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Síntesis Unidad n°2: Docencia ética de la educación para la diversidad

Dentro de las tendencias formativas en la formación de profesionales de la


educación especial se encuentran el desarrollo de competencias, las cuales según
Manuel Castillo son definidas como un “saber hacer algo” y describe que se puede
decir si alguien es competente en algo si lo puede ejecutar, mencionar también
que las competencias se obtienen a partir de habilidades, actitudes y valores, y
por otra parte se encuentra el desarrollo del trabajo colaborativo que se basa en la
naturaleza del ser humano de entablar comunidad y realizar acciones como
compartir, recibir y dar, es decir el docente tiene la capacidad de colaborar en el
desarrollo de los demás pero que lamentablemente no se cuenta con los tiempos
necesarios para realizar un trabajo colaborativo óptimo.

Dentro del desarrollo de competencias durante la formación de profesionales que


trabajaran con estudiantes con N.E.E. según Tenorio se encontrarían las
siguientes:

1º Valoración y respeto por la diversidad y multiculturalidad.

2º Capacidad para identificar, plantear y resolver problemas.

3º Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica.

4º Capacidad de aprender y actualizarse permanentemente.

5º Capacidad creativa.

El desarrollo de la legislación actual ha propiciado nuevas políticas en cuanto a


educación de alumnos con N.E.E. como por ejemplo el desarrollo del programa de
integración escolar PIE, pero a pesar de esto el sistema educativo chileno
presenta una dicotomía ya que si bien es inclusiva en aspectos como el acceso,
no lo es en cuanto a la enseñanza ya que hay una marcada tendencia a la
integración la cual se puede ver en la importancia de los diagnósticos y
tratamientos tanto médicos como pedagógicos en alumnos con N.E.E. esto se
produce por que se trabaja con estos dos paradigmas los cuales son
incompatibles en la práctica. “El desafío de formación de educadores diferenciales
transitó desde el diagnóstico hacia la evaluación de las personas discapacitadas
para determinar sus Necesidades Educativas Especiales (NEE)” (Manghi 2012).

La ley de inclusión escolar obliga a los docentes a redefinir sus funciones sin
perder su identidad profesional, pero en la practica esto no se ha visto plasmado
en gran medida por la formación docente ya que se sigue formando a los
profesionales para un sistema educativo que ya no existe.

Según Christopher Day se pueden encontrar dos identidades profesionales en la


formación docente, por una partes la identidad empresarial caracterizada por
profesores eficiente, responsables y que se rigen por la normativa impuesta por
agentes externos, de carácter controladora y marcada por los resultados de
indicadores externos, lamentablemente esto va en desmedro de alumnos con
N.E.E ya que “No es infrecuente que se les termine ofreciendo una educación para
“mantenerlos ocupados” hasta que dejen el sistema escolar: trabajo de aula de
bajo-nivel, repetitivo, pasivo y poco estimulante” (González 2018) y por otra parte
una identidad activista motivada por encontrar el beneficio de los estudiantes y
proponer experiencias democráticas y emancipadoras en ellos.

Referencias Bibliográficas

González, M. T. G. (2008). Diversidad e inclusión educativa: algunas reflexiones


sobre el liderazgo en el centro escolar. REICE: Revista Electrónica
Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 6(2), 82-99.

Manghi, D., Julio, C., Conejeros, M. L., Donoso, E., Murillo, M. L., & Diaz, C.
(2012). El profesor de educación diferencial en Chile para el siglo XXI: Tránsito de
paradigma en la formación profesional. Perspectiva educacional, 51(2), 46-71

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