominante de interpretación fue el alegórico. Sin embargo, este fue
sólo uno de los cuatro sentidos adjudicados a la Escritura: literal (o histórico),
alegórico, moral (tropológico), y anagógico (escatológico). 2 Este sentido
cuádruple de la Escritura es lo que se conoció como C UÁDRIGA, y se practicó
rutinariamente a partir del siglo cuarto hasta el tiempo de la R EFORMA. La figura
dominante en este período fue T OMÁS DE AQUINO, cuya Summa Theologica no
sólo definió la ortodoxia para la Iglesia Católica sino que sistematizó su
teología. Aquino, aunque sostuvo la idea de sentidos múltiples en la Escritura,
insistió en la primacía del sentido literal como el fundamento del sentido
espiritual o del sentido alegórico (Dockery, 159; Grant y Tracy, 88-91;
McQuilken, 38-39).

Escolasticismo
Término que principalmente se asocia a la teología cristiana durante la EDAD
MEDIA. Se caracterizó por un método teológico que hizo relativamente poco uso
de la Escritura, y en cambio descansó fuertemente en la razón y los conceptos
filosóficos de Platón y Aristóteles. 3 El objetivo del escolasticismo fue explicar
la verdad revelada de la fe cristiana a través del desarrollo de un sistema de
doctrina coherente y lógicamente consecuente. El escolasticismo se ha descrito
como un despertar intelectual prerenacentista en el movimiento monástico (véase
VICTORINOS), que comenzó con un redescubrimiento de la filosofía aristotélica
para su uso en la estructuración de la teología (Klein, Blomberg, y Hubbard,
39). El principal escolástico de este movimiento fue el filósofo y teólogo
T OMÁS DE AQUINO, que, al acentuar el papel de la razón en la interpretación y
desarrollo doctrinal, reafirmó la importancia del sentido literal de la Escritura
para tal formulación.

Escuela de Alejandría
Floreció en Alejandría, Egipto, a partir del siglo tercero d.C. 4 Esta se asocia
más a menudo con la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA de Clemente de Alejandría 5
(ca. 155-215) y ORÍGENES (185-254), quiénes recibieron influencia del filósofo
judío F ILÓN DE A LEJANDRÍA. Se acredita a Orígenes el desarrollo sistemático
del método alegórico en su obra De Principiis (Libro IV). La escuela de
Alejandría tuvo dos razones claves de la alegorizar el AT: (1) ha-cerlo
compatible con los elementos de la filosofía griega, y (2) mostrar que era posible
encontrar la enseñanza del NT en el AT, siendo el AT la preparación para el NT
(Ramm 1970, 31-33; Mickelsen, 32).

Escuela de Antioquía
Escuela de interpretación que comenzó en Antioquía de Siria y se remonta a
Teófilo de Antioquía (ca. 115-188 d.C.). 6 Sin embargo, la fundación de una
posterior Escuela de Antioquía se atribuye a Luciano de Samosata al final del
tercer siglo d.C. o a Deodoro de Tarso (ca. 394 d.C.). Los adherentes de esta
escuela rechazaron la A LEGORIZACIÓN de la ESCUELA DE A LEJANDRÍA, y
favorecieron un criterio que hoy se conoce como MÉTODO GRAMÁTICO-
HISTÓRICO de interpretación bíblica, que busca el sentido literal e histórico de la
Escritura. No obstante, ellos también rechazaron el híper literalismo de la
comunidad judía en Antioquía. Para evitar ambos extremos ellos propusieron un
criterio intermedio basado en el concepto de theoria (gr., “ perspicacia”), 7 que
fusionó los sentidos literal y el espiritual, e histórico y tipológico de la
Escritura, estando el primero inseparablemente unido al último. Una
preocupación principal de esta escuela fue conservar los sentidos literal e
histórico de la Escritura y convertirlos en el fundamento de la verdad espiritual o
teológica (Dockery, 103-7; Grant y Tracy, 63-72; Kaiser y Silva, 221).

Existencialismo cristiano
Usa las categorías filosóficas y las percepciones del EXISTENCIALISMO dentro de
la cosmovisión cristiana básica. El existencialismo cristiano afirma la libertad
del individuo de tomar una decisión personal y hacer un compromiso con
Jesucristo. Sin embargo, tal acción no se ve como una opción racional, sino
como “ un salto de la fe”, es decir una posición basada no en la razón, sino en la
revelación. Su importancia para la hermenéutica tiene relación con lamanera en
que el individuo entiende la Biblia y su relación con la revelación de la Palabra
de Dios (McQuilken, 50-56). Véase NEO-ORTODOXIA.

Interpretación alegórica
Método de interpretación donde el intérprete va más allá del sentido histórico
(literal, claro) de las palabras, para buscar un así llamado sentido espiritual
oculto. Aunque el sentido literal no se niega, el sentido alegórico se considera
más importante. Uno puede ver fácilmente aquí la influencia del dualismo
platónico, donde lo físico se contrasta con lo espiritual. Así, Clemente enseñó
que la Escritura tenía un sentido doble, correspondiente al cuerpo y al alma de
un ser humano. ORÍGENES, su sucesor en la ESCUELA DE A LEJANDRÍA, usando
las palabras de Pablo en 1 Ts. 5:23, propuso tres sentidos de la Escritura, que
corresponden al cuerpo, el alma, y el espíritu. El sentido literal se identifica con
el cuerpo, y es claramente significado “ psíquico” (o del alma) inferior, que es
accesible sólo a través de la alegorización. 8 Orígenes tal vez habría preferido
llamar a su método “ espiritualización”, y a veces su exégesis es una mezcla de
INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA y ALEGORÍA. Sin embargo, no cabe duda de que
Orígenes consideró la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA como la verdadera exégesis
y la único manera de descubrir las verdades espirituales más profundas de la
Escritura (Mickelsen, 32; Ramm 1970, 33; Grant y Tracy, 55-56).
Para ser justos, Clemente y Orígenes desarrollaron reglas y principios que
gobiernan la interpretación alegórica. 9 Ellos no vieron la Escritura como capaz
de cualquier sentido imaginable. Sin embargo, debido a que vieron la Biblia
como un libro espiritual, simbólico, y lleno de alegorías, 10 del método
alegórico emergieron extravagantes interpretaciones nunca concebidas por el
autor o su público original. 11

Interpretación judía
La interpretación bíblica comienza con los antiguos israelitas que poseyeron,
estudiaron, e interpretaron las Escrituras. El debate de la historia de la
interpretación judía por lo general comienza con Esdras en el período
postexílico. Llamado “ escriba experto” (Esd. 7:6, LBLA), él, junto con otros
escribas levitas, leyeron (el texto hebreo) y luego tradujeron (al arameo) la ley de
Dios, para dar entendimiento de ella a una gran asamblea de judíos (Neh. 8:7-8)
recientemente liberados del cautiverio babilónico. La interpretación judía en el
T ALMUD tiene como fundamento dos firmes convicciones: (1) toda la T ORAH es
inspirada por Dios12 y (2) que esta Torah (sea oral o escrita) contenía la verdad
suficiente y total para responder a cada necesidad de la vida. Por consiguiente, el
objetivo de la interpretación es aplicar la instrucción de Dios (Torah) a todos los
asuntos y situaciones de la vida. 13
La exégesis rabínica se clasifica en cinco períodos históricos:14 de Esdras
(458 a.C.) a Simón el Justo (ca. 320 a.C.); el Primer Período Talmúdico (ca.
320 a.C. a la muerte de Hillel en 13 d.C.); el Período Tanaítico (13-200 d.C.,
de la muerte de Hillel a la terminación de la Mishna); Segundo Período
Talmúdico (200-500 d.C, de la terminación de la Mishna a la terminación del
Talmud Babilónico); y el Período Masoreta (ca. 500-950 d.C.). 15

Cabalistas
Místicos judíos medievales (siglo trece) que practicaban una interpretación
SOD que atribuye sentidos simbólicos y alegóricos a los detalles más
insignificantes del texto bíblico (Kaiser y Silva, 215). 16

Exégesis rabínica (véase INTERPRETACIÓN JUDÍA)

Gemara
Colección de comentarios arameos sobre la MISHNA, que juntos con la
Mishna constituyen el T ALMUD. Quienes escribieron estos comentarios, y
los comentarios en sí, se conocen como Amoraim (heb., “ intérpretes”) y
abarcan el período 10-200 d.C. aproximadamente (Mickelsen, 27).

Mashal
Término hebreo que cubre una amplia variedad de formas lingüísticas, entre
ellas, la parábola, la alegoría, el enigma, la fábula, la burla, la endecha, y el
dicho proverbial (Soulen 1981, 119, 137; Mickelsen, 204). En la
S EPTUAGINTA, se tradujo con el término griego parabolē. Este sirvió para
suscitar el interrogante de la forma literaria de las parábolas de Jesús y si debían
tratarse como alegorías (metáforas extensas), un enfoque fuertemente objetado por
Adolf Jülicher (Die Gleichnisreden Jesu [Las parábolas de Jesús], 1899). 17 Sin
embargo, debido a la fluidez del término mashal, muchos eruditos ahora creen
que la restricción de Jülicher es injustificada, y que los así llamados elementos
alegóricos fueron parte de las parábolas originales de Jesús. 18

Middot
Se refiere a las reglas rabínicas de interpretación para sus sistemas de exégesis
que desarrollaron algunos de los principales rabinos. 19 El ejemplo más
destacado para la interpretación bíblica son las siete Middot de Hillel (ca. 30
a.C. al 9 d.C.), que pueden ilustrarse con escritos del AT y del NT (Kaiser
1981, 53-54).

Midrashim
Comentario rabínico de la Escritura del AT, que se produjo mayormente durante
los dos primeros siglos de la Iglesia (Período Tanaítico; Véase
INTERPRETACIÓN JUDÍA). La colección incluye dos tipos del material: HAGGADÁ
y HALAKÁ. 20 El término “ midrash” (heb., “ exposición”) se refiere también al
proceso (E. Ferguson, 462), es decir, la manera en que los rabinos interpretaron
la Escritura del AT con el fin de llegar a un sentido y aplicación pertinente a su
situación contemporánea21 (Docker, 29).

Haggadá (heb., “declaración”, “explicación”)


Se refiere al comentario en los Midrashim que trata en gran parte con
material narrativo edificante en el AT, que no es legal (nohaláchico).

Halaká (heb., “procedimiento”)


Tomado de la palabra hebrea halak, “ andar”, este término se refiere a
aquella parte de los Midrashim que trata con material legal que enseña
cómo conducirse (“ andar”) conforme a la ley.

Mishna (heb. shanah, “repetir”)


Colección de tradiciones orales rabínicas, que supuestamente se remonta al
tiempo de Moisés. La colección de sesenta y tres tratados (ensayos) fue
publicada ca. 200 d.C. por el Rabí Judá, que organizó esta colección de reglas
legales en seis divisiones temáticas, relacionadas con la vida en la Tierra Santa
y cómo mantener la santidad (E. Ferguson, 463; Klein, Blomberg, y Hubbard,
23).

Peshat (heb., “claro, sencillo”)


Se refiere al sentido sencillo de un texto bíblico, o el método literal-histórico de
la interpretación que arroja tal sentido. Este enfoque fue en gran parte
característico de la interpretación rabínica de textos HALAKÁ (relativos a la ley).
Generalmente se los contrasta con el sentido o método SOD, que busca un
sentido místico o alegórico, y se encuentra más comúnmente en la HAGGADÁ
(Kaiser y Silva, 212; Kaiser 1981, 53). 22

Pesher (heb., “interpretación”)


Un enfoque a la interpretación o comentario del AT (especialmente los profetas)
que se practicó en la comunidad de Qumrán. Ellos creían que vivían en los
últimos días y que eran la generación que atestiguaría del apocalíptico “ Día del
Señor.” Por consiguiente, consideraban las profecías del AT como cumplidas en
sus días e identificaron personas, acontecimientos y situaciones que se
mencionan en el texto bíblico con sus propias circunstancias históricas. Ellos a
menudo introducían el texto con las palabras “ esto es eso.” A través de la
exégesis pesher el Maestro de Justicia aseveraba revelar los misterios de la
profecía del AT, y cómo la situación contemporánea marcaba su cumplimiento
(Dockery, 190; Virkler, 51).
Todavía hay un vogoroso debate sobre hasta qué punto los autores de NT
usaron el método de interpretación pesher al citar las profecías del AT y su
cumplimiento. El asunto es polémico, ya que en Qumrán no interpretaban las
profecías del AT según la intención histórica del autor, suscitando interrogantes
en cuanto a la UNIDAD DE SENTIDO y el SENSUS PLENIOR. 23

Sod (heb., “secreto”)


Se refiere a un sentido místico o alegórico que se da a la Escritura, que a
menudo encuentran los rabinos que interpretan el HAGGADÁ, que contenía
homilías y exposiciones populares de material legendario que no se encuentra en
el material halaká, relacionado con la ley (Kaiser 1981, 53, 55-56).

Talmud (heb., “instrucción”)


Se refiere al cuerpo de tradición judía autoritativa conmpuesta de un resumen de
tradiciones orales ordenadas por tema: La MISHNA y su comentario arameo, la
GEMARA. El judaísmo produjo dos talmudes, cada uno contiene tradiciones más
tempranas que aquellas del tiempo de su publicación. El Talmud Palestino fue
publicado en Palestina por Rabí Judá (ca. 220 d.C.) y sus discípulos. Era
incompleto y surgió alrededor del año 450 d.C. El Talmud Babilónico, casi
cuatro veces más grande, fue completado alrededor del año 500 d.C. En
términos generales, éste ha ocupado un mayor estatus de autoridad dentro del
judaísmo (E. Ferguson, 466; Harris, 534).

Tannaim (heb., “repetidores”)


Se refiere ya sea a las escrituras judías del Período Tanaítico (véase
INTERPRETACIÓN JUDÍA) o a los escribas-maestros que los produjeron.

Targumim (heb., “explicaciones”; Esp. “targúmenes”)


Un targum es una traducción libre o paráfrasis de las Escrituras hebreas al
arameo. Tal práctica se remonta al tiempo de Esdras (Neh. 8:1-18) y fue
practicada en el período postexílico cuando tales paráfrasis siguieron a la lectura
de las Escrituras hebreas en las sinagogas, para aquellos judíos no familiarizados
con el hebreo bíblico. Esta práctica, por supuesto, incluye un elemento
interpretativo (Neh. 8:8), y muchos targumim incluyeron comentarios
explicativos. Como práctica extendida, podría explicar por qué a veces los
autores del NT citan del AT de manera tal que parece reflejar una falta de
precisión (Harris, 534). 24

Tosefta
Interpretaciones suplementarias de la ley y tradición judías, contemporáneas con
la MISHNA, pero que no están incluidas en ella. Esta colección sigue el arreglo y
orden de la Mishná y comenta todos, excepto cuatro, de sus sesenta y tres
tratados (ensayos) (E. Ferguson, 465, 468-69).

Neo-ortodoxia
EXISTENCIALISMO CRISTIANO aplicado a la teología sistemática. Aunque S ØREN
KIERKEGAARD por lo general se considerado el padre del existencialismo
cristiano, se acredita a KARL B ARTH25 el uso de los criterios de Kierkegaard
para el inicio de una revolución teológica que rompió con el R ACIONALISMO del
liberalismo moderno. También referida como “ Teología dialéctica”, este
movimiento presentó importantes implicaciones para la hermenéutica, por su
doctrina de la Palabra de Dios y su insistencia de que la fe no depende de los
hechos de la historia. 26 Aunque la revelación de la Palabra toque la historia, los
escritos históricos de la Biblia no son en sí mismos revelación, sólo un
testimonio de ella. Por lo tanto, las verdades proposicionales o contenido
doctrinal de la Biblia no son la Palabra de Dios, sino simplemente el
instrumento a través del cual la Palabra revelada es comunicada (D. Ferguson,
47f).

Nueva Crítica
Movimiento en la interpretación que está centrado en el texto, su énfasis está en
la forma y el carácter literario del texto bíblico. El texto se vio como poseedor
de una vida interpretativa propia y un sentido independiente de la intención
original del autor. Su influencia dominante se hizo sentir aproximadamente entre
1930-1960 (Osborne, 369). Este preparó el terreno para desarrollos (p.ej.,
“ Nueva Hermenéutica” “ y Crítica de respuesta del lector”) que disminuirían el
valor de la exégesis histórica y aumentaría la participación subjetiva del lector
en la interpretación (Osborne, 369; Kaiser y Silva, 232, 239-40)27

Nueva Hermenéutica (N-H)


Criterio interpretativo que apareció a mediados del siglo veinte, encabezado al
principio por los seguidores de R UDOLF B ULTMANN, cuyo enfoque existencial a
la interpretación se debía a los escritos filosóficos de S ØREN KIERKEGAARD y
MARTIN HEIDEGGER (Ramm 1952, 132). 28 Dos defensores notables de la N-H
fueron Ernst Fuchs y Gerhard Ebeling, que enfatizaron el papel activo del
lenguaje para mediar un encuentro revelador y existencial con Dios, demandando
una decisión de fe. Ellos llamaron a este encuentro un “ acontecimiento de
discurso” o “ acontecimiento de la palabra”. La N-H fue desarrollada en más
profundidad por HANS-GEORG GADAMER, quién exploró cómo el lenguaje
funciona en la psicología del entendimiento, y su capacidad para expresar el
entendimiento de una persona acerca de sí misma y del mundo alrededor de ella
(es decir, su existencia).
Cuando se aplica a la hermenéutica, la N-H trajo un entendimiento
completamente nuevo del texto bíblico y su interpretación. El lector no se acerca
al texto como un objeto para ser interpretado, sino en cambio entra en un
acontecimiento de discurso por cuyo medio el texto lo interpreta a él,
presentando la Palabra de Dios (Klein, Blomberg, y Hubbard, 50) en un
momento existencial, demandando una decisión de fe (Ramm 1970, 91). El
sentido del texto no es el que se propuso el autor (que es imposible de
recuperar), ni limitado a lo que el lector puede expresar (quien está
subjetivamente limitado). De hecho, el sentido del texto no tiene límites
determinados y es “ un proceso interminable que nunca se agota ¡ni es capturado
por una línea infinita de intérpretes!”(Kaiser 1981, 30).

Padres apostólicos
Se refiere a un grupo de padres de la iglesia y sus escritos, llamados así debido a
su presunta conexión con los apóstoles del primer siglo y los autores del NT.
Sus escritos son realmente postapostólicos, habiendo sido escritos a fines del
primer siglo hasta mediados del segundo siglo. Sin embargo, es el carácter
ortodoxo de sus enseñanzas que gana el título “ apostólico”. 29 Su extenso uso
de citas de la Escritura del NT los convierte a veces en un recurso valioso al
interpretar un texto difícil. 30

Período apostólico
Se refiere esencialmente al período cuando el NT estaba siendo escrito por los
apóstoles y sus asociados. Generalmente se considera su término con la
finalización del último libro del C ANON del NT (Apocalipsis), al finalizar el
primer siglo d.C.. Nótese la diferencia en el uso y el sentido del adjetivo
“ apostólico” en la entrada Padres apóstolicos.

Período moderno
Desde las innovaciones teológicas y hermenéuticas de F RIEDRICH
S CHLEIERMACHER (1768-1834) hasta el presente, abarcando una serie de otros
desarrollos. El siglo diecinueve vio el florecimiento del método crítico-histórico
(véase C RÍTICA HISTÓRICA). Sostenido por presuposiciones racionalistas y
naturalistas, éste desarrolló un escepticismo radical hacia la historia bíblica y su
testimonio de lo sobrenatural (es decir, milagros). La hipótesis de la evolución
propuesta por Darwin, reflejada en la filosofía de Friedrich Hegel, resultó en la
idea de que todas las religiones muestran un desarrollo evolutivo en el
pensamiento religioso. Su aplicación al desarrollo literario del AT dio ocasión a
la C RÍTICA DE LAS FUENTES de Julius Wellhausen (1844-1918) y su “ Hipótesis
Documentaria.” En cuanto al NT, éste dio ocasión a la reconstrucción por parte
de F. C. Baur (1826-1860) y Adolf Harnack (1851-1930). Schleiermacher y su
sucesor, Wilhelm Dilthey (1833-1911), reaccionaron al frío y desapasionado
acercamiento de la exégesis histórico-crítica, e introdujeron una subjetividad
radical en el proceso interpretativo, una que apuntaba a experimentar el impulso
creativo del autor o momento del pensamiento inspirado.
Las innovaciones hermenéuticas y teológicas del siglo veinte son
demasiadas para detallarlas. 31 Este vio la aparición de la escuela de historia de
las religiones, que era un enfoque a la Biblia desde la perspectiva de las
religiones comparadas. Tal enfoque sostenía que la Biblia no es única en su
origen o desarrollo del pensamiento religioso, que es mejor entendida y
estudiada en el trasfondo de las corrientes religiosas contemporáneas en el
mundo antiguo. 32 Otros desarrollos principales en este siglo fueron los métodos
literarios conocidos como C RÍTICA DE LAS FORMAS y C RÍTICA DE LA
REDACCIÓN, y la aparición de diversas expresiones teológicas de
EXISTENCIALISMO CRISTIANO como la NEO-ORTODOXIA y la NUEVA
HERMENÉUTICA (Klein, Blomberg, y Hubbard, 44-51, Kaiser y Silva, 229-48).

Período Patrístico
Se extiende desde fines del P ERÍODO APOSTÓLICO hasta el principio de la EDAD
MEDIA (ca. 100-590 d.C.). Los padres de la iglesia estaban convencidos de que
el AT era un libro cristiano y procuraron interpretarlo cristológicamente. Ellos
intentaron demostrar la unidad y continuidad entre el AT y la revelación de NT.
Para llevar a cabo esto, recurrieron a la interpretación tipológica, que bajo su
celo teológico a menudo degeneraba en A LEGORÍA. Así, el enfoque alegórico se
convirtió en el método dominante de la interpretación.
Este período incluye dos escuelas contrastantes de la interpretación: la
ESCUELA DE A LEJANDRÍA, que era conocida por su criterio alegórico, y la
escuela de Antioquía, que adoptó un enfoque más literal e histórico. Durante
este período se estableció el canon del NT, junto con la ortodoxia cristiana
respecto a las doctrinas de Cristo, Dios, y el Espíritu Santo. La EXÉGESIS
entonces se volvió tradicional, es decir, conducida dentro del marco “ de la regla
de fe” (lat. regula fidei; véase T RADICIÓN) (Ramm 1970, 48-50; Grant y Tracy,
73-82).

Período Post-Reforma
Período (ca. 1650-1800) en que los teólogos procuraron conservar los avances
teológicos de la Reforma. Es famoso por dos movimientos: ESCOLASTICISMO
protestante y P IETISMO. El primero nuevamente introdujo un enfoque
DOGMÁTICO y autoritario a la hermenéutica, interpretando las Escrituras según
las confesiones ortodoxas de la fe. 33 El último fue en un sentido una reacción a
un enfoque que enfatizó la ORTODOXIA teológica, pero no produjo devoción ni
vitalidad espiritual en la vida del cristiano. El R ACIONALISMO de la Ilustración
dejó su huella en la interpretación bíblica durante este período de dos modos
significativos. Positivamente, ayudó a promover la investigación histórica de la
Biblia, sobre todo en las áreas de estudios lingüísticos y críticos del texto
(véase C RÍTICA HISTÓRICA y C RÍTICA TEXTUAL). 34 Negativamente, estableció la
razón humana como árbitro final en la determinación de la verdad, desafió la
autoridad de la Biblia como revelación divina y como autoridad de la Iglesia
para establecer la doctrina normativa (Mickelsen, 41-44; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 42-43).

Pietismo
Éste aparece en el P ERÍODO P OST-R EFORMA como una reacción al
ESCOLASTICISMO protestante y su estéril enfoque intelectual, que tendía a
producir ortodoxia seca y sin vida. En vez de esto, el pietismo abogó por la
lectura y el estudio de la Biblia para fomentar la devoción y el crecimiento
espiritual en los cristianos. Aunque no menos atentos a los aspectos
gramaticales e históricos del texto, los pietistas consideraron el objetivo del
estudio de Biblia no como doctrinal, sino práctico, para promover la
espiritualidad verdadera en el creyente. Entre las figuras notables en la rama
alemana de este mo-vimiento se destacan Jakob Spener (1635-1705) y August
Francke (1663-1727). El pietismo inglés fue representado por Richard Baxter
(1616-1691) y John Wesley (1703-1791), el fundador del metodismo (Ramm
1970, 60-62).

Reforma
Período en que se intentó una reforma eclesiástica (ca. d.C. 1500-1650) que
cambió dramáticamente el paisaje teológico y hermenéutico del cristianismo. 35
Las dos figuras dominantes de este período son MARTÍN LUTERO (1483-1546),
quién comenzó la denuncia, y JUAN C ALVINO (1509-1564), su primer exegeta y
teólogo. La hermenéutica de la reforma puede ser caracterizada como
independiente, e impulsada por la autoridad de la Biblia. Esta a menudo rompió
con la tradición y dogma católico cuando ellos contradecían la enseñanza de la
Escritura. El principio de sola scriptura (“ Escritura sola”) estableció a la Biblia
como la autoridad fundamental y final, en la determinación de asuntos de fe y
doctrina cristiana. En segundo lugar, la interpretación estuvo marcada por un
rechazo enfático de la A LEGORÍA36 en favor del sentido literal de la Escritura,
que deriva de un estudio gramatical e histórico del texto en las lenguas bíblicas
originales. En tercer lugar, la hermenéutica de la Reforma era cristológica en su
orientación. Lutero y, en un grado menor, Calvino creyeron que toda la
Escritura daba testimonio de Cristo (Mickelsen, 38-41; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 39-42; Berkhof, 25-28).

Victorinos
Escuela medieval de interpretación llamada así por su lugar de origen en la
Abadía de San Víctor en París. Entre los nombres relacionados con esta escuela
se hallan Hugo, Ricardo, y Andrés. Una segunda generación de victorinos
incluye a Pedro (el Cantor), Esteban Langton, y Tomás de Chobham. La
escuela es conocida por su énfasis en el estudio de las humanidades
(especialmente lengua, historia, y geografía) como fundamentos para la exégesis,
un énfasis que obtuvieron de la interacción con eruditos judíos del período
medieval. El resultado fue dar primacía al método literal de interpretación
respecto al sentido “ espiritual” (es decir, alegórico) de la Escritura. Éste último
no fue abandonado completamente, pero se limitó y se controló en gran
medida. 37 El método literal era el objetivo de la exégesis; la exégesis era la base
de la doctrina, y la doctrina era el fundamento para la alegorización (Ramm
1970, 51; Bray, 150).

_______________
1 La fecha 590 d.C. marca el año en que Gregorio I ascendió al papado. A veces, el así llamado
período conciliar (ca. 400-600d.C., cuando los concilios de la iglesia y sus decisiones se
convirtieron en una “regla de la fe” en la determinación de la doctrina e interpretación
correcta) se trata por separado. Véase Klein, Blomberg, y Hubard, Biblical Interpretation, 36.
Algunos ven el Renacimiento (ca. 1350-1500 d.C.) y la influencia literaria de los humanistas
cristianos que enfatizaron la necesidad del estudio bíblico en las lenguas bíblicas originales (J.
Reuchlin, John Colet, Erasmo) como un preludio y puente a la Reforma. Véase Grant y Tracy ,
Short History, 92; Kaiser, Toward An Exegetical Theology, 60.
2 El sentido cuádruple de la Escritura se resume en las siguientes palabras: “La letra nos
muestralo que Dios y nuestros padres hicieron. / La alegoría nos muestra dónde está oculta
nuestra fe. / El sentido moral nos da reglas de vida. / La anagogía nos muestra dónde
terminamos nuestra lucha.” Véase Grant y Tracy , Short History , 85.
3 Véase J. Kenneth Grider, “Scholasticism,” en Beacon Dictionary of Theology (Kansas City :
Beacon Hill Press, 1983), 473.
4 Para una historia concisa de la Escuela de Alejandría y un comentario favorable de su método
como fue practicado por Clemente y Orígenes, véase Robert M. Grant y David Tracy , A Short
History of the Interpretation of the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 52-62.
5 Como excelente recurso para el estudio de las figuras históricas relacionadas con el campo de
la hermenéutica bíblica, véase Donald K. McKim, ed., Historical Handbook of Major Biblical
Interpreters, (Downer’s Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1998)
6 Para una introducción profunda e informativa de esta escuela, considerando por separado los
criterios de sus defensores principales, véase David S. Dockery, Biblical Interpretation Then
and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the Early Church (Grand Rapids: Baker
Book House, 1992),103-28.
7 Theoria se define como la capacidad de percibir tanto los hechos históricos literales de un texto
como la realidad espiritual que ellos señalaban. Véase William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation (Waco, Tex.: Word Publishing,
1993), 35. Así, un profeta del AT que predice la venida del Señor pudo ver tanto la referencia
histórica inmediata en acontecimientos de la historia de Israel, como el acontecimiento final de
la venida de Cristo. Véase Dockery , Biblical Interpretation, 107.
8 Orígenes vio estos tres sentidos como relacionados también con tres niveles de madurez
espiritual. El cristiano simple se beneficia de la “carne”, o sentido literal de la Escritura; el
“más avanzado” se beneficia del sentido del “alma” de la Escritura y el “perfecto” se edifica
con el sentido espiritual. Véase Orígenes De Principiis 4.2.4, cita de Walter C. Kaiser Jr. y
Moisés Silva, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids:
Zondervan, 1994), 219.
9 Bernard L. Ramm presenta un resumen conciso de estos principios en Protestant Biblical
Interpretation, 3a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 31-33. Grant y Tracy
presentan varias citas clave de Orígenes en que justifica su abandono del sentido literal por la
búsqueda de uno alegórico. Véase Short History, 57-59.
10 Ramm cita la observación de Jean Danielou de que para Orígenes “la Biblia era una vasta
alegoría, un extraordinario sacramento en que cada detalle es simbólico.” Véase Protestant
Biblical Interpretation, 32.
11 Un ejemplo clásico, que se cita a menudo, es la interpretación de Orígenes de la historia de
Rebeca cuando provey ó agua para los camellos de Eliezer, el criado de Abraham (Gn. 24).
Orígenes sostuvo que este acontecimiento enseñaba que debemos ir a los pozos de la Escritura
si queremos encontrarnos Cristo. En la historia de la entrada triunfal cuando Jesús entra con el
burro y su pollino, ¡Orígenes ve que la doctrina de Cristo tiene apoy o tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento! Véase Mickelsen, Interpreting, 32.
12 Esto está claro en la siguiente cita del Talmud Babilónico: “Él que dice que la Torah no es de
Dios, o aun que toda la Torah es de Dios con la excepción de este o ese versículo, que no Dios
sino Moisés habló de su propia boca, que el alma del tal sea desarraigada” (Sanh. 99a Bab.
Talmud).
13 Véase la exposición de Richard N. Longenecker “Jewish Hermeneutics in the First Century,”
en Biblical Exegesis in the Apostolic Period (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1975), 19-20.
14 Se conocen estos períodos por el aporte de sucesivas escuelas de escribas: los Sopherim, los
Chakhamim, los Tannaim, los Amoraim, los Seboraim, y los Gaonin. Véase Frederic W.
Farrar, History of Interpretation (Grand Rapids: Baker Book House, 1961), 52-53.
15 Véase Gleason L. Archer Jr., A Survey of Old Testament Introduction, ed. rev. (Chicago:
Moody Press, 1974), 62-67.
16 Ramm comenta que en los cabalistas, el letrismo y el alegorismo se unen en una grotesca
alianza. Él describe su arbitraria asignación de palabras para letras (notarikon), valores
numéricos que se atribuy en a letras seguidos de comparaciones y extrañas asociaciones
(gematría), y el cambio de posición de las letras en las palabras (termura). Véase Protestant
Biblical Interpretation, 47-48.
17 Jülicher basó su objeción en parte en las alegorías extrañas e imaginarias que produjeron los
padres de la iglesia primitiva. Aquellos que siguieron su dirección no objrtan la parábola
básica, sino la correspondencia de los elementos parabólicos o espirituales con las realidades
del Reino. Por ejemplo, en cuanto a la Parábola de los inquilinos malvados (Mt. 21:33-44), la
objeción no sería a la parábola básica (21:33), sino la aplicación al rechazo y el destino de la
nación judía (vv. 34-44).
18 Aludiendo a las conclusiones de obras definitivas de P. Fiebig y M. Hermaniuk, Ray mond
Brown declara que sus esfuerzos han mostrado “que no hay diferencia significativa alguna
realmente entre parábola y alegoría en la mente semítica. En el Antiguo Testamento, los libros
apócrifos de la Biblia y los escritos rabínicos, mashal abarca parábola y alegoría, y un rango
de otros mecanismo literarios (enigma, fábula, proverbio, etc.) Por lo tanto, no hay razón de
creer que Jesús de Nazaret en su meshalim alguna vez hizo un diferencia entre parábola y
alegoría.” Ray mond E. Brown, “Parable and Allegory Reconsidered”, Novum Testamentum 5
(January 1962): 36.
19 Para una reseña concisa pero informativa de la “hermenéutica judía en el primer siglo,” y
sobre todo el uso de reglas rabínicas de interpretación por parte de autores del NT, véase
Longenecker, Biblical Exegesis, 19-50.
20 Se debate si estos dos términos midráshicos son descriptivos del tema o constituy en métodos
hermenéuticos. Si se sostiene esta último opinión, los autores procurarán caracterizar el método
que usan más a menudo los rabinos al interpretar esa clase particular de material. Véase
Longenecker, Biblical Exegesis, 23; Dockery, Biblical Interpretation, 29, Kaiser y Silva,
Introduction to Biblical Hermeneutics, 212.
21 Dockery cita la obra de Renee Bloch al identificar cinco características del Midrash: (1) su
fundamento es la Escritura; (2) es homilético en naturaleza; (3) procura clarificar el sentido de
los textos; (4) intenta contemporizar la Escritura en consideración; y (5) procura extraer
principios del material legal (relacionado con la ley ) con el objetivo de solucionar problemas
que la Escritura no trata de manera directa. Véase Dockery , Biblical Interpretation, 29.
22 Kaiser declara que en el albor de la era cristiana, los rabinos judíos distinguieron entre un
sentido peshat de la Escritura y uno remaz, o sentido “escondido”. Bajo este último término él
parece clasificar el sentido derush (“buscado”), que es el sentido alegórico, y que se está
relaciona con la exégesis midráshica. Finalmente, él lista la interpretación sod, que busca un
sentido místico y alegórico. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Biblical Hermeneutics, 212.
23 Walter C. Kaiser Jr. ha sostenido consecuentemente que los autores del NT no usaron la
exégesis pesher en sus citas de la profecía del AT. Véase Kaiser y Silva, Introduction to
Biblical Hermeneutics, 215-18; también Kaiser, Toward An Exegetical Theology: Biblical
Exegesis for Preaching and Teaching (Grand Rapids: Baker Book House, 1981), 55-57. Kaiser
ha dedicado hasta un libro entero a la defensa de su tesis. Véase The Uses of the Old Testament
in the New (Chicago: Moody Press, 1985). Sin embargo, otros eruditos evangélicos han
sostenido que los autores del NT usaron métodos corrientes y a en uso. Véase E. E. Ellis, “How
the New Testament Uses the Old,” en New Testament Interpretation: Essays on Principles and
Methods, ed. I. Howard Marshall (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1977), 203-8. Para una
descripción plena de interpretación pesher en el NT, véase Longenecker, Biblical Exegesis, 19-
132. Una aclaración parece apropiada: Un formato similar de cita y comentario literario,
incluy endo fórmulas introductorias, no es equivalente al método pesher de la exégesis. Uno
tiene que demostrar que el autor del NT está interpretando el texto del AT adjudicando un
sentido diferente del que se propuso el autor del AT. Véase Kaiser, Toward an Exegetical
Theology, 56-57.
24 Por ejemplo, en Ef. 4:8 Pablo parece impreciso en su cita del Sal. 68:18, pero la forma de la
cita se encuentra en targúmenes de los Salmos. Véase David E. Garland, “Background Studies
and New Testament Interpretation,” en New Testament Criticism and Interpretation, ed. David
Alan Black y David S. Dockery (Grand Rapids: Zondervan, 1991), 348-76.
25 El comentario de Barth sobre Romanos (Römerbrief) se ha descrito como “un obús teológico”.
De la teología de Barth, Harvie M. Conn dice que causó “una revolución copernicana” en la
teología protestante, la que al final acaba con el dominio del pensamiento liberal. Véase Conn,
Contemporary World Theology: A Layman’s Guidebook (Nutley, N.J.: Presby terian and
Reformed, 1973), 10. Barth, obviamente, no estuvo solo en este movimiento. Otros teólogos
sobresalientes fueron Friedrich Gogarten (Religious Decision), Emil Brunner (Experience,
Knowledge and Faith), el colega pastoral de Barth, Eduard Thurney sen (Dostoievsky), y Rudolf
Bultmann (New Testament Theology).
26 Barth, como Kierkegaard, entendió a Dios como trascendente y “totalmente otro”. Por
consiguiente, las verdades que Él revela nos vienen como paradojas (p.ej., Jesús es tanto
hombre como Dios) y crean una tensión dialéctica de contraposiciones. Esta tensión no puede
ser resuelta por la razón, sólo por la fe, que resulta en una crisis ante la proclamación de la
Palabra (a través de la Escritura). Cualquier conocimiento de Dios (incluy endo aquel mediado
por la Escritura) puede ocurrir sólo por la iniciativa de Dios, a través de un acto divino de
autorevelación. Cuando un individuo tiene un encuentro revelador con Dios por la lectura de las
Escrituras, la Biblia efectivamente se “convierte en la Palabra de Dios.” Además de aquel acto
de la revelación, la Biblia es el registro histórico y testimonio de la revelación de Dios, pero no
es la revelación en sí misma.
27 La Nueva Crítica y su desarrollo marcan una rebelión contra la noción del sentido textual
“objetivo”, y un cambio hacia la capacidad creativa del texto para crear sentidos mediante
una interacción “subjetiva” entre lector y texto. Para un resumen completo de este criterio,
véase Anthony C. Thiselton, The Two Horizons: New Testament Hermeneutics and Philosophical
Description with Special Reference to Heidegger, Bultmann, Gadamer and Wittgenstein (Grand
Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1980), 327-56.
28 Para una reseña desde dentro, acerca del desarrollo histórico de la N-H, véase James M.
Robinson, “Hermeneutics Since Barth,” en The New Hermeneutic, James M. Robinson y John
B. Cobb Jr. eds. (New York: Harper and Row, 1964), 1-77.
29 John Lawson reconoce la cuestionable unión histórica entre los apóstoles del NT y los Padres
Apostólicos, pero escribe: “Sin embargo, hay un cuerpo suficientemente reconocible de
escritos cristianos ortodoxos, no incluidos en el canon autoritativo del Nuevo Testamento, que
aún así arrojan luz sobre la vida de la iglesia en el período que inmediatamente sigue al periodo
del Nuevo Testamento, que puede ser conveniente e inteligentemente designado como ‘Padres
Apostólicos’“Véase Historical and Theological Introduction to the Apostolic Fathers (New York:
Macmillan, 1961), 1.
30 El autor ha investigado en los escritos de los Padres Apostólicos y ha encontrado más de
trescientas citas y alusiones conceptuales verbales a textos del NT. James D. Hernando,
“Irenaeus and the Apostolic Fathers: Inquiry in the Development of the New Testament
Canon” (Tesis Ph.D., Drew University , Madison, N.J., 1990), 359.
31 Las contribuciones de los principales intérpretes bíblicos del siglo veinte, en Europa y
Norteamérica, son presentadas en McKim, Historical Handbook, partes 5 y 6, 403-624.
32 Las figuras principales en esta escuela fueron hombres como Wilhelm Boussett (1865-1920) y
Richard Reitzenstein (1861-1931). Aunque esta escuela hiciera mucho para promover la
investigación cultural e histórica en el mundo religioso de la Biblia, sus presuposiciones
minaron la autoridad de la Biblia, al considerar las ideas de la Escritura como meros productos
del pensamiento y experiencia religiosa humanos y no el resultado de la revelación divina.
33 Irónicamente, aunque rechazando la exégesis dogmática y autoritaria de la Iglesia Católica,
los protestantes desarrollaron sus propias normas autoritativas a través de los credos ortodoxos,
que influy eron y controlaron su exégesis.
34 Para un resumen conciso de la historia de la crítica textual, véase Gordon D. Fee, “The
Textual Criticism of the New Testament,” en The Expositor’s Bible Commentary, ed. F. E.
Gaebelein (Grand Rapids: Zondervan, 1979), 1:419-33.
35 Un artículo muy provechoso para entender cómo los Reformadores vieron las Escrituras, y
las presuposiciones teológicas que dirigieron su interpretación, es el escrito por Paul Lehmann,
“‘The Reformers’ Use of the Bible”, Theology Today 3 (1946): 328-48.
36 Los eruditos a veces notan que Lutero, a pesar de su posición antagónica a la alegoría, de vez
en cuando alegorizó. Sin embargo, esto no cambia el hecho de que Lutero rechazó la alegoría
en principio, y junto con Calvino terminó con el dominio de la alegorización en la iglesia.
Véase Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 54; Kaiser, Toward an Exegetical Theology,
61.
37 Véase Gerald Bray, Biblical Interpretation: Past and Present (Downers Grove, Ill.:
Intervarsity Press, 1996)
3
Figuras Destacadas en la
Hermenéutica

Agustín (354–430 d.C.)


Un padre de la Iglesia y la figura más dominante en la teología e interpretación
bíblica antes de T OMÁS DE A QUINO. Su obra De Doctrina Cristiana es una
guía de hermenéutica y homilética. En ella él desarrolla una teoría de signos que
es una antigua precursora de la semántica o lingüística filosófica (véase
S EMIÓTICA), una exploración de cómo opera el lenguaje en la comunicación
mediante signos, sonidos, y discurso, que es un elemento fundamental en la
hermenéutica. Agustín prefirió la interpretación alegórica en su esfuerzo
apologético de defender la ortodoxia cristiana (la regla de fe) contra los herejes
maniqueos, conocidos para su literalismo extremo (Grant y Tracy, 78-80;
Ramm 1970, 35).

Cuádriga
Denota el método cuádruple de interpretación de la Escritura, que fue
firmemente establecido y extensamente practicado en la exégesis católica a
partir del siglo cuarto (Agustín) hasta la Reforma en el siglo dieciséis.
Según este método un pasaje de la Escritura tenía cuatro sentidos diferentes:
literal, tropológico (moraleja), alegórico (místico, incluye tipológico; véase
T IPOLOGÍA), y anagógico (profético o escatológico; véase ESCATOLOGÍA).

Barth, Karl (1886–1968)


Pastor-teólogo suizo a quien se acredita el origen de la NEO-ORTODOXIA, con la
publicación de su comentario sobre Romanos en 1919. Bajo la influencia del
existencialismo de S ØREN KIERKEGAARD, él recalcó un encuentro revelativo
con la Palabra de Dios. En éste re-enfatizó la autoridad de la Escritura como
Palabra de Dios (Klein, Blomberg, y Hubbard, 47). Sin embargo, no consideró
la Biblia como la revelación en sí, sino sólo como un testimonio de la
revelación, y el medio por el cual Dios comunica su Palabra hoy. Aunque su
contribución teológica fue monumental para el movimiento, él no añadió
considerablemente al desarrollo de la teoría hermenéutica. Sin embargo, su obra
provocó reflexión hermenéutica, y anticipó algunos rasgos interpretativos de
R UDOLF B ULTMANN y la NUEVA HERMENÉUTICA, sobre todo en cuanto al
papel que se atribuye a la subjetividad del intérprete en el proceso
interpretativo. 1

Bultmann, Rudolf (1884–1976)


Profesor de NT en Marburg (1921-51), Alemania, mejor conocido como uno de
los pioneros de la C RÍTICA DE LAS FORMAS del NT (History of the Synoptic
Tradition, 1921). Sin embargo, Bultmann es igualmente famoso como teólogo
existencialista que abogó por un criterio de interpretación conocida como
DESMITIFICACIÓN, que él creyó era esencial si la proclamación del evangelio
(kerygma) iba a ser predicada a personas modernas (Bray, 429).
Quizás el aspecto más polémico del criterio de Bultmann fue su
escepticismo histórico. Como el kerygma es existencial en naturaleza, no
descansa en hechos de la historia. 2 Según este punto de vista, la historia no
puede establecer casi nada de certeza acerca del Jesús histórico. Aunque los
estudios históricos y críticos sean necesarios, sus resultados son irrelevantes
respecto a la fe porque el kerygma llama a la persona a tomar una decisión
existencial acerca de Cristo.

Calvino, Juan (1509–1564)


Abogado francés y humanista que se convirtió en reformador, que fue
posiblemente el mayor exegeta y teólogo de la Reforma. Él es responsable de
dar expresión sistemática a la teología reformada en su obra Institutos de la
religión cristiana, que publicó en 1536 ¡a los veintiséis años de edad! Debido a
su formación humanista insistió que la exégesis debía hacerse en las lenguas
bíblicas originales. Por consiguiente, rechazó la alegoría3 con su multiplicidad
de sentidos, y favoreció el enfoque literal e histórico que enfatiza como objetivo
de la interpretación el sentido que el autor se propuso comunicar. 4 El método
interpretativo de Calvino es esencialmente un enfoque gramático-histórico, que
cuidadosamente considera los contextos literarios e históricos del pasaje
(Mickelsen, 40). Estuvo en total acuerdo con MARTÍN LUTERO en sola
Scriptura, que establece la autoridad de la Escritura por sobre la tradición de la
iglesia, y el principio interpretativo de que “ la Escritura interpreta la
Escritura”. 5 Como Lutero, él no sólo acentuó la claridad (véase P ERSPICUIDAD)
de la Escritura sino también la unidad en el AT y en el NT, sobre todo en su
testimonio de Cristo. 6 Estas convicciones fluyeron de su creencia en que el
Espíritu Santo es el autor divino de toda la Escritura, y que sigue iluminando a
los creyentes en la tarea de la interpretación (McKim 1998, 171-79).

Clemente de Alejandría (155–215 d.C.)


Padre de la iglesia primitiva que adoptó el método alegórico de F ILÓN DE
ALEJANDRÍA (véase A LEGORIZAR) y se convirtió en la primera figura destacada
de la ESCUELA DE ALEJANDRÍA. Clemente creyó que la naturaleza misma de la
revelación divina en la Escritura hacía necesaria la INTERPRETACIÓN
ALEGÓRICA. Dios se revela a través de múltiples sentidos más profundos de la
Escritura a aquellos que tienen diferentes niveles de madurez espiritual, y buscan
aquellos sentidos a través de la interpretación alegórica (Dockery, 83). Aunque
él reconocía el sentido literal como un primer paso necesario, creía que el
método alegórico develaba la verdad adecuada para la fe, la doctrina, y la
proclamación. Los eruditos identifican al menos cinco sentidos que Clemente
dio a las Escrituras: (1) histórico, como acontecimiento histórico; (2) doctrinal,
incluye verdades morales, religiosas y teológicas; (3) profético, que incluye
T IPOLOGÍA; (4) filosófico, con cosmología estoica y sentidos psicológicos; y
(5) místico, verdades morales y espirituales más profundas (Grant y Tracy, 55-
56; Ramm 1970, 31). 7

Crisóstomo, Juan (ca. 354–407 d.C.)


Una de las figuras más conocidas de la ESCUELA DE ANTIOQUÍA. Él fue famoso
por su habilidad para predicar, que le ganó el apodo Crisóstomo (“ boca de
oro”). Sus homilías, además de ser conocidas por su ortodoxia, son famosas por
usar los principios de exégesis que se promovían en Antioquía, que acentuaba el
sentido literal e histórico del texto (Dockery, 113-20).
Erasmo, Desiderio (1467–1536)
Erudito humanista holandés cuyos escritos contribuyeron a las innovaciones
literarias y teológicas de la Reforma. Como erudito del Renacimiento, él
enfatizó el estudio de las Escrituras en las lenguas originales, que aplicó a su
propia forma de interpretación literal conocida como el método filológico. 8 Este
por su parte condujo a un ccada vez mayor descontento con la alegorización,
aunque a diferencia de su consejero humanista, Juan Colet (1467-1519), o los
reformadores, Erasmo nunca la rechazó como un método válido de
interpretación9 (Kaiser 1981, 60; Klein, Blomberg, y Hubbard, 40).
Erasmo también refleja el R ACIONALISMO de los humanistas cristianos, que
vieron la razón humana como autónoma y capaz de hacer juicios independientes
acerca del sentido de la Escritura y de corregir la tradición de la iglesia (D.
Ferguson, 152).

Filón de Alejandría (ca. 20 a.C.–50 d.C.)


Filón fue un judío aristocrático de Alejandría. Aunque recibió una educación
helenista, él defendió la fe judía con sus numerosas obras (p.ej., In Flaccum y
Legatio ad Gaium). Él procuró reconciliar la filosofía griega, que él amaba, con
las Escrituras del AT, e hizo mucho uso de la alegoría en sus comentarios
(Grant y Tracy, 52-53). 10 Así, se piensa que él influyó en los escritores
cristianos de Alejandría, tales como C LEMENTE DE ALEJANDRÍA y ORÍGENES en
su alegorización del AT (véase I NTERPRETACIÓN ALEGÓRICA). Los eruditos del
NT a menudo ven una conexión entre los pensamientos expresados por Juan (en
su Evangelio), el escritor de Hebreos y Pablo, con los modelos de pensamiento
expresados en los escritos de Filón (E. Ferguson, 450-54).

Hiponoía
El término que usó Filón para designar el sentido más profundo y espiritual
de la Escritura, que subyace en el sentido literal superficial de las palabras.
Este sentido más profundo podría ser develado sólo por medio de la
INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA (Kaiser y Silva, 210, 215-16).

Frei, Hans (1922–1988)


Uno de los personajes importantes en la hermenéutica del siglo veinte, defensor
de la crítica literaria moderna, que con severidad criticó la preocupación de los
eruditos críticos modernos por la historia. En su influyente obra Eclipse of the
Biblical Narrative, 11 él abogó por una lectura precrítica de la Biblia, que trata
las narrativas (p.ej., los Evangelios) como creaciones literarias que tienen su
propio sentido, separadas de los acontecimientos históricos, e independiente de
los mismos que ellas registran. 12 Su obra influye en muchos enfoques literarios
modernos que despojan de historia a la Escritura, o disminuyen su valor
histórico, en la búsqueda de la así llamada hermenéutica verdadera, que puede
apreciar el valor literario de la narrativa independiente de los asuntos históricos
(Osborne, 164, 368).

