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Análisis Económico del Derecho

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 02

2. PLAN DE SESION Nº 02.


El plan de sesión Nº 02 forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje, cuyo
objetivo específico es comprender los fundamentos teóricos del Análisis
Económico del Derecho. El tema de sesión, como ha quedado dicho, la
Naturaleza del razonamiento económico y la eficiencia en la economía y el
Derecho. .

NATURALEZA DEL RAZONAMIENTO ECONÓMICO Y LA EFICIENCIA EN


LA ECONOMÍA Y EL DERECHO.

Naturaleza del Razonamiento Económico.

De acuerdo con lo que hasta el momento hemos dicho, puede afirmarse que el
Derecho, en una sociedad en la que los recursos son escasos, el Derecho
interviene para ordenar la convivencia y consecuentemente la posesión de
esos bienes escasos, en el entendido que el hombre “al optar por un bien, lo
hace buscando sustancialmente, su interés personal, con independencia de las
inquietudes y afanes de otros, así como considerando la mejor opción de un
grupo alternativo de otros bienes”1.
Sierralta Ríos, Aníbal2, citando a C. E. Ferguson, afirma que “El hombre es un
maximizador racional, trata de distribuir sus limitados recursos en forma tal que
se eleve al máximo su utilidad, pues ese es el fin del consumidor”. “En esa
actitud, continua diciendo, esta implícito el hecho de que las personas
responden a incentivos y que si el medio ambiente que rodea a un hombre
varía en forma tal que incremente sus satisfacciones, alterando su
comportamiento, así lo hará”.
De este comportamiento maximizador del hombre, Sierralta Ríos, deriva tres
conceptos fundamentales de la Economía: La relación inversa entre el precio
1
Sierralta Ríos, Aníbal: Obra citada, pág. 23.
2
Obra citada, pág. 23 – 24.

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Análisis Económico del Derecho

cobrado y la cantidad demandada, los consumidores y las personas en general


buscan maximizar utilidades y los recursos tienden a ser utilizados hacia sus
usos más valiosos si se permite un intercambio voluntario. Veamos, cada uno
de estos fundamentales conceptos.
Relación inversa entre el precio cobrado y la cantidad demandada.

Según ello, los individuos cuando observan que el precio de un bien es


sumamente elevado, buscan un bien alternativo que tenga un menor valor, aun
cuando este no sea tan atractivo como el primero, cuando se encontraba al
alcance de su economía. No obstante, puede darse una situación inversa, que
aún cuando el bien apetecible hubiera subido de precio, continúa siendo
consumido por un sector. En este caso, vamos a observar que la libertad de
elegir está en relación directa con la capacidad de poder. Es decir, que si tengo
la capacidad económica suficiente para satisfacer una necesidad, la posibilidad
de elegir es mucho más factible, si por el contrario, no dispongo de esta
capacidad económica me veré obligado a buscar un bien alternativo que se
encuentre dentro de mis posibilidades económicas. Ejemplo: Si la carne de res
incrementa sustantivamente de precio, la población buscará otra alternativa
alimenticia, que en este caso puede ser la carne de pollo, por ser más barata y
encontrarse dentro de sus posibilidades económicas. En última instancia si ello
tampoco es posible retirará de la mesa familiar la carne, ambas posibilidades.
Desde otra perspectiva, la economía establece una relación directa entre la
oferta, la demanda y los precios, de modo que si la demanda crece, los precios
también se incrementan. A la inversa, si la demanda decrece, los precios
también decrecen. Lo mismo puede darse, por el lado de la oferta, si la oferta
crece, los precios decrecen y si la oferta decrece, los precios también
disminuirán.
Dicho de otra manera, en las economías de libre mercado, como es la nuestra,
“los precios dependen enteramente de las variaciones habidas en la oferta y la
demanda de bienes y servicios”3. De este modo, por el lado de la demanda,
cuando los precios suben, la demanda disminuye y cuando los precios bajan, la

