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La rebelión de Enriquillo
Su padre murió en una redada española contra una protesta pacífica de indígenas
en Jaragua y el huérfano fue criado en un monasterio en Santo Domingo. Uno de
sus mentores fue Bartolomé de Las Casas; fue encomendado a don Francisco de
Valenzuela, pasando a el hijo de este, Andrés de Valenzuela, tras su fallecimiento.
Su rebelión o guerrilla cubrió un período comprendido entre 1519 y 1533.
Los pocos Indios que quedaban en 1520 eran todavía utilizados en las minas, los
nuevos trapiches e ingenios, así como en los hatos ganaderos. Luego de que su
liberación de las encomiendas resultara imposible de lograr por los frailes
Jerónimos, surgieron varias rebeliones indígenas entre las que se destaca la de un
descendiente de cacique de Aragua llamado Enriquillo, quien encabezo un
alzamiento en las sierras de Bahoruco que resulto imposible de dominar por los
españoles durante un periodo de 13 a 16 años, hasta la firma de un acuerdo de paz
por los españoles por el emperador Carlos I en 1533.
Enriquillo fue educado en un convento franciscano por lo que contando con buen
conocimiento de la cultura española y una admirable capacidad de mando, logro
dirigir la primera guerra de guerrillas, utilizando armas y técnicas militares españolas
y aprovechando las abruptas montañas del Bahoruco para impedir los ataques del
enemigo y organizar diversas guaridas y cultivos de conucos, con lo que siempre
aseguraron su aprovisionamiento.
Sin embargo, cuando falleció el viejo encomendero, su hijo trataba a Enriquillo como
una mera posesión. Trató de amedrentarlo burlándose de él, trató a Doña Mencía,
su esposa, de forma violenta y le desposeyeron de su corcel, el cual era
reconocimiento de su nobleza taína.
Al tratar de recurrir a los tribunales locales y no recibir justicia, fue azotado frente a
todos los otros taínos para dejar claro quién era el amo y quién era el esclavo. Al
tratar una vez más de recurrir a otro tribunal de más alto nivel, sus solicitudes fueron
denegadas y hasta se le amenazó de muerte.
Estas buenas nuevas no tardaron en circular por todas partes y muchos taínos se
les unieron en la Sierra de Bahoruco. Les favorecía que la isla ya no era un punto
clave de la colonización, pues los españoles estaban enfocados en la conquista de
los pueblos Azteca e Inca.
Ya que los españoles no podían controlar la rebelión, y la colonia era presa del
pánico, se firmó un tratado dando a los taínos, entre otras concesiones, el derecho a
la libertad y propiedad. Sin embargo, esto trajo pocas consecuencias inmediatas, ya
que para esta fecha, la población pura taína estaba declinando rápidamente a causa
de las enfermedades europeas. El propio Enriquillo sucumbió trágicamente a la
tuberculosis años más tarde.
8. Las devastaciones y el siglo XVII en Santo Domingo
Felipe III decidió atenerse a las recomendaciones de López de Castro un oficial real
en desgracia que entonces visitaba la corte y propuso de nuevo la medida -
Encomendó las Devastaciones al Gobernador Osorio y al Arzobispo Dávila Padilla,
otorgándoles poder para cualquier medida que consideraran prudente. EL anuncio
de las Devastaciones provocó las protestas de todos los vecinos de la isla y
principalmente de los de las regiones, afectadas, a través de peticiones de los
cabildos todas, en que se solicitaba la revocación de la medida.
A pesar del monopolio, España dependía de éstos y otros países para suplir de
artículos manufacturados tanto la península como las colonias.-De ahí que la
incapacidad de competencia comercial de España era absoluta. A pesar del
dispositivo militar utilizado por las autoridades españolas, gran parte de los vecinos
y otros habitantes de las zonas en que se llevaban a cabo las Devastaciones se
declararon en estado de rebelión. Muchos de ellos, después de un intento
infructuoso, emigraron al oriente de Cuba donde trataron de ser procesados por
Osorio quien tenía allí autoridad judicial como presidente de la Audiencia de Santo
Domingo.
