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Índice

Información del volcán El Altar


Inicio de la travesía, viaje a Riobamba
Ministerio del Ambiente
Atravesando pueblos
Hacienda Releche
Llegaron los amigos
Recorrido al refugio
A la laguna
Última noche
El retorno
Galería
La despedida

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El Altar
Es el más hermoso de los nevados del Ecuador, denominado El Altar
llamado por los Incas “Kapak Urku ”, que quiere decir El Señor de las
Montañas o El Poderoso.

Los glaciares de los Altares forman


El Altar es un volcán ya extinto, en forma de herradura en su cráter, está la mágicas lagunas entre las más im-
portantes tenemos: la Amarilla, Azul,
laguna Amarilla, cobijado por un manto de glaciares.
Verde, Pintada y entre otras.

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Ubicación
El altar se encuentra en la provincia de Chimborazo, sobre la cordillera Oriental de los Andes ecuatorianos, el acceso es desde el pueblo
de Releche a una hora y cuarto de Riobamba, está ubicado dentro del Parque Nacional Sangay.

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Extensión:

Con una altura de 5230 metros sobre el nivel del mar, es un estrato volcán con caldera
orientada al occidente de aproximadamente 3Km de diámetro y dentro de la cual se ha
Clima:
formado una laguna cratérica de aguas amarillentas.
El volcán presenta un clima
bastante inestable con fuertes
tormentas y descargan grandes
cantidades de nieve sobre sus
cumbres.

Fauna:
En este lugar habitan gran
variedad de especies entre
los cuales tenemos: El cón-
dor andino, oso de ante-
ojos, patos, curiquingue,
colibríes, zorros, conejos y
otros.

Leyenda: Una de sus leyendas es que se piensa que fue más alto que el Chimborazo y debido a un fenómeno natural
se hundió hasta tomar su forma actual.

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Principales atractivos

Caldera del Volcán Altar con todos sus picos.


Laguna Amarilla o de Collanes.
Valle de Collanes.
Flora y Fauna del páramo.
Vista panorámica del Chimborazo.

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DATOS TÉCNICOS:

Nivel físico: medio


Nivel técnico: medio - bajo
Tiempo estimado de caminata: Esta ruta nos tomará dos días,
donde se camina 9 horas el primer día y 5 horas el segundo día aproximadamente.
Lugar de Partida: Hacienda Releche
Lugar de Llegada: Cráter del volcán, laguna Amarilla
Altura Máxima: 4.400 msnm
Altura Mínima: 3.200 msnm

“Nuestro destino de viaje nun-


ca es un lugar, sino una nueva
forma de ver las cosas “
Henry Miller

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Equipaje:
 Mochila de trekking donde se llevara el equipaje
metido todo en funda plástica para proteger del
agua:
 Ropa cómoda y térmica: 2 mudadas completas.
1 par de zapatos cómodos para el refugio
 Plato hondo, taza y cuchara
Kit de aseo personal: cepillo, pasta de dientes, ja-
bón y toalla.
 Fundas plásticas de basura extras.
 Botas de caucho.
 Chaqueta impermeable.
 Pantalón impermeable (opcional)
 Gorro y guantes térmicos
 Linterna con pilas de repuesto
 Botella para rellenar bebidas (recomendable de 1
Lt.)
Cámara de fotos protegida contra el agua.
Bolsa caliente para dormir.

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Inicio de la Travesía
El viaje a Riobamba
La travesía comenzó la noche del jueves 22
de junio del 2017, era la fecha donde se
emprendía un gran viaje, cargado de sende-
ros peligrosos, paisajes increíbles, nuevos
amigos, de mucha resistencia, de fuerza
mental, y de satisfacciones. Mateo Coellar
un joven con 22 años de edad, estudiante
de periodismo de la Universidad Católica de
Cuenca y amante de los viajes, lo preparó
con varios meses de anticipación, desde
que se enteró mediante el internet de la
existencia de un volcán llamado El Altar,
que se encuentra en la cordillera oriental
por su extraña forma es sin duda la más
grandiosa montaña del Ecuador. En
Kichwua es denominada Kapak Urku que
significa Señor de las Montañas. Este vol-
cán tiene siete picos y el más alto es el
Obispo alcanza la altura de 5319 metros
sobre el nivel del mar. En el cráter del vol-
cán se encuentra La Laguna Amarilla, ubi-
cada sobre los 4100 metros. De sus aguas
nace la cascada de Collanes.