3
Roel, Virgilio: “El Análisis Económico”. Ediciones El Alba. Lima – Perú. Abril de 1990. Pág. 11.

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demanda aumenta, ello significa que la demanda de bienes y servicios es una


función decreciente de los precios4.
El resultado de todo ello, será que los consumidores que no están en
condiciones de adquirir los bienes y servicios por lo elevado de los precios,
busquen bienes y servicios alternativos y consuman éstos cuando los precios
disminuyan.
Sobre ello, Sierralta Ríos, Aníbal, opina “que existe una relación inversa entre
el precio y la cantidad demandada de un bien, es decir, que a menor precio” 5 el
consumo aumenta y a mayor precio la demanda se reduce.
“La “ley de la demanda”, tal como se le llama a la relación inversa entre el
precio y la cantidad, tiene muchas aplicaciones en el Derecho. Se dice, por
ejemplo, que el criminal convicto que ha cumplido su sentencia ha “pagado su
deuda a la sociedad”, y un economista encontraría pertinente la metáfora. El
castigo es el precio que la sociedad impone por una falta criminal, El
economista está llevado a concluir que un incremento, ya sea en la severidad
del castigo o la posibilidad de su imposición, aumentará el precio de crimen y,
por lo tanto, reducirá su incidencia, pues el criminal se verá estimulado a
sustituir esa actividad por otra”6.

Los consumidores y las personas en general buscan maximizar sus


utilidades.

Dentro de esta lógica, los consumidores no solo buscarán el mejor bien, sino
que al mismo tiempo buscarán que este bien sea abundante, al momento de
efectuar la transacción. Es decir, que le satisfaga más, por lo que el dinero que
poseen deberá ser invertido de tal manera que le produzca la máxima
satisfacción, esto es, que le produzca la mayor utilidad (maximización de los
beneficios).
Por el lado de los vendedores u oferentes (ofertantes), también buscarán
maximizar sus ganancias, lo que significa la búsqueda de una maximización de

4
Roel, Virgilio: Obra citada, pág. 11.
5
Obra citad, pág. 26.
6
Sierralta Ríos, Aníbal: obra citada, págs. 26-27.

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sus beneficios. Sin embargo, no puede obviarse que en la producción de


bienes y servicios hay inversión de trabajo, tiempo y capital, por lo que resulta
lógico que se busque, no solo la recuperación de los costos invertidos, sino
también obtener una ganancia.
Sierralta Ríos, alude al costo de oportunidad de un recurso, que según Folke
Kafka, “se refiere a que un determinado recurso tiene varios usos o empleos,
por lo que al ser éste asignado se dejan de aprovechar otros usos o empleo. El
costo de oportunidad se refiere precisamente a la mejor alternativa viable en la
que se hubiera podido emplear un recurso”7.
Diremos, para concluir con este punto que en la economía, en las
transacciones, se distinguen aquellas que afectan el uso de los recursos, sea
que el dinero cambie de manos o no, y las transacciones puramente
pecuniarias8. Algunos ejemplos, nos permitirían aclarar mejor este asunto. El
trabajo casero de una madre de familia, que le importa un costo de su tiempo y
energía, pero por el que no recibe ningún sólo la satisfacción de atender a su
familia. Por el contrario, la transferencia de un millón de soles que hago a una
persona en forma gratuita mejorando su situación económica, en tanto se
desmejora la mía.
Los recursos tienden a ser utilizados hacia sus usos más valiosos si se
permite un intercambio voluntario.

Virgilio Roel9 afirma que tanto los economistas clásicos (Adam Smith, Ricardo,
Say, Malthus, entre otros), como los neoclásicos (Marshall y los monetaristas
de la Escuela de Chicago, encabezados por Friedman, “consideran que las
economías de mercado libre permiten y hacen posible que el equilibrio se
presente automáticamente”. Se alude así, a los conceptos de “equilibrio” y
“desequilibrio”, entendido el primero, como la igualación entre la oferta y la
efectiva demanda de bienes y servicios que hay en el mercado; y por el
segundo, el desequilibrio existente entre la oferta de bienes y servicios y su
demanda efectiva (la oferta de bienes y servicios, es significativamente mayor o

7
Fllke Kafka, “Teoría Económica”. P- 217, citado por Sierralta Ríos, Aníbal: obra citada, pág. 28.
8
Sierralta Ríos, Aníbal: Obra citada, págs. 28 y siguientes.
9
Obra citada, pág. 10 – 11.

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menor que su demanda).