Gadamer, Hans-Georg (1900–2002)


Junto con MARTIN HEIDEGGER, Gadamer13 es uno de los principales
teorizadores filosóficos detrás del movimiento conocido como NUEVA
HERMENÉUTICA. Como existencialista (véase EXISTENCIALISMO), Gadamer no
se interesa en la comprensión del texto en el sentido gramatical e histórico
(véase MÉTODO GRAMATICO-HISTÓRICO ). Antes bien, su objetivo fue tener un
encuentro existencial presente con el contenido del texto. Para Gadamer, el
contenido del texto es independiente del autor y lector, aunque existencialmente
compartido por ambos (Kaiser 1981, 30), ya que ambos tienen en común el
lenguaje como una expresión de “ ser”. La comprensión verdadera ocurre cuando
hay “ una fusión de horizontes”, 14 el horizonte del texto con el del intérprete. En
su opinión, al interpretar, nuestro objetivo no es entender el texto a la luz de la
situación histórica del autor, sino tener una participación presente en lo que el
texto dice hoy. 15 Tampoco el objetivo es recuperar el sentido que el autor se
propuso comunicar, que para Gadamer es imposible. Lo que fue escrito en el
texto se ha separado ahora del autor, y sus pensamientos originales son
irrecuperables. En consecuencia, no se puede estudiar al apóstol Pablo, sólo sus
textos (Osborne, 370). 16
Una aporte positivo de Gadamer es su análisis del papel de la
P RECROMPRENSIÓN en el proceso interpretativo. En respuesta al énfasis de la
Ilustración en una objetividad histórica separada, Gadamer sostiene que tal
neutralidad no es posible ni tampoco deseable. El intérprete debe estar
históricamente consciente de su precomprensión con sus prejuicios,
interrogantes, y preocupaciones, si es que él se propone entrar en un diálogo con
el texto, y se produce una auténtica “ fusión de horizontes” (véase HORIZONTES,
FUSIÓN DE) (Grant y Tracy, 159-60).

Horizontes (fusión de)


Un término popularizado por HANS-GEORG GADAMER y la NUEVA
HERMENÉUTICA. Éste se refiere a la perspectiva de la realidad que pertenece
a un contexto histórico o situación particular. Gadamer indicó que hay un
condicionamiento histórico que sucede en ambos lados de la ecuación
hermenéutica, con el texto y el intérprete. Mientras que la hermenéutica
tradicional acentuó la necesidad de explorar el entorno histórico del texto
bíblico, y permanecer neutral y separada para determinar un sentido
histórico objetivo, Gadamer sostuvo que la interpretación es posible sólo
cuando el intérprete interacciona con el texto para darse cuenta de su propio
horizonte, en contraste con aquel del texto. 17 Esta combinación de
horizontes constituye la interpretación (Thiselton, 10-17). 18

Heidegger, Martin (1889–1976)


Filósofo alemán cuya rama del EXISTENCIALISMO influyó grandemente en la
HERMENÉUTICA de R UDOLF B ULTMANN (fueron colegas en Marburg) (Kaiser y
Silva, 230-31). Esta influencia surge de su entendimiento del lenguaje y su
capacidad para expresar la existencia humana y para interpretarla. Él sostuvo que
el modo de existencia de los seres humanos es radicalmente diferente de otras
formas de vida. El hombre no sólo está consciente de sí mismo (es decir, posee
“ auto-entendimiento”), sino que posee la capacidad única de reflexionar sobre su
existencia, o “ ser,” y expresarlo a través del lenguaje. Es este énfasis en el valor
existencial del lenguaje lo que capturó la atención de Bultmann, e hizo que él lo
aplicara a la interpretación. 19

Hillel, Rabí (ca. 30 a.C–9 d.C.)


Rabí judío que fue contemporáneo con el cristianismo del NT, y desarrolló un
sistema de hermenéutica basado en siete reglas (véase MIDDOT) para interpretar y
exponer la T ORAH. Es posible encontrar muchas de estas reglas e ilustraciones
de ellas en los dichos de Jesús y en los escritos de Pablo (Kaiser 1981, 53-55;
Kaiser y Silva, 213-14).

Hirsch, E. D. (1928–
Profesor inglés que escribió una lúcida crítica de HANS-GEORG GADAMER y la
NUEVA HERMENÉUTICA (Validity in Interpretation ). 20 Hirsch afirmó que la
erudición del alemán esfumaba la diferencia entre Erklarung (“ sentido”) y
Verstehung (“ significación” o “ aplicación”), una diferencia que debe mantenerse
si habrá alguna validez en la interpretación, y la posibilidad de extraer un
significado y conocimiento objetivo de los textos escritos. Él sostuvo que el
S ENTIDO del texto es lo que el autor tuvo la intención de comunicar a través de
sus palabras, gramática y sintaxis, en el momento de la redacción. Este es fijo e
incambiable. Más allá de este sentido singular, los numerosos “ sentidos”
adjudicados por los lectores a un texto reflejan su S IGNIFICACIÓN o aplicación,
es decir, la relación entre el sentido textual y las cambiantes circunstancias de
los diversos intérpretes (Kaiser 1981, 30-34, Kaiser y Silva, 30-31).

Jerónimo (ca. 347–420)


Padre de la iglesia temprana y erudito bíblico, que mejor se conoce por su
traducción de la Biblia al latín, conocida como la Vulgata. Jerónimo tenía una
excelente preparación académica y dominaba las lenguas bíblicas (hebreo y
griego) y también el latín. Como resultado de su estudio de la Biblia hebrea
sugirió que los LIBROS APÓCRIFOS no estaban a la par con la Escritura
C ANÓNICA. La escuela de Antioquía influyó en su enfoque a la interpretación,
cuyo fundamento era histórico y literal, a pesar de nunca abandonó
completamente la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA (Ramm 1970, 33-34).

Kierkegaard, Søren (1813–1855)


Filósofo y teólogo danés considerado el padre ideológico del EXISTENCIALISMO
CRISTIANO debido a su influencia en KARL B ARTH. Un severo crítico del
RACIONALISMO y el MÉTODO CRÍTICO-HISTÓRICO, sus intereses en el estudio de
la Biblia eran pietistas (véase P IETISMO), pues su meeta era entender y
apropiarse el mensaje de la Escritura para la transformación espiritual personal.
El existencialismo de Kierkegaard comienza con una comprensión de Dios como
superior, o “ totalmente otro”. 21 Siendo éste el caso, las personas no pueden
saber nada de Dios a menos que Él tome la iniciativa de encontrarlas en un acto
de autorevelación (es decir, revelación). Cuando Dios en consecuencia se revela,
ocurre un así llamado encuentro de crisis, que requiere de “ un salto de fe”, una
decisión de adoptar la verdad paradójica que se encuentra en la Escritura. Esto
significa que la paradoja es el modo en que el Dios trascendente nos encuentra
en la Escritura. Es en este encuentro existencial, y extracción de la fe a través de
la crisis, que la Biblia muestra su autoridad divina. 22
El enfoque existencial de Kierkegaard anticipa y apoya la pluralidad de
sentidos que aboga el ENFOQUE/CRÍTICA DE LA RESPUESTA DEL LECTOR . Él
sostuvo que el cristianismo no es una doctrina, sino una persona, Dios-hombre,
el Señor Jesucristo, y por lo tanto no debe reducirse a un sistema de verdades
proposicionales (Rosas, 334-35). 23

Lutero, Martín (1483–1546)


Se le acredita haber iniciado la Reforma Protestante al fijar en las puertas de la
capilla de Wittenberg sus noventa y cinco artículos de desacuerdo con la
doctrina y práctica católica. Lutero se convirtió en un sobresaliente líder y en un
teólogo referente de la R EFORMA. Su perdurable herencia hermenéutica se centra
en el rechazo de la A LEGORÍA y el énfasis en el sentido literal de la Escritura, 24
que junto con el principio de sola Scriptura sustituyó eficazmente la jerarquía
católica romana con la autoridad de la Biblia interpretada por un sacerdocio de
todos los creyentes. Sus principios de interpretación25 pueden ser ilustrados en
la Confesión de Augsburg de 1530 (Grant y Tracy, 93-99; McKim 1996, 165;
Dowley, 368-69).

Nicolás de Lira (1270–1340)


Una de las figuras de transición que contribuyó al despertar de la R EFORMA
debido a su influencia en MARTÍN LUTERO. Judío convertido al cristianismo,
Nicolás no leía el griego, pero tenía gran experiencia en el hebreo. Aunque
reconoció los cuatro sentidos (véase C UÁDRIGA) de la Escritura (McKim 1998,
80-81), él se opuso a los abusos de la interpretación mística (es decir, alegórica),
e insistió que la doctrina debía tener como base el sentido literal de la Escritura.
Su obra parece haber hecho tal impresión en Lutero que a menudo se decía: “ Si
Lira no hubiera tocado la lira, Lutero no habría bailado” (Bray, 142; Kaiser y
Silva, 224; Virkler, 64).

Orígenes (d.C. 185–254)


Padre de iglesia temprana comúnmente asociado con la ESCUELA DE
ALEJANDRÍA y su uso de la INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA. Mientras C LEMENTE
DE A LEJANDRÍA, su precursor en la escuela de Alejandría, enseñó que la
Escritura tiene un sentido doble correspondiente a la naturaleza dual de los seres
humanos, cuerpo (literal) y alma (espiritual), Orígenes encontró un sentido
triple, correspondiente a la naturaleza tripartita de los seres humanos que él vio
en 1 Ts. 5:23 (Klein, Blomberg, y Hubbard, 34). Así, cuando se interpreta la
Escritura puede tener un sentido literal (cuerpo), un sentido moral y ético
(alma), y un sentido doctrinal (espíritu). El sentido literal, que se identifica con
el cuerpo, es claramente inferior a los sentidos morales y espirituales, que son
accesibles sólo por medio de la alegorización. 26 Orígenes habría preferido
probablemente identificar su método como “ espiritualización”. A veces su
exégesis es una mezcla de INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA y A LEGORÍA. Sin
embargo, no cabe duda de que Orígenes consideraba la interpretación alegórica
como la exégesis verdadera, y el único modo de descubrir las verdades
espirituales más profundas de la Escritura (Mickelsen, 32; Ramm 1970, 33;
Grant y Tracy, 55-56).

Schleiermacher, Friedrich (1768–1834)


Teólogo protestante alemán que a veces es considerado padre de la teología y la
hermenéutica moderna. Criado en la tradición pietista (véase P IETISMO) y
educado bajo la influencia del Romanticismo, Schleiermacher creía que el
fundamento de toda experiencia religiosa era el “ sentimiento”. Así, él introdujo
un fuerte elemento subjetivo en el proceso interpretativo. El verdadero
entendimiento no ocurría con el análisis literario o histórico del texto, sino
cuando el intérprete, a través de intuición e imaginación, era capaz de llegar a
una intensa identificación con el autor. El objetivo de la interpretación entonces
no era determinar lo que el texto decía; sino recobrar la experiencia que produjo
el texto y hacerse uno con él (Braaten, 132). 27
En ciertas maneras Schleiermacher anticipó y promovió el S UBJETIVISMO de
los enfoques de la NUEVA HERMENÉUTICA y la moderna interpretación basada en
la ENFOQUE/CRÍTICA DE LA RESPUESTA DEL LECTOR. En ambos casos, no hay un
sentido objetivo, ni ciertamente sentido único alguno ni interpretación de un
texto.

Teodoro de Mopsuestia (350–428)


Prominente teólogo de el ESCUELA DE ANTIOQUÍA. Contemporáneo y colega de
estudios de JUAN C RISÓSTOMO, Teodoro es conocido por su énfasis constante
en la exégesis histórica y su cristología ortodoxa (Dockery, 109-13).

Tomás de Aquino, (ca. 1225-1274)


Principal teólogo del período medieval cuya Summa Theologiae dio expresión
sistemática y racional a la fe cristiana, y finalmente definió la ortodoxia para la
Iglesia Católica. Aunque Aquino sostuvo que la Biblia tiene sentidos
simbólicos, y creía en el sentido cuádruple de la Escritura (véase C UÁDRIGA), él
insistió en la primacía del sentido literal del cual derivan los sentidos
simbólicos o espirituales. Él identificó el sentido literal con el sentido que el
autor se propuso, y el sentido sobre el cual la doctrina debe estar fundada. Así,
Aquino es una figura de transición que marca el final del dominio total del
método alegórico de interpretación, y anticipa el énfasis literal de los
reformadores (Dockery, 159; Grant y Tracy, 88-91; McQuilken, 38-39; Ramm
1970, 40; Klein, Blomberg, y Hubbard, 39). Véase EDAD MEDIA.

Zwinglio, Ulrico (1484-1531)


Reformador suizo y prolífico expositor de la Biblia. Aunque él sostuvo el
sentido cuádruple de la Escritura, el sentido “ natural” (o literal) fue su principal
interés. 28 Él, junto con MARTIN LUTERO y JUAN C ALVINO, practicó un
enfoque de interpretación gramático e histórico (véase MÉTODO GRAMÁTICO-
HISTÓRICO). Sin embargo, él evitó el así llamado literalismo de madera que no
prestaba atención al uso figurado e idiomático del lenguaje. Zwinglio fue
conocido por su uso DOGMÁTICO de la Escritura (Terry, 69), pero su credo era
toda la Escritura y la enseñanza de ella, que él consideraba como clara
comparada con las enseñanzas generalmente confusas y contradictorias de la
tradición de la iglesia. Como defensor ardiente de sola Scriptura él procuró no
aceptar ninguna doctrina a menos que se pudiera establecer de las claras
enseñanzas de la Escritura. Además, sólo la Biblia era la Palabra de Dios y de
Cristo. Así, la comprensión podría venir sólo a través de la fe y la operación del
Espíritu Santo en el corazón del hombre (McKim 1998, 250-53).

_______________
1 Bernard L. Ramm describe la respuesta del lector a la paradójica verdad de la Escritura:
“Nosotros decidimos realmente por ellos. Los abrazamos en verdad. Pero no los abrazamos
con un acto racional, sino con la espiritualidad de la fe, con la pasión de la fe, con
subjetividad.” Véase Varieties of Christian Apologetics (Grand Rapids: Baker Book House,
1966), 56.
2 Duncan Ferguson describe el método de Bultmann como una tentativa de saltar sobre la
historia, para llegar a un entendimiento mediado por la identificación existencial y la
participación con el texto y su mensaje. Él escribe: “El verdadero asunto para la fe no es lo
que sucedió entonces, sino lo que sucede ahora en el momento de la decisión existencial.… El
sentido del kerygma no se debe buscar en el descubrimiento del Jesús histórico, que es
imposible de todos modos, sino en la conciencia de la responsabilidad de la persona ante Dios.
Los hechos factuales, develados por la historia desinteresada y objetiva, no tienen importancia
para la fe.” Véase Biblical Hermeneutics: An Introduction (Atlanta, Ga.: John Knox Press,
1986), 171, 53 (énfasis de Ferguson).
3 Calvino consideró el método alegórico una invención de Satanás, que alejaba a la gente de la
verdad de las Escrituras. Véase Bernard L. Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 3a ed.
(Grand Rapids: Baker Book House, 1970), 58.
4 En el prefacio a su comentario sobre Romanos, Calvino escribe: “La virtud principal de un
intérprete está en la brevedad lúcida. Ya que ésta es casi su única tarea, revelar la mente del
escritor que él ha propuesto exponer, él pierde su objetivo, o al menos se extravía de sus
límites, en la medida en que aleja a sus lectores del sentido original de su autor.” Citado por D.
L. Puckett, “Calvin, John” en Historical Handbook of Major Biblical Interpreters, Donald K.
McKim, ed. (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1998), 172-73.
5 El prodigioso dominio de la Escritura que tuvo Calvino, es evidente en sus Institutos de la
religión cristiana, que está literalmente sazonado con referencias y citas bíblicas. Si alguien es
tentado a desmerecer esto como ejemplo de la dogmatica prueba de texto, deberían notar que
Calvino fue un prolífico expositor de la Escritura, que produjo comentarios de casi cada libro
en la Biblia (todos excepto nueve, uno del NT y ocho del AT). Véase Berkeley Mickelsen,
Interpreting the Bible (Grand Rapids: MI.: Eerdmans, 1963), 39.
6 Sin embargo, Calvino dio prioridad al NT como guía exegética para interpretar el AT. Véase
Puckett, “Calvin, John”, 178.
7 David S. Dockery proporciona una descripción iluminadora del enfoque hermenéutico de
Clemente incluy endo algunos de sus principios directrices. Véase Biblical Interpretation Then
and Now: Contemporary Hermeneutics in the Light of the Early Church (Grand Rapids: Baker
Book House, 1992), 82-86.
8 El método filológico de Erasmo fue un criterio que combinó críticas textual, literaria, e
histórica. Este no se diferencia esencialmente de lo que quiere decir el criterio de
interpretación gramático-histórico, aunque Erasmo no limitara el significado del texto a un solo
sentido o literal. Véase J. B. Pay ne, “Erasmus, Desiderius”, en Historical Handbook, ed.
McKim, 188-89.
9 Aunque su método hermenéutico pusiera énfasis en el sentido literal e histórico de la Escritura,
él insistió en sentidos múltiples de la Escritura. Erasmo reconoció al menos tres sentidos: el
literal, el alegórico y el moral. El alegórico, siguiendo el ejemplo de Origen, era necesario
para evitar absurdos con el método literal, o cuando el sentido literal entraba en conflicto con
las enseñanzas morales de la Escritura o la doctrina de Cristo. Véase McKim, Historical
Handbook, 189.
10 Bernard Ramm señala que la tradición de alegorización judía se remonta al menos a
Aristóbulo (ca. 160 a.C.), quién creía que la filosofía griega tomó prestado del AT, y que a
través del método alegórico se pueden encontrar enseñanzas de la filosofía griega en la Ley y
los Profetas. Véase Protestant Biblical Interpretation, 26-27.
11 Véase Hans Frei, Eclipse of Biblical Narrative: A Study in Eighteenth and Nineteenth-Century
Hermeneutics (New Haven, Conn.: Yale University Press, 1974).
12 Grant R. Osborne sucintamente describe el problema para muchos evangélicos cuando
declara que para Frei “la narrativa es el sentido; no debería haber ninguna búsqueda del
acontecimiento detrás del texto, sino sólo una lectura cercana del texto en sí. Aunque esto
desmerezca el texto mismo”. Además, uno tiene que preguntarse si el autor bíblico o los
receptores originales hubieran previsto alguna vez tal lectura no histórica del texto. También, la
naturaleza de la narrativa bíblica sugiere que el objetivo literario esté ligado a asuntos
históricos. Otra vez, Osborne comenta: “en realidad lo literario y lo histórico existen uno al lado
del otro, son interdependientes. Como una representación literal de acontecimiento y
significado, tanto el texto como su trasfondo son componentes esenciales del sentido”. Véase
The Hermeneutical Spiral: A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1991), 164, 368.
13 Para una completa reseña y un resumen crítico de la comprensión de Gadamer respecto al
proceso hermenéutico, véase A. C. Thiselton, The Two Horizons: New Testament Hermeneutics
and Philosophical Description with Special Reference to Heidegger, Bultmann, Gadamer and
Wittgenstein (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1980), 327-56.
14 Por “horizonte”, Gadamer se refiere a una perspectiva que pertenece a una situación
sustancial e histórica particular. Así, la “fusión de horizontes” a la que Gadamer se refiere es
aquella del texto con el intérprete. Nótese que Gadamer no iguala o une el horizonte del texto
con el autor y su intención. Es simplemente la perspectiva que se refleja en el texto.
15 Robert M. Grant y David Tracy clarifican que para Gadamer “el sentido primario del texto no
está 'detrás' (en la mente del autor, en el entorno social original, en los receptores originales),
ni tampoco 'en' el texto mismo. Antes bien, el sentido del texto está delante del texto, en la
ahora interrogante común, en el ahora tema común, tanto del texto como del intérprete. Los
intérpretes con conciencia histórica no procuran simplemente repetir o reproducir el sentido
original del texto, con el fin de entender sus (y ahora de ellos) preguntas. Antes bien, ellos
emplean todos los instrumentos de la crítica histórica y luego procuran mediar, traducir e
interpretar el sentido en su horizonte presente”. Véase A Short History of the Interpretation of
the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 160 (énfasis del autor).
16 Un problema obvio con la perspectiva de Gadamer es que es contraproducente e insostenible.
Incluso mientras escribe, supone que su elección de palabras y sintaxis es adecuada para
comunicar sus pensamientos. Es probable que Gadamer mismo se preocuparía si alguien
malinterpretara sus escritos, y los comunicara de modo que no representara fielmente sus
ideas. Opera la suposición de que hay una fusión de texto y la intención deliberada del autor
que comunica el texto. Toda la comunicación verbal pública está basada en esa suposición.
17 Esto representa un alejamiento de la hermenéutica de texto-autor, es decir, del autor y su
intención expresada en el texto, hacia la experiencia presente del lector y su interacción con el
texto. Para una presentación más completa, véase la explicación de la hermenéutica de
Gadamer en Osborne, Hermeneutical Spiral, 369-71.
18 El problema para muchos intérpretes evangélicos no es sólo que el sentido que el autor se
propuso es olvidado (o descartado como irrecuperable), sino que el sentido textual objetivo se
vuelve imposible, y a que no hay lector-intérprete que comparta el mismo horizonte, y por lo
tanto la fusión siempre producirá interpretaciones diferentes. Además, este paradigma del
proceso interpretativo parece claramente confundir el SENTIDO y la SIGNIFICACIÓN del
texto, una diferencia que, según E. D. Hirsch, se debe mantener si la interpretación ha de tener
alguna validez.
19 El auto-entendimiento para Bultmann era esencial con el fin de establecer la relación personal
con el sunto central del texto y su PRECOMPRENSIÓN, que hacen posible la interpretación.
Véase Rudolf Bultmann, New Testament and Mythology and Other Basic Works, ed, y trad.
Schubert M. Ogden (Philadelphia: Fortress Press, 1984), 70-73.
20 La tesis de Hirsch y la razón fundamental de escribir este libro pueden hallarse en su primer
capítulo, “In Defense of the Author.” Véase Edwin D. Hirsch, Validity in Interpretation (New
Haven, Conn.: Yale University Press, 1967), 1-23.
21 Para un resumen más detallado de las presuposiciones hermenéuticas de Kierkegaard, y una
evaluación de su contribución a la interpretación bíblica, véase L. J. Rosas III, “Kierkegaard,
Søren Aabe,” en Historical Handbook, ed. McKim, 330-36.
22 La perspectiva de Kierkegaard fue adoptada y ampliada por Karl Barth en su doctrina de la
Palabra de Dios. Para Barth la Biblia se convierte en la Palabra de Dios en este encuentro
revelador entre Dios y las personas por medio de la Palabra. Véase Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 70-72. Hay que preguntar y determinar si la autoridad de la Escritura es
intrínseca, debido a la inspiración divina que la produjo, o es debido a su poder para crear una
crisis existencial de fe. Seguramente vale la pena preguntarse si la Biblia declara su propio
estatus autoritativo, y si es así, sobre qué base. Véase Way ne Grudem, “Scripture's Self-
Attestation and the Problem of Formulating a Doctrine of Scripture,” en Scripture and Truth,
ed. D. A. Carson and John D. Woodbridge (Grand Rapids: Zondervan, 1983), 19-64.
23 Parece mejor entender la objeción de Kierkegaard a la teología dogmática como una
reacción al escepticismo que engendró la Ilustración, así como la esterilidad espiritual de la
exégesis histórica-crítica. Ciertamente en nombre de la doctrina, él hace sus objeciones y
críticas de la cristiandad. Una respuesta evangélica a esta objeción es afirmar que el
cristianismo es en efecto una persona y no doctrina en sí, pero que no es inferior a la doctrina
que el Verbo encarnado nos dio en sus enseñanzas, o que Dios nos concede en la revelación de
las Escrituras.
24 En contraste con el uso del método alegórico, Lutero declaró que “debería permitirse que
cada palabra permanezca en su sentido natural y que no se abandone, a menos que la fe nos
obligue a hacelo”. Cita de Ramm, en Protestant Biblical Interpretation, 54. Este enfoque, junto
con su énfasis en estudiar las Escrituras en las lenguas bíblicas originales, constituy e lo que hoy
llamamos MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO de interpretación.
25 Bernard Ramm da un preciso resumen de los principios hermenéuticos de Lutero: (1) el
principio psicológico puso la fe y la iluminación como requisito para la buena interpretación;
(2) el principio de autoridad estableció la Escritura como la autoridad final (por encima de la
autoridad eclesiástica) en la determinación de asuntos teológicos; (3) el principio literal vio el
rechazo de la alegoría como un método válido de interpretación; (4) el principio de suficiencia
afirmó que la Escritura era suficientemente clara para entregar su sentido a los crey entes sin
necesidad del magisterio de la Iglesia, en calidad de como intérprete oficial de la Escritura; (5)
el principio cristológico puso a Cristo en el centro teológico de la Biblia entera, proporcionando
unidad y coherencia a toda la Escritura; y (6) el principio Ley-Evangelio fue más que una
perspectiva teológica global que separaba y contrastaba la ley y la gracia como las
características del antiguo pacto y del nuevo pacto respectivamente. Lutero sostuvo que
cualquier mezcla de ley y gracia era un acuerdo fundamental del evangelio de Cristo. Véase
Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 53-57.
26 Orígenes vio estos tres sentidos como relacionados con tres niveles de madurez espiritual. El
cristiano simple se beneficia de la “carne”, o el sentido literal de la Escritura; el “más
avanzado” se beneficia del sentido de “alma” de la Escritura, y el “perfecto” se edifica del
sentido espiritual. Véase Orígenes De Principiis 4.2.4, cita de Walter C. Kaiser y Moisés Silva,
An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning (Grand Rapids: Zondervan,
1994), 219.
27 Para un resumen breve pero provechoso del trasfondo de Schleiermacher, véase James C.
Livingston, Modern Christian Thought from the Enlightenment to Vatican II (New York:
Macmillan, 1971), 98-112.
28 Para un claro resumen descriptivo de los énfasis hermenéuticos y contribuciones de Zwinglio,
véase McKim, ed., Historical Handbook, 249-55. Entre los principios hermenéuticos
destacados se hallan: (1) la necesidad de la fe y la iluminación del Espíritu Santo para entender
la Escritura; (2) la aseveración de la “perspicuidad de Escritura” y con ello una apelación a
dejar que la Escritura interprete la Escritura, a dar prioridad a los pasajes claros antes que a los
obscuros; y (3) el énfasis y prioridad que se da al sentido natural o literal de la Escritura.
4
Enfoques y Métodos de Interpretación

Tipos de crítica bíblica

Alta crítica/críticos (véase CRÍTICA HISTÓRICA)

Baja crítica/críticos (véase CRÍTICA TEXTUAL)

Componentes retóricos
En la retórica greco-romana un discurso apropiado, como se expone en los
escritos de Cicerón y Quintiliano, tendría los siguientes seis componentes (en
palabras latinas):1

Exordium
Introducción de un discurso que declara la razón de la exposición, e intenta
establecer entendimiento mutuo, o crear un clima de buena voluntad entre el
interlocutor y el público.

Narratio
Parte del discurso que establecería los hechos del caso, según lo convenido
por ambas partes. Ésta también entregaría información que provee un
contexto de lo que se propone o se argumenta.

Probatio/Confirmatio
Presentación lógica de las pruebas o argumentos en apoyo de la proposición
del orador. A menudo el orador apelaría a los sentimientos o al sano juicio
de su público.
Propositio/Partitio
Enumeración de los puntos que se impugnan en ambos lados del caso,
generalmente delineando en qué concuerdan y qué está en disputa.

Refutatio
Homólogo negativo al PROBATIO y a veces unido a éste. Este componente
contiene la refutación de las propuestas contrarias. Este también podría
incluir una digresión (como con Pablo) que proporciona información
adicional.

Peroratio/Conclusio
Conclusión donde se resumen los argumentos principales y se hace una
apelación emocional final a los oyentes.

Crítica de las formas (C-F)


Tentativa de ir más allá del texto bíblico escrito a un período preliterario,
cuando empezaron a circular unidades individuales de tradición oral, antes de
que se convirtieran en parte de un texto literario. Los críticos de formas
clasifican estas unidades por su forma literaria que, según ellos, reflejan
necesidades y situaciones de una comunidad. Ellos suponen que cuando
circularon estas unidades de tradición, fueron adaptadas y formadas por las
necesidades de las diversas comunidades diferentes. Además, ellos creen que
mediante el análisis cuidadoso de este proceso de formación, uno puede no sólo
identificar el entorno de vida original (véase SITZ IM L EBEN) que ocasionó una
forma particular, sino también reconstruir la historia del movimiento cristiano
temprano. 2 El padre de la C-F es el erudito en AT, Hermann Gunkel. En el NT,
una figura pionera de la C-F es R UDOLF B ULTMANN.

Crítica de la narrativa
Tradicionalmente el enfoque que procura explorar el género de la narrativa y su
calidad literaria estética, en cuanto a caracterización, desarrollo de la trama,
contenido temático, estilo, simbolismo, uso figurado del lenguaje, etc. (Klein,
Blomberg, y Hubbard, 432-33). Sin embargo, ella nuevamente emerge como un
nuevo desarrollo de la crítica literaria moderna, que identifica la historia de la
narrativa no con el texto de la narrativa en sí, sino como la interacción entre el
texto y el lector (Tate, 94-95).

Autor implícito
En la moderna C RÍTICA DE LA NARRATIVA, se distingue entre el “ verdadero
autor”, quién escribió realmente el texto, y el “ autor implícito”, quién es
un limitado reflejo del autor en el texto. Por ejemplo, el autor bíblico de
más de un libro revela diferentes retratos de sí mismo de libro en libro,
ninguno de lo cuales representa completamente al autor histórico real (Tate,
195). 3

Lector implícito
La C RÍTICA DE LA NARRATIVA sostiene que no sólo el verdadero autor
histórico está velado del lector (véase más arriba) sino que lo mismo sucede
con los lectores originales. La teoría afirma que un texto de narrativa se
escribe con un cierto grupo de lectores en mente que ya no están presentes,
y por lo tanto ya no son accesibles al lector actual (o moderno). En cambio
el texto y su mensaje original son dirigidos a “ lectores implícitos” que
representan a los lectores que el texto sugiere como el auditorio original. El
lector actual hoy puede identificarse con estos “ lectores implícitos”, y
puede leer el texto desde su ventajosa posición (Osborne, 162-63).
Surge una polémica pregunta en cuanto a si es necesaria la identificación
con el lector implícito ya que, como algunos sugieren, una vez escrito un
texto tiene una vida interpretativa propia. Su sentido no está atado a, ni
depende de cómo el auditorio original lo entendió. Cada lector y auditorio
crean el sentido a la luz de sus circunstancias históricas. 4

Crítica de la redacción (C-R)


Examina y diagrama la actividad de los autores bíblicos al dar forma, modificar,
o para algunos eruditos, incluso crear material para el escrito como producto
final. 5 Este producto final se considera como el reflejo de la teología y la
maestría literaria del autor, que es mucho más que un compilador y registrador
pasivo de una tradición (Erickson, 88, 98-100).

Crítica de la retórica
Arte de hablar o escribir con eficacia; estudio de principios y reglas de
composición que gobiernan la escritura o el habla, como un medio de
comunicación o persuasión. Los griegos y los romanos antiguos acentuaron la
necesidad de la habilidad retórica al hablar público, y en todas las formas de
debate filosófico, político, y legal.
Los eruditos bíblicos ven la crítica de la retórica como un instrumento útil
en el análisis de textos bíblicos (sobre todo, discursos y epístolas), que ilustran
el desarrollo de pensamiento y los argumentos que se usan para persuadir a otros
de la verdad de sus creencias (McKim 1996, 67; Kaiser y Silva, 285; Osborne,
122-23).

Deliberativo
Se refiere a una categoría retórica de discursos o escritos que tuvieron como
fin persuadir, convencer, disuadir, o refutar a alguien, acerca de una acción o
punto de vista propuesto (Klein, Blomberg, y Hubbard, 357; Osborne,
419). En escritos deliberativos uno esperaría el uso frecuente de
exhortaciones y mandatos. Véase PARAENESIS.

Epideíctica
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que usa el elogio o la
culpa para mover al lector a adoptar una posición, o seguir practicando un
sistema de valores. En este aspecto, la Epístola a los Hebreos es epidéictica
porque el autor tanto elogia como censura a sus lectores en su exhortación
para que no abandonen su fe cristiana (Aune 1987, 212-13; Klein,
Blomberg, y Hubbard, 357).

Judicial
Se refiere a una categoría de discursos o escritos que tratan con la rectitud de
una acción, y buscan persuadir a una audiencia por medio de acusación o
defensa (Klein, Blomberg, y Hubbard, 357, Osborne, 419).

Crítica de las fuentes


Esfuerzo para determinar las diverrsas tradiciones y fuentes literarias que se usan
en la composición de los libros de la Biblia. Su proponente más notable fue
Julius Wellhausen, que teorizó que el Pentateuco fue la compilación de varios
documentos que reflejan el desarrollo evolutivo de la religión de Israel. Su teoría
se conoció como la “ Hipótesis Documentaria”. 6 Al parecer es indiscutible que
los autores bíblicos usaron fuentes escritas, no sólo debido a sus declaraciones
explícitas (Nm. 21:14; Lc. 1:1) sino también debido a la abundante evidencia en
los mismos documentos bíblicos. Por ejemplo, cuando se compara relatos
paralelos de los Evangelios, hay tanto semejanzas como diferencias en palabras,
orden de acontecimientos, contenido, ideas y estilo. Es muy posible que además
del conocimiento de tradiciones orales, los autores de los Evangelios tuvieran
acceso a muchas fuentes escritas. Los críticos de las fuentes buscan evidencias
internas de la tarea editorial del autor en la combinación de varias fuentes. 7 El
énfasis cambia de la interpretación al desarrollo literario del texto, y lo que esto
revela sobre la teología del autor y las comunidades que lo produjeron (Tate,
176-79; Wenham, 139-52). Véase también C RÍTICA DE LAS FORMAS.

Crítica estructural (también “Estructuralismo”)


Método de interpretar un texto basado en la presuposición de que la mente
humana, independientemente de la cultura o el tiempo, procesa los datos de un
modo previsible, reflejando modelos universales (ESTRUCTURAS PROFUNDAS) de
pensamiento y cosmovisión, que se revelan en el lenguaje. La suposición es que
el texto contiene estos modelos integrados, sea que el autor esté consciente de
ellos o no. Por consiguiente, el sentido del texto no yace en las palabras como
expresión del pensamiento intencional del autor, sino en el texto mismo, en las
palabras y en su estructura. Para el crítico estructural tienen poca importancia
cómo se entendió el texto históricamente (Klein, Blomberg, y Hubbard, 429;
Soulen 1981, 182-85).

Análisis actancial
Hecho por estructuralistas en historias narrativas, para analizar cómo se
desarrolla una trama en términos de seis caracteres u objetos (llamados
“ actantes”). Ellos se organizan conforme a un modelo previsible que
desarrolla un conflicto entre actantes, y se mueve hacia una propuesta
resolución del conflicto (Klein, Blomberg, y Hubbard, 429; Osborne, 371
f).

Análisis paradigmático
Un segundo modo de análisis conducido por estructuralistas. Este ve las
Escrituras como un mito religioso, que según la opinión de ellos, se escribe
para solucionar alguna clase de oposición o conflicto. Dicho mito intenta
aliviar o remediar esa oposición. Por ejemplo, se podría ver que el libro de
Levítico propone el sacrificio como una manera de solucionar el sentido de
distanciamiento delante de un Dios santo (Klein, Blomberg, y Hubbard,
431 f).

Estructuras profundas
Se refiere a modos o procesos de pensamiento que son universales,
constantes, y transculturales, y que se expresan por medio del lenguaje.
Ellos son constantes a pesar de que son expresados de muchas maneras a
través de ESTRUCTURAS SUPERFICIALES (véase más abajo) en una pieza de
literatura.

Estructuras superficiales
En estructuralismo, los componentes literarios abiertos u obvios de un
texto. Con la narrativa, por ejemplo, tales componentes incluirían el
contenido temático y el desarrollo, la trama, la caracterización, etc. El
estructuralismo no considera las estructuras superficiales como demasiado
importantes, sino secundarias respecto a las ESTRUCTURAS PROFUNDAS, que
revelan la subestructura más profunda de pensamiento, y así el sentido del
texto (Osborne, 372).

Crítica histórica (C-H)


Tentativa de determinar los detalles históricos y literarios detrás de un texto,
que explican su composición (Erickson, 88). A veces llamada “ alta crítica”, ésta
investiga una completa variedad de consideraciones históricas y literarias,
incluyendo autoría, fecha de composición, auditorio original, fuentes,
autenticidad de contenido, objetivo u ocasión histórico, unidad literaria, género
y estilo (Ramm 1970, 9). 8 Un objetivo de la C-H es redactar una narrativa
cronológica que reconstruye los acontecimientos pertinentes, y revelar cuando
sea posible la interconexión de los acontecimientos. 9

Crítica literaria
Término flexible aplicado a una amplia variedad de intereses dentro de la crítica
bíblica. Éste se usa para referirse a la “ alta” crítica (véase C RÍTICA HISTÓRICA).
Más específicamente ha sido aplicado a la C RÍTICA DE LAS FUENTES y su interés
en identificar las fuentes literarias que se usan en la composición de un escrito.
Se usa comúnmente para referirse al análisis de la Biblia como literatura en sus
características literarias formales: lenguaje, estilo, género, forma, y estructura. El
uso reciente ha ampliado su referencia a varios enfoques literarios modernos,
tales como C RÍTICA DE LA RETÓRICA, C RÍTICA DE LA NARRATIVA , y
P OSTESTRUCTURALISMO (Klein, Blomberg, y Hubbard, 428-40; Soulen 1981,
113; McKim 1996, 67).

Crítica sociológica (o “Análisis socio-científico”)


Enfoque que entiende las ideas y las prácticas de la Biblia como fenómenos
socio-religiosos. En otras palabras, éste ve las ideas y prácticas religiosas en la
Biblia en el marco de diversos métodos de análisis sociológico. Este enfoque
puede ser muy provechoso en la iluminación del mundo cultural detrás del texto
bíblico, que ayuda así a la interpretación. Sin embargo, también puede ser
problemático ya que muchos científicos sociales abordan el estudio de la
religión con supuestos humanísticas y naturalistas que entran en conflicto con la
cosmovisión bíblica. 10

Crítica textual
También llamada B AJA CRÍTICA, se refiere a la ciencia que procura restaurar o
recuperar la forma original de un texto antiguo. 11 Para hacer este, recolecta,
analiza, y compara todas las copias de manuscritos de un texto dado. Después,
usando criterios y principios de evaluación establecidos, procura determinar el
fraseo exacto del manuscrito original.

Glosa interpretativa
Se refiere a una nota en el margen que aparece en un manuscrito textual, que
se cree fue puesta allí por un editor posterior (o “ redactor”) a modo de
información para un contexto interpretativo. Durante la EDAD MEDIA los
eruditos a menudo escribían citas de los diversos padres de la iglesia en los
márgenes de la Biblia y a veces entre las líneas (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 38).

Variante
Cuando dos o más manuscritos griegos o hebreos se diferencian en el fraseo
de un texto críticamente preparado, ya sea del AT o del NT, las formas
diferentes se conocen como “ variantes”. Los críticos textuales comparan
todas las variantes conocidas de un cierto pasaje de lectura, para determinar
cuál de ellas representa mejor la forma original del texto.

Nueva crítica
Movimiento en la interpretación que tendió a enfatizar la forma y el carácter
literario del texto, aparte de las circunstancias históricas que lo produjeron.
Además, sostuvo que un texto tenía un sentido independiente de la intención
original del autor. Esto no sólo volvió a abrir la pregunta fundamental acerca de
dónde uno localiza el sentido de un texto, 12 sino que preparó el terreno para
desarrollos posteriores tales como la NUEVA HERMENÉUTICA y la
ENFOQUE/C RÍTICA DE LA RESPUESTA DEL LECTOR , que enfatizaría el papel
subjetivo del intérprete en el proceso interpretativo (Osborne, 369; Kaiser y
Silva, 228, 232). Este tuvo su influencia dominante aproximadamente entre
1930-1960.

Métodos, movimientos, y enfoques


Alegorización (véase ESCUELA DE A LEJANDRÍA e INTERPRETACIÓN
ALEGÓRICA)

Análisis del discurso


Correlación del flujo de proposiciones de pensamiento contenidas en un pasaje
de la Escritura, mostrando las relaciones gramaticales de las palabras en un texto
y su estructura sintáctica dentro de una unidad literaria más extensa, o
P ERICOPA. De importancia particular es identificar cómo las cláusulas
subordinadas están relacionadas con sus cláusulas principales. Tal análisis a
menudo se amplía para incluir las uniones literarias entre secciones de un
discurso o episodios en una sección narrativa (Klein, Blomberg, y Hubbard,
206-14; Duvall y Hays, 67-70).

Círculo hermenéutico
Se refiere al proceso interpretativo por el cual el intérprete entiende las palabras
del texto en relación con sus contextos verbal y literario más amplio: frases,
cláusulas, oraciones, párrafos, capítulos, secciones, y hasta la obra literaria en su
totalidad. Por su parte, el entendimiento de palabras individuales ayuda a
entender el texto como un todo. Este proceso de entender la parte por el todo y
el todo por la parte es circular y sigue hasta que se extrae el sentido de un texto
(Stein 1994, 33).
Los defensores de la NUEVA HERMENÉUTICA han desarrollado lo que
algunos han llamado la dimensión “ vertical” del círculo hermenéutico (Soulen
1981, 85). 13 Aquí entra en juego la subjetividad del intérprete. Tanto el
intérprete como el texto (es decir, la mente humana expresada en él) comparten
algunos puntos en común de experiencia humana dentro de sus respectivos
“ horizontes”. Las preguntas respecto al texto son formuladas desde el marco
empírico del intérprete, pero las preguntas son modeladas por el tema central en
el texto, que interpreta la existencia humana. El lector interpreta el texto a través
de las preguntas que él hace, pero el texto también interpreta al lector entregando
respuestas que forman y determinan qué preguntas se hacen.
Ya que tal proceso nunca termina, ni el resultado es el mismo para los
intérpretes, esta versión del círculo hermenéutico nunca producirá un sentido
objetivo y final. 14
Deconstrucción (o “Deconstruccionismo”)
Movimiento en la hermenéutica, promovido por Jacques Derrida, que
esencialmente pone en duda la capacidad del lenguaje (o texto) de comunicar. 15
Básicamente la rebelión de Derrida es de carácter filosófico, que niega la
suficiencia epistemológica del lenguaje para comunicar la verdad acerca de la
realidad. Esto es así porque el lenguaje es metafórico en naturaleza. Derrida
rechaza la noción hermenéutica occidental de que hay realidad metafísica en el
mundo al cual las palabras se refieren. En cambio, el escribir como actividad
humana modela a la cultura y es modelado por la cultura, creando en efecto su
propia percepción de la realidad. El intérprete se envuelve en un proceso
interminable, siempre cambiante, de producir cambio en la cultura, y ser
cambiado por ella. Por lo tanto, la escritura no tiene ningún sentido intrínseco o
“ presencia”. No hay sentido objetivo alguno fijo en un texto. No hay intención
alguna del autor que determinar, porque en el acto de escribir la intención del
autor (presencia) se pierde inmediatamente y no hay ya conexión alguna entre el
autor original y el texto. Por lo tanto, no es posible conocer el sentido original
de un texto (Osborne, 382-83; Tate, 202-4). 16

Desmitificación
Programa de interpretación que descansa en dos presuposiciones y compromisos
filosóficos: existencialismo y naturalismo. Para R UDOLF B ULTMANN, el NT fue
escrito en un período precientífico. Por consiguiente, el mundo del NT está
lleno de misterios y milagros descritos a través de mitos. 17 El hombre moderno
y culto sabe que el universo es una serie continua y cerrada de leyes naturales
inmutables. Cualquier cosa en el NT que contradiga este paradigma puede
desecharse como lenguaje anticuado, producto de una cosmovisión mitológica.
Ya que el mensaje o contenido verdadero (ale. Sache) del kerygma es existencial
en naturaleza, pero fue envuelto en lenguaje mitológico, el intérprete debe retirar
el mito a fin de develar la verdad existencial inserta en el texto.

Enfoque devocional
Es probablemente el enfoque o criterio más común en la interpretación entre los
cristianos. Se refiere a la lectura e interpretación de la Escritura con el fin de
promover el crecimiento y la edificación espiritual. Como tal éste comparte los
mismos objetivos con los pietistas (véase P IETISMO). Sin embargo, este enfoque
popular tiene dos debilidades inherentes. Primero, rara vez presta atención a lo
que las palabras de la Escritura significaron para el autor bíblico, sino que busca
una interpretación privada que sea relevante y que hable a una situación
personal. En segundo lugar, al buscar la bendición emocional en la lectura, con
frecuencia se espiritualiza (véase ESPIRITUALIZAR) y hasta se alegoriza (véase
ALEGORIZAR) el texto, y a menudo se extraen sentidos extraños totalmente
desconectados del sentido y mensaje original del texto (Duvall y Hays, 181-82).

Enfoque dispensacional
Éste caracteriza la hermenéutica que se hace dentro de un marco de teología
dispensacional. El dispensacionalismo divide la historia de la salvación en
varios períodos distintos, o dispensaciones. 18 Cada uno de ellos está marcado
por una revelación de Dios acerca de cómo el hombre debe responder a su
voluntad, y los detalles específicos de la obediencia (Virkler, 122). Como la
Biblia registra, el hombre constantemente no ha cumplido la voluntad revelada
de Dios. Esto ha provocado la piedad de Dios para la entrega de un nuevo
sistema de responsabilidades bajo una nueva disciplina. Así, cada dispensación
describe un diferente acuerdo redentor, o economía, con términos específicos de
obediencia por los cuales las personas son consideradas justas delante de Dios
(Virkler, 121-28; Erickson, 1169). 19
El problema que este enfoque presenta para la hermenéutica es el mismo que
el de cualquier ENFOQUE DOGMÁTICO. La exégesis tiende a ser controlada por el
sistema teológico y no puede desafiar o cuestionar fácilmente las doctrinas
dentro de aquel sistema (Kaiser y Silva, 264). Además, los dispensacionalistas,
en lo posible, tienden a interpretar literalmente la Escritura (sobre todo la
profecía). Véase MÉTODO LITERAL.

Enfoque dogmático
Se refiere a la interpretación bíblica que se hace dentro del marco de un sistema
teológico o confesión de fe, con la cual el intérprete se ha comprometido. Esto
suscita el debate sobre lo que debería tener prioridad: la exégesis o el sistema
teológico y los compromisos doctrinales de la persona. 20
Enfoque existencial
Enfoque a la interpretación bíblica dentro del marco filosófico del
existencialismo y su cosmovisión. En este enfoque la libertad de una persona de
elegir con vehemencia el curso o dirección de la vida, es la expresión de la
existencia humana verdadera. La interpretación que tiene esta perspectiva como
fundamento acentúa una experiencia personal y subjetiva de la verdad, en vez de
una comprensión racional y objetiva de un texto. Véase EXISTENCIALISMO
CRISTIANO y NEO-ORTODOXIA.

Enfoque/crítica de la respuesta del lector


Enfoque a la interpretación textual que ve al lector como el agente determinante
en el descubrimiento y la construcción de sentido. La intención del autor a
menudo es minimizada, y a veces se descarta, como irrelevante o irrecuperable.
El énfasis no es determinar lo que un texto significó, sino lo que éste significa
ahora para el lector-intérprete. El sentido se deriva de una interacción entre texto
y lector, y la reacción del lector constituye su sentido. Este enfoque supone la
pluralidad de sentidos (véase P OLISEMIA), ya que ningún lector leerá el texto del
mismo modo o responderá a él de la misma manera (Kaiser y Silva, 285; Klein,
Blomberg, y Hubbard, 439). 21

Enfoques naturalistas
Enfoques que niegan que haya un origen sobrenatural o causalidad de cualquier
cosa. 22 El naturalismo es una rama de la filosofía, que interpreta todos los
fenómenos en el universo según la creencia de que las leyes científicas de causa y
efecto son adecuadas para explicar todos los acontecimientos y objetos. Por
consiguiente, los enfoques naturalistas a la interpretación tienden a rechazar el
testimonio de la Biblia acerca de lo sobrenatural, o minimizarlo buscando
explicaciones naturalistas de acontecimientos milagrosos. Tales enfoques
tienden también a ser demasiado racionalistas, y a poner la razón humana como
autoridad superior respecto a la autoridad de la Escritura. Cuando se produce un
conflicto de cosmovisiones o interpretaciones de la realidad, el naturalista por lo
general prefiere al juicio de la razón en vez de la revelación bíblica.
Enfoques supernaturalistas
Enfoques interpretativos que tienen como presuposición fundamental la creencia
de que la Biblia es sobrenatural en su origen y naturaleza. Tal enfoque reconoce
a Dios como el autor divino, detrás de los autores humanos de la Escritura. Por
consiguiente la Biblia es, en un sentido literal, la Palabra de Dios. No obstante,
la Biblia es un producto literario producido por autores humanos que recibieron
la revelación de Dios a través de un proceso único de inspiración divina (2 P.
1:21). Éste acepta la actividad milagrosa de Dios que registra la Biblia como
realatos reales e históricos, y generalmente no circunscribe tal actividad al
pasado bíblico (McQuilken, 37-47).