Era el sueño que no le dejaba dormir. Horas antes de embarcar desde Cuenca con destino a Riobamba Mateo preparó
su mochila, con las cosas necesarias para la travesía teniendo en cuenta que no tenía que llevar mucho peso por las
largas horas de caminata que tenía que realizar, entre lo indispensable que hay que llevar es ropa abrigada, comida,
botas de caucho y agua.

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El bus partió a las once y media de la noche, el Dentro del terminal buscó un baño y un lugar donde cargar su te-
recorrido fue de cuatro horas y media hasta léfono, al ingresar al baño se encontraba María Elisa y su hija,
Riobamba, por el día agitado que tuvo pudo trabajaban en el mantenimiento de los baños, quienes se halla-
descansar todo el camino, a las 4 de la maña- ban sentadas en una butaca junto con el televisor y a sus cosas
na el bus no ingresó al terminal terrestre de de aseo personal que vendían durante toda la noche. Curiosas al
Riobamba porque su destino final era Quito, lo verle al muchacho con su mochila y con un puff que le tapaba el
dejó en el sector La Media Luna al sur de la cuello y la boca por el frío y una capucha que lo abrigaba le pre-
ciudad, optó por subirse en un taxi, el conduc- guntaron hacia donde se dirigía el les contó acerca de la travesía
tor se llamaba Celsio, era una persona muy que quería realizar, ellas habían escuchado hablar sobre esa
amigable que le recomendó ir al terminal te- montaña pero no la conocían, conversaron mucho, Mateo les
rrestre hasta que amaneciera, la carrera le contó sobre su ciudad Cuenca y ellas estaban muy interesadas
costó 2 dólares. en ir, María Elisa se percató que Mateo tenía mucho frío y lo lla-
mo a que se sentara junto a ellas y le cubrieron con una manta
hasta que fueran las siete de la mañana del día viernes hora que
terminaron su turno, le dieron un abrazo y le desearon mucha
suerte en su camino.

Sra. María Elisa y su hija.

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Ministerio del Ambiente

Salió del terminal para subirse en un taxi hacia el Cristian tuvo una reunión por lo que pidió a las seño-
Ministerio del Medio Ambiente ubicado al centro ritas Isabel Tierra y María Astudillo que muy atenta-
de la ciudad donde se encontraba el administra- mente le dieron toda la información que le podía ser-
dor del Parque Nacional Sangay, para darle indi- vir, le entregaron un folleto que contenía toda la infor-
caciones sobre el volcán. El señor Cristian Clavi- mación del parque y del volcán el Altar, comentaron
jo administrador del parque le dio la bienvenida, que existe dentro del parque el animal Tapir que es
le preguntó porque deseaba realizar esta trave- un mamífero que está en peligro de extinción, el fa-
sía, el respondió que era estudiante de periodis- moso Cóndor Andino, Halcones y muchas especies
mo y quería contar la historia sobre este viaje más, sobre el sendero le dijeron que era muy difícil
que le llamó mucho la atención. por el lodo y la extensión, que necesitaría estar con
muy buen estado físico. Al salir del Ministerio tomó el
bus número doce que le habían indicado que lo lleva-
ría al terminal Oriental dentro de la ciudad, el pasaje
costó 30 centavos.

