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Física Básica 1
Valentina Duarte Cardona
Para comenzar a hablar sobre relatividad especial, se debe antes, tener en cuenta que en el
siglo XIX, las leyes que regían la naturaleza son las conocidas como leyes de Newton,
además explicaban diferentes fenómenos del movimiento a través del principio de la
relatividad de Galileo, el cual afirma, en pocas palabras, que no se puede diferenciar de una
sistema inercial que este en reposo a uno que se mueva a velocidad constante, ejemplo de
esto, es que las leyes serán las mismas para un observador en el interior de un automóvil
que se mueve con una velocidad constante arbitraria tanto como para un observador en
reposo con respecto a la vía. Esta premisa se puede expresar matemáticamente a través de
la relación que compara los parámetros para la descripción del mismo evento desde los
diferentes sistemas de referencia. La relación entre las coordenadas (x, y, z) de un evento
vistos por S y las coordenadas (x’ , y’, z’ ) vistos por S´ se conoce como Transformaciones
de Galileo.
Este principio de relatividad de Galileo, no se aplicaba a las ondas, ya que los científicos de
la época aseguran que, como en el caso de la luz, si es posible conocer la velocidad en el
vacío, así que, si un observador medía la velocidad de la luz y esta correspondía con
300.000 km/s este estaba en reposo, si por el contrario, obtenía una medición distinto, se
movía respecto a esta. Es importante resaltar, que lo anteriormente dicho parte de la
premisa que, para aquella época la naturaleza de la luz era de naturaleza ondulatoria, por lo
que necesitaba un medio para propagarse, se plantearon posibles soluciones, como la
existencia de un medio que ocupa todo el Universo y en el cual se mueven los astros, este
fue llamado éter luminífero y se consideraba el sistema de referencia absoluto del cosmos,
en ese orden de ideas, la luz se mueve a 300.000 km/s respecto a él, además esto se ajustaba
correctamente a las ecuaciones de Maxwell.
Pero, otras interrogantes surgieron acerca de la naturaleza del éter como su densidad o qué
tan “rápido” se mueve la Tierra respecto a él, ya que solo se sabe la velocidad de
propagación de la luz, así que se planteó un experimento, que en resumen, plantea que si se
toma un haz de luz y se apunta en una dirección determinada, luego de medir la velocidad
de la luz del haz, se elige otra dirección y se mide la velocidad de la luz. Y la luz se
movería más rápido en unas direcciones que en otras, porque se mueve a 300.000 km/s
respecto al éter y el observador se mueve respecto a él en una dirección. El experimento
Michelson-Morley, entre otras cosas, se diseñó para verificar esta premisa, para esto se
construyó un interferómetro que , en palabras sencillas, dividía la luz en dos haces de luz
que viajaban en un determinado ángulo uno respecto a otro, así al enviar dos rayos
simultáneamente y captarlos en un punto en común se crea un patrón de interferencia que
depende de la velocidad de la luz en los brazos del interferómetro, así que si existiese algún
cambio de dirección del movimiento de la luz (producto de la interacción con el éter) se
vería reflejado en su velocidad, según su hipótesis, existiría una diferencia en los tiempos
de llegada de los haces de luz, pero el resultado del experimento fue distinto y los haces
llegaron simultáneamente. De manera que se concluyó que la velocidad de la luz era
exactamente la misma en todas direcciones, lo que quiere decir que, la Tierra se encontraba
en reposo en el éter. Esto desconcertó a los científicos y el experimento se repitió en
repetidas ocasiones obteniendo siempre el mismo resultado.
Por su parte, Einstein partió del principio de la relatividad de Galileo, en el cual, las
velocidades se suman, pero aplicando esto a las leyes de Maxwell se entraría en una
contradicción ya que estas establecen una velocidad constante de la luz, de
aproximadamente, 300.000 km/s, así que si la fuente de luz viajará con cierta velocidad
hacia el observador, este debería medir la suma de estas velocidades, pero no es así, así que
Einstein percibió una contradicción en la mecánica newtoniana. Luego de varios años y con
la influencia de científicos como Lorentz y Bernstein, formula los siguientes principios: 1.
Las leyes que gobiernan el cambio del estado de cualquier sistema físico no dependen de
cuál de los dos sistemas de coordenadas, que se encuentran en movimiento uniforme
translacional uno con respecto al otro, se escoge para referir estos cambios. 2. Cualquier
rayo de luz se mueve en un sistema de coordenadas en reposo con la misma velocidad,
independientemente si este rayo de luz es emitido por un cuerpo en reposo o en
movimiento.” 1 Por otro lado, también se puede considerar el efecto doppler relativista
consiste en la dilatación de frecuencia que sufre una onda luminosa al ser medida respecto a
dos sistemas de referencia.
