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Benkos Biohó: Rey, esclavo y libertador

Casi siempre se sabe dónde nacerá un


rey, pero es difícil saber dónde morirá.
Benkos Biohó fue esclavizado y tratado
de manera cruel por los europeos, al igual
que cientos de africanos que eran traídos
a América para ser mano de obra barata.
Cuando Benkos llegó a América, le
cambiaron su nombre de pila y lo
bautizaron Domingo Falupo. Pero ni
siquiera eso pudo quitarle su verdadera
identidad… la de un rey.

Corría el año de 1594, América era


ocupada por españoles, portugueses,
franceses y otros europeos que
explotaban las riquezas de los suelos con
los que Cristobal Colón se encontró en
1492.

En ese entonces, los europeos decían que los africanos no tenían alma, y por lo tanto, se
les esclavizaba de manera cruel, impartiéndoles duros castigos, separando familias y
enviándolos a tierras extrañas. En América trabajaban en el campo y en la minería, y
siempre debían lealtad a su dueño.

En lo que hoy es conocido como Guinea Bissau, un pequeño país en el noroccidente del
continente africano, vivía el rey Benkos, de la estirpe bantú. En una fuerte batalla contra los
portugueses, quienes dominaban el tráfico de esclavos, Benkos y otros bantúes perdieron
su libertad. Encadenados y maltratados fueron enviados a América, a servir como mano de
obra. Fue así como la odisea empezó, pasando de ser un rey, a un esclavo.

AQUÍ A MANERA DE CONVERSACIÓN SE REPASA EL RELATO CON PEQUEÑAS


PARTICIPACIONES DE LOS NIÑOS.

Benkos aprendió rápidamente el español, y empezó a trabajar para el famoso misionero y


jesuita español Pedro Claver, como traductor, para facilitar la comunicación con los
africanos que llegaban de diferentes partes del continente. Así, fue conociendo la manera
de vivir de los españoles, sus costumbres y sus creencias. Pero seguía extrañando su
libertad y pronto su espíritu libre lo haría encontrar la manera de escapar.

Benkos y otros esclavos iban río arriba, remando contra la corriente, llevaban mercancía de
su amo, Juan de Palacios. En ese entonces los esclavos pasaban de un dueño a otro y su
costo variaba dependiendo de su fortaleza y de sus habilidades; es así como hombres
jóvenes y robustos eran apetecidos, ya que podían trabajar largas jornadas sin cansarse,
como era la situación de Benkos. Durante este viaje, en un accidente, todos cayeron al
agua, no sabemos si de manera premeditada o sólo respondiendo a su instinto. Benkos
nadó hasta la orilla y después de salvar su vida, se internó en el monte, así se hizo libre…
y aunque su libertad duró poco, alcanzó a reconocer el territorio que habitaba con la claridad
para imaginar cómo habría de escapar después, no sólo sino con muchos de sus
compañeros africanos.

Cinco años después de haber sido traído desde África, Benkos seguía soñando con
regresar a su hogar. En una revuelta previamente organizada con 25 esclavos más, escapó
de sus captores. La rebelión que duraría más de diez años había comenzado. Por una
parte, dejar escapar a varios esclavos podría dañar la imagen de los españoles, pero por
otra, era riesgoso salir en su búsqueda; como era de esperarse, sus captores optaron por
la segunda opción, y fueron a recuperar a sus esclavos. Muchos de ellos se encontraron
con la muerte, y los españoles que salvaron su vida regresaron temerosos: Benkos había
logrado escapar y, además, causar temor en su oponente, el rey renacía en tierras lejanas.

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PARTICIPACIONES DE LOS NIÑOS.

Durante varios años fortaleció a su ejército y promovió escapes de otros esclavos a quienes
acogía en el Palenque de Matuna. Así, su fama fue creciendo y después de muchos intentos
por acabar con la vida de este rey africano, el Gobernador de Cartagena decidió concederle
la libertad y, además, autonomía a su palenque. A Benkos se le temía por su fama de
guerrero, pero también se hablaba de santería y magias, por lo que sus oponentes le
respetaban y temían profundamente. Ahora podía andar por la ciudad de Cartagena como
un hombre libre, siempre y cuando no llamara a más revueltas, ni atrajera más personas a
su lucha.

Pero era difícil tener a un hombre que antes había sido un esclavo paseándose por la
ciudad, podía dar la sensación de debilidad del imperio español. Entonces, otro gobernador,
en el año de 1621, ordenó su captura y muerte. Benkos, el rey, murió lejos de su hogar,
pero no como esclavo, sino como hombre libre, como rey, porque sin importar dónde nació
su reinado viajó con él.

Aunque Bekos murió, su pueblo, al que dio vida en América, se mantuvo. Por decreto del
rey de España, en 1713 San Basilio de Palenque fue declarado el primer pueblo libre de
América. San Basilio de Palenque hoy es un símbolo de libertad y resistencia.

1. REFLEXIONANDO Y CONECTANDO
ü ¿De qué se trataba la historia?
ü ¿Cómo era San Basilio de Palenque?
ü ¿Qué te gustó de BenKos?
ü ¿Qué no te gustó?
ü ¿Para ti qué ideales representa Benkos?
ü ¿Cómo te imaginas a Benkos si fuera un superhéroe del futuro?

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