María Astudillo, Isabel Tierra y Cristian Clavijo

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Atravesando pueblos
Era un día con mucho sol, en el terminal Muy emocionado subió al auto bus pidiendo de favor al conductor que
Oriental tenía que abordar un bus que lo lle- le comunique cuando llegue a la hacienda Releche, respondiéndole
vara hacia un pueblo a las afueras llamado educadamente que no se preocupara que le iba a avisar, la hora y me-
Releche encontraría una hacienda con el dia de recorrido fue muy enriquecedor al conocer pueblos como Peni-
mismo nombre que es la entrada al sendero pe, paisajes y vías en buen estado que no podía imaginar en un lugar
hacia el Altar, el bus que pasaba por la ha- tan solitario. Bruscamente el conductor paró el autobus, salió de su
cienda tenía como destino final Candelaria, asiento y se acercó donde Mateo y dijo me olvidé de decirle que ya pa-
un pueblo que se encuentra después de Re- samos la hacienda Releche que le disculpara, el entendió, alzó su mo-
leche, el mismo que salía a las diez y quince chila y bajó del bus, el conductor le explicó que regrese por la vía un
de la mañana, eran las 9 con cincuenta mi- kilómetro más o menos y que iba a ver el letrero de la hacienda.
nutos, recordó que tiene problemas con el
frío y sabía que en cualquier momento le po-
día doler la garganta, encontró una farmacia,
le dieron pastillas para su garganta y otras
en más fuertes en caso que lo necesitara. A
las 10 de la mañana sintió hambre y el buen
olor de un restaurante llamó su atención, al
entrar conoció a su propietario don César
que vestía de blanco, de carácter muy sim-
pático, quien con una sonrisa y su acento
costeño le daba la bienvenida, luego de es-
cuchar detenidamente la carta decidió pedir
seco de pollo, que estaba delicioso acompa-
ñado de una cola, al terminar rápidamente
se percató que el bus ya estaba listo para
salir procediendo a despedirse de Don Cé-
sar que le deseó suerte.

Don César en su restaurante

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Hacienda Releche
Eran las once y cuarenta minutos, se dispuso a caminar, todo El muchacho comentó que había venido desde Cuenca y que lo
era muy desolado, era tranquilidad y silencio, hasta que obser- iba a intentar. Continuó recorriendo el camino de piedras y pudo
vó unos letreros y una flecha hacia la izquierda de la vía que ver una hacienda muy grande y acogedora en la puerta estaba una
indicaban el ingreso al Parque Nacional Sangay, El Altar y la señora de contextura ancha, usaba chompa roja, pantalón negro,
Laguna Amarilla, el camino presentaba una subida llena de pie- botas y un sombrero grande, al saludarle dijo que era Janet Salas,
dras pequeñas , después de recorrer 100 metros divisó una ca- preguntándole que lo traía por acá, contó que el objetivo de su via-
sa donde llevan el registro de las personas que van al Altar, el je era dar a conocer la travesía al volcán el Altar, Janet le contó
encargado era un señor con botas de caucho, pantalón jean, que era madre de Oswaldo y Santiago Cedeño administradores de
casaca verde y una gorra, pregunto si venía solo o con amigos, la hacienda y dueños del refugio, que en ese momento se encon-
respondió que solo, aquel señor le recomendó no ir solo por la traban de regreso a la hacienda con las pertenencias de otros visi-
dificultad, y el hecho que no tenía experiencia para hacerlo, le tantes que volvían de la montaña.
contó que muchas veces la neblina o el camino dificultoso no
permitía llegar a los visitantes hasta el refugio ubicado a 5km
del volcán, pero con todo más arriba iba a encontrar la hacien-
da Releche cuyos dueños explican el trayecto y alquilan caba-
llos que los lleven hasta el refugio