En una economía perfecta de mercado no existen distorsiones si hay un gran
número de vendedores y compradores, cada uno demasiado pequeño para
afectar por si mismo el precio del artículo, si la producción de todas las
empresas que están en el mercado es homogénea, si hay perfecta movilidad
de recursos y si los consumidores, los dueños de los recursos y las compañías
tienen conocimiento perfecto de los precios y costos actuales y futuros. Más
concretamente, para los economistas clásicos y neoclásicos un Mercado de
competencia pura y perfecta debe tener, por lo menos, tres características
sustantivas y dos características adicionales, siendo éstas:
- Competencia entre productos idénticos.
- Muchos productores.
- Posibilidad del ingreso de un nuevo competidor.
- Gran fluidez de los factores productivos y
- Transparencia o perfecta información.

Las tres primeras son características sustantivas y las dos siguientes, son
características adicionales.
El desequilibrio o las distorsiones del Mercado, según Torres López, citado por
Malpartida Castillo, Víctor10, se produce por las siguientes causas:
- La existencia de barreras u obstáculos al intercambio de los
derechos relativos al libre uso de los recursos.
- La existencia de bienes públicos o colectivos que interfieren en el
supuesto de libertad de apropiación de bienes.
- Cuando no se de el caso en que las transacciones se puedan
llevar a cabo de forma instantánea y sin costos, en otras palabras
con costos de transacción cero o irrelevantes.
- No existencia de información suficiente en todos los sujetos que
intercambian.
- La existencia de externalidades o efectos externos, es decir
cuando los precios no reflejan rigurosamente la escasez.

10
Malpartida Castillo, Víctor: Obra citada, pág. 57.

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Análisis Económico del Derecho

- La existencia de monopolios, oligopolios, diferenciación de


productos, etc., es decir falta de competencia perfecta.

Por su parte, Sierralta Ríos11, al referirse al tercer concepto fundamental de la


economía, sobre la tendencia a utilizar los recursos hacia sus usos más
valiosos si se permite su intercambio voluntario, precisa que: “Si no existen
trabas legales, como prohibiciones, expropiaciones forzosas, imposiciones
indemnizatorias, tasas fijas de intereses, control monetario o congelamiento de
precios, los bienes serán utilizados y demandados por aquellos que tienen un
mayor interés y deseo de poseerlos y, en consecuencia, estarán dispuestos a
dar más por ellos, desde que estiman que el poder usarlos y disponerlos les
facilitará una mayor satisfacción y una mayor renta. Los bienes si circulan
libremente, sin barreras, extrañas al libre flujo de intercambio, irán siempre a
quien los use de una manera más valiosa, más provechosa dirán otros”.
Como puede observarse, se trata de lo mismo, esto es, a los elementos que
deben concurrir en una economía de libre competencia perfecta y a los
elementos que distorsionan el Libre Mercado.
Respecto a la naturaleza del razonamiento económico, Malpartida Castillo12,
afirma que “El comportamiento del individuo es el punto de partida del análisis
de la escasez de recursos como de cualquier otro problema en la ciencia
económica”. Sobre las consecuencias de este comportamiento maximizador,
precisa que “Los resultados de este análisis, en definitiva, servirán para
determinar la dinámica social general. Es así como el bienestar general será
considerado como el bienestar de cada uno de los miembros de una sociedad
determinada. De aquí se desprende que es la maximización de los beneficios el
objetivo perseguido por los sujetos económicos y que esta maximización es un
comportamiento racional”. Reforzando su pensamiento, cita a Torres López,
Juan13: “Racionalidad que no debe interpretarse más que en el sentido de que
el individuo procede siempre a realizar elecciones consistentes, que elige
aquellas alternativas que le resultan mejores entre las que están a su
11
Sierralta Ríos, Aníbal: Obra citada, pág. 32.
12
Obra citada, págs. 54 y siguientes.
13
Torres López, Juan: “Análisis Económico del Derecho”, pág. 31, citado por Malpartida Castillo,
Víctor, obra citada, pág. 54.

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alcance..”.
Según el mismo Malpartida, “Al sujeto económico se le presentan varias
alternativas; él optará por aquella que le otorgue mayor beneficio o utilidad.
Este sujeto tendrá un comportamiento racional en sus elecciones, es decir, que
consecuencias consistentes se dará de un comportamiento determinado. Estas
elecciones del sujeto económico no dependen del bienestar o de la situación de
los demás individuos”. “...Se excluye decididamente el comportamiento altruista
como norma general de acción económica”.
Para el mismo autor, el concepto de racionalidad es muy importante dentro del
enfoque, porque a través de él “se pueden establecer 3 elementos esenciales
corolarios”, que son los siguientes:
- Todos los bienes devienen en sustituibles, es decir, que habrá una
combinación de intercambio entre dos bienes que proporcionen
idéntica satisfacción.
- Todo individuo posee una conducta orientada hacia la
maximización de utilidad o beneficio, o viéndolo desde otro
ángulo, tratará de minimizar costos.
- El individuo fijará como el límite de sus acciones, aquel punto
donde se igualen sus beneficios y su coste marginal.

