INSTITUTO SUPERIOR PEDRO FRANCISCO BONÓ

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Estudiante: Juan José Alfaro Calvo.
Facilitador: Arcenio Ferreira.
Fecha: 28/09/20

“La violencia y la DSI”

Pareciera ser que en las sociedades latinoamericanas la violencia permea constantemente a los
diferentes colectivos sociales. Es un mal tan presente y tan constante que vivimos con él, como si
fuera endémico de nuestra condición humana. Hoy la violencia nos aparece como la cruel lucha
en las calles por parte de los distribuidores de droga, nos aparece en las formas abusivas de poder
por parte de aquellos que por sus limitaciones y fragilidades cometen abusos contra menores, se
nos muestra en nuestros hogares en forma de violencia doméstica, violencia que se proyecta
generalmente contra la mujer, y podríamos hablar de muchísimas más forma de violencia, como
la violencia de género, el racismo por el lugar de nacimiento o el color de la piel.

En nuestra sociedad dominicana, vemos como en los barrios, se dan situaciones de violencia,
situaciones que agreden profundamente la dignidad de los seres humanos, en los barrios debido a
la falta de viviendas dignas y por el hacinamiento las personas deben vagar por las calles, donde
se mezcla la música, el licor, el trasiego de drogas y la delincuencia. Y en esas mismas calles
vemos, niños con hambre dejados a su suerte, asaltos y agresiones que se realizan de manera
muy violenta, donde constantemente personas pierden su vida debido a estas situaciones.

Debido a todo lo anterior, creemos que es en los barrios donde la doctrina social de la Iglesia
debe de llegar con un mensaje de consuelo, esperanza y transformación. Solamente a través del
testimonio vivo de personas que estén dispuestas a gastarse y desgastarse por el Reino de los
cielos, por la justicia y la paz entre los seres humanos, es como se lograran transformar tantas
situaciones de muerte, en lugares propicios para la vida, pero el grano de trigo debe de morir
para que de mucho fruto. Esa es la misión de la iglesia y los seguidores del Señor Jesús, entrar en
una actitud de pasión, de renuncia que fructifica en vida.