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Eran las doce del mediodía, Janet dijo que no era una buena hora Oswaldo y Santiago llegaron con el equipaje de los otros caminan-
para iniciar con la subida al volcán, que podía demorarse más de tes que regresaban del volcán, y le preguntaron en que le podían
6 horas hasta el refugio y le iba a caer la noche, aparte que el ca- ayudar, Mateo contó su plan, le dijeron que si estaba consiente que
mino era muy difícil por lo que ha llovido toda la semana y un día el camino está en mal estado, él dijo que sí, que había venido de
de sol no era suficiente para mejorar el camino, que se iba a com- muy lejos y no se iba a regresar sin intentarlo. Los chicos accedie-
plicar si iba solo porque no iba a poder salir, que lo mejor es ir al ron a darle una habitación cuyo valor fue de quince dólares. Antes
día siguiente a las 6 de la mañana. Mateo estaba decidido a ir sin le explicaron por dónde comenzaba el sendero que tenía que se-
importar el estado del camino sabía que lo podía hacer. guir recto sin desviarse, que a 600 metros iba a encontrar dos ca-
minos que siga por el de la izquierda y más arriba encontraría un
letrero con indicaciones y fuera a la derecha, cuando se encuentre
a mitad de camino iba a encontrar un valle, una llanura gigante, co-
mentaron, que en esa parte el sendero se perdía que no debía ir ni
por arriba ni por abajo que siga recto sin desviarse hasta retomar el
sendero nuevamente, que si no estaba en ese lugar hasta las doce
del día mejor regresara a la hacienda, puesto que no iba a alcanzar
a llegar ese día.

Hacienda Releche

Sr. Santiago Cedeño

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Eran las dos de la tarde, con todas las indicaciones claras, le Llegaron los amigos
mostraron la habitación, son cuartos grandes con literas de ma-
dera, las camas cubiertas con una manta de color azul, con ca- Se acercó Janet con una sonrisa, le tenía noticas, dijo que estaba
pacidad para 6 personas, se localiza en el segundo piso del lu- preocupada por el recorrido hacia el volcán que lo iba a realizar
gar, en el primer piso se encuentra la cocina, un gran comedor y solo, pero que acaban de llegar dos chicas extranjeras que tam-
una sala, la decoración era espectacular con un estilo antiguo, bién querían salir al día siguiente al Altar, diciéndole que las nue-
asentó la mochila en su cama y se acostó a descansar. vas huéspedes se encontraban abajo alquilando botas para la ex-
Levantándose a las cuatro de la tarde, cargó una mochila peque- cursión. Mateo se alegró porque ya tenía alguien con quien reali-
ña que siempre lleva a sus viajes, con una botella de agua y una zar el sendero, bajó de su habitación y saludo a las chicas.
funda de papas, partió a recorrer la hacienda, caminó por una
hora por un sendero muy atractivo con muchas flores y rodeado
de montañas, paró a tomar un poco de agua y regresó a la ha-
cienda, al llegar se acostó en una hamaca que había afuera de la
habitación contemplando el paisaje, respirando aire puro, sintien-
do el viento helado de las 6 de la tarde. El miedo comenzaba a
robarle los pensamientos, pero estaba seguro que lo iba hacer.

Vanessa Vohs, Berit Pipert y Mateo Coellar

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Eran Vanessa Vohs y Berit Pipert de Alemania, de contextura Recorrido al refugio
delgada, cabello rubio y ojos claros de 18 y 20 años respectiva-
mente, llevaban un año haciendo voluntariado en Ecuador por lo Cuando sonó la alarma Mateo se levantó emocionado, sin du-
que el idioma no fue dificultad. Les contó que iba al Altar en la darlo se cambió de ropa dejó en la hacienda una parada lista
mañana, ellas dijeron que también, que podían ir juntos. Las jó- para cuando esté de regreso, fue a la cocina donde Vanessa
venes decidieron acampar afuera de la hacienda, les ayudó a ar- y Berit se encontraban preparando el desayuno, desayunaron
mar la carpa bajo una espectacular noche estrellada. Luego fue- té caliente con yogurt y granola, guineo y chocolates. Se puso
ron a la cocina donde prepararon té para abrigarse y canguil con sus botas, dos pantalones buzo, chompa y casaca para el frío,
chocolates que había llevado, conversaron mucho, rieron y com- le entregó a Dios su camino, alzaron sus mochilas, antes de
partieron anécdotas de viajes anteriores, existió buena relación salir se tomaron una foto que recordarán está travesía.
desde el comienzo. A las 10 de la noche los tres se pusieron de El primer tramo del camino estaba difícil, se encontraba lleno
acuerdo para salir muy temprano al día siguiente, comenzaron de lodo, las botas se quedaban atrapadas en lugares que no
alistar las mochilas para la travesía. Oswaldo llegó para desear- se veía la profundidad del barro, cuando llevaban cerca del
les suerte y entregarles la llave del refugió, la noche en el refugio primer kilómetro de recorrido decidieron parar para retirarse
costaba 15 dólares, con todo listo pusieron la alarma a las 5 de la una chompa y las bufandas porque el sol comenzaba a salir y
el esfuerzo de la caminata les daba calor, aprovecharon la pa-
mañana y fueron a dormir.
ra para colocarse protector solar, al continuar venían muchas
subidas, trataban de caminar por los bordes del camino, eso
garantizaba un poco que no se hundan pisando en huecos
que no estaban al alcance de la vista, las lluvias de los días
anteriores provocaron derrumbes, los chicos tenían que cami-
nar sobre escombros con sus mochilas a espaldas.