Añade que a estos elementos se suman dos conceptos más: el supuesto de


estabilidad de las preferencias de los individuos y el concepto de costo de
oportunidad.
Supuesto de estabilidad de las preferencias de los individuos: Indica la
consistencia de la elección hecha por el sujeto.
Costo de oportunidad: Denominado también “costo alternativo o social”.
Importa el uso de cualquier insumo por parte de los individuos, “ya sea que le
pertenezca en propiedad o que tenga que comprarlo, es igual a lo que ese
mismo insumo podría producir en su mejor uso alterno. Es decir, este concepto
une o concilia la escasez de recursos con la alternativa de elección”14.
Los conceptos maximizadores o racionales que se dan a nivel individual, nos

14
Malpartida Castillo, Víctor, obra citada, pág. 55.

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Análisis Económico del Derecho

informa Malpartida Castillo15 “son llevados a escala social mediante el “óptimo


de Pareto”, cuyo criterio se enuncia de la siguiente manera: “Una situación es
óptima cuando no se puede mejorar a alguien sin desmejorar a otro”.
En conclusión, el individuo resulta siendo el mejor elector de su propio
beneficio y sabe “que el bienestar social depende de cada individuo que integra
una sociedad”16.
“Un movimiento de una situación a otra constituye una mejora del bienestar
social si no se reduce el bienestar individual y si al menos mejora la situación
de un individuo”17.
Debe aclararse que el óptimo de Pareto, solo es posible que funcione en un
mercado de competencia perfecta, tal como se ha descrito líneas arriba, a cuyo
texto me remito.
Fernando de Trazegnies Granda18, en el Prólogo a la obra de Alfredo Bullard
González, grafica la naturaleza del razonamiento económico apoyándose en el
pensamiento de Tomas Hobbes precisando que “el hombre natural actúa en
función de sus apetitos que lo atraen hacia ciertos bienes y circunstancias y de
sus aversiones que lo alejan de otros. El apetito fundamental es el deseo de
obtener cada vez más poder. Pero debemos tener mucho cuidado con este
término. No se trata meramente de un poder político, Hobbes se refiere al
poder como dynamos, como capacidad, como posibilidad de acción. En este
sentido, el poder es la condición de la libertad, no es posible ser libre si no se
tiene capacidad de acción respecto de cada una de las alternativas. No puedo
decir que tengo la libertad de escoger entre irme en este momento a la luna o
no, porque no tengo poder (capacidad) de irme a la Luna. La libertad supone
siempre información y capacidad. En este sentido, la búsqueda de mayor poder
significa la búsqueda de mayores esferas de libertad, de una libertad más plena
(...). Dentro de este orden de ideas, el hombre tendrá apetito por la inteligencia,
el saber, la salud, la riqueza, etc.; y tendrá aversión contra la estupidez, contra
15
Obra citada, pág. 55.
16
Malpartida Castillo, Víctor, obra citada, pág. 55.
17
Figueroa, Adolfo: “Teorías Económicas del Capitalismo”. Pág. 200, cita de Malpartida Castillo,
Víctor, obra citada, pág. 55.
18
De Trazegnies Granda, Fernando: Prólogo al libro de Alfredo Bullard González: Derecho y
Economía. El Análisis económico de las instituciones legales. 2da. Edición. Palestra Editores. Lima –
2006, págs. 14 y sgtes.

