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SITUACIÓN JURÍDICO-PENAL DE LOS MENORES DE EDAD EN MÉXICO.

El Código Penal de 1871 estableció que los menores de nueve años que
delinquiesen no tendrían más sanción penal que el pago de la reparación del
daño, que los mayores de nueve años y menores de catorce que delinquiesen con
discernimiento quedarían sujetos a las prevenciones del Código, pero las
sanciones se les aplicarían desde la tercera parte hasta una mitad de las que les
corresponderían si fuesen mayores de edad.

EL MENOR INVOLUCRADO EN ACTIVIDADES DELICTIVAS.


En la medida en que pasa el tiempo, especialmente cuando no existen
intervenciones apropiadas, las conductas antisociales se van convirtiendo en
delictivas. Una alta frecuencia de conductas delictivas es lo que caracteriza a los
menores, muchos de ellos presentan, según los criterios establecidos por el
Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana
(Asociación Psiquiátrica Americana, 1994), un trastorno de conducta disocial. Los
jóvenes con trastornos de conducta disocial se caracterizan por poseer un
comportamiento que viola, de manera repetitiva y persistente, las normas sociales
importantes.
La aparición de conductas antisociales en los menores, por lo general, empieza
desde la infancia, manifestándose en conductas tales como el discutir con los
adultos, no seguir instrucciones, llegar tarde a la escuela o salirse de ella, pelearse
con los compañeros, etc. Se ha encontrado que muchos de estos adolescentes
presentaron antecedentes de trastorno de conducta, siendo especialmente
frecuente el ocasionado por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno
negativista desafiante.

HISTORIA DE SUS MANEJOS EN OTROS PAÍSES Y EN MÉXICO.


La presencia de los menores en el contingente de la criminalidad, una presencia
anunciada como creciente y virulenta, se anunció desde hace muchos años. Hubo
primero una extensa participación de los niños y los adolescentes en las filas de
los delincuentes, se trataba de niños adelantados instrumentos dóciles del
designio criminal adulto. Después los criminólogos, creyeron posible construir una
ley de la evolución criminal a partir de la precocidad delictiva. Cada vez sería más
frecuente la concurrencia de los menores de edad en el mundo de la mala vida,
que se decía, tan relevante y numerosa como lo era la concurrencia de los jóvenes
en otros procesos de la vida social. Si se anticipaba la hora del trabajo, también se
anticiparía la hora del delito.

LA IDEA DE SU TRATO DIFERENCIADO DEL DE ADULTOS.


Un sistema de justicia moderno debe desarrollar diseños particulares para tratar a
la población de jóvenes infractores basados en la idea de que este grupo requiere
un trato diferenciado al de los adultos. Los jóvenes se encuentran en una etapa
formativa y que no son plenamente responsables de sus actos, lo que implica que
esta población es más susceptible a tratamiento y reintegración social. Mejorar la
calidad de información sobre los usuarios, la especialización de los operadores,
políticas no punitivas y un catálogo amplio de medidas diferentes al internamiento
son algunas de las cuestiones faltantes en el país.

CRITERIOS DE DIFERENCIACIÓN.
Así caracterizado, el principio de igualdad puede ser considerado como una
exigencia ética y jurídica universal. Es necesario determinar cuándo dos o más
personas, grupos de personas o situaciones son iguales, debiendo dárseles un
trato normativo igual y cuándo no. Para ello, habrá que tomar en consideración el
contexto histórico, las características de las concretas situaciones que exigen
justicia, a efectos de qué regulación jurídica se hace el juicio de igualdad, etc. Y es
que el principio de igualdad es un principio ético, político y jurídico, esto es,
perteneciente al ámbito de la praxis.

ESTADO PELIGROSO.
Predisposición a la delincuencia de un individuo cuya situación no constituye en sí
misma un atentado al orden social y a la que no se atribuye reprobación alguna, lo
cual explica la falta de carácter aflictivo e infamante de la medida de seguridad
que sanciona tal estado.

PELIGROSIDAD.
La peligrosidad generalmente se refiere a la probabilidad de ocurrencia de una
situación peligrosa. No debe confundirse peligrosidad con vulnerabilidad o riesgo
que son conceptos relacionados pero diferentes del de peligrosidad.

INIMPUTABILIDAD.
Es la capacidad del ser humano para entender que su conducta lesiona los
intereses de sus semejantes y para adecuar su actuación a esa comprensión.
Significa atribuir a alguien las consecuencias de su obra, para lo cual el acto debe
ser realizado con discernimiento, intención y libertad.

BIBLIOGRAFÍA:

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3167/5.pdf

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-86332007000200012

http://psicologiajuridica.org/psj200.html

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