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De pronto a su izquierda estaba el majestoso volcán Chimborazo, Tras pasar por piedras, lodo, Amarilla, debían llegar al refugio
despejado y hermoso que adornaba el paisaje, se detuvieron para riachuelos, por varias horas, antes del mediodía, a medida que
admirar la belleza de la naturaleza, siguiendo con el sendero atra- llegaron al valle que indicaba pasaba el tiempo les comenzó a
vesaron la primera cascada o vertiente de agua de incontables que que era la mitad del trayecto dar hambre, se detuvieron por
verían durante el camino, se lavaron las manos, tomaron un poco unos minutos para hidratarse y
hacia el refugio, eran las 9 de
de agua y continuaron, cada vez aprecia que estaban más y más comer un poco de pan, un guineo
la mañana tardaron tres horas
alto, los jóvenes conversaban, se contaban las historias de sus vi- y chocolates, no podían estar de-
das, Vanessa y Berit habían escalado antes los Ilinizas e otros sen- en llegar, el sendero se perdió,
masiado tiempo parados por el
deros dentro del Ecuador, pudo enterarse que son deportistas, el sol brillaba muy fuerte, en
frío que empezaba a enfriarles el
Vanne jugadora de fútbol en Alemania y Berit practica equitación, ese momento pudieron ver por cuerpo, El Altar se volvía a apare-
se notaba por las fuerzas y la resistencia que tenían al cargar sus primera vez el pico más alto cer pero está vez los acompaña-
mochilas por ese sendero difícil. del volcán el altar que se des- ría durante el resto de camino.
pejaba para indicarles el sen-
dero a seguir, era gigante cu-
bierto de nieve y asombroso.
Continuando por el valle a la
derecha estaba un Halcón que
les miraba atento mientras pa-
saban por su lado, alzó sus
alas y voló hasta que le perdie-
ron de vista, era un momento
que sabían que el esfuerzo que
hacían valía la pena por estos
momentos que no tienen pre-
cio.
Retomando el sendero, el Altar
se volvió a esconder con la ne-
blina, parecía que estaban cer-
ca del refugio donde si querían
llegar el mismo día al cráter
donde se encuentra la laguna .

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Sin importar el camino, el cansancio, dolor de espalda, lo que les
motivaba era el poder superarse, saber que si te propones algo en
la vida con esfuerzo lo puedes lograr, estaban poniéndose a prue-
ba, cruzaban más cascadas que los ayudaba a refrescarse durante
la travesía. En ocasiones que el camino no tenía mucho barro apre-
suraban el paso, pero en una parte donde el barro estaba resbalo-
so Mateo se cayó, la parte que recibió el impacto fue la mochila, se
levantó, se limpió un poco y continuaron.
El compañerismo era importante siempre estaban pendientes el
uno del otro, cuando alguien se quedaba atascado, regresaban los
demás en su ayuda, son cosas pequeñas pero que al final te sien-
tes muy bien por saber que puedes ayudar a otras personas a cum-
plir con sus sueños, y que siempre vas a necesitar ayuda en tu ca-
mino.
El camino se volvía cada vez más pesado, atravesaron charcos
que el agua les cubrían las rodillas, subían piedras, esquivaban ra-
mas y andan al borde de precipicios. En una parte del trayecto divi-
saron una cueva entre las rocas, que había servido a otros viajeros
durante su camino.