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Análisis Económico del Derecho

la ignorancia, contra la enfermedad, contra la pobreza, etc. Porque la


realización de todos estos apetitos le dan más poder, más capacidad de
elección sobre lo que hará con su vida; en cambio, todas esas aversiones se
refieren a situaciones o hechos que implican un recorte de poder, una
reducción de la capacidad de acción”.
Aclara, además, que Friedrich Nietzsche, plantea algo semejante al decir que:
“Todo lo que sucede y toda intención se puede reducir a la intención de
aumentar el poderío”. “La voluntad de acumular fuerzas es algo indispensable
para el fenómeno de la vida, para la nutrición, la generación, la herencia, para
la sociedad, el Estado, las costumbres, la autoridad”19. No obstante, el hombre
tiene “una facultad adicional que precisamente se encarga de crear un orden y
de liberar a la humanidad de Leviatán, es decir, del caos. Y esa facultad es la
razón”, que aún cuando los hombres individualmente persiguen intereses
personales, para lograrlo “se organizan en un orden”. “Sin ese orden, decía
Hobbes, la libertad (el apetito de poder) se encuentra perjudicada porque al
tratar todos a la vez de conseguir las mismas cosas terminan simplemente
peleando al mas bajo nivel y, lejos de aumentar sus posibilidades de elección,
estas disminuyen. Si dejamos actuar a la libertad sin ningún tipo de regulación
“no habrá propiedad, no habrá dominio, no habrá distinción entre lo tuyo y lo
mío”20. En tal condición, agrega el mismo Hobbes, “no hay lugar para la
industria porque no se tiene seguridad sobre el fruto del trabajo, y,
consecuentemente, no hay cultura (...); no hay conocimiento sobre la faz de la
tierra, no hay artes; no hay letras; y, lo que es peor de todo, hay solamente
miedo permanente y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es
solitaria, pobre, sucia, brutal y corta”21. Paradójicamente, continúa De
Trazegnies, “la regulación y el orden no recorta la libertad y la capacidad sino
que más bien la libera de trabas y la posibilita a niveles superiores de la acción
humana”.
Por último y en ese mismo orden de ideas precisa que la razón que lleva al

19
Fiedrich Niezshe: La voluntad del poderío, Nº 716, cita de De Trazegnies Granda, Fernando: Obra
citada, pág. 14.
20
Hobbes, Tomás: Leviathan. Parte primera, Cap. XIII, párrafo. 13, cita de Trazegnies, obra citada, pág.
15.
21
Hobbes, Tomás: obra citada, pág.

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Análisis Económico del Derecho

hombre a organizarse para ser más libre “No es ciertamente una razón
moralista que equivaldría a un instrumento para llegar a comprender valores
superiores y permanentes, cuyo establecimiento es ajeno a la actividad de
cada individuo” (...). “La razón no le dice al hombre lo que debe buscar sino
como lo puede buscar, cuál es la forma más eficiente para lograr lo que quiere,
cuáles son los mejores caminos para realizar sus intereses en medio de esa
lucha competitiva – aunque organizada para que no desborde acabando con la
propia libertad – que es la sociedad humana: La razón le permite al hombre
“calcular” la forma de lograr sus propios objetivos”. Se trata, entonces, de una
“razón de cálculo”.
LA EFICIENCIA EN LA ECONOMIA Y EL DERECHO.

El tema de la eficiencia, Sierralta Ríos, Aníbal22, de quien estamos tomando el


esquema propuesto en su libro, lo plantea de la siguiente manera: “Los
términos “valor” y “eficiencia” son términos técnicos. “Eficiencia” significa
explotar los recursos económicos de una manera tal que el “valor” – la
satisfacción humana medida de acuerdo a la disposición para pagar agregada
de los consumidores – es maximizado. La disposición de pagar, base de los
conceptos de eficiencia y valor, es una función de muchas cosas, incluyendo la
distribución del ingreso y la riqueza. Si el ingreso y la riqueza fuesen
distribuidos de manera diferente, el patrón de demandas también podría ser
diferente, y la eficiencia requeriría un despliegue distinto de nuestros recursos
económicos”.
Aplicando al Derecho, los criterios de la economía, respecto a la eficiencia,
agrega que: “...la economía no conduce a ninguna respuesta a la pregunta de
si la distribución del ingreso y la riqueza es buena, justa o éticamente deseable,
tampoco da una respuesta a la cuestión última de si una asignación es eficiente
de los recursos sería buena, mala o éticamente deseable”. Por su lado, “el
economista tampoco puede decirnos si, asumiendo que la distribución de la
riqueza y el ingreso sea justa, la satisfacción del consumidor deba ser el valor
dominante de la sociedad”. De este modo, precisa que “La competencia del