Espiral hermenéutico
Producto derivado del C ÍRCULO HERMENÉUTICO, y una solución propuesta al
problema de mantener la diferencia entre S ENTIDO textual objetivo y su
S IGNIFICACIÓN o aplicación para el intérprete, y al mismo tiempo la unión de
ambos aspectos en el proceso interpretativo. El intérprete se aproxima al texto
con su propia P RECOMPRENSIÓN y preguntas, con el propósito de determinar su
sentido. Hay una fusión de horizontes (véase, HORIZONTES, FUSIÓN DE), y la
precomprensión del intérprete se modifica debido a las respuestas dadas en este
intercambio. Cuando el intérprete lee el texto posteriormente, su
precomprensión es diferente y entonces las preguntas hechas al texto serán
modificadas. El proceso es continuo y se mueve en espiral hacia una
interpretación cada vez más completa y exacta del texto.
Una versión evangélica del espiral hermenéutico, considera como legítima la
meta de determinar el sentido original que el autor se propuso. Esto se alcanza a
través de la exégesis gramática-histórica (véase MÉTODO GRAMÁTICO-
HISTÓRICO). Es este sentido el que informa al intérprete y da forma a las
preguntas que él hace luego al texto, causando una fusión de horizontes. Sin
embargo, se le otorga al texto una posición autoritativa para desafiar y modificar
la precomprensión del intérprete y la preguntas propuestas, cuando ellas están en
desacuerdo con lo que enseñan las Escrituras (Osborne, 324). 23
El intérprete pentecostal debería reconocer que el Espíritu Santo tiene un
papel dinámico en el espiral hermenéutico. Como “ Espíritu de la verdad”, Él
fue enviado a dirigir y conducir a toda la verdad (Juan 16:13). Cuando el
intérprete procura entender no sólo el sentido que el autor se propuso, sino
también su S IGNIFICACIÓN o A PLICACIÓN a la vida cristiana, debe haber una
dependencia consciente del Espíritu y sensibilidad ante su obra. 24

Etnohermenéutica
Enfoque a la interpretación que busca extraer el sentido de un texto para un
entendimiento y aplicación contemporáneos en el mundo moderno (Kaiser y
Silva, 178). 25 Para aquellos que desean comunicar la verdad bíblica inalterable
en contextos interculturales, este enfoque obviamente está en la misma línea de
la C ONTEXTUALIZACIÓN. Para esto deben examinarse y comprenderse tres
“ horizontes”: (1) la cultura bíblica, (2) la cultura del intérprete, y (3) la cultura
del receptor. El desafío para los practicantes de este enfoque es impedir que un
horizonte domine o silencie a los otros dos, de manera que el mensaje o la
verdad bíblica no se pierda, ni se deforme, o ni se transe severamente. 26

Etnolinguística
Un derivado de la ETNOHERMENÉUTICA, donde las declaraciones bíblicas
son consideradas como culturalmente condicionadas, y por lo tanto
asociadas sólo con la cultura del receptor original. Ellos representan la
cáscara cultural que puede ser desechada a fin de alcanzar el grano o el
principio de verdad que tiene validez permanente (McQuilken, 34). 27

Exégesis sintáctica-teológica
Defendida por Walter C. Kaiser, Jr. como un suplemento necesario de la
EXÉGESIS que se obtiene por el MÉTODO GRAMÁTICO-HISTÓRICO. El término
“ sintáctica” se refiere a la búsqueda del sentido literal de las palabras según su
función gramatical dentro de una oración, y en relación al contexto literario
inmediato. Además, las palabras son entendidas según el contexto histórico en
el cual se escribió el texto. Sin embargo, el segundo término, “ teológica”,
reconoce que debe ampliarse el sentido histórico de un texto para explorar cómo
aquel sentido puede mostrar importancia teológica, tanto respecto a la iniciativa
teológica más amplia como a su aplicación a la vida contemporánea de la Iglesia
(Kaiser 1981, 88-89; Kaiser y Silva, 33-34).
Hermenéutica feminista
Movimiento dentro de la interpretación bíblica estadounidense que surgió en la
década de 1960 y que rápidamente alcanzó prominencia en la década siguiente
(Soulen y Soulen 2001, 58-59). 28 La interpretación bíblica feminista en sí existe
en una variedad de formas, desde la más liberal o radical a la no-evangélica a la
evangélica. La diferencia reside en cómo se consideran, se usan, y se interpretan
las Escrituras. La primera categoría tendría poco interés en la iglesia cristiana o
las Escrituras, porque las consideraría completamente patriarcales, y
contribuyentes a la opresión de las mujeres. 29 Las feministas de la segunda
categoría ven las Escrituras como intrínsecamente patriarcales y procuran liberar
a la Biblia de tal enfoque. Ellas hacen esto reinterpretándola, y silenciando lo
que es ofensivo, o viendo partes de la Escritura como no autoritativas. 30 Las
feministas evangélicas respetan la autoridad de la Escritura. 31 Ellas generalmente
procuran no destronar el testimonio de la Escritura, sino corregir lo que ellas
ven como una interpretación patriarcal parcial dentro de la iglesia (Klein,
Blomberg, y Hubbard, 96-98). Su objetivo es una mejor exégesis, que permita
que se vea y se aprecie el papel de las mujeres en el plan y objetivo de Dios para
la humanidad y la Iglesia. 32

Hermenéutica pentecostal (véase el Apéndice A)

Hermenéutica postmoderna (P-M)


Técnicamente el término postmodernismo (P-M) pertenece a la categoría de
cosmovisiones. 33 Como tal, éste es un complejo movimiento filosófico que se
alimenta de numerosas corrientes de pensamiento filosófico, sociológico, y
literario. James Sire remonta sus raíces filosóficas a René Descartes (1596-1650),
David Hume (1711-1776), e Immanuel Kant (1724-1804) y finalmente Friedrich
Nietzsche (1844-1900), todos los cuales contribuyeron a un escepticismo cada
vez mayor que señalaba a la obtención de la certeza en relación con el
conocimiento humano. 34 La importancia del P-M para la hermenéutica comienza
con el trabajo del sociólogo francés François Lyotard que describió al P-M como
“ incredulidad hacia la metanarrativa”. 35 Las metanarrativas se refieren a historias
que contienen una única imagen amplia (o cosmovisiones), que sirven para
interpretar el mundo que nos rodea y dan coherencia a la sociedad y la cultura.
Todas las cosmovisiones en competencia (teísmo, panteísmo, naturalismo, etc.)
tienen tal historia, pero el análisis de Lyotard de la cultura occidental negó que
cualquier historia en particular es más creíble que alguna otra. Cuando se aplica
a las afirmaciones de la verdad religiosa, se produce un relativismo radical.
Ninguna historia de alguien puede asegurar que es “ más verdadera” que otra. El
P-M de hoy, en su mayor parte, acepta este análisis y adopta un pluralismo
religioso que niega el ca-racter único del teísmo cristiano como se presenta (los
cristianos dirían: “ se revela”) en la metanarrativa de las Escrituras. Según el P-
M, es ilusorio creer que hay “ una gran historia” que abarca y explica todas las
demás historias. Esto es porque según el P-M no hay verdad o realidad superior
alguna, sino sólo percepciones individuales de la realidad, cada una de las cuales
proceden de un “ ser consciente” que se ha encontrado con ella. 36
Cuando se aplica a la interpretación de la Biblia, la hermenéutica post-
modernista tiene una actitud muy escéptica hacia la posibilidad de llegar a un
conocimiento objetivo o verdad (ni siquiera mencionar la verdad “ universal” o
“ absoluta”) de un texto escrito. De hecho, algunos teóricos literarios
postmodernistas, que siguen al filósofo francés Derrida y la escuela de
DECONSTRUCCIÓN, niegan que el lenguaje o los textos tengan cualquier
conexión o correspondencia inherente con la realidad objetiva. 37 El lenguaje crea
realidad como la entienden los oradores, los autores, y sus oyentes. Es fácil ver
por qué los intérpretes bíblicos que adoptan la teoría literaria del P-M a menudo
niegan la posibilidad de tener certeza en la interpretación de las Escrituras.
Según ellos, no hay sentido determinado en un texto (es decir, un sentido único
que refleje el sentido que el autor propuso), sino sólo interpretaciones en
competición y de muchos intérpretes, ninguna de las cuales puede realmente
asegurar más validez que las demás, excepto quizás por el consenso dentro del
prescrito grupo de intérpretes.
Se debe mencionar una crítica inevitable de los intérpretes bíblicos. Los
autores de las Escrituras no operan con las presuposiciones expuestas más arriba.
Tampoco ellos ofrecen sólo verdad pragmática como afirman los post-
modernistas. 38 El estudiante de las Escrituras que ha leído detenidamente el
canon bíblico no puede sino ver que sus autores tienen una metanarrativa que
ellos hacen evidente en sus propias interpretaciones. 39 Tampoco ellos escriben
como aquellos que no están convencidos de la realidad de sus palabras. Los
antiguos mundos del Cercano Oriente y grecorromano, a quienes se dirigieron
los autores bíblicos, eran tan pluralistas como la cultura en que vivimos hoy.
Sin embargo, los profetas del AT eran críticos acérrimos de los sistemas
religiosos que promovían la idolatría, una perversión del único y verdadero Dios
y Creador. Igualmente, Pablo, que estaba en medio de la cultura religiosa
idólatra del mundo grecorromano, criticó la ignorancia de la realidad del Dios-
Creador, que podía ser conocido y que era revelado a través de Jesús (Hechos
17). Si los autores bíblicos tuvieron una magnífica metanarrativa redentora,
debemos preguntar sobriamente sobre qué base abandonamos su perspectiva en
favor del desmentido que hace el P-M de tal narrativa, y de la aseveración de que
sólo tenemos muchas historias e igualmente válidas. Parece evidente que lo que
se no deja de ninguna manera se asemeja al cristianismo bíblico.

Interpretación tipológica (también “Tipología”)


Encontrar en el AT acontecimientos, personas, instituciones, oficios, acciones, y
objetos que operan como un símbolo profético divinamente inspirado de una
actividad o verdad revelada por Dios posteriormente (por lo general en el NT).
Este enfoque está representado con más claridad por los escritores del NT y por
los primeros padres de la iglesia del Período Apostólico. Este se origina en la
convicción de que el AT es un libro cristiano, es decir, que tanto el AT com o
el NT testifican del plan de Dios de redención en Jesucristo. Como tal este cae
dentro del concepto de promesa y cumplimiento de la profecía (Duvall y Henos,
186), pero carece de predicción verbal literal. Desde luego, la naturaleza
simbólica de la tipología, donde algo representa algo más, conlleva el peligro de
caer en la alegoría. Sin embargo, se debe considerar una diferencia cardinal. La
tipología tiene su raíz en la historia factual de la redención, y está presente en la
Escritura por diseño e intención divinos. La alegoría rara vez, si es que
sucediera, se basa en la historia y es más bien un producto de la imaginación
humana40 (Kaiser 1981, 106-110; McQuilken, 259-66; Ramm 1970, 227-32).
Debido a la naturaleza expansiva de los símbolos proféticos, la identificación
de T IPOS específicos y sus correspondientes A NTITIPOS puede ser
completamente subjetiva. Es preferible limitar la tipología a aquellos tipos y
antitipos que los autores del NT identifican claramente como tales (Duvall y
Hays, 188; McQuilken, 265). 41
Tipo
Símbolo profético que usa algún acontecimiento, persona, institución,
oficio, acción, u objeto del AT, para prefigurar alguna verdad o acción
divina que Dios revela o consuma más tarde, en el curso de la historia
redentora.

Antitipo
La verdad o realidad anticipada y prefigurada por el T IPO en el AT.

Interpretación tradicional
Exégesis que se hace teniendo como referencia una norma doctrinal o estándar de
ORTODOXIA establecido. Tal interpretación a menudo se critica porque
funcionalmente la tradición se iguala con lo que enseña la Escritura, y por lo
tanto controla la interpretación (Klein, Blomberg, y Hubbard, 33; Ramm 1970,
39-40).

Método de texto de prueba


Cita de sólo un texto o pasaje bíblico como apoyo, o justificación, para una
posición doctrinal o argumento (llamado también “ textos de prueba”) (McKim
1996, 223). En principio esta práctica no es objetable, siempre que los
versículos que se citen sean interpretados con cuidado, sobre la base de una
buena exégesis. Sin embargo, el término por lo general se refiere al uso
arbitrario de versículos aislados, que son separados de su contexto literario
inmediato (Virkler, 84; Kaiser y Silva, 31-32, 285).

Método gramático-histórico (o “Histórico-cultural”)


Se refiere a la interpretación que presta atención tanto al idioma en que el texto
fue escrito como al contexto cultural-histórico u ocasión que lo produjo (Kaiser
y Silva, 19). Su primer objetivo es extraer el sentido que el autor se propuso
comunicar y que entendieron los receptores originales. Su segundo objetivo es
expresar aquel sentido en un lenguaje contemporáneo, consecuente con las ideas
que se entendieron y se expresaron en la cultura y contexto bíblicos (Klein,
Blomberg, y Hubbard, 174-79).

Método literal (véase S ENSUS LITERALIS)


Tomar las palabras de la Escritura en su sentido claro, sencillo, y común, como
el autor bíblico se propuso, en su propio contexto literario, cultural, e histórico.
Uno no se aparta del sentido literal de las palabras a menos que lo garantece la fe
o la naturaleza de la literatura en sí (McQuilken, 170-73). 42 Así, este enfoque no
es un “ literalismo rígido” que no considera modismos, figuras retóricas, o
lenguaje simbólico (Ramm 1970, 119-27).

Postestructuralismo (P-S)
También “ nueva crítica literaria” (véase C RÍTICA LITERARIA), éste abarca el
desarrollo hermenéutico que amplía y supera el trabajo del estructuralismo. Si
éste último sostiene que el texto (su estructura) es el sentido, el P-S inserta de
nuevo al lector-intérprete en el proceso interpretativo, de modo que la
“ significación última” (véase S IGNIFICACIÓN) de un texto no puede ser
declarada a menos que haya un compromiso creativo, o interacción entre el
lector y el texto, por la cual el lector completa el sentido del texto. Así, la
mente, las creencias y las perspectivas del lector son las que determinan el
sentido del texto, no el texto en sí. 43
Los lectores, desde diferentes perspectivas, interpretan un texto en diálogo
con las diversas comunidades de fe. Esto genera sentidos múltiples (véase
P OLISEMIA), conteniendo cada uno de ellos una verdad válida dentro de la
perspectiva de la comunidad individual.
El P-S está basado en la compleja filosofía del lenguaje que llamamos
S EMIÓTICA, y por lo tanto acentúa cómo se crea el sentido a través del lenguaje
(sistemas de signos lingüísticos). El P-S ve el lenguaje como metáfora,
desprovisto de sentido hasta que éste es suministrado por el lector. El resultado
es que ninguna interpretación es final, completa o correcta, ya que cada lector
provee su propio contenido y sentido (Osborne, 374-76; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 438-40). 44

Teología de la Liberación (T-L)


La T-L mas que un método teológico, es un movimiento que trata de combinar
teología con los problemas sociopolíticos de los pueblos oprimidos o
marginados a través del mundo. Por lo tanto, la T-L puede expresarse en
diversos contextos: afroaméricanos estadounidenses, hispanos, asiáticos, nativos
americanos, o feministas, sin considerar su origen geográfico o nacional. Sin
embargo, T-L ha tenido su impacto más importante en América Latina dentro
de la Iglesia Católica Romana, y desarrolló su teología a través de las obras de
defensores notables, como José Miranda, Gustavo Gutiérrez, Juan Luis
Segundo, José Míguez Bonino, y Leonardo Boff, por nombrar sólo algunos.
La T-L merece que se la considere en un libro de hermenéutica porque como
movimiento teológico, ha dado nacimiento a marco de reflexión teológica que
afecta la manera en que se interpretan las Escrituras. Tal reflexión comienza con
presuposiciones fundamentales respecto a la naturaleza de Dios (la teología, el
estudio y la obtención de conocimientos acerca de Dios), el pecado, la salvación
(la misión redentora de Dios) y Jesucristo (su identidad, encarnación, y muerte
en la cruz). Estas presuposiciones y otras deben ser consideradas junto con lo
que las Escrituras revelan y enseñan. Esta crítica es necesaria aun antes de que
juzguemos la validez del análisis sociopolítico del mundo por parte de T-L, y
especialmente la forma en que sus promotores usan las Escrituras para respaldar
los análisis que hacen. 45
Según la T-L, Dios no es el Ser trascendente y eterno que entiende la
ortodoxia cristiana histórica. Mas bien, es el Dios inmanente, presente,
revelado, y conocido a través de la interacción humana en la historia. Dios se
identifica tan de cerca con los pobres que el conocimiento de Él es imposible sin
un trabajo a favor de ellos. Es en el hombre pobre y a través de él, que nos
encontramos con “ el totalmente Otro” Dios (Gutiérrez), escuchamos su voz y
nos encontramos con el reino de Dios (Boff). La reflexión teológica no empieza
con la revelación que Dios hace de sí mismo en las Escrituras, sino con la
experiencia dinámica de Dios por parte del teólogo, cuando éste se relaciona con
el mundo en un contexto histórico especial, y procura traer salvación (justicia
social) a un mundo lleno de estructuras políticas y económicas opresivas. El
mensaje del evangelio de la T-L es la declaración de que Dios está a favor de los
pobres y los oprimidos. Sin embargo, no puede declarase esto separado de la
“ praxis” de participar en la obra de liberación. Jesucristo no es el hijo de Dios,
en el sentido ortodoxo de la Trinidad, sino alguien que revela y ejemplifica la
voluntad y el deseo de Dios de alcanzar a los perdidos (los pobres oprimidos), y
que sean salvos (la liberación sociopolítica).
Difícilmente se puede pasar por alto la politización marxista de la salvación
y el evangelio, que la mayoría de los propulsores de la T-L aceptan
abiertamente. Además, ¿qué sentido extraen ellos de las doctrinas cardinales que
se relacionan con la encarnación de Cristo o su muerte en la cruz? La
explicación de la T-L de que la encarnación y la cruz muestra la inmersión e
identificación de Dios con el oprimido y su sufrimiento, podría ser en parte
verdadera, pero difícilmente explica muchos pasajes de las Escrituras que afirman
mucho más acerca de la necesidad de redención del pecado en la humanidad, y la
eficacia de la cruz en proveerla. Al mismo tiempo, también es evidente que la T-
L básicamente redefine los términos bíblicos fundamentales y los conceptos
esenciales del evangelio. Por ejemplo, ¿cómo se justifica que el pecado se
explique como actos de opresión social, política y económica, o la salvación
como la solución de esos males políticos y sociales? ¿Respalda las Escrituras
tal reduccionismo? ¿Fue esta explicación teológica de las Escrituras siquiera
concebida en el pensamiento de los escritores bíblicos ins-pirados? Aquí yace el
puente a la hermenéutica. Tradicionalmente aquellos que aplican un método
gramático-histórico de interpretación tratan de descubrir el significado que el
escritor bíblico se propuso comunicar, y que fue entendido por la audiencia
original. La T-L sin embargo, practica a veces un método que margina y hace
caso omiso del significado histórico del texto. Antes bien, el significado se
extrae mediante un proceso de lectura del texto en comunidad, dentro de un
marco teológico que redefine los temas redentores fundamentales y la
terminología, como se describe más arriba. Las interpretaciones son
determinadas y validadas por tal comunidad, sin una apelación a la autoridad
trascendente de las Escrituras como Palabra de Dios.
Se necesita una crítica teológica más exhaustiva de la T-L, especialmente
por parte de cristianos que respetan la Biblia como la fuente infalible de su fe y
práctica. También se necesita una crítica hermenéutica, y debe ser conducida con
interrogantes respecto de la naturaleza y el objetivo de la interpretación bíblica
misma. Indudablemente la presuposición de la T-L, que niega que la Escritura
es un vehículo o medio en que Dios se revela a sí mismo —independiente de la
razón humana, la ideología o el análisis sociopolítico— es verdaderamente
problemática. ¿Qué controla o define la ortodoxia (la doctrina recta) y la
ortopraxis (la práctica recta) dentro de la iglesia? Una apelación a la razón
humana, a la tradición de la iglesia, o incluso al testimonio del Espíritu Santo
que opera en la comunidad de creyentes, parece conducir a una solución abierta,
una que pasa por alto la sabiduría de los reformadores que vieron la S OLA
S CRIPTURA como la única respuesta válida.

Tipología (véase INTERPRETACIÓN TIPOLÓGICA)

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1 Las definiciones descriptivas son un compuesto tomado de Grant R. Osborne, The
Hermeneutical Spiral: A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1991), 123-24; y Bernard Hungerford Brinsmead, Galatians—
Dialogical Response to Opponents (Chico, Calif.: Scholars Press, 1982), 44-45. Dos excelentes
obras que exploran los escritos del NT en contraste con las ideas de la crítica retórica son G. A.
Kennedy , New Testament Interpretation through Rhetorical Criticism (Chapel Hill: University of
North Carolina Press, 1994); y Burton Mack, Rhetoric and the New Testament, Guides to
Biblical Scholarship (Minneapolis: Fortress Press, 1990).
2 Una de las explicaciones más claras de la C-F, su teoría, objetivos y método, se halla en la
obra de Millard Erickson, Christian Theology, 2a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1999),
89-98. Véase también Stephen H. Travis, “Form Criticism,” en New Testament Interpretation:
Essays on Principles and Methods, ed. I. H. Marshall (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1977),
153-64.
3 Los críticos de la narrativa olvidan que ningún autor es exhaustivamente conocido por sus
escritos, y a que la escritura es sólo uno de muchas formas en que la persona muestra quién es.
La autorevelación limitada o incompleta del escritor no significa que el lector ha perdido de
alguna manera el contacto con el autor histórico. Tal noción haría que hasta las autobiografías
no tuvieran sentido, sin mencionar todas las tentativas de entender por sus escritos a las grandes
figuras literarias del mundo.
4 Tal criterio es representativo de la teoría de interpretación de Paul Ricoeur. Véase Walter C.
Kaiser y Moisés Silva, An Introduction to Biblical Hermeneutics: The Search for Meaning
(Grand Rapids: Zondervan, 1994), 29-30. Este autor otra vez se opone a la creación de un
“lector implícito” definido por el texto, pero luego concluy e que aquel lector no es un reflejo
fiel de los lectores actuales. Parece razonable que la exégesis que es diligente para entender el
carácter literario de la narrativa, informándose en cuanto a su entorno histórico, y conduciendo
una indagación cuidadosa de los detalles culturales e históricos dentro de la historia en sí, puede
suficientemente (aunque no perfectamente) recobrar la audiencia de los lectores originales.
También parece que esta audiencia es necesaria, si el exégeta se propone alcanzar un
entendimiento contemporáneo y relevante del texto, que concuerde y sea fiel al mensaje
bíblico.
5 Los evangélicos conservadores, en su may or parte, rechazan la noción de redacción
“creativa”. Véase D. A. Carson, “Redaction Criticism: On the Legitimacy and Illegitimacy of
a Literary Tool,” en Scripture and Truth, D. A. Carson y J. D. Woodbridge, eds. (Grand Rapids:
Zondervan, Academie Books, 1983), 123-28. Por otra parte, los eruditos evangélicos reconocen
la utilidad de C-R para aclarar el sentido del texto, proporcionando la percepción de las
perspectivas teológicas y los énfasis del autor. Véase Erickson, Christian Theology, 102-3.
6 Para una reseña clara y concisa de la crítica de las fuentes del AT y “la Hipótesis
Documentaria”, véase Bill T. Arnold y Bry an E. Bey er, Encountering the Old Testament: A
Christian Survey (Grand Rapids: Baker Books, 1999), 69-72. Los autores señalan que
Wellhausen fue parte en una larga lista de críticos de las fuentes que, dirigidos por el
racionalismo del Ilustración, rechazaron el carácter único y sobrenatural de la revelación
divina.
7 David Wenham presenta pruebas internas que señalan la tarea editorial del autor en la
utilización de sus fuentes. Véase David Wenham, “Source Criticism,” en New Testament
Interpretation, ed. Marshall, 140-45.
8 I. Howard Marshall, “Historical Criticism” en New Testament Interpretation, ed. Marshall, 126-
38.
9 Nótese que se halla implícita una prueba de la exactitud histórica (o autenticidad) de los
acontecimientos registrados. Combinada con presuposiciones naturalistas, la crítica histórica
moderna rechaza la may or parte de los registros sobrenaturales en la Escritura, y tiende a
considerar con escepticismo la fiabilidad histórica de la Biblia en general. Véase Robertson
McQuilken, Understanding and Applying the Bible, ed. rev. (Chicago: Moody Press, 1992), 27-
32.
10 Para una provechosa introducción a la crítica sociológica, que incluy e una evaluación tanto de
sus ventajas como de sus debilidades, véase Robert Mulholland Jr., “Sociological Criticism,” en
New Testament Criticism and Interpretation, ed. D. A. Black y D. S. Dockery (Grand Rapids:
Zondervan, 1991), 296-316.
11 Artículo corto, conciso y escrito claramente, que contiene una descripción útil de la tarea y el
método de la crítica textual es “Textual Criticism”, escrito por Michael Holmes, en New
Testament Criticism, ed. Black and Dockery , 101-34.
12 Una vez más, las tres áreas de sentido en la interpretación son el autor, el texto, y el lector. Al
separar el sentido del texto del sentido que el autor original se propuso, la nueva crítica hizo
natural el énfasis en la interacción del lector con el texto como el lugar donde se debe hallar el
sentido.
13 Esta dimensión fue introducida realmente mucho antes por Friedrich Schleiermacher (1768-
1834) y su sucesor Wilhelm Dilthey (1833-1911); sin embargo, es la Nueva Hermenéutica,
bajo la influencia de Heidegger (1889-1976) y Gadamer, la que ejerce la may or influencia en
la teoría hermenéutica. Véase Richard N. Soulen, Handbook of Biblical Criticism, 2a ed.
(Atlanta: John Knox Press, 1981), 85.
14 Los evangélicos han desarrollado su propia versión de esta dimensión vertical del círculo
hermenéutico, sin ceder a la posibilidad de alcanzar el sentido textual objetivo. Véase Graham
N. Stanton, “Presuppositions in New Testament Interpretation” en New Testament
Interpretation, ed. Marshall, 68-70.
15 Para una descripción clarificadora de este enfoque, y un análisis de su relación con el
estructuralismo y postestructuralismo, véase Osborne, Her meneutical Spiral, 369-86. Es algo
irónico que Derrida se vea obligado a confiar en el lenguaje a fin de negar su sentido intrínseco
u objetivo. Uno se pregunta si Derrida no esperó en secreto que sus lectores pospusieran la
aplicación de su teoría lo suficiente como para entender las palabras que él usó para
comunicarla.
16 Los conceptos abstractos y filosóficos detrás de la DECONSTRUCCIóN hacen difícil definirla
en pocas palabras. Un artículo útil que trata con las raíces filosóficas de la deconstrucción es el
escrito por Robert P. Scharlemann, “Deconstruction: What Is It?” Dialog 26, no. 3 (Fall 1978):
184-88.
17 El mito es una tentativa en una era precientífica de presentar fenómenos inexplicados según
una cosmovisión del primer siglo, donde abundan ángeles, demonios, y la milagrosa
intervención de Dios.
18 No hay acuerdo respecto al número exacto de estos períodos. Por lo general éstos fluctúan
entre cuatro y nueve. Muy común entre los dispensacionalistas es el número siete.
19 Ry rie proporciona una lista de siete dispensaciones: (1) Inocencia (Gn. 1:28-3:6) hasta la
Caída; (2) Conciencia (Gn. 4:1-8:14); (3) Gobierno civil (Gn. 8:15-11:9); (4) Promesa (a
Abraham, Gn. 11:10–Éx. 18:27); (5) Ley (mosaica, Éx. 19:1–Hch. 1:26); (6) Gracia (Hch. 2:1–
Ap. 19:21); (7) Milenio (Ap. 20). Véase Charles C. Ry rie, Dispensationalism Today (Chicago:
Moody Press, 1965), 57-64. Es importante añadir que las diversas dispensaciones no
representan diversos caminos a la salvación. Los medios de salvación permanecen constantes:
por la gracia a través de la fe. Sin embargo, cada dispensación contiene realmente una
revelación acerca de cómo debe expresarse la obediencia y la fe.
20 Walter C. Kaiser, Jr. y Moisés Silva sostuvieron un cordial debate en Introduction to Biblical
Hermeneutics. Kaiser, en su capítulo (11) sobre el uso teológico de la Biblia, argumenta que
para asegurar que las doctrinas no vay an más allá de la evidencia bíblica, la exégesis debe
estar por sobre cualquier sistema de doctrina. En cambio, Silva, en el capítulo 14, defiende la
“hermenéutica calvinista”. Él afirma que los compromisos doctrinales de alguien
inevitablemente afectan la exégesis, y que es tanto esencial como deseable que suceda. No es
un asunto de si los compromisos teológicos influy en, sino cuáles de ellos influen, y de qué
manera facilitan la comprensión de la Escritura como un todo.
21 Aunque no haga falta decirlo, el enfoque basado en la respuesta del lector produce una amplia
gama de diversas interpretaciones sin apología, porque en principio cada lectura puede ser una
lectura válida. No hay ningún sentido objetivo en el texto mismo, ni tampoco una
interpretación “correcta”, sólo el potencial para ilimitadas interpretaciones que compiten entre
ellas. Un problema obvio para quienes sostienen que la Biblia es la Palabra autoritativa de Dios,
es que se pierde el sentido que el autor inspirado se propuso comunicar. La crítica basada en la
respuesta del lector no ofrece modo alguno de establecer una interpretación normativa, menos
todavía una de naturaleza canónica. Véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Biblical
Interpretation, rev. ed., 73-75. Para un análisis literario favorable de este enfoque, véase Edgar
V. McKnight, Postmodern Use of the Bible: The Emergence of Reader-Oriented Criticism
(Nashville, Tenn.: Abingdon Press, 1988), 217-63.
22 Para una descripción clarificadora de los “enfoques naturalistas” en la interpretación, véase
McQuilken, Understanding and Applying the Bible, 27-35.
23 Por ejemplo, si un lector lee el texto de Hechos 4:12 (“Y en ningún otro hay salvación; porque
no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”) con una
PRECOMPRENSIÓN postmoderna de la naturaleza de la verdad religiosa, su pluralismo será
profundamente desafiado por el sentido del texto, al reflejar la intención del autor original. Si el
lector es un cristiano que considera la Escritura como la Palabra de Dios, inspirada e inerrante,
él no está en libertad de buscar un sentido que contradiga la intención del autor de este texto.
24 Esto no debe sugerir un método de intuición mística o irracional, separada de la exégesis del
texto bíblico. La tradición de la REFORMA Protestante, con su insistencia tanto en la claridad
de la Escritura como en la necesidad de la iluminación del Espíritu, ha mantenido sabiamente
y por mucho tiempo la unidad tanto de la Palabra como del Espíritu (Bernard L. Ramm,
Protestant Biblical Interpretation, 3a ed. [Grand Rapids: Baker Book House, 1970], 54-58).
Lutero, en su defensa de la interpretación literal, escribe: “El Espíritu Santo es el escritor más
sencillo que hay en el cielo o en la tierra.” Cita de Walter C. Kaiser Jr. en Toward an
Exegetical Theology: Biblical Exegesis for Preaching and Teaching (Grand Rapids: Baker Book
House, 1981), 61.
25 Kaiser acredita a Larry Caldwell el proponer el término, y desarrollar el enfoque en Larry
W. Caldwell, “Third Horizon Ethnohermeneutics: Reevaluating New Testament Hermeneutical
Models for Intercultural Bible Interpreters Today ”, Asian Journal of Theology, no. 1 (1987):
314-33. Véase Kaiser, Introduction to Biblical Hermeneutics, 178.
26 Aunque no usa el término “etnohermenéutica”, René Padilla describe profundamente este
enfoque. Véase “The Interpreted Word: Reflections of Contextual Hermeneutics”, en A Guide
to Contemporary Hermeneutics: Major Trends in Biblical Interpretation, ed. Donald K. McKim
(Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1986), 297-308.
27 A primera vista esto se parece muchísimo al proceso de CONTEXTUALIZACIÓN. Sin
embargo, es a veces difícil determinar qué declaraciones están culturalmente condicionadas y
cúales superan la cultura y tienen validez duradera. Hay, por supuesto, una diferencia
marcada entre aquellas declaraciones que contienen referencia clara a una forma cultural
(p.ej., la orden de Pablo de que las mujeres llevaran puesto un velo sobre la cabeza [1 Co.
11:2-16]) y aquellas que no son formas culturales (p.ej., la orden de Pablo de dejar de mentir
[Col. 3:9]). Sin embargo, se suscita un problema cuando la cultura receptora moderna
interpone valores dominantes que están en desacuerdo con la cultura bíblica. Entonces, no es
tan fácil determinar qué es la “cáscara” y qué es el “grano”. Conforme la cultura moderna se
vuelve cada vez más secular y postmoderna, y rechaza o desafía todas las normas morales y
socia- les asociadas a la revelación bíblica, los cristianos son presionados a ensanchar el
alcance de lo que ellos consideran como “culturalmente condicionado” en la Biblia, y que por
lo tanto y a no es pertinente para los cristianos modernos. Hay una necesidad de desarrollar un
método de interpretación que busque iluminación del canon bíblico en su totalidad, y lo aplique
a textos que tienen que ver con asuntos sociales y culturales polémicos. Aunque no respaldo
todas sus conclusiones, William J. Webb ha intentado admirablemente la construcción de tal
método, y lo ha llamado “hermenéutica de movimiento redentor.” Véase William J. Webb,
Slaves, Women and Homosexuals: Exploring the Hermeneutics of Cultural Analysis (Downers
Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2001).
28 Para nuestros objetivos, la interpretación bíblica feminista debe distinguirse del movimiento
que se conoce como “movimiento feminista” o “feminismo” que tiene una agenda mas bien
social y política, dirigida a alcanzar la igualdad de género en la sociedad en general. Sin
embargo, unos sostendrían que éstos están inseparablemente unidos, y a que el movimiento
proporciona la inspiración para desafiar todas las estructuras sociales y todas las instituciones
sociales que contribuy en a la opresión y discriminación contra las mujeres, incluy endo las que
hay en la iglesia. Así, las feministas ven la Biblia y su interpretación tradicional como un
instrumento de aquella opresión, y abogan por nuevas maneras de interpretar las Escrituras.
Para un comentario muy provechoso, y evaluación, tanto de las contribuciones positivas como
de los problemas de la interpretación feminista, véase William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation, ed. rev. (Nashville, Tenn.: Thomas
Nelson, 1993), 96-101.
29 Mary Daly sería representativa de una feminista en esta categoría. Véase su Quintessence:
Re- alizing the Archaic Future—A Radical Elemental Feminist Manifesto (Boston: Beacon,
1998).
30 Cualquiera de las obras de Elizabeth Schüssler Fiorenza serviría para ilustrar esta categoría.
Véase sobre todo su obra clásica, In Memory of Her: A Feminist Theological Reconstruction of
Christian Origins (New York: Crossroad, 1983).
31 C. C. Kroger y R. C. Kroger, I Suffer Not a Woman: Rethinking 1 Tim 2:11-15 in Light of
Ancient Evidence (Grand Rapids: Baker Book House, 1992).
32 No todas las intérpretes feministas evangélicas tienen los mismos criterios. Básicamente ellas
están divididas entre “igualitarias”, que rechazan la noción de la posición de autoridad
masculina y los papeles perdurables en la familia o Iglesia basados en el género; y
“complementarias”, que creen que hombres y mujeres son iguales en valor esencial y
dignidad, pero cumplen un diferente papel en el plan de Dios, tanto para la familia como en la
iglesia, que permite la posición de autoridad de los hombres. Véase A. J. Köstenberger, T. R.
Schreiner, y H. S. Baldwin, Women in the Church: A Fresh Analysis of 1 Tim 2:9-15 (Grand
Rapids: Baker Book House, 1995).
33 Véase Stonestreet et al. que lo lista como uno de los cuatro grupos principales de
cosmovisiones, junto con el teísmo, trascendentalismo y naturalismo. Véase W. Gary Philips,
William E. Brown, y John Stonestreet, Making Sense of Your World: A Biblical Worldview
(Salem: WI: Sheffield Publishing Company , 2008), pps 19-60.
34 Véase James W. Sire, The Universe Next Door, 3ra ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity
Press, 1997), 174-177. Grenz considera a Nietzsche como el primero en lanzar un asalto frontal
contra la confianza del Iluminismo de que la razón puede asegurar la verdad con certidumbre.
Véase Stanley J. Grenz, A Primer on Postmodernism, p. 5.
35 Ibíd., p. 174
36 Grenz, A Primer on Postmodernism, p. 6; Cf. Sire, The Universe Next Door, p.179
37 Contradictoriamente, los teóricos literarios postmodernistas son inconsecuentes en la manera
en que operan en la vida diaria, como si hubiera tal conexión. Por ejemplo, pienso que pocos
postmodernistas conducirían en un camino de montaña y no harían caso de un cartel de
advertencia que lee: “¡Deténgase! Terreno resbaladizo más adelante.” El descartar esta clara
contradicción porque simplemente opera con la “verdad pragmática” no elimina la
inconsecuencia, porque el lenguaje (o texto) se usa para comunicar una realidad que es
coherente con el sentido de la lengua como se habla o se escribe.
38 Esta verdad pragmática es necesaria para la supervivencia, y está ilustrada en la nota anterior.
Sin embargo, este reconocimiento es sólo válido si hay correspondencia entre la realidad
objetiva y las palabras que dan testimonio de aquella realidad. Además, la vida está llena de
ejemplos en múltiples contextos que usan el lenguje cotidiano con esta básica presuposición de
sentido común.
39 Los autores del AT entienden la promesa del pacto de Yahweh a su pueblo. Véase J. Barton
Pay ne, A Theology of the Older Testament (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House,
1962), especialmente el capítulo 5 “Organizing Principle of Biblical Theology ”, pp. 71-78.
Para los autores del NT véase la exposición de Ladd acerca del marco escatológico de la
teología del NT en G. E. Ladd, A Theology of the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1974), o The Presence of the Future (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1974). Para un estudio de
una metanarrativa redentora general en ambos Testamentos, véase Walter J. Kaiser Jr. The
Promise-plan of God: A Biblical Theology of the Old and New Testaments: Based on Toward an
Old Testament Theology (Grand Rapids, MI: Zondervan, c2008, 1978).
40 La excepción que a menudo se cita de Gá. 4:24, donde Pablo usa el verbo allēgoreo para
describir el viejo y nuevo pacto bajo las figuras de Hagar y Sara, es inconcluy ente. Como
Ramm y otros han indicado, el término puede abarcar varios sentidos, incluso la referencia a
un sentido tipológico ampliado que incluy e el uso de material del AT para fines ilustrativos.
Véase Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 226-27, 258-69; McQuilken, Understanding
and Applying the Bible, 262-65.
41 Se debate sobre si la tipología debería estar limitada al material bíblico que expresamente se
identifica en el lenguaje tipológico que usan algunos autores del NT, o si debiera ampliar-se
para incluir tipos que por deducción podrían identificarse en sujetos tipológicos (p.ej., el
templo, sacerdocio y sacrificios, como se refleja en la Epístola a los Hebreos). Véase Ramm,
Protestant Biblical Interpretation, 218-21. Véase un completo estudio de la tipología por Patrick
Fairbair en The Typology of Scripture (Grand Rapids: Zondervan, 1952).
42 McQuilken redactó algunas pautas muy provechosas. Las palabras de la Escritura deben
interpretarse literalmente a menos que (1) hacerlo causara que una declaración sonara
irracional, no-razonable o absurda; (2) el contexto o el carácter literario del texto indicara que
el autor se propuso usar un sentido no literal; (3) hacerlo causara contradicción con una
enseñanza clara que se presenta en otra parte de la Escritura. Véase McQuilken, Understanding
and Applying the Bible, 170-71.
43 Osborne da dos razones de esto: (1) en este enfoque el autor está muerto, y su intención
histórica murió con él; él y a es no accesible. (2) el texto adopta una vida autónoma,
independiente de su autor, tan pronto se transcribe. Por lo tanto el sentido de un texto no puede
limitarse a lo que el autor bíblico quiso decir, o lo que los lectores originales entendieron. Véase
Osborne, Hermeneutical Spiral, 376.
44 Osborne demuestra el problema con este enfoque, indicando que toda comunicación verbal
supone la suficiencia del lenguaje para comunicar los pensamientos del orador o escritor, y la
importancia de que así sea para obtener una comunicación significativa. Él escribe: “Usted, el
lector, no me conoce a mí, el autor. El texto de este libro no refleja realmente mi personalidad.
Por supuesto, eso es obvio; sin embargo, la pregunta es, si el texto es un reflejo adecuado de
mis pensamientos para transmitir el sentido. ¿Puede usted como lector entender mi oposición a
la polivalencia, o es este texto autónomo de mis puntos de vista?” Después de que reconoce que
no todos los que leen estarán de acuerdo con él, escribe: “La pregunta no es si ellos estarán de
acuerdo, sino si ellos pueden entender mis argumentos. El asunto tiene dos aspectos: ¿podemos
saber lo que otra persona quiso decir en un registro escrito?, y ¿es importante conocer el
sentido original que el autor se propuso comunicar?” Véase Osborne, Hermeneutical Spiral,
376-77. Una experiencia personal ilustra la naturaleza problemática del postestructuralismo en
un nivel popular. Recientemente, un amigo del autor, después de una larga visita, envió una
tarjeta de agradecimiento con una nota personal. Mientras que mi esposa y y o leímos la nota y
suspiramos por su buena intención, otro miembro de familia ley ó superficialmente las mismas
palabras y se ofendió. En aquel momento, fue muy importante el sentido textual que refleja la
intención del autor.
45 Para comenzar la crítica, y o recomendaría el artículo de D. D. Webster, “Liberation
Theology ” en Evangelical Dictionary of Theology, ed. Walter. A. Elwell (Grand Rapids, MI;
Baker Book House, 1984), pp. 635-638. Un análisis teológico más detenido, por parte de un
propulsor de la T-L, es el capítulo por Orlando E. Costas, en Doing Theology in Today's World:
Essays in Honor of Kenneth S. Kantzer, ed. by J. D. Woodbridge and Thomas E. McComiskey
(Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1991), pp377-96.
5
Géneros Literarios

Apocalipsis (véase LITERATURA APOCALÍPTICA)

Comedia
No se trata de una historia graciosa o divertida, sino una con final feliz. Es decir
una comedia bíblica tiene una trama característica en que los problemas o las
crisis se desarrollan y deben ser resueltas o superadas. Los rasgos característicos
de las comedias son identidades disfrazadas o erróneas, fugas del peligro,
trastocamientos dramáticos, o un giro inesperado de los acontecimientos. Las
comedias más reconocidas en la Biblia son las historias de José (Gn. 37-50) y el
Libro de Ester1 (Ryken, 81-82; Klein, Blomberg, y Hubbard, 268-70).

Dicho dominical (lat. Dominus, “Señor”)


Se refiere a cualquier dicho atribuido al Señor, por lo general en los Evangelios,
p.ej., “ Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y
para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).

Doxología (gr., “una palabra de gloria”)


Expresión formal de alabanza, a menudo en forma poética. En la religión esto se
refiere a una oración litúrgica formal, de alabanza o adoración a Dios o a Cristo.

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los
siglos de los siglos. Amén. —1 Ti. 1:17

Epístolas
Cartas en el NT 2 a iglesias o individuos que escribieron los apóstoles y otros
asociados apostólicos3 (véase P ADRES APOSTÓLICOS). En cierto modo las cartas
del NT eran sustitutos autoritativos de la presencia personal del autor (por lo
general un apóstol). Ellas fueron escritas no como obras literarias, sino para
atender problemas y situaciones reales en la iglesia (véase OCASIONAL). Así, el
objetivo principal detrás de su composición era práctico, y la teología que
encontramos está orientada a servir en una necesidad específica (Fee y Stuart,
49). Siendo este el caso, el intérprete de epístolas debe trabajar para reconstruir
la ocasión de la carta, es decir, el contexto circunstancial original que produjo
una carta particular en el NT (véase SITZ IM L EBEN). Al hacer así, es provechoso
determinar no sólo su estructura4 sino el tipo de carta representado, en que cada
tipo es asociado con un objetivo literario específico (Aune 1987, 158-62; Duvall
y Hays, 217-29). Tenga presente también que una carta puede incorporar
elementos de diversos tipos.

Carta apologética (gr. apología, “defensa”)


La apología es un tipo de la retórica judicial, que consiste en una defensa
oral o literaria de una posición particular. Una carta “ apologética” tiene
como fin persuadir o convencer, argumentando en defensa de alguien o algo.
En 2 Corintios, Pablo procura defender la legitimidad de su apostolado ante
las críticas y falsas acusaciones por parte de sus opositores que procuraban
sustituirle (véase esp. capítulos 10-13). 5

Carta de un embajador
Tipo de carta oficial que sería enviada en el mundo greco-romano. Su
objetivo era establecer buena voluntad en la preparación para la visita de un
dignatario, asegurando así una recepción favorable. Pablo envió tal
comunicación a Roma, 6 que él esperaba visitar (Ro. 15:22-33) en su
camino a España. Él sin duda tenía la intención de buscar apoyo para sus
viajes misioneros (Klein, Blomberg, y Hubbard, 358).

Deliberativo
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que tiene como
objetivo literario convencer o disuadir a alguien acerca de las ventajas o
desventajas de un futuro curso de la acción (Klein, Blomberg, y Hubbard,
357). La carta a los Gálatas es deliberativa en que Pablo, insistiendo en la
ineficacia de la circuncisión y la observancia de la ley, procura convencerlos
de cuán absurdo es abandonar la confianza en la gracia de Cristo.

Estoy maravillado de que tan pronto os hay áis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,
para seguir un evangelio diferente. No que hay a otro, sino que hay algunos que os perturban y
quieren pervertir el evangelio de Cristo. —Gá. 1:6,7

Epideíctico
Categoría retórica del discurso empleado en epístolas, que usa la alabanza o
la culpa para motivar a la gente a adoptar una posición o seguir practicando
un sistema de valores. En este aspecto, la Epístola a los Hebreos es
epideíctica en que el autor tanto alaba como censura7 a sus lectores al
exhortarlos a no abandonar su fe cristiana (Aune 1987, 212-13; Klein,
Blomberg, y Hubbard, 357).

Haustafeln (ale., “norma de familia”)


Término técnico dentro de la C RÍTICA LITERARIA que se refiere a una serie
de normas que definen los papeles recíprocos de varias relaciones, p.ej.,
esposo y esposas, padres e hijos, amos y esclavos. Estas normas reflejan la
cultura social del primer siglo y la acomodación de la iglesia primitiva a
ella. El intérprete que busca la pertinencia y aplicación para hoy debe buscar
el principio de verdad perdurable detrás de un caso cultural de “ norma de
familia” (Soulen 1981, 91; Fee y Stuart, 65-69).

Judicial
Categoría retórica de discurso que originalmente se usó en los tribunales
greco-romanos para convencer a un auditorio (por lo general a un juez) de
los méritos de un caso. Como se usa en las epístolas del NT, intenta
convencer a los lectores de la rectitud o falta de rectitud de una acción
pasada. Véase, por ejemplo, las palabras de Pablo en Gá. 3:1-5 (Aune 1987,
198).
Paraenesis (gr., “exhortación, consejo”)
Término técnico de la C RÍTICA DE LAS FORMAS que se refiere a una
exhortación, consejo o instrucción de carácter moral o ético. En sus
escritos, Pablo incluyó ésto generalmente al final de sus epístolas, después
de que había establecido un fundamento de verdad teológica. 8 Estas
secciones están marcadas por una concentración de órdenes (imperativos) y
exhortaciones (Soulen 1981, 140-41).

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. — Ro. 12:1

Evangelios
Retratos de fe de la vida, las enseñanzas, el ministerio, la muerte, y la
resurrección de Jesucristo. Aunque mayormente narrativos, los evangelios no
son biografías históricas en el sentido estricto del término. Ellos combinan
memoria histórica y reflexión teológica. 9 Aunque hay un considerable debate
acerca de la influencia de antiguos tipos literarios en los Evangelios, se cree por
lo general que el cristianismo creó un género literario nuevo. 10
Debido a que hay cuatro evangelios acerca de Jesús (en vez de escritos por
él), cada uno de ellos es una presentación complementaria de la historia. Cada
autor, o “ evangelista”, tiene una historia que narrar desde su propia perspec-tiva,
informada sin duda por la experiencia así como por sus fuentes orales y escritas
(véase Lc. 1:1-4). 11 Así, el intérprete debería leer e interpretar un evangelio tanto
de manera “ horizontal”, respecto a los pasajes paralelos en otros evangelios,
como “ vertical”, dentro de sí mismo según la estructura y contenido temático
que establece el mismo evangelista (Fee y Stuart, 109-16; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 327-30). Véase C RÍTICA DE LA REDACCIÓN.

Aretalogía (gr. aretē, “virtud”)


En literatura helenística consiste en una obra llena de elogio que cuenta los
hechos milagrosos y proezas de una deidad particular. Se usaba como
propaganda para promover la adoración de aquella deidad. Con relación a la
C RÍTICA DE LAS FUENTES, las aretalogías se ven como co-lecciones de
historias de milagros que se usaban para alabar las virtudes y los poderes de
la figura de un heroico “ hombre divino” (gr. theios aner). Los críticos
modernos piensan que, en forma y contenido, los Evangelios fueron una
adaptación de este género de literatura antigua. Sin embargo, pareciera que
los Evangelios poseen una realidad equilibrada que no se encuentra en las
aretalogías12 y un personaje principal cuyos hechos superan lejos a los
héroes de las aretalogías greco-romanas (D. Ferguson, 258; Soulen 1981,
25-26).

Fábula
Relato imaginario breve dado para enseñar y enfatizar una importante verdad o
mensaje. A menudo la historia es legendaria, porque ocurren acontecimientos
sobrenaturales irreales. En Jue. 9:8-15 Jotam, el único hijo sobreviviente de
Gedeón, cuenta a la gente de Siquem una fábula sobre árboles (el pueblo de
Siquem) que buscan para un rey entre diferentes clases de árboles, sólo para
encontrar una zarza (Abimelec) que gobernaría sobre ellos. El carácter simbólico
de la fábula de algunas maneras se parece a la P ARÁBOLA, pero la naturaleza
surrealista de la historia la pone en una categoría diferente (véase también
ALEGORÍA) (Klein, Blomberg, y Hubbard, 272). 13

Género (véase GÉNERO, cap. 1)


Tipo específico de composición literaria que se caracteriza por una forma
particular (estilo literario y características), función (objetivo), y contenido
(temática). La Biblia está formada de una amplia variedad de géneros literarios y
ningún libro está compuesto de sólo un género. Cada género está asociado a la
precomprensión de su autor y su objetivo al escribirlo. Por lo tanto, la
comprensión del género literario de una obra nos conduce hacia el objetivo del
autor. Además, la percepción de la naturaleza literaria de un género nos ayuda a
enmarcar preguntas apropiadas al texto que estén en armonía con tal objetivo
(Aune 1987, 17-43).

Ley (heb. torah, “instrucción”; gr. nomos, “ley”)


Por lo general se refiere a los más de seiscientos mandamientos encontrados en
el AT. 14 Esto también se refiere a los cinco primeros libros del AT conocido
como el “ Libro de la Ley” (Jos. 1:8) (escrito por Moisés), que definió los
términos del convenio de Dios para con Israel. En vista de que todo el AT
contiene instrucción sobre cómo Israel puede vivir fielmente en el pacto con
Dios, no es sorprendente que el NT usó el término para referirse al AT en su
totalidad. 15
La pregunta que surge inmediatamente es: ¿cómo debería el cristiano del NT
intérpretar y aplicar las leyes del AT, originalmente dirigidas al Israel histórico?
Pablo seguramente entendió la Ley como parte “ de toda la Escritura” que es
“ inspirada” y “ útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia” (2 Ti. 3:16). El desafío, entonces, para el creyente del NT es descubrir
el sentido e importancia de la ley del AT para la vida y la fe cristiana. 16

Leyes apodícticas
Se refiere a leyes que son declaradas en una manera absoluta, incondicional,
o no calificada, como órdenes o prohibiciones (p.ej., “ ustedes deben” o “ no
deben”). Subyacentes en las leyes apodícticas hay algún principio moral,
espiritual o teológico que tiene importancia y valor instructivo para los
cristianos del NT. Sin embargo, debido a que estas leyes son por lo general
culturalmente específicas, es necesario un cuidadoso estudio histórico y
cultural para identificar el principio relevante que debe aplicarse. Además,
los mandamientos o las prohibiciones, aunque declarados categóricamente
(sin excepciones), no son exhaustivos, sino ofrecen un principio por vía de
un ejemplo representativo. El intérprete que trata de reproducir la obediencia
literal de los receptores originales, muy a menudo no captará el principio de
verdad que estas leyes querían comunicar17 (Klein, Blomberg, y Hubbard,
276-77; Fee y Stuart, 139-40).

Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra
segada. —Lv. 19:9

Leyes casuísticas
Leyes caso-por-caso- relacionadas con la vida religiosa, civil, y ética de
Israel, que describen una situación y luego la acción prescrita que debe
tomarse. Como consecuencia, ellas son culturalmente específicas y
condicionales. Como tales ellas pertenecen al antiguo pacto y son limitadas
en su aplicabilidad para el cristiano. Sin embargo, ellas revelan realmente el
carácter de Dios y su voluntad en cuanto a diversas situaciones
culturalmente específicas, y por lo tanto proporcionan una enseñanza que
puede instruirnos hoy, cuando buscamos la dirección y la voluntad de Dios
para nuestra vida (Fee y Stuart, 141-42; Klein, Blomberg, y Hubbard, 275-
76). 18

Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la cubriere, y cay ere allí buey o asno, el
dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suy o. —
Éx. 21:33,34

Literatura apocalíptica (gr. Apocalypsis, “develación,


revelación”)
Tipo de antigua literatura profética, judía y cristiana, que asevera ser una
revelación de Dios de su inminente juicio y su liberación al final de la historia
(esta “ edad presente”). 19 La mayor parte de los escritos apocalípticos que
tenemos hoy fueron escritos desde aproximadamente 200 a.C. hasta el 200 d.C.
Sin embargo, los Apocalipsis bíblicos tienen sus raíces en la literatura profética
del AT, y pueden encontrarse en partes de Daniel (7-12), Ezequiel (38-39),
Isaías (24-27), y Zacarías (9-14). El apocalipsis más notable del NT es el Libro
de Apocalipsis, que tiene elementos epistolares también (Duvall y Hays, 273-
76).
La literatura apocalíptica está marcada por varias características
particulares, 20 lo más complicado de ella es su uso de lenguaje e imágenes
simbólicos. En un apocalipsis se da al “ vidente” una revelación a través de un
mensajero angelical en un sueño o visión. Lo que él ve en la visión profética
pertenece a otro mundo, a una celestial esfera de existencia. 21 Las imágenes
simbólicas tienen un sentido oculto y deben ser descifradas antes de que el
mensaje pueda ser entendido. La extensa investigación histórica y cultural
servirá para descifrar la mayor parte del sentido detrás de las imágenes
apocalípticas, que en la superficie pueden parecer extrañas, hasta extravagantes e
ininteligibles (Fee y Stuart, 208; Goldsworthy, 218-21).

Futurista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera que la mayor
parte de los acontecimientos que registra el Apocalipsis (sobre todo 6-21)
tendrán un cumplimiento futuro.

Historicista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera los
acontecimientos que registra el Apocalipsis son representación de lo que ha
ocurrido a través de toda la era de la Iglesia.

Idealista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que no considera los
acontecimientos que registra el Apocalipsis como literales o históricos (sea
pasados, presentes, o futuros), sino como cuadros simbólicos de la
constante lucha entre el bien y el mal.

Preterista
Enfoque interpretativo al Libro de Apocalipsis que considera los
acontecimientos registrados en el Apocalipsis como pasados, que
representan acontecimientos históricos del primer siglo de la Iglesia.

Literatura de sabiduría
Colección de escritos bíblicos22 que contienen una descripción de cómo vivir de
manera “ sabia” delante de Dios. 23 La sabiduría en la Biblia es la aplicación a la
vida del conocimiento o verdad aprendida de la experiencia (Fee y Stuart, 187,
189). O sea, la sabiduría es muy práctica y no expone la verdad que sea
simplemente teórica. La literatura de sabiduría no designa sólo un género, sino
que está compuesta de una combinación de varios subgéneros (véase más
abajo). 24 Por consiguiente, los intérpretes deben familiarizarse con los diversos
asuntos y características literarios de cada subgénero que encuentran (Kaiser y
Silva, 99-103).

Admonición
Subgénero de la literatura de sabiduría que enseña lo que la sabiduría no es,
al expresar una advertencia respecto a un curso de acción en particular. A
menudo hay alguna indicación de las consecuencias negativas que seguirán
si no se atiende el consejo (Kaiser y Silva, 102).

No digas: Yo me vengaré; Espera a Jehová, y él te salvará. —Pr. 20:22

Diálogo
Mecanismo literario en donde se comenta entre dos o más participantes
algún aspecto de la sabiduría o una pregunta desconcertante. Job es el
ejemplo más claro de un diálogo de sabiduría que aborda la interrogante y
el sentido del sufrimiento humano. El diálogo entre Job y sus así llamados
consoladores explora la pregunta en vista de su comprensión de la
naturaleza de Dios, su rectitud, y soberanía en particular.

Enigma
Mecanismo literario diseñado para dejar perplejo y confundir al lector u
oyente, obscureciendo o escondiendo algunos elementos de modo que el
sentido no sea fácilmente entendido. Esta oscuridad, por diseño tiene la
intención de probar las habilidades mentales de aquellos que intentan
resolverlo (Kaiser y Silva, 100).

Entonces les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. —Jue. 14:14

Proverbio
Breve dicho de sabiduría, 25 que a menudo usa lenguaje figurado para
expresar una verdad general sobre la vida. Se encuentran en todas partes de
la Biblia, pero se concentran en el AT, en el Libro de Proverbios. Los
proverbios dan una perspectiva de Dios en una amplia variedad de temas.
Ellos describen lo que generalmente es verdad como se observa en la vida y
la naturaleza. Ellos no deben tratarse como declaraciones de ley universal,
promesas, o verdad absoluta sin excepción (Stein 1994, 83-87; Kaiser y
Silva, 99-100). 26

El mal perseguirá a los pecadores, mas los justos serán premiados con el bien —Pr. 13:21

Narrativa (también “narrativa histórica”)


Forma literaria que refiere una historia. El género más común y extenso en la
Biblia, 27 cuenta acontecimientos específicos en tiempo y espacio, dentro del
contexto más extenso de la historia redentora (es decir, el trato de Dios con la
humanidad para el objetivo último de la salvación) en la Escritura (Kaiser y
Silva, 69). Por consiguiente, las narrativas no son simplemente historias sobre
personajes y acontecimientos de la Biblia, sino historias con un objetivo
teológico. Simplemente puesto, ellas nos dicen algo sobre lo que Dios hizo, lo
que Dios es, y algo sobre su objetivo redentor para la humanidad. Sin embargo,
el género de la narrativa es también complejo. La interpretación requiere
percepción del uso y desarrollo que el autor ha hecho del entorno, la trama, el
diálogo, los personajes, los mecanismos retóricos, y la estructura de la
narrativa. 28 Así, la enseñanza en la narrativa es más implícita que explícita, la
historia ilustra una verdad que a menudo se enseña directamente en otra parte
(Fee y Stuart, 75-78). 29
Se debe mencionar un asunto importante y multifacético que se suscita a
menudo entre críticos literarios. Éste implica la pregunta de si las historias de la
Biblia son históricas, ya que una historia puede entregar un mensaje sea o no
que los acontecimientos registrados en la historia realmente sucedieron. Se
asevera que la historia narrativa tiene el sentido en sí y de sí, y no depende de la
historicidad de lo que ésta registra, o el sentido que el autor se propuso
comunicar (véase HANS F REI ). Téngase presente, sin embargo, que el mensaje
de verdad teológica de la narrativa bíblica a menudo descansa en la realidad
histórica de los acontecimientos que registra. Además, no sólo los autores
bíblicos suponen esta realidad, mas bien es su interpretación de aquellos
acontecimientos la que consideramos como mensaje inspirado de Dios. 30

Epopeya
Tipo de NARRATIVA HERÓICA (véase más abajo) que consiste en una
narrativa expansiva que cuenta las proezas de un héroe virtuoso, cuya vida
se identifica con el destino de una nación. Las epopeyas a menudo
contienen una serie de narrativas heróicas que rodean la vida de una figura
bíblica prominente. La historia de José (Gn. 37-50) y el Libro de Josué son
ejemplos de epopeyas bíblicas (Ryken, 79-80).

Narrativa heróica
Historia de un héroe que se concentra en la vida y las proezas de un
personaje bíblico prominente. La vida del héroe no sólo comparte las luchas
comunes a cualquier persona, sino también encarna y ejemplifica valores y
virtudes de estima para el pueblo de Dios. Ejemplos bíblicos serían la vida
de Moisés, Abraham, José, Rut, y David. El Libro de Jueces es una
colección de narrativas heróicas (Ryken, 75-78; Klein, Blomberg, y
Hubbard, 264-65).

Reporte
Se refiere a la narración bíblica que contiene registros breves de una
situación o acontecimiento pasado, escrito en tercera persona. Los informes
contienen el registro claro de los hechos sin adorno o desarrollo literario.
Ellos son los componentes básicos de historias de narrativa más
complicadas, como la NARRATIVA HERÓICA y la EPOPEYA. Hay diversos
tipos de informes, que se clasifican según el tipo de temática que relata
(Klein, Blomberg, y Hubbard, 262-64). 31

Parábola (gr. parabolē “algo puesto al lado”)


Historias sencillas que ilustran una verdad moral o espiritual, más comúnmente
sobre el reino de Dios. La definición literaria de una parábola32 es un S ÍMIL
ampliado en una historia. Sin embargo, el término se usa para varias figuras
retóricas relacionadas, 33 incluyendo S IMILITUDES, DICHOS PARABÓLICOS , e
incluso A LEGORÍA (Ryken, 145-53). 34 Las así llamadas parábolas verdaderas
contienen una historia con un principio, un fin, y una trama: p.ej., las parábolas
del Buen Samaritano, la Oveja Perdida, el Hijo Pródigo, la Gran Cena, los
Obreros en la Viña; y en el AT, la parábola que Natán contó a David (2 S. 12:1-
4).
Para una definición funcional, es difícil superar la que ha propuesto C. H.
Dodd: “ Una parábola en su más simple forma…es una metáfora o símil
inspirada en la naturaleza o vida común, que atrae la atención del oyente por su
viveza o extrañeza, y deja la mente en suficiente duda sobre su aplicación precisa
para convertirla en pensamiento activo.”35 Véase también MASHAL.

Dicho parabólico
Dichos sustanciales que emplean metáforas o símiles, p.ej.: “ Vosotros sois
la sal de la tierra” o “ El reino de los cielos es semejante a una semilla de
mostaza” (Mt. 5:13) (seguido luego por una S IMILITUD).

Similitud
Una metáfora fluida que compara cosas que comparten rasgos comunes o
características. P.ej., la Parábola de la Levadura, el Sembrador y la Semilla,
la Semilla de Mostaza. Éstas son similares a ilustraciones de sermón que
hoy usamos para ilustrar un punto. 36

Poesía
Género literario que se caracteriza por el lenguaje figurado y la imaginería, el uso
de paralelismo, concisión de forma, y MECANISMOS LITERARIOS Y RETÓRICOS. 37
Luego de la narrativa, la poesía es el género bíblico más común, conformando
una parte significativa de la Biblia, sobre todo el AT. La poesía se caracteriza
más por su uso frecuente de LENGUAJE DE COMISIÓN, que apunta a la creación
de vívidas imágenes mentales o provoca una fuerte respuesta emocional (Kaiser
y Silva, 87-91; Klein, Blomberg, y Hubbard, 241-50; Stein 1994, 123).
“Stich” (gr. stikos, “línea o verso”)
Término técnico que se aplica a una línea de poesía. Comúnmente se usa
para describir el P ARALELISMO hebreo. Dos líneas paralelas se denomi-nan
un “ distich”, y tres líneas líneas paralelas “ tristich” (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 227).

Profecía
Se refiere a la proclamación de la voluntad revelada de Dios a su pueblo por
medio de un profeta inspirado, que funge como su instrumento o portavoz. La
profecía es un género complejo que plantea demasiados desafíos para
enumerarlos aquí. Por ejemplo, la gente a menudo asocia la profecía bíblica con
la predicción de acontecimientos futuros. Sin embargo considerando la cantidad
de libros proféticos que hay en la Biblia, 38 en comparación hay más
proclamación que predicción. 39
Los libros proféticos son colecciones de ORÁCULOS proféticos dichos en
ocasiones históricas específicas a Israel, a Judá, y a veces a otras naciones. En
ellos Dios a menudo recordó a su pueblo de sus responsabilidades bajo su
pacto, sus bendiciones y sus maldiciones (p.ej., Dt. 27-28). Cuando aquel
mensaje toca el futuro, la profecía a menudo se vuelve predictiva.
La profecía predictiva presenta múltiples desafíos interpretativos. Una tarea
importante para el intérprete es tratar con la naturaleza OCASIONAL de un oráculo
profético, y determinar lo que esto significó para los receptores originales. 40
Otros desafíos son determinar si el lenguaje profético es literal o figurado, si las
profecías proféticas son condicionales o incondicionales, si se cumplieron
completamente o en parte (es decir, en el pasado, o si alguna parte espera un
cumplimiento futuro), si la audiencia es individual o colectiva, y si ellas se
aplican sólo a Israel o incluyen a la iglesia del NT (Ramm, Protestant Biblical
Interpretation, 245-57). 41

Oráculo
Unidad autónoma de discurso profético inspirado, registrado en la Biblia.
Los libros proféticos son una colección de oráculos dados en diversos
tiempos y en una situación específica de circunstancias históricas. Es mejor
interpretar los versículos dentro del contexto del oráculo que los contiene.
Los oráculos incluyen una variedad de géneros y formas literarias. Sería
sabio que los intérpretes de la profecía se familiaricen con el carácter y el
contenido de estas formas. Tres de las formas más comunes son los
oráculos legales (o pleito), los oráculos de infortunio, y los oráculos de
salvación (o promesa) (Fee y Stuart, 160;42 Klein, Blomberg, y Hubbard,
292-302).

Perspectiva profética
Uno de los aspectos problemáticos de la interpretación profética. A menudo
el profeta junta acontecimientos separados en su predicción del futuro, de
modo que acontecimientos que son distintos y separados respecto al tiempo
se presentan como un solo acontecimiento. Puede ser comparado con mirar
a través de un telescopio, que aplana el paisaje de modo que los objetos,
cercanos y lejanos, aparezcan en el mismo horizonte y a la misma distancia.
Del mismo modo, los profetas recibieron visiones proféticas del futuro, pero
no vieron los espacios de tiempo entre los acontecimientos futuros (Duvall
y Hays, 370-71; Kaiser y Silva, 143-44; Fee y Stuart, 164-65). Véase el
texto destacado. 43

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuy o calzado
y o no soy digno de llevar, es más poderoso que y o; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. —
Mt. 3:11

Profecía hortatoria/parenética
Tipo de profecía que exhorta al pueblo de Dios a un curso específico de
acción (p.ej., arrepentimiento del pecado, adoración verdadera). Los profetas
eran portavoz de Dios, que tenían la responsabilidad primaria de declarar la
voluntad de Dios a su pueblo, y animarlos a permanecer fieles a su pacto
con ellos.

Salmo(s) (gr. psalmos)


El término griego psalmoi en la Septuaginta traduce la palabra hebrea tehillim,
que significa “ alabanzas”. 44 Esto indica que los Salmos eran una co-lección de
oraciones e himnos inspirados que se usaban para la adoración en el templo en
Israel, 45 y a menudo se cantaban con acompañamiento musical. El título o las
introducciones atribuyen setenta y tres de los salmos a David, 46 y sugieren que
la colección pudo haber comenzado durante la monarquía unida de Israel, aunque
la colección final probablemente se completó en el período postexílico para la
adoración en el templo reconstruido.
Los salmos como poesía hebrea son un género distinto, que tienen varias
categorías, para dar expresión inspirada de oración, alabanza, lamento, y otras
formas de reflexión en Dios. 47 Los propósitos varían según las circuns-tancias y
las perspectivas de los salmistas, cuya pasión, franqueza, y vulnerabilidad hacen
posible que el lector moderno se identifique con ellos. La característica literaria
más sobresaliente de los Salmos es el P ARALELISMO.
El intérprete de los Salmos debe tener en cuenta dos advertencias. Primero,
aunque los Salmos contienen doctrina, su objetivo primario es litúrgico no
doctrinal. 48 Por lo tanto, es necesario que el intérprete sea cauto al suponer que
lo que se declara o describe se traduce inmediatamente en doctrina. En segundo
lugar, como poesía hebrea, los Salmos están llenos de metáforas y símbolos, es
decir, lenguaje no literal. Además, el lenguaje de los Salmos es a menudo muy
emotivo (véase LENGUAJE DE COMISIÓN), y expresa la emoción cruda de la
reacción del salmista ante la prueba, la tragedia, y el triunfo. El intérprete debe
distinguir entre lo que se expresa en el salmo y lo que enseña el salmista (Fee y
Stuart, 169-85; Harris, 212-15; Duvall y Hays, 351-52). 49

Endecha
Lamento fúnebre que era parte de antiguos ritos de duelo. Esta incluía
expresiones de lamento, descripción de algún desastre (la causa del
lamento), y un llamado a la gente a unirse al luto. Aunque los Salmos no
contengan ningún ejemplo puro de endecha, su influencia literaria puede
verse en varios salmos (35, 44, 74, 137), en el Libro de Lamentaciones, y
en el lamento privado de David (2 S. 1:19-27; 3:33-34), así como inserto
en el material profético (Klein, Blomberg, y Hubbard, 272-73, 285-86).
Hijas de Israel, llorad por Saúl, quien os vestía de escarlata con deleites, Quien adornaba vuestras
ropas con ornamentos de oro. —2 S. 1:24

Imprecatorios (salmos)
Salmo de lamento (o queja) que con vehemencia pide que el juicio y la ira
de Dios caigan sobre los enemigos del salmista. El problema para muchos
críticos está en el hecho que tanto lo que el salmista pide como la
disposición con que lo solicita parecen muy poco “ cristianas”. El intérprete
debe recordar que el lenguaje imprecatorio es intencionadamente exagerado
(véase HIPÉRBOLE) para comunicar la fuerte intensidad de los sentimientos
del salmista respecto al mal, la injusticia, etc. Además, en la mayoría de
los casos el salmista habla como representante del pueblo de Dios que bajo
su pacto había prometido vengar a Israel de sus enemigos (Sal. 94:1; Dt.
32:35). Por lo tanto, los salmos imprecatorios no son peticiones de
venganza personal, sino una ferviente petición a Dios por justicia
nacional. 50

Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. —Sal.
58:6

_______________
1 Para una concisa descripción de los rasgos literarios de las comedias bíblicas consulte Ry ken,
Bible as Literature, 81-82. Encontrará una útil exposición sobre cómo interpretar la comedia
bíblica en Klein, Blomberg, y Hubbard, An Introduction to Biblical Interpretation, 269-70.
2 Mientras Adolf Diessmannt abogó por una distinción entre cartas verdaderas, que no eran
composiciones literarias formales, y epístolas, que eran obras literarias formales, la may or
parte de eruditos no se adhieren a tal diferencia y usan los términos de modo intercambiable.
Véase Aune, The New Testament in Its Literary Environment, 161.
3 Muy importante entre los criterios que usó la iglesia del primer siglo para determinar la
categoría bíblica de un documento cristiano temprano fue su asociación con un apóstol. Un
documento fue considerado “apostólico” no sólo si provenía de un apóstol (o alguien bastante
cercano para asegurar el acceso a la fuente de tradición apostólica), sino si el carácter de su
contenido se conformaba a las enseñanzas (orales y escritas) de los apóstoles. Véase F. F.
Bruce, The Canon of Scripture (Downers Grove, Ill.: Intervarsity Press, 1988), 256-59.
4 Las antiguas cartas greco-romanas tenían tres componentes, muy similar a nuestras cartas
hoy : una introducción, un cuerpo, y una conclusión. Cada una de las partes principales tiene
elementos diferentes según el tipo de carta. Los eruditos difieren acerca del número de tipos
epistolares, pero la may oría están de acuerdo en que los tipos reflejan una función y sirven así
para iluminar el objetivo literario de la carta. Aunque menciona seis tipos bien reconocidos: (1)
cartas de amistad, (2) cartas de familia, (3) cartas epideícticas de alabanza y culpa, (4) cartas
de exhortación, (5) cartas de recomendación, y (6) cartas jurídicas que acusan, defienden, o
dan un informe de cuentas. Para una revisión completa de los tipos de cartas propuestos, véase
Aune, New Testament, 158-82.
5 Para un resumen conciso de las críticas y acusaciones que Pablo enfrentó en Corinto, véase
James D. Hernando, “2 Corinthians” en The Full Life New Testament Commentary (Grand
Rapids: Zondervan Pub. Co., 1998), 920-22.
6 Jewett explica el extenso saludo al final de carta (cap. 16) como evidencia de que Pablo usa el
elogio (retórica EPIDEÍCTICA) para asegurar una respuesta favorable a su visita y mensaje.
Véase Robert Jewett, “Romans as an Ambassadorial Letter”, Interpretation, 36 (1982): 5-20.
7 Véase He. 2:1-3; 5:11-12; 6:1-12; 10:25-27,32-36; 12:4,5; 13:7. Richard Soulen hace el siguiente
oportuno comentario: “Pablo reprende al crey ente para llegar a ser lo que la fe declara, que él
y a está en Cristo.” Véase Handbook of Biblical Criticism, 140.
8 Por ejemplo, 1 Ts. 4-5; 2 Ts. 2:15; Gá. 5-6; Ro. 12:1-13:14; Col. 3:1-4:18; Ef. 5:1-6:24.
9 Esta combinación no garantiza la conclusión de que por ser los evangelios teológicamente
motivados, son por esta razón la autenticidad es históricamente dudosa o poco fiable. Para una
excelente discusión respecto a este asunto, véase Craig L. Blomberg, The Historical Reliability
of the Gospels (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1987). Para un informe breve pero
esclarecedor de este asunto, véase la entrevista de Lee Strobel con Blomberg en El Caso de
Cristo (Florida: Vida, 2000).
10 David Aune preparó un cuidadoso análisis comparativo de los Evangelios con una gran
diversidad de literatura judía y helenística, después de lo cual él concluy e que los Evangelios
deberían considerarse un subtipo de la biografía helenística (37). Sin embargo, aun antes de su
análisis él declara que “los evangelios son también ‘únicos’ en el sentido de que ninguna otra
composición antigua, greco-romano o judía, se parece exactamente a ellos”. Véase David E.
Aune, “The Gospels: Biography or Theology ?” Bible Review 6, no. 1 (February 1990): 15-37.
Aunque en un libro anterior se presenta un análisis más extenso con la misma conclusión, uno
rápidamente se da cuenta de que cuando se compara la forma, la función, y el contenido
(elementos de género) de los Evangelios con una amplia variedad de escritos históricos y
biográficos greco-romanos, Aune señala tanto diferencias como paralelos. Véase Aune, New
Testament, 17-76.
11 Los Evangelios reflejan por lo menos tres contextos históricos que se deben considerar en su
interpretación: (1) aquel del judaísmo del primer siglo, (2) el contexto histórico inmediato en el
tiempo y la vida de Jesús, y (3) el contexto histórico del autor del Evangelio. Este autor
reconoce que el tercer contexto está inserto en el texto del Evangelio, pero ofrece una palabra
de advertencia: la exégesis se confunde cuando la interpretación se concentra de tal manera en
el evangelista y su comunidad y lo que él experimentaba y enseñaba en el texto, que se pasan
por alto el Jesús histórico y sus circunstancias.
12 Aunque una colección de historias de milagros tiene un paralelo significativo con los
Evangelios, los exagerados relatos de adoración del héroe, presente en las aretalogías, no se
compara con la sobria realidad de los Evangelios. En éstos, los relatos de la pasión, el rechazo,
el sufrimiento, y la muerte de Cristo ocupan un lugar más notorio que sus milagros. La única
excepción notable podría ser la Vida de Apolonio de Tiana, por Filostrato, que tiene muchos
paralelos con la vida de Jesús en los Evangelios. Véase D. Ferguson, Backgrounds of Early
Christianity, 361-63. Sin embargo, como H. C. Kee ha demostrado en su cuidadoso estudio
inductiva de la obra de Filostrato, los llamados milagros de Apolonio no son de la clase que
confirma una deidad. Además, ni en el relato de Filostrato acerca de Apolonio ni en cualquier
otra aretalogía se encuentra un ejemplo claro del héroe martirizado. Véase Kee, “Aretalogy
Andy Gospel”, Journal of Biblical Literature 92 (1973): 405-8.
13 Tanto las parábolas como las fábulas son ficticias; sin embargo, las parábolas tienen un
carácter terrenal porque la historia está basada en situaciones de la vida real.
14 Los críticos de formas del AT identifican cuatro colecciones de códigos de la ley : Pacto (Éx.
20:22 hasta 23:33), Santidad (Lv. 17-26), Deuteronómico (Dt. 12-26), y Sacerdotal (Éx. 25-31;
34:29; Lv. 16:1; y partes de Números).Véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction to
Biblical Interpretation, 275.
15 Las Escrituras hebreas del AT en los días de Jesús comprendían tres secciones: la Torah, o
Ley (el Pentateuco); el Nebim, o Profetas; y el Kethubim, o las Escrituras. Lo interesante es
que en el NT el término “ley ” se usa para resumir “la Ley o los Profetas” (Mt. 5:17-18), o
para referirse al material en los Salmos (la parte de las llamadas Escrituras) (Jn. 10:34). Así, la
“ley ” podía referirse a todo el AT. Véase Lc. 16:17 y Tit. 3:9.
16 Para may or información acerca de pautas y principios útiles para interpretar la ley del AT,
véase Fee y Stuart, How to Read the Bible, 150-56, y Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction
to Biblical Interpretation, 278-84. Duvall y Hay s presentan ejemplos ilustrativos de tal
interpretación en Grasping God’s Word, 321-31. Para una reseña de los enfoques de los
eruditos de la importancia de la Ley para el cristiano, y una tentativa de presentar la
comprensión de Pablo al respecto, véase Stephen Westerholm, Israel’s Law Andy the Church’s
Faith (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1988).
17 El ejemplo de Lv. 19:9 que se destaca tiene que ver con el cuidado de Dios por el pobre, que
es un reflejo de su piedad y compasión. El pueblo de Dios, Israel, que eran los receptores de
aquella compasión misericordiosa, debían reflejar este aspecto de la naturaleza de Dios en su
trato a los extranjeros pobres entre ellos.
18 En Éx. 21 hay muchas ley es casuísticas que tratan con situaciones en que se exige respeto por
la vida humana y la propiedad. Aquí, y en otras partes, es clara la necesidad de compensar a
la víctima. El principio de la justa compensación o restitución dirige el trato personal y
comercial del cristiano, sea que cavemos o no un hoy o, lo dejemos descubierto, y un animal
caiga en él.
19 Es útil alguna diferenciación en la terminología: “apocalipsis” se refiere al género literario;
“apocalíptico” (como sustantivo y adjetivo) se refiere al marco y perspectiva escatológicos
dentro de un grupo selecto de escritos; “apocalipticismo” se refiere a la ideología sociológica
(y movimiento histórico) que marca la literatura como particular. Graeme Goldsworthy,
Preaching the Whole Bible as Christian Scripture (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 2000),
219. Una exposición muy provechosa de la literatura apocalíptica, su contenido temático, y
características literarias se puede hallar en George E. Ladd, “Apocaly ptic Literature”, en The
International Standard Bible Encyclopedia, Vol. 1, 1979, 151-61. Ladd, no sólo habla de las
características universales de la literatura apocalíptica, sino muestra cómo los apocalipsis del
AT y del NT difieren de los apocalipsis no canónicos. La literatura apocalíptica ha sido
examinada tanto desde una perspectiva literaria como de una social. Como literatura, se
describe en términos de su contenido temático interno y sus elementos estilísticos. Como
fenómeno social, se considera un movimiento histórico que refleja un modo particular de ver
el mundo desde el contexto socio-religioso particular que produjo o formó tal perspectiva. Para
una introducción a estos dos enfoques complementarios a la literatura apocalíptica, véase J. J.
Collins, Daniel: With an Introduction to Apocalyptic Literature, FOTL 20 (Grand Rapids: Wm.
B. Eerdmans, 1984), 2-24.
20 Entre aquellas más comúnmente identificadas están: (1) una visión, la fuente de la revelación;
(2) uso de lenguaje simbólico; (3) autor con seudónimo, aseveración falsa de autoría
(ciertamente no se aplica al Libro de Apocalipsis [1:4] y a los apocalipsis bíblicos del AT, a
menos que la autoría tradicional sea rechazada); (4) tono pesimista, el presente y futuro pintan
un cuadro sombrío; (5) escatológica, énfasis en que Dios traerá un final a la historia (esta
edad); (6) determinista, Dios tiene control de la historia, que avanza hacia un final señalado por
Dios; (7) dualismo, se ven contraposiciones contrastantes en dos edades distintas, el siglo
presente y el siglo por venir, y los dos rivalizan con poderes sobrenaturales, Dios y Satanás
(nótese que en los apocalipsis bíblicos, Satanás no es un adversario igual a Dios, sino más bien
su antagonista moral y espiritual. El diablo permanece como criatura y por último bajo
dominio y control de Dios).
21 J. J. Collins ve la revelación de la realidad ajena al mundo vía mediación angelical como
esencial en el género de apocalipsis. Su definición lee: “El apocalipsis es un género de
literatura reveladora con un marco de narrativa, en el cual una revelación es mediada por un
ser ajeno a este mundo y se da a un receptor humano, que revela una realidad superior.”
Véase “Towards the Morphology of a Genre,” Semeia 14 (1979): 9, cita de Goldsworthy,
Preaching the Whole Bible, 219.
22 Los tres libros de sabiduría universalmente reconocidos en las Escrituras son Proverbios,
Eclesiastés, y Job. Algunos eruditos incluy en el Cantar de los Cantares en la categoría de
sabiduría. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 87, y Duvall y Hay s, Grasping
God’s Word, 376, 379. Además, varios Salmos se consideran como salmos de sabiduría, según
los rasgos característicos que se usan para calificarlos como tales. Fee y Stuart presenta una
lista de ocho: 36, 37, 49, 73, 112, 127, 128, 133. Véase How to Read the Bible, 177. Kaiser y
Silva descartan dos de las susodichas listas y añaden seis de su propia conclusión: 1, 19 b, 32,
34, 37, 49, 78, 111, 112, 119, 127, 128, 133. Véase Introduction to Biblical Hermeneutics, 199.
23 La literatura de sabiduría en su may or parte supone que sus lectores son miembros del pueblo
del pacto dado por Dios. Por lo tanto, si “el temor de Dios” es el principio de sabiduría (véase
Salmo 111:10), entonces una persona sabia vive y muestra tal sabiduría guardando los
mandamientos del Señor (es decir, la Torah). Así, el “Predicador” de Eclesiastés escribe:
“Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo [el deber] del hombre” (Ec.
12:13).
24 Una introducción muy provechosa a la naturaleza de la literatura de sabiduría, sus variadas
formas y su interpretación pueden hallarse en Gordon D. Fee y Douglas Stuart, How to Read
the Bible For All Its Worth (Grand Rapids: Zondervan, 1982), 187-204. Véase también Duvall y
Hay s, Grasping God’s Word, 376-95.
25 Términos que se usan de modo intercambiable en vez de “proverbio” son “máxima”,
“adagio”, y “aforismo”.
26 En Mt. 26:52 Jesús pronuncia esta sabiduría, diciendo a Pedro: “Porque todos los que tomaren
espada, a espada perecerán.” Obviamente esto no significa que cada asesino que alguna vez
vivió sufrió una muerte violenta. La razón y la historia nos dicen que no es así. Sin embargo, las
excepciones no hacen que el proverbio sea falso. Con el proverbio Jesús dice que la violencia
alimenta violencia y que recurrir a la violencia para protegerlo de la muerte no es la voluntad
del Padre para el Hijo (vv. 53-56).
27 Los eruditos difieren en cuanto a la cantidad de material bíblico que se identifica como
narrativa, dependiendo sin duda de las características que ellos juzgan esencial para este
género. Las cifras se extienden desde más de un tercio a casi la mitad. Véase Kaiser y Silva,
Introduction to Hermeneutics, 69, y Duvall y Hay s, Grasping God’s Word, 249.
28 Dos introducciones muy útiles a la narrativa como género literario, y una discusión de sus
características literarias claves son Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 69-79, y
Duvall y Hay s, Grasping God’s Word, 296-305.
29 El lector de la narrativa del AT se encuentra con algunas conductas muy negativas, sin que se
indique si lo que la persona hizo fue malo o incorrecto. Por ejemplo, el voto de Jefté no tiene
que ser etiquetado de “necio” o “malvado”. La historia lo juzga así por el resultado. Sin
embargo, además de eso, la historia se escribe para personas que y a conocían la ley y su
condena de los sacrificios humanos (Lv. 18:21; Dt. 12:31; 18:10).
30 Robert Stein resume varias tentativas de rescatar el sentido mientras se niega la historicidad de
la narrativa bíblica. Véase Interpreting the Bible, 153-57. Un tratamiento más completo de la
narrativa como historia es el que proporciona Walter Kaiser en Exegetical Theology, 79-84. La
importancia de la historia para la teología es evidente en la Escritura. ¿Qué valor teológico
posible podrían tener las narrativas de la pasión en los Evangelios si los acontecimientos que
rodean los sufrimientos, muerte, y resurrección de Jesús nunca sucedieron?
31 Klein, Blomberg, y Hubbard identifican seis clases de reportes: anécdota (la experiencia
personal de un individuo), reporte de batalla, reporte de construcción, reporte de sueño, reporte
de epifanía, y memoria (escrito en primera persona).Véase Introduction to Biblical
Interpretation, 262-64.
32 Una obra muy útil para introducir a los estudiantes en la interpretación de parábolas es
McQuilken “Parables” (Cap.13) en Understanding and Applying the Bible, 185-97. El capítulo
de Mickelsen “Figuras retóricas ampliadas” en Interpreting the Bible, 212-30, es útil para
entender la estructura y los énfasis temáticos de las parábolas del NT. Dos obras más recientes
y completas sobre las parábolas del NT son Craig L. Blomberg, Interpreting the Parables
(Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1989), y David Wenham, The Parables of Jesus
(Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1989).
33 Este es así porque parabole está relacionado con el mecanismo poético hebreo mashal, que
puede referirse a una amplia variedad de lenguaje figurado. Véase MASHAL.
34 Ry ken no piensa que las parábolas y las alegorías son idénticas en naturaleza, pero que ellas
seguramente comparten características comunes, y que las parábolas son alegóricas y se
pueden interpretar como tales. Véase How to Read the Bible as Literature (Grand Rapids:
Zondervan, 1984), 145-53. Para una opinión contraria, véase Berkeley Mickelsen, Interpreting
the Bible, 212-35.
35 C. H. Dodd, The Parables of the Kingdom, ed. rev. (London: Nisbet, 1955), 16.
36 Mickelsen considera que parábolas y similitudes son “casi idénticas” y por lo tanto incluy e a
ambas en su comentario de “parábolas”. Véase Berkeley Mickelsen, Interpreting the Bible
(Grand Rapids: Wm B. Eerdmans, 1963), 212-30.
37 Resumen descriptivo de “La poesía de la Biblia” y los “Tipos de poesía bíblica” puede ser
hallados en capítulos 4 y 5 de Leland Ry ken, Bible as Literature, 87-129.
38 Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son llamados Profetas May ores. Los doce últimos libros
del AT se denominan Profetas Menores. Las designaciones “may ores” y “menores” no se
refieren a la importancia, mas bien son un reconocimiento de la longitud de los libros en
aquellas colecciones.
39 Fee y Stuart presentan este hecho, pero al extremo, señalando los pobres porcentajes de
profecía predictiva que tratan de la venida del Mesías (2%), el nuevo pacto (5%), y
acontecimientos aún por venir (1%). (Véase How to Read the Bible, 150.) Pero un criterio tan
estrecho deforma el cuadro. En la completa enciclopedia de la profecía bíblica de J. Barton
Pay ne, éste presenta un cuadro más exacto en que incluy e todos los temas que se tratan en la
profecía profética. Él calcula que hay 8.352 de los 31.124 versículos de la Biblia, o 26,83% que
se pueden clasificar como predictivos (Encyclopedia of Biblical Prophecy [New York: Harper
y Row, 1973], 631-82). Walter Kaiser respalda el cuadro último, que incluy e toda la profecía
que trata acontecimientos futuros. Véase Kaiser y Silva, Introduction to Hermeneutics, 139-40.
Sin embargo, aunque aceptemos el análisis de Pay ne, ambos eruditos están de acuerdo en que
la profecía es predominantemente de proclamación, no de predicción.
40 La separación histórica entre el lector moderno y el contexto original del oráculo es un
obstáculo considerable en la interpretación. El profeta responde a una situación cuy os muchos
detalles que él no relata ni explica. Además, las diferencias culturales y las diferencias de
lenguaje presentan otros obstáculos. La interpretación de la profecía exige un entendimiento de
la historia de Israel en general, y una reconstrucción cuidadosa del contexto histórico del
oráculo. Véase SITZ IM LEBEN.
41 Para una exposición de la naturaleza de la literatura profética, véase Osborne, The
Hermeneutical Spiral, 211-14; Fee y Stuart, How to Read the Bible, 149-55; Kaiser y Silva,
Introduction to Hermeneutics, 139-47; y Ramm, Protestant Biblical Interpretation, 244-50.
Acerca de los tipos básicos de profecía, véase Klein, Blomberg, y Hubbard, Introduction to
Biblical Interpretation, 292-302; y Osborne, 214-16. Para encontrar principios de interpretación
de la profecía y extraer enseñanza relevante para la iglesia del NT, véase Duvall y Hay s,
Grasping God’s Word, 365-73, Fee y Stuart, 151-67; y Kaiser y Silva, 148-56; Kaiser, Toward
an Exegetical Theology, 185-96; Osborne, 216-20; y Ramm, 251-72.
42 Los oráculos legales o de pleito registran el llamado de Dios a Israel a un proceso de juicio,
bajo la acusación de violar los términos de su pacto. Así, es a veces llamado un discurso de
pleito acerca del pacto. El oráculo de infortunio es un tipo de profecía de desastre introducida
por una declaración de “Ay ” sobre los malvados y un anuncio de juicio inminente. Los
oráculos de salvación o promesa esperan el día de restauración y bendición para las personas o
las naciones después de que el juicio ha cumplido su objetivo. Para una discusión más
completa y un análisis literario de éstos y otros tipos de oráculos, véase Klein, Blomberg, y
Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation, 292-99.
43 En vez de interpretar las palabras de Juan de manera que el bautismo de Jesús en “el Espíritu
Santo y fuego” se refiera a un acontecimiento, parece más probable que Juan, debido “a la
perspectiva profética”, presenta dos acontecimientos en uno: el bautismo en el Espíritu Santo,
que sucedió el día de Pentecostés, y el juicio escatológico simbolizado por “fuego” en su
Segunda Venida. Esto parece más probable cuando usted observa que las metáforas del
contexto —“el hacha está puesta a la raíz” (Mt.3:10), “su aventador está en su mano”,
“limpiará su era”, y “quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (v. 12) — son todas
claramente símbolos de juicio. Véase C. Keener, IVP Bible Background Commentary, 52-53.
44 Para una introducción no técnica y muy útil para la interpretación de los Salmos, véase
Tremper Longman III, How to Read the Psalms (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press,
1988). Un tratamiento más completo, que guía al lector hacia la interpretación independiente y
entendimiento teológico, es proporcionado por C. Hassell Bullock, Encountering the Book of
Psalms: A Literary and Theological Introduction (Grand Rapids: Baker Academie, 2001).
45 Éste se sugiere también por la estructura de la colección en la Biblia. Los 150 salmos están
divididos en cinco libros (I—1–41; II—42–72; III—73–89; IV—90–106; V—107–150) con Sal.
1 como introducción y Sal. 150, una doxología de cierre. Véase Stephen L. Harris,
Understanding the Bible, 4a ed. (Mountain View, Calif.: May field Publishing Co, 1997), 213.
46 Además, se acredita a Moisés la autoría de uno (Sal. 90), dos a Salomón (Sal. 72 y 127), doce
a los hijos de Coré, doce a Asaf, y uno respectivamente a Etán y Hemán. Debería notarse que
las introducciones no fueron añadidas hasta la edición final de la colección y no se consideran
texto inspirado. Por consiguiente, el valor histórico de estas introducciones debe permanecer
abierto.
47 Esto es evidente debido a las categorías funcionales y temáticas en que pueden dividirse los
Salmos: (1) lamento, (2) acción de gracias, (3) alabanza, (4) historia (o repaso) de la salvación,
(5) celebración y afirmación (incluy e, renovación del pacto, entronización, salmos reales, más
las llamadas Canciones de Sion), (6) salmos de sabiduría, y (7) confianza. La clasificación de
los Salmos difiere de erudito a erudito, si sus categorías acentúan el tema o la función. Fee y
Stuart (más arriba) han combinado ambas y han dado una descripción provechosa de estas
categorías. Véase How to Read the Bible, 175-77.
48 Es decir, fueron dados por Dios para que nos expresáramos y reflexionáramos acerca de
nuestra existencia y sus caminos, en medio de las alegrías, la penas, y las cambiantes
circunstancias de la vida. Véase Fee y Stuart, How to Read the Bible, 169. El autor debe hacer
un calificador comentario en vista de 2 Ti. 3:16 y el hecho de que un profesor del AT y amigo
está en el proceso de escribir un libro sobre la teología de los Salmos. En una clase de Escuela
Dominical él admirablemente mostró que colectivamente los Salmos tienen mucho que
enseñar acerca de Dios, y que cuando se realiza un análisis de contenido, la doctrina en los
Salmos es sustancial, coherente, y consecuente. Otro punto que él cuestiona es, por qué
concluimos que la adoración inspirada y la reflexión religiosa no pueden tener un objetivo
teológico o didáctico. Simplemente dicho, ¿por qué no consideramos la posibilidad de que los
Salmos son sencillamente otra manera (aunque diferente) en que Dios enseña a su pueblo?
49 Una manera clara e ilustrativa de interpretar dos clases diferentes de salmos es lo que
presentan Fee y Stuart en How to Read the Bible, 178-81. Para una lista y discusión de los
principios de interpretación para la poesía hebrea, véase Klein, Blomberg, y Hubbard,
Introduction to Biblical Interpretation, 290-91.
50 Para una excelente presentación acerca de los salmos imprecatorios, el problema moral que
suscitan, las soluciones propuestas, y una exploración de su contexto teológico, véase Bullock,
Encountering the Book of Psalms, 227-38.
6
Mecanismos Literarios

Paralelismo
Estructura de dos o más líneas poéticas o versos conceptualmente relacionados
el uno con el otro. Las líneas poéticas tienen coherencia y trabajan juntas para
desarrollar un pensamiento compartido, a veces por repetición, contraste, o
adición (Klein, Blomberg, y Hubbard, 225-36). A causa de la estructura de
pensamiento, es provechoso leer línea por línea en vez de oración por oración
(Duvall y Hays, 337-38).
Como el rasgo más característico de la poesía hebrea, el paralelismo se
clasifica en tres tipos básicos: antitético, sinónimo, y sintético (Fee y Stuart
1982, 162). Sin embargo, los eruditos a veces dividen uno o varios de estos
tipos en tipos adicionales, a fin de describir con más exactitud el desarrollo de
pensamiento.

Paralelismo antitético
Tipo de paralelismo en que el pensamiento de la segunda línea o subsecuente
contrasta con aquel de la línea anterior (Fee y Stuart 1982, 180; Kaiser y Silva,
89).

El hijo sabio alegra al padre,


pero el hijo necio es tristeza de su madre —Pr. 10:1

Paralelismo climático
Repetición de dos o más palabras en dos a cuatro líneas. Las líneas desarrollan
un pensamiento o acción de manera ascendente (este rasgo literario presta el
nombre alternativo de “ paralelismo de escalera”), a veces terminando con un
pensamiento culminante (Kaiser y Silva, 92).
Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra. Cantad a Jehová, bendecid su
nombre” —Sal. 96:1,2

Paralelismo sinónimo
Fortalecimiento o refuerzo de una línea por una que la sigue, por lo general
repitiendo el pensamiento de la primera línea en alguna manera, pero sin adición
significativa o substracción del pensamiento (Kaiser y Silva, 88-89). 1

“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados”. —Is. 44:22

Paralelismo sintético
Una segunda línea desarrolla aun más el pensamiento de la primera (por
consiguiente, también llamado paralelismo “ de desarrollo”) (Duvall y Hays,
338). Sin embargo, a veces aparece una serie de líneas paralelas con estructura
similar, pero ningún real desarrollo de pensamiento (véase Sal. 148:7-12).

“No dará tu pie al resbaladero,


Ni se dormirá el que te guarda
—Sal. 121:3
Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada
—Sal. 31:21

Quiasmo
Técnica literaria que usa una forma de paralelismo en donde las palabras, las
frases, o los conceptos que se dan en líneas sucesivas son invertidos en las
líneas siguientes (Kaiser 1981, 225 f). Esta técnica fue considerada la forma más
solemne y majestuosa de presentación, y por lo tanto se reservó para porciones
solemnes e importantes de la Escritura (Bullinger, 374). 2

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, A


nacido de mujer y nacido bajo la ley, B
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, B1 a fin de que recibiésemos la adopción de
hijos A1 —Gá. 4:4-5

Simbolismo emblemático
Característica retórica común de la poesía hebrea en que se usa paralelismo: una
línea da una declaración literal o actual y la otra línea un símil o metáfora
(Kaiser 1981, 223).

Como en el agua el rostro corresponde al rostro, Así el corazón del hombre al del hombre”. —Pr.
27:19

Mecanismos literarios y retóricos

Aliteración
Repetición del mismo sonido o uno similar, por lo general el sonido de la
consonante inicial, en dos o más palabras vecinas o sílabas. El objetivo de la
aliteración es crear una secuencia notable de sonidos. Probablemente usted
recordará la aliteración en el trabalenguas que aprenden los niños: “ Tres tristes
tigres trigo trillado tranquilos tragaron.” Sin embargo, la aliteración en la Biblia
es perceptible sólo a aquellos que leen las Escrituras en las lenguas bíblicas
originales.

…y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe —1 Jn. 5:4


Kaí haútee estín hē nikē hē kēsasa ton kosmon hē pístis hēmon.

Asindetón (gr., “sin conjunciones”)


Se refiere a la omisión de conjunciones que generalmente unen palabras o
cláusulas en una lista o secuencia de pensamientos. La concisión de expresión
por lo general añade efecto a las palabras. Generalmente los elementos en el
asindetón conducen a un pensamiento culminante, que el asindetón enfatiza
(Bullinger, 37); p.ej., “ Vine, vi, vencí.”

Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruy a
juntamente con ellos —1 S. 15:6

Asonancia
Repetición del mismo sonido vocálico o de uno similar en una secuencia de
palabras. Como con la A LITERACIÓN, el objetivo de la asonancia es crear una
secuencia de sonidos que enfatiza las palabras (Klein, Blomberg, y Hubbard,
221). Por ejemplo, en castellano usted puede expresar la idea de que los recién
casados deben vivir sólos con el dicho: “ El que se casa, casa quiere.”3 Como la
aliteración, la asonancia se pierde en la traducción y es perceptible sólo a los que
la notan al leer las lenguas bíblicas originales.

Diatriba
Discurso largo que tiene un tono áspero y amargo, lleno de sarcasmo, crítica o
denuncia. Sin embargo, como un subgénero, se refiere a un método de
instrucción en que el instructor entra en diálogo con sus opositores (verdaderos
o imaginarios) quiénes presentan preguntas u objeciones hipotéticas. Éstas son
consideradas entonces y respondidas (Klein, Blomberg, y Hubbard, 356). En
sus cartas Pablo a menudo se anticipa a la crítica de sus opositores en forma de
una pregunta a la que él entonces responde.

Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la
carne, para que hay a en mí Sí y No? —2 Co. 1:17

Doble sentido
Palabra o expresión capaz de dos interpretaciones o sentidos, ambos de los
cuales encajarían en el contexto literario inmediato. Los dos sentidos también
producirían declaraciones verdaderas (Bullinger, 805). Este mecanismo es
relativamente raro en la Escritura y supone que el auditorio está familiarizado
con el sentido dual del texto. Sin embargo, es imposible saber con certeza qué
se propuso el autor, si es que él tenía ambos sentidos en mente o si tuvo la
intención de ser ambiguo. Este mecanismo se usa en 1:5 donde “ prevalecieron”
traduce la palabra katalambanō, que puede significar “ vencer” o “ sobrepasar” en
el sentido de someter o dominar (Mr. 9:18; Jn. 12:35; 1 Ts. 5:4), o
metafóricamente “ aferrar” o “ asir” algo, es decir, para entenderlo (Hch. 4:13;
10:34; Ef. 3:18).

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las
tinieblas no prevalecieron contra ella —Jn. 1:4-5

Epizeuxis (gr., “duplicación”)


Mecanismo literario muy común por el cual una palabra se repite para acentuar
un énfasis. La palabra que se repite debe usarse en el mismo sentido (Bullinger,
189).

Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me


arrepentiré —Ez. 24:14
…le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! —Lc. 8:24

Inclusio (o “inclusión”)
Mecanismo retórico que utiliza la repetición de palabras, frases, o expresiones
para marcar el principio y el fin de una sección (Kaiser y Silva, 75). La
repetición sirve para poner en paréntesis el pasaje, y enfatizar y atraer la atención
hacia el (los) término(s) repetido(s). Nótese que el inclusio que se presenta como
ejemplo es inusual porque Lucas lo crea agregando las palabras “ y profetizarán”
a la cita de Jl. 2:28,29, indicando con su énfasis que durante el día de
Pentecostés Dios estaba creando un pueblo profético. 4

Y EN LOS POSTREROS DÍAS, DICE DIOS, DERRAMARÉ DE MI ESPÍRITU SOBRE TODA


CARNE, Y VUESTROS HIJOS Y VUESTRAS HIJAS PROFETIZARÁN; VUESTROS JÓVENES
VERÁN VISIONES, Y VUESTROS ANCIANOS SOÑARÁN SUEÑOS; Y DE CIERTO SOBRE
MIS SIERVOS Y SOBRE MIS SIERVAS EN AQUELLOS DÍAS DERRAMARÉ DE MI
ESPÍRITU, y profetizarán. —Hch. 2:17,18

Onomatopeya
Una forma de juego de palabras en que la pronunciación reproduce los sonidos
de las acciones que describen. Por ejemplo, se dice que la gallinas “ cacarean” y
los gatos “ ronronean”. La onomatopeya es un rasgo de la poesía hebrea y sirve
para destacar las palabras que los autores desearon enfatizar (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 224-25).

Paréntesis
Pausa en el escrito donde el autor inserta una palabra, frase, u oración
explicativa. La introducción puede aparecer como una digresión de pensamiento,
pero por lo general clarifica algo que el autor piensa que es importante que el
lector sepa. Si tal mecanismo se usa en el discurso el comentario entre
paréntesis no es parte del discurso original. Los editores del texto bíblico
indican esto al colocar las palabras entre paréntesis.

Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que
soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) —Jn. 4:9, LBLA

Paronomasia
Alineación o secuencia de palabras con sonidos similares (pero no sentido) para
atraer la atención e interés del lector u oyente, debido al peculiar efecto de
sonido. Esta forma retórica es similar a la rima de palabras en castellano, pero se
pasa por alto en las traducciones de las lenguas bíblicas (Kaiser y Silva, 95).

Y la tierra estaba desordenada y vacía [heb. tohû wabohû]”. —Gn. 1:2

Sarcasmo
Declaraciones agudas y a menudo satíricas o irónicas diseñadas para causar
dolor. A menudo el tono es desdeñoso o despectivo y se usa en contextos donde
el orador se burla o provoca a alguien. El sarcasmo se relaciona con la ironía,
pero es más amplio en su meta, porque a menudo se vale de la ironía para
alcanzar su fin.

¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! —Mt. 23:32


Figuras retóricas
Hay centenares de mecanismos literarios y formas retóricas. La guía más
completa para su identificación y descripción es el libro de E. W. Bullinger,
Figures of Speech in the Bible: Explained and Illustrated (Grand Rapids: Baker
Book House, 1968). Los términos seleccionados representan algunas muestras
que fueron tomadas de libros de texto de interpretación bíblica.

Figuras de adición o plenitud de expresión

Eufemismo
Una figura retórica que se usa como un sustituto de un término que es duro,
desagradable, u ofensivo, siendo el eufemismo una palabra o expresión que es
más aceptable o menos ofensiva (Bullinger, 684). Los eufemismos son mejor
entendidos en el trasfondo de valores y sensibilidades culturales.

Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez [tener relaciones
sexuales]”. Yo Jehová. —Lv. 18:6

Hendíadis
Expresión de una idea o descripción de un objeto con el uso de dos palabras
relacionadas con la conjunción “ y”. Por ejemplo, la gente habla del agua
“ agradable y tibia” en vez de usar la combinación habitual de una palabra
independiente y su modificador: “ agradablemente caliente.” Las dos palabras de
una hendíadis cumplen la misma función en la oración, p.ej., adjetivo,
sustantivo, o verbo (Bullinger, 647).

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego [es decir azufre en
combustión]. —Gn. 19:24

Hendíatris
Figura retórica donde se emplean tres palabras para expresar un solo concepto.
Las tres palabras están conceptualmente relacionadas de modo que juntas
expresan una idea compleja. En el caso de tres sustantivos, el segundo y tercero
a menudo amplían o enfatizan el primero como modificadores adjetivales
(Bullinger, 671).

Porque tuy o es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos [es decir, un reino poderoso y
glorioso]. —Mt. 6:13

Hipérbole
Exageración deliberada y por lo general extrema a fin de enfatizar un punto o
producir un efecto sin que se tome literalmente. 5 El padre que dice: “ ¡Te he
dicho una y mil veces!” intenta comunicar algo como: “ Estoy cansado de repetir
lo mismo y de que no me obedezcas.”

¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! —Mt. 23:24

Merismo (gr. merismos, “distribución”)


Referencia a la totalidad de algo al mencionar sus extremos o partes opuestas.
Por ejemplo, geográficamente “ desde Dan hasta Beerseba” (Jue. 20:1) representa
toda la tierra de Israel y sus habitantes (Klein, Blomberg, y Hubbard, 239-40;
Kaiser 1981, 198, 225-26). Otra forma de este mecanismo llama a la totalidad
de algo seguido de las partes que componen el todo. En Gál. 5:22, 23 leemos:
“ Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Bullinger, 435).

En el principio creó Dios los cielos y la tierra [es decir, el universo entero]”. —Gn. 1:1

Pleonasmo (gr. pleonasmos, “algo en exceso”)


Redundancia para favorecer un mayor énfasis, 6 el autor espera producir algún
efecto en la mente del lector u oyente (Kaiser y Silva, 94). La redundancia por lo
general consiste en palabras repetidas o términos sinónimos, que ocurren
directamente después de las palabras que se quiere enfatizar. 7
Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo
cual es muchísimo mejor —Fil. 1:23

Figuras de asociación y relación

Antonomasia (gr., “un nombre diferente”)


Sustitución de un nombre propio o título por un sustantivo común. El objetivo
es adjudicar alguna cualidad o atributo al sustantivo por asociación. Es común
que en las culturas de trasfondo cristiano se use la palabra “ Judas” para referirse
a una persona traidora, que se comporta en forma semejante al discípulo que
entregó a Jesús. (Bullinger, 682).

Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, [heb., “sin compasión”] porque no me
compadeceré más de la casa de Israel” —Os. 1:6

Metonimia
Una substitución para el nombre de una cosa en sí mediante el nombre de uno
de sus atributos o de algo estrechamente asociado con ella (Klein, Blomberg, y
Hubbard, 249). La utilización de tal forma retórica asume que el auditorio está
bien informado con la asociación. Un periódico podría escribir: “ Hoy, la Casa
Blanca publicó la declaración siguiente…”, sabiendo que el lector entenderá que
se refiere al presidente de los Estados Unidos de América (o uno de sus
portavoces oficiales).

Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen [es decir, los libros escritos por Moisés y los
profetas, o todo el AT]; óiganlos. —Lc. 16:29

Sinécdoque
Una parte que representa el todo, o el todo que representa una parte. Esta figura
retórica se usa para llamar la atención hacia algo de mayor significado que la
parte; p.ej, “ Él no tiene siquiera un techo sobre su cabeza”, señala que una
persona no tiene casa. Esta también puede centrar la atención de alguien en algo
específico dentro (o en asociación con) del todo; p.ej., “ ¿Será resuelta esta
disputa étnica sólo por derramamiento de sangre?” da la idea de la violencia de
una guerra (Duvall y Hays, 346; Ryken, 101).

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos [es decir, en poderío y recursos militares]; mas
nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria —Sal. 20:7

Figuras de comparación

Antropomorfismo
Descripción o presentación de Dios como si Él fuera un ser humano, que
comparte alguna característica o función humana. Por consiguiente, el lenguaje
antropomórfico ayuda al autor a comunicar una verdad sobre Dios en términos
humanos, asignando a Dios algún atributo o acción que pertenece a los
humanos.

He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír
—Is. 59:1

Al interpretar textos con tal lenguaje figurado, es importante no aceptarlo


como literal, sino buscar primero el sentido detrás del lenguaje metafórico
(Kaiser 1981, 125). 8

Antropopatismo
Relacionado con el A NTROPOMORFISMO pero presenta a Dios como
compartiendo algún aspecto emocional o psicológico de personalidad humana,
antes que con características o funciones físicas. 9

Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado —Jer. 31:34

Apóstrofe (gr., “alejarse de”)


Mecanismo retórico por el cual el autor repentinamente “ se separa” del auditorio
y se dirige a alguien o algo (p.ej., una cualidad abstracta) ausente como si
estuviera presente. Esta es una expresión dramática de poderoso sentimiento
emotivo por parte del escritor u orador, que repentinamente desvía su atención
(y la del auditorio). El objeto al que se dirige es a veces impersonal o
inanimado, entonces se convierte en P ERSONIFICACIÓN (Bullinger, 901; Duvall
y Hays, 346-47; Ryken, 98).

¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Co. 15:55; véase Os. 13:14

Metáfora
Figura retórica en donde se hace una comparación implícita, una cosa dicha en
términos de la otra (McKim, 1996, 173). La sutileza de este mecanismo literario
se diferencia de un S ÍMIL, porque la comparación se identifica explícitamente por
el uso de las palabras “ como” o “ semejante a”. Además de evocar una fuerte
imagen simbólica, las metáforas comunican no tanto de lo que es verdadero
respecto al hecho, sino más bien en cuanto al sentimiento (Bullinger, 737).

Jehová es mi pastor —Sal. 23:1 Les dijo: Id, y decid a aquella zorra [Herodes Antipas] —Lc.
13:32

Personificación
Ocurre cuando se atribuye cualidades o actividades personales a algo que es
impersonal, de animales a ideas. Esta técnica literaria se usa para crear imágenes
vivas y vistosas, y a veces se la llama “ figuras de humanización.” Cuando se
describe a Dios con forma o características humana, hablamos de
ANTROPOMORFISMO, p.ej, “ He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová
para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Is. 59:1).

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas —Sal. 24:7 Oíd, cielos, y
escucha tú, tierra —Is. 1:2

Símbolo (cf. simbolismo emblemático)


Algo que se usa para representar otra cosa, por lo general lo material que
representa lo inmaterial (McQuilken, 260). Así como la metáfora, un símbolo
lleva una comparación implícita, pero esta comparación es más universal en
asociación que la que contiene la metáfora. Se piensa que el símbolo expresa la
realidad que representa, pero no es literalmente equivalente a ella (McKim,
1996, 274). Por ejemplo, hoy un tigre se usa como símbolo de ferocidad o
depredación; una paloma como símbolo de suavidad o paz. Sin embargo, la
cultura, la historia, y el contexto crean símbolos y sus asociaciones, de modo
que el mismo símbolo puede producir sentidos múltiples. 10 Por consiguiente,
los intérpretes de la Biblia deben estar cons-cientes del simbolismo en el texto,
al prestar cuidadosa atención a su lenguaje y trasfondo cultural e histórico.

Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de
David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos —Ap. 5:5

Símil
Figura retórica que compara explícitamente una cosa con otra, usando la palabra
“ como”. Lo que se compara pueden ser objetos o acciones, pero la naturaleza de
la comparación se expresa formalmente y se identifica con facilidad.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas —Is. 53:6


Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. —
Sal. 42:1

Figuras de contraste

Ironía
Palabras que tratan de comunicar lo opuesto de su sentido. Este mecanismo
literario a menudo es usado en sarcasmo o burla.

Respondió entonces Job, diciendo: Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la
sabiduría —Job 12:1-2
Litotes (“sencillo”; también meiosis, “una disminución”)
Figura retórica en que algo es afirmado o enfatizado con una descripción
insuficiente o una negación, de manera opuesta a la HIPÉRBOLE (Bullinger, 154;
Kaiser 1981, 124). Por ejemplo, Pablo se identifica como “ ciudadano de una
ciudad no insignificante” (Hch. 21:39), y asegura que “ su gracia [de Dios para
con él] no ha sido en vano “ (1 Co. 15:10).

Porque y o soy el más pequeño de los apóstoles —1 Co. 15:9


(Pablo usa este mecanismo para exaltar la gracia de Dios al escogerlo a él, véase v. 10.)

Figuras de omisión

Elipsis
Deliberada omisión de palabras, de modo que la oración es gramaticalmente
incompleta. Sin embargo, no queda en duda el sentido de la oración, ya que el
autor espera que el mismo lector suministre la palabra ausente para completar su
sentido. El autor de la elipsis no la usa por error, sino con intención. Esta sirve
para centrar la atención del lector en las palabras que están presentes, y que son
enfatizadas por causa de la omisión. 11

Bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud —Mt. 14:19

Zeugma (gr., “yugo”)


Clase especial de ELIPSIS donde dos sujetos u objetos son unidos por un verbo
o participio que corresponde sólo al primer elemento, pero no así al segundo. La
interpretación literal a menudo no tiene sentido. La omisión aparentemente fue
causada por la economía de palabras del autor, y esperando que el lector
suministre el verbo adecuado. Las traducciones a menudo indican con cursivas
qué palabras fueron añadidas por necesidad (Kaiser y Silva, 97-98; Bullinger,
131).

Os di a beber leche, y no vianda” (1 Co. 3:2), una mejor traducción sería: “No los alimenté con
comida sólida” o “no alimento sólido”.

_______________
1 Un paralelismo relacionado es el de “continuación”, donde lo que al principio parece ser una
simple repetición del pensamiento original realmente lo avanza. Por ejemplo, véase Is. 40:9:
“Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de
Jerusalén; levántala, no temas” (citado y expuesto en William W. Klein, Craig L. Blomberg, y
Robert L. Hubbard, Introduction to Biblical Interpretation [Waco, Tex.: Word Publishing,
1993], 232).
2 Esto sin duda también sirvió como un ay uda memoria al recitar algo oralmente.
3 Expresión informal con la cual quien habla insiste en que los recién casados deben vivir
indpendientes de sus padres (se usa la palabra “casa” como forma verbal y como sustantivo).
4 Para un completo comentario de esta tesis, véase Roger Stronstad, The Prophethood of All
Believers: A Study in Luke’s Charismatic Theology (Sheffield, England: Sheffield Academic
Press, 2003).
5 Robert H. Stein incluy e un iluminador capítulo sobre el lenguaje hiperbólico en la Biblia. Él
ilustra su extensivo uso y da diez reglas que ay udan a reconocerlo. Véase A Basic Guide to
Interpreting the Bible: Playing by the Rules (Grand Rapids: Baker Book House, 1994), 123-35.
6 E. W. Bullinger certeramente comenta que “la redundancia es sólo aparente” y las palabras
“no son realmente superfluas cuando las usa el Espíritu Santo, ni tampoco son ociosas o
inútiles.” Véase Figures of Speech in the Bible: Explained and Illustrated (Grand Rapids: Baker
Book House), 405.
7 Este mecanismo podría estar asociado con el término “tautología”, una repetición inútil de una
declaración, palabra, o idea (p.ej., “le voy a entregar un obsequio gratis”). Sin embargo, un
pleonasmo no es una repetición descuidada de palabras innecesarias, sino más bien una
exageración deliberada para dar efecto literario.
8 El problema se ilustra en Is. 59:1. Isaías no describe a Dios físicamente ni da a entender que
Dios tiene literalmente un cuerpo con “manos” y “oídos”. Sus palabras comunican a Israel que
el hecho de que Dios no hubiera obrado (véase el contexto) no debe interpretarse como falta
de poder o falta de conciencia de la necesidad de liberación del pueblo.
9 Debido a la naturaleza personal de Dios, los antropopatismos son más difíciles para el
intérprete. Es común suponer que declaraciones con lenguaje antropopático deben entenderse
literalmente. El intérprete sabio no hará así, si tal interpretación resulta en una descripción de
Dios que compromete su naturaleza divina, es decir, que Él sea representado como menor que
Dios en su naturaleza divina. Para un iluminador comentario acerca de cómo los
antropopatismos afectan la teología de la naturaleza de Dios, véase Erickson, Christian
Theology, 304-8.
10 El lenguaje dentro de la cultura y la historia es dinámico. Éste constantemente cambia
símbolos y sus asociaciones. Considere el uso que Pedro hizo del la imagen de un “león”, como
símbolo de la actividad depredadora del diablo respecto a los crey entes (1 P. 5:8). Haga un
contraste de lo anterior con el uso que Juan hace de la misma palabra, para crear las imágenes
de realeza al referirse al “León de la tribu de Judá” (Ap. 5:5)
11 Bullinger indica que al omitir el verbo “dieron” (véase el ejemplo), el autor no acentúa la
participación de los discípulos en dar (aunque esté allí) mas bien dirige nuestro pensamiento a
Jesús como el proveedor del pan. Véase Figures of Speech, 1-2.
7
Términos Relacionados de otras
Disciplinas
Estudios bíblicos: Introducción y trasfondo

Abismo (gr. abyssos, “profundidad/foso sin fin”)


Transliteración del griego, aparece nueve veces en el NT. 1 Cuando se traduce
aparece más a menudo como “ abismo” y lleva el sentido de algún lugar muy
profundo debajo de la superficie de la tierra. 2 En el NT, se refiere a un lugar
asignado a los demonios, pero al que ellos eran reacios a ser enviado (Lc. 8:31).
Este es también el lugar de los muertos (Ro. 10:7). El Libro de Apocalipsis lo
describe como el lugar desde donde “ la bestia” sube a la tierra, trayendo guerra
y destrucción (Ap. 11:7; 17:8), es gobernado por “ el ángel del abismo”,
llamado Abadón (en hebreo) y Apolión (en griego). Este es también el lugar
donde Satanás será atado durante mil años (Ap. 20:1-3) antes del acontecimiento
del Gran Juicio ante el Trono Blanco que se describe en Ap. 20:11-15.

Amanuense
Designa a un escriba que escribe de un dictado, o que copia un manuscrito.
Tercio fue amanuense de Pablo cuando éste escribió la Epístola a los Romanos
(Ro. 16:22). Con toda probabilidad Pablo usó un amanuense para escribir sus
epístolas, pero a menudo él mismo escribía el saludo personal al final de la carta
(1 Co. 16:21; Gá. 6:11; Col. 4:18; 2 Ts. 3:17; Flm. 19).

Arameo (idioma)
Lengua semítica emparentada con el hebreo pero que no deriva de él. Esta era la
lengua de la diplomacia estatal que usaban los asirios, los babilonios, y los
imperios persas. Parte del AT está en arameo (p.ej., Dn. 2:4-7:28; Esd. 4:8–
6:18; 7:12-26; y Jer. 10:11). Fue el idioma de los judíos en el tiempo de Jesús,
quien probablemente habló arameo. 3

Armagedón (gr. Harmagedōn)


Ubicación geográfica que se menciona sólo en Ap. 16:16. Su posición exacta es
incierta y disputable. Una identificación popular es con “ la colina de Megido”
(heb. har Megeddon), aproximadamente 50 millas al nordeste de Jerusalén, que
fue un sitio de importantes batallas en el AT (p.ej., Jue. 4, 7). En el Libro de
Apocalipsis éste es el lugar del encuentro bélico final en “ la batalla de aquel
gran día del Dios Todopoderoso” (16:14) entre Cristo y el Anticristo. Por eso
algunos eruditos no consideran que éste es un lugar literal, sino un símbolo del
triunfo final de Dios sobre el mal. El término se usa ampliamente en la literatura
secular para denotar una batalla catastrófica final entre las fuerzas de bien y el
mal, y que marca el fin del mundo (G. E. Ladd, BDT, 50).

Arqueología
Estudio científico de los restos materiales de la sociedad, la cultura, y la
actividad humana, especialmente como se aplica a la antigüedad. Se asocia más
a menudo con la excavación de sitios antiguos de asentamientos humanos, para
desenterrar fósiles, reliquias, artefactos, herramientas, monumentos, edificios,
etc., es decir, toda prueba física que revele cómo vivió la gente.

Artemisa/Diana
Una diosa de la mitología griega y patrona o protectora de la ciudad de Efeso
(Hch. 19). Conocida como Diana por los romanos, Artemisa era una diosa de la
fertilidad que presidía el parto. El ídolo de Éfeso representa a mujer con muchos
pechos, un símbolo de la fecundidad sexual. La literatura griega la presenta
como una cazadora y amante de la naturaleza (Ferguson, 18, 162-63).

Ascetismo
Práctica de estrictas (y a menudo extremas) privaciones a fin de avanzar en el
desarrollo espiritual personal. Tal práctica por lo general incluye la negación o
la postergación de la satisfacción de ciertas necesidades o deseos físicos, a fin de
dedicarse a los asuntos espirituales. El ascetismo, como fue a veces practicado
por grupos gnósticos en la iglesia primitiva, emergió de una noción griega de
que el cuerpo, por ser material, es intrínsecamente malo y la raíz del pecado. El
ser humano también posee un espíritu que es bueno. Por lo tanto, las prácticas
ascéticas sirven para estimular la espiritualidad al destruir el pecado y los deseos
del cuerpo. Tal creencia no corresponde a la enseñanza bíblica, que presenta al
ser humano como una unidad, y la integración de cuerpo, alma, y espíritu (1
Ts. 5:23). Como principio el NT enseña una disciplina espiritual que incluye la
negación del yo. 4 Sin embargo, no enseña que el ascetismo sea un medio de
vencer el pecado o los deseos de la carne (Col. 2:20-23) (Mattke, BDT, 52-53).

Asera
Diosa-madre cananea estrechamente asociada con la adoración idólatra de Baal,
en el AT (Jue. 3:7; 6:25), 5 que no debe confundirse con Astarot, otra diosa
cananea de la fertilidad, el amor, y la guerra (Jue. 2:13; 10:6; 1 R. 11:5). El
nombre también se aplica a las imágenes esculpidas (Asherim) que se usaban
para adorar a Asera. En repetidas ocasiones, Israel fue llamado a derribar,
destruir, o quemar estas imágenes (Éx. 34:13; Dt. 12:3; 1 R. 15:13).

Asiria
Poderosa nación situada al nordeste de Israel, cuya capital era Nínive. Asiria
tomó las diez tribus del norte de Israel en cautiverio c. 722 a.C. y fue
conquistada por Babilonia en 612 a.C. Asiria juega un importate papel en la
historia de Israel que registra 2 Reyes y 2 Crónicas, así como los libros
proféticos de Jonás y Nahum.

Asmoneos
Nombre que se daba a los descendientes sacerdotales y reales de Matatías, el
sacerdote de Modein, que en 167 a.C. condujo lo que se convirtió en una
exitosa rebelión contra los gobernantes sirios (seléucida) de la región. Ellos se
conocen más comúnmente como macabeos, por el hijo mayor de Matatías,
Judas, apodado Macabeo (“ el martillo”). El uso del nombre asmoneo se
atribuye a Josefo y parece ser un nombre ancestral más anti-guo (Patzia y
Petrotta, PDBS, 55), que primero fue dado a Simón, el tercer líder que pudo
consolidar su poder y asegurar una paz perdurable. Los asmoneos gobernaron
Judea desde 142 hasta 63 a.C., cuando el área fue conquistada por el general
romano Pompeyo. A la familia se le permitió retener su función sacerdotal, que
finalmente fue sustituida por la dinastía herodiana en 37 a.C.

Autógrafo (gr. autographos, “escrito por la propia mano”)


Manuscrito original de un texto bíblico como fue escrito por su autor inspirado.
Aunque la Iglesia no posee ningún autógrafo de un texto bíblico, el trabajo de la
crítica textual consiste en comparar y analizar todas las copias de manuscritos de
un texto, con el fin de determinar qué fue escrito en el autógrafo. 6 La
extraordinaria copiosidad y cantidad de manuscritos al alcance del crítico textual
moderno, han derivado en la reproducción de un texto que los eruditos
consideran sumamente cercano al autógrafo. 7

Baal (heb., “señor” o “amo”)


Nombre dado al dios de los cananeos, que según ellos controlaba la fertilidad
del ser humano, el ganado, y la tierra. Como los cananeos tenían dioses
territoriales, había muchos baales (heb. Baalim; 1 R. 18:18) en la tierra de
Canaán cuando Israel entró a ella. 8 La adoración a Baal fue una seducción para
los israelitas que los indujo a descuidar la adoración al Señor a través de la
historia. 9 Además de la inmoralidad sexual asociada con los cultos de fertilidad,
también se precticaba el sacrificio de niños (Jer. 19:5).

Babilonia
Ciudad en la rivera del Río Éufrates que se convirtió en la capital del Imperio
Babilonio que gobernó el Medio Oriente desde 612-539 a.C. En la Escritura se
usa este nombre para referirse a la ciudad y también al Imperio. Bajo
Nabucodonosor, Babilonia destruyó el templo de Jerusalén y llevó a Judá
(Reino del Sur) en cautiverio ca. 586 a. C. Babilonia fue representado en las
visiones de Daniel como la cabeza de oro (Dn. 2) y el león (Dn. 7). En
Apocalipsis aparentemente Juan usa el nombre Babilonia para referirse a Roma
(Ap. 18:2,10,21; cf. 1 P. 5:13) y simbólicamente al sistema mundial que se
opone a Dios y sus santos.
Circuncisión
Rito judío aplicado a los varones en que se corta el prepucio del niño. Servía
como señal de la relación de pacto que Dios había establecido con su pueblo a
través de Abraham (Gn. 17). También era un rito de iniciación que significaba el
acceso a la comunidad del pacto de Israel. Llegó a simbolizar la consagración y
transformación moral y espiritual que Dios buscaba en su pueblo (Dt. 10:12-20;
30:6; Jer. 4:4; Cf. Is. 52:1; Jer. 9:25-26). En el NT, Pablo reconoce que la
circuncisión fue el sello de la fe de Abraham (Ro. 4:11), pero rápidamente indica
que Abraham fue declarado justo antes de ser circuncidado. Dios, a través de
Cristo, ha traido una nueva circuncisión interior, del corazón, por medio del
Espíritu (Ro. 2:28-29; Cf. Col. 2:11).

Códice
Manuscrito antiguo, hecho de papiro (papel de caña) o vitela (piel de animal),
que fue compilado en forma de libro en vez de un rollo. La iglesia primitiva a
menudo usó el códice cuando recolectaron y ataron manuscritos del NT.

Comunidad de Qumrán
Antigua comunidad que vivió en la orilla norte del Mar Muerto y fue
contemporánea de Jesús. En 1947, se descubrieron rollos de las Escrituras en
vasijas de arcilla, en cuevas de la localidad. Estos rollos han sido de inestimable
valor para evaluar el estado de la Biblia hebrea en el primer siglo, y para
suministrar detalles importantes de una fascinante secta comunal judía. Muchos
eruditos creen que la comunidad era una rama de los esenios, una secta judía que
se menciona en los escritos del historiador judío Josefo (Ferguson, 489-90).

Día de Pentecostés
Fiesta judía que se celebraba 50 días después del día en que se ofrecía la gavilla
de la ofrenda mecida, a principios de la Pascua de los judíos (Lv. 23:15-16).
También era llamada la fiesta de la cosecha (Éx. 23:16), la fiesta de las semanas
(Dt. 16:10), y “ el día de las primicias” (Nm. 28:26). 10 En el AT esta fiesta
reconocía la bondadosa y generosa provisión de Dios en la tierra. En el NT, la
frase se refiere específicamente al día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo fue
derramado sobre los creyentes en Jerusalén (Hch. 2), estableciendo la iglesia del
NT como una comunidad del tiempo del fin, investida de poder por el Espíritu
y profética (Hch. 2:17,18). 11

Dinastía
Se refiere a una sucesión de reyes o gobernantes de la misma familia o línea de
descendencia. Por ejemplo, la dinastía seleúcida denota a los reyes que
descienden de Seleuco I, que gobernó Siria del 301 al 168 a.C. El miembro más
notorio de la dinastía seléucida fue Antíoco IV (175-163 a.C.), cuya severa
persecución de los judíos condujo a la Rebelión Macabea.

Éfeso
La ciudad principal en la provincia romana de Asia en el tiempo de Pablo. Era
famosa por su riqueza, su belleza y el templo a la diosa griega Diana. Pablo
ministró allí aproximadamente tres años y condujo un esfuerzo de
evangelización que propagó el evangelio a toda Asia (Hch. 19:1-20). Los efesios
fueron también los receptores de una de las Epístolas que Pablo escribió desde la
prisión. 12

Epicureos
Seguidores de las enseñanzas filosóficas de Epicuro (341-270 a.C.). Pablo
encontró a miembros de esta escuela en Atenas (Hch. 17:18). Epicuro enseñó
una forma de materialismo que veía todo en el mundo como compuesto de
partículas atómicas. Por consiguiente, nada sobrevive a la muerte. El objetivo
principal de los epicureos era buscar la felicidad, al enfrentar la vida con un
sereno desapego. En el tiempo de Pablo, sin embargo, el epicureismo se había
degenerado, y llegó a considerar la felicidad en términos de placer sensual
(Cressey, NBD, 383).

Esenios (arameo, hasayya, “los piadosos”)


Secta judía conocida por los escritos de Josefo, Filón, Plinio el Mayor, y otros.
Su origen comúnmente se ubica algún tiempo poco después de la Rebelión
Macabea (c. 168 a.C.), durante la dinastía asmonea (E. Ferguson, 488). 13 Los
esenios vivían juntos en comunidades de tipo monástico durante el tiempo de
Jesús. Aunque diferían en algo, estas comunidades tenían características
comunes: aislamiento del mundo, estricta observancia de la ley mosaica, una
poderosa expectativa escatológica, posesiones materiales en común, y generosa
hospitalidad a otro esenios. Desde el descubrimiento de los Rollos del Mar
Muerto, se piensa comúnmente que la comunidad de Qumrán era esenia en
naturaleza.

Evangelio (gr. euangelion, “evangelio/buenas nuevas”)


Se refiere al mensaje de que la salvación provista por Dios, prometida y
profetizada en el AT, ha sido lograda ahora por medio de la vida y el ministerio
de Jesucristo. Este se concentra sobre todo en su muerte, sepultura y
resurrección (1 Co. 15:1-4). Este mensaje fue proclamado por los apóstoles de
Cristo y la Iglesia Primitiva. Aunque el término sea usado en la iglesia moderna
para referirse a cualquiera de los cuatro primeros libros del NT, el NT en sí se
refiere sólo a un “ evangelio”, en singular y no usa el término para referirse a los
“ evangelios” literarios. Véase EVANGELISMO.

Evangelios sinópticos (gr. sun, “juntos” y optomai, “ver”)


Se refiere a los evangelios de Mateo, Marcos, y Lucas. Los llaman “ sinópticos”
porque presentan una visión similar de la vida terrenal y el ministerio de Jesús.

Fariseos (heb. parush, “separados”)


Una de las sectas judías más populares e influyentes en el período del NT. El
origen exacto de este grupo es incierto, pero es probable que esté relacionado
con los hasidim14 en el tiempo de la rebelión macabea (Ferguson, 481). Los
fariseos eran conservadores religiosos que procuraban obedecer estrictamente la
Ley y la tradición judía (véase Mr. 7), que consideraban igualmente
autoritativas. En los Evangelios ellos, junto con los escribas, son los enemigos
principales de Jesús. En los Hechos aprendemos que a diferencia de los
saduceos, ellos creían en la existencia de ángeles, espíritus (demonios), y la
resurrección (Hch. 23:6-8).
Fiesta de la Pascua
Fiesta judía que estableció Dios para conmemorar la liberación de Israel de
Egipto (Éx. 12), sobre todo la protección de la última plaga que quitó la vida a
cada primogénito de Egipto. Los israelitas tuvieron que matar un cordero sin
defecto (12:5) y untar con su sangre los dos postes y el dintel de sus casas
(12:7). Esta sangre fue una señal para el Señor de “ pasar” esa casa y no destruir
al primogénito bajo su techo. Esta es una maravillosa descripción de lo que
Jesús, el Cordero de Dios (Jn. 1:29), hizo por nosotros con su muerte en la
cruz. Su sangre (vida) derramada por nosotros nos salva de la muerte eterna (Jn.
3:16) y proporciona la expiación que quita nuestros pecados.

Fiesta de los tabernáculos


También llamada Fiesta de las cabañas, 15 esta fiesta conmemoraba la provisión
de Dios en el peregrinaje de Israel por el desierto, de Egipto a Canaán. Esta
celebraba la cosecha y la bondad de Dios al guiarlos a una tierra fructífera. Esta
fiesta se menciona en el Evangelio de Juan (Jn. 7:2,37). 16

Fiesta de Pentecostés (véase DÍA DE PENTECOSTÉS)

Filacterias (heb. totaphoth, “bandas, frontales”)


Pequeños contenedores de cuero que los piadosos hombres judíos en los días de
Jesús se ataban con correa en la frente y el brazo izquierdo. En ellos había
pergaminos que contenían versículos del AT escritos a mano (Éx. 13:1-16; Dt.
6:4-6; 11:13-21) para recordarles de su relación de pacto con el Señor. Ellos
creían que esto fue mandado por Dios en Éx. 13:9,16 y Dt. 6:8; 11:18. Jesús
condenó la demostración presuntuosa de ellas en Mt. 23:5.

Filón de Alejandría (véase cap. 3)

Galacia
Se refiere a un distrito étnico en el norte de Asia Menor central, así como a una
provincia romana que incluía ciudades como Antioquía de Pisidia, Iconio,
Listra y Derbe, donde Pablo fundó iglesias durante su primer viaje misionero.
Desde hace mucho tiempo se debate si Pablo en su Epístola a los Gálatas
escribió a iglesias de la Galacia étnica (norte), o a aquellas en la provincia
romana de Galacia (sur). 17

Glosolalia (gr., “lenguas” ó “idiomas”)


Término técnico para la acción de “ hablar en lenguas”. Esto sucede en Hechos
como evidencia del bautismo en el Espíritu (Hch. 2:4; 10:46; 19:6) y en los
escritos de Pablo como uno de los “ dones del Espíritu” (1 Co. 12-14). Véase
también B AUTISMO EN EL ESPÍRITU S ANTO.

Gnosis (gr., “conocimiento”)


Término griego para “ conocimiento”, que era de alta estima en la cultura griega,
como se refleja en las cartas de Pablo (p.ej., 1 y 2 Corintios, Efesios,
Colosenses). Algunos eruditos interpretan las referencias a gnosis del NT como
pruebas de una forma temprana de GNOSTICISMO, que consideraba el especial
conocimiento como medio de salvación o liberación del pecado. Sin embargo,
el gnosticismo como se describe en los escritos de los Padres de Iglesia es una
religión del segundo siglo, demasiado tardía para haber influido en la iglesia
cristiana del primer siglo. Sin embargo, la condición elevada del gnosis viene
desde muy temprano, del período persa. 18

Gnosticismo
Complejo sistema de creencias religiosas de los siglos segundo y tercero.
Mezcla sincrética de ideas cristianas, judías, y griegas (Elwell y Yarbrough,
398), sostenía que los individuos podían alcanzar la salvación a través del
conocimiento (gnosis). Hubo numerosas expresiones del gnosticismo, pero una
de las variedades más conocidas, Gnosticismo Valentiniano, fue considerado una
herejía cristiana y fue condenada por el padre de la iglesia Ireneo (Contra
herejías) en el segundo siglo. Planteó una complicada teoría del origen del
universo, que era descrito en términos de dualismo cósmico (espíritu-bueno en
oposición a materia-malo). Esto obviamente produjo un problema teológico al
intentar explicar la encarnación de Cristo.
Gog y Magog
En Ez. 38:2, “ Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal”,
Gog es claramente un individuo que gobierna “ en tierra de Magog”. El griego
en la S EPTUAGINTA sugiere que Magog es un grupo de pueblos, no un país o
nación. 19 El sentido exacto y la derivación de estos nombres son inciertos, y la
identificación con un estado político moderno (p.ej., Rusia) es una especulación
improbable. Ezequiel usa en su profecía los nombres de un gobernante que
reside en el territorio al norte de Israel20 quién invadirá Israel y que será
derrotado por la intervención divina en dos grandes batallas del tiempo del fin
(Ez. 38-39). El apóstol Juan aparentemente usa los nombres para representar
todas las perversas naciones que Satanás engaña y moviliza contra Israel (Ap.
20:8).

Hades (gr. hadēs, “infierno, sepulcro, las profundidades”)


En el NT, designa el estado de los muertos o el lugar donde el espíritu humano
reside después de la muerte (véase Lc. 16:22-23). Cuando no se usa la palabra
castellana transliterada, el término se traduce com “ infierno”, “ profundidades”,
“ muerte”, o “ sepulcro”(1 Co. 15:55). Como tal parece ser sinónimo del
término hebreo Seol en el AT. Este puede aludir a la muerte (o al sepulcro) en
un sentido neutro (Hch. 2:27,31) o como un símbolo de castigo (Mt. 11:23; Lc.
10:15) o el juicio final que Dios traerá (Ap. 20:14).

Helenista (gr. hellene, “una persona griega”)


El adjetivo que describe algo relacionado con la historia y cultura griega, a partir
del tiempo de Alejandro el Grande (353-323 a.C.) y sus sucesores. En su
búsqueda de dominación mundial, Alejandro procuró extender el idioma, la
cultura, y la filosofía griega como un estilo de vida. Su sueño de “ helenizar” el
mundo fue interrumpido por una muerte prematura, pero fue procurado
enérgicamente por sus sucesores que comenzaron las dinastías ptolomea y
seleúcida (Ferguson, 10-15).

Herejía colosense
Se aplica a las enseñanzas falsas que Pablo condenó en su carta a la iglesia de
Colosas. Aunque muchos eruditos han identificado la llamada herejía colosense
como gnóstica, esta conclusión es improbable porque el gnosticismo es un
sistema religioso posterior que apareció en el siglo segundo. Además, las
enseñanzas erradas que enfatizaban reglas, prácticas ascéticas, y conocimiento
oculto para promover la espiritualidad, se encuentran también en sectas judías
del primer siglo (Elwell y Yarbrough, ENT, 320).

Herodes el Grande (37–4 a.C.)


Un judío de descendencia idumea (edomita) que marca el principio de la
Dinastía Herodiana. Su padre, Antípater, fue nombrado P ROCURADOR de Judea
por Julio César en 47 a. C. Por su servicio a Roma durante una guerra civil, el
senado romano confirió a Herodes el título de “ Rey de los judíos.” Éste reinó
desde 37 a 4 a.C. Sin embargo, debido a su herencia idumea, él no conquistó el
favor de sus súbditos judíos, a pesar de su gobierno eficiente y la magnífica
reconstrucción del templo en Jerusalén. Entre sus otros notables proyectos de
edificación se destacan Masada y la ciudad puerto de Cesarea. Herodes fue un
despiadado y paranoico tirano. Para asegurar su trono asesinó a los
descendientes asmoneos (véase A SMONEOS) y mató a numerosos rivales, aun en
su propia familia, incluyendo esposas e hijos. Quizás su hecho más infame se
registra en el Evangelio de Mateo: la matanza de todos los niños varones
menores de dos años en Belén y sus alrededores (2:16) con el fin de impedir que
el “ rey de los judíos” recién nacido amenazara su trono. Después de su muerte
su reino fue dividido y quedó en manos de sus hijos: Arquelao, Felipe, y
Antipas (F. F. Bruce, NBD, 521-23).

Hillel, Rabí (véase cap. 2)

Inmersión (véase BAUTISMO)

Josefo (ca. 37-110 d.C.)


Fariseo y sacerdote de descendencia asmonea que vivió en el siglo I d.C. Él
luchó como general en la primera Guerra Judía, fue capturado y enviado a Roma
por el 67 d.C. Allí, conquistó el favor del emperador Vespasiano, quien lo
nombró intérprete de Tito. Después de la guerra, se le confirió la ciudadanía
romana, recibió un nuevo nombre (Flavio) y apoyo para su trabajo literario. Sus
escritos, que incluyen Antigüedades de los judíos, Guerras judías, y
Autobiografía, son las principales fuentes de información de la historia judía del
primer siglo (Bruce, NBD, 661).

Judaizantes
Cristianos judíos que se opusieron a la predicación y a la obra misionera de
Pablo entre los gentiles. Ellos sostuvieron que la circuncisión y la obediencia a
la Ley eran necesarias para la salvación (Hch. 15:1,5). Pablo entendió esto como
un abandono de la “ gracia de Cristo” al enseñar que la salvación depende de las
“ obras de la ley” antes que de la fe en Cristo (Gá. 2:16). Por considerarlo una
perversión del evangelio verdadero (Gá. 1:6,7), él no se sometería a su presión
ni comprometería la verdad del evangelio (Gá. 2:2-5). El Concilio de Jerusalén
(Hch. 15) apoyó a Pablo e hizo suya la misión entre los gentiles.

Judas Macabeo
Patriota judío y luchador por la libertad, que fue caudillo en la rebelión contra la
opresión y persecución siria de Isarel, que comenzó en 168 a.C. Apodado
Macabeo, “ el martillo”, por su feroz táctica de batalla, Judas y sus hermanos
lucharon y ganaron la independencia judía del rey seléucida Antíoco Epífanes
(véase S ELÉUCIDA). La autonomía de Israel bajo los hermanos y descendientes
de Judas se conoce como la Dinastía Asmonea. Véase ASMONEOS.

Kerygma (gr. Kērugma – “proclamación/predicación”)


Este término se deriva del verbo griego kērussein que significa “ predicar” o
“ proclamar”. Como sustantivo éste se refiere al contenido de un mensaje
predicado. En el Nuevo Testamento el término se refiere frecuentemente al
mensaje del evangelio predicado por Jesús, Pablo y otros apóstoles. 21 Los
eruditos usan a menudo esta palabra para referirse al contenido de la predicación
apostólica más temprana del evangelio, especialmente como se registra en los
Hechos, aunque el término no se usa allí. Antes bien, Lucas prefiere usar el
verbo euaggelidzomai – “ predicar el evangelio.”
Koinē (gr. Koinos – “común”)
Se refiere al dialecto predominante de los pueblos que hablaban griego, y que se
desarrolló durante el Período Helenístico (c. 300 a.C. hasta 200 a.C.), que se
fecha a partir del tiempo de Alejandro Magno (d. 323 a.C.). Parece haberse
desarrollado a partir de varios dialectos, y está más estrechamente relacionado
con el griego ático. Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en griego
koinē.

Koinōnia (gr., “confraternidad”)


Derivado del verbo griego koinōneō, que significa “ compartir o participar
conjuntamente” en algo, ese algo lo define el contexto. Así, koinonia se refiere a
la confraternidad cristiana, al compañerismo, a la participación mutua, o
compartir algo, más notablemente la vida en Cristo (1 Co. 1:9; 1 Jn. 1:3-7) por
el Espíritu (2 Co. 13:14; Fil. 2:1). 22

Kurios (gr., “Señor, amo”)


Podría servir como un título para dirigirse respetuosamente a alguien, pero fue
empleado con regularidad en la S EPTUAGINTA para traducir el nombre divino
(heb. YAHWEH). Este es seguramente el sentido que Pedro le dio (después de
citar Sal. 110:1) en Hch. 2:36, tal como lo hizo Tomás en Jn. 20:28. Se usó
como un título para Jesús (“ el Señor”, Mr. 11:3), pero más importantemente
para referirse al Señor de la Iglesia, resucitado y exaltado: el Señor Jesús (Hch.
1:21) y el Señor Jesucristo (Ro. 1:7).

Lectura variante
Diferencia que surge al comparar dos o más manuscritos del mismo texto
bíblico. Véase C RÍTICA TEXTUAL.

Libros pseudoepígrafes (gr. “falsamente inscrito”)


Escritos religiosos judíos del período entre 200 a.C. y 200 d.C. que son
anónimos, o han sido falsamente asignados a personajes sobresalientes del AT,
tales como Job, Salomón, Esdras, o Baruc (p.ej., los Salmos de Salomón).
Estas obras son muy diversas, y consisten en variados generos literarios, entre
ellos literatura de sabiduría, apocalipsis, testamentos, oraciones, salmos. Nunca
s e pensó que estas obras fueran parte del canon inspirado de la Escritura, sea
judío o sea cristiano (Elwell y Yarbrough, 62; E. Ferguson, 422-35).

Macabeo (véase JUDAS M ACABEO)

Magi (gr. magos, “astrólogo”)


Palabra adoptada de los persas, que se refiere a un sabio o sacerdote que
hábilmente practicaba astrología, adivinación, y otras artes ocultas (DBAG,
608). En Mt. 2 ellos vinieron a Jerusalén desde oriente, habiendo observado
alguna configuración estelar en el cielo que les indicó el nacimiento de un gran
rey judío. Ellos más tarde visitaron al niño Jesús en Belén y lo adoraron (Mt.
2:11).

Mesías (gr. christos, heb. meshiach)


Tanto el término griego como el hebreo significan “ el ungido”. La palabra
griega mesías es una tentativa de simplemente explicar con letras griegas la
palabra hebrea. Paulatinamente los términos se usaron como un título para el
Mesías, el siervo ungido de Dios (Is. 42:1) quién liberaría a Israel y final-mente
traería salvación a Israel y al mundo (Lc. 2:30-32; Jn. 4:25,26,29,42).

Midrash (véase M IDRASHIM, cap. 2)

Mito (gr. muthos)


Término que tiene diversos sentidos, según el campo de erudición en que se
aplique. 23 En la literatura popular, mito es una historia puramente imaginaria,
falsa, e increíble (Soulen, 124). Sin embargo, los críticos literarios lo han usado
para clasificar un tipo particular de historia. Por ejemplo, Bultmann vio el mito
como una tentativa de presentar la verdad superior, que excede la realidad
terrenal, en términos que pertenecen a un marco terrenal. 24 La mayoría de
quiénes usan el término de esta manera tienden a considerar los hechos en la
historia mítica como no-históricos, mientras afirman la verdad detrás del mito. 25
Nicolaitas
Un grupo que en el Apocalipsis es mencionado y condenado por sus “ obras”
(2:6) y “ doctrina” (2:15). En los días de Juan esta era una secta herética cuya
enseñanza, conforme al “ error de Balaam” (Jud. 1:11), fomentaba la inmoralidad
e idolatría. Los comentarios de los posteriores padres de la iglesia sugieren que
la secta fue simpatizante del gnosticismo (Blaiklock, NBD, 886).

Ofrenda de libación
Una de las ofrendas suplementarias en el AT que acompañaba la ofrenda
quemada o las ofrendas de compañerismo (Nm. 15:1-12; 28:7,24) junto con una
ofrenda de grano de harina y aceite. La ofrenda de libación consistía en
aproximadamente un litro de vino. Pablo vio su eventual martirio como una
vida “ derramada en libación” en sacrificio a Dios, en el servicio del evangelio (2
Ti. 4:6; Fil. 2:17).

Paraíso (gr. paradeisos, “huerto, paraíso”)


En el AT la palabra hebrea ( pardēs) en varios pasajes se refiere a un “ huerto”
(Neh. 3:15; Ec. 2:5; Cnt. 4:12). Es interesante notar que la S EPTUAGINTA usa
paradeisos para traducir del hebreo “ el huerto de Edén.” Sin embargo, en el NT
encontramos la palabra sólo tres veces. De estos versículos podemos aprender
que el paraíso es: (1) un lugar en la presencia de Jesús (Lc. 23:43; cf. Fil. 1:23),
(2) un lugar de incomparable revelación que se asocia con lo que Pablo llamó
“ el tercer cielo” (2 Co. 12:4), y (3) un lugar donde los creyentes comen “ del
árbol de la vida” en la Nueva Jerusalén (Ap. 2:7; 22:2,14). Si el “ paraíso” es
sinónimo del “ seno de Abraham” en Lc. 16:22, entonces es también un lugar
donde van los justos a esperar la resurrección después de la muerte.

Parousia (gr. pareimi, “venir” o “estar presente”)


Término transliterado de la palabra griega parousia, que significa “ venida” o
“ llegada”. El NT se refiere frecuentemente a la Segunda Venida de Cristo al final
de esta era (véase Mt. 24:3,27,37,39; 1 Co. 15:23; 1 Tes. 4:15; Ap.
22:7,12,20).
Período intertestamental
Período de aproximadamente 400 años entre Malaquías (ca. 430 a. C.) y el
nacimiento de Cristo (ca. 4-6 a.C.). Hubo mucho desarrollo histórico y cultural
en este intervalo. Políticamente Israel experimentó el gobierno de los persas (ca.
450-330 a.C.), los griegos (ca. 330-168 a.C.), y los romanos (desde 63 a.C. en
adelante). La brutal persecución y opresión de Israel por parte del rey seléucida
Antíoco IV (véase S ELÉUCIDA) desencadenó la Rebelión Macabea (véase JUDAS
MACABEO), y aproximadamente un siglo de autonomía judía durante la Dinastía
Asmonea (ca. 168-63. a.C.) (véase A SMONEOS). Aunque en este período no se
escribieron libros canónicos del AT, sí hubo una proliferación de literatura
religiosa judía. Los LIBROS APÓCRIFOS, LIBROS PSEUDOEPÍGRAFES y la
S EPTUAGINTA fueron producidos en este período. Los apocalipsis (véase
APOCALIPSIS) de las dos primeras colecciones contienen evidencias de gran
expectación por el Mesías.

Piedra de molino
Piedra circular grande, muy pesada que se usaba para moler grano y convertirlo
en harina. Dos de de estas piedras (superior e inferior) se combinaban y el grano
era aplastado entre ellas. La piedra superior era girada por una persona o un
animal. La más grande de estas piedras era girada por un burro, y a ésta (gr.
mulos onikos) se refirió Jesús (Mt. 18:6) en su advertencia del peligro de hacer
tropezar a “ los pequeños” (Millard, NBD, 823).

Poligamia (gr. polu, “muchos[as]”; gamos, “esposa”)


Práctica de tener más de una esposa que hubo en tiempos bíblicos, sobre todo
en el AT. Sin embargo, en relación con la pregunta acerca del divorcio, la cita
de Jesús de Gn. 2:24 sugiere que desde la creación de la humanidad la
“ monogamia” (matrimonio con una esposa) fue el ideal de Dios para el
matrimonio.

Posesión de demonio
Término ampliamente usado que se refiere a la condición de ser controlado por
un demonio. En el NT se describe de diversas maneras, como tener un espíritu
o demonio (Mr. 9:17; Lc. 8:27), tener “ un espíritu inmundo” (Mr. 3:30), o
“ espíritu de demonio inmundo” (Lc. 4:33). El verbo griego más común que
describe esta condición es daimonizōmai, que con más frecuencia se traduce
como “ ser poseído por un demonio”. Cuando se usa tal palabra, los efectos
descritos en las víctimas son severos (Mt. 15:23), hasta extraños (Mr. 5:2-5; Lc.
4:33) y una amenaza para la vida (Mt. 17:15), acompañado de una gran variedad
de enfermedades o aflicciones físicas. Los ejemplos incluyen mudez (Mt. 9:32),
ceguera y mudez (Mt. 12:22), demencia (Mr. 5:15; Cf. Jn. 10:20), y
convulsiones (Mt. 17:15; Lc. 9:42). 26

Posresurrección
Término que se usa para describir algo que sucedió después de la resurrección de
Jesús. 27

Postexílico/Postexilio (“después del exilio”)


Puede referirse a algo que sucedió en el período después del cautiverio de Judá y
de los 70 años de exilio en Babilonia, o al mismo período del exilio. 28

Primogénito (gr. prōtotokos, “primer nacido”)


Puede referirse al primer niño nacido a sus padres (Lc. 2:7,23), pero más a
menudo, cuando se aplica a Cristo, toma un sentido de privilegio especial,
rango, o estatus como el “ primogénito” dentro del contexto de una relación. 29
Por ejemplo, Jesús es “ el primogénito entre los muertos” en los cuales él fue el
primero en ser levantado permanentemente de los muertos (Ap. 1:5; Col. 1). Él
es “ el primogénito” en el mundo y “ de la creación” debido a su estatus único
como el Creador de aquel mundo (heb. 1:1-6; Col. 1:15-16).

Procurador
Título que se daba a un magistrado o administrador romano que sirvía como
principal funcionario de finanzas bajo un gobernador, o prefecto romano (lat.
praefectus). Sin embargo, después del tiempo del emperador Claudio (41-54
d.C.), el gobernador de una provincia más pequeña, que al principio se le llamó
prefecto, también se leconoció como procurador.
Reino de los cielos
El término “ reino” (gr. basileia) en esta frase habla de un reinado o gobierno
dinámico, en vez de un lugar (DBAG, 168). Por lo tanto el reino de Dios se
refiere al reinado activo de Dios, que Jesús vino a inaugurar con su vida, su
predicación, su ministerio, y su sacrificio, como el Mesías. Unos han querido
distinguir entre reino de Dios y reino de los cielos, pero las frases son
claramente paralelas y sinónimas en muchos versículos en Mateo y Marcos
(p.ej., Mr. 1:15 y Mt. 4:17; cf. 3:2). 30

Reino del Norte


Reino que se formó cuando las diez tribus del norte de Israel se separaron del
gobierno del hijo de Solomón, Roboam (1 R. 12), causando dos reinos. El
Reino del Norte se ha denominado de forma muy diversa como Israel (1 R.
12:16); Efraín, la tribu más grande (Is.7:17); o Samaria, su capital (1 R. 13:32).
El Reino del Sur se denomina como Judá, su tribu más grande (2 R. 23:27,28).
El Reino del Norte se caracteriza por no haber tenido rey piadoso. Éste cayó ante
los asirios y fue llevado en cautiverio en 722 a.C.. Véase también R EINO DEL
S UR.