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Laguna Amarilla A las doce y media se levantaron, se pusieron las botas, Mateo
cargó su mochila pequeña la cuál le cargaron de galletas, una
botella de agua y una bandera de Ecuador. Estaban listos para
seguir su último tramo hacia el tan aclamado volcán. Esta par-
Se detuvieron unos minutos para tomarse fotos con la imponente te del camino no tiene sendero tienes que ir donde está el Altar
vista de las montañas verdes y con el fondo del volcán cubierto guiándote por tus sentidos, comenzaron a caminar, el sol se
de nieve. Después de rodear montañas Mateo pudo ver a lo lejos escondió, la lluvia les empezaba a caer, el clima era extremo
el refugio, no dudo en gritar que ya estaban cerca, se pusieron como nos contaron, no sabías si llovería. Nadie decía nada es-
felices y avanzaron con más ganas de llegar, al entrar se fijaron taban decididos a continuar, mientras caminaban la lluvia pa-
que eran las doce del día, abrieron las puertas del refugio, eran só, el sol volvía a salir y la tarde se aclareció, el camino se divi-
algunas casitas de color blanco con madera en sus ventanas, en día en tres partes escogieron ir por el de la mitad, tenían que
cruzar un río, saltaron entre las piedras y lo lograron.
el primer piso estaba la cocina y el comedor, en el segundo piso
estaban las habitaciones, con una vista impresionante al volcán.
Dejaron las cosas, se sacaron las botas y se recostaron un rato
en las camas.

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Cuando pensaron que la parte más difícil ya la atravesaron, estaban
equivocados, tuvieron que escalar rocas, el cansancio comenzó afec-
tar a Mateo quien iba en ocasiones gateando, dejándolo todo sin dar-
se por vencido, la fuerza mental y la fe le ayudaron a seguir. La parte
más dura era escalar una roca gigante con el precipicio a sus espal-
das, y con agua que salían por sus paredes, le dio miedo pero nunca
dudo en intentarlo, pudieron pasar esa parte y Vanessa que iba ade-
lante pudo ver por primera vez la Laguna Amarilla, ¡exclamó! Ya llega-
mos acá está la laguna, se pusieron felices, terminaron de subir las
rocas y lo que vieron fue la Laguna de color verde amarillenta, rodea-
do por los siete picos del volcán El Altar cubiertos de nieve, parecía
un cuadro de otro planeta, sentían que valió la pena todo el esfuerzo,
las ganas, el sacrificio, el frío, les pasaba todo por su mente, se abra-
zaron, chocaron sus manos sabían que lo lograron.

Sacaron la bandera de la mochila y la usaron para sacarse unas


fotografías en este mágico lugar, estuvieron alrededor de veinte
minutos apreciando la belleza que podían presenciar, abrieron
un paquete de galletas, cuando se disponían a comer vino una
tormenta muy fuerte, casi se llevan sus cosas, el sol se escondió
y el viento era demasiado fuerte, era el aviso que teníamos que
volver. Tres horas se demoraron desde el refugio a la laguna,
empezaron a descender unos metros y la tormenta paró y el sol
volvía a salir, se detuvieron a comer y tomar agua que les dio
energía para el regreso, descendían por las rocas con mucho
cuidado de un mal paso, podían caer al precipicio, al llegar a la
llanura, no fueron por el mismo camino, estaban por una parte
donde la tierra estaba cubierta de pantano, iban con mucho cui-
dado, pero Mateo no se percató y cayó en un pantano, mojándo-
se hasta la cintura.