22
Obra citada, pág. 33.

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Análisis Económico del Derecho

economista en una discusión del régimen jurídico está así estrictamente


limitada. El puede predecir el efecto de las reglas legales y los arreglos sobre el
valor y la eficiencia, en sus sentidos técnicos estrictos y sobre la distribución
del ingreso y la riqueza existente, pero no puede prescribir el cambio social”.
Con respecto a la eficiencia señala, además, que: “Los economistas
presuponen que las personas son motivadas para maximizar la utilidad, es
decir actúan motivados por el interés individual”. Tales afirmaciones se grafican
con el siguiente ejemplo: Si una persona es sólo posesionaria de un lote de
terreno por un determinado tiempo, pero no es propietaria, no tendrá interés de
mantenerlo productivo, más allá del periodo durante el cual lo usufructuará. Por
ello no lo abonará y menos utilizará cultivos rotativos. No obstante, “tomará el
mayor volumen de frutos y aplicará el menor volumen en abonos”. Así es como
funciona la eficiencia o maximización de los beneficios. Los economistas
afirman “que ello se debe a que las personas no tienen asegurada una
retribución razonable, a menos que existiera un mecanismo de compensación
por los gastos en que incurra”. En consecuencia, si recibe incentivos o es
compensada en los gastos, su comportamiento será totalmente diferente. Ante
el abandono en que podría encontrarse el lote de terreno, la propuesta, para
asegurar su eficiencia, sería el de tornarlo transferible o permitir su intercambio.
Para Mitchel Polinsky23 el término eficiencia se refiere a la relación existente
entre los beneficios agregados de una situación dada y los costos agregados
de esa misma situación. Haciendo una comparación con la equidad, precisa:
“La eficiencia se relaciona con el tamaño del pastel, mientras que la equidad
dependerá de como se reparta”.
“La eficiencia alude a la relación entre los beneficios totales de una situación y
los costos totales de la misma. A su vez, la equidad alude a la distribución de la
renta entre los individuos”24.

La eficiencia queda graficada con el enunciado de Pareto: “Una situación es

23
Polinsky ç, Mitchell. “Introducción al Análisis Económico del Derecho”. Ed. Ariel España 1985, pág.
7, citado por Sagástegui Urteaga, Pedro y Alfaro Pinillos, Roberto: “Manual Práctico del Abogado
Procesalista”. Gaceta Jurídica Editores. Primera Edición. Agosto 1998, Lima – Perú, pág. 539.
24
Sagástegui Urteaga, Pedro y Alfaro Pinillos, Roberto: “Manual Práctico del Abogado Procesalista”.
Gaceta Jurídica Editores. Primera Edición. Agosto 1998. Lima – Perú, pág. 539.

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Análisis Económico del Derecho

óptima cuando no se puede mejorar a alguien sin desmejorar a otro” 25. “...es un
estado ideal; nadie puede ya mejorar su situación sin perjudicar a otro”26.
En el Análisis Económico, la eficiencia está relacionada directamente con la
maximización en el uso de los escasos recursos existentes en la sociedad. Se
trata de “Evitar un innecesario desperdicio o mal aprovechamiento de los
recursos. Preeminencia del beneficio social al interés particular”27.
Aclarando más el asunto de la eficiencia, desde los planteamientos efectuados
por Wilfredo Pareto, Bullard González, Alfredo28, informa que: “Lo que hace
Pareto, es dar algunos criterios que han permitido definir más técnicamente el
concepto de eficiencia. Busca establecer cuando una situación es más eficiente
que la anterior, y esto es; cuando una persona mejora sin empeorar la situación
de la otra. Por ejemplo, el sistema contractual es una forma de alcanzar la
eficiencia porque, en un contrato, si las dos partes lo celebran es porque
ambas están mejorando y ninguna está empeorando; el contrato nos ha
conducido a una situación más eficiente que la anterior. Una situación será
óptima, es decir inmejorable, cuando dados los recursos existentes no es
posible que alguien mejore salvo que otro empeore. A esto se le llama el
Óptimo de Pareto”.
Según el criterio de Pareto, continúa Bullard, “el cambio de una situación a otra
constituye una mejor en el bienestar social si no se reduce el bienestar
individual y al menos mejora la situación de un individuo”. “...este criterio, se
funda en que el individuo es el mejor juez de su propio bienestar y el bienestar
de la sociedad depende del bienestar de los individuos que la componen”. “...El
óptimo de Pareto (...) es una situación donde todos los recursos existentes han
sido distribuidos y usados de una manera tan adecuada que ya es imposible
pensar en que una distribución distinta mejoraría la situación de la sociedad”.
El mismo Bullard, precisa que la mejor forma de entender estos conceptos de
“Criterio de Pareto” y “Óptimo de Pareto” es con ejemplos. Para el efecto
propone el siguiente: Supongamos que en un salón de clase hay cuarenta