Reino del Sur


Reino designado como tal cuando las diez tribus del norte de Israel se separaron
del gobierno del hijo de Salomón, Roboam (1 R. 12), lo que resultó en dos
reinos. El R EINO DEL NORTE se ha denominado de forma muy diversa como
Israel (1 R. 12:16); Efraín, la tribu más grande (Is. 7:17); o Samaria, su capital
(1 R. 13:32). El Reino del Sur consistía de dos tribus: Benjamín y Judá. Este
se llamó “ Judá” ya que era la más grande y prominente de las dos tribus (2 R.
23:27,28). Del Reino del Sur siguió la línea real de David. Su historia, a pesar
de sus siete31 reyes piadosos, estuvo marcada por la idolatría y la decadencia
espiritual. Éste cayó ante los babilonios y fue llevado en cautiverio en 586 a.C.

Río Éufrates
El río más grande en Asia occidental, una región conocida en la Biblia como
Mesopotamia. Este una vez marcó el límite del norte de Israel (Gn. 15:18; Dt.
11:24; Jos. 1:4). A lo largo de sus riveras se construyó la antigua ciudad de
Babilonia.

Rollos del Mar Muerto


Comunmente se refiere a los rollos descubiertos en 1947 en las cavernas cerca
del asentamiento arquelógico Qumram, que se encuentra en el extremo noreste
del Mar Muerto. Estos rollos, que suman 225, contienen muchos textos no-
bíblicos, pero también incluyen copias de cada libro de la Biblia hebrea con la
excepción del libro de Ester. Estos documentos son muy valiosos para la crítica
textual del AT porque preceden por más de mil años a los manuscritos más
completos del AT que ya se tenía. También nos dan una perspectiva de una
secta judía del primer siglo que generalmente se asocia con los ESENIOS (Wise,
M. O., DNTB, 252-266).

Romanos/Roma/Imperio Romano
Pueblo original del centro de Italia y que formó una confederación de ciudades
conocidas como Latium, de la que emergió el Imperio Romano, con Roma su
capital. Éste triunfó sobre Macedonia, Grecia (Acaya), y la provincia de Asia
antes del final del siglo II a.C. En 63 a.C. el general romano Pompeyo resolvió
una disputa dentro de la dinastía asmonea (véase A SMONEOS), y a partir de ese
tiempo ejerció dominio sobre la tierra de Israel. En los días de Jesús, los
romanos gobernaban el territorio desde el extremo occidental del Mar
Mediterráneo hasta el Río Éufrates (Ferguson, 19-30).

Saduceos
Secta religiosa judía del tiempo de Jesús, que se daban a conocer como linaje de
Sadoc, sumo sacerdote durante la monarquía de David. Su origen como secta es
incierto, pero al parecer surgió en el período postexílico del tiempo de Esdras.
Sabemos que ellos se opusieron a los fariseos durante la Dinastía Asmonea
(véase A SMONEOS). Como aristocracia sacerdotal, ejercieron un poderoso papel
en la política judía, sobre todo a través del Sanedrín, en el cual eran el partido
dominante. En los Evangelios, a menudo se los menciona junto con los fariseos
en su oposición a Jesús (p.ej., Mt. 16:1). A diferencia de los fariseos, ellos
rechazaban la doctrina de la resurrección (Mt. 22:23, cf. Hch. 23:7,8), además de
negar la existencia de ángeles y espíritus (demonios).

Samaritanos
Grupo étnico del tiempo de Jesús. Éstos eran descendientes de los israelitas del
norte que quedaron en el territorio después del exilio asirio de 722 a.C. El
matrimonio con extranjeros causó sincretismo en la adoración. En el período
postexílico los samaritanos no eran considerados verdaderos judíos, tanto en
cuanto a religión y raza. Por lo tanto, no se les permitió asociarse a los judíos
en la restauración del Templo (Neh. 4:7,8; cf. Esd. 4:1-3). Ellos decidieron
construir un templo rival en el Monte Gerizim, con sus propios sacerdotes, y
desarrollaron su propia versión del Pentateuco. Ellos eran tan despreciados en
los días de Jesús que los judíos no tenían trato alguno con los samaritanos (Jn.
4:9). Por extraño que parezca, para enseñar sobre el deber de amar al prójimo,
Jesús presentó a un samaritano como personaje protagónico de una de sus
parábolas (Lc. 10).

Sanedrín
Concilio gobernante de ancianos judíos, cuyo origen exacto es incierto. Unos lo
han relacionado con un consejo gobernante de ancianos del tiempo de Esdras
(Esd. 5:5,9; 7:7,14; 10:8 cf. Neh. 2:16; 4:14,19; 5:7). Otros, lo identifican con
e l gerousia (“ senado”) en el período griego, al cual se refiere Josefo
(Antigüedades, 12.3.3). El Sanedrín en los días de Jesús estaba formado por
fariseos, escribas, y saduceos, y presidido por el Sumo Sacerdote. Dentro del
Sanedrín los saduceos eran el partido dominante. Este concilio gobernante fue el
que juzgó, condenó, y entregó a Jesús a los romanos para su crucifixión (Lc.
22:66-71).

Seléucida
Término que describe lo relativo a la Dinastía Seléucida. Seleuco, un general al
mando de Alejandro Magno, dominó una parte del Imperio que incluyó Siria y
la mayor parte de Asia Menor (moderna Turquía), después de la muerte de
Alejandro.

Semítico
Describe a un miembro de cualquiera de los pueblos que habitaban el antiguo
sudoeste de Asia, incluyendo acadios, fenicios, hebreos, y árabes, también
describe las culturas e idiomas de estos grupos de pueblos. En las Escrituras
estos grupos son descendientes de Sem, uno de los hijos de Noé (Gn. 5:32).

Septuaginta (lat. septuaginta, “setenta”)


Traducción griega temprana del AT hebreo. Esta versión de las Escrituras judías
fue preparada y editada por eruditos judíos en los siglos III y II a.C., y más
tarde fue adoptada por los cristianos de habla griega. Si la antigua Carta a
Aristeas es certera, la obra comenzó bajo el patrocinio de Ptolemeo II (285-246
a.C.), con la traducción del Pentateuco por setenta eruditos judíos, de ahí el
nombre Versión de los Sesenta. Una designación común es LXX, el número
romano para setenta.

Shekina (heb. shekan, “residir o morar”)


No es un término bíblico sino una palabra hebrea que usaban los rabíes para
referirse al resplandor de la presencia de Dios que se manifestaba a Israel. Su
presencia generalmente tuvo que ver con “ la gloria” de Dios (heb. kabod)
revelada sobre todo (pero no exclusivamente) en el tabernáculo y el templo (Éx.
40:34,35; 1 R. 8:11; 2 Cr. 5:14; cf. Éx. 40:36-38).

Sinagoga (gr. sunagōgē)


La S EPTUAGINTA a menudo usa el término para una asamblea de Israel. Sin
embargo, antes del NT este se refirió a un edificio donde los judíos se reunían
con regularidad para la adoración, la educación, y la administración de asuntos
de la comunidad. Esta probablemente nació durante el Exilio. Israel, privado de
su templo, buscó solidaridad al reunirse con regularidad y centrar su vida
religiosa en torno a la oración, la adoración, y el estudio de las Escrituras. En
tiempos del NT se construía sinagogas doquiera había judíos. En los viajes
misioneros de Pablo, a menudo él visitaba las sinagogas (Hch. 13:14; 14:1;
17:1,10). Lucas nos dice que Jesús acostumbraba asistir a servicios de la
sinagoga el día sábado (Lc. 4:16) (C. Feinberg, NBD, 1227-29).

Sincretismo/sincretista
Mezcla de formas diferentes de creencia o práctica de dos o más religiones. Un
ejemplo bíblico clásico de sincretismo es Israel en la adoración del becerro de
oro (Éx. 32:4-8). (Es muy probable que el becerro fuera realmente un toro, una
imagen idólatra prestada de la adoración de uno de los muchos dioses de Egipto
[p.ej., Ápis, Mnevis, u Horus].) De las palabras de Aarón en Éx. 32:4,5, parece
claro que Israel no sustituyó al Señor (Yahweh) por un dios extranjero, sino que
procuró adorar al Dios de su liberación a través de este ídolo.

Sion
Nombre que designa tanto a Jerusalén como al monte (meseta elevada) donde fue
construida la ciudad y el Templo. En la Biblia, Sion tiene relación con el pacto
davídico (2 S. 5:7; 1 R. 8:1), sirve como símbolo de la presencia de Dios (Sal.
9:11), su señorío sobre Israel y las naciones (Sal. 2:6; 48:2; cf. Mt. 21:5; Jn.
12:15; Sal. 2:8), la fuente de salvación (Sal. 9:14; 14:7), el origen del Mesías-
Salvador de Israel (Zac. 9:9; Ro. 9:33; 11:26,27), y el lugar desde donde el
conocimiento de Dios llenará la tierra (Is. 2:2,3; Mi. 4:1,2). (Véase PDBS,
126.) Al establecer un contraste entre Jerusalén y el Monte Sinaí, Pablo
considera al Monte Sion como el lugar donde Dios ha establecido el nuevo
pacto (Gá. 4:24-31).

Terafín
Probablemente se refiere a pequeños objetos o estatuillas. Ellos aparecen a través
de a historia bíblica de Israel. Se traduce como “ imágenes” o a veces como
“ dioses.” Más a menudo aparece en contextos asociados con la idolatría: el
santuario idólatra de Micaía (Jue. 17:5-18:30), con la idolatría de Labán (Gn.
31:19), con la adivinación (Ez. 21:21), y con prácticas israelitas que son
condenadas (1 S.15:23; 2 R. 23:24).

Testamento (véase PACTO)

Trans-Éufrates
Término que describe la posición de Palestina en tiempo de Esdras y Nehemías.
Significa “ a través del Éufrates”. Éste muestra la perspectiva de uno que observa
desde Babilonia hacia Jerusalén. Normalmente, los judíos pensarían de
Babilonia como ubicada “ más allá del río” (Éufrates), pero Esdras y Nehemías,
observando desde Babilonia, se refieren a Judá y Palestina como “ del otro lado
del río”(Esd. 4:10,11,16,17,20; Neh. 2:7,9).

Urim y Tunim
Objetos se conservaban en el pectoral del Sumo Sacerdote (Éx. 28:30; Lv. 8:8)
con los que él “ consultaba a Jehová” para obtener consejo divino (Nm. 27:21; 1
S. 28:6). Algunos han sugerido que éstos eran objetos que podrían ser lanzados
como suertes en un recipiente, y que arrojarían una respuesta positiva o negativa
(J. Motyer, NBD, 1306). Sin embargo, tal interpretación no armoniza con otros
pasajes donde también se usan el Urim y Tunim. 32 Parece sabio concluir que la
Escritura no nos da suficientes detalles para saber con seguridad lo que éstos
eran, y cómo se usaron.

Zelotes (gr. zēlōtēs)


Personas que participaron en una violenta rebelión política contra Roma en
tiempos de Jesús. El nombre posiblemente deriva de la historia del celo de
Finees por el Señor (Nm. 25:1-11). Josefo menciona al grupo en relación con la
Guerra Judía de 66 d.C. 33 En los Evangelios, Simón el Cananista (Mt. 10:4;
Mr. 3:18) era un zelote (Lc. 6:15; Hch. 1:13). Los zelotes creían que no se debía
pagar impuestos a Roma (Mt. 22:17) porque sólo Dios era el Señor y la
proclamación de César de ser el Señor era para ellos intolerable. Los sicarios
eran una rama radical de los zelotes, que estuvieron implicados en asesinatos y
terrorismo contra aquellos que apoyaban a Roma. Finalmente, su rebelión
condujo a la Guerra Judía de 66-73 d.C., y la destrucción del Templo en 70
d.C.

Teología Bíblica (AT y NT)

Amilenialismo
Creencia de que el reinado terrenal de Cristo de mil de años no debe entenderse
literalmente. En cambio, esta prefiere una interpretación simbólica del milenio,
como el reinado de Cristo en el cielo durante la era de la Iglesia. Se entiende
que la segunda venida de Cristo ocurre al final de la historia. Frecuentemente, de
las dos resurrecciones en Apocalipsis 20, sólo la segunda se considera una
resurrección corporal, la primera comúnmente se ve como una referencia al nuevo
nacimiento. 34 Esta perspectiva es contrastada con el P REMILENIALISMO, que
entiende el reinado terrenal de Cristo por mil años como literal, y posterior a la
revelación de Cristo en su segunda venida. El amilenialismo muestra
semejanzas con el P OSMILENIALISMO, que rechaza el milenio como un reinado
literal de Cristo por mil años sobre la tierra. Antes bien, éste cree que el reinado
milenario de Cristo comenzó con la primera venida de Cristo y seguirá durante
la era de la Iglesia hasta que el mundo sea convertido, después de lo cual Cristo
volverá literalmente.

Anticristo (gr. antichristos, “contra [o “en vez de”] Cristo”)


En el NT, el apóstol Juan usa cinco veces el término griego. Éste con más
frecuencia describe el carácter espiritual y contenido de la predicación de aquellos
que se oponen a la verdad del evangelio, en particular cuando esto se relaciona
con la identidad de Cristo como el Mesías y el Hijo de Dios encarnado (1 Jn.
2:22,23; 4:3; 2 Jn. 1:7). Pero el uso por parte de Juan de este título también
señala a un personaje en particular (1 Jn. 2:18; 2 Jn. 1:7) cuya oposición a
Cristo al final del tiempo hace que se lo identifique fácilmente con el “ inicuo”
(2 Ts. 2:8) y la “ bestia” (Ap. 17:8) quién hace guerra contra el Cordero durante
la Tribulación.

Antinomiano (gr. anti, “contra”;nomos, “ley”)


Término que se usa para describir la doctrina de algunos en la iglesia primitiva
que creían que por estar los cristianos bajo la gracia y no bajo la ley, no tenían
obligación alguna de guardar las normas morales de la ley de Dios. Esta opinión
condujo a la herejía práctica del “ libertinismo”. Aquí, la comprensión de la
libertad en Cristo es tan radical que trivializa el fracaso moral, y fomenta los
pecados de la carne. Pablo estaba consciente de tales ideas antinomianas en la
iglesia, y habló contra ellas en pasajes como Ro. 6:1-11 y Gá. 5:1-13. 35

Apologista (gr. apologia, “defensa”)


Uno que hace una defensa razonada de la fe cristiana ante los incrédulos.
Apologia en el griego secular era un término legal, y se refiría a la defensa de
una persona o posición; el verbo apologeisthai significa defender, justificar, dar
razón de, o una respuesta. Este sentido de apología se encuentra en referencia a
la defensa de Pablo ante los magistrados romanos y sus opositores (Hch. 22:1; 1
Co. 9:3; 2 Ti. 4:16). También se usa en contextos donde el evangelio es
presentado (Fil. 1:7,16; 2 P. 3:15). 36

Apostasía (gr. “permanecer alejado de”)


Denota un abandono, abuso de confianza, o rebelión contra un sistema o
autoridad establecido (BDAG, 120). En la Biblia se usa para describir una
rebelión contra Dios y una defección de su verdad, ambos en el AT (Jos. 22:22;
2 Cr. 29:19) y en el NT (Hch. 21:21; 2 Ts. 2:3). Debido a diversos
compromisos teológicos y presuposiciones, hoy se debate la definición de
apostasía. Los católicos romanos tienden a verla como el abandono “ de la
iglesia verdadera”, Roma. Los calvinistas, que enseñan la doctrina de la
seguridad eterna (véase P ERSEVERANCIA DE LOS SANTOS), lo ven como un
rechazo de la verdad por parte de aquellos que nunca fueron realmente creyentes
(véase C ALVINISMO). Los arminianos (véase A RMINIANISMO) lo definen como
el desprecio de la salvación por parte de algunos que la habían experimentado
una vez (PDTT, 14).

Arrebatamiento (véase también Venida del Señor)


Acontecimiento que se identifica con la segunda venida de Cristo, que Pablo
presenta en 1 Ts. 4:13-17. En él hay una resurrección de los cre-yentes que han
muerto. Ellos, junto con aquellos cristianos que permanecen vivos en su Venida
(gr. parousia), son arrebatados en las nubes para encontrar al Señor. A menudo
en la Iglesia se lo denomina la “ esperanza bienaventurada” (Tit. 2:13; 4:13).

Arrepentirse/arrepentimiento (gr. metanoeō o metanoia)


El cambio completo de mente y afectos de uno, al alejarse del pecado para
volverse a Dios. En el contexto de la salvación, el arrepentimiento es tanto lo
que la gente es llamada a hacer en su respuesta a Dios (Mr. 1:4; 6:12) como
asimismo lo que Dios les concede (Hch. 11:18) por la predicación del
evangelio.
Bautismo (gr. baptismos, “zambullida, inmersión”)
Sacramento cristiano37 que conlleva el uso ritual del agua, que en el NT
marcaba la recepción de la liberación por parte de Dios del pecado, o la
salvación en Cristo (Hch. 2:38,40), y la incorporación del creyente como
miembro del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:13). El bautismo se practica de
diversas maneras en la iglesia de hoy (inmersión, aspersión), y se debate su
significado. 38 Sin embargo, el NT enseña claramente que el bautismo representa
nuestra identificación con Jesucristo y la participación en su muerte y
resurrección, y testifica de los efectos salvíficos de tal unión (Ro. 6:3-10; cf.
Col. 2:11,12).

Bautismo en el Espíritu Santo


La expresión se usa para referirse a la experiencia espiritual anunciada cuatro
veces por Juan el Bautista (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; Jn. 1:33) y una vez por
Jesús mismo (Hch. 1:5). El AT anticipa esta experiencia en numerosas
promesas de restauración espiritual dadas a Israel, que incluyen un
derramamiento del Espíritu. 39 El cumplimiento de estas predicciones ocurrió en
Pentecostés. Hechos se refiere a él mediante varias descripciones diferentes. 40 La
evidencia del NT presenta esta experiencia como una investidura de poder del
Espíritu (Lc. 24:49; Hch. 1:8) que experimentan los creyentes para el servicio y
el testimonio cristiano. 41 El testimonio de Hechos presenta el hablar en lenguas
(gr. glossalalia) como evidencia externa que acompaña esta experiencia. 42

Carismático (véase también Carismáticos)


De la palabra griega charisma, que se refiere a una capacitación de gracia o
“ don” del Espíritu (cf. 1 Co. 12:4). Como adjetivo, carismático habla de algo
que se relaciona con o expresa el otorgamiento de poder del Espíritu Santo a la
vida de la iglesia o del creyente lleno del Espíritu (Arrington, 85,116,471).

Cristocéntrico
Perspectiva teológica que sitúa a Cristo en el centro de su enfoque. Por ejemplo,
los discursos en los Hechos, como los registró Lucas, son cristocéntricos por su
énfasis en Cristo como Mesías de Dios y agente de la salvación.

Escuela Historicista (véase A POCALIPSIS, cp. 5)

Gran Tribulación
Período de tres años y medio (1260 días, Ap. 11:3; 12:6; cf. Dn. 12:11) del
gobierno del A NTICRISTO en la tierra antes de la revelación pública y universal
de Cristo en su segunda venida (Mt. 24:29,30; Ap. 19:11-21). Este es un
período de tribulación y sufrimiento sin precedentes (Mt. 24:21) durante el cual
la ira de Dios cae sobre el mundo en las plagas de Apocalipsis 6-18.

Hamartología (gr. harmartia, “pecado”)


Las enseñanzas (doctrina) de la Biblia respecto al pecado: su origen, su
naturaleza, sus efectos, y sus consecuencias para la humanidad. Véase P ECADO.

Herejía (gr. hairēsis, “secta” o “herejía”)


Puede referirse a una secta religiosa como sucede en Hch. 24:14. Sin embargo,
el término se usa más comúnmente para referirse a una enseñanza falsa que no se
conforma a los estándares aceptados y autoritativos de una comunidad religiosa
(Elwell y Yarbrough, 398). En cuanto al cristianismo del NT, la herejía sería
cualquier enseñanza que contradice las creencias principales del evangelio
apostólico y la doctrina esencial de la fe cristiana (cf. P ADRES APOSTÓLICOS).

Hijo de David
Frase que significa “ descendiente de David”. Este se convirtió en un título para
el MESÍAS judío, probablemente al asociarlo con el pacto davídico, y la promesa
de Dios de establecer un reino eterno a través de uno de sus descendientes (2 S.
7:8-16). 43 La expectativa mesiánica de los judíos fue que el Mesías sería un
descendiente de David (véase Is. 11:1-2, 11; cf. Hch. 13:22,23; Ro. 15:12).

Hijo del Hombre


El título favorito de Jesús para referirse a sí mismo. Este tiene más de un
sentido y asociación en la historia de Israel. Ezequiel lo usó para sí mismo
como agente-profeta que se identifica con la humanidad (Ez. 2:2,3,6,8). La frase
hebrea (ben adam) podría servir como un modo indirecto de referirse a “ un
hombre” (Jer. 50:40). Finalmente, Daniel usa el título para referirse a un Hijo
del Hombre divino y superior, a quien se concede el dominio por parte de Dios,
y un reino eterno que nunca será destruido (Dn. 7:14). Es este uso último que
otorgó al título sus alusiones mesiánicas. De una extraña manera, la iglesia de
posresurrección no lo usó como un título cristológico (véase C RISTOLOGÍA),
sino que prefirió títulos menos ambiguos.

Ley Mosaica
Se refiere al cuerpo de instrucción y leyes que Dios dio a Moisés para Israel, y
que registra el Pentateuco. Véase T ORAH.

Media-Tribulación (véase PRETRIBULACIÓN y POSTRIBULACIÓN)


Creencia de que el arrebatamiento de la Iglesia descrito en 1 Ts. 4:13-17 ocurrirá
en la mitad (tres años y medio) de los siete años de la T RIBULACIÓN y justo
antes de la GRAN TRIBULACIÓN. (véase también T IEMPO DE ANGUSTIA PARA
JACOB). Esta última se identifica como el derramamiento de la ira de Dios de la
cual la iglesia es librada44 (Erickson, 1230).

Milenio
Período de mil años que se menciona en Ap. 20:2-6, después de la venida de
Cristo con sus santos para reinar sobre la tierra y establecer su reino. Este reino
se caracterizará por la justicia, la paz, y la prosperidad. En gran medida la
naturaleza del Milenio la determina la visión particular de alguien respecto al
milenialismo. Véase A MILENIALISMO, P OSMILENIALISMO, y
P REMILENIALISMO. 45

Pacto (heb. berith, gr. diathēkē)


Básicamente denota un acuerdo solemne entre dos partes que expresa las
promesas, los compromisos, y las obligaciones de una o ambas partes. 46 El
término se usa reiteradamente en la Biblia para expresar la iniciativa soberana de
Dios en el establecimiento de una especial relación con una persona o su pueblo,
convirtiéndolo en uno de los conceptos más importantes en la teología bíblica.
En el AT se encuentra varios pactos que se asemejan a dos tipos principales de
pactos en el antiguo Oriente Cercano: (1) El pacto de concesión real se refiere al
compromiso soberano e incondicional de un rey para con un súbdito fiel. 47 (2)
El pacto de vasallo señorial se refiere a un rey poderoso que promete su
provisión y protección a uno de sus reyes vasallos, a cambio de lealtad y
obediencia absoluta a los términos del pacto. 48 El NT amplía el uso del término
para referirse a una “ voluntad final” o “ testamento” que entrega una herencia
(He. 9:15-22).

Pecado
Puede resumirse como cualquier falta de conformidad a o violación de la
naturaleza de Dios y su voluntad revelada. La Biblia tiene numerosos términos
que sirven para definir o describir la naturaleza de pecado. 49 La palabra griega
del NT que con más frecuencia se traduce como “ pecado” es hamartia, que
describe “ errar el blanco” no alcanzar los estándares de Dios en cuanto a
perfección moral (véase Ro. 3:23). En el lado relacional, pecado es el fracaso de
poner la fe en Dios y confiar en él, y obedecer a su voluntad (Stg. 4:17; Ro.
14:23). Así, desde una perspectiva bíblica, el pecado describe la condición de la
humanidad caída y de cada pecador; esto incluye no sólo lo que uno hace sino
también lo que uno es (PDTT, 107).

Pecado imperdonable
Término tomado del encuentro de Jesús con los fariseos cuando ellos lo
acusaron de asociación con Beelzebú para expulsar los demonios (Mr. 3:22).
Jesús les informó que ellos blasfemaban contra el Espíritu Santo, y dijo “ pero
cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino
que es reo de juicio eterno” (Mr. 3:29). Aunque es tentador identificar este
pecado como algo específico, la interpretación cuidadosa de este pasaje y sus
registros paralelos indica que Jesús no describe un incidente aislado de pecado,
sino una condición espiritual presente por mucho tiempo que ha alcanzado un
estado final de ceguera espiritual. 50
Postribulación (véase M EDIA-TRIBULACIÓN y PRETRIBULACIÓN)
Postura que sostiene que el ARREBATAMIENTO de la Iglesia que se describe en 1
Ts. 4:13-17 ocurrirá después de los siete años de Tribulación. Este período se
identifica como la semana setenta (es decir, de años) de Daniel (Dn. 9:25-27) e
incluye los tres años y medio de la GRAN TRIBULACIÓN (véase también T IEMPO
DE ANGUSTIA PARA JACOB). Los postribulacionistas ven la segunda venida de
Cristo como un acontecimiento al final de la T RIBULACIÓN. Aunque la Iglesia
es salvada de la ira de Dios (1 Ts. 1:10), no es librada de la tribulación, que
esta soportará victoriosamente (Mt. 24:9-13). 51

Posmilenialismo
Posición acerca del MILENIO (Ap. 20) que rechaza la noción de un futuro reino
literal de Cristo por mil años sobre la tierra. Ésta posición sostiene que el
reinado milenario de Cristo comenzó con su primera venida, al establecer su
reino espiritual en el corazón del hombre. Este reinado sigue hasta hoy y no
debe esperarse otro futuro reinado de Cristo. La predicación del evangelio, la paz
y la justicia prevalecerán y el mal será sometido. Finalmente, cuando el
evangelio tenga su impacto pleno en el mundo, Cristo volverá.

Pretribulación
Postura que afirma que el arrebatamiento de la Iglesia que se describe en 1 Ts.
4:13-17 sucederá antes de los siete años de la T RIBULACIÓN. Este período se
identifica como la semana setenta (es decir, de años) de Daniel (Dn. 9:25-27) e
incluye los tres años y medio de la GRAN TRIBULACIÓN (véase también T IEMPO
DE ANGUSTIA PARA JACOB). Los pretribulacionistas ven la segunda venida de
Cristo en dos partes: el ARREBATAMIENTO, en el cual Cristo viene para arrebatar
a su Iglesia, y la revelación de Cristo, en el cual Él viene a la tierra con sus
santos para traer juicio sobre el mundo (Ap. 19). 52

Premilenialismo (véase también A MILENIALISMO)


Posición acerca del MILENIO que entiende el reinado terrenal de Cristo por mil
años, que se menciona en Ap. 20:2-6, como literal y físico. El cual será
precedido por un período terrible de tribulación (véase T IEMPO DE ANGUSTIA
PARA JACOB) antes de la revelación de Cristo en su segunda venida. 53 Las dos
resurrecciones mencionadas en Ap. 20 se consideran resurrecciones físicas, que
se sugieren en pasajes como Dn. 12:2 y Jn. 5:29.

Preterismo (véase A POCALIPSIS, PRETERISTA, cap. 5)

Restitución
Un principio de justicia que habla de la compensación de un mal que se
cometió. La instrucción mosaica en el AT prescribe diversos grados de
restitución, según la clase de mal que se cometió o la herida que se sufrió (véase
Éx. 22:1-6; Lv. 6:5; Nm. 5:7; cf. Éx. 21:22-36). Un ejemplo clásico de
restitución en el NT se halla en el caso de Zaqueo, cuyo encuentro transformador
con Jesús causó un deseo de devolver cuadruplicado (Lc. 19:8) lo que había
obtenido a través de fraudes (W. R. Thompson, BDT, 451).

Resurrección (gr. anastasis)


En teología el término no se refiere a una resucitación física de la muerte, que
sucede tanto en el AT (1 R. 17:23) como en el NT (Mr. 5:42). El término con
mayor seguridad se refiere ya sea a la resurrección de Jesús (Mt. 27:53) o a un
acontecimiento escatológico (Mt. 22:23-31) en que los muertos, tanto justos
(Lc. 14:14) como impíos son resucitados a vida eterna o para recibir el juicio
eterno de Dios (Jn. 5:29; cf Dn. 12:2). Ap. 20 habla de dos resurrecciones, “ la
primera resurrección” a principios del MILENIO (Ap. 20:4) y una segunda
resurrección después de éste (véase Ap. 20:7-15).

Retribución
Se refiere a un aspecto de la justicia que decreta el castigo por una maldad. En el
AT, por ejemplo, la pena de muerte es el justo castigo del homicidio (Nm.
35:33). Respecto a la salvación, la muerte de Cristo es al mismo tiempo una
expiación misericordiosa y la obra de justicia divina que provee retribución por
el pecado (Ro. 3:25-26) (Ockenga, BDT, 454).

Sacrificio
Acto de ofrecer algo a Dios. En el AT muchas ofrendas fueron prescritas como
medio de adoración, y para mantener o restaurar la comunión con Dios (véase
Lv. 1-7). En todas excepto una de aquellas ofrendas (ofrenda de grano) se
sacrificaba un animal y su sangre era derramada. La ofrenda de expiación por el
pecado o culpa, en particular (Lv. 4:1-5:13), enseñó a Israel la verdad de que la
sangre es necesaria para que haya expiación (heb. kaphar, “ cubrir”) por el
pecado y que sin el derramamiento de sangre no hay perdón (Lv. 17:11; cf. He.
9:22). Esto señaló de antemano a Cristo, el “ Cordero de Dios” (Jn. 1:29), quién
no sólo cubriría los pecados, sino que los quitaría.

Salvación (heb. yeshuah/yesha; gr. soteria)


Término muy amplio que expresa las ideas de liberación, rescate, o preservación
de circunstancias peligrosas. Teológicamente el término se refiere a la acción de
la gracia de Dios al librarnos del pecado y su castigo de muerte, y ofrecernos
vida eterna al confiar en su Hijo, Jesucristo, como nuestra ofrenda por el pecado
(Jn. 1:29).

Salvífico
Adjetivo que designa algo en su relación con la salvación, que tiene el poder de
salvar o redimir, o tiene la salvación como su objetivo. Por ejemplo, los
Evangelios contienen un mensaje salvífico para toda la humanidad.

Santos (heb. qadosh, gr. hagioi, “santos”)


Usado extensamente en la Biblia para designar al pueblo santo de Dios o
consagrado a Él: Israel en el AT y los creyentes cristianos en el NT. Este es uno
de los títulos favoritos de Pablo para dirigirse a los cristianos en las iglesias. En
el NT el término no connota una condición de elite espiritual ni un grupo de
cristianos, mas bien se usa para referirse a todos los seguidores de Cristo.

Segunda muerte
Apocalipsis 20 habla de dos resurrecciones, “ la primera resurrección” a
principios del MILENIO (v. 5) y una segunda resurrección después del Milenio
(véase vv. 7-15). Después de la segunda resurrección quienes resuciten son
juzgados, y aquellos cuyo nombre no se encuentre en el “ libro de la vida” son
lanzado al lago de fuego. “ Esta” dice Juan, “ es la segunda muerte” (v. 14).

Segunda Venida (véase VENIDA DEL SEÑOR)

Setenta semanas
Frase que ocurre sólo en Dn. 9:24, en una oscura visión profética. El hebreo
literalmente lee “ setenta sietes”, pero ya que el contexto es uno de secuencia
histórica, la mayoría de los eruditos ven los “ sietes” como referencia a semanas.
Siendo así, el versículo identifica un período de 490 años que se decreta para
Israel, en el cual el Mesías llevará a cabo seis objetivos: “ para terminar la
prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia
perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”. El
comienzo de este período se establece claramente como el decreto para restaurar
y reconstruir Jerusalén. Después de 69 semanas (62+7), el Mesías (lit. “ el
Ungido”), gobernador, viene (v. 25) y es “ quitada” su vida (es decir, muerto).
Ya que la semana setentea que se menciona en v. 27 tiene relación con “ la
consumación”, y con guerra y desolación, algunos eruditos ven aquí una
referencia al período de siete años de tribulación que precede a la segunda venida
de Cristo (Mt. 24:29,30; Ap. 19:11-21).

Tiempo de angustia para Jacob


Tiempo de intenso sufrimiento y persecución para Israel predicho por Jeremías
(30:5-7), al que lo sigue un día de liberación. Aunque Jeremías parece tener en
su perspectiva profética la restauración de Judá del exilio (Jer. 30:8,18), la
descripción del tiempo de angustia se asemeja a un futuro tiempo de tribulación
que anunció Jesús (Mt. 24:21). 54 Si Jeremías está profetizando de la misma
tribulación que Jesús, la angustia de Jacob se refiere al período de tres años y
medio conocido como la GRAN TRIBULACIÓN y que se menciona en Apocalipsis
6:17(cf. Ap. 11:3; 12:6).

Torah/Ley Oral
Otro modo de referirse a la tradición oral judía detrás de la MISHNA (cap. 2),
compilación escrita de la ley oral y ordenada por temas. Hay sesenta y seis
tratados o ensayos, agrupados en seis divisiones: la santidad de la tierra de
Israel, la santidad del tiempo, la santidad de vida de familia, la santificación de
la propiedad, el lugar santo, y los límites de la santidad.

Transgresión (heb. pesha; gr. paraptōma)


Uno de los muchos términos bíblicos para P ECADO. Este describe el pecado
como una violación de la leyes y mandamientos de Dios (1 Jn. 3:4). El término
hebreo expresa la idea de un acto deliberado y rebelde. La palabra griega implica
una violación de una norma moral conocida, como en el caso del pecado de
Adán (Ro. 5:15-20) (DBAG, 770).

Tribulación (véase TIEMPO DE ANGUSTIA PARA JACOB)

Venida del Señor (véase también A RREBATAMIENTO)


Expresión estrechamente asociada con “ el día del Señor” en el AT, un día de
visitación divina para liberación y sanidad (Is. 30:26) o juicio y destrucción (Jl.
1:15), o ambos (Is. 61:2). En el NT esto se refiere más a menudo a la segunda
venida de Cristo al final de esta era (Mt. 24:3). La palabra griega parousia
significa “ llegada”, “ arribo”, o “ presencia” y puede referirse tanto al retorno de
Cristo que reúne a los creyentes en el llamado arrebatamiento (1 Ts. 4:15; 2 Ts.
2:1) para liberación, así como a la revelación de Cristo que causa la victoria final
sobre Satanás (2 Ts. 2:8,9; cf. 1 P. 1:13).

Vicario
Describe algo que una persona realiza o sufre como sustituto de otra, o en su
lugar. El término a menudo se usa en la teología cristiana para describir la
naturaleza sustitutiva de la muerte de Jesús en la cruz, que nos libera del castigo
por los pecados. En el AT, el sacrificio ritual de un macho cabrío, y la
liberación de otro que era enviado al desierto presenta un cuadro de la naturaleza
vicaria de la ofrenda por el pecado (Lv. 16).

Ya, pero todavía no


Expresión teológica que describe la existencia del creyente desde una ventajosa
posición escatológica. Con la venida de Cristo y la provisión de salvación por
parte de Dios, una nueva era ha nacido. Esta era se menciona como el eschaton,
o la época del tiempo del fin de la historia de la redención, cuando Dios
cumplirá sus promesas de salvación anunciadas en el AT (véase Hch. 2:17). La
expresión aquí pertenece en gran medida a una perspectiva paulina de lo que se
conoce como “ escatología inaugurada”. Es decir que con la primera venida de
Cristo el creyente ha sido transferido a la edad por venir. La condición del
creyente a menudo se describe desde la perspectiva divina de lo “ ya” consumado
en Cristo. Sin embargo, debido a que la redención “ todavía no” se ha realizado
completamente sino hasta que Cristo aparezca en su segunda venida (véase
P AROUSIA) y se produzca la resurrección de los creyentes, los escritores del NT
pueden presentar la condición del creyente como en progreso o en espera de su
plenitud.

Si alguno destruy ere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual
sois vosotros, santo es —1 Co. 3:17
Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro
Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos —1 Ts. 3:13

Yahweh Yireh (“Yahweh provee”, también Jehová Jireh)


Expresión hebrea que representa la fidelidad de Dios en el suministro de un
carnero como un sacrificio sustitutivo a favor de Isaac (Gn. 22:8-14). Abraham
llamó a la ubicación de la montaña de aquel sacrificio “ Jehová proveerá.” Véase
VICARIO.

Teología histórica y sistemática

Adopción (gr. huiothesia, “adopción”)


Acto de gracia de parte de Dios por el cual él toma a pecadores extraviados y los
adopta en su familia, haciéndolos sus hijos y herederos de una herencia eterna en
el cielo (He. 9:15; 1 P. 1:4). 55 Esta adopción se concede a aquellos que creen en
Cristo (Jn. 1:12; cf. Jn. 3:15,16), los que nacen otra vez por el Espíritu (Jn.
3:5,6) y han recibido “ el Espíritu de adopción” (Ro. 8:15,16), que es las arras,
promesa y sello de su futura herencia (Ro. 8:23; Ef. 1:13,14; 4:30).

Arminianismo
Sistema de teología que recibe su nombre de Jacobo Arminio, un teólogo
holandés del siglo dieciséis. Arminio desarrolló su teología mayormente en el
debate con los calvinistas respecto a la doctrina de la predestinación, rechazando
la enseñanza de que la gente es incondicionalmente predestinada para salvación o
condenación. 56 En cambio, Arminio creyó que Dios considera la libertad
humana en el proceso y apropiación de su don gratuito de la salvación (J.
Grider, BDT, 51). La gracia de Dios permite que el hombre se arrepienta y crea.
Aunque él no negó totalmente la predestinación del ser humano, sí creyó que el
fundamento de ésta es la presciencia de Dios de lo que los individuos libremente
decidirían. Además, ya que la salvación se recibe libremente, de la misma
manera puede perderse por incredulidad y desobediencia, una noción que no es
propia de Lutero ni de Calvino (PDTT, 15). Véase también C ALVINISMO.

Calvinismo
Sistema de teología que recibe su nombre de Juan Calvino (1509-64), un
reformador francés y posiblemente el mayor teólogo y erudito bíblico de la
R EFORMA. La teología de Calvino, expuesta en sus Institutos de la religión
cristiana, enfatizó la soberanía de Dios al grado que el ser humano no cumple
parte alguna en el proceso de apropiarse de la oferta de la salvación por la gracia
de Dios. En cambio, la salvación de la personas tiene como base el decreto
divino de Dios que decidió elegir y predestinar a unos para salvación y a otros
para condenación. El calvinismo es el desarrollo formal de la teología de
Calvino por parte de sus sucesores. Fue articulado por el Sínodo de Dort (1619)
y resumido en cinco doctrinas interdependientes: la depravación total, la
elección incondicional, la expiación limitada, la gracia irresistible, y la
perseverancia de los santos (Taylor, BDT, 85-88). Véase también JUAN
C ALVINO.

Canon Muratorio
Antigua lista de libros del NT, llamado así debido a su primer redactor,
Ludovico Muratori. Hay discrepa respecto a su fecha de redacción, 57 pero la
mayoría de los eruditos la ubican alrededor del 170 d.C. Con toda probabilidad,
fue compilado para proporcionar una lista ortodoxa que contrastara con la lista
que produjo MARCIÓN, que contenía sólo el evangelio de Lucas y diez cartas de
Pablo.

Carismáticos
Los creyentes en el movimiento carismático, que comenzó en EE.UU. alrededor
de 1960 entre las iglesias cristianas históricas. El término viene de la palabra
griega charismata, que se refiere a los “ dones del Espíritu” (cf. 1 Co. 12:4), que
los carismáticos creen que la iglesia debe experimentar hoy. Estos dones son
vistos como parte de la vida cristiana llena del Espíritu, y disponibles a través
del bautismo en el Espíritu Santo. El bautismo en el Espíritu es una experiencia
cristiana distintiva que sigue a la conversión, en la que el creyente es sumergido
en la presencia y poder del Espíritu Santo. Los carismáticos se diferencian de los
pentecostales clásicos no en cuanto a la naturaleza y práctica de la lenguas (gr.
glosolalia), sino sobre su significado en relación con el bautismo en el Espíritu.
Los carismáticos generalmente ven las lenguas como una de muchas evidencias
que acompañan la plenitud del Espíritu, mientras que los pentecostales las ven
como la evidencia externa inicial de que un creyente ha sido bautizado en el
Espíritu Santo (J.R. Williams, EDT, 204-208).

Cristiandad
Puede referirse a la religión del cristianismo en sí, o aquella parte del mundo
donde el cristianismo prevalece o ejerce una gran influencia.

Cristología (gr. Christos, “ungido”;logos, “palabra”)


Término usado en teología para denotar el estudio doctrinal dedicado a la
persona y la obra de Jesucristo. Este incluye su identidad y todos los aspectos
de su naturaleza divina y humana antes, durante, y después de su encarnación, y
el significado de su vida, muerte, y resurrección en el plan de Dios para la
salvación del mundo.

Deísmo (también deísta, deístico)


Creencia que afirma que aunque Dios creó el mundo, lo hizo de tal manera que
fuera autónomo. Es decir, Dios no apoya providencialmente su creación,
tampoco interviene para alterar las leyes que lo gobiernan. Esta creencia deriva
de una filosofía de la religión del siglo XVIII, que enfatizó la religión natural
dirigida por la razón (cf. R ACIONALISMO), no por una apelación a la
R EVELACIÓN divina (como en en las Escrituras) (PDAP, 32).

Depravación
Término teológico que se refiere al estado de corrupción moral y espiritual. Esta
condición se emuestra en la humanidad en la tendencia de pecar. La doctrina
calvinista de la depravación total sostiene que debido al pecado original cada
parte de la naturaleza humana se corrompió, de modo que ningún ser humano es
capaz de conocer u obedecer a Dios, o capaz de hacer nada que aseguraría la
salvación personal (PDTT, 37).

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? —Jer. 17:9

Dialéctica
La existencia de ideas o posiciones opuestas o contradictorias dentro de un
sistema racional de pensamiento, razonamiento o argumentación. 58 Tal sistema
por lo general procura resolver el conflicto. En la teología se crea a veces una
tensión dialéctica cuando el lenguaje humano o experiencia no tienen términos
adecuados para explicar racionalmente el misterio divino, p.ej., la
ENCARNACIÓN.

Dispensacionalismo (gr. oikonomia, “administración de la


casa”)
Sistema teológico que procura entender la historia de la salvación como está
revelada en la Biblia. Este ve a Dios como ejecutando su plan progresivamente
durante períodos sucesivos o dispensaciones (p.ej., inocencia [Huerto de Edén],
conciencia humana [desde la Caída hasta el Diluvio], gobierno humano [desde el
Diluvio hasta Abraham]). Aunque el objetivo primordial de restaurar el reino de
Dios permanece singular y el medio de salvación permanece el mismo (por
gracia, a través de la fe), los términos de obediencia y el modo que Dios trata
con la humanidad se diferencian en cada dispensación. El dispensacionalismo
también es comúnmente identificado como un modo de interpretar las
Escrituras. Este enfatiza la interpretación literal de las Escrituras, sobre todo de
la profecía. Teológicamente sobresale por su compromiso con el
P REMILENIALISMO (véase también A MILENIALISMO) y el sostener un diferencia
eterna entre Israel y la Iglesia.

Eclesiástico (gr. ecclesia, “iglesia/asamblea”)


Relacionado con la iglesia, su clero y ministerio, como una institución
establecida. En la teología la “ eclesiología” se refiere a la doctrina de la iglesia
como se enseña en las Escrituras.

Ecuménico/Ecumenismo/Movimiento ecuménico
Del término griego oikoumenē, “ toda la tierra habitada.” Así, el término
“ ecuménico” fue usado para describir aquellos concilios y sus credos que
expresaron la fe universal de la iglesia. De los numerosos concilios de la iglesia
antigua, sólo siete fueron reconocidos como ecuménicos por la Iglesia Católica y
la Iglesia Ortodoxa. Estos siete, terminando con el Segundo Concilio de Nicea
en 787d.C., son llamados Consejos Ecuménicos (Childers, BDT, 180).
Hoy “ ecuménico” se usa para describir un movimiento que busca la unidad
y la cooperación de la iglesia cristiana en todo el mundo. El énfasis es herencia
espiritual compartida y objetivos comunes. Los críticos de este movimiento
indican que la unidad prevista es institucional, que permanece mínima debido a
los variados compromisos de evangelización mundial, y su fracaso en alcanzar
un acuerdo doctrinal en cuanto a lo que constituye el evangelio y la fe de la
iglesia (Weber, EDT, 340-42).

Elección (gr. eklektos, “elegidos”)


Más comúnmente se refiere a la elección por parte de Dios de un pueblo
redimido (véase Ro. 8:33; 1 P. 1:1). La doctrina es objeto de intenso debate,
sobre todo entre calvinistas (véase C ALVINISMO) y arminianos (véase
ARMINIANISMO). El debate no es si Dios elige, sino la naturaleza, objeto, y
propósito de su elección. La mayoría de los calvinistas combinan las doctrinas
de predestinación y elección, para referirse a su elección soberana de individuos
para salvación o para condenación. Como tal, la elección es incondicional. Los
arminianos por lo general responden que la predestinación de Dios, y por lo
tanto su elección, se basa en su “ conocimiento previo” de cómo la gente
responderá al evangelio (BDT, 221). 59

Encarnación (lat. in carne, “en carne”)


Se refiere al maravilloso e insondable acto de Dios el Hijo de tomar una
naturaleza humana libre de pecado en la persona de Jesucristo, para el rescate de
la humanidad. La ORTODOXIA cristiana histórica siempre ha mantenido que
Cristo poseyó tanto la naturaleza humana como la divina, distintas y separadas,
sin reducción o transformación en una nueva tercera naturaleza que no es ninguna
de las dos.

Escatología (gr. eschatos, “último, final”)


Aquella rama de la teología que intenta entender el alcance completo de la
historia redentora y destino último que Dios reservó para la humanidad. La
historia humana es llamada “ esta edad [gr. Aion, que se traduce en algunas
Biblias como ‘siglo’]”60 y se contrasta en el NT con “ la edad venidera”. 61 Esta
se concentra en los acontecimientos finales que sucederán “ al final de esta
edad”, 62 sobre todo en el culminante fin de la historia humana antes de la
segunda venida de Cristo. También se interesa en los acontecimientos
culminantes que seguirán al retorno de Cristo (p.ej., la resurrección, el milenio,
el juicio) que conducen a la edad eterna por venir (Lc. 18:30) y su reino eterno
(2 P. 1:11).

Ética/ético
Se refiere a aquella rama del estudio filosófico (y teológico) que procura
determinar lo que es bueno y lo que es malo. Esta también procura determinar el
fundamento (p.ej., principios o criterios) para hacer juicios morales en cuanto a
lo que es el bien y el mal, lo moral e inmoral, en los contextos del
comportamiento humano o social (PDTT, 47).
Evangélico (gr. euaggelion, “evangelio/buenas nuevas”)
Como sustantivo el término por lo general se refiere a un cristiano que enfatiza
la salvación mediante una conversión personal (“ nacer de nuevo”) que cree en
Cristo y la obra de Dios en la redención como la proclama el “ evangelio.”
Históricamente, los evangélicos son conocidos por su compromiso con la
inspiración, autoridad, e infalibilidad de las Escrituras. El adjetivo describe algo
que está relacionado con, o expresa, la proclamación del evangelio cristiano
como se presenta en el NT, especialmente en los cuatro Evangelios.

Evangelismo
La predicación del evangelio cristiano a aquellos que son incrédulos, en
necesidad de la salvación de Dios que provee mediante la vida, la muerte, y la
resurrección de Jesucristo (1 Co. 15:1-4). 63

Evolución
El proceso de cambio ocurrido dentro de especies de animales y plantas; sin
embargo, esto más a menudo se refiere a la teoría que intenta explicar el origen
de la vida humana a través de fuerzas que operan según las leyes naturales. 64
Como tal, la evolución más a menudo conduce al ateísmo. Postulando que ya
que todas las formas de vida se desarrollaron de formas más simples, no hay
necesidad alguna de un Creador personal.

Ex nihilo (lat., “de la nada”)


Habla de la creación original de Dios del mundo o del universo (Gn. 1:1).
Declara que su creación es un acto donde Él crea sin recurrir a materia antes
existente. 65

Expiación (véase Propiciación)


Estrechamente relacionada con la palabra P ROPICIACIÓN, ambas derivan del
verbo griego hilaskomai como sustantivos cognados hilasmos y hilastērion. Los
eruditos no concuerdan en si el sustantivo describe un sacrificio que “ satisface la
ira de Dios” o uno que “ cubre el pecado”. Pablo describe la muerte de Cristo
como un hilasterion, “ en su sangre” (Ro. 3:25). Considerando el tema
predominante de la ira de Dios contra pecado en el AT 66 y el reconocimiento
que Pablo hace del mismo (Ro. 1:18, 24, 26, 28), es difícil imaginar que la
satisfacción de la ira de Dios no fuera parte del pensamiento de Pablo acerca de
lo que la muerte de Cristo llevó a cabo. No hay buenas razones para concluir
que el grupo de palabras griegas ya mencionadas no se refieran a un sacrificio
que cubre o anula el pecado, y al mismo tiempo satisface la ira de Dios
(Erickson, 828-29). 67

Gracia preveniente
La gracia que se extiende a través de la obra del Espíritu Santo al corazón del
hombre, y que permite que la persona responda a la oferta de Dios de salvación
que presenta el evangelio. Wesley (y los arminianos en general) entendieron que
esta gracia se extiende a toda la humanidad, mientras que Calvino la entendió
como la que se concede sólo a quienes Dios determinó que serían salvos
(PDTT, 95).

Hipótesis (gr. hupotithenai, “poner bajo, suponer”)


Suposición o concesión no probada, que se propone por causa de un argumento.
Se acepta a fin de probar la validez de una teoría a través de la experimentación
lógica o empírica. 68

Humanismo (cristiano, secular)


Se refiere a un movimiento o filosofía que enfatiza el valor supremo e inherente
del ser humano. En un sentido, el cristianismo puede reconocerse como
humanista porque la doctrina de la creación establece el valor del hombre. El ser
humano deriva su dignidad del hecho de haber sido creado a imagen de Dios
(Gn. 1:2,27) y ser objeto de su amor redentor (Jn. 3:16). El huma-nismo
secular, por otra parte, quita a Dios del cuadro, y el valor humano se deriva
aparte de cualquier noción de Dios (PDTT, 61). Así que, en la búsqueda de la
verdad no hay apelación más elevada que la razón humana y la experiencia
natural. Cf. R ACIONALISMO.
Inerrancia/inerrante
La condición de ser libre de error. Cuando se aplica a la Escritura significa que
la Biblia es sin error en lo que enseña y absolutamente confiable en la verdad
que asevera. Algunos teólogos limitan el alcance de inerrancia de la Biblia a las
áreas de la fe y la práctica cristiana (llamada “ inerrancia limitada”). Sin
embargo, las Escrituras mismas no hacen tal limitación. 69

Infalible/infalibilidad
Ser libre o incapaz de error. Estos términos son casi sinónimos a los anteriores
más arriba. Algunos, sin embargo, han redefinido la infalibilidad al aplicarla a
las Escrituras. Ellos la aplican para dar a entender que la Escritura es incapaz de
defecto, en su objetivo predeterminado de revelar a Dios y su plan de salvación
(PDTT, 66). Aunque esta declaración es verdadera, aparentemente evita el debate
sobre la inerrancia al importar un sentido que no es el que reside en las palabras
mismas.