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Última noche
Eran las cuatro y media de la tarde y llegaban de nuevo al refu-
gio, se percataron que habían otras botas en la puerta, era un
grupo de amigos entre quiteños y riobambeños que habían lle-
gado al lugar, los saludaron, se acercó uno de ellos de nombre
David les contó que eran andinistas, era su segunda vez que
iban a la laguna, comentó que era el nevado más lindo del Ecua-
dor. Se cambiaron de ropa, el refugio no tiene luz entonces apro-
vecharon que tenían un poco de tiempo hasta que llegue la no-
che, prepararon la cena, fideos con verduras revuelto con atún,
arroz y té que les abrigaba, encendieron una vela y fueron al
cuarto, se pusieron de acuerdo en levantarse a las 5 de la maña-
na para poder regresar a la hacienda hasta el mediodía que les
indicaron que pasaba el bus a Riobamba, conversaron hasta
que el sueño les ganó, se despertaron con la alarma, se alista-
ron, guardaron sus cosas para el regreso. David con sus amigos
se preparaban para ascender a la laguna y les contaron que en
la noche sintieron a gente caminar por afuera de las habitacio-
nes, que la puerta de la cocina se les cerró y les pusieron llave,
que cosas extrañas siempre pasan ahí, los chicos se asombra-
ron, por suerte no habían sentido nada fuera de lo normal.

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El retorno
A las 6 de la mañana comenzaron Al llegar al valle de la mitad
a regresar, les dolía los pies y la
del recorrido decidieron pa-
espalda por el peso de la mochila,
Berit decidió sacarse las botas y rar para sentarse y contem-
usar zapatos más cómodos, el ca- plar lo verde y maravilloso
mino estaba un poco más seco, del paisaje, sentir el viento
pudieron regresar más rápido, Be- frío que golpeaba sus ros-
rit tuvo que en ocasiones ponerse tros, continuaron y encontra-
las botas por la cantidad de lodo ron a un chico de Nueva Ze-
del camino. El sol brillaba nueva- landa que realizaba la cami-
mente, los jóvenes iban riendo,
nata solo, parecía que era
conversando, el camino y el tiem-
po pasaban rápido, comentaban alguien profesional por la
que han aprendido que la felicidad forma de caminar a juzgar
está en las cosas pequeñas, que por el equipo que cargaba,
no se necesita de mucho dinero le contaron que la laguna
para ser felices, le enseñaron a era increíble y le desearon
Mateo palabras en alemán, canta- suerte. Parecía que estaban
ron, hablaban de sus gustos, pa- cerca de llegar a la hacienda
siones, durante la travesía pudie-
pero el camino se hizo largo
ron conocerse y pasar momentos
fantásticos. debido al cansancio acumu-
lado, los últimos kilómetros
estuvieron duros, por el mal
estado del camino, tuvieron
dificultades. Cuando al dar
la vuelta pudieron observar
la hacienda se sintieron feli-
ces y orgullosos que lo pu-
dieron lograr.

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La Despedida

Eran las once y media de la mañana. Al llegar, Santiago los encontró


y los felicitó por haber culminado la travesía, se tomaron una foto al
fin del trayecto, se cambiaron de ropa y se alistaron para regresar a
Riobamba. Se despidieron de Janet, Santiago, y Oswaldo que les
indicaron que el bus salía a las doce y quince ha Riobamba camina-
ron hacia la parada, esperaron por más de una hora y no había ras-
tro de un bus, no pasaba nada por el sector, se acercaron unos se-
ñores ganaderos, que les indicaron que el bus posiblemente pasaría
a las 3 de la tarde. Una camioneta que vendía pescado pasó por el
lugar, les ofreció llevar hasta el pueblo de Penipe donde podían to-
mar un bus con mayor facilidad, aceptaron y fueron todo el camino
ayudándole de una manera divertida a vender el pescado y yogurt,
al llegar tomaron el bus a Riobamba.

En Riobamba antes de tomar destinos diferentes los chicos compar-


tieron su último almuerzo, al terminar Se dirigieron a la estación de
buses, donde Vanessa y Berit iban a Latacunga a continuar otra tra-
vesía al volcán Quilotoa, en cambio Mateo volvía a Cuenca a des-
cansar para su trabajo y la universidad, se dieron un fuerte abrazo,
se desearon suerte y esperan volverse a ver en el futuro. Mateo
abordó el bus donde continúa su vida, pero con muchas más ganas
y aprendizajes que la ruta y la vida lo enseña.

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