25
Figueroa, Adolfo: “Teorías Económicas del Capitalismo”, pág. 200, citado por Malpartida Castillo,
Víctor, obra citada, pág. 55.
26
Sagástegui Urteaga, Pedro y Alfaro Pinillos, Roberto: obra citada, pág. 539.
27
Sagástegui Urteaga, Pedro y Alfaro Pinillos, Roberto: obra citada, pág. 549.
28
Obra citada, pág. 43.

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Análisis Económico del Derecho

alumnos, veinte son mujeres y veinte son hombres y tengo para repartir, entre
ellos, veinte cremas de afeitar y veinte lápices de labios, los mismos que los
entrego indistintamente, de modo que a algunos alumnos les toca lápices de
labio, en tanto a algunas alumnas, les toca cremas de afeitar. Como puede
verse, los recursos disponibles han sido repartidos en el salón de clase. El
resultado final, es que a unos alumnos les ha tocado su correspondiente crema
de afeitar, ocurriendo lo mismo con un grupo de alumnas, quienes se han
beneficiado con los lápices de labios. Por el contrario, a los alumnos que
recibieron lápices labiales y a las alumnas que recibieron las cremas de afeitar,
no han sido beneficiados, sino, digamos, perjudicados, toda vez que, en su
caso, no podrán usar las cremas de afeitar ni tampoco los lápices de labios.
Si un hombre decide cambiar el lápiz de labio con la crema de afeitar que tiene
una mujer, de acuerdo con el “criterio de Pareto”, se habrá mejorado la
situación del hombre y la mujer, pues ambos estarán en una situación mejor,
más “eficiente” que la anterior. “Ha mejorado la situación del hombre y la mujer
involucrados en el intercambio (tienen bienes que cada uno puede considerar
más valioso) y no se ha perjudicado a nadie”. La situación, indudablemente, es
mejor a la anterior, de acuerdo con lo expuesto por Pareto.
Sin embargo, puede observarse que aun no se ha llegado a un estado óptimo,
porque todavía quedan hombre que poseen lápices de labios y mujeres cremas
da afeitar, en virtud de lo cual deciden, cada uno, negociar los bienes, de modo
que al final de las transacciones, cada alumno tiene su crema de afeitar y cada
alumna su lápiz labial. En este caso, habremos llegado al “Optimo de Pareto”.
No ocurre lo mismo, si alguien roba a otro su crema de afeitar, puesto que el
ladrón habrá mejorado su situación, pero habrá empeorado la del propietario
despojado.
Este ejemplo llevado al plano social, respecto a loa bienes existentes (cremas
de afeitar y lápices de labios), no habrá “posibilidad de distribuir mejor los
recursos pues la cantidad de hombres y mujeres que tienen bienes que les son
útiles es la máxima posible dada la limitación en el número de bienes de cada
tipo y que cualquier cambio de la situación implicaría un empeoramiento de la
misma. Estamos frente al Óptimo de Pareto. No hay posibilidad de que alguien

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Análisis Económico del Derecho

mejore sin empeorar la situación de otro”29.


Ahora bien, puede decirse con Bullard González30 que “Al Derecho le compete
ayudar a alcanzar una situación eficiente, es decir, llegar al óptimo paretiano,
maximizar la utilidad social, consiguiendo un mejor aprovechamiento de los
escasos recursos existentes”. En los ejemplos expuestos, puede verse que el
medio utilizado para mejorar una situación respecto a otra, es la transacción,
esto es, el contrato (intercambio de bienes entre particulares). El Derecho debe
garantizar que no se den conductas que perjudiquen la eficiencia, como el
robo, haciéndose necesaria “la existencia de la propiedad y de un sistema civil
y de un sistema penal que la proteja”31.

29
Bullard González, Alfredo: Obra citada, pág. 44.
30
Obra citada, pág. 44.
31
Ibidem, pág. 45.

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