Inmanencia/inmanente
La presencia de Dios en su creación, su proximidad y participación en ella y con
sus criaturas. La participación activa de Dios en la historia humana se ve
claramente en la historia de la redención como la registra la Escritura. La
inmanencia es un subproducto de la omnipresencia de Dios, pero su resultado
no es que Dios sea inseparable de su creación. En la Escritura el Creador nunca
debe confundirse con su creación, Él siempre es distinto de ella (véase Ro.
1:25), que es una razón de que se prohíban todas las formas de idolatría (véase
Is. 40:26-41:7). Véase también T RANSCENDENCIA.

Inminencia/inminente
Aquella calidad o estado del ser que describe lo que está a punto de suceder. En
un contexto negativo esto podría describir peligro, crisis, o desastre que se
avecina. El término se usa en relación con la segunda venida de Cristo, como un
acontecimiento que podría suceder en cualquier momento. Algunos teólogos
sostienen que la llegada de Cristo es inminente, o cercana, porque éste es el
próximo acontecimiento principal en el calendario redentor de Dios (PDTT, 64).
Inmutabilidad/inmutable
Calidad o condición de ser inalterable o no susceptible al cambio. Los teólogos
atribuyen esta calidad a Dios. Él mismo afirma esto cuando declara: “ Porque yo
Jehová no cambio” (Mal. 3:6). Aunque la Escritura claramente indique que Dios
es incambiable en su carácter esencial y naturaleza, 70 la inmutabilidad no debería
ser interpretada de modo que Dios pierda la libertad dinámica de obrar de
acuerdo a las cambiantes circunstancias de la existencia humana. 71

Inspiración plenaria
Se refiere a la inspiración divina de la totalidad del contenido de la Biblia.
Véase INSPIRACIÓN.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia —2 Ti. 3:16

Justificación
El acto de gracia por el cual Dios absuelve a los pecadores culpables (Ro. 4:7,8)
y los declara justos sobre la base de la obra redentora de Jesucristo y su fe en Él
(Ro. 4:5,6). Este acto lleva a los pecadores a una recta relación con Dios, y hace
posible que Él les conceda todas las bendiciones de su gracia redentora (Ro.
5:1,2; cf. Ef. 1:3).

Kenosis (gr. kenoō, “vaciar”)


Término teológico derivado del verbo griego en Fil. 2:7, en la descripción de
Pablo de la ENCARNACIÓN. Los eruditos ven aquí un auto-vaciamiento
sacrificial por parte de Cristo, y han procurado entender cómo esto se aplica a su
naturaleza divina y su naturaleza humana en la tierra. La pregunta básica que se
plantea es ¿de qué se vació Cristo? El cristianismo ortodoxo, que reconoce la
plena humanidad de Cristo, ha sido cuidadoso de que la respuesta no disminuya
su plena deidad. 72 Muchos entienden el término en el sentido de que para
cumplir la obra de redención, Cristo en la tierra rindió no sólo su gloria divina
sino también el uso independiente de ciertos atributos divinos (p.ej., la
omnisciencia).

Libertinismo
Una concepción de la vida cristiana que se caracteriza por un abandono de toda
restricción moral, o una perversa libertad de normas morales acep-tables. Tanto
Pablo como Pedro encontraron una forma de enseñanza y práctica libertina en
algunas iglesias. Véase Ro. 6:1,15-18; Gá. 5:13,16-21; 1 P. 2:16-19. La
enseñanza probablemente fue consecuencia de una noción griega del tiempo de
Platón, es decir, que la materia es mala y el espíritu bueno. Además, las dos
esferas están separadas. Los libertinos pueden haber razonado que si estamos
espiritualmente resucitados con Cristo y sentados en lugares celestiales con él
(Ef. 1:3), entonces lo que hacemos con nuestro cuerpo físico tiene poca
importancia para la vida cristiana.

Marción (ca. 150 d.C.)


Maestro hereje del siglo II en la iglesia de Roma, cuyos escritos se asemejan a
los elementos del GNOSTICISMO. Marción, como los gnósticos posteriores, fue
anti-judío. Él rechazó las Escrituras del AT, y creyó que el Dios del AT no era
el Dios del NT, quién envió al Señor Jesucristo. Él rechazó la mayor parte de
las Escrituras del NT, aceptando sólo el Evangelio de Lucas y diez epístolas de
Pablo. Su cierre y reducción del canon del NT motivaron el desarrollo de un
canon ortodoxo del NT (el C ANON MURATORIO ca. 170 d.C.). 73

Modalismo (véase SABELIO)

Monoteísmo (gr. monos, “uno”; theos, “dios/Dios”)


La creencia en un Dios, en contraste con muchos dioses (politeísmo). Hay tres
religiones monoteístas en el mundo: judaísmo, cristianismo, e islamismo.
Todas ellas afirman la existencia de un ser verdadero, divino, y eternamente
autoexistente. Sin embargo, se diferencian considerablemente respecto a la
manera en que este Dios se ha revelado a la humanidad, y lo que Él ha revelado
acerca de su plan de salvación.
Ordo salutis (lat., “orden de la salvación”)
Esta frase describe cómo la salvación viene a una persona, al trazar una serie de
acontecimientos que ocurren dentro del plan de salvación praparado por Dios.
Los católicos romanos ven a la iglesia como el instrumento de Dios para
dispensar la gracia a través de los sacramentos. Los teólogos reformados ven el
orden de la salvación como descriptiva del orden lógico de experiencias: (1)
llamamiento eficaz, (2) regeneración, (3) fe, (4) justificación, (5) santificación, (6)
glorificación (Collins, EDT, 802). Los teólogos arminianos (véase
ARMINIANISMO) ponen una respuesta de fe antes de la regeneración, de esta
manera la obra de Dios en la regeneración está supeditada a esta respuesta y a la
conservación de la libertad humana. Esta fe no es el mero esfuerzo humano, sino
un resultado de la gracia de Dios que obra por la Palabra y el Espíritu
(Williams, 23-28).

Padres de la iglesia
Término que se refiere a los líderes de la iglesia (por lo general obispos
prominentes) en la iglesia postapostólica (cf. P ADRES APOSTÓLICOS) quiénes
defendieron la enseñanza ortodoxa de la iglesia como la enseñaron los apóstoles
de Cristo (PDTT, 25).

Paradoja (gr. paradoxos, “contrario a lo que se piensa o


supone”)
Declaración que aparentemente es contradictoria, ilógica o contraria al sentido
común, y aún así es quizás verdadera. Cuando se aplica a la teología o a la
revelación bíblica, se refiere a una declaración que presenta la verdad con dos
elementos incompatibles. Jesús habló de la vida que proviene de la muerte (Jn.
12:24,25), de hacerse grande en el reino haciéndose el menor (Lc. 9:48). Pablo
enseñó que Jesús fue exaltado en su humillación (Fil. 2:8,9). Jesús en su
encarnación, fue tanto Dios como hombre (Jn. 1:1,14). éstos, y muchos otros,
son ejemplos de paradojas teológicas.

Pensamiento lineal
Orden de pensamiento que se mueve en una secuencia según causa y efecto, o en
una progresión de tiempo de principio a fin. Este patrón de pensamiento a
menudo se considera más característico de Occidente que de las culturas de
Oriente. Si bien es cierto que hay cierta validez en esta observación, se debe
señalar que es evidente la secuencia histórica en las narrativas del AT. Además,
en un sentido la comprensión hebrea de la historia humana es lineal, ya que se
enfoca en la Creación por un lado y en el juicio final por el otro. El progreso del
trato redentor de Dios con la humanidad mueve la historia hacia un final
definitivo y culminante (Carson, 1996, 500-501).

Perseverancia de los santos (véase SEGURIDAD ETERNA)

Pneumatología (gr. pneuma, “espíritu”; logos, “palabra”)


Rama de la teología cristiana que trata con la persona y la obra del Espíritu
Santo. En el AT ella se concentra en gran parte en la actividad del Espíritu de
Dios entre los profetas, reyes, y jueces de Israel. En el NT la atención se centra
en cómo el Espíritu se relaciona con Dios Padre, Cristo, la salvación, y el
ministerio de la iglesia (Horton, DPCM, 410-417).

Predestinación (véase CALVINISMO)


Posición doctrinal asociada principalmente con el calvinismo. Esta sostiene que
Dios soberanamente decretó elegir y predestinar a aquellos que serán salvos y
aquellos que serán condenados o se perderán. 74

Preencarnado
Término teológico que se aplica al tiempo antes de que Cristo tomara una
naturaleza humana (Jn. 1:14) a través de su milagrosa concepción (Lc. 1:35) y
nacimiento (Mt. 1:23-25).

Presciencia (gr. proginōskō, “saber de antemano”)


Aquel aspecto del conocimiento total de Dios (omnisciencia) que permite que Él
sepa algo antes de que suceda. 75

Propiciación (gr. hilasmos ó hilasterion, “propiciación”)


Sacrificio u ofrenda de sangre por el pecado (Ro. 3:25), que satisface la ira de
Dios, restaura la comunión, y permite que Él nos conceda su favor y bendición
divinos (BDAG, 474). La Epístola a los Hebreos usa el término para representar
la ofrenda por el pecado (2:17) y el propiciatorio, o lugar donde la sangre del
sacrificio de expiación era puesta (9:5). El NT con toda claridad presenta a
Cristo como la propiciación por nuestros pecados (1 Jn. 2:2; 4:10).

Reconciliación (gr. katallagē)


Faceta de la obra salvífica de Dios. En la reconciliación Dios restaura a los
pecadores a la comunión con él, quitando la enemistad que hay entre ellos
debido al pecado. Él hace esto al permitir que Cristo sea una ofrenda por el
pecado de ellos (Ro. 3:25) y castigando sus pecados a través de la muerte de
Jesús en la cruz (Ef. 2:15,16). Aquella muerte asegura no sólo el perdón de los
pecados (Ef. 2:15,16), sino que establece la “ paz” con Dios (Ef. 2:17). 76

Redimir/redención
Tanto el verbo hebreo (gaal, padah) como el griego (lutroō, exagoradzō)
significan “ redimir, comprar, volver a comprar”. En el AT la doctrina de la
redención se refiere a la bondadosa acción de Dios por la cual salva, libra, o
libera a su pueblo (Éx. 6:6; Jer. 15:21; Is. 49:26; 60:16). En el NT la doctrina
se concentra en la acción de Dios de redimirnos (1 Co. 6:20) del castigo (Ef.
1:7; Gá. 3:13), la esclavitud, y el poder (He. 9:12-14; cf. Ro. 6:6-9) del pecado,
mediante la muerte y resurrección de Jesús.

Regeneración (gr. Palingenesia, “regeneración,


renovación”)
Comúnmente se refiere al nuevo nacimiento, o “ nacer de nuevo”77 por el
Espíritu de Dios (Jn. 3:3-8; cf. Tit. 3:5). Conceptos relacionados son la “ nueva
creación” (2 Co. 5:17), tomar una “ naturaleza divina” (2 P. 1:4), y ser
espiritualmente resucitado y “ hecho vivo” en Cristo (Ef. 2:5; Col. 2:13; cf. Ro.
6:11).

Regula Fidei (lat. “regla de fe”)


Término que aparece a menudo en la iglesia primitiva, sobre todo en los
escritos de los padres de la iglesia de fines del siglo segundo y principios del
siglo tercero. Éste se refiere a una norma de verdad doctrinal, por medio de la
cual tanto doctrina como práctica podrían medirse y juzgarse como aceptables o
no, por parte de la Iglesia. Otras formas del mismo concepto son, “ el canon de
la verdad” o “ la regla de la verdad”. Pertinente a la hermenéutica es el papel que
cumplen las Escrituras, al evaluar diversas aseveraciones de la verdad y las
prácticas eclesiásticas divergentes. En el tiempo de Ireneo (c. 180 d.C.), las
Escrituras del AT junto con las escrituras apostólicas (más tarde incorporadas en
el canon del NT) operaban ya como la regula fidei en la refutación de la herejía
gnóstica. Esto suscita la pregunta acerca del origen y la naturaleza de la
autoridad eclesiástica, y la función que las Escrituras cumplen en definir y
expresar tal autoridad. 78

Sabadismo (heb. sabbat, “sábado, día de reposo”)


Convicción religiosa dentro de la iglesia cristiana que procura establecer el
sábado como el día cristiano de adoración en vez del domingo y restablecer en la
iglesia las normas del sábado del AT (especialmente su prohibición de trabajar)
(Lyons, BDT, 464).

Sabelio
Maestro del tercer siglo en la iglesia que se opuso a la doctrina de la Trinidad.
En un intento de protegerse del triteismo (creencia en tres dioses), él enseñó que
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo era tres manifestaciones diferentes de Dios,
o modos de ser. Aunque Dios es esencialmente uno, Sabelio enseñó que en la
revelación de sí mismo a la gente Él toma la forma de Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Este error es llamado MODALISMO o sabelianismo y fue condenado por
la iglesia ortodoxa en un concilio en Roma en el 263 d.C. (W. Kelly, BDOT,
465).

Sacramentos (lat. sacramentum, “algo consagrado”)


Ritos religiosos formales que simbolizan una realidad espiritual. Los prim-eros
padres latinos de la iglesia usaron el término para traducir la palabra griega
musterion (“ misterio”) y significar con ella un rito sagrado u ordenanza especial,
por la cual el creyente recibía alguna bendición de Dios. Hoy los teólogos
comúnmente se refieren a un sacramento como un signo externo y visible de una
gracia interior y espiritual dada a los creyentes. El rito en sí mismo fue ordenado
por Cristo. Los protestantes reconocen dos de tales sacramentos (el B AUTISMO y
la Cena del Señor), mientras que las iglesias católicas y ortodoxas griegas
reconocen siete sacramentos (el bautismo, la Cena del Señor, la confirmación, la
penitencia, la extrema unción, la ordenación, y el matrimonio). El término
“ sacramentalismo” se usa cuando el rito sacramental en sí es visto como el
medio por el cual se comunica la gracia (R. Wallace, BDOT, 465-66; A.
Peisker, BDT, 465).

Santificación
Está relacionada con la condición del creyente de ser “ santo” ante Dios, y el
proceso de volverse santo, es decir, participar de la naturaleza santa de Dios.
Tanto el verbo hebreo (qadash) como el griego (hagiadzō), que se traducen para
expresar “ santificar” o “ hacer santo”, llevan la idea “ poner aparte” o “ consagrar”
para el santo uso u propósito de Dios. Así, Pablo se dirige a los creyentes como
santos (hagioi) porque ellos han sido apartados por Dios para su servicio, de
acuerdo con su voluntad. 79 Esta declara su categoría de redimido y su posición
ante Dios. Sin embargo, los creyentes también participan en el proceso de
transformación espiritual (Ro. 8:2; cf. He. 12:14) en conformarse a la imagen del
Hijo de Dios (Ro. 8:29). Este proceso es obra del Espíritu Santo y tiene como
objetivo nuestra glorificación (2 Co. 3:18), es decir, ser “ transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. 80

Seguridad eterna
La doctrina calvinista que propone que ningún creyente verdadero puede caer de
la gracia y perder su salvación (también llamada P ERSEVERANCIA DE LOS
SANTOS). La doctrina se origina, y está basada, en el decreto eterno de Dios al
decidir incondicionalmente y predestinar a cada individuo a salvación o a
condenación. Si los “ elegidos” son salvos por un decreto de Dios, entonces
serán salvos a pesar de lo que ellos hagan o no hagan después de la
conversión. 81
Sinergístico (gr. sunergos, “compañero”)
Término que a menudo se usa en la teología cristiana para describir la
cooperación entre la Deidad y la humanidad en la salvación y desarrollo
espiritual del individuo (R. Price BDT, 510). Como fue entendido por los
arminianos, esta no anula la salvación por gracia, ya que ellos no ven la
respuesta de la voluntad humana como una obra que merece la salvación; es,
antes bien, una respuesta necesaria de consentimiento y aceptación que resulta en
la impartición de la gracia de Dios. Los calvinistas discreparían, sosteniendo
que hay sólo un agente que obra en la salvación, y el tal es Dios; la voluntad
del ser humano participa sólo en el sentido de que la irresistible gracia de Dios
obra con eficacia sobre esa voluntad, causando una respuesta de fe.

Soberanía
Término que se usa en la teología cristiana para describir a Dios en su supremo
y absoluto poder, libertad, y autoridad para hacer su voluntad respecto a su
creación (Sal. 115:3). Los teólogos no debaten el derecho de Dios de obrar
soberanamente, sino el ejercicio de aquel derecho y cómo éste afecta su trato con
el ser humano, que como agente moral es responsable de sus decisiones y
acciones (N. Oke, BDT, 171).

Sola Scriptura (lat. “Escritura sola”)


Esta frase se usa para describir el principio de la Reforma de que la Biblia es la
autoridad suprema y final en la iglesia, en cuanto a los asuntos de fe (doctrina) y
práctica. Los reformadores (Lutero, Calvino, Zwinglio y otros) no consideraban
las Escrituras como la única autoridad que operaba en la iglesia, pues reconocían
también el valor de la tradición. Sin embargo, al momento de resolver temas en
disputa, hacían su apelación final a la Biblia, la que, en todas sus formas —
escrita y no escrita— consideraban la autoridad final por sobre la tradición de la
iglesia y por sobre toda autoridad y oficio eclesiástico.

Soteriología (gr. sōtēria, “salvación”)


Rama de la teología cristiana que se concentra en la obra divina de la salvación
por medio de Jesucristo. Véase S ALVACIÓN.
Teísmo (gr. theos, “dios”)
El término significa literalmente “ creencia en Dios” (o dioses) y puede ser
discutido en diversos contextos religiosos. El teísmo cristiano se refiere a la
creencia en el Dios verdadero de la Biblia, que es infinito, eterno, y
autoexistente. 82 Este Dios es la primera causa que no tiene causa, el superior y
soberano Creador-Sostenedor del universo, y el autor de la salvación de la
especie humana a través de su Hijo, Jesucristo.

Teleológico (gr. telos, “meta” o “fin”)


Relacionado con, o que es evidencia de un diseño con propósito, sobre todo en
la naturaleza o el universo físico. Los teólogos a menudo señalan al intrincado e
increíble diseño del universo como evidencia de un Diseñador o Creador
inteligente. 83

Teodicea (gr. theos, “dios”; dikē, “justicia”)


Se refiere a una defensa razonada de la bondad y rectitud de Dios, o un intento
de justificar su justicia en vista de la presencia del mal o las circunstancias que
ponen en duda su rectitud y bondad. 84

Teofanía (gr. theos, “dios”; phainō, “aparecer”)


Manifestación visible de la deidad o Dios. Las teofanías del AT tomaron
diversas formas. Algunas de ellas fueron la zarza ardiente que apareció a Moisés
(Éx. 3), la aparición de Dios a Moisés y los 70 ancianos de Israel (Éx. 24:1), y
el Ángel del Señor que apareció a Jacob (Gn. 32:24-28), Gedeón (Jue. 6:11-23),
y Josué (Jos. 5:13-15). En una ocasión la presencia visible de Dios fue
prometida a Moisés en la forma de “ una nube espesa” (Éx. 19:9). La mayor
teofanía la encontramos en la encarnación de Cristo (Jn. 1:14), que reveló
totalmente la esencia misma de la gloria, naturaleza, y ser de Dios (Jn. 1:18;
He. 1:3; Col. 1:19; 2:9).

Teología (gr. theos, “dios”;logos, “palabra”)


Aquella rama de la doctrina cristiana que se concentra en la persona y la obra de
Dios, y sus relaciones con el mundo y la creación, especialmente cómo se revela
en las Escrituras. 85 En el uso popular, el término “ teología” se ha convertido en
un término inclusivo para el estudio de la Biblia y su doctrina. Por ejemplo:
“ José cenó con nosotros ayer y hablamos de ‘teología’ hasta la medianoche.”

Trascendencia
En teología este término habla de la relación entre Dios y su creación. La
transcendencia es el estado de estar separado y ser distinto de su creación. En las
palabras de KIERKEGAARD, la creación habla de Dios como el Ser que
“ completamente otro” de lo que ha creado. Esto quiere decir que es un ser
“ distante” o que no se interesa en este mundo (véase DEÍSMO). Dios puede ser
tanto INMANENTE (cercano, presente) y trascendente respecto a este mundo, sin
que haya contradicción alguna.

Tricotomía
Término teológico que describe al ser humano como formado de tres partes
básicas: cuerpo, alma, y espíritu (He. 4:12; 1 Ts. 5:23). Los tricotomistas
distinguen entre alma (gr. psuchē) y espíritu (gr. pneuma) en una persona. Ellos
ven el alma como la parte que contiene la personalidad, mientras que el espíritu
es lo que puede conocer a Dios y relacionarse con Él. Los dicotomistas
sostienen que hay sólo dos partes en la naturaleza humana (Gn. 2:7; Mt. 10:28;
1 Co. 7:34): cuerpo (su dimensión física) y alma (su dimensión no física).
Dentro de la última dimensión hay muchas funciones y capacidades que se
describen con términos como alma, espíritu, corazón, voluntad, etc. 86

Términos y expresiones populares

Abogar a la sangre
La “ sangre” es una metáfora del NT para decribir la muerte de Cristo en la cruz.
Algunos creyentes la usan en el sentido de confesar y afirmar verbalmente el
significado de la muerte de Cristo para salvación (p.ej., expiación por nuestros
pecados [Mt. 26:28]; justificación [Ro. 5:9; et al.], reconciliación [Ef. 2:13; et
al.]) y la poderosa obra de Dios al destruir las obras de Satanás por medio de la
cruz (Col. 1:13-20, cf. 1 Jn 3:8). 87

Cristianos de la Gran Comisión


Se refiere a creyentes que toman con seriedad los mandatos de Jesús en Mr.
16:15 de predicar el evangelio a toda criatura, y en Mt. 28:18-19 de hacer
discípulos de todas las naciones.

Erudición conservadora
Frase que generalmente se usa para describir la erudicción de quienes sostienen
la inspiración divina y las autoridad de la Escritura, 88 y tienen un compromiso
con las doctrinas ortodoxas de la iglesia cristiana histórica. Véase también
ERUDICIÓN LIBERAL.

Erudición liberal
Frase que generalmente se usa para describir la erudición de personas que no
están ligadas a credos autoritativos, tradiciones, o estándares aceptados de
ORTODOXIA doctrinal. (Véase también R. V. Pierard, EDT, 631-32.)

Legalismo
Término negativo que se usa en la Iglesia para referirse al cristianismo que
enfatiza ciertas reglas, prácticas de conducta, y rituales prescritos. El ejemplo
bíblico que más se cita es el de los fariseos, cuya adhesión estricta a la Ley y
tradición definió estrechamente lo que era el judaísmo aceptable. 89

Pentecostales
Los cristianos que creen que hay una experiencia después de la conversión
llamada bautismo en el Espíritu Santo, al alcance de todos los creyentes.
Tomando su pauta del Libro de los Hechos, los pentecostales sostienen que a
través de esta experiencia se recibe poder espiritual para el servicio cristiano y el
testimonio del evangelio (1:8), que incluye todos los dones espirituales (gr.
charismata [1 Co. 12]) mencionados en las epístolas paulinas, incluídas las
señales milagrosas y las maravillas necesarias para predicar plenamente el
evangelio al mundo (Ro. 15:19). La suposición teológica subyacente es que la
misma experiencia del bautismo del espíritu que empoderó a los discípulos en
el día de Pentecostés es un “ don” disponible para los creyentes de toda época
(Hch. 2:38) (Arrington, 19-20, 115-144).

Pentecostales clásicos
Además de los compromisos doctrinales de los pentecostales, los pentecostales
clásicos tradicionalmente creen que la recepción del bautismo en el Espíritu
Santo es acompañada por hablar en otras lenguas (gr. glosolalia), que sirve
como prueba y evidencia inicial de su recepción (cf. Hch. 2:4) (Synan, DPCM,
220).

Sólo Jesús
Término que se usa para describir la doctrina de los pentecostales unitarios o
“ Solo Jesús”, quiénes rechazan la doctrina tradicional de la Trinidad: que Dios
es uno en esencia, pero eternamente existente como tres personas distintas,
Padre, Hijo, y Espíritu Santo, quiénes son co-iguales en todos sentidos en
cuanto a naturaleza y gloria. En cambio, los pentecostales unitarios sostienen
que estos nombres representan tres formas en que Dios se revela a la humanidad
como está registrado en la Escritura. Además, ellos creen que la realidad o
esencia divina se manifiesta únicamente en la persona de Jesús, que es el Hijo,
que como deidad trascendente es el Espíritu, quién en su revelación de Dios es
el Padre (D. Reed, DPCM, 648-49). 90 Véase MODALISMO.
_______________
1 Véase Lc. 8:31; Ro. 10:7; Ap. 9:1,2,11; 11:7; 17:8; 20:1,3.
2 De manera interesante, la Septuaginta traduce la palabra hebrea tehôm (“lugar profundo”) con
la palabra griega abyssos, que es paralela a “la faz de las aguas.” Los océanos son vistos como
la insondable profundidad en la cual descansa la tierra. Irónicamente, los demonios dentro del
endemoniado gereseno de Lucas 8 suplican a Cristo que los envíe a una manada de cerdos
antes que al “abismo”, pero finalmente se precipitan al mar. Uno se pregunta si la elección de
los detalles, por parte de Lucas, es su modo de usar una ironía trágica, al señalar al mar como
la entrada al abismo.
3 Véase Neh. 8, donde después de que Esdras ley ó el libro de la Ley, tuvo que ser traducido
probablemente al arameo. Además, ciertas palabras arameas aparecen en los Evangelios
junto con sus traducciones. P.ej., Talita cumi (“Niña, a ti te digo, levántate”, Mr. 5:41); Gólgota
(“Lugar de la Calavera”, Mt. 27:33); Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (“Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has desamparado?”, Mr. 15:34).
4 Jesús respaldó la práctica del ay uno (Mt. 9:15) y hasta el celibato “por causa del reino” (Mt.
19:12). Pablo reconoció que el celibato era un “don” noble y beneficioso para algunos, pero no
para todos (1 Co. 7:7-9). Las parejas podrían posponer temporalmente las relaciones sexuales
para concentrarse en la oración, pero se les advierte que la abstinencia prolongada podría
conducir a la tentación (7:5).
5 Puede ser que Asera fuese considerada consorte (esposa) de Baal. Sin embargo, en los textos
Ras Shamra, Asera es una diosa del mar y consorte de El, el principal Dios cananeo. Véase T.
C. Mitchell, “Asherah” en NBD, 95.
6 Es importante notar que el texto de la Escritura es increíblemente confiable y sin paralelo en su
autenticidad, si se lo compara con cualquier otra obra de literatura antigua. Véase F. F. Bruce,
The New Testament Documents: Are They Reliable? (Leicester: InterVarsity Press, 1988), y
Walter Kaiser, Jr., The Old Testament Documents: Are They Reliable and Relevant? (Downers
Grove: InterVarsity Press, 2001). Para una muy informativa descripción del trabajo de la
crítica textual del NT, véase la entrevista de Lee Strobel con Bruce Metzger en El Caso de
Cristo (Miami: Vida, 2000), 43-61.
7 Por ejemplo, después de considerar todas las variaciones posibles en los textos griegos del
Nuevo Testamento, es posible restaurar un texto que sea 99.5 % puro. Véase Norman Geisler
y William E. Nix, A General Introduction to the Bible (Chicago: Moody Press, 1980), 367.
8 Por ejemplo, Baal-peor (Nm. 25:3), Baal-berit (Jue. 8:33), y Baal-zebub (2 R. 1:2, 3, 6).
9 Esto pudo ser porque Baal era el nombre que daban al dios principal del panteón cananeo. Esto
lo habría puesto como un rival natural de Yahweh, que los israelitas reconocían como Dios y
Señor de la creación. Véase Bill T. Arnold y Bry an E. Bey er, Encountering the Old Testament:
A Christian Survey (Grand Rapids: Baker Books, 1999), 285.
10 En 1 Co. 15:23 Pablo usa las “primicias” como una figura, o tipo, de la resurrección de Cristo.
11 Para un desarrollo de esta perspectiva desde el pentecostalismo clásico, véase Stronstad, The
Prophethood of All Believers: A Study in Luke’s Charismatic Theology (Sheffield, England:
Sheffield Academic Press, 2003).
12 Se disputa que los efesios fueron los receptores originales de la epístola de Pablo o una de las
varias ciudades que recibieron una circular. La ausencia de saludos personales y el hecho de
que varios buenos manuscritos omiten “en Éfeso” en 1:1 abogan por ésto. Si la carta tuvo el
propósito de ser una circular, fue probablemente enviada primero a Éfeso por mano de
Tíquico (Ef. 6:21-22).
13 Si se mantiene la identidad de la comunidad de Qumrán relacionada con los esenios, entonces
la fecha de fundación de la secta depende de la identificación del Sumo Sacerdote “malvado”
(mencionado en los Rollos del Mar Muerto) entre las gobernantes asmoneos: Jonatán, Simón, o
Alejandro Janeo. Véase E. Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 2da ed. (grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans, 1993), 48.
14 Véase Josefo, Antigüedades, 13.5-9; 13.10.5,6
15 Véase Éx. 23:16; 34:22; Lv. 23:33-36,39-43; Nm. 29:12-34; Dt. 16:13-15; Zac. 14:16-19.
16 Jesús usó la celebración para señalarse él mismo como “agua viva” (Jn. 7:38). Como
Yahweh, el Señor, provey ó el agua de la roca que los preservó, Jesús se ofrecería como el
agua vivificante de Dios y proveería la vida eterna. Cf. 1 Co. 10:1-4.
17 El debate es complejo y multifacético, y los buenos eruditos apoy an ambas posiciones.
Generalmente, los eruditos conservadores favorecen “Galacia del sur”, posición que explica la
cronología de Pablo en sus viajes y correlaciona los datos de la Epístola a los Gálatas y
Hechos. Véase Donald Guthrie, New Testament Introduction, 3a edición (Downers Grove:
InterVarsity Press, 1970), 450-65.
18 En otra parte este autor ha indicado el error de denominar a los opositores de Pablo como
gnósticos (véase HEREJÍA COLOSENSE). En cuanto a la denominación de “gnósticos”,
debemos reconocer que el gnosticismo fue una religión del segundo siglo, contextualizada en el
mundo griego más amplio. Era muy sincretista y tomó prestados sus conceptos de una
variedad de fuentes. Los eruditos ahora reconocen que las ideas religiosas y la terminología de
“gnosis” precedieron a la religión del gnosticismo. Por ejemplo, Pablo no necesariamente está
pensando en los gnósticos porque sus escritos contienen lo que aparentemente es un dualismo
de cuerpo y espíritu. Tal dicotomía y a era parte del mundo griego en el tiempo de Platón.
Además, un examen cuidadoso de 1 y 2 Corintios no devela ninguno de los rasgos esenciales
del gnosticismo. Por lo tanto, es seguro concluir que entre los opositores de Pablo había gentiles
que compartían muchas de las ideas religiosas y filosóficas del mundo griego. Véase James D.
Hernando, “2 Corinthians” en Life in the Spirit New Testament Commentary, ed. Arrington,
French y Roger Stronstad (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 920-21. Una excelente discusión
de la naturaleza y los orígenes del gnosticismo pueden hallarse en Ronald H. Nash, Christianity
and the Hellenistic World (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 203-24.
19 La sintaxis griega para la frase “de la tierra de Magog” indica que la tierra pertenece o tiene
que ver con Magog, no así la tierra que es Magog.
20 Los ataques contra Israel por parte de las naciones (p.ej., Asiria, Babilonia) históricamente y
estratégicamente han venido desde el norte.
21 Por parte de Jesús, véase Ro. 16:25. Por parte de Pablo y otros apóstoles, véase Mr. 16:8; 1 Co.
1:21; 2:4; 15:14; 2 Tim 4:17; Tit. 1:3.
22 Tenga presente otros objetos que se comparten en el NT: el respaldo a la obra del evangelio
(Fil. 1:5; cf. 4:14,15), luz u oscuridad (2 Co. 6:14), el sufrimiento de Cristo (Fil. 3:10), y la vida
cristiana (fe) en general (Flm. 1:6).
23 Véase el artículo por James Dunn, “Demy thologizing: The Problem of My th in the New
Testament,” en NTI, 285-88.
24 Por ejemplo, el nacimiento virginal de Jesucristo es para Bultmann un mito creado para
comunicar la verdad de que Jesús es “divino”.
25 Véase Dunn, “Demy thologizing,” en NTI, 288-92.
26 Un artículo conciso, que define la posesión de demonio y el exorcismo es proporcionado por
L. G. McClung, Jr., en el Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements (DPCM), 290-
94. Hay controversia y debate sobre la pregunta de si un cristiano puede ser “poseído por un
demonio”, “tener un demonio”, o el grado en que puede estar bajo la influencia de uno.
Algunos han hecho diferencia entre posesión demoniaca y opresión demoniaca. Otros han
establecido una diferencia no sostenible entre poseído por un demonio y endemoniado.
McClung, Jr., ha investigado varios aspectos del debate, y repetidamente señala lo que puede
ser validado por la Escritura. El NT no proporciona ningún ejemplo claro de un verdadero
cristiano poseído por un demonio, o que tenga un demonio o espíritu demoniaco, que requiera
de exorcismo como fue practicado por Jesús, sus discípulos, los apóstoles, y la iglesia del NT.
27 Algunos eruditos modernos harán una diferencia entre la fe de los discípulos antes y después
de la resurrección. Ellos proponen que la fe “pospascual” de la iglesia primitiva se volvió a leer
en los Evangelios y en los labios de Jesús y los apóstoles. Véase la discusión de Strobel con Ben
Witherington III en El Caso de Cristo, 151-64; véase también M. Erickson sobre los axiomas de
la crítica de formas en Christian Theology, 90-93.
28 Existe debate sobre cómo se debería calcular los 70 años. ¿Dónde se comienza a contar, de
qué acontecimiento hasta que acontecimiento? Es interesante que sea que los cuente desde la
primera deportación de Judá a Babilonia (ca. 605-606 a.C.) hasta el retorno del remanente
bajo Zorobabel (ca. 536-537 a.C.), o desde la destrucción del templo (ca. 586 a.C.) hasta la
finalización del templo postexílico (ca. 516), habrá aproximadamente 70 años.
29 Nótese que Dios habla de un estado exaltado en su pacto con David cuando él escribe, “Yo
también le pondré por primogénito, el más excelso de los rey es de la tierra” (Sal. 89:27).
Aunque el pasaje habla expresamente de David y su entronización, no es difícil ver en su
lenguaje grandioso (véase Sal. 89:20-37) una realización última en la exaltación del Mesías, la
simiente de David.
30 La frase “reino de los cielos” aparece 33 veces en el NT, y sólo en Mateo. Probablemente
debido a su reverencia judía y renuencia a usar el nombre divino, Mateo prefiere “los cielos”
como un reemplazo verbal de “Dios”.
31 Ocho, si se cuenta a Amasías (2 R. 14:1-3), de quien se dice que “hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, aunque no como David su padre”. El relato continúa describiendo su conformidad con
la idolatría.
32 Por ejemplo, Saúl consultó al Señor usando el Urim, pero “Jehová no le respondió” (1 S. 28:6),
un resultado improbable si sólo un sí o no como respuesta fueran requeridos por el que arroja
las suertes. Otra vez, David pide a Abiatar, el Sumo Sacerdote, traer el efod y consultar del
Señor (1 S. 23:9-18), hace preguntas directas, y recibe sí o no por respuesta. Sin embargo, en 2
S. 5:19,23 David consulta dos veces del Señor y las respuestas dadas son todo menos un simple
sí o no, ¡ésta última comunica una complicada estrategia de batalla!
33 Véase Josefo, Guerras de los judíos, IV.3.9,13,14; IV.4,5; IV.5,1,5; VII.8,1.)
34 Millard Erickson no sólo proporciona una descripción clara de amilenialismo, además expone
cómo los amilenialistas interpretan Ap. 20 diferentemente de otras perpectivas milenarias.
Véase Millard Erickson, Christian Theology, 2a ed. (Grand Rapids: Baker Book House, 1998),
1218-22.
35 Nótese que en ambos pasos son reconocidos la libertad espiritual del crey ente (Ro. 6:7,14; Gá.
5:1) y el estado de no estar bajo la ley (Ro. 6:14; Gá. 5:2-4). Sin embargo, Pablo también deja
en claro que tal libertad no es una licencia moral o libertad desenfrenada para pecar (Ro. 6:12-
15), o complacer la carne. Antes bien, esta es libertad para el servicio mutuo en fe, amor (Gá.
5:6,13), y en el poder del Espíritu (5:16-25).
36 Se debate si el objetivo y la función de la apologética cristiana como una ciencia es esencial a
la presentación del evangelio o es simplemente un preludio a éste. Véase “Apologetics” en
PPDT. Aparte de este debate deberíamos notar que en el NT la palabra apología aparece en
contextos de evangelización. Ciertamente los tratados apologéticos de los padres de la iglesia
primitiva (p.ej., Justino Martir, Orígenes, y Tertuliano), aunque se apoy aban en argumentos
lógicos y razonamiento filosófico, no podían evitar presentar el evangelio que ellos intentaban
defender.
37 Yo uso el término “sacramento” para significar un signo externo de una obra de gracia interna
o espiritual, no en el sentido de la teología sacramental, donde la gracia está ligada al rito
sacramental e impartida por éste.
38 Nótese que según los conceptos teológicos personales y la interpretación de pasajes clave, el
bautismo puede considerarse un testimonio del acto salvífico de Dios en Cristo, o los medios
por los cuales se recibe la salvación y una nueva naturaleza en Cristo (“regeneración
bautismal”).
39 Véase Is. 32:15; 44:3; Ez. 36:26,27; 37:14; 39:29; Jl. 2:28,29; Zac. 12:10.
40 Es llamado “la promesa del Padre” (1:4), “la venida del Espíritu Santo” (1:8), ser “lleno del
Espíritu Santo” (2:4; 9:17), “derramamiento” del Espíritu (2:17,18), recibir “la promesa del
Espíritu Santo” (2:33), recibir “el don del Espíritu Santo” (2:38), recibir el Espíritu Santo
(8:15,17; 10:46,47; 19:2); “el Espíritu Santo cae sobre” alguien (10:44); “don del Espíritu”
“derramamiento” (10:45), ser “bautizado en/con el Espíritu Santo” (11:16), Dios “da el Espíritu
Santo” (15:8), y “el Espíritu Santo que viene” sobre alguien (19:6).
41 Los pentecostales y carismáticos creen que el bautismo en el Espíritu Santo resulta en la
investidura de poder espiritual, no en salvación. En esto, ellos distinguen entre el bautismo en el
Espíritu Santo, donde Jesús es el agente que bautiza y el Espíritu es el medio en el cual el
crey ente es sumergido (Mr. 1:8 etc.), y el bautismo por el Espíritu, donde el Espíritu es el
agente que bautiza al crey ente en el cuerpo de Cristo (1 Co. 12:13, Cf. Gá. 3:27).
42 Véase Hch. 2:4; 10:46; y 19:6. Es verdad que otros casos de bautismo en el espíritu en Hechos
aparecen sin una referencia a cualquier fenómeno que acompañe el acontecimiento (Hch.
8:17,18; 9:17). Sin embargo, donde Lucas se detiene en su narrativa para registrar tales
fenómenos, las lenguas están presentes.
43 La genealogía de Jesucristo presentada por Mateo es enfática en indicar el linaje de Jesús el
Mesías, del linaje de David.
44 Un tratamiento popular de esta posición puede encontrarse en Marvin Rosenthal Pre-Wrath
Rapture of the Church (Nashville: Thomas Nelson, 1990).
45 Para una reseña muy provechosa de estas tres posiciones milenarias, véase The Meaning of
the Millennium, ed. Robert G. Clouse (Downer’s Grove: InterVarsity Press, 1977). Clouse
presenta a cuatro eruditos que hablan acerca de sus posiciones respecto al Milenio (el
premilenialismo está representado tanto desde la posición premilenaria histórica así como
desde la dispensacional).
46 Según los compromisos o sistemas teológicos de alguien, los pactos pueden verse de diversas
maneras. Los teólogos reformados del pacto, por ejemplo, a menudo acentúan la naturaleza
soberana del pacto de Dios y la administración de la gracia, minimizando la importancia de las
obligaciones recíprocas. Véase John Murray, “Covenant” en NBD, 264-68. Aunque la acción
soberana y bondadosa de Dios en el establecimiento de pactos bíblicos es indiscutible, esto es
también cierto de las responsabilidades mutuas o recíprocas de aquellos pactos. Véase P. R.
Williamson, “Covenant” en NDBT, 422-26.
47 Los pactos de Dios con Noé (Gn. 9:8-17), Abraham (Gn. 15:9-21), Finees (Nm. 25:10-13),
David (2 S. 7:5-16) y el “Nuevo Pacto” a Israel (Jer. 31:31-34; Cf. He. 8:8-12) caen en la
categoría de pacto de concesión real.
48 La naturaleza condicional y recíproca de este pacto encuentra paralelos en el segundo pacto
con Abraham (Gn. 17) y el Pacto Sinaítico, o Mosaico, (Éx. 19-24).
49 Las palabras bíblicas que tratan el pecado comunican conceptos tales como fracaso, error,
iniquidad, infracción, transgresión, maldad, malignidad, anarquía, maldad, injusticia,
inmoralidad, impureza moral.
50 Nótese en particular que aquellos que blasfeman no son ignorantes de las Escrituras
(“escribas… de Jerusalén” [Mr. 3:22]). Ellos sabían lo que el Mesías haría, a partir de pasajes
como Is.61:1. Su pecado no fue un solo acto. El griego de Mr. 3:22 debería leer: “y ellos
seguían diciendo que tenía a Beelzebú”. Lc. 11:16 indica que ellos exigían una señal de modo
que ellos pudieran creer. Jesús acababa de indicar que el Espíritu Santo sería dado a aquellos
que lo piden al Padre (11:13). El Espíritu obra a través de Jesús (4:1,14) luego les dio una señal:
liberación de la esclavitud demoniaca, y ellos no sólo rechazaron la señal, sino que
interpretaron la fuente de poder divino como evidencia de que Jesús estaba asociado con
Satanás. ¡Cuán grande era la oscuridad que envolvía sus corazones, de tal manera que no
podían distinguir la obra de Dios de la que procedía del diablo!
51 Un prominente defensor de esta posición acerca de la Tribulación es Robert Gundry . Véase su
libro Church and the Tribulation (Grand Rapids: Zondervan, 1973).
52 Una presentación clásica de esta posición es hecha por John F. Walvoord in The Rapture
Question (Finlay , OH: Dunham Publishing Co., 1957).
53 Los eruditos premilenarios discrepan sobre si la iglesia estará presente en la tierra durante la
Tribulación, pero todos concuerdan en que el mundo que precede al Milenio estará marcado
por confusión, persecución, y sufrimiento. Véase Erickson, Christian Theology, 1218.
54 Jeremías se refiere al día de angustia como “que no hay otro semejante a él” Esto se asemeja
a las palabras de Jesús: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” Esta descripción también parece hacer eco de
Dn. 12:1 y Jl. 2:2. Aunque la tribulación-devastación predicha por Joel tiene una referencia a
sus días, la liberación que acompaña el Día del Señor (1:15) seguramente se refiere a la era
mesiánica. Véase Jl. 2:23-31; cf. Hch. 2:16-21.
55 Nótese que la temática “y a, pero todavía no” aparece en relación con esta herencia: los
cristianos han recibido y a una herencia, la promesa de la cual es el Espíritu Santo (Ef.
1:11,13,14,18; Col. 1:12), y ellos recibirán una futura herencia (Col. 3:24; He. 9:15; 1 P. 1:4).
Del mismo modo, Pablo presenta la adopción como algo que los crey entes han recibido y a
(Ro. 8:15; Gá. 4:5,6) y como algo que ellos esperan, al menos en la plenitud de sus beneficios
(Ro. 8:23).
56 El debate entre Calvino y Arminio comienza con perspectivas contrastantes sobre los decretos
soberanos de Dios en relación con la creación y la redención. Este es demasiado complejo
para resumirlo aquí. Una excelente descripción del debate puede encontrarse en J. K. Grider,
“Arminianism”, en Evangelical Dictionary of Theology, ed. Elwell, Walter A (Grand Rapids:
Baker Book House, 1984), 79.
57 Algunos eruditos, tales como A. C. Sundberg, han abogado por una fecha del siglo IV (ca. 350
d.C.). Sin embargo, esta fecha tardía es improbable y las pruebas usadas en apoy o de ésta son
inconcluy entes. Véase E. Ferguson, “Canon Muratori: Date and Provenance”, Studia Patristica
18, 2 (1982), 677-83.
58 El filósofo que más a menudo se asocia con la “dialéctica” es G. W. F. Hegel (1770-1831). Él
describió el proceso de cambio como un desarrollo evolutivo del pensamiento llamado
“materialismo dialéctico”. Hegel creía que las ideas (tesis) generaban un contrapunto
(antítesis) que creaba una “tensión dialéctica” que demandaba una resolución, o síntesis. Adolf
von Harnack (1851-1930) usó esta teoría para explicar la historia del desarrollo teológico en la
Iglesia Primitiva.
59 Robert Shank presenta una posición arminiana más satisfactoria. Él indica antes de todo que la
predestinación y la elección no son sinónimas. La elección tiene referencia con quién es
elegido; la predestinación tiene que ver con el propósito para el cual los elegidos fueron
escogidos. Además, él manifiesta que la elección por parte de Dios es “en Cristo” (Ef. 1:4) y
es principalmente corporativa; Dios ha elegido para sí mismo a un pueblo redimido en Cristo.
Por lo tanto, aunque su elección abarca potencialmente a toda la gente, esta no abarca a
ninguna persona incondicionalmente. La fe es una respuesta necesaria que causa la
incorporación en Cristo como el Elegido de Dios. Véase R. Shank, Elect in the Son (Springfield,
MO: Westcott Publishers, 1970), 45-55; 99-108.
60 Véase Lc. 16:8; 20:34; 1 Co. 1:20; 2:6,8.
61 Véase Mt. 12:32; Lc. 18:29,30. Además, “esta siglo [o edad] presente” es caracterizado como
“malo”, y los cristianos han sido rescatados o librados de él por Cristo (Gá. 1:4; cf. Col. 1:13).
62 Véase Mt. 13:39,40,49,50; 24:3; 28:19,20.
63 Algunos podrían sostener que la evangelización debería ser definida para incluir el hacer
discípulos y señalan la Gran Comisión (Mt. 28:18-20) como apoy o para su posición.
Ciertamente las tareas están relacionadas con la obra de la iglesia. Sin embargo, las palabras
“evangelio (gr. euaggelion) y “predicar el evangelio” (gr. euaggelizomai) no aparecen en el
texto de Mateo. Desde un punto de vista lingüístico, entonces, parece mejor ver la obra de
evangelización como dirigida a los pecadores perdidos y el discipulado al crey ente cristiano.
64 Aquellas ley es fueron identificadas por Charles Darwin en su obra El origen de las especies
(1859). Él consideró el agente que produce cambio como mutaciones arbitrarias, y el
mecanismo de cambio como “selección natural”. Hoy muchos científicos tienen serias dudas
y problemas con la explicación de Darwin, pero pocos niegan que la evolución darwiniana
haga la existencia de Dios innecesaria. Para una aclaración concisa de como la teoría de la
evolución conduce al ateísmo, véase la entrevista de Lee Strobel con Jonathan Wells al
respecto: “Dudas acerca del darwinismo” en El Caso Del Creador (Miami: Vida, 2005), 35-82.
Quizás la crítica más erudita de la evolución darwiniana hasta ahora es la obra por Philip
Johnson Darwin On Trial, 2a ed. (Downers Grove: InterVarsity Press, 1993).
65 Deberíamos notar que el relato bíblico de la creación, y las referencias a ella, enfatizan el
hecho de que el mundo es una creación de Dios. No nos son dadas con el propósito de decirnos
la manera en que Dios lo creó. Sin embargo, las muchas referencias al comienzo del mundo o
creación antes de que hubiera una creación material, seguramente sugieren que el acto
original fue ex nihilo. Véase Mt. 13:35; 25:34; Mr. 10:6; 13:19; Lc. 11:50; Jn. 1:1; 8:44; Ro. 1:20;
Ef. 1:4; 1 P. 1:20; 1 Jn. 1:1; Ap. 3:14; 13:8; 17:8, et al. (Erickson, Christian Theology, 395).
66 Véase Leon Morris, “Propitiation”, en Evangelical Dictionary, ed., Elwell, 888. Cf. Leon
Morris, “The Use of Hilaskesthai in Biblical Greek”, Expository Times (May o 1951), 227-33.
67 Para algunos, la vacilación en pensar en la muerte de Cristo como el “aplacamiento” de la ira
de Dios, se basa en el erróneo supuesto de que tal perspectiva presentaría a Dios como
contrario a la redención. Como el NT enseña claramente, Cristo no se opone a la voluntad del
Padre que juzgaría al pecador si no fuera por el sacrificio expiatorio de Cristo. Antes bien,
“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Co. 5:19). La paradoja de esta
doctrina consiste en que Dios proporciona lo que su justicia exige. Él satisface las demandas de
su ira al enviar a su propio Hijo para ser un sacrificio expiatorio.
68 Por ejemplo, en el debate de creación versus evolución, la hipótesis de la existencia o no-
existencia de Dios podría darse como un hecho por aquellos en el debate. Una vez que se
acepta, se puede hablar de la legitimidad o plausibilidad de las dos posiciones, examinando
pruebas de ciencias empíricas. Es decir, si Dios existe (o no existe), ¿qué tipo de mundo
esperaríamos encontrar? ¿Qué tipo de mundo encontramos?
69 Way ne Grudem conduce un estudio inductivo completo de lo que la Biblia enseña sobre sí
misma, y concluy e que la Escritura presenta un testimonio uniforme: “centenares de textos
animan al pueblo de Dios a confiar plenamente en la Escritura, pero ningún texto anima
cualquier duda o siquiera la mínima desconfianza de la Escritura.… Confiar en la ‘inerrancia’
de cada detalle histórico afirmado en la Escritura es… seguir la enseñanza y práctica de los
autores bíblicos mismos.… Todas las palabras de la Biblia son las palabras de Dios y que Dios
no puede hablar falsamente”. Véase Way ne Grudem, “Scripture’s Self-Attestation and the
Problem of Formulating a Doctrine of Scripture,” en Scripture and Truth, ed. D. A. Carson y
John D. Woodbridge (Grand Rapids: Academie Books, 1983), 59.
70 Véase Nm. 23:19; 1 S. 15:29; Sal. 55:19; 110:4; Jer. 4:28; Mal. 3:6; He. 7:21.
71 Véase Éx. 32:12; 2 S. 24:17; Jer. 26:3,13. El libro de Jonás presenta una clásica ilustración de
esto. Dios entrega una declaración incondicional del juicio: “De aquí a cua-renta días Nínive
será destruida” (3:4). Pareciera que Dios no cumplió su profecía o cambió de opinión.
Realmente, el carácter misericordioso de Dios es responsable de su postergación del juicio
hasta el tiempo de Nahum (aproximadamente 150 años más tarde). Es también consecuente
con lo que Él reveló en otra parte. Dios es libre de cambiar sus acciones res-pecto al justo (que
abandona la rectitud) respecto al malo que se arrepiente y comienza a practicar la justicia (Ez.
18:23-32).
72 Los teólogos a menudo interpretaron el kenosis como una adición de humanidad, pero no una
substracción de su deidad.
73 Para una descripción concisa pero informativa del “aporte” de Marción a la formación del
canon del NT, véase David Dunbar, “The Biblical Canon” en Hermeneutics, Authority and
Canon, ed. Carson, D. A. y John D. Woodbridge (Grand Rapids: Academie Books, 1986), 331-
32.
74 Esta también se conoce como “doble predestinación”, que LUTERO rechazó, crey endo que la
predestinación se aplica sólo a aquellos elegidos para salvación. Hay dos problemas básicos
respecto a esta doctrina. Primero, ésta iguala la elección con la predestinación mientras que en
el NT encontramos textos claros que sugieren otra cosa. Segundo, ésta hace caso omiso del uso
en el NT del verbo “predestinar” en relación con sus objetos. Robert Shank ha mostrado
claramente que los dos términos no son equivalentes. Primero, él reconoce que la “elección”
tiene que ver con quién será salvo, pero demuestra exegéticamente que es principalmente una
elección “colectiva” “en Cristo” en la cual la gente participa individualmente por la fe.
Segundo, los seis usos de la palabra griega prooridzō (“predeterminar, predestinar,
preordenar”) revelan que la predestinación se concentra en, según las palabras de Shank, la
“circunstancia” (propósitos u objetivos) de aquella elección: (1) el objetivo de crey entes
conformados a la imagen del Hijo de Dios y glorificado con él (Ro. 8:29,30; Ef. 1:11,12); (2) la
sabiduría oculta de Dios revelada en el Evangelio (1 Co. 2:7); (3) el objetivo de la adopción,
para ser hijos de Dios por medio de Cristo (Ef. 1:5). Véase Robert Shank, Elect in the Son
(Springfield, Mo.: Westcott Publishers, 1970), 21-55, 155-58.
75 Hay debate y controversia teológica respecto a quién, o lo que Dios sabe, y qué resulta de su
conocimiento anticipado o presciencia. Véase ARMINIANISMO. El NT pocas veces usa el
verbo y el sustantivo. Véase Ro. 8:29; 11:2; 1 P. 1:2,20; Hch. 2:23.
76 Nótese con qué frecuencia en sus epístolas Pablo inicia su carta a las iglesias con un saludo
como “Gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Como judío, Pablo sin
lugar a dudas estaba pensando en la palabra hebrea shalom, una palabra que recuerda la paz y
el bienestar total de aquel que está en una relación de pacto con Dios.
77 La frase griega también puede traducirse como siendo “nacido de lo alto.”
78 Por ejemplo, los reformadores consideraron que su tarea era el retorno a la herencia cristiana
apostólica y restaurarla, cuando ellos elevaron las Escrituras como la autoridad suprema para
evaluar la fe y la práctica sola Scriptura. Véase LUTERO, MARTÍN.
79 Véase Ro. 1:7; 8:27; 1 Co. 1:2; 2 Co. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:2, etc.
80 Para una obra muy provechoso dedicada a esta doctrina, véase Donald L. Alexander,
Christian Spirituality: Five Views of Sanctification (Downers Grove, IL: InterVarsity Press,
1988).
81 El debate sobre la seguridad eterna es complejo y depende de la interpretación de múltiples
textos. Para una presentación equilibrada de las posiciones arminiana y calvinista, véase W. T.
Purkiser, “Eternal Security ,” en BDT, 192-93 y J. H. Gerstner, “Perseverance” en BDT, 403-4.
Una obra muy provechosa que trata exegéticamente con casi todos los textos pertinentes es el
libro de Robert Shank Life in the Son (Springfield, Missouri: Westcott Publishers, 1960).
82 Cualquier definición de Dios es imperfecta e incompleta. Aquí se da simplemente algunos
atributos esenciales de Dios, que caracterizan el teísmo cristiano.
83 Véase la discusión de Lee Strobel con Michael Behe acerca de la evidencia de un Diseñador
con propósito, que se extrae de la bioquímica. Véase Strobel, El Caso Del Creador, 241-74.
84 Por ejemplo, Pablo emprende una teodicea en Ro. 9-11. Los cristianos judíos han llegado a
una crisis de fe por el hecho de que Israel como nación no acepta el evangelio. Las
consecuencias son que las promesas de Dios no se cumplían, y algunos judíos ponen en duda el
carácter fiel de Dios para cumplir sus promesas a Israel. Pablo toma estos tres capítulos para
sostener que no hay injusticia alguna en Dios (9:14). Para una interpretación muy iluminadora
de Ro. 9-11 en vista de esta teodicea, véase R. Shank, Elect in the Son, 108-19.
85 La teología sistemática también emplea la filosofía, la historia, la antropología social
(conciencia humana), y hasta la ciencias naturales para explorar ciertas evidencias de la
existencia de Dios y su providencial presencia en el mundo.
86 Uno de los mejores tratamientos del debate sobre si el ser humano es “dicótomo” o
“tricótomo” se halla en el libro de James O. Buswell Jr., A Systematic Theology of the Christian
Religion, vol. 1 (Grand Rapids: Zondervan, 1962), 231-51.
87 Lamentablemente, algunos usan la expresión suponiendo que las palabras en sí contienen un
poco de poder intrínseco, y que por sólo recitar las palabras el poder es liberado. Esto se
asemeja al uso pagano de fórmulas mágicas en el mundo greco-romano, y es condenado en la
Escritura. Véase Mt. 6:7; Hch. 19:13-16.
88 Este es a veces referido como tener “una estima más elevada” de la Escritura y a menudo
esta incluy e la creencia en la “inerrancia” o la “infalibilidad” de la Escritura.
89 Jesús los reprendió y mostró cómo esta clase de legalismo puede minar los grandes principios
morales que contiene la ley. La ironía era que los fariseos en su celo por guardar la Ley a
través de sus tradiciones, finalmente dejaron de lado la Ley, y de esta manera la quebrantaron
(Mr. 7:6-13).
90 David Reed llama al pentecostalismo unitario “una forma de modalismo simultáneo que, a
diferencia del sabelianismo, considera las tres manifestaciones como presentes al mismo
tiempo, no en sucesivos períodos reveladores.” Véase DPCM, s.v. “Oneness Pentecostalism”,
649.
Apéndice A
Hermenéutica Pentecostal (H-P)1
Todo creyente que lee y procura entender las Escrituras practica la hermenéutica,
conozca o no el significado del término. Igualmente los pentecostales alrededor
del mundo han interpretado la Biblia desde el inicio del movimiento pentecostal
moderno, a comienzos del Siglo XX. 2 Sin embargo, sólo en la últimas décadas
los eruditos pentecostales se han interesado en abordar el tema de la H-P, con el
objetivo expreso de analizar la manera en que ellos practican su interpretación de
la Biblia, y de considerar si los pentecostales tienen algo diferente o único que
aportar a la práctica de la hermenéutica. Este tema ha inspirado y ha generado
libros dedicados completamente al tema3 e innumerables artículos de erudición.
Ya que el formato y propósito de este libro es proporcionar una introducción a
los términos y métodos básicos de la hermenéutica, lo que sigue no pretende ser
un estudio exhaustivo o completo al respecto. No obstante, la intención del
autor es introducir al lector en los interrogantes y asuntos que plantea la H-P, de
modo que el estudio adicional pueda ser informadao y dirigido por una
indagación enfocada.
¿Hay una hermenéutica pentecostal específica y reconocible? Los
pentecostales de los últimos treinta o cuarenta años han respodido a esta
pregunta de manera afirmativa y también negativa. El término HERMENÉUTICA
se refiere a un sistema específico de interpretación organizada dentro de un marco
de referencia establecido (ideológico, empírico, doctrinal, etc.), que incluye un
sistema reconocido de presuposiciones, valores o creencias que dirigen y
controlan la interpretación de textos. Si el interrogante delante de nosotros tiene
la intención de saber si hay una H-P identificable y que los pentecostales
alrededor del mundo practiquen de manera uniforme, la respuesta debe ser “ no”.
La diversidad hermenéutica dentro de la erudición pentecostal deja esto en
claro. 4 Muchos eruditos pentecostales recibieron su formación académica en
seminarios protestantes de iglesias históricas; otros en instituciones evangélicas
conservadoras, y todavía otros en programas religiosos en universidades
seculares. Por consiguiente, sus métodos interpretativos varían según sus
antecedentes académicos, su intrucción, y quizás más formativamente, según la
tradición religiosa en que fueron criados. Aunque los pentecostales han mostrado
históricamente un gran respeto por la inspiración y la autoridad de las
Escrituras, la búsqueda de legitimidad de sus doctrinas y experiencias en las
enseñanzas de la Biblia, 5 los ha conducido a usar diversos enfoques y métodos
en la interpretación de las Escrituras. Lamentablemente, éstos abarcan desde el
enfoque extremadamente literal al método de extrema espiritualización que se
aproxima a alegorización (véase INTERPRETACIÓN ALEGÓRICA), ningún extremo
muestra el sentido que el autor bíblico quiso comunicar.
Sin embargo, la respuesta a lo anterior también puede ser afirmativa, en el
caso de haber preguntado si los pentecostales aportan a la interpretación bíblica
presuposiciones conformadas por intereses, perspectivas, y experiencias, que son
más o menos exclusivas de los pentecostales. Esta es una diferencia compleja, y
una que requiere que meditemos y nos preguntemos, en primer lugar, qué
constituye una hermenéutica. En 1992, Gordon Anderson hizo algo de mucho
valor para cada pentecostal interesado en contestar a esta pregunta, al identificar
seis elementos necesarios que conforman toda hermenéutica. 6 Para mantener la
brevedad en el análisis, los elementos están organizados en una lista, luego
proveeré comentarios y calificaciones adicionales que procurarán evaluar cómo
los pentecostales coinciden o difieren en su comprensión de estos elementos.

