Está en la página 1de 3

Sztajnszrajber manifestó que buscamos en el otro lo que encaja en lo que yo

necesito. “Yo no quiero al otro, quiero el modelo ideal para mi. El otro no me
importa. El otro viene siempre diferente y no encaja, por suerte. Si encajara, no
sería otro. Lo desotramos para que encaje en lo que yo necesito y lo aniquilo.”

Así, el filósofo sostuvo que las personas valoramos desde nuestras categorías ya
que nunca podemos acceder a la otredad en sí misma y esto nos da como
resultado que la otredad es algo imposible. “Es imposible porque estoy condenado
a mi yo. El ser humano construye otredades posibles, tolerables y deja
completamente afuera lo intolerable. Mientras más parecido, más lo acepto”. En
este sentido, y citando a Derridá, enfatizó que se es hospitalario con quien
creemos que no se lo merece, porque en ese caso voy en contra del yo en cambio
serlo con los parecidos es una farsa.

Sztajnszrajber manifestó que buscamos en el otro lo que encaja en lo que yo


necesito. “Yo no quiero al otro, quiero el modelo ideal para mi. El otro no me
importa. El otro viene siempre diferente y no encaja, por suerte. Si encajara, no
sería otro. Lo desotramos para que encaje en lo que yo necesito y lo aniquilo.”

Así, el filósofo sostuvo que las personas valoramos desde nuestras categorías ya
que nunca podemos acceder a la otredad en sí misma y esto nos da como
resultado que la otredad es algo imposible. “Es imposible porque estoy condenado
a mi yo. El ser humano construye otredades posibles, tolerables y deja
completamente afuera lo intolerable. Mientras más parecido, más lo acepto”. En
este sentido, y citando a Derridá, enfatizó que se es hospitalario con quien
creemos que no se lo merece, porque en ese caso voy en contra del yo en cambio
serlo con los parecidos es una farsa.

El valor más importante para el Yo es su propia seguridad, el Otro construye


sentido adaptando todo lo que le excede a sus propios parámetros y así logra
estabilidad: toda búsqueda de sentido es siempre una búsqueda de seguridad
(Nietszche), pero el otro golpea y desestabiliza.
El Otro es como un palo en el engranaje que detiene esta totalidad que venía
funcionando bien. La totalidad nunca cierra, porque siempre hay un Otro. Adentro
del muro todo parece funcionar a la perfección, pero el muro se vuelve invisible. Y
afuera están los otros que desde su indigencia golpean la puerta y esperan una
respuesta.

Nuestra identidad es igual a la de los otros, pero a la vez diferente. Por un lado,


todos somos iguales porque somos parte de un todo que nos nuclea,
la humanidad. Pero a la vez y al mismo tiempo, soy un individuo diferente,
singular.
¿Soy igual a los otros, o soy diferente? ¿O soy, al mismo tiempo, igual y diferente?
En cierto modo, somos todos igualmente diferentes, somos iguales por ser todos
diferentes, para que haya igualdad tiene que haber diferencia, sólo puedo igualdad
dos entidades diferentes.
La igualdad es una de las formas de la diferencia. Por eso, si estamos siempre
relacionándonos con otros, interfiriéndonos mutuamente, contaminando nuestra
indentidades. ¿Podemos separarnos tan tajantemente de los Otros? En esta
dialéctica permanente, ¿no somos todos un poco Otros?

¿Cuánto le debemos al Otro?


Pensar éticamente el vínculo entre lo humano y lo animal es pensar nuestra
responsabilidad por el sufrimiento de los Otros. ¿Quiénes son hoy nuestros
animales?

1-¿Cómo entendemos al otro? ¿Sin otredad podemos integrar al diferente?


2- ¿Es posible entender la igualdad desde la diferencia? Fundamente la argumentación.
3-¿Qué puede hacer la escuela para reducir la desigualdad?

Como entendemos al otro?

Pensar al otro es una pregunta que se plantea imposible. Todo lo que diga sobre el otro lo
digo desde mi yo, aunque se supone que no tiene ningún contacto conmigo. El problema es
que cuando definimos al otro lo hacemos pensando en todo lo que no esta determinado por
mi yo y sin embargo cobran sentido, son lo que son, siempre para un yo que los categoriza
previamente. Es decir, el otro es todo lo que me excede y sin embargo soy yo el que le da
sentido como un otro, por lo que podríamos decir que no deja de ser otro que esta siendo
definido desde mi subjetividad, lo que realmente podría ponerse en duda es si puede existir
una mirada del otro que no este condicionada por lo que yo veo, siento u opino del otro.

¿Sin otredad podemos integrar al diferente?

Cuando se intentan integrar se proyecta el yo sobre el otro, esta inclusión es un poco


también, una perdida del otro. Tenemos a alguien que integra expandiendo su yo y el
integrado, va perdiendo un poco su otredad. Esta pretensión de integrar al diferente no
puede hacerse sin que haya una perdida del otro. Para que sea posible, no debemos
pensar al otro como un objeto.

¿Es posible entender la igualdad desde la diferencia? Fundamente la argumentación.

Dubet plantea que la intensificación de las desigualdades proviene de una profunda crisis
de solidaridades.Para identificar la persistencia de las desigualdades establece la
existencia de una “trampa” que sostiene que hay desigualdades justas y desigualdades
injustas lo que haría preguntarse donde esta entonces la igualdad. El autor afirma que las
desigualdades no provienen en tanto de las leyes sino de mecanismos que se consolidan a
través de relaciones que construyen ideologías que luego se traducen en políticas y así son
utilizadas como instrumento de poder y control sobre las sociedades. Por otro lado,
Sztajnszrajber afirma que nuestra identidad es igual a la de los otros pero a la vez diferente,
por un lado somos iguales porque somos parte de un todo que nos nuclea, que es la
humanidad, al mismo tiempo somos individuos diferentes, singulares, en cierto modo somos
todos igualmente diferentes. Para que haya igualdad, tiene que haber diferencia. Dicho de otro
modo, la igualdad es una de las formas de la diferencia.

¿Puede la desigualdad ser justa?

Nadie protesta por su personalidad individual, esta le permite defender su identidad; pero sí
nos rebelamos contra la injusticia que resulta de tratar lo igual desigualmente y viceversa.
Cuando la desigualdad tiene su origen en causas sociales, da lugar a situaciones injustas.
No considero que la desigualdad pueda ser justa, si creo que pueden establecerse
mecanismos mediante los cuales podamos reducir las desigualdades, Dubet establece que
no solo lo que se necesita es ofrecer estos mecanismos sino también una reconstrucción
del tejido social e institucional.

-¿Qué puede hacer la escuela para reducir la desigualdad?

Dubet propone una serie de mecanismos para reducir la desigualdad. Entre ellos, la
igualdad de oportunidades, el reconocimiento y la construcción de capacidades, estos son
mecanismos que podemos tener presentes a la hora de pensar en la enseñanza. Dar
herramientas a los alumnos, desde nuestro lugar de mediadores, para que desarrollen un
pensamiento crítico asegurando espacios de intercambio, garantizando sus derechos y
formándolos para que puedan combatir y reducir la desigualdad. Pensar la escuela desde
este lugar nos hace replantearnos que debemos ser conscientes de nuestras diferencias y
los modos de vincularnos priorizando los vínculos hospitalarios sin categorizar al otro,
abriendo la puerta a la existencia de una diferencia radical.

También podría gustarte