Se observa que todavía la polarización entre población de blancos y negros era muy
importante; cerca de 10,000 personas eran esclavas, seguramente casi todas de
raza negra, y al parecer el número de mulatos entre los libres no era todavía
predominante. Se evidencian dos tipos de unidades productivas básicas: los hatos y
las estancias. Las estancias se destinaban mayormente a la producción de jengibre
(Santo Domingo y Puerto Rico eran los únicos territorios autorizados en toda
América para producir este artículo) así como frutos menores para consumo de las
ciudades, ingenios o para la exportación, principalmente maíz y yuca para casabe.
En toda la isla había 102 estancias de jengibre y 328 de jengibre y frutos menores,
en total 430, con 6,790 esclavos de acuerdo a las estimaciones del censo, lo cual da
un promedio de 15 esclavos por estancia. Eso quiere decir que todavía eran
unidades medianas de tipo esclavista, donde la productividad era bastante alta y los
índices de exportación importantes.
El otro tipo importante de unidad productiva era el hato. Existían en toda la isla
unos. 190 hatos, con unos 550 esclavos, dando un promedio de cerca de 3 esclavos
por cada hato, es decir netamente inferior al de las estancias agrícolas. Los hatos
estaban además más diseminados por la isla (sólo el 50 o/o era de propiedad de
vecinos de Santo Domingo y en su mayoría se encontraban fuera de la jurisdicción
de la ciudad).
Por último, estaban los ingenios, que, a pesar de tener aún en el censo mayor
número de esclavos, producían menores valores que los hatos. La industria
azucarera estaba ya en una crisis total, como evidencia la disminución del número
de ingenios desde más de 30 en los años 60 del siglo XVI a sólo 12, y la
disminución del promedio de esclavos en ellos, de unos 100 a 150 en el primer
período a sólo 66 de trabajo. A partir de 1606 la decadencia de la industria se
aceleraría y a mediados del, siglo XVII sólo quedaban unos pocos trapiches que
casi no producían ningún azúcar sino melaza y aguardiente.
Es posible que los datos de Alcocer no sean totalmente fidedignos, pero son
indicativos de que las actividades agrícolas exportadoras tenían aún cierta
importancia hasta mediados del siglo XVII, a pesar de la enorme disminución del
tonelaje de la navegación con España, ya que parte de las producciones se
destinaba a otras colonias de América o, de lo que hay noticias, se exportaba a
España por puertos frecuentados por las flotas. En todo caso, esas cifras muestran.
También el aumento porcentual de la exportación de cueros, que de más en más se
obtenían de la cacería y no de la ganadería.
Las sumas del situado se fueron haciendo crecientes a medida que la crisis
económica de la colonia se agudizaba, ya que el gobierno colonial carecía de los
recursos para efectuar sus pagos. Lo más importante, sin embargo, fue la necesidad
de aumentar cada cierto tiempo el número de tropas de la ciudad ante el auge de la
piratería y los planes de los países enemigos de España de apoderarse de la isla,
como intentó Inglaterra en 1655.
Los primeros años de situado se gastaba menos de 20 mil ps. con un número de
200 plazas de tropa. En 1691 ya se gastaba unos 90,000 Ps. y el número de tropas
regulares había ascendido a cerca de 500 soldados y oficiales. Sánchez Valverde
calcula un promedio de 250,000 ps. por año entre inicios del siglo XVII y fines del
XVIII, cuando el situado era ya de 350,000 ps. En el siglo XVII a base del situado se
hicieron cuantiosas inversiones en la finalización de la muralla de Santo Domingo, la
construcción de otros fuertes (como San Jerónimo) y la instalación del armamento
pesado.
Así, la función de las islas de Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico, no consistía
propiamente en una utilización colonial para la extracción de sus riquezas y la
explotación de las masas trabajadoras en diversos grados de sujeción. Por el
contrario las islas causaban gastos muy onerosos a la Corona española, a través de
los situados que todas recibían. España se aferraba en conservarlas a fin de impedir
el fortalecimiento económico y militar de Inglaterra, Francia y Holanda, y al mismo
tiempo para proteger sus colonias centrales de México y Perú. Santo Domingo y las
restantes islas en la segunda mitad del siglo XVII quedaron reducidas a puntos
fuertes en la lucha contra el avance extranjera Los presidios o guarniciones eran los
factores fundamentales de la vida colonial.