Una consecuencia de los postulados, es lo que se conoce como dilatación del tiempo, para
explicar esta se usara un ejemplo donde dos observadores, A y B se encuentran en el vacío
del espacio, lejos de cualquier otro objeto, y que se mueven uno respecto al otro a velocidad
constante. De acuerdo con los postulados que se enunciaron anteriormente, no tiene sentido
preguntar si el que se mueve es A y B está en reposo o es al revés. Simplemente, se mueven
uno respecto al otro. Es importante, tener en cuenta que, muchos sistemas de referencia no
son inerciales (no se mueven a velocidad constante o están en reposo), de modo que sí se
sabe quién se mueve. Si, por ejemplo, A empieza a acelerar hasta que se mueve a
determinada velocidad respecto a B, que nunca ha acelerado, lo que decimos sería cierto,
pero entonces los dos sabrían que el que “está en lo correcto” es B, pues es A el que ha
empezado a moverse.
En el ejemplo, A tiene un reloj que consta de dos espejos paralelos separados a una
distancia determinada, y un rayo de luz que rebota de espejo en espejo indefinidamente.
Cada vez que el rayo rebota en un espejo es un “tic” del reloj. Como se conoce la velocidad
del rayo y la distancia entre los espejos es fija, todos los “tics” tardan el mismo tiempo. Si
el rayo de luz recorre el espacio entre los espejos en 1 segundo. Entonces, los “tics” del
reloj se repiten cada segundo. Ahora para el observador B, A se está moviendo. Si se
supone que B observa lo que le ocurre a A cuando este pasa justo delante de él, de modo
que él lo ve moverse “de izquierda a derecha”. Lo que ve B que hace el rayo de luz en el
1
Albert Einstein, “On the Electrodynamics of Moving Bodies”, en: Annalen der Physik vol. 17 (1905),
traducido al inglés en The Collected Works of Albert Einstein, vol. 2 (1989): 143
reloj no es lo mismo que ve A, pues los espejos se mueven. Y aquí está lo importante, B ve
que el rayo de luz recorre una distancia más grande que la que separa los espejos, con lo
cual sólo hay dos posibilidades: o el rayo viaja más rápido, o tarda más tiempo. Pero el rayo
no puede ir más rápido: el segundo postulado dice que siempre va exactamente a 300.000
km/s, de modo que es inevitable: el rayo tarda más en ir de espejo a espejo. De manera que,
si el rayo tarda más en rebotar de espejo a espejo, en el sistema de referencia de B, el reloj
de A no hace “tic” cada segundo: va más lento. Pero no es sólo el reloj, el tiempo de A,
visto desde B, está yendo más despacio: se “dilata”. Si B tuviera un reloj igual que hace
“tic” cada segundo en su sistema de referencia, A observaría que el reloj de B hace “tic”
más lento y B observaría que es el de A el que va más lento, pero ¿quién tiene razón?, los
dos, cada uno en su propio sistema de referencia, por otro parte, si en un momento dado
están quietos el uno respecto al otro y uno de ellos empieza a acelerar, el problema ya no es
“simétrico”.
Otro experimento mental, que ejemplifica esta premisa es conocido como la paradoja de los
gemelos idénticos. Donde uno de ellos viaja hasta un planeta a 10 años-luz de la Tierra, y
viaja a una velocidad cerca a la de la luz. Desde la Tierra, el tiempo del viajero pasa más
lento respecto al de la Tierra, de manera que, al volver, en vez de haber pasado muchos
años, para él han pasado pocos y es joven, mientras que el gemelo que se quedó en la Tierra
es un poco más viejo. De modo que, si se ve desde el punto de vista del viajero, es el
gemelo que se queda en la Tierra el que se mueve y ocurre lo mismo percibido desde el otro
marco de referencia. Esto se puede explicar, en pocas palabras, gracias a la definición del
movimiento del movimiento relativo, este se refiere a movimientos uniformes, no
acelerados o inerciales, es solo en este caso donde el movimiento es intercambiable o
relativo, donde no se puede distinguir quien es el que se mueve, este caso queda claro que
el gemelo viajero es quien acelera y llega al lejano planeta, volviendo un poco más joven
que su hermano.