1. La ex égesis gramatica-histórica y una filosofía del lenguaje. Anderson


concluyó que los pentecostales usan el mismo método de interpretación
gramático-histórico que otros evangélicos conservadores. Este método
procura descubrir el sentido original del autor bíblico a través del uso y
selección de palabras por parte de éste, que presupone la lógica inherente
del lenguaje (es decir, el modo normal en que la gente se comunica
verbalmente).
Debería mencionarse que algunos eruditos pentecostales modernos,
influenciados por la crítica literaria postmoderna (véase HERMENÉUTICA
P OSTMODERNA) se han apartado de esta posición. En resumen, ellos dudan
de que podamos determinar el sentido objetivo de un texto, o la intención
original de su autor. En cambio el lector interactúa con el texto y determina
su sentido. El sentido que se extrae no tiene que derivarse o basarse en lo
que el autor se propuso. 7 Sin embargo, éste no es el enfoque hermenéutico
de la mayoría de los eruditos pentecostales hoy. 8

2. El papel del Espíritu Santo en la interpretación. La observación de


Anderson de que el papel del Espíritu Santo en la interpretación no es
exclusividad de los pentecostales, sino que comparte puntos con otros
evangélicos conservadores es ampliamente ilustrado por John Wyckoff en
su libro, Logos and Pneuma: The Role of the Spirit in Biblical
Interpretation, aunque necesita calificación. 9
Éste es quizás el más complejo, difícil, y polémico de los elementos.
¿Qué papel cumple el Espíritu Santo en la interpretación de las Escrituras?
¿Ofrece el Espíritu una ventaja a los pentecostales que afirman y celebran su
presencia inmediata, y la obtención de poder carismático? ¿Es esta una
ventaja de carácter epistemológico que es negada a los no pentecostales?
Aunque tal posición puede ser popular entre los pentecostales, tal ventaja
epistemológica es difícil de defender o definir, ya que los pentecostales
están de acuerdo en que el Espíritu habita en todos los verdaderos creyentes
(Ro. 8:9). 10
Wyckoff es un pentecostal que ha intentado articular un papel
epistemológico específico del Espíritu en la interpretación, sin sugerir que
esté sólo disponible para los pentecostales. Él ve al Espíritu como
cumpliendo la función de maestro o ayudante que agiliza la tarea. Además,
él amplía la influencia del Espíritu a todo el aprendizaje, más allá de la
esfera cognoscitiva o racional de alcanzar conocimiento y entendimiento.
Wyckoff ve la obra del Espíritu, conduciendo al intérprete a través de cinco
niveles del aprendizaje hasta la experiencia personal, o una asignación de la
verdad o mensaje que es por último transformacional. 11 Por lo tanto, su
análisis matizado de los cinco niveles de aprendizaje incorpora tanto
dimensiones intelectuales o cognoscitivas, como aquellas volitivas del
entendimiento. No obstante, los pentecostales reconocen fácilmente que el
Espíritu obra en cada faceta de la personalidad humana: intelecto, voluntad,
y emoción. 12 Por lo tanto, parece inadecuado excluir de la influencia del
Espíritu cualquier faceta de la hermenéutica, sea cognoscitiva (razón),
afectiva (emociones), o volitiva. El más difícil desafío es identificar
exactamente cómo ocurre esto en términos del entendimiento de las
Escrituras, pero es necesario que se haga un esfuerzo provisional:
El presente autor cree que esta obra trascendente del Espíritu Santo en
la hermenéutica principalmente (pero no exclusivamente) trata con el
aspecto volitivo del ser humano. Se relaciona con la generación de fe,
esperanza, amor, certeza, confianza, valor, etc., a través del conocimiento y
entendimiento. Sin embargo, el conocimiento va más allá de la dimensión
racional a la experiencial, la cual aunque incorpora la primera, ambas le
añaden y lo trascienden. Pienso que es por esto que Pablo acuña una nueva
palabra cuando trata con la epistemología cristiana —epignosis (véase Ef.
1:17. Cf. 1 P. 1:1). El epignosis (“ conocimiento” o “ conocimiento
verdadero”) es un subproducto de la revelación que requiere de una
respuesta de fe. La respuesta trae un conocimiento y comprensión que afecta
empíricamente todos los aspectos de la personalidad humana: intelecto,
emoción, y voluntad. La obra del Espíritu Santo aunque culmina en la
transformación de la voluntad, no es unidimensional. Él obra en todos los
niveles, y en todas las esferas de la personalidad humana, en la entrega de
la verdad de Dios. El Espíritu Santo obra dentro de la mente para hacer el
mensaje de la Escritura claro e inteligible. Él presenta la verdad cuando
obra en la dimensión emotiva de la psique de una persona, para cambiar o
afectar la disposición interior del corazón. Él obra para dar claridad en
cuanto al curso de acción garantiza en respuesta (la voluntad) a la verdad, y
exige y permite una respuesta de fe.
Los pentecostales deben animarse ante este matizado análisis que
implícitamente apunta a una ventaja pentecostal. Quienes creen y practican
su fe en la conciencia de la presencia y poder del Espíritu, y reconocen que
su obra se relaciona tanto con la salvación como con su investidura de
poder carismático en la vida de la iglesia, deberían intencionadamente
buscar y esperar experimentar la ayuda del Espíritu Santo en la
comprensión de las Escrituras.

3. El papel que el género cumple en la interpretación. Los pentecostales


ven la narrativa histórica (p.ej., Hechos) como una fuente para la
formulación de doctrina y práctica normativa (lo que debemos creer y
hacer).
Los evangélicos conservadores reconocen el valor didáctico de la narrativa
histórica. Sin embargo, se inclinan por las epístolas y otras Escrituras en
prosa, donde es más fácil obtener la verdad proposicional. Incluso algunos
eruditos pentecostales, como Gordon Fee, no son partidarios de establecer
una doctrina pentecostal normativa13 (p.ej., lenguas como evidencia inicial
del bautismo en el Espíritu) basada en el testimonio de los Hechos. Otros
eruditos pentecostales han sostenido que la teología narrativa es un
ingrediente esencial a través de todo el canon bíblico, Antiguo Testamento
y Nuevo Testamento. Por ejemplo, Roger Stronstad muestra que la
doctrina pentecostal puede extraerse de la narrativa cuando el autor bíblico
presenta un modelo visible que señala su intención de enseñar tal
doctrina. 14

4. El papel de la ex periencia personal. Mientras todos los intérpretes,


conscientemente o no, introducen sus experiencias personales en su
hermenéutica, los pentecostales lo hacen de manera consciente e
intencionada, y con una conciencia crítica.
La experiencia personal es parte esencial de lo que somos, y contribuye
a las presuposiciones que traemos a la tarea de la interpretación. Se ha
acusado a los pentecostales de hacer una exégesis no del texto, sino de su
experiencia (p. ej., el bautismo en el Espíritu Santo, lenguas u otros dones
carismáticos del Espíritu). Una respuesta rápida a esta crítica es que los no-
pentecostales, de una manera muy similar, hacen una exégesis de su no-
experiencia. Tanto los pentecostales como lo no-pentecostales tienen que
cruzar la distancia hermenéutica que nos separa del autor bíblico, y la
experiencia personal es parte de aquellla distancia. Sin embargo, la
interpretación pentecostal no es más esclava de la experiencia personal
subjetiva que las interpretaciones de no-pentecostales. Si concluimos que
detrás de las palabras de las Escrituras encontramos la verdad objetiva que
está unida a la realidad espiritual, es bastante razonable esperar que la
experiencia personal validará y confirmará las aseveraciones de verdad de las
Escrituras que hicieron los autores bíblicos.

5. La ex periencia histórica. Como sucede con la experiencia personal, todos


los intérpretes apelan a la historia para validar la verdad bíblica y la
interpretación, pero los pentecostales lo hacen conscientemente y sin
disculpas, aunque críticamente.
Sería en verdad extraño si determináramos que las Escrituras enseñan
que los cristianos son investidos de la presencia y el poder del Espíritu
para facilitar su vida y ministerio, y que creyéramos “ para vosotros es la
promesa [del Espíritu], y para vuestros hijos, y para todos los que están
lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39), y luego
descubriéramos que no hay registro alguno en la historia de la iglesia de
alguien que recibiera el Espíritu de una manera parecida a la que
experimentaron los primeros cristianos. 15

6. Las presuposiciones teológicas. Todos los cristianos asumen la tarea de


interpretar las Escrituras con una variedad de suposiciones y compromisos
teológicos. Los pentecostales creen que hay una unidad fundamental y
continuidad de la acción divina, desde que Dios estableció la iglesia.
Los pentecostales primitivos acostumbraban a citar el pasaje:
“ Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Esto no concordaba
con una eclesiología dispensacional (véase DISPENSACIONALISMO) que
restringía las señales, las maravillas, los milagros, y los dones del
Espíritu, al primer siglo de la era apostólica. Hoy, los pentecostales tienen
una teología pentecostal más desarrollada, que incluye como mínimo tres
perspectivas teológicas claves: 1) Dios es un Dios que se revela a sí mismo
y que desea manifestar su presencia en su pueblo. 16 2) Pentecostés es un
desarrollo escatológico clave en el cual el derramamiento del Espíritu
señala la llegada del Eschaton (Hch. 2:17)17 y el cumplimiento de la
profecía de Joel (Joel 2:28-30). Este cumplimiento identifica a la iglesia
como el pueblo del nuevo pacto de Dios, el escatológico pueblo de Dios,
cuya identidad y marca es la vida (2 Co. 3), la presencia, y el poder del
Espíritu, para testificar de Cristo resucitado (Hch. 1:5-8). 3) La obra del
Espíritu en la iglesia del Nuevo Testamento es soteriológica (relativa a la
salvación, cf. Hch. 15:8) y también vocacional (relativa a la obtención de
poder carismático para la vida, el servicio, y el testimonio, cf. Hch. 15:12;
Lc. 24:49; Hch. 1:8).
Los intérpretes pentecostales desarrollarán obviamente muchas otras
perspectivas teológicas y eclesiásticas de apoyo, respecto a la persona y la
obra del Espíritu Santo. Sin embargo, estas tres, conforme a la opinión de
este autor, son elementales para una H-P.
Y ahora volvemos a la pregunta original: ¿Hay algo que podamos llamar
una hermenéutica pentecostal específica y reconocible? Si la hay, ¿cómo se
lleva a cabo? Noel provee un completo repaso de las voces divergentes entre los
eruditos pentecostales recientes. 18 Todos insisten en que los pentecostales
tienen algo importante que aportar a la discusión acerca de la hermenéutica.
Ellos difieren en su crítica de los intérpretes “ modernos” (evangélicos
conservadores en particular), cuya hermenéutica se ve como defectuosa e
inadecuada. Noel presenta una extensa muestra de esta crítica, sea para criticar un
enfoque demasiado racionalista a la interpretación (uno que usa el MÉTODO
CRÍTICO-HISTÓRICO), o para enfatizar el ampliado papel de la experiencia
personal (la transformadora obra del Espíritu) a través de las Escrituras. Noel
está sustancialmente de acuerdo con Kenneth Archer, a quien considera un
innovador que ha usado como fundamento las percepciones de sus predecesores
pentecostales, y las ha orientado en una novedosa dirección.
Básicamente Archer presenta la H-P como una conversación tripartita (él la
llama una “ negociación triádica”) entre el texto bíblico, el Espíritu Santo, y la
comunidad pentecostal, compañeros más o menos iguales en la empresa
interpretativa. A primera vista esta descripción parece atractiva, y una que
ciertamente da expresión a dos elementos de interés de los pentecostales que a
menudo se pasan por alto: la función del Espíritu Santo y de la comunidad de fe
en la interpretación. Ésta última, se ve como la que suministra un control sobre
el desenfrenado subjetivismo. Sin embargo, la inclinación postmoderna de
Archer ha despojado a la Escritura de su primacía en la determinación de la fe y
la práctica de la iglesia. Esto es así porque él siente que el principio de la
Reforma de Sola Scriptura es anticuado y arcaico. Según él, el sentido bíblico
siempre evoluciona dentro de la vida de la iglesia. No hay un sentido objetivo
fijo en un texto. Acher declara esto inequívocamente: “ Se necesita una estrategia
hermenéutica pentecostal que rechace la búsqueda del autor de un sentido pasado
determinante, y que abrace la realidad de que la interpretación implica el
descubrimiento de significado y la creación de significado.”19 (el énfasis es
mío).
¿Qué impide entonces que esta hermenéutica se convierta en un
“ desenfrenado subjetivismo” en la interpretación, sobre todo si se apela a la
dirección del Espíritu “ hacia toda verdad?” Thomas responde que este modelo
impide que esto suceda porque la interpretación se hace dentro de la comunidad
de creyentes, que hace responsable al intérprete ante la Escritura autoritativa. 20
Tengo dos preguntas como respuesta: 1) ¿ Cuál comunidad de creyentes? ¿Qué
sucede si hay voces discrepantes en la iglesia en la ciudad o en la misma
comunidad? ¿Quién determina qué voz se acepta o se rechaza, y bajo qué
criterios? ¿Tienen todas las interpretaciones igual validez en tanto se conformen
a un cierto margen de respaldo de la comunidad? 2) ¿Quién hace responsable a
la comunidad? Si la respuesta es “ el Espíritu”, ¿no se vuelve al punto de
partida que se confía en el subjetivo juicio de la comunidad para determinar qué
es la voz del Espíritu y qué no lo es? Si su respuesta es “ la Escritura”, usted
queda sin dirección definitiva, ya que Archer ha determinado que la intención
original del autor es irrecuperable, y que no es relevante para la búsqueda
moderna de sentido o significado. Parece que quienes están de acuerdo con el
enfoque de Archer han sustituido la autoridad de las Escrituras con la autoridad
de la comunidad de creyentes, que no obstante es dirigida por el Espíritu.
Mi crítica del enfoque de Archer nace de una conciencia histórica de que
nunca faltará la comunidad de creyentes que asegure tener el recto entendimiento
de las Escrituras. ¿Han olvidado estos pentecostales la miríada de comunidades
de creyentes en el curso de la historia de la iglesia que tuvieron doctrinas
heterodoxas, y hasta heréticas? 21 ¿Estaban todas ellas privadas del Espíritu?
Seguramente no negamos la obra del Espíritu en la hermenéutica de los no-
pentecostales. ¿Adoptamos una posición elitista de que nuestra experiencia
pentecostal nos hace de alguna manera intérpretes superiores de las Escrituras? O
decimos: “ Ellos tienen sus interpretaciones y nosotros tenemos la nuestra. No
tenemos que estar de acuerdo.” De alguna manera la unidad de la fe por la que
Jesús (Jn. 17) y Pablo (Ef. 4) oraron se opone a tal actitud.

Testimonio y conclusión
En mis estudios doctorales sobre el desarrollo del canon de Nuevo
Testamento en el segundo siglo, 22 rápidamente me di cuenta de que los padres
apostólicos, y muchos padres ortodoxos de la iglesia, buscaron validación
apostólica para sus enseñanzas, doctrinas, y praxis. Ellos lo hicieron así porque
creyeron que los apóstoles y sus asociados tenían autoridad delegada por Cristo
para enseñar y transmitir sus enseñanzas. Los primeros escritos cristianos que se
convirtieron en nuestro Nuevo Testamento fueron esa validación. En otras
palabras, ellos buscaron una norma externa, independiente, y autoritativa para
juzgar todos los asuntos de fe y conducta. Ellos encontraron tal REGULA FIDEI
(lit. “ regla de fe”) en los escritos apostólicos del Nuevo Testamento.
Ahora, si oigo bien a mis hermanos pentecostales, los autores bíblicos no
son determinantes del sentido en los textos que escribieron. Este no fue
ciertamente el criterio de la iglesia primitiva, en su intento de encontrar aquellos
documentos que pudieran definir la fe de nuestros antepasados pentecostales del
primer siglo, los Apóstoles. Estos documentos y muchos otros escritos
“ cristianos” existieron y fueron producidos por una pléyade de comunidades
distintas y separadas. ¿Se nos pide ahora que creamos que lo qué los apóstoles
creyeron, hablaron, y se propusieron enseñar es muy difícil de determinar, y
generalmente irrelevante? Por consiguiente, ¿debería yo adoptar una
hermenéutica que pone al lector y a su comunidad interpretativa como quien
determina o crea el sentido, aun con la ayuda del Espíritu Santo? Esto me hace
pensar en una conversación que tuve hace unos veinte años atrás con un ahora
famoso teólogo de la liberación. Hablamos con mucho detalle sobre el asunto de
cómo se puede mantener cualquier sentido ortodoxo, cuando se rechaza la
intención original del autor bíblico como determinante del sentido textual. Para
ilustrar mi punto, le pregunté qué haría él si encontrara a alguien que abogara
por un estilo de vida evidentemente inmoral y luego se pusiera a ofrecer
interpretaciones de la Escritura que supuestamente lo apoyaran. Su respuesta me
impresionó, y es lo que hoy viene a mi mente. Él respondió: “ Yo le diría que
no es así como nuestra comunidad pentecostal entiende esas Escrituras, y si
usted quiere pertenecer a esta comunidad, usted debe abandonar esas creencia y
prácticas.” Esta parece ser la dirección en que va la opinión de estos intérpretes
pentecostales. La autoridad independiente y autónoma de las Escrituras
infalibles23 de alguna manera se presenta como opción y se sustituye por la
autoridad subjetiva del lector y la comunidad de creyentes, que supuestamente
son dirigidos por el Espíritu Santo. Cualquiera que lee las epístolas de Pablo a
los corintios se da cuenta que sus opositores se presentaban como voz profética
(1 Co. 12) y apostólica (2 Co. 11). ¿Quién puede decir que ellos no tenían una
causa legítima? Esas voces heterodoxas competidoras puede ser corregidas o
silenciadas sólo si la intención original de las palabras de Pablo se considera
como determinante del sentido textual. Como fue en ese tiempo, también lo es
hoy.
_______________
1 Considerando el trasfondo del autor en la tradición pentecostal, lo que sigue es el concepto
cuy a definición es la más extensa en este Diccionario. Esto es intencional y con la esperanza
de que los lectores a quienes me dirijo incluy a un importante número de pentecostales y
carismáticos. Estos crey entes han sido expuestos a una amplia gama de enfoques
hermenéuticos, algunos de ellos confusos y hasta contradictorios.
2 Un buen lugar donde obtener una perspectiva panorámica de este tema es el artículo,
“Hermeneutics, Historical Perspectives on Pentecostal and Charismatic,” por French L.
Arrington en el Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements, editado por Stanley M.
Burgiss, Gary B. McGee y Patrick H. Alexander (Grand Rapids: Zondervan Publishing House,
1988), 376-389.
3 Uno de los más recientes es Kenneth J. Archer, A Pentecostal Hermeneutic: Spirit, Scripture
and Community (Cleveland, TN: CPT Press, 2009). Una obra que procura identificar la
unicidad de la H-P a la luz del postmodernismo es el libro por Bradley Truman Noel,
Pentecostal and Postmodern Hermeneutics (Eugene, OR: Wipf and Stock, 2010). Para una
crítica sobre esta última obra véase mi reseña en el Encounter E-Journal en el sitio web del
Assemblies of God Theological Seminary , bajo escritos y publicaciones del cuerpo docente.
4 Para una excelente descripción de esta diversidad véase Noel, Pentecostal and Postmodern
Hermeneutics, capítulos 3-4, pp. 44-95.
5 Arrington deja esto en claro en su artículo, “Hermeneutics…”,
6 Véase Gordon L. Anderson, “Pentecostal Hermeneutics”, una monografía presentada ante la
Society for Pentecostal Studies Conference, en Springfield, Missouri, marzo de 1992.
7 Noel cita con aprobación la evaluación de Umberto Eco: “Eco cree que la intención del autor
es ‘muy difícil de indagar y con frecuencia irrelevante para la interpretación de un texto.’”
Véase Noel, Pentecostal/Postmodern Hermeneutics, p. 137. Imagine esto. Lo que Pablo, Pedro,
Santiago, y Juan quisieron decir, ¡no es relevante para entender sus propios escritos! Uno tiene
que hacer una pregunta teológica importante: “¿Qué entonces es lo inspirado, sus palabras y
pensamientos, como se expresan en las Escrituras, o nuestras interpretaciones independientes
de sus escritos?”
8 El libro de Noel demuestra fácilmente esto. Entre aquellos que Noel reseña están Gordon Fee,
Robert Menzies, Roger Stronstad, y Gordon Anderson. Véase Pentecostal/Postmodern
Hermeneutics, capítulos 5-6, pp. 96-145. Otros eruditos pentecostales notables que ven un
sentido objetivo en el texto, y que se identifican con la intención del autor, son French
Arrington, William Menzies, Doug Oss, y John Wy ckoff por mencionar sólo unos cuantos.
9 Véase a John W. Wy ckoff, Pneuma and Logos: The Role of the Spirit in Biblical Hermeneutics
(Eugene, OR: Wipf and Stock Publishers, 2010. Wy ckoff, en los capítulos 2-3, pp. 12-96,
establece que la iglesia cristiana en toda época ha reconocido la obra del Espíritu no sólo en
darnos las Escrituras, sino en ay udarnos a entenderlas.
10 Anderson (“Pentecostal Hermeneutics”) nos aconseja que consideremos nuestras palabras
detenidamente, y cita a varios prominentes eruditos pentecostales cuy os puntos de vista son
confusos, imprecisos, y que lindan en un elitismo que no tiene defensa alguna. “¿Qué quiere él
(un erudito pentecostal) decir cuando afirma que la percepción pentecostal de la naturaleza y
la función de la Escritura es única? ¿Cómo se diferencia ésta de la que tienen otros evangélicos
conservadores? ¿Por qué la confianza pentecostal en la iluminación es algo único? Todos los
evangélicos conservadores afirman que el Espíritu Santo cumple un papel vital en la
interpretación. ¿Cuál es esta “significación más profunda” del texto que sólo puede obtenerse
por una epistemología neumática o carismática? ¿Más profunda en cuanto a qué? ¿Más
profunda que aquella que un bautista o un nazareno pueden recibir? y ¿qué es una
epistemología neumática y en que sentido es única?”
11 Véase Wy ckoff, Pneuma and Logos, capítulo 4, pp. 97-122. Él usa los criterios de Lawrence
O. Richards que identifica cinco niveles de aprendizaje: memorización, reconocimiento, rea-
firmación, relación, y realización. Los dos últimos niveles se definen para incluir una respuesta
adecuada a la verdad, es decir, que envuelva la voluntad de la persona, y permita una
adecuada respuesta de vida. Véase Lawrence O. Richards, Creative Bible Teaching (Chicago:
Moody Press, 1970), 69-73.
12 Por ejemplo, respecto a una comprensión racional de la Escritura, Pablo razonó con los judíos
en la sinagoga de Éfeso (Hechos 18:19). La impresión emocional de ser lleno del Espíritu es
confirmada en Hechos 13:52. Después del sermón de Pedro en Pentecostés, las reacciones de
los oy entes hablan del impacto volitivo que causó la predicación de Pedro, inspirada por el
Espíritu Santo (Hechos 2:37; Cf. Hechos 1:14. Nótese que el verbo apoph-thengomai en 1:14 se
usa en Hechos sólo para el discurso inspirado por el Espíritu.
13 Véase la discusión sobre la narrativa histórica en Gordon D. Fee y Douglas Stuart, How to
Read the Bible For All Its Worth, 2da y 3ra ediciones (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1994,
2004).
14 Véase Roger Stronstad, The Charismatic Theology of St. Luke (Peabody, MA: 1984). Además
véase del mismo autor The Prophethood of All Believers: A Study in Luke’s Charismatic
Theology, (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1999).
15 Mientras cursaba estudios de postgrado, este autor evaluó la aseveración de los cesacionistas:
los dones carismáticos del Espíritu cesaron al final de era apostólica (c. 100 d.C.). Escribí una
monografía sobre el testimonio los charismata (dones espirituales) en los escritos de los Padres
Prenicenos (antes del Concilio de Nicea en 323 d. C.). Mi monografía, de unas 30 páginas,
aunque llena de citas, está lejos de ser exhaustiva.
16 Esto puede establecerse al examinar el tema de la presencia manifiesta de Dios en la Biblia,
desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Lo significativo es que la promesa del nuevo pacto está
vinculada a la provisión de Dios del Espíritu, y establece al pueblo de Dios como propiedad
suy a. Véase especialmente Jer. 31:27-33; Ez. 36:26-28; 37:23,27; Cf. 2 Co. 3:4-18.
17 Otro modo de presentar ésto es que marca el principio del Eschaton, el fin de la era antigua y
el principio de la era nueva, la era que ve cumplidas las promesas redentoras de Dios, antes de
la Segunda Venida de Cristo y de la era eterna por venir.
18 Véase Pentecostal and Postmodern Hermeneutics, especialmente el capítulo 6, “Pentecostal
Hermeneutics for the Twenty -first Century : Kenneth J. Archer’s Proposal,” pp. 122-145.
19 Citado por Noel en Pentecostal and Postmodern Hermeneutics, p. 163.
20 John Christopher Thomas, “Women, Pentecostals and the Bible: An Experiment in Pentecostal
Hermeneutics” Journal of Pentecostal Theology 5 (1994), 55.
21 Recuerde que la herética cristología arriana fue más de una vez la opinión de la may oría en la
iglesia. La cristología ortodoxa de Atanasio fue perseguida.
22 Véase a James D. Hernando, Irenaeus and the Apostolic Fathers: An Inquiry into the
Development of the New Testament Canon, tesis doctoral para la obtención de grado PhD
presentada a la Drew University , 1990. Disponible en University Microfilms International, Ann
Arbor Michigan.
23 Es interesante observar que tanto Archer como Noel lamentan el hecho de que la may oría de
los pentecostales sostienen la inerrancia de las Escrituras, que ellos consideran innecesaria para
afirmar la inspiración y la autoridad de las Escrituras. Véase Noel, Pentecostal and Post-
modern Hermeneutics, p. 141. A modo de respuesta, y o preguntaría, ¿cómo justificamos que
creemos y obedecemos una Escritura con errores? ¿Cómo predicamos o proclamamos error
autoritativo?
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Zuck, Roy B., ed. Rightly Divided: Readings in Biblical Hermeneutics. Grand
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Índice de Términos
Abismo, 131
Abogar a la sangre, 183
Admonición, 109
Adopción, 165
Agustín, 61
Alegoría, 13
Alegorización, 83
Alegorizar, 14
Aliteración, 121
Alta crítica/críticos (véase Crítica Histórica), 75
Amanuense, 131
Amilenialismo, 153
Análisis actancial, 80
Análisis del discurso, 83
Análisis paradigmático, 80
Análisis sintáctico, 18
Analogía de la fe, 14
Analogía de la Escritura, 14
Anticristo, 153
Antinomiano, 154
Antitipo, 94
Antonomasia, 126
Antropomorfismo, 127
Antropopatismo, 127
Aplicación, 14
Apocalipsis, 99
Apócrifo, 15
Apologista, 154
Apostasía, 154
Apóstrofe, 127
Aquino, Tomas de, 72
Arameo, 132
Aretalogía, 103
Armagedón, 132
Arminianismo, 165
Arqueología, 132
Arrebatamiento, 155
Arrepentimiento, 155
Arrepentirse, 155
Artemisa/Diana, 132
Ascetismo, 133
Asera, 133
Asindetón, 121
Asiria, 133
Asmoneos, 134
Asonancia, 121
Autógrafo, 134
Autor implícito, 77
Autoritativo, 14

Baal, 134
Babilonia, 135
Baja crítica (véase Crítica textual), 75
Barth, Karl, 61
Bautismo, 155
Bautismo en el Espíritu Santo, 155
Bultmann, Rudolf, 62

Cabalistas, 49
Calvinismo, 165
Calvino, Juan, 62
Canon, 15
Canon Muratorio, 166
Canónicos, 16
Cargar una palabra, 16
Carismático, 156
Carismáticos, 166
Carta apologética, 100
Carta de un embajador, 101
Círculo hermenéutico, 83
Circuncisión, 135
Clemente de Alejandría, 63
Códice, 135
Comedia, 99
Componentes retóricos, 75
Comunidad de Qumrán, 135
Conclusio, 76
Confirmatio, 76
Contexto histórico-cultural, 16
Contexto literal, 16
Contextualización, 17
Crisóstomo, Juan, 64
Cristiandad, 167
Cristianos de la Gran Comisión, 183
Cristocéntrico, 156
Cristología, 167
Crítica, 17
Crítica de las formas, 76
Crítica de la narrativa, 77
Crítica de la redacción, 78
Crítica de la respuesta del lector, 87
Crítica de la retórica, 78
Crítica de las fuentes, 79
Crítica estructural, 80
Crítica histórica, 81
Crítica literaria, 81
Crítica sociológica, 81
Crítica textual, 82
Cuádriga, 61
Cultura, 17

Deconstrucción, 84
Deísmo (también deísta, deístico), 167
Deliberativo (véase Crítica de la retórica), 101
Depravación, 167
Desmitificación, 85
Día de Pentecostés, 136
Dialéctica, 167
Diálogo, 109
Diana /Artemisa, 132
Diatriba, 122
Dicho dominical, 99
Dicho parabólico, 112
Didáctico, 17
Dinastía, 136
Dispensacionalismo, 168
Disposición mecánica, 18
Distanciación, 18
Doble sentido, 122
Dogmático, 18
Doxología, 99

Eclesiástico, 168
Ecuménico, 168
Ecumenismo, 168
Edad Media, 45
Éfeso, 136
Eiségesis, 19
Elección, 169
Elipsis, 130
Encarnación, 169
Endecha, 117
Enfoque devocional, 85
Enfoque dispensacional, 85
Enfoque dogmático, 86
Enfoque existencial, 86
Enfoque/crítica de la respuesta del lector, 87
Enfoques naturalistas, 87
Enfoques supernaturalistas, 87
Enigma, 109
Epicureos, 137
Epideíctica(o), 79, 101
Epistemología, 19
Epístolas, 100
Epizeuxis, 122
Epopeya, 111
Equivalencia dinámica, 19
Erasmo, Desiderio, 64
Erudición conservadora, 183
Erudición liberal, 184
Escatología, 169
Escolasticismo, 46
Escuela de Alejandría, 46
Escuela de Antioquía, 46
Escuela Historicista, 156
Esenios, 137
Espiral hermenéutico, 88
Espiritualizar, 19
Establecer principios, 20
Estructuras profundas, 80
Estructuras superficiales, 80
Estudio bíblicos: Introducción y trasfondo, 131–53
Ética, 170
Ético, 170
Etimología, 21
Etnohermenéutica, 89
Etnolinguística, 89
Eufemismo, 124
Evangélico, 170
Evangelio, 137
Evangelios sinópticos, 137
Evangelios, 102
Evangelismo, 170
Evidencia externa, 21
Evidencia interna, 21
Evolución, 170
Ex nihilo, 171
Exégesis, 21
Exégesis rabínica, 49
Exégesis sintáctica-teológica, 90
Existencialismo, 22
Existencialismo cristiano, 47
Exordium, 75
Expiación, 171
Exposición, 23

Fábula, 104
Falacia intencional, 23
Fariseos, 138
Fiesta de la Pascua, 138
Fiesta de los tabernáculos, 138
Fiesta de Pentecostés, 138
Figuras de adición o plenitud de expresión, 124–126
Figuras de asociación y relación, 126
Figuras de comparación, 127–129
Figuras de contraste, 129
Figuras de omisión, 130
Figuras retóricas, 124–130
Filacterias, 138
Filología, 24
Filón de Alejandría, 65, 139
Filosofía, 24
Frei, Hans, 65
Futurista, 107

Gadamer, Hans-Georg, 66
Galacia, 139
Gemara, 49
Género, 24, 104
Glosa interpretativa, 82
Glosolalia, 139
Gnosis, 139
Gnosticismo, 140
Gog y Magog, 140
Gracia preveniente, 172
Gran Tribulación, 156

Hades, 140
Haggadá, 51
Halaká, 51
Hamartología, 157
Hapaxlegomena, 24
Haustafeln, 101
Heidegger, Martin, 68
Helenista, 141
Hendíadis, 124
Hendiatris, 125
Herejía, 157
Herejía colosense, 141
Hermenéutica, 25
Hermenéutica especial, 25
Hermenéutica feminista, 90
Hermenéutica general, 25
Hermenéutica pentecostal, 91, 187
Hermenéutica postmoderna, 91
Herodes el Grande, 141
Hijo de David, 157
Hijo del Hombre, 157
Hillel, Rabí, 68, 141
Hipérbole, 125
Hiponoía, 65
Hipótesis, 172
Hirsch, E. D., 68
Historicista, 108
Homilética, 25
Horizonte(s), 26
Horizontes (fusión de), 67
Humanismo (cristiano, secular), 172

Idealista, 108
Iluminación, 26
Imperio Romano, 149
Imprecatorios (salmos), 117
Inclusio, 123
Inductivo (razonamiento), 27
Inerrancia, 172
Inerrante, 172
Infalibilidad, 173
Infalible, 173
Inmanencia, 173
Inmanente, 173
Inmersión (véase bautismo), 142
Inminencia, 173
Inminente, 173
Inmutabilidad, 173
Inmutable, 173
Inspiración, 27
Inspiración plenaria, 174
Intención del autor, 27
Interpretación, 27
Interpretación alegórica, 47
Interpretación judía, 48
Interpretación tipológica, 93
Interpretación tradicional, 94
Ironía, 129

Jerónimo, 69
Josefo, 142
Judaizantes, 142
Judas Macabeo, 142
Judicial, 79, 102
Justificación, 174
Kenosis, 174
Kerygma, 142
Kierkegaard, Søren, 69
Koinē, 143
Koinōnia, 143
Kurios, 143

Latinismo, 27
Lector implícito, 77
Lectura variante, 143
Legalismo, 184
Leitwort, 28
Lenguaje de comisión, 28
Lenguaje fenomenal, 28
Lenguaje figurado, 28
Lenguaje receptor, 29
Ley, 104
Ley Mosaica, 157
Leyes apodícticas, 105
Leyes casuísticas, 106
Libertinismo, 174
Libros apócrifos, 15
Libros canónicos, 16
Libros pseudoepígrafes, 143
Lingüística, 29
Literatura apocalíptica, 106
Literatura de sabiduría, 108
Litotes, 129
Lutero, Martín, 70

Macabeo (véase Judas Macabeo), 144


Magi, 144
Marción, 175
Mashal, 50
Mecanismos literarios y retóricos, 121–130
Media-Tribulación, 158
Meiosis, véase Litotes
Merismo, 125
Mesías, 144
Metafísica/metafísico, 29
Metáfora, 128
Método de texto de prueba, 95
Método gramático-histórico (histórico-cultural), 95
Método histórico-crítico, 29
Método literal, 95
Metodología, 30
Métodos, movimientos, y enfoques, 83–98
Metonimia, 126
Middot, 50
Midrash, 144
Midrashim, 50
Milenio, 158
Mishna, 51
Mito, 144
Modalismo, 175
Modismo, 30
Monoteísmo, 175
Morfología, 31
Movimiento ecuménico, 168

Narratio, 75
Narrativa, 110
Narrativa heróica, 111
Neo-orthodoxia, 54
Nicolaitas, 144
Nicolás de Lira, 71
Nueva Crítica 54, 82
Nueva hermenéutica, 25, 55

Ocasional (escrito), 31
Ofrenda de libación, 145
Onomatopeya, 123
Ontología/Ontológico, 31
Oráculo, 114
Ordo salutis, 175
Orígenes, 71
Ortodoxia, 31
Ortopraxis, 32

Pacto, 158
Padres apostólicos, 55
Padres de la iglesia, 176
Parábola, 112
Paradoja, 176
Paraenesis, 102
Paráfrasis, 32
Paraíso, 145
Paralelismo, 32, 119
Paralelismo antitético, 119
Paralelismo climático, 119
Paralelismo sinónimo, 120
Paralelismo sintético, 120
Paralelo conceptual, 32
Paralelo verbal, 32
Paralelomanía, 32
Paréntesis, 123
Paronomasia, 123
Parousia, 145
Partitio, 76
Pasaje paralelo, 33
Pecado, 159
Pecado imperdonable, 159
Pensamiento lineal, 176
Pentecostales, 184
Pentecostales clásicos, 184
Pericopa, 33
Período apostólico, 56
Período intertestamental, 145
Período moderno, 56
Período Patrístico, 57
Período Post-Reforma, 57
Peroratio/Conclusio, 76
Perseverancia de los santos, 176
Personificación, 128
Perspectiva profética, 115
Perspicuidad, 33
Peshat, 51
Pesher, 52
Piedra de molino, 146
Pietismo, 58
Pleonasmo, 125
Pneumatología, 176
Poesía, 113
Poligamia, 146
Polisemia, 34
Posesión de demonio, 146
Postestructuralismo, 95
Postexílico/Postexilio, 147
Posmilenialismo, 160
Posresurrección, 147
Postribulación, 160
Precomprensión, 34
Predestinación, 177
Preencarnado, 177
Premilenialismo, 160
Presciencia, 177
Presuposiciones, 35
Preterismo, 161
Preterista, 108
Pretribulación, 160
Primogénito, 147
Principio genérico, 20
Probatio/Confirmatio, 76
Procurador, 147
Profecía, 113
Profecía hortatoria/parenética, 115
Propiciación, 177
Propositio/Partitio, 76
Proverbio, 109

Quiasmo, 120

Racionalismo, 35
Rango semántico, 36
Razonamiento deductivo, 36
Razonamiento inductivo, 27
Reconciliación, 178
Redimir/redención, 178
Referente, 36
Reforma, 58
Refutatio, 76
Regeneración, 178
Regula Fidei, 178
Reino de los cielos, 148
Reino del Norte, 148
Reino del Sur, 148
Relativismo cultural, 36
Reporte, 111
Restitución, 161
Resurrección, 161
Retórica, 36
Retribución, 161
Revelación, 36
Revelación progresiva, 37
Revelación proposicional, 37
Río Eufrates, 148
Rollos del Mar Muerto, 149
Romanos/Roma/Imperio Romano, 149
Sabadismo, 179
Sabelio, 179
Sacramentos, 179
Sacrificio, 161
Saduceos, 149
Salmo(s), 116
Salvación, 162
Salvífico, 162
Samaritanos, 149
Sanedrín, 150
Santificación, 179
Santos, 162
Sarcasmo, 124
Schleiermacher, Friedrich, 71
Sedes doctrinae, 38
Segunda muerte, 162
Segunda Venida, 162
Seguridad eterna, 180
Seléucida, 150
Semántica, 38
Semiótica, 38
Semítico, 150
Semitismo, 39
Sensus literalis, 39
Sensus plenior, 39
Sentido, 40
Sentido connotativo, 40
Sentido contextual, 40
Sentido denotativo, 40
Sentido referencial, 41
Septuaginta, 150
Setenta semanas, 162
Shekina, 151
Significación, 41
Simbolismo emblemático, 121
Símbolo, 128
Símil, 129
Similitud, 112
Sinagoga, 151
Sincretismo/sincretista, 151
Sinécdoque, 126
Sinergístico, 180
Sion, 151
Sitz im Leben, 41
Soberanía, 181
Sod, 52
Sola Scriptura, 181
Sólo Jesús, 184
Soteriología, 181
Stichwort, 42
Stich, 113
Subjetivismo, 42

Talmud, 53
Tannaim, 53
Targumim, 53
Teísmo, 181
Teleológico, 181
Teodicea, 182
Teodoro de Mopsuestia, 72
Teofanía, 182
Teología, 182
Teología Bíblica, 153–64
Teología de la Liberación, 96
Teología histórica y sistemática, 165–183
Terafín, 152
Testamento, 152
Tiempo de angustia para Jacob, 163
Tipo, 94
Tipología, 96
Tipos de crítica bíblica, 75–83
Tomas de Aquino, 72
Torah, 42
Torah/Ley Oral, 163
Tosefta, 53
Tradición, 42
Traducción literal, 43
Trans-Éufrates, 152
Transferencia total, 43
Transgresión, 163
Trascendencia, 182
Tribulación, 163
Tricotomía, 183

Unidad de la Escritura, 43
Unidad de sentido, 43
Urim y Tunim, 152
Usus loquendi, 44

Variante, 82
Venida del Señor, 163
Vicario, 164
Victorinos, 59

Ya, pero todavía no, 164


Yahweh Yireh, 164

Zelotes, 152
Zeugma, 130
Zwinglio, Ulrico, 72
Términos Adicionales

En el desarrollo de un libro de esta naturaleza, podría haber términos que


según su opinión debieron incluirse. Si hay algún término o concepto que usted
quisiera que se incluyera en la próxima edición de este Diccionario de
Hermenéutica, escriba la palabra en una tarjeta de 3 x 5 pulgadas [7,5 x 12,5
cm] y envíela por correo a la dirección que lee más abajo, indicando a su vez su
nombre y dirección personal:

Diccionario de Hermenéutica
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Springfield, Missouri 65802

O envíe un mensaje electrónico con su sugerencia. Escríbanos a:

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En las futuras ediciones del Diccionario de Hermenéutica, en la página de


Reconocimientos el autor incluirá el nombre de quienes sugieran nuevos
términos y conceptos para enriquecer esta obra.

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