La colonia de Santo Domingo se aisló del exterior y la navegación comercial con ella
llegó casi a paralizarse totalmente. El vínculo más importante con el exterior era por
medio de la Armada de Barlovento, un conjunto de navíos de guerra cuya base
financiera estaba en el Virreinato de la Nueva España y que tenía por misión
proteger las costas de las colonias españolas de los ataques piratas, así como
garantizar el desenvolvimiento de la navegación española por el sistema de flotas
sirviendo esta armada de frecuente protectora.
El doble peligro de bucaneros por tierra y piratas por mar, militarizó la vida y las
costumbres de la colonia durante más de 50 años. Los hombres apenas se podían
dedicar a labores productivas porque tenían que estar sobre las armas casi todo el
tiempo y en el caso de los habitantes del interior, en la misma ciudad de Santo
Domingo durante largos meses en que se temían fuertes ataques.
La política de ganarse a los negros luego fue utilizada contra los franceses, pues a
los esclavos huidos de la colonia vecina se les reconocía la libertad, lo que tenía por
fin debilitar económicamente a los franceses y agudizar la lucha de clase de los
esclavos de su colonia. De los escapados se formó el poblado de Los Minas, y los
españoles se beneficiaron por un aporte demográfico muy necesitado.
:1. La falta de visión estratégica (imperativo Geopolítico por parte dela Corona)
3. Que las prácticas de los colonos además de ilegal eran con súbditos de países
enemigos de España. En qué consistía la propuesta de la corona:
Aumento de la piratería
Parálisis de la trata negrera
Golpe al aparato productivo de la isla.
Enemigos en las costas.
Santo Domingo, en cambio, pasó por otras vicisitudes que marcaron una gran
diferencia en la historia posterior, social y política, de ambas partes de la isla. Por
ejemplo, mientras los franceses pugnaban por controlar la rebelión de los esclavos,
Santo Domingo fue cedido a Francia el 22 de junio de 1795 mediante el Tratado de
Basilea, firmado entre España y Francia para sellar la paz en Europa.
Para la ejecución de este tratado Francia solicitó a España fue que no entregara la
colonia de Santo Domingo a los jefes revolucionarios negros, comandados por
Toussaint Louverture, quien gobernaba la colonia de Saint-Domingue en nombre de
Francia. El gobierno de París quería que la colonia española fuese controlada por
tropas compuestas por soldados blancos que eventualmente serían enviados desde
Francia. Este propósito no pudo ser cumplido pues Francia no tenía esas tropas
disponibles para ocuparse de esa misión y, por ello, Santo Domingo continuó siendo
gobernado por militares y burócratas españolas, aunque fuera nominalmente
francés. Toussaint Louverture puso fin a esta anómala situación en enero de 1801
cuando invadió el territorio y unificó la isla bajo un solo gobierno manteniéndola
como colonia francesa
Durante diecinueve meses los rebeldes negros y mulatos lucharon contra las tropas
francesas. Leclerc murió en el empeño, Toussaint fue hecho prisionero y enviado a
Francia, donde murió. Más de cien mil hombres y mujeres de origen africano
perdieron la vida, así como 52,000 soldados franceses. Francia perdió a Saint-
Domingue para siempre cuando los sucesores de Toussaint proclamaron la
independencia de Haití en 1804, pero logró retener el territorio de Santo Domingo
gracias a una combinación de circunstancias demográficas y políticas y militares.
La parte española estaba virtualmente despoblada y fue relativamente fácil para los
militares franceses controlar aquel territorio. Además, la población dominico-
española apoyó la expedición francesa y ayudó a sus militares a expulsar a las
tropas negras de Toussaint. Por ello, en 1804, donde antes hubo una colonia
francesa ahora quedó un Estado independiente, y donde hubo una colonia española
ahora había una colonia francesa habitada por una población española gobernada
por militares franceses.
Esta población española había apoyado a los franceses contra los esclavos
rebeldes porque preferían ser gobernados por europeos antes que por africanos, no
porque fueran amantes de los franceses. Si algo había definido la vida política
dominico-española en Santo Domingo durante todo el siglo XVIII, esto había sido la
lucha contra la penetración francesa en las fronterizas. Si de algo están colmados
los archivos coloniales durante el siglo XVIII es de miles de documentos que dan
cuenta de las luchas, batallas, escaramuzas y negociaciones entre franceses y
españoles en torno a la posesión de las tierras fronterizas. Esas diferencias fueron
finalmente zanjadas mediante un Tratado firmado en la ciudad española de
Aranjuez en 1777, pero el sentimiento anti-francés de la población dominico-
española siguió perviviendo durante muchos años.
Para los habitantes de la parte oriental de la isla de Santo Domingo, ser dominico-
español en el siglo XVIII equivalía a ser anti-francés. Francia y sus colonos eran
entonces la principal amenaza que confrontaban los habitantes de la parte española
de la isla de Santo Domingo. Por ello fue tan visible la profunda reacción anti-
francesa de la población dominico-española cuando llegaron a Santo Domingo las
noticias de que Napoleón Bonaparte, en marzo de 1808, había derrocado la
monarquía y mantenía como rehenes en Bayona a Carlos IV y a su hijo Fernando.
Hasta entonces el gobernador colonial, General Louis Marie Ferrand, había
realizado todos los esfuerzos posibles por gobernar la población dominico-española
dentro de un régimen de tolerancia a sus costumbres, leyes y cultura.
También había logrado mantener un precario equilibrio entre una pequeña dotación
militar, que operaba con pocos recursos, y una población desconfiada que aceptaba
su gobierno más por miedo a caer bajo el dominio de los haitianos que por auténtica
simpatía.Este era un miedo bien fundado pues en marzo de 1805 el gobernante
haitiano Jean Jacques Dessalines había invadido la parte española de la isla con la
intención de reunificarla bajo su mando, tal como había hecho Toussaint en 1801.
Dessalines fracasó en el intento pues la población dominico-española luchó al lado
de los soldados franceses y la invasión fue repelida. En su retirada las tropas
haitianas masacraron a los habitantes de los pueblos ubicados en su ruta,
particularmente en La Vega, Moca y Santiago, y quemaron esas ciudades.
Las noticias de ese levantamiento llegaron a Santo Domingo desde Puerto Rico,
cuyas autoridades fueron informadas temprano de los acontecimientos, pero no fue
hasta finales de julio de 1808 que el gobernador de Puerto Rico recibió
informaciones oficiales de la declaración de guerra a Francia por parte de la Junta
Provincial de Asturias.
Principales Tratados
La firma de los tratados evidenció no sólo la derrota de España en el proceso de
dominación francesa en la isla de Santo Domingo, sino el reconocimiento de que su
hegemonía en el Caribe había llegado a su fin.
1767 - Paz de RyswickEspaña Reconoce la existencia de la colonia francesa en la
parte Oeste de la isla de Santo Domingo.
1776 - Tratado de San Miguel de la Atalaya Acuerdo suscrito entre los gobernadores
de las dos colonias ocupaban la isla. Se dispuso crear dos comisiones para levantar
un plano topográfico de la frontera que separaba las colonias, para colocar
pirámides o hitos. Se tomaron como puntos clave de división entre las dos colonias
los ríos Masacre al norte y Pedernales al sur.
1777 - Tratado Aranjuez Ratifica los acuerdos del Tratado de San Miguel de la
Atalaya. Con este tratado se establece oficialmente la demarcación fronteriza que
separaba las dos colonias. 1795 - Tratado de Basilea. Fue un tratado entre la
República Francesa y el Reino de España, en el cual España cede a Francia la
parte oriental de la isla de Santo Domingo, mientras Francia aceptó restituir a
España todas las tierras ocupadas en la Península Ibérica.
Para finales del siglo XVIII, España no sólo cedió la parte Oeste de la isla, sino que
otorgó a Francia la posesión del Este de la isla. A partir del Tratado de Basilea, la
isla de Santo Domingo era posesión francesa. Mapa del Tratado de Aranjuez (1777)
Diferencias en territoriales
La española ha sido durante mucho tiempo una isla dividida. Fue descubierta por
Cristóbal Colón en 1492 y colonizada por los españoles. En 1697, España dio la
porción de la isla ahora conocida como Haití a Francia. La colonia se convertiría en
una de las más ricas en el mundo, gracias en gran parte a una economía basada en
la agricultura y grandes cantidades de esclavos africanos.
Diferencias en religión